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Queridos hijos:
Agradezco desde ahora, los esfuerzos que están siendo realizados por todos Mis hijos para llevar adelante el cumplimiento de las reglas que establecen las autoridades de los países para poder contener la situación actual de la humanidad.
Millones de hijos Míos pudieron percibir, en estos últimos días, cuán desconectada estaba la humanidad y cuán lejos estaba de Dios.
Este momento de recogimiento ayuda a cada uno de Mis hijos a detenerse por un momento y a replantearse la vida que cada uno lleva.
Pero, otros hijos Míos continúan distraídos con todo lo que no es evolutivo para sus consciencias. Debemos rezar por ellos, día y noche, para que tengan la Gracia Suprema del despertar.
Agradezco la iniciativa espiritual del ayuno y de la oración que fue impulsada por los argentinos, eso demuestra que al menos una parte del país está comprendiendo el mensaje que, a través de los acontecimientos, está llegando.
Es el momento de mirar hacia dentro de sí mismo para encontrar a Dios y prestar atención a este momento planetario de inflexión, en el que las almas tendrán la oportunidad de retornar al camino de Luz y de Misericordia que una vez abandonaron.
Que esas cadenas de oración y de ayuno, que en estos tiempos se ofrecen al Padre Eterno, los impulsen a mantener las puertas abiertas del Universo para que toda la Luz, el Amor y la Cura posible desciendan sobre la humanidad.
Estaré en oración interna junto a Mis hijos de Argentina y del mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Esta es la llave que hoy les doy: si al menos todos los seres de este planeta ofrecieran un día de ayuno, en verdad les digo que las guerras cesarían, los conflictos desaparecerían, las enfermedades se curarían y no habría causa interior o exterior que no quede resuelta.
Si en verdad, la mayoría ofreciera un día de ayuno, ciertas fuerzas espirituales serían destituidas de sus poderes terrestres y serían derrotadas más que mil espadas.
Si en verdad, la mayoría ofreciera un día de ayuno, ciertas situaciones inexplicables no se manifestarían y nadie perdería su despertar y su evolución.
Si en verdad, la mayoría ofreciera un día de ayuno, ciertas fuerzas terrestres no actuarían, porque no tendrían lugar ni forma de proceder.
Las almas presas serían liberadas, más pecadores serían perdonados y el planeta sería aliviado de los graves ultrajes que recibe diariamente.
Si en verdad, se ofreciera un día de ayuno, las almas inocentes que fueron abortadas serían llevadas al limbo y, sobre todo, los soldados de Cristo que se perdieron por su propia voluntad, no irían al purgatorio para pagar sus deudas.
El ayuno es la segunda arma espiritual contra el enemigo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Cada nueva vigilia de oración no es igual a la anterior; por eso, que sus corazones se enciendan para que el Amor de Dios pueda despertar y la Gracia se derrame donde sea más necesaria.
En cada nueva vigilia de oración las almas son llamadas a permanecer con más atención y prontitud ante los pedidos de Vuestra Madre Celeste, porque en cada nueva vigilia de oración procesos planetarios e incluso cósmicos son develados y curados por la Luz de Mi Corazón.
Cuando un alma orante ofrece su verbo a Dios a través de la vigilia de oración, está confirmando nuevamente que el Plan del Padre y de toda Su Creación podrá cumplirse y el alma, que emite dicha confirmación, está autoconvocándose para lo que sea necesario.
Es ese despertar el que los uruguayos deben vivir en este tiempo, sin términos medios y sí con una adhesión pronta para servir a la Jerarquía en lo que sea necesario.
En la vigilia de oración que ustedes comparten Conmigo desde hace cuatro años, hijos, se construyó un potentísimo epicentro de Luz divina, el que se activa y desciende como caudal sobre una situación planetaria o humana que esté necesitando de una fuente de liberación o de cura.
Todas las divinas posibilidades se pueden presentar a través de cada nueva vigilia de oración; todo dependerá de la actitud del orante o del discípulo de María ante el llamado mensual de oración que se realiza. Es por eso que en este tiempo la Jerarquía Divina necesita que la humanidad no creyente pueda reconocer el efecto y el poder transmutador de la oración.
Si a ese efecto de la oración se le suma, por ejemplo el ayuno, los resultados de un trabajo grupal de oración repercuten no solamente en esas consciencias, sino también en las Leyes de la Naturaleza modificando los acontecimientos previstos.
Hoy, hijos Míos, les digo todo esto debido a la urgencia de que ustedes sientan y comprendan en qué están participando vigilia tras vigilia de oración y cuál es el verdadero resultado espiritual que esta obra de oración alcanza, a través del apoyo incondicional de cada uno de ustedes y de toda la Jerarquía Celeste.
Queridos hijos, aún las vigilias de oración por la paz en las naciones proseguirán; no solo para establecer la corriente universal positiva de paz en el mundo, sino también para que gradualmente sus seres internos y la humanidad, por medio de la oración, puedan transformar los aspectos del ego que corroen la consciencia y su pleno despertar.
Todos los que nacieron en este Proyecto de Dios, como saben, traen la esencia del llamado “pecado original”, falta cometida en el principio por Adán y Eva al no haber cumplido la Ley de la obediencia.
Fue desde ese momento que toda la humanidad en el transcurso de las eras ha cargado con ese evento en sus células; así todas las almas aquí encarnadas han tenido y tienen que aprender a superar y redimir la condición humana, que es la lucha incesante contra el propio ego humano que lleva a la perdición.
Mediante las vigilias de oración, ese potentísimo canal mariano intenta corregir y redimir los errores cometidos desde el principio de Adán hasta el futuro próximo.
Ese puente para la liberación y la redención de los errores fue realizado por Cristo a través de la Divina Misericordia, fue quien por ustedes venció al mal e hizo triunfar el Amor de Dios. Es por eso que en cada vigilia de oración, no solo se trabaja espiritualmente con las naciones, sino que la humanidad, que ha perdido los códigos crísticos y sigue cometiendo errores, es ayudada por medio del impulso de la vigilia de oración.
El campo de energía orante que se crea en cada nuevo encuentro influye positivamente en la acción de las Leyes Universales y en el proceso actual de la purificación de todas las consciencias. Es así que cada hijo Mío deberá tener la consciencia lo suficientemente despierta para saber que no solo estará sentado en una silla orando, sino que estará representando a los ocho mil millones de personas del mundo entero que no tienen consciencia de esos procesos.
Espero ver en cada vigilia a Mis soldados, dispuestos y perceptivos para que a través de la oración capten los impulsos internos de los Espejos, y el planeta pueda transformarse y de esa manera no se pierda. Eso dependerá de la actitud de cada discípulo, porque la Gracia vendrá a esa consciencia por añadidura.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien vigila por todos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En los pequeños sacrificios se encuentra la solución para los graves problemas de la humanidad.
El sacrificio es un acto de renuncia y al mismo tiempo de liberación de las formas que oprimen la consciencia de la humanidad. Por los sacrificios, las Leyes Universales actúan y lo que parecía imposible de revertirse, cambia por la realización de un pequeño sacrificio.
