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Prepararse para la muerte es un arte de amor y de rendición ante Dios.
Prepararse para la muerte, hijos, es en verdad la acción diaria de estar con el corazón limpio y vacío de las cosas del mundo, temeroso de Dios y rendido a Su Voluntad Celestial.
Prepararse para la muerte debería ser un acto constante, en el que la consciencia despierta cada día sabiendo que puede ser el último y vive cada instante dando lo mejor de sí para que la Voluntad de Dios se realice.
Temer a Dios es, en verdad, amarlo por sobre todas las cosas y no titubear en el momento de renunciar a las cosas del mundo para abrazar Su Universo Celestial.
Todos los días de sus vidas, ustedes deberían prepararse para la muerte, en el sentido de dejar que la gratitud, la rendición, el amor y la entrega impregnen todos sus átomos e ingresen en los miedos más profundos de sus seres, no solo en aquellos que se ocultan en el alma humana, sino, sobre todo, en aquellos que son parte de la condición material de los seres humanos y que impregnan hasta sus huesos.
Para vencer esos miedos deben amar cada día más, pero no amar solo al mundo, amar a Dios, amar a la vida y saber que ella no se encierra en el planeta Tierra; saber que una vida mayor y eterna los aguarda y que para ser dignos de ella basta que lleven consigo el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en sus corazones.
Por eso, hagan el ejercicio de amar, de agradecer y de entregarse a Dios cada día. Aspiren a descubrir un Reino Mayor dentro de ustedes, en el mundo y más allá de él; y descubrirán así, la unidad entre las realidades de la vida y que la muerte es un paso para una vida mayor, en la que no existen misterios, sino solo la verdad y la transparencia de saberse hijo de Dios retornando a Su Corazón.
Que cada día hijos, el Amor del Creador se expanda en ustedes y tome el lugar de sus miedos más profundos.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimocuarto poema
María,
Luz de Dios que desciende a la Tierra,
Estado de Gracia y de Misericordia perpetua,
Te pido, en este día, que mi alma y mi corazón
puedan vivir la consagración interior,
a fin de que Tu Hijo encuentre un espacio en mi alma,
en donde Él pueda gobernar y obrar.
Por eso, Virgen Santísima,
ofrezco mi vida como camino para la consagración.
Despojado de mis ideas y conceptos,
llévame al vacío de todo, para que,
en ese ejercicio de constante renuncia,
yo pueda ser merecedor
de toda la Misericordia posible,
para poder redimir y santificar mi vida.
Querida Madre Celestial,
que la oración diaria me impulse a la transformación,
a la vivencia absoluta del servicio al prójimo
y a los Reinos de la Naturaleza.
Que mi corazón humano se sensibilice
para poder sentir la necesidad
del que clama por ayuda.
Espero, algún día,
estar correspondiendo a Cristo
como un discípulo principiante
que aprende a conocer el servicio y el amor
en cada lugar.
Haz de mi alma, Señora mía,
un alma misionera.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un alma apasionada por Dios y dispuesta a entregarse a Él con todo su corazón, todos los días oraba y cantaba, haciéndole la oferta de su vida, de su amor, de cada espacio de su ser. Un día, entre sus divagaciones y ofertas, le dijo al Señor: “Señor, Te entrego mi vida y mi corazón por toda la eternidad para estar siempre en Ti. Te entrego todo lo que soy, y pasaría la eternidad a Tus Pies, en oración, porque solo aspiro a estar en Ti para siempre”.
Y, mirándola con amor, el Señor le respondió: “Alma pequeña, que con sinceridad aspiras a entregarte, entrégate en cada instante de tu vida; entrégame tu ser no solo en una oración, sino también en cada acción y pensamiento de tu día.
Entrégate a Mí, sirviendo al prójimo, diciéndome sí incansablemente, en la eterna superación de ti misma. Entrégate a Mí en el silencio, renunciando a dar tu parecer para acoger la sabiduría del prójimo y sus consejos.
Entrégate a Mí, dejando que los otros crezcan y encuentren su lugar en Mi Plan, mientras Yo crezco dentro de ti. Entrégate a Mí, renunciando a tus voluntades y viviendo en obediencia y en resignación lo que Yo pensé para ti. Entrégate a Mí con un pensamiento puro, no juzgando, criticando o atacando a tus semejantes con tu mente y con tu corazón.
