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Hijo:
No midas tus posibilidades según tus propias fuerzas. No busques concretar el Plan de Dios solo con tus propias manos. No pienses que no eres capaz de hacer y de vivir esta o aquella cosa porque no encuentras dentro de ti las posibilidades.
Mira la historia de los que cumplieron la Voluntad de Dios y la expresaron, manifestando la parte que les cabía de la Obra Divina del Creador. ¿Fueron ellos, por sí solos, constructores de esa Obra?
Tus posibilidades humanas y lo que conoces de ti mismo poco importan en el momento de concretar una Obra Divina. Lo que sí importa es tu capacidad de ir más allá de ti mismo, de colocar tus ojos, tu pensamiento y tu corazón en Dios y decir:
Señor,
Haz en mí y a través de mí Tu Obra,
cumple Tus promesas, manifiesta Tu Espíritu
y toma mi corazón vacío como Tu morada.
Yo soy Tuyo.
Esa, hijo, debe ser tu oración en los tiempos que vendrán.
No mires tus imperfecciones, sino la Perfección de Dios. No mires ni siquiera tus destrezas y virtudes, para que no limites la Obra Divina a tus posibilidades; solo sé un instrumento vacío, morada del Espíritu Santo, dispuesto siempre a seguir caminos que no están en tu mente, que no fueron trazados por ti, sino por Dios.
Confía en que, en un corazón vacío y dispuesto al Creador, allí operan Sus milagros, y sé tú un milagro vivo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Señor,
haz de mi corazón Tu nueva y eterna Jerusalén.
Entra en mi interior con Tu gloria y majestad.
Conduce Tus pasos al templo de mi corazón,
y allí, derriba toda mentira, vanidad y egoísmo,
toda soberbia, arrogancia y miseria
que me separan de la verdadera esencia
que habita en mí.
Torna sagrado este templo, por Tu Presencia,
por Tu Verbo y por Tu Corazón.
Que Tus Palabras encuentren eco en mi interior
y, por los siglos de los siglos,
resuenen en mi consciencia
y se tornen Vida en mi vida.
Amén.
Que este Domingo de Ramos acontezca no solo en la memoria, sino en el corazón, en la consciencia y en la vida de todos los discípulos de Cristo.
Tienen Mi bendición para ser morada eterna y renovada del Señor.
San José Castísimo
Cuando tu Señor te llama a Su encuentro, ve, hijo, y no temas caminar sin mirar hacia atrás.
Coloca en Sus manos y en Su corazón todo aquello que a veces pareces abandonar, y sabe, en la certeza de tu corazón, que todo encontrará su camino, su propósito y su espacio en el Corazón de un Dios tan inmenso, que para cada criatura tiene un lugar único y perfecto.
Camina hacia tu lugar en el Corazón de Dios, sabiendo que el propósito de tu vida es seguirlo y estar en Él a cada instante, como Su instrumento, Su amigo, Su compañero, en esta y en tantas trayectorias.
Fortalece tu corazón a través de cada prueba, de cada "sí" para Cristo y de cada "no" para lo que es oscuro. Sabe que tu corazón pertenece a un único Señor y en Él siempre debes estar.
Consolida la fortaleza en tu interior, sabiendo que ella está siendo construida sobre las Manos de Dios. Y ten fe, hijo Mío.
Vientos, lluvias y desalientos pasarán, pero las bases de tu morada permanecerán firmes. Por eso, la única cosa necesaria ahora es colocarte en las Manos de tu Padre y Señor y, obedeciendo Sus designios, encontrar Su más puro Amor por ti.
A través de Él amarás a todas las cosas. Y todas las renuncias encontrarán sentido, y todas las ofertas serán multiplicadas en la mesa abundante de la redención de la vida, donde muchos hambrientos comerán de los frutos de tu servicio.
A veces no percibes esos frutos, porque ellos permanecen en las Manos de Aquel que los recoge para, un día, ofrecerlos al mundo.
Ten fe y busca a Dios. Estas son las llaves de hoy para el aliento de tu alma.
San José Castísimo
Para que un alma retorne a Dios, ella debe recibir impulsos constantes que la inspiren y la conduzcan en su elevación, en su búsqueda del Corazón del Padre.
Encuentra estos impulsos, hijo, en la Palabra Viva de tu Creador, en Su Evangelio y en las incontables instrucciones que Él te entregó a través de Sus Mensajeros. Alimenta tu espíritu con aquello que te lleva a buscar más a Dios. Nutre tu consciencia con lo que proviene del Padre para que, así, recuerdes de dónde viniste y hacia dónde debes retornar.
