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Queridos hijos:
Que hoy despierte en ustedes la alegría de vivir y de estar en Dios, porque así, estarán en comunión interna con el Creador.
Queridos hijos, hoy les pido que, mediante la oración del corazón, comulguen nuevamente de la Presencia de Mi Hijo para que todas las almas se unan a Dios y despierten al llamado de este tiempo.
Hijos Míos, como Madre de las Gracias, hoy les irradio Mi Paz y los aproximo a todos al Gran Corazón de Dios. La meta de hoy, pequeños hijos, es continuar peregrinando a través de la oración, porque el mundo necesita de vuestro amoroso y donado auxilio. La redención de todos los corazones del mundo es primordial en este tiempo, y cada uno de Mis hijos guarda en su corazón el potencial interior para poder cumplir con esta misión orante que Mi Corazón les encomienda día a día.
Queridos hijos, hoy, delante de las Puertas del Cielo, les pido que reverencien al Universo, porque muchos de Mis hijos se olvidan de mirar hacia el Infinito para encontrar la paz. El enemigo distrae a la humanidad con modernidades y eso desconecta a Mis hijos de la oración.
Hoy los invito a amar el ejercicio primordial de la oración para que, al menos, algunos de Mis soldados ayuden en el despertar de la nueva consciencia del espíritu y del corazón que cada hijo debe tener en estos tiempos frente al Altísimo.
Dios agradecerá vuestra postura orante en el final de los tiempos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado por la paz.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridísimos hijos de Córdoba y de toda Mi amada Argentina:
Como Reina de la Paz, hoy vengo a vuestro encuentro en una Aparición Extraordinaria de Mi Inmaculada Faz.
Que este día sea de gloria, gozo y alegría para todos, para que estemos juntos y unidos al Celestial Júbilo de Dios y, mediante la oración del corazón, podamos decir “sí” a la Salvación y a la Redención de las almas.
Queridos hijos, Dios Padre Me envía a la ciudad de Córdoba para dar Mi Gran Bendición Maternal y, por este motivo, Mi Inmaculado Corazón ha escuchado la voz amorosa de vuestras oraciones y de vuestro llamado.
Cuando las almas dan el “sí” al Plan Divino, los acontecimientos que están escritos en el libro de Dios cambian por la intervención de Mi Inmaculado Corazón y del Sagrado Corazón de Mi Hijo, y esto sucede porque ustedes, como tantas otras almas, viven el poder interior de la oración.
Por eso, queridos hijos, que vuestros corazones continúen orando, creando nuevos grupos de oración que respondan a Mis pedidos y así fortalezcan la fe en cada uno de ustedes.
Como Madre de la Divina Misericordia, hoy los bendigo a todos por este camino de fe y de devoción que vuestros corazones están viviendo en honra y en honor a la Señora de la Inmaculada Paz.
Hijos Míos, a lo largo y ancho del mundo, Mi Mensaje está llegando a todos. Hoy, también les pido que vuestros corazones sean fieles difusores de Mi mensaje y de Mi llamado, porque muchas almas que se han distanciado de Dios deben volver a orar y muchas almas que desconocen el Amor de Dios deben sentir, en lo profundo de sus corazones, al Padre Celestial.
Queridos hijos, para que eso suceda, vuestra oración fiel debe continuar todos los días y, así, abrir el corazón para recibir a los que más necesitan de Dios.
Queridos hijos de Córdoba y de las provincias hermanas: hoy los invito a participar de la nueva vida del espíritu mediante el servicio abnegado al Plan de Dios. Por eso, todos los grupos orantes de Argentina son llamados para colaborar, por amor, en el surgimiento de la Nueva Comunidad Crística de la Hermandad1, extendiendo vuestros brazos y donándose a través de vuestras manos. Por eso son invitados a ser obreros de este Plan de Amor.
En las Sierras de Córdoba, desde Mi Hogar de Oración debe terminar de surgir un punto de Luz. Por eso, todos son llamados a formarse en la escuela de la oración y a responder a los pedidos maternales de Mi Corazón. Todos ustedes son parte del Hogar de Oración, porque el mundo lo necesita para alcanzar la Gracia del Perdón.
¡Buen servicio fraterno a todos Mis hijos de Argentina!
¡Les agradezco por estar este día respondiendo a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Localizada en el Centro Mariano del Espíritu Santo, Capilla del Monte, Córdoba,
Argentina.
Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón,
que convirtió a los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.
(7 veces)
Hoy, como Reina de la Paz, vengo a traerles Mi Amor y Mi bendición a todos.
Queridos hijos, hoy los invito a estar Conmigo dentro de Mi Corazón, en este tiempo tan importante. Y esto podrá suceder a través de sus oraciones diarias.
Hoy, el Señor los invita a multiplicar su ejercicio de oración. Muchas almas están necesitando de ese auxilio y de ese amparo. Sus oraciones ayudarán a que el Plan de Dios se cumpla aquí, en la Tierra.
Queridos hijos, quiero decirles que hoy necesito de todos ustedes. Por eso, también los invito a imitar Mi camino de Peregrina, a través del buen servicio y de la caridad con el prójimo. Con esto ayudarán, queridos hijos, a que el mundo sea aliviado de su propio mal.
Como Señora del Rosario, también los invito a continuar con ese ejercicio. Los ángeles están abriendo los Cielos hacia la Tierra, y Mis ejércitos custodios son enviados para ayudar a la humanidad.
Queridos hijos, Yo solo los invito a donarse un poco más de corazón. Eso será muy importante para el fin de este tiempo; porque ustedes no solo deben crear grupos de oración, sino una gran red de fraternidad a lo largo y ancho del mundo.
Queridos hijos, Yo los invito a caminar junto a Mí en la paz y en la fe.
Hoy, también estoy aquí para pedirles algo importante. Ustedes saben, queridos hijos, que en Mis Centros Marianos de Amor se han manifestado los Campanarios de la Paz, que hacen sonar el llamado de la paz para las almas.
Hoy, también los estoy llamando, hijos Míos, a manifestar un Campanario de la Paz en la nueva Comunidad de Mi Hijo, para que los tres Centros Marianos de Amor ayuden a estas naciones, a las tres naciones a las cuales Yo Me aparezco, mes a mes, llamando a todos Mis hijos para que auxilien a esta humanidad a partir de la consciencia del corazón.
Por eso, ese Campanario de la Paz traerá paz para esta nación. Aunque les parezca, queridos hijos, que está muy lejos de su realidad, ese Campanario de la Paz en la Argentina traerá el bien y la paz para esta nación.
Hoy, vengo a su encuentro a anunciarles que es importante difundir la paz, y eso comenzará a través de la oración, también a través de los buenos actos que transmitan paz.
Es importante, queridos hijos, que ustedes se reúnan en nombre de la luz y de la paz, para ayudar a esta parte de la humanidad que mucho las necesita.
Claro está, queridos hijos, que sus oraciones cuentan. Pero es necesario ejercitar el servicio y la caridad; y eso comenzará, queridos hijos, a partir del hermano que está a su lado, mirándolo con ojos de paz y de amor, para disolver el conflicto que viven muchos corazones.
Así, muchos corazones se distancian de esa verdadera paz, porque en el fin de este tiempo, a partir de todo lo que viven los corazones en esta vida material, también se distancian de la luz y de la paz cuando los corazones generan conflicto.
Por eso, son llamados a pensar en esa paz, porque encontrarán al Señor en sus vidas y sus espíritus se regocijarán en el Corazón de Mi Hijo.
También hoy, los invito a sentir y a pensar en la Misericordia, en todas las horas que puedan en sus vidas. Este es un pedido primordial, queridos hijos, para que ustedes vean que es importante traerle más Luz a este mundo.
Para eso, queridos hijos, Mi Corazón Materno necesita de soldados fieles que puedan conducir a muchos grupos de almas a través de la oración, del servicio, de la paz y del amor; porque de esa forma, queridos hijos, sus corazones estarán unidos a las puertas del Cielo.
Quiero que sepan en este día, queridos hijos, que a través de la Gracia de Dios y del permiso que Él Me ha concedido como Madre Universal de todos, que Mi Corazón Maternal volverá aquí. Para eso, deberán orar mucho durante estos meses, para que Mi Corazón Maternal pueda estar presente a partir del próximo año.
Y vendré aquí a socorrerlos y auxiliarlos durante el tiempo de esta purificación. Por eso, la oración preparará sus corazones.
Lleven sus mentes hacia el centro del corazón y vivan dentro de Su Reino de la Paz; porque de esa manera, queridos hijos, no solo estarán Conmigo, sino también con Mi Hijo.
Por eso, oren, oren y solo oren. Oren por aquellos que se olvidan de orar, y más aún por aquellos que no quieren orar en este tiempo.
Vivan los principios y los atributos de los patriarcas, y aprendan de los grandes padres de la oración a convivir en la paz y en el bien, difundiendo amor y esperanza.
Hoy, estoy aquí, sobre esta ciudad para bendecirla; porque ella es el corazón de la Argentina, que debe pulsar en este tiempo fuertemente a través de renovados grupos de oración, que no solo difundan la paz, sino también la esperanza que muchos necesitan, porque de lo contrario muchos corazones se perderán. Por eso, se necesita de instrumentos de la oración.
Mi Corazón necesita de fieles servidores que puedan difundir, desde el corazón, la pureza que ellos guardan. Porque de esa manera, queridos hijos, su pequeña pureza se unirá a Mi gran Pureza y Yo, a través del Amor Maternal, conviviré con ustedes día a día en sus hogares, en cada oración, para apoyarlos y decirles que sigan adelante porque el mal no los vencerá, sino Mi Corazón Inmaculado triunfará si ustedes tan solo lo permiten.
Por eso, escuchen el llamado que traigo del Cielo. Abran los oídos internos de su corazón, porque la esperanza es posible, queridos hijos. Y si están unidos a Mí, el corazón se curará poco a poco, y la consciencia se abrirá a lo nuevo y no le temerá a nada, porque estará Conmigo en este camino de oración que muchos necesitan vivir en este tiempo.
Cuenten Conmigo, queridos hijos, porque Yo Soy su Madre, su Madre de la Paz.
Ahora, deben colocar sus corazones y su atención en la importancia de la oración. Día a día, deben crecer a través de este ejercicio y no tomarlo como algo muy simple, sino como algo muy sagrado.
Yo les estoy enseñando, queridos hijos, Mensaje diario tras Mensaje diario, a aprender a caminar en la oración y a descubrir los atributos que Mi Inmaculado Corazón una vez vivió cuando estuvo sobre esta Tierra.
Queridos hijos, Yo Soy Madre y parte de esta humanidad; por eso, los conozco profundamente. Sepan que leo y siento sus pensamientos, conozco sus intenciones desde el corazón. Entonces, queridos hijos, ustedes son transparentes ante Mi Corazón. Por eso, Dios Me envía hacia ustedes para enseñarles a caminar por el camino del bien y de esa manera, queridos hijos, su ejemplo de vida, su simplicidad y su humildad puedan atraer a muchos corazones que necesitan también aprender una nueva forma de vida.
Esta humanidad está equivocada, queridos hijos; y silenciosamente Mi Corazón Maternal ha acompañado paso a paso el despertar de esta humanidad, los aprendizajes y las pruebas.
Yo he estado aquí, queridos hijos, siglo tras siglo, irradiando a todos Mis hijos a través de la Fuente del Amor de Dios, para que sepan que el universo es amplio y que en él existe la Gran Presencia de Dios.
Por eso, sus ojos siempre se deben elevar hacia el infinito, para que su aspiración pueda estar por un camino recto que solo los lleve hacia el Señor, como los ángeles del Cielo. El amado Arcángel Gabriel Me lo enseñó en la Anunciación.
Mis Palabras son derramadas a través de la Luz. Por eso, deben guardarlas como un tesoro en el corazón; porque ustedes saben, queridos hijos, que ya son las últimas, las que Yo anuncio en Medjugorje y que ahora anuncio aquí, entre ustedes, para despertar la fe en este tiempo tan definitivo.
Por eso, hoy caminen, queridos hijos, dando pasos con esperanza y aceptando vivir en el Señor, por sobre todas las cosas.
Más allá de sus vidas, sus corazones siempre deben aproximarse al Reino del Señor, porque allí estarán refugiados bajo la Luz de Mi Maternidad y bajo la Luz del Corazón de Mi Hijo. En esto deben creer, queridos hijos, porque permitirá fortalecer su fe y su devoción a Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora vamos a orar por las naciones, ejercitando la oración del Ave María en los diferentes idiomas. Y hoy, vamos a incluir también el Ave María en latín.
Ella dijo que mientras oramos, abrirá una puerta desde el Cielo para que la Luz descienda sobre este lugar y se pueda difundir a través de la Paz.
A pedido de Nuestra Señora oraremos dos veces cada Ave María.
Queridos hijos, les agradezco por este simple ejercicio del corazón. Por este motivo, los invito a continuar orando junto a Mí durante todos los días, por amor a todas las naciones del mundo, para que sus representantes puedan guiar los corazones de todas las almas hacia el camino de la eternidad.
Queridos hijos, les agradezco por responder a Mi llamado y por su amor, por haberme recibido este día con tanto amor en el corazón.
Que el Cielo de Dios, Su Universo Infinito, permanezca en sus corazones para siempre.
Bajo Mi bendición maternal y la bendición de Mi Hijo Jesús, Yo les digo, queridos hijos: ¡vayan en paz y adelante!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a intentar hacer una síntesis de lo que Nuestra Madre nos transmitió hoy, los pedidos que nos hizo, para que después Fray Elías nos haga un breve relato de cómo se llevó adelante la Aparición.
Dos cosas importantes que Ella manifestó hoy como pedidos, comenzando por el Mensaje diario, es que el Núcleo de trabajo que existe en Córdoba, que como ustedes saben hay un Núcleo en la ciudad de Capilla del Monte y un Monasterio en las Sierras de Córdoba, esa tarea se convierta en una Comunidad.
Eso significa que va a haber una responsabilidad mayor hacia el Plan de Dios. Y todas las personas y los grupos que, sobre todo, asisten a esa tarea aquí, en el norte de Argentina, también van a tener una responsabilidad mayor.
Como todos saben, las Comunidades-Luz están diseñadas para sustentar el proceso de purificación y para que nosotros, como seres humanos, tengamos una opción de una vida diferente, una vida dedicada al Único y al servicio al Único.
De la misma forma que la Comunidad Figueira y la Comunidad Fraternidad en Casa Redención, ahora la Comunidad de la Hermandad va a ser una meta a alcanzar por todos nosotros.
Como todos saben, también son tres puntos estratégicos dentro de América que nos van a permitir sustentar los movimientos planetarios durante la purificación. Y esto lo vamos a hacer a través de la oración, como se nos ha pedido y se nos ha enseñado.
Como ya sabemos y hemos repetido varias veces, la oración será el instrumento que la humanidad tendrá para sustentarse en los momentos difíciles. Un instrumento que cualquier persona de cualquier religión, de cualquier raza, de cualquier color y de cualquier estado social puede llevar adelante. Por eso, va a ser el instrumento que nos va a sustentar, y cualquiera de nosotros lo puede hacer.
Por lo tanto, a partir de ahora, sobre todo para el Norte Argentino hay un compromiso bien importante que es unirse de corazón y acompañar el desarrollo de la Comunidad.
