MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy, vengo aquí para abrazarlos con el Amor puro de Mi Hijo, porque esa es la principal causa que Mi Hijo lleva adelante para poder cumplir con Su Proyecto en cada una de las almas y de los corazones.

Cuando algo parece que está por terminar, es que algo nuevo está por comenzar. Y, como les he dicho en los últimos días, Mi Presencia Maternal no desaparecerá de ustedes, aunque en este tiempo ya deban caminar con sus propios pies.

Pero Yo estaré allí en el silencio, en el silencio de una Madre que contempla y que ama, de una Madre que conforta y que sostiene, de una Madre que solo lleva a Sus hijos al Corazón de Cristo.

Por eso, estoy aquí una y otra vez, y desciendo al mundo para ayudar a las almas de Cristo; porque es muy fácil, hijos Míos, salirse del camino de la Luz y sobre todo en este tiempo de tantas interferencias y confusiones.

Pero hoy también aquí, vengo con el gozo de Mi Espíritu, de aquella alegría que sintió Dios en Su Corazón Eterno, al saber que a través de Su Hijo Primogénito podría encarnar en el mundo para poder redimirlo y salvarlo.

Es esa alegría que siente Mi Corazón de Madre, que vengo a compartir con cada uno de sus corazones, porque lo más importante en este tiempo es que cada uno de Mis hijos pueda estar en paz, viviendo en confianza lo que ustedes deben vivir, experimentando con paciencia lo que ustedes deben experimentar, porque este tiempo ya estaba previsto y estaba escrito.

Esta es la hora, Mis amados, en la que cada uno por sí mismo deberá sumergirse en el océano de la Confianza de Dios para ser colmado por Su Santa Unidad, para ser colmado por Su Eterno Amor que siempre los ayudará a salir adelante, a pesar de la noche oscura del planeta.

Les pido que ya no tengan miedo de enfrentar lo que cada uno debe enfrentar de sí mismo, porque si Mi propio Hijo enfrentó en Su propia persona todos los errores y pecados del mundo y, más aún, Él se entregó en la Cruz por ustedes, de una forma semejante y profunda ustedes también lo pueden vivir.

Yo no quiero que se desanimen, sino que tengan fe, una fe que les traiga la esperanza de no ver toda la realidad oscura, sino ver en el firmamento ese Punto de Luz que es la Consciencia de Dios, Luz que abarca todo este universo y toda esta Creación, para que Él pueda renovar Su Amor en las almas por la propia experiencia del Amor que ustedes pueden vivir en el día a día.

Porque, así como Mi Amado Hijo vivió, en cada paso de Su Pasión, la experiencia del Amor en Su propia carne, esta es la hora tan prometida, hijos Míos, en la que ustedes mismos pueden vivir también los grados de Amor, de un Amor Crístico, capaz de ir más allá de todas las situaciones y condiciones.

Esta es la gran clave que hoy les traigo.

Esta es la Ley que hoy aquí se cumple, la Ley del Amor de Dios, y no hay nada, absolutamente nada, que esté por encima de ese Amor Divino y Cósmico. No hubiera existido otra razón de Cristo haber encarnado en el mundo, sino para entregarles la lección del Amor de Dios que salvó y convirtió a muchas consciencias en el pasado; así como intenta convertir sus corazones y vidas en un modelo del Amor de Dios, el Amor vivo del Padre. Porque quien está en el Amor de Dios, en el Amor del Padre, todo puede transmutar, liberar y perdonar.

Cuando el Amor del Padre no está presente entre ustedes o no está presente en ustedes, no se cumple Su Voluntad, sino se cumple la propia voluntad humana condicionada, que los llevará una y otra vez al sufrimiento y a la falta de paz.

Pero hoy, ante Mi Presencia amorosa y humilde, puedo estar delante de corazones que representan a muchas naciones y pueblos, a muchas experiencias en la historia de esta humanidad que, a través de los tiempos, más allá de los errores o del pecado, fueron experiencias auténticas que marcaron a esta raza.

