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Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimocuarto poema
Madre de la Misericordia,
ayúdame a superar los miedos de mi consciencia
y que por Tu Gracia los pueda disolver
en el Amor y en la Paz.
Madre de la Misericordia,
que después de tantas pruebas y caídas,
mi alma se encuentre fortalecida para seguir adelante
pudiendo ver las Huellas de Cristo.
Madre de la Misericordia,
libérame del pecado, de las faltas constantes,
retírame las cadenas de la perdición y de la ilusión,
para que yo pueda volar libre como un ave
hasta que pueda encontrar
el camino de retorno al Corazón de Dios.
Madre de la Misericordia,
derrama sobre mi vida los méritos y las victorias
que Cristo alcanzó durante Su Pasión.
Que, por la Luz de Su precioso Cuerpo,
yo pueda elevar la consciencia
para poder estar más unido a Dios.
Que, por el Poder de Su Sangre,
mi alma reciba los impulsos que necesita
para terminar de cursar esta escuela de redención.
Madre de la Misericordia,
escucha mis plegarias todos los días.
Llega a mi vida
para que alcance la liberación de la esclavitud espiritual,
porque así podré ser un discípulo de Cristo,
dispuesto a entregar mi vida
como testimonio de Amor
y como obra de la Misericordia.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimosegundo poema
Poderosa e invencible Señora,
pisa con Tus pies
lo que causa dolor y oscuridad.
A través de los poderosos Rayos
que emana Tu purísimo Corazón,
libéranos de la perdición.
Rompe las cadenas de la ilusión
de nuestras consciencias.
Corta con Tu Espada de Luz los lazos con el mal,
para que, por el poder de la Sangre de Cristo,
que fue derramada sobre la superficie de la Tierra,
las almas consigan volver a levantarse
y así, encuentren las Huellas de Cristo.
Poderosa Madre del Mundo,
Espejo Celestial de Luz y de Sabiduría,
condúcenos hacia el gran portal de nuestra libertad,
para que podamos redimirnos
conforme lo indica la Palabra Sagrada.
Queremos y aspiramos
a ser apóstoles de Cristo,
parte fundamental de Su Cuerpo Místico;
así sabremos y conseguiremos representar, en este mundo,
la Obra de la Redención y de la Divina Misericordia;
sabremos sostener, con responsabilidad y adhesión,
el gran Proyecto de Cristo en el planeta.
Madre de la Luz,
haznos conscientes de cada paso
que demos hacia Tu amado Hijo.
Madre,
haznos merecedores
del Amor de Dios por el mundo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Segundo poema
De las cadenas que nos aprisionan,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De los asedios que nos atormentan,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De la oscuridad que nos acecha,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De la perdición que nos tienta,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
Porque Tú, Santísima Madre,
eres la Guardiana de la fe,
eres el Escudo poderoso que nos protege de toda adversidad,
eres la Luz misericordiosa de Dios.
Te pedimos, querida Madre,
que Tu Manto de Luz nos envuelva,
que nuestros pasos sean guiados por Ti hacia nuestro Redentor,
que todo lo que hagamos sea parte de la Voluntad de Dios.
Anhelamos cumplir con las aspiraciones de Cristo,
esperamos ser Sus apóstoles de la Verdad,
para que el Amor de Tu Hijo sea una victoria en nosotros,
y Tu bendición maternal nos haga renacer todos los días
y en los tiempos que vendrán.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hoy, los Santuarios y Centros Marianos del mundo están adornados y bellos por las flores de la oración de Mis hijos, por la fidelidad de los que siempre cumplen Mi llamado cada vez que Yo lo solicito porque, por más que no comprendan el misterio de Mi convocatoria, las almas se adhieren en obediencia y, por amor y fe, lo realizan.
Hoy, su Madre Celeste, la Inmaculada Concepción de Lourdes, se sirve de todas las oraciones que son sinceramente ofrecidas por Sus hijos. Y desde ahora, Me encuentro recogiendo las súplicas de los corazones por todas las almas que están severamente condenadas a la perdición y que, en algún momento de sus vidas, recibirán la llamada de Dios para que puedan despertar.
Desde la Gruta de Massabielle, en la histórica ciudad de Lourdes, su Madre Celeste emite un pedido de ayuda celestial y espiritual a todos los ángeles, a fin de que ellos intervengan en los asuntos de la humanidad que necesitan de mucha luz, Misericordia y redención.
A través de la visita a las Iglesias, a los Santuarios y a los Centros Marianos, su Inmaculada Madre está consiguiendo conceder Gracias especiales y profundamente espirituales para todos los que las pidan, así también se concede la Gracia de la conversión del corazón, por un corazón manso, humilde, pobre y servicial.
Estos valores son los que, en verdad, mantienen a la perdida humanidad dentro de la chance de la redención total. Por eso, hijos, todos los ofrecimientos, rosarios, canciones y alabanzas, no son dirigidos directamente hacia la Divina Madre, sino que todo ese ofrecimiento de los corazones llega a Dios por intermedio de la Virgencita de Lourdes.
