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Mis queridos y amados hijos:
Hoy, regreso al Reino de Lys-Fátima con alegría y dolor, así como regreso espiritualmente a cada uno de sus corazones.
Mi alegría es por este tiempo de reencuentro con ustedes, Mi dolor es por las guerras y principalmente por las almas inocentes y prisioneras que siguen cayendo en los abismos oscuros del planeta.
Aquí en Fátima, Yo entregué el Tercer Secreto y desde entonces infelizmente se cumplió, porque Rusia sigue esparciendo su veneno por el mundo, así como otras naciones de Europa también lo hacen sin tener piedad ni compasión por los que sufren.
Ante este escenario inhóspito de Europa, Medio Oriente y África; Yo vengo a pedirles, en este día 13 especial para Mí, que se postulen corazones reparadores que, a través de sus oraciones, gestos y actos misericordiosos, alivien el Corazón del Padre Celestial que está herido y ofendido por las situaciones que hoy suceden en el planeta.
Un corazón reparador es capaz de tener presente todos los días que ante el Santísimo Sacramento existe la puerta abierta y segura para la salvación y la redención de las almas.
De esta forma, en este sagrado día 13, a un mes de que se vuelva a cumplir el aniversario de Mis Apariciones en Fátima; Yo vengo a renovar Mi pedido, hecho una vez a los santos pastores, de que ofrecieran sacrificios y oraciones para que algo peor no sucediera y las almas se convirtieran al Corazón de Dios a través del arrepentimiento.
Pero, en este tiempo, las almas no se acuerdan de arrepentirse y de pedir perdón; por eso, como una vez dije en Garabandal, la copa que estaba casi llena, ahora está rebasando.
Por eso, hijos Míos, los corazones reparadores podrán traerle al mundo una última oportunidad. Espero sus ofertas honestas, para así también liberar a Mi materno y herido Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos y amados hijos:
Hoy, Me alegra tenerlos cerca de Mi Corazón, para que cada uno de ustedes pueda sentir el calor materno de Mi Llama Sagrada de Amor.
En esta Cuaresma, que está finalizando, Yo los invito a salir del desierto para ingresar en el Paraíso Eterno de Dios, que está en los Cielos.
Quiero llevarlos Conmigo, en esta próxima Semana Santa, por el camino sagrado del calvario; para que ustedes puedan recoger espiritualmente los códigos triunfantes de la Dolorosa Pasión de Mi Hijo.
En este tiempo, Nuestro Señor necesita que existan almas capaces de ser depositarias de Sus principios, valores y atributos, para que en el mundo puedan ser erradicadas la violencia, la guerra, la impunidad y la esclavitud que aún muchos hijos Míos siguen enfrentando día a día.
Yo deseo, como Madre, que ustedes le puedan ofrecer sus vidas a Dios como un ejemplo ante tantos pecados en el mundo.
Por eso, queridos hijos, Mi intención de Madre es llevarlos de la mano y, sobre todo, dentro de Mi Corazón por el camino de la revelación del Amor Crístico, que se expresa fielmente a través de la Pasión de Cristo.
Mi Hijo necesita testigos de Su Amor, ante tanta crueldad.
Mi Hijo necesita testigos de Su Misericordia, ante tantas injusticias.
Mi Hijo necesita pacificadores, ante tanta violencia y maltrato.
Por eso, ustedes deberán comenzar el ejercicio de apartarse y distanciarse de esas energías.
Por eso, Yo vengo a mostrarles el camino, el camino que los llevará hasta Mi Hijo, Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Después de transmitir el Mensaje semanal, la Virgen María complementó con las siguientes Palabras:
Mi Hijo les agradece por estar hoy aquí y a través de este Mensaje, que enseguida compartirán(*), comprenderán la esencia de lo que Él necesita en este ciclo. Porque esperamos, pero también rezamos, para que al menos una parte de la humanidad se pueda salvar, antes de que sea demasiado tarde; y para que principalmente la humanidad que será rescatada pueda guardar, en sí misma y en cada corazón, los Valores y los Principios de Dios que gestaron desde el comienzo la existencia de las razas y de los pueblos, la expresión auténtica de los valores divinos del pueblo de Israel.
Mi silencio viene a reconfortarlos. Mi oración viene a reconstruirlos. Mi Amor viene a elevarlos ante esta puerta espiritual y divina, que se abre hacia la Sagrada Semana.
La Iglesia de Mi Hijo está pronta, porque lo que brillará en Su Altar será el ofrecimiento de cada uno de sus corazones, eso es lo que Él espera ardientemente. No importa que sea imperfecto o que sea miserable para ustedes. Mi Hijo espera que sea verdadero, con la lealtad que puede vivir cada corazón de poder comprender el Llamado de Dios que, en este tiempo, viene a despertarlos a todos, porque la humanidad no puede dormirse por su indiferencia o negación.
La humanidad deberá ser la raza de los Nuevos Cristos. Y por esta causa, también rezo todos los días, así como rezo fielmente al lado de cada uno que se une a Mí, en oración.
