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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, con el viento y las olas del océano, llego hasta aquí, cruzando los portales del universo para que pueda penetrar en la consciencia humana su aspecto espiritual.
Hoy traigo, para todos, el dolor profundo de Mi Corazón ante la situación del planeta y de la humanidad.
Aunque Me encuentre en el universo y la Jerarquía trabaje para aliviar la situación del mundo, Mis Ojos no dejan de mirar lo que sucede, lo que aún nadie puede ver en profundidad para comprender el sentido de por qué sucede.
En este día, vengo del Cielo para volverles a pedir que oren por los refugiados, especialmente por aquellos que intentan sobrevivir y encontrar un destino, una tierra prometida, cruzando los océanos. Muchos de ellos no llegan al fin de la meta, no llegan a destino, al cual buscan con esperanza, aunque sus rostros reflejen el sufrimiento del abandono y de la no aceptación.
Más allá de todo lo que sucede en la humanidad y por medio de esta Maratón de la Divina Misericordia, en la que sus oraciones se elevan hacia Dios, en sintonía y amor, les comparto este dolor de Su Maestro y Señor; porque todo podría ser diferente, pero no lo es. Y al no ser diferente, al no encontrar una respuesta o un alivio a la situación de hermanos como ustedes, el destino modifica los acontecimientos.
Piensen por un instante qué sería escuchar, en el medio del océano, una barca a la deriva, niños, mujeres, ancianos, hombres, buscando un puerto seguro en medio de una tempestad espiritual y material reflejada en sus naciones de origen.
El espíritu de acogimiento es algo que la humanidad le debe al universo, el espíritu de receptividad y de solidaridad con el sufrimiento del semejante.
Sé que esto no solo depende de la humanidad, sino de los que crean y generan estas situaciones de inestabilidad en todos los sentidos, en las naciones más pobres entre las más pobres como es en África.
Por eso, aún sigo esperando el momento más propicio para poder llegar a tierras africanas, en donde Mi tarea y la tarea de la Madre del Mundo no solo se centrará en las naciones a las que llegaremos, sino también en todo el continente africano.
Si la respuesta humanitaria no fuera eficiente en las naciones del mundo, ante estos acontecimientos, mayores serán las consecuencias que seguirán viviendo las diferentes poblaciones humanas en sus naciones de origen; porque hoy no solo hablamos de hambre, de guerra o de indiferencia social o política, hablamos de algo que va más allá de lo que es aparente y superficial.
Vean en sus hermanos refugiados al mismo Dios sufriendo Su naufragio, el naufragio que le generan Sus hijos por no cumplir con Su Plan. Coloquen su mirada y su corazón ante este significado que hoy les traigo.
Intenten ir más allá de las apariencias, de lo superficial, de todo lo que es conocido o material.
Penetren en el universo del misterio y comprenderán el sentido espiritual de todo lo que les digo.
Solo espero que más sean conscientes de lo que sucede, porque lo que les sucede a algunos seres humanos, como los refugiados, le sucede al mundo entero.
En esta situación no existen fronteras materiales ni tampoco mentales. No puede existir la indiferencia ni tampoco la omisión ante la gran necesidad del fin de estos tiempos. Si hoy se presenta esta situación en el mundo es porque es un espejo de cómo está la humanidad.
No pueden aspirar a las esferas mayores o a los niveles de contacto si esta situación no es colocada en sus corazones, la realidad de los refugiados, de sus hermanos.
Todos son hermanos más allá de su raza, de su lengua o de su condición. En esencia todos son iguales ante el Padre Celestial y eso no cambiará.
Lo material es pasajero, lo espiritual es eterno. El servicio es la gran llave de este tiempo para poder aliviar a la humanidad de las propias condiciones de caos y de sufrimiento que se genera a sí misma, de tiempo en tiempo.
Pero la Fuente Primordial está allí, al servicio de los Hijos de Dios. Deben llamarla correctamente, deben invocarla correctamente, deben unirse a Ella correctamente, para que la Fuente Primordial los pueda auxiliar.
Y así, sus talentos despertarán, sus virtudes se mostrarán y serán guiados y conducidos a través del camino del servicio y de la oración por las causas urgentes del planeta.
Hoy vengo, con el viento y las olas del océano, para que puedan escuchar dentro de sí y sentir el Sentimiento de Dios, Su silencioso Sentimiento que le habla sobre esta realidad a los mundos internos.
Ya están en el momento de comprender muchas cosas que no son materiales, sino inmateriales.
Si su interior y su mirada están ante el conocimiento con reverencia y humildad, serán conducidos por la Ley, y la Ley actuará a través de ustedes para corregir esta situación planetaria, cada vez más caótica y difícil.
Desde el Huerto Getsemaní sabía que esto llegaría. Esa es la razón del precio de Mi Sangre, de cada gota de Mi Sangre derramada sobre el suelo de este mundo por la humanidad.
Mi Corazón misericordioso necesita llegar a través de ustedes a los que sufren, a los refugiados.
En estos días de oración misericordiosa, oren con fervor y el fervor los renovará, siempre los colocará en la vibración correcta en la emergencia planetaria.
El mundo verá situaciones más indescriptibles que las que nunca vio hasta ahora. Yo los invito a tomar consciencia de esto y a volcar sus vidas a la solidaridad y el bien.
Construyan Conmigo, en los planos internos, la renovación de las formas, para que aquellas fuerzas retrógradas que oprimen a la consciencia del planeta y someten a la humanidad sean expulsadas y liberadas de la faz de la Tierra, y todo se pueda renovar.
Mientras el interés de la humanidad por la vida espiritual y la oración sea opaco o indiferente, las puertas de Mi Misericordia no se abrirán; la respuesta de esta gran ayuda será proporcional a sus oraciones Conmigo.
La humanidad no está preparada para enfrentar el fin de los tiempos y ver cosas inimaginables no solo de este planeta, sino también del universo. Sería como despertar en la mañana y encontrar al mundo totalmente cambiado, bajo una realidad que nunca conocieron ni vieron.
¿Qué harían? ¿Cuál sería su primer pensamiento y su primera acción?
La humanidad se ha aliado a las fuerzas retrógradas y eso la lleva a un constante sufrimiento.
La oración de los consecuentes sostiene en equilibrio lo que es impensable para ustedes. Eso significa, compañeros, que la oración, en este momento, mantiene en armonía lo que está a punto de romperse.
Sé que muchos no quieren aceptar el fin de los tiempos porque los llevaría a cambiar definitivamente. Pero como Señor y Rey del Universo les digo: "No hay otra salida".
Si están encarnados, en este momento y en este tiempo, es por una razón mayor, es por un deber mayor, es por un compromiso irrefutable.