El acto del sacrificio debe estar bañado por la humildad de aceptar algo que va más allá de las capacidades de cada ser. El ayuno es el camino que los lleva a encontrar el sacrificio que la humanidad olvidó vivir para poder reparar las faltas.
El sacrificio es una ley de liberación y al mismo tiempo permite tomar consciencia sobre la gratitud y el bien.
Queridos hijos, los desajustes de la humanidad en estos tiempos son por la falta de sacrificio, lo que no significa omisión, severidad ni castigo. Un gran sacrificio que el mundo podría hacer es quedarse en silencio para que todos comprendan cómo la vida humana está descontrolada, violenta y pervertida.
Si se hiciera silencio, mucho se resolvería, todo se curaría, el mundo podría desvanecer el constante ruido que habita en la consciencia de Mis hijos y todo se volvería a reconstruir como en el principio.
Una de las causas de Mi llanto es por la falta de silencio dentro de los seres; eso los aparta de la fuerza interior, fuerza que les permite orar de verdad, ya que la ausencia de silencio lleva a la falta de paz.
Queridos hijos, aún Mi Corazón continúa lastimado. La copa ya no solo está hasta el borde, sino que ahora está rebasando. De todo lo que hoy sucede en el mundo, algo hay que aprender interiormente.
Queridos hijos, Yo les abro las puertas al Corazón de Dios para que puedan entrar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la Consciencia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quiero llamar por el nombre a aquellos de Mis soldados que deben responder al compromiso que tienen Conmigo. Para ello, Mi voz resuena en el interior de vuestros seres, como un impulso desconocido que los invita a la oración, al servicio a los más necesitados, a la reconciliación con vuestras familias, a la comprensión del prójimo. Estas hijos Míos, son las manifestaciones de Mis impulsos en vuestros corazones.
Quiero construir en Mis hijos el principio de la nueva vida, que no será nada inalcanzable para las almas de este mundo.
Solo les pido oración para fortalecer el espíritu, purificar el pasado y generar méritos para la redención de las almas y del mundo entero.
Les pido ayuno para equilibrar las injusticias del mundo.
Les pido que sean pacificadores para quebrar para siempre la corriente del mal que ata a los hombres e impide la evolución de todos los reinos de la naturaleza.
Les pido reconciliación para abrir las puertas para las nuevas oportunidades para las almas.
Les pido fraternidad para construir la base de la nueva vida sobre la Tierra.
Les pido amor para que sea el aire que respirará el nuevo mundo y sin el cual este universo no podrá existir.
Les pido conversión para que dejen de ser lo que son y abandonen los impulsos que este mundo construyó en ustedes, para ser tal cual como el Creador los pensó, viviendo así todos los principios que hoy les entregué.
¿Será que es mucho lo que les pido?
Con todo lo que el Universo Celestial les entregó, solo sigan las palabras de Aquellos que fueron enviados por el Señor y así, todas las Gracias que deposité en vuestras esencias, podrán brotar, crecer, florecer y dar frutos, para que otras almas alcancen el mismo despertar o uno más profundo aún.
Mis amados, escuchen con atención Mis palabras y sepan buscar en las entrelineas las verdades que, en otros tiempos, Yo no revelé al mundo.
Esta humanidad está en evolución hace mucho tiempo. Ya llegó el momento de que las consciencias de este mundo den un nuevo y grandioso paso y para eso es necesario que estén abiertos de corazón y sepan que nada saben.
Confíen en lo que les digo y en lo que les diré en los tiempos venideros. Quiero prepararlos para este final de ciclo, para que los acontecimientos los encuentren preparados.
Nunca se desesperen, no busquen soluciones fuera del corazón. La única preparación que les pido es la oración, el ayuno, la paz, la reconciliación, el perdón, el amor y la fraternidad entre los seres. Así sabrán cruzar el viejo tiempo e ingresar en el nuevo tiempo que los conducirá.
No se olviden, Mis queridos, oren, sirvan y actúen siempre con amor.
Estas son las llaves para los tiempos venideros.
Yo los amo y los bendigo,
María, Madre y Reina de la Paz
Gracias, hijo Mío, por ayunar; así las debilidades y las tentaciones se desvanecen de lo profundo de la consciencia.
Anímate a entregarme aquello que en verdad Me puedes dar; porque solo a través de ti Yo podré realizar Mis Obras de Paz en el mundo.
Yo Soy el Sol de la noche estelar. Soy el Lucero que trae regocijo y serenidad para quien lo busca. Soy el Camino que se abre para encontrar en este tiempo la paz del corazón.
Únete a Mis preceptos y conocerás Mis voluntades, las que Yo deseo concretar en tu vida.
Hoy, te traigo hasta el Portal de la Paz para que puedas entrar en Mi Reino y encontrar la Paz que no está en ti. Por eso, súmate al universo de los prodigios y deja que Yo, a través de Mi Amor, te pueda bendecir.
Con esta agua que hoy los bendigo a todos, decreto sobre este elemento el Amor Purificador y Eterno de Dios, para que las partículas del enemigo se disipen y los corazones encuentren la cura.
Derramo, sobre el agua, los códigos de la Redención y de la Gloria de Mi Hijo Jesús, para que los que han estado tristes y solitarios reencuentren la unidad con el Padre Celestial.
Hoy, vengo para que, a través de esta agua, sus deudas sean lavadas e ingrese dentro de ustedes el Amor de Cristo Redentor.
Con esta misma agua, lavaré vuestras ofensas, imperfecciones y temores; a través de ella, Yo dejaré el signo del Bautismo y de la Renovación, por medio de la Esencia Poderosa del Espíritu Santo.
Como con el agua que fue bautizado Jesús, hoy Yo los bautizo para la redención de todos, para que puedan sentir Mis caricias de Maternidad y de Paz.
Que la cura del espíritu sea la meta para todos, así las puertas del Paraíso estarán abiertas para los que solo Me dijeron sí desde el principio.
Dejo, sobre esta agua, el Amor Universal del Cosmos, el signo visible de la purificación y de la santidad para los nuevos redimidos.
Reciban esta agua como el símbolo del perdón y de la reconciliación con Dios Padre, para que este Sacramento del Bautismo Espiritual les permita comulgar con los Dones de Dios y de Su Hijo Adorable.
Como su Madre, derramo sobre esta agua, el espíritu de la liberación y de la transfiguración, para que los buenos espíritus se eleven y encuentren la paz del corazón.
Yo los redimo. Yo los purifico. Yo los absuelvo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre, la Virgen María, Reina de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cuando María transmitía este Mensaje, iba consagrando esta agua.
Entonces, vamos a recibir esta bendición con mucho amor y mucha gratitud; así, como Ella dijo, vamos a sentirnos lavados por esta agua de vida.
Después de que Madre Zorobabel haga esta bendición, habrá dos hermanos en la puerta de salida que estarán partiendo con sus manos este pan, para que los que sientan puedan comulgar y llevar el Cuerpo de Cristo en sus corazones.