Otro de los pedidos de Nuestra Madre es que construyamos un campanario, como el que hay en la Comunidad Figueira y en Aurora.
Así que nos vamos a poner a trabajar, porque a través de cada campanada tocada en las horas en las cuales se nos ha indicado, la energía de la Paz desciende sobre ese lugar; y allí donde exista un pacificador orante, esa energía es atraída hacia el lugar donde ese pacificador se encuentra.
Y como todos nosotros nos tenemos que convertir en pacificadores, a través de cada oración vamos a estar atrayendo hacia aquí, unidos al campanario, la energía de la Paz.
Recordemos que en este tiempo todo está permitido. Todo el bien que podamos generar está permitido. Toda la paz, todo el amor, todo lo que podamos brindar está permitido y va a estar multiplicado como nunca antes lo vimos. Así que confiemos en que nosotros como seres de amor podemos multiplicar: el amor, el bien y la paz. Y no nos preocupemos por lo que se multiplica del otro lado, que va a ser mucho también.
Así que nos tenemos que colocar a trabajar con mucho esfuerzo.
Ahora vamos a escuchar al Fray, a ver ¿qué nos puede contar?
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pensamos que hoy la Aparición iba a ser frente al Altar, pero fue al revés. Nuestra Madre siempre tiene planes maravillosos para nosotros.
Como ustedes escucharon hoy, Ella vino como la Reina de la Paz.
Para comprender mejor, vamos a explicar cómo fue la Aparición.
Descalza, con un rosario entre Sus Manos, con el que oraba constantemente mientras hablaba.
Vestía una túnica rosa, un cinturón azul y un velo blanco que llegaba casi hasta Sus Rodillas y que se movía de un lado hacia otro, pero también ese velo caía un poco hacia adelante a partir del movimiento que Ella realizaba cuando nos hablaba; y alrededor de Ella un aura azul.
Cuando Nuestra Señora apareció sobre este lugar, lo hizo a través de un canal que era celeste, directamente coligado con los Cielos. Y, a través de Ella, se derramaba Luz hacia aquí, y se expandía por toda Córdoba cuando Ella dijo que Córdoba era el corazón de la Argentina.
Ella mostraba cómo Córdoba debía ser un corazón que pulsara fuertemente y que esa Luz fuera enviada como por arterias hacia todas las provincias. Es un ejercicio creativo que Ella nos enseñó para orar, porque Ella dijo que eso ayudaría mucho a la Argentina.
Cuando Ella se refirió al Campanario de la Paz, nos mostró que esos tres campanarios ya estaban manifestados, sobre todo el que va a estar presente en las Sierras de Córdoba; y que los tres, al unísono, irradiaban Luz para toda América del Sur.
Ella nos prometió que, si ese campanario estuviera manifestado antes de fin de año, podría auxiliar a las tres naciones durante el proceso de purificación.
Le preguntamos si eso significaba que, en Argentina, Uruguay o Brasil, nadie viviría la tribulación. Ella nos dijo: “Cada hijo vivirá el estado de purificación que está previsto, pero si hacen lo que Yo les pido, si oran Conmigo, estarán muy protegidos y Mi Corazón los podrá auxiliar a todos”.
Nuevamente, hoy, Ella nos dio una lección sobre ser humildes y ser mediadores a través de la oración. Sobre todo, Ella nos pidió sobre aquellos que vemos diariamente, que desconocemos, o que nos podemos cruzar en nuestra vida, y que también necesitan de esa oración. De esa forma, Ella dijo que vamos a estar ejercitando la fraternidad.
Y cuando Ella nos dijo que volvería a Córdoba, le preguntamos ¿cuándo sería? Ella nos respondió, como todos escucharon, que había que orar mucho.
Le preguntamos: “¿La Señora tiene previsto aparecer en la Casa de Oración que está en las Sierras de Córdoba?”.
Ella dijo, moviendo Su Cabeza: “Sí, está en los Planes de Dios”.
Y acrecentó algo más, que nos llamó mucho la atención: “Todo dependerá de que las comunicaciones en este mundo se mantengan en pie, para que Yo pueda transmitir Mi Mensaje”.
Entonces, comprendimos lo importante que es la tarea que Ella está realizando en este tiempo y que Ella también está llevando Su Mensaje a través de los medios que disponemos en este momento, intentando salvar a todos los más que pueda.
Por eso, sabemos que también allá, en las Sierras de Córdoba, no existe la posibilidad de transmitir una Aparición, hasta este momento.
Por eso, Ella va a esperar que eso se manifieste. Creímos comprender que se trata de una tarea de todos poder hacer posible que las Apariciones sean en esa Casa de Oración que Ella mandó a construir.
También nos hizo un tercer pedido a los grupos que hoy están aquí presentes y a los que no lo están, específicamente todos los hermanos de Argentina.
Sabemos que el próximo sábado tenemos la Aparición en Luján y, en ese momento, Ella nos pidió que algunos representantes de los grupos de oración presentes, realizaran con los hermanos de los grupos de Buenos Aires, en ese día de la Aparición, una peregrinación hacia el Santuario de Luján.
Le preguntamos cuál era el motivo y si tenía un pedido especial. “Lo importante”, Ella dijo, “es que vaya quien pueda, que se una a esa peregrinación; porque la misma tarea que Yo estoy haciendo aquí, también la realizaré en esa Aparición de Luján”.
Así, queda la invitación de parte de Nuestra Señora.
Madre María Shimani de Montserrat:
Así, hay que ponerse a trabajar, a orar y a peregrinar.
Nosotros vamos a estar, como dijo Fray Elías, este próximo sábado en Luján. Como Ella ha venido apareciendo en estos últimos meses y lo seguirá haciendo según nos ha dicho hasta fin de año, tenemos que aprovechar mucho la Presencia de nuestra Madre.
Los invitamos a todos a que nos acompañen y sepan que cada momento, en que la Madre está presente, es un momento inigualable para recibir Sus códigos de Luz; que si asistimos a la Aparición, abiertos de corazón y unidos internamente a Su Presencia, mientras oramos muchas cosas pueden pasar en nuestras vidas, lo que hemos esperado desde que nacimos; porque como les dije anteriormente, en este tiempo todo es posible, y tenemos que tener mucha fe en eso.
Nos vemos en Luján. Muchas gracias a todos por estar con nosotros.
Queridos hijos:
Recordando el milagro de las Bodas de Caná, hoy les pido que, a través de la oración, vuestros corazones sean convertidos como Jesús convirtió el agua en vino. El misterio de este milagro se encuentra en el amor que ustedes pueden tener delante del Padre.
Por eso, hijos, en este día, acompañen a Jesús en la conversión de la humanidad, la cual necesita de Misericordia y de Perdón.
Queridos hijos, que vuestras vidas reflejen la enseñanza de Jesús en espíritu y en esencia. Que vuestros brazos estén abiertos, libres y preparados para recibir a los que más necesitan de Misericordia.
Pequeños hijos, hoy los estoy llamando a vivir este milagro de las Bodas de Caná en vuestros corazones para que vuestras consciencias vivan el gran ejemplo de conversión que Mi Hijo realizó en nombre del Amor de Dios.
Cuando Jesús convirtió el agua en vino estaba instruyéndonos sobre cómo el Amor de Dios convierte lo impuro en Puro, lo irreparable en Reparable, las faltas en Misericordia, la oscuridad en Luz. Por este motivo, queridos hijos, que hoy vuestra oración sea una nueva conversión de Caná, una demostración del amor que cada uno de ustedes guarda por Dios.
Pero ese amor que guardan debe irradiarse en hermandad para todos, porque así, todos estarán uniéndose a la gran red del amor y de la fraternidad.
Vuestra redención comenzará cuando reconozcáis que sois parte de Dios y que Dios es parte de vosotros, porque en este simple ejercicio estaréis colaborando en la elevación espiritual de la humanidad.
Por eso, es importante orar todos los días, aún más en este tiempo de exigentes cambios en cada uno de Mis hijos. Pero si están bajo la Luz del Espíritu Santo, vuestros corazones recibirán nuevamente la Gracia del Perdón.
Estén en Mi Paz y busquen estar en Mi Paz Maternal.
¡Les agradezco!
Gracias por responder en este día a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Cuando sientas soledad, Yo estaré contigo.
Cuando veas que la vida es un naufragio, Yo estaré contigo.
Cuando dudes de tu fe, Yo te fortaleceré.
Cuando sientas que cargas mucho sobre ti, Yo te aliviaré.
Cuando busques a Mi Hijo, Yo te Lo mostraré y te daré de beber de la Fuente de la Misericordia y de la Redención.
Cuando veas que todo está vacío, Yo te llenaré con el Espíritu de Mi Amor.
Cuando nadie pueda socorrerte, Yo te colocaré bajo Mi Manto para que, junto a los ángeles del Cielo, alabes a Dios, la Fuente del Amor y del Perdón.
Cuando sientas alegría, Mi Corazón estará contigo.
Cuando sientas tristeza o desesperación, llámame, porque allí Yo estaré y te pondré en Mis brazos, así como lo hice con Jesús, para irradiarte la Luz de Dios, entonces, ya no sentirás soledad, sentirás el Consuelo Materno de Mi Corazón.
Cuando cultives la oración en tu corazón, allí estará Dios, porque las almas necesitan aún del perdón.
Cuando no encuentres el camino, clama por Mi Corazón, y Yo irradiaré la Luz de Mis ojos para que camines hacia Mi Hijo, el Redentor. Así serás como una oveja que aspira a la guía del Gran Pastor y, junto a los corazones de todo el mundo, suplicará por redención.
Será el momento en que tu corazón se guarde dentro del Sagrado Corazón porque así estarás protegido de todo dolor.
Ahora, en este día, aspira a estar en Dios y en vigilia, en eterna oración por las almas.
Cree en el poder de la Misericordia y eleva tus súplicas como flores hacia los Cielos, porque Yo las recogeré para entregarlas con amor al Creador como una oferta de un alma en redención. Y cuando veas de nuevo el amanecer, recuerda que está naciendo la Luz de Dios para cada ser.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Como Madre del Cielo, hoy los invito para un encuentro interno con Mi Hijo a través de la adoración a Su Sagrada Agua y a Su Divina Sangre. Contemplen estos dos principios de glorificación de Jesús para que vuestros corazones colmen el alma bajo los Dones de Cristo.
También, hoy, hijos Míos, mediten y sientan el don de la transfiguración, porque, en vuestra unión con Cristo, comprenderán la Sabiduría de Dios. Que el Espíritu Santo participe en vuestras vidas y, unidos a la Sagrada Agua y a la Divina Sangre de Jesús, beban de la Fuente de la Salvación y de los prodigios en nombre de la humanidad.
Queridos hijos, hoy los llamo a considerar en vuestra oración a todos los Dones del Señor, el Altísimo, Dones que se manifiestan a través de Su Hijo Predilecto.
En vuestra unión sincera con Jesús ayudarán a equilibrar a muchas almas que deben alcanzar, en este tiempo, la Luz y la conversión a través de la paz. Un alma que está verdaderamente en el camino de la conversión es permeada por el Amor Misericordioso de Mi Hijo. Él es quien en verdad las guía y las conduce hacia las Puertas del Cielo.
Queridos hijos, vivan hoy esta unión con Cristo de corazón a Corazón y de espíritu a Espíritu, porque en ese ejercicio espiritual de unidad concretarán, en vuestros corazones, la amada y honorable Voluntad de Dios en vuestras vidas.
Sean partícipes del tiempo de la Divina Misericordia y, mediante la oración, propaguen el Espíritu de la Paz a todos aquellos que la necesitan.
Hoy, de nuevo formo instrumentos que viven el camino de la salvación y que, unidos a Cristo, deben irradiar el amor interno del corazón. Las almas claman por auxilio aunque muchos corazones están ciegos a ese llamado interior.
Por eso, hoy los llamo a la oración por todos ellos para que vuestros hermanos también sean partícipes del tiempo misericordioso. Sean vigilantes en la oración del corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como la Estrella del Cielo y del Universo, vuestros pasos son guiados bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón. Así vuestros pies caminan por el sendero hacia el encuentro con Mi Hijo. Este es un sendero que se construye en la pacificación y en la fe del corazón.
Queridos hijos, hoy los llamo a alegrar vuestros corazones y a no temer por nada, porque vuestra Madre Celestial está con ustedes, está a vuestro lado observando el caminar de cada alma, observando la definición de cada corazón ante los Planes de Dios. Porque cada uno de ustedes guarda en el corazón algo que es reverenciado por los ángeles del Cielo. Eso tan preciado que ustedes guardan, se llama: pureza del corazón.
Aunque el mundo olvida, día a día, fortalecer el espíritu mediante la oración y el Amor a Dios Creador, hoy los invito a que busquen dentro de vosotros la pureza inmaculada del corazón. Por amor, Dios les ha entregado a Su Hijo Predilecto, quien lesdejó el camino de la verdad y de la salvación.
Por eso, queridos hijos, hoy reverencien, adoren y glorifiquen la Presencia del Hijo de Dios en vuestras vidas.
En este día de importante reparación del Corazón de Cristo les pido que, por amor, entreguen vuestras vidas a Jesús y que encuentren, en el Amor Misericordioso de Cristo, la puerta para vuestra salvación y redención.
Hijos Míos, nuevos instrumentos de Cristo, nuevos fuegos de Su Misericordioso Amor deben despertar en este tiempo porque las almas, como chispas del Amor de Cristo, ayudarán en la salvación de las esencias mediante el servicio y la consagración.
Hoy, queridos hijos, quiero que recuerden que ustedes son esencias preciosas de Dios y que más allá de vuestra comprensión y de vuestra razón existe la expresión del Amor del Padre en cada una de Sus criaturas. Si al menos las almas recordaran que son esencias creadas por Dios, los pasos en la consciencia podrían estar unidos a Su Voluntad.
Queridos hijos, como Madre de la Redención, dejo hoy a cada uno de vuestros corazones Mi corona de estrellas, para que, guiados por Mi Amor Inmaculado, reconozcan el valor de vuestra fe y de vuestra confianza absoluta en Dios Creador.
Hoy también les digo que por nada teman y caminen, caminen en la oración porque ella será vuestro escudo para los momentos importantes. Uniendo, día a día, vuestros corazones en la fraternidad ustedes podrán llevar grabado en vuestros seres la Eterna Paz Celestial del Señor.
Difundan el poder misericordioso de la oración y que vuestras vidas revelen, a los que están distantes de Dios, las enseñanzas y las transformaciones que Cristo ha hecho en vuestras consciencias.
Sean nuevos pastores de la oración y, mediante el ejercicio orante, sean Conmigo guardianes de todas las almas. Recemos por la presencia de la Misericordia de Dios en el mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Por la conmemoración de Mis apariciones mensuales en los días 25 en Medjugorje, hoy los invito y los reúno en nombre de Jesús para que vuestros corazones contemplen la existencia del Centro Mariano de Figueira.
Al cabo de veinticinco años de instrucción, necesaria para vuestras vidas y amorosa para vuestras almas, hoy les anuncio que la Bienaventurada Madre Universal, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, caminó silenciosamente junto a ustedes por esta senda de enseñanzas y aprendizajes.
