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Queridos hijos:
Por sus esfuerzos, serán premiados en el Reino de los Cielos.
Por su persistencia y fe, serán guiados al Propósito de Dios.
Por sus renuncias y sacrificios, serán santificados.
Por su verdad y transparencia, serán fortalecidos.
Por su servicio incansable e inmediato, serán bendecidos.
Por su despojamiento y vacío de sí mismos, serán transformados.
Porque no existe nada que sea inalcanzable para Dios. Él, a través de Su Voluntad y sobre todo de Su Amor Paternal, puede renovar todas las cosas.
Fijen su mirada en el Corazón donado de Cristo; en ese Corazón que, siendo humano, fue capaz de dar la vida por Sus amigos y hermanos.
¿Ustedes serían capaces de dar la vida por sus amigos más que por sus seres queridos?
Queridos hijos, en el ejemplo de Mi Amado Hijo se encuentra el camino interior que cada uno es llamado a recorrer; pero Él nunca los forzará porque, en Su dignidad divina, Cristo respeta la decisión de los hijos de Dios.
Pero Cristo mantiene siempre esa puerta abierta para que ustedes puedan vivir a través del Amor de Jesús; así como Cristo espera vivir a través de cada uno de los que, día y noche, a pesar de las tempestades de estos tiempos, se confirman al Señor como Sus últimos compañeros del apostolado interior.
Mucho más podría hacer Cristo, a través de la apertura y disposición de las almas. Si las almas tuvieran presente que Cristo podría hacer mucho más en las que se rindan a Él, otro sería el escenario de estos tiempos.
Por eso, Yo estoy aquí, como Su paciente y amorosa Madre, para poder cumplir en ustedes las aspiraciones del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Querido hijo, querida hija:
Levántate del suelo con Mi ayuda, así como Yo lo hice con Jesús en el camino del Calvario.
Levántate del suelo con Mi ayuda y te indicaré el nuevo camino a seguir.
Levántate del suelo con Mi ayuda y así tus heridas se sanarán.
Levántate del suelo con Mi ayuda y así aprenderás a aceptar tu cruz, como la aceptó Jesús en perpetua resignación.
Levántate del suelo con Mi ayuda y recuperarás la alegría de servir a Cristo.
Levántate del suelo con Mi ayuda y superarás todos los traumas que fueron vividos.
Levántate del suelo con Mi ayuda y conseguirás comprender el significado de la cruz.
Levántate del suelo con Mi ayuda y sabrás atravesar los desafíos de estos tiempos.
Levántate del suelo con Mi ayuda y reconocerás en ti al Cristo sufriente de la humanidad.
Levántate del suelo con Mi ayuda y recibirás la fuerza sobrenatural para atravesar los obstáculos y los límites de tu propia consciencia.
Levántate del suelo con Mi ayuda, para que el resto de la humanidad sea liberada.
Acepta que existen caídas y que existen derrotas propias, pero levántate del suelo con Mi ayuda y en el camino encontrarás la Gracia y la Misericordia de Mi Hijo.
Aprende de Jesús, que superó todas las dificultades y trascendió todos los errores, y que en ningún momento retrocedió ni dejó de avanzar, sino que como un Cristo se levantó, renovó y redimió a todo el género humano, dejándonos en Su lugar al Espíritu Santo para que, a través de Sus dones, guiara a los seguidores y apóstoles de Cristo.
Levántate del suelo, así como lo hizo Jesús las tres veces que cayó en el Calvario.
Acepta la puerta que te ofrezco para la cristificación de la consciencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Antes de hablar, saber escuchar.
Antes de opinar, saber reconocer la situación.
Antes de intervenir, primero conocer los hechos.
Antes de decidir, primero meditar.
Antes de actuar, primero conocer la realidad.
Nada hacer impulsivamente.
Nada modificar sin antes pedir luz.
En nada entrometerse sin conocer a fondo la causa. Esto te librará de ti mismo y de los demás.
El único camino está en la oración consciente, porque a través de ella llegará la respuesta que sea necesaria.
Es importante transformar los hábitos y las costumbres. Es importante abrirse a realidades superiores e internas.
Trabaja todos los días para estar unido a la Fuente, porque no todo llegará milagrosamente. Cada uno tiene que hacer la parte que le corresponde con madurez y responsabilidad".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"En cada caída, un aprendizaje.