Les agradezco y los animo a vivir una victoriosa Semana Santa, para que Cristo, Mi Amado Hijo, pueda gobernar cada corazón humano. Por esta ardiente aspiración del Señor, Yo les doy Su Paz, la Paz de Cristo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sean Luz en el mundo, para que haya Misericordia.
(*) La Madre Divina se refiere al Mensaje semanal.
Mis queridos hijos:
Hoy, Me alegra encontrarlos en este sagrado bosque de contemplación, lugar bendecido por Mí, porque durante treinta años, su Madre Celeste fue testigo fiel de las ofertas internas y de todas las vigilias que se realizaron aquí, por amor a la humanidad y por su salvación.
Por eso, en este día, conforme les he mostrado, vengo a renovar y a reconsagrar este bosque con el nombre de “Bosque de la Armonía y de la Contemplación”, como una nueva extensión del Centro Mariano de Figueira.
Aquí se erguirán todos los Misterios del Santo Rosario, a través de pequeños altares que serán construidos a fin de que las almas contemplen todos los hechos y misterios de la Sagrada Familia.
El Bosque de la Armonía y de la Contemplación será el espacio ofertado a las almas peregrinas y a todos los que viven aquí para que puedan reencontrar la Gracia de sentirse amados por Dios, a través de la recitación de los Misterios del Santo Rosario.
El Bosque de la Armonía y de la Contemplación también guiará a las almas, en el área actual de la choza, Oca, para estar delante de un pequeño lago y, en su centro, la imagen que hoy Me han ofrecido en el altar.
Para que esto sea posible y dada la urgencia de este espacio, su Madre Celeste convoca a todos los Hijos de María consagrados para que asuman el cuidado de este sagrado lugar.
Deseo también que debajo de cada espacio del altar dedicado a los Misterios del Santo Rosario, se expresen pequeños jardines con bancos, para que exista un espacio de contemplación en cada estación.
A su vez, también aspiro a que en el lago de su Santa Señora haya diversas especies vegetales y una pequeña cascada, una fuente, para que las almas reciban la Gracia de la cura de sus emociones.
Si esto se cumpliera, conforme lo he pedido, prometo que esta nueva área del Centro Mariano será un lugar de bendiciones y de milagros para todos los que lleguen aquí con fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora del Sagrado Bosque de Figueira
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Desde el Cielo llego a este océano, llego a este mar, al igual que hace más de dos mil años, como un pescador de corazones. Vengo a invitarlos a que vuelvan a subir a Mi Barca para que, con fe y esperanza, atravesemos los océanos de la consciencia en donde vive Dios, en donde está latente Su Creación, en donde mora Su Paz.
Hace poco tiempo, los llamé a pisar con sus pies estos océanos. Algunos ya lo hicieron espiritualmente, pero aún aguardo por los que no lo hicieron, por los que no se animaron a superar los límites de la mente y de la consciencia, a penetrar el misterio de la Vida Mayor, del Infinito, del Universo.
Hoy, vengo como ese pescador de corazones, como Aquel que estuvo en las orillas del Mar de Galilea para llamar a los primeros apóstoles.
Hoy, vengo aquí, al encuentro de Mis compañeros y compañeras, para que escuchen Mi Voz y sientan Mi Corazón, para que reciban Mi Amor y Mi Paz, porque debemos atravesar los océanos del fin de estos tiempos.
De los grandes océanos de la consciencia planetaria emergen las urgentes necesidades de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza, porque el planeta está a punto de vivir su gran parto.
El movimiento de la Tierra es incesante. Los cambios adelantan los acontecimientos. Todo se vuelve prematuro y la mayoría de las almas aún no están prontas.
De la misma forma en que Yo los invito a cruzar con sus pies estos océanos, tengan fe porque así sus pies no fallarán y caminarán, como Pedro, sobre las aguas, sin tener consciencia de sí mismos, sino teniendo consciencia sobre la Verdad de Dios.
Mi Padre les entregó un Mensaje a todos ustedes y al mundo entero.
Mi Corazón Misericordioso, a pesar del sufrimiento que veo en el mundo, siente gozo y júbilo porque Nuestro Padre Celestial se comunicó una vez más con Sus hijos, así como lo hizo muchas veces con el antiguo pueblo de Israel.
Su descendencia y sus tribus aún deberán prevalecer a través de los tiempos, aunque esta civilización humana ya aprendió a autodestruirse y a lastimarse lo suficiente.
¿Quién subirá a Mi Barca espiritual para atravesar estos océanos y ayudar a su Maestro a lanzar las redes de la salvación y del rescate planetario adentro de este universo de necesidades, de demandas y de emergencias?
Cuando formé a los primeros apóstoles, hace más de dos mil años, no solo formé consciencias en entrega y en disposición para servir al Proyecto de Mi Padre, sino que también fundé la primera consciencia misionera en la humanidad por medio del servicio, de la caridad y de la palabra.
