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Con una Rosa de Luz sobre Mi pecho, queridos hijos, les entrego los aromas sublimes del Cielo para que, en este momento, sean abrazados por el Amor de Dios.
Les entrego la Rosa de Luz para que despierte, en ustedes, la pureza esencial que en este tiempo el mundo necesitará recuperar para poder volver a Dios, con inocencia y arrepentimiento.
Que se manifieste en ustedes Mi Rosa de Luz, para que los ángeles del Cielo los reconozcan y, así, ellos los ayuden a caminar con Cristo y a encontrar a Dios en cada momento.
Queridos hijos, este es el tiempo de buscar, dentro de sí, lo que existe de mejor. Es tiempo de que contacten su esencia interior para que el mundo sea también colmado de lo más puro y bendito que el Padre les entregó.
Hoy vengo aquí, a este amado y humilde Centro Mariano del Niño Rey para recordarle al mundo entero que ha perdido el contacto con su niño interior y que, ese niño interior, está suplicando por ayuda para poder expresar y demostrar cuánto ama a la vida y al Universo.
El ser humano tiene que poner su atención en ese niño interior y, así, percibirá cuánto lo lastimó con sus acciones precipitadas.
Por eso, hijos Míos, regresen a Mí para que ese niño interior que vino a expresar la sagrada misión de sus esencias, pueda gobernar por encima del ego y de toda la oscuridad.
El niño interior les permitirá ver la realidad de estos tiempos con otra perspectiva y los llevará a vivir la entrega absoluta de sí.
La humanidad no puede hacer sucumbir a su niño interior porque estaría disolviendo, en sí, la inocencia y la pureza original.
Reconcíliense con lo más profundo de sus seres, pidiéndoles perdón por tantos traumas y experiencias vividas.
Únanse con amor a su niño interior y dejen que las expresiones de las virtudes y de los talentos los coloquen en el camino correcto, lejos del sufrimiento y de la oscuridad.
Por eso, les entrego Mi Rosa de Luz para que el niño interior de cada uno de Mis hijos sienta el amor maternal de la Madre Celeste y, así, se anime a revelar y a expresar todo lo que internamente vino a cumplir como servicio de amor por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Después del Encuentro de Música, en el día de ayer, la Amazonia fue preparada para que a través de la Gracia del Divino Hijo, reciba toda la Luz del Universo que necesitará para poder atravesar, como Reino, el fin de los tiempos.
Por otro lado, queridos hijos, hoy su Divina Madre se preparará, a través de las oraciones de Sus amados hijos, para ingresar en escenarios de la humanidad en donde el sufrimiento de los más pequeños e inocentes se agrava día a día.
Por esa razón, la Madre de Dios, el Sol de la Vida, llegará a todos los pequeños e inocentes, en diferentes partes del mundo, para auxiliarlos y rescatarlos de esa condición espiritual, mental y material en la que el hambre, la persecución por la guerra, la explotación de niños y niñas y, también, el tráfico indebido de órganos se lleva adelante por una parte de la humanidad adulta que perdió completamente el sentido del discernimiento y el valor de lo que representa la familia.
Hijos Míos, no solo iré al encuentro de los que se desesperan en esas condiciones de sobrevivencia, sino también, como Madre de la cura espiritual de la humanidad llegaré a los hospitales e institutos en donde el sufrimiento corporal retiene la partida de las pequeñas e inocentes almas que no consiguen liberarse de su encarnación.
Hoy por una Gracia especial y por las oraciones sinceras de todos los servidores de la Tierra concederé el alivio inmediato a esa situación inhumana.
Por eso, Mis hijos, su apoyo y participación, a través de la Vigilia de Oración, contribuirá y concederá que los más inocentes encuentren el alivio y el descanso que tanto necesitan.
También llegaré a los espacios inapropiados y ocultos en donde las futuras madres deciden, por interferencia del enemigo, retirar de sus vientres la vida y el amor que Dios les regaló.
En el próximo y esperado encuentro en el Centro Mariano del Niño Rey, el 25 de septiembre, vendré para pedirles a todos los colaboradores de esta Obra de Amor, que nunca se olviden de ayudar y de servir a los niños, adolescentes y jóvenes que se encuentran en la Comunidad Nueva Tierra, porque ellos son el reflejo de esa parte de la humanidad que necesita la cura, el amor y el entendimiento.
Quedaré muy agradecida de que los grupos de la Red-Luz planetaria visiten y participen periódica y activamente en la vida grupal y de servicio de la Comunidad Nueva Tierra.
Así estarán conscientemente permitiendo que, en el resto del mundo, otros grupos de servicio puedan asumir el alivio del sufrimiento de otros niños, adolescentes y jóvenes.
Que esta vigilia sea la vigilia del corazón y de la entrega de sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que hoy las esferas de luz, que serán gestadas por los instrumentos y las voces, lleguen a las profundidades de la Tierra para que los infiernos, que corroen y contaminan a las almas perdidas, sean liberados para siempre.
Que en este día de elevación de la consciencia y de cura para la humanidad, la música como instrumento conductor de Vibraciones superiores de Dios pueda penetrar en esos espacios infernales, en donde el sufrimiento y la guerra de otros tiempos y en otras generaciones, se siguen viviendo.
Será importante, hijos Míos, que cada espacio que será ofrecido a la Jerarquía Celeste sea para que esas sagradas operaciones se puedan llevar adelante, con el apoyo y la adhesión espiritual de todos los que se ofrecerán, a través de la música, para aliviar a esta humanidad.
Hoy la Jerarquía Divina se concentrará en esa tarea y la columna de Luz que será construida entre el Cielo y la Tierra, y por las voces de todos, ayudará a que un potentísimo vórtice espiritual se abra para liberar y expulsar de los infiernos, de los abismos de la Tierra, a cuantos padecen, desde hace épocas, la persecución y el sufrimiento espiritual.
Este es el tiempo, queridos hijos, en el que los servidores y no servidores de Cristo estén más conscientes de que el trabajo con la música y sus sagradas melodías son puentes directos no solo para la elevación de la consciencia, sino también como una oportunidad de arrancar de raíz muchos principios y estados primitivos que siguen llevando a la humanidad al hipnotismo, al error y a la perdición de su pureza esencial.
Es por esa razón que el Encuentro de Música, a partir del próximo año, vivirá cambios importantes ya que, a través de los servidores, ese trabajo deberá ser asumido con responsabilidad y seriedad para que no solo los que participan, sino también esta parte de la humanidad aprenda a sostenerse a través de una devoción fervorosa y de una voz servicial.
Hasta ahora todo fue una preparación.
Deseo a todos una profunda y sentida oferta para esta noche de gala, en la que nuevamente el Cielo podrá descender a la Tierra.
¡Les agradezco, hijos Míos, por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cada esfuerzo que hagan, por más pequeño o grande que parezca, tiene el mismo valor para Dios, porque es un esfuerzo que nace del corazón y de la vida del alma que se ofrece a Dios y a Su servicio infinito.
El valor de ese esfuerzo está en el amor, el amor que testimonia la verdad y que trae, para las almas, el ejemplo de la posibilidad de que en la misma experiencia se viva a Cristo.
Por eso, los esfuerzos son valorados por el Padre Celestial, porque Él sabe que las almas los hacen de verdad, sin medir sus límites o posibilidades.
El valor del esfuerzo que es regido por el amor es interno y desde lo interno nace la humildad y la intención fervorosa de servir a Dios.
En este tiempo, los esfuerzos que son hechos por los servidores de Dios son contemplados amorosamente por el Padre, porque dentro de esa oferta de cada corazón sacrificado está la intervención divina para poder ayudar, rescatar y salvar a muchas almas aún desconocidas por ustedes.
Que ese valor del esfuerzo, que es dado por el amor, nunca se borre de ustedes, porque llegará el tiempo en el que ese valor del esfuerzo también los impulsará para renovar su fe y la confianza en lo Alto.
Como Madre de todos, hoy llevo en Mi Corazón materno, el valor de ese esfuerzo de cada hijo Mío, en estos tiempos en los que las emergencias espirituales y humanas son muy grandes y necesitan ser compensadas por los que se entregan a Dios y al Universo de Su infinito Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Tributo al Instructor del Amor
Hijos Míos:
Hoy se cumple un año desde que el alma de Mi hijo José Trigueirinho se elevó al Cielo para continuar con su trayectoria en preciosas escuelas de servicio y de expansión de la consciencia.
Después de su partida, muchos acontecimientos se presentaron, no solo en el campo del servicio, de la instrucción y de la oración que la propia Figueira pudo expresar, sino también se presentaron grandes necesidades de ayuda humanitaria a nivel mundial e internacional.
Así, el Árbol Sagrado de Figueira que fue cuidado, podado y protegido por Mi hijo José Trigueirinho durante los últimos treinta años, lanzó nuevas semillas de instrucción y de servicio, las que hasta los días de hoy continúan brotando y dando infinitas oportunidades a todos los que quieran aprovechar esta Gracia de vivir la absoluta donación de sí.
Después de treinta años, en los que el suelo fértil de cada corazón y discípulo fue cuidado, amorosamente, por Mi hijo José Trigueirinho, llegó el momento de que las virtudes y los talentos emerjan para estar al servicio del Plan de Dios, a fin de aliviar todo el dolor a través del amor.
Este es el momento, en el que todos los discípulos de José Trigueirinho deberán asumir sus lugares dentro del Plan y deberán comprometerse con lo Alto para sostener las Islas de Salvación que, con tanto amor, Mi hijo José Trigueirinho, protegió y amparó con su humilde consciencia.
Este es el momento de que todos los miembros de la Red-Luz como buenos, dedicados y tiernos servidores asuman el cuidado, el amparo y el mantenimiento de las Comunidades-Luz, y que estén más presentes y activos, sabiendo que las Comunidades y los Núcleos-Luz serán espacios sagrados para el recibimiento y el acogimiento de situaciones humanitarias.
Ahora es el tiempo de poner en práctica todo el legado recibido y escuchado durante los últimos treinta años. Es el tiempo de dar continuidad a la Obra que la Jerarquía espiritual sembró a través de la Comunidad Figueira.
Así permitirán, hijos Míos, que en la superficie de las Comunidades y en los Núcleos-Luz, la Jerarquía cuente con espacios consagrados y donados amorosamente para que la Jerarquía pueda seguir instruyendo y guiando a las almas, para que pueda seguir sembrando semillas de luz en los corazones que están despertando a la gran convocatoria.