Así, el Padre Celestial consigue sentir el alma y el corazón de Sus hijos, y enseguida Él abre la puerta de Su Divina Misericordia para que las almas se puedan salvar.
Yo les enseño, Mis queridos hijos, a interceder por las causas y por las situaciones imposibles para que, en los próximos tiempos, su comunión espiritual y su diálogo con Dios sea cada vez más verdadero y profundo, porque el tiempo de grandes definiciones llegará y las almas deberán estar seguras de las decisiones que tomen.
Queridos hijos, me despido, siento el gozo de sus ofertas en Mi Inmaculado Corazón, y que en estos próximos días ustedes, Mis hijos, puedan seguir donándose en oración para que el triunfo de la Novena a la Señora de Lourdes sea bien amplio y llegue a todos los que necesitan de ella.
¡Les agradezco de corazón por responder y por vivir Mi llamado!
Los bendice y los lava con el Agua Espiritual de Massabielle,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Este es el tiempo de ampliar el corazón y la consciencia en el amor y en el servicio a Dios. Este es el tiempo en el que exista, dentro de ustedes, un espacio para poder recibir y sentir a los que llegan.
Será de esa forma que, al igual que Mi Hijo cuando se entregó por ustedes, podrán sentir al semejante, podrán participar y acoger el sufrimiento y el dolor ajeno para que sea trasmutado y liberado en el amor.
Cada ser de este planeta tiene un lugar dentro del camino espiritual y ese lugar, aún desconocido, está esperando que la consciencia despierte a la Verdad que viene de Dios. Verdad que lo librará, para siempre, de las cadenas del error y de la ilusión de este mundo.
Por eso, a los que ya despertaron los invito a ser conscientes y celadores de este propósito, por los que llegarán al Camino de Mi Hijo, que es el mismo Camino de ustedes; buscando una oportunidad, un alivio y una esperanza para este tiempo crucial del planeta.
Como Madre, vuelvo a abrir Mi Corazón para acoger a los que recién llegan y necesitan de una grandiosa fe y fortaleza para aprender a desprenderse de todo aquello que los ata al mundo y a la perdición.
Estas almas que recién llegan y despiertan, son las que más necesitan de consideración y de apoyo, para que puedan sentir que hay alguien que está allí para sostenerlos en sus pruebas y para ayudarlos en sus trascendencias.
La juventud del mundo necesita ser guiada por el camino correcto porque, día a día, miles de jóvenes se pierden en las ilusiones y en las promesas que les ofrece el mundo. Por eso, como Madre de todos, abro Mi Corazón para acompañar y sostener a los que despertarán y llegarán ante la presencia de Mi Hijo para decirle “sí” de forma total.
Este es el tiempo de las revelaciones, pero también es el tiempo de apoyar y de acompañar, de corazón, a los que buscan encontrar un sentido interno y espiritual para sus vidas. Esa es la tarea y el compromiso de los que ya sirven, día y noche, a Cristo.
Los jóvenes del mundo precisan ser escuchados y comprendidos, no pueden ser rechazados ni omitidos. Cuando ellos tienen un brazo en donde poder apoyarse y llorar, se sienten aliviados y se animan, más allá de su juventud, a cambiar y a madurar.
Hijos, este ciclo de la juventud y del acogimiento llegó para todos.
Desde ahora, les agradezco por imitarme y acompañarme.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ahora, Mis Usinas Cósmicas de liberación y de transmutación planetaria reposan y se restauran, por un momento, para luego ser activadas, espiritualmente, sobre la ciudad de Ámsterdam, lugar en donde su Señor trabajará con la consciencia inferior humana de todos los que allí se encuentran y que, por el libertinaje y el desvío de estos tiempos, se olvidaron de Dios y fueron abducidos por las grandes potestades de los vicios y del placer.
Vengo en esta hora para evitar que Ámsterdam sea una nueva Sodoma, ardiendo en llamas y siendo purificada violentamente por la propia naturaleza de la Creación.
Iré a Ámsterdam a llamar a los más caídos para que hagan penitencia y se arrepientan de sus pecados, sabiendo que será el propio Salvador y Señor el que irá al encuentro de los más perdidos para que, en los planos internos, esas almas y sus esencias se confirmen en Dios y abandonen las faces de la ilusión.
Por eso no necesitaré solo seguidores que acompañen al Maestro en esta tarea. Yo necesitaré guerreros de la oración que, lejos de la tibieza, enfrenten Conmigo el gran momento de liberación que Yo impartiré, en la compañía suprema de San Miguel Arcángel.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Su Madre Celeste está preparando la llegada de Su Hijo a Aurora.
Por este motivo, y por Su divina orden, los ángeles del Cielo aprisionaron a centenas de demonios que castigan e instigan a las almas a seguir el camino de la ilusión y de la perdición.
Estas criaturas inferiores, a pesar de estar prisioneras, deberán presenciar su derrota cuando Mi Hijo llegue a Aurora; porque ellas tendrán que ver cómo la victoria de Cristo se realiza en la confianza, en el amor y en la fe de los corazones.
Será algo semejante al día de la Pasión del Señor, cuando miles de criaturas inferiores presenciaron su derrota a través del Amor y del Silencio de Cristo.
