- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
¿Por qué temes, alma Mía, entregarte al Océano de Mi Sacrificio?
En el Reino Mayor existe la Eternidad, sublime lugar que podrás encontrar después de la larga trayectoria entre los fuegos de la Tierra. Anímate a sufrir por los otros, Mi Corazón Pulsante y Luminoso nunca te abandonará.
Por eso, querida alma Mía, te doy a conocer un poco de lo que Yo padecí hace tanto tiempo, por ti y por el mundo. Pero muchas almas no quieren beber de este sacrificio que Yo les propongo desde el principio de la caminata redentora hacia Mi Corazón. Yo no te daré dolores mayores a los que Yo padecí, pero en el santo sufrimiento se encuentra la llave que abrirá las puertas a los que han caído de los Brazos de Dios.
¡Oh alma imperecedera!, no temas encontrar difícil lo que te propongo para tu conversión. Me alegra que en tu camino encuentres dificultades, pues el camino de la santidad consiste en la renuncia de sí mismo a todo.
Alma Mía, quédate bien cerca de Mí y permite que Yo te abrace para que en los momentos más duros sientas que el Amor de Mi Corazón te alienta a seguir adelante. Querida alma, debes saber desde el principio que quien se ofrece al Gran Pastor será la oveja que más se transformará y pastará en las praderas amargas.
El Señor desea convertirte en un instrumento vacío para que sobre ti, alma querida, sea vertida la Gracia de Mi Presencia Interior.
No pierdas de vista, alma Mía, que siempre estoy a tu lado indicándote el camino directo hacia Mi Corazón.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias, alma Mía, por donarte a Mi Corazón.
Cristo Jesús
¿Qué esperas, alma Mía, para despojarte del mundo y vivir eternamente en el consuelo de Mi Corazón?
Sigue la luz invisible que está delante de ti, son los Rayos de Mi Corazón que alumbran durante la noche oscura del mundo.
¡Oh celeste alma de Dios!, que esperas impaciente resolver todas las cosas, en tus manos existe el poder humilde de la oración, un camino infinito para llegar al Creador. Quédate en el Océano de Mi Vacío Sublime para que en todo puedas ver que existe un porqué y una respuesta.
Sagrada alma, ¿qué esperas para darme el eterno sí?
En Mi Camino Yo te ofrezco el sacrificio como liberación y la entrega como redención. En Mi Reino solo existe la Paz, la cual muchas veces buscas en las cosas externas. Alma Mía, ríndete en Mis Brazos, deja que el Agua que brota de Mi Cuerpo humedezca tu cuerpo para que él se transfigure en un cuerpo de luz, un instrumento perfecto en las Manos del Creador.
Aún crees que no fuiste vencida, pero Mi Amor es la vertiente inacabable que vencerá a tu ser, para darle de beber una nueva agua, agua que te saciará por entero.
Pequeña alma Mía, el Señor te llama para encontrar en estos tiempos el sendero de la humildad y de la renuncia; deja que Mi Luz Suprema inunde tus cuerpos para que sean el símbolo vivo de la nueva transfiguración.
Querida alma, llegó la hora del despojamiento; acepta el Amor Supremo de tu Esposo, porque así encontrarás la respuesta interior que tanto buscas. Confía en Mi Presencia, quiero hacerte conocer la grandeza de Mi Reino Celestial.
Alma Mía, revístete con el traje de la pureza para que los ángeles del Cielo te reciban libre y entregada a Mi Corazón.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por entregarte a Mi Corazón.
Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón: Al final del mensaje le preguntamos al Maestro por qué nos estaba dirigiendo Sus Palabras en estos días de forma tan especial. Él nos respondió:
Hoy les hablo de esta forma debido a que muchos de los Míos en poco tiempo se desposarán con el Esposo Fiel para siempre. Este es un ciclo dedicado a las almas preciosas, aquellas que siempre buscan al Fiel Consolador. Por eso, estoy llamando a todos los que Me quieran escuchar.
Vuestro Maestro del Amor
Siempre recuerda el poder infinito de Mi Palabra, así alimentarás a través de ella tu pequeño espíritu, para que en la hora definitiva nada dentro de ti te pueda sorprender.