Estos tres pilares: el servicio, la caridad y la palabra serán los que curarán a la humanidad cuando la mayoría de Mis compañeros, sobre todo los que aún no Me aceptan, comprendan que la fidelidad siempre los hará permanecer en la Luz y en la Verdad; porque Mi enemigo aún sigue tejiendo, en el mundo, sus adversidades y sus planes malignos. Las almas quedan presas en sus redes de pecados capitales, de ambición, de poder, de mentira.
No se entreguen a esos proyectos del mal ni tampoco permitan que sus hermanos sean arrastrados o empujados hacia el abismo de la ilusión.
Como les dije en el principio, estos son tiempos de emergencia, son tiempos en los que cada uno deberá servirme integralmente, para que Yo pueda obrar y cumplir las aspiraciones del Padre.
Mis instrumentos en el mundo, es decir las almas que Me sirven, deben ser esas propias redes que Yo pueda lanzar a los océanos de las emergencias de este mundo, para que no solo las almas puedan despertar, sino también vuelvan a encontrar la verdad que perdieron, la verdad interior.
Mientras tanto, los espero aquí, en Mi Barca, sobre este océano del mundo, en el cual hoy Me encuentro, y estaré muy atento y abierto a recibir sus ofertas verdaderas y no pasajeras.
Entregar la vida por Mi Plan, y sobre todo por Mi Voluntad, sé que no es fácil para la mayoría. He visto que muchos hicieron el esfuerzo y pocos lo consiguieron, y esto no debe ser motivo de culpa o de perturbación. Yo solo les pido que Me den lo que verdaderamente cada uno Me puede dar; porque así, no solo podré lanzar las redes de la salvación, sino también tejeré una red de Luz, de Poder y de Paz a través de los corazones valientes y disponibles.
Ustedes ya saben que el mundo agoniza en cada momento que pasa, en cada día que transcurre, en cada jornada que se cumple; y crecen las necesidades materiales, pero también espirituales.
Aún muchas almas no comprendieron el Mensaje que Yo les entregué, hace más de dos mil años, por medio del Evangelio. Los invito a repasar las parábolas, porque en esas Enseñanzas tan simples y esenciales comprenderán todo lo que les digo.
En esta Maratón de la Divina Misericordia, Yo los invito a orar por la expansión de la consciencia humana para que, más allá de los límites materiales y de las prisiones espirituales que viven muchas almas en el mundo entero, todos los corazones reciban la Gracia de la expansión de la consciencia para que puedan trascenderse y superarse, al punto de alcanzar mayores grados de amor y de servicio.
La gran llave de este tiempo, para el servicio de las almas, es la vida misionera, porque en la vida misionera no solo saldrán de ustedes mismos, sino que también se superarán a sí mismos por medio de la donación absoluta y de la entrega incondicional; y más aún, compañeros y compañeras, conocerán, así como Yo conozco, el dolor del mundo, la indiferencia de las almas, la crueldad de muchos corazones, la indigencia de muchas personas, la injusticia social y global.
Pero Yo no les pido que sirvan como misioneros de la paz y de la fraternidad para que solo vean todas estas cosas, Yo los impulso al servicio misionero para poder curar la indigencia espiritual de esta humanidad. Cuantas más almas sirvan, menores serán los efectos de la purificación del planeta, menores serán las consecuencias del clima e incluso del calentamiento global.
Hoy, no envío este Mensaje a través de un mensaje religioso, sino que envío este Mensaje a través de Mi Consciencia Divina, que es la emanación de la Consciencia de la Verdad de Dios; porque también sé que muchos de Mis apóstoles, de Mis compañeros y compañeras, se han avergonzado por lo que han visto en Mi Iglesia de la superficie de la Tierra.
No les pido que crean en ellos, solo les pido que crean en Mí, porque Yo nunca les fallaré y estoy cumpliendo Mi Palabra de retornar al mundo cada día más, con mayor poder y consciencia, con mayor determinación y fuerza espiritual.
De Mi Corazón emanará el Gobierno del Padre Celeste para poder reerguir a esta humanidad enferma y herida, destruida y aniquilada a sí misma.
Sacaré el falso cetro del poder de las manos de los que gobiernan y, con sus propios ojos, ustedes verán que no quedará piedra sobre piedra.
Si ven, en estos tiempos, que el planeta expresa su rebelión, su agonía y su dolor, no teman, esa es la señal del último tiempo del Armagedón; porque de alguna forma la humanidad se deberá purificar de todo lo que hizo a través de los tiempos. Cada uno recibirá lo que le corresponde por Ley, nada estará fuera de lugar, aunque muchos coloquen todo fuera de lugar y crean que saldrán inmunes de los acontecimientos del planeta.
Retiraré la monarquía de este mundo, corrupta e indivisible para los que creen vivirla; porque este proyecto humano es único y se cumplirá con los que por fe, servicio y esperanza repoblarán la Tierra de nuevos atributos de evolución y de amor.