Hijos Míos, este acontecimiento de la llegada de su Madre Celeste en el día del aniversario de Sus instrucciones diarias, preparará la redención y el cierre de muchas puertas inciertas en la consciencia de la humanidad.
Su fe, su devoción, su amor y su alegría, en estos próximos días, permitirán que la Jerarquía Divina tenga más espacio para poder intervenir en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A través de Mis Manos Yo desato, una y otra vez, los nudos ocultos de la consciencia humana y así libero a Mis hijos de las prisiones espirituales y terrestres.
A través de Mis Manos desato los nudos de la perdición, de los obstáculos y de los miedos, los que no son reales y generan sufrimiento en las almas.
Siempre que Me lo pidan desataré los nudos de la consciencia, cuando Mis hijos, por sí mismos, no lo consigan o sientan mayor dificultad para poder hacerlo.
Soy la Madre que desata todos los nudos ocultos de la consciencia humana. La remoción de esos nudos significa un tiempo de liberación y de luz para que la consciencia alcance la redención que necesita.
A través de Mis Manos desato los nudos de la humanidad y, librándola de su constante cautiverio espiritual y físico, permito que Mis hijos recuperen su dignidad como hijos espirituales Míos.
A través de Mis Manos Yo les ofrezco el camino de la renovación y de la fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Novena al Sagrado Corazón Espinado de Jesús
Octavo día
Hoy, aunque parezca imposible de hacer, retira de Mi Corazón la espina de la infidelidad y del agravio.
¡Cuántas almas en el mundo Me son infieles día a día! Y eso está tan arraigado en la consciencia humana que ya se considera algo normal.
La infidelidad de los que lastiman Mi Corazón es tan insoportable que el Fuego de Amor que guardo en Mi Corazón, agoniza, porque las almas pierden la fidelidad y la confianza en el Maestro.
Pídele al Padre Celestial por todos los que Me han sido y Me serán infieles algún día.
Yo les ofrezco abrir Mi Corazón para que las almas puedan entrar en Mi Templo para comulgar de la Verdad y librarse del sufrimiento.
Ustedes deben saber que una de las causas de la infidelidad es la distracción y la ilusión mundial de estos tiempos.
Ruégale al Padre Supremo por todas las almas infieles para que, algún día, tengan la gracia de ser sumergidas en el océano espiritual de Mi Misericordia, a fin de que reciban una nueva oportunidad.
Aún hay tiempo para evitar la perdición en masa de muchos corazones.
Ahora, reconoce tus posibles infidelidades en la palabra, en el sentimiento y en la acción; pero no lo veas como un tormento, míralo como un ejercicio constante de corrección y de persistencia, para que recibas la cura por medio de la ciencia de la fe.
Afirma tu consciencia como parte de Mi Consciencia y, en esa unión inviolable e infinita, conságrate a Mi Corazón Espinado para que en Mi Pecho dolorido nazcan las rosas del amor y de la fidelidad.
Agradezco tus esfuerzos, porque en lo pequeño se construye lo grande y en lo humilde se construye lo inalterable y eterno.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los ama,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Ora por el Brasil, así como por toda América del Sur. Ora por el mundo entero. Ora por cada nación y ora con fervor por los países que fueron elegidos por Dios para ser la cuna de una Nueva Vida.
Ora en unidad con Dios y con tus hermanos, porque la semilla de la desunión fue colocada en el suelo del mundo y está siendo fertilizada por las acciones inconscientes de los hombres.
Ora, hijo, y siembra el amor en la humanidad. Pide y concédele el perdón a tus hermanos para arrancar de raíz ese mal que está intentando instalarse en el mundo. Busca la cura para las heridas del corazón humano y comienza por ti mismo, curando tu espíritu.
Ora, hijo, por las naciones, en unidad con todos los pueblos y culturas. Responde al llamado de tu Madre Divina para orar por la paz y reconoce que esta no es una necesidad tuya, sino una urgencia del planeta.
Fortalece todos los días la Oración por la Paz en las Naciones más allá de los obstáculos y de las tecnologías. Redime esos vehículos que para muchos son motivo de perdición y de engaño, y conviértelos en un Instrumento de Dios para unir a Sus hijos en una sola voz, en un solo clamor por la paz en este mundo.
Ve, hijo, como es necesario dar un paso en el amor, en la oración, en el perdón y en la reconciliación, porque las naciones agonizan y si no comienzas ahora a curar dentro de ti y a tu alrededor lo que necesita ser curado, nada podrá consolarte en el tiempo que llegará, en el que los hombres, privados por ellos mismos de la Misericordia de Dios, solo reciban Su Divina Justicia.
Por eso, ora y clama por la paz. Sé un puente hacia la Nueva Vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oren para que el Reino de Dios descienda a la Tierra y Su Iglesia Celestial se plasme y se manifieste sobre todas las iglesias del mundo, revelando la espiritualidad divina y renovando a los espíritus que perseveran en busca de una fe verdadera.
Oren para elevar sus consciencias y sus corazones hacia el Corazón de Dios y encontrar allí las maravillas de Su Reino, para que no pierdan el amor en sus corazones.
