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Después de cuatro años regreso desde el Cielo a esta ciudad de Cali a fin de que su pueblo devoto y fiel a Mi materno Corazón se una a su Madre Celeste para rezar e implorar por Colombia y por el planeta.
Regreso a Cali con la intención de hacerlos más conscientes de la situación delicada de la humanidad y para que, a partir de ahora, en la formación de nuevos grupos de Rosarios de Luz, ustedes asuman definitivamente la oración en las familias, para que la célula principal de Dios esté protegida y amparada de todas las influencias e informaciones superfluas de estos tiempos.
Mis hijos de Cali, regreso a su amoroso encuentro para volver a verter Mis Gracias en sus corazones a fin de que una sagrada alianza y un maduro compromiso se establezca entre ustedes y Yo.
Como Madre y Señora de Chiquinquirá, como patrona y protectora de su pueblo, Yo rezo para que los valores culturales de su raza se mantengan vivos en sus vidas, y para que esos valores internos sean los que protejan a su pueblo y a su país.
Como Madre de la humanidad, regreso a Mi querida Colombia para colocar debajo de Mi manto a los Reinos de la Naturaleza y a toda la biodiversidad que Colombia guarda desde tiempos remotos.
Vengo para pedirles que defiendan y que protejan las grandes reservas naturales y a los animales que este bello país tiene, ya que son la base natural y espiritual para el desarrollo de su cultura.
Que ese cuidado y amparo a los Reinos menores sea algo consciente en todos los colombianos para que no permitan el ingreso de industrias que solo explotan y contaminan químicamente los manantiales y todo el suelo sagrado.
Este es el tiempo en el que la humanidad entera verá caer situaciones increíbles por su propio peso. Por eso ustedes, Mis hijos de Colombia, deberán asumir la oración con seriedad para que nada los sorprenda.
Regreso a su querida patria para darles este mensaje, para que este mensaje sea parte de cada uno de ustedes, sabiendo que llegará el tiempo en el que su Madre Celeste se recogerá.
Por esa razón, ahora Yo llamo a todos Mis hijos para que actúen conforme a la emergencia y a la necesidad espiritual de estos tiempos.
Será esa actitud responsable y consciente de cada hijo Mío lo que evitará acontecimientos inesperados y lo que cortará la cadena del mal que hoy vive todo el género humano.
Colombia es una tierra de tesoros espirituales. Colombia es una tierra que puede vivir la paz y que debe disolver los conflictos, para que el país pueda renacer en Cristo y, en Cristo, él alcance la consagración al Plan Divino.
Es hora de reencender el compromiso crístico de cada corazón colombiano. Así las reliquias más benditas y sagradas estarán entre sus manos para que también aprendan a proteger y a cuidar a Sudamérica como parte del Proyecto Divino de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por escucharme y por responder a Mi llamado!
Hoy bendigo a Mi querida Colombia, de norte a sur y de este a oeste, para que la poderosa Cruz de Mi Hijo los proteja.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Nuestra Señora de Chiquinquirá vengo, hijos, a colocar a esta nación bajo Mi manto y dentro de Mi Inmaculado Corazón. Vengo a tenderles Mis brazos y a abrir los caminos para que Mis hijos estén más próximos a Mí, resguardados en Mi regazo e inspirados por Mi Corazón.
Vengo en un tiempo en el cual muchas naciones agonizan y colapsan por los estímulos del caos y por los frutos de su propia purificación, porque todo lo que antes estaba oculto, hoy sale a la luz y los espíritus no están preparados para sustentarse a sí mismos y a sus naciones, sin sucumbir a las tentaciones y a los impulsos humanos de rebeldía y de descontrol.
Hoy, hijos Míos, vengo a establecer la paz en sus corazones y a solo pedirles que oren. Oren con sus familias, formen grupos de oración en los cuales sus espíritus se fortalezcan y se ayuden mutuamente para llegar a Dios. Creen lazos de amor con el Creador, a través del verbo que se eleva al Cielo.
La oración, hijos amados, les traerá paz y traerá paz al mundo; resguardará lo sagrado que en él habita y permitirá que estos Recintos Sagrados puedan continuar auxiliando al planeta con su presencia y con su paz.
Colombia, hijos Míos, es una nación bendecida por Dios con los Reinos de la Naturaleza, los que hacen que todos los desequilibrios humanos puedan ser transmutados y liberados. De esa forma, a pesar de tantos conflictos, aún hay paz, mansedumbre y amor en los corazones de muchos de Mis hijos colombianos.
La oración y la devoción de su pueblo los trajeron hasta aquí, los levantaron en cada caída y los irguieron hacia Dios, a pesar de todos los abismos que cruzaron a lo largo de los años. Y hoy vengo para decirles, hijos, que la oración continuará siendo su sustento, pero, a medida de que las pruebas del planeta se tornen más agudas, mayor debe ser el tiempo que dediquen a la oración, más imbuidos deben estar de Dios, de Su Propósito, de Su Presencia, de Su Fortaleza y de Su Paz.
Creen, hijos amados, redes de oración por la paz, por el bien de las familias, por el rescate de los Reinos de la Naturaleza, por los espíritus y por los ángeles de las diferentes naciones de este mundo.
Los tiempos de prueba deben despertar en ustedes el espíritu misionero, para que cada día se sientan responsables por el establecimiento y el sustento del Plan y de la Voluntad Divina para este mundo.
Por todo lo que han vivido, hijos Míos, y cómo han perseverado en cada prueba, a través de la devoción, puedo llamarlos a dar un paso más en la oración, a definirse en el camino de la luz y no solo fortalecer a sus propias vidas y a su propia nación, sino también a otras vidas y a otras naciones, a través de la oración sincera.
Yo los amo, los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Hoy no encuentro otro lugar en el mundo que el corazón de Mis hijos, porque es en el corazón de Mis hijos en donde podrá realizarse la Voluntad de Dios y expresarse Su divina providencia.
Es en el corazón de Mis hijos en donde podré encontrar la paz de Mis queridos hijos, para poder servirme de esa paz, y uniéndola a Mi Paz, poder derramarla sobre el mundo, especialmente en aquellos lugares donde ya no existe.
Hoy no solo vengo con la alegría de poder reencontrarlos, queridos hijos, de poder bendecirlos en este día de consagración, sino también vuelvo con la alegría interior de poder ayudar a otras naciones de Sudamérica, como lo es Venezuela, en la que a través de Mi presencia maternal en este momento, todos los que se encuentran en ese país sufrido y herido como también todos los que emigran del mismo son amparados y ayudados espiritualmente por los ángeles del Cielo y hoy sus bocas reciben un maná espiritual para que puedan recobrar la fortaleza, la confianza y la fe en el Creador.
Pero este tiempo, hijos Míos, no es solo un tiempo de tribulación, la tribulación que la humanidad escogió vivir en este ciclo; Dios está con Sus brazos abiertos para recibirlos y acogerlos. Por eso, Me ha permitido regresar aquí a Colombia no solo para bendecir a su patria y a su pueblo, sino también para ayudar espiritualmente a sus naciones hermanas de Venezuela y Ecuador, porque como ustedes saben, cosas gravísimas están sucediendo en estos tiempos.
Dios contempla a todas las almas del mundo, especialmente a aquellas que viven los conflictos y la división en las naciones; por eso envía a Su Espíritu Santo a través de Su Sierva fiel, para despertar a las consciencias del mundo entero hacia la cooperación y la colaboración con los más necesitados. Porque si un hermano vuestro, por más desconocido que sea, está sufriendo o está padeciendo, la humanidad entera es la que está padeciendo y sufriendo.
Por eso vengo a colocarlos, hijos Míos, en esta noche, ante un panorama y una visión espiritual y universal, porque llegó el momento, llegó la hora, de que cada uno salga de sí para poder abrazar el todo que es la humanidad enferma.
Eso permitirá, hijos Míos, que bajo el espíritu de la colaboración y de la solidaridad por aquellos hermanos que sufren y padecen el caos de estos tiempos, pueda llegar el espíritu de la intervención divina, de la ayuda celestial y cósmica que todas las almas en este tiempo necesitan sin excepción, cada uno en su escuela, cada uno en su aprendizaje y en su momento de despertar.