Entrégate a Mí en el esfuerzo de amar al prójimo y de dar siempre el ejemplo de un corazón paciente y compasivo. Entrégate a Mí con sinceridad, con vida, con transformación, con desierto o con alegría, con pena o con regocijo. Entrégate a Mí en cada instante, así sabrás que Yo vivo en ti porque Me abriste la puerta no solo de tu corazón, sino de todo tu ser”.
Que ese diálogo con Dios les enseñe, hijos, que la entrega al Creador debe ser en cada instante y en todas las cosas de la vida. La entrega debe ser plena, completa e incondicional. Así, aprenderán a estar en Dios y a permitir que Él esté y sea en cada uno de ustedes.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma que buscaba siempre la verdad en su interior, ora estaba más volcada hacia el Cielo, ora estaba sumergida en el mundo. Al sumergirse en las cosas del mundo se perdía en la profundidad de sus aguas y, cuando conseguía retornar a la luz y respirar, sentía que le costaba retornar a la verdad, que se confundía y ya no sabía lo que era real.
Entonces, un día, conversando con Dios en su interior le cuestionó: “Señor, en un segundo que siento Tu Presencia se fortalece mi espíritu para estar en Tu Camino, pero en un segundo que me distraigo de Ti, ya no consigo encontrarte, me pierdo y me ahogo en los mares de las cosas del mundo. ¿Cómo hago, Dios, para crecer en Ti y ya no sumergirme en el mundo?”.
Y respondiéndole, el Señor, también con una pregunta, le dijo: “¿Ves el sufrimiento de las almas? ¿Ves lo que padecen en las guerras y en los conflictos? ¿Ves cómo sufren los que no tienen esperanza? ¿Ves cómo no se encuentran los que caminan en la oscuridad? ¿Eso conmueve a tu pequeño corazón?
Entonces, cierra tus ojos y contempla en tu interior a Mi Presencia. Imagina, alma pequeña, que Yo estoy dentro de ti. Recuerda todo lo que construí desde el principio de la vida: las dimensiones, las estrellas, las realidades sublimes y toda la Tierra. ¿Sientes cómo eres pequeña? ¿Sientes cuán pequeño es tu padecimiento?
Cuando mires el sufrimiento del mundo o cuando mires la grandeza del Cielo, encuentra allí la fuerza para no caer en los mismos errores y para no quejarte de tus pequeñas dificultades. ¿No valdrá tu esfuerzo para aliviar el sufrimiento del mundo? ¿No valdrá tu renuncia para interceder por un alma? ¿No valdrá tu esfuerzo para que se cumpla Mi Plan? ¿No valdrá tu renuncia para que el mundo conozca la verdadera vida?
Y aunque dones tu vida, alma pequeña, para que otros sean conocedores de Mi Reino en la Tierra, sabe que, sí, cada renuncia tuvo su valor, cada esfuerzo tuvo su valor, cada superación tuvo su valor, cada vez que Me escogiste, y no al mundo, tuvo su valor.
Por eso, cuando tu corazón esté angustiado y sientas que prefieres el mundo a seguir tu camino de retorno a Mi Corazón, piensa en los que sufren, piensa en los que padecen y, entonces, contempla el Infinito, la vida, el universo, y que todo esto te haga pequeña y también pequeños se hagan tus problemas. Disueltos sean ellos con Mi Soplo”.
Que esta historia los inspire a superarse cada día, contemplando al que sufre, contemplando toda la vida.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma pobre y desprovista de los medios básicos para subsistir en el mundo le cuestionaba al Señor dónde Él estaba y cuál era el motivo de su sufrimiento, diciéndole: “Señor, yo que tanto busco y pido en Tu Nombre no obtengo respuestas, sino sufrimientos y padecimientos cada vez mayores. Dime el motivo del desequilibrio de este mundo y por qué no puedo tener tanto como mis semejantes”.
Y respondiéndole el Señor, también con una pregunta, le dijo: “¿Dónde está tu tesoro, alma pequeña? ¿En ansiar acumular cosas en la Tierra o en descubrir los misterios del Cielo? Contempla, pues, a aquellos que Me conocieron de verdad. La iluminación de sus consciencias les permitió renunciar a todos los bienes del mundo y, siendo pobres entre los pobres, fueron ricos ante Mí.