Oren por los sacerdotes de este mundo, por aquellos que perdieron la Gracia de Dios y que ya no atraían Su Presencia, sino que se tornaron instrumentos de la oscuridad y de la perdición, destruyendo los tesoros celestiales que el Padre les concedió para su redención y salvación.
Oren por los sacerdotes que se esfuerzan para alcanzar la gracia de mantenerse firmes en su vocación y que día y noche son probados para no servirle a Dios, sino para caer en las tentaciones del mundo.
Oren por los religiosos y las religiosas de esta Tierra, consagrados al Plan del Creador en las diferentes congregaciones y líneas espirituales verdaderas, con la esperanza de ser una luz en la oscuridad del mundo, para que él no se pierda y un día pueda ser digno de la presencia del Reino Celestial.
Oren, hijos Míos, porque hoy ha llegado el tiempo de que salgan a la luz los pecados más arraigados en la consciencia humana, y muchos sucumbirán a la oscuridad dejando de lado las gracias que un día recibieron para manifestar el Reino de Dios.
Ha llegado el momento de lavarse en las aguas puras del final de los tiempos, las que los dejan transparentes delante de Dios y delante del mundo, para que reconociendo sus debilidades y pecados se arrepientan y retomen sus caminos.
Ha llegado el momento de la definición del planeta, porque pronto solo habrá dos leyes actuando en la Tierra: la Justicia y la Misericordia. Recibirán Justicia los que en ella se definan y Misericordia los que a ella se abran, rendidos en la verdad de su corazón.
Oren para que las almas no tengan miedo o vergüenza del arrepentimiento, para que no tengan miedo o vergüenza de pedir o de conceder el perdón.
Oren para que todos tengan el valor de verse transparentes y, aun así, rendirse ante Dios, para que Él los torne nuevos y los renueve en Su Gracia para que sean testimonios de Su Piedad para el mundo y portando en sus corazones la Misericordia Divina, la multipliquen en el servicio abnegado hacia otros.
Oren por las misiones humanitarias y por todos los que se abrirán de corazón al espíritu misionero, para que reciban la oportunidad de despertar y de redimir sus faltas a través del servicio. Y oren por todos los que serán servidos y recibirán el auxilio de Dios a través de sus semejantes, para que vean encenderse nuevamente en sus corazones las llamas del amor, de la esperanza y de la fe que el sufrimiento y la oscuridad hacían desaparecer de sus espíritus.
Oren, hijos Míos, por este planeta, para que a pesar de toda purificación y de toda prueba estos tiempos sean la preparación de un nuevo tiempo.
Así como los hombres se purificarán y se limpiarán para ser otros, rendidos a Dios en Su Gracia, que este planeta también se purifique y se limpie, y cuente siempre con espíritus firmes que en oración lo sustentarán, para que un día se torne digno de ser la cuna de una nueva vida, vida que expresará la verdad y la semejanza con el Reino de Dios.
Después de que todo se cumpla la Tierra será digna de recibir un nuevo nombre, renacida en Cristo y bajo la Gracia del Espíritu de Dios. Todo el planeta ingresará en el tiempo de la eternidad, en el que las horas no serán contadas.
Cuando todo haya pasado, hijos Míos, y el amor triunfe en el corazón de los que perseveraron siendo portadores de la paz, esta paz se expandirá más allá de sus corazones y alcanzará el horizonte de las estrellas, el firmamento en el Universo, restableciéndose en donde ustedes ni siquiera sabían que estaba perdida.
Oren, entonces, para que las almas tengan en sus corazones esta meta y delante de todas las pruebas no la olviden y no la pierdan de vista.
Verán en el mundo hechos y acontecimientos increíbles, pero hoy les digo, hijos Míos, que mayor que todo eso será el triunfo del Plan de Dios que sucederá a estos acontecimientos. Por eso tengan fe, oren y perseveren.
Mientras Mi Voz se pronuncie en el mundo Yo los ayudaré y los acompañaré siempre y, revelándoles los misterios celestiales, les enseñaré a atraer la Verdad hacia la Tierra y a vivirla.
Yo los bendigo y les agradezco por llevar adelante este Plan de Amor y de Paz.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Hoy los llevo a todos al importantísimo y luminoso momento del Bautismo de Jesús en el río Jordán; acontecimiento que, por intermedio del Salvador, llevó a que el mundo entero, durante aquel tiempo, recuperara la dignidad espiritual y el merecimiento del Amor del Creador.
El Bautismo de Jesús instituyó el propósito divino y espiritual de ese sagrado Sacramento para que las almas, mediante el Sacramento del Bautismo, recuperaran la dignidad interna de ser hijos de Dios.
Por eso, el sagrado Bautismo de Jesús en el río Jordán, no solo significó la iniciación del Divino Hijo en Su tarea pública, a partir de ese momento y tres años siguientes, sino que también abrió las puertas para que el Espíritu Santo pudiera obrar en el mundo hasta después de Su Ascensión.