Porque el Retorno de su Maestro no será solo para poner orden a toda la caótica situación planetaria de los pueblos, de las naciones e incluso de la naturaleza; el Retorno de su Maestro y Señor será muy semejante a, como hace dos mil años atrás, cuando podía estar cerca de los Míos para instruirlos, para fortalecerlos, para encender la llama del fuego crístico en el corazón humano. Eso es lo que más espero y es lo que más aspiro a vivir en Mi Retorno.
No solo será un orden universal y planetario, será el momento en el que los invitaré a subir físicamente a Mi Barca para que conozcan Quién es Dios, porque Yo se los contaré.
Yo solo deseo tener en Mis Brazos a los que tanto Me lo han pedido en estos tiempos. Yo solo deseo colocar Mi Mano sobre el corazón angustiado, perturbado y desolado; sobre el corazón que le falta la paz, que ha perdido la fe, que ya no cree en nada ni en nadie.
Mi Amor transformará a los corazones heridos y restablecerá la unión con el universo, de todos los que la perdieron por las injusticias y las vergüenzas de los hombres de este mundo y hasta de Mi Iglesia; porque Yo haré brotar del corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra, de los niños, de los jóvenes y hasta de los ancianos, Mi Iglesia Espiritual; y ya no será necesario que vivan la enfermedad corporal por estar viviendo la enfermedad espiritual.
Agárrense fuerte de Mi Manto y así no solo los protegeré, sino también los sostendré con Mi Presencia que es la Presencia del Padre, para atravesar con coraje y valentía el fin de estos tiempos.
Desde estos océanos, Yo los bendigo, los renuevo y los reconsagro a Mi Corazón de Amor para que se cumplan los mil años de paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Como ustedes ya saben, Mi tiempo algún día no tan lejano, terminará con ustedes.
Les pido que sigan rezando incansablemente el Santo Rosario, porque mientras no rezan, hay algunas almas que se lanzan a vivir decisiones precipitadas y no miden las consecuencias ni los resultados.
Es la propia agonía de esas almas lo que las lleva a alejarse del camino de Mi Hijo.
Recen para que ninguna otra alma se vea tentada a llevar adelante una decisión que le pesará el resto de su vida.
Hijos, ustedes ya sabían que el tiempo de la definición es ahora. Están con Mi Hijo o no están con Él. El Señor del Universo y del Amor necesita almas verdaderas y dispuestas a seguirlo. Hoy no es suficiente una emoción para pensar que solo con eso llevarán adelante el Plan de Salvación de Mi Hijo.
Vivan el acto de la consagración diaria. Si eso fuera prioridad para sus corazones, las almas precipitadas nunca hubieran decidido alejarse de Cristo.
La razón de tantas pruebas y desiertos es porque las almas no viven diariamente su consagración, no la colocan en su corazón y menos en su consciencia. Cuando llega la prueba están exhaustas y no tienen fuerzas para salir de ese momento.
Las almas no sienten verdadera sed de Jesús. Así, puertas inciertas se abren y las almas ingresan en sus propias miserias en vez de trascenderlas.
El camino hacia Mi Hijo es para los valientes, para los que no temen ser nada.
Mi amado Hijo está en silencio. Su Voz, en este momento, no podrá emitir ningún mensaje. Él tiene que observar cómo las almas responden a todo lo que les fue dado. Es un momento de justicia, pero también de neutralidad.
Recen para que nadie más caiga en tentación. Llegó el tiempo final. Este es el ciclo de la confirmación o de la indiferencia, es el tiempo de comprobar su amor a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A medida que la Iglesia Celestial se aproxima espiritualmente al planeta, mayores serán los movimientos internos y físicos en la humanidad.
Es como una gran Luz que ingresa en el abismo y en la oscuridad de la humanidad para convertir la noche en día.
En este momento de inflexión mundial es cuando aún más las almas deberán aspirar, con todo el corazón, a que la Iglesia Celestial las libere de las cadenas de los errores y del sufrimiento.
La Iglesia Celestial descenderá con el Poder Creador e impulsará a los que la acojan para que profesen su fe y confianza en el Eterno Dios.
Mientras que la Iglesia Celestial comienza a abrir sus puertas principales, los ángeles salen de su interior, descienden a la Tierra y preparan su solemne llegada.
Pero ustedes, hijos Míos, también deberán sostener este momento, ya que la Luz y la oscuridad se encontrarán y, a partir de allí, se abrirá el último ciclo de la batalla que definirá el amor o la indiferencia en la humanidad.
Cuantas más obras de oración y de bien se realicen en el mundo, mayor será el efecto espiritual e interno de la Iglesia Celestial; y las almas que no tenían posibilidades de salvación serán consideradas.
En este momento, todos los que adoran al Santísimo del Altar estarán colaborando, conscientemente, para que la Iglesia Celestial llegue a todos los corazones posibles.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A pesar de que hoy es Mi último Mensaje para esta Vigilia de Oración, deseo que sus voces y oraciones sigan resonando en este Universo Creador.
