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Relato del Mensaje
Hermana Lucía de Jesús:
Cuando estábamos finalizando la oración y comenzando el último cántico, percibimos portales que se iban abriendo hacia el universo. A medida que íbamos observando esos portales con la consciencia, era como si ellos pasaran por las diferentes civilizaciones de la historia, por la historia de la Creación, hasta llegar a la Consciencia Divina.
A través de esos portales, San José se vino aproximando. Cuando llegó, Él dijo que el Universo, la Creación, vivió una historia de expansión, de la que todos formamos parte. Y esa historia de expansión se refiere a toda la manifestación de la Creación y de la vida en las dimensiones, en las doce dimensiones de consciencia, cuando Dios se fue multiplicando, fue multiplicando Su propia Consciencia a través de las criaturas, de los universos, de los planetas, de los soles, de las galaxias.
En un determinado momento, San José dijo que la venida de Cristo marcó el movimiento de descenso de la Consciencia Divina hasta la dimensión más densa de todas. Y después de Cristo, nuestra consciencia comenzó un camino de retorno, que es otro momento de la historia de la Creación, y es el que estamos viviendo ahora.
San José nos mostraba que en ese movimiento de expansión, cuando Dios enviaba a Sus Hijos hacia la vida, hacia el mundo, Él manifestaba también energías que nos iban a auxiliar en el camino de retorno. Entonces, Él mostraba que esas energías se concentraban en Matrices, que eran como cristales o estados de consciencia.
Él dijo que esas eran las Matrices del Conocimiento y que, a lo largo de la historia, las consciencias se iban elevando para recibir algunas de esas Matrices y decodificarlas a través del Conocimiento.
San José dijo que eso fue sucediendo en diferentes civilizaciones. Él mostraba a los filósofos y a los sabios, en la Antigua Grecia, y cómo ellos buscaban esas Matrices del Conocimiento para que fueran decodificadas por la mente humana.
Esas Matrices fueron creadas para ayudarnos en nuestro camino de retorno, expandiendo nuestra consciencia. El Conocimiento debería expandir cada vez más a aquella consciencia que una vez fue expandida y que se disminuyó en una criatura, que es cada uno de nosotros, para ir haciendo ese camino de retorno al Corazón de Dios. Sin embargo, aconteció que en lugar de permitir que el Conocimiento nos expandiera, nosotros limitamos el Conocimiento a nuestra comprensión humana.
Y entonces, cuando San José mostraba esta historia, Él comenzó a dictar el Mensaje y nos pidió que anotáramos lo que tenía que decirnos:
Las Matrices del Conocimiento y la esencia de la Sabiduría fueron creadas en el universo, hijos, para que las Criaturas de Dios aprendieran a retornar a Su Corazón.
Cuando el Creador manifestó la vida en las dimensiones y, en ella, a Sus Criaturas, también manifestó las formas de que esas criaturas pudieran retornar al Corazón Divino, a la Unidad Divina, cuando fuera el tiempo y la hora.
Así como existió la historia de la multiplicación de la Consciencia Divina en los universos y fueron siendo manifestados los soles, las estrellas, los planetas, las constelaciones y las galaxias en doce dimensiones de consciencia; así también, hijos, ahora es escrita la historia del retorno al Corazón del Padre, que hoy pueden vivir con consciencia.
Cuando el Padre envió a Sus hijos a la vida material, con un velo sobre sus ojos, diseñó la forma y el tiempo de que esos hijos pudieran retornar. Para ese retorno, manifestó Matrices de Energía y Sabiduría, entre ellas la Cura, el Perdón, la Redención, el Conocimiento y la Sabiduría.
De esta forma, el Conocimiento Espiritual es una de las herramientas que existen en la vida manifestada en todas las dimensiones para que los velos sean retirados de los ojos humanos y las criaturas comiencen su camino de retorno al Creador.
Conocer es más que solo leer o estudiar; conocer y saber son experiencias de aquello con lo que la consciencia toma contacto. Por mucho tiempo, la humanidad apenas comprendió el Conocimiento y lo adaptó a su limitación, en vez de ampliarse a sí misma para profundizar en sus misterios.
