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Queridos hijos:
En este mes de mayo, Yo los invito a retornar a Mi Corazón Inmaculado para que, junto Conmigo y en oración, puedan contemplar por un momento lo que la Madre Celeste contempla de la herida y martirizada humanidad.
Deseo que entren en Mi Corazón para que, a través de Mí, puedan crecer en el amor a la vida del espíritu y especialmente a la vida de servicio.
Es en este crucial momento, en el que Mis queridos hijos deberán recordar que tienen que salir de sí mismos para poder reconocer la realidad por ustedes mismos; esa misma realidad que los Sagrados Corazones reconocen en estos tiempos.
Por eso, hijos Míos, en este mes de mayo en el que las semillas están siendo plantadas, después del ofrecimiento de Mi Hijo a cada uno de ustedes, deberán saber dónde colocarán las semillas que recibieron del Redentor, y si estas semillas, que son dones y al mismo tiempo Gracias, serán depositadas en el lugar correcto.
Queridos hijos, esto es importante: en este tiempo de tantas transgresiones de la vida humana y de la vida interna de las almas, es necesario tener presente que nada se pierde o se desaprovecha, porque estos son los últimos impulsos que provienen del Cielo.
Como Madre, estoy aquí para acompañarlos, para poder llevarlos hacia Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A los jóvenes buscadores del Gran Corazón Pacificador de Cristo
Hijos:
Un corazón pacificador es aquel que tiene claro, dentro de sí, el camino que quiere recorrer.
Un corazón pacificador está dispuesto a ir más allá de sí mismo, en pro del bien y de la paz en la humanidad.
Un corazón pacificador reconoce la necesidad y la atiende para poder aliviarla.
Un corazón pacificador no se defiende ni tampoco se justifica. Él siempre busca estar atento a las señales internas.
Un corazón pacificador sabe por qué está en este mundo y para qué ha venido a la humanidad.
Un corazón pacificador se alegra por el logro del semejante y se esfuerza para que los demás lo puedan superar, porque un corazón pacificador sabe que no tiene nada que ganar ni nada que perder, ya que su ardiente aspiración es ayudar a que todos alcancen sus sueños.
Un corazón pacificador ama a la Creación y trabaja secretamente para que cada día la naturaleza sea reparada.
Un corazón pacificador no eleva su voz ni tampoco reafirma sus propias ideas, sino que está receptivo y abierto para aprender de las posibles diferencias.
Un corazón pacificador mantiene viva su aspiración de servir al Plan de Dios y nunca deja de sostener el estandarte de la paz.
Un corazón pacificador busca las Huellas del Maestro, porque en ellas está el camino, en ellas encuentra la verdad, en ellas comprenderá la vida, las experiencias y los aprendizajes.
Un corazón pacificador trabaja por alcanzar sus metas y lucha por expresar sus dones y talentos.
Un corazón pacificador no retrocede, sino camina, teniendo presente que cada uno de sus pasos será bendecido por la Gran Luz.
Un corazón pacificador impulsa el cambio, renueva las formas y concreta las aspiraciones que tiene el Gran Corazón Pacificador que es Cristo.
Que los buscadores del Gran Corazón Pacificador, que en estos días se reúnen y se unen por un Propósito Mayor, reciban las bendiciones de su Madre Celeste, para que todos los jóvenes pacificadores sean las nuevas semillas que se plantarán en la venidera Tierra Prometida.
Los bendice en este día y les agradece por responderle a Dios,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En todos los Centros Marianos, a través del Relicario de Mi Corazón, seré el portero y el protector, el guardián de las reliquias espirituales y de los dones divinos que se guardan en los lugares sagrados erguidos en honor a Dios y por la manifestación de Su Plan.
El Relicario de Mi Corazón será la protección de todas las virtudes alcanzadas por las almas. Será el guardián de la evolución de aquellos que dijeron sí a Dios, y cada vez que lo contemplen con amor no solo estarán recibiendo en su interior lo que un día Yo alcancé, a través de la humildad y del vacío espiritual, sino también, hijos, estarán siendo resguardados por Mí que, ante Dios, recibí la potestad de ser su padre y guardián en estos tiempos de transición.
