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Mi llanto le demuestra al mundo el dolor que le provocan las guerras a Mi Corazón; especialmente las que se generan en Medio Oriente.
Así se pierde el amor entre hermanos y la hermandad entre los seres, por prevalecer ciertos ideales de conquista y de ostentación.
Hoy Mi llanto es por todo lo que veo que, allí, en Medio Oriente sucede y lo que ese duro enfrentamiento entre las naciones y sus pueblos está provocando.
La paz ya se disipó y esa es Mi principal agonía de Madre.
Las armas ganaron más poder y reino que los propios corazones, y algo peor se podría desatar en semanas.
Por eso vengo para pedirles a Mis hijos orantes que intercedan ante el Padre, junto Conmigo, y que cada oración sea una chispa de luz que se enciende dentro de una oscura realidad planetaria. Que esa luz, que proviene de la oración, ilumine los espacios internos de la consciencia para que se pueda recuperar la dignidad de ser hijos de Dios y hermanos entre las naciones.
Deseo que Mi llanto sea sentido y escuchado.
En verdad, hijos, algo peor se ha desatado en Medio Oriente y debemos rogarle a Dios para que Él, con Su Poder infinito de Amor, lo detenga.
Les estaré agradecida por su unión interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras el mundo padece las consecuencias de una gran maldad humana, hoy vengo con San José para elevar hacia los Cielos a los que sufrieron y murieron en los últimos acontecimientos mundiales.
Deposito Mi esperanza en todos los corazones que en el final de los tiempos tendrán entre sus manos la bandera de la paz.
La ira de Dios es provocada por tanta injusticia que recae sobre los inocentes y
hace creer que los poderosos son más fuertes.
Pero esto no perdurará. Para evitar una catástrofe en la vida humana y para impedir que toda la raza se degenere, pido nuevamente que Me dediquen al menos un misterio del Santo Rosario por día para así aliviar la amargura que siente Dios al ver a Sus hijos lastimándose los unos a los otros.
Para que los Sagrados Corazones consigan disipar las corrientes del mal que se expanden como veneno en el corazón de los hombres, vengo a implorarles, Mis amados hijos, que Me ofrezcan la más pura oración del corazón para que Yo pueda transmutar la arrogancia y el poder humanos.
Quisiera pedirles en nombre de Mi Amado Hijo, que oren Conmigo durante sesenta días, para que en ese ciclo la Gracia de Dios y el poder insondable de la Misericordia impidan el inicio de una tercera guerra mundial. Si esto llegara a suceder el mundo entero perdería la poca paz que existe, y los más inocentes pagarían el precio de la crueldad humana.
Para que por encima de todo reinen el Amor y la Justicia de Dios, vengo a pedirles que rueguen a Dios Todopoderoso, porque la humanidad se está desviando cada día más de su verdadera coherencia mental y emocional.
A pesar de que Mi llanto no se ha calmado deseo, hijos Míos, que imploren a Jesús Misericordioso que Su intervención divina se establezca en el seno de esta enferma humanidad. Si más de dos orantes se unieran en este sagrado propósito, se evitarán tragedias, y la paz reinará por un tiempo más.
Pido a Dios que todos Mis hijos tomen seria consciencia para que atraviesen este Armagedón en paz y armonía.
¡Les agradezco por aliviar el llanto de los Sagrados Corazones!
En la paz que el mundo necesita, ora por ustedes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Observación: El misterio del rosario comienza el 19 de noviembre de 2015 por 60 días
El mundo no comprende aún qué es vivir sin el Amor de Dios, Amor que cura, libera y renueva todas las cosas.
Este Amor pleno es rechazado por algunas almas del mundo que solo han colocado sus ojos en la propia realización, en la conquista de pueblos y de regiones enteras de la Tierra.
Eso ha traído como consecuencia la separación del espíritu del ser terrestre, rompiendo la verdadera fusión que promueve el Amor de Dios.
Por ese motivo, Mis ojos no paran de llorar y de implorar al Padre Celestial por Su Divina Misericordia, porque será a través de los que responden a Mi llamado que la Obra de Paz se concretará al menos en una parte del mundo.
Mi deseo espiritual es que todos los días existan almas en oración que sean capaces de ayudar a modificar los acontecimientos que la propia humanidad genera a través de la ambición de tener más y más cada día. De esa forma, Mis queridos hijos, Mi dolor no es por las pruebas que son difíciles de superar, Mi angustia maternal es por el grave destino que los hombres están creando sorpresivamente en muchas naciones.
La Gracia de Dios purificará sus deudas y pronto se liberarán de todo. Solo que ahora, los llamados por Cristo para el fin de los tiempos deberán estar dispuestos y decididos a realizar misiones inesperadas y ritmos de oración cada vez más amplios; de esa manera la bestia no colocará sus garras sobre algunas naciones, las que deben estar resguardadas por la Luz de Mi Materno Corazón.
Así, Mis amados hijos, aspiren a no ser nada, aspiren a estar en Dios y a seguir Sus designios. Muchos religiosos y laicos están rodeados por las influencias de este mundo actual, lo que les quita la atención en Dios.
Una de las razones por la cual he pedido los misterios del Santo Rosario, es para retirar de la ilusión y del hipnotismo a cuantos se envuelven en todas esas cosas. Espero que delante de la gravedad de los tiempos de Armagedón Mis hijos orantes, después de los treinta y tres días de oración, no pierdan el impulso interior de agradar y de aliviar Mi Corazón lastimado.
Por la sincera ayuda de ustedes, aunque sea una pequeñísima respuesta, Mi Inmaculado Corazón triunfará en las almas pecadoras. Aún la copa no fue quebrada por el rayo del Ángel de la Justicia de Dios; ustedes y Yo lo estamos impidiendo.