Ha llegado el tiempo de que las consciencias ya no limiten a su pequeña comprensión lo que es infinito y que fue manifestado por el Creador para expandir la consciencia humana y revelarles su potencial, lo que verdaderamente fueron pensados para ser.
Para que ingresen en esta expansión y vivan la experiencia del Conocimiento y de la Sabiduría, más que estudiar, deberán permitirse ser. El mundo llama a los hombres a su ilusión y busca establecer cada día más la ignorancia que perpetúa su reinado; pero ustedes, hijos, deben liberarse de esta ignorancia, dándole la prioridad necesaria a la Instrucción Espiritual y a la elevación de la consciencia, para profundizar en los misterios universales y retirar a sus seres de lo que es superficial. Así, comprenderán la esencia de la vida y, por encima de todo, la esencia de estos tiempos.
Les agradezco por perseverar en la difusión de la Enseñanza y en la trascendencia de sí mismos.
Les agradezco por no desistir de la propia transformación y, a través de sí, darle el ejemplo al mundo de que es posible trascender la superficialidad.
Tienen y siempre tendrán Mi bendición para esto.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Cuando Dios creó al hombre fue para que Lo representara en la Tierra como parte de Su Consciencia Divina. Desde que el hombre modificó ese principio se separó del Propósito de su creación y, a través del esfuerzo, tuvo que trabajar para volver a aproximarse al Propósito.
El hombre solo vio su belleza exterior y se olvidó de la belleza del alma, las influencias y los movimientos de la vida terrestre lo llevaron a volverse más mortal y no más sublime como era antes.
Para que el hombre pudiera tener la chance de retomar el camino de la elevación de la consciencia, llegó Mi Hijo, porque era solo a través del camino crístico y no material que recuperaría el sendero que perdió de vista por diferentes razones.
Por eso, en los tiempos de hoy, aún la mayoría de los seres humanos permanece en los sentidos externos y se aparta de los sentidos internos.
El momento mundial genera grandes contradicciones y las almas se confunden. Solo aquel que se coloque bajo la Presencia de Mi Hijo conseguirá recuperar el Propósito que, como proyecto, perdió.
La determinación, el esfuerzo y los principios de vida ayudarán a ir convirtiendo lentamente aquellos aspectos de la vida que necesitan redención y luz.
La fe será la base para que todo eso suceda.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando un corazón se alimenta de los impulsos del mundo y profundiza en la vida espiritual, respondiendo a un llamado interior, pero no se abre a la transformación, ahí entonces, hijos, comienza el camino de la decadencia interna.
En este tiempo, consciencias muy antiguas llegan al mundo para superar los estímulos de esta era y tornarse verdaderos Cristos de los tiempos de transición.
Pero, consolidadas en bases mundanas y sustentadas por las ilusiones del mundo, las almas que retoman su compromiso con Cristo deben dejarse transformar por Él, porque parte de la superación de esos estímulos es la renuncia a todo lo que las sustenta en las cosas del mundo: aspiraciones propias, realizaciones personales, espirituales y humanas, conceptos internos e intelectuales de la Verdad y del Plan de Dios, necesidad de sobresalir entre los demás, aun siendo en las virtudes y en la santidad, necesidad de suplir carencias en lo que les es palpable, necesidad de sentirse amada por lo que es visible y admirado por el mundo. Todo eso, hijos, se debe transformar dentro del alma que reencuentra su compromiso con Cristo.
En estos tiempos definitivos, Su Señor retira las bases de arena que sustentan sus pies y, haciéndolos transitar por el desierto, los coloca sobre la roca de Su Consciencia.
Deben desaprender las cosas del mundo, dejarse vencer por la Voluntad Divina y no hacer eso mirando hacia los lados, sino hacia adentro y hacia arriba.
Las almas que se ven debilitadas, miran hacia los lados en busca de miserias mayores que justifiquen sus faltas y las hagan pequeñas; pero esta, hijos, no es la forma de justificar ninguna miseria.
El verdadero sentido de la justificación se encuentra en el amor, en el Amor de Cristo, en el Amor de Dios, este que es capaz no solo de justificar, sino de transformar todo.