Es por eso que, frente a las dificultades que les parecen imposibles de transformar, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Cuando el desierto sea mayor que su fe, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Cuando las energías del mundo parezcan batallar, en su propio interior, con sus principios más puros, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón.
Y, para que todas las almas del mundo tengan la oportunidad de estar delante del Relicario de Mi Corazón, les pido que todos los días 19, de una forma simple, el Relicario de Mi Corazón sea transmitido en vivo, durante una hora, para que todos aquellos que quieran estar delante de Él, en silencio, puedan hacerlo. Este ejercicio les permitirá encontrar la paz y fortalecer, en el propio interior, todas las virtudes ya alcanzadas.
En este tiempo de transición, seré el guardián de sus almas, padre y compañero que, en el silencio, seguirá sus pasos para que no se pierdan, sino que siempre se encuentren en Cristo.
Es de esa forma, hijos, que les pido que todos los días 19 de cada mes, a las 17 horas, sus corazones se unan en oración, y sobre todo aquellos que hoy no pueden estar en los Centros Marianos reciban también las Gracias y los Dones que surgen del Relicario de Mi Corazón para el mundo.
Si hacen este simple ejercicio, en el día de la Fiesta del Corazón de San José, no solo por ustedes mismos, sino también por todas las almas del mundo, podrán interceder Conmigo por los más pecadores y por los que se autocondenaron, para que esas almas abran sus ojos y encuentren la luz y la salvación en Cristo.
Yo los aguardo en oración y los bendigo.
San José Castísimo
Un alma devota y dispuesta a dar siempre más de sí a Dios, mientras oraba, le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor, elevo mi voz a los Cielos y ruego por las almas que sufren, por los Reinos de la Naturaleza, por el planeta, por Tu Plan. ¿Qué más debo hacer para que esta oración verdaderamente llegue a Ti y genere méritos para la salvación y la redención del mundo?”.
Y el Señor le respondió: “Mientras oras, habla Conmigo, pronuncia cada palabra no solo para escuchar tu propia voz y sentir que estás cumpliendo con tu parte; ora, dejando que tu esencia Me mire a los Ojos, que tu corazón esté dentro del Mío y que tu verbo sea un eco en todo el Infinito, en toda la Creación.
Para orar así, hija amada, alma Mía, necesitas estar entera ante Mí, sin que te importen el tiempo, el cansancio, las sensaciones del cuerpo o aquellos que están a tu alrededor, si ellos se esfuerzan como tú lo haces o si duermen y se distraen con sus palabras. Que no te importe nada más que Mi Presencia y la imperiosa necesidad que el mundo tiene de oraciones sinceras y verdaderas.
Cuando cantes, que a tus oídos no le importe el sonido de tu voz, que a tu mente no le importe quién te está escuchando, sino que a tu corazón le importe afinar tu voz y estar ante Mí, cantándole con perfección a Aquel que es el Dueño de todo sonido, el Creador de cada nota, de cada tono, capaz de transformar tu vibración en Dones que se expanden por la Vida, transformando vidas. Así, alma pequeña, debe ser tu oración”.
Que este diálogo les enseñe, hijos, a profundizar cada día en sus oraciones. Que ellas sean sinceras y que lleguen a Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimoquinto poema
Venerable Virgen Santa,
que todas las almas reunidas
sean un precioso Rosario de Luz,
para que, estando entre Tus humildes manos,
podamos ser una constante oferta
de oración y de servicio por la humanidad.
Querida Madre Celeste,
que, como almas,
podamos ser cuentas del Rosario de Luz
para que, como Tus hijos redimidos,
glorifiquemos al Padre Celestial
por Su Obra infinita de Misericordia.
Que nuestros corazones
amen el poder de la Santa Cruz,
que nos protegerá y nos concederá
la profunda Paz del Señor.
Aspiramos, Santísima Madre,
a que todo nuestro ser sea parte de Tu Rosario de Luz,
para que cuentes con nosotros como Tus ejércitos orantes,
servidores incansables del Divino Verbo de la oración,
para que nuestras familias, pueblos y naciones
también sean parte de Tu Obra espiritual
de los Rosarios de Luz.