Queridísimos hijos, quiero que hoy comprendan en vuestros corazones que Dios Padre se manifiesta no solo a través de Mi Inmaculada Voz, sino también a través de todos los que de corazón se donan para concretar el Plan Divino en la Tierra.
Por eso, hijos Míos, Dios Padre es el Gran Árbol de la Sabiduría, sus raíces y sus ramas son la expresión del Infinito Universo y sus hojas son la emanación de las almas sobre este amado planeta.
Queridos hijos, para que eso exista en toda la vida creadora, existe en vuestras vidas la presencia de la Madre Universal, de la Reina de la Paz, de la Estrella de la Mañana que anuncia el nuevo tiempo antes de la llegada de Su Hijo.
Queridos hijos, por eso, vuestras vidas y vuestras esencias siempre están unidas a la esencia del Corazón de Dios. Como Madre del Mundo, como Señora de los Cielos vengo a vuestro encuentro para revelarles el verdadero misterio de vuestra fe y de vuestras vidas; ese misterio se llama Amor al Todo, Amor al Único, Amor a la Voluntad de Dios.
Por eso hoy, con el Rosario de la Paz entre Mis benditas manos, de nuevo los invito a la oración porque, día a día, muchas almas se pierden y no encuentran el camino hacia la Luz.
A ustedes, Mis queridos hijos, que están despiertos a la vida del espíritu, solo les bastará en este tiempo servir: servir al donarse, servir al amar, servir para reparar el Corazón de Mi Hijo.
Mediante vuestra madurez interior y con la oración como ejercicio primordial, ustedes estarán dando pasos seguros hacia la consagración de vuestros pequeños corazones.
Hijos Míos, en este 25 de octubre, y después de muchos acontecimientos ya sucedidos por la presencia de Mi Inmaculado Corazón, los llamo al despertar de vuestra consciencia para que, bajo la Voluntad de Dios, surjan nuevos y donados servidores marianos de la paz. Estos soldados de la paz tienen el espíritu de amar la oración, de estar en servicio interno por las almas y de encontrar, en la Voluntad de Dios, la aspiración de alcanzar la Eternidad.
Hijos Míos, despierten al llamado y escuchen en vuestros corazones la Voz del Único y Gran Señor.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy, estoy aquí, queridos hijos, y también estoy en Venezuela con todos Mis hijos de esa nación.
Mis Planes de Paz no han cambiado y se están difundiendo en el corazón de todos Mis hijos.
Como Señora de las Gracias, hoy derramo la Gracia de Dios sobre esa nación y en este momento los invito, queridos hijos, a orar por las naciones del mundo, como todos los meses.
Hoy, también les traigo en Mis Manos, queridos hijos, las Espigas de la Sabiduría: la Sabiduría del Padre, la Sabiduría del Hijo y la Sabiduría del Espíritu Santo. Este es el símbolo de las Espigas de la Sabiduría, algo que ustedes deben considerar importante en el fin de los tiempos.
Hoy, materializo estas tres espigas para su comprensión y para que puedan ver la hermosura de la Creación de Dios.
En las espigas se encuentra la Sabiduría del Señor. Es un símbolo antiguo del cristianismo, algo que deben considerar en este tiempo, para su instrucción interior.
La sabiduría los llevará por buenos caminos y, en consecuencia, tendrán buen discernimiento cuando estén unidos al Padre en la oración.
Oremos por las naciones en este momento. Este es un pedido celestial, es importante, es la Voluntad de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Después del secreto definitivo que Nuestra Señora nos reveló, vamos a orar a pedido de Ella.
Por eso, vamos a orar no solo por Venezuela, sino por todas las naciones del mundo. Y Nuestra Señora pidió que oráramos, especialmente, por los gobernantes para que encuentren la Luz de Cristo.
A pedido de Nuestra Señora, vamos a orar la Madre Universal en diferentes idiomas. Repetiremos la oración dos veces en cada idioma.
Vamos a comenzar a orar en español y va a orar con nosotros, nuestra hermana Kueipeh de Venezuela, a pedido de Nuestra Señora.
Oración: “Madre Universal” (en español, portugués, inglés e italiano).
En esta noche, queridos hijos, les agradezco la presencia de cada uno de ustedes dentro de Mi Corazón.
Bajo la bendición todopoderosa de Dios, hoy, Yo les doy Mi bendición maternal nuevamente.
Vayan en la Paz de Mi Hijo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Madre María Shimani de Montserrat:
En este profundo silencio de reflexión que nos dejó Nuestra Madre, en este silencio interior, vamos a colocar nuestra gratitud en nuestro corazón y vamos a tener presente, en nuestras oraciones, el pedido de Nuestra Madre de orar por los gobernantes.
Ahora, Fray Elías, hará un breve relato de lo acontecido durante la Aparición.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Mientras orábamos, en la tarea de oración se fue profundizando el proceso de la Aparición.
Antes de la Aparición fueron desarrollándose diferentes situaciones, que les vamos a contar ahora.
Por ejemplo, en diferentes niveles se fueron proyectando hacia este lugar físico, en donde nos encontrábamos, diferentes estados de lo que comprendemos como el Cielo, y ese movimiento de energía era guiado por consciencias angélicas.
Mientras el proceso de oración se desarrollaba, también sucedió algo: aparecieron en el cielo Abraham e Isaac, acompañados por otros seres que conocemos como santos; y aquí, sobre la superficie de la Tierra, se desarrollaba otra escena mientras ellos estaban presentes.
Mientras esa situación se desarrollaba, le preguntamos a Abraham qué estaba sucediendo. Él nos dijo que ellos, los profetas, son regidos por la Reina del Universo y, en ese momento, Abraham nos mostró una escena del Juicio Final y nos dijo que era el símbolo de la separación de la paja del trigo. Eso se manifestaba a través de un juicio, como lo conocemos aquí en la Tierra, un juicio en el que una persona es condenada por un juez.
En ese momento, no sabíamos qué estaba sucediendo hasta que esa situación se aclaró. Abraham mostraba en ese juicio que se estaba definiendo el camino de muchas almas, nos dijo que eran almas de esta humanidad y nos explicó que ese juicio sucedía en un nivel interno de la consciencia de todos los seres de la Tierra.
Le preguntamos si esa situación, esa realidad que él mostraba, era concomitante, si coincidía con este tiempo de la Tierra que estamos viviendo. Él nos dijo que sí, que las almas se estaban definiendo por un camino o por otro.
Le preguntamos a Abraham y a Isaac por qué estaban presentes hoy. Ellos nos dijeron que estaban cumpliendo una parte de la profecía que fue escrita hace mucho tiempo.
Después, esa situación desapareció de este lugar, fue como si los profetas se hubieran recogido en el interior de ese cielo.
Luego, llegó el momento de la Aparición y nuestra Madre apareció en lo más alto del cielo. Ella posaba Sus Pies sobre una gran rosa de Luz.
Lo que llamaba la atención es que la rosa estaba invertida hacia abajo, hacia aquí. Y la Luz de esa rosa se derramaba sobre este lugar, mientras Nuestra Señora descendía lentamente hacia aquí.
Hoy, Ella se manifestó como la Señora de las Gracias, porque nos dijo que nuevamente estaba haciendo una tarea con las naciones. Y, cuando Ella apareció, comenzó a dirigir las Palabras lentamente.
Una de las cosas que Ella nos dijo fue que no nos hablaría mucho porque Ella estaba cumpliendo con la Voluntad de Su Padre. Entonces, nos mostró el símbolo de las tres espigas y nos explicó el significado de las tres espigas que traía en Sus Manos, las que donaba, entregaba y ofertaba a nosotros.
Hoy, nuevamente, Ella nos habló de la importancia de que pidamos sabiduría, sobre todo, que pidamos al Padre por sabiduría en nuestra consciencia en el fin de este tiempo. Nos dijo que cuando recibamos esa sabiduría o pidamos esa sabiduría estaremos en caminos correctos.
Durante el silencio prolongado que hubo, Ella nos reveló un secreto que llamó “el secreto definitivo”. Después, Ella se quedó en un profundo silencio, contemplándonos. Nos mostró, a través de ese secreto, varias imágenes, acontecimientos por los que nos pidió que oráramos. Y, sobre todo, nos dijo: “Necesito que hoy oren con sinceridad”; y entonces, nos pidió que oráramos la “Madre Universal”.
Al principio de la Aparición, Ella nos hizo un pedido especial, que definió como una aclaración para nosotros, sobre la Aparición de mañana. Nos dijo que mañana será una Aparición importante y nos prometió que nos dirigiría las Palabras con más precisión.
Ella nos dijo que va a consagrar el Portal de la Paz que está en la Colina de las Apariciones de Figueira. Y para eso, nos dijo que la Aparición será a las 21h. Le preguntamos a Nuestra Señora si ese horario tenía un motivo especial y Ella nos dijo: “Claro que sí, tiene un motivo; las 21h es un horario especial para el planeta, es la hora de la vigilancia, en la que el alma puede estar más vigilante; y también es la hora de la reparación del Corazón de Mi Hijo”. Por esos motivos, Ella va a aparecer en ese horario.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, mañana vamos a preparar nuestro corazón para estar vigilantes; y así, junto a nuestra Madre, podremos reparar el Corazón de Nuestro Señor.
Ella pidió que hagamos una peregrinación con velas, desde la entrada del camino que conduce a la cima de la Colina de las Apariciones.
Para cerrar, vamos a cantar.
Canción: “Madre Divina”.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Muchas gracias a todos.
Hijos Míos:
En el advenimiento de un nuevo tiempo para el mundo, tiempo de cambios y aprendizajes, hoy les pido más oración: oración que brote como manantial desde vuestros corazones, oración que socorra al mundo, oración que alivie el gran peso de la humanidad. La oración les traerá siempre claridad, sabiduría y discernimiento en los momentos que llegarán para la humanidad.
Vuestras vidas ya viven un tiempo distinto. Es necesario, queridos hijos, estar atento y vigilante a la consciencia y al corazón.
Mientras el mundo continúa reiterando errores que se vuelven irreparables, Mi Corazón Materno llega a la humanidad para traer Luz y Misericordia.
Sé que algunos de Mis hijos juzgan la veracidad de Mi existencia y de Mis apariciones para ustedes. Por eso, queridos hijos, hoy les digo que la Bienaventurada siempre Virgen María, Madre Universal y Reina de la Paz, está entre ustedes desde hace ya algunos años.
Dios Me dio el permiso de enviar Mi mensaje salvador a todos Mis hijos; por esto, muchos corazones fueron partícipes de Mis apariciones a lo largo del último año.
Queridos hijos, ante el hambre en la humanidad, ante la guerra que despierta entre corazones hermanos, ante la pérdida mayor de niños y adolescentes, ante el camino de perdición que muchos jóvenes están recorriendo y ante muchas cosas más que ahora ustedes desconocen, Yo les digo: ¡Recen! ¡Recen! ¡Recen y recen como si fuera la última vez! y reconozcan desde este día la Gracia Celestial que ustedes están recibiendo a través de la amorosa intercesión de Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, ahora ya son adultos en vuestra vida de oración, por eso, con madurez y caridad, oren por la Paz y por la Misericordia para cada rincón de este mundo.
Este es Mi último y definitivo llamado a la humanidad: ¡Oración! ¡Oración y oración! para que más almas puedan ser partícipes de la presencia del Maestro y Salvador.
Queridos hijos, ustedes tienen en vuestras manos y en vuestros labios el camino de la Salvación, de la Gracia y de la Misericordia. Ustedes tienen en vuestras vidas el poder infinito de la oración. Ustedes deben amar la oración y sentirla en lo profundo de vuestras almas.
Queridos hijos, están en Mi Corazón, por eso están siendo despertados del sueño de este mundo por el Amor Universal de la Reina de la Paz.
Están en Mí.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Si buscan vivir en la esencia de Mi Paz ustedes hallarán el Reino de Dios sobre la Tierra, y entre los corazones se disolverán los conflictos, conflictos que nacen desde la propia consciencia.
En este tiempo, principalmente, estén unidos de hermano a hermano a través de la oración y déjense conducir por el poder que ella tiene cuando es pronunciada con amor.
Queridos hijos, recogidos en este día dentro de Mi Corazón, busquen la presencia de Mi Hijo, practiquen las enseñanzas de Jesús mediante la oración diaria, el servicio y la fraternidad.
Ya no es momento de que algún corazón, de que algún hijo del Padre deje de cumplir su tarea diaria de oración porque, sin percibirlo, se estaría alejando del propósito y comenzaría a vivir bajo los principios humanos, incluso aquella alma que se haya consagrado.
La oración es la sal de vuestras vidas, es el condimento que provee la humildad y la sabiduría en estos tiempos. Hijos Míos, mientras caminen sobre este mundo, ustedes abrirán una pequeña puerta hacia el Cielo a través de la oración diaria para encontrar la paz y la mansedumbre.
Sean en todo momento misericordiosos aunque vuestros pensamientos y sentimientos digan algo diferente.
Únanse al Corazón de Mi Hijo para que todas las ovejas que se han separado de Él encuentren de nuevo el camino. Ustedes son parte del Plan de Dios, Plan que se está cumpliendo con esfuerzo en esta parte de América a través de los anuncios de Mi Inmaculada Faz.
Como Madre del Alivio, les doy Mi Bendición y los invito a recordar el camino de humildad para vuestros corazones, para que así, sobre este mundo, haya más paz y armonía.
¡Les agradezco!
¡Gracias por orar el rosario todos los días!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En este mes del Rosario, hasta el día 26 de noviembre, Yo les pido que, por amor a Dios Creador, se reúnan en grupos de oración y recen al menos las primeras cincuenta cuentas del Santo Rosario por el mundo y por la humanidad, uniendo así este pedido al que ya he hecho por todas las naciones del mundo.
Hijos Míos, por medio de este pedido maternal, Mi Inmaculado Corazón intercederá en favor de todas las almas que necesitan paz y perdón en este tiempo, con la misión celestial de que todos Mis hijos despierten del sueño en el que normalmente viven y comiencen a vivir para Dios, en Su Amor y Misericordia.
Para que eso pueda suceder en la mayoría de Mis amados hijos, la oración del corazón de parte de todos los grupos que se han consagrado a la Madre Divina será considerada de importancia universal.
Queridos hijos, cuando las almas están conscientes de los pedidos que Dios envía a través de Mi Inmaculado Corazón, esa acción amorosa de responder al llamado, repercute en toda la vida del planeta y de la humanidad.
Mediante el ejercicio del rosario durante estos días de octubre hasta noviembre, vuestras vidas se estarán preparando en consciencia para lo nuevo, para el tiempo que llegará al mundo.
Hijos Míos, ustedes, abriendo vuestros corazones, permitirán que esta tarea se vuelva sagrada y verdadera como lo es descansar, alimentarse y vivir para Dios. Cada acción de la vida en este tiempo debe ser sagrada para que Dios se sirva de los buenos ejemplos de aquellos de Sus hijos que aprenden las leyes de la convivencia y de la fraternidad.
El nuevo mundo será integrado por grupos de almas que aprenderán a vivir las leyes así como vivieron y obedecieron los antiguos pueblos del desierto junto a Moisés. Dios tiene preparado para cada alma un mensaje especial de amor y una misión.
Vuestro ejercicio de oración diaria permitirá que a cada momento vuestros corazones contemplen la Voluntad de Dios.