Por eso, delante de las debilidades, no miren hacia los lados, sino miren hacia adentro. No se sustenten en las críticas, pero sí en la confesión ante Dios, porque aquel que se rinde no necesita defenderse, no necesita temer o huir de sí mismo o de Dios, porque él será conocedor del Amor Divino.
Pierdan el miedo, no alimenten miserias falsamente justificadas por pecados más profundos, sino ríndanse ante Dios y confiésense. En Él encontrarán la verdadera libertad, la cura y la transformación que necesitan para estar plenos y consolidados sobre la roca de la Voluntad Divina.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Ora para que la Sabiduría de Dios inunde tu espíritu, tu mente y tu corazón.
Busca siempre la respuesta para tus cuestiones más profundas, así como para cada decisión que tomas en las cosas más simples de tus días.
Crea un vínculo con el Espíritu de Dios, llamado Espíritu Santo, para que Él pueda iluminar cada expresión de tu consciencia, desde tus palabras, acciones y sentimientos, hasta tus pensamientos, ideas y aspiraciones más internas.
En este tiempo de tanta confusión en el mundo, hijo, será el Espíritu de Dios quien guiará tu alma y, a través de ti, a muchas más almas que estarán perdidas en este mundo.
Este es el momento de encontrar el tiempo correcto para orar y, antes de cada decisión, unir tu consciencia a la Consciencia Divina. El Espíritu de Dios habita en ti y anima desde tu alma hasta tus células. Por eso, basta que coloques la atención en lo que es real y que te silencies para escucharlo.
La Voluntad de Dios y Sus designios no están distantes del pensamiento y del alcance de la humanidad. Pero, para estar unido a Dios y escucharlo, necesitas dar el espacio correcto al Padre en tu interior.
Por eso, ora y busca Su Sabiduría. Silénciate y escucha Su Voz. Así, siempre darás los pasos correctos para cumplir con Su Voluntad.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Contempla y conoce la historia de la humanidad, guardada en tu corazón y en los registros espirituales más profundos del planeta.
A partir de entonces, hijo, sabrás por donde no debes caminar y por donde sí deben andar tus pies y tu corazón.
A lo largo de la evolución humana, los seres se perdieron en el ansia de un poder que los hacía sentir mayores que el propio Dios. En esta ilusión no debe estar tu corazón.
Tu camino es unirte a Dios y descubrirte no solo semejante a Él, sino también parte viva de Él. Y eso se construye a través de la humildad, del vacío y de la constante renuncia y entrega de ti mismo.
A lo largo de la evolución humana, los seres se perdieron por competir unos con otros, creyendo que crecer es ser mejor que los demás, es vencerlos y someterlos al propio poder mental, físico, emocional e incluso interno. En ese camino no debe estar tu corazón.
Así como tú eres parte de la Consciencia Divina, también lo es cada ser de esta Tierra. El Creador es un Todo infinito que, para estar completo, necesita de la presencia de cada uno de Sus hijos. Por eso, tu camino es servir con la donación, con el amor, con el ejemplo y con la vida, para que tu prójimo llegue a Dios, desarrolle sus virtudes más puras y alcance la redención.
A lo largo de la evolución humana, los seres se perdieron, hijo, porque perdieron sus valores, se confundieron y se transformaron en lo opuesto a las verdaderas virtudes que la humanidad debe expresar.
Para retornar a lo sagrado y a lo que es real, ahora debes romper las barreras, dentro y fuera de ti, para que descubras el verdadero sentido de tu existencia y la verdadera misión de tu alma.
Para evolucionar, camina por la senda de la entrega, de la mansedumbre, de la alegría pura de ver la evolución de tus hermanos, de compartir el Pan consagrado que hace de todas las criaturas partes vivas del Cuerpo Místico de Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Conoce el ilimitado Amor de Dios a través de la unión con tu Creador y comprenderás la amplitud de Su Creación y la perfección con la que tu Señor colmó de misterios, de detalles, de caminos, las dimensiones que unen Su Consciencia con las consciencias de Sus hijos.
Conoce el ilimitado Amor de Dios por la vida y, al descubrir la grandeza de Su Creación, no te sorprenderás. Infinitas son las formas que las esencias recibieron de Dios para cumplir Su Propósito y recrear la vida.