Medita diariamente, con atención y paz en el corazón, sobre las Palabras de tu Señor para que ellas ingresen en lo profundo de tu condición humana y desde allí comiencen a transformarte.
Antes de todo, recuerda a tu Creador, recuerda el amor que Él tiene por ti y cómo espera tu regreso a Su morada.
Antes de todo, recuerda al Hijo de Dios, recuerda el amor que Él tiene por ti y que no solo se expresó en la Cruz, sino en todos los constantes sacrificios que Cristo realiza, ofreciéndose a Sí mismo como Cordero ante Dios para reparar las faltas humanas.
Recuerda al Santo Espíritu de Dios, habitando silencioso en todo lo que eres. Concédele un espacio para que Él se exprese. Silencia tu corazón para escucharlo. Deja que lo sagrado que habita en ti pueda ser, para el mundo, la expresión verdadera de tu ser.
Vive en Dios y emana paz. Vive en Dios y emana respeto, amor, comprensión, caridad. Deja que el Padre demuestre al mundo que, a través de ti, Él habita en Sus hijos.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Tómense de Mis manos, hijos Míos, y déjense conducir por Mi Inmaculado Corazón al Origen de la vida, al Recinto de protección y de paz donde reposaban sus esencias antes de la manifestación del Pensamiento Divino en sus vidas.
Tómense de Mis manos y vengan Conmigo a la Fuente Original de la Vida, en donde habita el Amor más profundo de su Padre Creador, en donde la unidad es una realidad viva porque nada está separado de Dios.
A pesar de que recorrieron un camino de evolución y de que muchas veces se sienten separados de Dios, hoy vengo a mostrarles, hijos Míos, este Espacio Original en un tiempo en donde no existe pasado ni futuro, sino solo el presente eterno en el Corazón de su Padre Creador.
Allí la unidad se mantiene y las esencias permanecen resguardadas con sus principios originales.
Lagos de Luz, Fuentes de Paz son sus verdaderas moradas. No hay formas, solo colores, sonidos y vibraciones. La unidad se manifiesta a través de las melodías que, a pesar de que las esencias resuenan en una nota propia, forman una única música que es el canto de Dios, el canto de la manifestación de la vida.
Dejen que sus oídos escuchen y que sus almas recuerden este Espacio de protección en el Vientre de la Creación. Allí, hijos Míos, en donde la Energía Femenina los resguarda, en donde la verdad de lo que son los torna puros; no hay nada corrupto, no hay manchas, no hay dolor, solo paz y unidad con el Creador.
Dejen que sus corazones vivan la experiencia de estar allí Conmigo, porque una parte de sus consciencias nunca salió de la Fuente de Dios.
Este espacio que hoy le muestro al corazón es la conexión con lo Divino, con esta parte de sus consciencias que habita allí y que siempre les permitirá retornar a Dios y no perder la unidad con el Padre. Es el imán que los atrae hacia el Origen, la pureza que los hace retornar a la verdad de su existencia.
Hoy, hijos Míos, reciban la Gracia de estar en Dios, de estar en Paz, de estar en Mi Inmaculado Corazón, y Yo, estando en ustedes, les demuestro la unidad con la Vida.
Que la melodía celestial resuene en sus corazones y reencienda la esperanza de retornar a la Fuente, reencienda el ímpetu de ser puros y de dejarse purificar y renovar para que un día reencuentren la verdad sobre sí mismos. Verdad que es anterior a toda la existencia, anterior a los planetas y a los soles, anterior a la vida material, tanto en el Cielo como en la Tierra; verdad que habita en la unidad con la Consciencia Divina.
Mi Gracia hoy los toca, su Origen Divino los bendice, y así los curo y los amo, renovando sus compromisos con Dios para que, después de saber que hay un Origen que los aguarda, puedan dar a conocer esta realidad superior al mundo.
Yo los amo, hijos Míos, y por eso estoy aquí.
Yo los abrazo y los tengo a todos en Mi Inmaculado Corazón.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En este tiempo de caos planetario en el que hay confusión, dudas y temores dentro y fuera de los hombres, tú, hijo, debes buscar en todo el auxilio divino para que, en el silencio de tu corazón, el Señor te traiga las respuestas que necesitas para estar en paz delante de Su Plan.