Recuerda el poder de Mi Verbo Creador y sumerge tu alma en el océano poderoso de Mis Palabras, para que en tu ser despierte el amor invencible por Mi Presencia Celestial.
Sé firme y decidido para que puedas estar dispuesto a cumplir Mi Voluntad, por más difícil que te parezca, porque el alma verdadera se une sin demora a los Designios del Creador.
Permite que la venda que oculta tus bellos ojos pueda caer a tiempo, para que todos los días y por siempre puedas renacer en la grandeza de Mi Corazón Misericordioso.
Que ahora puedas ser ejemplo de redención y que puedas ser ejemplo de Mi Misericordia para el mundo. Que ningún apóstol se canse de hablarme, que pueda elevar el poder amoroso de su oración para que los Cielos se abran y, en consecuencia, puedan ayudarlos en este camino de transformación.
Es hora de seguir firmes. Es hora de aceptar la renuncia que Yo les propongo, por aquellos que no renuncian ni siquiera a las superficialidades de la vida material. Los aguardo en la oración y con la esperanza de que algún día puedan alcanzar Mi Luz Eterna, por los siglos de los siglos, hasta el Paraíso.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por perseverar a través del Amor de Mi Corazón.
Cristo Jesús
Llamo Mis soldados a los que perseveran en la Voluntad del Señor y la cumplen más allá de sus pequeñas voluntades.
Llamo Mis compañeros a aquellos que siguen a Mi lado, bajo cualquier circunstancia, y que dicen sí a Mi Plan de Amor y de rescate de las almas, aunque no sepan qué Plan es este y cómo será llevado adelante.
Llamo hijos predilectos a aquellos que reverencian a Dios por sobre todas las cosas y que, dentro de su imperfección, se entregan al desconocido Universo del Padre Celestial.
Hoy, convoco a los corazones para que se consagren a la Voluntad Mayor, pues los tiempos ya no serán fáciles para las consciencias, y las almas serán probadas por el enemigo como jamás antes lo fueron.
Hoy, los convoco para que consagren sus vidas, sus almas y sus espíritus; para que renueven el compromiso que sellaron Conmigo desde el principio y que lo vinieron a consumar en este tiempo.
A los que Me siguen, les oferto el sacrificio, y la recompensa que reciben es la salvación de las almas.
A los que Me siguen, les oferto la renuncia, y lo que reciben a cambio es la pureza del mundo, que será rescatada por las pequeñas obras de estos corazones.
No coloco grandes tesoros materiales en la mesa de aquellos que Me siguen. No les ofertaré el confort ni el descanso, en esta vida ni en la otra.
Pero hay algo en esta mesa que no hay en ninguna otra, algo que trasciende el cansancio, algo que trasciende las riquezas de la Tierra, algo que trasciende la materia, algo que no es de este mundo.
Esto que les oferto es único, es simple, es invisible, es intocable y es también inmutable.
Esto que les oferto abre las puertas del universo y colma los mundos, las estrellas, los espíritus y las consciencias.
A los que hoy se consagran a Mi Corazón, les oferto el Amor y les presento a Mi Hijo para que sea su Rey por toda la eternidad.
Mis pequeños hijos, hoy solo les digo que los reuní bajo Mi Manto para depositar en sus corazones Mi Amor y para decirles, bien cerquita de sus corazones, que jamás se olviden de que estoy aquí, y de que por más que les oferte el sacrificio, les oferto también Mis brazos, hacia los que deberán caminar eternamente.
Los ama,
María, Reina de la Paz
Todo el tiempo intenta estar en Mí, porque Mi Fe te fortalecerá en los grandes momentos de pruebas.
Aquel que se abandona en Mí recibirá cuanto necesita, dejará de estar todo el tiempo en sí mismo y será transfigurado por Mi Presencia.
Muchos creen que el despojamiento interior es renunciar solo algunas veces y, en verdad, el vacío de sí es un ejercicio eterno para quienes recién se inician en Mi Camino Crístico.
