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Soy la Señora de la Adoración.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo.
Contemplo en Mi Corazón los hechos y los méritos alcanzados por Jesús para toda la humanidad.
Ante la Adoración del Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, su Madre Celeste está presente en vigilia y oración llevando a las almas adoradoras hacia el Tabernáculo espiritual de Mi Hijo, para que las almas reciban los frutos de la conversión y de la Misericordia, a fin de que ellas se dignifiquen en Cristo y a través de Cristo recuperen su filiación con el Padre Celestial.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo y, a través de la perpetua oración, la Adoración de las almas al Cuerpo de Cristo se vuelve invencible; es como cientos de ángeles que son atraídos por la luz de la Adoración para ayudar a disolver las raíces del mal y de la perdición de las almas.
La Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Cristo acompaña silenciosamente la derrota de los infiernos y el rescate espiritual de las almas pecadoras.
A través de la Adoración al Sagrado Cuerpo de Cristo cada adorador reafirma su unión con la Voluntad Suprema, para que más allá de sí mismo, ella pueda ser realizada.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Cristo y, en cada nueva Adoración, los misterios de la Resurrección de Cristo cristifican a los que adoran.
¡Les agradezco por adorar a Jesús Eucaristía!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Para llegar al Corazón de Dios no necesitas grandes ciencias ni profundas filosofías, no necesitas fórmulas y ni siquiera prácticas eternas. Lo que necesitas, hijo, es un corazón sincero, puro y rendido delante del Padre.
Todas las prácticas y ejercicios espirituales forjarán en ti la transformación de tu consciencia y permitirán que permanezcas en unión con el Creador, y que eso no sea solo por un instante, sino que se torne un estado permanente de consciencia.
Pero para tocar el Corazón de Dios, sentirlo y conocerlo, solo necesitas un corazón sincero que se disponga a estar delante del Padre en confesión, en adoración, en comunión y en entrega, para así sentirlo, experimentar en el propio interior lo que es real y, conociendo a Dios, conocerte también a ti mismo.
Por eso, ante de nada más, y aunque no tengas fuerzas o inspiración, solo quédate con el corazón sincero delante del Creador, solo quédate con el corazón rendido frente a Su Altar. Colócate como ofrenda a Sus Pies y deja que Él se haga sentir. En la Presencia Divina, todo en tu vida recobrará su sentido, tus esfuerzos tendrán valor y su peso será menor, porque el Amor de Dios en ti hablará más alto; tus batallas te serán leves, no porque serán más fáciles, sino porque tu corazón ya no estará suelto en los vientos de la oscuridad, sino cimentado en la Presencia de Dios, de donde ningún viento te podrá retirar.
Todo comienza, hijo, con la confesión, la rendición, la entrega, la adoración y, así, la comunión perfecta con Dios. Y eso puede suceder en el silencio, en la alegría espiritual, en el llanto profundo del alma, en la oración o en la adoración, en la propia vida. Solo necesitas un corazón sincero.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Aprende a contemplar y a adorar la Sangre de Cristo, sabiendo que cada gota derramada por el Señor representa Su ilimitado Amor por cada ser y por la propia vida.
Pon tus ojos sobre el Cristo del Calvario y sabe que Su Amor, aun sin la Cruz, ya superó y renovó toda la Creación, pero Su oferta fue más allá y, derramando Sangre y Agua, perpetuó la Gracia de la salvación y de la redención para todos los seres de la Tierra y más allá de ella.
Que tus ojos puestos sobre la Sangre derramada de Cristo te concedan la comprensión y la experiencia de lo que es la rendición y la entrega, de lo que es dar todo por amor.
El Agua que fue derramada por Cristo representó la ilimitada Misericordia que, además de verter toda Su Sangre, vertió también Agua para dar todo de Sí, en la materia y en el espíritu.
Juntos, Sangre y Agua representan el misterio de un Amor aún incomprendido por los hombres; Amor al que son llamados a renovar y a superar para que todo se recree y la evolución encuentre un nuevo comienzo, una vida mayor de unión con el Padre Creador.
Comienza, entonces, contemplando en tu corazón la Sangre de Cristo y el Agua que fue vertida de Su Cuerpo, para que así penetres en Sus Misterios y ellos te inspiren y conduzcan a una imitación más verdadera del Amor de Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimosexto poema
Señora de la Adoración,
que podamos ingresar en oración y en consciencia
al Divino Templo del Señor,
para que seamos purificados de todo
y liberados de cualquier opresión en nuestra consciencia.
Señora de la Adoración,
ayúdanos a que nuestros pecados sean disueltos
por el poder de Tu Amor maternal.