Queridos hijos, que este mes del Santo Rosario sea un mes preparatorio, una verdadera escuela de oración para todos.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Guarden en vuestros seres el Amor Inmaculado de Mi Corazón y, en confianza, llamen, mediante la oración, la presencia interna de Dios.
Queridos hijos:
Que este día domingo sea dedicado a la reparación del Corazón del Señor a través de la oración. En el ejercicio de la oración del corazón, se revelarán los atributos que a todos ustedes los ayudarán en este tiempo, atributos como la Fe, el Amor, el Perdón, la Misericordia y la Redención.
Queridos hijos, como Madre de la humanidad, les pido oración para que Mi Hijo interceda y alivie el dolor en muchos corazones.
Cada oferta sincera que nace desde vuestros corazones día a día, permitirá que los Planes del Altísimo se cumplan en la vida de todas las almas.
Hijos Míos, en amor y devoción pido a todos Mis hijos de la ciudad de San Pablo en el Brasil, que alcen sus ojos hacia el Reino Misericordioso de Dios y que así practiquen en sus vidas las enseñanzas maternales que Mi Corazón derramó a lo largo de este último año.
Mediante el ejercicio de la adoración al Corazón Sagrado de Mi Hijo, todos Mis hijos de San Pablo estarán unidos a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, queridos hijos, hoy Dios les pide crecer en consciencia desde el corazón y unir vuestras almas con los diferentes estados que la oración les irradiará, estados como la unidad, el amor y la fraternidad.
En este mes del Santo Rosario, que vuestros corazones descubran en cada Misterio las llaves de la salvación.
¡Agradezco a Mis hijos de San Pablo por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Bienaventurados hijos:
En respuesta al llamado urgente realizado en el día de ayer a Mis hijos para quienes Yo aparezco desde hace ya cinco años como la Bienaventurada Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, les anuncio que Mi Amado Hijo, Cristo Jesús, hoy Me envía hacia vuestros corazones para decirles que Dios Todopoderoso ha observado desde Su Corazón vuestra respuesta al llamado celestial de atención.
Queridos hijos, delante de la urgente necesidad de conversión y redención de todas las criaturas de Dios, hoy los llamo a la oración continua y, en especial, los llamo para que, durante todo este mes, vuestras vidas profundicen y donen tiempo a la meditación de cada uno de los santos Misterios del Rosario.
Allí, ustedes encontrarán las llaves para la conversión de vuestros corazones, que son: la paz, la entrega, la confianza en Dios, la caridad, el perdón, el Amor de Mi Hijo, el sacrificio y la resurrección junto a la glorificación de Cristo.
Hijos Míos, en este mes del Rosario quiero que se dediquen especialmente a unir vuestros corazones a cada uno de los pasajes de la vida de Jesús y de la vida silenciosa de Mi Inmaculado Corazón.
Pequeños Míos, que en este tiempo despierte en vuestras consciencias el llamado a la Redención y a la Entrega a Dios, llamado que Mi voz pronuncia día a día mediante los mensajes diarios.
Queridos hijos, bajo la Gracia de Dios, ya estamos próximos a completar un año continuo, sin interrupciones, de bienaventurados mensajes diarios de Mi Inmaculado Corazón, de la Reina de la Paz, quien intenta guiarlos por el camino del Bien y de la Paz en el corazón.
Después de un año continuo de Gracias recibidas, hoy quiero que, en respuesta a esas Gracias, unan vuestras vidas a las enseñanzas clave de Cristo.
Por este motivo victorioso de Mi Inmaculado Corazón en cada una de vuestras vidas, Yo hoy les anuncio, en nombre del Amor Misericordioso de Cristo Jesús, que en el día de mañana, 21 de octubre de 2012, Mis hijos videntes estarán honrándome mediante una sencilla oración y una interna comunión en el Santuario de Aparecida, santuario que amo con predilección por la expresión humilde de la fe de todos Mis hijos peregrinos del Brasil.
Por esto, queridos hijos, la Honorable siempre Virgen María, Señora Aparecida del Brasil, los invita y llama a todos Sus hijos, para que junto a Mis hijos los videntes, realicen esta sencilla peregrinación hacia el Santuario de Aparecida y que, a través de la oferta de orar cincuenta cuentas del Santo Rosario y de la comunión interna con Cristo, reparen Mi Inmaculado Corazón.
En respuesta a los eventos acontecidos entre ustedes y Dios, Yo les prometo que, quien participe con un sincero espíritu de reconciliación y perdón delante del Altísimo, la Madre María, Reina de la Paz, les irradiará el poder de la Divina Misericordia desde el Cielo y vuestras vidas quedarán absueltas ante la Ley.
Queridos hijos, llevé rosas entre Mis manos, hasta el trono de Dios, y el Padre de la Fuente del Amor y de la Compasión ha aceptado Mi oferta por todos ustedes. Este ejercicio de fraternidad que Yo les pido realizar permitirá que una vez más vuestros corazones estén limpios y puros delante de Dios.
Una vez más, queridos hijos, ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
Gracias por responder a este llamado celestial.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Madre quiere que todos salgamos afuera y que, si llueve, lo veamos como una Gracia de Ella.
Ahora, vamos a cantar mientras salimos y nos organizamos para quedar afuera; y no nos preocupemos si nos tenemos que quedar de pie.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora, sosteniendo una Custodia entre Sus Manos, nos pide que oremos con Ella.
Oración: “Ave María” (10 veces en portugués).
Madre María Shimani de Montserrat:
Inhalamos.
Hoy, queridos hijos, vengo a hablarles de una tarea importante en el fin de estos tiempos. Un ejercicio espiritual que los definirá en su camino espiritual.
Hoy, les hablo, queridos hijos, de la importancia de la adoración al Corazón de Mi Hijo, principalmente en estas grandes ciudades, en donde es altamente ultrajado por los movimientos y las acciones de todos los hombres.
Por eso, queridos hijos, alzando con Mis Manos este símbolo de la Custodia Universal, Yo les pido que adoren al Corazón de Mi Hijo, en este espacio sagrado en el que Yo Me He aparecido a lo largo de este tiempo porque, de esa forma, queridos hijos, Mi Hijo estará entre ustedes y ustedes estarán en Mi Hijo.
¿Por qué les pido en este tiempo la adoración al Corazón de Mi Hijo? Porque en el símbolo de la Custodia del Corazón de Mi Hijo, muchas llaves se revelarán para sus vidas.
Yo les prometo, como Reina de la Paz, participar con ustedes en este ejercicio. La Custodia es el Portal de la Luz para el nuevo tiempo y ustedes, queridos hijos, amorosamente deben reverenciar el Corazón de Mi Hijo; porque, en este tiempo final, estarán participando de Su Misericordia.
Por eso, queridos Hijos en esta última hora, abran sus corazones y eleven sus aspiraciones a Dios.
Como Madre, les llamo la atención; pero como Madre Misericordiosa los guío y los conduzco por el buen camino de la paz, el buen camino del cristiano, ¿será que se animan a conducirse por este nuevo camino que Yo les propongo?
Queridos hijos, todos necesitan de redención; pero ahora Mi Hijo necesita, a través de este ejercicio de adoración a Él, encontrar buenos y sanos instrumentos para que, a pesar de sus imperfecciones, la Luz del Corazón de Mi Hijo se pueda derramar sobre ustedes; y esto tendrá consecuencias mayores en los Cielos.
Mis Gracias Celestiales se derramarán sobre esta ciudad como también sobre otras. Muchos hijos Míos podrán ser rescatados y sus almas serán encaminadas hacia la salvación.
Queridos hijos, hoy estamos hablando de una única humanidad, una única raza que le corresponde a Dios.
Yo, como Madre, como parte de esta humanidad y de este lugar donde Yo nací, y desde aquí, desde el Cielo y desde el universo, vengo a auxiliarlos una vez más.
No solo el ayuno es importante para estos tiempos, sino también elevar sus conciencias a través de la adoración.
Sepan, queridos hijos, que hoy les traigo este mérito y presente universal, la Custodia del Corazón de Mi Hijo, porque les digo que este es Mi último día aquí.
Ahora, queridos hijos, es el momento de que sus pies comiencen a caminar por el sendero que Yo construí a lo largo del tiempo, camino que los llevará hacia la Luz, hacia la eternidad. Por eso, hijos Míos, no teman nada. Si solo cumplen lo que Yo les pido, estarán protegidos dentro de Mi Inmaculado Corazón; y en este tiempo final, el Corazón de Mi Hijo estará presente dentro de ustedes.
Hoy, también sostengo en Mis Manos, queridos Hijos, el santo rosario, el instrumento de oración de todos los siglos; oración que les he pedido, a lo largo de los tiempos, y que ha permitido que esta humanidad no se perdiera y fuera conducida hacia la Luz.
Pero, un mérito mayor llegó en el fin de este tiempo. En este último siglo, a través de la Misericordia de Jesús, Él también nos invita a honrar Su Corazón a través de la adoración que hoy les pido, y hoy Yo les enseñaré cómo hacerlo.
Deben colocar sus ojos de bondad y de amor sobre el misterio de esa Custodia, para que su alma se pueda expresar en ese momento y una conexión divina se pueda manifestar en esa hora, en ese lugar y en esa sala, donde se encontrará esta Custodia Universal.
Y, día a día, mediante ese ejercicio, sus corazones se elevarán y sin percibirlo encontrarán en su vida a los Ángeles Custodios del Señor para que se dirijan a cada parte de esta ciudad y a todo el Brasil, a auxiliar a las almas, sobre todo a aquellas que están con faltas graves en este tiempo y aún más a aquellas que cometerán acciones que no están dentro de la Ley del Señor.
Entonces, queridos hijos, la adoración los elevará y ustedes, como una parte de esta humanidad, estarán auxiliando a muchas almas que no adoran, que no aman y que se olvidan de la importancia de la oración del corazón.
¿Entienden ahora, queridos hijos, porqué he venido a lo largo de todo este tiempo, pidiéndoles Mis intenciones para que ellas se puedan cumplir sobre esta Tierra?
Si confían en la Esencia de la Madre Universal, encontrarán en ustedes al Espíritu Santo.
Fui concebida por una Fuerza Mayor que se llama Dios, el Gran Altísimo de las Alturas, y quiero que todos Mis hijos participen de esa Fuente Maternal a través de la oración diaria y ahora también a través de este ejercicio de adoración.
Deben permitir que sus corazones sean conducidos, para que en sus vidas existan razonamientos y pensamientos correctos; de esa forma, queridos hijos, podrán ser guiados.
¿Y por qué hoy los llamo a contemplar a través de la adoración?
Porque en la actualidad, las grandes Custodias que existen en este mundo están muy abandonadas. En ellas está Jesús, está su Sagrado Corazón en todos los Sagrarios de la tierra. Por eso, deben entender, queridos hijos, que Cristo, en su soledad, los espera para que se unan a Él mediante el ejercicio de la adoración y del silencio interior.
Este es el mayor presente que hoy les hago a todos ustedes, Mis hijos. Dejo esta Custodia Celestial en este lugar para que sea una prolongación de sus corazones, una unidad perfecta con Mi Hijo; porque en el fin de este tiempo, queridos hijos, a la humanidad solo le bastará elevarse hacia el Reino de Dios.
Desde ese lugar, de donde Yo vengo y en donde Yo quiero que todos puedan estar muy pronto, hoy los invito a orar por este pedido para que cada uno de ustedes, queridos hijos, encuentre el Paraíso que Dios ha dejado en sus corazones. Él está allí, deben creer en eso. ¿Lo buscarán?
Hoy, también los invito a seguir orando, queridos hijos, con más sinceridad para que sus corazones vivan la transformación y se eleven hacia el Reino de Dios, y Yo los pueda acoger allí, en la esencia de Mi Pureza Virginal.
Quiero que sean humildes como Yo.
Quiero que sean simples como Mi Corazón; porque en el final de este tiempo, en la humildad del corazón, encontrarán la verdad de los misterios.
Oremos, queridos hijos, por todas las ciudades y, aún más, por aquellas almas que necesitan en esta hora de la Misericordia de Mi Hijo y de la salvación.
Todos están unidos dentro del Reino del Padre. Eso es importante que ahora lo sepan, porque en el Paraíso todas las almas son iguales Y todos beben de la misma Fuente del Señor, Fuente del Amor y de la Unidad.
Aspiración que, en este tiempo, sus corazones no deben perder, a pesar de lo que acontezca. Si ustedes me ayudan a hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón, Yo estaré con ustedes silenciosamente.
Oración: “Madre Universal” (tres veces en portugués).
¡Cómo los amo, queridos hijos!
Llevo en Mis Brazos al Niño del nuevo tiempo en el retorno de Mi Hijo, el Salvador.
Que, desde mañana, queridos hijos, Nuestra Señora Aparecida aparezca perpetuamente en sus corazones.
Bajo la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias, queridos hijos, por responder a Mi llamado!
Que la Paz, que Mi Eterna Paz, ilumine sus corazones y que esa Paz sea su fe para seguir caminando, a pesar de todo, bajo la fuerza de la Divina Devoción, Devoción que les dará Dios, Devoción que les irradiará Mi Corazón.
Hoy, solo les pido que se queden dentro de Mi Corazón Maternal.
Que las rosas de Mi Paz sean, en sus vidas, el nuevo espíritu de la fraternidad.
¡Les agradezco!
Canción: “Magnificat”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a escuchar un breve relato de Fray Elías y luego vamos a hacer algunos comentarios de lo que ha pedido y anunciado nuestra Madre.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nosotros vimos que, entre 15 a 10 minutos antes de la Aparición, hubo un movimiento importante dentro de esta sala. Cuando nuestra hermana comenzó a entonar el Ave María, de una forma muy rápida y espontánea se abrió un portal hacia arriba de este lugar; un portal de un color celeste y azul profundo. Era un portal que iba hacia lo alto, hacia el infinito.
Mientras orábamos, y la hermana cantaba el Ave María, comenzaron a aparecer coros de ángeles. Desde esos diferentes coros de ángeles se aproximaron siete ángeles que se fueron colocando de abajo hacia arriba, hacia el infinito, y que formaban una gran espiral, una espiral de Luz hacia lo alto.
Mientras esa escena, esa imagen aparecía, esperamos a ver qué era lo que estaba aconteciendo. La oración continuó y la hermana siguió entonando el Ave María.
En el centro de esa espiral, formado por siete ángeles; el primer ángel, que estaba más cerca de nosotros, manifestó en su mano una gran campana que hizo sonar a medida que nosotros orábamos el Ave María.
Cuando esa campana sonaba, irradiaba Luz hacia todo San Pablo. En ese momento, los seis ángeles restantes también tenían campanas, en total eran siete campanas que estaban sonando en diferentes escalas y con tonos muy elevados y graves.
Mientras todas esas campanas sonaban, en el punto más alto del cielo apareció nuestra Madre Divina, cruzó ese portal hacia aquí y Ella era la octava consciencia que también tenía una campana. En total eran ocho campanas que sonaban al mismo tiempo, en diferentes escalas de sonido.
Mientras sonaban, nuestra Madre tenía una campana mayor que hacía sonar fuertemente, llamando a todos nosotros. En ese momento, a través de ese portal, muchas almas fueron siendo elevadas por los ángeles hacia otro lugar. Entonces, vimos que todas esas almas, que estaban dispersas en esta ciudad, se encaminaban a través de ese canal de Luz. Ellas usufructuaban, utilizaban ese canal de servicio que había sido abierto a través de la oración.
