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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, hoy no podré dictar un Mensaje, sino solo pronunciarles Mis Sagradas Palabras a ustedes.
Mis queridos hijos de Argentina, de Mi amada Argentina, a pesar de los tiempos turbulentos y oscuros, hoy quiero que puedan sentir e ingresar en Mi Paz.
El mundo sufre y agoniza, las almas padecen y se pierden, pero no se olviden de que Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de cada uno de ustedes y de la humanidad. Me regocija poder estar hoy con ustedes y Me uno a lo que ha dicho Mi Amado Hijo, Cristo Jesús.
Anímense a fortalecerse en el camino de la consagración al Plan de Dios, aun durante el tiempo de la purificación y de la transformación de la consciencia.
Pero, Yo les pido, hijos Míos, que ya no se pierdan en el sufrimiento, sino que se sumerjan en Cristo, Mi Hijo, que es el Universo de la Esperanza. Yo los llevaré a Él todas las veces que lo necesiten; pero Yo también los escucho, los contemplo y los acompaño.
Crean que Yo escucho sus verdaderas y más íntimas oraciones, sus más profundas súplicas, sus apelos al Corazón de Dios. Pero ahora es tiempo de que ustedes y sus hermanos vivan Mi Mensaje, siendo Mi Mensaje, no a través de sus palabras, sino a través de sus acciones, de sus actos de amor, de caridad y de misericordia. Es esto lo que ayudará a curar al mundo y a la humanidad.
Mientras la humanidad se divide en lo que es superficial y mezquino, Yo los invito a profundizar en la oración.
El universo de la oración es muy desconocido y solo cuando se unen a Él es que comienzan a comprender y a sentir su significado. Porque las puertas de los Cielos deben estar abiertas hacia la Tierra y son ustedes, Mis amados hijos, que las mantendrán abiertas a través de sus actos de amor y de sus oraciones.
Hoy, vengo aquí, con alegría y júbilo, a reconsagrar a este Centro Mariano y a todos sus representantes, a todos los que se han comprometido Conmigo desde los primeros tiempos a sostener este punto de Luz en Argentina.
Es tiempo de que ya sean una hermandad auténtica y verdadera, tienen las herramientas para esto, tienen el conocimiento y sobre todo tienen Mi bendición.
Es así que las almas, que aún esperan cruzar el portal de la esperanza, podrán llegar, y también ustedes mismos se renovarán y así se renovará la Obra; porque este es el tiempo, como saben, del Plan de Rescate. Todo necesita ser rescatado, todo necesita estar a salvo en el Sagrado Templo del Corazón del Padre Eterno y de Sus Mensajeros.
Quiero dejarles aquí a ustedes Mi testimonio de Amor, con la valentía de seguir adelante, superando estos tiempos desconocidos e inexplicables, atravesando las barreras y los límites de la consciencia y del propio ser; porque allá, en el Infinito, después de todo esto, se encuentra Dios y Su Creación, lugar del cual ustedes provienen, recuérdenlo.
Es hacia ese lugar y hacia ese espacio sagrado de la Creación de Dios a donde su experiencia de esta encarnación deberá ser llevada como una síntesis profunda de todo lo vivido y compartido, en ustedes mismos y con sus hermanos.
Es esto lo que renovará la Creación, el universo y la humanidad. Vean así, ante ustedes, los tesoros espirituales que les hemos confiado y todas las Gracias que fueron derramadas desde el principio hasta el presente.
He aquí, hijos, Mi Corazón Materno, Manantial inagotable de las Gracias de Dios para las almas y los corazones. Dejen que esta Luz, que brota de Mi Corazón, sane sus heridas para siempre y así se puedan liberar, curar y renovar. Ya no guarden en ustedes sentimientos de frustración y de desánimo, sino un sentimiento superior de amor, de fe y de confianza en Dios.
Porque, aunque Mi Corazón se recoja en los próximos tiempos, Yo estaré a su lado, si así Me lo permiten; y descalzos, seguiremos la senda de la humildad y del despojamiento interior para que el vacío colme sus seres y en el vacío reciban al Todo, al Único, al Infinito, al Eterno Dios.
Que sus gestos de amor sean una extensión de Mi Amor en el mundo.