La fuerza del Sacramento del Bautismo y la profunda humildad del Divino Hijo representaron, en aquel tiempo, la posibilidad de reintegrar la consciencia humana a las Leyes universales por medio de la vivencia de los Mandamientos entregados a Moisés; pero con la llave fundamental que Cristo reveló durante Su Vvda pública: “Amarás a Dios por encima de todas las cosas, así como amarás al prójimo como a ti mismo”.
Esto cerró, en aquel momento planetario, el ciclo de la aguda perdición en el cual todo el planeta por ignorancia se encontraba.
El Bautismo de Jesús en el río Jordán también representó la reintegración de los Siete Dones del Espíritu Santo, que una vez la humanidad vivió al principio, a través de Adán y Eva.
El Sacramento del Bautismo, instituido por medio del Bautismo de Jesús, le trajo al mundo la oportunidad de aprender todos los días a amar la vida del espíritu y a no separarse de ella, a pesar de lo que suceda.
Cristo representa el Sacramento de la Renovación por medio del Sacramento del Bautismo. Él es el principio de nuestro camino espiritual y, al mismo tiempo, Él es el fin de nuestra trayectoria en este planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la Madre de los no redimidos y vengo en busca de las estrellas caídas, que por diferentes razones se sumergieron en los abismos y perdieron su camino de despertar.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que dejaron de brillar y de cumplir con su misión espiritual.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que dejaron atrás su legado de otrora y que se han sumergido en la perdición.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que se olvidaron del amor, de reconocerlo, por vivir el odio y el dolor.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, de las esencias que perdieron su pureza original, para que la puedan recuperar y tornarse dignos Hijos de Dios.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, de las almas que ya no buscan a Dios y lo han dejado de lado, por escoger los caminos de Mi adversario.
Maternalmente vengo en busca de los no redimidos, para poder quitarles de una vez y para siempre la venda de los ojos, para que de esa forma conozcan la realidad y se rediman.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Y verán venir, como un Sol, al Poderoso Hijo de todos los universos, estrellas y planetas.
Y verán en Su Mano Derecha el Cetro de la Divina Justicia, que aplacará la furia de los injustos y la indignación de los sufridores.
En aquel día, verán a los doce coros angélicos, siendo guiados por el Santo Arcángel Miguel; y como un haz de Luz, verán mover a Su Divina Espada, de oeste a este y de norte a sur, marcando en el cielo la señal de la Venida Gloriosa de Cristo.
Todos se levantarán de sus lechos por lo que verán: el Hijo del Hombre erguir el estandarte de la victoria de los redimidos que han cumplido los Designios de Su Sagrado Corazón; y el Gran Soplo del Espíritu Santo soplará como una corriente mayor que mil vientos, moviendo la barca que flameará irradiando las virtudes alcanzadas por los autoconvocados.
En aquella hora, el Señor Dios, el Todopoderoso, contemplará la inmensidad del mundo y el vasto universo colmado de seres y de estrellas descenderá en Misericordia para restablecer los Mil Años de Paz.
Ningún alma o consciencia quedará atrás, porque el Prodigioso Hijo, con el esplendor de más de mil soles, brillará para derramar Su Soberana Paz.
En ese momento, todo sufrimiento, decadencia y perdición desaparecerá de la faz de la Tierra y lo que ha oprimido durante eras, desde los Adanes y las Evas, será aprisionado y vivirá su redención final; porque el gran ángel caído no soportará el Amor Infinito del Hijo de Dios, se postrará con su cabeza en el suelo con todos sus ejércitos caídos, se convertirá y abandonará el planeta, y los nuevos apóstoles gobernarán la Nueva Tierra.
Cristo posará Sus Pies sobre la tierra en donde Él derramó Su Preciosa Sangre, el Sagrado Cáliz saldrá a la superficie y la humanidad vivirá su última expansión de consciencia.
Los malos serán derrotados. Los prisioneros de sí mismos serán liberados y ya no existirán más angustia ni dolor.
Después que el planeta se haya purificado, los ángeles creadores descenderán y harán de todos los lagos de la Tierra los nuevos estanques de la humanidad.
Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les revela la verdad del corazón,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Para transformar la condición humana es necesario conocerla profundamente.
Desde su creación, hijos, desde que llegaron a la Tierra con los velos cubriendo sus ojos y sus consciencias, la humanidad se acostumbró a vivir una ilusión seguida de otra y no solo ignoraba su pasado y su futuro, como también creía que era algo que no era.
Debido a la actual situación planetaria de caos y de perdición, y al no encontrar un sentido para las propias vidas, muchos van en búsqueda de la verdad y la sed desenfrenada los hace beber el agua de cualquier fuente que aparezca, como si ella fuera la más pura y cristalina de todas.
Deben cuidar, hijos, de las aguas que beben y de los conocimientos que buscan, porque todas las aguas pueden saciar la sed de aquel que está seco en espíritu, pero si siguieran bebiendo de un agua contaminada por el poder y por la vanidad humanos, podrían acabar muriendo en espíritu, por ignorancia cuando creían haber encontrado la verdad.