Contempla, pues, a Mi Hijo. ¿Él fue enviado al mundo para acumular riquezas, para sentir placeres, para saciar Su Cuerpo, Su Mente y Sus Sentimientos? ¿Será Mi Hijo tu ejemplo y guía? ¿En Él está el espejo en el cual quieres encontrarte reflejada todos los días?
Entonces, alma pequeña, comprende que el sufrimiento y la pobreza de esta vida vienen para equilibrar tantos excesos de la humanidad. Ellos deben ser para ti el símbolo de que tu escuela no está en la acumulación, sino en la renuncia y en la gratitud.
Enséñale al mundo a través de un ejemplo humilde y abre las Puertas del Cielo para los que son ignorantes de esa verdad y buscan en el mundo, y no en Mí, la forma de colmar sus vidas”.
Les cuento esta historia para que aprendan en dónde está el verdadero tesoro de sus vidas. Y, cuando sientan que algo les falta, den gracias y sean ejemplo del Amor Humilde de Dios. Así, les abrirán las Puertas del Cielo a los más ignorantes.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma, que vivía sumergida en la tristeza y en la amargura, le cuestionaba al Señor cuál era el sentido de su existencia. Sabiendo que todas las criaturas fueron hechas para expresar el Amor y sintiéndose lejos de conocer ese Amor y de expresarlo, no encontraba la razón de su propia existencia.
Su Señor, con Ojos de Compasión, contempló a esa alma y le respondió también con una pregunta: “Sientes que no puedes expresar Mi Amor y vives sumergida en la amargura y en la tristeza, pero ¿buscas, cada día, a Mi Corazón? ¿Pides Mi Gracia y te esfuerzas, en la sequedad de tu interior, para superar tu amargura y llegar a Mi Pensamiento para ti?”.
El alma, afligida y un tanto contrariada, le respondió al Señor que no lo buscaba, que no lo sentía y que estaba solo sumergida en sus debilidades y amarguras.
Entonces, el Señor le dijo: “Eres un alma amada, y Yo te amo tanto como tú también puedes amarme a Mí y a todo. Sin embargo, desde que Yo te creé, alma querida, te distanciaste de Mi camino y te cubriste con tantas vestiduras y tantos velos que ya no puedes reconocer quién eres ni quién Soy Yo. Pero, para que Yo te muestre tu verdadera faz, necesitas pedírmelo, ir más allá de tus amarguras y debilidades, de tu sequedad y tristeza, de tus deseos y metas, y de todo aquello que piensas sobre cómo Yo Me manifiesto en tu vida, cómo Me revelo a ti y cómo Me puedes sentir.
Deja que Yo actúe en tu corazón y, para eso, solo dime sí, todos los días, con humildad y persistencia. El propósito de tu existencia es vivir y renovar Mi Amor, pero para que eso suceda hay un camino de redención y de humildad, de renuncia y de entrega, de superación y de rendición, en el que tú te pierdes de ti y Me encuentras a Mí para que, solo entonces, sepas lo que es expresar y renovar Mi Amor.
Mi milagro en tu vida comienza cuando Me dices sí, mas él es constante y eterno, y muchas veces no percibirás que Mi Amor actúa a través de tu corazón; pero, por encima de todo, debes confiar en Mí”.
Hoy, les cuento esta historia, breve y profunda, porque las almas del mundo no encuentran el sentido de la propia existencia, pero tampoco buscan a Aquel que se lo puede revelar.
No es en el mundo o en las metas humanas en donde encontrarán la realización y la plenitud. Para liberarse del vacío y de la amargura de una vida sin amor, deben buscar a Dios, hijos, y en Él las respuestas a sus cuestionamientos más profundos.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un alma tiene un compromiso con Dios, Él pacientemente la conduce por el camino de la entrega.
Primero la inspira a transformar la vida, a direccionar su camino hacia la senda que conduce a Su Corazón, y no al mundo. De a poco, coloca en su trayecto oportunidades, señales, encuentros que la inspiran a dar por sí sola nuevos pasos rumbo al Corazón de Dios.