Mientras la Madre hace la bendición, vamos a cantar.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! Que solo exista la paz en sus corazones, queridos hijos Míos.
Que la paz sea el motivo primordial para vivir en la fe y en el amor de Mi Hijo. Yo soy su Madre de la Paz Eterna, Yo soy la Gran Estrella del Universo que, en este tiempo crítico, viene al mundo para iluminar los caminos de los que están a oscuras.
Por la paz alcanzarán sabiduría y entendimiento sobre las cosas, que no falte paz en su interior, para que así no desaparezca la paz en el mundo.
Hijos amados, que nada los perturbe ni los incomode, que nada los inquiete. El mundo está en una crisis espiritual, pero Mis soldados no podrán estar sin paz.
Afírmense en el Santo Rosario, porque él será el instrumento que los separará de las acciones del mal.
Que sus esencias vivan en Mi océano de Paz, no preocupen más a sus consciencias por las cosas externas, que solo en el silencio se fortalezca su paz.
Que exista paz entre los seres, y entre los seres y Dios. Que ningún hijo Mío pierda la esperanza de redimirse y liberarse de las consecuencias que trae este mundo.
Sean portadores de la paz del corazón, sean como antorchas de luz que indiquen el sendero hacia la paz para su prójimo. Unan sus corazones a la Vida Mayor, ingresen amorosamente en el Reino del Padre para que, desde allí, nada más los perturbe ni les quite las fuerzas para poder caminar.
Que la oración del Rosario sea su escudo permanente, para que las asechanzas sean liberadas ante su presencia de paz y de amor.
Queridos hijos, es hora de que sus manos se aferren fuerte a Mi Manto protector, así nada los derrotará ni los destruirá, porque Mi amparo será eterno para sus corazones.
La guerra espiritual para la redención del mal ya ha comenzado en el universo. Sus oraciones purísimas y amorosas definirán el próximo acontecimiento planetario.
Solo recen, recen mucho, para que sus labios solamente emanen sagradas palabras de oración. Ya no pierdan tiempo en conversaciones superfluas, dediquen su concentración en el arte poderoso de la oración del corazón, para que nada opuesto a la luz los pueda atacar.
Yo vengo al mundo para despertarlo del sueño y de las ilusiones que dominan ampliamente el corazón y el espíritu de muchos de Mis hijos.
Que sus ojos solo miren la luz del infinito. Que sus oídos solo escuchen la melodía de la naturaleza. Que sus bocas solo pronuncien sagradas oraciones de luz. Que sus manos solamente sirvan y se donen al necesitado.
Es tiempo de preparación, el fin se aproxima y Mis hijos del mundo entero no podrán estar ajenos a los eventos universales. Que sus espíritus se fortalezcan en los sagrados Sacramentos, en la oración, en el ayuno, la comunión y la lectura del Evangelio. Todos los días reconcíliense con Dios, porque así estarán unidos a Su bendito Espíritu.
Queridos hijos, hoy 24 de septiembre, Yo vengo con la misión de que, a través de este importante Mensaje de paz, ustedes puedan abrir los ojos para retirar de sus seres el sueño por las ilusiones, porque es hora de luchar con el Rosario en mano por la paz y la protección de todos.
Mi Espíritu Inmaculado siempre los protegerá. ¡Adelante, sigan Mis pasos sin miedo!
¡Les agradezco por estar en vigilia hoy Conmigo de corazón!
Que la paz reverbere en sus seres para siempre.
María, Madre y Reina de la Paz
Escucha en tu corazón la historia que Te voy a contar. Deja que Mis palabras fluyan como agua pura en el río de tu mente y que los misterios de Mi vida corran dentro de esta agua con la misma armonía. Confía en el compromiso que tu corazón tiene Conmigo, porque muy poco es lo que el mundo sabe sobre esta historia y muy poco seguirá sabiendo, hasta que ingrese en el Reino de los Cielos.
Nací de una gestación de infinita pureza, preparada por los ángeles, como si crearan una flor, pero era Mi alma que crecía en el vientre materno de Mi santa madre. Le digo santa porque sobre ella descendió el Espíritu Santo y, a través de sueños, fue preparada por los ángeles para comprender la maternidad que viviría, de un niño poco común para su época.
Mi madre me cantaba al corazón, oraba y preparaba su gestación con profundo amor; amor que Dios le infundía para inspirar a su creación, que sería la semilla de lo que vendría a ser José, el llamado hijo de David.
Nací y crecí acompañado por los ángeles; Mi santa madre, adornada por el Espíritu Santo, fue quien desde los inicios me enseñó a realizar las primeras obras de caridad. Me enseñó que, para el prójimo, se ofrecería siempre lo mejor y, quien así procediese, dando al prójimo lo que mejor tenía, recibiría de Dios lo mejor que Él tenía del Reino de los Cielos.
De esta forma fui comprendiendo las Leyes de Dios, que eran muy diferentes a las leyes de la Tierra y, cuanto más Mi consciencia infantil se sumergía en ese Reino, más me veía fuera de todas las leyes del mundo; sobretodo las leyes de la materia, estas que prenden al hombre y lo hacen rehén de las energías capitales.
Dotado de profunda unión con Dios, el Señor jamás permitió que las leyes de la Tierra actuasen sobre Mi consciencia juvenil.
Aprendí del trabajo y de la soledad, del silencio, de la oración y del ayuno y, crecí en estos hábitos diarios. De familia simple y pobre, así fue reflejándose la vida en Mi alma, crecí simple y pobre de las cosas del mundo.
La soledad me enseñó la humildad, pues en soledad profundizaba en los misterios de la Fe y en la ciencia del Reino de Dios, lo que me hacía comprender día a día, cuán pequeño era delante de la Grandeza de Dios Altísimo.
Es verdad que hice voto de castidad a los 12 años; en verdad, la castidad y la pureza Me fueron infundidas por Voluntad Divina y eran virtudes naturales de Mi pequeño ser. Cuando a los 12 años comprendí parte de la Voluntad de Dios para Mi pequeña consciencia, Me confirmé en esa Voluntad y ofrecí el voto de castidad perpetua.
No solo hice este voto delante de Dios, sino también le prometí ser eternamente servicial en todas las cosas; mientras viviese e incluso en la Eternidad sería Su fiel siervo y obrero, sirviendo eternamente a Su Santidad y a todos Sus hijos, a aquellos que más necesitan.
Cuando me casé con María, encontré en Ella también la perfecta caridad, de lo cual fuimos ejemplo como familia y como personas.
Todo trabajo realizado por Mis manos era ofertado a los pobres, a los más pobres que nosotros y, como había aprendido de Dios, cuando daba a los que necesitaban, por Obra y Gracia del Espíritu Santo, recibíamos en nuestra mesa todo cuanto necesitábamos para subsistir.
María era también ejemplo de caridad espiritual; formaba en el Amor a Dios a todas las que lo necesitaban, desde las ancianas a las más jóvenes, estaba siempre rodeada de mujeres de Nazaret y de Jerusalén.