Pero recréala, hijo, no solo comenzando de cero una nueva Creación. Recrear significa que la espiral evolutiva llegó a un punto más elevado y de allí, más próximo a Dios, comienza un nuevo ciclo.
Contempla y conoce el ilimitado Amor de Dios y no te asombrarás al descubrir que, más que enviar a Su Hijo a este mundo, el Creador envió a muchos otros de Sus compañeros y también creó otros mundos, otras razas, otras vidas, para que, en la perfecta expresión de cada una de ellas se complementen, se auxilien, crezcan y retornen a Su Corazón con un amor renovado, multiplicado y madurado por las experiencias y superaciones vividas.
Contempla, entonces, y conoce el ilimitado Amor de Dios y sé tú también ilimitado en tu comprensión, en tu apertura, en tu donación y en tu entrega, para que algún día, hijo, más que contemplar y conocer, puedas vivir y ser el ilimitado Amor de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Aquieta tu corazón para unirlo tanto al Universo como al Infinito. La vida superior comienza a revelarse dentro de ti.
Envía a lo más profundo de tu consciencia el Don del Perdón que proviene de la Consciencia Divina.
Medita en tu Señor en la Cruz y en todos los méritos que Él alcanzó para que vivas la redención, no solo de lo que fue cometido y vivido en este planeta, sino también, y sobre todo, mucho más allá de él, en la historia de tu evolución que desconoces.
Contempla la Sangre de Cristo y siente como esa misma Sangre, código redentor, permea tus células y átomos. Comulga con el perdón y la redención.
Que a partir de tus células, ese perdón ingrese en tu universo interior, en los registros más profundos de tu consciencia. Y allí, donde la vida universal se une a tu condición humana, deja que suceda el propósito de tu encarnación y experimenta la paz de sentirte perdonado.
Todos los días, el sacrificio de Cristo se renueva en cada Eucaristía, para que Sus códigos de perdón y de redención que Él alcanzó por ti en la Cruz, puedan llegar cada vez más profundo en tu ser.
Acompaña con tu corazón el establecimiento y la realización del perdón en todo tu ser. Llegó el tiempo de ser curado y no solo de purificar, sin fin, lo que está podrido en tu interior.
Tu perdón y redención deben ser conscientes. Es necesario saber y ver lo que debes perdonar, pero para eso, hijo, tu consciencia debe estar madura en el Amor de Cristo y en la certeza de todo lo que Él ya alcanzó por ti.
Ahora que tienes el lodo delante de tus ojos, contempla el Amor y el Perdón de Cristo y vive la química oculta de la redención y de la transfiguración de la consciencia.
Tus miserias, tocadas por la Misericordia de Dios, se transforman en la renovación de Su eterno Amor.
Tienes Mi bendición para vivir lo que te digo y alcanzar la paz.
San José Castísimo
Las esferas celestiales deben estar, cada día, más vivas dentro de ti. Tú, hijo, debes ser el portal hacia el Infinito, el puente hacia la Consciencia Divina.
Mientras el Tiempo de Dios no llegue a ocupar el lugar del tiempo del mundo y las almas permanezcan en la ilusión de sus confusas vidas, habrá batallas y habrá conflictos entre los planos y las realidades que cohabitan en el planeta.
Por eso, te digo que tu unión con lo que es real se debe consolidar desde adentro hacia afuera, desde lo profundo de tu ser, para después llegar al mundo.
Cuando oras, cuando buscas a Dios en silencio, cuando te unes a los sonidos de lo sagrado, cuando adoras a tu Señor en Espíritu y en la Eucaristía, creas caminos y formas para que tu consciencia profundice en vibraciones más elevadas y para que tu esencia pueda reconocer y expresar las esferas celestiales.
Por eso, mantén tu corazón en lo Alto. Permite que se profundice en ti el contacto interior con el amor, la Gracia y la realidad divina.
Que se abran los ojos de tu espíritu y el sentir profundo de tu corazón, porque siendo así, hijo, estarás en paz y fuera de las dimensiones del conflicto que se expanden por el mundo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
El Relicario es el espejo de Mi Corazón. En él se guarda todo lo que Yo viví, como consciencia, desde el Origen hasta el retorno al Corazón de Dios.
