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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, hoy no podré dictar un Mensaje, sino solo pronunciarles Mis Sagradas Palabras a ustedes.
Mis queridos hijos de Argentina, de Mi amada Argentina, a pesar de los tiempos turbulentos y oscuros, hoy quiero que puedan sentir e ingresar en Mi Paz.
El mundo sufre y agoniza, las almas padecen y se pierden, pero no se olviden de que Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de cada uno de ustedes y de la humanidad. Me regocija poder estar hoy con ustedes y Me uno a lo que ha dicho Mi Amado Hijo, Cristo Jesús.
Anímense a fortalecerse en el camino de la consagración al Plan de Dios, aun durante el tiempo de la purificación y de la transformación de la consciencia.
Pero, Yo les pido, hijos Míos, que ya no se pierdan en el sufrimiento, sino que se sumerjan en Cristo, Mi Hijo, que es el Universo de la Esperanza. Yo los llevaré a Él todas las veces que lo necesiten; pero Yo también los escucho, los contemplo y los acompaño.
Crean que Yo escucho sus verdaderas y más íntimas oraciones, sus más profundas súplicas, sus apelos al Corazón de Dios. Pero ahora es tiempo de que ustedes y sus hermanos vivan Mi Mensaje, siendo Mi Mensaje, no a través de sus palabras, sino a través de sus acciones, de sus actos de amor, de caridad y de misericordia. Es esto lo que ayudará a curar al mundo y a la humanidad.
Mientras la humanidad se divide en lo que es superficial y mezquino, Yo los invito a profundizar en la oración.
El universo de la oración es muy desconocido y solo cuando se unen a Él es que comienzan a comprender y a sentir su significado. Porque las puertas de los Cielos deben estar abiertas hacia la Tierra y son ustedes, Mis amados hijos, que las mantendrán abiertas a través de sus actos de amor y de sus oraciones.
Hoy, vengo aquí, con alegría y júbilo, a reconsagrar a este Centro Mariano y a todos sus representantes, a todos los que se han comprometido Conmigo desde los primeros tiempos a sostener este punto de Luz en Argentina.
Es tiempo de que ya sean una hermandad auténtica y verdadera, tienen las herramientas para esto, tienen el conocimiento y sobre todo tienen Mi bendición.
Es así que las almas, que aún esperan cruzar el portal de la esperanza, podrán llegar, y también ustedes mismos se renovarán y así se renovará la Obra; porque este es el tiempo, como saben, del Plan de Rescate. Todo necesita ser rescatado, todo necesita estar a salvo en el Sagrado Templo del Corazón del Padre Eterno y de Sus Mensajeros.
Quiero dejarles aquí a ustedes Mi testimonio de Amor, con la valentía de seguir adelante, superando estos tiempos desconocidos e inexplicables, atravesando las barreras y los límites de la consciencia y del propio ser; porque allá, en el Infinito, después de todo esto, se encuentra Dios y Su Creación, lugar del cual ustedes provienen, recuérdenlo.
Es hacia ese lugar y hacia ese espacio sagrado de la Creación de Dios a donde su experiencia de esta encarnación deberá ser llevada como una síntesis profunda de todo lo vivido y compartido, en ustedes mismos y con sus hermanos.
Es esto lo que renovará la Creación, el universo y la humanidad. Vean así, ante ustedes, los tesoros espirituales que les hemos confiado y todas las Gracias que fueron derramadas desde el principio hasta el presente.
He aquí, hijos, Mi Corazón Materno, Manantial inagotable de las Gracias de Dios para las almas y los corazones. Dejen que esta Luz, que brota de Mi Corazón, sane sus heridas para siempre y así se puedan liberar, curar y renovar. Ya no guarden en ustedes sentimientos de frustración y de desánimo, sino un sentimiento superior de amor, de fe y de confianza en Dios.
Porque, aunque Mi Corazón se recoja en los próximos tiempos, Yo estaré a su lado, si así Me lo permiten; y descalzos, seguiremos la senda de la humildad y del despojamiento interior para que el vacío colme sus seres y en el vacío reciban al Todo, al Único, al Infinito, al Eterno Dios.
Que sus gestos de amor sean una extensión de Mi Amor en el mundo.
Que la donación de sus manos sea un gesto de Mi Caridad en el mundo.
Que sus pies descalzos, que caminan firmes, sean un acto de entrega de la Madre de Dios por las almas.
Y hoy, he venido a celebrar la Eucaristía con ustedes, como testigo del sacrificio de Mi Amado Hijo por la humanidad en el Santo Cenáculo y en la Cruz, para que la cruz de ustedes sea aliviada.