En Mi trabajo de carpintero ejercía el oficio siempre unido a la Voluntad del Señor, y esto permitía que los instrumentos confeccionados fuesen dotados del Espíritu Santo. Muchos milagros acontecieron, dentro y fuera de Mi conocimiento; milagros por los cuales pedía perpetuo silencio a los que los recibían y atribución total a la Gracia Divina y a Su Santa Voluntad y Obra.
En Mi carpintería formaba a los jóvenes y niños de Nazaret; entre ellos estaba el Niño Jesús, que más me enseñaba que lo que aprendía. Con Su presencia, los milagros realizados a través de los objetos que confeccionábamos comenzaron a crecer.
Como nuestras confecciones estaban hechas para gente muy pobre pero de mucha Fe, no les costaba creer en las Obras del Espíritu Santo y, aunque profundamente agradecidos a aquella familia tan misteriosa de Nazaret, viendo tan profunda humildad y pureza, no dudaban en atribuir estas santas obras a Dios.
La vida de José fue por sobretodo una vida de silencio, de trabajo y de oración. Dice el Señor que este es el arquetipo de la vida consagrada; una vida que existió hace tantos años y que para muchos puede ser considerada como superada, vino para demostrar al mundo el arquetipo de las familias sobre la Tierra.
José y María se completaban en las virtudes y en la devoción, en el Amor a Dios y en los cuidados a Jesús. Jesús aprendió en Su infancia todas las virtudes de Sus padres y sobresalió en todas, creciendo en ellas y enseñando a sus humildísimos padres a vivir bajo la Ley de Dios.
La Sagrada Familia era el complemento de la perfecta santidad, Obra purísima del Creador, vista desde los mínimos detalles y preparada no solo en José y María, sino en todas las últimas catorce generaciones de ambos padres de Jesús.
Estas generaciones fueron creciendo en pureza y santidad para ofrecer a los dos santos la santidad más pura que pudiese existir sobre la Tierra y, de esta unión perfecta, pudiera nacer protegido del mundo y amparado por el Espíritu Santo, el Hijo dilecto de Dios, Su primogénito, Jesús Cristo.
Lo que aparece escrito en la “Mística Ciudad de Dios” se complementa con lo que está en el Evangelio.
Todo debe ser leído y estudiado con el corazón para que a través de él sea transmitido.
Que esta devoción nazca primero en vuestros corazones para que después recorra el mundo.
Vuestro amado Hermano e Instructor, San José Castísimo.
Ven y recógete en Mi Corazón cuando el temor golpee a tu puerta. No hay puerto más seguro que Mi Manto y bajo él, estarás a salvo de todo mal.
Ven hacia Mis brazos maternales cuando tus pies ya no tengan fuerza para caminar. Como buena Madre, te llevaré en Mi regazo celestial al encuentro con el Creador, así como lo hice con el Niño Jesús en el Templo.
Cuenta con la ciencia de Mi Reino y con la comprensión de Mi Consciencia cuando tu pequeña mente no abarque los misterios del Cielo.
Cuenta con la voz de tu corazón y con la certeza de tu espíritu para confiar en Mi Presencia.
Cuenta con el poder de la oración y la acción del ayuno para que tus pasos sean amplios y firmes, acompañando a los pasos de Mi hijo.
Cuenta, día a día, con las Palabras de Jesús, porque Él lee en tu corazón la verdadera necesidad de tu alma y te conduce con palabras dulces al Reino Celestial.
Cuenta con la grandeza de Mi Presencia para que todo el resto se torne pequeño.
Cuenta con la eternidad que hay en el universo para percibir que todo en la Tierra es pasajero.
Aférrate al Amor de Mi Corazón para disolver tus miedos.
No te impresiones con cualquier oscuridad, pues inmensa es la Luz que hoy está delante de ti.
Yo soy la Madre del Mundo, la Madre Universal. En Mi Vientre celestial gesté a cada alma de esta Tierra, son todos Mis benditos hijos que hoy los vengo a conducir de vuelta a Mi Reino.
Ven, hijo Mío, ven hija Mía, ya es el tiempo de retornar a tu Casa Celestial y descubrir, en tu pequeño corazón, la esencia grandiosa del universo.
No temas encontrarte con lo desconocido, no temas ser hoy diferente a lo que fuiste ayer.
Yo vengo para traerte lo nuevo que, en verdad, es lo más antiguo que duerme en el universo, pero que los ojos y los corazones de Mis hijos se negaron a ver durante tanto tiempo.
Camina hoy hacia Mi inmenso Corazón y deja tu pequeño corazón en Mis brazos. Confía en Mi maternidad, que Yo sabré guiarte.
Si tu corazón desconoce Mi Presencia y tu mente desconfía de Mi Voz, solo ábrete a lo verdadero y, por un pequeño instante, permite que Mi Espíritu ingrese en tu vida. Ponte en oración y Yo te mostraré lo que de más sagrado hay en el mundo. Una Paz desconocida permeará tu espíritu y, en ese instante, tu pequeña alma glorificará al Señor. Guarda en tu memoria este sentimiento de conversión, este es Mi mayor milagro, un milagro de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, vuestra Divina Madre y Reina de la Paz
Queridos hermanos en Dios:
Que Mi Luz hoy pueda abundar entre los espacios más profundos de sus corazones para que de esa forma se establezca el Reino de Mi Paz en toda la humanidad.
Oren por los que duermen y que, sin percibirlo, descansan en la vida común de este mundo actual.
Ofrezcan a Dios sus ayunos, oraciones, sacrificios por la humanidad y sus sufrimientos, porque si todo esto fuera donado con fe, muchas situaciones espirituales se podrían revertir prontamente.
Ahora solo les pido que busquen estar más tiempo en Mi Corazón Misericordioso, porque aún sus almas no han nadado en Mi Océano de Gracias, sino que sus temperamentos los han llevado a practicar otras cosas.
Que su verdadero ejercicio sea la oración misericordiosa del corazón; cada vez que clamen por Mi Presencia en el silencio, Yo estaré entre ustedes acompañando los grandes procesos de sus seres internos.
Mi Fuego Misericordioso y Liberador quiere aproximarse un poco más a sus seres. Pero aún falta el permiso total para que algunos velos caigan de sus rostros; si ustedes dieran el permiso verían la luz de la verdad que se acerca desde el Cielo con la esperanza de convertirlos en buenos discípulos de Mi oración.
Construiré en ustedes Mi Templo de reposo cuando de verdad se animen a vaciarse de sí mismos para descubrir los prodigios del nuevo ser.
Sean simples en todo, hasta el punto de amar con reverencia cada detalle que se presenta en sus vidas.
Estoy aquí para escucharlos siempre.
Bajo la Gracia y el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
¡Alabado sea Jesús en el mundo y en todo el universo, principalmente en los corazones que más lo necesitan!