Mientras las almas y las consciencias fuercen a hacer lo diferente de lo que vinieron a hacer, sufrirán. La resistencia ya no puede estar en su camino espiritual y, sobre todo, en su contacto interno con lo Alto.
No pueden desafiar sus destinos, porque no los conocen.
Sean merecedores, en este tiempo, de la Gracia suprema que desciende en una humanidad transgresora e indiferente, en una humanidad enferma y caótica.
Debajo de sus pies, tienen los lugares más sagrados e irreconocibles por el mundo, los llamados Recintos Sagrados. Ellos están allí para su auxilio y su veneración.
Sírvanse de lo que es real y divino. Dejen lo que es aparente e ilusorio.
El mundo quiere permanecer en la ilusión y la alimenta día a día. Si eso sigue así, ¿cómo encontrará el portal hacia el Real Tiempo?
Todo comienza en su mundo interior, en la práctica viva de su fe, en acciones misericordiosas.
En esa actitud, las naciones comprenderán que los refugiados no son deshechos humanos ni tampoco son una plaga internacional.
Apiádense de los que sufren y verán más allá de lo que está sucediendo.
Alivien el dolor de los que andan por los mares y los océanos del mundo, buscando una tierra segura para poder vivir en familia y en unidad.
Si el mundo y las naciones no hacen algo, vendrá una prueba más dura que la que están viviendo. Dios no castiga a la humanidad, es la humanidad la que se castiga a sí misma a través de sus acciones e ideales.
Los océanos hoy hablan del dolor de los refugiados en los mares y, especialmente, de los que nunca salieron del mar con vida. Por eso, hoy convierto esos océanos en el océano de Mi Misericordia para que todos puedan ser salvados y rescatados.
Apelen a la Misericordia Divina y no permitan que la Justicia actúe en este tiempo, porque el mundo viviría una gran corrección que nunca ha vivido hasta ahora.
Sean consecuentes con Nuestras Palabras. Vivan Mi Mensaje y no solo lo escuchen. Es tiempo del despertar de los Nuevos Cristos.
“Padre Celestial,
que has dado todo de Ti, incansablemente,
para la creación del universo y de la vida,
sostén a Tus servidores decididos a seguir
el Camino de Cristo.
Haz descender Tu Luz y Tu Misericordia
en los espacios oscuros de este mundo.
Acoge en Tus Brazos, Adonai,
a los que no tienen nación ni tierra.
Que el grito de dolor en los océanos sea aplacado
por el descenso de la poderosa Sangre de Jesús,
y que todo sea convertido
según Tu Voluntad, Adonai,
para que la humanidad sea responsable
y consciente de todo lo que hace.
Envía Tu Luz, Señor, a los mundos internos.
Nutre a las capas más profundas de la ignorancia humana
para que se pueda disipar.
Cura con Tu Amor a todas Tus criaturas,
a fin de que todos tengan la dicha de participar
de Tu Reino Celestial.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Unidos, en este momento, al Señor de los Océanos, ante Su Presencia misericordiosa y espiritual, nos colocamos ante Él en oración y súplica, ofreciendo la oración del Ángel de la Paz, para que Cristo emerja como un Sagrario Divino en cada corazón humano y todos puedan despertar al llamado de Su Voz y de Su Presencia.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios
e indiferencias con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
(se repite tres veces)
Agradecemos a Dios por Su inmensa Misericordia y Piedad, y renovamos nuestros votos en Cristo y por Cristo como soldados de Luz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El silencio es capaz de trascender y de elevar toda la condición humana.
El silencio es el espejo que nos muestra la condición de nuestro interior.
En el silencio alcanzamos la unión con lo divino y así, traemos más sabiduría a nuestra alma.
El ruido es opuesto al silencio, porque en el ruido el alma es más propensa a la distracción y a la falta de atención.
En el silencio nos comunicamos con nuestro interno, sabemos claramente qué es lo que necesita y qué momento está enfrentando.
En el silencio nos concentramos mejor, elevamos el pensamiento concreto y abrimos camino para que lo divino se aproxime a nuestra consciencia.
El silencio es la gran semilla de la paz, porque en el silencio no hay batalla cuando la mente está tranquila y es obediente a los comandos.
En el silencio la consciencia se vitaliza, reencuentra una y otra vez el sendero que la fortalece: la fe.
En el silencio hay más consciencia sobre la realidad que en más de cientos de palabras.
El silencio es cura, es alineamiento y es superación de las ilusiones y de los deseos.
El ayuno de silencio ennoblece el espíritu, libera al alma de sus opresiones, porque el silencio es y será el puente que nos unirá a la Fuente primordial de Dios.
El silencio no es indiferente, no es mutismo, no es omisión.
El silencio es capaz de hablar y de proceder ante cualquier emergencia, pero en esos casos el silencio, en sí, ya estará más maduro.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En los Universos Superiores, la llamada Fuente de la Creación actúa, universalmente, regenerando los principios y los espacios de la manifestación, los que forman parte del desarrollo espiritual de las constelaciones y de los planetas.
En este tiempo actual, la lucha y el esfuerzo por estar conectado con lo Alto, exigirán dedicación, empeño y dinamismo para que las corrientes contrarias a la luz, las que circulan alrededor de la vida planetaria, no afecten ni desvíen del propósito a los servidores.
Si alguna forma de desvío o de abandono personal del propósito sucede en este tiempo es a consecuencia de la falta de conexión interior y espiritual con la Fuente.
Por otro lado, el ciclo de la autopurificación está llevando a que las consciencias humanas sobre la superficie de la Tierra se enfrenten a sí mismas y conozcan lo que antes les era desconocido y oculto.
Nos referimos a tener consciencia y claridad al respecto de quién es verdaderamente cada ser de la superficie a nivel espiritual, mental, álmico y material.
El conocimiento de los aspectos espirituales, mentales y materiales del ser humano es algo que antes pasaba por alto, porque actuaba de forma inconsciente.
Ahora, debido al cruce universal del tiempo y del espacio, esos aspectos, que antes actuaban solos y con gran poder oculto sobre las consciencias, están quedando en evidencia para que el ser humano los enfrente, los purifique y se libere de esa constante opresión.
Lo que sucede en la actualidad es que la mayoría de la humanidad no sabe ni tiene consciencia sobre cómo resolver una situación que, durante largos periodos de tiempo, ha comprometido la posibilidad de su despertar y de su entrega.
Entonces, por más que una minoría esté alineada con el Propósito Divino y tenga las herramientas internas que necesita para llevar adelante la manifestación del Plan, esa parte, que es la minoría más consciente, tampoco sabe cómo proceder o actuar para resolver su proceso intensivo de purificación.
Por esa razón, la Fuente Suprema de la Creación dispone de grandes retransmisores de atributos y de códigos de luz: los llamados "Espejos".