Que la donación de sus manos sea un gesto de Mi Caridad en el mundo.
Que sus pies descalzos, que caminan firmes, sean un acto de entrega de la Madre de Dios por las almas.
Y hoy, he venido a celebrar la Eucaristía con ustedes, como testigo del sacrificio de Mi Amado Hijo por la humanidad en el Santo Cenáculo y en la Cruz, para que la cruz de ustedes sea aliviada.
Confíen, confíen en Dios, porque todo tiene su hora y su momento. No se precipiten, no se amedrenten. Tengan fe, una fe renovada y auténtica, para que sean el preámbulo de los Mil Años de Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado, de corazón!
La bendición de Mi Hijo esté sobre ustedes y el mundo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Lo que más le agrada a Dios, en este momento del planeta, es el vacío y el silencio de los corazones. Un vacío de intenciones, de expectativas y de sueños, y un silencio que lleve a cada uno a mirar hacia adentro de sí para saber cómo está la vida interior.
En este tiempo y sin esa premisa, será difícil para las almas poder trascender ciertos ciclos y poder atravesar ciertas experiencias, que deben encontrarlos libres de ustedes mismos; porque en el vacío interior nace la vida interior, y en el silencio de sí mismo se puede escuchar la Voz de Dios y así reconocer Su Santa Voluntad.
Imiten el ejemplo de su Madre Celeste que, siendo Esclava de Dios, recibió en Su seno el Llamado del Padre Eterno para que se cumpliera Su Voluntad. En ningún momento hubo un por qué ni un cuestionamiento.
Dios los llama, en este tiempo, a entrar con alegría en ese estado de vacío para que puedan reconocer en ustedes Su Amor y Compasión.
Yo estoy aquí con ustedes, en esta hora del planeta en que todo se purifica, para que las almas encuentren el camino de la paz y del bien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
La Palabra de Dios derriba a los poderosos de sus tronos y acoge a los afligidos.
La Palabra del Señor, tu Dios, destierra a los no agradecidos y cura a los que viven en el dolor.
La Palabra del Señor, tu Dios, disipa las tinieblas y trae clareza a los que están confundidos.
La Palabra del Señor, tu Dios, se graba con Su fuego en los corazones y quema con Su ardor a los que no viven el bien.
La Palabra del Señor, tu Dios, es la Ley en el universo y en la Tierra, es el sostén de los necesitados y es el impacto en la consciencia indefinida.
La Palabra de Dios es la guía de los que perdieron el camino y es la muralla para los soberbios e impíos de corazón.
La Palabra del Señor, tu Dios, es el renacer entre las ruinas, es la confianza multiplicada en Gracia y en Vida.
La Palabra del Señor, tu Dios, es el vacío para quien busca vaciarse de sí mismo, pero también es el Todo para quien aspire a ser colmado por los Universos Mayores.
La Palabra del Señor, tu Dios, es justa, es austera, es solemne, no se desperdicia y es capaz de reconstruir interiormente lo que fue destruido.
La Palabra del Señor, tu Dios, es la portadora de la Infinita Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Oración interna de Padre Pío
para cada momento de tomar una decisión
Amado Señor,
que mi mirada, mis oídos y mi alma
estén atentos a las señales que Tú me envías,
porque sabiendo cuán imperfecto
y pequeño soy ante Ti,
sé que, si Te imploro de corazón y de espíritu,
Tu Amor Inagotable me guiará.
Hazme, Señor, en este mundo,
un espejo fiel de Tu Presencia;
destierra de mi ser toda arrogancia, soberbia y orgullo;
convierte mi corazón según Tu Voluntad.
Que mi alma pueda ser
como un cántaro de agua fresca,
entre Tus Santas Manos,
para que Tú, Señor, derrames mi espíritu y mi ser
en donde Tú más lo necesites
y a fin de que, en perpetua donación y servicio,
yo pueda cumplir en cada paso Tu Obra de Amor.
Te pido, Señor,
que al igual que Tu Hijo con los santos apóstoles,
laves mi cabeza y la purifiques
de todo pensamiento contrario a Ti.
Te pido, Señor,
que laves mis manos, me liberes de todo el pasado
y especialmente me despojes del mal uso
del poder y de toda autoridad.