Medita como el Hijo de Dios meditaba en el desierto. Aprecia los momentos de silencio y de soledad en los que te encuentras con Dios para dialogar con tu Señor. Allí, el Padre podrá guiarte y ampararte en las decisiones de tu vida para que no caigas, una y otra vez, en los mismos abismos.
Comprende la importancia del desierto interior para que encuentres el vacío, la nada y sepas entregar tu ser para que se torne una morada divina.
Comprende la importancia del desierto interior para que tu mundo interno se fortalezca.
Comprende la importancia del desierto interior, porque allí comienzas a adentrar en la sabiduría y en el discernimiento divino. Es en el desierto de tu corazón en donde construirás aquello de lo que te valdrás en este final de los tiempos.
Por eso, hijo, ora y adentra sin miedo en las profundidades silenciosas de tu corazón y aguarda allí la llegada de tu Señor y Dios. Así podrás ser digno de participar con Él de Su Plan de rescate y de salvación, primero de tu propia alma y después de este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Con el Manto Celeste de su Madre Divina sobre su cuerpo, sobre su consciencia y sobre su corazón; un Hijo de María es aquel que representa a la Madre Celestial en este mundo.
Buscando amar al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza con el Amor que proviene de la Madre de Dios, un Hijo de María es aquel que descubre en la oración el camino para transformar su condición humana y abrir la puerta de su corazón para que María Santísima encuentre allí Su morada.
Mirando a su prójimo con piedad, humildad y compasión, un Hijo de María es aquel que se esfuerza por purificar su mente y sus pensamientos, y para hacer de sus ojos la ventana por la cual la Madre de Dios observa, vigila, acompaña y ampara a Sus hijos.
Un Hijo de María es aquel que está dispuesto no solo a reconocer sus miserias, sino también a transformarlas.
Un Hijo de María es aquel que aprende a orar de corazón y que, con su experiencia, descubre la simplicidad en el camino de unirse a Dios.
Un Hijo de María cada día es más consciente de que es un instrumento para que la Madre del Mundo esté presente en la Tierra, para que Ella pueda actuar a través de sus manos, pueda interceder a través de sus oraciones, pueda comprender y amparar a través de sus sentimientos, pueda ser humilde y no juzgar a través del corazón puro y de la esencia unida a Dios; sabiendo ver en el prójimo una puerta hacia el Creador.
Todo lo que les digo es un camino y una aspiración, que de a poco toma vida en los corazones que oran, porque quien ora con amor va descubriendo y viviendo lo que es ser un Hijo de María.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo.
¡Gloria a los Reinos de la Naturaleza! Por ser morada de Dios y de la vida, por ser instrumentos de la grandeza del Padre y de Su Presencia.
¡Gloria a los Reinos de la Naturaleza! Porque a pesar de todo lo que acontece en el mundo, a pesar de todos los ultrajes a su cuerpo, a su espíritu y a su consciencia, los Reinos continúan siendo expresiones de donación y de amor y no se cansan de esperar de los hombres la compasión, la paz y, por encima de todo, el despertar del Amor Crístico que abrirá las puertas para que todos los seres den un paso en su evolución.
Hoy les digo: ¡Gloria a los Reinos de la Naturaleza! Porque en ellos habita y se expresa el Creador, vivo, pleno, construyendo Su Cuerpo a través de los elementos que nacen en la Tierra.
Cuando glorifico a los Reinos de la Naturaleza, glorifico al Dios Vivo y a la Madre Celestial que en ellos habita.
En estos tiempos de tribulación, en los cuales las naciones se desequilibran y dentro y fuera de los hombres el caos comienza a ganar espacio, ustedes hijos, deben aprender a contemplar a los Reinos para no perder la paz y la unión con Dios.
Cuanto mayor es el desequilibrio en la vida humana, más deben estar unidos y en comunión con los Reinos de la Naturaleza porque en ellos habita, inmutable, la Paz de Dios y el don de saber donarse por amor.
Contemplando los Reinos, ustedes pueden recuperar la paz que como humanidad perdieron. Amando y sirviendo a los Reinos de la Naturaleza, ustedes pueden despertar en su interior el amor por la vida que, cuando madura, se transforma en Amor Crístico.
No basta contemplar y amar, ustedes deben aprender a madurar el amor, conscientes de los tiempos que viven y de lo que son llamados a vivir y a ser. Son llamados a ser Cristos del Nuevo Tiempo, imitadores de Aquel que entregó todo de sí por amor a Su Padre y a Su Plan Divino.