Ahora que ustedes ya saben cómo sostener de forma orante el planeta, continúen acompañando a Su Madre Celeste en esta misión de amor y de salvación de las almas de la humanidad.
Ahora que ya son Mis soldados y guerreros orantes consagrados, Yo los invito a que cada uno, en este día, asuma espiritualmente a una nación de la Tierra, para que no solo a través de la Vigilia de Oración, sino también todos los días, esa nación esté presente en sus oraciones.
Es así que ustedes, queridos hijos, imitarán a la Madre de Dios cuando Ella coloca bajo Su Manto a todas las naciones de la Tierra.
Yo los llamo, hijos Míos, a que asuman este ejercicio espiritual con las naciones de una manera consciente, porque cada uno de ustedes ya me demostró cómo lo puede hacer y cumplir.
Por eso, estoy agradecida porque durante estos años la Vigilia de Oración haya ido creciendo internamente en el compromiso que las almas tienen que asumir por la humanidad y por el planeta.
Aspiro a que sigan siendo soldados y guerreros de la oración que transforma la condición humana y que transmuta las corrientes contrarias.
Ahora que ya aprendieron a encender el espejo del corazón, es tiempo de que ese espejo no solo entregue amor y servicio al mundo, sino también que ese espejo del corazón mantenga su contacto y comunión con lo Alto, más allá de las circunstancias y de las pruebas.
Queridos hijos, en este día del último Mensaje para la Vigilia de Oración, Yo puedo decirles que podrán seguir asumiendo y respondiendo a este llamado de orar por las naciones de la Tierra, y que ahora, no solo orarán por una de las tantas naciones del mundo, sino que también incluirán en sus intenciones a los ángeles de las naciones, los que en este tiempo, debido a la situación espiritual de la superficie de la Tierra, están teniendo mucho, mucho más trabajo que el que tuvieron en otros tiempos.
Yo los invito a unirse y a apoyar a los ángeles de las naciones, para que ellos consigan mantener el orden, la justicia, la paz y la unión entre los pueblos.
Es así, hijos míos, que en este día, Su Madre Celeste, los designa sucesores de esta tarea y compromisos internos, ya que la Madre de Dios seguirá con ustedes, pero ahora, atendiendo al resto del universo y de la Creación.
En cada momento de oración, Mi Corazón Espejo podrá estar con ustedes y ustedes podrán estar en Mi Corazón.
¡Les agradezco por haber respondido a Mi llamado en estos años!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Aprende a contemplar y a adorar la Sangre de Cristo, sabiendo que cada gota derramada por el Señor representa Su ilimitado Amor por cada ser y por la propia vida.
Pon tus ojos sobre el Cristo del Calvario y sabe que Su Amor, aun sin la Cruz, ya superó y renovó toda la Creación, pero Su oferta fue más allá y, derramando Sangre y Agua, perpetuó la Gracia de la salvación y de la redención para todos los seres de la Tierra y más allá de ella.
Que tus ojos puestos sobre la Sangre derramada de Cristo te concedan la comprensión y la experiencia de lo que es la rendición y la entrega, de lo que es dar todo por amor.
El Agua que fue derramada por Cristo representó la ilimitada Misericordia que, además de verter toda Su Sangre, vertió también Agua para dar todo de Sí, en la materia y en el espíritu.
Juntos, Sangre y Agua representan el misterio de un Amor aún incomprendido por los hombres; Amor al que son llamados a renovar y a superar para que todo se recree y la evolución encuentre un nuevo comienzo, una vida mayor de unión con el Padre Creador.
Comienza, entonces, contemplando en tu corazón la Sangre de Cristo y el Agua que fue vertida de Su Cuerpo, para que así penetres en Sus Misterios y ellos te inspiren y conduzcan a una imitación más verdadera del Amor de Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma devota y dispuesta a dar siempre más de sí a Dios, mientras oraba, le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor, elevo mi voz a los Cielos y ruego por las almas que sufren, por los Reinos de la Naturaleza, por el planeta, por Tu Plan. ¿Qué más debo hacer para que esta oración verdaderamente llegue a Ti y genere méritos para la salvación y la redención del mundo?”.
Y el Señor le respondió: “Mientras oras, habla Conmigo, pronuncia cada palabra no solo para escuchar tu propia voz y sentir que estás cumpliendo con tu parte; ora, dejando que tu esencia Me mire a los Ojos, que tu corazón esté dentro del Mío y que tu verbo sea un eco en todo el Infinito, en toda la Creación.
Para orar así, hija amada, alma Mía, necesitas estar entera ante Mí, sin que te importen el tiempo, el cansancio, las sensaciones del cuerpo o aquellos que están a tu alrededor, si ellos se esfuerzan como tú lo haces o si duermen y se distraen con sus palabras. Que no te importe nada más que Mi Presencia y la imperiosa necesidad que el mundo tiene de oraciones sinceras y verdaderas.