Confíen, confíen en Dios, porque todo tiene su hora y su momento. No se precipiten, no se amedrenten. Tengan fe, una fe renovada y auténtica, para que sean el preámbulo de los Mil Años de Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado, de corazón!
La bendición de Mi Hijo esté sobre ustedes y el mundo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Que, en la víspera de la llegada del Redentor, sus corazones ya se encuentren limpios y purificados a través del Santo Sacramento de la Confesión para que, renovados, ingresen a través del Portal de la Esperanza al camino que Mi Hijo tanto espera que ustedes recorran.
A través del Portal de la Esperanza, que es Cristo Vivo, reciban el impulso preparatorio del Retorno de Cristo y que ustedes, ya conscientes de todo, se sirvan de las herramientas que Nosotros les entregamos, a través del servicio, de la oración y de los Sacramentos.
En este último ciclo de preparación, Yo los llamo a la apertura del corazón para que, estando libres de ustedes mismos, caminen decididos por la senda del Señor, por aquel camino que Él mismo preparó para que Sus discípulos lo atraviesen.
Recuerden que para que una realidad divina sea una realidad concretada, solo dependerá de la predisposición de ustedes.
Yo estaré siempre aquí, como Madre, para orar por ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la esperanza de Jesús colme sus corazones y que, a través de esta luminosa esperanza que proviene de Cristo, las almas reencuentren el sentido primordial de vivir en Dios y en Sus Sagrados Mandamientos.
La vida divina es regida por Leyes y es a través de la actuación de las Leyes de Dios que el equilibrio perfecto se manifiesta y todo lo que está bajo la Ley Mayor permanece en armonía.
Les digo esto, queridos hijos, para que aprendan a distinguir cuándo están en comunión con la Ley y cuándo no lo están, y esto sucederá a través de su libre albedrío. Es así que el alma sabe cuándo camina en rectitud o cuándo está desviada de su Propósito.
En estos tiempos de grandes desafíos y de situaciones impredecibles, estar bajo la Ley amparará y protegerá cada uno de sus pasos porque, ante las amenazas del mundo y de la vida, buscar, estar y permanecer en la Ley permitirá que ciertos acontecimientos no se precipiten.
Ustedes, Mis hijos, a través del escenario del planeta, pueden ver con sus propios ojos cuánto la humanidad y la vida de Mis hijos están fuera de la Ley.
Por eso, a los que son más conscientes y que tuvieron la Gracia de ser tocados por la Palabra de los Sagrados Corazones les corresponderá realizar el mayor esfuerzo de estar en la Ley y de practicarla por todos los que la transgreden o la niegan.
Por este motivo, Yo les hablé el sábado pasado sobre la obediencia, porque Mi Hijo Me lo pidió para que sus consciencias tengan presente que en estos últimos Mensajes que Yo les estoy entregando están las últimas llaves para que sus vidas sean un verdadero espejo del Cielo en la Tierra a través de la comunión con las Leyes de Dios. Muchos necesitarán de esto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis muy queridos hijos de Norteamérica:
Después de mucho tiempo, vuelvo a estar reunida con todos ustedes en nombre del Amor de Mi Hijo, un Amor que les concede a los corazones la Gracia tan esperada del perdón y de la reconciliación.
Hoy, como su Madre del Cielo, vengo con la Sagrada Estrella de la Luz de Monte Shasta en Mi Frente; para que este nuevo ciclo, que comienza para la Obra en los Estados Unidos, pueda dar los frutos tan esperados por el Padre Celestial.
Queridos hijos, quiero que sepan que el Padre Celestial coloca Su Paternal Mirada también sobre Sus Hijos más necesitados de cura espiritual. Esta es la razón y este es el motivo, este es el momento en el que nacerá por intermedio del nuevo Núcleo-Luz ese principio de cura a través del amor que tanto necesitan las almas de los Estados Unidos.
Desde ahora, espero con gozo y regocijo el servicio que prestarán en los próximos tiempos a las almas y a los corazones traumatizados por la guerra y por todas sus consecuencias.
Este es el día esperado por el Señor para que, en Norteamérica y a través de la Estrella de la Luz de Monte Shasta, pueda surgir el tiempo de la esperanza y de la reparación de los corazones olvidados de este país; que pueda nacer el sentimiento y la empatía por los mutilados de la guerra, por aquellos jóvenes y adultos que fueron prisioneros de un movimiento y de una idea que desmoralizó sus vidas, familias y espíritus.
Queridos hijos, que los ángeles de Monte Shasta los acompañen en esta etapa de manifestación de la Voluntad del Padre Celestial para Norteamérica.
Yo los bendigo con Mi Amor Maternal.