Demos gracias al Padre Eterno por haberles enviado al mundo un humilde y servicial Instructor que amparó y protegió a cada uno de sus hijos y discípulos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Mientras estoy aquí con ustedes, contemplo el mundo y la humanidad.
Espero que la humanidad, algún día, reconozca que perdió su inocencia interior porque, a partir de allí, podrá arrepentirse verdaderamente.
Dios no espera derramar Su Justicia, sino Su Misericordia. Pero la mayoría no busca la Misericordia de Dios en este tiempo.
El sufrimiento de las almas las ha apartado de la Misericordia del Padre, por eso Yo me he comprometido con el Creador para poder ayudarlos y hacerlos cada día más conscientes de la real necesidad de estar en la Misericordia del Padre para este momento planetario, en el que solo la Misericordia y el Amor los salvará.
Mientras tanto el mundo sigue sufriendo, sigue generando su propio caos y su propia perdición. Por eso, hoy no solo estoy aquí con ustedes, hijos Míos, sino también estoy con todo el mundo, con las necesidades en los diferentes pueblos, culturas y continentes, en donde situaciones más graves y difíciles suceden, sin que ustedes tengan consciencia; pero como sé que ustedes creen en lo que les digo, me seguirán acompañando en el camino de la oración y del servicio, para que esa divina e insondable Misericordia esté más presente en la humanidad y, especialmente, en el corazón humano.
Necesito, como Madre, que ejerciten todos los días y un poco más la acción de la divina Misericordia, que sus palabras, sentimientos, pensamientos y acciones sean misericordiosos porque así Me ayudarán, hijos Míos, a llegar a los corazones que necesitan de la luz y de la cura en este momento.
Dios no puede ser sustituído por las innovaciones de estos tiempos. Nunca pierdan el camino hacia Dios, porque si están en el camino de Dios estarán en el Corazón del Padre y en Su Presencia.
Ustedes, que son parte de Mis ejércitos de oración, son Mis soldados de la oración, deben hacer un esfuerzo mayor por los demás, por los que se pierden, por los que no son conscientes, por los que no quieren a Dios.
Aún Su Padre está con los Brazos abiertos para recibir a Sus hijos y envía a Su Mensajera para dar testimonio de Su Amor al mundo y para que los corazones se eleven a Dios en este momento, en el que la única salida está en el Padre Eterno. Porque Dios dejó en ustedes Su Presencia, por medio de una pequeña chispa de Luz que brilla en su mundo interno.
Hagan que esa chispa de Luz se expanda y crezca por medio de la oración, de la constancia y de la fe. No permitan que la luz interior se apague, y si la Luz interior se apaga en sus hermanos, por alguna situación o circunstancia, recen por ellos y tengan fe porque el Universo escucha las oraciones sinceras y las súplicas verdaderas.
El Universo está abierto, aún más, para recibir las oraciones de los hijos de Dios, porque el Universo sabe que la humanidad está en un momento culminante y difícil, en el que su autodestrucción podría ser una catástrofe universal.
Por eso, como su Madre y Reina, vengo a tiempo para llamar a los apóstoles de Cristo y para recordarles que su compromiso con Mi Hijo no ha terminado, sino que es un compromiso que se debe ampliar y profundizar, en este momento, para que aprendan a reconocer los caminos que Mi Hijo les trazará para cumplir con Su santa y divina Voluntad.
Él también Me envía como la Madre de la humanidad y como la Madre del mundo. Quisiera poder acariciar los rostros que sufren. Quisiera poder colocar sobre Mi pecho a las almas que agonizan. Aún hay mucho sufrimiento por curar, sufrimientos más grandes e inexplicables que sus sufrimientos internos.
Sean parte de Mí, hijos Míos, y Yo siempre los llevaré a Dios y hacia Mi Hijo, el Cristo. Pero aún es necesario hacer más, la vida del espíritu no termina aquí, el servicio no termina aquí.
Todo recién comenzó. Todo ha sido una preparación para este gran momento de aprender a atravesar el fin de los tiempos, el momento más culminante de la humanidad, el cual ningún ser sobre la superficie de la Tierra antes lo atravesó. Este es un tiempo desconocido, es un tiempo de situaciones inexplicables y de desafíos muy grandes, en el que sus consciencias serán forjadas para hacer cosas más grandes que las que hizo Mi Hijo por ustedes. Eso no es solo una promesa, es una realidad, hijos Míos. Este es el tiempo de situaciones increíbles y nunca antes vistas.
Por eso, tuvieron la Gracia de recibir la instrucción y la preparación, como nunca nadie antes lo tuvo en ningún lugar del mundo, en ningún rincón de esta Tierra. Ese camino que fue construido por la instrucción, nos ha permitido llegar aquí, en este tiempo y en este siglo, para abrirles los ojos y el corazón a lo que Dios necesita realizar y concretar en este momento, en el que Su Proyecto está en juego, por las elecciones que realizan las almas en este tiempo, elecciones que los lleva al sufrimiento y a la desesperación.
Por eso, ofrezco Mi purísimo Vientre de Luz para hacerlos renacer en Mí y en Cristo. Ofrezco Mi Corazón para que aprendan a vivir en Él y a sentir en Él, como Yo los siento y los tengo a todos en Mi Corazón.
No hay más nada que haya que hacer en este momento que solo servir a Dios, porque el Padre lo necesita para sostener a este planeta dentro de la Creación y dentro de este Universo local, para mantenerlo dentro del Propósito y del equilibrio.
Cuanto más despierten a esta necesidad de servir a Dios, más milagros acontecerán, más puertas hacia nuevas oportunidades se abrirán y muchos dejarán de sufrir lo que sufren y lo que viven porque comprenderán que la Voluntad Suprema es lo primero.
Para que la Voluntad Suprema esté primero en ustedes, deben amarla ardientemente, como nunca antes la amaron, y así la conocerán y, especialmente, la sentirán en ustedes y tendrán absoluta consciencia y confianza de que esa Divina Voluntad los llevará por el camino correcto y por el sendero correcto.
Hoy le ofrezco al mundo Mi Concepción Divina y Mi Creación Inmaculada, como la Madre de Dios y la sagrada Fuente de la energía femenina para que todas las mujeres y madres, en este tiempo, tengan la fuerza y la voluntad de seguirme y de formar parte de ese sagrado ejército femenino que protegerá y amparará, en la oración y en el servicio, al Espíritu Sagrado de la Maternidad, que es el segundo y mayor presente de Dios. Porque Su primer presente es la Vida. La Vida que Él nos ha dado y que nos ha concedido a Su imagen y semejanza.
Amen la Vida que Dios les dio y las fuerzas del caos desistirán y serán transmutadas, porque el amor a la Vida es amar el centro de su ser, no con amor propio, sino con amor divino, reconociendo más allá de las imperfecciones y de los defectos, que el Universo les ha entregado lo que ustedes sembraron y cosecharon en otros tiempos. Pero todo puede ser liberado, sublimado y perdonado. Todo puede vivir su reconciliación y su momento de cambio.
Ofrezcan sus vidas como una oportunidad de redención y de devoción a Dios, porque así el Padre sentirá y sabrá que aún Sus hijos lo aman como Él los ama a ustedes todo el tiempo, más allá de las situaciones o de las experiencias.
Así ayudarán, hijos Míos, a recuperar la inocencia interior de la humanidad y muchos más corazones que agonizan, se curarán. Muchos más niños, jóvenes, adolescentes y adultos se librarán de la explotación diaria que viven, de la persecución que enfrentan y de la guerra que atraviesan en sus pueblos y naciones.
Deben hacer triunfar el amor en todo, comenzando por ustedes mismos y después por los que están a su alrededor, aplicando la Ley de la Compasión y de la Vida, la Ley de la Hermandad y del Bien.
Así Me ayudarán, hijos Míos, a construir los nuevos tiempos y las nuevas oportunidades para todos los que los necesitan, porque ustedes fueron tocados por la Gracia Suprema en algún momento de sus vidas, pero aún hay millones que no fueron tocados por Dios, por diferentes razones y motivos.
Por eso, vengo como la Sagrada Consciencia Femenina y la Madre Universal para colmar a Mis hijos de los Atributos de Dios y para hacerlos vivir lo que Cristo necesita en este momento.
Después del último 8 de agosto de este año todo cambió de una forma más profunda y desconocida. Vivan el cambio y la transformación porque aún queda un poco de tiempo para que, sin estructuras ni formas, vivan lo que Cristo necesita para este ciclo.
Sepan que Dios reconoce todos los esfuerzos y todas las ofertas. Él siente el corazón de Sus hijos y Él les entrega Su Corazón para que también lo sientan.
No olviden vivir el amor en todo porque será imprescindible para cada uno de ustedes.
El amor los fortalecerá. El amor los librará y los hará comprender y aceptar situaciones inexplicables y difíciles, porque solo el amor que puede nacer del corazón de Mis hijos, como nace del Corazón de Dios, puede transformar lo que es imposible y difícil, puede acoger y soportar lo que nadie quisiera soportar.
Yo les doy Mi Amor, el Amor de Mi Corazón Inmaculado, para que lo vivan y estén en él para siempre.
Les agradezco por haber respondido a Mi llamado y por haber orado Conmigo, porque cada cuenta de oración, cada ofrecimiento o sacrificio es aceptado por su Madre Celeste para que, día a día, se puedan hacer más milagros en casos imposibles y en muchos lugares del mundo donde la luz, el amor y la paz están faltando.
Los bendigo en la Luz poderosa del Amor de Dios y en la fuerza invencible de la Misericordia, porque los amo y los espero.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Dios está atento a la voz de sus súplicas porque este es un tiempo de grandiosas necesidades espirituales, mentales y físicas.
Este es un tiempo en el que la solidaridad y el bien deberán penetrar en lo más profundo de la consciencia para que, de verdad, exista un cambio y un despertar.
Este es el tiempo de llevar al mundo este mensaje: es momento de considerar al semejante y de servir a los demás, porque esta sagrada acción permitirá que sucedan milagros y que almas que están absolutamente perdidas puedan ser rescatadas, así como ustedes fueron rescatados por el Amor de Dios.
Solo que este momento es crucial y definitivo, es un momento delicado en el que, todos los días y en oración, deberán pedir sabiduría y discernimiento para todos los que toman decisiones precipitadas y pierden completamente el sentido verdadero de la realidad.