Querida Madre Celeste,
que Tu bendición maternal esté en nosotros,
para que reconozcamos a Cristo en el semejante.
Así, todos podremos ser parte
de la sagrada familia de la oración,
y Tus dones de Amor y de Paz
se derramarán sobre nosotros,
volviéndonos a consagrar como Tus hijos,
almas de los Rosarios de Luz.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Toma un tiempo en tu día para meditar sobre quién verdaderamente eres, para pensar que antes de esta vida había una Vida Mayor, de la que provienen el Propósito y el sentido de toda existencia.
Medita en la Creación y en el profundo Amor de Dios por ti, cuando Él pensó en cada una de Sus criaturas. Y tan grande fue Su Amor por la vida que hizo nacer esencias semejantes a Su Esencia Divina, para que pudieran amar como Él ama, multiplicar la vida como Él la multiplica y recrear la Creación como Él la recrea y la renueva en cada respiración celestial.
Piensa, hijo, que más allá de todo el caos material hay una realidad sublime, que el Paraíso es más que un cielo de paz eterna, es el principio y el fin de la vida desde donde parten las criaturas y hacia donde deben retornar con todos los dones alcanzados en su evolución más allá de las dimensiones.
Recuerda que este planeta es una escuela y que las dificultades existen para ser superadas, llevándote así, a superarte cada día en el amor, a través de un Amor mayor, ese que en algún momento de tu evolución te revelará el Amor de Dios.
No mires al mundo solo con ojos humanos, ojos que están presos de una condición de ignorancia, ojos de quien ve la vida por detrás de los velos. El Amor de Cristo rasgó los velos que cubrían tu rostro. Por eso busca este Amor. Busca el punto de tu consciencia capaz de comprender la vida más ampliamente y coloca tu corazón allí, sobre las olas de la tribulación de estos tiempos, caminando con tu Señor en estas aguas, pues ellas no son nada más que el Viento de Dios soplando el caos del mundo, para remover lo que estaba podrido y tornarlo todo nuevo.
Eleva tu consciencia más allá de las atrocidades, de las batallas del caos y del mal en el escenario de la Tierra y sé, para este mundo, un puente hacia el Corazón de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Entrega tu corazón en las Manos de Dios, ¡oh alma tan pequeña y frágil!
Deja que tu vida esté suspendida en las Manos de Aquel que te creo, para que Él te coloque en el punto correcto de tu evolución.
Vive, siendo una expresión del amor que recibes todos los días de tu Padre Creador.
Deja que tu desierto sea fecundo como los desiertos que, por la Gracia de Dios, florecen y expresan el milagro de la vida, aun en la aridez del mundo.
Que tu pequeña alma sea una fuente de fe a través de la persistencia de tu corazón ante los desafíos y las pruebas de la vida.
Que no te importe ser la última o la primera.
Que no te importe estar oculta o elevada a los ojos de los hombres.
Que sí te importe servir y amar cada día más, cerrar los ojos a las ilusiones del mundo y abrirlos a la Verdad universal que te es revelada.
Que sí te importe entrar en lo profundo de tu corazón y encontrar allí no solo a un Dios Vivo y lleno de Gracias, sino también a un Esposo Crucificado que te llama a ser semejante a Él, todos los días, con la plena entrega de tu corazón.
Que si te importe el dolor del mundo, el dolor de los que sufren y no encuentran alivio, y que la Gracia de Dios en ti haga de tu pequeña vida una fuente para los que tienen sed, a pesar de que muchas veces darás de beber, pero te sentirás sedienta y vacía.
Que tu vacío no sea colmado por el mundo y sus ilusiones, sino por Dios y Sus misterios, por la fe que Él deposita en tu corazón, en tiempos de desierto y de soledad.
Busca alivio en el servicio. Busca amparo en la caridad, en aquellos que siempre estarán en peores condiciones que tu pequeña alma que, a pesar de ser tan frágil, fue escogida por Dios como cáliz de Sus Dones espirituales.
No te cabe a ti juzgar la Voluntad del Señor, sino solo aceptarla, tal como tu Madre María que, pequeña y simple, se hizo Cáliz y Sagrario para que el Dios Vivo viniera al mundo.
