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Poemas al Inmaculado Corazón de María
Segundo poema
De las cadenas que nos aprisionan,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De los asedios que nos atormentan,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De la oscuridad que nos acecha,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
De la perdición que nos tienta,
libéranos, Inmaculado Corazón de María.
Porque Tú, Santísima Madre,
eres la Guardiana de la fe,
eres el Escudo poderoso que nos protege de toda adversidad,
eres la Luz misericordiosa de Dios.
Te pedimos, querida Madre,
que Tu Manto de Luz nos envuelva,
que nuestros pasos sean guiados por Ti hacia nuestro Redentor,
que todo lo que hagamos sea parte de la Voluntad de Dios.
Anhelamos cumplir con las aspiraciones de Cristo,
esperamos ser Sus apóstoles de la Verdad,
para que el Amor de Tu Hijo sea una victoria en nosotros,
y Tu bendición maternal nos haga renacer todos los días
y en los tiempos que vendrán.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En estos tiempos críticos y definitivos, aférrense a la fe en Dios para que puedan estar fortalecidos en todo, y en esa fortaleza aprendan a superar límites y a trascender grandes desafíos.
Que esta fe en Dios los ayude a dar pasos decisivos en el cumplimiento del Plan del Amor y de la Obra redentora de Cristo.
Quisiera, queridos hijos, que esa fe inextinguible sea el camino para aprender a trascender los acontecimientos y todos los obstáculos que estos tiempos presentan a la humanidad.
Es hora de tener a la fe como un escudo poderoso, a fin de que se establezca la paz, el amor y el bien para con todo lo creado.
Decididos a ser portadores de esa fe, su Madre Celeste les enseña a caminar entre los tiempos manteniendo la aspiración a reencontrar siempre el Amor del Padre, Amor que los rescatará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con ambas cruces en Mis manos1, queridos hijos, hoy vengo para testimoniar la Presencia de Mi Hijo en los corazones que aún no lo viven.
Estas cruces representan la liberación de la ilusión humana y materialista, ellas son para cada uno el escudo protector contra toda adversidad y engaño.
Quiero y deseo que este símbolo de la cruz redentora de Cristo sea honrado y venerado en Centroamérica, para que esté más amparada y protegida de las tentaciones de Mi adversario.
Impongo sobre este lugar el símbolo espiritual de las cruces, para que la humanidad de esta parte del planeta no sea llevada a cometer grandes errores así como otras naciones hermanas hoy lo están viviendo.
Necesito que esa cruz luminosa sea el mayor tesoro para cada orante, que sea el imán celestial que atraiga los principios de la redención y de la liberación, para una humanidad corrompida y muy distanciada de la verdad.
Yo quiero Conmigo a cada uno de Mis hijos perdidos, para que en este ciclo la mayoría tenga la oportunidad de arrepentirse y de perdonar.
No saben, hijos Míos, cuánto sufre Mi Corazón al ver preciosas almas lejos de Dios.
Es hora de que hagamos algo por ellas, es por esa razón que Yo vengo a Centroamérica, para que Mis hijos Me puedan reencontrar a través de Mis queridos y devotos corazones simples.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Unida a esta Sagrada Misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
(1) “María Santísima en este día vino con una cruz en cada mano”.
Queridos hijos Míos:
En este día, su Madre Celeste le implora al Supremo Padre para que el mundo se purifique en armonía y sin violencia.
Imploro para que las naciones despierten y escuchen al Cielo, que clama por penitencia y arrepentimiento.
Es en esta hora, queridos hijos, que se verá la mayor ceguera de las almas, como si ninguna consciencia tuviera un corazón capaz de amar y de perdonar.
Verán que la ignorancia planetaria despierta como una fuente de errores cometidos y de acciones que no solo perjudican a los seres humanos, sino también a los Reinos de la Naturaleza.
Pero esas acciones de poseer y de apoderarse terminarán, en este tiempo en el que la purificación del planeta colocará todo en orden.
Muchas almas están ausentes de la realidad actual, incluso aquellas que viven las catástrofes permanecen en el mismo punto sin percibir mentalmente que todo movimiento feroz de la naturaleza es la señal que emite el planeta de que algo no está bien.
Las consciencias de la humanidad se acostumbraron a vivir en las catástrofes o en las guerras como si fuera algo normal, esto genera hechos que se unen a otros, una cadena de inmensos errores que no se detiene.
La oración será el escudo que protegerá a quien la practique en su vida de forma permanente.
La oración, en el fin de los tiempos, traerá impulsos directos del Espíritu Santo y hará que los orantes sepan qué hacer y dónde estar.