Entonces, fue el momento en el que Nuestra Señora llegó a esta sala y sustentaba un rosario muy grande, era un rosario de cristal blanco, que movía de un lado hacia otro cuando nos hablaba, haciendo gestos, expresiones con lo que ella iba trasmitiendo.
Entonces, Ella nos dio la oportunidad de hacer algunas aclaraciones como las que también hace en otros momentos. Llegó un momento en que Ella dijo: “Yo apareceré para dar Mi Mensaje, en el lado de afuera de esta sala, porque Mi Inmaculado Corazón está trayendo mucho calor a este lugar”, y luego dijo: “Para que las Palabras sean fluidas, iremos todos hacia afuera”. Después completó: “No se preocupen si llueve, porque esa será una señal de que Mi Gracia está siendo derramada. Será una oportunidad para todos, porque todos tienen que estar muy juntos, como Yo lo estoy con ustedes”.
Y allí, cuando Ella comenzó a transmitir Su Mensaje, fuera de la casa, se colocó muy cerca del lado de la floresta, a más de 3 metros de altura de donde nos encontrábamos. Allí, Ella apareció como la Reina de la Paz y trajo el símbolo de la Custodia de Luz. Le preguntamos qué estaba aconteciendo, porqué traía esa Custodia: “Espera, Yo ya te lo diré, ya te explicaré”, dijo Ella.
Cuando Ella habló en el Mensaje sobre la importancia de la adoración, colocó entre dos árboles esa Custodia, que era dorada y que tenía muchos rayos, sobre esos árboles y estaba suspendida en el aire.
Mientras seguía dialogando con nosotros, esa Custodia iba irradiando poco a poco durante toda la Aparición. Vimos que la energía de esa Custodia iba trabajando en la parte más sutil de nuestras consciencias y eso se manifestaba muy claramente en todos los presentes.
Cuando se dio esa situación del movimiento de la Custodia, de lo que Ella irradiaba poco a poco, Nuestra Señora mostró el estado en el que los seres se pueden encontrar cuando están adorando. Entonces, en ese momento se vio un ser material, un ser físico, y la expresión de ese mismo ser en una parte más sutil, en un estado más contemplativo, en un estado de oración y de sintonía. Según nos dijo Nuestra Señora, la adoración a esa Custodia despierta ese estado en nosotros. Ella nos explicó también, entre otras cosas, que cuando las almas toman contacto con ese ejercicio espiritual, además de estar físicamente delante de ese símbolo, ese símbolo también actúa como un portal de contacto con Dios.
Cuando Ella nos dijo que teníamos que colocar nuestros ojos de amor sobre ese símbolo, nos mostró cómo a través de nuestros ojos físicos, al observar esa Custodia, se creaba una conexión con lo alto rápidamente, que no era por nuestra propia voluntad. Era solo colocarnos delante de ese símbolo, en nuestro ejercicio, y esos diversos efectos se irían generando espiritualmente en nosotros.
Ella también nos dijo que ese ejercicio permitiría elevar rápidamente a la humanidad, y que, si al menos una pequeña parte realizara ese ejercicio de adoración, estaría ayudando a que muchas situaciones en el planeta pudieran resolverse, sobre todo, acontecimientos inesperados.
Por eso, cuando Ella nos dijo que aparecía hoy, por última vez aquí, en este Núcleo de San Pablo, era porque ya había terminado con una tarea y que, desde el Cielo, donde Ella está, nos trajo esa Custodia Inmaterial de Luz a nosotros para que la consideremos como un ejercicio para el fin de los tiempos.
Después, durante el trabajo de la Aparición, nos explicó cómo sería ese ejercicio para todos, que en poco tiempo comentaremos.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, Yo tenía la intención de dar una explicación, pero no es necesario. Cuando tengamos todos los pasos de ese ejercicio espiritual, los vamos a dar a conocer a través de las vías que nuestra Madre nos indique.
Queridos hijos:
Llevando a toda la humanidad en Mis brazos, hoy dirijo Mis palabras celestiales a todos Mis hijos de los Estados Unidos y de Venezuela solicitándoles oración para que la Bienaventurada Gracia pueda descender sobre ambas naciones.
A pedido de Mi Hijo Jesús, hoy les doy Mi Bendición Maternal y los llamo a seguir caminando por la paz en vuestros corazones y en el mundo entero. Por este motivo, hoy envío Mi Amor eterno a cada uno de los grupos de oración de los Estados Unidos y de Venezuela. Les envío Mi Consuelo Maternal y les anuncio que Mi prometida llegada a ambas naciones, según los planes del Altísimo, tendrá lugar en el Centro Mariano de Figueira, en el Brasil.
Cuando les digo que llevo a la humanidad en Mis brazos, es porque ella necesita de la guía y de la protección de Mi Maternidad. Cuando les digo que Yo apareceré en gloria y en espíritu durante los meses de octubre y noviembre en el Centro Mariano de Figueira, es para que vuestros corazones sientan que no los abandonaré porque los amo más allá de vuestros pensamientos y razonamientos.
Hoy quiero recordarles una parábola que Cristo ha dejado para toda la humanidad. Es un mensaje que les permitirá comprender por qué Dios quiere y pide que vuestras consciencias crezcan en este último tiempo definitorio.
Hijos Míos, recuerden que Jesús una vez dijo que en un tiempo pasado hubo una mujer muy pobre que donó todo lo que le quedaba para que el templo pudiera proseguir con la tarea. Pero como fue tan poco lo que ella había dejado, su acción no fue considerada por los hombres. Jesús, Mi Hijo, los invita a reconocer que es más importante la acción de lo que cada hijo del Padre dona, que el valor en sí de lo que cada uno de ustedes tiene.
¿Cuál es el misterio de esta parábola?
Queridos hijos, el misterio es que en el Reino de los Cielos se guardan los verdaderos y sinceros valores espirituales que enriquecen el corazón de todas las almas, y no los bienes que Mis hijos guardan y acumulan en la Tierra.
Hoy, hijos Míos, quiero que aprendan a amar lo que no se tiene. Les digo, amar el verdadero espíritu de la Providencia de Dios. Jesús ha dicho a Sus discípulos: “Deja todo lo que tienes y sígueme”. Mi Hijo les quería decir que cada uno de ustedes debe donarse por entero a la Voluntad de Dios y confiar que Él les dará los mayores bienes que existen en los Cielos.
Queridos hijos, el motivo de Mi ausencia en Venezuela significa que ha faltado, de parte de Mis hijos, un correcto equilibrio en la colaboración y en el sustento para con Mi tarea universal con ustedes.
Dios no los abandonará y Mi Materno Corazón estará transmitiendo el mensaje mensual para octubre y noviembre de 2012. Pero hoy, quiero que mediten sobre cuánto vuestros corazones apoyan con sinceridad Mi tarea universal para que ella así se cumpla en cada nación.
Dios no Me ha dado el permiso de hacer grandes milagros, por eso, para que Mi Mensaje y Mi Luz se derramen en cada nación a la que Dios Me pide ir, debe existir de parte de ustedes una total colaboración para que los videntes cumplan con la tarea que Mi Corazón les encomienda en cada nación.
Queridos hijos, están siendo invitados a vivir en la fe y en la entrega a Dios. Por eso, Yo estoy ahora con ustedes. No teman por nada, pero ya es hora de crecer desde el corazón.
Ustedes, Mis pequeños, ¿Acompañarán la voz de Mi llamado?
Bendigo el esfuerzo que he visto por parte de los grupos de los Estados Unidos y de Venezuela. ¡Recemos mucho, porque los tiempos están cambiando!
¡Les agradezco!
Gracias por escuchar Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y Amadísimos hijos Míos:
En nombre de Dios Todopoderoso, en nombre del Espíritu Santo, en nombre del Amor Redentor de Mi Hijo y delante de los Coros Celestiales, bajo el Poder de Dios en el universo, bajo la Luz Misericordiosa de Mi Inmaculado Corazón, Yo, la Bienaventurada Virgen María, Reina de la Paz, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, en este momento y durante esta hora, reflejando el Amor Materno de Mi Inmaculado Corazón, pero con lágrimas en Mis inmaculados ojos, les anuncio con reverencia y paz, el siguiente llamado celestial de atención para todos Mis benditos hijos en la Tierra.
Les digo que, la siempre Virgen María, Reina del Cielo, ha visto una falta importante de parte de Sus hijos delante de Dios. Por eso, en nombre de la paz, Yo los absuelvo y les digo, queridos hijos, que la Reina de la Paz, la Madre del Mundo manifestará Su Faz de Amor, para todos, en el Centro Mariano de Figueira los días 25 y 26 de octubre, celebrando así el mes del Santísimo Rosario en una ceremonia de oración que se extenderá hasta los días 25 y 26 de noviembre de vuestro tiempo del año 2012.
Esta decisión divina es en respuesta a la Voluntad de Dios, el Altísimo y por lo que ha visto nuestro amado Padre Celestial ante la falta de consideración espiritual y material que Mis hijos han dado a Mi tarea de contacto con ustedes1.
Hijos Míos, esto significa que Mi voz y Mi eco se pronunciarán por un tiempo más por la intercesión que Mi Hijo Jesús Cristo realizó ante el trono de Dios. Quiero que entiendan con vuestros corazones que, de parte de ustedes, Mis pequeños, ha sido escasa la colaboración hacia Mi Obra Divina en esta parte de América.
Quiero decirles, Mis hijos, que desde vuestros corazones ha faltado la donación y la providencia para que Mi tarea pudiera abrazar a cada rincón de este mundo.
Por eso, queridos hijos, ante la falta de amor en la consciencia por todo lo que a lo largo del tiempo Yo les he estado derramando por Gracia y con Amor, quiero decirles que las apariciones previstas para los días finales de octubre y de noviembre se llevarán a cabo en el Centro Mariano de Figueira. Esto significa que Yo les pido una amorosa colaboración para que Mi Mensaje prosiga teniendo eco en el mundo.
Por este motivo, como Madre vuestra y como María Auxiliadora, intervengo con Amor por todos ustedes para que la sabiduría del Espíritu Santo despierte en vuestras consciencias. Es hora de crecer en madurez, Mis adultos hijos, porque eso permitirá que vuestros corazones estén bajo la Ley de la Divina Misericordia.
Jesús los espera para que vuestras consciencias mediten y se confiesen con Su Sagrado Corazón. Los invito, en este tiempo final, a amar la Ley de la Divina Providencia porque, para comprender los misterios del Cielo, ellos deben ser amados aún más que todo lo que vuestras vidas conocen en este mundo.
Queridos hijos, en nombre de la Luz del Cielo, les agradezco por contestar a este urgente llamado a la meditación y a la reflexión de vuestras consciencias.
En la Fe profesada por Mi Hijo Jesús los espero en el Centro Mariano de Figueira para que juntos celebremos el mes del Santísimo Rosario porque la paz es urgente en la vida de todos Mis hijos.
¿Mis soldados Me seguirán?
Gracias por vuestra atención interior.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Se refiere a la tarea de la Madre Divina con los videntes.
Hijos Míos:
Como Reina y Madre de la Paz, hoy los invito a buscar en vuestros corazones la unión interna con Jesús para que, mediante la oración, ustedes ayuden a Mi Hijo a llevar la cruz del mundo.
Como el cireneo, carguen por amor con el dolor del mundo. Que vuestra oración sea el alimento que todo lo sacie y sea el agua que quite la sed de muchos de Mis hijos.
Hoy quiero decirles que la cruz de la humanidad debe ser apoyada en la perseverancia de los grupos de oración que, unidos al Santísimo Corazón de Jesús, cumplan con el llamado de aliviar el Corazón de Cristo.
Una pequeña parte de vuestras vidas, mediante la oración, y como un servicio, puede colaborar con el prójimo. Hoy Me refiero, queridos hijos, al estado interior de donarse a los otros. Ese estado interior les permitirá reconocer la humildad que es necesario vivir en estos tiempos. Por la falta de humildad en el corazón humano muchos acontecimientos se desarrollan, eventos que condicionan el caminar armonioso de Mis hijos.
Por eso, buscando en ustedes a Jesús, el Amor Redentor, hallarán la esencia de la donación, y cuando esa donación sea un ejercicio diario, junto a la oración, vuestros corazones comenzarán a vislumbrar la Luz de la humildad.
Ese camino de humildad, de vacío de sí, todos Mis hijos están siendo llamados a vivirlo, por amor a Dios y por la reparación de los grandes conflictos y de la soberbia que vive la humanidad, en la que poco se aman los unos a los otros.
Queridos hijos, los estoy llamando a formarse como buenos instrumentos de Dios para que vuestro Sumo Sacerdote, Jesús, pueda verter Sus Gracias Misericordiosas sobre los corazones puros y sobre los corazones caídos.
Es hora de estar en Jesús todos los días.
Oremos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
A los ojos de Dios, el alma siempre ama.
A los ojos de Dios, el alma vive su fe.
A los ojos de Dios, el alma camina y asciende.
A los ojos de Dios, el alma está en Dios.
A los ojos de Dios, el alma reconoce el camino hacia Cristo.
A los ojos de Dios, el alma bebe de la Fuente del Amor de Dios.
A los ojos de Dios, el alma crece y encuentra fortaleza en el Corazón de Dios.
A los ojos de Dios, todas las almas son iguales y todas están unidas al Principio Creador de Dios, porque a los ojos de Dios se viven los grandes misterios del Corazón de Dios.
Queridos hijos, hoy los invito a todos a permanecer bajo la mirada misericordiosa de Dios, porque a los ojos de Dios, vuestros corazones se tornarán inseparables de la vida de oración, y el Gran y Divino Espíritu de Dios les dará a conocer la humildad que necesitan para cumplir con Su Única Voluntad.
Hijos Míos, cuando los invito a estar en la mirada de Dios, es para que reconozcan que no están solos en vuestro caminar y que, unidos a Su Corazón, estarán siendo guiados por el Amor y el Espíritu Santo.
Pequeños hijos, muchos corazones aún no están bajo la mirada bondadosa de Dios. El Padre está cerca de cada uno de Sus amados hijos y ustedes, en el nombre del Amor, pueden ayudar a que el mundo entero esté bajo Su mirada.
Cada hijo de esta humanidad debe abrir el cofre del corazón para llegar hasta la mirada de Dios.
Mi Padre, el Altísimo, está en vuestros corazones y, por eso, los invito a buscarlo dentro de vuestros seres porque muchos hijos se olvidan fácilmente de Dios en el corazón. Vuestra atención de estar en Dios aliviará el martirio que Él recibe por las ofensas constantes de la humanidad.
Si la humanidad estuviera en la Misericordia de Dios, ella sería una humanidad misericordiosa. Aún están a tiempo de encontrar la Fuente del Amor de Dios en vuestros corazones porque Mi Aspiración Maternal es que ustedes aprendan a amar como amó Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis pequeños:
Guarden en vuestros corazones todo el camino de amor y conversión que, a través de la Sierva Fiel de Dios, ustedes han vivido. Por este motivo maternal, hoy los invito a recordar que ya son once meses de encuentros y de mensajes diarios para el mundo.
Hoy los estoy llamando a ser ejemplo vivo de Mi Mensaje Maternal a través de la caridad y de la donación.