Te pido, Señor,
que laves mis pies del polvo del pasado,
de los traumas adquiridos, de todo sufrimiento o marca
que yo haya provocado en algún corazón.
Te pido que me purifiques,
así como Tu Amado Hijo
fue purificado en el Templo.
Hazme libre de mí mismo
para que, con otra consciencia
y bajo una segura condición,
yo pueda decidir conforme a Tu Voluntad
y a Tu Santa Aspiración.
Por último, Señor,
vacíame, humíllame, hazme nada
para que Tú, Padre Amado, lo seas todo,
porque al fin de esta peregrinación en la Tierra,
se cumplirá Tu sabia y amorosa decisión.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María Rosa de la Paz
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Así como eres, debes venir hacia Mí.
Así como sientes, debes venir hacia Mí.
Así como hablas, debes venir hacia Mí; porque Yo no te juzgaré ni tampoco te condenaré, ya que los defectos existen para ser transformados, las imperfecciones viven en tu consciencia para ser trascendidas.
Pero no te adelantes demasiado, sigue el tiempo del corazón, en él está toda respuesta.
Sé humilde y acéptate como eres; cuando así lo hagas, conocerás lo que está más allá de ti, conocerás el valor que tiene tu alma y tu espíritu.
No quieras ser algo que nunca serás, cada uno tiene su propia cruz, y debes cargar esa cruz sin lamentarte ni culparte.
Asume la parte que te corresponde en esta trayectoria.
Humíllate si es necesario, pero sin dar lástima.
Recuerda vaciarte de ti mismo".
Cristo Jesús
Queridos hijos:
En este tiempo de tribulación, deben ser valientes y perseverantes para estar al lado de Mi Hijo.
Su Presencia misericordiosa y justa los hará conocer, de ustedes mismos, todo lo que deberá morir para que todo eso no modifique la evolución espiritual de sus vidas.
Estar al lado de Mi Hijo significa quedarse desnudo como consciencia y verse tal cual es, cada uno de ustedes, sin temor a conocer la verdad de sus existencias.
Mi Hijo los necesita cada día más vacíos; los necesita humildes para que Él, por medio de Su Amor redentor, los haga confiables depositarios de Su vida crística.
Así, hijos Míos, sus consciencias se transformarán verdaderamente. Así abrirán las puertas al mundo y a todo el género humano para que Su Misericordia y Su Corazón puedan obrar.
Él necesita que Sus compañeros se definan; que ya no ensucien sus pies con el barro impuro de este mundo; que realicen el camino de la redención para que, algún día, sean llamados dignos hijos de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoquinto poema
Madre,
dame un corazón simple,
para que yo pueda reconocer
la inmensidad del Amor de Dios.
Madre,
dame un corazón manso,
para que yo aprenda a encontrar la paz.
Madre,
dame un corazón humilde,
para que yo pueda ver a Cristo
reflejado en el rostro de cada hermano.
Madre,
dame un corazón fortalecido,
para que, ante las tentaciones y las pruebas,
yo solo esté pensando en Cristo.
Madre,
dame un corazón vacío,
para que yo pueda despojarme de mí mismo,
y Cristo tenga un lugar donde habitar en mí.
Madre,
dame un corazón caritativo y servicial,
para que me pueda dar cuenta
de la necesidad en cada lugar.
Madre,
dame un corazón agradecido,
para que no caiga en la prueba de la crítica
ni del juicio de valor,
sino que yo pueda siempre vivir la gratitud
hasta en los pequeños detalles de la vida.
Madre,
dame un corazón pleno de fe,
para que yo siempre confíe en lo que es desconocido,
y me abra tranquilamente a ser redimido por Tu Hijo.
Madre,
dame un corazón fiel,
para que Tú y Cristo confíen en mi alma,
que se esforzará por cumplir su misión en la Tierra.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimoprimer poema
Inmaculada Concepción,
abrigo de los que no tienen nada,
aliento de los que no tienen fuerza,
amor de los que lo perdieron,
guía nuestros caminos
a fin de que se cumpla nuestra misión espiritual,
para que estemos muy cerca de Cristo
y podamos participar del advenimiento
de Su esperado Retorno.