De esta forma, hijos, auxilien a los Reinos de la Naturaleza y, en comunión, reciban de ellos el auxilio para que ustedes se tornen otros, para que se renueven, crezcan y maduren la expresión del amor en sus corazones.
Para vivir el Amor Crístico, no hay una fórmula; solo deben amar y ser amor, amando todo lo que es vida, todo lo que guarda en sí la expresión de Dios porque el Señor tiene su morada en el interior de Sus hijos.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Por los méritos generados en la oración y en el servicio, el Creador concede Sus bendiciones a las almas, para que a través de ellas, los espíritus despierten y estén preparados para servir aún más a este mundo y más allá de él.
Cuando los corazones oran, conceden al Creador la potestad para ingresar en sus hogares y transformar sus vidas. El Corazón del Señor encuentra aliento en esas almas orantes y, a través de ellas, concede Gracias y Misericordia para aquellos que no las merecen y que inclusive niegan a Dios y a Su Presencia.
Por eso, hijos, abran con alegría las puertas de sus casas a Dios y dejen que Él haga de sus hogares cenáculos de oración, en donde la esperanza y el Amor del Creador se renuevan.
En estos cenáculos de luz, las almas sedientas sacian su sed y la Misericordia Divina encuentra una puerta para descender al mundo e impregnar a los seres, a los Reinos de la Naturaleza y a las naciones.
Ofrezcan sus hogares como una morada al Corazón de Dios, para que a través de la transformación de sus familias, muchas otras familias reciban la oportunidad de estar en Dios.
Hoy les digo que el Amor del Padre se renueva en sus vidas y, dentro de sus corazones construye una fortaleza que muchas veces no ven y no perciben, pero que los sustentará en los tiempos que llegarán.
Dejen que el Creador encuentre en sus espíritus aliento y reparación por tanta indiferencia que hay en el mundo. Mientras ustedes reparan el Corazón de Dios con ofertas simples, Su Amor los transforma en una profundidad desconocida, curando heridas que están ocultas en la consciencia pero que se reflejan en sus vidas.
Déjense curar y renovar mientras oran y reparan el Corazón de Dios. Algún día descubrirán que Su Gracia los transformó en Sus instrumentos y, por la puerta de sus corazones, el Señor retornará en Espíritu y en Divinidad a este mundo.
Hoy le agradezco por hacer de sus hogares, cenáculos de oración, moradas del Corazón de Dios y les digo que por esos hogares, el Corazón de Su Hijo pasará para conceder Misericordia y Redención al mundo.
No se cansen de orar. Dejen que el milagro del Señor acontezca en sus vidas y, a través de ustedes, en todo el planeta.
Yo los amo y les agradezco por cumplir con amor el Plan de Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Establece el Reino de Dios en tu interior, ese espacio de paz donde las Leyes Universales encuentran su manifestación.
Establece en ti la unión con el Padre y permítete asemejarte a Él, dándole la potestad de transformarte según Su Voluntad.
El Reino de Dios no es como los reinos de este mundo, donde algunos disfrutan de las riquezas y la mayoría sufre y trabaja para servir a los primeros.
En el Reino de Dios todo está impregnado por la Consciencia Divina. El Creador está en todos Sus siervos. Él mismo es la esencia de la humildad, viviendo en el más pequeño como en ningún otro.
En el Reino de Dios solo triunfan la paz, el bien, el amor y la unidad, principios que se convierten en leyes manifestadas en la vida de todas las criaturas que comparten ese estado de consciencia, que es el Reino del Creador.
Vive estos principios en ti y vuélvete digno de ser portador del Reino de Dios, que emerge primero en el interior de los seres, a partir de la unión con el Padre, y después se establece fuera, en la vida material de este mundo.
Todo principio, ley o manifestación de la Consciencia Divina, antes de plasmarse externamente en la vida planetaria, primero encuentra su morada en el corazón de cada ser. El corazón es el puente con Dios, es la puerta hacia el Cielo, es el gran manifestador de la Voluntad Divina. Todo aquel que tiene una misión, primero la conoce en el corazón, la siente, la comprende y la acepta, para después vivirla.