Con alegría y gozo, retorno al Centro Mariano originario de Mis primeras Apariciones en América, la Madre del Cielo retorna al corazón de los hijos que le abrieron la puerta, al igual que en Medjugorje, para que se escuchara la cálida voz maternal de la Virgen María.
Por eso, Mi Corazón escogió estos dos próximos meses para que aquellos hijos, que hace ya algunos años escuchan Mi llamado, puedan recibir la restauración para la continuidad de Mi Obra materna en América y en el mundo.
Hijos Míos, en esta semana, les pido que concentren sus oraciones en las cinco Llagas que llevó marcadas Mi Hijo Jesús, mediante su oración diaria.
Como Madre les pido que adoren estos cinco signos preciosos, porque sí así lo hicieran ayudarán a que todas las llagas del sufrimiento, del dolor, de la desesperación y de la falta de fe y de amor puedan ser cicatrizadas por la cura infinita que puede irradiar Mi Inmaculado Corazón.
Que, en este ejercicio, sus corazones se encuentren con el precioso signo de amor y redención que Mi Hijo manifestó y mostró en la Cruz para todos ustedes.
Queridísimos hijos, ustedes saben que el mundo está sin paz y que estas llagas que genera el enemigo con sus planes, separan a las familias, debilitan el amor entre los seres más queridos y llevan a un gran número de almas hacia la perdición y el pecado.
Les pido que, a través de su Adoración a las cinco Llagas de Mi Hijo, la oración reverbere y llegue hasta el Reino de Dios, para que Su Misericordia y Perdón se derramen como cura en el corazón de todos los seres de la Tierra.
Queridos hijos, como Madre, los llamo a reafirmar su unión interna con Mi Hijo y a profundizar, desde el corazón, la vivencia de su camino espiritual; porque mientras innumerables almas apagan su fe y devoción por Dios, Yo, como Estrella de la Mañana, intento llevarlas lo más cerca posible del Corazón de Mi Hijo para que todas estén fuera de peligro y bajo el amparo de Su misericordioso Amor redentor.
Hijos Míos, hoy también vengo hacia ustedes para que, en esta pausa de sesenta días, ustedes estudien y lean las Palabras que Mi Hijo está anunciando, así sus corazones se fortalecerán y se liberarán del miedo. Tengan como instrumento de oración las palabras de la Sagrada Biblia, reúnan sus fuerzas como una única familia y permitan que la santa protección de Mi Hijo Jesús esté entre ustedes.
Queridos hijos, los tiempos mudan rápidamente y es necesario recuperar los íconos que Mi Hijo les entregó para su conversión, como lo son el ayuno, la confesión, la lectura del Evangelio y la oración en familia, porque así permitirán que el mundo no pierda la verdadera cultura cristiana que Mi Hijo fundó por amor a todos.
Hijos Míos, estoy con ustedes y entre ustedes.
Una vez más les agradezco por responder a Mi llamado.
¡Gracias!, la Paz sea con ustedes.
María, Madre y Reina de la Paz
Bienaventurados serán los que comprendan Mi Presencia, los que confíen en Mis Palabras y los que sigan a Mi Corazón.
A los que aspiran a alcanzar el Reino de los Cielos, Yo les digo que esta es la hora de la conversión, de entregar todas las faltas a Dios y de recibir en humildad el perdón que Él les envía.
Hijos Míos, una vez más les digo que despierten. Despierten a tiempo para recibir la Misericordia que brota como un manantial infinito del Reino de Dios. Despierten a tiempo para ver que las Manos del Señor se extienden en dirección a sus manos; que el Corazón del Señor se abre para recibir a sus corazones; que el Perdón del Señor esta pronto para borrar definitivamente todas las deudas que tienen con Dios.
Amados hijos, aún hay tiempo de tomar una decisión correcta en sus vidas. Hay tiempo de ser verdaderos servidores, dispuestos a manifestar la Voluntad de Dios. Aún hay tiempo para equilibrar la parte que les cabe de este mundo a través de la oración, del ayuno y de la confesión sincera con Cristo.
Cuando les digo que hay tiempo, es porque hay tiempo para actuar, para decidirse a responder ahora al llamado de los Cielos. Cuando les digo que están a tiempo, quiero mostrarles la oportunidad de reconversión que el Señor coloca delante de sus vidas, para que aún los que se creen despiertos puedan despertar realmente al último llamado de Dios.
Hijos Míos, el Señor ya les envió todas las Gracias, les ofertó a Su Hijo, a Su Reino, a Su Sierva fiel, a Sus huestes de ángeles. ¿Qué más esperan para aceptar el llamado de Dios? ¿Qué más podemos hacer para que la voluntad de despertar sea mayor que el sueño que sienten?
El mundo duerme, hijos queridos, ante la existencia de una vida mayor. Hay muchos que escogieron no despertar y cerraron los ojos a la existencia de Dios. Hay muchos que creen servir al Señor y no percibieron que hace mucho tiempo le cerraron las puertas. Hay muchos que dan muy poco de sí, cuando el mundo necesita que cada uno de todo de sí.
Es tiempo de donarse, pequeños hijos, donarse al Creador de todas las cosas, Quien es la propia donación que les donó la vida y que les oferta la eternidad.
Tan inmensa es la Misericordia de Dios que Él no se cansa de llamar a los que más le faltan y se olvidan de Su existencia; Él no se cansa de llamarlos y, de todas las maneras, intenta traer de vuelta a Sus hijos que se perdieron en el camino.
Por eso, estoy aquí, hijos Míos. Soy la Madre de sus corazones, enviada por el Señor Supremo para despertar a sus consciencias, para tornarlas activas y orantes. Yo estoy aquí, pues ya es la hora del rescate y Mis soldados deben estar prontos, pues mucho trabajo les aguarda.
Si conocieran el mundo como Yo lo conozco, jamás habría quejas en sus vidas y, de una vez por todas, decidirían acompañarme.
Por eso, Mis queridos, coloquen a Mis pies todas sus dificultades y permítanme ser la Guía de sus vidas, a través de la oración permanente.
Vengan Conmigo, no teman acompañarme. Yo los aguardo hace mucho tiempo. Hace siglos que la humanidad se prepara, es hora de comenzar a actuar.
Si quieren saber por dónde comenzar, dónde estar y qué hacer, oren, oren y oren. Ayunen de verdad, comulguen con Mi Hijo y escuchen Sus Palabras diarias.
Caminen, caminen, pues están a tiempo.
Les gradezco por escuchar Mi urgente llamado con el corazón.
María, Madre del Mundo y Reina de la Paz
Yo soy la Señora del Cielo, soy la que viene en gloria y paz para irradiarte el Amor de Dios.
Yo soy la Madre del Universo, soy la que te recogeré en Mis brazos de los abismos y te llevaré en honra al Reino de Dios.
Yo soy la Rosa Mística, soy la que emana aromas sutiles para proteger en silencio tu camino de consagración a Dios. Así, día a día, intento llevarte a la oración, porque en la oración Mi Corazón cierra tus heridas y protege en la Luz a tu pequeño corazón.
