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Camina a Mi lado a pesar de las tempestades espirituales de estos tiempos porque así, bajo Mi insondable apoyo, aprenderás y conseguirás superar los próximos e inesperados obstáculos.
Permite que el Rayo de Mi Piedad llegue a tu corazón para que, más allá de todo, recuerdes todos los días que existe algo mayor y poderoso que viene en auxilio de la humanidad y que se llama Amor.
Antes de querer o aspirar a conocer las realidades del Universo, debes aprender a desviar los embates espirituales que llegan a tu encuentro.
Por eso debes actuar con inteligencia y no con negligencia. Así conseguirás, en la tensión ardiente poder comprender, más allá de todo, los tiempos diferentes que se están aproximando y saber cómo actuar y proceder en el momento justo.
Camina a Mi lado para que aprendas de Mis comandos; para que seas, no solo un soldado de la paz sino también un guardián del Plan Divino, un instrumento que pueda compartir el Amor que Yo tengo por Mis discípulos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
De tiempo en tiempo, escojo a los lugares más necesitados del mundo y, con lo que Mis hijos Me dan, Yo voy al encuentro de las peores y más hostiles situaciones del planeta, a fin de que al menos un alma despierte entre tantas que hay perdidas.
Por eso, a donde Mi Padre y Mi Hijo los envían es para contrarrestar, espiritualmente, la perversión y la libertad descontrolada que millones de consciencias viven diariamente dentro de las grandes ciudades del mundo.
Así, coloco en las primeras filas de la batalla a Mis soldados de la paz, para que Me ayuden a transmutar y a soportar el caos de este mundo a fin de que más almas despierten en estos tiempos.
Pero, a pesar de todo eso, como Madre, no los dejo solos en esa misión.
He venido primero a la ciudad de Santiago para sacarla de su más arcaica resistencia, para que los corazones que aquí se encuentran perciban la ilusión espiritual que viven y cómo les hace falta esforzarse más para salir de la comodidad y del confort.
Por eso, vengo nuevamente a Chile para dar continuidad a lo que una vez hice en Peñablanca, a fin de que las almas que aquí se encuentran avancen hacia Dios y no retrocedan como lo están haciendo, desde hace más de treinta años.
Como Madre, vengo para pedir que los corazones alcancen el verdadero y no el tibio arrepentimiento. Por eso, necesitaré remover lo que está inmóvil, para que las consciencias tengan una mínima oportunidad.
Si esto no sucede pronto, la nación será fuertemente movida como lo fue en otros tiempos; solo que, de no cambiar, este próximo movimiento sería peor.
Invito a todos los corazones chilenos a dar respuesta al llamado de su Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Eleva tu consciencia como las montañas y siéntete parte de un gran misterio.
Ante tus ojos se develan todos los secretos del universo.
Las llaves más seguras son entregadas en las manos de los humildes.
Los portales al infinito se abren para que los más simples puedan pasar hacia recónditos espacios de la vida universal.
De forma cíclica y armoniosa, los tesoros más sagrados se muestran a los que los quieren ver, para que puedan reconocer en su interior el mayor tesoro de la Creación, el Amor.
Los caminantes de la fe encienden sus antorchas en el gran Fuego de toda la existencia e iluminan los caminos sombríos de los que aún no pueden reconocer su propia luz interior. Nunca se separan porque, en lo profundo, saben que un Propósito deberá cumplirse.
Por eso, poco a poco, caen los velos de la consciencia para que cada espíritu, como cada corazón, se torne consciente del efecto de sus hechos y de sus experiencias de otrora.
Pero, ante la señal de la Verdad, los viajeros se postran, porque saben que en su camino siempre estuvo la mano infinita del Amor que a todo guiaba y amparaba.
Los ojos de los no rendidos se llenan de intensas lágrimas; al fin pueden sentir que solo el amor es lo que todo transforma, eleva y cura.
Llegó el tiempo de que los buscadores del camino depositen, a los pies del Templo, todas las espadas, para que así se cumpla la rendición de todos los errores.
Mientras los espejos se encienden ante la mirada de los puros, en el escenario de la vida se reflejan los primeros momentos de una inolvidable paz.
Cada paso que da el peregrino es un paso que da la dormida humanidad.
Cada entrega incondicional es la Cruz de la victoria redentora que se plasma en alguna parte de la superficie.
Así, lo que está lejos de los corazones comienza a aproximarse, y la Fuente del Amor retorna con un ímpetu desconocido.
La Obra se realiza en nombre de la indiferencia de la mayoría, y los arcos de luz se abren, más allá de todo, a los que no los merecerían ver.
Los apóstoles sienten en su interior la acción de la Misericordia y nadie queda sin saber que la hora de la redención se aproxima.
Se preparan los jardines de las almas, lugar en donde el Maestro, entre los maestros y sabios, posará Sus humildes Pies.
Mientras tanto, todo se purifica dentro y fuera de las consciencias con el fin de que la mayoría esté libre de los errores antiguos.
Una luz de renovada esperanza surge en el horizonte y todos la pueden ver.
Así, son llamados nuevamente a la vivencia del verdadero amor.
Los caídos en las tinieblas son sacados de esos espacios.
El amor se vuelve Misericordia para salvar a quien se quiera salvar.
El tiempo del reloj está marcando la hora prometida.
Que los seguidores de la Luz y de las tormentas laven sus pies en la Fuente para que, limpios, puedan estar sentados a la mesa y a la espera del Gran Maestro.
Una sabiduría inexplicable desciende hasta en las mentes más obtusas. El fin es que los más duros de corazón se abran a la llegada de la Verdad universal.
Los caminos de antiguas y pesadas historias son modificados.
La Justicia y su severidad son cambiadas por la acción del Amor y de su eterno poder.
Todos son reunidos, a pesar de sus diferencias e historias. Todos, sin excepción, son colocados por un momento en los Brazos del Divino Padre.
Todos perciben que nunca hubo ganadores ni perdedores, sino almas que experimentaron diversos caminos de redención.
Así, el nuevo sol nace en el universo de los que estaban en penumbras, y la Luz comienza a florecer como las rosas en un jardín de invierno.
Todo se transforma. La Gracia, como principio mayor, todo lo hace posible.
Los soldados, tomados de las manos, se unen para concretar la última fase del Plan de Redención.
Se escriben, en los Libros del Universo, estos momentos.
Que los oídos internos estén atentos para que escuchen la sagrada palabra de la Luz que todo transfigura.
En unidad se eleva el estandarte de la redención.
En amor se cumple el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El arte de cantar…
Queridos hijos:
Llegamos al cierre de un ciclo, ciclo que desde el principio ayudó a la consciencia de la humanidad por medio de la música, de las voces y de los instrumentos.
En este ciclo que hoy se cierra, ustedes tuvieron que aprender a afinar su paciencia, a elevar cada vez más el amor de sus corazones en cada nuevo encuentro de música y a trabajar la entrega de sus vidas por la unidad y la fraternidad entre todos los participantes.
Desde ahora les digo, que todos Mis hijos cantores fueron colocados, a lo largo de los últimos tiempos, en la prueba de la constante superación de sí, a fin de poder liberar a la raza humana de todo lo que condiciona su evolución y su despertar.