Cristo, primero vendrá a los corazones en Espíritu y Divinidad; después, se manifestará en Cuerpo y Alma, cuando Su morada ya esté establecida en los corazones de aquellos que, habiendo reconocido Su Presencia en los propios corazones, lo reconocerán cuando retorne y cumplirán con Él el final de esta Obra Redentora. Por eso, lleva el Reino de Dios hacia dentro de ti; hazlo siendo consecuente con él, viviendo la paz, el amor, la unidad y la humildad como premisas.
Deja, hijo, que las Leyes Superiores actúen en tu corazón y que, desde ti, lleguen al mundo entero. Déjate ser moldeado, transformado, corregido. Prepárate y consolida en ti el Reino de Dios, morada segura para el Redentor.
San José Castísimo, aquel que prepara el retorno de Cristo en el interior de los seres.
Las raíces de la soberbia y de la imprudencia pueden ser arrancadas del suelo de vuestro interior por la firme determinación de vivir la Ley Mayor.
Quien aspire despojarse de sí para siempre, que Me busque.
Quien quiera volverse desconocido ante los ojos del mundo como un nuevo ser, que Me llame con coraje y valentía.
Todo lo que vives es respuesta a todo lo que haces; si sufres mucho, el universo quiere enseñarte algo, no te resistas más; no demores más la llegada a tus células del conocimiento de la transformación. Todo lo que piensas tendrá una consecuencia y todo lo que sientas recibirá un poder mayor.
Descalza tus pies antes de entrar en Mi Templo, deseo construir Mi Morada en corazones impuros a la Luz Celestial. Si quieres ser diferente a lo que vives, lo puedes hacer; la voluntad, el esmero y el esfuerzo serán las puertas que abrirán espacio para el nuevo destino.
No te desanimes, entrégate a Mí y libérate pronto de lo que hace tanto tiempo cargas en tu corazón. El control te hará sufrir y la resistencia fortalecerá tu parecer; sabes que Yo Soy Divino y Omnipotente, Sabio y Amoroso, deja atrás todo lo que oprime tu interior.
Construye en base al provenir y a la esperanza, no retrases los pasos por nada relacionado a tus expectativas; busca en Mi Corazón el espíritu de la Humildad.
Levántense los que han caído; caminen los que están presos en sí mismos, porque llegó la hora de la liberación de la vida entera.
Vacíate de todo, vacíate. Entrégame todo, entrégate. Ama todo, ámalo de corazón.
El universo quiere ser parte de ti, para que tú te permitas ser parte del universo; necesito que hables Conmigo y Me digas lo que necesitas de corazón, estoy para ayudarte. Mi Misericordia todo lo proveerá.
Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar la Luz de Mi Corazón!
Cristo Jesús
En el desierto de la vida solo existen cumbres para cruzar y sierras por donde caminar; allá, en el horizonte de sus corazones, se encuentra Mi venerable Templo, pleno de amor, de unidad y de fe, un espacio inquebrantable que soporta los vientos contrarios y los temblores ajenos.
Nada es mayor que Mi Amor Sacerdotal, y si él está en ustedes, nada podrá derrumbarles el templo del corazón; por eso permanezcan atentos, porque están a tiempo de regresar a la morada de los apóstoles y de los siervos de Dios.
Si ustedes no rezaran la Coronilla a Mi Divina Misericordia, el templo ya se hubiera derrumbado hace mucho tiempo. Que la convicción de ustedes, de querer estar Conmigo, sea el impulso permanente para construir la nueva morada para Mi Regreso.
Sean portadores de la llama de Mi Esperanza Perpetua y crean en el poder de la Confianza Suprema que Yo deposito desde lo Alto en sus vidas. Sigan adelante, aguardando el tiempo venidero de la paz del corazón y de la consciencia. Juntos construiremos, a través de la oración misericordiosa, el nuevo sendero para los corazones que caen día a día, que Me niegan totalmente y pierden el sagrado templo del corazón por grandes derrumbes.
Recuerden que las buenas obras se cumplen cuando los obreros construyen hacia lo Alto y lo Divino, así nada que no sea los Designios del Padre podrá interferir en la finalidad de Mi Proyecto.
Ingresen en la corriente máxima de Mi Corazón Misericordioso. Que nada los sofoque por completo, sino que sus consciencias siempre se alegren por estar sirviendo al Rey de reyes.
En el Cielo se habla de la dedicación de los que responden a Mi Llamado, mientras que en la Tierra los corazones orantes se elevan al Templo de Mi Corazón.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por abrirme la puerta del templo interior.