En cada aprendizaje, una elección.
En cada elección, un camino.
En cada camino, un destino.
En cada destino, una decisión.
En cada decisión, una prueba.
En cada prueba, un desafío.
En cada desafío, una oportunidad de madurar.
Que madure en ti el Espíritu Crístico.
Que el Espíritu Crístico te dé fortaleza, todos los días, para atravesar tu propio desierto.
Que el Amor de Mi Corazón te demuestre que siempre se puede, porque es cuestión de tener voluntad.
No te detengas, fija tu mirada en Mi Corazón".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Atraviesa el desierto con la confianza de que dentro de ti escucharás la Sagrada Voz de Dios, Voz Divina que te animará a retirar de tu camino las piedras y las espinas que entorpecen el libre caminar del buscador del Reino de Dios.
Para que esta misión sea posible, extirpa de ti los vicios y las costumbres que socavan tu espiritualidad.
Hoy, comienza a trabajar con el vicio de la crítica. Sé valiente".
Cristo Jesús
Hijo:
Haz de tus luchas internas un camino para profundizar tu unión con Dios y tu madurez como ser humano y espiritual.
Que en tus dificultades más profundas no busques llenar tus vacíos con lo que es aún más vacío, que son las cosas del mundo.
Busca el alivio de los dolores, la cura de tus temores, la respuesta a tus cuestiones internas, la plenitud para tu vacío, siempre en Dios. Busca a tu Creador en el silencio, en la oración, en el canto, en la respiración, en el servicio, en la propia vida.
Encuentra al Padre Celestial en aquel que sufre, en los más necesitados, en aquellos que tienes a tu lado, tus hermanos de camino, tus compañeros.
Encuentra al Padre Celestial en la naturaleza, en el aire que respiras cada día, en el silencio, en el misterio que hay en tu interior.
Encuentra al Padre Celestial en la fuerza que te viene de adentro para tomar una decisión, para no permanecer en infantilidades, para no caer en las mismas tentaciones, para no cometer más los mismos errores y cambiar.
Encuentra a tu Padre Celestial en la respuesta de amor que puedes sentir, aunque sea por un segundo, en la gota de agua que cae del cielo en el desierto de tu corazón, y que puede no saciar tu sed, pero si te da una esperanza.
Y así, hijo, haz de cada prueba una dádiva, una oportunidad de encontrar a Dios y crecer.
Ora y sirve. Descubre que sirviendo en las cosas más simples también encuentras plenitud, porque no se trata de emprender grandes misiones, sino de salir de sí mismo para amar, y que el amor lave tus ojos y te haga percibir la vida de una forma diferente.
Ora y haz de tu vida una oración. Así encontrarás la paz.
Tienes mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando sientas en tu camino el peso de los errores del pasado que, como un asedio, el enemigo te entrega para detener tus pasos, solo pon tus ojos sobre la Cruz, sobre la Eucaristía, sobre el Corazón de Cristo y permanece allí.
En la Cruz, hijo, tus pecados más profundos fueron perdonados. En la Cruz, tus mayores errores fueron justificados.
En la Cruz no solo está la memoria del perdón, sino también el perdón vivo y eterno que se renueva, de tiempo en tiempo, cuando un corazón sincero es capaz de arrepentirse por los méritos de la Cruz de Cristo.
Sin embargo, en la Cruz no se encuentra solo el perdón de tus pecados, en la Cruz se encuentra también tu camino. En ella se escribe el manual para tus próximos pasos, para que no vuelvas a pecar, para que sepas por donde ir.
En la Cruz, descubres el perdón de Dios, pero también la forma que tu Creador te concede de hacer fecundo ese perdón. A través de la entrega, de la humildad, del sacrificio y, por encima de todo, del amor sin condiciones es que imitas los pasos del Cristo del Calvario, es que bebes del Cáliz que Su Padre le ofreció para restituir la Alianza entre Dios y los hombres.
Es allí, hijos, a los pies de la Cruz, que tu camino comienza. Pero es cuando Tu Señor desciende de ella y asciende a los Cielos que tu eres llamado a multiplicar los dones de tu redención, dando testimonio del Amor que te curó y que está siendo derramado constantemente sobre el mundo, del Corazón de Cristo hacia todos los que saben buscar y encontrar los méritos de la Cruz.