Como Madre de la Gracia y de la Misericordia de Dios cuento con cada uno de Mis soldados orantes para que, en este momento de inflexión planetaria, todo se mantenga en su armonía y en su equilibrio.
Esa es la razón por la cual en los próximos tiempos se atenderán, a través de las peregrinaciones, situaciones de emergencia interior y de emergencia exterior.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, con el apoyo del Castísimo Corazón de San José que hoy vive Su recogimiento, irán al encuentro de las necesidades más difíciles y enviarán, por indicación e inspiración, a todos Nuestros servidores a atender y socorrer lo que sea necesario, como buenos padres y buenas madres, como impecables servidores y colaboradores.
Por esa razón, hijos Míos, todo este movimiento que se aproxima y que será de una inmediata entrega de sí, los ayudará a olvidarse de ustedes mismos y a colocar dentro de la balanza de la Justicia Divina, la grave y crítica situación planetaria. Porque no podemos permitir que este Proyecto humano de Dios sea desestimado.
Todo el esfuerzo que fue ofrecido, en los últimos años y hasta los días de hoy, por muchos grupos de oración, de adoración y de servicio, está siendo utilizado para compensar las deudas más graves de la humanidad, ocasionadas por el aborto, por la prostitución y la explotación de niños, adolescentes y adultos, por el comercio de la esclavitud, por la deforestación del planeta, por la extracción de minerales, como también por la caza desmedida de las ballenas y de los animales marinos.
Todo lo que hoy sucede necesita muchísima e incansable oración para que la Justicia Divina no caiga sobre la humanidad.
Desde ahora estoy agradecida por la consciencia y la apertura de sus corazones y vidas al llamado de servicio de la Madre de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el principio, el Creador creó las esencias, manifestó las almas, las agrupó de acuerdo con su misión y las envió a cumplirla, más allá de las dimensiones, en la vida manifestada. Y las almas de Dios fueron por este vasto cosmos, experimentaron y aprendieron, muchas veces, perdiéndose del Propósito Divino, y otras, consiguiendo cumplir con la Voluntad de su Creador.
El tiempo pasó y la evolución se dio. Las almas de Dios aún siguen por este camino, como ovejas que pastan en los Jardines de la Creación. Ahora, hijos, su Padre Celestial llama a todas las almas por Él creadas. Su Voz resuena en los valles y en los montes del espíritu, en donde las almas pueden escucharlo y, con amor, reconocen Su llamado.
Una a una, las ovejas del Gran Pastor comienzan a congregarse y con sus pasos retornan a la Casa del Padre e inspiran a otras para que también retornen a Su Corazón.
Este es el tiempo de retornar a Dios; de reencontrarse espiritualmente con la misión que Él les encomendó; de entregarle todos los frutos recogidos en el camino para que, con ellos, el Padre les haga un Alimento nuevo.
Llegó el ciclo de una nueva vida y de un nuevo tiempo, en el que las ovejas son congregadas para fortalecerse, unas a otras, para la gran transición; pues les digo, hijos Míos, que es con el amor de cada uno de ustedes que se sustentarán y se fortalecerán para pasar por las pruebas que el planeta debe vivir en este tiempo.
A los Pies de Dios se congregarán sus almas, sin distinción, descubriendo la semejanza que se ocultaba en su interior. Se descubrirán hermanas en el espíritu y en el corazón. Descubrirán, sentirán y vivirán la única filiación divina que las vuelve frutos de un mismo Árbol Sagrado de la Creación.
Es a través del amor que se sumará en su interior, que recibirán el impulso para vivir el Amor de Dios y superarlo, renovando así la Creación Divina y dando inicio a una nueva vida, a un nuevo tiempo y a un nuevo Plan.
Les digo esto para reconozcan que el Amor Crístico nacerá y despertará por la unión de sus corazones, almas y espíritus en Dios. Llegó el ciclo de vivir más profundamente la unidad porque la Creación así lo necesita.
Que los velos que separaban a los hijos de Dios entre sí comiencen a caer y que los hombres perciban que las diferencias son solo expresiones de los caminos que cada alma recorrió, así como lo comprendió, para cumplir con su misión y vivir la Voluntad del Padre, aunque tantas veces se hayan perdido y hayan sido confundidos por los estímulos del mundo.
Ahora, que todos ya aprendieron lo suficiente para saber que solo el amor los hará retornar al Padre, es tiempo de vivir ese amor.
El planeta agoniza, hijos Míos, por la falta de amor y de paz en el corazón humano. Y es simplemente reconociéndose como hermanos y amándose unos a otros con la verdad de sus corazones que podrán transformar esto, curar esta agonía y reparar el corazón herido de esta Tierra.
La unidad los hará libres y liberará a este mundo. Los llevará a expandir el amor a través de la oración y del servicio que nacerá de sus espíritus.
Déjense inspirar por Mis palabras y por Mi Presencia. Poco a poco, silenciosamente, los auxilio en este camino de retorno al Corazón de Dios.
¡Los amo, los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo no solo soy tu Madre Celestial y la Madre de la Vida, soy la Luz que impulsa ardientemente la devoción de tu alma por nuestro querido y glorioso Creador.
Soy el bálsamo con aroma a rosas que limpia, purifica y santifica tu ser para que, en este tiempo, te animes a dar los pasos en confianza hacia el Creador.
Soy ese espejo que encarnó en la Tierra para entregar, a los hijos de Dios, la esencia del amor, de un amor que sea capaz de regenerar la vida interna y de borrar, para siempre, el sufrimiento y el dolor.
Soy esa flor, única e irrepetible. Soy esa eterna flor que se entrega en las manos de Sus hijos para que la puedan contemplar y amar, para que ese amor que aún no ha surgido desde adentro de cada hijo, pueda florecer y hacer milagros de amor en la vida de los que sufren y de los que no tienen nada.
Soy la Madre que los abriga en los inviernos fríos de la vida y que los protege en las noches de tempestad.
Los coloco a todos cerca de Mi pecho para que no solo estén en Mis brazos, sino para que sientan también el amor de Mi Corazón, de un Corazón que late por cada uno de ustedes.
Esa es la razón por la cual estoy aquí, por cada uno de Mis hijos perdidos y no perdidos, creyentes o ateos, conscientes o ignorantes. Estoy por cada uno, para poder llevarlo hacia Mi paz y para que en Mi paz, hijos Míos, aprendan a vivir en Dios, en Su Presencia y en Su Reino.
Soy esa Madre incondicional, esa Madre consoladora y aliviadora del sufrimiento humano y moral.
Vengan a Mí, hijos, porque en Mí encontrarán a Dios, y todas sus experiencias y pruebas se volverán pequeñas ante el Amor que proviene del Padre y que los hará libres.
Hijos, soy la Madre que comprende y que ora, incansablemente, por el mundo de hoy, por la humanidad que está enferma psíquica y espiritualmente. Por eso, vengo, porque una madre haría cualquier cosa por ustedes. Solo una madre es capaz de sentir y de comprender, hasta en lo más profundo, a cada uno de sus hijos.
Hoy, que las madres del mundo, madres terrenales y madres espirituales, se unan a Mí para clamar al Padre por la humanidad y por su gran indiferencia, para que el amor y la vida sean respetados, para que la solidaridad sea sembrada en el corazón humano y para que todo pueda ser reparado y curado en lo más íntimo de cada ser.
Que hoy las madres recen para que el espíritu de la sagrada maternidad no sea disuelto de las mujeres del mundo y para que ese primer contacto que la madre tiene con el recién nacido sea protegido y amparado por la Madre de Dios porque, a pesar de todo lo que hoy hace la humanidad, el Proyecto de Dios en la vida de la familia no se ha perdido, y para que las almas reencuentren el sentido de estar en unidad y en familia.
Recen Conmigo, recen madres del mundo y así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Mientras el mundo y la humanidad sufran, siempre habrá servicio para hacer y para ofrecer.
En el servicio encontrarán la puerta correcta para salir de ustedes mismos todos los días.
El servicio no los hace pensar en sus procesos o en sus desiertos.
El servicio les quita la sed interior y los libra de cualquier vacío.
El mundo y la humanidad, especialmente, necesitan servirse recíprocamente para que las faltas más graves ocasionadas a la Creación y a los Reinos de la Naturaleza sean perdonadas.
Imiten a Mi Hijo. Sean, como Él, almas en eterno servicio a Dios y a los más pobres, entre los pobres, espirituales y materiales.
Alégrense cuando el Universo les envíe un nuevo servicio y, así, se liberarán de ustedes mismos.
El mundo sufre no solo por la falta de amor compasivo, sino también por la falta de servicio.
El servicio es el abc de la vida espiritual y de la vida religiosa, porque es en el servicio en donde encontrarán la cura de todas las miserias.
Reciban el servicio como una oportunidad de amar y de compartir la bondad interior.
Que el servicio por los demás los impulse a concretar la tan esperada cura de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi materno llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, Mis hijos orantes tejen con sus súplicas el manto verde de luz de la Madre Naturaleza, y ese manto espiritual abriga al alma grupo de cada uno de los reinos presentes en la Amazonia y en el mundo.
Es así, queridos hijos, que el manto verde de luz, que es tejido por cada uno de Mis hijos orantes, no solo cubre a los Reinos Menores, sino también a los grandes ángeles de la Amazonia, a los devas, a los elementales y a las consciencias lumínicas de la sagrada naturaleza, que padecen el terror de desaparecer y de ser extinguidos de su hábitat por la mano del hombre.
Hoy, la sagrada naturaleza recibe un alivio espiritual como nunca antes lo recibió. Y eso es posible porque, al menos, una parte de los seres humanos responde a las necesidades de los seres más inofensivos, de todas las criaturas que integran el sagrado ecosistema de la Amazonia.
Desde ahora, quiero agradecer a Mis hijos por haber dedicado este día domingo al rescate orante de los Reinos de la Naturaleza, y espero que otras mil Avemarías puedan ser ofertadas en el futuro por el único y gran pulmón del planeta, por nuestra querida y sagrada Amazonia.
¡Les agradezco por haber respondido a Mi llamado!
Hoy recibo, en gratitud, sus más profundas oraciones.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Uno de los importantes aspectos de Dios, dentro de Su Fuente Trina, es el Espíritu Santo, aspecto que actuó en la humanidad, en ciertos acontecimientos, con el fin de impulsar, de guiar y de socorrer a las consciencias que lo invocaban.