Sé tú, alma amada, como tu Madre Divina, y entrega todos los días tu pequeñez en las Manos de Dios, porque en tu nada Él hará todo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Desde el principio de la vida, cuando la Creación aún era un sentir en lo profundo del Corazón de Dios, su Padre Celestial ya manifestaba los principios de la Cura y de la Redención, Dones que provienen de Su Amor por todo lo que en Su interior estaba siendo gestado.
El Creador sabía, hijos Míos, que enviando a Sus hijos para aprender, experimentar y crecer entre las dimensiones, precisaría crear también las formas con las que ellos pudieran retornar a Su Corazón.
Por eso, al manifestar la vida, las dimensiones y todas las formas para que los seres pudieran evolucionar, su Señor también diseñó en su camino el retorno hacia su Sagrado e Infinito Corazón. Por eso, colmó a los corazones de los hombres de dones ocultos, y colmó al planeta, en el cual habitan, de espacios sagrados, también ocultos, espacios que guardan en sí los Dones de Dios, los frutos de Su Amor que permiten a las criaturas retornar al Corazón del Padre Celestial.
Aurora, hijos amados, no es solo un lugar de paz. Aurora es una Consciencia de Cura y de Redención en la cual sus corazones pueden vivir para retornar a Dios. Aurora surgió del Corazón de su Creador, antes aun de que sus vidas fueran manifestadas.
Contemplando los desafíos del planeta y los velos que estarían cubriendo los ojos de Sus hijos, impidiendo que pudieran ver y saber quiénes verdaderamente son, el Creador manifestó la Consciencia de Aurora; Consciencia que los ampara en Sí, como el vientre de una madre ampara a sus hijos. Todo cuanto necesitan Aurora les da; dentro de Su Corazón los velos se rasgan para que puedan contemplar la verdad sobre sí mismos.
Aurora, hijos Míos, les revela su condición humana más impura, para que primero conozcan las heridas que deben curar, sepan dónde está lo que debe ser transformado. Pero entonces, del Corazón de Aurora surge el bálsamo que los auxilia, que cicatriza lo que estaba abierto, que cura hasta lo más profundo de sus seres, libera lo que estaba impuro y los prepara para que, a través de su entrega y servicio, la Consciencia de Aurora se expanda y llegue a los cuatro puntos de este mundo.
Contemplen, hijos amados, la Consciencia de Aurora en su interior, pero también siéntanse insertos en ella. En su corazón, toda la vida encuentra Cura y Redención, para descubrir la verdad sobre sí y, así, retornar a Dios.
Abran sus corazones, para que no solo este lugar exprese Aurora, sino que también sus vidas y este planeta sean frutos de los Dones que su Creador depositó en el interior de Aurora.
Así como este lugar es sagrado, todo el planeta es sagrado, queridos hijos, pero para reconocer los misterios de Dios en el planeta que los acoge, primero los deben vivir en sí mismos. Para que se rasguen los velos que cubren lo sagrado que hay en el mundo, primero deben rasgarse los velos que cubren sus propios ojos.
Dejen que las manos de Aurora se extiendan delante de sus rostros y retiren los velos que los tornaban ciegos, para que puedan ver, sentir, experimentar y vivir quiénes son y, más que eso, cuál es el propósito de esta vida.
Todo lo que les digo está impregnado de una verdad profunda e interior, verdad que pueden conocer a través de la entrega y de la rendición de sus vidas.
Para vivir Aurora, se deben rendir ante Dios y clamar por Sus Dones, por los Dones que Él les entregó por medio de los lugares sagrados que se ocultan en este mundo y en toda la Creación.
Ha llegado el Tiempo de Dios, hijos amados. Tiempo en el que no solo el caos se cumplirá como estaba previsto, sino que la redención también se cumplirá.
Con Mis palabras los llevo a vivir las Escrituras, los llevo a ser profecías vivas, porque es a través de ustedes que todo se cumplirá.
Yo los llevo en Mis brazos hacia el desierto, porque aún no saben quiénes son. Llegará el momento en que, habiendo cruzado ese desierto, les mostraré en el horizonte la Verdad de Dios, y descubrirán, hijos Míos, que pueden no solo estar en Mis brazos, sino que pueden caminar Conmigo, rumbo a la Tierra Prometida.