Vengo a concederles la Gracia de liberarlos para siempre de este hipnotismo e ilusión mundial para que sus corazones también impulsen a otros corazones al despertar de la consciencia, al despertar de la cooperación y de la solidaridad, sabiendo que el mundo entero está sufriendo, aunque una minoría sufra mucho más de lo que sufre la mayoría en estos tiempos.
Yo les traigo, queridos hijos, esta Gracia especial porque aún la humanidad tiene velos en su consciencia y no solo no consigue ver la realidad de estos tiempos, sino que tampoco consigue ver lo que está detrás de cada consciencia, quién es esa alma, quién es ese espíritu que está encarnado en este momento para servir y cumplir una misión con Dios.
Por eso, este es el tiempo de la cooperación y de la integración grupal. No son tiempos de barreras ni de divisiones, es un tiempo de poder sentir a Dios en el corazón y de cumplir Su Voluntad y Sus mandamientos.
Cuando den ese paso profundizarán en su vida espiritual no solo orante, sino también en su vida interior y podrán representar a Mi Hijo de alguna forma, porque Él también está de brazos abiertos para recibir a Sus nuevos y últimos apóstoles que, de una forma servicial y humanitaria, ayudarán a los que más necesitan, a los que no tienen nada, a los que han perdido todo, así como lo perdieron Mis hijos de Venezuela.
Pero muchos se preguntarán en este momento o alguna vez se lo preguntaron: ¿dónde está Dios ante todo lo que sucede en Venezuela? Dios está allí. Por eso vengo a estar en sus corazones, porque Dios está en sus corazones y es en los corazones en donde se realizará el Plan de Dios.
Los corazones serán impulsados a vivir el fin de estos tiempos a través del apostolado y del servicio de una manera incondicional y abnegada. Ese es el primer paso y es la primera escuela para ustedes, hijos Míos, aparte de formar los grupos de oración que Yo necesito en este momento para Colombia. Porque Colombia no puede ser un espejo de lo que sucede en Venezuela.
Sé que la devoción interior de cada uno de ustedes y la fidelidad para Conmigo, hijos Míos, todo lo impedirá y Dios seguirá derramando Su Gracia sobre este pueblo querido y amado por el Plan Divino. Y sus consciencias estarán más disponibles, más dispuestas, más enteras a ayudar en lo que fuera necesario no solo al Reino Humano, sino también a los Reinos de la Naturaleza, en todos los lugares de la Tierra. A la vuelta de sus casas o aun dentro de sus familias existen grandes necesidades internas que se terminan reflejando en necesidades materiales.
No estoy hablando de propiedad o de poder, o de poseer alguna cosa material, estoy hablando de las carencias que enfrentan Mis hijos en estos tiempos, principalmente, de la falta de Amor y de una inconmensurable incomprensión de lo que le sucede a cada hijo Mío.
Por eso, Nuestras Palabras que ya están siendo las últimas en este ciclo serán su Fuente, para que puedan beber, nutrirse y quitarse la sed. Nuestras Palabras, las Palabras de los Sagrados Corazones, serán la Luz para el mundo que enfrenta la tribulación y la adversidad. Nuestras Palabras serán sus impulsos para el cambio de la consciencia y para la transformación del ser.
Ninguna de Nuestras Palabras a través de los años han sido desperdiciadas, porque Nuestras Palabras provienen de la Voluntad de Dios, es Dios quien dicta a Nosotros lo que debemos decir, así como ustedes deben hacer resonar dentro de su mundo interior todo lo que reciben.
Ningún ser de la Tierra, por más ateo o no creyente que sea, quedará sin instrucción y sin guía. Todos los pasos están siendo indicados hasta en los mínimos detalles. Por eso, hijos Míos, deben aprovechar la Fuente de la instrucción en los momentos más difíciles y agudos del planeta. Estos son los tiempos difíciles, los tiempos difíciles no llegarán, los tiempos difíciles ya están aquí, ante sus ojos, ante sus casas, ante la realidad planetaria de estos tiempos.
Yo los invito, hijos Míos, no solo a vivir la consagración para que siempre sean bendecidos y protegidos por Mí, sino también Yo los invito a hacer algo por este planeta y por la humanidad. Cuantos más hagan algo por esta humanidad y por este planeta, menos situaciones graves sucederán, muchas almas serán desviadas del peligro, del terror, de la persecución y aun del caos. Porque cuando la mayoría de la humanidad haga algo de una forma verdadera, permanente y sincera, muchos se salvarán y los Reinos de la Naturaleza serán protegidos de las manos de los hombres que los quieren herir y lastimar.
Cuando la humanidad comprenda que es parte de una única creación, y se dé cuenta de eso, tomará consciencia de todo lo que no ha hecho bien; y esperamos, rezamos e imploramos por el arrepentimiento de todos, para que el odio y la maldad acaben, para que la paz y el amor se establezcan, para que las almas encuentren dentro de sí mismas el Reino de Dios.
Este es el tiempo del Armagedón. El libro de Juan el apóstol, el Apocalipsis, se está cumpliendo. Por eso es el tiempo, hijos Míos, de proteger su mundo interior de todo lo externo. No estoy hablando de que se aíslen ni que se dejen de comunicar con sus hermanos. Estoy hablándoles, hijos Míos, de que sean selectivos y que sepan aquello que les hace bien y aquello que no les hace bien. Así su pureza esencial no será contaminada con los ruidos continuos que genera este mundo y que se escuchan a eones de tiempo y en otras partes de este sistema solar, aunque no lo parezca.
Lleven sus consciencias hacia el sacrificio y hacia el ejercicio del silencio interior, y por medio de la oración ayuden a equilibrar y a armonizar este planeta, para que toda la vida que está en la superficie de la Tierra alcance por lo menos un momento de paz.
Hijos, el tiempo de las palabras bonitas terminó. Llegó el tiempo de la consciencia, de la madurez y de la responsabilidad. Por eso, estas son Mis últimas apariciones, después de once años, porque cuando concluya el ciclo que Dios espera, todo se cumplirá y la humanidad vivirá lo que ha escogido.
Pero como Madre mediadora e intercesora, Yo vengo a evitar esos acontecimientos y hoy Me coloco de rodillas ante ustedes, para pedirle al mundo entero que se arrepienta de corazón, que busque la paz y que sepa que todo lo que digo no es solo una advertencia, sino un pedido de Mi Corazón maternal para cada hijo Mío, en cada parte de este planeta, para cada raza, pueblo o cultura como para cada religión.
Hoy vengo como la Madre del Apocalipsis para colocar a Mis hijos debajo de Mi manto, en donde encontrarán protección y amparo para estos momentos. De rodillas les digo: no vengo a darles miedo, Yo soy la Reina de la Paz, la Madre Universal, el inmaculado y materno Corazón de María.
Vengo a llamarlos a la verdad y a la consciencia. Quiero construir a través de ustedes un puente hacia Dios, porque Dios y Mi Corazón en este ciclo serán su fuerza y su gracia.
Con amor hoy bendigo todas estas flores, que no son Mías sino de Mis hijos y que representan la simplicidad de la belleza de Dios, a través del Corazón de María y de los aromas sutiles del Cielo que la rosas captan por su naturaleza. Estas rosas son para ustedes, para que las lleven consigo hasta sus últimos días y para que siempre recuerden Mi presencia que es eterna e inextinguible.
Por eso invito, en esta noche, a que se aproximen a este escenario los que se consagrarán como Hijos de María, para recibir la bendición, la consagración y la paz de Mi Corazón.
Pero antes de que eso suceda, hoy vengo a pedir una canción que representa un pasaje de la vida de su Madre Celeste, es el Ave María que fue inspirado por el señor Gómez, y que ese Ave María no sea realizado por Mí, sino por la imploración de todos Mis hijos a Dios a través de Mi Corazón inmaculado.
