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Queridos hijos:
Como Señora y Celadora de la Eucaristía, en este día de Piedad y de Misericordia para el mundo entero, quisiera que una vez más Mi Hijo sea reconocido por todos, a través del Pan y del Vino consagrados; a fin de que, a través de la adoración de las almas buenas, los errores y los ultrajes, que sigue recibiendo el Corazón del Creador, puedan ser reparados.
Por eso, Mis hijos, a través de este gesto de amor misericordioso de sus corazones y vidas, los Sagrarios de la Tierra que son destruidos por las guerras o profanados por las almas ignorantes, espacios que son bendecidos por Mi Hijo, también deberán ser reparados y contemplados, así como lo hacen los ángeles del coro de la reparación.
Quisiera decirles, hijos Míos, que los lugares santos, así como es la Eucaristía que santifica todo lo que toca e irradia, son espacios fundamentales para la elevación de las almas y especialmente del planeta que necesitan mucha Luz y Misericordia en estos tiempos.
El primer paso es que las almas adoren y valoren el Sacramento, para que la humanidad no siga perdiendo su auténtica unión espiritual con el Creador.
Como Señora y Celadora de la Eucaristía, les agradezco a todos Mis hijos que fielmente ejercitan todos los días la santa adoración al Cuerpo Eucarístico y Celestial del Redentor.
Unida en oración por todas las causas imposibles y urgentes, Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día sábado, acompañen el recogimiento del Señor, a fin de que Su Sagrado Corazón sea reparado de todos los males causados al género humano y especialmente a la vida.
Recemos para que las naciones, los pueblos y la sociedad reencuentren el sentido y la razón de pertenecer a Dios, para que las ideologías que incitan al rechazo y a la negación de toda espiritualidad e incluso de toda religión no socaven el camino de las almas, del retorno a la Casa del Padre Celestial.
Por eso, hijos Míos, este es un tiempo atípico, es un tiempo en el que prevalecen ideas propias, capaces de cambiar el destino de una o de varias naciones enteras.
Esta es la razón y es el momento de recurrir al Templo Espiritual de Dios, para orar y para pedir que la sensatez colme a todos los corazones posibles, especialmente a todos los corazones que ya no creen en la existencia del Dios Vivo. Esto también hiere a Mi Corazón de Madre, así como la lanza hirió a Mi Hijo en la Cruz.
Por eso, queridos hijos, deberán tener una vida unida a Dios, porque Él es la Fuente y Él es el alimento espiritual en estos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Quien ama, no temerá.
Quien se equivocó, aprenderá a reparar.
Quien ofendió, aprenderá a pedir perdón.
Quien odió, volverá a reconciliarse.
Quien dividió, volverá a unir.
Quien se sumergió en la oscuridad, volverá a encontrar la Luz.
Quien lastimó, aprenderá a sanar.
Quien está en la ignorancia, algún día despertará a la Verdad.
Quien se alejó, algún día retornará.
Quien desconfió, aprenderá a confiar en sí mismo.
Quien retrocedió, aprenderá a avanzar.
Nada es fijo ni permanente, así es la evolución del espíritu de cada ser.
Existen causas y condiciones, pero no pueden paralizar el caminar del discípulo.
El universo siempre mostrará lo que aún no está resuelto, porque estar bajo la Ley del universo significa estar en unidad y en armonía".
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Después de la venida de Mi Amadísimo Hijo a Argentina, como Madre de todos y Señora de Luján, vengo a bendecirlos por última vez.
Seguiré orando por ustedes, Mis hijos de Argentina; para que, a pesar de este traumático escenario social del país, sus corazones se reconforten con el Amor que Mi Materno Corazón les ofrece en este momento.
Mis amados hijos de Argentina, deseo que todos los impulsos que recibieron en estos últimos días los lleven en sus corazones, como parte del gesto misericordioso y compasivo de Dios por una Argentina que ya debe prepararse para el Retorno de Cristo.