Después del desierto, les mostraré la Nueva y Eterna Jerusalén que está en el Cielo como en la Tierra y, como dos realidades que se unen en una sola, la Tierra Prometida emergerá y todo se cumplirá. Todos sabrán quiénes son, todo se tornará más claro y lo que antes pesaba en sus corazones, como dudas y temores, se disipará.
De Aurora surgirán luces, luces de una nueva vida, y del Cielo también descenderán a la Tierra los principios de la Nueva Humanidad. Este será el Reino de Dios, hijos amados; un Reino siempre presente, sin embargo solo revelado a los hijos del Supremo, los que se saben Sus compañeros y frutos de Su Amor.
Que Mis palabras resuenen en su interior, no solo como una promesa, sino como una verdad que los lleva a clamarle a Aurora para que la cura acontezca y la redención se realice, para que sus ojos sean dignos de ver y sus corazones sean dignos de sentir todo lo que hoy Yo les dijo.
Yo los bendigo con el poder de Aurora y la Gracia del Espíritu de Dios.
Yo los amo y les agradezco por venir a Mi encuentro con el corazón.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Hoy Mi dolor por la humanidad se convierte en Misericordia Divina, e irradio los Rayos de Mi Corazón para el mundo entero.
Después de que, en este día especial, los adoradores de Mi Cuerpo Eucarístico Me ofrecieron sinceramente su unión espiritual Conmigo, fue como sentir el bálsamo para la sed que una vez tuve en la Cruz, una sed no comprendida ni conocida. Esa antigua y profunda sed por las almas perdidas fue saciada por la adoración de Mis compañeros.
Ese momento especial fue en el que su Redentor encontró, por un instante, el manantial interior de las almas buenas.
Por ese motivo, hoy pude ayudar espiritualmente a Sudamérica, la Tierra Prometida, a fin de que sus pueblos y naciones perciban que se alejaron del Amor de Dios y que, en la lucha y en el conflicto, no alcanzarán la libertad que las almas tanto buscan.
Pero en el momento más agudo no peleen con espadas, recójanse en Mi bondadoso Corazón, para que sientan la paz y la confianza de estar en el camino de la redención; así Yo siempre los renovaré y los colmaré de Mis dones y virtudes espirituales.
Gracias a todos los que con sinceridad y amor adoraron Mi flagelado Corazón, porque hoy también renací interiormente y les puedo volver a decir: “Yo renuevo todas las cosas”.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi abundancia espiritual se comparte y se distribuye entre todos aquellos que son verdaderamente devotos de Mi Corazón Eucarístico.
Así, esa abundancia, que es ilimitada e infinita, llega a las almas en forma de rayos de luz que traen consigo todas las virtudes y los dones que las consciencias necesitan para poder dar pasos hacia Mí.
La abundancia espiritual les permitirá acceder a Mis más íntimos tesoros guardados en el templo del corazón y preservados para cada uno de los Míos que se dispongan a penetrar más allá de la mente lo que la Fuente de Mis Prodigios puede hacer por la humanidad.
Todos son colocados en la fila de la paciencia para recibir en las manos esa Fuente de abundancia espiritual que llega al mundo para atender la necesidad de los corazones.
Ábranse a la Fuente de la manifestación y encontrarán todas las respuestas después de que sus vidas sean completamente parte de la Divinidad del Padre, y en la Divinidad del Padre tendrán más tiempo para recapacitar y decidir de qué lado estarán cuando todo suceda.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma entregada
A pesar de cómo me encuentre,
yo Te seguiré, Señor.
A pesar de lo que viva,
yo Te seguiré, Señor,
porque solo encontraré reposo y nuevas fuerzas
cuando esté ante Tu piadosa Presencia.
A pesar de lo que atraviese,
a pesar del durísimo y frío desierto espiritual,
yo Te seguiré Señor,
porque todo Te lo debemos absolutamente a Ti
y no hay nada que nos impida confirmarnos
para seguir Tu camino de Redención y de Amor.