Así, a través de los encuentros de música, ustedes estaban enfrentando la propia condición humana, que es un factor determinante en la humanidad, que entorpece el libre caminar de los soldados del Plan.
En verdad les digo, a todos Mis hijos cantores que, en estos encuentros de música nunca faltó el amor, aunque aparentemente no haya estado tan presente en todos. El amor entregado durante todos los encuentros de música, ayudó a gestar las condiciones necesarias para que su Madre Celeste pudiera trabajar con la humanidad y con el planeta.
A todo esto, a Mis queridos hijos cantores del grupo en peregrinación le llegó en este día el último desafío: dar todo por el todo, colocándose en la escuela del sacrificio, del esfuerzo y de la renuncia, para que, en esta tarde, la música dé los frutos necesarios que los prepararán para comenzar el nuevo ciclo de estos encuentros.
Afirmo que es difícil reunir para cantar a consciencias tan diferentes unas de las otras; es un verdadero milagro que, en tiempos de crisis planetaria, los encuentros de música se realizaran victoriosamente.
En este sentido, para que esto fuera posible, nunca les faltó la ayuda del Cielo y de los ángeles, para que la esencia de los encuentros de música y su propósito se pudiera cumplir.
Hoy también dedico este mensaje a un pequeño hijo Mío, que ha sido para su Madre Celeste, testimonio de la perseverancia y del esfuerzo, al momento de tratar y de trabajar con las almas en esta osada misión de reunirse para cantar por la cura de la humanidad.
Envío para ese pequeño hijo Mío, todo el Amor de la Madre de Dios y desde ahora agradezco que el planeta haya sido tan, pero tan ayudado por todos los encuentros de música sucedidos y que esto evitara la activación de las guerras.
En el cierre de este ciclo de encuentros de música, pediré a cada cantor, instrumentista y compositor, que reflexione sobre todo lo que ha sucedido y que colocando su mano en el corazón, confirme a su Madre Celeste cómo podrá ayudar mejor, para que estos impulsos sigan llegando a la humanidad.
Con más consciencia sobre los verdaderos acontecimientos que mueven los encuentros de música, sus vidas serán más fraternas, abnegadas y disponibles a cumplir los designios de Mi Inmaculado Corazón.
Por último, recuerden que estos encuentros de música disolvieron los infiernos terrestres y aplacaron el caos planetario.
Les dejo esta reflexión, a la espera de que en el próximo encuentro de música, de aquí a seis meses, las consciencias se hayan elevado en fraternidad hacia el divino propósito.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica en el amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Entre pocos se reconstruirá la Nueva Tierra, y de ellos nacerá el alivio para todo lo creado. Por eso, en este ciclo los esfuerzos serán grandes y los pasos que se deberán dar serán cada vez más grandes que las posibilidades de todos.
Llegó el momento de dar ese salto hacia la confianza mayor de Dios. El Padre y Su amado Hijo nunca desampararán a Sus discípulos, porque así, podrán dar los pasos que harán ascender en muchos planos a la consciencia humana.
Atavismos deberán ser vencidos, y para eso la concentración y la paciencia serán llaves que permitirán construir dentro de cada soldado una sólida fortaleza que hará de él, en cada etapa, un servidor pleno en las Manos de Dios.
Abismos deberán ser cruzados, infiernos de la consciencia deberán ser cerrados. Pero, por encima de todo eso, estará la mano guía de Aquellos que en el principio guiaron a las estrellas. Estamos en el momento en donde la balanza es mostrada para que cada uno se defina y coloque su peso en uno de los platillos.
La Gracia hará de las cosas imposibles, conversiones grandiosas. Solo que los discípulos de Cristo no podrán bajar los brazos antes de tiempo. Todo estará permitido y, de las elecciones de sus semejantes, muchos aprenderán a amar lo que nunca consiguieron amar.
Valentía, coraje, paciencia y, sobre todo, amor en la consciencia ayudarán a atravesar este tiempo planetario de inestabilidad.
Que los que aún persisten sepan que estamos con ellos. El Padre Celestial Nos envía desde lo más Alto del universo para hacer que se eleven los que acepten el rescate final. ¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los contempla y los impulsa,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Llego como un sol al mundo para poder hacer brillar la luz de Mi Corazón en las esencias. Mi único propósito es que Mis hijos de la Tierra reconozcan a Dios en su interior para que, despertando a ese conocimiento, la humanidad abrace la Voluntad de Dios.
Es así que las consciencias encontrarán el sentido espiritual de vivir en este tiempo y, sobre todo, de estar sirviendo internamente a la Creación.
En consciencias despiertas su Madre forma a los nuevos soldados que, sumergidos en la oración, toman contacto con lo que verdaderamente son y con lo que han venido a cumplir. Por eso, amar la Voluntad de Dios requiere que los discípulos den un gran paso, que siempre los colocará del otro lado de la experiencia para que finalmente el aprendizaje sea completado.
Es así que el camino de la entrega posibilita que la consciencia en su más amplia disposición realice en todos los sentidos los Designios de Dios. Y, atrayendo hacia la vida y hacia la materia cada fase del Plan, la humanidad será altamente beneficiada hasta con los pequeños sacrificios.
Quisiera que Mis hijos penetraran en el misterio de la Divina Voluntad ingresando por medio de la oración y del servicio en ese amplio campo de la consciencia. Porque de esa forma el Plan estará más encaminado al contar con las manos de todos sus servidores, de aquellos corazones que en este tiempo se disponen a concretar la Obra Divina.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los contempla con amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras la batalla entre la luz y las tinieblas se desencadena sobre la superficie de este planeta, quisiera que todos los orantes del mundo mantuvieran la convicción de orar con fervor, amor y devoción; de esa forma su Madre Celeste podrá contar con todas sus oraciones para hacer triunfar en el mundo, y sobre todo en la humanidad, el Plan del Amor de Dios.
Hijos Míos, que por sus oraciones y sacrificios diarios todas las barreras y los obstáculos que impone Mi adversario, a través del conflicto y de la desarmonía, sean trascendidos por la acción poderosa del fuego de la oración.
Es así que progresivamente, queridos hijos, su Madre Celeste mantendrá bajo un cierto orden todos los planos tanto el espiritual, como el mental y el material.
Cada uno de ustedes en este ciclo deberá proponerse, como ejercicio espiritual dentro de Mi discipulado, la meta o el propósito interior de superar y de abandonar la indiferencia ante los acontecimientos que se precipitan día a día sobre algunas naciones del mundo.
Es así que, con la minoría de los soldados despiertos a Mi llamado, Yo haré triunfar el Plan redentor de Mi Amado Hijo antes de Su próximo retorno.
Hijos Míos, con toda la devoción e imploración de sus espíritus, recen con amor y confianza para que la propia oración del corazón los pueda guiar en este momento y sobre todo pueda ayudar espiritualmente a muchísimas almas, las que en este mismo tiempo están atravesando el ciclo de la tribulación planetaria.
Abiertos a escuchar la voz de su Madre Celeste, les pido, queridos hijos, que tengan bien presentes Mis pedidos, porque ellos son luces divinas en medio de la oscuridad de estos tiempos.