Hasta los días de hoy, el Espíritu Santo es un misterio no revelado de Dios que después de haber cumplido con Su misión hace más de dos mil años, en este tiempo Su manifestación, Su presencia y Su acción sucede a través de la Madre de Dios como la Señora del Espíritu Santo.
Es en este tiempo que el Santo Espíritu de Dios obrará a través de las almas que se dispongan a recibir Sus impulsos divinos y Sus Dones.
Sería de gran importancia que el ser humano fuera colmado al menos por uno de Sus Dones, porque eso ayudaría a que la verdadera tarea de cada ser se manifieste según la necesidad de la Divina Voluntad.
El Espíritu Santo acompañó acontecimientos puntuales de la humanidad y, al mismo tiempo, auxilió con Su ciencia y sabiduría en momentos culminantes, en los que solo el Santo Espíritu de Dios podía desviar o revertir un hecho que sucedería.
Sin la acción del Espíritu Santo, en la historia de la raza humana, el planeta como consciencia que evoluciona y vive, habría perdido su dignidad espiritual y el carácter de rescatable.
Por esa razón, Dios envió a Su Espíritu en ciertos momentos de la humanidad para ayudar a Sus criaturas, semejantes a Él.
Dios envió a Su Espíritu a los patriarcas para que de los pueblos surgieran los Dones del Padre y Sus Virtudes, para que despertaran los profetas y anunciadores de la Verdad Divina.
Dios envió a Su Espíritu para que Sus criaturas, a través de Cristo, fueran bautizadas por la potentísima Fuente inmaterial que es el propio Espíritu Santo.
Dios envió a Su Espíritu para que, de la célula principal de Su proyecto: la familia, surgieran los conocedores y los buscadores de la Verdad, para que despertaran los dones y las virtudes de los curadores, de los gobernantes, de los espejos, de los eremitas, de los guardianes y de los servidores.
Dios envió a Su Espíritu para repoblar la Tierra con Su Amor infinito, para que Sus criaturas aprendieran a sentir que la única guía proviene del Padre Eterno y que del Padre surgen todas las fuentes de manifestación.
Después de dos mil años, durante los cuales el Espíritu de Dios obró y se hizo carne entre Sus hijos, a través de Cristo, hoy el Espíritu Santo vendrá con los mismos Dones que recibieron los apóstoles y mártires, por medio de la Sagrada Palabra para colmar los corazones dormidos y oscurecidos de una confirmación y de una confianza absoluta en que, a través del Espíritu Santo de Dios, se cumplirá el Proyecto, que nada ni nadie impedirá que Él actúe a través de los hijos de Dios, que el mismo Espíritu del Padre los hará a todos partícipes de Sus obras de Piedad y de Misericordia, que las Santas Virtudes del Espíritu de Dios puedan despertar y encarnar en la esencia de Sus hijos para que todos los talentos y los linajes estén al servicio del actual y crucial tiempo de la humanidad.
Quien se abra y acoja la llegada del Espíritu Santo tendrá la fuerza interna para representar a la Obra redentora de Cristo sobre la superficie de la Tierra; tendrá la fortaleza para proclamar la llegada del Reino de la Paz y del fin del cautiverio planetario; tendrá el impulso de la fe para seguir transformando su vida completamente según ese mismo modelo espiritual que el Padre Celestial manifestó en los patriarcas y en los profetas.
Dios les viene a dar Su Espíritu a través del Cuerpo y de la Sangre Divina de Su Hijo y a través del Mensaje que es anunciado por Sus Mensajeros Divinos.
Que el Espíritu Santo los ayude a enfrentar el fin de los tiempos, dentro y fuera de ustedes; y que se puedan sostener, en este ciclo definitivo, por la acción del Santo Espíritu de Dios.
Que el Espíritu Santo les traiga la fuerza de la renovación y de los cambios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando, en la multiplicación de la Consciencia Divina, el Creador manifestó Su Santo Espíritu y de Él el Vientre Purísimo de la Creación, la Fuente de la Energía Femenina, Fuente de Vida y de Paz, Él hizo emanar de esa Fuente Sus principios de amor más puros.
El Pensamiento de Dios planeaba y emanaba la Creación y el destino de las diferentes criaturas. Los ángeles y los arcángeles conducían Sus impulsos de amor entre las dimensiones y manifestaban a las criaturas pensadas y amadas por Dios, aun antes de que pudieran existir
Toda la vida, hijos, en cada uno de sus detalles, es fruto de un Amor perfecto, de un Pensamiento y de un Plan único que es el diseño de la evolución, del crecimiento de los seres y de su retorno al Corazón de Dios, para que el propio Creador se pueda renovar y, así, un nuevo ciclo de vida se inicie para todo lo que existe.
Este mundo, sagrado y amado por Dios, es una semilla de amor en la Creación. En él, su Padre Celestial ve fecundar los principios más sagrados que un día emanaron de Sus Fuentes Celestiales.
Cada ser, como cada Reino de la Naturaleza, tiene un propósito que no es solo planetario, sino universal.
Cada criatura de la Tierra trae en sí no solo su experiencia en este mundo, sino que trae consigo la esencia de la vida manifestada en otras partes de la Creación, en otras estrellas, planetas y galaxias; para que, de esa forma, a partir de la evolución de cada criatura de la Tierra, toda la vida tenga la oportunidad de vivir el amor.
Desde la semilla más pequeña hasta la mayor de las montañas trae consigo su experiencia en la Tierra, como también representa a otros puntos de la Creación. Porque la vida surgió de las Fuentes Creadoras que están más allá de la Tierra, en realidades que los hombres aún desconocen; y cada elemento presente en el planeta tiene una función espiritual propia para auxiliar en la evolución de la Tierra, pero también, hijos Míos, para la evolución de todos los Universos.
Con esto les digo que cuando hacen perecer a los Reinos de la Naturaleza, así como a sus hermanos de diferentes culturas, pueblos y naciones, no solo están destruyendo la vida en la Tierra y están retirando la oportunidad de que un hijo de Dios evolucione; sino también, hijos Míos, están destruyendo con sus propias manos el Plan de Rescate y de evolución de toda la vida en la Tierra y más allá de ella.
Ha llegado el momento de que los seres comprendan que el equilibrio de la vida en la Tierra no debe existir solo para que el planeta siga vivo en este vasto Infinito, sino sobre todo, hijos Míos, porque este mundo es el semillero de una nueva vida de amor, es el semillero del Amor puro de Dios que debe llegar a todos los rincones de Su Divina Creación.
La experiencia de la vida en la Tierra fue diseñada por Dios en cada detalle para que, a través del triunfo de Su Creación en este mundo, toda la vida alcanzara un nuevo nivel evolutivo y pudiera aproximarse más a Dios.
Los hombres y mujeres de este mundo son el centro de este Plan de Amor. En su interior guardan la llama viva que anima a todas las cosas, el motor que puede impulsar a cada Reino de la Naturaleza, como a cada elemento, a encontrar su propósito y su misión.
Pero no solo de los hombres es la misión de vivir el amor. Todo lo que vive y respira en esta Tierra tiene una función dentro del Plan Divino.
Comprendan lo sagrado que habita en todas las cosas, comprendan el propósito de sus vidas de elevar y transformar a toda la vida, a toda la Creación. Y así, hijos Míos, no sean más ignorantes y ciegos de espíritu, sino orantes, pacificadores y motores vivos de la expresión del amor en este mundo y más allá de él.
Yo los amo y por eso les revelo todas estas cosas.
Todo suelo de esta Tierra es sagrado. Todas las criaturas son sagradas ante Dios, pero muchos perdieron su pureza y desconocen su esencia divina.
Que el amor, en el interior de los que despiertan, revele esa pureza en el corazón de cada ser.
Sean espejos de luz para el mundo, sean antorchas que anuncian el camino.
Estoy con ustedes y los bendigo para que este Propósito Divino y Universal se cumpla en sus vidas y en toda la vida.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sigan porque estoy trabajando con el mundo.
El mundo necesita de una insondable intervención divina para poder salvarse. Por eso, junto a los ángeles de Dios y todas Sus huestes, bajo el impulso luminoso del Espíritu Santo, hoy su Madre Celeste llega, aquí, no solo para reunirlos y colmarlos en el Amor de Dios, sino también para llevarlos a la verdad y a la liberación de la vida, para poder romper las cadenas que aprisionan a Mis hijos, para liberar del cautiverio a cuantos se encuentran dentro de él.
Todo esto es por la autoridad divina que Me ha dado Mi Hijo y por la potestad celestial que el Padre Me concedió, desde la primera vez que Él Me aceptó como Su Sierva fiel.
Es así que Yo los invito, hijos Míos, no solo a descubrir dentro de ustedes los dones y las virtudes de Dios, sino también los invito, hijos Míos, a descubrir su misión personal para este planeta y para esta humanidad, ya que es el tiempo de la transición planetaria, y la necesidad y la ayuda de muchos soldados de Cristo hoy se ha vuelto muy urgente.
Por eso los invito, hijos Míos, a preguntarse para sí mismos, dónde está ese talento y ese don de Dios que Mi Hijo les dejó no solo por medio de Su testimonio de Amor, sino también a través de Su Palabra, de Su Evangelio.
Por eso, sean sus apóstoles del fin de los tiempos y colóquense en las primeras filas de su comando celestial así, hijos Míos, con esa actitud interior y consciente, ustedes estarán sirviendo no solo al Padre Celestial, sino también a la realización de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.
Mientras hoy Yo les hablo, de forma maternal y amorosa, las cadenas de la ilusión se van rompiendo de la consciencia humana, los infiernos se cierran y muchos cristales se elevan, para encontrar su proceso de liberación y de redención.
En verdad, hijos Míos, este mundo aún no conoce los misterios del Universo y todas las reliquias que aquí se guardan hace millones de años, desde antes que encarnara Mi Divino Hijo.
Yo los impulso al despertar de la consciencia para que su redención, hijos Míos, sea el testimonio verídico de Dios para que una nueva y renovada humanidad pueda continuar, liberada de la ilusión mundial y del caos, de las prisiones que las fuerzas del mal colocan a las almas.
Por eso, su momento de consagración es ahora, su momento de testimoniar a Dios es ahora, su momento de dar el paso es ahora y no en otro tiempo ni en otro momento.