Es tiempo de volverse victoriosos y humildes mediante la oración misericordiosa. Yo llamo victoria a la transformación total de sí y a la renuncia a quien se era segundos atrás; porque así, en verdad, la consciencia se renovará y encontrará el consuelo solamente en Mi Corazón de Amor.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir la transformación a través del amor a Mi Sagrado Corazón.
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Yo contemplo a los corazones cansados y a los corazones que descansan en los demás corazones.
En Mi Obra existen los sacrificados y los que intentan vivir el sacrificio.
En Mi Obra existe el servidor y el que es servido por una razón mayor.
Todos pasan por la escuela de la entrega y del sacrificio, así Me relaciono con Mis amigos: a algunos Yo les doy Mi Voluntad y a otros Yo les entrego Mis Aspiraciones de algo bueno y mejor. Todos tienen el mismo lugar en Mi Corazón, porque no existen dos caminos para llegar a Mí, sino solo uno: un camino de renuncia y sacrificio que les permitirá alcanzar el estado de humildad.
Por eso, los que están Conmigo son los que más trabajan por los que están cómodos y por los que están ciegos sin poder encontrar la vida del espíritu. Me sirvo siempre de los mismos; Mi Corazón se ennoblece y se alegra cuando algún discípulo presta un servicio extraordinario, amoroso y abnegado; así Yo estoy viendo los frutos maduros de las semillas misericordiosas que he sembrado en cada ser.
Aquel que lo da todo por Mí y por el cumplimiento de Mi Plan recibirá los dones de Mi Amor. También le entregaré Mi Sacrificio, aquel que Yo viví en la Cruz por todos; le daré una cruz semejante para que la sepa llevar en sus espaldas por aquellos que abruptamente se pierden sin dejar huellas de la presencia de sus pequeñísimos espíritus.
Todo lo que reciban en Mi Nombre les dará la fuerza para amar el poder de la entrega y del sacrificio ofrecido por amor y por la redención de la humanidad; así ustedes verán los frutos y os méritos de su obra en la salvación de los que estaban muertos en vida, apartados de Mi Luz y que por Gracia alcanzarán eternidad y misericordia.
Guarden en sus corazones la esperanza de encontrar, en el Reino de los Cielos, el verdadero tesoro para sus espíritus, porque allá descansarán en Mis Brazos como buenas ovejas redimidas.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados de alma y de corazón.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Paz para todas las almas y el Bien de Mi Padre para todos los seres de la Tierra.
Con misericordia y piedad infinita desciendo al mundo para irradiar con Mi Luz a los corazones que están vacíos y sin amor. Por eso Me sirvo de instrumentos dispuestos, que puedan vivir Mi Mensaje y llevar Mi Palabra de esperanza y conversión a los que más necesitan.
Cuando Mis instrumentos consigan unirse a Mi Corazón Misericordioso, Yo podré reunir a los nuevos rebaños en el nuevo cenáculo que prepararé desde el Universo para la Tierra. Para que eso suceda es necesario vivir los Mandamientos, para que la vida se pueda corregir y definitivamente unirse a la Voluntad Suprema de Mi Padre.
En estos tiempos Mi Presencia congrega a los discípulos para que, unidos como uno solo, representen la verdad y el ejemplo de Mi Mensaje para el mundo. Cuando cultiven un corazón manso, vivirán una vida pacífica y, viviendo en la Paz de Mi Padre, estarán irradiando humildad y misericordia.
Aún es necesario renunciar a las comodidades y vanidades del mundo de hoy; así sus almas, por medio de la oración misericordiosa, podrán redimirse y convertirse en bienaventuradas y santas cuando estén en el Cielo.
Cuando Mi Corazón llamó a los doce, reunió en esos tiempos a la humanidad más inmadura y difícil. Ahora Yo reúno a nuevos soldados para que, a través de Mi Insondable Misericordia, alcancen la conversión y el perdón del Universo que deben esperar de Mi Padre.
El alma que decida a estar para siempre Conmigo a pesar del embate de los vientos contrarios nada perderá. Quedará libre de sí para poder encontrar el verdadero camino y la segura misión que le espera.