Queridos hijos, los llamo a formar parte de Mi ejército mariano de la paz y a difundir Mis palabras mediante vuestra oración. Están a tiempo de vivir en la Misericordia de Mi Hijo, están a tiempo de perdonar con el corazón.
Hijos Míos, hoy también llamo a todos los que escuchan Mi urgente llamado por la Paz y por el Bien para que difundan Mis palabras de apoyo y auxilio a todos los corazones en el mundo.
Vuestra meta, al igual que la Mía, debe ser aliviar el corazón cansado, el corazón herido y el corazón caído. Encender, mediante la oración, la Llama del Espíritu Santo y confiar, en el nombre de Mi Hijo, en toda la sabiduría que ustedes recibirán para crecer como consciencias y como corazones.
Hijos Míos, hoy es motivo para celebrar desde el corazón los once meses seguidos en los cuales Mi Amor Maternal, Mi Esperanza, Mi Gracia y Mi Misericordia, se derraman desde lo más profundo de Mi Corazón Materno para todos Mis amados hijos.
Sigan unidos a Mi Espíritu de Paz y, mediante la oración permanente del rosario, todos los días estén unidos a Jesús, el Rey del Amor.
Que vuestros corazones, durante estos últimos once meses, hayan podido ser parte de Mi Gran y Divino Hijo Jesús. Que a partir de ahora, vuestra vida esté entregada al Plan de Dios como reparación de todas las ofensas que Él recibe de parte de este mundo.
Sean misericordiosos y amen a vuestros hermanos, porque también ellos son Mis hijos.
¡Por todo este tiempo de Misericordia, Yo les agradezco por contestar a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Después de aquel 13 de octubre de 1917, cuando el Sol de Dios mostró Su Verdadera Faz, la vida de muchas almas cambió para bien del Plan Divino; la guerra entre los corazones se detuvo y Mi Espíritu Maternal pudo establecer un tiempo más de paz.
Mis hijos aún necesitan de milagros, pero hoy les digo a todos: que después de tantas Gracias que han sido derramadas desde Jesús, desde Su Sagrado Corazón y desde Mi Inmaculado Corazón, la mayor Gracia para este tiempo es que Yo, la Bienaventurada Virgen María, Reina de la Paz, esté entre vuestros corazones llamándolos en nombre de Mi Hijo a vivir la conversión, el perdón y este tiempo de Misericordia.
Hijos Míos, por eso hoy los invito a recordar y a guardar en vuestros corazones el gran milagro de Amor que Dios manifestó a través de Mi Inmaculado Corazón en la presencia luminosa del Sol. La gran semilla de Luz fue sembrada en el corazón de los que tenían fe y en el corazón de los descreídos. La semilla de Mi Luz Maternal fue sembrada en los creyentes y en los ateos. Nadie quedó sin recibir, una vez más, la Gracia de Dios, Su Perdón y Redención.
Por eso, queridos hijos, hoy los estoy llamando a meditar, mediante la oración, sobre estos misterios que se hicieron visibles una vez en Fátima a los ojos de todos Mis hijos.
Dios Me llamó para derramar Su Infinita Gracia en un tiempo en donde la humanidad otra vez caminaba hacia la perdición. Pero el Amor Misericordioso de la Señora del Santísimo Rosario intervino para armonizar los acontecimientos que se dieron en el mundo.
El Ángel de la Paz trajo para la humanidad la señal de la conversión y de la penitencia. Él preparó el camino de salvación de toda la humanidad y eso sucedió a través de Su intervención espiritual sobre todas las almas.
Así, queridos hijos, después llegó la Señora más brillante que el Sol para difundir al mundo el importante llamado por la paz y el perdón.
Hoy, nuevamente, Yo desciendo desde el Cielo para abrir vuestros corazones a este importante ciclo, en el cual la humanidad deberá consagrarse a la Voluntad de Dios.
Quiero decir, Mis pequeños, que cada alma deberá confirmar el grado de su Amor a Dios, pues eso permitirá que otras Leyes del Creador actúen sobre el mundo. Mediante el ejercicio de oración, los corazones serán irradiados por Mi Amor, como lo fueron en Fátima.
Los invito, queridos hijos, a recordar los hechos de las Apariciones de Fátima porque como se los he dicho, vuestras vidas así entrarán al santuario interior para vivir en la fe y en el amor.
Que el Sol de Dios, que una vez alumbró al mundo a través de Su Fuente Universal, ilumine a vuestros pequeños corazones.
Caminen por la senda de Mi Hijo.
Oremos por la paz.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Recuerden, en este tiempo, el Portal hacia el Cielo que Mi Inmaculado Corazón una vez abrió en Fátima; un Portal de Paz y Redención para toda la humanidad; un Portal de Fe y Esperanza para todos Mis hijos.
Por eso hoy, hijos Míos, delante de tantos cambios en la humanidad,Yo les pido que retornen en consciencia y con el corazón hacia el Santuario Mariano de Fátima, Portugal, y que desde allí vean surgir nuevamente Mi Paz para todo el mundo.
Cada Centro Mariano consagrado a Mi Inmaculado Corazón es visto desde el Cielo como un pedacito de Mi Morada Maternal sobre la Tierra, como la Presencia del Altísimo entre Sus amados hijos, las criaturas.
Por este motivo, queridos hijos, eleven vuestros ojos hacia el Portal de la Paz, que representa a Mi Inmaculado Corazón y vean nacer en ustedes el Amor del Redentor.
Que cada uno de Mis hijos sea un nuevo y renovado portal hacia la paz y la fraternidad. Que cada pequeño hijo afirme en su vida la presencia Misericordiosa de Jesús.
Hoy celebren una vez más el aniversario de las Apariciones en Fátima.
Les pido, a todos Mis hijos, que eleven sus oraciones por todos los peregrinos y los no peregrinos, por todos los que viven en la fe y por los que la han perdido, por todos los que comulgan de Mi Hijo y por todos aquellos que se olvidan de Él.
Queridos hijos, que hoy cada uno de ustedes lleve a Fátima, el Santuario Mariano Interior, en cada uno de vuestros corazones. Que vuestras vidas se vuelvan a erguir delante de la Luz del Padre para que las esencias encuentren el camino del perdón y del amor.
Hijos Míos, en este día, lleven la Paz que Mi Corazón Maternal derramó una vez en Fátima y que este encuentro con vuestro santuario interior, con la Casa de Dios, les permita reconocer cuál es el verdadero estado que Mi Amor quiere que cada uno de ustedes viva en este tiempo.
Hijos Míos, con reverencia les digo: despierten ante este último llamado que Mi voz pronuncia al mundo, un llamado que les habla de la oportunidad de redención que vuestros corazones pueden vivir y un llamado celestial que les promete un encuentro verdadero con Mi Inmaculada Paz.
Como Señora del Santísimo Rosario, los bendigo todos los días y les digo a Mis pequeños: ¡Oremos por la paz en el interior de cada uno de Mis hijos!
Celebren Conmigo la presencia de Fátima: el Centro Mariano de Amor.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado todos los días!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Por la protección de Cristo, Mi Hijo Amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, Mis Brazos les traen regocijo, maternidad y amor, pero Mi Corazón también les trae dolor de parte de este mundo; y eso, queridos hijos, es lo que hoy, en este día trece, les vengo a anunciar.
Tantos años han pasado de Mi Presencia en Fátima, y aún Mi Corazón sigue triunfando en este mundo. Por eso, hoy les pido, queridos hijos, que tengan presente estas Palabras en sus corazones, porque en el fin del tiempo las comprenderán.
Necesito perpetuamente de todos ustedes, de sus corazones y de sus acciones. Todas las oraciones son bienvenidas en el fin de este tiempo.
Sepan, queridos hijos, que Mi gran dolor hoy se ve, ya que observa la gran condenación de almas que existe en este mundo; aunque estén aquí, en esta vida, sobre esta Tierra de Dios, ellas se condenan al fuego del infierno.
Por eso, hoy Yo los invito, queridos hijos, a que reparen sinceramente el Corazón de Mi Hijo a través de las buenas acciones de paz y de amor, porque está cerca un nuevo tiempo en el que muchas cosas serán reveladas a la humanidad.
Todos los secretos que Yo he derramado a lo largo de los años, algunos en Medjugorje y otros aquí, serán revelados a su debido tiempo, Mis queridos hijos.
Para que todo se pueda reparar con rapidez y con amor, es necesaria la oración del corazón. Deben coligar sus espíritus con el Altísimo, con el Único Padre, para que puedan estar dentro de Su Protección y de Su Paz.
Hoy, también les digo, queridos hijos, que Mi última llamada está siendo pronunciada en este tiempo; y cuando Yo repito esta frase, tantas veces, es para que sus pequeños corazones Me puedan escuchar.
Por eso, es necesario, queridos hijos, que vivan la reconciliación y el perdón. Yo les digo verdaderamente, hijos Míos, que están a tiempo de poder vivir estos atributos.
Algunos de Mis hijos de esta humanidad deben vivir esos principios en este fin de tiempo. Ustedes deben llenar el Cáliz en el Corazón del Señor, el Cáliz que representa al Corazón de Mi Hijo, a través de la oración y de su entrega, porque Su Corazón está siendo muy flagelado.
¿Quién sacará las espinas de Su Corazón, que son generadas día a día, tiempo tras tiempo?
Por eso hoy, queridos hijos, les digo nuevamente que están a tiempo de poder mudar su condición de vida mediante la oración y la activación de su fe; porque todas las Palabras que ya han sido derramadas tienen un motivo especial para sus corazones: la conversión.
Cada movimiento que hagan en su vida debe ser donado a Dios; porque así, Él contemplará desde ustedes las buenas obras de paz y de caridad. De esa forma, queridos hijos, sus corazones estarán iluminados y guiados, y podrán seguir el camino hacia Mi Hijo.
Porque hoy, en verdad, les digo, queridos hijos, que muy pocos creen en la Venida del Redentor; pero ese tiempo está cerca y los templos, que son Mis hijos, los corazones de todos Mis hijos, deben estar preparados.
Cuando Yo les hablo que están a tiempo, es que están a tiempo de donar amor y paz, dejando de lado cualquier crítica que nazca desde su corazón. En este tiempo, deben buscar la pureza; porque así, Yo podré decir, queridos hijos, que sus corazones están iluminados. Ellos serán un templo cristalino para el Altísimo, para Mi Dios.
Muchas cosas están mudando dentro de Mis hijos; por eso, diariamente los invito a la oración. La oración debe llegar hasta los sueños, debe repetirse perpetuamente desde el corazón. Porque en este tiempo, hijos Míos, ustedes deben crear barreras de luz para que puedan estar protegidos de todo, durante las horas de su vida y más allá de su vida. De esa forma, queridos hijos, Yo solo les pido que estén unidos al Reino Celestial del Creador.
Yo también les pido, queridos hijos, que no bajen más los brazos, sino que alcen sus ojos hacia la Misericordia de Mi Hijo. El manantial aún está abierto y aquel que aún no bebió de esa fuente prodigiosa, es invitado a beber para saciar la sed que Yo veo en muchos corazones.
Mi Hijo espera derramar Sus Rayos, pero ¿dónde están los instrumentos del Creador? ¿Qué están haciendo de su vida? ¿Cuánto tiempo le dedican al Señor?
Queridos hijos, estamos en los tiempos finales. Lo que escribió Juan, hace mucho tiempo, en la Biblia, ya está pronto para revelarse.
No son tiempos normales, queridos hijos, abran vuestros ojos a la Luz de Mi Corazón y eleven sus súplicas hacia Mi Ser, porque Mi Corazón todo lo siente y todo lo sabe.
Y si hoy Yo no Me muestro a todos ustedes, es porque estoy respondiendo a Dios. Yo los estoy invitando a amar los misterios que comienzan a vivirse a través de la fe y de la devoción a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, en este tiempo, queridos hijos, la propuesta primordial es la paz, la conversión y la oración.
Nuevamente, les digo que se animen a vivir estos principios y no se dejen superar por los conflictos en sus internos. Eleven todo a través de la oración, porque así Mi Inmaculado Corazón los guiará.
En este tiempo tan definitivo, en ustedes, queridos hijos, está la llave para abrirme la puerta y así Yo los podré llevar hacia Mi Hijo, que los necesita y los espera silenciosamente.
Como Reina de la Paz, hoy también les digo que están siendo muy bendecidos a lo largo de este tiempo y, ustedes, Mis queridos hijos, deberán responder por todo lo que están recibiendo.
La primera respuesta es la paz en el corazón.
La segunda respuesta es el amor a sus hermanos.
No quiero ver en sus corazones ninguna disociación porque Mi Luz, la Luz del Altísimo, está viniendo a su encuentro.
¿Será que Mis pequeños han percibido esto?
¿Dónde está su pensamiento?, ¿está unido al sentimiento del corazón?
Deben encontrar la paz que Yo les estoy prometiendo, a través de su sincera unidad Conmigo.
Como Madre, como Reina de la Paz, como la Madre de Nazaret, al igual que como lo hice con Jesús, quiero llevarlos en Mis Brazos para que estén dentro de la eternidad del Señor y sepan que Él es Misericordia.
Por eso, hoy también, queridos hijos, los invito a ser pacificadores de Mi Misión, aquí en la Tierra. Sus corazones deben ser espejos de luz en el mundo, códigos de amor y de paz que transformen a los corazones heridos.
Es necesario, hijos Míos, tener servidores y seguidores donados a Mi Inmaculado Corazón, para que Mi Paz se pueda difundir a través de la armonía y de la unidad. Así, brotará de ustedes la fraternidad, porque el Corazón de Mi Hijo estará en ustedes y sus almas estarán en Mi Hijo, en una unión perfecta de amor y de grandes prodigios en este tiempo.
Es necesario, queridos hijos, tener legiones de amor; almas donadas a Mi Corazón que puedan obrar Conmigo para alcanzar la paz.
Mi único pedido, en este fin de tiempo, es que ustedes hagan triunfar Mi Inmaculado Corazón, porque a través de Mi Corazón los Rayos de Mi Hijo estarán presentes como fuente de Paz para el mundo y de mucha Misericordia; sobre todo, queridos hijos, para los que la necesitan, los que han caído delante de Dios.
Dios escucha la canción del corazón de ustedes, que nace del alma y que les permite mantener una unidad con la Fuente del Amor. A ese ejercicio, queridos hijos, ustedes deben retornar para estar dentro de Mi Paz, muy importante para sus corazones.
Mi Alma fue glorificada por el Señor cuando el Espíritu de Dios entró en Mi Corazón.
Por eso, Yo los invito, hijos Míos, a elevar la mayor plegaria del corazón a través de la alabanza al Altísimo, para que los Cielos, a través de Mi Corazón, puedan expandirse sobre el mundo y muchas almas puedan ser tocadas por Mi Luz, sobre todo aquellas que esperan hace mucho tiempo el perdón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Que suenen las campanas, dice Nuestra Señora, para alabar a Dios.
Canción: “Magnificat”.
Mi alma bendice al Señor y a todos Mis hijos que se unen a Mi Corazón.
En este momento, a través del Espíritu Santo, de la verdadera señal de Luz para todos Mis hijos, los bendeciré y bendeciré este arquetipo de Mi Inmaculado Corazón. También bendeciré, en este momento, queridos hijos, en nombre de la humanidad y del Poder del Amor de Mi Hijo, cada uno de sus orandios; por eso, Yo les pido que los eleven hacia Mí.