Con la fe y el amor del corazón, Mi adversario perderá la batalla, crean en eso.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Está entre ustedes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras en el mundo y sobre las naciones se precipitan todos los acontecimientos, los invito a orar con el corazón, cada vez más profundamente.
Los invito a ser representantes de la paz que tanto necesita la humanidad. Con sus corazones valientes cambiaremos este planeta, y los oprimidos recibirán la oportunidad de estar rápidamente en libertad.
Vengo con Mi espada de Luz a liberar del error a cuantos se sumergieron en él. Vengo a mostrarles a Mis hijos que existe un camino verdadero de salida para liberarse de sí mismo.
Es hora de que los soldados de Cristo lleven en sus labios la Palabra de salvación y de consuelo que muchas almas esperan.
Por eso, hijos, vengo a motivarlos a vivir el servicio por el Plan, para que sus consciencias siempre estén prontas para saber responder al llamado del Cielo.
De esa forma, Mis queridos hijos, los preparo conscientemente para que sepan abrir las puertas en el momento de vivir su redención.
Que, en este tiempo desconocido que recién se inicia, el camino del servicio y de la paz sea la tónica de sus vidas porque el planeta lo necesita y la humanidad entera debe aprender a servir al Plan de Dios.
Que, en esta hora aguda del planeta, todos los soles de corazón puedan brillar y demostrarle a esta civilización humana que es tiempo de mirar a Dios y de servirlo con humilde prontitud, para que así la mayoría no se quede atrás.
La vida del mundo podrá ser tentadora, pero sepan que quien ama el Plan de Dios encuentra todos los recursos para poder vivirlo y así formar las bases de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los impulsa a servir,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
¡No teman! ¡No teman! la verdad se anuncia a los corazones valientes, capaces de conocer los tiempos finales y, aun así, aceptar vivirlos con la paz del corazón y en profunda entrega a Dios.
Hijos, ¿por qué les revelo los acontecimientos finales? Porque es parte de su redención y de su camino de transformación en Cristo que sean conscientes de estos tiempos, así como Mi Hijo conocía la cruz que cargaría, no solo en el Calvario, sino hasta los días actuales.
La Pasión de estos tiempos será larga para muchos y forjará la fortaleza interior de los que aún no se fortalecieron para cumplir la voluntad de Dios.
Nada se asemejará a la batalla que vivirán después de los mil años de Paz; sin embargo, la transición de los tiempos y la ruptura de las ataduras les permitirán traspasar los obstáculos que vendrán más allá de esta vida y más allá de este mundo.
Mis soldados ya están preparados para vencer las tentaciones del adversario, pero lo que más les costará, hijos Míos, es vencer dentro de ustedes mismos aquello que todavía aspira a vivir esas tentaciones. No será la tentación en sí su prueba, sino la batalla con sus núcleos más humanos, que tienden a responder a esa tentación.
En el ciclo anterior, se encontraban en las primeras horas del Getsemaní, aprendiendo a vencer las tentaciones, a renunciar, a entregar la propia vida. Ahora, están en las últimas horas de agonía en el huerto, en el momento en que Mi adversario les presenta las tentaciones del mundo y el Creador les presenta la cruz.
La gran prueba de estos tiempos será renunciar a los placeres mundanos para encontrar en la cruz un regocijo escondido, una victoria que se encuentra oculta en la trascendencia de sí mismo, del sufrimiento, del dolor, del aparente fracaso; la victoria que se encuentra en la vivencia del perdón, de la humildad, de la compasión, de la piedad, del abandono de sí mismos; una victoria que comienza cuando dicen sí a la voluntad superior y abrazan la cruz de estos tiempos, que es la propia purificación y transformación, para que, a través de la persistencia, venzan la obscuridad de los propios cuerpos y de la consciencia humana como un todo, para que emerja la luz y triunfe en cada espacio de sus seres.
Hijos Míos, el Pan ya se repartió en la Mesa del Señor; ya reconocen la necesidad de entregar la propia vida, por amor a sus hermanos que viven en la ignorancia, y por el triunfo del Creador en cada esencia humana. Las primeras tentaciones ya fueron vencidas. Muchos ya pueden soportar la soledad de este Getsemaní de los tiempos de hoy y otros están aprendiendo a encontrar la verdadera fortaleza en Dios y no en los hombres, tampoco en la propia humanidad.
Ahora, les llegó la hora de decir "sí", el último "sí", el "sí" definitivo.
En seguida llegarán a sus vidas, a la consciencia planetaria, los fariseos, representados por las corrientes que descenderán a través de la batalla entre el caos y la Luz Divina, y que colocarán a la consciencia humana definitivamente en su Pasión, en la transición planetaria, en el momento de cargar la cruz y trascender toda apariencia, para vencer, por medio de la fe, las pruebas que se presenten.
Mis amados soldados e hijos tan queridos, fortalézcanse siempre en Mi mirada, en Mi presencia, porque Yo acompañaré el Calvario de estos tiempos.
Será Mi Piedad que, unida al perdón de sus corazones, abrirá nuevas puertas para la evolución humana; renovará el principio de la Misericordia en un nuevo atributo divino, que convertirá no solo los errores de consciencias e individuos, sino de civilizaciones enteras.
Ese atributo divino generará meritos no solo para la redención de la raza humana, sino también de todas las consciencias que, en todo el Cosmos, se abran para esa suprema transformación y reconciliación con Dios.
El triunfo del Creador en el corazón humano, en toda una raza, será el anuncio del mayor milagro de amor de toda la Creación. Ese triunfo generará la redención universal.
Sonarán por fin las trompetas de los mil años de Paz, para que un nuevo ejército se forme y, con mayores grados de amor, se preparen para la última batalla, antes del supremo triunfo de Dios.
Sientan en Mis palabras la importancia de la vida en la Tierra, la importancia de la vida de cada uno de ustedes, y sigan adelante proclamando la voluntad y el Plan de Dios, aceptando ese Plan con amor, más allá de las apariencias y los desafíos delante de los cuales él los colocará.
Digan siempre sí y no miren para atrás. Encuentren la fuerza para seguir adelante, en la Paz de Mi Inmaculado Corazón
Yo siempre los acompañaré del Calvario a la Resurrección y en los mil años de Paz.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La bestia de los últimos tiempos y la Mujer de todos los tiempos
Una señal inminente se precipitará sobre el mundo y revelará claramente a todos que los últimos tiempos han llegado.
Esa señal, que llegará al mundo, abrirá el último y gran abismo; y la bestia furiosa, que estaba presa en sus infiernos, saldrá a la superficie. El mundo no verá una bestia material, pues ella con su astucia ya está conquistando a muchos e inocentes corazones.
Esa señal, que llegará al mundo desde el universo, le revelará a los orantes cuánto la bestia ha reinado en las consciencias principales de este planeta. Su gran ostentación es llevar a los corazones al constante pecado; por eso, la bestia, que está aún en su abismo, se fortalece con los deseos que viven todos los hombres en esta vida material.
A la bestia no le apetecen las almas que son más conscientes, sino que ella siembra con su astucia la indiferencia y la omisión.