Esta canción hoy derramará Gracias para ustedes y para el mundo. Esta canción, hoy los consagrará como Mis hijos, como los nuevos grupos de los Rosarios de Luz, para que muchos más hijos Míos que necesitan del alivio, de la cura, del amor y de la redención puedan formar esos grupos, a fin de que en todos los puntos de la Tierra, existan Rosarios de Luz que son el reflejo de todos Mis hijos, los que amo profundamente.
De rodillas ahora los escucho, y abran sus corazones para esta consagración.
Cántico: Ave María.
Lleven sus manos al corazón y agradezcamos.
En el nombre del Amor y de la Paz de Mi Hijo es que hoy los bendigo y los consagro como Mis hijos y orantes del planeta que servirán a Dios con amor y dedicación. Siempre fueron Mis hijos y siempre lo serán. Recuérdenlo, así Mi inmaculado Corazón triunfará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Le agradezco a Colombia y a todo su pueblo por haberme recibido. Dios está alegre por este acontecimiento.
Les agradezco.
Nos pondremos de pie, en este momento, para terminar respondiendo a un pedido más de María, cantando el Himno de la Consagración de los Hijos de María y encendiendo en nuestro corazón la llama de amor de María.
El dragón rojo ya salió de su abismo y con su irada cola golpea las regiones de la Tierra para poder arrastrar a todas las almas posibles.
Pero el dragón también mueve a las estrellas del cielo, las que hace caer hacia los grandes abismos.
Su furia y enojo es porque sabe que ya le queda poco tiempo.
Por eso el dragón, que es el ídolo de algunos representantes de las naciones de la Tierra, cree tener bajo su poder a todos los pueblos y naciones del mundo.
Ahora su cola se arrastra como una temida serpiente por Sudamérica y despierta en sus aliados toda forma y sentimiento de poder, autoridad y opresión.
El dragón rojo quiere destruir de una sola vez todo el resurgimiento de la Nueva Humanidad. Por eso, como su tiempo se acorta, él usa todo tipo de aliado para satisfacer su ambición y placer.
Pero el dragón no sabe que hay algo que lo ciega completamente y que lo deja perdido al punto de dejarlo sin rumbo, y eso es la oración grupal del corazón, porque es una herramienta tan invisible y sutil que, poco a poco, lo acorrala y lo deja sin acción y sin salida.
El dragón le teme al sentimiento poderoso de la oración, porque de la nada, sus planes siniestros y perversos caen, siendo destruidos por los ángeles de las naciones.
Es así que en Sudamérica se estableció un campo espiritual de batalla, porque el dragón llegó a pisar estas sagradas tierras cuando en el norte de este continente le abrieron la puerta y estos fueron sus aliados.
Ahora que todo está en juego, la Mujer vestida de Sol convoca y llama a Sus hijos para que, junto a Ella, corran a los desiertos y se refugien bajo el sagrado espíritu de los Recintos. Desde allí todos podrán acompañar la situación de las naciones y estarán más protegidos.
La Mujer vestida de Sol está encinta, pero a punto de dar a luz. Su Hijo quiere ser apresado. Por eso, la Mujer del Sol escapa al desierto para que lo nuevo que llegará no sea encontrado.
El dragón está furioso y destruye con su pasar todos los pensamientos, sentimientos y todos los pueblos, y consigue con su astucia colocar los unos contra los otros, hermanos contra hermanos.
Por eso, la Mujer vestida de Sol llama a Sus hijos a los desiertos para que también escapen y estén libres de todo lo que sucederá antes de que el dragón llegue.
Pero él será vencido por el ayuno y la oración. Por eso no deben darle ningún tipo de alimento espiritual, mental ni material.
Ciérrenle todas las puertas. Ciéguenlo con la luz de la oración y en poco tiempo él desfallecerá. Él morirá porque no tendrá más alimento ni motivo, y ahí será cuando San Miguel Arcángel con todas sus huestes lo derrotará y lo lanzará de nuevo al abismo.
Y todos los aliados del dragón rojo también lo sentirán. Algunos perderán la razón y el sentido. Otros se exiliarán porque todo saldrá a la luz, y otros perderán todo el poder y la fuerza de voluntad que creyeron tener en sus manos y en sus fríos corazones.
La Mujer volverá a salir del desierto con Su nuevo Hijo en brazos, y el sol despuntará como la nueva Aurora y los siete sellos cerrarán una historia.
La redención de América será una victoria.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras la Oración por la Paz en Sudamérica prepara a los corazones para el fin de los tiempos, por otro lado se siguen mostrando acontecimientos en Sudamérica que intentarán dividir a los pueblos y en los que la agresión al semejante será tomada como una moda de vida.
Mientras los principios y la ética se pierden en algunas naciones de Sudamérica, que la Oración semanal por la Paz, en este continente sufrido, sea el camino y al mismo tiempo el portal que conduzca a todas las almas y a las naciones hacia Dios.
Que esta oración tan importante para su Madre Celeste pueda convertirse en el espacio espiritual en el que las voces clamen y pidan Misericordia y perdón; pero que al mismo tiempo esta oración semanal les conceda a las almas la guía espiritual para estos tiempos en los que todo podrá suceder.
Agradezco a todos Mis hijos que se adhieren a este pedido, porque a través de este ejercicio de oración su Madre Celeste intentará disolver en el plano espiritual futuros acontecimientos, para que estos no se manifiesten.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy agradezco por el comienzo del Rosario semanal por toda Sudamérica, pero también les recuerdo el compromiso que cada hijo de María consagrado, como cada miembro de la Red-Luz tiene con esta importante oración.
Porque será la oración el sostén espiritual e interno de las naciones, ya que este es el tiempo de la tribulación para todos. Por medio de esa cálida y amorosa oración, las naciones, pero especialmente los pueblos estarán en mayor armonía y equilibrio.
Sería una alegría para Su Madre Celeste poder escuchar en cada uno de los misterios a Mis hijos de las diferentes naciones y que puedan representar, en cada misterio, a su nación, a su cultura y a su pueblo. Que el Padre Celestial pueda escuchar la voz de Sus diferentes tribus extendidas en la América del Sur.
En esta unión interna, queridos hijos, que ustedes podrán construir entre las naciones del Cono Sur, permitirán que las corrientes del caos y del conflicto puedan ser disueltas de las mentes y de los corazones que son muy influenciados para vivir en oposición y en lucha.
Que esta oración semanal que hoy comienza pueda vivir su expansión, su momento de entrega y de amor por Mis queridos pueblos de Sudamérica.
Los animo a ser creativos para este encuentro de oración, los llamo a convocar a los Hijos de María, porque ellos se comprometieron a ser Mis ejércitos de Luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el silencio superior que permea la Tierra, en este momento contemplamos como Jerarquía Espiritual, las decisiones internas que ya fueron tomadas y esperamos al igual que todos ustedes, los resultados de esas decisiones.
Pero lo más importante en este momento, hijos Míos, es que no se olviden de lo que se guarda dentro del mundo interno de cada uno de ustedes. Como ya se los he dicho, es la esencia de Dios la que los protegerá y los amparará en este tiempo, a pesar de lo que suceda o de lo que se presente.
Aférrense en este tiempo a la unión predilecta con la Jerarquía Espiritual y así, sus pasos, consciencias y vidas serán guiados a través del Propósito Mayor.
Estamos reunidos próximos a la Tierra, dentro de este Sistema Solar. En este día no estoy sola, sino acompañada de muchas Jerarquías que contemplan con amor, dedicación y oración este momento planetario, especialmente este momento en Sudamérica.
Llegó el tiempo de la transición planetaria, pero de una transición más aguda y más compleja; por eso la importancia de estar en unión a la Jerarquía, para que no solo ustedes lo puedan soportar, sino que ayuden a sus hermanos a soportar estos tiempos difíciles.
El Armagedón es parte de una prueba difícil para la humanidad al igual que el Apocalipsis. Pero Yo les dije, hijos Míos, que ese Armagedón y ese Apocalipsis podrá ser más leve y pasajero para todos, dependiendo de cómo cada consciencia actúe y proceda en este tiempo. Cuanto más unidos estén a Dios y a Sus Jerarquías espirituales y universales, más pasajero y leve será ese Armagedón y ese Apocalipsis.