Cristo Jesús, el Sumo Sacerdote y Guardián del Templo del Corazón
Mi Eterna Morada del corazón reside en el Océano Infinito de Mi Divina Misericordia.
Todos los días a las tres de la tarde, Yo aguardo que las almas sedientas y las almas devotas se dirijan a Mí y viajen por medio de la Coronilla hasta el centro del hogar de Mi Corazón; allí, con humildad les hablaré al corazón de las cosas de Dios. De ese modo aliviaré sus seres internos de la presión constante que genera este mundo de hoy, para que puedan llegar hasta Mi Casa de la Morada Eterna.
Hoy les pido que se decidan a vivir ardientemente la Hora de la Misericordia de Dios; así permitirán de manera simple que las Gracias más sublimes, aquellas que sus almas necesitan, puedan ser recibidas en estos tiempos de pruebas y de tribulación.
Es tan simple ingresar en Mi Misericordia, que las almas se desalientan cuando se ponen a orar Conmigo. Pero la devoción que Yo necesito de ustedes deberá superar los obstáculos de la inercia y de la densidad material, y eso será posible cuando tan solo sus corazones Me digan: “Jesús, yo confío en Ti”.
A través de esta constante afirmación, abrirán las puertas de Mi Manantial; esta es la llave que los liberará de la perdición y de la tentación del mundo. Por eso, ante cada nueva prueba, decreten y afirmen: “Jesús, yo confío en Ti”, porque esta afirmación, que fue entregada a la Hermana Faustina, tiene el poder de derrotar cualquier mal en el entorno natural de sus vidas y de sus seres internos.
Recuerden que Yo confío en ustedes.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús
En verdad les digo, que aquel que se disponga a servirme no perecerá, pero soportará Conmigo todo lo que deberá ser retirado de los corazones buenos; esto es y será así, porque los que son escogidos por Mi Consciencia se entregan al pleno sacrificio por la humanidad.
Poco a poco irán descubriendo cómo es Mi Tarea redentora en este caótico mundo de ilusiones y expectativas.
Insisto: bajo el Poder de Mi Padre, vayan Mis apóstoles y hagan en Mi Nombre todo lo que Yo les dije desde el principio, que harían cosas más grandes que las que Yo hice sobre la Tierra.
El que crea en esto lo vivirá y así lo comprobará, porque a pesar de los tiempos que vive esta humanidad, Mi Gracia permitirá concretar cosas imposibles en consciencias impredecibles. Mi Ley del Amor es única y ese mismo amor que Yo viví por ustedes será el que los nutrirá y los fortalecerá en los momentos de crisis.
Por sobre todas las cosas, que su fe sea más grande que cualquier situación, porque así estarán viviendo en Mi Confianza.
El trigo ya se está separando de la paja, y Mi Corazón Misericordioso irá en busca de los que menos merecen Mi Gracia Celestial y Yo así lo haré a través de los que se donan, a pesar de todo, a Mi Corazón Paternal.
Aquel servidor que da su vida por Mi Plan, Yo mismo lo libraré en la hora de su muerte y podrá conocer, por toda la eternidad, las Moradas que ha buscado sin resultado sobre este mundo.
Todo está permitido, mas Mi Amor siempre vencerá al mal, porque el amor verdadero une a las almas con Dios.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Lecciones en el corazón.
Cristo Jesús
Quiero que Mi Voz sea conducida a cada espacio de este mundo.
Quiero que Mi Mensaje se difunda como el viento que lo atraviesa todo.
Quiero que respiren el aire de Mi Misericordia, para que Mi Paz reine en vuestras vidas.
Quiero que Mis palabras sean la estrella guía de vuestros corazones, el único aliento de vuestras almas, la Fuente de Redención y Fe para vuestros espíritus.
Yo vengo en Espíritu, en Consciencia Divina, para anunciar que está próximo el día en que Mis pies tocarán la Tierra y todos los que vivan en el mundo tendrán conocimiento de Mi Presencia.
Espero que hoy, mientras vengo en Espíritu y Mi Fuego transforma poco a poco vuestros corazones, cada uno de ustedes pueda prepararse para recibirme.
Preparen realmente una morada para Mí en vuestros corazones. Laven vuestros espíritus y limpien vuestras almas porque hoy los toca Mi Misericordia y mañana los tocará Mi Fuego Divino. Así, nada quedará oculto a los ojos del gran Maestro.