A medida que esa alma conoce el Amor de Dios y confía, el Creador comienza a pedirle nuevas cosas, nuevas entregas, nuevas renuncias, hasta que llega un punto definitivo para esa alma, en el que el Señor le pide una renuncia mayor, una transformación completa de la vida.
Cuando el alma se lanza en el abismo desconocido de la entrega, descubre que estaba cayendo en las Manos de Dios, en una Fuente de Amor inagotable, que se escondía en lo profundo del alma que aprende a renunciar y a arriesgarse a vivir la entrega.
Aún en ese camino, el alma inspirada por el Amor de Dios le hace muchas ofertas, coloca todo en Sus Manos, pero ofrece aquello que le es conocido, aquello que en verdad ella ya entregó al saltar al abismo. Entonces, el Señor abre una puerta en lo profundo de su consciencia y le apunta dónde está aquello que debe ser transformado.
Un nuevo abismo desconocido se presenta. El alma se ve ante aspectos de su consciencia que eran como tesoros escondidos: sus destrezas, su magnetismo, su autoconfianza, sus vanidades más ocultas.
Y, por más que le siga ofreciendo su vida a Dios, su Creador siempre busca, más profundo en su ser, el foco de la entrega, lo que debe ser vaciado de su corazón. Y a veces duele, y el alma sufre, pero ella sabe que cada espacio que se vacía de su corazón, de su consciencia, espacio oculto de su ser, es aquel que se dona al Corazón de Dios, a Su Amor, a Su Espíritu, para que allí Él tenga una dulce morada, limpia y pronta para habitar.
El camino de la entrega, hijos, es eterno, profundo, una senda hacia el vacío y al mismo tiempo hacia una unidad con el Todo.
Por eso, nunca piensen que ya entregaron todo, sino siempre dejen que Dios llegue más profundo. Y, por más que a veces cause dolor, sepan que el dolor es humano y que será reparado por la Presencia Divina en el propio interior.
Hasta hoy y en cada instante, le ofrezco al Padre todo lo que soy, todo lo que hay en Mí y todo lo que hago, vivo, experimento, pienso y le hablo al mundo, porque la entrega es eterna.
Yo los invito a seguir estos pasos y a profundizar cada día en su unión con Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Que tu corazón sienta el dolor del mundo y se conmueva, encontrando en cada instante de la vida la forma de reparar el sufrimiento de la humanidad.
Desde las cosas más simples hasta las mayores renuncias, ofrece a Dios tus acciones, sentimientos y pensamientos, para que Él te transforme en un instrumento de reparación de la consciencia humana.
Que nazca de tu interior un amor mayor, cada día, que se exprese en la fraternidad y en la unidad con el prójimo, que se exprese en el servicio y en la cooperación entre hermanos, que se exprese en la superación de los límites y en el vencimiento de las barreras.
Que en todo, tu corazón reconozca la oportunidad de curar al mundo, sea con la oración o con la vida, con el verbo o el silencio, con la quietud o el servicio, sabiendo encontrar la necesidad, sabiendo abrazar las oportunidades y encontrando a Dios vivo en cada instante.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En estos tiempos, hijos Míos, los designios de Dios para la humanidad se transforman en cada instante. Su Propósito es el mismo, inmutable ante los acontecimientos, pero la forma de cumplirlo se transformará, segundo a segundo, de acuerdo con la respuesta de la humanidad y con los acontecimientos materiales y espirituales que se precipitan sobre la Tierra.
Solo les pido que sean obedientes, que sepan renunciar cuando sea necesario, que siempre sepan moldear los propios planes y voluntades según el Plan y la Voluntad de Dios.
La obediencia y la adhesión interna, humana y espiritual, a todos los comandos de la Jerarquía serán la tónica de este tiempo.
Para no equivocarse, sigan la Voz de Dios.
Para cumplir Su Plan hasta el fin y ser triunfos de Su Corazón, déjense guiar y transformar por Él.
La fe en sus corazones será su fortaleza, la paz será su sustento y la oración constante mantendrá el equilibrio en sus mentes, almas y corazones, para que nada los haga perecer.
Sean mansos de corazón y firmes de espíritu, sean precisos en obedecer y fieles en caminar sin mirar hacia atrás.