Ella no desiste de buscar a los más valientes; sus garras están sobre los grandes gobiernos del mundo, los que en consecuencia someten la dignidad de las almas y su evolución.
Cuando la bestia salga de su abismo, todos los pecados capitales estarán en una gran y decadente exacerbación; como muchos están pensando, todo estará permitido, aun el libertinaje y la superstición.
La bestia se alimenta del fracaso de sus semejantes; pero no sabe que la oración vuelve invisible a las almas y las aparta de sus garras. La bestia desenvuelve su furia a través de los conflictos y todos los que viven en conflicto atraen hacia sí la furia de la propia bestia.
En cambio, el alma que ora construye y se eleva, sabe sustentarse a sí misma y al planeta, y está más libre de la decadencia. Pero la bestia ya sabe que deberá ir en búsqueda de los hijos del Sol.
Por eso en esta hora, la Mujer Vestida de Sol está corriendo al desierto y les está señalando a Sus amados hijos que es hora de trabajar inteligentemente.
La bestia no solo intentará que no nazca ningún Cristo, sino que con su falso poder intentará destruir todo lo que una consciencia de la Luz haya construido internamente. Para estar protegidos de esos embates de la bestia, deberán estar atentos y vigilantes a todos los estímulos externos que les harán perder los verdaderos códigos crísticos.
La bestia, desde su reinado, manipula a las naciones y al mismo tiempo a sus gobernantes. Quien en verdad no está en Dios, no conseguirá escapar de esas filosas garras, porque la bestia se crea y se recrea en los pecados capitales que, en verdad, son las raíces de la maldad y de la perdición de millones de almas en el mundo.
Cada vez que una consciencia abre la puerta de su ser a esas tentaciones, aunque sea esporádicamente, la bestia se satisface con esas energías y dicha consciencia ingresa conscientemente en el reino de la bestia.
La bestia que somete al mundo es generada, de tiempo en tiempo, por los hombres; y los propios hombres reciben de la bestia todo el castigo. Pero una Luz esperanzadora desciende del universo y la Madre de Dios, la Mujer de todos los tiempos, batalla con la bestia de otra forma, para poder disiparla cada vez más de la consciencia del planeta.
La bestia sabe que le queda poco tiempo; pero en ese tiempo que le resta, querrá llevarse a su abismo a la mayor cantidad de estrellas caídas y no caídas. Por eso, los hijos de la bendita Mujer no podrán dormirse, porque ante cualquier movimiento astuto de la bestia, la batalla podría perderse.
Que la inteligencia de los soldados esté en la vigilancia de sus deseos y expectativas, la bestia se revuelca como un cerdo en las cosas superficiales y mediocres.
Para debilitar a la bestia, que la propia humanidad ha creado y que ahora es incontrolable, será necesario amar el Plan de Dios y vivirlo como si fuera lo primero en sus vidas, porque la bestia no conoce el amor interior de las criaturas, no conoce el amor que enseña Cristo; ese amor que la hace débil y la enferma al punto de dejarla inmóvil muchas veces.
Si ese amor siempre fuera lo suficientemente grande y verdadero, la bestia ya no tendría su reinado en Medio Oriente.
Que la escuela del Amor de Cristo motive a las consciencias para que abandonen la ilusión; porque mientras sus consciencias estén en dos caminos, estarán abriendo la puerta para que la bestia entre. Sean inteligentes y que, por su oración, la bestia sea desactivada.
La Mujer de todos los tiempos les vuelve a indicar y a marcar el camino, para que la mayoría de las almas no se desvíe del camino de la Luz.
Pero para vencer a la bestia, la Mujer deberá contar con soldados consagrados física y espiritualmente para que, a nivel universal, ese acto de consagración testimonie y confirme que la bestia será expulsada del planeta.
La propia humanidad deberá generar las condiciones para que todo pueda revertirse. Mientras el deseo desenfrenado y los pecados capitales sigan alimentando a la bestia, el planeta no tendrá paz.
Por eso, con más consciencia e inteligencia que la propia bestia, ayúdenme a vencerla a través del amor y de la unidad que aún no vive la humanidad.
Todos los días, refúgiense en el desierto de la Santa Mujer para estar protegidos, porque la bestia no conoce el vacío de sí, no sabe de qué se trata.
Por eso, sin motivaciones externas, que son las cosas que atraen a la bestia hacia la superficie de este planeta, trabajen en este tiempo para crear condiciones evolutivas opuestas a las condiciones que desde siempre han vivido en esta humanidad.
Que en esta hora, Mis hijos perciban que ya estamos en otro tiempo y que es urgente cambiar de actitud verdaderamente, porque así la máscara de la ilusión y de la ceguera caerá de muchos rostros que aún están dormidos y no consiguen ver la Luz de la Divina Misericordia.
Quisiera ver a Mis soldados bien despiertos y no inertes, porque la bestia se alimenta y se estaciona también en la comodidad y en el mínimo esfuerzo; ella es repelida por el sacrificio.
La bestia le teme a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por acompañar en consciencia los últimos y esperados tiempos!
Los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El mundo está sordo y no escucha las Palabras de Dios, las que llegan por medio de Sus Mensajeros Celestes. La sordera del mundo fue causada por los vicios materiales, las modernidades y el descontrol total de la vida; así las almas están presas de esas fuertes cadenas y son encarceladas en la prisión de la vida terrenal.
La fuerza interior se apaga, la llama del amor no consigue perdurar en ellos, y Yo vengo del Cielo para salvar a los que están perdidos y ciegos por apartarse del camino espiritual.
Veo cómo Mis hijos, los hijos que Jesús Me entregó en la Cruz, se dejan llevar por las cosas superficiales y desisten de seguir avanzando por el sendero de la luz.
Todo está en su Juicio y eso, hijos Míos, es inevitable. Por eso, una y otra vez, con todo el amor del Universo, vengo a llamar a Mis hijos para que despierten del sueño del cual aún no han despertado.
La mediocridad de la vida humana es muy grande y eso no deja que la Luz del Reino de Dios pueda penetrar en los grandes abismos de la Tierra. Es así, que la Jerarquía Celeste lleva adelante un plan para ir disolviendo poco a poco el hipnotismo global de la humanidad.
Vuestra Madre Celeste reúne a los soldados y los convoca a la oración por la paz, para que las vendas caigan de los rostros y los corazones puedan sentir por un momento que el Amor de Dios descendió.
El Padre desea lo mejor para cada hijo Suyo; las almas son las que deciden desviar, bien lejos de sus vidas, ese deseo íntimo de Dios.
El mundo como un todo ha decidido aprender a través del dolor, de la indiferencia y del pecado. Pero eso no es justo para el planeta ni para los Reinos menores de la Naturaleza, que cargan con el resultado y las consecuencias de las acciones humanas.
Yo vengo a retirar las vendas de los ojos de todos Mis hijos para que puedan ver y sentir que más allá de esta realidad concreta existe el Universo celestial, que es el Reino Mayor que siempre les proveerá todo lo que necesiten. Y aún muchos demoran en despertar a esa realidad celestial y sufren, solo sufren.
Es hora de traspasar las capas de la inercia humana y de animarse a descubrir el Amor de Dios mediante el Amor de Su Hijo Amado.