A todos Mis hijos, que enfrentan las catástrofes del fin de los tiempos, les pido que ejerciten actos de perdón y de Misericordia, y no dejen que la fe se desvanezca.
Invito a todos Mis hijos a ser valientes en estos tiempos y a confirmar todos los días su confianza. Eso los preparará para el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración por el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Coloco Mis manos sobre sus cabezas para orar a Mi Hijo por ustedes para que alcancen algún día la consagración total de sus consciencias.
Yo los acompaño por ese camino para que ustedes encuentren a Mi Hijo y lo puedan reconocer en sus corazones y vidas.
Llego en este día para consagrarlos de nuevo al Corazón de Dios, porque la hora indica que llegó el momento de que sus consciencias reciban el impulso mayor de ser apóstoles de Mi Amado Hijo.
Yo los animo a seguir adelante a pesar de todas las pruebas, su fe debe estar siempre fuerte para que conquisten el camino del sacrificio y de la santa humildad.
Les dejo Mi Corazón como escudo contra toda adversidad, les dejo Mi Paz eterna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sean valientes, Mis queridos hijos, en estos tiempos de Armagedón.
Mi Corazón es su emblema de batalla, es el escudo impenetrable que nadie puede derribar.
Por eso, con coraje y valentía, sean Mis ejércitos orantes victoriosos que responden al llamado de la Madre Celestial, sean portadores de la Gracia que todo alcanza y redime.
Queridos hijos, sean valientes todo el tiempo y no bajen los brazos, Yo estoy aquí para interceder por Mis hijos y para llevarlos al Divino Corazón del Redentor.
Queridos hijos, sigan Mis caminos, porque en ellos está escrita la historia de su liberación y perdón; en Mis caminos está escrita la historia de toda su conversión.
Triunfantes en la oración y misericordiosos en el amor sigan adelante, Mis queridos hijos, porque aún hay mucho que hacer por toda esta humanidad.
Hijos Míos, Yo soy su Comandante y Guía, soy la Madre triunfadora de Corazón y de Alma, de Espíritu y de Divinidad a través de todos Mis hijos soldados orantes.
Queridos hijos, es la hora de hacer triunfar el Plan de Dios, y la Obra se realizará con la colaboración de todos.
Sean Mis testigos, sean finalmente Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los protege siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy esa Luz verde de cura llamada Aurora, que nace del interior de la Tierra.
Soy la Fuente del Amor restaurador que nace del universo para toda la humanidad.
Soy ese Rayo liberador de Aurora que rompe las cadenas de la inercia y quiebra todas las amarras del mal.
Soy ese Sol que nace en el amanecer de cada ser.
Soy el Escudo contra toda adversidad.
Soy la que pisa con Sus pies lo que causa el dolor y el sufrimiento.
Soy esa Llama incandescente de Aurora que libera a las consciencias de los abismos y las eleva hacia la Casa del Padre. De Mí surge la cura y la liberación para las almas, cuando los errores del pasado son quemados por el fuego verde de Aurora.
Que los corazones abran las puertas de su interior para que los códigos de antaño sean cambiados por la Luz poderosa de Aurora.
Que se rindan los temerosos, que se rediman los injustos, que toda la Luz de Aurora resplandezca en los que se han redimido. En verdad, les digo, no conocen el poder de Aurora, pero él está cerca de revelarse; mientras tanto, invoquen su poderoso caudal redentor.
Que las almas vuelen como las aves hasta las moradas de los puros para que, ante la Presencia del Ángel Solar, Jesucristo, el Plan se restablezca en los que perdieron la Gracia del despertar.
Que los consecuentes vean la Aurora brillando por encima de las tinieblas de estos tiempos.
Que los navegantes y los discípulos sigan remando en el mar infinito del amor para que toda la humanidad alcance la eterna paz.
Yo soy esa Aurora verde y fugaz que circunda el universo, dejando la señal del nuevo tiempo para los que esperan la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Bajo la Luz de la nueva y esperada Aurora,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Como su Madre, siempre estoy adelante de ustedes luchando contra los embates de Mi adversario.
Las Doce Estrellas de Mi Corona son los potentísimos rayos del sol que iluminan los caminos de los que se perdieron.
Estoy con ustedes siempre en la batalla. Mi Manto es la protección de todos los inocentes, en él se refugian los que deben ser guiados hacia el camino de la reconciliación.
Estoy con ustedes en la batalla. Mi Corazón es el escudo protector contra toda adversidad; en él encontrarán fortaleza, ánimo y esperanza para seguir adelante.