Por eso, quiero que a partir de este momento y en la víspera de esta próxima Sagrada Semana, puedan contemplar lo positivo de la vida, la esperanza que puede recibir y vivir el corazón humano, la fe que es capaz de colocarlos en el Camino de Dios.

Es ahí donde Mi Hijo los necesita en este momento, porque Cristo necesita de la ayuda de Sus orantes y servidores para que, por Su divina intercesión, Él pueda transmutar al planeta y a la humanidad de tantas puertas inciertas que están abiertas en este momento. La Presencia de los Sagrados Corazones viene a reerguir a los corazones al Cielo del Padre. Nuestras Divinas Presencias también vienen a cerrar esas puertas inciertas, que solo confunden a las almas en el Camino de Dios.

Las Santas Reliquias de Cristo volverán a estar presentes en estos días; para que, a través de esta Sagrada Semana, una vez más, cada uno de sus corazones y sus esencias puedan llevar consigo los códigos crísticos, aquellos que fueron imantados por el propio Cristo, en cada pasaje de Su Pasión, como también en cada momento que Él compartió con Sus apóstoles y con Su pueblo.

Ustedes son ese pueblo de Cristo que vuelve a reunirse en este lugar, como un rebaño llamado a vivir la unidad, la reconsagración al Propósito de Dios que debe cumplirse en este tiempo.

Eso es lo que Jesús espera de los consecuentes de corazón, de los que no le temen decir sí, por todas estas naciones y por los ángeles de las naciones que hoy aquí están representadas; con amor, dulzura y devoción, vengo a otorgar, una vez más, la consagración de nuevos Hijos de María.

Pueden aproximarse, Mis hijos; y así todos tendrán la Gracia, en este momento, de renovar la consagración a Mi Materno e Inmaculado Corazón para que esta Sagrada Semana pueda tener los frutos espirituales que Cristo espera, los frutos que deben ser entregados y depositados en los corazones; porque en el único lugar donde Dios está presente es en el corazón.

Mis amados hijos, Me alegra tenerlos aquí Conmigo, así como tuve la Gracia muchas veces de estar con los apóstoles y sacerdotes de Cristo en el Santo Cenáculo del Señor; así como tuve la Gracia de acompañar a Mi Hijo hasta Su Muerte en la Cruz, en lo alto del Monte Calvario; así como tuve la Gracia de estar con Su pueblo, con los que sufrían, con los que padecían, con los más humildes entre los humildes y los más pobres entre los pobres; hoy estoy como Madre ante un grupo de almas que vive, en su silencio interior, la experiencia de la pobreza de Dios, que no puede ser comprendida con la mente, sino solamente con el corazón que ama a Nuestro Padre-Madre Creador.

Hoy consagro y bendigo almas que ya fueron bendecidas y consagradas muchas veces, a través de las señales que han recibido, en sus vidas, directamente de Nuestros Sagrados Corazones.

Hoy, dejen a Mis Pies aquello que los acongoje. Dejen a Mis Pies sus sufrimientos, sus incertidumbres, y reciban de Mi Corazón la paz, el consuelo, el mismo consuelo que Dios Me dio cuando vi a Mi Hijo clavado en la Cruz.

Por eso, para las que son madres, entréguenme a sus hijos, para que Yo les pueda entregar a Jesús. Y así intercambiamos Nuestros Corazones, para que sientan en ustedes el Corazón de la Madre de Dios y Su llama de Amor que nunca se apaga, que nunca se extingue, la llama eterna del Amor de Dios, que todo reconstruye y todo repara, a través de esta santa consagración.

Sigan siendo buenos orantes. Nunca se olviden de orar Conmigo. El mundo necesita de muchas oraciones para que se pueda disolver la oscuridad en la propia vida y en la humanidad.