Algunas almas se unen a Mí a través de la oración y del corazón; otras se consagran a través del servicio y de la donación constante; y otras almas se entregan en confianza a Mí para que Yo pueda obrar y hacer prodigios de amor y de paz. Pero todas tienen el mismo lugar en Mi Corazón, solo basta mirarme a los Ojos y decirme sí.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por imitar Mis Enseñanzas desde el corazón.
Cristo Jesús, el Rey del Amor
Queridos Míos:
A todos aquellos que quieran consagrarse, que se consagren a Mi Sagrado Corazón porque ese acto de humildad que proviene del alma valdrá más que mil consagraciones formales.
El camino de la consagración es un camino de trascendencia y de renuncia, de encuentro con la Voluntad Suprema para abandonar la voluntad personal, es un camino de humildad para renunciar a la vanidad que el mundo despierta.
Que nadie se desespere por no poder consagrarse formalmente, porque la mayor consagración es la vida de oración, de diálogo interno con Dios para encontrar el bálsamo para el espíritu. Quien ya camina en la consagración, que eleve todos los días sus aspiraciones para que Yo las convierta en Mis Voluntades y, en consecuencia, las convierta en preciosas decisiones para sus vidas.
Vigilen ese camino de consagración; y que se eleven sus ojos para reconocer que solo en lo más Alto, donde se encuentra Mi Eterno Padre, ustedes hallarán el camino infinito de unión con Dios a través de la consagración de sus corazones a Mí.El alma que se consagra a Mi Corazón encuentra en el vacío de sí la nueva morada, la morada del Espíritu Santo.
Bajo el Amor del Padre, sean misericordiosos y bondadosos.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos Míos:
Estoy presente en todos los caminos de la vida y, como conductor de almas, encamino a todos aquellos que anhelan el Reino Amado de Mi Padre. Comparto Mi Amor con todos los rebaños y preparo, en el corazón de Mis hijos, la morada interior que Me acogerá cuando pronto retorne Mi Espíritu.
Acepto a todos Mis hijos y amo especialmente a aquellos que son indiferentes a Mi Ley de Redención. En ellos intentaré redimir el pasado y, por la Fuente de Mi Misericordia, querré darles la vida y la salvación para retirarlos de los abismos y del pecado en que viven.
Necesito que Mis discípulos de la Misericordia, todos los días, entregados por entero a Mi Sagrado Corazón, amen las dificultades, porque eso los hará más humildes. Necesito que renuncien a sí mismos porque eso los hará más simples, y que acepten las pruebas y los desafíos que los harán más sabios y caritativos.
En Mi escuela existen muchos rebaños, aunque son pocas las ovejas que se animan a seguirme en la fe y en la entrega. En Mis Brazos Yo siempre los recogeré, les daré Mi bondadoso consuelo, porque espero de los Míos la prontitud y el alivio que sus corazones pueden generar a través del bien y de los sabios ejemplos de amor para con los semejantes.
Como todos saben, Mi Luz ingresa y se difunde en aquellos corazones que Me abren la puerta interior del templo del espíritu, para que Mi Consciencia Misericordiosa pueda entrar y remodelar los espacios de la consciencia.
Soy el carpintero, hijo y compañero de San José, Corazón Castísimo. Soy el que moldea con las manos a los nuevos odres, los que recibirán la luz y el agua de la conversión. A Mis nuevos odres los colocaré sobre la mesa de Mi nueva Cena, la que pronto compartiré con todos en Mi Retorno.
Los nuevos odres servirán como vertientes de agua pura y cristalina para Mis otros rebaños; estos recibirán, a través de Mis instrumentos, el Agua Redentora de Vida, Agua que espiritualmente daré de beber a aquellos que reconozcan en gloria la Venida del Hijo de Dios.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados de corazón.
Gracias por aguardar Mis Palabras desde el corazón.
Cristo Jesús
Como Señora de los Dolores, pido a Dios por todos Mis hijos para que Mi Inmaculado Corazón pueda interceder por ellos. Hoy les pido más oración con el corazón para que Dios Padre escuche Mis súplicas por el mundo.
Quien no vive la conversión de la vida, ¿cómo podrá sobrellevar los cambios que llegarán para la purificación de las almas?
Recuerden, hijos Míos, que en la contemplación y en la renuncia desde el corazón encontrarán los verdaderos misterios de la Voluntad del Padre que aún la humanidad no puede vivir.