Beban del agua que Dios les envía por medio de Sus Mensajeros y confíen que en ella está todo lo que necesitan. Aquel que bebe de dos fuentes, pecando por el ansia del poder y de la posesión de nuevos conocimientos, podrá ahogarse en su ansiedad.
Beban del agua que los lava, los transforma y los purifica y no del agua que los engrandece y envanece sus almas, confundiéndolas.
El verdadero conocimiento nutre a la consciencia y madura al espíritu y no a la personalidad.Incluso les digo que muchas veces les llegará de Dios una instrucción que comprenderán con el alma y no con la mente. Aun así, aunque les sea incomprensible en ese momento, ella los transformará y los llevará a nuevos planos en los cuales un día podrán comprender aquello que los hizo llegar hasta allí.
Beban de la fuente del amor, del sacrificio, del servicio y de la oración. En ella se encuentran todas las ciencias.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Agradezco la pronta respuesta de todos a Mi llamado maternal. Ustedes ya saben que, como la Madre de la humanidad, ansío lo mejor para cada uno de Mis hijos, pues Mi deseo ardiente es que ninguno pierda la oportunidad de reencontrarse con Dios y de conocer Su verdadero Amor.
En los próximos seis meses de oración ustedes podrán, sí lo asumieran en la consciencia, encontrar un camino que Yo les haré conocer, el camino para estar en Cristo permanentemente y no salir de él.
Queridos hijos, este ciclo de oración continua que Yo los estoy llamando a vivir es para desterrar la inercia planetaria y todo lo que lleva constantemente a la perdición de las almas.
Quisiera, hijos Míos, que sus corazones encontraran en este ciclo la llama de la fe que los ayudará a vivir las pruebas y a enfrentar los desafíos por el Plan de Dios.
Hijos Míos, en los próximos seis meses estaré con ustedes orando diariamente en cada lugar que se encuentren, sin dejar ni un momento de llevarlos hacia Mi Corazón para que sientan la paz. Si el mundo respondiera con prontitud así como ustedes responden a Mi llamado, muchas situaciones planetarias y humanas serían evitadas por los ángeles del Universo.
Queridos hijos, cuando un corazón o más de uno responde a Mi convocatoria Yo puedo obrar a través de él, no solo en la oración sino también en la caridad, en la humildad y en la Misericordia Divina.
Despierten en esta hora a los que aún duermen, y díganles que existe una grandiosa Madre Celestial que los ama y que espera tenerlos entre Sus brazos para derramarles todo el amor del Universo.
Díganles que tengan determinación y valentía para abandonar el pecado, la indiferencia humana y la omisión.
Díganles a los que duermen, que se animen a escuchar a Cristo en su interior y que permitan que la oración los cure y los redima.
Díganles, hijos Míos, que aún la Divina Misericordia está disponible para todos aquellos que quieran buscarla y descubrirla en la fuente del Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz mundial!
Los ama y los acompaña siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando las almas en el mundo se pierden Yo les hago reencontrar el camino hacia Dios a través de Mi Amor. La redención se establece en los corazones que piden Mi auxilio y también en los corazones que piden por sus hermanos para que Mi Plan de paz se pueda establecer en la humanidad; así Yo le cierro la puerta a Mi adversario, quien corroe a las almas espiritualmente, coloca obstáculos en sus vidas y las lleva a la perdición, principalmente, a la ausencia del amor.
He venido aquí, queridos hijos, para encontrarme con ustedes bajo la Unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque la Santísima Trinidad Me ha enviado en este ciclo y en estos tiempos a prepararlos para lo que vendrá. Necesito que sus corazones establezcan Mi reinado en este mundo. Necesito que cumplan Conmigo el Plan de paz que el Señor tanto espera.
El mundo aún está sordo y ciego, mas sus corazones están abiertos para Mí, y ustedes, queridos hijos, saben que eso es así y que Yo necesito de sus corazones para cumplir Mis designios sin importar cómo ustedes sean y cuán imperfectos, ante los ojos del Universo.
No vengo aquí a buscar su indignación, su indiferencia u omisión. Vengo a buscar en ustedes lo que en verdad existe en lo profundo de sus seres y que se llama Dios; es en ese Dios que deben vivir en este tiempo por todos aquellos que no lo viven. Y recuerden a Dios, queridos hijos, cada nueva mañana que despierten, porque Dios es olvidado en este tempo por los corazones que no Lo han comprendido ni han aceptado Su Voluntad, que no es la voluntad inferior humana.
Yo necesito instaurar aquí, queridos hijos, un Reino que sería imposible de establecer en estos tiempos, pero que es posible cuando sus corazones se abren para escuchar Mi llamado cada vez que Yo lo anuncio al mundo.
He venido a Cataluña para traerles el misterio de Mi Amor, como ya se los traje una vez cuando los encontré anteriormente en esta misma ciudad para renovar los votos ante el Padre Celestial. Y quisiera, queridos hijos, que en este tiempo fortalecieran esos votos, no solamente por ustedes sino por sus hermanos que están en este camino y también por los que no lo están y han olvidado a Dios, al Padre del Amor y de la Unidad. Si el amor y la unidad viven entre ustedes y trabajan por ese amor y por esa unidad, Mi Plan triunfará en esta humanidad.