Ustedes y nosotros sabemos que la mayoría de la humanidad está completamente hipnotizada e ilusionada por muchas cosas y que esa situación la aleja y la aparta de Dios, día a día.
Pero como en otros tiempos remotos, el Padre se servirá de los pequeños grupos de consciencias para llevar adelante Su Plan de Amor y de Redención, hasta que pueda regresar Su amado Hijo a la Tierra.
Yo necesito que comprendan, hijos Míos, que estos tiempos no son normales, son tiempos diferentes a otros tiempos y a otros ciclos que vivieron las diferentes civilizaciones y las diferentes razas en la humanidad.
Este es el tiempo de cruzar el umbral hacia la redención y de poder vivir en sí mismo ese proceso de redención, para que la humanidad y la Tierra tengan una oportunidad.
Hoy Yo estoy aquí, hijos Míos, acompañando a cada uno de ustedes en el silencio y en la quietud de Mi Corazón. Yo los irradio y les doy Mis Gracias para que puedan tener mas fortaleza y para que puedan seguir adelante. No podrán sorprenderse por todo lo que verán, aunque sucedan situaciones inexplicables e inesperadas.
La Jerarquía sabe que la humanidad no es consciente de lo que ha generado y de lo que ha producido a través de los tiempos, para llegar hoy a este momento de inflexión planetaria. Por eso les vuelvo a decir de la importancia de estar unidos a Dios y de colocar la consciencia en lo Alto, suceda lo que suceda, para que ninguno de Mis Hijos, o al menos la mayoría no sea empujada y arrastrada por la transición planetaria, por los acontecimientos que llegarán y que se desdoblarán sobre la superficie de la Tierra.
Su única fe debe estar en lo Alto, en lo inmaterial y en lo cósmico, así las corrientes del Universo llegarán en su auxilio y los llevarán a comprender todos los acontecimientos, mas allá de las situaciones que se presenten. Podrán acompañar con más madurez y determinación los tiempos difíciles y sabrán ayudar a sus semejantes.
Hay una parte que le corresponde a la humanidad; esa parte no la podemos cumplir Nosotros y tampoco podemos intervenir. Este es el ciclo en el que cada ser humano se hace responsable de sus acciones y de sus actitudes delante del momento planetario, delante de la transición de la humanidad.
Pero ahora, hijos Míos, es importante mantener fortalecida la fe y la confianza en el Padre, porque nunca les faltará la ayuda del Universo. Por alguna razón y motivo, hoy estamos aquí para acompañarlos, para sostenerlos y guiarlos.
Si sus consciencias y principalmente sus mentes se colocan en lo Alto, permitirán que los Espejos del Universo puedan refractar en la Tierra sus atributos, sus corrientes poderosas y sus códigos, para que la humanidad esté más contenida y equilibrada aunque sucedan situaciones muy complejas en este momento.
Sabemos que las grandes poblaciones de las naciones se movilizarán buscando una esperanza y una oportunidad, en otras regiones de la Tierra como ya viene sucediendo. Por eso, es también importante mantener abierto el corazón para poder percibir todas las necesidades y todas las realidades, para poder acoger y recibir a aquellos que más lo necesitan, que no tienen nada y que son el resultado de aquellos que los comandan, de aquellos que los gobiernan y que los llevan a vivir grandes y desesperados sufrimientos.
Con todos estos acontecimientos, y más acontecimientos en el planeta que ustedes, al día de hoy, desconocen y no son conscientes, es el tiempo en el que la humanidad asuma sus responsabilidades y tome una verdadera y clara decisión. De esa decisión y de esa actitud dependerá que la ayuda universal pueda seguir descendiendo hacia ustedes y hacia el mundo y que regiones del mundo, a pesar de la purificación y de la transición del planeta se mantengan protegidas para que pueda renacer y pueda resurgir una nueva humanidad.
El Plan de la Jerarquía dependerá de la actitud de los hombres y mujeres de la Tierra. El Plan se cumplirá y ese será el objetivo de las Jerarquías Universales, aunque sea en pequeños grupos.
La célula principal que es la familia, se debe mantener protegida, porque en los tiempos de hoy es muy interferida y muy influenciada. Así como en otros tiempos y en otras civilizaciones, la familia fue protegida y amparada, a pesar de sus pruebas y de sus sufrimientos, en este momento tan crucial, es cuando la familia se debe mantener unida a Dios y a Su Consciencia Divina, así nada externo ni nada interno la agitará.
Hijos Míos, el Proyecto Genético humano quiere ser derrotado y ya es tiempo de que ustedes lo perciban y se den cuenta de esto. Pero sus consciencias y principalmente sus corazones no deben estar colocados en ese acontecimiento, sino en el esfuerzo, en el esmero, en la dedicación, en la entrega para la realización de ese proyecto, en el día a día, por medio de sus actos y de sus obras de caridad, de servicio y de oración al Universo.
Recuerden que en este planeta, en sus mundos más internos se guardan Recintos Sagrados que podrían regenerar y reacondicionar la superficie de la Tierra; solo que el momento aún no llegó. Es importante que la humanidad atraviese esta transición y dependiendo de sus actitudes y de sus acciones, esa transición será más leve o más fuerte.
Los hechos, los acontecimientos y las consecuencias que suceden solo son responsabilidad del ser humano, de esta raza que está en la superficie de la Tierra.
Todo fue entregado, todo fue donado con amor y dedicación para que una civilización pudiera despuntar en los grados de amor y en la evolución de la consciencia.
Pero aún la dualidad no fue vencida, aún la dualidad deberá ser transmutada, liberada y redimida para que el equilibrio y la armonía estén dentro de los seres y todos puedan estar en contacto con Dios y así cumplir Su Plan, Sus aspiraciones y Sus promesas.
Llegará el momento en que Mi Hijo retornará; retornará de una forma sorprendente e inesperada. Será visto en muchos lugares del mundo, será reconocido, aunque muchos también lo rechazarán, porque Él vendrá con un aspecto desconocido y nunca antes revelado a la humanidad.
Pero llegará el momento después de Sus apariciones, después de que Su Presencia se reaproxime a la consciencia humana, que Él se mostrará verdaderamente como es, así como Él ascendió a los cielos y alcanzó Su mayor grado de evolución de consciencia y de amor.
Será el momento en el que las fuerzas del caos y el adversario serán vencidos, y el gobierno de este planeta nuevamente será concedido al Rey universal, como le fue concedido cuando Él nació en esta Tierra, entre ustedes, para traerles la buena nueva de la redención y la oportunidad de reencontrar el camino de la Luz.
Todas las Jerarquías estamos contemplando los buenos acontecimientos, hechos y pasajes que vivió la humanidad por medio de consciencias, de almas, que se ofrecieron para vivir y expresar el Amor Crístico.
Todos los que vivieron esa experiencia a lo largo de los tiempos, de las generaciones, están siendo contemplados y en este momento están ayudando en los planos internos a la consciencia humana para que sepa tomar una buena decisión y para que esa decisión repercuta en beneficio del resto del planeta.
Ahora llegó el momento de recogerse en el Corazón de Dios y de buscar, por encima de todos los acontecimientos, la esencia de la Paz.
Hoy envío este mensaje especial al mundo para que sea escuchado y recordado por todos, sabiendo que también el Universo vive una transición y que, cada día más, estamos llegando al momento más culminante, en el que todo se definirá, en el que todo quedará más claro, en el que las realidades ambiguas terminarán, y al fin podrá establecerse el Reino de Dios.
Pero para eso, muchas situaciones deberán terminar, hijos Míos. El planeta deberá expurgar lo que le pesa y todo aquello que le duele, todo aquello que ha recibido de parte del hombre de superficie a través de los tiempos.