Que seamos lavados y purificados en el Templo,
para que nuestra alma renazca
libre de las prisiones de la vida
y entregada en confianza a la Voluntad de Dios.
Señora de la Adoración,
que nuestra purificación nos enseñe
sobre la redención de nuestras formas y modos de vida.
Que en esta oferta de purificación
que vivimos en este tiempo,
alcancemos el primer sendero de la santidad.
Madre y Señora de la Adoración,
ilumina con Tu Gracia nuestros caminos.
Que después de nuestra purificación,
encontremos la Luz del Rostro de Cristo Glorificado.
Que nuestra alma se exalte
al poder sentir y participar de la Comunión Espiritual
y de la consagración que Jesús nos ofrece.
Que, en esta purificación,
veamos el lado bueno de toda esta experiencia
porque, por medio de este aprendizaje,
esperamos poder crecer en Amor y en Verdad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Alinea constantemente tu consciencia con el Propósito Divino a través de la oración, de la adoración, del canto, del silencio, del contacto con la naturaleza y de todo aquello que despierta amor verdadero y espiritual en tu corazón.
Llegó el tiempo de que corrientes poderosas desciendan a la Tierra, con impulsos cada vez más intensos que moverán no solo los mundos internos, sino cada espacio de la consciencia humana, desde sus células hasta su espíritu.
Eso es así porque la humanidad debe ir retornando al principio de su pureza, debe ir ingresando en el Tiempo y en la Gracia de Dios para que este mundo vuelva a ser sagrado.
Y, cuando esas corrientes universales encuentran resistencias en las almas y en la vida humana, generan choques, desequilibrios, conflictos, a fin de ir rompiendo los muros de la indiferencia en las consciencias.
Pero si un ser ora y crea por sí mismo, poco a poco, el camino para llegar a Dios, esas corrientes actuarán en su consciencia como una Gracia, como un viento sublime que empuja la barca hacia océanos más profundos, para que esa barca se mueva y llegue a su destino.
Por eso, hijo, no temas, pero solo alinea tu consciencia con el Propósito Divino y no te resistas a lo que te conduce al crecimiento interno y a la maduración de tu consciencia. Así, todo se cumplirá.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, para que comprendas en dónde comenzó a ser sellada la Alianza entre tu corazón y el Corazón de Cristo.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, para que allí recuerdes Su llamado y sepas porqué hoy Él te vuelve a llamar en lo profundo de tu corazón.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, en donde no hay honra, sino aquella escondida en Su Sangre; en donde no hay gloria, sino aquella que se guarda en el misterio de Su Sacrificio.
Y es así, hijo Mío, que a los pies de la Cruz comenzarás a comprender la Voluntad de Dios para ti. Él te quiere allí, siempre en adoración a Su Corazón, siempre unido a Su Sacrificio e imitando Sus pasos.
Él te quiere allí, en donde tú desapareces y Él resplandece, en donde la gloria del mundo se desvanece y da espacio a la Gloria de Dios; en donde las ansias por la honra se disuelven en la única necesidad de justificar Su Sangre con la renovación del amor en tu propia vida.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, y todas tus preguntas serán respondidas. Sabrás que el miedo de la cruz es en verdad el miedo de entregarte con locura, de perder este mundo para ganar el Infinito, de dejar de ser uno para ser Todo.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, porque ya llegó el tiempo de retomar, con plenitud, lo que Él comenzó en el Calvario.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Hijos Míos:
En este día, en el que seguiremos reviviendo la Pasión del Señor, continúen abriéndose internamente para que Dios Padre pueda seguir obrando milagros en muchas almas del mundo, especialmente en las que escuchan el Llamado de Mi Hijo.
En adoración y con devoción, ofrezcan sus vidas como un testimonio de amor y de fe por Cristo, para que en el mundo se establezca la cura en toda la humanidad.
En ese ofrecimiento, queridos hijos, ustedes le demostrarán al Padre que es posible continuar con Su Proyecto Divino en la Tierra.
Por eso, hijos amados, sírvanse de los méritos de Cristo, los que en cada nueva Semana Santa se ofrecen por la conversión de los pecadores.
Su alianza espiritual con Cristo mantiene abierta la Fuente de la Gracia. Y si esa alianza interior se profundiza en este tiempo, más Gracia y Misericordia la humanidad necesitada recibirá, para que el arrepentimiento se viva en cada uno de Mis hijos.
