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Queridos hijos:
En el abismo más profundo del planeta, en el espacio más oscuro de la consciencia, en la situación más confusa y poco clara, en el momento más tenso de una situación, es cuando vuelve a surgir el consuelo y la Verdad de Dios que no puede ser opacada ni ocultada por nada ni nadie.
En ese momento, en el que todo parece precipitarse o aun tomar un rumbo desconocido, es cuando vuelve a surgir la Sabiduría y la Luz imperecedera de Dios para hacer retornar a las almas y a los corazones al regazo de los Brazos de Dios.
¿Por qué hoy les digo esto, queridos hijos?
Para que ya no teman por nada. La Gracia, aún inexplicable, que abrazó la Obra de los Sagrados Corazones no podrá ser disuelta por nada; porque la Obra no es un ciclo, es una Gracia que tocó y seguirá tocando el corazón de las almas encarnadas en este mundo.
Por eso, tengan fe, Mi Corazón no los abandonará. Estoy aquí y Soy la Madre de todos, Soy la Madre que los llevará siempre a estar ante la Faz Misericordiosa de Mi Hijo.
Encuentren en Mis Palabras el sosiego de Dios, la grandeza infinita de Su Eterno Reino, la Paz inmutable que nunca se acaba.
Les deseo a todos el bien y la paz.
Les deseo que nunca se olviden de que, antes de tomar una decisión, deberá estar presente el Amor de Cristo, para que todo, absolutamente todo, esté en el Camino de Dios y no en el camino de los hombres; porque Mi Hijo, el Cristo, ya les enseñó cuál es el único y verdadero Camino.
La sanación de ustedes llegará a través del amor auténtico que perdona, del amor que reconcilia y que solo es capaz de dar una nueva oportunidad.
Este es el tiempo del rescate, que Cristo mismo está realizando. No es tiempo de condenaciones, es tiempo de esperanza, que solo podrá surgir cuando verdaderamente ya no tengan miedo y tengan solo un corazón abierto a los Designios de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Segundo poema
De las cadenas que nos aprisionan,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De los asedios que nos atormentan,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De la oscuridad que nos acecha,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De la perdición que nos tienta,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
Porque Tú, Santísima Madre,
eres la Guardiana de la fe,
eres el Escudo poderoso que nos protege de toda adversidad,
eres la Luz misericordiosa de Dios.
Te pedimos, querida Madre,
que Tu Manto de Luz nos envuelva,
que nuestros pasos sean guiados por Ti hacia nuestro Redentor,
que todo lo que hagamos sea parte de la Voluntad de Dios.
Anhelamos cumplir con las aspiraciones de Cristo,
esperamos ser Sus apóstoles de la Verdad,
para que el Amor de Tu Hijo sea una victoria en nosotros,
y Tu bendición maternal nos haga renacer todos los días
y en los tiempos que vendrán.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Recibe del Padre Celestial Su Luz y Su Amor. Siéntete protegido y bendecido por esa poderosa Energía Divina.
Recibe del Padre Celestial Su compasión y consuelo. Siéntete guiado por Su Divino Espíritu.
Con humildad, regocíjate y enciende en tu pecho la llama de la gratitud, para que todo, absolutamente todo, siga siendo transformado en tu vida.
Recibe del Padre Celestial Su abrazo fraterno. Siéntete colmado profundamente por Su Presencia.
Hazte pequeño entre los más pequeños.
Recibe del Padre Celestial Su Misericordioso Amor que todo lo cura y lo ampara.
Recibe del Padre Celestial el bálsamo perfecto de Su Luz y deja que todo se sublime poco a poco, porque en el Padre Celestial se encuentra el sendero para poder estar en comunión con la vida y toda la existencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Primera Serie de Poemas
Décimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Sálvame, Jesús mío,
de mí mismo, de cualquier acción,
hecho o pensamiento
contrario al Tuyo.
Sálvame, Señor,
de mis ideales
y de mis propios juicios de valor,
para que pueda representarte
según Tu Voluntad.
Sálvame, Señor,
de toda adversidad
interior y exterior.
Sálvame de toda oscuridad
que pueda reinar dentro de mí,
y disuelve con Tu Poder
todo lo que sea contrario
a Tu Luz y a Tu Amor.
Déjame, Señor,
que te pueda reconocer
dentro de mi corazón,
como ese amor y esa paz inalterables,
perpetuos y eternos,
rayos que provienen de Ti
y que todo lo renuevan.
Permíteme rendirme a Ti, Señor,
cuando más lo necesite
y hazme conocer el poder
y la sabiduría amorosa
de Tus misterios.
Déjame a Tu lado,
para que pueda sentir
el perfume de Tu Amor
y, sobre todo,
el latir constante de Tu Corazón.
Que en cada sacrificio,
mi vida se renueve
y sea una victoria más
para la humanidad y el planeta.
Que en cada entrega
todo sea ofrecido en honra
a Tu Divino y Eterno Corazón.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más