Los Espejos son el sostén y el puente de unión fundamental para la actual transición planetaria, porque los Espejos más sublimes de la Creación serán el apoyo imprescindible para la evolución del amor en la consciencia terrestre; como también serán los pilares que sostendrán el puente que la propia humanidad deberá construir a través de la oración, la liturgia, los Sacramentos y el servicio a los más necesitados.
Sin estos atributos ampliamente aplicados en la vida cotidiana, el ser humano no tendrá cómo sostenerse a sí mismo.
Hasta ahora, los Reinos de la Naturaleza, así como los grandes océanos y mares, fueron las consciencias espirituales e internas que sostuvieron al hombre de superficie.
Pero este ciclo cambió, ya que la degradación, el maltrato y el descuido para con la Naturaleza generaron deudas impagables para la raza humana y esto recae, una y otra vez, en el planeta, reflejándose en los fenómenos climáticos cambiantes, el derretimiento acelerado de los polos, la contaminación terrestre y aérea y el colapso de todos los ambientes generado por la contaminación sonora y visual.
Todo este contexto planetario ahoga a la Tierra, como consciencia, a los Reinos Menores y a la humanidad entera.
Llegó el momento de que cada ser de la superficie contrarreste este mal causado al planeta y a la Creación.
Llegó el momento de que cada alma asuma su propia purificación y transición y que ya no se alimente ni dependa de nada ni de nadie.
Los instrumentos para saber crear la condición espiritual ya fueron enseñados, ahora solo dependerá del género humano poder revertir y transmutar todo lo generado.
Los Espejos serán, en estos tiempos, el principal soporte espiritual de alineamiento y de equilibrio.
Los Espejos podrán unirse al espejo del corazón de cada ser para que, poco a poco, con determinación y consciencia, vayan cambiando las vibraciones del planeta y de la raza humana.
En los Espejos encontrarán el soporte mayor para el fin de los tiempos y la llave que abrirá la puerta correcta para que pueda llegar la Hermandad Celestial.
Es hora de trabajar conscientemente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la Gracia y la Misericordia de Dios estén en ustedes, para que también la Misericordia y la Gracia estén en el mundo.
Reciban de Mi Corazón el Amor Maternal para que sus consciencias se fortalezcan en Cristo durante este ciclo de transición.
Que nunca les falte el ímpetu y la alegría de servir al Señor para que así, Su Obra de Misericordia se siga cumpliendo en la humanidad.
Nunca dejen de buscar al Señor, de llamarlo, de implorar a Su Sagrado Nombre, porque así estarán en contacto y en unión con la esencia de Su Propósito.
Que las Obras de Dios se cumplan en la humanidad y en todos los seres para que las almas estén más conscientes de lo que, en verdad, es necesario cambiar, curar y redimir.
Alaben a Dios y a todos Sus Sagrados Nombres.
Que el Cielo descienda a la Tierra y que la Tierra sea reconsagrada a los principios de la Fuente Primordial.
Que en todo esté la presencia del Amor de Dios, a fin de que la humanidad sea reconstruida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Una oración verdadera tiene un efecto más grande que cientos de armas de guerra.
El poder de la oración detiene graves procesos de autodestrucción planetario. Ella favorece la ampliación del amor como corriente universal y aproxima a los orantes a la Fuente de la Gracia de Dios.
La oración verdadera es la que nace del corazón, está libre de intenciones propias y de búsquedas de resultados inmediatos.
La oración verdadera enciende el espejo del alma y previene corrosivas enfermedades espirituales, libera del cautiverio a quien se encuentra prisionero y tranquiliza al corazón humano.
El poder de la oración disuelve ilusiones, aclara el discernimiento mental y atrae las ideas que están plasmadas en el Cielo para que estas se concreten por medio de la ayuda de los servidores de Dios.
La oración ofrece una etapa transmutadora, purificadora y de elevación de los aspectos del ser. Ella nos coloca en la coordenada correcta y disuelve cualquier interferencia próxima, ayuda a trascender los miedos y crea una poderosa muralla espiritual protectora contra los principales pecados capitales.
La oración verdadera despierta la paz, el equilibrio de las emociones y neutraliza la oscuridad hasta vencerla.
Ella nos conecta con la Fuente Primordial de Dios y abre las puertas para que los ángeles nos protejan e intervengan en casos imposibles de resolver por la propia acción humana.
La oración nos une al espíritu para estar en comunión con lo Alto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oren por Brasil, por su pueblo, por sus Reinos, por la vida que habita en él y que debe tornarse sagrada.
Oren para que haya amor en los corazones, unidad entre los seres y respeto mutuo entre los hermanos colocados por Dios en una misma nación para cumplir con el Propósito Divino.
Oren para que el amor no se pierda del interior de los seres y que estos puedan hacer de las pruebas que vendrán oportunidades de superación en el amor y en la paz.
Oren por las culturas y por las razas para que encuentren la unidad en su esencia, en la certeza de que toda la vida surgió de una Fuente única y a ella debe retornar.
Hijos, nuevamente les digo que el mundo está agonizando y las naciones están adentrándose en el ciclo intenso de su purificación. Por eso, oren por las naciones y por sus pueblos, oren por los Reinos de la Naturaleza y por las culturas. Colmen sus corazones con la certeza de que una oración sincera hace descender de los Cielos la fortaleza que transforma las pruebas de estos tiempos en renovación del Amor de Dios, así como Su Hijo transformó el sacrificio de la Cruz en superación del Amor.
Oren, hijos, para mantener el Cielo unido a la Tierra y los corazones unidos a Dios.
Muchas veces, ustedes oran para detener los acontecimientos, oran para que no les suceda esta o aquella cosa y se frustran por no ver los resultados de sus oraciones. Pero, en tiempos de purificación, sus oraciones no serán para detener los acontecimientos porque muchas veces lo que el planeta vive es parte de la elección de la humanidad y se manifiesta a través de la Justicia Divina.
Sus oraciones deben ser para fortalecer los corazones en el amor, para que las naciones y las almas no pierdan su unión con Dios, para que lo que suceda en este mundo los lleve a superar el Amor de Dios y de Su Hijo. Porque esta es la cruz de estos tiempos y, a través de ella, deben unir las dimensiones e ingresar en un nuevo tiempo y en una nueva vida.
Por eso, oren. Oren para que el Propósito y la Voluntad de Dios se establezcan. Oren para que la fortaleza de los corazones esté en Dios y no en el mundo. Oren para que el amor crezca en los corazones. Oren por un nuevo tiempo, por una nueva raza, por una nueva vida. Oren, finalmente, por la paz.
Tienen mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Tu mundo interior es cristalino y visible ante la Mirada de Dios; en él se guarda la historia que Dios creó antes del origen de tu existencia.
El mundo interno es capaz de reconocer y de captar los impulsos lumínicos que provienen de la Fuente Creadora que lo manifestó.