En el Relicario se guarda la historia escrita por el Creador para Mi ser. Sobre esas letras de luz, escritas por las Manos de Dios, fui caminando a lo largo de Mi evolución. Mis pasos tocaban sus letras doradas y abracé con amor cada uno de Sus designios.
Cuando contemplan el Relicario de Mi Corazón Yo les irradio a ustedes esa experiencia de obediencia incansable. A través de ese espejo de luz, Mi paz se expande y todo lo que hoy soy puede tocar a la humanidad.
Hoy, hijos, no soy solo el padre adoptivo de Jesús. Mi Corazón aprendió a retornar a Dios y, guiado por el Creador, alcancé la plenitud de cumplir Su Voluntad. Mi consciencia se expandió para ser parte de Su Plan y Me torné un lápiz en Sus Manos.
Sin cuerpo y sin forma, Mi espíritu retornó al Origen de la Vida, pero Mi consciencia sigue sirviendo al Creador hasta que la última de Sus criaturas alcance la unidad con ÉL.
A través del Relicario de Mi Corazón les traigo esta experiencia para que su evolución también camine según la Voluntad Divina.
Amen seguir los pasos que Dios escribe para sus vidas y, aunque muchas veces esto les sea una invitación al sacrificio, este sacrificio los conducirá al Origen.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
El misterio de la existencia humana es para la Consciencia Divina mayor que la renovación del amor y que la revelación de un amor nuevo. En la esencia de los hombres se guarda no solo su propia historia, la historia de la evolución de la vida y de la Creación, se guarda también, hijos, la historia del propio Dios.
Sé que lo que les digo puede parecer algo distante de aquello que experimentan como criaturas, pero lo que ocurre verdaderamente es que los seres pasan por la experiencia de la vida sobre la Tierra y no consiguen descubrir quiénes son y mucho menos expresarlo. Hasta el mismo Hijo de Dios, estando sobre la Tierra, no pudo expresar a los seres toda la verdad de Su existencia, porque ni ahora ni en aquel momento los seres estaban preparados para saber sobre ella.
En este tiempo, las revelaciones llegan como impulsos de la Verdad, pero no como la Verdad develada. Los seres reciben aquello que necesitan para cruzar el umbral de estos tiempos y comenzar a adentrar en el tiempo y en la realidad divina.
Aunque no haya llegado el momento de vivir la expresión verdadera de un ser humano, deben al menos saber que ella existe y que, a través de una simple sintonía con la Verdad, podrán vivir las pruebas de estos tiempos de una forma diferente.
Dejen que este legado interior se haga sentir. Dejen que Dios se haga sentir en ustedes. Y tan solo saber que algo oculto está vivo en el propio corazón ya será suficiente para comenzar un nuevo ciclo, en un nuevo tiempo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Compañeros:
Desde ahora Mi Consciencia Universal se prepara para llevar adelante la próxima etapa del Plan de Redención y también la próxima asistencia a la humanidad a través del auxilio que la Divina Jerarquía prestará en Argentina.
Por eso este momento de pausa y de quietud también es importante para la Jerarquía, ya que teniendo un panorama más claro y preciso de la situación espiritual de cada nación, la Jerarquía sabe qué situación enfrentará en el próximo ciclo.
En este sentido, Sudamérica está destinada a ser la cuna de algo nuevo, pero para que eso suceda a través de las naciones que la conforman, la situación demandará que la propia Ley, como principio y energía, limpie y purifique varios aspectos del pueblo y de la sociedad, para que la misma humanidad perciba que el camino que escogió seguir no es el correcto.
Es así que la Jerarquía recalcula el Plan con base en las decisiones que toma equivocadamente la humanidad, porque la finalidad de la Jerarquía es proteger y amparar, en la consciencia, el surgimiento de una nueva humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La existencia humana es un misterio que solo el Creador conoce en profundidad. Ni siquiera los Arcángeles, que pensaron y manifestaron con el Divino el proyecto humano, conocen en plenitud las capacidades de los seres humanos.
Su esencia, creada a partir de una partícula divina única, guarda en sí la unión con el Padre. En esa esencia, el Creador depositó una parte de Su Consciencia, una parte de Su potencial creador y de Su misterio divino.