Como Madre, los acompaño en estos días para que, luego de haber pasado la Semana Santa, estén más fortalecidos para aprender a atravesar los nuevos desafíos, los que los impulsarán a dar un nuevo paso, hasta que puedan llegar a estar en la Presencia misericordiosa de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Para comprender y amar la Justicia de Dios, primero, hijo, debes abrir tu corazón para conocer al propio Dios, puro Amor, Misericordia y Compasión, que, con ternura, aguarda el retorno de Sus hijos a la Fuente Celestial.
Con tu oración, con tu diálogo con el Creador, con la meditación sobre todas las santas palabras que Él ha enviado a lo largo de los siglos, con la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo, con la contemplación de Su Sagrada Faz, con el silencio, con la propia vida, conoce a Dios y profundiza tu contacto con Él.
Busca saber quién es Él para que, entonces, sepas que Su Amor excede todos los límites y se oculta hasta aun en la justicia y en las correcciones que expresan Sus Leyes en la vida universal y planetaria.
Conoce a Dios y sabrás, hijo Mío, que Su amor, siempre presente, está sobre ti a través de los Ojos de Dios fijos en tu corazón. Deja que esa mirada te ampare. Encuentra tú también la Faz Sagrada de tu Creador y únete a Él, por medio de una mirada que encuentre la Suya y que se transforme, se funda, se disuelva en esa Presencia Divina.
Todo eso se alcanza no solo con la fe, sino también con el esfuerzo permanente, con la rendición cada vez más interna, más profunda, de los espacios más ocultos de tu consciencia.
Cada día, entrégate más a Dios y sabrás cuánto Él también aguarda para entregarse a Sí mismo a tu corazón.
El Amor de Dios es un espejo que se refleja en tu interior para que lo profundices, para que aprendas a amar. Y cuanto más te abres para recibir el Amor del Padre, más ese Amor se expande y te transforma.
Pide la Gracia de conocerlo más, de dar más espacio a Su expresión, a Su Voz, a Su Vida, a Su Amor en tu interior.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Ingresa en las esferas celestiales a través de la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo. Deja que el Pan se revele como parte consagrada de tu Señor y encuentra en Él a los espejos y a los portales.
Ve tu esencia reflejada en Aquel que se da para ser adorado y, en el silencio de tu corazón, vive la revelación de la Alianza, siempre nueva y eterna, sellada por Cristo para que tu consciencia trascienda la condición humana y viva Su Propósito Divino.
Adorar al Cuerpo Eucarístico de Cristo, en profundidad, es vivir la revelación de la unidad entre Dios y los hombres, entre el infinito Cosmos y el microcosmos en tu interior. Allí es en donde la verdad se revela, en donde los velos rasgados se abren como los telones de un teatro que tuvo su fin, y los personajes dejan de existir para mostrar su verdadera faz.
No solo contempla y adora a la Eucaristía, hijo, sino, como un imán espiritual y divino, deja que ella venga a tu encuentro y ve tú también al encuentro de ese portal hacia el Corazón del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Entonces, al ingresar estarás en el Tiempo eterno de Dios y podrás reconocer quién eres.
Contempla, en la Sagrada Eucaristía, a la Iglesia Celestial de tu Señor. Que ella misma revele lo sagrado que hay en ti.
Comprende así que hay misterios infinitos, no solo en lo oculto y en el silencio de las dimensiones invisibles de la vida, sino también, hijo, en aquello que te fue entregado como Gracia y ceremonia y, más que eso, en tu propio ser, en tu propio cuerpo, alma, espíritu y corazón hay misterios que debes develar.
Contempla en la Sagrada Eucaristía la puerta que te conduce a esa revelación celestial para que ya no existan misterios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Como hace más de dos mil años, hoy vuelvo a visitar a Mis queridas hijas espirituales, aquellas que, abriendo su corazón con confianza para esta Obra de Dios, pudieron volver a reconocerme como Me reconocieron en el camino del Calvario.
A través de las pruebas y de las experiencias de sus vidas Yo Me hago presente porque necesito que, en este tiempo crucial de la humanidad, ellas puedan fortalecerse y ampliar sus consciencias más allá de lo tridimensional y de lo superficial.
Por eso, estoy de visita en una de las casas de Mis hijas espirituales, porque también hace más de dos mil años, cuando Yo estaba predicando en Galilea, ella Me recibió, Me dio su cuarto y todo lo que tenía, y lo que no tenía. Así se comprometió Conmigo.
Yo le di una de las mejores experiencias de amor que ha sido y que es la adoración a Mi Cuerpo Eucarístico flagelado, y el Padre Me entregó una parte de Su Amor a través de Sus pequeños hijos.