¡Les agradezco, a los presentes, por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Después de la venida de Mi Amadísimo Hijo a Argentina, como Madre de todos y Señora de Luján, vengo a bendecirlos por última vez.
Seguiré orando por ustedes, Mis hijos de Argentina; para que, a pesar de este traumático escenario social del país, sus corazones se reconforten con el Amor que Mi Materno Corazón les ofrece en este momento.
Mis amados hijos de Argentina, deseo que todos los impulsos que recibieron en estos últimos días los lleven en sus corazones, como parte del gesto misericordioso y compasivo de Dios por una Argentina que ya debe prepararse para el Retorno de Cristo.
Mientras tanto, Yo los animo, Mis hijos, a realizar obras de caridad y de bien, y a pensar que cada momento de servicio a los que sufren, lo estarán haciendo como un acto verdadero de reparación, a fin de que de la Argentina sea erradicada la violencia y el maltrato entre los miembros de la familia humana y para que retorne a la Argentina la esperanza, la fortaleza y la fe que ya se disolvió en muchos corazones.
Mis hijos, su Madre y Señora de Luján les pide que sean precursores de la esperanza y de la alegría que les da el Evangelio, porque así más corazones necesitados de Argentina tendrán la Gracia de volver a renacer en el amor y en el bien.
Les agradezco a Mis hijos de Argentina por haber acompañado cada uno de los pasos de Nuestros Sagrados Corazones.
¡Adelante, Mis hijos de Argentina!
Les agradece y los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Luján
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados hijos:
Hoy, guardo bajo Mi Manto las causas más urgentes del planeta, que han herido gravemente al Corazón de Dios en este 2023; en un momento en el que la humanidad está confundida y perdida, en el que la intolerancia y la violencia prevalecen más que el amor, la verdad y la justicia.
He aquí, bajo Mi Manto, cada una de las situaciones que atiende, pero que también apremia a la Jerarquía.
He aquí, el clamor de todos los pueblos y de todas las naciones, de las familias y de los que claman por ayuda.
He aquí, hijos, la gran necesidad de la humanidad y de todo el planeta.
Hoy, vengo aquí a mostrarles esto para que lo contemplen Conmigo en oración y, más aún, en súplica, porque el mundo necesita de una solución inmediata. Y sepan que no solo Mi Corazón, sino también el corazón de todas las Jerarquías, están atentos a cada momento y a cada situación.
Yo vengo a guardar cada una de las causas urgentes bajo Mi Manto, porque el mundo y la humanidad no encuentran la salida, ya no pueden ver el camino de la paz y de la concordia.
Por eso, hijos, todos los que han orado durante este año que ya está finalizando, han sostenido junto con la Madre de Dios, a pesar de la gravedad de las situaciones, cada una de estas causas de las almas que claman y que piden por ayuda.
Por eso, Dios Padre, una vez más envía a Sus santos ángeles a la Tierra; para que, a través de Sus legiones y de todos Sus comandos, auxilien a la humanidad, que está perdiendo los valores de la lealtad, de la unidad y del entendimiento, que son bases primordiales de la fraternidad humana y del bien común.
Yo quiero que sepan, hijos Míos, que los verdaderos orantes comprometidos, en el día a día y a través de los tiempos, han ayudado muchísimo a la Madre de Dios en todo lo que su Madre Celeste atiende en este momento crucial de la humanidad.
Hijos Míos, Yo estoy aquí, a las puertas del último día del año 2023, para que comience un nuevo año de mayor amor, de mayor justicia y esperanza; porque las almas, los pueblos y las naciones ya no pueden seguir saliéndose de la Ley y, así, apartarse de la Verdad y de la Sabiduría que Dios les puede dar.
Por eso, este es el tiempo y esta es la hora de sostener el puente que se está rompiendo para que se restablezca, en cada momento y en cada necesidad, esa unión entre el Cielo y la Tierra.
No dejen morir el amor en ustedes ni en sus hermanos.
Vuelvo a decirles en el nombre de Mi Hijo Jesús, el Rey del Universo, que se amen los unos a los otros como Él los amó y los ama. No hay otra salida, hijos Míos, porque muchos, muchos hijos Míos en el mundo ya perdieron la esencia del Amor.
Y esa esencia del Amor, que es la esencia de la vida y de toda la creación, necesita resurgir en los corazones que se han apartado de Dios, en los corazones que ya se cerraron y que no se abren a escuchar la Buena Nueva del Retorno de Cristo, porque han perdido la fe, porque han perdido el amor, porque han perdido la esperanza.
Mañana, 31 de diciembre, último día del 2023, les pido a las almas, en los mundos internos, que no se olviden de los Universos Superiores que estarán atentos, una vez más, a la voz de las súplicas.