Mientras tanto, Yo los animo, Mis hijos, a realizar obras de caridad y de bien, y a pensar que cada momento de servicio a los que sufren, lo estarán haciendo como un acto verdadero de reparación, a fin de que de la Argentina sea erradicada la violencia y el maltrato entre los miembros de la familia humana y para que retorne a la Argentina la esperanza, la fortaleza y la fe que ya se disolvió en muchos corazones.
Mis hijos, su Madre y Señora de Luján les pide que sean precursores de la esperanza y de la alegría que les da el Evangelio, porque así más corazones necesitados de Argentina tendrán la Gracia de volver a renacer en el amor y en el bien.
Les agradezco a Mis hijos de Argentina por haber acompañado cada uno de los pasos de Nuestros Sagrados Corazones.
¡Adelante, Mis hijos de Argentina!
Les agradece y los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Luján
Mis hijos:
Ustedes son cristales preciosos que, día a día, están siendo pulidos por las Manos del Redentor.
Que el mayor brillo que hay dentro de ustedes resplandezca, para que este mundo no pierda la capacidad de amar y de perdonar.
Sus vidas son cristales preciosos en las Manos de Mi Hijo, para que siendo purificados alcancen el propósito interior que Él tiene pensado para cada uno de ustedes.
Un cristal en bruto precisa ser pulido con delicadeza y cuidado. En ese trabajo de la purificación del cristal, las asperezas son retiradas para que la belleza que hay dentro del cristal se exprese.
En ese momento se encuentra cada uno de ustedes. No se resistan y dejen que Mi Hijo haga nuevas todas las cosas, porque Su fiel Propósito es convertir sus vidas según el proyecto que Él pensó una vez para cada uno de ustedes. Confíen y no teman.
Algunas asperezas de la vida son difíciles de arrancar, pero no es imposible; porque el Amor de Mi Hijo llegó al mundo para demostrar a todos que Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
Permitan, Mis hijos, que todo sea removido de su lugar, para que el gran cristal de sus vidas refleje la belleza inconmensurable del Cristo interno, porque este es el tiempo de que los Cristos internos puedan gobernar en este ciclo, a través del Amor.
Que el Amor de Dios repare y cure a las almas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo Mío e hija Mía:
En este tiempo final, construye tu fortaleza y tu fe en Mi Inmaculado Corazón.
Yo seré tu refugio, seré quién te llevará a Dios. Y, aunque la Madre de Dios se esté recogiendo, la oración perpetua será el puente que nos unirá entre el Cielo y la Tierra.
La vida te mostrará todo lo que aún hay que transformar. Las miserias y los desiertos están dentro de ti para que, etapa tras etapa, vayas trascendiendo y redimiendo tu consciencia.
Este es un tiempo final anormal, porque todo lo que siempre estuvo oculto y fuera de la Ley, se mostrará.
Tú sigue orando por la Paz en el mundo, para que la humanidad pueda estar interiormente preparada para todo lo que ya está llegando.
Confía, la Madre de Dios nunca abandonará a un alma orante.
Ofrécete en sacrificio y reparación del Corazón ofendido de Dios; así, los pecados del mundo, que son muchos, serán aplacados.
Recuerda a tu Ángel de la Guarda.
Mi Amor puede estar en ti. ¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Que tu corazón sienta el dolor del mundo y se conmueva, encontrando en cada instante de la vida la forma de reparar el sufrimiento de la humanidad.
Desde las cosas más simples hasta las mayores renuncias, ofrece a Dios tus acciones, sentimientos y pensamientos, para que Él te transforme en un instrumento de reparación de la consciencia humana.
Que nazca de tu interior un amor mayor, cada día, que se exprese en la fraternidad y en la unidad con el prójimo, que se exprese en el servicio y en la cooperación entre hermanos, que se exprese en la superación de los límites y en el vencimiento de las barreras.
Que en todo, tu corazón reconozca la oportunidad de curar al mundo, sea con la oración o con la vida, con el verbo o el silencio, con la quietud o el servicio, sabiendo encontrar la necesidad, sabiendo abrazar las oportunidades y encontrando a Dios vivo en cada instante.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Sentado a la mesa con tu Señor, ora, hijo, por toda la vida, por todos los seres, por los que están perdidos en su propia ignorancia, por los que no reconocen a Aquel que reparte el Pan y se entrega a Sí mismo para reparar los pecados del mundo.