Todo esto es parte de la obra de la Misericordia y del tiempo en el que cada compañero y compañera Mía deberá reconocerme sin dudar que Yo ya estoy retornando.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Compañeros:
No solo hablo para ustedes sino también para el mundo.
Esperé que pasara un tiempo y unos días para que llegara este momento de poder encontrarlos verdaderamente en unión a la gratitud, porque la gratitud es una expresión del Amor misericordioso de Dios. Y cuando hoy vi esa gratitud en ustedes, Me pude aproximar con confianza para hablarles.
Ustedes son parte del Plan de su Maestro y Señor, de un Plan que no puede fallar ni fracasar, porque detrás de ustedes hay muchas, muchas almas y consciencias que aún llegarán para beber de Mi Fuente, para nutrirse de Mi Mensaje.
El tiempo se está acabando, por eso las emergencias son muy grandes y los compromisos también son muy grandes.
En la llave de la gratitud y del amor podrán comprender todo lo que les pido y así se unirán a Mi Consciencia.
Veo a un mundo que sufre por la indiferencia y por el error.
Necesito que sean enmendadores de Mi Misericordia, que puedan compensar y equilibrar lo que la humanidad no hace bien en este tiempo, por los riesgos que corre día a día.
Por eso vengo con la Luz de Mis Llagas, para encomendarles la profundización de esta misión, y de esta tarea que es de la Jerarquía y de ustedes, de sus seres internos con la participación de sus almas.
Por eso es necesario corregir para mejorar y crecer. Todo lo que es dicho por la voz de la Jerarquía es por amor y no por otra causa.
Las almas a veces se resisten a escuchar y comprender porque tienen su corazón cerrado, pero ustedes aprendieron a abrir su corazón hacia Mí. Por eso les hablo tan directamente, porque ya no podemos perder el tiempo en lo que no es necesario, sino debemos invertir el tiempo en lo que es urgente, y ustedes saben, por la gracia que reciben, que las emergencias crecerán y aumentarán.
Yo estoy aquí por la responsabilidad que tengo con ustedes y ustedes Conmigo. Pero no es un compromiso que viene solamente desde la época en que estuve presente en la Tierra. Son compromisos muy remotos y desconocidos para ustedes.
Solo vendré a pedirles lo que necesito que Me den, pero no los obligaré, nunca les exigiré nada.
Mis apóstoles del pasado transitaron por la misma escuela, pero era una escuela más exigida e inmediata. Era una responsabilidad muy grande porque su Maestro y Señor, entre tan pocos, tenía que alcanzar una victoria muy grande y, por la Gracia y la Misericordia Divina, eso sucedió.
Sé que el ser humano es frágil y a veces tibio, pero el Amor que Yo les entrego y les he entregado hace tanto tiempo los debe encender interiormente en el fuego de Mi Amor y de Mi Verdad.
Yo vengo para pedirles que sean conscientes de lo que llegará en el futuro cercano, en el que ya no solo vivirán situaciones personales o realidades de las naciones. Ahora Mi Obra se ampliará para situaciones continentales, como lo es África.
En África están los que más sufren y son los que más Me dan, porque Me ofrecen sus corazones que es lo que Yo necesito de ustedes para que reconozcan la Gracia que han recibido, y aún reciben, y los cuidados que les ha dado la Jerarquía a lo largo de los tiempos sin hacerles faltar nada.
África será para ustedes una escuela de amor al sacrificio y de la posibilidad de reconocer que en la gran y extensa miseria existen almas que aman a Dios sin condiciones. Y es ese amor que las alimenta espiritualmente más que físicamente, que les quita la sed espiritual y así sacian su sed física.
No pido que sean iguales a ellos, porque cada uno tiene su escuela y sus aprendizajes. Necesito que los imiten internamente, que tengan consciencia de la posibilidad y de la oportunidad que reciben en este tiempo.
Dentro de un proceso de emergencia planetaria, a veces los corazones precisan ser enderezados para no perder el camino hacia Dios, porque uno nunca debe olvidar la humildad, que es la gran llave maestra de su liberación.
Hoy he visto que se aproximaron aún más a la gratitud, a una gratitud espontánea y sincera que tocó Mi Corazón. Por eso he decidido hablarles para traerles consciencia y sabiduría, para que cada uno reconozca en sí mismo el esfuerzo que aún tiene que hacer no solo por Mí, sino por su Padre Celestial que es Quien los colocó en este camino y en esta misión para que Me acompañen.
Por eso, hoy Me entrego nuevamente para acoger sus miserias y saber que la Luz de Mi Misericordia todo lo puede transformar y redimir cuando un corazón se abre sinceramente y suplica sin dejar que sus resistencias lo controlen y lo dominen.