Por eso, cuando el enemigo coloque delante de ti tus errores y pecados, que tus ojos se vuelvan hacia la Cruz, que tu corazón recuerde que ya fue perdonado y que ahora se trata de seguir los pasos de tu Señor, Cristo Jesús.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Existen tantos diálogos con Dios como milésimas de segundo en el tiempo del mundo. A cada instante, un alma entra en diálogo con su Creador, se confiesa, le expone sus necesidades y deseos, sus pesares y alegrías, sus quejas y agradecimientos, su silencio y su canto, sus angustias y su paz. Y aun los que dicen no creer en Dios entran en diálogo con el Señor, sus almas van más allá de cualquier incredulidad, porque el diálogo con el Creador es algo natural como respirar y vivir.
Cada diálogo que les conté trae un impulso para que sepan que Dios no solo escucha los cuestionamientos más profundos de sus almas, sino que también que responde con Sabiduría, Compasión y Amor a cada uno de ellos. Por eso, hijos, tendrán no solo que hablar y hablar delante de Dios, sino también silenciarse para escucharlo.
Orar es entrar en diálogo con el Creador, y un diálogo es hecho de verbo, pero también de silencio. Entonces, dispongan sus corazones para que Dios también encuentre espacio en sus almas para hablarles, para que sea Él quien inicie el diálogo, para que corrija sus vidas, los inspire y los guíe, les indique el camino y les enseñe a retornar cuando estuvieran recorriendo el camino errado.
Hay en su interior un puente hacia el Corazón del Padre, puente que debe estar siempre pronto, siempre uniendo las dimensiones, siempre creando vínculos entre el Creador y Sus criaturas.
Así, hijos, podrán escuchar a Dios y no dudarán de que es Él quien les habla al corazón. Dios transmite Paz, Humildad y Misericordia, pero habla también con Rectitud, con Justicia y con la Ley. En todo, sientan Su Profundo Amor por la vida.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
El ser humano despierto es como un granito de arena frente al mar.
Mientras dormía, estaba distante del agua y, en el desierto de su sequedad interior ni siquiera podía concebir la existencia del océano.
Hasta que un día, el Soplo del Espíritu de Dios toca su corazón, mueve su vida y lo empuja hacia la orilla del mar. Allí, ese granito de arena comienza a comprender la inmensidad de la vida y de la Creación.
Comprende que no todo es desierto y sequedad, sino que existe un océano. Él lo ve, siente el frescor de sus aguas, pero solo imagina cómo es la vida en su interior.
Hasta que un día, el Soplo del Espíritu de Dios nuevamente lo mueve, lo empuja y transforma su vida, de forma que lo aproxima más al agua.
Cuando Dios impulsa al mar de la Creación y les da una Gracia a los pequeños granos de arena, una ola se aproxima a ellos y, por algunos instantes, los pequeños granos se ven sumergidos en las aguas del océano.
Aquel, que ve el océano desde arriba, sabe que ese granito solo conoce la espuma suave de un gran impulso de Dios y que la Fuente de ese impulso es un océano inmenso y lleno de vida.
Pero, el granito, sumergido por algunos instantes en el agua, piensa que ya conoce el océano, que sabe cómo es la vida en su interior y que comprende lo que es estar sumergido en las aguas de la Creación.
Pero, en verdad, hijos, un grano de arena solo conoce el océano cuando es llevado hacia sus profundidades; y, después de experimentar la vida en su interior, ese granito se disuelve, tornándose el mismo océano en la inmensidad. Es entonces que podrá saber la verdad de la Creación, porque será parte de ella.
Hasta que llegue ese momento, el granito recorre un largo camino, en el cual se abre al Espíritu de Dios; y Él lo mueve, lo transforma, convierte su vida y sus estructuras más profundas, desconstruye sus certezas y le muestra una nueva verdad.
La verdad es siempre la misma, pero ella se amplía, se profundiza y se enriquece, hasta que la consciencia pueda no solo comprender algo, sino también ser parte de eso. En ese momento, ya no habrá necesidad de comprender, y todo estará cumplido.
Pequeños granitos de arena frente al mar: dejen que las olas de los impulsos divinos los lleven cada vez más hacia adentro del océano del Corazón de Dios y, en cada nuevo impulso, disuélvanse en Él, hasta que llegue el día de fundirse en Él eternamente.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
A veces pareces caminar y caminar, y que tu espíritu se aleja de Dios.