A pesar de lo que sienta,
de lo que vea o de lo que crea,
yo Te seguiré Señor,
porque necesito aprender a rendirme
así como Tú Te entregaste
por cada uno de nosotros.
Señor,
no permitas que las ilusiones y los espejismos
de este mundo me confundan.
Que en cada momento pueda encontrar
la llama luminosa e inextinguible
de Tu maravilloso Amor para que,
sirviéndome de Tus más profundos y misteriosos Dones,
yo pueda representarte
como Tu apóstol y embajador de la paz.
No dejes, Señor,
que mis propias miserias
me arrastren hacia los abismos.
Hazme valiente y animado
para poderte encontrar siempre
en mi imperfecto camino.
Sostenme, Señor,
en los momentos en los que no comprendo
ni puedo trascender todo lo que me rodea.
Ayúdame, Jesús,
a ser inconmensurablemente misericordioso.
Retira de mi consciencia
cualquier indicio de mediocridad
y de falta de fraternidad,
porque al fin de esta larga caminata
en búsqueda de Tu Divina Presencia,
podré comprender, Señor,
que la vida es un regalo de Dios
y que ella está llena de oportunidades
para que, sinceramente, podamos amar
así como Tú nos amas siempre.
A pesar del cansancio, de las incomprensiones
y de los más íntimos secretos
que Tú conoces, Señor,
yo Te seguiré.
Porque el gran y único mérito de mi vida
será servirte y sufrir Contigo
lo que Tú ves del mundo para que
la ignorancia, la indiferencia y la impotencia
sean aliviadas en Tu Corazón,
por la entrega que hoy hago de mi vida a Ti.
No me abandones, Jesús.
Te necesito y Te espero
con el ardor de mi corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Aquellos que nada tienen, aquellos que nada quieren, aquellos que son pobres de espíritu y puros de corazón serán los pilares de la obra redentora de Mi Misericordia.
En los que nada aspiran, en los que nada esperan, en los que están vacíos de sí se establecen los pilares de la obra de Mi Misericordia y a través de ellos puedo hacer mucho más que con cientos de trabajadores en un viñedo.
Por sus frutos los conocerán porque todo lo que unan en el Cielo será unido en la Tierra, y todo lo que desunan en el Cielo será desunido en la Tierra.
Este es el tiempo de reconocer las virtudes y los dones que Yo hago florecer en el corazón de los simples. Pero también es el tiempo de reconocer Mi Faz en el semejante, en el que está solo, en el que está enfermo, en el sediento y en el agonizante, porque todo lo que le hagan al más pequeño de los Míos es a Mí que Me lo hacen.
Este es el momento de aliviar la pesada cruz del sufrimiento, de la indiferencia y del error que cientos de almas comenten, día a día, ante el Amor salvífico de Dios.
Es el tiempo de que dentro de cada uno de ustedes comprueben su entrega a Mi Sagrado Corazón.
Los bendigo y les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Ofrezcan a Dios todos los frutos que podrá traer esta próxima Maratón de la Misericordia a fin de que dichos frutos sirvan de ofrenda, de reverencia y de amor para que su Maestro y Señor los entregue como testimonio de amor y de devoción al Padre Eterno.
Ofrezcan lo mejor de ustedes para que su Maestro pueda seguir interviniendo en la situación espiritual de la humanidad, para que cientos de registros sigan siendo disueltos por el descenso de la Luz Crística.
No dejen de ofrecer lo máximo de ustedes para que en esta oferta también los Reinos de la Naturaleza, que son ultrajados, puedan recibir una nueva oportunidad de aprender y de evolucionar en otras esferas de consciencia.
Ofrezcan esta Maratón como una tabla de salvación para los más perdidos, pero también ofrezcan sus oraciones por las situaciones graves y desconocidas por todos, situaciones que solo ve su Maestro y Señor.
Ofrezcan cada momento como si fuera el último para que el triunfo y la victoria de Cristo se puedan seguir dando en el corazón humano, para que despierten los talentos y se entreguen a Dios todos los dones que moran en cada alma de la Tierra.