Cada instante será conducido por su Creador, porque esta es Su Obra, y sus vidas deben ser instrumentos en las Manos de Dios para que todo se cumpla.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Escoger a Cristo y renunciar al mundo es una elección de todos los días y, hasta diría, de todos los instantes de tu vida, hijo Mío.
El corazón humano constantemente se pierde en las ondas de los estímulos del mundo y, por más que tu corazón pertenezca a Cristo, una parte de tu mente y de tus emociones aún pertenecen al mundo, y depende de qué te alimentes espiritual, mental y emocionalmente para que así direcciones las energías de tu alma hacia el lugar correcto.
Coloca tu atención en Cristo, en el cumplimiento de Su Propósito, en la manifestación de Su Obra, en la concreción de Su Voluntad. Direcciona tu mente, tus sentimientos, tus actos y tu corazón hacia ese camino que siempre tiene como meta la imitación de tu Señor.
Este es un camino con muchas piedras, tropiezos y caídas que van rompiendo, en tu condición humana, algo que te separa de Dios, estructuras construidas a lo largo del caminar y que van quedando atrás a medida que caminas.
Que tu mirada nunca se retire de la meta, que es el Sagrado Corazón de tu Señor. Que tu vida sea un reflejo del esfuerzo constante para permanecer en Cristo, y así ella hablará más que todos los libros sagrados, y serás un lápiz en las Manos de Dios, a través del cual Él diseña Su Plan en este mundo.
No será fácil, hijo Mío, pero con el amor de tu corazón, la persistencia y la perpetua confianza en la Gracia de Dios, tu corazón siempre escogerá a Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un corazón se alimenta de los impulsos del mundo y profundiza en la vida espiritual, respondiendo a un llamado interior, pero no se abre a la transformación, ahí entonces, hijos, comienza el camino de la decadencia interna.
En este tiempo, consciencias muy antiguas llegan al mundo para superar los estímulos de esta era y tornarse verdaderos Cristos de los tiempos de transición.
Pero, consolidadas en bases mundanas y sustentadas por las ilusiones del mundo, las almas que retoman su compromiso con Cristo deben dejarse transformar por Él, porque parte de la superación de esos estímulos es la renuncia a todo lo que las sustenta en las cosas del mundo: aspiraciones propias, realizaciones personales, espirituales y humanas, conceptos internos e intelectuales de la Verdad y del Plan de Dios, necesidad de sobresalir entre los demás, aun siendo en las virtudes y en la santidad, necesidad de suplir carencias en lo que les es palpable, necesidad de sentirse amada por lo que es visible y admirado por el mundo. Todo eso, hijos, se debe transformar dentro del alma que reencuentra su compromiso con Cristo.
En estos tiempos definitivos, Su Señor retira las bases de arena que sustentan sus pies y, haciéndolos transitar por el desierto, los coloca sobre la roca de Su Consciencia.
Deben desaprender las cosas del mundo, dejarse vencer por la Voluntad Divina y no hacer eso mirando hacia los lados, sino hacia adentro y hacia arriba.
Las almas que se ven debilitadas, miran hacia los lados en busca de miserias mayores que justifiquen sus faltas y las hagan pequeñas; pero esta, hijos, no es la forma de justificar ninguna miseria.
El verdadero sentido de la justificación se encuentra en el amor, en el Amor de Cristo, en el Amor de Dios, este que es capaz no solo de justificar, sino de transformar todo.
Por eso, delante de las debilidades, no miren hacia los lados, sino miren hacia adentro. No se sustenten en las críticas, pero sí en la confesión ante Dios, porque aquel que se rinde no necesita defenderse, no necesita temer o huir de sí mismo o de Dios, porque él será conocedor del Amor Divino.
Pierdan el miedo, no alimenten miserias falsamente justificadas por pecados más profundos, sino ríndanse ante Dios y confiésense. En Él encontrarán la verdadera libertad, la cura y la transformación que necesitan para estar plenos y consolidados sobre la roca de la Voluntad Divina.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
A las almas más probadas
¿De qué tienes miedo?, ¿de no poder corresponderme?, ¿de perder completamente la fidelidad a tu Maestro y Señor?
Recuerda que cada prueba que atraviesas es para forjar el cumplimiento de cada uno de tus votos y, a través de tus votos, concretar la gran misión que te he encomendado.