Siendo así, hijos, querer comprender a los hombres es como querer comprender a Dios, saber plenamente Su Verdad, el Origen del origen; cómo surgieron la vida, la existencia, la Consciencia Divina, y cuál es la razón de Su multiplicación, de la expresión de la vida por Él creada.
Los seres humanos guardan en su interior una Voluntad y una Aspiración de Dios, el motivo por el cual el Creador manifestó la vida en todas las dimensiones. El Amor de Dios habita en los hombres y guarda, así, un potencial que ustedes desconocen y que el propio Hijo Primogénito del Creador está develando dentro de sí mismo.
¿Por qué hoy les digo esto?
Para elevar el propósito de sus vidas y su comprensión acerca de sí mismos, para que sepan que nada saben ni siquiera sobre sí mismos y para que así, hijos, tengan sed de buscar la verdad, de reencontrar el Origen de todas las cosas y, más que eso, de descubrir el tesoro que ustedes guardan dentro de sí mismos. Que conozcan qué son y cuál es el propósito de sus vidas.
Busquen la verdad, en oración. Encuentren la Consciencia Divina en el propio interior.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Recuerda en tu interior todos los impulsos recibidos en los últimos días, en los últimos tiempos, y deja que ellos generen frutos dentro de ti. Madura estos frutos, meditando en todo lo que viviste, dejando que tu conciencia se coloque en un punto diferente del que se encontraba antes de recibir todas estas Gracias de Dios.
Reflexiona sobre todo lo que debes vivir a partir de ahora, los pasos a ser dados, las pruebas que te aguardan y cómo tu corazón se debe preparar para los impulsos y ciclos nuevos que nunca fueron recibidos o vividos por la humanidad.
Que la Gracia Divina permee todo lo que eres, y que hasta la menor de tus células sea consciente de lo que recibe y de lo que es llamada a vivir a partir de ahora. Así, hijo, sin desperdiciar nada de los impulsos divinos que descienden al mundo, tu ser será siempre digno de impulsos mayores.
Aprende a reflexionar, a meditar y a amar los pasos que debes dar como persona humana, como alma y como consciencia, como criatura y parte de la Conciencia Divina.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Busquen la ciencia de la iluminación en su interior y sepan que ella no es nada más que la vivencia del Propósito de la creación humana.
La iluminación es el acto de reencontrar al Creador dentro de sí mismo y descubrir en el propio interior el camino y la puerta hacia la Consciencia Divina.
Viviendo la unión con Dios, comprenderán Su Presencia en todas las cosas; sabrán cuál es la esencia de la vida, del aprendizaje sobre la Tierra y el motivo por el cual cada ser habita en ella.
Iluminar la consciencia es encontrar al Creador y saberse parte de Él, y esto, hijos, se alcanza con la experiencia, con la búsqueda constante de encontrar a Dios.
Los libros sagrados los guiarán; las filosofías y religiones verdaderas los ayudarán a encontrar ese camino; mas nada tiene sentido si cada uno de ustedes no busca, dentro de sí mismo, la experiencia de la unidad con su Creador.
Orar es buscar el camino de la comunicación con Dios. Comunicarse con el Padre es recrear el vínculo de sus almas con Él para que, poco a poco, puedan ir adentrando en Su Verdad y recibiendo la revelación de Su Presencia.
Busquen en ustedes la Luz de Dios, para que Él ilumine los abismos de este mundo. Ya ha llegado el tiempo de que las lamparitas estén sobre la mesa, y esto se hace, hijos, no con la luz de los hombres, sino con la Luz de Dios en los hombres.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Así como el hombre fue creado de un Principio Esencial de Dios, también fueron creados los planetas. Con diferentes misiones para expresar y con diferentes niveles de vida y de participación en la transformación y en la evolución de la Creación Divina, los planetas también son parte de la Consciencia de Dios, frutos de Su Soplo y de Su Verbo, portadores de Su Presencia espiritual.
La Creación, hijos, comprendida desde un punto de vista evolutivo, está formada por diferentes partes de la Consciencia Divina que, multiplicada, se recrea y se renueva a sí misma a través de los aprendizajes y de las experiencias vividas por los seres.