Por esa razón, el mundo interno puede retomar los principios o los atributos que haya perdido por las influencias del mundo material y sus tendencias.
En este momento crítico, en el que todo se está definiendo dentro del mundo interno de los seres, será necesario volverse hacia el interior para conectarse con el Origen y así poder recuperar los impulsos que, por diferentes razones, se hayan desvanecido de la consciencia espiritual del ser.
El mundo interno, que es ese espacio en donde se encuentra el tesoro sagrado de cada alma, sirve como un puente de contacto con las realidades superiores y eso permite que, a través de él, el ser de superficie esté en contacto con los niveles de la consciencia más elevados.
De esa forma, el mundo interno puede reintegrar a un ser que haya perdido el camino del amor y de la luz y puede llevarlo a vivir un gran cambio que, siendo fuerte y radical, lo llevará a transformar su vida para siempre.
En este tiempo, el mundo interno espera por una conexión consciente de las criaturas para que se entable el contacto interior, ese que superará todos los límites y las pruebas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Alegren sus corazones en la Fuente de Paz que proviene del Corazón de Dios y que permea lo más profundo de la Tierra, como la savia que nutre a los árboles y les da vida.
La Paz de Dios es la fuerza sublime que proviene del Cielo y nutre a la consciencia del planeta, creando fuentes menores en lo profundo de la Tierra, en recintos sagrados llamados Centros de Amor.
Comulguen de los Dones de Dios que ingresan en el planeta y están disponibles para todos los que se abran en gratitud para recibirlos.
Comulgar y vivir los Dones de Dios es más simple de lo que imaginan. Basta que sus corazones estén dispuestos a la transformación, y a veces, distraídos de sí mismos, para que en un acto de servicio al prójimo, al Plan, a la vida, sus seres sean permeados por las Gracias que provienen del Padre.
Yo los congrego en el espíritu de servicio, no solo para que reparen algo o por el servicio en sí; Yo los congrego en el servicio para que, olvidándose de sí mismos, dejen que el Amor y la Alegría que provienen del Padre los transforme, los renueve y los torne dignos de ser llamados hijos de Dios, compañeros de Cristo.
Cuando sirven en un lugar sagrado, por más simple que sea su servicio, el Amor que proviene de Dios y que allí encuentra su morada, puede permear también sus corazones y, más allá de ellos, llegar a toda la consciencia humana.
Hoy, hijos, Yo les entrego la llave para la cura, para la transformación y para la vida fraterna. Sirvan con alegría, sabiendo que, en este momento, Dios los observa.
Ya no miren al Cielo para pedir cura, transformación o gracias, porque todo les fue dado en forma de oportunidades de servir y de descubrir que la vida superior está dentro de ustedes y que se manifiesta cuando ustedes se distraen de lo que piensan que son y se abren para ser lo que son en verdad.
Dentro de ustedes habita lo sagrado, lo divino; y si no lo ven, deben buscarlo, pero no solo consigo mismos, sino en el servicio, en unión con sus hermanos.
Yo los congregué aquí porque quiero conducirlos a una nueva escuela de amor, aunque piensen y sientan que nada de lo que hacen es nuevo. Renuévense en este, Mi pedido, de estar juntos sirviendo, construyendo y manteniendo esta, que es su casa, y la casa de Dios.
Dejen que nazca de sus corazones la alegría que sienten los niños y, en poco tiempo, ustedes verán que todo cuanto clamaban a Dios, ya se manifestó en ustedes sin que lo percibieran.
Mi gracia está en sus vidas. Yo solo los llamo a encontrarla.
Hoy, Yo los bendigo, les agradezco por responder a Mi llamado a la unidad y les pido que no bajen los brazos, pues verán nacer los frutos del propio esfuerzo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla en el Centro del Universo, en el Corazón de la Creación, al Padre Creador en Su Silencio. Fuente de todas las fuentes, Luz que generó todas las luces, Silencio de donde nacen todos los sonidos. El Corazón del Padre observa a la Tierra, esperando el despertar de la humanidad, que en su mayoría vive indiferente a Dios.
El Corazón del Padre hace silencio con Amor, un Amor que no conocen en este mundo, pero que son llamados a vivir.
Para encontrar el amor de Dios necesitan buscarlo más allá de sus vidas humanas; necesitan detenerse y procurar en el propio interior el puente hacia el Corazón de la Vida, que es Dios.
Sepan que Su Silencio tiene más sentido que todas las palabras, porque aunque fuesen pronunciadas todas juntas, no expresarían lo que es el Padre.
Sepan que el Silencio de Dios expresa algo único para cada ser. No basta que Dios hable con sus hermanos; Él aspira a pronunciar en cada corazón Su Silencio, para que lo sientan, lo vivan y sepan de la existencia de Dios y de Su Amor por la propia experiencia con Él.
Vivir a Dios los transforma, los cura y los renueva en el verdadero sentido de su existencia. Por eso, hijos, más que buscar filosofías y ciencias, ante todo, busquen a Dios. En la humildad de una oración y en la verdad del silencio interior lo encontrarán. Y así, Cara a cara, cumplirán con Su Voluntad y recibirán de Él el Amor que deben expresar en la Tierra.
Aquel que los inspira a buscar a Dios,
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
No dejes que el fracaso invada tu corazón, porque él no existe.
Lava tu consciencia y purifica tu corazón en la Fuente Reparadora de Mi Gracia.
Permite que el Amor de Dios reine en ti para que las puertas al cambio se puedan abrir.
Sostente a través de la fe que te puede expresar Mi Corazón, y no te olvides de que Soy tu Madre y te amo.
Regocíjate en Mi Hijo, una y otra vez, porque la hora de tu redención llegará y recordarás todas tus experiencias vividas; así estarás trascendiendo tu historia humana y terrestre.
Cree, por encima de todo, en el poder curador del amor para que el Espíritu Santo siempre te colme y así puedas entregarte a Dios, cada día más.
Llegará el tiempo en que la dualidad será vencida y el ser humano abandonará el sufrimiento para comenzar a vivir la verdadera alegría de estar en Dios.
Participa todos los días de la poderosa corriente de la Misericordia y sé parte del gran momento de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las almas peregrinan por los Centros Marianos, confortan el Corazón de Dios y alivian las llagas que la indiferencia humana provoca en lo profundo de ese Sagrado Corazón.
Las almas que peregrinan por los Centros Marianos también son almas reparadoras, porque no solo están curando y reparando su propio ser y su espíritu, sino que también están curando y reparando la consciencia humana, muchas veces distante del Corazón del Padre.
Peregrinar a los Centros Marianos es como caminar hacia la Casa del Señor, subir los escalones de Su Iglesia Celestial y estar ante Su Divino Altar para vivir la redención y, así, abrir las puertas para que otros también puedan vivirla.