A veces sientes que te esfuerzas y te quiebras, y tu corazón retrocede en el amor.
Hoy, hijo, vengo para decirte que la condición humana es profunda y con muchas capas a ser transcendidas, cada vez más hondo dentro de tu ser. Es un camino largo, hecho de muchas etapas, en las cuales tu corazón debe madurar, pero también dejarse inflamar por el Amor de Dios.
Cada oferta que haces, cada entrega que realizas, abre dentro de ti un nuevo espacio para ser curado, liberado, transcendido. Son las antesalas de tu castillo interior, estas que resguardan tu esencia y sus misterios.
Vive cada etapa de tu entrega, profundizando en tu unión con Dios. Deja que tu alma sea amiga, hermana, compañera, esposa de Cristo, hasta que un día se funda en el Señor y ya no haya límites para Su Amor dentro de ti.
Camina, aun pareciendo que nunca llegarás.
Sabe que esta es una caminata profunda, tanto hacia adentro como hacia el infinito, y no detengas tus pasos.
Fija tu mirada en Aquel que te llama. Y que todos los obstáculos, resistencias, todos los dolores de las capas arrancadas, todos los pesares de los muros derrumbados, se sustenten en el Corazón que tienes delante de ti, en el horizonte de tu entrega, tu inicio y tu fin. Así crecerás en espíritu, pero también en amor.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Una segunda etapa del desierto, que los seres viven en otro momento de su evolución, es estar en el desierto, hijos, en los brazos de María Santísima.
Después de vivir el desierto interior, después de experimentar el vacío y el Encuentro, después de vivir el calvario de estos tiempos, llegará un desierto aún no vivido por ninguna alma, porque es el desierto espiritual que cruzarán en este momento del planeta, el desierto profetizado en el Apocalipsis.
Su Madre Santísima cruzó y sigue cruzando muchos desiertos espirituales. Ella es conocedora de las almas y de sus caminos. Es Aquella que llevó las Palabras y los Dones de Cristo por los cuatro puntos del mundo y, por eso, conoció profundamente la condición humana y todos los caminos que los llevan a Dios.
Por eso, hijos, María Santísima es Aquella que conoce cada grano de arena de los desiertos espirituales que los conducen a Dios.
Allí, en donde todos los seres se confunden, se pierden, se desesperan, su Madre Santísima los coloca en Sus brazos y, segura de Su camino, cruza los vacíos y la soledad, y llega a Dios.
En el desierto, hasta aun Su adversario se ve confuso. Él persigue a las almas que están perdidas, pero no sabe encontrarlas cuando están en Dios. Por ese motivo, su Madre Divina recorre el desierto y toma a las almas perdidas en Sus brazos, una a una, para conducirlas a su destino.
Por eso les digo que, en estos tiempos de confusión y oscuridad, en el Apocalipsis y en el Armagedón del planeta, busquen a su Madre Celestial. Déjense encontrar por Ella y ríndanse en Sus brazos, porque cuando todo parezca perdido, Ella sabrá el camino; cuando ya no puedan caminar, Ella los tomará en Sus brazos y será bajo Su protección y sabiduría que ustedes llegarán a Dios.
San José Castísimo
Cuando un ser ingresa en el desierto, aunque simplemente haya tocado su arena y sentido su calor, ya no puede caminar hacia atrás.
El desierto puede parecer peligroso, lleno de sufrimientos y padecimientos. Pero hoy les digo que no hay mayor padecimiento para un alma que ingresar en el desierto y no profundizar su experiencia en él, no rendirse a Dios y descubrir sus misterios.
El alma que pisa el desierto, pero no camina por él, sino que queda presa de sus temores, no suelta las muletas que apoyaban sus pasos ni descubre en ellas su verdadero apoyo y tampoco sabe lo que es caminar con los propios pies.
Esa alma vencida por sus temores, sin querer soltar los afectos, las sensaciones o el pasado en sí, termina buscando, en más muletas y más cadenas, las sensaciones que no encuentra con las que tiene en sus manos y con las que están presas a sus pies.
Esa alma se torna prisionera de sí misma, cada vez más vacía, más esclava y más temerosa, simplemente por no conseguir rendirse al infinito del desierto que se presentó frente a ella.