Hijos e hijas, Dios los recibe a través del Templo de Mi Corazón. Que sus vidas sean un precioso oratorio para Dios, un ejemplo vivo de caridad y de servicio, por un solo fin: para aliviar el sufrimiento y para que llegue el tiempo tan esperado de la cura y de la paz, en todas las almas posibles.

Bajo esta Mi aspiración, Yo los consagro como Mis hijos, Hijos de María, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensajes semanales
PRIMER MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Mi Gracia Maternal se expande en el silencio de Mi Corazón. Así, Yo puedo llegar al mundo y, mediante la oración sincera de Mis hijos, puedo alcanzar y ayudar a las almas que más lo necesitan.

Este es el tiempo de la Gracia. Este es el tiempo de la Misericordia.

Todos Mis hijos deben alcanzar esa Fuente de Gracias; todos deben sentir su filiación interior con Cristo.

Mi Gracia Maternal viene para auxiliar a la perdida humanidad.

Mi Gracia Maternal viene para despertar a la consciencia dormida del ser humano.

Mi Gracia Maternal viene para retirar de la ilusión a los que Me acepten y Me reciban como su Madre espiritual; así Yo conseguiré ayudar aún más al mundo; así Yo podré verter Mis Gracias en los corazones vacíos y solitarios, en los corazones sin Dios.

Llegó el momento de la conversión interior y de la conversión de la vida.

Llegó el tiempo de abrir los sentidos internos para escuchar a Dios y oír Su Mensaje.

Ya estamos en el tiempo de que el Amor vuelva a vencer, así como el Amor de Mi Hijo venció en la Cruz.

¡Les agradezco por acompañarme!

Los bendice siempre,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA LOCALIDAD DE SÃO JOÃO BATISTA, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Querido hijo:

Confirma plenamente en tu corazón que siempre seré tu Madre y que una buena madre nunca olvida a sus hijos.

Una buena madre siente el desespero hasta de su hijo más pequeño, como también siente su alegría.

Una madre que ha tenido a su hijo, todo lo sabe y su corazón nunca le falla, porque, a pesar de la distancia o en donde su hijo se encuentre, una buena madre, por medio de la intuición femenina, siente todo lo que a su hijo le está pasando.

Por eso, confía en que una buena madre siempre te comprenderá y te consolará. Porque una buena madre es capaz de dar la vida por sus hijos, así como ella la dio al momento de dar a luz a un nuevo ser.

En el vientre materno se guarda toda la historia entre la madre y el hijo. Los momentos de alegría, los momentos de dolor, así como la felicidad de traer al mundo una nueva vida.

Una buena madre espera pacientemente por el amor de sus hijos. Ella llora en silencio las penas de su corazón, porque una buena madre siempre desea el bien para sus hijos, más allá de todo.

Una buena madre es una guerrera incansable de Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Una Buena Madre - Parte I

Una verdadera madre es capaz de darlo todo por sus hijos, no importa si sus hijos le corresponden o no.

Una verdadera madre hace todo en el silencio, y en ese silencio muchas veces calla para no desafiar las contrariedades de estos tiempos.

Una verdadera madre acoge el sufrimiento del semejante y lo hace parte de sí.

Una verdadera madre conoce la inmadurez y la testarudez de sus hijos, pero, aun así, siempre les demostrará la realidad y el lado bueno de la historia y de toda la experiencia.

Una buena madre no reclama, pero sí indica; no somete ni controla, pero sí advierte, sugiere y guía, porque su corazón maternal y femenino siempre le dictará muchas cosas.

Una buena madre siempre les dará el bien a sus hijos, y un poco más.

Una buena madre es la que siempre dice "sí" y es la que llora en su soledad. Ella espera que sus hijos encuentren el camino de la madurez, de la bondad y de la transparencia.

Una buena y verdadera madre teme por la perdición de sus hijos y cuando sus hijos no la escuchan se acongoja su corazón.

Por eso el Padre les dio una madre, no importa si es correcta o incorrecta. Dios les dio una madre terrenal y una Madre Espiritual.