Sentado a la mesa con tu Señor, contempla toda la vida, la profundidad de cada instante, la grandeza escondida en cada movimiento, los Ojos atentos de Dios sobre la Tierra, Su Espíritu inundando toda la Creación.
Observa que el Tiempo de Dios se une al tiempo de la Tierra y, por un instante, nada está separado. El Hijo y el Padre son Uno con el Espíritu Consolador, y tu pequeña esencia participa de la unidad divina.
Sentado a la mesa con tu Señor, agradece cada oferta, cada palabra y cada silencio, cada gesto y movimiento, cada instante de quietud. Todo es parte de una ceremonia universal, celestial y humana, revelando lo que verdaderamente es el ser humano para toda la Creación.
Deja, entonces, que tus pies sean lavados, que tu espíritu sea purificado y tu alma redimida. Recuerda, así, la pureza de tu esencia y, dejando que el polvo del pasado sea retirado de tus pies, ábrete a un nuevo y eterno camino de retorno al Corazón de Dios, camino que se recorre en el sacrificio, en el amor y en la unidad perfecta con la Consciencia Divina.
Lavado por Cristo, tu espíritu se torna uno con Él. Eres pan, parte del Pan que se entrega en el altar. Eres sangre, parte de la Sangre que se derrama en el Calvario. Y así como, por los siglos de los siglos, la oferta de tu Señor se renueva, así también debe renovarse tu entrega.
Por eso, siéntate, una vez más, a la mesa de la renovación con tu Señor y Dios, tu Hermano y Amigo, tu Padre, Esposo y Compañero, tu propio corazón, ya que fuiste llamado a ser uno con Cristo.
Recibe Su Cuerpo y Su Sangre, y renueva tu entrega. Entrega cuerpo, sangre y vida a Aquel que todo te da cada día. Vive la revelación de la entrega en el misterio de la Comunión.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
La Luz de Mi Corazón y de Mi Sangre puede circular por la sangre, en ustedes, a través de cada nuevo acto de Comunión.
Así se revela una parte del misterio de la reparación que las almas pueden vivir espiritualmente cuando, con entrega, reviven la dolorosa Pasión de su Señor.
En ese momento del acto de comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre es posible justificar ante el Padre Celestial y Su divina Ley, los posibles errores cometidos.
De esa forma, el alma o las almas reciben una expiación reparadora porque la Sangre disuelve espiritualmente los pecados cometidos contra los mandamientos celestiales.
Por medio de la Sangre de Jesús, los penitentes reconocen el poder y al mismo tiempo, el misterio del Amor consolador de Jesús.
Así la vida se purifica, pero también se sublima a través de los méritos espirituales concedidos por el sacrificio y la entrega de Cristo por todo el género humano.
En cada acto de Comunión las penas o las condenaciones son disueltas, cuando el corazón está arrepentido y reconoce su imperfección ante Dios. Eso lo libera.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La lluvia que hoy cae del cielo es el llanto de los ángeles por ver en el Corazón de su Maestro las cinco espinas de dolor causado por la vida religiosa y por la humanidad.
Para que el Corazón de su Señor sea aliviado, hoy vengo a entregarles el "Rosario de las cinco espinas clavadas en el Corazón de Jesús", para que lo recen por todos los que son ingratos e indiferentes después de haber recibido de Mí los tesoros celestiales que fueron desperdiciados y no valorados.
Les entrego este rosario para que lo recen todos los días posibles, para que el Padre Eterno vea las súplicas de Sus buenos hijos por los más pecadores y para que las cinco espinas de dolor sean retiradas del Corazón de su Maestro.
Cada vez que alguna alma indiferente comete una acción contra la Ley y el Universo, las espinas perforan aún más el Corazón del Redentor.
Si esta oración es rezada ante el Santísimo, los méritos que la misma generará beneficiarán el rescate de algún núcleo profundo de las almas que son indiferentes, para que en el próximo mundo tengan una oportunidad.