Dios los llama a madurar en el desierto, a dejar las emociones humanas para descubrir y consolidar el corazón en el Amor Crístico. Pero para eso, hijos, necesitan soltar las muletas, quebrar las cadenas, experimentar el vacío y caminar en él, aunque no sientan una base bajo los propios pies.
Esto se llama experimentar la fe.
No sean esclavos de sí mismos. Reconozcan que no hay otro verdugo sino el orgullo, la vanidad y la ignorancia de los corazones que creen que están más seguros cuando están llenos de sí, pero no perciben que ni siquiera se conocen a sí mismos.
Les dejo Mi bendición para que clamen por liberación y la vivan.
Si sienten que sus pies están en las arenas del desierto, caminen y no detengan sus pasos. Consoliden la unión con Dios y fortalezcan la propia fe. Esto los hará verdaderamente libres.
San José Castísimo
Caminar por el desierto y ser vencido por el Poder de Dios no es ser indiferente con la vida o con el prójimo. El desierto los lleva a conocer a Dios para que sean capaces de encontrar a toda criatura y a toda vida dentro del Creador.
El desierto es un encuentro.
Después de cruzar el vacío, la aridez y la soledad; trascendidas las primeras etapas del desierto, purificado el corazón y rendido a Dios, que es su única y última Fuente de agua pura, los corazones viven un Encuentro. En Dios descubren la verdad, la pureza y la Vida misma que contiene en sí a todas las criaturas.
El desierto es un camino para encontrar, de verdad, al prójimo. Al conocerse a sí mismos, despojándose de las apariencias, de las muletas, de las cadenas, van a comenzar también a ver con ojos transparentes. Cruzando el desierto y encontrando a Dios, podrán percibirlo en todo y en todos, descubrir Su Amor revelado en las esencias de los hombres
Cuando un corazón vive en la aridez, no es porque está cruzando simplemente el desierto, es porque pisó el desierto. Pero necesita caminar en él, dejarse transformar por él, vivir el vacío y también el Encuentro.
El desierto es hecho por etapas, descubrimientos, experiencias profundas e internas que hoy deben ser comprendidos. Si sus corazones sienten aridez, vacío, tentación, soledad, profundicen en lo que viven y lleguen a la rendición, a la revelación de la fe.
Dejen quebrar sus muletas, sus cadenas. Dejen por el camino los apoyos humanos e, inclusive, los espirituales que se manifiestan como virtudes y destrezas, y permítanse ser nada.
Sigan desierto adentro por un largo camino que es vaciarse.
Siéntanse suspendidos en la nada y, al mismo tiempo, muy próximos a tocar a Dios.
Es el Encuentro con el desierto lo que los fortalece para renovar el Amor de Dios. Si no hay desierto, no hay Amor Crístico. Pero no les hablo solo de tocar con los pies las arenas calientes y sentir su aridez; les hablo de saberse en el desierto, aceptarlo, adentrarlo, vivirlo plenamente.
Por eso les hablo sobre el desierto, no para traerles aliento, sino para traerles valentía. Valentía de ser nada.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Señor:
Apacigua mi corazón imperfecto, para que siempre Te pueda sentir.
Calma mi mente y mis sentidos, para que Te pueda escuchar.
Alivia mis sentimientos y coloca Tu fortaleza en mí, para que yo pueda representarte en este camino, al que me has llamado a recorrer a Tu lado.
Guíame en este momento crucial, para que mis ojos solo puedan ver la Luz que Tus Huellas dejan en el camino, y confiando plenamente en Tu Divina Presencia, yo me anime cada día más a dar los pasos en dirección a esa profunda y eterna alianza Contigo.
Para que todo eso pueda ser una realidad, retírame de la ilusión en la cual a veces me coloco y disuelve las fantasías para que pueda ir de lo irreal hacia lo real. Así yo podré, Maestro, comprenderte y, sobre todo, vivir Tu Voluntad.
Por eso, nunca dejes de corregirme con el amor que Tú expresas en cada palabra.
Hazme digno y merecedor de Tu Misericordia porque por más que muchas veces Te he fallado, Tú, Señor, me impulsas a seguir adelante y me llamas a amar más que lo que Tú nos amaste y nos amas.
Ayúdame a ser valiente y perseverante en las decisiones que debo tomar en mi vida, y lléname de Tu Sabiduría, para que aprenda a corresponder a la necesidad interior de estos tiempos.