Esas madres esperan que sus hijos nunca se olviden de ellas, que las lleven en su corazón grabadas a fuego, porque una madre es el hilo intermediario que los unirá a Dios en Su Aspecto Femenino.

Todo los que en la vida consagrada tuvieron la gracia de tener una madre espiritual es para que la reconozcan, especialmente la juventud, porque en estos tiempos estar en el regazo de una madre será como estar en los Brazos de Dios.

Se necesita mucha humildad y confianza para poder comprender, sentir y percibir lo que una buena madre siente por sus hijos.

Los invito a aliviar el corazón de las madres, por todas las madres del mundo que agonizan, día y noche, al no poder socorrer a sus hijos.

Dios les ha dado Su mayor tesoro universal: tener cerca una madre, así como Jesús Me tuvo a Mí, para que en los momentos más difíciles y áridos Yo lo apoyara.

Una verdadera madre siempre tiene un lugar para sus hijos, porque sus hijos son la razón primera de su existir.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE COLONIA HACIA FRANKFURT, ALEMANIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra en Mi Corazón de Paz, para que tus pasos sean seguros hacia Dios.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que así Yo te conduzca hacia aquella Voluntad perfecta que el Creador emanó al pensar en tu pequeño corazón.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que haya paz en tu pequeña vida y se disuelvan los conflictos, los obstáculos y las dificultades.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que Yo te enseñe a ser un pacificador en la Tierra.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que Yo te transforme en un anunciador de la Presencia de Cristo en este mundo, en un testimonio vivo de Su Presencia eterna y de Su Retorno venidero.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que en Mi Silencio Yo te enseñe muchas cosas y Mi Amor te sostenga y nutra tu espíritu para que no busques en el mundo, o fuera de ti, aquello que solo Dios puede entregarte.

Entra en Mi Corazón de Paz con una oración sincera, con una plegaria verdadera, como una confesión entre Madre e hijo. Porque, como tu Madre Celeste Universal, aquí estoy para escucharte, para comprenderte, para corregirte y para ampararte.

Entra en Mi Corazón de Paz en un diálogo verdadero Conmigo, pues Yo te amo, hijo Mío, y espero que tu corazón retorne al puerto seguro de Mi Espíritu, en donde Yo pueda sustentarte para que tú, en servicio permanente y en donación, sustentes a otros que no consiguieron y que no supieron llegar a Mí.

No te olvides de entrar en Mi Inmaculado Corazón de Paz.

No te olvides de estar en Mí.

En Mi silencio tengo la respuesta y el aliento para todas tus dudas y dificultades.

En Mi abrazo tengo el consuelo para tu espíritu y la renovación para tu alma.

No permanezcas en el mundo desesperanzado y sin paz, si tienes una Madre Celeste que te fue entregada por Dios en la Cruz de Su Hijo, en el ápice de Su Amor y de Su Misericordia.

Hijo Mío, cuando todo parecía perdido para los compañeros de Cristo que lo vieron padecer en la Cruz, Él les entregó una Madre eterna y bondadosa. Y, de la misma forma, vuelve a hacerlo cuando las almas se pierden al olvidar que tienen una Madre Celestial que los amparará siempre que eleven sus ojos hacia los Cielos y su corazón a Dios.

Tan simplemente aguardo que Me llamen y que oren Conmigo.

El mundo, hijo Mío, pasará por dificultades mayores y pruebas que parecerán insuperables. Por eso, aprende hoy a ingresar en Mi Corazón de Paz; construye hoy el camino que conduce a Mi Manto, y cuando este mundo más lo necesite tú serás una guía para las almas perdidas, pues sabrás el camino para encontrarme.

Con Amor en Mi Corazón tiendo Mis brazos, colmados de gracias, hacia el mundo, para hablarle directamente al corazón de cada uno de Mis Hijos: entra en Mi Corazón de Paz y encuéntrame allí para que Yo te diga lo que más quiero de ti en este tiempo y te ayude a cumplir con tu misión.