Se necesita de mucha Misericordia. Las almas necesitan de la Gracia y necesitan recuperar el amor para poder renacer en Cristo, que ya está llegando.
Hijos, mañana estaré una vez más con ustedes como la Aurora que anuncia lo nuevo, como el amanecer que trae la vida y la renovación, como el Soplo del Espíritu de Dios que anuncia el Advenimiento de Cristo.
En el día de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, los Altares de Dios estarán abiertos, porque los ángeles abrirán sus puertas para acoger las ofertas de los corazones y, sobre todo, del Santo Sacramento de la Eucaristía que será ofrecido por un fin mayor, por un bien mayor, por un propósito mayor.
Que el 2024, año que prenuncia el Retorno de Cristo, sea un año de mayor misericordia y paz, de mayor fraternidad y justicia en el mundo, especialmente para los más inocentes y para las familias.
He aquí la Madre y Señora de las causas imposibles, Abogada vuestra, Mediadora entre las almas y Dios, Consuelo de los afligidos, Esperanza de los pobres, Refugio de las familias, el Espejo de la Justicia de Dios.
Les deseo el bien a todos. Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre que no se detiene y que no descansa, la Reina de la Paz.
Les agradezco a todos los que responden al Llamado de Dios en estos tiempos críticos.
Mi bendición sobre los justos y los injustos. Mi bendición sobre los servidores, pero también sobre los pecadores. Mi Hijo quiere la salvación del mundo entero.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Mientras el mundo se hiere a sí mismo, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que los ángeles transformen el odio y la venganza en paz y en amor.
Mientras las guerras agreden a los más inocentes y desprotegidos, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que las familias protejan sus hogares y los niños tengan un futuro feliz.
Mientras el aborto interrumpe la cadena espiritual de la vida y de la armonía en el mundo, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que la célula de la familia esté amparada y apartada de las invenciones del mal.
Mientras los refugiados y exiliados buscan con desesperación un futuro de esperanza y de justicia, que descienda ahora el Sagrado Cielo de Dios, para que los más necesitados reciban lo que tanto necesitan y estén libres de las temibles redes del tráfico humano.
Mientras la división en las familias coloca a cada miembro enfrentado con su propio hermano o hermana, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que se cierren las puertas inciertas.
Mientras las ideologías son la tendencia que confunde y divide a los corazones de Mis hijos, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que el Espíritu Santo dé entendimiento y sabiduría a cuantos lo necesitan.
Que descienda Mi Sagrado Cielo de Dios para que los que sufren sean aliviados y alcancen la Misericordia de Dios.
Invoquen al Sagrado Cielo de Dios para que se alcance la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, su Madre Celeste ya peregrina, en los Planos Celestiales, hacia Brasilia, para acompañar la Sagrada Tarea que llevará adelante el Casto Corazón de San José y también para poder estar muy unida a Mi Hijo por la importantísima ayuda espiritual e interna que Él ofrecerá, a través de las almas de Brasilia, a todo el Brasil.
Queridos hijos, de la misma forma, su Madre Celeste los llama para que, desde donde ustedes estén y a través de la Oración por la Paz en Brasil, también peregrinen internamente acompañando a toda la Divinidad en esta próxima etapa de peregrinación.
Queridos hijos, también los invito a difundir Nuestro amoroso llamado en todos los lugares posibles; para que más almas, necesitadas de luz, de amor y sobre todo de esperanza, puedan llegar, aproximándose a los cálidos y devotos Encuentros de Oración que serán ofrecidos en Brasilia.
Desde ahora, su Santísima Madre los acompaña y, desde ya, les agradezco por todo lo que será construido.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este momento, Mi Corazón Inmaculado aún se encuentra unido al corazón esencial de cada pequeño hijo de África, a fin de que estas pequeñas almas alcancen el alivio espiritual y moral que necesitan.
Deseo, de forma ardiente, que se abra la puerta de Mi Gracia en África, de una Gracia de oportunidades y de esperanzas para los adolescentes y jóvenes; para que Mis hijos de África sepan que es posible vivir otra experiencia sobre la superficie de la Tierra. Una experiencia que permita el despertar de sus valores espirituales e internos, de los valores que los ayudarán a ser buenas personas, así como son buenos y simples de espíritu; algo de lo que todos Mis hijos del mundo deberían aprender a reconocer.
África debe ser ella misma, como lo fue en sus orígenes, desde sus más profundas raíces de unión con lo Divino y Cósmico.
Por eso, a través de la actual misión humanitaria en curso, los tres Mensajeros Divinos preparan otro escenario interior, a fin de que el escenario exterior pueda ser mejorado, armonizado y corregido; para que todos Mis hijos tengan la dignidad que perdieron, no solo como seres humanos, sino también la dignidad de reconocerse y de sentirse merecedores Hijos de Dios.