Todo será reconfigurado, restablecido y reordenado para que pueda existir una nueva oportunidad y el Plan pueda volver a su origen, a su principio, a su esencia. Por eso, los movimientos serán fuertes, serán determinantes e inesperados.
Para eso, a través de los años y de los últimos tiempos los hemos preparado, la Instrucción ha sido su llave para vivir estos tiempos de Armagedón y para estar, por medio de la palabra de la Jerarquía, unidos al Plan de Dios y a Su Consciencia Divina.
De una forma extraordinaria, envío estas palabras al mundo y especialmente a aquellos que sostienen las Islas de Salvación a fin de que los códigos, atributos, dones y virtudes permanezcan presentes en la superficie de la Tierra; y para que aquellos que sufren, que padecen y que no tienen nada, puedan saber algún día que el Amor, el Amor de Dios no se disolvió del corazón de los hombres y de algunos lugares de al Tierra. Que el Amor puede reconstruirlo todo, el Amor puede renovarlo todo, que el Amor de Dios los puede liberar y salvar.
Les dejo la Luz de Mi espíritu y de Mi alma para que sean conducidos y por encima de todo se establezca la paz y la unidad.
En nombre de la Fuente inmaterial del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; en nombre de los Gobiernos y Consejos que guían y conducen a este y a otros Universos; en nombre de la Confraternidad y de la Hermandad Celestial que acompaña a esta raza hace mucho tiempo; en nombre de la Voz del Padre que reverbera y repercute como un eco a través de Sus Mensajeros; Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y juntos oremos para que se cumpla el Plan de Dios, para que se establezca Su divino Propósito. Oren Conmigo, hijos Míos:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu nombre y
glorificar la perfecta unidad.
Amén.
(se repite tres veces)
Y elevo, hijos Míos, estas oraciones al Cielo para que el Padre las escuche y en respuesta haga descender Su infinita e inconmensurable Misericordia.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando lloro por el mundo es para lavar con Mis lágrimas la indiferencia, y el desamor que ciegan a Mis hijos y que no les permiten ver la Verdad y el Reino de Dios.
Cuando lloro por el mundo es para que, con el dolor que siento en Mi Corazón, pueda aliviar el dolor que siente el Corazón de Cristo por ver al planeta, y al mal que se apodera de los corazones que Él tanto ama, desde el principio de la vida.
Mis lágrimas se vierten sobre el mundo como un río de piedad y de compasión. Las lágrimas de una madre por sus hijos curan, reparan y generan méritos para la salvación de las almas, por más pecadoras y perdidas que sean.
Por eso, hijos Míos, hoy, con Mis manos en oración, lavo Mi Rosario con lágrimas; lágrimas que buscan el despertar de la humanidad; lágrimas de ojos que ven una realidad que solo el Corazón de Dios puede alcanzar.
A través de la oración, hijos Míos, del despertar de la consciencia y de los sacrificios vividos por amor es que podrán curar a este mundo y secar las lágrimas que hoy vierte Mi Inmaculado Corazón en reparación de la Tierra.
Una vida infinita los aguarda. El Pensamiento y la Esencia de Dios aún aguardan manifestarse en el interior de los hombres.
Que la agonía que hoy viven tantas naciones los lleve a mirar hacia adentro y hacia arriba, a buscar la Verdad que se oculta en ustedes y a saber que, solo con ella, podrán superar estos tiempos, haciendo triunfar el amor y no fortaleciendo el odio y la indiferencia.
Luchen, hijos Míos, luchen por la paz, con el rosario entre sus manos y con el amor de sus corazones. Luchen, superando su condición humana e instituyendo la paz, como el mayor servicio que pueden prestar hoy a este herido planeta.
Mientras las consciencias de las naciones viven su pasión en este tiempo, ustedes sean imitadores de Mi Inmaculado Corazón.
Sustenten esta cruz en silencio, con la verdad de sus corazones. Sustenten esta cruz con la oración y venzan cada prueba a través de la fe y de la certeza de la Presencia Divina. Recuerden que, detrás de toda cruz, está la posibilidad de hacer triunfar un amor nuevo, de ver nacer el manantial de la Divina Misericordia.
Mi Corazón los observa, Mi Amor los ampara y constantemente los inspiro a que vivan el Propósito de Dios.
¡Oh, cuántas verdades y misterios aspiro a revelarles! Sin embargo el mayor de ellos, hijos amados, se encuentra dentro de ustedes mismos, y la revelación de este misterio nace en la superación y en la santidad de sus vidas.
Crean que el amor que nace en ustedes puede dar una nueva oportunidad al mundo, así como aconteció hace más de dos mil años.
Solo no sean indiferentes. Que no les falte la fe y la disposición para superarse y para vivir los misterios de la oración y del amor cada día.
Yo los amo y los inspiro a que sean verdaderos imitadores de Cristo y de María en estos tiempos.
Mi Inmaculado Corazón los ampara y con amor los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por medio de Sus Mensajeros Divinos y universales, Dios contempla la humanidad en silencio, así como contempla todo lo que ha creado para Sus hijos.
Si los árboles hablaran, escucharían su dolor. Si los animales se expresaran, comprenderían su sufrimiento y angustia. Si todo lo creado se pronunciara, así como si las piedras hablaran, la humanidad quedaría horrorizada por todo lo que ha hecho en contra de la evolución.
Aunque eso siga sucediendo y que una parte de la humanidad siga cometiendo los mismos errores, existe una solución y una salida.
Por eso, Dios los contempla en silencio, para poder escuchar de alguna forma la respuesta de la humanidad.
Los Reinos de la Naturaleza son parte de la evolución de los seres, nunca podrían estar separados del ser humano ni tampoco el ser humano estar separado de ellos.
Todo cumple un ciclo, todo cumple una evolución. Y si ese ciclo y esa evolución es transgredida, la evolución del ser humano y de los Reinos quedaría incompleta, y el sufrimiento que es generado hacia los Reinos menores deberá ser transmutado y liberado de alguna forma.
Por eso, no es solo el momento de tener más consciencia sino también de tener una buena y sana actitud con cada uno de los Reinos menores. Si los Reinos menores no estuvieran en este planeta, el planeta no se expresaría ni tampoco se expresaría la humanidad.
El ser humano debe encontrar el sentido y el significado de la presencia de los Reinos de la Naturaleza. Son parte de la comunión con su espíritu y con su alma.
Los Reinos Menores no son para ser explotados ni transgredidos. Eso no permite que el ser humano evolucione y despierte al gran Conocimiento Universal. Eso no permite que siga subiendo la escalera hacia el Infinito, para poder encontrar, algún día, la Verdad y la Sabiduría.
Por eso, el propio ser humano estanca su evolución y no la finaliza. Por eso, son muy pocos los que se ofrecen para poder desatrancar esa evolución de la raza humana.
Los pasos son hacia la ascensión, hacia el camino del espíritu, hacia la realización de la misión personal de cada ser.
Pero mientras la humanidad no vea estas cosas más profundas e internas, nunca podrá comprender el Plan de Dios ni tampoco su existencia, porque estará fuera de la Ley, estará fuera del equilibrio y de la armonía. Para poder alcanzar las nuevas esferas y poder acceder a los nuevos conocimientos que existen en el Universo, las Leyes ya no se pueden transgredir.
Sabemos que existe una ambición desmedida de parte del ser humano, que ya es incontrolable e insostenible. Por eso, todos los esfuerzos que se hagan, todas las oraciones que se realicen, todos los servicios que se presten, no solo a sus semejantes sino también a los Reinos menores, ayudará a que, algún día, esa parte de la humanidad despierte y tome consciencia de todo lo que hace y lo pueda corregir.
Mientras se maten animales, existirán enfermedades incurables para el ser humano. Mientras grandes extensiones de bosques se corten o se talen, existirán conflictos entre las naciones.
Todo tiene una consecuencia, todo tiene un origen. Nada está separado. Es una cadena que el ser humano no consigue romper por sí mismo. Solo con la ayuda espiritual de la Jerarquía, esas cadenas y esas opresiones se liberarán; pero es necesario el arrepentimiento, es necesario sentir en el corazón todo lo que está sucediendo y ayudar a revertirlo.