Cuando un corazón se abre espontáneamente, los milagros pueden suceder. La fe es la gran Luz que baña la consciencia y la redime; tiene la Gracia, como consciencia grupal, de poder implorar a Dios para que ayude al mundo y a la humanidad, para que ayude en situaciones muy graves y dolorosas que vive esta raza de hoy.
Nunca pueden olvidar que Nuestra tarea es planetaria y no personal; que es una tarea con la Jerarquía y por la Jerarquía para el advenimiento de la energía de la Gracia y de la compasión en el mundo.
Hoy están ante la oportunidad de reflexionar sobre muchas cosas por amor y con confianza en Mi Corazón, porque vendrán tiempos de mayores desafíos y de proyectos que parecerán imposibles, pero quien esté unido a Mí lo realizará como ha realizado muchas cosas a lo largo de los tiempos por medio de esta misión de llevar el Amor y la Paz a las almas que más lo necesitan y a las naciones que más lo necesitan.
Mientras estoy aquí, atiendo a la humanidad en este momento y los llevo a todos a Mi Corazón, a los más miserables y pecadores que necesitan del alivio y de la cura espiritual.
Todo lo que se hace en este momento y a través de esta Obra es para la cura de la humanidad y para que el amor se establezca en el corazón humano, y que ese amor les permita liberarse y vivir su misión espiritual Conmigo.
Mi Corazón está lleno de gracias y de piedad para todos. Y el sostén que la Adoración les proporciona será la gran arma de defensa para los próximos tiempos y para las próximas misiones.
Agradezco el esfuerzo sincero y amoroso de todos, porque no todo es error ni fracaso. Deben alzar sus ojos hacia el horizonte para contemplar las victorias que Yo le he dado a cada uno, victorias espirituales.
En el fortalecimiento de esa unión y de esa alianza Conmigo, por encima de toda adversidad u oscuridad, nadie podrá quitarles lo que Yo le he entregado a cada uno, y deben defenderlo y protegerlo de ustedes mismos y del mundo.
Es esa misma convicción, certeza y fe que vivieron los apóstoles como, por ejemplo, San Pablo, que hasta el último segundo no dudó de lo que sentía y en lo que confiaba. El amor lo hizo creer en Mí hasta el final y así él se entregó.
Hoy vengo a hacer lectura de los logros y de las Gracias que le he entregado a cada uno y que ustedes siempre deberán contemplar para que de allí saquen fuerzas internas para seguir adelante, porque llegará un momento en que esta misión finalizará, y cuando eso suceda todo se desencadenará. Y en ese momento deberán estar fuertes y firmes en todo lo que Yo les he dado a lo largo de los tiempos, no solo para sostenerse a sí mismos sino a sus hermanos, los que no habrán podido construir, en sí mismos, la misma fortaleza que Yo les di por amor.
Este es Mi Mensaje para ustedes, porque también es un mensaje para el mundo, para los que se adentran en el servicio a Mi Corazón Misericordioso, para los que buscan día a día el camino de la transformación y de la elevación de la consciencia, porque en verdad no Me importa que no lo consigan, sino que lo intenten y que lo intenten todos los días. Y sin percibirlo, algún día llegarán a Mi Gloria y ese día se darán cuenta de que Yo les dije la verdad.
Por eso hoy estoy aquí y por esa causa rezo a los Pies de Mi Padre Celestial, porque sé que muchos más podrán superarme en el Amor. Confío en eso y sé que es posible.
Les agradezco por escucharme y por recoger hacia su corazón Mis Palabras, que ya son las últimas para el mundo.
Que la Luz que proviene del Amor, los guíe y los bendiga.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando tú Me adoras de verdad en el Santísimo del Altar, Yo puedo redimir tu vida y tu consciencia, puedo colocarte ante la inmensidad de lo que significa estar ante Mi Eucarístico Corazón, y puedo llevarte de la mano para encontrar el camino del Propósito.
Eso no significa que dejarás de ver tu condición humana, pero siendo más consciente de lo que representa la adoración a Mi Eucarístico Corazón podrás abrazar con un mayor amor todas tus miserias y así transformarlas a través de los impulsos de liberación que Yo deposito en tu espíritu.
De una manera pacífica e inteligente aprenderás a ir trascendiendo viejas costumbres y la adoración te ayudará a alcanzar ese estado interior de Gracia para poder seguir desprendiéndote de todo aquello que ya no puede estar más.