Cada prueba está llena de incertidumbres y de desafíos que, con inteligencia y no con culpa, debes aprender a superar. Debes demostrarle al Padre que tú Me puedes superar en lo que Yo viví por ti y por tus hermanos en el huerto Getsemaní.
No puedes permitir que la prueba te empuje o te arrastre. Cada desafío de transformación tiene que ser para tu consciencia la oportunidad de dar un paso más en dirección a Mi camino de apostolado.
En las pruebas más difíciles, las resistencias y los aspectos se pueden disolver y volverse cenizas. Nunca habrá una prueba o un aprendizaje que no puedas superar.
De lo contrario, ¿cómo Me demostrarás que de verdad quieres seguirme? Yo no prometo jardines de rosas, sino prometo triunfos espirituales para Dios a través de tu renuncia, sacrificio y redención.
Sé inteligente y actúa con determinación. Haz valer el don que te entregué. Hazlo florecer todos los días y Me estarás haciendo comprender que ya sabes todo lo que necesito.
No te desanimes, un apóstol de Cristo nunca retrocede.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Novena intercesora de Padre Pío por todos los sacerdotes del mundo entero
Cuenta de unión
¡Oh, Jesús!, Sacerdote Mayor, Rey del Amor,
protege, ampara y guía a todos los sacerdotes del mundo entero.
Amén.
Primera decena
Por el doloroso silencio vivido por Padre Pío,
que la fortaleza y la fe superen todas las flaquezas.
Amén.
Segunda decena
Por la agonía interior y física vivida por Padre Pío,
que los sacerdotes del mundo entero amen el sacrificio por Cristo.
Amén.
Tercera decena
Por las llagas que llevó Padre Pío en su cuerpo,
que los sacerdotes sean templos vivos del Amor de Cristo.
Amén.
Cuarta decena
Por la entrega amorosa e incondicional de Padre Pío,
que los sacerdotes sean verdaderos y santos instrumentos de Cristo.
Amén.
Quinta decena
Por el amor compasivo y crístico vivido hasta el final por Padre Pío,
que los sacerdotes sean fuentes puras de donación y amor.
Amén.
Oración final
(se repite tres veces)
Por todos los méritos, renuncias, sacrificios y entregas de amor
vividas por San Pío de Pietrelcina,
que los sacerdotes del mundo sean protegidos y amparados
por el invencible Manto sacerdotal de Cristo.
Amén.
Hoy les ofrezco este nuevo rosario para que las madres, hermanas, hermanos y creyentes en Cristo recen estos misterios de amor vividos y experimentados por Padre Pío, para que el ejemplo de su vida, de su entrega y de su pasión por Jesús, a través de sus cinco dolorosas llagas, sean el medio por el cual todos los sacerdotes imiten el fiel modelo de este santo, sacerdote y curador de almas, para que la liberación concedida por Padre Pío desate las amarras de los sacerdotes oprimidos por la ilusión del adversario y para que la Gracia santificadora del Espíritu Santo les traiga a todos ellos la fuerza de la renovación y del apostolado en Cristo.
Les agradezco a todos los que ya oran y a los que orarán por Mis compañeros.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Todo esfuerzo, que es realizado como una oferta sincera por la humanidad, es reconocido por el Universo porque sabe que esta oferta es para compensar algo que está desequilibrado.
En este momento, el planeta y principalmente la humanidad, necesitan de seres de sacrificio, de seres de renuncia y que se ofrecen para que el peso de las deudas generadas por la raza humana no recaigan en el planeta y, sobre todo, en la humanidad.
Vivir una renuncia o un sacrificio en este tiempo, significa la oportunidad de poder generar milagros y gracias, para que más consciencias despierten y comiencen también a compensar todo lo que está fuera de la armonía universal.
Por eso, Mi Corazón está atento a las ofertas internas, las que por amor solo se pueden entregar internamente a Su Redentor.
Este es el tiempo de hacer algo por amor, para que otras consciencias salgan de la indiferencia y de la ignorancia en la que viven, sabiendo que todos son hermanos y que es importante que, entre sí, las criaturas se ayuden para salir del individualismo y de la propiedad personal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma sacrificada
Si mi vida, Señor, fuera servirte para siempre,
sin nada recibir a cambio,
que se cumpla Tu Voluntad, Jesús,
porque el mayor tesoro que tengo es poder encontrarte
en el servicio incondicional a mis queridos hermanos.