Cuando cantes, que a tus oídos no le importe el sonido de tu voz, que a tu mente no le importe quién te está escuchando, sino que a tu corazón le importe afinar tu voz y estar ante Mí, cantándole con perfección a Aquel que es el Dueño de todo sonido, el Creador de cada nota, de cada tono, capaz de transformar tu vibración en Dones que se expanden por la Vida, transformando vidas. Así, alma pequeña, debe ser tu oración”.
Que este diálogo les enseñe, hijos, a profundizar cada día en sus oraciones. Que ellas sean sinceras y que lleguen a Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Vengo a pedirles, queridos hijos, que en este momento estén en paz y sigan orando todos los días el Santo Rosario para que finalice la pandemia en el mundo, para que las almas más afectadas por esta situación y las almas que viven en la marginación y en la pobreza reciban la ayuda de la Providencia Divina, como también la salvación necesaria en este tiempo final.
Vengo a pedirles que, ahora más que nunca, no pierdan la fe y que confíen, porque el Todopoderoso y Sus huestes de Luz están interviniendo en esta situación.
Este es el ciclo de la solidaridad y de la fraternidad entre los seres de la humanidad. Es el momento de practicar la igualdad de condiciones y de compartir todo lo que cada uno tiene, sin reservarse nada, porque en el fin de estos tiempos, la solidaridad y la fraternidad entre las almas permitirá que toda la raza humana atraviese la purificación de estos tiempos. De lo contrario, los que se reserven todo para sí, algún día les faltará.
Por eso, Yo los llamo a tener consciencia y amor en todo esto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que ante toda la adversidad y el caos de estos tiempos se encienda en ustedes Mi Rosa de Luz y de Paz para que, delante de los acontecimientos definitivos en las naciones y en la raza humana, en ustedes no se pierda la convicción y la fe de estar en Cristo.
Que se encienda en ustedes Mi Rosa de Luz y de Paz para que los tiempos de oscuridad planetaria sean colmados del Amor que todo trasciende y perdona.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes para que todos los seres orantes unidos eviten, con sus súplicas, más catástrofes y traumas humanos.
Que el poder de Mi Rosa de Luz y de Paz permita la salvación y la redención de los corazones que, por ignorancia, le cerraron la puerta a Dios.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes para que estos tiempos, de definición y de juicio, sean iluminados por la compasión y no decretados por el castigo que los hombres y mujeres de la Tierra se están generando a sí mismos.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes, hijos Míos, para que despierte el arrepentimiento y así las almas de la Tierra aprendan a enmendar el Corazón ofendido de Dios.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz, queridos hijos, traiga para el mundo la recuperación de su pureza original para que, de esa forma, los corazones despierten al sentimiento de tener más caridad por los Reinos de la Naturaleza y más amor por los que sufren, día a día.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz los ayude a corregir los desvíos humanos y, en base a una verdadera penitencia, las naciones del mundo reconozcan que se apartaron de Dios para que el auxilio divino no les falte.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes para que, desde el más pequeño hasta el más anciano, reciba la Gracia de la redención y que los más inocentes ya no sean explotados ni comercializados como son los inofensivos animales de la naturaleza.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz lleve al mundo entero a estar postrado ante el Amor de Dios y a reconocer toda la desobediencia que viven Sus hijos diariamente. Una desobediencia que los separa, más y más, de Dios, desde donde Su Gracia divina no los puede tocar.
Por eso, que la Rosa de Mi Luz y de Mi Paz los haga percibir la emergencia de estos tiempos, para que cada servidor de Cristo se coloque en el camino que le corresponde y conscientemente prepare el Advenimiento de Cristo.
Que la Rosa de Mi Luz y de Mi Paz los haga verdaderamente humildes para que dentro de sí puedan escuchar a Dios, sentir Su Divino Corazón y estar al servicio de Su Reino.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz los convierta en embajadores de Cristo en la Tierra.
¡Les agradezco por encender, en ustedes, Mi Rosa de Luz y de Paz!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Día a día, ante la situación planetaria y la crisis espiritual y física de la humanidad, su Maestro y Señor contempla al mundo con la finalidad de salvarlo y de ayudarlo, aunque la mayoría rechace incluso en este tiempo, la segunda y gloriosa venida de su Salvador.
Es solo a través de un acto de amor inconmensurable e infinito que Dios todavía envía al mundo Su Misericordia a fin de dar hasta las últimas oportunidades a Sus hijos, para que Sus hijos ciegos, sordos y perdidos vuelvan a ver, a escuchar y a encontrar un sentido espiritual para sus vidas.
Por esa razón y por muchas otras, Su Redentor se presenta en este tiempo para poder abrir los ojos de los que todavía niegan y desmienten la grave situación espiritual y material que vive y enfrenta la humanidad.
Para eso, todos los esfuerzos en este momento están volcados a la conscientización y a la cura espiritual del ser humano, cuya vida es una constante tragedia por haberse apartado de Dios.
La acción de la Misericordia es un camino de salvación capaz de dar, a la humanidad, la Gracia de recapacitar totalmente. Pero ese estado de Gracia terminará, porque el tiempo de la Justicia llegará para los que no quisieron escuchar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi Corazón es un templo y un refugio de Amor y de Luz para quien lo acepta como receptáculo perfecto de Dios.