Si esta oración fuera rezada en las familias de los Rosarios-Luz, los devotos peregrinos curarán, con su voz, el castigado Corazón de Jesús y muchas Gracias serán concedidas a los fieles corazones.
Ahora les enseñaré el "Rosario de las cinco espinas clavadas en el Corazón de Jesús".
Cuenta de unión
Por la fe, la devoción, el servicio y el amor de todos los peregrinos,
que el Corazón castigado de Jesús sea curado y aliviado.
Amén.
Primera decena
Por la espina de la ingratitud clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la entrega y el amor de los peregrinos restauren a Nuestro Señor.
Amén.
Segunda decena
Por la espina de la indiferencia clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que el servicio, la caridad y la fidelidad de los peregrinos reparen a Nuestro Señor.
Amén.
Tercera decena
Por la espina de la desobediencia clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la obediencia, la lealtad y la transparencia de los peregrinos reparen a Nuestro Señor.
Amén.
Cuarta decena
Por la espina de la infidelidad clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la pureza, la humildad y la simplicidad de los peregrinos curen a Nuestro Señor.
Amén.
Quinta decena
Por la espina del desamor clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la fe, la luz y el consuelo de los peregrinos reconstruyan el Espíritu de Nuestro Señor.
Amén.
¡Les agradezco por corresponderme!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi Corazón de Madre encuentra aliento en las almas que abren las Puertas del Cielo con sus oraciones y que no temen conocer la Verdad y el Reino de Dios.
Vengo, hijos Míos, para que sus espíritus conozcan esta Verdad, para que la Argentina no permanezca en la ignorancia de sí misma y de la vida en la Tierra, sino que sepa quién es y qué potencial tiene como nación y como pueblo.
Vengo, como vine hace tantos siglos, para preparar el nacimiento del nuevo hombre que surgirá dentro de cada uno de ustedes. Hombre que revelará la semejanza de sus corazones con Dios. Hombre que les demostrará para qué fueron creados y cuál es el propósito de sus vidas.
Vengo a levantar a hombres y a mujeres a través de Mi Presencia. A erguir a un pueblo de su oscuridad y de sus abismos internos para que, fortalecidos por sus mejores virtudes, se conviertan en un suelo fértil y sagrado, un suelo digno de recibir los Pies de Aquel que vendrá a establecer el Reino de Dios en la Tierra y a revelar este Reino dentro de los seres.
Mi Corazón de Madre, tantas veces flagelado y ultrajado por las acciones humanas y por la indiferencia de los corazones, es reparado por las oraciones sinceras de Mis hijos y, más que eso, hijos amados, encuentro aliento y méritos para interceder por el mundo cuando sus espíritus están abiertos y dispuestos para una nueva vida.
Vengo, entonces, a retirarlos de la ilusión y del sufrimiento y a enseñarles a reparar el Corazón de Dios con sus propias vidas. Vengo a abrir sus ojos a la simplicidad que es encontrar y vivir la Verdad Celestial y la vida superior.
Vengo a apuntarles el camino y a mostrarles las señales en el cielo y en su interior, para que sus inquietudes encuentren respuestas en la Verdad que se revela a sus corazones.
Argentina es una nación colmada de misterios y de dádivas ocultas y llegó el momento de que sean revelados. Y será la misma Mano de Dios, hijos Míos, la que arrancará los velos que cubren sus ojos y les mostrará lo que está oculto, a pesar de que siempre estuvo aquí, desde antes del establecimiento de su pueblo como una nación.
Desde lo alto de las sierras hasta lo profundo de los mares, todo será revelado. La luz que brillaba, oculta por la naturaleza, no brillará más dentro de la Tierra, sino delante de sus ojos, reflejándose en los espejos de sus corazones y revelando que no solo en la Tierra, sino también en ustedes mismos, una vida mayor se ocultaba.
Este es un tiempo de revelaciones, revelaciones de una verdad que existe desde el principio del Origen de la vida, Verdad de la que se distanciaron y que les será revelada para que puedan retornar a ella. Con la luz de esta Verdad, la luz de Mi Hijo también les será mostrada. Primero verán Su resplandor en el Sol de Sus Ojos y de Su Corazón, luego verán Sus Pies que caminan en dirección a la Tierra y, entonces, lo reconocerán como Hijo y parte de Dios, como Dios mismo entregado a los hombres.