Confiesen hoy Conmigo vuestros corazones, ríndanse al Amor Universal que brota de Mi Esencia Divina. Yo Soy el Pastor para vuestras almas y aspiro preparar Mi Rebaño para cruzar el portal que los llevará al Infinito.
Mis compañeros deben descalzar sus pies, entregando lo que los ata al mundo material. Coloquen ante el Rey del Universo todo lo que hoy no son capaces de comprender.
Aspiren con fervor estar preparados para que vuestras miradas se encuentren con Mi Viva Mirada y que vuestros corazones, finalmente, se fundan con el Corazón del Maestro.
Caminen sin cansarse en dirección a Mi Misericordia. Mis Brazos se abren para cada uno de los que Me buscan, Mi Corazón acoge a los que llegan delante de Mí e incansablemente toco las puertas de los que no Me escuchan.
Vengan a Mí, entren en Mi Océano de Redención y Paz.
Quiero conducirlos al Encuentro Eterno con Mi Padre, el Creador.
Purifiquen vuestro interior, sean capaces de mirar con sinceridad para sí mismos y, al encontrarse con todo lo que son en virtud y miseria, despójense de lo que ven y digan en reverencia: "Maestro, yo confío en Ti".
Les agradezco por escuchar Mis Palabras con el corazón y por venir a Mi encuentro.
Cristo Jesús, el Redentor de almas
Mi Corazón necesita de un espacio importante en sus vidas, un lugar indispensable para la presencia de Mi Faz Misericordiosa.
Como Yo vengo de Mi Padre y espero que Mis seguidores aprendan, aguardo que los mismos den el espacio que necesito para entrar en la morada de cada corazón.
El tiempo de Mi Venida se aproxima y Mis servidores deberán lidiar con el ritmo acelerado de los cambios y con el tiempo que deberán brindar a la presencia de Mi Corazón. Discípulo sin instructor es como caminar por los senderos sin brújula.
Que la verdadera guía para sus almas y sus corazones sea la presencia del Sagrado Corazón, que los conoce, los ama, que sabe bien de cada uno de Sus hijos. No permitan que las urgencias, que perturban la armonía, les quiten tiempo para estar más en Mí.
Sean valientes ante los cambios finales previstos para la humanidad; guarden memoria de Mi Presencia en sus vidas, así podrán tener un corazón firme para dar los pasos, un alma contemplativa para adorarme y un espíritu pacífico para llevar la inmensidad de Mi Paz.
Les doy Mi Paz y con Mi Paz los redimo y los amo profundamente.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por llevar Mis Palabras al corazón.
Cristo Jesús
Compañeros de Mi Camino:
Sé que a veces ustedes caen a Mi derecha y a Mi izquierda, por eso hoy, en nombre de la Insondable e Infinita Misericordia vengo a encontrarme con ustedes porque Mi Corazón, llagado por las espinas de la humanidad, busca alivio en las moradas que aún no están puras porque Mi Amor Divino viene a consagrarlas; busca alivio en las moradas vacías porque Mi Amor viene a retirar la soledad; busca alivio en las moradas doloridas, porque Mi Amor viene a colmar de cura a cada alma.
Ven hacia Mí y confía, conozco bien tus dificultades y tus talentos, aquellos que tienes para entregarme. Ábreme la puerta para que Mi Misericordia Sagrada pueda liberar tu pasado y tu corazón. Déjame encontrar un espacio para Mí, dentro de tu ser.
¿Qué más quieres, hijo Mío, que solo Yo esté cerca de tu vida interior?
Sé por qué desierto estás caminando ahora y por dónde vas. Únete a Mi caravana que tiene como destino la Redención. Confía en el Gran Peregrino que camina por el mundo buscando dónde reposar y descansar. El gran momento para el esperado encuentro Conmigo se acerca y todos los siervos deben estar preparados desde el corazón.
Quédate en Mí para que Yo pueda quedarme en ti. Solo espera con paciencia y en vigilia el gran encuentro. Estoy contigo para animarte a vivir en Mi Misericordiosa Esperanza. Sé que tienes miedo de mirarme y hasta de encontrarme, por tu pequeña vida; ahora aguarda, solo espérame porque estoy llegando a cada ser.
Aquiétate y serénate en Mi Corazón, quiero hacerte nacer a la vida eterna, al encuentro con Mi Amor Redentor. Perdono tus caídas y contemplo tu amor por Mí; hoy Me quedo dentro de ti en oración.