Mi Corazón es testigo del Amor Creador del Padre y de todo lo que Él pensó para llevar adelante el proyecto de la felicidad de Sus hijos.
Mi Corazón, por eso se ofrece al mundo como Él se ofreció en la Cruz por cada uno, para que cada ser tuviera la Gracia de la rehabilitación interior y de la redención.
Aquí está Mi Corazón que, aun siendo ofendido y lastimado por el mundo, se entrega, una y otra vez, por Amor y Misericordia para que se establezca la redención planetaria.
Quédate en Mi Corazón y nada te sacará de Él, porque Mi Corazón es el templo para la elevación de tu consciencia y es el consuelo para tus momentos de purificación.
Te entrego Mi Corazón como puerta de salvación y como sostén en los tiempos de tribulación.
En Mi Corazón siempre encontrarás a Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte siempre a Dios, más allá de las pruebas y de las caídas, porque para Dios es importante que se cumpla Su Plan de Amor y de Redención en la humanidad.
Por Su Divino pedido coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte porque Él necesita que la reconciliación se establezca en el mundo y que sus hijos más perdidos de la Tierra puedan reconocer y encontrar el Amor de Dios como un medio de salvación y de alivio.
Coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte en el nombre de todos los que, de alguna forma, fracasan en la vida espiritual y por medio de este gesto de amor traigo, en este día, la oportunidad de volverte hacia Dios y de encontrar Su Infinita Misericordia.
Coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte en el nombre de la redención y de la paz que debe despertar en todos los hijos del Padre, los que en algún momento se enfrentarán a la Verdad y deberán vivirla.
Coloco Mi Mano sobre ti para perdonarte, para fortalecerte, para animarte a decirme "sí" hasta el final.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi Divina Misericordia es más extensa y profunda que el mar, en ella sumerjo a las almas dentro de Mi Luz, para que se puedan transfigurar y redimir.
Mi Divina Misericordia es más pura y cristalina que el agua, de ella le doy a beber a las almas que agonizan y que desesperan, para que cuenten con esa tabla de salvación.
Mi Divina Misericordia es más límpida, clara y luminosa que el Cielo, en ella ingreso a las almas para que se puedan elevar y santificar conforme Dios lo necesita.
Mi Divina Misericordia es más bella, hermosa y preciosa que las flores y los lirios del campo, porque en ella, las almas alcanzan la alegría espiritual de servir y vivir a Dios.
Mi Divina Misericordia es más alta, fuerte y robusta que todas las montañas, porque en ella coloco a las almas en el camino de la ascensión y de la trascendencia a fin de que los corazones, por medio de Mi amorosa confianza, aprendan a superar sus propios miedos y desafíos.
Mi Divina Misericordia es más infinita, amplia y extensa que las estrellas, porque a través de ella coloco a las almas en el universo de Mi Amor, para que sean curadas de sus errores y liberadas de sus constantes pruebas.
Mi Divina Misericordia puede ser mucho más para todos ustedes, solo bastará invocarla con amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Soy la Señora de la Cruz y en este sagrado día rememoro todos los hechos importantes y benditos que Mi Hijo dejó como legado a la humanidad.
Soy la Señora de la Cruz y hoy permanezco abrazada a ella, porque la Cruz es la reliquia espiritual de redención y de amor más importante para las almas; porque en la Cruz está la salvación del mundo y la liberación de los perdidos.
Soy la Señora de la Cruz y revivo el gran misterio de amor y de compasión que expresó Mi Hijo, desde que estaba en Mi vientre hasta Su gloriosa Resurrección.
¿Cuál es el misterio de la Cruz?
Es el amor inconmensurable e infinito entregado por un corazón humano, al igual que el de ustedes, que se donó hasta el último momento, hasta la última espiración, para conceder al mundo la redención.
Soy la Señora de la Cruz y hoy contemplo todo el nuevo legado que les entregará Mi Hijo en estos días, para que Mis hijos aprendan a atravesar el fin de los fines, el término de un ciclo para comenzar uno nuevo.
Soy la Señora de la Cruz y hoy los invito, queridos hijos, a que ustedes sean parte viva del testimonio de la Santa Cruz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando tu corazón te duele y se llena de angustias, ve a los pies de la Cruz, toca con tus manos a los Pies de Tu Señor y permanece allí.
Pon tus manos sobre las Manos de Cristo y comienza a sentir Sus Llagas. Cierra los ojos, permite que la memoria viva de Su Pasión te sea mostrada y permanece allí.
Deja que tu silencio te conduzca al Corazón de Tu Señor y que tu oración silenciosa se convierta en una oferta de reparación.
Sentirás en tu pecho un dolor mayor que el tuyo. Ese es el dolor de Cristo, una gota del océano infinito que Él asumió para salvarte. Aprende así, hijo, a convertir tu pesar en oración, tu petición en una oferta y tu silencio en un bálsamo que acoge al Corazón de Tu Señor.