No importa lo que suceda a su alrededor, porque Yo estaré entre ustedes para impulsarlos a caminar y a seguir los pasos de Cristo, pasos que en este tiempo todos tienen la opción de dar por la humanidad y por el planeta.
Aún, queridos hijos, no conocen Mis dolores profundos por esta raza, por todas las almas. Aún no conocen lo que significa sustentar la gravedad de estos tiempos y a una raza sumergida en su ignorancia y en su ceguera.
Yo, como la Madre de la Bondad y de la Misericordia abro las puertas a todos los que no lo merecen, porque la semilla crística está en ustedes y en sus hermanos; semilla que nunca desaparecerá y nadie se la podrá quitar. Es la semilla de la unidad y el amor que Yo vengo a regar de tiempo en tiempo con Mis oraciones, Mis palabras y Mis súplicas por ustedes ante el Padre Celestial. Es la semilla que nunca se podrá secar ni deberá perderse de vista. Es la semilla crística que Mi adversario teme aunque desconozca, porque cuando ella brota, florece y da sus frutos, es invencible.
Queridos hijos, hoy Yo vengo a hacerles reconocer su filiación con el Padre Celestial, filiación que es única para cada uno de ustedes, es preciosa y también misteriosa para muchos. Considérense dignos hijos de Dios y la humanidad entera será digna hija de Dios por los pasos que ustedes den en este tiempo hacia Mi Hijo, hacia Su Sagrado Corazón.
No les vengo a pedir, queridos hijos, lo que no Me pueden dar, sino lo que en verdad Me pueden donar de corazón, con sus vidas en cada acto del día, en cada ejemplo de caridad y de bien para con el semejante. Así, queridos hijos, Yo los invito a compartir las miserias del mundo y a soportarlas Conmigo mediante la oración, el servicio y el sacrificio. Sé que muchos le temen al sacrificio porque piensan que sufrirán, pero Yo no les vengo a traer sufrimiento, sino la Paz del Reino Celestial vivida perpetuamente por los ángeles y arcángeles, en cada momento del Universo Divino y Espiritual. Yo les abro las puertas hacia el conocimiento sagrado que se llama Universo Celestial.
Yo quiero que sean conscientes, queridos hijos, de esta tarea tan importante de fundir el Cielo y la Tierra en una sola unidad. Así las puertas a los infiernos de la vida se cerrarán y poco a poco los corazones perderán su ignorancia, porque los velos caerán de sus consciencias y reconocerán que se olvidaron de Dios y se animarán a retornar al camino de Mi Hijo, que es el camino del amor y del perdón.
Sigan adelante a pesar de lo que suceda y recuerden que Yo los considero Mis columnas de luz y de paz en este mundo infiel. Hagan triunfar Mi Corazón en sus vidas y vívanlo plenamente, porque el tiempo ya llegó y es hora de batallar por este Plan de paz en el mundo, mundo que cada uno construye día a día con su actitud, su pensamiento, su sentimiento y su oración.
Unida a ustedes y junto a cada uno de sus espíritus triunfa Mi Plan, y Mi adversario pierde la guerra que tanto quiere batallar. Ya es hora, queridos hijos, de que sean portadores de Mi Paz y de que la transmitan al mundo, esa es Mi principal tarea con ustedes en estos tiempos.
Ahora coloquen en Mi Corazón Misericordioso e Inmaculado sus intenciones. Yo abro Mi Corazón de luz para que depositen sus súplicas, sus invocaciones, sus pedidos al Gran Padre Universal que los ama profundamente y nunca se olvida de ustedes. Depositen en el silencio de sus corazones esas intenciones.
Ahora extendiendo Mis brazos y aproximando Mis manos hacia ustedes, queridos hijos, rezaré por España derramando Mis Gracias sobre ella:
Padre Santo, Soplo del Espíritu,
derrama Tu Luz sobre las consciencias,
que nunca se desanimen de buscarte,
para que puedan encontrar Tu Paz y Tu Verdad.
Fortalece cada chispa de Tu Espíritu
que se ha congregado en torno a Mi Corazón Inmaculado,
para reverenciar Tu Presencia y Tu legado con toda la Creación.
Ángeles del Cielo, Consciencias Mayores,
guíen a las almas por el buen camino
y llenen el vacío de amor que muchas sienten en su corazón.
Viertan el Espíritu Divino de Mi Hijo,
para que ellas puedan vivir en Su Sagrado Corazón
y ser en este tiempo como una estrella
que todo ilumina desde el Universo.
Amén
Yo los bendigo, queridos hijos, y bendigo todo lo que han traído a Mi altar en reverencia y amor. Bendigo la unión que buscan con Mi Hijo todos los días sin olvidarse de Él, su Maestro, su verdadero amor.
Tráiganme aquí la ofrenda de la Eucaristía para que Mis Ángeles la transubstancien en la verdadera materia espiritual y divina que nutre sus espíritus y consciencias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Todos los días Yo soy coronada por vuestras simples oraciones, y todas las coronas de amor que ustedes Me ofrecen, Yo las deposito a los pies del Creador para que Su Misericordia siga siendo derramada sobre el planeta como un poderoso caudal.