En este día te bendigo y te agradezco por escuchar Mis Palabras y adentrarte, sin miedo, en Mi Corazón de Paz.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras Mi Hijo se prepara para el trabajo planetario de estos próximos días, su Madre Celeste lo acompaña en silencio, como hace dos mil años.

Se vuelve a repetir el acontecimiento de la Pasión del Hijo por este planeta y la compañía de Su Madre en el silencio interior.

Todo el escenario se está preparando y, de la misma forma, las actuales fuerzas del caos están siendo llamadas a la penitencia y a la rendición, para presenciar el nuevo triunfo de Cristo en los corazones de los simples.

Una vez más, la historia de la redención del mal vuelve a repetirse, pero esta vez las tinieblas más caóticas, los reinos más oscuros son disueltos y, así, presenciarán la gloriosa venida espiritual del Rey.

Aunque todo se agite, el nuevo triunfo del Redentor se aproxima y nada invisible ni aparente podrá evitar ver esa sagrada victoria de Jesús, el que vendrá trayendo en Su Mano derecha el Cetro de Luz de Dios y en la otra, la Espada de San Miguel, la que disolverá todas las tinieblas en la Luz de Emmanuel.

Por eso, acompañen al Hijo Amado en esa misión. Permitan que sus soles internos se enciendan ante el advenimiento de la victoria celestial.

Que todo principio, así como toda criatura visible o invisible, se rinda ante la llegada del Maestro del Amor, porque el Reino de Dios se aproxima y nuevamente el Amor vencerá.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Soy la Señora del Silencio, en Mi recogimiento, observo la necesidad de cada corazón, sin dejar de atenderla.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, contemplo la realidad interior de cada corazón, sin dejar de atenderla.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, apoyo la purificación de cada ser, que ha de venir inesperadamente a su encuentro, a fin de que se libere de los errores de la humanidad.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, acompaño la transición espiritual de cada ser hasta que finalmente alcance la liberación de su espíritu y de toda su consciencia.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, guío de cerca a los que más necesitan de ayuda para que puedan dar sus pasos y, así, rendirse a los Pies del Señor.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, observo los acontecimientos de la vida y no dejo que nadie pierda el sentido del Propósito hasta que lo perciba.

Soy la Señora del Silencio y en Mis Brazos coloco a los más miserables, a los que retrocedieron en las escaleras de la Luz; para que, bajo Mi contención maternal, vuelvan a dar sus pasos hacia Mi Hijo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El silencio de María

Durante la Pasión de Mi Hijo, la llave que abría la puerta a la Gracia era el silencio.

El silencio hacía invisible a su Madre, porque en el silencio está presente Dios y todas Sus manifestaciones. Su Madre no solo tuvo un Corazón doloroso, sino que también vivió como un Corazón silencioso, esto permitió cerrar las puertas profundas al mal.

El enemigo no sabe lo que es el silencio, porque vive a través del conflicto y del desorden.

El silencio penetra en la consciencia como espíritu de serenidad y de armonía. Es ese silencio interior y misterioso el que llevó adelante toda la Obra redentora de Mi Hijo durante Su Pasión. En silencio, soportó todos los martirios, porque Su divina Consciencia estaba unida a Dios y a Su gran Propósito.

Por medio del silencio se vence al mal y él se desorienta porque no encuentra ninguna puerta hacia el conflicto. Ese silencio fue el que preparó a Jesús durante los cuarenta días antes de comenzar con Su vida pública.

El silencio diseña en el espíritu un estado capaz de trascender los conflictos más resistentes en las consciencias. Alcanzar ese estado de silencio, no arrogante ni introspectivo, significa una tarea de desprendimiento de formas y de modos que pueden interferir en el despertar de cada alma.

El silencio es más que quedarse callado o no emitir palabras; el verdadero silencio del universo se alcanza a través de la conexión interna con la oración, que es el primer paso para ir disolviendo las raíces humanas que generan el desorden en la vida material.