Indícame el camino, ya no me quiero perder más, porque cuando finalmente consiga verte cara a Cara, me postraré al suelo para honrar Tu humilde Majestad.
¡Les agradezco por adorar Mi Corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cada ciclo trae consigo un camino a recorrer, y los caminos se hacen largos o cortos, dependiendo del ritmo de los pasos del caminante.
El camino hacia el vacío se puede hacer largo y doloroso, si el caminante permanece en él lentamente y no acepta los cambios de los tiempos, las pruebas que llegan y todo aquello que el Universo le entrega para que llegue más rápido al fin de ese ciclo.
Este camino se torna corto y rápido cuando el caminante hace de su vacío una oportunidad para dejar que nuevas leyes permeen su ser; cuando permite que el vacío que hay en su interior sea colmado por Dios y se revele completo por la Presencia Divina.
El vacío, hijo, es un estado de consciencia de transición, en el cual ya sabes lo que no eres, pero aún no sabes la verdad sobre ti y sobre la vida. Entonces, ya no te colmes ni de ti ni del mundo, si aún no descubriste qué es lo que habita en ti, y de lo que eres parte, cuál es tu todo.
El vacío es un momento de definición, entre la caída en el abismo y el salto al Infinito. Por eso, vive el vacío con fe, con las manos siempre extendidas hacia lo Alto. Vive el vacío con fe, con los ojos volcados hacia adentro. En algún momento de esa caminata, tu vacío se revelará pleno, y tú te descubrirás parte de todo, del Todo, de Dios.
Mis palabras, entonces, se volverán escasas para explicar lo que experimentas y vives, y todo quedará claro como el sol y pleno como la Sabiduría que proviene de Dios.
Ya llegará el ciclo de la revelación y de la liberación de la ignorancia. Mientras tanto, camina con fe hacia arriba y hacia adentro.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
No tengan miedo de dar un salto en dirección al vacío.
No tengan miedo de corregir sus caminos y recomenzar.
No tengan miedo de dar lo mejor de sí por amor.
No tengan miedo de dejar de lado los propios pensamientos, sentimientos, angustias y alegrías para superarse a sí mismos, en nombre del dolor que el planeta padece en este tiempo.
No tengan miedo de entregarse y de descubrir la plenitud que no se basa en las satisfacciones humanas. Encontrar la vida superior es también transformar el sentido de la alegría y de la plenitud, transformar lo que los satisface y dejar que sus seres encuentren la paz de servir a Dios y al entregar todo de sí, al descubrir que se pueden olvidar de sí mismos por un planeta que sufre, por un Plan a cumplir, por un Amor Divino que se debe renovar.
Miren hacia la Cruz todos los días; contemplen el Amor absoluto de su Señor. En él se encuentra la llave para la cura de todos los pecados, para la trascendencia de todas las miserias, para la entrega de todas las resistencias.
Transformarse, en este tiempo, es dar un salto al vacío y a lo desconocido. Descubran un servicio que no vivieron, un amor que no sintieron, una entrega que no conocieron. Esto comienza, hijos, queriendo, luchando y afirmando la propia superación todos los días.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Separarse de Mí significa separarse de la Verdad. Lo mismo es desconsagrarse de Mí, es perder la aproximación de Mi Corazón a la vida del ser.
Existen almas que vinieron a la Tierra con un compromiso espiritual que es irrefutable y que va más allá de toda la situación humana, moral o interna.
Cuando esa alianza entre el alma y Mi Corazón se quiebra, todo lo que rodea al mundo, sus más inexplicables miedos, frustraciones y engaños de un aparente bienestar llegan a la vida de quien, por voluntad propia, se separó de Mí.
En verdad, quien en este tiempo tiene el coraje de llevar adelante semejante acción significa no haber aceptado, vivido ni participado ni una sola vez de los códigos que una vez Yo derramé y entregué a quienes antes Me seguían.
En ese sentido, es la acción de la propia alma lo que impide la intervención de Mi Divina e Insondable Misericordia.
No existe ser sobre la superficie de la Tierra que después de haberme abandonado y después de haber abandonado a sus hermanos descaradamente, pueda tener paz o alegría en un momento tan crucial como este.
Este es el tiempo de darlo todo o de retenerlo todo. Es el tiempo en el que las almas fácilmente ponen en juego su camino espiritual por sentirse desajustadas.