Ofrezcan sus corazones porque aún hay tiempo para clamar por la Misericordia, antes de que llegue el tiempo de la Justicia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Todos los que persisten y claman por Misericordia recibirán Mis dones y gracias porque, más allá de todo, el Maestro del Amor siente con sinceridad los efectos de esa entrega diaria que cada discípulo realiza en nombre del Amor.
El camino del apostolado promete, para los servidores de Cristo, acontecimientos y desafíos que los colocarán aún más en la Escuela del Amor, porque de esa escuela nacerán los Nuevos Cristos, los que concebirán en sí mismos la experiencia de la redención.
Cuando esa meta se realice, Mi Plan, en parte, estará cumplido.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Recoge los frutos de la Gracia de Dios en tu interior, esforzándote todos los días para expresar las virtudes y los dones que Él te entregó.
Que Sus bendiciones no permanezcan solo en tu corazón, sino que se expresen como forma de vida, como acciones, como verbo orante, como una palabra de auxilio y de amor, como un pensamiento que eleve la mente a lo Alto.
Esas son las formas de multiplicar lo que Dios te entrega, y de esa forma ser digno de una unión cada vez más profunda con el Padre.
Que tu ejemplo, hijo, siempre hable a los corazones sobre el amor y la unidad con Dios, porque esa es la forma que el Creador tiene para llegar a todas Sus criaturas: a través del ejemplo de transformación y de oración de los que sí lo escuchan.
Por eso, permite que tu ser se torne un instrumento de Dios. Cada día ama más lo que Él te entrega y aspira a que este Amor, que proviene del Padre, llegue a todos tus hermanos.
Ve y sirve, ora y multiplica el Amor de Dios en tu vida. Eso es cosechar los frutos de Sus Gracias en tu corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Finalmente, Mi Obra se cumplirá siempre en los corazones humildes, lugar y recinto en donde Yo podré llevar adelante Mi Plan de Amor y podré irradiarlo hasta los confines de la Tierra.
Silenciosamente, Me encuentro en el corazón de los humildes, en todos los que son capaces de representarme con humildad, transparencia y pureza. Yo residiré siempre en esos corazones, estaré presente para acoger al necesitado, al enfermo, al moribundo, al que aún no encontró Mi Luz.
En el corazón de los humildes Yo vivifico Mi Proyecto y cumplo, de tiempo en tiempo, con los pedidos de Mi Padre.
A través del corazón de los simples, Yo puedo elevar la consciencia de la humanidad y puedo santificar a los que ingresan, por primera vez, en Mi Camino.
En el corazón de los humildes Yo deposito, con confianza, Mi Iglesia Celestial y hago partícipe al corazón humilde de Mis Dones y de Mis Gracias.
En el corazón de los humildes encuentro la pobreza y el vacío, la simplicidad y la paz para poder regresar y aliviar Mi Espíritu.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando el Universo te permite ver algo en tu interior que debes transformar, no justifiques tus faltas por tu condición humana, que te hace sentir incapaz de transformarte.
La vida te coloca delante de tus miserias porque tu corazón está pleno de la Gracia y de la Misericordia de Dios. A través de ti, hijo, el Creador no solo transforma y convierte las faltas de tu corazón, sino de todos aquellos que no se abren verdaderamente para transformarse.
Decídete a ser otro en tu corazón, según los designios y la Voluntad de Dios. Decídete a dejar que las bendiciones que el Creador te entregó, como los Dones de Cristo, se tornen fecundas, y que multiplicadas en tu interior se tornen un bálsamo para todas las almas que tienen sed.
Decídete a amar el Plan de Dios, amar y respetar Su Voluntad para tus hermanos, y ora para que esta Voluntad se cumpla.
Ora, clamando por ti.
Ora, rogando por el prójimo.
Ora, implorando por el mundo.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Siente Mi Corazón cerca del tuyo y Mi Energía espiritual colmando cada rincón de tu ser.
Siente Mi Presencia en tu interior, el gran Universo de Amor que se expande dentro de ti y cómo tu alma se queda recogida por el bálsamo de esa potentísima Energía Divina.
Quédate dentro de ese vacío y descubre la magnitud de la humildad y el resplandor infinito del amor.
Sírvete de Mis Dones para que tu vida se transforme en el proyecto que tengo pensado desde el principio.