Este es un camino para los valientes, para los decididos, para todos los que se propusieron experimentar el Amor Crístico de Mi Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Dios está atento a la voz de sus súplicas porque este es un tiempo de grandiosas necesidades espirituales, mentales y físicas.
Este es un tiempo en el que la solidaridad y el bien deberán penetrar en lo más profundo de la consciencia para que, de verdad, exista un cambio y un despertar.
Este es el tiempo de llevar al mundo este mensaje: es momento de considerar al semejante y de servir a los demás, porque esta sagrada acción permitirá que sucedan milagros y que almas que están absolutamente perdidas puedan ser rescatadas, así como ustedes fueron rescatados por el Amor de Dios.
Solo que este momento es crucial y definitivo, es un momento delicado en el que, todos los días y en oración, deberán pedir sabiduría y discernimiento para todos los que toman decisiones precipitadas y pierden completamente el sentido verdadero de la realidad.
Como Madre de la Gracia y de la Misericordia de Dios cuento con cada uno de Mis soldados orantes para que, en este momento de inflexión planetaria, todo se mantenga en su armonía y en su equilibrio.
Esa es la razón por la cual en los próximos tiempos se atenderán, a través de las peregrinaciones, situaciones de emergencia interior y de emergencia exterior.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, con el apoyo del Castísimo Corazón de San José que hoy vive Su recogimiento, irán al encuentro de las necesidades más difíciles y enviarán, por indicación e inspiración, a todos Nuestros servidores a atender y socorrer lo que sea necesario, como buenos padres y buenas madres, como impecables servidores y colaboradores.
Por esa razón, hijos Míos, todo este movimiento que se aproxima y que será de una inmediata entrega de sí, los ayudará a olvidarse de ustedes mismos y a colocar dentro de la balanza de la Justicia Divina, la grave y crítica situación planetaria. Porque no podemos permitir que este Proyecto humano de Dios sea desestimado.
Todo el esfuerzo que fue ofrecido, en los últimos años y hasta los días de hoy, por muchos grupos de oración, de adoración y de servicio, está siendo utilizado para compensar las deudas más graves de la humanidad, ocasionadas por el aborto, por la prostitución y la explotación de niños, adolescentes y adultos, por el comercio de la esclavitud, por la deforestación del planeta, por la extracción de minerales, como también por la caza desmedida de las ballenas y de los animales marinos.
Todo lo que hoy sucede necesita muchísima e incansable oración para que la Justicia Divina no caiga sobre la humanidad.
Desde ahora estoy agradecida por la consciencia y la apertura de sus corazones y vidas al llamado de servicio de la Madre de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
De Mi Corazón brota la Sangre de redención y de vida, porque en Mi Corazón existe aún la Llaga que fue abierta una vez en la Cruz. Una Llaga que en ese momento nadie conoció. Solo Mi Madre y las Santas Mujeres, como también Juan el Apóstol conocieron el surgimiento de esa Llaga material y espiritual.
Esa Llaga fue la última y gran entrega espiritual, mental y moral de Su Señor.
En verdad, más que las Llagas de las manos y de los pies, fue la Llaga que hasta los días de hoy justifica los errores de la humanidad y es la Llaga que permite que Yo esté aún aquí, entre ustedes, para anunciar y proclamar el Reino de Dios dentro de cada ser y en toda la Creación Universal.
Esta es la Llaga que testimonió el Amor de Dios por los hombres, a pesar de que estuvieran equivocados o estuvieran en la mayor y absoluta oscuridad.
Esta es la Llaga que aún deberá ser aliviada, que es causada por la ignorancia de los que no viven a Dios y por la indiferencia de los que le dan las espaldas y se van, abandonando el Amor del Redentor.
Esta es la Llaga de Su Maestro que aún deberá ser curada por mucho tiempo más. Y lo que la cicatrizará, algún día, será el amor de los que son bienaventurados y no tienen preconceptos de la Obra Universal y Divina de Su Señor.
Esa Llaga será curada a través de los que ayuden y se entreguen a la transmutación silenciosa.
Esta Llaga será curada a través de todos los que confíen ciegamente en Mí, más allá de lo que les suceda, atraviesen o purifiquen, porque si aún llevo en Mi Corazón la Llaga del dolor y de la ignorancia del mundo, será posible a través de los Míos que esa dolorosa Llaga sea aliviada como lo es en cada momento de adoración, de oración y de comunión Conmigo.
Porque cuando todo suceda y cuando Mi Llaga sea curada, ustedes solo tendrán refugio en Mi Corazón, en Mi Vida Divina y en Mi Presencia.
Nunca dejen de ser generosos con los demás, amorosos con los que están mal y sufren.