Estoy con ustedes en la batalla. Mis ojos observan los pasos de todos los hijos de Dios y Mis manos les señalan el camino de la oración para que sean invisibles ante tanta maldad.
Estoy con ustedes en la batalla. El fuego de Mi Corazón quema todas las malas influencias y Mis rayos de Gracia les muestran la senda a recorrer.
Yo soy su Madre de la Gracia, les entrego el Rosario como instrumento de protección y cada palabra pronunciada será para ustedes el tesoro orante de salvación.
Estoy con ustedes en la batalla hasta el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En estos tiempos difíciles, vengo todos los días desde el Cielo para que algún día alcancen la paz. Por eso, con el rosario entre las manos, busquen en la oración la esencia y el atributo de la Paz de Dios, porque en verdad les digo que será la Paz de Dios, la que los llevará a encontrar la paciencia tan buscada en estos momentos.
Abracen la oración como el único escudo de protección contra todo el mal de Mi adversario. No desistan del camino de consagración y de entrega que Mi Hijo les propone. Por esta causa Yo estoy aquí para ayudarles, porque como vuestra Madre Celeste, deseo que den los mismos pasos que dio Mi hijo hasta la Cruz, logrando la redención del mundo por amor a todos. Por eso imítenlo y sean consecuentes con lo que el Universo les entrega.
Mi Corazón los acompaña por este sendero de transformación y de renuncia que algunos están siendo llamados a vivir en nombre de la humanidad.
¡Ámense! y juntos alcanzarán la meta que Dios les ha colocado.
La humanidad necesita de muchos más orantes, así la Tierra también podrá consagrarse.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los colma en el Sagrado Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Siempre lleven Mi mensaje de paz al mundo y a todas las almas que desconocen el poder de Mi maternidad y de Mi Amor.
En vuestros caminos encontrarán corazones necesitados de la Misericordia de Dios, y será esa Misericordia Divina la que abrirá la puerta a la redención y a la liberación de los pecados.
Por eso, hijos, sean apóstoles de Cristo en el amor y en la verdad; el adversario teme a estas dos grandes virtudes, pues allí él no puede establecer su reinado de oscuridad. El amor y la verdad los llevará a comprender y aceptar la actual decadencia de una humanidad indiferente y materialista. En esta humanidad aún existen soles orantes que brillan y traen esperanza a un mundo desenfrenado e inquieto, sin paz ni unidad.
Queridos hijos, los tiempos se complicarán porque la humanidad y principalmente algunos corazones sin Dios promoverán eventos inusitados para el mundo. Por eso vengo para pedirles que todos los días ofrezcan la oración del corazón, ella será vuestro escudo contra Mi adversario.
Quien no ora, ¿cómo se salvará? Esta es la ciencia del final de los tiempos: la oración del corazón, la oración del amor, la oración de la verdad, de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en la calma y en la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El enemigo no podrá vencer Mis planes, cuando tan solo ustedes Me sirvan de corazón y de alma. De esa forma, los planes que Yo deseo establecer sobre el mundo, primero serán reales en la vida de todos Mis hijos, para que después sean una realidad sobre el mundo entero.
Para que eso se pueda concretar en el espíritu de toda la Tierra, hoy les entrego las promesas que Mi Inmaculado Corazón realizará a los corazones que lleven la Medalla de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
Las promesas de María: Sagrada medalla de la Trinidad
Quien lleve con amor y devoción esta Sagrada Medalla, será digno de ser visto por los ojos de Dios como un alma que aspira a vivir su conversión y redención.
Quien lleve la Sagrada Medalla, será ayudado en la hora importante de su muerte, pues Yo prometo interceder por esa alma, de la misma manera que intercedí en la Resurrección de Mi Hijo.
Quien vea a la Sagrada Medalla como un símbolo sagrado, Yo prometo desde ahora que será contemplado por la Divina Misericordia de Dios y sus deudas graves serán aliviadas de las cuentas de la vida, porque quien lleve la Sagrada Medalla será reconocido como un digno hijo de Dios.
Benditos serán aquellos que difundan la existencia de la Sagrada Medalla porque, en la hora de su elevación al Reino del Padre, recibirá los méritos de Mi Hijo, Cristo Jesús.
Para los que oren a Mi Corazón Inmaculado, sintiendo Mi presencia a través de la Sagrada Medalla, Yo les prometo que nunca les faltará la fe, y el amor de Dios colmará día y noche su corazón.
Quien lleve la Sagrada Medalla de la Trinidad debe saber que estará estableciendo, sobre la faz de la Tierra, la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; esto será contemplado como un acto de amor por parte de los hijos de Dios.