Yo soy la Madre de las Gracias, soy la Mujer Vestida de Sol que derrama la bondad y la compasión de Dios al mundo y a las criaturas.
Yo soy la Guardiana de la Fe de los que la han perdido.
Yo soy la Madre de la Divina Concepción que aproxima cada hijo al universo del Espíritu Santo.
Yo soy la Guerrera del Amor, Soy la Patrona que yergue el estandarte de la Paz.
Yo soy la Señora que en el Amor y en la Piedad desata los nudos de los que sufren constantemente.
Por eso, clamo a todos por oración, porque como humanidad deben reparar el Corazón de Dios de las graves ofensas que Él recibe.
Yo soy la Señora de la Paz, soy la Reina de la Paz, que anuncia la venida del nuevo Reino de Cristo sobre la faz de la Tierra. Así, Yo reúno a Mis soldados, llamándolos a consagrarse a la vida de oración, a la vivencia del ayuno para purificar el corazón, al perdón y a la reconciliación.
Yo soy la Madre Celestial, soy la Estrella Solar que brilla eternamente en el firmamento y que anuncia el tiempo de la Misericordia.
Por Mi Hijo Me doné a todos y por la venida esperada de Cristo, Yo revelaré la Faz de la Señora del Sol.
Que Mis estrellas puedan transfigurar en luz sus vidas, que Mis pasos hacia Dios sean sus pasos, que Mi Corazón maternal reverbere en amor dentro de ustedes, que Mis rayos misericordiosos iluminen el sendero oscuro de los que aún no llegaron al Reino de Dios.
Con Mi Hijo, vuelvo al mundo para despertarlo y llamarlo a la conversión.
La oración será su futuro alimento que nutrirá el espíritu y toda la vida manifestada, porque por la oración caminarán sin demora hasta los Brazos de Dios; y cuando todos Mis hijos lleguen al Cielo, Yo lavaré el pasado de sus rostros en la Fuente de Vida de Mi Hijo y, renovados en espíritu, glorificarán a Dios y lo servirán eternamente por amor y honra al Creador.
Por eso, busquen una vida de santidad mientras estén en este mundo. Sean caritativos los unos con los otros, construyan en la oración el nuevo principio de hermandad. Sean apóstoles de la Paz y vivan el Mensaje redentor de Cristo todos los días.
Vengo hacia ustedes para llevarlos a Jesús, porque como Madre aguardo y ruego a Dios por la salvación de la humanidad del constante pecado en el que vive.
Queridos hijos Míos de Belo Horizonte, agradezco por la respuesta de sus esencias a Mi Corazón Inmaculado. Agradezco especialmente a los hijos que, en amor al Bien Mayor, obraron para que Yo, la Reina de la Paz, pudiera traer a todos el Mensaje y el Llamado. Agradezco por su amoroso ejemplo de caridad.
Hijos Míos, que en este día sábado de Gloria, sus profundas esencias se preparen para recibir la visita espiritual de la Señora más brillante que la Luz, la visita de la Madre María, Reina de la Paz y Madre del Mundo.
Queridos hijos de Belo Horizonte, que hoy ustedes puedan ser partícipes de la absolución total que Mi Corazón piadoso irradiará a todos bajo la intercesión del Sagrado Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por abrir la puerta de su corazón!
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Hoy les hablo a vuestros corazones para que, reunidos en este día en el Amor de Cristo, recemos por la paz en el corazón.
Hijos Míos, ayer les hablé de la importancia de apoyar con el corazón a los obreros de Dios en la Tierra, obreros que ayudan a los rebaños de Mi Hijo para que sean conducidos por el camino de la eternidad.
Queridos hijos, hoy les pido que, en este día de decisiones espirituales que sucederán en la Iglesia de Mi Hijo, ustedes como verdaderos hermanos de camino se renueven en la oración y en la fraternidad, apoyando los importantes planes de Mi Hijo Jesús.
El Señor que está en el Cielo aguarda su honesta y humilde colaboración con los designios de la Iglesia de Mi Hijo, mediante la oferta de su oración.
Hijos Míos, sepan que millones de hermanos en el mundo dependerán del nuevo obrero de Dios, obrero que deberá sentirse acompañado por los corazones fraternos que irradien paz y que vivan la verdadera faz del Propósito Divino.
Ustedes, a través de la oración, no solo estarán reconstruyendo el mundo, al igual que con el ayuno; sino que también podrán ser fieles servidores y guardianes que vigilan el caminar de muchas almas. Este es uno de los motivos de tantas Apariciones Marianas en Medjugorje, como ahora en su casa, mes a mes.
Queridos hijos, por eso, Mi llamado en Medjugorje es para reavivar la vida de los Sacramentos como la Confesión y la Comunión; y también la vivencia del ayuno, del evangelio y de la oración que Yo les he revelado como las cinco piedritas de la salvación.
Ahora presente ya casi siete años consecutivos con ustedes, Mi Corazón Inmaculado llama a los cristianos y a los creyentes en Dios para que, en fraterna unidad, apoyen a los acontecimientos en el mundo. Esta tarea requiere de ustedes todo el amor, la fe y la fidelidad para que el mundo no se vea tan perjudicado espiritualmente, como lo está ahora.
Por eso, hijos Míos, Mi Corazón Materno en este mes de marzo especialmente bendecido, acompañará, al igual que en Medjugorje y en Salta, a los grandes momentos espirituales y cristianos que la Iglesia de Cristo vivirá.
Aquí, queridos, estaremos reuniendo en el amor a los rebaños, como está escrito en la Sagrada Escritura: “la paja comenzará a separarse del trigo” y para esa instancia sus corazones deberán estar prontos en la oración.
Si la humanidad escuchara Mi llamado, rezara y viviera Mi mensaje, el Espíritu Santo de Dios convertiría y salvaría al mundo.
Como ha dicho Mi Amado Hijo, contaré con muchos devotos, pero Me enfrentaré al mal para vencerlo con pocos soldados, así será la Ley para este tiempo.
¿Quién querrá arriesgar la vida por amor al Plan de Dios?
¿Qué hijo Mío lo aceptará vivir, en confianza y fe, como lo vivió la Virgen María?
Queridos hijos, sobre todas las cosas estoy con sus corazones y lo estaré por más tiempo mediante las Apariciones, hasta que Dios me lo pida. Yo los amo, por eso Mi Amor quiere estar presente todo el tiempo en ustedes.
¡Agradezco a Mis hijos de Figueira por haberme esperado todos estos meses, pues Mi Inmaculado Corazón retorna a casa!
Les agradezco, queridos hijos.
¡Alabado sea Jesús!
María, Madre y Reina de la Paz
Mi Paz y Misericordia llegan al mundo para apoyarlo en los nuevos cambios que se aproximan para todas las consciencias. Por eso será tan importante la humildad y vacío de sí ante las situaciones que se verán en el mundo en este tiempo y que la humanidad no considerará una grave ofensa a Dios. Aférrense a las Escrituras y enseñanzas del Evangelio para que menos almas se distancien del único y verdadero Camino del Pastor.