Quien en verdad bebe de Mi Fuente nunca sentirá sed aunque se esté purificando.
Esta es Mi declaración de transparencia para los que se hayan decidido a vivir en la Verdad.
¡Les agradezco por considerar Mis Instrucciones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Serie – Manifestación de Aurora – Parte VII
A través de la integración promovida por una reunión entre la Comunidad-Luz de Aurora, la comunidad local y los organismos públicos se debe plantear un proyecto para el mejoramiento de los accesos y de los caminos hacia el Centro Mariano de Aurora, algo que también beneficiará a los demás pobladores de la zona, teniendo presente la tarea importante de sustentación espiritual que este Centro cumple en la actualidad.
Por esa razón, dadas las necesidades de este tiempo, las mejoras en los accesos y en los caminos de la zona ayudarán a incluir de una mejor manera al Centro Mariano de Aurora dentro del ámbito local y espiritual de la región.
Este proyecto de la mejora de los caminos también exigirá una mejor canalización de las aguas, así como un refuerzo de las estructuras de los puentes y de los demás elementos para ordenar más a la región.
Las mejoras en los caminos también demandarán que los colaboradores de la Obra estén más presentes en Aurora con la intención de poder llevar adelante algunas jornadas de trabajo en la limpieza de los caminos y de los accesos que conducen hasta el Centro Mariano.
Por eso, será necesario organizar una agenda de encuentros entre todos los colaboradores del Uruguay, de la Argentina, del Paraguay y del Brasil para que ellos den el primer impulso, demostrando a los pobladores de la zona que es posible mejorar las condiciones y la calidad de vida manteniendo una relación equilibrada con el ecosistema.
Esa organización básica estimulará a los pobladores a donarse, en servicio, para mantener en armonía los espacios en donde frecuentemente viven. Para ello podrán disponer de sus propias herramientas de trabajo para colaborar en las mejoras de los caminos.
Será necesario mantenerse firme en el propósito para que esas metas se cumplan y no se queden sin resolver. Por eso será importante que los coordinadores de las áreas de la Comunidad-Luz de Aurora convoquen a una asamblea zonal y regional junto a los organismos municipales, con la intención de que la región de San Mauricio sea considerada como un espacio que necesita de una mejor organización territorial y, así, ella sea contemplada como una región con movimiento internacional dada la presencia de los peregrinos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cree, hijo Mío, en el poder salvador y redentor de Mi Divina e Insondable Misericordia, ya que esa Fuente es capaz, no solo de purificarte y de liberarte, sino también de aliviarte y de curarte.
Cree en los prodigios de la potentísima Fuente de la Misericordia, ya que ella puede renovarte e impulsarte a alcanzar el camino de la rehabilitación.
Cree en las maravillas que puede hacer Mi Misericordia, no solo en tu vida, sino también en cada lugar y en cada situación que se presente.
Afirmando el poder de la Misericordia de Mi Corazón en tu vida, podrás reencontrar el camino hacia el principio fundamental de tu origen esencial y espiritual, y así estarás retomando el sentido de haber venido a la Tierra.
No importan los errores o las fallas; lo que importa es tener la constancia de trabajar todos los días para poder trascenderlas, para que la gracia pueda descender.
Anímate a entregarte a Mi Divina Misericordia. Es hora de sentir que todo se puede y que todo se logrará en la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A través de Mi Presencia, Dios les trae Su infinita Compasión, la que, aproximándose a la Tierra, intentará rescatar de los abismos a las almas de la humanidad.
La Divina Compasión es capaz de perdonar lo más difícil, así como también es capaz de ayudar a mantener un absoluto equilibrio durante el tiempo de las rivalidades.
Es por eso que la Divina Compasión lleva a despertar la pura neutralidad.
En este tiempo, la Divina Compasión intentará colocar a las almas en el camino que perdieron una vez, por diferentes razones.
La Divina Compasión creará un espacio interior, dentro del estado de la luz eterna, en donde el alma será colocada para encontrar el alivio para sus errores y sus purificaciones.
La Divina Compasión nos trae la esperanza y la renovación, atributos imprescindibles para la cura de todo el género humano.
Que la Divina Compasión guarde y proteja a todos para que, estando en ella, todos puedan beber de la Fuente del Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más