Siente la fuerza del Amor de Dios y cúbrete con Su Manto de pura Misericordia; así recibirás la simplicidad del Reino Universal y comulgarás, junto a los ángeles, de la poderosa Energía Divina.
Entrégate en Mis Brazos y así Yo te llevaré hasta las Moradas Cósmicas, en donde descubrirás la alegría de poder servirle a Dios y la gratitud de poder sentirlo y reconocerlo.
Que tu consciencia se expanda y que, en esa expansión, todo sea curado y redimido.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cánticos de Figueira - “Devoción”
"Devoción" es un cántico de Figueira que implora e invoca por la Misericordia cósmica y por una gracia universal, permeada por el único y absoluto Espíritu Divino Creador.
"Devoción" es un llamado, un pedido de los mundos más internos y profundos del alma de quien, en entrega y resignación, se ofrece al Creador para ser transformado, redimido y bendecido por la Ley Superior del Amor.
El cántico "Devoción" se nos presenta como llave de acceso a los Dones que ofrece Cristo; como es el Agua espiritual, uno de los alimentos milenarios de la Creación que santifica y quita la sed de los hombres.
A través de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad encontramos a Cristo, como el principal modelo salvífico para la humanidad y el planeta; lo encontramos en el mundo interno de cada ser, como el Redentor e Intercesor universal entre la humanidad y Dios.
Por esa razón, Cristo se presenta en el cántico "Devoción" con Su verdadera Faz, algo aún no reconocido por Su Iglesia en la Tierra, pero testimoniado en los diferentes Evangelios y, así como la Transfiguración de Jesús, un misterio aún por revelarse.
En este sentido, el cántico apela para que la vida de superficie sea corregida del desvío que ha vivido una y otra vez por ignorancia, soberbia y poder humano.
De esa forma, el cántico invita al devoto de Cristo a beber de la Fuente verdadera y pura que el Maestro le ofrece a todos los seres, para que cada alma sea completamente saciada por el Amor Redentor que brinda en este cántico la Divina Persona de Cristo en fusión con Su Divinidad.
El Agua que Él ofrece no solo purifica y limpia, sino que también redime y eleva a la consciencia de estado y de plano, a fin de encontrar el sentido espiritual de su existencia.
Así el Maestro apela a que todos se amen como hermanos, para que no existan confrontaciones y luchas entre los seres y los pueblos.
En el cántico "Devoción" se profetiza, en simples palabras, la importancia de que prevalezca el amor, a fin de disolver los conflictos y, posteriormente, las guerras.
Después de treinta años de la creación de estos cánticos y poemas de devoción a la Jerarquía, especialmente en este cántico "Devoción", se revela una advertencia para evitar catástrofes humanas.
Y, en verdad, sucedió todo lo contrario, porque el ser humano se dejó vencer por el poder y la arrogancia por conquistar el mundo, olvidándose de las reglas del amor y dejándose sumergir por el error.
Renovando el apelo de esta sagrada profecía expresada en este cántico, los últimos Cristos serán los que colocarán nuevamente en el sendero correcto a la vida humana, la que se ha pervertido, separándose de la verdadera razón de su existencia.
Los últimos Cristos serán los que darán su vida por los demás.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Décimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Libera mi alma, querido Jesús,
de todas las invenciones del mundo,
que ella pueda despertar
a la pureza y al amor compasivo
por medio de Tu divina
y poderosa intercesión.
Señor, hazme libre
de resentimientos y de culpas.
Construye a través de mi servicio a Ti
todos los planes y dones
que Tú, amado Señor,
has pensado.
Conságrame a Ti, Señor,
aun en los momentos de prueba
y de desafíos de la vida.
Hazme partícipe
del Sacramento de la Reconciliación,
y que todos los días yo pueda
confesarme Contigo abiertamente
para que mi pequeño espíritu sea renovado
todo el tiempo que Tú,
Maestro del Amor,
consideres.
Abrázame, Señor,
en las noches de frío.
Cobíjame, Señor, en Tu regazo
para que cerca de Tu Corazón bondadoso
pueda adorarte como el gran Templo vivo
y divino de Dios.
Te doy las gracias
por concederme Tu eterna Paz.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más