Yo los llamo, hijos Míos, a asumir conscientemente esta situación planetaria, a instaurar en sus hogares grupos de oración que puedan ser, en este momento, columnas de luz en donde los ángeles puedan trabajar no solo con ustedes y sus familias, sino también con sus ciudades, pueblos y naciones a fin de que se pueda sostener el equilibrio planetario y, especialmente, el equilibrio mental de la humanidad que está altamente desequilibrado. Para que muchas cosas no sucedan, respondan a este llamado que proviene de Mi Corazón y que es impulsado por el fuego del Espíritu Santo.
Hoy, regreso a este Centro Mariano para fortalecerlo y bendecirlo en su tarea espiritual, para que su modo de vida, simple, austero y humilde pueda abrir los ojos de muchos que se encuentran aquí, en esta región y más allá de ella, para que puedan sentir a Dios en su corazón; para que encuentren el único camino que es el camino de Mi Hijo, es el camino que los protegerá y los amparará en este tiempo crucial.
Así, ustedes también representarán a Mi Hijo en la Tierra y podrán corresponder a Su llamado, sabiendo que es necesario, hijos Míos, que sus vidas y las vidas de sus hermanos hagan algo por este planeta. Mucha sangre ya corrió por este mundo después de tantas guerras y conflictos, en donde hermanos estaban contra hermanos.
Ahora, hijos Míos, Yo los vengo a encender en el fuego del Espíritu Santo para que asuman sus puestos en este momento del Plan, para que escuchen la voz de Dios a través de Su Sierva que resuena en lo más profundo de sus almas y corazones, trayéndoles el impulso de la verdad y de la consagración.
Dependerá de la consciencia humana despierta que el nuevo tiempo llegue libre de atrocidades y maldades, de conflictos y de oscuridad; para que esos conflictos puedan cambiar y esto ayudará a que la Jerarquía Divina pueda intervenir.
Como en este momento, hijos Míos, Mi amado Hijo Me ha pedido intervenir no solo por sus consciencias sino también por el mundo. En este momento, hijos Míos, no solo estoy aquí, sino también en siete lugares del mundo, en donde suceden cosas gravísimas que ustedes ni se imaginan.
Todo esto es posible, hijos Míos, por su fidelidad en el camino de la oración, sabiendo que es urgente hacer algo por esta humanidad y este planeta, sabiendo que es importante, hijos Míos, que hoy cuando salgan de este Centro Mariano sean otras personas, transformen sus vidas y las rediman, las consagren y las eleven a Dios para que Él los considere en Su infinita Misericordia cuando llegue el tiempo de la gran Justicia para la humanidad, en el que no habrá gobernante, nación ni tampoco ningún arma, por más inteligente que sea, que detenga la autoridad y el poder de Dios, que se moverá en este Universo local y más allá de él y que repercutirá en todos los planetas que forman parte de este sistema solar.
Con esto, hijos Míos, no vengo a darles miedo, no vengo a entregarles una advertencia, les vengo a avisar, hijos Míos, que todavía hay tiempo de poder cambiar los acontecimientos, de asumir una vida de consagración y de redención que pueda justificar ante el Universo Celestial todos los errores humanos que se cometen en este tiempo, toda la desunión que se vive en las familias, en los pueblos, en las crisis humanitarias y más allá de lo que ustedes conocen, de todo lo que se encuentra en el universo mental de esta humanidad y que, día a día crece y crece y, aprisiona a la consciencia humana.
Por medio de una columna gigante de transmutación hoy llego a este planeta que está sometido y perdido completamente. Pero recuerden, hijos Míos, que por más que se encuentren almas en una absoluta y profunda oscuridad, existe dentro de ustedes la esencia divina, algo que Mi adversario no puede tocar, aunque los atormente y los persiga.
Sean inteligentes, construyan, con el canal verdadero de la oración individual y grupal, sus poderosas espadas de luz para que, cada cuenta de oración, cada nuevo encuentro, cada oportunidad de servir y de entregarse a Dios corte con la Luz del Padre todas las cadenas que aprisionan a Mis hijos, rescate y salve a los que más necesitan, no solo al Reino Humano, sino también a los Reinos de la Naturaleza.
Hagan algo por esta humanidad, es lo que Yo les pido. La humanidad no conoce el poder de Dios, es un poder desconocido y muy antiguo.
Les pido, hijos Míos, que sean mediadores junto a su Madre Celeste, que escuchen en sus corazones la Voz que proclama Mi Inmaculado Corazón, que sean otras personas, que vivan los ejemplos de la caridad y del bien, que ya no se juzguen los unos a los otros, que se amen profundamente así como Mi Hijo les enseñó. Porque en esas cosas tan simples pero profundas concederán a la Madre de Dios, por autoridad divina, que Yo pueda estar más tiempo entre ustedes, especialmente en esos momentos en los que se verán cosas espantosas que ninguna humanidad anterior vio.
Por eso, Yo los vengo a proteger con Mi Manto Divino, vengo a despertar, en lo más profundo de sus seres, a ese compromiso celestial y universal que hicieron con Mi Hijo.
Porque así, queridos hijos, estarán en el lugar correcto, estarán en el momento correcto, estarán en la senda de la Luz y ya no verán más los espejismos que emite este mundo y esta humanidad para confundir a los corazones espiritualmente.
Yo les entrego todo lo que soy y todo lo que fui, también hoy les entrego todo lo que alcancé desde Mi asunción a los cielos; porque no solo soy su Madre, la que interviene por las causas imposibles, por las enfermedades más graves, por los problemas más difíciles, soy la Gobernanta universal, la Reina y Madre de la Paz, la Soberana y Señora del Universo que viene con el poder del Cetro de Dios para poder poner fin a muchas situaciones planetarias.
Pero para que eso se pueda concretar y realizar, para que millones de almas salgan de los infiernos de la Tierra en el cual se encuentran y, especialmente, la humanidad tome consciencia de los errores que hoy realiza, Yo los necesito no solo como Mis hijos consagrados, buenos y humildes, caritativos y misericordiosos, sino también como mis soldados para que estén Conmigo las veinticuatro horas del día colocando como prioridad el llamado de Dios, el camino de la oración; porque así se transformarán, hijos Míos, y no entrarán en estos tiempos en los ciclos de la purificación planetaria que será muy aguda y difícil, sino que estarán prontos como soldados de Cristo para ir adonde los llamen, para convocarse donde hay grandes necesidades, para ayudar a sus hermanos y a los Reinos de la Naturaleza, para saber que es importante establecer y reconstruir esta familia espiritual de Israel que se desvirtúa completamente a través de los tiempos.
No den alimento a las fuerzas del caos, hagan silencio, entren en meditación, busquen la Luz y busquen principalmente a Dios dentro de ustedes. El Padre está lleno de Misericordia y de Amor para entregarles, ya no sufran más, porque lo que ustedes sufren es lo que ustedes piensan y generan, construyan la nueva humanidad en base a un gran cambio de consciencia.
Así Mi Hijo llegará, y lo reconocerán cuando Él venga de una forma inesperada e inexplicable y, a pesar de que el Universo se mueva y que los astros acompañen ese movimiento del segundo retorno de Cristo, ustedes hijos Míos, lo podrán sentir, lo podrán reconocer, lo podrán encontrar en su interior y así el Plan estará cumplido. Amén.
Hoy necesité hablarles de esta forma porque los tiempos son tiempos de emergencia, en los que no pueden perder ninguna oportunidad de despertar y de darse cuenta, por ustedes mismos, de que la situación planetaria es más difícil de lo que parece. Por eso, hoy me aproximo a su lenguaje humano y no utilizo un lenguaje abstracto ni simbólico porque Yo fui su Madre, soy su Madre y seré su Madre. Ustedes tienen Madre, nadie en este mundo es huérfano, aunque que haya perdido a sus padres biológicos.
Ustedes Me tienen y Me tendrán y Yo siempre los esperaré de brazos abiertos para escucharlos, para sentirlos, para recibir su amor y sobretodo su donación.
Por eso hoy la consagración de nuevos Hijos de María será especial para Mí.
Los invito a aproximarse a este escenario, a la Luz de Mi Altar para que Yo los pueda consagrar, porque en verdad, hijos Míos, sus esencias están consagradas como Mis hijos y en consecuencia están consagradas a Dios, solo que en este momento los velos de su consciencia caen espontáneamente, para que ustedes encuentren la verdad de sus orígenes y el motivo de haber venido a la Tierra para servir a Dios y amarlo, para encontrar algún día esa felicidad celestial que es verdadera y palpable para los corazones humanos.
Porque en esa verdad celestial, en esa felicidad infinita, es donde pueden encontrar el Reino de Dios y descubrir todos Sus misterios. Son misterios de Amor, de un Amor incalculable e inabarcable, de un Amor inmenso y muy grande, es este Amor que Me trae a la Tierra por cada uno de Mis hijos, por cada uno de Mis soldados, por cada uno de los Reinos de la Naturaleza que esperan de los seres humanos un servicio mayor y una respuesta, para sanar sus profundas heridas y martirios.
Hijos Míos, ante el Padre Celestial y sus poderosas huestes divinas, en este día y hasta la próxima Maratón de la Divina Misericordia a realizarse en este lugar, Argentina cumplirá su segunda etapa preparatoria para lo que sucederá en el mes de octubre, en el que toda la consciencia de Argentina definirá su destino y la continuidad de la presencia de la Misericordia de Dios en cada parte de esta tierra, en cada rincón de este lugar, de esta preciosa naturaleza que Dios le regaló a Argentina.
Por eso quiero, hijos Míos, que cumplan Mi aspiración, una aspiración que Yo les pedí una vez, hace muchos años, de que en todas estas provincias de Argentina existan grupos de oración y eso comenzará no solo por la ayuda de Mis guerreros de la Red-Luz, sino también por el ejercicio tan simple pero importante de la oración en las familias.
Es así que con mucha alegría, en este día de consagración de nuevos Hijos, este ejército que hoy se coloca ante Mi Altar Celestial y entrega sus corazones a Mi Corazón Inmaculado, para que a partir de este momento Yo los guíe y los proteja. Es este ejército que hoy se consagra, el que impulsará la concreción de Mi pedido de que en cada provincia de Argentina existan grupos de oración. Y si esa aspiración se cumpliera antes del mes de octubre, por medio de la oración en las familias, de la oración por las familias, muchas cosas se evitarán y la Justicia se alejará, la Misericordia llegará y los corazones celebrarán el retorno de Cristo.