Por eso, en África recién comienzan a gestarse el don de la esperanza, las oportunidades y la Nueva Tierra.
África Mía, eres parte de Mi Corazón; eres Mi aspiración de la nueva cuna de la Nueva Humanidad.
Oremos para que África sea ella misma y ya no sea de los explotadores y bandidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Bienaventurados los que sufren y que, en el silencio de su corazón, claman por Misericordia, porque les será concedida no solo la Gracia por la cual clamaron, sino también bendiciones mayores, profundas y eternas, que disiparán de sus corazones el dolor y les concederán la paz.
Bienaventurados los que, más allá de la soledad, oran, sirven y confían, aunque habiten en los infiernos de este mundo, donde reinan la desesperación y la desesperanza, donde la alegría fue callada por la indiferencia de aquellos que generan el dolor.
La oración de los inocentes es escuchada. El llanto de las mujeres, que claman al Padre, lava Sus Santos Pies, y Su Corazón se compadece de los que se creían olvidados.
En la batalla de estos tiempos, hijos, el Corazón de Dios está atento a sus súplicas y no se olvida ni desampara a los que claman, pero busca el tiempo y la hora exactos para poder interceder por las almas que sufren.
Por eso, hoy les digo y les diré siempre que la perseverancia en Dios, más allá del dolor, del sufrimiento o de la soledad, siempre será recompensada.
El Padre se compadece de aquellos que con fe aguardan. Su Espíritu sustenta a los que se mantienen en el servicio. Su Divinidad viene en auxilio de los que confían en la Gracia, y bendiciones mayores descienden a la Tierra cuando llega el tiempo; y el tiempo llegó.
El reloj del mundo marcó la hora de la redención. Al mismo tiempo que el caos batalla contra el mal, el Amor triunfa en lo profundo de los abismos de la consciencia humana. Todo está permitido.
El Creador anuncia, a través de Sus Mensajeros, que el tiempo de la redención llegó para todo aquel que cree. El tiempo de la Misericordia aún pulsa en los corazones de los que claman por una oportunidad.
Por eso, África amada, que desde los orígenes de la Tierra buscas tu camino, ya brilla en el horizonte tu destino; la pureza de tu corazón puede emerger; fuerza y fragilidad habitan en tu interior; persististe más allá del sufrimiento. Por eso, aguarda y confía en el reinado de la paz.
Sobre tu suelo pisarán Pies Sagrados y Sus Pasos marcarán tu historia. Como en otros tiempos, reinará la paz en ti y conocerás la vida de los confines del universo. Los misterios celestiales te serán revelados, de las entrañas de tu dolor volverá a emerger la esperanza. Nueva vida reinará en tu interior. Habrá paz.
Con estas Palabras, hijos, Me despido, los bendigo y les pido que Me aguarden en oración el próximo 18 de julio, para que cumpla un Designio Mayor del Creador de entregar un Mensaje extraordinario al corazón de Mis hijos de África. Sus corazones Me aguardan y el Creador les envía una respuesta.
Crearé un puente entre el Corazón de Aurora y el interior de África, para que la cura y la redención puedan permear las heridas profundas de los que aspiran a conocer la paz.
Yo los bendigo, hoy y siempre.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Mis queridos hijos:
A pesar de los conflictos y de las guerras en el mundo, que dividen y perturban a las familias; hoy, Mi Centro de Luz de Medjugorje se enciende para transmitir internamente Mi Mensaje de Paz.
Yo Soy la Reina de la Paz y quiero a todos Mis hijos en el Reino de Dios, para que el mundo ya no siga perdiendo la inocencia y la luz que, una vez, Dios depositó en cada corazón humano.
Por esa razón, hoy, Medjugorje se enciende en luz y en esperanza, porque deseo detener el caos y la venganza que muchos corazones viven en estos tiempos, olvidándose de que todos son hermanos de un mismo Padre.
Por eso, una vez más, Él Me envía como Su Mensajera de la Paz para decirle al mundo que, si no detiene la guerra, algo peor se desatará.
Para evitar que más sangre inocente se derrame en el mundo, en este momento, cuento con las fervorosas oraciones de todos Mis hijos. Esto evita que la ira del Ángel de Dios se precipite sobre el mundo y la humanidad pierda el estado de rescatable.
Por eso, este es el gran momento para todos, en el que, a pesar de las pruebas o de las dificultades, Mis hijos se deben aferrar a Mi Manto y tomarse de Mi Mano, para que Yo, como Madre de todos, los pueda seguir guiando y conduciendo hacia Mi Amado Hijo.