En estos tiempos de caos y de indiferencia en el mundo, el Corazón de Dios encuentra Su aliento y Su alegría en las almas que peregrinan a los Centros Marianos, porque, a pesar de sus vidas y de sus responsabilidades, ellas reconocen la importancia y la urgencia de crear un vínculo verdadero con Dios en su interior.
Este mundo, hijos, necesita de almas reparadoras que peregrinen a los Centros Marianos, no solo para encontrar la paz, sino también para abrir la Fuente de la Paz al mundo.
Las almas que peregrinan a los Centros Marianos también son sembradoras, porque, como pájaros de luz, buscan en la Fuente las semillas de la nueva vida y las llevan a sus casas, ciudades, naciones, fecundando ese principio de lo nuevo en la consciencia humana.
Los peregrinos que llegan a los Centros Marianos reciben del Padre Su Gracia y la llevan para multiplicarla al mundo, dondequiera que estén.
La importancia de peregrinar a los Centros Marianos aún es desconocida para muchos, porque los misterios que se guardan como tesoros espirituales en la contraparte interna de los Centros Marianos todavía no fueron revelados a los hombres.
Felices los que peregrinan a los Centros Marianos, porque se tornan instrumentos del Señor y portadores de la nueva vida sobre la Tierra, aunque no lo sepan.
Hoy, hijos, les agradezco por ser peregrinos y por llegar a los Centros Marianos buscando la paz.
Felices aquellos que los reciben con amor y dejan en sus corazones el Amor de la Jerarquía. Multipliquen lo que recibieron. Sean pacificadores en este mundo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
No afirmes en tu vida lo imperfecto que eres, sino más bien cree en lo que esencialmente eres; porque sabes que provienes de una Fuente Primordial que haciéndote surgir como espíritu te envió por el Universo para aprender a amar y a perdonar.
Concentra tu consciencia en todo lo que el Padre depositó en lo profundo de tu ser y, a partir de allí, permite que el impulso de tu esencia te haga recordar quién eres y de dónde vienes, a fin de que, de una vez, puedas redimir el pasado y disolver toda secuela de dolor interior.
Alégrate, porque al estar ante la Madre del Altísimo tu consciencia interior será purificada y todo será transfigurado.
Ten fe de que algún día serás merecedor de la Gracia de Dios, porque, en verdad, la Gracia de Dios ha tocado tu consciencia muchas veces.
Quisiera que recordaras el valor de tu esencia, porque allí se guardará toda tu experiencia de fe, de amor y de perdón; experiencias que te ayudarán a alcanzar nuevos escalones en la Escuela del amor incondicional.
Afirma que estás ante una oportunidad única y que todo es conducido.
El amor vencerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Contemplen la Creación y dejen que la ciencia divina se revele en su interior.
La vida se creó con el Soplo del Espíritu de Dios y se manifestó a través de la vibración de Su Verbo, sin embargo, una ciencia amplia se desarrolló partiendo del Creador. Rayos universales y divinos, Espejos de luz y Fuentes de energía, sonido y color auxiliaron en la creación de los Universos, de las dimensiones y de las consciencias.
Todo en la vida manifiesta la perfección y, así como el Creador envió a Sus hijos para evolucionar en el vasto Cosmos, también creó el camino de retorno hacia Su Corazón, hacia la Fuente de la Unidad, hacia el principio del Amor.
Los Espejos del Cosmos son este camino de retorno al Corazón de Dios; por medio de ellos el Padre manifestó, animó y nutrió la Vida. Sus Fuentes son eternas y se alimentan de la propia existencia de Dios. Fuentes que manifiestan fuentes, de las cuales surgen las esencias y las almas. Estos son los Espejos del Cosmos y, así como el Padre porta, en Su interior, los Espejos que manifiestan la vida, Sus hijos, semejantes a Él en esencia y en amor, también portan en sí los espejos internos que crean por medio del amor y que construyen, en lo invisible, el Plan del Creador.
Sean conscientes de los espejos que pulsan en sus corazones y siéntanse parte de una ciencia universal y divina. Así como los Espejos del Cosmos crean luz y manifiestan vida y perfección, creen ustedes también, hijos, a través de la oración y de las acciones de amor. Manifiesten la nueva vida, atrayendo, con los espejos de sus corazones, los nuevos patrones de conducta para la humanidad. Manifiesten amor, paz y gracia. Sean dignos hijos de Dios y, por medio de los espejos de sus corazones, recreen y renueven esta vida.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que el espejo de tu corazón sea la guía y la luz en la oscuridad del mundo.
Que el espejo de tu corazón sea el puente hacia la Fuente Primordial del Amor y de la Paz.
Que el espejo de tu corazón sea el receptáculo sagrado de los divinos Dones del Espíritu Santo, para que sepas discernir, consolar, amparar y pacificar no solo a tu propio corazón, sino también a los que están a tu alrededor.
Eleva, hijo, tus ojos a los Cielos para que no pierdas de vista el Propósito Divino. No dejes que te confundan las cosas de la Tierra ni que te influencien las confusiones de las mentes de los hombres y recobra, una y otra vez, tu unidad con lo Alto.
Ora y deja que el espejo en tu interior esté siempre activo, vivo y luminoso para guiarte y protegerte en estos tiempos.
Que tu corazón esté siempre en Dios y tu consciencia siempre en el Cosmos. Reconoce la necesidad de que el planeta se purifique y soporte con amor el peso de la última cruz del mundo. En tu corazón tienes todo lo que necesitas para superar estas pruebas que vendrán.
Multiplica con la oración las gracias que recibiste. Consolida con la consciencia tu unión con la vida universal. Recuerda tu origen, tu propósito y tu destino. Recuerda que el fin de la cruz es el triunfo universal, siempre y cuando la vivas con amor y con gratitud, superándote y renovándote en la adhesión al Propósito Divino.
Sabe, hijo, que recibiste todo para vivir este momento. Contempla el espejo en tu interior y encuentra allí tu fortaleza.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Quédate delante de la escena espiritual del Huerto Getsemaní y presencia, ahora, el Huerto de la Resurrección.
Contempla el momento de la Resurrección del Divino Hijo y confía en que tú también resucitarás en esencia y en espíritu.
Que todo sea transformado y que las cadenas se rompan para darle lugar a la expresión del espíritu.
Contempla el Sagrado Huerto de la Resurrección y elévate como consciencia, así como se elevó Cristo hasta el Reino de Dios.
Vive esa transfiguración interior, paso a paso, muriendo para el mundo y naciendo en la esplendorosa Fuente Primordial.
Que tu sacrificio y que tu esfuerzo sean parte del legado de la transformación de la humanidad.
Que tu corazón palpite en la elevación del espíritu y de la consciencia.