Tu angustia se hará pequeña delante de la angustia de Cristo por el mundo. Tu pesar desaparecerá dentro de Su pesar por las almas.
Deja que tus lágrimas se conviertan en un puente para rescatar a aquellos que están perdidos. Ofrece tu silencio por los que no saben escuchar a Dios. Si no consigues orar deja que tu oración sea sostenida por las Manos de Cristo y, en un momento, percibirás que tus manos, que fueron a pedir, estarán allí para amparar y tu dolor se transformará en oferta. Buscando cura, repararás el Corazón de Dios.
Tu llanto se unirá al océano de Su Gracia y, aun pensando que estabas allí para pedir, estarás sirviendo a este mundo.
En este día de reparación, aprende en tu vida a hacer de todo una oportunidad para reparar el Corazón de Dios y aliviar el sufrimiento de las almas en este mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mi Corazón es como un sol que, irradiando los Rayos de la Misericordia, ilumina la noche de los mundos internos, y también es como un lucero que guía los pasos espirituales de los discípulos.
A este Corazón Misericordioso ustedes pueden ingresar a través de sus consciencias para que en el amor y en la paz estén en comunión Conmigo, todos los días, hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos.
Sientan este Corazón como su refugio, su confesionario, su motivo, y encuentren allí el sentido de vivir sobre la superficie de la Tierra para que, en confianza, Me representen como Mis apóstoles de los últimos días.
Entren en Mi Corazón porque él se ofrece como instrumento de reparación y de consuelo, comprendiendo y sintiendo a cada ser, más allá de los errores y del pasado.
Este es el Corazón que se ofrece, día a día, por la salvación espiritual de las almas; un Corazón pobre que espera ser amado y reconocido por todos, hasta que se cumpla el advenimiento de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Yo Soy como el agua que sacia toda la sed interior, quien viene a Mí nunca sentirá sed y siempre estará colmado por Mi Manantial.
Soy el agua que sacia toda la sed interior, Soy quien proporciona la luz superior para las almas. Todos los que se dirigen a Mí recibirán lo que necesitan. Siempre atenderé todo lo que Me pidan, porque, para Mí, las almas y su salvación están primero.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy quien socorre al corazón que suplica y que clama por el Señor.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy quien escucha al espíritu sufrido, Soy quien lo alivia en su momento de mayor dolor.
Soy todo lo que tú creas que Soy, porque provengo de una Fuente infinita y hacia esa Fuente elevo a todos los que llaman por Mi Nombre.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy el Pastor, pero también Soy el Peregrino. Soy el motivo de tu vida y la razón de tu existir.
Yo Soy el que Soy.
¡Les agradezco por saciar su sed interior en Mí!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mientras que en los Cielos un acontecimiento divino se prepara, en la Tierra son pocos los seres que acompañan las dimensiones divinas.
La conmemoración de la Navidad, por encima de todo, se da por el inicio de un nuevo ciclo en toda la vida: los Reinos de la Naturaleza, los elementos, los astros, el tiempo, los rayos cósmicos, el universo, el cosmos. La vida entra en un nuevo ciclo, marcado por un renacimiento espiritual. Es la memoria del momento en el que el Creador trasformó todas las Leyes para hacerse, Él mismo, criatura material y humana.
Dios Padre se convirtió en Padre e Hijo, manifestando el misterio de la semejanza con Su Corazón. A partir de ese acontecimiento, nada más permaneció igual, y las leyes de la vida espiritual y material entraron en un nuevo ciclo.
Después de la Muerte y Resurrección de Cristo, ese cambio de las Leyes fue siguiendo su curso, porque el Creador no se manifestó en la Tierra solo para dar una oportunidad de salvación a los seres humanos; Él vino a despertar un arquetipo de vida, a instituir nuevas Leyes y a enviar al cosmos la señal de su renovación.
De esa forma, entregó a los hombres un camino y un ejemplo para imitar, para seguir, para renovar a lo largo de toda su evolución.
En cada Navidad, cuando la naturaleza y la vida material y espiritual ingresan en un nuevo ciclo, esa oferta de Dios se renueva y despierta, en el interior de los seres que están abiertos de corazón, la unidad crística con el Padre.
Año tras año, a lo largo de los siglos, el enemigo de Dios intenta distraer a las almas y hacer que ellas se pierdan, pero su astucia no llega hasta las Leyes Divinas, y los impulsos del Creador son inmutables en cada nuevo ciclo. El despertar depende de la voluntad, de la atención y de la apertura de cada ser.
En cada ciclo que pasa, esas Leyes se aproximan más a la Tierra y se plasman más en la vida humana, confrontando con su natural vibración divina todo lo que en los seres no corresponde al nuevo ciclo.
Por eso, en este período de renovación cósmica y universal, es importante estar con el corazón unido a Dios y no resistirse a las transformaciones.
Déjense renovar, para que sean potenciales renovadores del Amor de Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más