Regocíjense y despierten, hijos Míos. Es tiempo de hacer de la propia conversión un motivo de júbilo y de alegría. Es tiempo de hacer del propio despertar un motivo de plenitud, de hacer del sacrificio un motivo de renovación y de la propia vida una eterna revelación de Dios.
Yo los amo, los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para que las órdenes religiosas en el mundo y, especialmente, los consagrados en este tiempo puedan superar y trascender los tiempos definitivos en sí mismos, Yo vengo a pedirle a la Orden Gracia Misericordia la reparación del Corazón Eucarístico de Jesús, los días sábados; para que Mi adversario no siga empujando con su cola a Mis discípulos para hacerlos caer en los abismos y para que el Corazón de su Dulcísimo Redentor sea consolado por todos los que, en la vida religiosa y sacerdotal, perdieron los Dones de Dios por las influencias de las pruebas de estos tiempos.
Al menos, espero que en el mundo la vida consagrada siga siendo un puente que lleve a las almas hacia Dios y no un chiquero de bajezas y de adversidades.
Deseo que, por los divinos méritos de Mi Dolorosa y Extrema Pasión, su Orden religiosa ofrezca el día sábado, a las tres de la tarde, la oración grupal a la Divina Misericordia, no importando en qué lugar o momento se encuentren.
Si responden a este pedido de su Señor por tiempo indeterminado, la Gracia Salvadora del Padre descenderá sobre cientos de religiosos en el mundo, y las grandes tentaciones y desobediencias de estos tiempos se disolverán, porque Yo colocaré Mis Manos sobre aquel que implore en Mi Nombre y ya no será un instrumento de distorsión espiritual, sino un bálsamo de amor para Mi Corazón.
Vengo a pedirles, en los sábados de reparación, una adoración colectiva con todos los miembros de su Orden; que también calmará la indignación de Dios por tantos desvíos que muchos religiosos viven en este ciclo.
Si ese pedido se realizara y nadie faltara en cumplirlo, les prometo, por los frutos insondables de Mi Misericordia, rescatar a los religiosos y religiosas que cayeron en tentación y están perdidos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Los tiempos que llegarán necesitan profundamente de la adhesión de todos para saber atravesar las etapas culminantes que colocarán a la humanidad en un nuevo camino.
Con todo esto, hijos Míos, necesito que ustedes puedan percibir la realidad de este ciclo que, lleno de desafíos y de pruebas, deberá ser colmado de la luz de sus oraciones para que en el mundo se establezca la paz.
Hijos Míos, este momento planetario necesitará cada vez más de consciencia, de rectitud y de oración para estar dentro de una protección espiritual necesaria para saber y aprender a discernir ante todos los acontecimientos que en poco tiempo se aproximarán.
Por esa razón, los Sagrados Corazones peregrinan por las diferentes naciones del mundo a fin de preparar y de alertar a todos los hijos del Padre Celestial, para retirar a las almas de la ilusión de estos tiempos, para despertar la consciencia y la fraternidad humana que contribuirá para que sientan la necesidad interior de ayudar y de cooperar con el semejante.
Queridos hijos, por ese motivo los Mensajeros Divinos también traen las gracias existentes en la Fuente Creadora de Dios para que las almas recuperen su filiación con el Padre Eterno y, sobre todo, recuerden su origen divino y espiritual, que está siendo ahogado por las influencias modernas de estos tiempos, por una distracción global.
Es así, queridos hijos, que Yo los llevo a Dios a través de Mi Corazón y los invito a reparar el Corazón del Divino Padre para que, así, Él les derrame Su Misericordia.
Hijos Míos, los llamo a tener más consciencia para que sepan tomar decisiones correctas y no precipitadas. Los llamo a encontrar la verdad a través de su amor y de su devoción a Dios y a todo Su Reino Celestial.
Yo los impulso al cambio.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Busca la pureza de tu corazón, a través del silencio y de la oración, para reparar este mundo de tantos pecados e ilusiones.