Contempla el Huerto de la Resurrección y afirma que todo será posible, que alcanzarás la meta y que purificarás los sentidos para que todo tu ser contacte y se una a la Consciencia Divina.
Contempla el Huerto de la Resurrección como una oportunidad de renovación y de fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Misericordia se derrama como la lluvia en una tarde de primavera y ella trae para la vida planetaria la Fuente de la renovación y la presencia de lo eterno.
Así, la Divina Misericordia llega a los corazones más necesitados de amor y de luz, pero también se derrama en todos los que responden a Mi convocatoria.
En esta tarde la Divina Misericordia repara los mundos internos, pacifica los corazones perturbados y unifica a las almas que viven en Mi Nombre el Divino Propósito, el cual seguirá su trayectoria más allá de las estrellas.
Por eso, siempre recuerden que Mi Amor es inmutable y Mi Compasión, eterna; así los llevaré Conmigo hacia nuevas esferas y conocerán en esas moradas su verdadero origen, la historia escrita en los Espejos.
Manténganse unidos a Mí, porque a partir de hoy un nuevo y único ciclo comenzó, a fin de ampliar las bases del Divino Propósito en toda la esfera planetaria.
En Mi Casa Celestial hoy tengo un nuevo morador y lo he recibido con regocijo porque su misión fue cumplida, así como Mi Padre Celestial lo pensó.
Eso es motivo de alegría y de júbilo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Clama por la paz en el mundo, pero también vive la paz en tu corazón. Únete a la Fuente de Paz del Universo, a la Consciencia de tu Dios y Señor, al Corazón de tu Madre y Señora.
Únete a Aquellos cuya paz es inalterable, que ni la mayor de las indiferencias o el más grave de los ultrajes puede hacer extinguir la paz en Su interior.
La paz es la certeza del triunfo de Dios más allá de la apariencias y más allá de las posibles derrotas en el camino.
La paz es la Sabiduría y el Conocimiento de Dios. Aquel que sabe a Dios y en Él vive no pierde la paz, porque reconoce que Su Voluntad está más allá de toda la vida; que todo lo que fue creado pertenece a Su Corazón. Para renovarse y para dejar que Sus hijos crezcan, el Creador observa y respeta la actuación de las Leyes, sin embargo, con un soplo Suyo la Vida se hace y se deshace.
Únete, entonces, a esta Fuente inalterable de Paz, no para que seas indiferente a lo que sucede a tu alrededor, en el mundo o dentro de ti, sino para que crezcas y puedas retirar de tus ojos las nubes y las oscuridades que traen la falta de paz y, así, puedas ver los acontecimientos con ojos de Verdad y contemplarlos con comprensión y sabiduría.
Une tu corazón a la Fuente inalterable de Paz para que puedas mirar hacia tu propio interior y saber por dónde comenzar. Si tu corazón está en paz, podrás dar un paso por vez, sin prisa y sin temor, en esta gran escalera que te lleva al Cielo, que es la escuela de la Tierra.
Busca, hijo, estar sinceramente en la Paz de Dios.
Cuando veas tu corazón perturbado y tu consciencia adentrando en los abismos de la incomprensión humana, que comienzan siendo pequeños y rápidamente se tornan grandes, rézale a Dios y pídele:
Señor, coloca mi corazón en Tu Fuente de Paz.
Hazme sentir un poco de Tu Paz dentro de mí.
Yo, que soy Tu fruto, parte viva de Tu Creación,
célula Tuya, busco la renovación y la superación en Tu Amor.
Ayúdame a estar en Ti, para que en Ti supere estos tiempos.
Trae Tu Paz a mi corazón y, a través de mí, irradia Tu Paz al mundo.
Amén.
Así, simple y sinceramente, habla con Dios y crea un hilo de amor con el Corazón del Padre, para que, sin saberlo, finalmente abandones lo que eres y permitas que tu Creador te transforme y te convierta en un instrumento Suyo en este mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Origen de la Sagrada Fuente Femenina
Amados hijos:
Quien en estos últimos once años les ha hablado y les ha compartido el Amor de Dios, proviene de una Fuente peculiar que fue creada por el Universo Ultraterrestre antes de que existiera el Universo Material.
En esa Fuente, la Esencia Divina de quien más tarde sería María, la Madre de Jesús, fue gestada, acondicionada y amorosamente preparada para llevar adelante la gran misión en la humanidad.
Esa Fuente Ultraterrestre del Universo Espiritual se caracterizaba por su altísimo grado de pureza, de amor y por su esencia inmaculada.
El Padre, luego de la caída del Proyecto de Sus primeros hijos, Adán y Eva, pensó en crear un medio y una Consciencia lo suficientemente pura, inmaculada y humilde, que con Su Amor invencible pudiera abrazar a todo el error humano y convertirlo a través del perdón y de la sublime Maternidad.
Fue así que los Padres Creadores, los Arcángeles, recibieron el pedido de Dios y, en los elevados Universos Celestiales, cada Arcángel comenzó a aportar lo mejor de sí, a fin de que la Esencia Femenina que surgiría de la Fuente Creadora llegara a la Tierra para comenzar, como alma y divinidad, con Su especial misión.
La Sagrada Fuente de la Energía Femenina se traslució por medio del Principio de la Maternidad.
En tiempos pasados, el Padre Eterno pensó que era necesario que Sus hijos tuvieran una Madre capaz de acogerlos, de comprenderlos, de ayudarlos y de guiarlos por el camino correcto del bien y de la paz.
Así nació de dos seres humanos, de Ana y de Joaquín, la Consciencia de María, la que desde joven llevaría adelante la misión de gestar en Su Purísimo e Inmaculado Vientre al Niño Jesús, el Redentor.
Una especial coyuntura universal, cósmica y espiritual sucedió durante la gestación de María, así como durante la gestación de Jesús.
Los Arcángeles consiguieron manifestar y atraer hacia el Universo Material corrientes creadoras de energía que contenían altos voltajes de Amor-Sabiduría, así como de pureza esencial y virginal.
En aquel tiempo, la Idea de Dios fue concretada y una vez más, por la Presencia de la Madre de Dios y del Divino Hijo, el mal fue vencido, así como el ángel caído fue vencido por Miguel Arcángel una vez en el Universo.
La existencia de la Consciencia de María, una simple madre de Nazaret, fue el resultado de una experiencia divina y angélica que superó todos los tiempos.
El Padre Eterno, a través de María, nos demostró Su Amor Consolador, nos enseñó cuán grande es Su Misericordia y qué infinito es Su Perdón para con Sus hijos más perdidos.
Dios nos enseñó, a través de María, la universalidad de Su Amor y la presencia de Su Corazón Paterno en todo momento.
De esa especial Concepción Divina proviene María, la Madre de Cristo y Madre de todos.