Madre Celestial,
destierra de nuestro interior
todo indicio de pecado y de perversión.
Que seamos lavados
por el agua de Tu purísima Fuente,
porque necesitamos estar purificados
por Tus Rayos de Amor
antes de entrar en el Templo inmaterial de la Creación.
Ayúdanos y enséñanos a reconstruir nuestras vidas.
Deseamos, dulcísima Señora,
estar ante la verdad de nuestro ser,
para que caigan más velos de nuestras consciencias.
Haznos merecedores de las promesas de Cristo.
Que, con entusiasmo y adhesión,
respondamos a cada convocatoria.
Aspiramos a alcanzar la madurez de la consciencia,
porque precisamos crecer
para mejorar y colaborar con el Plan de Dios.
Te pedimos, Divina Señora,
que nos impulses a estar en el vacío de sí,
para que seamos colmados
de un Amor impersonal, crístico y mayor.
Así, seremos apóstoles de la Verdad,
sin temor de entregar, cada día,
un poco más de nuestro ser.
Amén
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un alma que amaba a Dios y a Su Plan, pero que estaba llena de sí misma y de sus voluntades, intentaba cada día vaciar su corazón para vivir las Leyes Divinas. Esa alma se preparaba para los tiempos agudos del planeta, en los que ella sabía que solo el amor incondicional y la obediencia serían la base de la transformación del viejo hombre en aquel que el Creador esperaba.
Orando un día al Señor y pidiéndole una guía para el final de los tiempos, esa alma le dijo: “Señor, me cuesta vaciarme de mí, de mis ideas y conceptos, de lo que creo que es correcto y mejor para Ti. Me cuesta silenciar mi voz para escuchar la Tuya y confiar cuando Tú te manifiestas a través de mis hermanos. Dime, oh Dios, ¿Cómo puedo hacer para vivir en Tu obediencia, en Tu Amor y, en confianza, mantenerme en Tu Voluntad en los tiempos que vendrán?”.
Y contemplando el Señor la sinceridad de esa alma, le respondió: “Alma pequeña, Yo te creé y conozco tu fuerza, fuerza que debe ser rendida para dar lugar a Mi Poder, que aún desconoces, porque tú le das más lugar en tu corazón a ti mismo que a Mí. Tengo Dones inagotables para cada uno de Mis hijos, el potencial no solo de conducir la vida en la Tierra con sabiduría, sino también de transformar los universos.
Sin embargo, Mis hijos están presos en sí mismos, en todo lo que conquistaron y aprendieron equivocadamente a lo largo de su evolución en la Tierra.
Aprendieron que crecer es afirmarse y reafirmarse constantemente en la propia voluntad, y se pierden todas las maravillas y verdaderos Dones que Yo les concedo a los que están vacíos de sí.
Por eso, alma pequeña, reconocer tu ignorancia es el primer paso; silenciarte y contener tus impulsos es el paso siguiente; ser observadora, en oración, de todos los gestos de la vida y dar tu opinión solo cuando te sea pedida. Antes de estar en desacuerdo con la voluntad ajena, primero debes vivirla en obediencia. No quieras colocar tu voluntad sobre la de los demás, sin antes aceptar lo que te piden. Yo forjo tu consciencia y transformo tu orgullo humano a través de aquellos que envié para que sirvieran contigo. Por eso, ejercita obedecer sin condiciones y expone tus sentimientos solo cuando te abran camino.
Descubre el fluir de las Leyes y, cuando así lo hicieras, estarás dentro de Mi Gracia, y ella fluirá sobre ti como caudal de sabiduría cuando algo te sea dado para conducirlo. Mientras tanto, alma pequeña, vive la confianza, la obediencia y el amor, y ellos serán para ti fuente de transformación y de entrega. Y llegarás a Mí y Me representarás en el mundo y más allá de él, porque te vaciaré de ti y haré morada en tu corazón”.
Que este diálogo los inspire para que vivan en obediencia y amor, para que le den espacio a Dios para que se exprese en sus corazones.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimosegundo poema
Guardiana y Protectora de la fe,
líbranos de la oscuridad de estos tiempos,
apártanos del camino de la perdición.