Escuchando el himno de su consagración los invito, hijos Míos, a que cada uno de los que hoy se consagra ante la Madre Celestial, coloque en Mi Corazón su más profundo e íntimo pedido, sabiendo que Dios en Su Infinita e Insondable Misericordia escucha las intenciones de Sus hijos cuando estas son verdaderamente profundas y sinceras.
Hoy llevaré en Mi Corazón maternal no solo sus intenciones, hijos Míos, por ustedes, por sus familias o por su país, por las causas imposibles y difíciles, por los problemas más grandes o los problemas más pequeños, todo lo llevaré hoy en Mi Corazón, hijos Míos, para poder aliviarlos, para que ustedes puedan sentir a Dios en sus vidas y corazones; y que esa presencia de Dios que es tan necesaria en este tiempo y especialmente en la Argentina, pueda emanarse a otros corazones con el voto de su consagración.
En este día tan especial e importante en el que ustedes como un solo pueblo y una sola familia, como esa familia antigua de Israel que retoma su compromiso en este momento, se une interiormente a Dios para amarlo y adorarlo, para reconocerlo y para vivirlo y, así, siempre encontrar Su poderoso Reino.
Con el Amor que viene de todo el Universo, con el Amor que creó todo lo que existe, todo lo que respira, todo lo que se manifiesta y vibra, con el Amor que viene de la gran Esencia Divina de Dios y que abarca todo lo que existe y más allá de Él, con este Amor poderoso e inconmensurable es que Yo los bendigo y los consagro como Mis hijos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y con profundo amor agradezco por todo lo que Mis hijos de Argentina hicieron durante este mes de octubre, porque ya están viviendo octubre.
Yo los invito a estar en el tiempo real, en el que las cosas más difíciles se pueden disolver para que triunfe el amor en Argentina y en el mundo.
Hoy a través de esta consagración han permitido, hijos Míos, que el mes de octubre sea colmado por una luz especial que guíe y oriente a los corazones en la decisión que tomarán para los próximos tiempos.
Y ahora quiero escuchar el himno de su consagración para que, elevando sus corazones, puedan sellar esta alianza entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y sus almas.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Y prometo regresar aquí, a Argentina, para que juntos Me acompañen por otras provincias que también se encenderán en Mi Amor, como lo es Tierra del Fuego y Tucumán.
Les agradezco.
Como un sol que nace en el horizonte, hoy les traigo el resplandor de Mi Consciencia Universal para iluminar sus caminos y sus corazones.
Vengo bajo la autoridad maternal y divina que el Padre Celestial Me concedió desde el primer momento en el que Su Sierva le dijo “sí” al cumplimiento de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.
Bajo toda la luz del Universo, hoy vengo a su amoroso encuentro para disipar y transmutar aquellas fuerzas del mal que aprisionan y condenan a las naciones y a sus pueblos.
Vengo para rendir honor y poder al Nombre de Dios en cada uno de Sus siervos y discípulos de Cristo. Bajo esa poderosa autoridad divina vengo a encontrarlos y hacerlos partícipes de la Verdad que brota del Corazón del Padre Eterno para cada uno de Mis hijos que dijeron “sí” a Su Voluntad.
Es así, queridos hijos, que los vengo a sostener y a consolar.
Vengo para animarlos a renovarse en Cristo, para que ustedes puedan presenciar en el semejante la existencia de Cristo, más allá de lo humano y de lo que es mortal.
Vengo para que le den valor a su mundo interior y a todo lo que ese mundo interno recibió de parte del Universo y de las experiencias de la vida.
Hijos, estos tiempos colocarán a cada hijo Mío frente a la verdad, a su propia y clara verdad interna y personal para que, antes del momento más culminante del Armagedón planetario, ustedes ya hayan resuelto, dentro de sí, todo aquello que los separa de Dios.
Por eso, los invitamos no solo a orar por las naciones sufridas del mundo, los llamamos para sostener un tiempo que nunca vivieron ni atravesaron.
Los estamos conduciendo hacia el camino del Amor y de la sólida Hermandad.
Por eso, todas sus noches oscuras pueden ser momentos de luz, en los que la llama de la fe y de la confianza, por más pequeña que parezca dentro de ustedes, los ayudará a cambiar y a trascender los difíciles momentos que enfrenta el ser humano.
Pero no se olviden, hijos, que Yo estoy aquí en silencio, esperándolos, aguardando que cada uno de ustedes Me llame y Me pida lo que necesite.
Pero sepan que ya dejaron de ser Mis niños, ahora son los nuevos apóstoles de Cristo, los que con esfuerzo y sinceridad asumen responsabilidades y situaciones mayores.
Anímense todos los días a morir para sí mismos, por más que duela, por más que parezca difícil. Mueran para sí mismos todos los días, así Mi Hijo estará en ustedes y ustedes estarán en Él, ayudando a cumplir Sus más profundas aspiraciones, ayudando a redimir a esta humanidad enferma a través de su redención personal y colectiva.
Sé que no es fácil mirarse a sí mismo, pero vean la Luz Divina que Dios concibió en ustedes y en esa Luz poderosa e inextinguible busquen la unión y la Paz de Dios.
Yo estoy a su lado, soy la Madre que los ampara y que los comprende.
¡Les agradezco por escuchar de corazón Mis palabras!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy culmina el primer ciclo de trabajo junto a la Jerarquía Divina en Buenos Aires.
Ahora es el momento en el que cada corazón que fue llamado para el encuentro con los Sagrados Corazones tenga la oportunidad de escoger el destino espiritual e interno de este país, para el próximo tiempo.
Por esa razón, la Divinidad solicitó y encomendó a los Tres Sagrados Corazones que estuvieran en Argentina con la finalidad de que las almas pudieran recibir todos los impulsos necesarios para poder tomar sus grandes decisiones de vida.
Fue así que primero llegó Mi amado Hijo con un mensaje de revelación para Argentina y de reconciliación y de redención de los corazones con el Padre Eterno.
Luego, el 8 de agosto, cuando el ciclo espiritual de la humanidad cambió llegó en su auxilio la Madre del Altísimo, la que hasta el 13 de agosto los condujo hacia el reconocimiento de su verdadera y única existencia.
Luego regresó Mi amado Hijo, el 16 de agosto, y llevó a cada uno a estar delante de Dios mediante la verdad interior y pura que cada uno es.
Y hoy, 18 de agosto, estará llegando el Castísimo Corazón de San José que aparecerá para que, guiados por Su santa mano, caminen por el sendero de la humildad. De una humildad que conceda, a cada argentino, la posibilidad de meditar y de decidir para que nunca se deje de cumplir el Propósito Divino.
San José, Padre y Obrero de Dios, llegará a la Argentina para impulsar la construcción de un país pacífico, humilde y resignado a Dios, dispuesto a vivir y a cumplir la Voluntad Divina.
Toda esta preparación ha sido la base para los próximos pasos que dará la Jerarquía Divina por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el principio, Dios pensó y sintió en Su Misericordioso Corazón, que debían existir criaturas tan semejantes a Él, que por amor a la vida pudieran poblar todos los espacios del Universo para poder experimentar la felicidad de estar dentro de Su Reino.
Allí fue cuando nació el Proyecto Divino, porque Sus Hijos, seres de la Tierra y de todo el Universo, eran el mismo Proyecto, el que surgió y se creó por intermedio de los Arcángeles en las Fuentes de Luz.
De esas Fuentes de Luz todos Sus Hijos guardan, dentro de sí, una chispa divina, la llamada Esencia.
Pero cuando se manifestó la primera desobediencia, por parte de uno de los Ángeles de Dios, fue cuando surgió el mal y la oscuridad, estados opuestos a la luz y a la iluminación de la consciencia.
En ese entonces, el Proyecto Divino fue intervenido y para que el Proyecto no se deteriorase, el Padre Celestial decidió Él mismo manifestarse y encarnar en diferentes momentos del planeta.
Fue así para demostrar que Él amaba y ama profundamente a Sus Criaturas y que los amará eternamente, porque nadie más que el Padre Eterno conoce y sabe quiénes son Sus Hijos en esencia y por qué hoy están aquí sobre la superficie de la Tierra.
De esa primera desobediencia surgieron los primeros errores universales. Una acción contraria y opuesta a la Voluntad Divina se creó en el Universo Mental y por último se plasmó en el Universo Material.
A través de acontecimientos y de hechos que llevaron a los Hijos de Dios a salirse de la Ley, una innumerable cantidad de veces, surgió lo que conocemos como la dualidad, que es el sentimiento espiritual, mental y material de encontrarse dividido o contrariado ante los pasos espirituales o internos que debe dar una consciencia al servicio de Dios.
Entonces, Dios volvió a encarnar hace poco más de dos mil años; esta vez, el Padre Eterno decidió que Su Segunda y Divina Persona, el Hijo, llegara a la Tierra a través de una preparación espiritual y cósmica que fuera capaz de revertir el desvío que en aquel tiempo estaba viviendo la humanidad entera.
Fue así que grandes consciencias servidoras del Universo ayudaron en la preparación de la encarnación del Hijo de Dios y a través de la acción suprafísica e inmaterial de Leyes superiores, el Padre Eterno concedió que la Santísima Madre fuera fecundada por el Espíritu Santo y, que a través de un diseño perfecto y sublime, trajera a la Segunda Persona de Dios a la Tierra.
A partir del nacimiento de Cristo, todas las criaturas de la Tierra encontrarían la llave perfecta para disolver y vencer, por sí mismas, la dualidad, la que generaba deudas impagables y la que sigue despertando contrariedad y oposición al Plan Divino.
Esa llave, que abrió y siempre abrirá las puertas, se llama Amor. El Amor de Dios que es sabiduría. El Amor que es entendimiento. El Amor que da ciencia a todo lo que existe.
Por eso, este es el tiempo de volver a trascender esa dualidad dentro de cada uno, colocando todo el ser y toda la consciencia en Dios, en donde siempre encontrarán sentido y respuesta para todo lo que viven.
Porque si existen más consciencias que trabajen todos los días para vencer esa dualidad o esa desigualdad espiritual, ustedes impulsarán a otros para que también lo vivan y lo hagan, y puedan romper la cadena del sufrimiento y de los errores milenarios que solo llevan a la humanidad a la oscuridad y a la confusión.
Si su consciencia está en Cristo, nada será dudoso ni confuso, porque en Cristo estarán en sabiduría, estarán en discernimiento, para que en estos tiempos tan complejos no sean confundidos en el camino de fe que decidieron recorrer.