El sentimiento de individualidad y de independencia que algunos seres sienten es fruto de no tener consciencia de su verdadera esencia. El Creador les concedió a Sus criaturas la posibilidad de aprender a través del libre albedrío y, a lo largo de su evolución, solo las observa y las acompaña según sus elecciones, según el permiso que le ofrecen a Dios para que Él actúe en sus vidas y las guíe. A pesar de estar presente en la esencia vital de Sus hijos, el Creador permanece silencioso en su interior.
Pensar en la Ciencia de la Creación es como pensar en la composición humana: todo lo que son, desde el espíritu hasta sus células, son partes vivas de un único ser. Pero si la consciencia no entra en diálogo con sus diferentes núcleos, cada uno de ellos actúa de forma independiente y, a veces, hasta sus células crean dentro del cuerpo una vida propia, manifestando enfermedades muchas veces incurables. Esas células no dejan de ser parte del cuerpo por ser cancerosas, por estar enfermas, pero actúan como si no lo fueran, como si pudieran vivir en desarmonía con el todo, que es la consciencia del ser.
De la misma forma, hijos, sucede en mayores proporciones con la Creación Divina. Ustedes no dejan de ser parte de Dios por creer que tienen vida propia y por no ser conscientes del Cuerpo Místico del cual forman parte.
De la misma forma, los planetas son como órganos de Dios, las galaxias y los universos son Sus sistemas y ustedes son esas partículas, casi invisibles en el todo, que podrían llamarse átomos y que, a pesar de ser tan pequeñas, guardan en sí misterios infinitos.
Un átomo de sus cuerpos puede cambiar sus vidas completamente. De la misma forma, ustedes pueden transformar la Creación.
Ser conscientes de la unidad es aproximarse a Dios y colaborar para que Su Cuerpo Celestial esté en armonía. Sembrar la paz en una nación es sembrar la cura de un sistema de vida que depende de cada ser para evolucionar y retornar a la unidad con el Padre Celestial.
Les digo todas estas cosas, de esta forma, para que comprendan el diseño de la Creación, para que se comprendan a sí mismos dentro de ella y a ella dentro de cada uno de ustedes.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aunque parezca difícil o imposible, la victoria de Mi Corazón se está dando en la consciencia de Italia.
Por esta razón, los últimos acontecimientos le demuestran a la Jerarquía que es el momento en el que grandes definiciones se presentan al mundo para revelarle que el tiempo de la transición llegó para toda la humanidad.
En estos momentos, en los que todo parece estar más difícil y en los que las naciones más comprometidas con la oscuridad de estos tiempos son espiritualmente trabajadas por la Consciencia Divina, es cuando su consciencia inferior, su mente, su corazón y su alma se deben mantener en equilibrio por medio del silencio y de la oración. De esa forma, Yo los hago partícipes de acontecimientos muy semejantes a los que Yo viví antes de ser entregado a la cruz.
Así conscientemente, por medio de las peregrinaciones, ustedes están aprendiendo a trascender y a transmutar esas grandes y antiguas fuerzas espirituales que, en los últimos quinientos años, sometieron y esclavizaron a la humanidad, sembrando códigos terribles y oscuros en muchas consciencias.
Recuerden que el principal trabajo se está realizando aunque, aparentemente, nada esté sucediendo.
Ustedes, desde el último ocho de agosto, dejaron de servir solo a sus Comunidades-Luz para servir al planeta y, en consecuencia, a todas las naciones que están en un altísimo grado de perdición.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Para cargar con la cruz de estos tiempos y hacer del propio ser un triunfo de Dios, primero ustedes deben aprender, hijos, a vivir la humildad y el anonimato que no los aproximan a las honras humanas, sino al Corazón del Padre.
Durante treinta años el Salvador de sus almas permaneció en silencio, en soledad, aprendiendo de la humildad en Su vida simple; profundizando en el conocimiento y en la sabiduría que provienen del Corazón de Su Padre para poder expresar, solo en los últimos tres años de Su vida y bajo la fortaleza de la humildad, lo que Él era verdaderamente.
Durante treinta años tu Señor transmutó y transformó la condición humana a través de Su silencio y de Su humildad. Cada día vaciaba más Su interior para que el Padre Celestial y Sus arcángeles pudieran habitarlo.