Mi Corazón los quiere llevar cada día hasta la Presencia de Mi Hijo para que ustedes, imitando las bienaventuranzas del Pastor, puedan disolver a través del amor fraterno el gran mal que vive este mundo.
De época en época, Mi Inmaculado Corazón trae un mensaje para la conversión de todos. Por eso, en este tiempo, la conversión y el desprendimiento de todas las faltas –a través de la oración verdadera del corazón– les permitirán vivir la reconciliación con el Señor.
Queridos hijos, traigo en Mi Rostro una lágrima que muestra el dolor por esta humanidad; aguardo en la esperanza que Mis hijos distantes de Dios se puedan aproximar a Él. Oro por todos ellos y los coloco más cerca de Mi Espíritu Maternal para que alcancen la redención y la conversión.
Aún la humanidad deberá vivir actos de profunda humildad para poder aliviar las ofensas que recibe el Corazón de Dios. Por esto, Mis hijos orantes podrán aliviar el Corazón del Padre a través de la unidad entre las almas, el amor entre los corazones y la paz en todos los hogares de la Tierra; esto ayudará en la conversión de muchos hijos que la necesitan.
El tiempo del llamado es ahora, por eso, hijitos, ¡redímanse! ¡redímanse! Rediman lo que aún no han redimido para poder así desagraviar al Padre por tantas ofensas que Él recibe del mundo.
Sean alegres para que sus corazones se aproximen a la pureza.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Contemplen Mi Inmaculado Corazón para que sus vidas se conviertan en fuentes cristalinas de pureza y de paz. Permitan que sus corazones vivan la conversión a través de la oración diaria ofrecida al mundo que vive sin paz y sin redención.
Hijos Míos, preparen sus corazones por medio de la gloriosa alegría que Mi Hijo les traerá con motivo de socorrer al mundo necesitado de Dios. Tengan todos Mis hijos corazones mansos y pacientes para que los cambios que deben acontecer en sus vidas se lleven adelante en la Paz y en la Presencia del Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, continúen penetrando los Cielos a través del simple instrumento de la oración. Así todas las almas que en el mundo necesitan de Luz recibirán, por la expansión de Mi Manto de Luz, todas las Gracias Espirituales para la redención de cada corazón. Hijos amados, amen perpetuamente a Mi Hijo; así ustedes abrirán los Cielos para el descenso de los Rayos de la Misericordia que muchos de Mis hijos necesitan.
Si aún viven los cambios de la transformación, vívanlos con absoluta alegría, porque eso les indicará que llegarán Buenas Nuevas a sus vidas.
Queridos hijos, unan vuestros corazones en la Luz para que Dios les muestre los pasos victoriosos de Su Voluntad y de Su Misericordia.
Solo les pido, hijitos, que en la Pascua que se aproxima renuncien a lo que aún no han renunciado elevando así vuestros corazones hacia el Creador.
Estén en Mi Paz Perpetua.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Primeramente deben vivir el perdón en sus corazones para que después la pureza despierte y los lleve hacia la verdad única. La humanidad debe perdonar para volver a nacer entre las Manos de Dios. Por eso, queridos hijos, Yo les anuncio la Gracia como camino para la Redención, la Rehabilitación y la Misericordia.
Cada alma está en vísperas de poder renunciar a sí misma y de elevarse hacia Mi Inmaculado Corazón para que Yo la pueda guiar hacia el Reino del Creador. La oración será la base que construirá los grandes pilares del templo para que así Dios entre y sea Él quien construya Su Morada de Amor.
El Señor Me envía como Mensajera de la Paz para que la humanidad despierte en este final de los tiempos al acto del perdón y de la reparación de todas las faltas cometidas contra Él.
Yo les anuncio la Gracia de la Misericordia para que Mis hijos la acepten y puedan renovar la vida bajo el impulso del Amor de Dios. Para perdonar se debe recorrer el camino del desprendimiento de sí. Este camino será a su vez construido por el don del perdón. Las dolencias internas desaparecerán porque ellas serán tocadas por el poder de la oración.