Por esa razón, los Sagrados Corazones vienen a su encuentro como lo hicieron en otros momentos agudos de la humanidad, en los que el camino de la oración y del servicio fueron puentes que llevaron a millones de almas a encontrar su propia redención.
Ahora es el tiempo de llevar a las naciones, como por ejemplo a Argentina, para que no se olvide a Dios, para que su aprendizaje y escuela sea benéfico para todos los que la integran en este ciclo.
Argentina necesita mantenerse protegida de los embates a través de responsables y maduros grupos de oración que, como en una guerra espiritual, no dejen de clamar al Padre y de atraer Sus Dones y Atributos para poder mantener la paz y la unidad interior en los tiempos de crisis, para que ningún hermano se levante contra su hermano, para que exista el espíritu del entendimiento y de la Verdad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Corazón de Madre encuentra aliento en las almas que abren las Puertas del Cielo con sus oraciones y que no temen conocer la Verdad y el Reino de Dios.
Vengo, hijos Míos, para que sus espíritus conozcan esta Verdad, para que la Argentina no permanezca en la ignorancia de sí misma y de la vida en la Tierra, sino que sepa quién es y qué potencial tiene como nación y como pueblo.
Vengo, como vine hace tantos siglos, para preparar el nacimiento del nuevo hombre que surgirá dentro de cada uno de ustedes. Hombre que revelará la semejanza de sus corazones con Dios. Hombre que les demostrará para qué fueron creados y cuál es el propósito de sus vidas.
Vengo a levantar a hombres y a mujeres a través de Mi Presencia. A erguir a un pueblo de su oscuridad y de sus abismos internos para que, fortalecidos por sus mejores virtudes, se conviertan en un suelo fértil y sagrado, un suelo digno de recibir los Pies de Aquel que vendrá a establecer el Reino de Dios en la Tierra y a revelar este Reino dentro de los seres.
Mi Corazón de Madre, tantas veces flagelado y ultrajado por las acciones humanas y por la indiferencia de los corazones, es reparado por las oraciones sinceras de Mis hijos y, más que eso, hijos amados, encuentro aliento y méritos para interceder por el mundo cuando sus espíritus están abiertos y dispuestos para una nueva vida.
Vengo, entonces, a retirarlos de la ilusión y del sufrimiento y a enseñarles a reparar el Corazón de Dios con sus propias vidas. Vengo a abrir sus ojos a la simplicidad que es encontrar y vivir la Verdad Celestial y la vida superior.
Vengo a apuntarles el camino y a mostrarles las señales en el cielo y en su interior, para que sus inquietudes encuentren respuestas en la Verdad que se revela a sus corazones.
Argentina es una nación colmada de misterios y de dádivas ocultas y llegó el momento de que sean revelados. Y será la misma Mano de Dios, hijos Míos, la que arrancará los velos que cubren sus ojos y les mostrará lo que está oculto, a pesar de que siempre estuvo aquí, desde antes del establecimiento de su pueblo como una nación.
Desde lo alto de las sierras hasta lo profundo de los mares, todo será revelado. La luz que brillaba, oculta por la naturaleza, no brillará más dentro de la Tierra, sino delante de sus ojos, reflejándose en los espejos de sus corazones y revelando que no solo en la Tierra, sino también en ustedes mismos, una vida mayor se ocultaba.
Este es un tiempo de revelaciones, revelaciones de una verdad que existe desde el principio del Origen de la vida, Verdad de la que se distanciaron y que les será revelada para que puedan retornar a ella. Con la luz de esta Verdad, la luz de Mi Hijo también les será mostrada. Primero verán Su resplandor en el Sol de Sus Ojos y de Su Corazón, luego verán Sus Pies que caminan en dirección a la Tierra y, entonces, lo reconocerán como Hijo y parte de Dios, como Dios mismo entregado a los hombres.
Regocíjense y despierten, hijos Míos. Es tiempo de hacer de la propia conversión un motivo de júbilo y de alegría. Es tiempo de hacer del propio despertar un motivo de plenitud, de hacer del sacrificio un motivo de renovación y de la propia vida una eterna revelación de Dios.
Yo los amo, los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ya les dije, hijos Míos, que existe algo mayor dentro de ustedes que desconocen; y que dentro de su esencia original, la pureza que Dios concibió para cada uno de Sus hijos se encuentran muchos misterios por revelar y por mostrar a cada una de sus almas.
Yo vengo como su Madre, pero también como su Gobernanta Universal, como ese gran Espejo de Justicia y de Misericordia, que viene a reflejar en la Tierra los Principios y los Dones de Dios.
Lo que el Padre espera de cada uno de ustedes, hijos Míos, es que ustedes también lo puedan representar en la superficie de la Tierra y que puedan ser espejos, tan semejantes a como soy Yo, que no solo traigan los atributos divinos a la Tierra en este momento tan agudo de la humanidad, sino que también ustedes, hijos Míos, conozcan sus propios misterios internos que el Padre les revelará cuando Él les quite con Sus propias Manos los velos de la consciencia, momento en el que todo se mostrará completamente y recordarán y sabrán quiénes son.
Por medio de su consagración diaria a Mi Inmaculado Corazón es que están enviando una respuesta al Padre Eterno, para que Él pueda contar con ustedes completamente y sin condiciones, porque al menos una parte de este gran rebaño de la humanidad deberá cumplir lo que el Padre necesita en este ciclo planetario.
En los cuatro principales continentes de este planeta deben existir las tribus de Israel, no sólo recordando sus orígenes y sus Principios Divinos, sino estando conscientes y disponibles para servir al Padre Celestial en las últimas misiones que Él encomendará a la humanidad, directamente a aquellos que despertaron y despertarán en este tiempo.
Esto forma parte, hijos Míos, del Plan infinito del Creador, un Plan que aún no se cumplió y no se concretó, un Plan que está siendo escrito por sus vidas y sus corazones, no sólo por los seres que están en la superficie de la Tierra, sino también por todos los seres que están en el Cosmos y forman parte de esta gran fraternidad universal que Dios formó y conformó desde el origen.
Ahora ustedes son conscientes, hijos Míos, de que no están solos, pero aún deben ser más conscientes de sagrados conocimientos y misterios que llegarán al mundo para poder despertarlo. Eso los colocará delante de los acontecimientos del fin de los tiempos en una postura más consciente y madura, así como Dios lo necesita.
Yo les vengo a traer, hijos Míos, esta revelación porque no está escrita en la Sagrada Biblia, en verdad esa revelación fue omitida de la Sagrada Biblia. Por eso, hijos Míos, Yo soy parte de ese Verbo Divino que en el nombre de Dios viene a pronunciarse al mundo por medio de un mensaje y de la Palabra Divina, para que los hijos del Padre sean conscientes de que hay un propósito y una meta a alcanzar, en este ciclo, que ninguna raza y ninguna humanidad anterior alcanzó hasta ahora.
Todos los que están presentes en este ciclo agudo del planeta, lo están por una razón espiritual, viviendo dentro de sí el universo de los aprendizajes y de las pruebas; aprendizajes que los colocan en la madurez de la consciencia, en la disposición interior y en el servicio incondicional al Padre Eterno.
No existen pruebas mayores, hijos Míos, que no se puedan superar. Yo les entrego la llave de la oración como un camino de comunicación con Dios, como un puente que siempre los coligará con la verdad de la existencia, donde sus consciencias podrán estar completamente elevadas, a pesar de cómo se encuentre el mundo. Y en esa elevación y en esa aspiración constante, hijos Míos, es donde encontrarán las diferentes faces de Dios y conocerán más profundamente sus Nombres Sagrados que son emanaciones verdaderas de Su Consciencia Infinita, de sus diferentes tareas y misiones en este Universo, así como en otros Universos desconocidos.
Es así que Yo les traigo la Luz de la Verdad, esa Luz que debe penetrar en sus corazones y almas, una Luz que siempre los llevará a la Verdad y los sacará de la ignorancia de la Tierra. Porque hoy no solo estoy aquí por Argentina sino también por el mundo, por todos los que escuchan Mi mensaje en este tiempo crucial y claman desde su corazón por la existencia de la Paz, no solo dentro de ustedes sino también en el mundo.
Esa consciencia elevada que Dios los invita a alcanzar, día a día, no solo a través del camino de la oración, sino también a través del camino del servicio. Eso les permitirá, hijos Míos, estar en otra vibración y en otra consciencia, desde donde Dios podrá intervenir en la humanidad a través de los instrumentos, Sus hijos, y así disipar, de a poco, el caos que está presente en la humanidad. Y así, ustedes percibirán, hijos Míos, la existencia que se encuentra en los Espejos del Universo, que son grandes usinas de información que siempre alimentaron sus espíritus y esencias desde el principio.
Pero ahora, hijos Míos, llegó el momento de recordar todas esas cosas, de revivir todos esos tesoros que son profundamente espirituales e inmateriales y que colocarán a sus consciencias al servicio del Plan de Dios porque les aseguro, hijos Míos, que sabrán dónde estar y qué hacer en el momento exacto.
Ustedes y todos sus hermanos de la humanidad son una raza en transición, una raza que vive los primeros pasos del Apocalipsis, en el que se revelarán muchos misterios, pero también se mostrarán cosas increíbles por parte de los hombres y mujeres de la Tierra, nunca antes vistas, que también ofenderán al Corazón de Dios.
Por eso Yo los invito, hijos Míos, a elevar sus consciencias y ese pedido ya lo hicieron sus almas. Por eso hoy les vengo a hablar de todas estas cosas, hijos Míos, porque estarán alimentados de la Fuente Inmaterial y no de las informaciones que promueve la propia humanidad que confunden a los corazones y que no son verdaderas.
Como la Madre del Altísimo, la Madre Universal y el Inmaculado Corazón de María vengo, en este tiempo y fuera de la Iglesia, a ampliar la consciencia humana que cada día está más dormida, hipnotizada e indiferente a la realidad universal.
Será la elevación de sus consciencias y corazones, y de todos los que aspiren a despertar que colocará a la consciencia humana en otro nivel, en donde se podrá percibir la Presencia de Dios y de Su Fuente y traer la Verdad hacia sus corazones y consciencias.
Yo necesito, hijos Míos, que construyan el Nuevo Tiempo a través de sus ejemplos y de las enseñanzas que les ha entregado Mi Hijo, no sólo a través del Evangelio, sino de Sus Sagradas Instrucciones, de todos los impulsos que les ha entregado en estos últimos tiempos.