Les dejo esta reflexión para que trabajen.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración eterna,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vuestra Madre Poderosa ahora pisa con Sus benditos pies la cabeza de la serpiente para que triunfen la redención y la libertad en los oprimidos. Esa cabeza del mal, es la que genera discordia, falta de amor y una conquista ilusoria del planeta y de la humanidad. Temerosa está la serpiente, porque es pisada por la fuerza inquebrantable de las almas que oran sinceramente para que se establezcan los mil años de paz.
Vuestra Madre Poderosa mientras pisa lo que causa el dolor y la guerra, extiende Sus brazos sobre el mundo, para que él sea rodeado por la Infinita Gracia que brota de Sus santas manos. Así, la profecía de San Juan Apóstol se está cumpliendo. Mientras la Madre de Dios pisa con Sus pies a la feroz serpiente del mal, es hora, hijos Míos, de que oren más de corazón y no tan solo de palabra. Es hora de que definan a tiempo si quieren vivir en esta escuela orante que les ofrece Mi Corazón.
Las almas buenas, las que están siendo congregadas por la Madre Celeste, están consiguiendo dar los pasos hacia el Propósito de la Luz.
Mientras la Mujer Vestida de Sol presiona con Sus pies a la astuta serpiente, la que imparte por el mundo todos sus venenos de caos y de perdición, que Mis hijos aprovechen para tornar santa cada una de sus acciones, así como cada uno de sus actos y pensamientos en los tiempos de hoy.
Aún cuando la serpiente feroz no soporta la victoria interior de las almas que se abren para expresar sus vidas a través de la caridad fraterna y del servicio, una batalla inminente se precipita sobre algunos de los soldados de Cristo; la lucha por el Reino de la Paz ya comenzó, y nadie podrá quedar afuera de este acontecimiento.
Aunque la mala serpiente recibe el peso de la Justicia Divina, aún la batalla final no ha comenzado. Dichosos aquellos corazones atentos y no ingenuos: todo está sucediendo en el plano espiritual, todos los soldados marianos batallan en esta guerra a través del poder del verbo de la oración, el que decreta las Leyes superiores para tiempos imposibles.
En esta hora, el dragón se revuelca dentro de su abismo, y la furia de su veneno intenta repeler las buenas acciones de paz que el mundo silenciosamente está alcanzando a través de algunos seres.
Nunca más habrá tregua, esta es la última. Por eso mientras Vuestra Madre Poderosa sujeta la furia de la serpiente venenosa, que los apóstoles se preparen para correr hacia el interior del desierto de Adonai, en donde todos estarán protegidos.
El falso dragón intentará imitar a los verdaderos espíritus iluminados, pero en una de sus patas se podrá ver el defecto de una gran fantasía espiritual.
Quien ore con firmeza no será tibio durante la batalla, cada alma verá dentro de sí lo que nunca ha conocido.
A pesar de que la serpiente enviada por el dragón esté bajo el peso de la Luz de Vuestra Señora, la batalla continuará, y las pruebas se agudizarán de la noche a la mañana.
Será el momento de la fidelidad de parte de todos, pues en verdad les digo, hijos Míos, ya no habrá lugar ni espacio hacia dónde correr, sino solo hacia el Corazón del Padre Celestial, que está atento a los pasos que Sus criaturas lentamente se están animando a dar.
Todo tendrá un ciclo, pero mientras la serpiente esté bajo los pies de Vuestra Madre Poderosa, apresuren sus pasos espirituales, aún las últimas legiones humanas están siendo formadas en medio de la batalla que definirá el próximo reino.
En las invisibles nubes del universo, Mi Hijo, el Rey, observa todos los acontecimientos. Él está siendo vestido por los ángeles sacros, con lienzos y túnicas resplandecientes, presencia que Él revelará al mundo en el momento más agudo que ya se aproxima.
Que los orantes no sean temerosos, pues todos verán a tiempo la purificación total de la Tierra. Únanse a sus ángeles de la guarda, ya no dejen espacios en la consciencia para energías superfluas.
No dejen de atender el llamado a la permanente oración del corazón, eso ayudará mucho a Vuestra Madre Celeste, que estará por un tiempo más pisando con Sus pies la cabeza de la serpiente, para que así el mayor número de almas presas e ignorantes, sea arrebatado por la presencia del Amor Superior, el que las despertará en esta hora definitiva.
Sus consciencias ayudarán mucho para esta construcción espiritual que Vuestra Madre está realizando por la salvación de muchas almas dormidas.
La serpiente feroz no soporta las semillas que están siendo sembradas a través de las misiones. En la apariencia de que nada grande está sucediendo, la Divinidad Celestial, el Padre-Madre Creador, está tomando partido, y las esencias ya reconstruidas en lo más profundo de las consciencias, están volviendo a sentir esperanza, confianza en el amor, en la paz y en la fe, lo que las hace abandonar la ira, la opresión y el constante castigo.
El triunfo de los Sagrados Corazones será sorpresivo, y nadie podrá oponerse a ello.
Cuanto más amor y consciencia tengan las almas sobre la realización del Plan, el dragón que se revuelca en su abismo será vencido de otra forma por las legiones del Arcángel Gabriel, sin que el dragón escape hacia la superficie del planeta.
Sus planes son derrotados y esto despierta la furia contra los amigos de Cristo. Pero ellos podrán estar protegidos cuando se viva la obediencia. Ya no habrá tiempo para reparar las fallas cometidas dentro de los comandos humanos.
Solo habrá que seguir la dirección espiritual que estará siendo indicada por las Jerarquías Celestiales, ya no habrá dos caminos para poder elegir. Eso los hará mantenerse adheridos o no a la Voluntad Superior.
Que Mis hijos orantes estén preparados para lo que sucederá. Les pido que nadie pierda tiempo en lo insignificante, y que sí ponga atención en los detalles del día a día, allí estará la protección de todo.
Mientras Vuestra Madre Poderosa aísla a las almas del peligroso veneno de la serpiente, avisen y anuncien al mundo que aún las entrañas más profundas de la Misericordia de Cristo estarán abiertas, durante la próxima Sagrada Semana, en la cual las almas y sus núcleos internos terminarán de sellar su compromiso eterno con el Padre Celesital.
La hora está marcando que llegó el momento del despertar. La operación angélica ya comenzó en la víspera del Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Consciencia Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Querido hijo:
Quédate en paz, todo pasará.
Quédate en paz que el alma se alegrará.
Quédate en paz a pesar de las tinieblas. El amor vencerá, y la victoria de la Luz se establecerá.
Quédate en paz porque Mis manos te guiarán.
Quédate en paz porque Mis pies te indicarán la senda.
Quédate en paz porque tu espíritu siempre vencerá.
Quédate en paz porque en Mis brazos tú ya estás.
Quédate en paz porque Mi Corazón triunfará.
Quédate en paz porque Mi Reino encontrarás.
Quédate en paz porque nada perderás.
Quédate en paz porque Mi Luz y la Luz de Mi Hijo siempre brillarán.
Quédate en paz porque Dios te contemplará.
Quédate en paz y confía en el Propósito Mayor.