Solo cuando toda Su Consciencia estuvo preparada para renovar el Amor de Dios, Él se presentó ante los hombres como el Camino, la Verdad y la Vida, porque no había distancia entre Su humanidad y Dios. Todo lo que Él era, era parte del Padre.
Hoy, hijos, los invito a comprender a la humildad como base para la unión con Dios y para la cristificación. Si no aman a la Presencia de Dios más que a la presencia y a las honras de los hombres, jamás llegarán a donde el Creador espera que lleguen.
Amen la grandeza de Su Plan y la majestad de Su Presencia y comprenderán lo que les digo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Vengo con el Sol, con el Niño Jesús en Mis brazos, para bendecir al mundo y pedirles que oren.
Oren por las almas que agonizan por no comprender las pruebas de estos tiempos, y oren por aquellos que se comprometieron con el rescate planetario y no cumplieron con su misión.
Oren por los que están enfermos de espíritu, sometiendo a otros al sufrimiento, y oren por los que sufren por vivir las injusticias impuestas por los hombres en este tiempo.
Oren por los Reinos de la Naturaleza, cada día más ultrajados y olvidados, como si no fueran parte de la Consciencia Divina. Los hombres que los maltratan no saben que es al propio Dios al que ofenden y matan todos los días.
Oren por la consciencia del planeta que, a pesar de sustentar la Tierra, vive la constante indiferencia de los hombres que, ciegos por su ignorancia, no conocen su espíritu y ni siquiera agradecen por la vida que les es conocida.
Oren, hijos, porque el mundo necesita de reparación, las almas necesitan de salvación y llegó el momento de que la Tierra ingrese en otras leyes, en otro tiempo, en otro ciclo de su evolución en el que ya no cabrán el sufrimiento y la ignorancia que conducen a los hombres al desamor.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dar un paso en el amor y representar a Dios en la Tierra significa ingresar en la Consciencia Divina y abandonar los propios planes, voluntades y metas para permitir que el Creador les muestre Sus planes, Su Voluntad y Su meta; no solo para ustedes, hijos, sino también para toda la consciencia humana.
Dar un paso en el amor y representar a Dios en la Tierra significa elevar la propia comprensión de la vida, sus conceptos y patrones, para ingresar en un patrón de vida universal y divino, en el que solo el Amor y la Sabiduría de Dios se tornarán su guía.
Comiencen, entonces, a observar la vida en la Tierra como un todo; y cada corazón como cada ser ganará importancia en sus vidas, porque la Voluntad Divina abarca a todos Sus hijos por igual.
Aprenderán a no competir, sino a auxiliar, aprenderán a renunciar para que otros puedan crecer, aprenderán a silenciarse para encontrar a Dios, aprenderán a vivir el sacrificio para reparar Su Corazón y, por encima de todo, aprenderán a amar para renovar Su Amor.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sin que ustedes lo esperaran, hoy he venido por expresa Voluntad de Mi Padre, para decirles que estaré regresando para entregarles Mis impulsos espirituales diarios a partir de este día, 20 de marzo de 2019, numéricamente especial para el Universo de Dios.
Toda la Jerarquía Espiritual está atenta a las grandes necesidades espirituales e internas de la humanidad.
Pero en este ciclo, en el que Mi Palabra deberá ser llevada a la práctica, los impulsaré y los guiaré con nuevas y precisas instrucciones para que sus mundos internos y sus almas se sientan guiadas.
Por esa razón, el Padre Me ha pedido que, por los méritos infinitos de Mi Pasión, ofrezca Mi Divina Consciencia a los que seguirán trabajando diariamente en su transformación y redención.
Es así que, a partir de hoy y por un periodo indeterminado, estaré regresando con toda la Gloria de Dios para acompañar a la humanidad en este momento crítico y decisivo que está atravesando.
Y especialmente vendré, a pedido de Mi Madre, por los que merecen y claman por los méritos de Mi Divina Misericordia.
Vendré en este ciclo para seguir revelándoles la Verdad y, sobre todo, para evitar la sustitución de la fe y de la enseñanza cristiana por la idolatría y el fanatismo mundial y religioso.
Durante la próxima Sagrada Semana sembraré las últimas semillas.
¡Les agradezco por guardar Mis impulsos en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más