Ofrece una reparación sincera a Dios, a través de las pequeñas renuncias de la vida para que, por estas ofertas, el Señor pueda interceder por los que son ignorantes e indiferentes en este mundo, a pesar de tener un compromiso con Dios y con Su Amor.
Vive, cada día, una religiosidad verdadera y ama estar unido a Dios por aquellos que se engañan a sí mismos, en falsas vidas espirituales.
Repara el Corazón del Padre por esos ultrajes, orando y adorándolo con el corazón. Sé un instrumento para el milagro de Dios, dejándote transformar. Sé una fuente para Su Gracia, dejando que Él esté en ti.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Nadie, hasta ahora, se arrodilló en este lugar y por esta tierra para implorar la Misericordia de Mi Corazón.
Por este motivo y por muchas otras razones, su Maestro y Señor sigue trabajando en tierra italiana para desenmascarar todo lo que ya no estará más en la próxima humanidad.
Los corazones transparentes serán los que alcanzarán el Reino de los Cielos. A través de ellos haré nuevas todas las cosas y entregaré Mis Gracias a todos los que las supieron reconocer y valorar.
Aún hay tiempo para que Italia viva la Misericordia de Dios, pero primero deberá existir un sincero y verdadero arrepentimiento para que la Ley de Mi Amor pueda apartar, del camino de los perdidos, la Ley de la Justicia.
Nápoles es una tierra llena de malas historias. Por eso, solo la Luz de Mi Misericordia podrá limpiar y purificar lo que las almas Me permitan.
Abro la puerta de Mi Corazón para que todo sea liberado.
Los llamo a todos al arrepentimiento total de todos sus actos.
Llamo a Italia a recapacitar y a reparar lo que fue violado y ultrajado. Así la nación será merecedora de algo grandioso que la salvará y que vendrá del Cielo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Ora y deja que tu oración abra las puertas del Cielo para que el Creador eleve a las almas que se perdieron en los mares de este mundo, cuando buscaban esperanza y consuelo para sus vidas.
Ora por los que emigran de sus países en busca de paz y de una gracia y que, sin embargo, no encuentran aliento, sino soledad, desesperanza y el sufrimiento de sentirse perdidos en los mares del mundo.
Clama por Misericordia para que sus almas sean aliviadas. Clama por Misericordia para que las naciones se pacifiquen. Clama por Misericordia para que los corazones conozcan la Piedad y se arrepientan de sus errores y de sus pecados, rediman su pasado y diseñen su futuro con actos de paz.
Ora, hijo, porque no solo las almas agonizan, el planeta agoniza y llora las mismas lágrimas que su Madre Celestial porque ya no soporta el mal que lo oprime por el error y por la indiferencia de los seres.
Ora porque la Justicia Divina se aproxima al mundo y los que están ciegos ya no tendrán muchas oportunidades de ver la Verdad y la Gracia de Dios.
Ora para que tu corazón sea colmado de Piedad Divina y, así, tu intercesión ante el Padre se torne cada día más sincera y verdadera.
Ora porque la Gracia de Dios ya está sobre ti y se debe expandir por este mundo. Deja que la Misericordia del Padre fluya de tu clamor por la paz.
Siente la urgencia. Siente el dolor del mundo. Siente el pesar de Dios y dispone tu corazón para reparar este planeta.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Toma con tus manos el rosario y ora por este mundo.
Arrodíllate delante del Sagrario y ora por este mundo.
Adora al Cuerpo Eucarístico del Señor, orando por este mundo.
Confiésate con Cristo y con Dios, limpiando tu corazón para que todos los corazones sean limpiados a través de ti.
Renuncia a las distracciones y a los deseos humanos para que el mundo alcance la paz.
Da un ejemplo de servicio, en el silencio de tu corazón, para ofrecer una reparación a Dios.
Que tu vida ya no sea para ti. Ya no te pierdas en los laberintos de tu mente y de las tentaciones humanas.
Únete a tus hermanos para establecer la paz. Ora por la santidad del prójimo y de todos los seres. Sé, en tu vida, un camino para que otros encuentren a Dios.