Mientras nada suceda, mientras una parte de la humanidad no escuche y no acoja el llamado que viene de la Jerarquía, el cambio no llegará y la humanidad seguirá sufriendo sus propias consecuencias.
No podrá ser solamente la minoría de la humanidad la que viva el cambio de la consciencia o el despertar. Todos son llamados a cuidar y a proteger lo que recibieron, porque es único y no existe en otro lugar del Universo ni en otro planeta.
Por eso, todas las Jerarquías, todos los Mensajeros y todas las consciencias del Universo contemplan con amor al planeta y a la humanidad, porque Dios les entregó todo lo mejor que tenía para que Sus hijos pudieran crecer, madurar, aprender y evolucionar.
Pero ese ciclo se rompió desde los errores que fueron cometidos por Adán y Eva. Y nuevas razas, civilizaciones y culturas surgieron para intentar corregir lo que había sido hecho por el desvío vivido y por los errores cometidos.
Pero no todas las culturas, consciencias o civilizaciones alcanzaron la evolución que Dios necesitaba. Por eso, surgieron nuevas razas, surgieron nuevas generaciones para que el Plan pudiera continuar adelante. Y lo más importante: que este Proyecto genético pudiera alcanzar un estado vibratorio elevado.
Como no fue suficiente la experiencia, como no fue suficiente alcanzar las aspiraciones y concretarlas por parte de los propios seres humanos, por las propias culturas o pueblos, aun habiendo vivido los grandes procesos de contacto y de unión con la Jerarquía universal, el Padre se entregó a sí mismo por medio de Su amado Hijo, para que ese Proyecto, para que esa genética humana que fue amorosamente pensada y meditada pudiera ser corregida a través del Amor Crístico proveniente de la Fuente del Amor-Sabiduría universal.
A lo largo de los tiempos, después del paso de Jesús por la Tierra, hubieron ejemplos, testimonios y experiencias de consciencias que alcanzaron los grados de Amor Crístico. Pero pocos lograron vivir los mismos estados que alcanzó Mi Hijo hasta lo alto de la Cruz, hasta el último momento de Su expiración.
Por eso, Él derramó Su Sangre y Su Agua por cada uno de Sus compañeros, y para que la Tierra y sus más profundos recintos fueran permeados por la Sangre de Jesús, para que ese testimonio de Amor y de redención quedara guardado en la memoria espiritual de esta raza y de este planeta.
Todos esos Códigos alcanzados, todos esos planos vividos y experimentados por Mi propio Hijo, son experiencias muy profundas y espirituales que Él dejó para el mundo, para que las almas y principalmente las esencias, se pudieran servir de esa preciosa y pura energía, de la Energía Crística.
Ahora, que el tiempo y la humanidad está en un momento culminante, es hora de que las consciencias que se entregan y que se donan a Cristo, accedan a esos Códigos de Luz de una forma espiritual e interna, reflejados en los atributos del servicio, de la donación, de la fraternidad, de la entrega, de la oración, de la Misericordia y de la paz, para que la cura se establezca no solamente en sus consciencias sino también en sus semejantes, en sus hermanos, conocidos y desconocidos, en todos los seres de esta superficie.
Que ese amor no solo pueda llegar a lo más profundo e íntimo de ustedes en este tiempo crucial para que su fe y su confianza estén fortalecidas, sino también que esos Códigos de Amor Crístico puedan llegar a las consciencias y a los Reinos menores que más los necesitan, penetrando las capas más duras y resistentes de la consciencia, del sufrimiento, de la opresión, de la esclavitud, de los conflictos.
Y esa armonía y esa paz universal se alcanzarán en la superficie de las naciones, en los pueblos y en los continentes cuando ese Amor Crístico sea vivido verdaderamente y lo acepten como parte de sí, en una comunión profunda con la Divinidad de Mi Hijo.
Eso permitirá que el Proyecto genético, el que Dios pensó desde el principio, continúe adelante, aun en los tiempos de Armagedón y de Apocalipsis. Las puertas hacia la sabiduría y hacia el Amor cósmico no se cerrarán, aunque los acontecimientos se precipiten en algunas regiones de la Tierra y en algunas partes de la humanidad, para que el ser humano pueda aprender, tome consciencia y se arrepienta verdaderamente.
Ya no es necesario que el ser humano siga sufriendo y padeciendo todo lo que hace y todo lo que vive. Estar en la Ley significa un esfuerzo mayor, no solo de mantener la consciencia y la mente abierta sino también de participar de esas Leyes viviéndolas dentro de sí y practicándolas exteriormente, para que el pueblo sagrado de Dios se vuelva a reunir, se vuelva a unir, se vuelva a congregar en el nombre del Amor Crístico de Mi Hijo, el que siempre los llevará a la paz y a la visión perfecta de la realidad de estos tiempos; para que todo sea reconciliado, redimido y curado en las consciencias humanas.
El planeta, pero principalmente la humanidad, está ante dos caminos y uno de ellos deberá escoger, no de una forma impulsiva o egoica sino de una forma intuitiva y amorosa. Son dos destinos diferentes, son dos realidades diferentes, son dos situaciones diferentes y dos resultados diferentes.
Por eso, ante esa encrucijada o esa decisión hay que orar, orar y orar, para que la humanidad entera como una sola consciencia y una sola civilización escoja el camino que la liberará, o la condenará para siempre.
Por eso, las Leyes de la Misericordia actúan, gobiernan y proceden en la humanidad de estos tiempos, para que las almas recuperen el sentimiento de amar a Dios, de buscarlo y de encontrarlo, sabiendo que el Padre en Su eterno silencio, los espera con Sus Brazos abiertos para recibirlos y ayudarlos.
Pero ahora son Sus hijos los que deben escoger y decidir. Toda la ayuda del Universo llegará conforme a la respuesta de la consciencia humana y a la disponibilidad de las almas.
Esa decisión está en el corazón de cada ser de este planeta, pero no se olviden de poner atención y de revertir los males causados a los Reinos de la Naturaleza que son inofensivos a la vista del hombre y que están aquí para equilibrar sus emociones y sus pensamientos.
Los Reinos menores se ofrecen a transmutar situaciones inconcebibles. Y, a pesar del maltrato y de la agresión que reciben todo el tiempo, ellos no se dejan de donar y de entregar para que el hombre pueda evolucionar y alcanzar la madurez que necesita en este ciclo.
Abran sus ojos, no físicos sino internos. Abran sus oídos, no físicos sino internos. Perciban, sientan y contemplen la realidad planetaria y comprenderán todo lo que les decimos, porque lo más importante en este tiempo es hacer el bien y proclamar la paz. Así ya no se levantará nación contra nación ni pueblo contra pueblo. Ya no se agredirán hermanos contra hermanos y, así, la Luz nunca faltará y el Amor siempre llegará porque será emanado de la Fuente del Universo.
Estamos aquí como Consciencias universales para ayudarlos a vivir el cambio y para que ese cambio dé testimonio, en cada ser, del amor por lo divino.
Les agradezco por acompañarme y por escucharme en estos tiempos.
Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo esté en ustedes y los impulse a vivir lo que Dios tanto espera.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy desciendo a la Tierra, y a través de Mi consciencia enciendo los Espejos del Cosmos, para que los Espejos y las Puertas del Universo traigan la ayuda que la humanidad necesita urgentemente en este ciclo.
Encendiendo los Espejos y abriendo las Puertas del Universo, traigo los Atributos de Dios para todos, aunque la mayoría de la humanidad en este momento sea inconsciente de lo que eso significa para este tiempo.
Encendiendo los Espejos, traigo la corriente poderosa de la Paz, para que los planos espirituales de este planeta y de la consciencia humana sean transmutados y liberados, para que desde los planos más invisibles hacia los planos más materiales no sigan descendiendo las interferencias que impone Mi enemigo en las naciones y entre las almas.
Este es el tiempo de comprender el movimiento del Universo y de la Jerarquía para que, siendo más conscientes y estando más disponibles, acompañen a la Divinidad en todo lo que hay que hacer en este ciclo.