Ella es la incondicional y eterna abogada entre los hombres y Dios.
Ella es la que espera en el silencio y la que reza por Sus hijos en la quietud de Su Inmaculado Corazón.
Es la que viene al auxilio de los que con sinceridad se arrepienten. Ella llega a todos los pobres y humildes de corazón.
María es la Madre que todo consuela, que todo repara y que todo cura.
Su Corazón sufre cuando Sus hijos se separan de la Verdad y se sumergen en la mentira.
Es la Madre que nunca dirá "no", que siempre dirá "sí" a quien la llame.
Dios nos dio una Madre que muchas veces ofendemos, lastimamos y omitimos con nuestra indiferencia e ignorancia.
Ella es la Madre paciente que espera que siempre vayamos más allá de las apariencias, que podamos sentir el corazón del hermano que busca paz y comprensión.
María nos enseña a amar de verdad para que, en Cristo, caminemos hasta la meta de estar en Dios, para siempre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Más allá de los Universos – Parte I
A través de los Nombres de Dios las criaturas de este Universo Material encuentran la posibilidad de coligarse y de acceder a estados de consciencia superiores y desconocidos.
Lo desconocido para las almas de la Tierra podría parecer un misterio, pero por detrás de ese misterio superior y cósmico se encuentra una revelación.
A través de los Nombres de Dios accedemos a la revelación de un conocimiento, es decir, de un aspecto o forma que fue proyectada para contribuir como idea con toda la Creación.
Los diferentes Nombres del Padre Eterno permiten que las criaturas que Él creó contacten Fuentes sublimes y positivas de información, las que ayudan en el despertar de las virtudes del alma y en el cumplimiento de la misión de los diferentes espíritus de la Tierra.
En el caso de este Universo local las diferentes claves que proporcionan los Nombres de Dios construyen, en los Universos Material, Mental y Espiritual, esa interrelación entre los planos de consciencia y las criaturas.
En los Nombres de Dios encontramos aspectos divinos de la Creación y nos unimos a ellos para atraer hacia la vida terrestre el principio de todo lo que Dios pensó, es decir, lo que conocemos como el Propósito.
En cada Nombre de Dios se guarda no solo una clave, sino también una llave de acceso a Principios de la Creación que aún esperan para mostrarse y revelarse a la actual humanidad.
Cuando nos unimos a uno de los Nombres de Dios estamos comunicándonos espiritualmente con una Virtud de Dios representada en un aspecto creador.
Un aspecto creador es uno de los tantos Principios de la Fuente que se revela en altos voltajes de energía, de vibración y de espacios. Es como si ingresáramos al epicentro fundamental de la Energía Creadora, la que se retroalimenta a través de los impulsos cósmicos que la Fuente Primordial emana constantemente desde el Universo Espiritual.
En este sentido, al contactar solo uno de los diversos Nombres de Dios, las criaturas consiguen, por sus propios medios, unirse esencialmente a una red suprema de energía espiritual que es emanada de la Fuente de la Creación, la que genera, todo el tiempo, la evolución y la recreación de la vida por intermedio de experiencias, de escuelas y de aprendizajes.
Por medio de la revelación de los Nombres de Dios la humanidad podría volver a concebir en el seno de su raza los atributos fundamentales que, una vez establecidos en la consciencia humana, permitirán gestar las bases futuras de una nueva civilización, la que estará principalmente basada en la vida del espíritu y no en la vida de la materia.
Esta transición que la actual humanidad está atravesando despertará en todo el planeta una gran definición interior, y eso se dará en el momento más culminante, cuando la raza se defina a permanecer en el amor o en la indiferencia.
Si los seres humanos dieran ese salto cósmico hacia la concepción divina del amor que existe dentro de cada ser, la Tierra sería repoblada por nuevas Leyes de la Fuente, las que hasta los días de hoy no han podido descender para transfigurar y sublimar la consciencia humana.
A partir de esa definición de estar en Dios y de invocar Sus Nombres sagrados se creará la condición necesaria para aprender a superar los tiempos finales y definitivos.
La elección estará en los seres humanos, criaturas que guardan en sí el potencial infinito de saber y de poder comunicarse con Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Segundo Mensaje
Quisiera que el mundo comprendiera lo que Yo vivo y lo que siento, pero sé que es muy desconocido para la mayoría de Mis compañeros poder comprender lo que verdaderamente necesito para este ciclo, en el que la humanidad agoniza hora tras hora, tiempo tras tiempo.
He venido aquí para compartir lo que Soy y todo lo que tengo.
No vengo a pedir lo que el mundo no Me puede dar, sino que vengo a pedir lo que el mundo Me puede entregar.
Cuando están vacíos, todo Yo lo puedo hacer y aún más Mi Misericordia se puede derramar en aquellos que escuchan Mi Voz y Mi Palabra y la hacen parte de sí en cada momento de la vida, como en cada oportunidad de servir para ampliar la consciencia en los grados del amor y del perdón.
Lo que Dios Nos ha enviado a hacer aquí, a Portugal, y en Europa, es muy grande, algo que no será palpable a la vista de muchos, sino que será conocido por los que abran su corazón para poder comprender la Obra de la Jerarquía y cómo la Jerarquía Espiritual la construye, de ciclo en ciclo y por intermedio de los servidores.
Que no les falten ganas de poder conocer Mis Misterios.
Que no les falte motivación de poder cumplir Mis designios.
Que no les falte ánimo de poder llevar adelante Mi Voluntad.
Porque todo lo que Yo tengo pensado, Pensamiento que proviene de la Mente Divina del Padre, se deberá cumplir, para que, por medio del amor a la cruz que muchos viven la humanidad pueda redimirse de verdad y sin prejuicios.
Por eso Mi Misericordia es la Fuente que todo lo concede y que todo lo realiza.
Recuerden que no pueden llegar al Padre sino a través de Mí.
Y para llegar al Padre a través de Mí, deben pasar por la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que se den cuenta y perciban que se deben perdonar a sí mismos y deben perdonar a los demás.
Deben perdonar el pasado y perdonar el presente.
Deben perdonar todo lo que es interno y también lo que es externo.
Deben perdonar lo que no aceptan y deben perdonar lo que les duele.
Así el mundo podrá cambiar y no será necesario sufrir más, no será necesario que algunas almas se ofrezcan al sufrimiento y a ese estado tan desconocido por el mundo.
Cruzar la puerta del sufrimiento por el mundo es cruzar la Puerta hacia Mi Corazón, hacia un espacio en donde muchos, en estos tiempos, no quieren ver la realidad por temer conocerla profundamente.
Pero si Yo Me ofrecí a la Cruz por ustedes, no habrá nada que temer.