¡Les agradezco por corresponder a Mis urgentes pedidos!
Los anima a caminar en la fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Arrodíllate todos los días ante el Altar de Dios y clama por Piedad y Misericordia. Pide al Señor que despierte a la humanidad del sueño en que vive y disponte a seguir Sus Designios Celestiales, sin importar cuáles sean.
Hijo Mío, hija Mía, escuchen la Voz de Dios, que habla directamente al corazón, invitando al alma a dar un nuevo paso y a consagrarse a una vida superior. Les pido que sean dignos de vivir el Proyecto del Creador y a través de su transformación, permitan que otras almas encuentren un camino para la redención.
Hijo, si escuchas la voz de Tu Madre Celestial, es porque llegó la hora de rendirse delante de Dios. No esperes que el sufrimiento de la vida traiga un aprendizaje insuperable para que tu espíritu, para que tu alma perciba que andaba por caminos que no llevaban a Dios.
Observa, el mundo a tu alrededor agoniza y hermanos son sometidos, día a día, a la oscuridad. Muchos están en la amargura de las guerras, con miedo a la muerte y ante la imposibilidad de tener siquiera una vida digna, según las leyes del mundo. Y a ustedes, hijo Mío, hija Mía, no por casualidad los llamé para que estuvieran a Mi lado.
Mi voz se pronuncia ante tus ojos y habla directamente a tu corazón, porque hiciste un compromiso con Dios, por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza, por la evolución de este mundo y de muchos otros.
Sabe, Mi amado hijo, que el tiempo de aprender por medio del amor ya llegó para ti. Porque el tiempo del verdadero sufrimiento para la humanidad aún se está aproximando y recién inicia su ciclo. Aún tienes tiempo de aprender a amar y a perdonar, de ser un servidor o un siervo de Dios. Pero sé valiente y no tardes en responder, porque el tiempo del reloj ya no transcurre de la misma forma. Las agujas se aceleran y un minuto ya no tiene más, sesenta segundos.
Soy la Madre, la Reina Universal; portadora de una Paz que trasciende cualquier dolor y sufrimiento y que puede perseverar en los corazones de los que Me acompañan, independientemente de los acontecimientos del mundo.
Por eso, hijo, siente en Mi voz la urgencia de los tiempos y en Mi calma, la última posibilidad de despertar la humanidad.
Tu Madre Celestial ya derramó Sus lágrimas delante de Dios y se ofreció a sí misma, por tu salvación y la de tus hermanos. Pero el Señor es Justo y espera que de la humanidad parta la iniciativa de transformar la vida en el planeta.
Los seres humanos deben volverse dignos hijos de Dios, y eso, amados Míos, Su Madre Celeste no puede hacerlo por ustedes.
Quisiera, hijo, que Mi Amor por sí solo tocase tu corazón y lo retirase de la ignorancia de la vida material, para llevarlo a lo sagrado y a tomar consciencia que son tiempos de emergencia.
Quisiera que comprendan, con Mi santa Paz, que esto que les entrego, como bendiciones y gracias, debe verterse, por medio de tus oraciones, sobre las almas perdidas en el mundo.
Quisiera hijo, que los acontecimientos que hacen que tus hermanos agonicen, fuesen suficientes para hacerte salir de ti mismo y servir a aquellos que tienes al lado, hacerte perdonar lo que aún no perdonaste en el prójimo, ni en ti mismo y reconciliarte con Dios.
Escuchen, amado Mío, amada Mía, porque hoy les hablo directamente: despierten y únanse a Mi ejército de paz, porque Su Madre Divina ya no sabe cómo advertirle al mundo, y clama a los corazones de los hombres, para que acepten vivir la redención.
Hoy les dejo Mi Paz y les agradezco por venir a Mi encuentro, aunque sepan que muchos de los que convoqué, no están aquí.
Difundan Mi Mensaje de Paz, anuncien Mi Presencia. No dejen que sus hermanos se pierdan. Si estoy aquí, es para llevarlos a Dios.
Los amo y los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
En los pequeños sacrificios se encuentra la solución para los graves problemas de la humanidad.
El sacrificio es un acto de renuncia y al mismo tiempo de liberación de las formas que oprimen la consciencia de la humanidad. Por los sacrificios, las Leyes Universales actúan y lo que parecía imposible de revertirse, cambia por la realización de un pequeño sacrificio.
El acto del sacrificio debe estar bañado por la humildad de aceptar algo que va más allá de las capacidades de cada ser. El ayuno es el camino que los lleva a encontrar el sacrificio que la humanidad olvidó vivir para poder reparar las faltas.
El sacrificio es una ley de liberación y al mismo tiempo permite tomar consciencia sobre la gratitud y el bien.
Queridos hijos, los desajustes de la humanidad en estos tiempos son por la falta de sacrificio, lo que no significa omisión, severidad ni castigo. Un gran sacrificio que el mundo podría hacer es quedarse en silencio para que todos comprendan cómo la vida humana está descontrolada, violenta y pervertida.
Si se hiciera silencio, mucho se resolvería, todo se curaría, el mundo podría desvanecer el constante ruido que habita en la consciencia de Mis hijos y todo se volvería a reconstruir como en el principio.
Una de las causas de Mi llanto es por la falta de silencio dentro de los seres; eso los aparta de la fuerza interior, fuerza que les permite orar de verdad, ya que la ausencia de silencio lleva a la falta de paz.
Queridos hijos, aún Mi Corazón continúa lastimado. La copa ya no solo está hasta el borde, sino que ahora está rebasando. De todo lo que hoy sucede en el mundo, algo hay que aprender interiormente.
Queridos hijos, Yo les abro las puertas al Corazón de Dios para que puedan entrar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la Consciencia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más