Señor, no permitas que quede ciego por mis propias miserias.
Ayúdame, Jesús, a salir de mí todos los días,
para que pueda descubrir y comprobar
que en el sacrificio y en la donación constante de mi vida
está el camino victorioso a la rendición.
Jesús, Tú eres el Sol de nuestras vidas.
Encandila el mundo con los rayos de Tu Misericordia
y así me daré cuenta de que todo lo que Tú hiciste por nosotros
es más grande e inmenso que todas las renuncias
que debo superar y atravesar, día a día;
porque en lo profundo de cada aprendizaje, mi Jesús,
está Tu silenciosa Voluntad,
que solo aspira a hacer de mi persona
una consciencia bondadosa, amorosa, servicial y buena.
Por eso, Te pido, mi Señor, que no me hagas perder
la riqueza espiritual de cada sacrificio y de cada prueba.
Que tenga la gracia de poder imitarte
en el amor compasivo y en la Misericordia,
porque Tú eres el Señor, sin hora, sin reglas ni condiciones.
Tú, mi Jesús, lo eres todo por nosotros
y aspiro, algún día, a poder ser lo mismo por los demás.
Que el camino de la fraternidad
me enseñe a desprenderme de mí mismo
y que, ante cada nuevo desafío, encuentre
el poder humilde que proviene de Ti para
romper las cadenas de la indiferencia y de la mediocridad.
Señor, te pido y te ruego:
solo vive en mí.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hijo Mío:
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa renunciar y trascender por amor muchas cosas.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa disolver la propia voluntad para que se cumpla el propósito de tu vida.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa donarse, servir y entregarse, más allá de las incapacidades internas.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa decir siempre sí y estar disponible bajo cualquier situación o circunstancia, aun cuando a veces no puedas más.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa a veces no tener remedio para situaciones internas y solo confiar en aquello que es grande y no tiene fronteras.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa amar sin condiciones, ser sin condiciones e ir más allá de tus conceptos y miedos.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa estar siempre en la fe, más allá de que hayan días oscuros y confiar en que por la fuerza que proporciona el amor conseguirás alcanzar la cima de la montaña para poder ver el sol.
Sé que para ti vivir Mi Voluntad significa morir todos los días un poco más a ti mismo, a tus aspiraciones y expectativas.
Sé que vivir Mi Voluntad significa estar bajo el rayo de la exigencia, de la determinación y de la Voluntad Superior de sobrevivir en estos tiempos a todos los embates, para que el espíritu alcance el propósito que vino a encarnar en este mundo.
Sé que vivir Mi Voluntad significa no tener fin.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Sé, hijo, que no es fácil olvidarse de sí mismo para cumplir el Plan de Dios, servir y trascender la propia condición humana; pero esa es la esencia del amor.
Aún el mismo Dios renunció a Sí mismo al multiplicarse y crear la vida, renunció a Sí mismo para nacer como Hombre, entre los hombres, renunció a Su vida y al amor que vivió por ella y por Sus criaturas al morir en la Cruz.
La esencia de la vida no es vencer el sufrimiento, es vivir el amor. Esto es lo que debes comprender ahora. No es sufriendo que cumples la Voluntad de Dios para ti, es amando.
La verdadera llave del triunfo de Dios, en Cristo, no fue el sufrimiento que Él vivió en el mundo, fue el creciente Amor vivido desde el pesebre hasta la Cruz. Es este Amor sin límites lo que debes buscar.
Es solo ese Amor, revelado en ti, el que podrá suplir a tu interior y conducir a tu ser a lo que es verdadero. Pero ese mismo Amor, que es el sentido de la existencia de todos los hijos de Dios, está oculto bajo tus aspectos y tus registros, experiencias guardadas en tus células y en tu consciencia, acumuladas a lo largo de toda la evolución humana.
Romper estas paredes de la condición humana fue lo que Cristo hizo en la Cruz y no solo en el Calvario, sino en cada instante de Su vida. Esta era Su misión: buscar la revelación de ese Amor y vivirlo, trascendiendo para eso toda condición humana, no solo de Sus cuerpos materiales, sino de todos los seres de la Tierra.