Que la Gracia Eterna del Padre, el Poder Misericordioso de Cristo, y el Amor y la Sabiduría del Espíritu Santo bendigan a Mis pequeños hijos y a estos pequeños instrumentos de paz para que, a través de la simplicidad y la humildad de sus corazones, todos estén unidos al Único Dios, al Poder del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo por todos los siglos y la eternidad; con la misión de que se concrete, en este plano, el Plan Divino de Dios y la conversión, como la salvación, despierte en cada uno de Mis hijos.
Como Señora de las Gracias y Madre de todos los hijos del mundo les doy también Mi bendición maternal, el poder de Mi Amor, la fuerza de Mi Espíritu, la humildad de Mi Corazón, para que sean principios activos en sus corazones.
Que la Misericordia de Dios, Su Compasión, Su Amor y Su Perdón, difundidos por todo el universo, alcancen la luz de sus corazones y que todos Mis hijos se unan a Dios por toda la eternidad. Amén.
Les agradezco por contestar a Mi llamado, en este día trece.
Que el recuerdo de Mi Presencia, en este día, quede en sus corazones para siempre.
¡Les agradezco!
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a hacer un breve relato, porque las Palabras de Nuestra Madre ya fueron más que suficientes para todos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a relatar, ahora, algunos hechos que se fueron dando durante la preparación de la oración y que hablan sobre un pedido que nos hizo nuestra Madre a todos nosotros; un pedido muy importante para el fin de este tiempo, que Ella nombró como Comunión Reparadora de Jesús.
Cuando estábamos en la preparación, Ella nos mostró algunas escenas que vamos a compartir; escenas que se fueron dando frente al Altar de nuestra Madre, como si fueran escenas en el plano físico y que se fueron desarrollando a medida que íbamos orando.
En un momento apareció un Hombre con una túnica blanca hasta Sus Pies, Él estaba encorvado hacia abajo, como si cargara algo en Sus Espaldas. Y lo que cargaba sobre Sus Hombros y Espaldas, mostraba que era el planeta. Ese Hombre llevaba una Corona de Espinas en Su Cabeza. Muchos hilos de Luz que salían de abajo del planeta, lo sustentaban.
Esos hilos de Luz eran sustentados por muchos ángeles y esa escena mostraba que el planeta estaba siendo sustentado por esa Luz. Aun así, ese Hombre seguía llevando el planeta en Sus Espaldas con mucho esfuerzo. En un momento, la imagen se acercó y nos mostró a Jesús, que estaba trabajando junto con los ángeles por el planeta. Jesús lloraba sangre.
Luego la imagen se desvaneció y apareció otra, la imagen muy luminosa de Nuestra Señora que estaba muy resplandeciente, muy viva.
Después, Jesús estaba sentado sobre un monte y Nuestra Señora se le aproximó como Madre. Jesús tenía en varias partes de Su Rostro gotas de Sangre. En ese momento, ya no tenía la Corona de Espinas, Él estaba en un estado de total silencio, de contemplación, irradiaba también dolor y mostraba Su Corazón que estaba rodeado de pequeñas espinas que, poco a poco, se iban profundizando en Su Corazón, y eso generaba dolor en el Maestro.
Cuando Nuestra Señora se acercó, hizo un movimiento muy particular. Comenzó a sacar, de adentro de Su Manto, muchos pétalos de rosas; y en ese momento, Ella nos observó y nos dijo: “Estas son las oraciones de Mis hijos”.
Ella se las ofertó a Jesús y comenzó a tomar cada uno de esos pétalos, que eran pétalos de luz, y a colocarlo sobre cada gota de Sangre, y cada pétalo secaba la Sangre en Jesús.
Luego, también esa imagen se desvaneció hasta antes de la Aparición.
Después, el Maestro, al que conocemos como Jesús Misericordioso, se acercó fuertemente, a dentro de esta casa y ya no tenía espinas ni Sangre en Su Rostro.
Él se colocó por encima de la imagen que está aquí, en nuestra frente, y detrás de Él había mucha luz celeste y coros de ángeles que lo acompañaban. Eran siete coros, siete ejércitos que acompañaban a la Misericordia de Cristo.
En ese momento, Él emanó, como ya conocemos, los Rayos de Su Misericordia sobre nosotros. Él tenía Sus Brazos y Manos abiertas en señal de cruz e irradiaba Luz desde las palmas de Sus Manos hacia esta sala. En ese momento, nos dijo: “Ahora les diré qué es lo que acontece en este tiempo”.
Los Rayos comenzaron a iluminar cada vez más fuertemente, irradiándose desde Su Corazón. Y, debajo de Sus Pies, Él nos mostró una escena: el Rayo rojo, derramándose como si fuera un río de Sangre y el Rayo azul creó también un río celeste de Luz.
En ese momento, a los Pies del Cristo, aparecieron dos imágenes diferentes. Una eran muchas almas que estaban cerca de las márgenes de ese río de Sangre, almas que estaban en sufrimiento y con mucho dolor, y que irradiaban también mucha incomprensión. A su izquierda, apareció otra imagen con un grupo de almas aproximándose a ese río celeste de Luz. Esas almas eran más luminosas, más leves, más cristalinas.
En ese momento, el Maestro nos dijo: “El Rayo rojo es el que purifica a las almas. Todas esas almas están siendo muy condenadas”. Luego continuó diciendo que aun aquellas que están en esta vida, son almas que se están perdiendo y que necesitaban de mucha oración. Luego nos dijo: “Muchas almas que están en diferentes partes de este mundo, y Yo Estoy derramando este Rayo rojo sobre ellas, Mi Sangre, para poder salvarlas”.
En ese momento, el Maestro habló sobre las almas que estaban en el río celeste: “Estas almas son todos ustedes, una parte de la humanidad que está siendo purificada por Mi Agua, pero que está caminando en el Señor”.
Luego, el Maestro nos dijo: “¿Ven estas dos realidades?, la condenación y la salvación. ¿Será que ayudarán a aliviar Mi Corazón que está flagelado?”.
En ese momento, Él nos mostró cómo las espinas se desprendían del Corazón de Jesús; y luego, esa imagen desapareció.
Cuando llegó Nuestra Señora, como la Reina de la Paz, habló mucho sobre la reparación del Corazón de Su Hijo. Y, entonces, nos hizo un pedido que ya les dijimos al comienzo: la Comunión Reparadora.
Luego, dijo Nuestra Señora: “Necesito, en este tiempo, que el Corazón de Mi Hijo sea aliviado para que la Fuente de Su Misericordia pueda seguir derramándose y sus oraciones permitan que la Justicia sea leve en los corazones de todo el mundo. Ustedes pueden detener esto mediante la oración. Por eso, Yo les pido realizar la Comunión Reparadora todos los días viernes, por un tiempo”. Pero no nos dijo qué tiempo era ese, sin embargo, sabíamos que sería mucho tiempo. También nos dijo que era muy necesario realizar ese ejercicio de Comunión.
Luego, le preguntamos cómo acontecería esa Comunión Reparadora.
“Mi principal pedido es que todos comulguen para reparar el Corazón de Jesús. No solo necesito que ustedes estén en una buena sintonía, sino también en una verdadera oración”. Ella nos dijo que eso ayudaría y que esa Comunión sería realizada abiertamente para todos.
Después le preguntamos cómo acontecería esa Comunión.
Ella nos respondió: “Primero, ustedes deben tener la intercesión de un sacerdote que les brindará esa Comunión. También pueden hacer la Comunión en las Comunidades, de una forma muy simple, ofertándosela a Mi Hijo, porque de esa manera también estarán reparando el Corazón de Jesús”.
Eso fue la primera parte. Después, en la segunda parte, Ella nos transmitió Su Mensaje.
Después de todo lo que nos dijo, al comienzo de la Aparición, Ella también nos dijo que recibió el permiso de estar sobre Sus hijos. Por eso, nosotros nos dimos vuelta para verla y Ella comenzó a transmitir el Mensaje. Mientras transmitía el Mensaje, también imprimía Su Luz sobre todos nosotros.
Cuando rezamos la oración por los Centros Marianos, cada Centro Mariano iba siendo tocado por Nuestra Señora y entonces pudimos ver cómo era el efecto poderoso que tenía la oración, porque Ella en Su Corazón concentraba cada Centro Mariano.
Así, finalmente, llegó el momento en el que Ella hizo la bendición y trajo en Su Presencia a Dios, que también derramó como Energía sobre nosotros.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ahora nosotros finalizaremos nuestra transmisión por Internet, cantando “Revelaciones de Aurora”.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Como Madre de los cristianos y de los no cristianos, en el nombre de la Luz de Mi Hijo, intento, día a día, retirar a muchas almas del largo desierto interior en el que viven por la falta de fe y de amor en el corazón.
En estos tiempos, queridos hijos, que vuestros corazones sean precursores activos de Mi llamado por la paz y por la salvación de las criaturas.
Queridos hijos, como Madre y Puerta del Cielo, hoy les pido que busquen a Dios dentro de vuestros seres internos, al Amor del Padre, al Espíritu Inmaculado de la Paz, porque ese Espíritu les permitirá crecer y los fortalecerá para las decisiones en la vida, en la mente y en el espíritu de cada uno.
Hoy los estoy llamando a preparar, con consciencia, vuestras moradas para que en poco tiempo, Jesús, el Rey del Universo, el Maestro de los maestros, encuentre reposo en moradas puras y cristalinas donde se pueda derramar Su Absoluta e Insondable Misericordia.
Queridos hijos, el mundo está viviendo grandes pruebas en la fe y en la vida de muchos corazones; por este motivo Yo les pido que coloquen a los millones de hijos que tengo a Mi resguardo en el verdadero ejercicio de vuestras oraciones para que ellos ingresen en la definitiva Ley del Perdón y de la Misericordia.
Como les he dicho, queridos hijos, este es un último ciclo para la confirmación de los corazones delante de los Planes de Dios. La humanidad puede vivir en el nuevo Plan de Dios, Plan que los llevará a permanecer en el verdadero estado de la paz y de la reconciliación.
Hijos Míos, es muy importante mantener encendido el fuego de la oración del corazón, oración que los une con el Sagrado Espíritu Divino de Mi Hijo. Pero para que eso suceda, queridos hijos, vuestros labios solo deben pronunciar palabras de amor y de paz, palabras que broten desde el corazón, palabras que alivien el gran sufrimiento que viven muchas almas solitarias.
Hijos Míos, hoy de nuevo les suplico y les hablo con el inmenso Amor de Mi Inmaculado Corazón, porque como ustedes saben, estos ya son los últimos anuncios que Dios Me envía a transmitir para todos los corazones.
Delante del nuevo tiempo que llegará, hijos Míos, que vuestros corazones, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos sean misericordiosos para que dentro de ustedes reine Dios, reine por siempre el Amor de Mi Hijo.
Guarden en ustedes la gratitud para que ella irradie humildad y Misericordia.
Gracias por responder a Mi llamado.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Con alegría y regocijo coloco a cada uno de Mis hijos en el Reino Celestial de Dios.
Queridos hijos:
Hoy celebremos desde el corazón la venida de la Reina de la Paz a Aurora, Su predilecto hogar.
Como Madre de la Nueva Aurora hoy les doy a todos Mi Bendición Maternal y les agradezco por contestar a Mi llamado por la paz.
Como instrumentos en las Manos del Altísimo, hoy los invito a consagrar vuestras moradas al Padre Celestial. Sepan, Mis pequeños, que Él aguarda el amor de almas puras y verdaderas que quieran vivir en la única Fuente del Amor, que todo lo perdona y todo lo repara.
Hoy los estoy llamando a ser partícipes de la Divina Misericordia a través de Mi Inmaculado Corazón. Queridos hijos, los llamo a todos para que den un paso más con absoluta confianza en los Planes de Dios.
Hijos Míos, como Divina Concepción, les pido que oren paraque muchos de Mis hijos, en estos tiempos críticos, también puedan ser tocados por Mi llamado interior. Hoy, además, les recuerdo que cada llamado que ustedes responden tiene repercusiones mundiales en este final de los tiempos. Cada llamado que sea respondido desde vuestros humildes corazones ayudará en la redención de la humanidad a través de la venida victoriosa de Cristo a la Tierra.
Mis soldados, que vuestros corazones siempre estén listos para todo, para lo que Dios quiere en estos momentos. Sepan, Mis pequeños, que ustedes están obrando mediante la oración para que la salvación sea posible hasta para el alma que menos la merezca.
Queridos hijos, cada oración que fluye con amor desde el corazón, Yo les prometo que será escuchada y respondida bajo la Voluntad Superior de Dios.
Queridos hijos, como mediadora entre los corazones: ¡Gracias por escuchar Mis súplicas!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras la humanidad aún busca la satisfacción en la vida, Mi Corazón Materno llama a todas las almas al nuevo y último rebaño de Cristo.
Como mediadora delante de las almas que han encontrado el camino espiritual hacia Dios, quiero que ellas puedan auxiliar a otras almas que se desvían rápidamente del camino de la fe y del Amor de Dios.
Por eso, hijos Míos, pido hoy a todos los orantes que no pierdan tiempo y oren con mucha aspiración hacia lo Alto y aguarden la Infinita Misericordia de Mi Hijo.
Espero de Mis soldados el despertar de la consciencia y que se ofrezcan a colaborar para que la mayor parte de la humanidad pueda vivir un tiempo más de paz. Y como el tiempo pasa rápido, Yo les pido que oren con el corazón, atentamente, para que algo pueda cambiar en la humanidad.
Queridos hijos, ¡recen, recen, recen y recen! Recen con la voz de vuestros corazones para que la Piedad y la Compasión de Dios toquen a los corazones que se han separado de la Ley del Señor.
Recordando la enseñanza de los mandamientos de Moisés, hoy les pido que los tengan presentes en vuestras vidas como las primeras reglas básicas para un buen hijo de Dios.
Queridos hijos, a lo largo del tiempo, la humanidad ha sido llamada a cambiar desde el corazón; por eso ustedes, abran vuestros ojos y vean la Luz Misericordiosa que Mi Inmaculado Corazón está irradiando para todos.
Les recuerdo la importancia de vivir en la fidelidad a Mi Hijo para que vuestros corazones sean guiados y estén protegidos en estos tiempos finales.
¡Les agradezco por responder en estos tiempos a la voz de Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Que hoy vuestros corazones puedan comprender y venerar la Gracia Especial que vuestras vidas están recibiendo mediante el ejercicio de la oración y en nombre del Amor de Mi Hijo.
Queridos hijos, por eso los invito a orar más con el corazón para que Dios Padre los escuche y Mi Corazón Materno pueda seguir viniendo al encuentro de vuestras vidas. La misión que Dios les confía es orar por la salvación de todas las almas porque, en este tiempo, queridos hijos, todos tendrán una última Gracia: vivir la Conversión.
Antes de que el Divino Juicio Universal se aproxime al mundo, ustedes, Mis pequeños, deberán estar en profunda y verdadera oración para que nazca en ustedes la voluntad de orar todos los días.
Por eso, queridos hijos, es muy importante la renovación de los grupos de oración por medio de encuentros mensuales, para fortalecer, entre los grupos, el ánimo de servir a Dios y de ser menos invadidos por las realidades del mundo.