Que la Llama Sagrada de Tu Inmaculado Corazón
sea la guía de nuestras vidas.
Madre Celestial,
que nuestros pasos sean acompañados
hasta que podamos encontrar a Cristo.
Que el poder de Tu luminoso y amoroso Corazón
nos conduzca hasta la Casa del Padre Celestial,
porque nos reconocemos como hijos de Dios,
expresiones de Su Proyecto Redentor,
partes fundamentales de Su Obra de Misericordia.
Que nunca nos cansemos de buscar
la unión con el Reino de los Cielos.
Que la gratitud y la reverencia
nos ayuden a percibir la realidad divina
que, día a día, está frente a nuestros ojos.
Que, con Tu divina ayuda, Madre de Dios,
podamos cumplir con lo que establece
la Santa Voluntad de Dios.
Así, aprenderemos,
al igual que Tú, querida Madre,
a permanecer en el vacío de uno mismo,
sin esperar nada a cambio.
Despierta Tu Amor incondicional en nosotros,
para que también seamos incondicionales,
y así, nuestras vidas serán de Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando tu corazón ya no sepa qué hacer, hijo, mantén tu espíritu en la certeza de la Presencia de Dios y solo ofrece al Padre tu vacío, tu silencio, tu angustia, tu condición humana, tus aspectos más profundos, tus debilidades más ocultas.
Ofrécete al Padre todo el tiempo, y que tu pequeña vida esté delante de Su Altar Celestial.
Agradece, aunque sea por las pruebas, por los desiertos y por los desafíos.
Agradece los abismos profundos, de los cuales tu Creador viene a retirarte, cuando le extiendes las manos.
Que esas experiencias de entrega fortalezcan tu espíritu para una entrega aún mayor, porque se trata solo de rendirse a Dios, cada vez más y más profundamente.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando tu corazón ingrese en el desierto, ora, silénciate y siente tu mundo interior.
Comprende que ser llamado al vacío y a la soledad es ser llamado más próximo al Corazón de Dios, a la verdad de lo que eres, lejos de las ilusiones y de la confusión humana.
El desierto es un camino de transición. El pueblo de Israel cruzó el desierto para cultivar una nueva vida, una genética pura y simple, pero forjada en el sacrificio y en la fe.
Tu Señor cruzó el desierto antes de vivir Su Pasión y allí encontró la unión definitiva con Dios, que no era solo un diálogo con el Padre, sino también la experiencia del Padre dentro de Sí mismo.
Cada ser, al cruzar el desierto interior, vive una transición para algo nuevo, verdadero y profundo.
Confía que en el vacío del desierto algo nuevo está siendo forjado y construido dentro de ti. Deja que tu espíritu se fortalezca y que tu alma encuentre la verdad que necesita descubrir en este ciclo.
Aunque no veas, no sientas y no sepas, cruza las diferentes etapas del desierto. Siente el vacío de su entrada, la confusión de permanecer en él, las pruebas que llegan, las desolaciones; pero también siente el despertar de la fe, la consolidación de la verdad y, por fin, la revelación de Dios en tu interior.
Tienes Mi bendición para eso.
San José Castísimo
A pesar del adormecimiento y de la indiferencia de los hombres, si un alma despierta oferta su corazón al Padre, Dios enviará al mundo Su más profundo Amor y Su Misericordia.
Que los corazones se consoliden en la propia entrega, en el vacío de sí y en la renuncia para que, con sus ofertas, el Señor transforme y redima a este mundo.
Oren y nunca pierdan la esperanza. Que la entrega de sus vidas sea, cada día, más sincera y verdadera.
Dejen que la verdad, que emana de sus corazones, sea suficiente para que, cada día más, sean instrumentos de Dios y de Su Gracia.
Que las pruebas y los desafíos de todos los días forjen en ustedes un nuevo hombre, porque ante las dificultades, ustedes deben renovarse en el amor y en el vacío, y renovarse en sus ofertas sin importar la retribución que tengan de este mundo.