Que hoy, desde Medjugorje, los corazones sientan la paz que les trae la esperanza y la fe, que todos necesitan en este momento.
Recuerden que estoy aquí y Soy su Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando el alma mira hacia el Cielo, fortalece el propio espíritu, la propia fe, retoma sus aspiraciones más puras y renueva sus votos con Dios. Pero, cuando vuelve sus ojos hacia la Tierra pierde sus esperanzas, se encuentra con lo que cree que es la realidad y no consigue percibir en sí misma ni en el prójimo la forma de manifestar lo sagrado que la aguarda en el infinito. El alma busca fuerzas, ora y pide la Gracia de saber cómo llegar a eso que contempla en el universo.
Y hoy les digo, hijos, que cuando comiencen a mirar no solo hacia el Cielo, sino también hacia lo que verdaderamente son, descubrirán que la materia y el infinito se unen en la consciencia humana. Barro y espíritu se tornan uno cuando los seres despiertan a lo que son, y no será necesario morir para resucitar en la eternidad, sino que podrán descubrir la verdadera vida y la eternidad dentro de ustedes; dádiva revelada al corazón que ora, que adora y que no encierra a la verdad divina en su mente ni tampoco en lo que ya fue dicho, porque a pesar de que todo ya fue dicho, muy poco fue comprendido y vivido.
Por eso, busquen lo sagrado en el propio interior. No lo busquen solo mientras oran, quieran corresponder a él mientras viven.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoseptimo poema
Querida Señora de la Luz,
Virgen protectora de las vocaciones,
despierta en nosotros la alegría inmutable de servir a Dios,
despierta en nosotros la fe inquebrantable
que Tú viviste por el Plan del Creador.
Señora de la Esperanza,
despierta en nosotros la convicción permanente
de estar cumpliendo con la Voluntad de Dios,
despierta en nosotros la renovación interior
para servir incansablemente a Tu amado Hijo.
Señora de la Luz y del Amor incondicional,
despierta en nosotros actos de Amor y de Misericordia
cada vez más profundos,
para que también seamos merecedores de la Paz.
Señora de la Luz y de la Confianza,
enséñanos la misma confianza que Tú viviste con humildad
para que, podamos sentir, más allá de todo,
que Dios está en cada momento,
participando de la vida de Sus hijos.
Señora de la Luz y de la Obediencia,
ayúdanos a despojarnos y a desprendernos
de todo lo que consideramos propio.
Que, en entrega, nos abramos
para aprender a obedecer sin reclamar,
solo siguiendo amorosamente los pasos
que indique Tu Hijo.
Madre, destierra de nuestra consciencia,
la voluntad propia para que vivamos en paz.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimonoveno poema
Madre,
quisiéramos, en este día,
poder permanecer en Tus brazos,
para que seamos colmados
de Tu Amor y de Tu Misericordia.
Quisiéramos que los niños más inocentes
que están en peligro,
hoy estuvieran en Tus brazos
para que estén amparados por Tu Divina Piedad.
Madre,
quisiéramos que los no nacidos
estuvieran en un lugar seguro, bajo Tu protección,
para que tengan la Gracia
de reencontrar el camino de Luz
que los llevará al Padre Eterno.
Madre,
quisiéramos que las mujeres y los hombres del mundo,
que venden sus cuerpos para provecho de los demás,
pudieran estar en Tus brazos,
para que estén a salvo y vean,
en algún momento, la puerta de salida
para abandonar la oscuridad.
Madre,
quisiéramos que hoy los más pobres entre los pobres
y los ancianos abandonados por sus familias
estuvieran en Tus brazos,
para que se sientan merecedores de recibir
Tu cálido y afectuoso Amor
que los curará interiormente.
Madre,
quisiéramos que todos los refugiados
y exiliados de sus países
pudieran estar en Tus brazos,
para que puedan sentir la alegría de rehacer sus vidas
y encontrar la esperanza
en este tiempo de definición.
Madre,
quisiéramos que el planeta
estuviera hoy en Tus brazos,
para que la consciencia de la Tierra sea aliviada
y ya no sienta que está sola.
Madre,
hoy más que nunca,
quisiéramos aprender a amar de verdad
como Tú nos amas, incondicionalmente.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigésimo poema
Madre de la Esperanza,
Rocío de Luz de la mañana,
Sostén inmutable de los que Te llaman,
retira de nuestros ojos las vendas de la ilusión
para que, en nuestras vidas,
reine el Universo Espiritual.
Que nos animemos a imitar a los santos del pasado.
Que, en el ejemplo de los apóstoles de Cristo,
veamos realizado el camino de la transformación.
Madre Santísima,
para que todo sea posible,
danos un corazón humilde y verdadero,
capaz de abrazar al planeta.