La Sagrada Medalla será el foco divino, el lucero de la noche que iluminará el camino del peregrino; ella establecerá, junto a la Medalla Milagrosa, el Reino de Dios en todos los buenos corazones.
La Sagrada Medalla es el signo visible para la redención de aquellos que dieron la espalda a Dios y principalmente quien la lleve cerca de su corazón, aun siendo el pecador más empedernido, recibirá la Gracia de Mi Corazón Sacratísimo de poder revertir su estado interior y espiritual.
La Sagrada Medalla será el pequeño, pero gran escudo de luz crística contra todo mal; ella servirá de unión y de recordatorio para los peregrinos. En ella he dejado la máxima expresión del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por eso ella manifiesta el símbolo de las tres estrellas que rodean a la Santísima Madre.
Dios desea profundamente que la Sagrada Medalla sea vista más que como un objeto, ya que ella podrá desterrar todo espíritu maligno, cuando tan solo el alma implore por la ayuda de Mi Corazón ante la majestad de la Santísima Trinidad.
El símbolo principal de la Sagrada Medalla se encuentra en la elevación espiritual e interior de todas las almas que hoy se encuentran sobre la faz de la Tierra; esta Sagrada Medalla de la Trinidad espera ser el Sagrado Sol que ilumine el caminar de los hijos de Dios, para que en el fin de este ciclo todos reencuentren el camino hacia Cristo.
En la Sagrada Medalla he depositado el signo de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Eso significa que quien lleve la Medalla para un enfermo, un moribundo, un solitario o incluso para un no creyente, esas almas serán tocadas en algún momento de sus vidas por la fuerza de Mi Corazón Inmaculado.
A través de la acción de aquellos que, en el espíritu de la paz y de la reverencia difundan Mi Sagrada Medalla, como Yo se lo pedí a Santa Catarina Labouré en 1830 en Francia, podrán ser evitados muchos desencuentros y pérdidas espirituales en las consciencias de Mis hijos.
Deseo instituir la devoción a la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad; sé que será necesario que vuestros corazones Me sientan cerca. Por esta razón y por muchas más, Yo les entrego el emblema espiritual que unirá a las almas con la Santísima Trinidad, así como una Figueira da frutos para alimentar a los hijos de Dios, hoy Yo les entrego estas promesas que deseo se cumplan en vuestras vidas.
Pero muchas promesas más podrán conocer cuando vuestros corazones sean difusores de las promesas de la Sagrada Medalla; así muchos milagros inexplicables y espirituales podrán suceder, porque todo cambio de vida comienza a través de la acción poderosa del Amor de Dios en las criaturas.
¡Agradezco amorosamente a todos los peregrinos que, en la fe y en la devoción, hoy vinieron a Mi encuentro!
¡Por todo esto, les agradezco por responder a Mi llamado!
Dios los bendiga,
María, Señora de la Sagrada Figueira
Como la Estrella del Cielo y del Universo, vuestros pasos son guiados bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón. Así vuestros pies caminan por el sendero hacia el encuentro con Mi Hijo. Este es un sendero que se construye en la pacificación y en la fe del corazón.
Queridos hijos, hoy los llamo a alegrar vuestros corazones y a no temer por nada, porque vuestra Madre Celestial está con ustedes, está a vuestro lado observando el caminar de cada alma, observando la definición de cada corazón ante los Planes de Dios. Porque cada uno de ustedes guarda en el corazón algo que es reverenciado por los ángeles del Cielo. Eso tan preciado que ustedes guardan, se llama: pureza del corazón.
Aunque el mundo olvida, día a día, fortalecer el espíritu mediante la oración y el Amor a Dios Creador, hoy los invito a que busquen dentro de vosotros la pureza inmaculada del corazón. Por amor, Dios les ha entregado a Su Hijo Predilecto, quien lesdejó el camino de la verdad y de la salvación.
Por eso, queridos hijos, hoy reverencien, adoren y glorifiquen la Presencia del Hijo de Dios en vuestras vidas.
En este día de importante reparación del Corazón de Cristo les pido que, por amor, entreguen vuestras vidas a Jesús y que encuentren, en el Amor Misericordioso de Cristo, la puerta para vuestra salvación y redención.
Hijos Míos, nuevos instrumentos de Cristo, nuevos fuegos de Su Misericordioso Amor deben despertar en este tiempo porque las almas, como chispas del Amor de Cristo, ayudarán en la salvación de las esencias mediante el servicio y la consagración.