Cuando Yo te digo que contemples la Cruz, es porque allí se encuentra Aquel que te reveló el Amor de Dios. Allí, Él venció tu condición humana y te abrió las puertas a Dios.
Contempla y ama a la Pasión de Cristo. Encuentra en Sus Llagas el camino abierto para llegar a Su Corazón y descubre allí un Amor perfecto. Deja que las llagas espirituales que se abren en ti en estos tiempos, también te revelen ese Amor mayor, ese Amor que va a renovar y a superar el Amor de Dios.
No concentres tu atención en aceptar dolores y sufrimientos, sino en ir más allá y buscar incansablemente el Amor. Este es tu camino, tu redención, tu salvación, tu plenitud, tu retorno al Origen Divino.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
Sao José Castísimo
Para dar un paso en su consagración espiritual, hijos, deben amar a Dios y a Su Plan por encima de todas las cosas. Si no hay amor, no hay entrega, no hay renuncia, no hay vacío de sí, no hay elevación de la consciencia.
Para amar más a Dios deben buscar más a Dios, concentrarse más en estar con Él, en Su Presencia, bajo Sus Ojos, en Su Corazón. Y esto se hace en oración, pero también en contacto con Su palabra. Esto se logra con el silencio y también con la confesión.
Existen muchos caminos para estar en la Presencia de Su Padre; pero en todos ellos deben esforzarse, querer, buscar, asumir un compromiso consigo mismos y con la humanidad; prestar el servicio de estar en Dios para que toda la humanidad alcance la paz.
Las superficialidades de la vida son vencidas con amor, porque cuanto más amen a Dios, más sustituirán lo que es superfluo por Su Presencia. Pero como todo en la vida, hijos, ustedes deben comenzar, dar pasos y perseverar en este camino. El esfuerzo les traerá la fe, la fe les traerá el amor y el amor les traerá la sabiduría que necesitan para atravesar estos tiempos.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando, de verdad y de corazón, tú Me pides algo que beneficie a la redención y a la elevación del planeta, Yo te lo daré tal como es tu intención y tu motivación. Así Me permites que Yo pueda obrar a través de ti como un instrumento que se ofrece al Padre para cumplir Su Voluntad.
Por eso debes saber que todo lo que Me pidas te llegará en la hora precisa y no cuando lo necesites.
Por eso, una y otra vez, debes confiar en todo lo que hago aunque te parezca incomprensible.
Cuando Me pides algo que ayudará a la humanidad debes saber que se manifestará y que el cumplimiento de ese pedido, por parte del Universo Divino, significará para ti el momento de asumir el compromiso.
Ahora, si tu pedido es sincero tocará Mi Corazón y enseguida Yo responderé de la forma que el Padre lo considere y el Universo lo manifieste.
Aún estamos en el tiempo de los milagros, pero también estamos en el tiempo de las renuncias para que las renuncias puedan compensar el desvío de las almas del camino del amor y mantener el equilibrio del planeta.
Concederé Mis Gracias y Mi Misericordia cuando los pedidos nazcan de un corazón sincero.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
¿Quién te dará algo más grande que lo que Yo te puedo dar?
¿Quién podrá ser más que lo que Yo fui y lo que Soy?
Yo Soy todo para ti, sin límites ni reglas, sin condiciones ni cláusulas.
Tengo todo el tiempo para atenderte, para escucharte y para recibirte.
Tengo algo muy especial para tu ser y para toda tu consciencia.
Estoy a tu lado desde que naciste, por donde fuiste y hacia donde te decidiste a peregrinar, todo está bajo Mi Mirada.
Pero, Yo no juzgo tus actos, miserias o defectos. Yo acompaño, con ardor en el corazón, cada nuevo paso hacia la redención y hacia la elevación de tu ser.
Sé que no es fácil para ti vivir en este planeta con todas tus miserias y, sobre todo, estar aquí en este ciclo.
Pero todo esfuerzo, renuncia y entrega que hagas a Mi Corazón siempre serán bien recibidos, y en donde te encuentres y por donde vayas serás bendecido por Mi Espíritu de Amor y de Caridad.
Siéntete en el camino de la transformación, de la renovación y de la cura.
Este es el tiempo de que descubras en ti la Gracia que te dio Dios para que continúe actuando en tu vida.
Sigue adelante y apóyate en Mi Fe.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más