Enséñanos a caminar, perseverando en la fe,
a fin de que se disuelvan
las barreras de nuestra consciencia.
Madre,
libéranos de la esclavitud de la condición humana,
para que estemos disponibles y abiertos
para responder a Tu llamado.
Llévanos todo el tiempo hacia Tu Hijo.
Aspiramos a vivir en comunión perpetua
con Su Corazón Misericordioso.
Concédenos esa Gracia, Madre Santísima,
para que, con reverencia y amor,
ingresemos al Templo de la pureza interior,
lugar en donde nuestro Padre Dios
nos llevará a comprender
la razón de estar aquí, en este mundo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Que, en cada nuevo día, la Misericordia sea para ti como una luz que se enciende en tus abismos más oscuros, ocultos y profundos.
Que la Misericordia sea el símbolo de que siempre recibes de Dios una oportunidad para recomenzar, y más que eso, hijo Mío, de que siempre recibes del Padre la posibilidad de ir más profundo en tu cura y en tu transformación, y de sanar, en tu interior, heridas que a veces ni siquiera sabes que existen.
Que, cada nuevo día, clamar por Misericordia sea tu esperanza, para que puedas mirar las miserias del mundo y también aquellas que persisten en tu interior y que, más allá de eso, hijo, tus ojos se vuelvan hacia el Corazón de Dios, hacia Su Mirada y hacia Su Amor, y que tu confianza esté en Su infinita Misericordia.
Mucho más allá de todos los pecados y desvíos humanos, el Corazón de Dios, a través de Su Hijo, sigue derramando Sangre y Agua sobre el mundo. Que este manantial no pase desapercibido por ti, sino que encuentre en tu corazón un recipiente nuevo, limpio y vacío, para ser colmado.
Por eso, cada nuevo día, que tú fe esté colocada en la Divina Misericordia. Y, mucho más allá de todos los pecados de ayer, que hoy sepas que puedes recomenzar, arrepentirte y caminar hacia los Brazos siempre abiertos de Dios.
Tu Creador es paciente e incansable. Por eso ve, hijo, a Su misericordioso encuentro, y recuerda llevar en tu corazón el clamor por todas las almas.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Queridos hijos:
Después de nueve días de oración a San Rafael Arcángel, en este día y por medio de las 1000 Ave Marías, su Madre Celeste completó una etapa más dentro de la misión espiritual de asistencia a la humanidad.
Por cada Ave María que es realizada de corazón en este momento, un alma más recibe la oportunidad de liberarse de su cautiverio espiritual y material. De esa forma, Mi Materno e Inmaculado Corazón triunfa en la vida de los que se convierten a Dios en estos tiempos.
Por medio de las 1000 Ave Marías la Jerarquía Celestial también intercede por los que están desprotegidos y sumergidos en la miseria material, efecto de la desigualdad y de la cultura del descarte.
Es por eso, hijos amados, que sus oraciones llegan al Cielo y todas esas intenciones se convierten en Gracias y en expiaciones para los que realmente sufren las consecuencias de estos tiempos.
En estas horas, mientras transcurren las 1000 Ave Marías, el Padre Eterno contempla el esfuerzo y el esmero de Sus hijos, en un momento planetario en el que solo la fe y la esperanza podrán cambiar el destino actual de toda la raza.
Es de esa forma, que el encuentro de hoy los prepara para los eventos que sucederán durante todo el mes de mayo. Momentos en los cuales la Jerarquía entregará más impulsos e instrucciones para que en este 2020 las almas terminen de formarse en esta escuela de transición de los tiempos y de los ciclos.
Agradezco nuevamente la adhesión de los que hoy rezan Conmigo por la paz y la cura de la necesitada humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando estábamos orando para recibir a San José, un poco antes de Su llegada, Él comenzó a mostrarnos lugares muy pobres del planeta y personas en situaciones muy precarias, de mucha pobreza, de mucho sufrimiento, de mucho dolor.
Cuando llegó hasta aquí, Él continuó mostrándonos esos espacios y, al mismo tiempo que estaba con nosotros en la sala de oración, Él estaba con cada una de esas personas que eran de todo tipo: mujeres, niños, hombres, ancianos. Él iba hablando con cada una de ellas, iba peregrinando por esos lugares. Ellas no lo veían, pero Él iba hablando internamente con ellas, y Él entregó este mensaje para aquellas almas que más sufren.
A las almas que sufren
Calma tu corazón, alma pequeña, en lo profundo del Corazón de Dios.
Busca en tu Salvador aliento y esperanza, Gracia y paz.
Calma tu corazón en la fortaleza que se forja en tus dolores más profundos. Encuentra alivio y paz en la Cruz de tu Señor. Que tu sufrimiento equilibre muchos males de este mundo.