Quédate en paz porque el mal se extirpará, y ningún alma perderá la oportunidad de despertar.
Quédate en paz, eres Mi soldado de la paz.
Quédate en paz porque Mis ángeles te acompañarán.
Quédate en paz porque la Luz vencerá.
Quédate en paz y confía en el Gran Maestro de la Verdad.
Quédate en paz y siente profundamente Su bondad.
Quédate en paz y reza por toda la humanidad.
Quédate en paz, el Amor de Dios te colmará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Cielo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las Puertas del Cielo se abren por la oración de todos Mis hijos, otras puertas se abren hacia los abismos para hacer que las almas se pierdan.
Las puertas del mal son abiertas por las alianzas de los enemigos con otras consciencias, lo que cambia abruptamente el destino de la humanidad.
Todos los seres de la Tierra son responsables de que eso suceda, pero el poderoso caudal de la oración no permite que esas realidades se expandan por el mundo. La oración, la comunión reparadora y la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo evitan que muchas más almas se comprometan con esa realidad que hace perder al mundo su espíritu de pureza.
Mi Corazón clama todos los días a todos los orantes para que Me ayuden amorosamente a cerrar las puertas de la mentira, de la superstición, del falso poder y de una conquista del planeta que es desmedida y mezquina.
Quisiera, hijos amados, reconocer en cada orante la llama interior que, a pesar de los tiempos difíciles, nunca deberá apagarse. Desearía que a partir de ahora fueran Mis soldados de la paz, que sus vidas ejemplifiquen las enseñanzas de Cristo y que ya no siendo los mismos, sean depositarios del caudal de la Misericordia del Redentor.
Si tal respuesta no se diera, la propia humanidad, la raza misma deberá aprender y comenzar de nuevo, después de testimoniar su propia autodestrucción. La bomba atómica en aquel tiempo, fue el resultado más grave de la falta de consciencia, de amor y de piedad para con la humanidad.
La crisis de Medio Oriente, a los ojos del mundo, es la más grave situación de aniquilación y de destrucción del espíritu de las familias.
¿Y hasta cuándo sucederá esto?
Por ese motivo Yo vengo nuevamente para interceder delante de Dios por el mundo. Pero esta vez vengo para interceder por los inocentes y no por los injustos. El castigo de Dios será grande para aquellos que siguen modificando la Creación.
El mundo como totalidad no conoce el poder del Universo, no conoce el descenso de la Ley sobre la Tierra. Antes de que eso suceda, Yo vengo para intentar que la humanidad no se vuelva a autodestruir; lo que dejaría al planeta en otro estado.
Quisiera que todos, sin excepción de credo, raza o nación, pudieran apoyar esta convocatoria celestial por la paz.
Espero que hayan comprendido el clamor de Mi Corazón. La copa ya no solo está rebasando, sino que ahora su veneno compromete a otras naciones.
¡Les agradezco por buscar la Paz!
En petición y ruego permanente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En tiempos de batalla, que reine la paz del corazón.
Que entre Mis soldados reine la unidad, para que así el enemigo no ingrese por ninguna brecha.
Que en el tiempo del Apocalipsis puedan escuchar Mi Voz y prepararse, para que algún día sientan la paz, igual que los oídos que escuchan una cálida melodía.
Hoy, queridos hijos, he venido en esta hora crítica para apartarlos del peligro y de la inseguridad que Mi adversario despierta a través del desorden humano.
Por eso, como en la victoria de Cristo en la Cruz, su Madre de las Siete Espadas se coloca en sus caminos para guiarlos y retirarlos de la adversidad y del peligro inminente que crea Mi adversario.
Su Madre Celeste enfrenta las primeras batallas con Su enemigo, para impedir la destrucción espiritual de los corazones, para evitar que las almas pierdan la fe en Dios y en Su Plan.
Por eso, los ejércitos de la Madre del Mundo se preparan para responder a situaciones inesperadas y no planificadas. Como verán, Mis hijos, el ritmo de los acontecimientos cambió y será a través de esas experiencias inesperadas que ustedes se transformarán en esencias de sacrificio y de entrega permanente para que, hasta el alma más distante de Dios, la más pecadora y condenada, encuentre Su Misericordia.
Hijos amados, no se desesperen. Sé que es difícil para sus vidas vivir tantos inesperados cambios, pero sepan que Yo Me he comprometido con Mi Hijo a retirarlos del peligro y del engaño que Mi adversario infunde en todo el colectivo de la humanidad, en lo que Yo llamo de tendencias y modernidades.
Los últimos acontecimientos han comenzado a desencadenarse entre el Cielo y el caos, y por todas las almas o por solo una, todo está permitido.
Síganme, Mis ojos no dejan de observar sus pequeños pasos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege más que nunca,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
Hoy Me encuentro entre ustedes para traer paz, alivio y una expansión de luz que llegue a vuestras consciencias, para que estas se fortalezcan en el Amor de Dios.
En tiempo de pruebas, de grandes definiciones y de mayores compromisos que deben ser asumidos por los soldados de Cristo, Mi adversario utiliza todas sus artimañas para colocar en el corazón y en la mente de Mis hijos creaciones que no son reales, ideas y sentimientos que los perturban y que lo único que persiguen es alejarlos de la tarea del espíritu que encarnó en esta Tierra para servir a Dios.
Todos aquellos sentimientos y pensamientos que los alejan de Mi Corazón y del corazón de vuestros hermanos, están en proceso de transformación, para que de una vez y para siempre mueran por amor. Eso permitirá que lo verdadero que existe en ustedes, y que fue sembrado como talento por Mi Hijo, pueda brotar, florecer y desarrollarse.
Esos atributos verdaderos están guardados, en algunos casos bajo varias llaves, pues los aspectos mediocres de la humanidad se han cultivado en la consciencia a lo largo de la historia y se desenvuelven como falsos atributos; lo que engaña a todos Mis hijos haciéndoles creer que son sus mejores cualidades espirituales, destrezas mentales y materiales.
Mientras estos falsos atributos son defendidos y atesorados como reales y sublimes dentro de los seres, los verdaderos atributos y talentos quedan presos en jaulas, donde no se pueden expresar ni cumplir con lo que vinieron a hacer a este mundo.
Pero Mi Amor y el Amor Redentor de Mi Hijo vienen a quebrar las cerraduras de esas prisiones para que, aquello que ustedes verdaderamente son, Mis Amados Hijos, pueda ser liberado y la mediocridad aprendida por esta humanidad a lo largo de la historia pueda finalmente ser desenmascarada y morir.
El arte de amar, hijos queridos, es aquella tarea que Dios les ha encomendado, un ejercicio pleno de desafíos en donde cada consciencia se coloca como meta superar todos los días una a una las mediocridades de este mundo, con determinación, voluntad y fe para alcanzar ese propósito vital que sigue aguardando a los dignos Hijos de Dios.
Cuando una consciencia está determinada a alcanzar lo que Dios en verdad sembró en ella, pasando por encima de sí misma, sin miedo a lo que encontrará, recibe desde las Esferas Celestiales una asistencia que no es de este mundo, que está reservada para los valientes.