En este momento el planeta está muy lejos del verdadero silencio. Por eso, su Madre les enseña que el silencio es un acto de oración capaz de alcanzar planos de consciencia en donde reina la paz.

El silencio también es cura, es una vertiente poderosa que en estos tiempos ayudará a salvaguardar el camino espiritual de las consciencias que acepten penetrar en ese estado de unión con el Creador.

El silencio trae luz, trae sabiduría, trae serenidad y renueva el espíritu para que tenga el impulso de continuar en la Obra divina.

El silencio total de una parte de la humanidad podría revertir todas las causas que se aprovechan del ruido y del desorden para generar el conflicto mundial.

El silencio es como un remedio contra la verborragia que ocasiona deudas y constantes faltas.

El silencio libera sin batallar.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los lleva al silencio interior,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, REINA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Entra en Mi Paz, para descubrir las verdades del Cielo y conocer los misterios más antiguos del corazón.

Entra en Mi Paz, para que tu corazón se aquiete y encuentre un camino seguro por el cual seguir en dirección a Mi Hijo.

Entra en Mi Paz, para que tu consciencia comprenda Mi Presencia y tu corazón reconozca a Mi Espíritu.

Entra en Mi Paz, para que tu alma se aproxime y tu espíritu viva unido a tu corazón, ayudándolo así a consolidar los pasos de la consciencia.

Entra en Mi Paz, porque solo en ella conocerás a Dios y a Su Reino Celestial.

Entra en Mi Paz, porque dentro de ella estarán libres de las tribulaciones del mundo y tu corazón no se envolverá con lo que vive fuera de Mi Corazón. 

Entra en Mi Paz, para estar bajo Mi Manto y, a partir de ahí, ser intercesor de las almas que más lo necesitan.

 

Entra en Mi Paz, para conocer el silencio. Entra en el silencio, para conocer Mi Paz.

Entra en Mi Paz, esa que Mi Presencia deposita en los corazones e irradia al mundo.

Para estar en Mi Paz, hay que estar en Mi Presencia, y para atraer Mi Presencia, hay que estar en oración perpetuamente.

Estén en Mi Paz, viviendo en oración. Irradien Mi Paz, viviendo la oración. Sean Mi Paz, siendo la oración.

Estar en Paz, hijos Míos, es una gran necesidad del mundo, porque la paz muere en los corazones de los hombres, y cuento con los dedos de Mis manos a aquellos de Mis hijos que hoy pueden vivir en eterna paz, porque viven en eterna oración.

Por eso, oren, oren mucho. Disuelvan en la oración las aflicciones de sus corazones y las aflicciones del mundo. Aparten de sus corazones el dolor, a través de la alegría de vivir en Dios y de cumplir con Su Voluntad Divina.

Coloquen, día a día, a Mis pies aquello que les impide vivir en paz y, a través de la oración, fortalezcan esta paz en el mundo e irradien la paz a las consciencias.

Ya no alimenten los conflictos, las críticas, los juzgamientos; no se unan con el prójimo para alimentar el mal, para juzgar, para destruir, para atraer la discordia entre los corazones.

Corten los impulsos de la maldad que viven en las células humanas. No alimenten a las fuerzas mundanas que viven en los corazones; pero sí, como soldados marianos, vivan la primer batalla, en ustedes mismos, para retirar el mal e implantar la paz.

Oren, Mis queridos, oren mucho, porque el mundo así lo necesita.

No se permitan emitir un verbo que no construye la Luz, y si la voluntad de hacerlo fuera mayor que el poder de la paz en sus corazones, silénciense, silénciense y entren en oración.

Es tiempo de crear con consciencia, es tiempo de vivir el amor entre las criaturas. Los invito a disolver, en Mi Corazón, todo lo que fueron hasta este instante, para vivir en Mi Propósito universal de la Paz.

Como en Fátima, despierto los corazones del mundo para que renazcan en Mi eterna Paz.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

María, Madre y Reina de la Paz

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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