En la Gracia de Dios, sean misericordiosos los unos con los otros.
Gracias por guardar Mis Señales en el corazón.
Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Al final del mensaje, vi surgir de nuevo desde el Corazón de Cristo una Fuente celeste de luz que Él derramaba sobre nosotros, era la Fuente de Su Gracia y Él nos transmitió la siguiente oración:
Oración para pedir la Gracia
a Jesús Misericordioso
Por la Fuente de Gracia
que brota como un manantial
del Corazón de Jesús,
Señor, ten Misericordia de todos nosotros.
Amén.
Con alegría y regocijo coloco a cada uno de Mis hijos en el Reino Celestial de Dios.
Queridos hijos:
Hoy celebremos desde el corazón la venida de la Reina de la Paz a Aurora, Su predilecto hogar.
Como Madre de la Nueva Aurora hoy les doy a todos Mi Bendición Maternal y les agradezco por contestar a Mi llamado por la paz.
Como instrumentos en las Manos del Altísimo, hoy los invito a consagrar vuestras moradas al Padre Celestial. Sepan, Mis pequeños, que Él aguarda el amor de almas puras y verdaderas que quieran vivir en la única Fuente del Amor, que todo lo perdona y todo lo repara.
Hoy los estoy llamando a ser partícipes de la Divina Misericordia a través de Mi Inmaculado Corazón. Queridos hijos, los llamo a todos para que den un paso más con absoluta confianza en los Planes de Dios.
Hijos Míos, como Divina Concepción, les pido que oren paraque muchos de Mis hijos, en estos tiempos críticos, también puedan ser tocados por Mi llamado interior. Hoy, además, les recuerdo que cada llamado que ustedes responden tiene repercusiones mundiales en este final de los tiempos. Cada llamado que sea respondido desde vuestros humildes corazones ayudará en la redención de la humanidad a través de la venida victoriosa de Cristo a la Tierra.
Mis soldados, que vuestros corazones siempre estén listos para todo, para lo que Dios quiere en estos momentos. Sepan, Mis pequeños, que ustedes están obrando mediante la oración para que la salvación sea posible hasta para el alma que menos la merezca.
Queridos hijos, cada oración que fluye con amor desde el corazón, Yo les prometo que será escuchada y respondida bajo la Voluntad Superior de Dios.
Queridos hijos, como mediadora entre los corazones: ¡Gracias por escuchar Mis súplicas!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Recuerden hoy que la gran comunión que existe para el mundo y para todas las almas es el Sagrado Corazón de Mi Hijo. De Él vierte la fuente reparadora de todos los corazones, y Él es el camino infinito hacia la conversión del corazón.
En el Sagrado Corazón de Mi Hijo ustedes encontrarán la nueva morada que muchos de Mis hijos desamparados deberían buscar pero están con sus miradas sobre otros lugares de la vida.
A ustedes, hijos Míos, que ya han caminado por medio de la sagrada oración diaria, les pido que, a través de la devoción, testimonien la existencia y la Presencia de Mi Hijo en cada corazón humano. Vuestras vidas deben transmitir el ejemplo de una verdadera conversión a través de la oración y de la consagración al Santísimo Corazón de Jesús.
Si ustedes dieran el ejemplo de una vida convertida y amparada por el Amor de Cristo, muchos de Mis hijos, distantes de esta verdad y de este sentimiento cristiano, podrían retornar a los brazos del Redentor.
Queridos hijos, la unión diaria con Cristo los fortalece como almas y como existencia en el Plan de Amor de Dios. El buen y simple ejemplo de entrega a Jesús les permitirá brillar como estrellas durante las noches que vendrán para purificar el mundo absurdo.
Los oídos compasivos de Dios están atentos a las plegarias de los corazones puros que piensan en la salvación de todos en estos tiempos.
Como nuevo rebaño de Cristo, renovado en la fe y en la consagración a Mi Inmaculado Corazón, hoy les pido y los llamo a que se conviertan en reales y verdaderos estandartes marianos de la oración para que, como legión de Mi Corazón Maternal, puedan construir el restaurado y redimido corazón único en la humanidad que vendrá: un único corazón de amor; un solo sentimiento de hermandad; una única meta para todos Mi Hijos, la fraternidad.
Gracias por responder a Mi llamado.
Desde la Luz del Infinito y Misericordioso Corazón de Jesús,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más