Hijos Míos, todas las oraciones se convierten en alimento espiritual de salvación para los más pecadores y, así, tengo el permiso de ayudar a las almas más perdidas, aquellas que hace tiempo niegan a Dios.
Es de esa forma, bajo la intercesión de Mi Corazón Misericordioso que Yo, vuestra Madre del Mundo, desciende para buscar a las esencias perdidas en los abismos de la Tierra. Cada vez que pronuncian: “Dios te salve María”, un ángel de Mis ejércitos enciende una antorcha de luz para que Yo pueda encontrar en los infiernos de este mundo al alma más condenada. Así, vuestra Madre Celeste activa la liberación del mal y esas almas reencuentran el camino de unión con Cristo y luego con el Padre Celestial.
Queridos hijos, las humildes oraciones son el escudo contra toda tentación, ellas salvan vidas perdidas y, especialmente, los corazones pueden llegar a recapacitar en su proceso de conversión.
Hijos amados, todas las honras que recibo de parte de Mis queridos hijos, Yo las derramo en Gracia y en Misericordia sobre los que más necesitan. Sigan trabajando unidos a Mí, así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los envuelve en el manto de la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Que en vuestro tiempo de purificación solo exista el motivo de servir a Dios y a Su Plan universal por encima de ustedes mismos.
Hoy los invito, pequeños Míos, a ver los brotes que dieron las semillas de luz crística que con tanto amor y esfuerzo fueron colocadas en el tabernáculo de vuestros corazones.
No dejen de mirar la grandeza y la transformación que Mi Hijo ha realizado en ustedes. Con espíritu de fe y determinación vivan el ciclo de vuestra purificación, ofreciendo al Padre Eterno todos vuestros dolores e incomodidades por aquellas almas que están aquí en la Tierra y que no se dignan siquiera mirar a Dios ni recordarlo como algo primordial para este tiempo.
Por eso les digo, hijos Míos, compadézcanse de aquellos corazones que, sometidos por el lujo y la modernidad, pierden el camino que los lleva a creer en Dios. Dios Padre les confía ciertas pruebas para que, entregándolas a Su Corazón de Amor vivo, el mundo pueda ser nuevamente aliviado.
Aquellos corazones que no escuchen a la Madre Celeste solo les restará vivir y padecer el resultado de sus propias elecciones de vida.
Hijos, el camino es único, ya no existen dos; es con Cristo o es en contra de Su Voluntad Mayor. Sean para este ciclo portadores de la Gracia, representen el nuevo apostolado redentor de Mi Hijo y den testimonio de Su próxima y segunda venida al mundo.
Con vuestros pequeños espíritus en lo más alto del Cielo, hoy reciban hijos la consolación y la paz de vivir vuestra purificación como una oferta de constante sacrificio y reparación. No se cansen antes del esperado tiempo, el Cielo espera por vuestra madurez y redención para que el Reino de Dios al menos se establezca en las almas transformadas por Cristo.
En la paz encontrarán las fuerzas internas para enfrentar el término de un tiempo destruido y deteriorado por la consciencia de la humanidad.
Ustedes Mis queridos, volviéndose apóstoles de Mi Hijo y profesando vuestra constante fe, alcanzarán la Gracia de siempre tenerme a vuestro lado, hasta en los momentos de mayor tribulación.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los protege vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En la Hora de la Divina Misericordia, Mi Corazón desciende a la Tierra y la ilumina con infinitas Gracias Reparadoras para todas las almas.
Aquella alma pecadora y ofensiva que se aproxime a Mi Fuente de Prodigios durante esta Hora de Infinita Misericordia podrá reconocer, en Mi Consciencia, el Amor Divino que sana y redime a todas las vidas sobre la Tierra.
Por eso, durante la Hora de la Misericordia, entréguenme sus miserias, que Mi Corazón conoce desde el principio, para que sean liberadas y redimidas por Mi Misericordia.
Yo Soy la Luz para el mundo y para los corazones; aquel que se dirige a Mí encontrará una respuesta y de esta forma unirá su corazón al Mío, y juntos conoceremos en profundidad el Universo Celestial y, en consecuencia, la Fuente de Mis Misericordias.
Pero debe existir en ustedes una confianza absoluta en Mi Presencia y en Mi Obra Redentora. Ella se cumplirá en aquellos que de verdad puedan ser siempre misericordiosos con sus semejantes.
La Fuente de la piedad espera rescatarlos de la perdición y del desvío espiritual que el enemigo propaga como idea y pensamiento. A aquel que busca realmente la respuesta sobre los asuntos de la vida, Yo le digo que la encontrará en la Fuente Insondable de Mi Divina Misericordia.
Quiero que sus almas se decidan a ser rayos de Mi Misericordia para el mundo entero. Para que eso suceda, bastará la confianza en Mi Ser y no temer que Yo remueva lo que está viejo y árido en ustedes, porque siempre Yo les saciaré la sed interior.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón Sacratísimo.
Cristo Jesús Misericordioso
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más