Nunca dejen de servir y de entregarse por Mí, porque llegará el día en el que, en la Gloria del Padre, se sentarán a Mi mesa y Yo los coronaré a cada uno por sus esfuerzos y méritos internos.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
Siento una alegría inmensa e inexplicable para ustedes, al poder retornar a una de Mis casas predilectas y Núcleo de Servicio por la humanidad.
Después de una larga caminata, su Maestro y Señor llega al corazón de cada uno de los presentes para que, en adoración y en silencio, Él pueda reposar junto a Sus discípulos y orantes peregrinos.
Este es un momento especial porque, a partir de hoy, los Núcleos-Luz se prepararán, después de tantos años, para algún día convertirse en Centros de acogimiento y de soporte humanitario en el tiempo actual de transición.
En los Núcleos-Luz existe el arquetipo principal de los atributos de las Comunidades-Luz, ellos son los brazos y las manos extendidas al mundo que pueden acoger, recibir y aliviar a los que sufren. Todo esto es un tesoro de la Jerarquía Espiritual, porque los Núcleos-Luz son espacios dedicados a ayudar a las almas a dar los primeros pasos en la fraternidad, en el bien y, sobre todo, en el amor.
Si los Núcleos-Luz no existieran como sustentadores y pilares fundamentales de la Obra de la Jerarquía, hoy no sería posible llevar el servicio humanitario y fraterno al mundo, porque los Núcleos-Luz no solo son espacios para reconectarse con el sentido del mundo interior, sino que ellos representan la experiencia y la síntesis de las Comunidades-Luz.
En síntesis, los Núcleos son frutos del árbol sagrado, de un árbol que a través de las almas y de los servidores deberá seguir sembrando el perdón y la redención en los corazones espiritualmente más necesitados.
Desde siempre estoy agradecido por el eterno y amoroso servicio de las almas de este y de todos los Núcleos-Luz. Estoy agradecido por los que en la fe aún sostienen la antorcha de su Señor sobre la superficie de la Tierra.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Encuentra fuerzas en la oración, en el pensamiento del retorno al Origen, en la certeza del regreso de tu Señor al mundo.
Encuentra fuerzas en lo que te une a la Verdad, en la donación de tu corazón y de tu vida, en el servicio de todos los días a través del auxilio que puedes prestar a los que están a tu lado.
Encuentra fuerzas siendo verdadero y transparente, expresando la esencia de Dios que hay en ti, y no buscando fuera de ti formas de ser que parezcan agradar a los demás.
Encuentra fuerzas en Dios, en la esencia del Amor que habita en ti y en todo. Podrás encontrarlo en la quietud, escucharlo en la adoración y comunicarte con Él orando con sinceridad.
En estos tiempos, hijo, el mundo buscará debilitarte, hacerte desistir, padecer y angustiarte. Pero basta que sepas encontrar tus fuerzas en lo que es real, en lo que proviene de Dios, de Su Eterno Corazón.
Él será tu respiro, tu aliento y tu perpetua renovación para que puedas persistir hasta el esperado día de estar, cara a Cara, con tu Creador Celestial.
Encuentra tus fuerzas en Dios, tu Dios y Dios de la vida. En Él siempre habrá renovación para tu corazón y para tu espíritu.
No te olvides de lo que te digo. Que Mis palabras resuenen en tu corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mientras más contemples y adores a Dios en la Eucaristía, Él estará más en ti y se revelará en tu interior.
La Eucaristía no es solo el Cordero entregado por Amor para reparar los pecados del mundo. La Eucaristía es el Corazón completo y perfecto de Cristo, en donde se guardan los misterios de la Creación y la esencia del Amor de Dios. Amor que, conteniendo en sí a todas las cosas, se multiplicó para que la vida tuviera forma y espíritu, renovando y recreando la Existencia Divina.
La Eucaristía es la presencia del Altísimo revelada. Allí está quién es Dios, Sus misterios, Su Amor y Su esperanza. Contempla y adora a la Eucaristía y en ella, al Portal para retornar al Origen, a la Verdad, a la Luz.
Dios se oculta en Sus misterios y se revela a los que lo buscan. Busca a tu Creador y Redentor en la Eucaristía y, en silencio, deja que Él te conduzca a Su Corazón, a una unidad perfecta con Su Verdad y con Su Amor.
El misterio de la Eucaristía se revela a los humildes, en el silencio de su corazón. En humildad, permanece delante de este elemento consagrado y así como Dios colmó el pan de todo lo que Él es, deja que también consagre y transforme los elementos de tu ser en unidad con Él.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla el Corazón Eucarístico del Señor y, observando con la profundidad de tu mirar espiritual, encuentra el Sagrado y flagelado Corazón de Jesús.