No seas una tentación y una distracción para tus hermanos. Sé paz y unidad con Dios.
Renuncia a ti mismo y abraza el desafío del vacío.
Haz de ti, cada día más, un instrumento del Creador, porque el mundo lo necesita.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ofrece a Dios todo padecimiento, dolor y sufrimiento, para que todo en tu vida sirva de reparación para toda la humanidad.
Transforma los obstáculos en un salto para la evolución y agradece al Padre todas las oportunidades que recibes de reparar Su Corazón.
Tú, hijo, eres llamado a ser un instrumento en las Manos de Dios, y por la perpetua gratitud de tu corazón puedes tornar eso una realidad.
La gratitud es la llave para que el Padre tome tu vida en Sus Manos.
Busca, cada día, amar más a Dios, Su Voluntad y Su Camino, y no te digo que no padecerás cosa alguna, pero si que todo lo que padecerás será para el Padre como méritos para que Su Amor y Su Gracia desciendan sobre este mundo, sobre todo para aquellos que son ingratos e indiferentes ante Dios.
La sincera gratitud es la llave para la unidad con el Padre, es la puerta para lo que en este mundo llaman santidad.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Canta, porque el canto es el alivio del alma y la reparación del Corazón de Dios. El canto es la manifestación sagrada del Soplo del Creador. El sonido, que surge de lo profundo de los seres, encuentra su eco en toda la vida.
Todo lo que fue creado por el Padre responde al sonido del alma que canta con amor. Por eso, canta y eleva tu voz a Dios como una alabanza sincera, para que las criaturas encuentren el camino de retorno al Corazón del Padre.
El canto sustenta el peso de la cruz de este tiempo. El canto alivia el cambio de la transición de los tiempos. El canto abre el camino para el nuevo ser, para la expresión original del corazón humano.
Por eso, canta, hijo, con la sinceridad de tu corazón, con la pureza de tu alma. Canta para que el mundo, finalmente, alcance la paz.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mensaje transmitido en el huerto del Monasterio de la Asunción y del Divino Espíritu, en Uruguay, donde fue colocada una fuente con una imagen de Nuestra Señora del Huerto.
Como el agua que brota de las fuentes consagradas a la paz, que las bendiciones divinas se derramen sobre sus almas y corazones y que, a través de ustedes, lleguen al mundo entero.
Que las Bendiciones que Dios vierte sobre sus vidas se multipliquen y lleguen a cada corazón de este mundo.
En este huerto consagrado a la oración, a la contemplación y a la redención de las almas y de los Reinos de la Naturaleza, el Creador encuentra reparación y esperanza. Que cada ser que llegue aquí recuerde siempre que tiene la oportunidad de orar y reparar el Corazón de Dios, así como Su Hijo lo hizo en el Huerto Getsemaní, y así como Su Madre Divina lo continuó haciendo, una y otra vez, al recorrer en oración los sagrados lugares de la Pasión de Cristo.
María Santísima llegó al Huerto Getsemaní para revivir allí la agonía del Señor y así mantener vivos los méritos de Su Pasión y multiplicarlos. Su oración reparaba el Corazón de Dios y sobre todo el Corazón de Cristo, eternamente flagelado por la gran indiferencia de los hombres.
Que este huerto, hijos, sea para ustedes como entrar en el Huerto Getsemaní y compartir con el Señor Su agonía, reparando Sus Llagas y heridas, generando méritos para la salvación de las almas y para la institución de la Nueva Vida.
Siempre entren aquí con gratitud y alegría por poder servir al Corazón de Dios y en Él a todos los Reinos de la Naturaleza. A través de sus oraciones, unidas a los diferentes Reinos en comunión, los ángeles del Señor repararán el sufrimiento y el ultraje que viven los Reinos de este mundo. Por eso, encuentren aquí un espacio de servicio que, a pesar de ser oculto y silencioso, cruza las fronteras y las dimensiones, y toca el Corazón de Dios.
Por eso Él los bendijo, bendijo esta fuente, este lugar y sus vidas, para que los frutos de su redención sirvan de auxilio para muchas otras almas.
Yo los amo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más