Toda la ayuda necesaria será entregada por el Universo a la humanidad, pero sí o sí corresponderá a la consciencia humana dar una respuesta consciente y verdadera para recibir toda la ayuda que necesita y así no solo se puedan liberar las almas, sino también las cadenas de la opresión, de la explotación y de la conquista que llevan adelante muchos seres humanos en este momento, acciones graves que ante la Justicia Universal tienen un precio, una consecuencia y una respuesta que en algún momento se dará.
Pero por medio de los Espejos del Universo que hacen descender la Luz sobre el planeta y la humanidad, vengo a interceder como Madre del Mundo y Madre de todo el género humano para que pueda existir una posibilidad de Misericordia y de redención.
Es así, que reúno a todos los Comandos del Universo, a todas las consciencias que sirven incondicionalmente a Dios, en el Universo y en la Tierra, para que en esa unidad y en esa hermandad se establezca interiormente la oportunidad que muchas, pero muchas, consciencias necesitan para poder seguir evolucionando en el próximo ciclo de la Tierra o en otras partes del Universo.
Todo será readecuado. Todo se transformará. Nada quedará igual a como es ahora. El Universo intervendrá y traerá lo nuevo para toda la consciencia humana y, especialmente, para este planeta que soporta las agresiones del hombre de superficie todo el tiempo.
La cura espiritual concedida por el Universo no solo será para los seres de superficie, sino también para toda la Creación manifestada en este planeta azul, que es su casa, que es su hogar, es su morada para poder vivir las experiencias del perdón y de la redención.
Los seres humanos se olvidaron que están de paso por este planeta y que después partirán hacia otras regiones del Universo para aprender lo que no pudieron aprender aquí.
Pero aquellos que se abran y se dispongan a escuchar a la Jerarquía y a cumplir lo que Ella pide serán mediadores, serán intercesores, serán colaboradores con aquellos que viven en la ignorancia, en la ceguera de estos tiempos y que han perdido el sentido de la realidad y de la verdad.
Por eso, todos los elementos del planeta, todas las fuerzas cósmicas del Universo que trabajan para establecer el Plan de Dios, se reúnen y se congregan porque este tiempo lo amerita. Y la necesidad es más urgente de lo que los ojos pueden ver y de lo que el corazón puede sentir.
Hoy vengo como una Madre que gobierna el macrocosmos, que gobierna el planeta, que a lo largo de los tiempos y de infinitas Apariciones en todos los momentos culminantes de la humanidad, ha intentado ayudar a los hijos de Dios y lo seguirá haciendo hasta que la última alma, más perdida y sumergida en la oscuridad, reciba la oportunidad de redimirse y de encontrar el camino de la Luz, el camino que perdió hacia el Padre Celestial.
Por eso, todas las huestes angelicales también se congregan y se movilizan para que los planos espirituales estén dentro del orden y de la armonía universal, aunque sabemos que la propia consciencia humana genera muchas situaciones que desarmonizan y que generan caos en la propia raza humana.
Todos los seres humanos, creyentes o no creyentes, ateos o devotos, o incluso de otras religiones, deben tener presente y deben ser conscientes de lo que están generando, de lo que están produciendo no solo para el planeta, sino para su propia civilización.
Mientras tanto, hacemos todos los esfuerzos, realizamos todas las operaciones posibles y llevamos adelante todos los pedidos del Universo para mantener las Puertas abiertas del cosmos, porque son las Puertas que no solo liberarán el caos hacia otras regiones del Universo, donde será transmutado y liberado, sino que también esas Puertas que son profundamente internas, espirituales y cósmicas, traerán para todos la Gracia de Dios.
Cuando el ser humano reconozca que no tiene poder por encima de todas las cosas y más allá de Dios; cuando recline su cabeza sobre el suelo, pida perdón y haga penitencia, la ayuda del Universo será más fuerte, el cambio de la consciencia será más rápido y ya nadie más perderá el camino hacia el Amor de Dios.
El cambio de las grandes situaciones humanas, de los grandes problemas de las naciones y en los pueblos, deberá comenzar primero dentro de cada ser, porque si cada ser no está en contacto con Dios, con el Único o como lo quieran llamar o nombrar, nada se resolverá.
Abran las puertas de sus corazones, extiendan sus brazos hacia los que sufren, acojan a todos los que no son aceptados, los que no son comprendidos, los que no quieren cambiar.
Sean misericordiosos, sean bienaventurados, sean pacificadores de Mi amado Hijo, y el mundo cambiará en las pequeñas cosas de la vida para después poder cambiar en lo más grande y en lo más extenso. Cada ser debe ser responsable por su redención y por su entrega.
Les dije una vez, amados hijos, como le dije al mundo, que no colocaran la responsabilidad en Dios ni en nadie más. Cada ser en este tiempo debe percibir las consecuencias y la responsabilidad en todo lo que hace y en todo lo que practica.
El Universo está allí para escucharlos, para recibirlos, para atenderlos y para auxiliarlos, solo depende de una actitud correcta y pacífica, de un arrepentimiento y de un cambio verdadero, porque si eso no está, la ayuda no llegará.
Son muchos los males, las adversidades y el caos que la propia raza ha generado en sus vínculos con Mi adversario. Pero ahora un tiempo de tregua llegará y durante ese tiempo las almas, las consciencias y Mis hijos tendrán la oportunidad única e irrepetible de cambiar y de revertir algo de todo lo que sucede.
Yo vengo como una Mensajera del Universo en nombre de muchos mensajeros más que circundan y que habitan este macrocosmos y más allá de esta galaxia para decirle al mundo que estamos atentos, que estamos acompañando la gravedad de estos tiempos. Pero necesitamos y suplicamos que se detengan, que reflexionen, que mediten y que ya no hagan más el mal. El sufrimiento no puede ser el camino de la pérdida de cientos de consciencias inocentes que son maltratadas, explotadas y vendidas como animales en los establos.
Es hora de detener las raíces de la adversidad generadas por Mi adversario en los ideales del aborto, de la explotación de la naturaleza, de la matanza desmedida de los animales del mar y de la tierra, de la transgresión y de la contaminación que producen todas las grandes industrias del planeta por la ambición del poder y del dinero, que solo existe en la consciencia del hombre.
Reviertan su actitud y el Apocalipsis cambiará. No ostenten ni deseen lo que no les corresponde. Sean agradecidos por todo lo que los rodea y no perderán la paz.
Les agradezco en nombre de muchas consciencias del Universo por haberme escuchado con valentía y coraje, con apertura y principalmente con gratitud.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy la felicidad se pierde en el mundo por la falta de la paz y de amor entre los seres.
Por eso, como parte de la emanación de Dios, como el aspecto femenino de Dios representado en la Madre del Mundo, vengo a entregarle a la humanidad el Amor divino y cósmico que tanto necesita.
Y Yo les pido que no teman, que no duden y que tampoco fracasen espiritualmente, hijos Míos. Este es el tiempo de la adversidad, el gran momento del Armagedón planetario, en el que todo se definirá.
También es el momento en el que Mi Hijo, cada vez más, se aproxima al mundo para poder volver a colocarlo en el Camino de Dios.
Por eso hoy estoy aquí, hijos Míos, para que escuchen Mi voz y para que anuncien Mi mensaje al mundo.
Que hoy, este Encuentro de Música que será ofrecido eleve la consciencia del planeta, la consciencia de la humanidad, pero que también traiga la cura espiritual que las naciones necesitan para poder alcanzar la paz y la reconciliación entre los pueblos.
No dejen de aspirar a poder alcanzar los Sagrados Méritos de Dios. Esos Méritos los harán dignos ante Su Presencia.
Por eso, hijos Míos, ofrezcan cada momento de hoy como si fuera el último, para que Dios escuche la voz de Sus hijos que se eleva a través de la canción y de los instrumentos.
Que esa elevación, que desde ustedes se construirá como un puente de luz hacia el Universo, transmute las energías corrosivas y retrógradas para que las esencias más perdidas, y que están en la oscuridad, puedan ser rescatadas por Mí.