Queridos hijos, los conduzco hacia la verdad. La verdad del corazón los ayudará a través de la oración para que cada alma vea lo que aún debe elevar y entregar al Padre Dios. Mis hijos no deben entristecerse por las consecuencias de las faltas; más bien deben, a partir de ahora, alegrar el corazón porque la divina esperanza los llevará al perdón por todo lo cometido.
Para que nada se repita en la vida es necesario oración y valentía para trascender lo que aún no se ha podido superar. Recuerden las bases de la fe para que ella sea el lucero que los conduzca hacia un estado constante de oración.
Queridos hijos, les doy Mi Paz y les entrego Mi perdón universal para la reparación de todas las almas y del mundo. Oremos con confianza por una redención mayor para toda la humanidad. Aguarden la Gracia para que después llegue el perdón en el corazón.
Redención para todas las almas a través de la oración del corazón.
Gracias a todos los orantes por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En la sintonía de la mañana, durante la oración del avemaría, la Madre Divina apareció para transmitir Su mensaje a las almas.
Ella se presentó como el Inmaculado Corazón, con una mirada cristalina, paciente y serena. Durante la aparición, que hoy duró más tiempo de lo habitual, nos mostró un rostro triste, bañado en lágrimas que le corrían por Su Faz.
En ese momento, abriendo Sus brazos nos dijo:
Queridos hijos:
Cuando un corazón duele es porque está lleno de tristeza, y la oración real permitirá aliviarlo. Hoy quiero, queridos hijos, que alivien Mi Inmaculado Corazón porque Él vive el sufrimiento del mundo y de todas las almas. El Señor de los Cielos los invita a participar de la hora de la reparación a través del sincero acto de la oración y del ayuno.
Queridos hijos, el mundo y la humanidad ya han pasado por muchas pruebas y hoy viven la prueba de la definición. Por eso, Mis pequeños, a través de la oración fervorosa y amorosa, muchas almas que están muy lejos de Dios podrán ser conducidas hasta cerca de Mi Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, lleven en sus corazones la señal de Mi Presencia Maternal para que, como siervos de Dios, proclamen Mi Paz desde sus corazones. Este es Mi llamado para cada uno de ustedes; nada le faltará a quien está en Mí y será bendecido por la Luz de Mi Eterno Corazón.
Amadísimos hijos y pequeñas almas, los Cielos les envían una Gracia Especial en estos tiempos que es Mi Presencia Maternal entre sus pequeños corazones. Por eso Yo los llamo a la profunda oración por el mundo que arde en llamas al igual que muchas almas que se han perdido.
Mi voz les anuncia que ya es el momento de la conversión del corazón, la conversión de la vida, la conversión del pensamiento y la conversión de todas las almas. Yo Me anuncio a sus corazones para que reconozcan la Voluntad de Dios.
Mi Gracia Interior es el último camino que Mi Corazón está mostrando a las almas.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz para todos los seres humanos!
Que nadie pierda la Luz de su corazón. Si las almas desesperan, es porque aún no saben vivir en Dios. Es necesaria mucha oración para que todos Mis hijos vean el camino hacia el Reino de los Cielos.
Queridos hijos, hoy les dejo Mi Esperanza como Madre de todos en este mundo. Ustedes deben buscar la única revelación para sus vidas y también la única Gracia que los convertirá en este camino que cada alma ha elegido, y esa Gracia es la Paz.
Dios Padre los está llamando a la pronta renuncia de sí y al perdón entre los hombres; así todo podrá cambiar. Mi Inmaculado Corazón está abierto para cada uno de ustedes; vengan hacia Mí y clamen por Mi Corazón de Paz.
Aún en el desierto de la vida, todos deben estar en paz, en la paz del corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Al final de la aparición, la Madre Divina se fue elevando hacia los Cielos y en un cierto punto, se detuvo y allí aparecieron Ángeles del Señor que llevaban en Sus manos unas pequeñas vasijas que parecían de bronce. Ellos las colocaron a los pies de Nuestra Señora para recoger las lágrimas que Ella derramaba sobre el mundo. Después de eso la Madre Divina continuó elevándose.
Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo. Vive bajo la Ley del Amor. Camina sin pausa hacia el Reino del Señor. En confianza siente la Paz de Mi Corazón en tu corazón. Renuncia al pasado para poder vivir en lo nuevo.
Alegra tu alma cuando le cantes a Dios. Sonríe a la vida que te fue donada y entregada, vive el ejemplo de la humildad para la vida. Si tu corazón está cansado, recoge tu alma dentro de Mi Inmaculado Corazón. Si tu corazón está desanimado, escucha Mi voz que viene desde los Cielos. Aguarda con esperanza lo que después vendrá como Buena Nueva.
Escucha con atención la señal del Señor porque ya puede ser la hora de tu llamado y de tu despertar. Encuentra en la oración el momento para tu esmero, entrega y donación, así las almas sedientas de Dios se servirán de tu servicio. Acepta con gratitud los cambios en la vida; así comprenderás los misterios del plan divino universal.
Une tu corazón al corazón de cada hermano; sé un eslabón que forma parte de la gran cadena de la fraternidad. Imita a Jesús y vive cada día en Cristo Jesús para que puedas seguir desde cerca las huellas que deja Su Sagrado Corazón. Abraza con tu alma el nuevo tiempo, vive la Hora de la Paz en este momento.
Obra como digno hijo de Dios en la unidad de los corazones; no desvíes tu corazón del propósito para que él pueda ver siempre el camino. Supera con valentía las sombras que trae la vida de la transformación; recoge tu corazón dentro del Reino de la Redención. Permite sentir en tu vida el poder divino que rige a cada criatura; únete a la Omnipotencia de Dios.
Acerca tu vida al Señor, siente desde cerca el poder de Su Amor. Cuando alcances el vacío en todo, permitirás que la fuente llene la amplitud de tu corazón. Vuelve a nacer con alegría para que todos vivan bajo Mi Gracia.
Queridos hijos, hoy los llamo a la reflexión del corazón para que todos se unan al único principio de la vida, que es Dios.
Oremos por los que están en la ignorancia del corazón.
Paz para todos. Fe para cada corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Reciban Mi llamado con sus corazones y Sus brazos abiertos. Yo soy la Madre del Alivio y del Auxilio que viene al mundo para resguardar a los pequeños corazones. Aún hay muchos lugares por donde Mi Corazón deberá pasar para aliviar el dolor.
Solo les pido hoy, Mis queridos hijos, que delante de todo sufrimiento interior permanezcan en Mi Corazón Inmaculado. En esa hora de entrega y de renuncia Yo allí estaré para apoyar el paso de sus corazones. Aquí, en la Tierra, aún hay mucho para restaurar y perdonar, pero lo más urgente es que debemos orar para que las últimas Gracias Celestiales puedan descender.
Queridos hijos, en verdad les digo que Mi Corazón de Madre es humilde, es sencillo y está abierto a cada uno de ustedes. Mi Amor nunca se separará de los corazones que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Por eso, pequeños, deberán vivir con suma alegría el sufrimiento que el Señor envía a sus corazones, para que ese dolor, permeado por el amor, libere el mal que vive el mundo.
Yo los conduzco por el camino que Mi Hijo les prometió vivir. Él es el Camino, es la Verdad y es la Vida para todos los corazones que lo aceptan vivir. Hay un camino por donde ir. Hay una verdad sobre sus existencias como almas y como corazones, y hay una vida nueva que, a través de Mi Hijo, descubrirán en el sendero de la oración. Solo aspiren, Mis pequeños, a encontrar día a día el camino hacia Cristo; Él fortalecerá sus corazones durante las horas de prueba.
Lo esencial de todo, Mis queridos hijos, es que sus corazones no pierdan la alegría de servir y de sonreír porque así lo quiere el Señor en estos momentos: Él quiere ver sus corazones llenos de gratitud y de alegría.
La misión de todos Mis hijos en el mundo será convertir sus corazones a la Voluntad del Señor sin temor alguno. Por eso, Mis pequeños, Yo estoy entre ustedes anunciando el tiempo venidero de la paz para el mundo.
Oremos.
Gracias por responder a Mi llamado.
Que reine la alegría en sus corazones. Paz para la Tierra.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más