Pero llegó el momento, hijos Míos, de que la consciencia de la Divina Jerarquía se muestre y se haga sentir a la humanidad porque la raza humana está al borde del abismo y Yo tengo la tarea, hijos Míos, de rescatarlos y de despertarlos y de llevarlos al Corazón del Redentor, en donde estarán seguros y protegidos. Pero también tengo la misión espiritual encomendada por el Arcángel Gabriel de revelar la verdadera Consciencia de Dios y la de Nuestros Sagrados Corazones que no solo se remiten a una imagen santa.
Este es el tiempo en el que sus consciencias y mentes se pueden expandir y que el centro de su corazón sea quien gobierne sus vidas. Así sus espíritus los impulsarán a vivir los cambios sin miedos, sin restricciones ni dudas para que representen a Mi Hijo en la superficie de la Tierra como Sus apóstoles y no solo vivan Sus enseñanzas y Sus ejemplos, sino que lleven a sus hermanos, a los más necesitados, el alivio de Dios y que aprendan a sostener sus propias naciones por medio del instrumento de la oración y del servicio, que Me permitirá seguir pisando fuerte la cabeza del mal y más almas de los infiernos se liberarán, más consciencias recuperarán su fe y la esperanza en el Padre Eterno y nada más los separará de la Verdad, porque podrán preparar la venida gloriosa de Cristo; no sólo viviendo dentro de sí la Verdad de Cristo, sino el advenimiento de Su Consciencia a la humanidad, lo que nada ni nadie detendrá, porque en el momento más inesperado Él regresará.
Por eso Yo vengo como Su Madre y como Su Esclava fiel a avisarles y a anunciarles, hijos Míos, que ese momento se está acercando y Él será su gran Patriarca, su Gobernante, su Líder, su gran e infinito Amor. Y lo tendrán frente a sus ojos, así como lo tuvieron los apóstoles después de que Él resucitó. Pero ahora, no tocarán Su Llaga como la tocó Tomás, sino que ustedes, hijos Míos, tocarán Su Cuerpo y Sus Vestiduras Sagradas porque Él vendrá a abrazarlos en nombre del Amor y a establecer definitivamente la redención.
Por eso, hijos Míos, que sus corazones en este momento de crisis no pierdan la esperanza. Anímense a reorganizar sus vidas a través de la vida grupal, anímense a experimentar la vida comunitaria de las Comunidades-Luz que Nuestros Sagrados Corazones y las Sagradas Consciencias del Universo pidieron fundar hace muchos años, en ciertos puntos de Sudamérica, para que la humanidad que estaría sufriendo y padeciendo en este tiempo consiguiera encontrar un lugar en donde pudiera ver a Dios, sentirlo en lo profundo de su corazón y saber con certeza que nada está perdido, a pesar del caos que reina en el mundo.
Esas Comunidades-Luz, hijos Míos, son las Islas de Salvación para la humanidad entera. Por eso, hijos Míos, sepan que los valores sagrados de Dios están presentes aún en la Tierra y en esos lugares.
Pero deberán vivir completamente el desapego, la neutralidad y la confianza, para que sus vidas vayan cambiando, poco a poco, y sepan que Dios, a través de las Comunidades-Luz, coloca Sus Sagrados Aspectos, cada uno de Sus Nombres Sagrados, para que Sus Atributos alimenten sus espíritus y a todos los que lleguen allí para vivenciar la presencia del Amor, de la hermandad, de la solidaridad, de la cooperación y de la Verdad.
Porque allí estamos presentes, entre ustedes y en ustedes. Allí encontrarán refugio a sus necesidades espirituales e internas. Allí encontrarán apoyo siguiendo los principios de la hermandad y de la vida grupal para que todo se mantenga en orden y en armonía.
Las Islas de Salvación son para aquellos que se quieren transformar verdaderamente y entregar su vida en las manos de Dios, así como nunca antes la entregaron. Las Islas de Salvación son lugares para las familias, para la célula principal del Plan de Dios que debe ser protegida y amparada por la Jerarquía, para que la familia como arquetipo espiritual siga perdurando a través de los tiempos, no pierda la felicidad y el amor que la ha concebido, sino que reciba siempre la Gracia de Dios para que todos los que nacieron y nacerán sean también dignos hijos de Dios, parte de la familia universal.
Pero el mundo está con su atención en otras cosas, por eso llegó el tiempo, hijos Míos, de que su Madre Celeste les revele lo que el Universo guarda hace mucho tiempo y que por períodos, a lo largo de la historia de la humanidad, ha tocado a esta raza por medio del despertar y del conocimiento, de la experiencia que tuvieron los pueblos sagrados, los pueblos originarios que consiguieron cumplir con el Plan de Dios, antes de que fueran exterminados.
Esa enseñanza, esa forma de contacto interior, con el Universo y con Dios, deberá ser retomada por la humanidad para que estén en la sintonía correcta y con la protección correcta.
Ahora, hijos Míos, como testimonio de que es importante mantener esa familia universal, como Madre del Altísimo y Señora de Argentina, escuchando el instrumental del himno de consagración de los Hijos de María llegó el momento de que los que hoy se consagrarán se aproximen hasta aquí para recibir Mis palabras y Mi bendición, sabiendo que sigo confiando en todos los que ya se consagraron y en los que, más allá de la apariencia humana o de los acontecimientos, se están consagrando para servir a la Madre de Dios, a la Gobernanta del Universo y de la Tierra, al Espejo de la Justicia y de la Misericordia.
Por eso, hijos, regocíjense, alégrense y vivan la esperanza, que Mi Corazón maternal hoy les entrega en esta consagración, de permitir que sus almas y esencias estén bien despiertas y conscientes para que sus vidas completamente sean parte de los Atributos de Dios.
En esta noche, en donde toda Argentina es bendecida amorosamente por la Madre de Dios y bajo la presencia de los ángeles del Cielo, enciendo en ustedes, hijos Míos, la Pureza Original, para que ella los haga libres de espíritu y de cuerpo, de alma y de corazón, sabiendo que Dios está dentro de ustedes y los ama, y que Él tiene la autoridad de curar todas las cosas, por más difíciles e imposibles que parezcan.
Ustedes, hijos Míos, hoy se están comprometiendo ante Mi Inmaculado Corazón a no sólo orar por las familias de Argentina, sino también a orar por la Paz en Argentina, Paraguay y Uruguay.
Ustedes tienen Conmigo la misión espiritual de proteger el Proyecto que Dios ha pensado para este tiempo y para este lugar en Sudamérica, en donde deberá brillar la Estrella de la Nueva Jerusalén que hará renacer en la Paz y en el Amor a todos los corazones.
Yo los consagro, como muchas veces ya los consagré, pero ahora los consagro como Mis hijos, como Mis queridos hijos que caminarán a Mi lado formando parte de los ejércitos de la Paz, de los comandos poderosos de la oración del corazón.
También los invito, hijos Míos, a experimentar y a vivir el servicio por el semejante y por los Reinos de la Naturaleza, especialmente por las aldeas tan pobres de la Argentina, que muchas de ellas se encuentran aquí en Buenos Aires, en donde los corazones esperan por una sonrisa, por un gesto de amor, por un abrazo de compasión para poder soportar la miseria que viven en este tiempo.
Pero, hijos Míos, si sus corazones se elevaran al Cielo por medio del impulso de la oración y sus oraciones fueran profundamente verdaderas, no sólo ustedes seguirán estando debajo de Mi Manto, sino todos los más pobres entre los pobres.
Porque la Madre de Dios seguirá trabajando espiritualmente para que la Nueva Humanidad sea en Argentina y reciba el retorno de Cristo. Amén.
Yo los bendigo y les doy Mi abrazo maternal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy les dejo Mi Luz, Mi Cariño y Mi Consuelo para que lo lleven en ustedes mismos y lo compartan con los que más lo necesitan; así la red poderosa de Mi Amor llegará al mundo entero.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Y escucho el himno de su consagración.
Hasta pronto.
Queridos hijos:
Que ante toda la adversidad y el caos de estos tiempos se encienda en ustedes Mi Rosa de Luz y de Paz para que, delante de los acontecimientos definitivos en las naciones y en la raza humana, en ustedes no se pierda la convicción y la fe de estar en Cristo.
Que se encienda en ustedes Mi Rosa de Luz y de Paz para que los tiempos de oscuridad planetaria sean colmados del Amor que todo trasciende y perdona.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes para que todos los seres orantes unidos eviten, con sus súplicas, más catástrofes y traumas humanos.
Que el poder de Mi Rosa de Luz y de Paz permita la salvación y la redención de los corazones que, por ignorancia, le cerraron la puerta a Dios.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes para que estos tiempos, de definición y de juicio, sean iluminados por la compasión y no decretados por el castigo que los hombres y mujeres de la Tierra se están generando a sí mismos.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes, hijos Míos, para que despierte el arrepentimiento y así las almas de la Tierra aprendan a enmendar el Corazón ofendido de Dios.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz, queridos hijos, traiga para el mundo la recuperación de su pureza original para que, de esa forma, los corazones despierten al sentimiento de tener más caridad por los Reinos de la Naturaleza y más amor por los que sufren, día a día.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz los ayude a corregir los desvíos humanos y, en base a una verdadera penitencia, las naciones del mundo reconozcan que se apartaron de Dios para que el auxilio divino no les falte.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz se encienda en ustedes para que, desde el más pequeño hasta el más anciano, reciba la Gracia de la redención y que los más inocentes ya no sean explotados ni comercializados como son los inofensivos animales de la naturaleza.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz lleve al mundo entero a estar postrado ante el Amor de Dios y a reconocer toda la desobediencia que viven Sus hijos diariamente. Una desobediencia que los separa, más y más, de Dios, desde donde Su Gracia divina no los puede tocar.
Por eso, que la Rosa de Mi Luz y de Mi Paz los haga percibir la emergencia de estos tiempos, para que cada servidor de Cristo se coloque en el camino que le corresponde y conscientemente prepare el Advenimiento de Cristo.
Que la Rosa de Mi Luz y de Mi Paz los haga verdaderamente humildes para que dentro de sí puedan escuchar a Dios, sentir Su Divino Corazón y estar al servicio de Su Reino.
Que Mi Rosa de Luz y de Paz los convierta en embajadores de Cristo en la Tierra.
¡Les agradezco por encender, en ustedes, Mi Rosa de Luz y de Paz!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más