Vivan, cada día, por un propósito espiritual. Que su alegría y su plenitud estén en servir y en amar cada vez más y mejor. Así podrán ser instrumentos para que el Creador instituya un nuevo patrón de vida, en el que lo más importante es vivir bajo Su Gracia y hacer triunfar Su Amor.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Yo los hago apóstoles del fin de los tiempos para que puedan testimoniar dentro de ustedes los frutos de la Divina Palabra.
Yo los hago apóstoles del fin de los tiempos para que representen a su Redentor en este ciclo crítico y agudo del planeta.
Yo los hago Mis apóstoles para que vivan Mi Voluntad y para que la manifiesten más allá de sus posibilidades y miedos. Porque viviendo Mi Voluntad alcanzarán la libertad espiritual que necesitan para poder seguir dando los pasos rumbo al cumplimiento del Divino Propósito.
Yo los hago Mis apóstoles del fin de los tiempos para que vivan en caridad y en servicio, para que en ese ejercicio de entrega puedan experimentar el Amor Crístico y lo puedan manifestar en la Tierra.
Los hago Mis apóstoles del fin de los tiempos para que se arriesguen, cada día más, a vivir en el vacío de sí y con absoluta confianza de que todo se cumplirá conforme a lo designado por Mi Padre.
Los hago Mis apóstoles del fin de los tiempos a fin de que preparen internamente Mi Segundo Retorno.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Que todos los días sean para ti el día de recordar la Pasión de tu Señor; día de recogerse en Sus Brazos y en Su Corazón; día de estar en la presencia de Su Sangre y de Su eterna entrega; día de aprender a amar como Él amó y ama para siempre.
Que todos los días sean para ti la subida al Calvario, donde debes ver los obstáculos como oportunidades para amar, las caídas como oportunidades para renovarse, las humillaciones como oportunidades de estar en el vacío y allí ser llenado por Dios.
Que todos los días sean para ti el día de superarte en el amor para aproximar tu consciencia, cada vez más, al Amor de Cristo.
Que todos los días sean para ti el día de tu entrega, de tu rendición, de tu oferta, porque la eternidad te será poca para seguir los pasos de Cristo, y tus pasos nunca deben detenerse.
Por eso, hijo, hoy recuerda y revive la Pasión de tu Señor, para que tu consciencia comprenda que todos los días son días de imitar los Pasos de Cristo. Todos los días son días de ver un nuevo Cristo nacer.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La oración será tu sostén y tu guía en todos los ciclos, internos y planetarios.
Será a través de la oración que vencerás las tentaciones en la agonía.
Será a través de la oración que renovarás tus fuerzas en el cansancio y en la fatiga espiritual y física.
Será en la oración que encontrarás el sentido para seguir adelante.
Será a través de la oración que podrás transmutar y sustentar a este planeta.
Será la oración la que te permitirá cargar la cruz de estos tiempos.
Será la oración la que te hará morir para ti mismo y encontrar el vacío que te une a Dios.
Será la oración la que te dará fuerza para resucitar a una nueva vida.
Será la oración la que te auxiliará para dar los pasos correctos hacia el despertar del Amor, que hará de ti un Cristo del Nuevo Tiempo.
La oración es el vehículo que te llevará a concretar los Planes de Dios.
Por eso, ora y ve cumplirse Mis palabras.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Vengo en busca de todos aquellos que quieran aprender a vaciarse de sí a través de Mí, para que algún día aprendan a reconocer Mi Divina Voluntad hasta en los pequeños detalles de la vida.
Por esa razón necesito instrumentos, necesito almas que no tengan temor de perder el control de sí y la voluntad propia, porque los que se vacían a través de Mí permiten que Yo pueda impartir y derramar Mis designios sabiendo que, en estos tiempos críticos, no podré obrar e interceder en almas y en consciencias que estén llenas de sí y que no permitan que Mi Fuego las transforme.
No vengo al mundo para pedir lo imposible. Vengo para pedirles, sinceramente, aquello que está sellado dentro de ustedes y se llama: espíritu.
En sus espíritus Yo podré obrar, conceder y realizar Mi Obra redentora.