Hoy Mi Corazón se alegra por los que en la fe prosiguen trabajando por la redención y la conversión del corazón; pero Mi Corazón se acongoja por los hechos que día a día los hombres cometen en nombre del bien común.
Atentos, orantes, para que la vigilia sea el verdadero escudo que proteja sus hogares y familias. Mi Corazón Misericordioso se abre para acogerlos dentro de Mi Templo Sacerdotal, Mi Luz se difunde a través de aquellos siervos que dan todo en este tiempo.
Estoy llamando a los rebaños para que una vez más alivien Mi Corazón Flagelado, Corazón que recibe las graves ofensas que lastiman el Corazón del Padre.
Conviértanse. Conviértanse. Conviértanse porque aún están a tiempo. Oren. Ayunen. Reparen en la Santa Comunión todas las causas que transgreden la Ley del Altísimo.
Si así lo hacen, Mi Corazón Misericordioso una vez más intercederá por todos los que niegan la presencia del Amor del Padre. Cuanta más oración, más reparación. Cuanto más pecado, más Justicia Divina.
Recen con el corazón y ofrezcan a Mi Sagrado Corazón todo el amor que guardan por el Padre; esto reparará las causas que lo ofenden.
Bajo la Gracia de Dios, sean misericordiosos.
Gracias por reparar Mi Sagrado Corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
En esta mañana, vengo a anunciarles que Mi Corazón estará entre ustedes durante todo el día, acompañando la vigilia y la oración que harán Conmigo. Por eso, espero de sus corazones una total apertura al Señor, a fin de que Su Reino pueda llegar a la Tierra y permanecer en ella para el rescate y la salvación de las almas.
Esta es una semana de especial Misericordia, porque el Señor Me permitió estar aun más próxima de Mis hijos y, junto con ellos, trabajar por la salvación de las almas.
En este día, recojo la oferta de todos, para que coloquen a Mis pies, no solo los talentos de sus corazones, sino también las miserias. Y, para encontrar Conmigo y a través de Mí el camino de la conversión, les digo que el camino más corto es el del servicio, de la oración, de la confesión y del ayuno.
Cuando oran por las almas con el mismo fervor con el que oran por sí mismos, cuando claman por el mundo con un verbo que emerge de lo más profundo del ser, el Señor vuelve Sus Ojos hacia la Tierra y envía en su auxilio a Sus Huestes, portadoras de la redención y de la Misericordia.
Cuando sirven con gratitud, con paz y con reverencia a las almas, la Misericordia Divina encuentra espacio en sus corazones para que, a través de ellos, sea vertida en las almas.
Cuando se confiesan con Dios y con Cristo, liberando el pecado y las amarguras del corazón, cuando son capaces así de perdonar al prójimo y a sí mismos, están liberando el pecado del mundo e impulsando a las almas que no consiguen hacerlo.
Cuando ayunan con sinceridad y sienten hambre en nombre de todos los que verdaderamente no tienen que comer, equilibran el mal del mundo y dan una oportunidad a los que nada tienen para que un día reciban lo que necesitan.
Es necesario que sepan ejercitar lo que les pido con la consciencia más amplia, con la intención en los beneficios que el mundo recibirá, mucho más allá de lo que podrán recibir cada uno de ustedes.
Si actúan de esta forma, procediendo por el bien del mundo, el bien en sus seres será una consecuencia, y estarán caminando a pasos largos rumbo al Paraíso y muy pronto estarán a Mi lado.
Cuenten con Mi Presencia, Mi auxilio y Mi maternidad.
Oigan Mis Palabras con amor. Vengo a instruirlos y a acompañarlos, trazando para sus corazones un camino de humildad.
Amo a cada uno de Mis hijos.
María, Reina de la Paz
Amadísimos hijos,
Este es un día que Mi Corazón aguarda con especial alegría, por ser el encuentro semanal con Mis grupos marianos.
Pedí que se reunieran los martes, Mis queridos, para que el fuego de la oración se mantenga encendido en sus corazones, para que todos Mis grupos marianos encuentren un espacio para renovarse Conmigo y, a través de esta oración, en la cual todos se pueden encontrar, sus corazones sean colmados y sustentados unos por otros, creando la unidad que el Señor tanto espera de los seres humanos.
Este es un mes de grandes impulsos; por eso Mi Corazón desea estar cada vez más cerca de Mis hijos.
El Señor los observa con especial atención en estos tiempos. Por eso, Mis queridos oferten sus vidas al Creador. Entreguen en Sus Manos misericordiosas toda aflicción, angustia y miseria de todos los aspectos que puedan estar viviendo en este tiempo. El universo aguarda que este sea el tiempo de los cambios definitivos en sus corazones. Este deberá ser el momento en que la oración fervorosa comience a hacerse carne en sus seres.
Fue así, a través de la oración fiel al Creador, que el Verbo se hizo carne en Jesús. Tanto Él se elevaba al Padre que, en un momento, el Padre estaba con Él permanentemente.
Este es el verdadero camino de la oración, para que puedan estar en Dios todo el tiempo y convertir así, sus corazones y sus faltas.
Si ayunan con sinceridad, en una oferta verdadera al Creador, si pueden confesarse con Mi Hijo, entregando sin miedo sus miserias en las Manos del Redentor, y si oran diariamente Conmigo, hijos Míos, enseguida encontrarán la transformación definitiva.
Por eso, es necesario oración y persistencia; persistir en el Propósito de Dios y en las aspiraciones verdaderas de sus corazones, aquellas que los conducen a los Brazos del Creador.
Estén orantes y vigilantes siempre. Así podrán percibir Mi Presencia y Mi auxilio en momentos de necesidad.
Estoy con Mis amados hijos.
Les agradezco por responder a Mi llamado a la vida de oración.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Se aproxima el día del aniversario de Mis mensajes diarios cuando Dios Me concedió la Gracia de guiarlos y acompañarlos.
Hijos Míos, por eso, a través de todas las instrucciones que Mi Corazón ha entregado, los invito a ejercitar nuevamente la lectura del corazón, o sea, la lectura de todos Mis mensajes desde vuestro corazón. Yo los invito a que vivan Mis mensajes, a que ustedes los practiquen de manera simple y humilde.
Queridos hijos, el inicio de los anuncios de Mis palabras diarias tuvo origen en Medjugorje, cuando Mi Corazón Materno preparó a Mis videntes para que cumplieran la tarea que se ha llevado adelante, en nombre de Dios, a lo largo de este último año de apariciones.
Hoy quiero invitarlos, unidos a Mis treinta y un años en Medjugorje, a caminar en la fe y en la conversión, porque si ustedes día a día transforman vuestros corazones, estarán transformando el abismo de la humanidad.
Queridos hijos, vuestra conversión, vuestra penitencia y vuestro ayuno ayudarán en la salvación de almas que están en faltas irreparables y, sobre todo, permitirán la llegada de la Divina Misericordia.