En cada pulsar de este Corazón, gotas de Misericordia, de piedad y de compasión son derramadas sobre la Tierra a través de todos los sagrarios del mundo. Esos dones divinos fluyen del Corazón de Cristo y llegan a los que más los necesitan a través de las almas que adoran y comulgan del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, trayendo Su Presencia redentora a la Tierra.
Contempla en adoración los altares celestiales donde pulsa constantemente el Sagrado y flagelado Corazón de Jesús, renovando Su oferta y Su entrega por todas las almas, eternamente, hasta que la piedad, la Misericordia y la compasión sean realidades vivas en el interior de los seres, y ya no sea necesario verterlas sobre la Tierra, porque los propios hijos de Dios serán fuentes vivas de Su Gracia, en la expresión perfecta de Su Creación.
Contempla y adora al Sagrado y flagelado Corazón de Jesús, para que recibas de Él, en nombre de toda la humanidad, los códigos espirituales que recuerdan a tu consciencia el verdadero propósito de tu existencia.
Deja que tu alma y tu espíritu reconozcan ese camino y lo vivan en sabiduría, para que sepas dónde estar y qué hacer en cada instante de la vida sobre la Tierra.
El Corazón de Jesús te revela y te recuerda quién eres verdaderamente. Si estás buscando un sentido para tu vida, contempla y adora al Corazón de Jesús escondido en la Eucaristía, y allí, hijo, todo te será revelado.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La persistencia espiritual es una prolongación del amor. Cuando un ser ama algo de forma verdadera, sincera y evolutiva es capaz de persistir para alcanzar su propósito. El amor lo renueva ante las dificultades y lo hace fuerte ante las pruebas que el camino le trae, por diferentes motivos.
Cuando viven algo con amor, son capaces de persistir, de vencer la propia inercia, las propias resistencias y, de la misma forma, vencer las resistencias y los asedios que el mundo les impone.
Para cumplir con el Propósito de Dios y cargar la cruz que Él les ofrece, es necesario desarrollar la persistencia espiritual, la que es fruto del amor al Propósito Divino.
La oración, la Adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo y el silencio en contemplación al Dios vivo en su propia esencia son llaves que los conducen al verdadero amor, que es el Amor de Dios y, de esa forma, ustedes se renuevan todos los días en su camino.
Estas tres cosas disolverán el caos y los conflictos que, naturalmente, nacerán en sus mundos internos, una y otra vez, porque esa es la prueba de este momento planetario.
Estas tres llaves serán siempre el sustento y el principio que los conducirá a la realización de todas las cosas, porque a través de ellas encontrarán no solo amor y persistencia, sino también sabiduría y valor para comprender al prójimo y auxiliarlo, ya que uno de los mayores asedios de este tiempo será destruir las relaciones de amor y fraternidad entre los seres humanos, porque la unidad, hijos, es lo que los hará manifestar el Plan de Dios en la Tierra.
Por eso, hoy, solo les digo que, cuando les falte persistencia, fuerza, amor, fraternidad y capacidad de superar los desafíos para unirse a sus hermanos, deténganse por un instante y oren, contemplen al Corazón Eucarístico del Señor o silénciense delante del Universo, delante de la propia esencia para recibir la paz y la sabiduría de su Padre y, de esta forma, podrán superar el fin de los tiempos.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Deja que la oración sea como una flor que se abre sobre tu corazón y permite que los aromas sutiles que ella emana inunden tu espíritu y todo tu ser.
Deja que la propia luz de la flor de la oración sublime los espacios más recónditos de tu consciencia. Confía en el poder del verbo y en la amplitud de su energía creadora.
Deja que la flor de la oración trabaje en ti, según su tiempo y no según tus expectativas.
La flor de la oración te muestra la belleza interior escondida, más allá de una purificación tardía o de una prueba demorada.
Deja que la flor de la oración, sobre tu corazón, encienda de amor tu alma y ella retome el sentido del propósito todos los momentos que sea necesario.
Deja que la flor de la oración realice el milagro del amor y de la redención en tu vida. Siente la paz que irradian las bellas flores y la devoción que ellas expresan en toda la Creación.
Porque, algún día, tu alma podrá ser como una flor que, habiendo nacido, crecido y madurado en los pétalos del amor, del perdón y de la redención, expresará lo que Dios tanto esperó de tu esencia.
Confía y sigue convirtiendo tu vida en una flor en adoración y en devoción a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más