Cada grupo de oración debe ser la Luz de Cristo en el mundo y para que esa Luz ilumine en la oscuridad, las llamas de Cristo, que son cada una de las almas, deberán estar unidas en la misión y ser humildes desde el corazón, porque de esa manera, el Espíritu Santo podrá guiar y bendecir la existencia de cada grupo orante.
Hijos Míos, hoy les comunico esta importante misión de final de tiempo para todos estos grupos orantes. Sepan, Mis queridos hijos, que Mi Maternal Corazón estará entre ustedes, acompañándolos, en el momento de iniciar vuestro ejercicio de oración.
Queridos hijos, ya es tiempo de que nazca la fraternidad desde los corazones, para que la tarea de orar en grupo entre almas hermanas pueda tener repercusiones universales. Pero para que eso suceda, es necesaria mucha humildad y estar vacío de sí porque, de esa manera, vuestros encuentros de oración serán victoriosos y estarán unidos a Mi Propósito Maternal de salvación.
Hoy, queridos hijos, le agradezco a cada uno de los orantes y devotos por estar contestando a Mi urgente llamado por la oración y la paz.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y amados hijos del Padre:
Todas las ofensas que se generan en el mundo son perdonadas día a día a través de la Insondable y Poderosa Divina Misericordia que brota como manantial desde el Sagrado Corazón de Jesús.
Por eso hoy, Mis pequeños, ustedes deben entregarse en la fe a ese infinito misterio de perdón y de reparación para los corazones que han caído en faltas que ofenden a Dios.
Para que el mundo y las almas alcancen la paz y la armonía universal, necesarias en este final de tiempo, Mi Hijo precisa de humildes y espontáneos soldados de la Misericordia.
Queridos hijos, el Rey Universal del Amor de Dios, Jesús Cristo, aguarda diariamente que nuevos soldados, a través de la oración, el servicio y la fraternidad puedan ser Sus instrumentos para que Su Misericordia se difunda por el mundo. Los corazones aún no han comprendido el verdadero misterio de los Rayos misericordiosos de Jesús; por eso, hoy los invito a difundir esta importante Gracia que Mi Hijo está derramando sobre el mundo entero.
Mis niños, en Su Dolorosa Pasión se irradiaron los más altos Estados de Amor que brotaron desde el Corazón herido de Jesús. Ahora, resucitado, Él los llama a la conversión de vuestras vidas y a beber de la propia Fuente de Cristo, la cual todo lo sana y todo lo cura.
Queridos hijos, es hora de despertar ante esa magnífica y esplendorosa Gracia de Redención y de Perdón a la que Mi Hijo los está llamando a ser partícipes.
Que vuestras vidas solo sean Misericordia. Que vuestros actos sean misericordiosos. Que vuestras palabras y pensamientos sean impregnados por la Divina Misericordia. Que el Fuego del Amor de Jesús los convierta en instrumentos de Su Insondable Misericordia.
Queridos hijos, ¡aún están a tiempo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos de Mi Hijo:
Descansen vuestras vidas y vuestros corazones en Mis brazos Maternales. Lleven en vuestras almas la unidad amorosa con el Dios Eterno.
Hijos Míos, hoy de nuevo los llamo a la oración, porque un mundo y una humanidad sin oración es una realidad sin Dios.
Queridos hijos, unida a vuestros corazones los invito a fortalecer el espíritu y el ejercicio de la oración para que ustedes siempre encuentren refugio en el Reino del Padre a través de la fe y de la devoción al Altísimo.
Como Madre de la humanidad, les pido que unan vuestros corazones mediante el ejercicio orante en los grupos de oración. Cada grupo de oración no solo debe estar consagrado a Mi Inmaculado Corazón, sino también debe irradiar la Luz y el Amor que ha recibido desde los Cielos.
Cada grupo de oración debe mantener el espíritu de la paz y la voluntad de reunirse como almas que quieren dialogar con Dios; el grupo debe tejer la red de la paz entre el Cielo y la Tierra.
Hijos Míos, ustedes son servidores consagrados a la Luz de Mi Inmaculado Corazón, por eso les pido que en este tiempo definitorio sean consecuentes con Mis pedidos y fuertes en el propósito de vivir día a día una vida consagrada mediante la oración del corazón.
Todos los grupos de oración deben ser pilares de Cristo, deben pulsar al ritmo universal del Corazón de Mi Hijo; siempre deben renovarse invitando a nuevos corazones a participar de la vida de oración.
Queridos hijos, en ustedes está permitir que la salvación sea una realidad. En ustedes está el amor que los unirá con Mi Amado Hijo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Con inmenso gozo y alegría en el corazón doy Mi Bendición y Paz Maternal a todos Mis hijos amados de Argentina. Por este motivo, hijos Míos, los reúno a todos entorno al Sagrado Corazón Divino de Cristo para que vuestras almas reafirmen la alianza con el Universo del Amor y de la Paz.
Queridos hijos, hoy es un momento más para recordarles la confirmación de cada uno de ustedes con el universo y con la vida de oración, necesaria y fundamental para la humanidad en este final de los tiempos.
Queridos hijos, como Reina de la Paz en Medjugorje y en el mundo, hoy les pido que recen desde el manantial que existe en vuestros corazones.
Hoy de nuevo les pido oración para evitar guerras, persecuciones y desórdenes en la vida de la humanidad.
Hoy, queridísimos hijos, les pido oración para evitar el sufrimiento, el dolor y la desesperación que Mi Inmaculado Corazón presencia día a día en este mundo.
Hoy los llamo a orar para aliviar Mi flagelado Corazón que es lastimado por las graves ofensas de la humanidad.
Queridos hijos, hoy los estoy llamando a despertar vuestra pequeña consciencia delante de los acontecimientos que se desarrollan en este mundo.
Como Madre de las Gracias, hoy les pido que coloquen vuestros corazones bajo los Rayos Misericordiosos y Redentores de Mi Amado Hijo, porque es en Cristo que hallarán el Alivio, porque es en Cristo que hallarán la Luz y el Perdón, porque es en Mi Hijo que encontrarán la Reconciliación que vuestras vidas y las vidas de la humanidad necesitan.
Por eso, Mis pequeños, que en ustedes despierte la esperanza y la alegría de servir a Dios, porque sepan que muchos de Mis hijos deben vivir la redención del corazón.
Hijos Míos, en este día de encuentro Conmigo en Luján, Santuario de amor y de fe, les pido que mediante la oración se unan a Jesús, llamen a Jesús y que lo busquen para que Su Divino Espíritu de Amor esté con ustedes, los visite, los guíe y los ampare de todo.
Queridos hijos, por un mes más Yo les digo: ¡Gracias por responder a Mi llamado a todos los corazones peregrinos de Argentina!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Con Mis brazos extendidos irradiando Amor a toda la Argentina, y en un nuevo encuentro de hijos y peregrinos, Yo les doy Mi Bendición Maternal.
Queridos hijos, en este tiempo de Gracia y de Justicia, les pido que oren más con el corazón, que guarden un espacio para Dios y que vuestros corazones y vuestras vidas se expresen amorosamente delante del Creador. Abran las puertas de vuestros hogares a Dios para que sean irradiados por el Amor de Su Omnipotente y Compasivo Espíritu Divino, el de la Santísima Trinidad.
Queridos hijos, cuando los llamo a la oración, los estoy llamando, como Madre, a la preparación de vuestros corazones para el nuevo ciclo.
Hijos Míos, por eso los llamo diariamente a estar en Jesús y a buscar a Jesús en cada momento de vuestras vidas, porque Cristo les promete la redención del corazón, el renacimiento bondadoso de almas nuevamente consagradas a Su Sagrado Corazón.
Delante de las pruebas de estos tiempos, queridos hijos, los llamo a fortalecer vuestra unión con Dios lo más que puedan vuestras vidas porque así estarán bajo la Luz del Espíritu del Amor de Mi Hijo.
Queridos hijos, ustedes, para poder crecer delante de la Voluntad y de los Planes de Dios, deben creer en el poder de la oración en este tiempo decisivo, porque ella los auxiliará en las diferentes situaciones de vuestra vida.
Queridos hijos, una vez más, Mi Inmaculado Corazón viene a la Argentina para encontrar corazones consagrados a la esperanza del Redentor, corazones humildes y misericordiosos.
Oremos, Mis pequeños niños, oremos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy quiero ver en todos Mis hijos la alegría infinita de servir a Dios con el corazón y de aspirar a vivir en el Reino Celestial de la Eternidad.
Por este motivo, queridos hijos, hoy los invito a obrar en el nombre de la paz y de la esperanza misericordiosa que Mi Hijo quiere despertar en vuestros corazones. Mediante la sincera oración del corazón, vuestras moradas se prepararán para recibir el advenimiento del Espíritu Santo sobre la Tierra.
Por eso, hijos Míos, la oración diaria es importante en estos tiempos, ya que la humanidad debe reconciliarse con Dios a través del profundo diálogo orante que nace del corazón.
Queridos hijos, hoy también les pido que recuerden cada uno de los pasajes de Jesús por esta Tierra y cada una de las simples enseñanzas que Él les dejó para que todos puedan vivir la conversión del corazón.
Abriendo Mis brazos misericordiosos, irradio a todos con Mis Gracias para que Mis pequeños niños puedan caminar en la honestidad y en la verdad del corazón.
Queridos hijos, por eso, sean verdaderos y no pierdan tiempo para que así puedan transformar vuestros corazones, porque Cristo Jesús estará aproximándose a vuestras vidas para mostrarles la Voluntad del Señor.
Hijos Míos, hoy los llamo a abrir las puertas de vuestros corazones y a permanecer en la Luz Infinita del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Un urgente llamado maternal
Queridos hijos:
Con el rosario entre Mis manos, oro para que Mis hijos despierten a tiempo.
Oro por todas las almas que se alejan de Dios.
Oro para que el mundo alcance la Gracia de la Paz.
Oro por todos aquellos que no oran.
Oro para que la fe pueda despertar a tiempo en vuestros corazones.
Oro para disolver las dificultades que muchos hijos están viviendo.
Oro por este tiempo de prueba y confirmación.
Oro para que todos Mis hijos se perdonen y se rediman a través de Mi Hijo.
Queridos hijos, perpetuamente oro por este tiempo definitorio en que las almas se postulan para estar en el rebaño de Mi Hijo o se postulan para estar fuera del rebaño de Mi Hijo.
Por eso, como Madre Intercesora, oro para que nadie se pierda, ni siquiera la más pequeña de las esencias.
Oro para que todos alcancen el perdón.
Oro en este tiempo de Misericordia porque está brotando la Justicia Divina.
Oro para que Mi Amado Hijo Jesús esté entre ustedes.
Oro, suplicándole, para que Él los guíe nuevamente.
Oro por todo lo que observo en este mundo.
Oro por el nuevo ciclo que llegará.
Oro para que la reconciliación se pueda vivir en cada criatura como una emanación del espíritu de la paz. Oro para que la confianza en el Único pueda fortalecerse en los que se han entregado al Plan Divino.
Oro con esperanza por toda la humanidad.
Oro para que todos Mis niños tomen consciencia de que ya no son tiempos normales, que es necesario rezar con el corazón todos los días y no olvidar fácilmente el alimento que provee el poder de la oración.
Oro por todos ustedes para que el Espíritu Santo descienda sobre cada uno de Mis hijos.
Oro por los que no escuchan Mi llamado y por los que desmerecen las palabras de Mi Inmaculado Corazón.
Oro para que se manifieste la verdad en vuestras vidas.
Como Reina de la Paz, oro por su salvación.
Por eso hoy, queridos hijos, oremos por todas las intenciones, porque es necesario que sus corazones estén en constante servicio. Oremos por la Presencia de la Paz de Dios porque ella será la que sostendrá al mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi urgente llamado por la paz.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón Inmaculado irradia Amor al mundo.
Queridos hijos:
Hoy los invito, de manera especial, a unir vuestros corazones a la Luz de Mi Amor Materno que también brota en el Centro de Devoción de Medjugorje.
Por este motivo, los invito a orar por todos los Centros Marianos, en donde Mi Faz Inmaculada y Auxiliadora está presente para la vida de todas las almas.
Como Reina de la Paz, hoy los llamo a orar amorosamente por todos los peregrinos que, unidos a Mi Inmaculado Corazón, se esfuerzan por vivir la ciencia de la fe y la devoción del corazón.
Mi Corazón Maternal desciende una vez más sobre este mundo, como también día a día, a través de Mis anuncios en los mensajes diarios.
Hoy, Mis pequeños, Mi Inmaculado Corazón se refleja sobre la aldea mariana de Medjugorje.
Por eso, los estoy invitando a ingresar en el Reino y en el Espíritu de Mi Paz que están presentes en Medjugorje. Allí, desde hace ya treinta años y desde hace cinco años en América, Dios Me envía hacia ustedes para enseñarles a vivir en comunión diaria con Mi Hijo y a vivir en la reconciliación y en la paz. Las almas fácilmente olvidan la esencia de estos importantes atributos para el corazón.
Queridos hijos, hoy los invito a permanecer en el corazón devocional de Medjugorje porque así ustedes encontrarán Mi Presencia Maternal en vuestras vidas.
Recuerden que Dios contempla el ejercicio de vuestras oraciones, que Dios espera de todos Sus hijos el mayor esfuerzo y donación desde el corazón para que se cumplan los designios de Su amorosa Voluntad.
Por eso, queridos hijos, vivan Medjugorje como escuela de oración para vivir la Paz de Mi Reino Maternal.
¡Les agradezco por estar un mes más contestando a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Mientras el mundo se agita en este final de los tiempos, la humanidad debe sumergirse en el océano de la oración para que los Grandes Ángeles del Señor puedan auxiliar a todos los corazones. Antes de que suenen las trompetas de los ángeles del Cielo, ustedes deberán estar preparados mediante la oración del corazón, firmes en la fe y confiados en el Manantial de la Divina Misericordia.
Hoy los invito, en forma urgente, a ingresar en el Santísimo Corazón de Mi Hijo, porque de esa manera, vuestras vidas estarán protegidas por el gran espíritu de la Misericordia del Redentor.
Queridos hijos, hoy los llamo a tomar consciencia desde el corazón porque los tiempos llaman a la humanidad a vivir la conversión del espíritu y de la vida.
Como Madre del Perpetuo Socorro, el Señor Me envía a despertar del sueño a cada uno de Mis hijos y a colocarlos a todos en la tarea celestial que el Señor está dictando para cada corazón, a través de Mi Presencia Maternal, mes a mes.
Pequeños hijos, no pueden pasar ni un día sin vivir la oración del corazón, porque así vuestras vidas abrirán los corazones para que se aproximen los ángeles custodios que son enviados, bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón, para guiar a todos Mis pequeñísimos hijos.
Ha llegado el momento de abrir la consciencia a las señales universales inusitadas que intentarán despertar a los que se han separado de la magnífica Voluntad de Dios.
Hijos Míos, todos los consagrados a Mi Inmaculado Corazón deben ayudar a que otros hijos puedan vislumbrar la Luz del trono de Dios cuando el Único Hijo del Padre venga, en Gloria, desde las nubes.
Queridos hijos, todo está dicho. Los llamo y les pido oración y más oración del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mis pedidos!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más