Cuando Yo los llamo a la conversión, a la penitencia y al ayuno, los estoy llamando a dar un poco más de parte de vuestros seres sin vivir grandes privaciones, pero sí donando desde el corazón todo aquello que se puede transformar y redimir.
Los llamo a la oración porque así vuestros corazones estarán elevándose como un ave se eleva hacia lo alto de una montaña.
Queridos hijos, que vuestros pies suban al monte de la gratitud y de la devoción para que vuestros corazones se unan a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
En Medjugorje, el día 15 de noviembre del 2011, hace ya un año, Mi voz anunciaba el surgimiento de la Obra de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Hoy es una Obra muy amplia gracias a la respuesta de Mis soldados.
Pero a todos ustedes, queridos hijos, los que Me acompañan mes a mes en Mis apariciones, les pido que auxilien y que colaboren para que esta obra corredentora, que está unida al Maestro Jesús, pueda expandirse aún más al igual que se difundió la obra de Medjugorje hace treinta y un años.
Hijos Míos, quiero decirles que toda la Obra que realiza en América del Sur la Bienaventurada Virgen María, debe ser apoyada con la pequeña colaboración de todos Mis hijos. Les pido una colaboración verdadera desde el corazón, una entrega a Dios desde vuestro ser interno, porque una obra en la Tierra acontece y se manifiesta a través de los obreros que en ella trabajan, y esos obreros necesitan de recursos para realizarla.
Así Dios cuida de Sus obreros y al mismo tiempo de la Obra.
Hijos, está todo unido por un mismo eslabón y vuestra oración ayudará para que Mi obra corredentora pueda proseguir tocando doloridos y sufridos corazones.
Queridos Míos, los invito a que Me acompañen, como Madre Peregrina, para que la Luz pueda llegar a los que niegan el Amor Misericordioso de Mi Hijo.
Obremos mediante la oración para que la Obra de Dios se cumpla en el Sur de América.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Recen, recen mucho para que en cada momento de vuestro día Dios los escuche y, así, Su magnífico Espíritu de Amor pueda obrar a través de todas las criaturas.
Queridos hijos, recen, recen mucho para que vuestras almas y las almas en todo el mundo reciban el consuelo y la Misericordia que ellas aguardan.
Recen y no se cansen de rezar porque en la oración se encuentra la fortaleza y el diálogo amoroso de vuestros corazones con Dios.
Recen, recen por el tiempo de cambios que llegará para que cada corazón en este mundo escuche con humildad los amorosos pedidos de Mi Inmaculado Corazón.
Recen para abrir las Puertas de los Cielos y para que los ángeles estén presentes con su amor y servicio sobre la Tierra y eso permita cambiar el corazón de muchas consciencias. Cuando alcancen una oración armoniosa y amorosa, ustedes estarán recorriendo el camino hacia la contemplación del Altísimo y vuestros seres serán como chispas de Luz en el universo.
Recen por los que no rezan. Recen por los que no aman. Recen por toda la humanidad porque la oración del corazón los guiará como una madre guía a su pequeño hijo.
Por eso, queridos hijos, Mi Corazón Maternal y Devocional está entre ustedes para enseñarles a andar por el camino de la oración y de la conversión.
A lo largo de estos últimos meses ustedes han conocido la Faz de la Reina de la Paz, de la Madre de Dios, pero aún hijos Míos, deben amar la oración diaria hasta que vuestros corazones reconozcan que la oración de todos los grupos cambiará al mundo.
Cuando en Lourdes hice el llamado a la penitencia, Yo estaba llamando al mundo a la reflexión, al despertar de la consciencia ante las acciones.
En Fátima, llamé al mundo a la oración diaria para que las almas tejieran, mediante el rosario, una nueva red de paz y redención que pudiera auxiliar al mundo.
En Medjugorje los llamé al ayuno y a la oración al igual que en Aurora donde, desde hace ya cinco años, Yo estoy pidiendo a la humanidad un poco más de sacrificio y de esfuerzo para que ella pueda equilibrarse delante de los acontecimientos que están fuera de la Ley de Dios.
En Salta, Argentina, los llamé a curar el corazón mediante la adoración al Corazón Eucarístico de Mi Hijo. Yo los estaba llamando a todos para que consideraran la importancia de la unión diaria con Mi Hijo, el Redentor, a través de la comunión con Su Santo Cuerpo y Su Sagrada Sangre.
Hoy, queridos hijos, los llamo al despertar del nuevo tiempo en ustedes, a la preparación de vuestros corazones a través de la oración, de la adoración, de la confesión, del ayuno y de la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Hijos Míos, después de tantos llamados y advertencias a la humanidad, hoy los llamo para que vivan vuestra conversión y vuestra redención mediante la oración y la paz.
Queridísimos hijos, ustedes son parte del hermoso Proyecto de Dios, ustedes pueden ser una expresión de Mi Paz y de la Divina Paz de Mi Hijo.
Niños de Mi Padre, ahora, reconociendo el poder de Mis Pedidos Maternales, nuevamente los llamo a la oración del corazón porque la oración socorrerá al mundo entero.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que vuestras palabras no juzguen a los demás corazones, que vuestros labios solo oren por la paz y el amor en el mundo entero.
Hijos Míos, que vuestro sentimiento sea una emanación del Amor de Mi Hijo porque a través de Jesús hallarán la fuente de todo el amor y el perdón.
Que vuestras vidas, en el final de este tiempo, solo sean amor y perdón, y que vuestras virtudes sean transmitidas mediante las buenas obras. Ustedes son Mis hijos y todos Mis hijos deben ser portadores de la paz en el corazón e irradiarla a través de la caridad y de la donación.
Caridad y donación es lo que falta entre hermanos del mismo mundo; por eso Mi Materno Corazón viene hacia ustedes para enseñarles que el Verdadero Amor nace como una flor al despuntar el sol.
Queridos hijos, que vuestros brazos y vuestras manos siempre estén abiertos para acoger a los más carentes y a los que más necesitan de Dios.
Pequeños hijos, hoy los invito a imitarme. Hoy los llamo a ser representantes verdaderos de Mi mensaje para el mundo, porque, como Madre, sé que vuestros corazones pueden ser fieles representantes de Mis palabras en el planeta.
Ustedes están bajo Mi Gracia cuando Yo amorosamente los visito mes a mes. Pero el mundo, ¿dónde está ahora?, ¿él vive la Misericordia de Dios?
Queridos hijos, ustedes, como servidores y como almas en oración, son llamados a ser partícipes y difusores de la Divina Misericordia porque, con mucho amor, amor puro y cristalino, vidas y corazones son transformados.
En vuestras manos está el porvenir del mundo y de toda la humanidad. En la oración, el ayuno y la vigilia se encuentra la fortaleza de la vida para cada corazón.
Hijos Míos, estén en Mi Corazón Maternal porque la Señora de la Paz quiere hacerlos humildes ante Dios para que, junto a los ángeles, todas las almas vivan su salvación y conversión y alaben por los siglos de los siglos a Dios.
Oren por los pastores porque en ellos Mi Hijo siempre quiere estar.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más