Hoy, queridos hijos, quiero que recuerden que ustedes son esencias preciosas de Dios y que más allá de vuestra comprensión y de vuestra razón existe la expresión del Amor del Padre en cada una de Sus criaturas. Si al menos las almas recordaran que son esencias creadas por Dios, los pasos en la consciencia podrían estar unidos a Su Voluntad.
Queridos hijos, como Madre de la Redención, dejo hoy a cada uno de vuestros corazones Mi corona de estrellas, para que, guiados por Mi Amor Inmaculado, reconozcan el valor de vuestra fe y de vuestra confianza absoluta en Dios Creador.
Hoy también les digo que por nada teman y caminen, caminen en la oración porque ella será vuestro escudo para los momentos importantes. Uniendo, día a día, vuestros corazones en la fraternidad ustedes podrán llevar grabado en vuestros seres la Eterna Paz Celestial del Señor.
Difundan el poder misericordioso de la oración y que vuestras vidas revelen, a los que están distantes de Dios, las enseñanzas y las transformaciones que Cristo ha hecho en vuestras consciencias.
Sean nuevos pastores de la oración y, mediante el ejercicio orante, sean Conmigo guardianes de todas las almas. Recemos por la presencia de la Misericordia de Dios en el mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy eleven sus oraciones al Cielo porque Mi Corazón los escuchará. Las palabras quedarán entre los hombres pero Mi Inmaculado Corazón viene hacia ustedes para que reconozcan el poder del Amor de Dios.
Hoy los invito a abrir más el corazón para que la Divina Misericordia sea el escudo que los proteja de todo mal. Mi Corazón se dona a ustedes y al mundo como cofre del amor y de lo sagrado.
Queridos hijos, mientras el mundo cambia, fortalezcan el verdadero ardor del Amor y de la Luz que las oraciones despiertan en sus corazones. Por eso, Mi victoria en la vida de cada alma es el rescate del Amor esencial que Dios le entregó a cada criatura. Vengo al mundo anunciando la paz y la reparación de todas las faltas cometidas diariamente. Cuando Mi Corazón les clama por oración, es por amor a todas las almas que niegan a Dios y que no viven a Dios de forma verdadera.
La hora de la Redención, queridos hijos, es para cada alma que se entrega en las Manos de Dios; es un cántico de gloria para los ángeles del Cielo. Por ello, queridos hijos, cada oración hecha con el corazón es una Gracia Perpetua para el mundo dolorido y para toda la humanidad. Yo los invito a ingresar con sus corazones en la escuela de la oración que ustedes ya están cursando porque la oración alumbrará al mundo a través del Sagrado Corazón de Mi Hijo.
Oren y perdonen; así el mundo será reparado y la compasión será como la flor en cada nuevo amanecer.
Gracias a todos por responder a Mi llamado a la oración diaria.
Yo estoy con ustedes,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Caminen Conmigo en la oración así todo mal se podrá vencer en los corazones solitarios que no tienen a Dios.
Queridos hijos, día a día, comulguen de la oración para que sus almas colaboren humildemente con Mis Planes de Paz y de Redención. Extiendan Sus brazos hacia los Cielos a través de la oración, Mis pequeños. El Señor, que es bueno y prodigioso, contestará las súplicas de todos los corazones. Hoy los invito, Mis queridos hijos, a que vivan en Mi Fe Maternal.
Queridos Míos, debemos ayudar para que la fe sea una llama en los corazones que fácilmente, en el día a día, se olvidan de Dios. Para eso, Mis pequeños, los llamo a convertirse en columnas de Mi oración para toda la Tierra. Dios, que es justo y misericordioso, quiere de nuevo ver nacer a todos los corazones que se han distanciado de Él.
Mis pequeños, muchas son las obras del Padre para todas las almas, pero estas obras se cumplirán si existen corazones entregados y colmados por la oración. La hora definitiva está llegando para muchos corazones que ya no podrán seguir viviendo en la ignorancia de lo que es la vida. Por eso, queridos Míos, Yo cuento con cada una de sus oraciones para que el Propósito de la Luz se cumpla victoriosamente sobre la Tierra.
Muchos corazones están siendo confundidos, perdidos y tentados por el enemigo porque los mismos le abren la puerta con la falta de oración.
Queridos hijos, les pido que oremos por todos ellos para que Mi Inmaculado Corazón pueda encender la conversión en todos los corazones. Existe, en muchos de Mis hijos, falta de verdadera fe, la cual se fortalece con la oración diaria.
Para que sus corazones sean como escudos delante de los acontecimientos del mundo, ustedes, Mis pequeños, deberán asumir la oración como único principio para cada una de sus vidas. Sin oración, queridos Míos, la vida no tiene camino hacia Dios.
Meditemos con el corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los adora con el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más