Busca tu seguridad en el Corazón de Dios. Busca tu paz en Su Presencia.
Perdona las raíces más profundas de los males humanos, que generan el dolor y el desequilibrio en este mundo.
Haz de tu sufrimiento una bienaventuranza, porque estás aprendiendo a encontrar la recompensa verdadera en Dios y no en el mundo.
Siente que el Corazón del Señor se angustia con el tuyo, que no estás solo en tu dolor.
Que el Amor del Creador calme tu desesperación, tu tristeza y tu desesperanza. Sabe que tienes un lugar perfecto en el Corazón del Padre y que tu sufrimiento abre las puertas del Cielo para los que no merecerían entrar.
Ya llegará el tiempo en el que la paz reinará en el mundo y no habrá distancia o diferencia entre este mundo y el Corazón de Dios, Su Reino Celestial.
Mientras ese tiempo no llega, comprende que los dolores de la Tierra emergerán, haciendo que este mundo se estremezca, pero este es el prenuncio de una realidad superior que se aproxima a la Tierra.
Sé que tu dolor es profundo y tu sufrimiento verdadero, así como lo fue el sufrimiento y el padecimiento de tu Señor en la Cruz. Ofrece tu vida entera a Dios, abre tus brazos en la cruz que está sobre ti y permite que un amor nuevo surja de toda esa experiencia que vives hoy.
Perdona los desequilibrios, perdona a los que tienen todo y se pierden en su egoísmo, a los que no saben mirar hacia al prójimo y alimentan las raíces profundas de la indiferencia que penetran en la Tierra.
Que tu perdón sea la puerta hacia la Misericordia. Que tu vida sea fuente de amor, y así tu sufrimiento será convertido en Gracia que transformará a la Tierra.
Sé que Mis palabras parecen tan distantes de la realidad de tu corazón, pero escúchalas con amor, así como tu Señor escuchaba a Su Padre en cada nuevo paso del Calvario y, desde la primer Llaga hasta la Cruz, de Sus heridas brotó Amor.
Que de tus heridas internas y humanas broten la fe y el amor que renovará la Creación de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
En tus oraciones, clama por el planeta, por la esencia más profunda de la Tierra, por sus Reinos y elementos, por su espíritu.
Clama por el don de la vida que el Creador depositó en este mundo; vida capaz de renovar y de recrear toda la existencia; vida proveniente del Espíritu Santo de Dios y que guarda Su Soplo Divino en el propio interior.
Clama para que ese don se exprese, crezca y se revele al mundo, a la consciencia y a los corazones de los hombres.
Clama, hijo, para que este planeta encuentre alivio, y toda la vida espiritual que en él se oculta, sustentando la existencia de la Tierra, encuentre esperanza y motivación para dar continuidad a esa labor sagrada y desconocida por los hombres.
Clama por la propia consciencia del planeta. No te olvides de dedicar un tiempo a ese espíritu femenino y materno que ampara el Proyecto y la Voluntad Divina desde el principio.
Sé agradecido por la vida que se manifiesta en la Tierra, sé agradecido por sus Reinos, sé parte de esta Creación, que expresa unidad y armonía con el Todo.
Llegó el tiempo de ser consciente de la participación de la humanidad en la sustentación del planeta, y eso es material, interno y espiritual. En todos los niveles, la consciencia humana debe actuar, porque los hombres y mujeres de este planeta son el eslabón entre las dimensiones, son el puente hacia el Corazón de Dios.
Por eso, sé puente a través del amor, de la oración y de la gratitud. Sé puente con el Infinito a través de la simple y eterna unión con Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Que los que están cansados y agobiados vengan a Mí.
Que los que se purifican y aprenden a redimirse vengan a Mí.
Que los que sufren y padecen las consecuencias de estos tiempos vengan a Mí, porque Yo puedo renovar todas las cosas, puedo dar entendimiento a todas las situaciones y experiencias.
Que los que más necesitan paz vengan a Mí, y Yo los llevaré hacia Mi Corazón para que sientan ánimo y fortaleza de saber que toda prueba o situación tiene un fin y un motivo para cada ser.
Vengan a Mí todos los que necesiten tener un sentido en la vida y una explicación de todo lo ocurrido, porque Yo los haré comprender con el corazón todo lo que necesiten comprender.
En este tiempo, vengan a Mí y podrán reconocer su dignidad ante el Padre Celestial y así sabrán que siempre fueron Sus hijos y que siempre lo serán, que no perderán la paternidad espiritual que pueden vivir con el Único.
Vengan a Mí y todo pasará, porque quien viene hacia Mí aprende a amar de verdad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más