Cuando una consciencia se dispone en humildad a descubrir lo que este mundo colocó de falso en ella y se decide a descubrir el potencial que el Universo sembró en su interior, los Cielos colaboran para que su pronto despertar a lo verdadero abra la puerta del tesoro que estuvo guardado durante tanto tiempo.
Amados hijos, perseveren, trabajen, sean fuertes y valientes. Descubran lo falso que sembró en sus corazones Mi adversario, y no permitan ser impedidos de sentir la alegría plena de descubrir quienes verdaderamente son.
Yo los guío, confíen en Mis designios, en Mis pedidos y así los podré ayudar a liberarse de aquello que no son.
Hoy bendigo a Mi predilecto hijo, aquel que es predilecto por el esfuerzo que ha hecho en descubrir el instrumento que Yo he construido dentro de él y ofrecerse a ser conducido por Dios para el despertar de sus hermanos.
Yo quiero poder servirme de todos Mis amados hijos como instrumentos de la Luz en Mis manos.
Los amo, los protejo con Mi Inmaculado Corazón. Gracias por estar hoy Conmigo.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Que lejos estén las penas de tu corazón, porque Yo, tu Madre Santísima, estoy contigo.
Que lejos estén las artes de Mi adversario, porque Mi manto protege tu andar y tu tarea, así como la de tus hermanos.
Que lejos estén de ti los pecados de la ingratitud y de la negación, porque dentro de Mi Corazón solo sentirás paz y la llama eterna de la Luz del Creador.
Hijos Míos:
Hoy que estoy con todos ustedes por la Gracia Divina que el Padre me otorgó, vengo a traer nuevamente Paz y Perdón, Gracias y Misericordia a Mis hijos del mundo.
Un nuevo ciclo comienza para Mis soldados, para los apóstoles de Cristo y para toda la humanidad. Mi Hijo ha anunciado el comienzo definitivo de Su Retorno. Él regresa primeramente al corazón de los hijos fieles a Su Misericordia, en donde prepara el camino de la transformación y el surgimiento de los talentos espirituales que sembró en cada uno de ustedes hace más de dos mil años.
Esos talentos florecen en cada alma a cada paso dado en la transformación sincera de cada ser. Recuerden que Él no los necesita perfectos, solo buenos y puros de corazón, fieles a Su Presencia y a Su Guía en esta vida, que para algunos será el paso que los colocará en el Paraíso.
A cada paso que cada uno de ustedes da en el discipulado de Cristo, este mundo y esta humanidad dan un paso hacia su liberación y su salvación.
Por eso, hijos Míos, amados Míos, hijos fuertes y firmes en la renuncia y el sacrificio, recuerden siempre que vuestro camino, el que hoy recorren junto a Mi Hijo, será la semilla de la Nueva Humanidad; aquella humanidad tan esperada por todos.
No teman por nada, porque dentro de ustedes los Mensajeros Divinos hemos dejado las llaves de la unión indisoluble con el Corazón de Dios; aquellas que abren las puertas de la Liberación, la Redención y la Paz eterna para todos.
En vuestras estrellas de origen hoy es un día de celebración porque comienza el ciclo de la disolución de las deudas, la redención de los aprendizajes y el sendero definitivo de la vida crística. En este ciclo aprenderán aquel amor que Cristo enseñó a Sus apóstoles, aprenderán a amar y a ser amados como Él los amó.
Coraje para los que verán el próximo ciclo como el mejor de sus existencias, aquel que los preparará para encontrarse con el Redentor cara a cara. Que ese día glorioso puedan fundirse amorosamente en Su Mirada y puedan recibir la Gracia Eterna que el Supremo Dios guarda para cada uno de ustedes.
Hoy te bendigo, hija Mía, para que tu camino sea guardado por Mí, tu Madre Celestial.
Bendigo a todos los hijos que hoy, en humildad y reverencia, están en Mi presencia.
Los guarda en Su Corazón de Madre,
María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Para que el mundo pueda dar un paso hacia el Reino de Dios y salir de la situación en que vive, es necesario que los corazones que en él habitan decidan entregarse definitivamente al Creador.
Para que la victoria de la Luz Divina sea una realidad en este mundo, es necesario que los corazones humanos eleven al Cielo un pedido de Misericordia y que sean consecuentes con sus aspiraciones.
Mis queridos, ya hay bastante lamentación en este mundo. Muchos ya están conformes con el sufrimiento que viven y otros se entregan a la oscuridad sin percibirlo y no encuentran la fuerza para abrir los ojos.
Vengo al mundo buscando almas que acepten vivir el despertar. Almas que ya no quieran vivir alimentadas por la oscuridad, sino que deseen ardientemente abrir las puertas y las ventanas de sus vidas para que ingrese la Luz Divina.
Hoy vengo a pedirles que no vivan más en las comodidades que este mundo les ofrece, sino que abracen el sacrificio, el esfuerzo permanente para ingresar como humanidad en el Reino de Dios.
Mis amados, si pudieran ver el mundo como Yo lo veo, comprenderían definitivamente que son tiempos de emergencia y estarían ávidos por salir del punto en el que están y tornarse sagrados instrumentos de Dios, fieles soldados de Su ejército de Paz.
Queridos hijos, no lamenten los acontecimientos del mundo, no lloren sus propios dolores o los dolores ajenos, más bien levántense de donde están, transformados por la Gracia de Mi presencia y ¡actúen! Vivan para transformar esos acontecimientos maléficos, porque así, como todo lo que sucede en el mundo es consecuencia de las acciones humanas, también la reversión de esos hechos es responsabilidad de la humanidad.
Muchas veces transmití a los corazones de Mis hijos, secretos que pueden, un día, volverse realidad. Profecías que hablan de la Justicia de Dios que se aproxima al mundo. No lo digo para causar temor en los corazones; no los quiero amenazar, quiero despertarlos y que se vuelvan conscientes de lo que ocurre en este mundo que vuestros ojos no pueden ver o que vuestros corazones no les permiten sentir la gravedad de estos tiempos.
Hablo a todos los que Me escuchan, porque cada uno, en un grado diferente, necesita despertar para la realidad de esta vida. Necesito soldados cada vez más conscientes del propósito que se debe manifestar. ¡Despierten! ¡Despierten cada día un poco más!
Mis queridos, si todos los días ofertaran al Creador un pequeño sacrificio, un pequeño esfuerzo en pro del despertar de la humanidad, colaborarían para que el sufrimiento de este mundo fuera aliviado.
Mediten en Mis palabras, ellas nunca llegan al mundo en vano. Cada una de las frases que pronuncio guardan en sí un propósito mayor. Aquel que las sepa escuchar, podrá recibir todo lo que Dios entrega al mundo a través de Sus Mensajeros.
Sean fuertes y decididos, humildes y servidores. Sean incansables, como Aquellos que descienden del Cielo para rescatar a la humanidad.
Son tiempos de urgencia, son tiempos de despertar definitivamente.
Yo los amo y les agradezco por estar hoy respondiendo a Mi Llamado, aunque no lo sepan.
María, Madre y Reina de la Paz, la portadora del despertar de esta humanidad
Queridos hijos:
¡Ya no teman por nada!, porque detrás de toda circunstancia o dificultad se encuentra el supremo amparo de Mi Corazón. Vean este tiempo como un momento de sacrificio y de esfuerzo permanente por cumplir con el Plan de Dios sobre la Tierra.