Yo les ofrezco incansablemente que Me ayuden a cargar con esa cruz que es la cruz del mundo, la cruz de la Redención y de la Misericordia, la cruz del despertar y de la elevación de la consciencia.
Pero esa cruz que Yo les ofrezco a cada una de sus vidas es una cruz que debe ser liberada, y eso comienza en ustedes mismos, para que después se pueda dar en el mundo y especialmente en la humanidad.
Liberar a la humanidad de sus sufrimientos es algo muy grande y desconocido.
Por eso muy pocos son los convocados para esa tarea, para esa misión especial, de la que no se tiene total consciencia de lo que significa y de lo que representa; pero sí se tiene consciencia al poder sentir y percibir lo que se vive, paso a paso.
Por medio de Mi Misericordia necesito reparar el mundo y sustituir las corrientes negativas que aprisionan a la humanidad cada vez más.
Con su sí Yo podré hacer muchas más cosas.
Con su donación Yo podré conceder muchas más Gracias.
Con su incondicionalidad Yo podré socorrer y auxiliar al mundo y a los que Me dan las espaldas, a los que Me niegan, a los que ofenden a Dios por medio de sus ejemplos y modos de vida.
Hasta que la humanidad no aprenda a amar verdaderamente, deberá pasar por la Ley del Sufrimiento. Yo vine al mundo para poder enseñarles cómo liberarse de ella e ingresar en la Ley de Mi Gracia y de Mi Misericordia.
Aún de Mi Costado sigue brotando la Sangre Preciosa de su Maestro y Señor. Esa Sangre se derrama sobre el mundo y sobre la consciencia de la humanidad para poder justificar, por medio de todos los orantes que invocan Mi Divina Misericordia, los gravísimos errores y ultrajes que el mundo comete hoy, en estos tiempos críticos.
Por medio de la Sangre que brota de Mi Costado vengo a justificar los errores de las naciones, de los pueblos y de toda la humanidad, de cada uno de los seres que vive sobre la superficie de este planeta.
Por medio de Mi Sangre vengo a justificar y a reparar las cosas ante Dios, los hechos que someten y condenan el corazón de los hombres y la vida de todas las criaturas.
Porque desde el Huerto Getsemaní, en ese momento tan agudo para la Vida de su Señor, Yo ya sabía que este momento llegaría y que debería estar presente para testimoniar lo que Mi Padre, una vez, allí Me mostró.
Pero también vengo a testimoniar la Obra de Mi Misericordia que trasciende los tiempos y las formas, los modos de vida y las costumbres.
Vengo a testimoniar a los que en estos tiempos Me siguen y se congregan en torno a su Señor para confirmar Su Presencia en el mundo y especialmente en los corazones, en la esencia divina de cada ser, a pesar de la corrupción de estos tiempos y de las injurias de muchos, de muchos hijos de Dios.
Vengo, por medio de la sangre que brota en Mi Costado en este momento, a reparar Mi Iglesia, que como ven se está derrumbando.
Por eso, son llamados a estar adheridos a este momento junto a su Maestro y Señor; a hacer algo por los demás, algo más verdadero y profundo que pueda traer cura a las almas y los corazones heridos que una vez creyeron en Mi Iglesia y la han desahuciado por sus hechos y experiencias.
Vengo a renovar, en este día, el Sacrificio del Cordero de Dios para que no existan más corderos inmolados en este tiempo final.
Porque la Sangre que derramó su Señor de Su Costado ha sido suficiente, a fin de que ese testimonio de amor perdurara a lo largo de los tiempos y hasta el momento de Su Retorno por segunda vez a la humanidad.
Renueven el Sacrificio del Cordero de Dios todos los días.
No se olviden que el pan y el vino siempre deben estar en la mesa de su Redentor para que día tras día, momento tras momento, comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre. Así la vida será renovada a pesar de los acontecimientos y de las crueldades de este tiempo final.
Quisiera que comprendieran, compañeros Míos, de forma universal y de una manera más profunda y abierta, que el legado que testimonió su Maestro y Señor junto a Sus apóstoles en la Última Cena no puede perderse, no podrá desaparecer ni desvanecerse del corazón de los hombres.
Hasta ahora no he revelado lo que verdaderamente pasó en la Última Cena a nivel de la Consciencia del Espíritu y del Universo Celestial, pero ese momento se aproxima, esa hora está llegando, es el último Don que Yo le entregaré al mundo para la verdadera expresión de la vida sacerdotal y crística en las almas.
Sepan que ese legado siempre deberá ser su tesoro, su inspiración y su vida.
Que la comunión con Cristo no sea olvidada, ni un solo día, aunque sus cuerpos ya no puedan más.
Refúgiense en Mi Corazón y todo pasará.
La Llama de Mi Amor es más fuerte que todas las maldades del mundo y que todos los agravios.
Yo puedo transformar lo que ustedes no consiguen, si Me lo permiten. Pero mientras no Me lo permitan, como el mundo en su mayoría no Me lo permite, Mi sed aún será muy grande y amarga.
Sentiré la amargura, en este tiempo, más grande que cuando Me dieron de beber hiel en la Cruz. Ese es el símbolo de la indiferencia de la humanidad que deberá ser extirpada de la consciencia de los hombres y de las mujeres de la Tierra, para que exista una extraordinaria Gracia de despertar y de tener consciencia de lo que en verdad es vivir el Plan de Dios sobre la Tierra. Por eso, su valentía será imprescindible en estos tiempos.
Que su fuego interior nunca se apague y que su llama interior encandile las tinieblas que permean la Tierra por su inseguridad y su ofensa.
Por eso he dicho que esta será la Maratón del sacrificio, el momento de poder entregar el corazón en Mis Manos para que Yo lo pueda ofrecer como testimonio justificable ante Mi Padre y Su Reino por los agravios del mundo y la indiferencia.
Que nadie pierda la oportunidad de comprender lo que estoy diciendo y expresando.
Que nadie pierda la oportunidad de recordar Mis Palabras y de hacerlas parte de sí, porque estas son las últimas palabras que le estoy diciendo al mundo antes de que todo suceda.
Esa es la razón por la cual vengo con Mi Divina Misericordia, intentando expandirla y extenderla en el tiempo, aunque no haya tiempo, para que las almas ingresen en el Océano de Mi Amor y de la reparación, para que la cura se conceda en todos los espíritus.
No dejen de ayudarme en esta Peregrinación por la Paz, porque no será solo la paz que les daremos, sino también la consciencia de saber que es tiempo de cambiar y de vivir los Mandamientos de Dios como fueron escritos en el principio.
Eso renovará Mi Iglesia, eso le concederá a las almas la Gracia de volver a vivirme plenamente.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus mundos internos.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus almas.
Que la Sangre de Mi Costado se derrame completamente sobre ustedes, para que el Sacrificio del Cordero sea aún más justificable ante la Creación.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más