Los espero y los aguardo para que se animen a vaciarse a través de Mí, porque en este tiempo quien no se vacía de verdad no podrá estar Conmigo en el Reino de los Cielos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En este tiempo de caos planetario en el que hay confusión, dudas y temores dentro y fuera de los hombres, tú, hijo, debes buscar en todo el auxilio divino para que, en el silencio de tu corazón, el Señor te traiga las respuestas que necesitas para estar en paz delante de Su Plan.
Medita como el Hijo de Dios meditaba en el desierto. Aprecia los momentos de silencio y de soledad en los que te encuentras con Dios para dialogar con tu Señor. Allí, el Padre podrá guiarte y ampararte en las decisiones de tu vida para que no caigas, una y otra vez, en los mismos abismos.
Comprende la importancia del desierto interior para que encuentres el vacío, la nada y sepas entregar tu ser para que se torne una morada divina.
Comprende la importancia del desierto interior para que tu mundo interno se fortalezca.
Comprende la importancia del desierto interior, porque allí comienzas a adentrar en la sabiduría y en el discernimiento divino. Es en el desierto de tu corazón en donde construirás aquello de lo que te valdrás en este final de los tiempos.
Por eso, hijo, ora y adentra sin miedo en las profundidades silenciosas de tu corazón y aguarda allí la llegada de tu Señor y Dios. Así podrás ser digno de participar con Él de Su Plan de rescate y de salvación, primero de tu propia alma y después de este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ve que el Origen de toda la vida también está en ti. El Universo infinito, el Dios Único y Omnipotente, se espeja en aquellos que fueron creados para expresar su semejanza con el Padre y para renovar Su Creación.
Ve que misterio tan grande se ocultó de los hombres, porque la ciencia del despertar del amor comienza en la esencia de la humildad. Aquel que está en todas las cosas para ser lo que Es, vive en el vacío de Sí y permite que Su Corazón se amolde a los corazones de Sus hijos para habitar en todos ellos.
Entonces percibe que, a pesar de que el mayor misterio de la Creación está en tu interior, Dios te hizo la menor de las criaturas, aparentemente la más débil y con menos recursos científicos y espirituales. Esta es la gran llave de la revelación del Amor de Dios, él es entregado a los más pequeños y se revela a los más humildes.
Ve que el Infinito se guarda en tu interior porque así como el Padre manifestó la vida y los Universos a través de la esencia de Su amor, un día, hijo, de la esencia del amor que hoy despierta en la Tierra deberá surgir la semilla de una nueva vida, de nuevas dimensiones, de nuevos Universos, de una nueva Creación.
Sé que lo que te digo parece distante e incomprensible, pero cuando Mi Verbo pronuncia verdades despierta en tu interior lo que está dormido y que debe comenzar a expresarse.
El Amor es el principio del cual surge la vida en todas sus expresiones. En él se guarda el misterio de tu existencia, el motivo por el cual Dios manifestó esta humanidad y en ella a Sí mismo.
Solo medita en lo que te digo y deja que Mis palabras, por sí solas, te inspiren a amar más que a comprender todas estas cosas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que el silencio, cada vez más profundo de los Mensajeros Divinos, conduzca tu consciencia a silenciarse también. Así, aprende a escuchar tu mundo interior y en él, al Espíritu de Dios que habita en tu consciencia y te guía.
Comprende el silencio como una forma de profundizar la comunicación con el Padre. Comprende el recogimiento como una forma de madurar lo que ya recibiste y de preparar tu ser para algo mayor.
Deja que este ciclo le hable a tu consciencia a través del desierto, pues todos aquellos que aspiran a profundizar verdaderamente en su vida espiritual lo deben cruzar.
No tengas miedo al vacío o a la soledad, pero aprende a encontrar allí el silencio de Dios y, de esa forma, a través del Amor del Padre, descubre un diálogo con Dios que hasta hoy te fue desconocido.
El Creador habla a lo más interno de Sus criaturas a través del silencio, y solo en el desierto de tu corazón y en el vacío de tu consciencia aprenderás a encontrarlo.
Recibe la bendición divina para este ciclo que, con amor, el universo entero contempla. Las criaturas están viviendo su madurez espiritual para entonces dar un paso desconocido por toda la vida, por toda la Creación Divina.
Que tu ser se una a los Principios y Leyes universales que rigen este momento y que, sobre todo, el silencio sea tu mayor guía.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más