A pesar de que los soldados marianos son muy pocos, sobre ellos cae el grado mayor de servicio y de responsabilidad; a través de estos servidores que no son indiferentes, sino serviciales y abnegados, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Quiero en este día alentarlos a continuar en el camino de la fe y de la renuncia; de esta forma, Mis pequeños, ustedes permitirán que el Señor del Universo cumpla Sus grandes obras a través de Sus hijos, especialmente los que viven el apostolado de Cristo.
Por medio de la oración constante, nada que esté ajeno a la luz los perturbará; sepan que Mi Manto está sobre ustedes diariamente y que solo Yo permito, que en este tiempo de caos, vuestras almas conozcan el juicio que está viviendo el mal.
Dios quiere establecer sobre América Latina la devoción verdadera a Mi Inmaculado Corazón; si este gesto de amor y de devoción fuera ejercitado por todos Mis hijos a través del Santo Rosario, se evitarían futuras confrontaciones sociales, políticas y familiares.
Aquellos que no recen de corazón y de alma en este tiempo, no podrán soportar el juego involutivo que el enemigo intentará crear en los corazones, tal como la discordia, la falta de unidad y, sobre todo, la ausencia del amor.
Pero aún la humanidad no quiere reconocer que el fin de los tiempos está sucediendo y que la Mujer Vestida de Sol y coronada con las doce estrellas de la salvación está proclamando al mundo el último llamado salvador y redentor; llamado que Cristo estará cumpliendo antes del gran juicio.
Es hora, queridos hijos, de que vuestros ojos vean un poco más allá de la vida normal, porque mientras algunas naciones de América le abren las puertas al caos y a los planes del enemigo, Yo les imploro: ¡recen!, ¡recen!, y ¡solo recen!; sean mediadores entre el mundo y Dios, porque a lo largo de este tiempo, Yo ya les enseñé cómo abrir las Puertas del Cielo a través de la santa oración.
Si América no llega a tener una acción orante y fervorosa, muchas familias padecerán el sometimiento de los que creen hacer buenas obras. Quiero decirles hoy, ante todo, que Yo no vengo para infundirles miedo, sino que vengo del Cielo decidida a rescatar y salvar a los que se sumergen en los abismos y en las ilusiones de este mundo.
¡Recen Mis queridos devotos!, para que el vicio y el consumismo, que deterioran las almas de la Tierra, pueda ser liberado por la Misericordia de Jesús.
Hace ya algunos siglos, Mi Inmaculado Corazón descendió en México, sobre el Monte Tepeyac, para anunciar, a través de San Juan Diego, un tiempo de paz y de reconciliación entre la civilización indígena y la civilización blanca; esto detuvo la continua esclavitud de las almas buenas y permitió que esta esclavitud humana no siguiera de generación en generación.
La Santa Virgen de Guadalupe trajo hace mucho tiempo entre Sus manos, la revelación perfecta de unión entre los pueblos y Dios.
Hoy, la Reina de la Paz clama para que Sus hijos despierten en consciencia a lo que está sucediendo en el mundo entero.
Queridos hijos, quien viva de verdad la oración, tendrá sobre su ser el escudo de Mi Manto. Quien viva de verdad la oración del corazón podrá protegerse a sí mismo y a su familia; Dios les ha dado un instrumento de elevación que es muy temido por el enemigo.
Por eso hoy les digo que ya es hora de crecer y de madurar; Yo les ruego que Me apoyen y que Me dediquen la ayuda que necesito de ustedes, para peregrinar por los países de América. Aunque Dios le entregó a la Sierva Fiel el poder de la manifestación, la Madre María hoy les entrega a ustedes la oportunidad de que dediquen una parte de vuestras vidas al Plan de Dios.
Ahora la redención del mundo deberá ser llevada adelante por el esfuerzo de todos; Mi Hijo no volverá a ser crucificado por las crueldades humanas, porque Él regresará victorioso por segunda vez para derramar Su Misericordia sobre el mundo.
Acepten la oferta y el llamado que Yo les entrego, ¡por siempre y para siempre les estaré eternamente agradecida!
Vuestra Santísima Madre María, Reina de la Paz y Protectora de los corazones
Al final de la fuerte revelación que la Virgen María hoy nos anunció a través del mensaje, Ella nos entregó la siguiente oración dedicada especialmente a la Consciencia Indígena; para este día 12 de diciembre de 2013, en el cual se conmemora la fecha de las Apariciones de la Virgen de Guadalupe en México:
Oración Salvadora de la Consciencia Indígena a la Virgen de Guadalupe
Querida Madre de todas las razas,
Sagrado Espejo de la Justicia Divina,
Cáliz Virginal que nos derramas
la Preciosísima Sangre Redentora de Cristo.
¡Te suplicamos ahora a Ti!,
de mente, alma y corazón,
Madre y Reina de Guadalupe:
une lo que está separado entre nuestras consciencias,
libera con Tus rayos celestiales la condición humana.
¡Oh Santa Madre de la Nueva Raza!,
ábrenos las Puertas hacia el Sagrado Corazón de Dios,
para que en el próximo tiempo
toda la humanidad vea nacer la Tierra Prometida
por el bien absoluto de todos.
En Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.
A casi un año de Mi primera Aparición diaria en el Reino Sagrado del Centro Mariano de Aurora, los Cielos y los Universos se han unido para traer Gracias Especiales para todas las almas que, a lo largo de este último año, escucharon Mi Mensaje Salvador.
Ahora, después de casi 365 días de impulsos espirituales diarios, las almas se han podido consagrar en la fe a Mi Sagrado Corazón.
Por eso, en estos últimos tiempos, Yo los llamo a ser testimonios vivos para los que no creen y para los que buscan la gratificación permanente. Yo los llamo a ser defensores fieles de la Hora de Mi Divina Misericordia. Si eso fuera así, a pesar de las circunstancias y de los imprevistos, Yo podría decir realmente que cuento con soldados de la misericordia.
Cuando Yo les pido que sean defensores de la Divina Misericordia, significa que primero deberán defender de ustedes mismos, de manera sagrada, este espacioimportantísimo para que después las puertas de la salvación se puedan abrir para los que más necesitan.
Ayer Yo les hablé de la Gracia de Estado¹ que sus corazones y vidas están recibiendo en un tiempo caótico; hoy Yo los llamo a que mantengan la consciencia despierta ante esta hora sagrada. En verdad, Yo les digo que ustedes verán los frutos de este trabajo de oración misericordiosa recién en el próximo mundo, y será solo allí que comprenderán profundamente la síntesis de sus vidas.
Mientras el mundo colapsa por sus acciones cotidianas, Yo les pido que sumerjan sus consciencias en el poderoso Manantial de Mi Divina Misericordia; así el Espíritu de Dios actuará por medio de ustedes, y no que intenten actuar a través del Supremo Espíritu. La misericordia siempre los llevará a la reconciliación y a la humildad del corazón.
Bajo el Supremo Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
1. Gracia que acompaña el ejercicio de ciertas responsabilidades.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más