Como hasta ahora, cuento con la adhesión de cada uno de Mis hijos; porque la música elevada y la música que trae consciencia a las almas todo lo transformará siempre, aunque sea imposible.
Cuando las almas se agrupan y se reúnen en el nombre de Dios para cantarle y para alabarlo, las Gracias extraordinarias e inexplicables del Universo pueden descender para que todas las criaturas, independientemente de estar o no en el bien, reciban la ayuda que necesitan y puedan despertar.
Hoy vengo como la Madre del Sol, como la Gobernanta del Universo, para decirles, hijos Míos, que el Universo nuevamente se abrirá para escuchar sus melodías y las vibraciones que ofrecerán en el nombre de Mi Hijo y por la paz.
Yo les traigo la alegría verdadera de poder vivir en Dios y de poder encontrarlo en cada momento de sus vidas, sabiendo que más allá de lo que vivan, de lo que experimentan o del dolor que sufran, Dios siempre estará atento para ayudarlos, porque Él es infinito en Misericordia.
Aférrense y afírmense en el poderoso Reino de Dios que está dentro de cada uno de ustedes; y en donación, en servicio, en canto y en oración podrán estar en contacto con el Padre Supremo y en comunión con Su Espíritu.
Que en estos momentos agudos de la humanidad se sigan ofreciendo diariamente las Oraciones por las Naciones de Sudamérica.
Quisiera, en este día especial, en el que el Cielo comulgará de las voces que emergerán de la Tierra, y la Tierra y sus habitantes comulgarán del Universo, que fuera ofrecida una oración semanal por Sudamérica que incluya a todas las naciones, a todos los pueblos, a todas las situaciones y momentos agudos que ella atraviesa a fin de reafirmar la reconsagración de Sudamérica a la Madre de Dios, al inmaculado y eterno Corazón de María, ante la sagrada faz de la Señora de Guadalupe, Madre de las Américas, Madre de todos los pueblos y de todas las culturas, para que la llama de la fe se encienda en los corazones y esta llama atraiga la paz entre las sociedades, los gobiernos y los pueblos.
Sabemos, hijos Míos, que el mundo conocerá en este tiempo la realidad que siempre se ocultó. Ya los hombres no podrán transgredir las leyes ni omitirlas, ni tampoco sacar de todo esto ventajas y beneficios, porque si no hay justicia e igualdad, no habrá paz.
Los conflictos en las naciones son crisis para poder madurar, reflexionar y cambiar. Que Mis hijos ya no se agredan los unos a los otros. Que ya no existan transgresiones ni violencias en los pueblos y en las sociedades.
Este es un tiempo de rebelión pero también es un tiempo de Misericordia.
Eleven sus voces hacia lo Alto, que el Padre pueda sentir en Su Corazón el amor de Sus hijos en esta noche, para que todo el planeta y su humanidad reciban Su Misericordia, y al mundo se le conceda la Paz, especialmente a Sudamérica.
Yo les agradezco por todo lo que hoy ofrecerán, porque es muy importante para su Madre Celeste.
Y los que aún no se animan a dar el paso hacia el servicio al Plan de Amor, que lo hagan porque nada perderán, sino que recibirán los tesoros del Cielo que son incalculables e infinitos.
Apoyen esta obra de la Música para la Cura de la humanidad. Que las almas se postulen, que los corazones se congreguen porque la oración y la música elevada es lo que en este tiempo curará y sanará a la humanidad.
Los bendigo, hijos Míos, y les deseo una buena gala de oferta al Padre Creador.
Que sea una noche en la que las estrellas del cosmos brillen en el firmamento interior de cada ser.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados:
Hoy Mis pies pisan las altas montañas de los Andes. Pero más allá de las distancias, Yo estoy cerca de ustedes, Mis queridos jóvenes de la Paz.
Hoy el Universo reconoce los esfuerzos verdaderos de haber construido, por amor y servicio, esta nueva edición del Festival de la Juventud por la Paz.
Es así, que Dios se sirve de los impulsos que nacen del interior de las almas jóvenes para poder materializar Su Obra de Amor y de Misericordia.
Ahora y más que nunca, Uruguay necesitaba con extrema urgencia una edición del Festival de la Juventud por la Paz, ya que los corazones jóvenes que aquí se encuentran, tienen el compromiso de establecer la Presencia de Dios en la consciencia de este país. Pero no de un Dios institucionalizado, sino de un Dios que vive con todo Su Poder y Su Reino en el interior de cada ser.
El Festival de la Juventud por la Paz llegó a Montevideo, que es el corazón de equivocadas decisiones, para poder dar una chance a la consciencia de los uruguayos que, a pesar de su sueño artificial y de la ilusión inculcada, deberá reconocer algún día que se apartó completamente de la Verdad única y que el país, siendo regido por unos pocos idealistas, camina hacia el carácter de no rescatable.
Por eso, como Madre del Uruguay y Señora de los Treinta y Tres, regreso una vez más al pueblo uruguayo para que escuche la voz de la Sierva fiel, de la Madre de una iglesia uruguaya corrompida por el poder y la indiferencia ante todo lo que el pueblo practica y vive libremente, alejándose de los principios de la dignidad y de la fraternidad humana.
El Festival de la Juventud por la Paz llegó a Montevideo para hacer eco interior a través de la voz de los jóvenes, que son los que deberán vivir y asumir, en el cercano futuro, lo que unos pocos deciden sobre la vida de una nación como Uruguay, la que fue llamada a ser la cuna para el Retorno de Cristo.
Pero Uruguay, como sociedad, desmiente a la Iglesia de Mi Hijo, porque el pueblo uruguayo que antes tenía una devoción cálida y que después se volvió una devoción fría por Dios, perdió la confianza en los que dirigen la institución de Pedro.
Aquí existen muchos responsables de que la fe de los uruguayos esté empobrecida y totalmente apartada de la Verdad. Más aun, de que esa fe esté volcada hacia las sustancias y hacia las plantas que promueven una ficticia libertad espiritual.
¿Comprenden, hijos, la importancia de que sea la juventud la que promueva pacíficamente el cambio?
En pleno siglo XXI, Uruguay cree absolutamente que a través de las prácticas que impuso, alcanzó una forma de evolución.
Todo lo que hoy vive el país como libertad, concedida por las leyes de los hombres, es el resultado de una precariedad en la esencia del sentido y del discernimiento.
Uruguay, a través del Festival, tiene la Gracia de percibir que no solo se alejó de la realidad, sino que también se distanció del amor, porque el Amor verdadero nunca permitirá que pierdan el sentido de lo que es sano y bueno.
¡Uruguay, Uruguay!, despierta del sueño en el cual ingresaste.
¡Uruguay!, no te olvides que tu compromiso está sellado por la Luz de la Nueva Aurora.
¡Uruguay!, reacciona y haz algo por tu pueblo y por tu tierra antes de que sea demasiado tarde.
Uruguay, soy tu Madre y vengo para ayudarte.
Agradezco a la juventud por todos los esfuerzos ofrecidos.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que hoy reine la paz en sus corazones, hijos Míos, para que se aproximen a Dios y así se disuelvan sus inquietudes y miedos, sus abismos y angustias.
Que hoy reine la fe en sus almas y el amor en sus espíritus, para que sepan que cuando responden al llamado celestial, a pesar de todas las batallas, de todas las miserias, dudas y miedos, el Amor de Dios siempre triunfará.
Hoy vengo con el rosario entre Mis manos a pedirles que sigan orando por este mundo. Mis ojos ven cosas que ustedes no pueden alcanzar, no podrían aceptar o creer y que suceden en la humanidad. Pero sus corazones y sus oraciones sí, hijos Míos, pueden llegar no solo a las almas perdidas, sino a situaciones profundas y desconocidas que tienen sus raíces en lo más interno de las consciencias de las naciones.
Ahora que ya aprendieron a estar en Mi Corazón, a amarme y a reconocerme como su Madre y Protectora, como Aquella que acompaña no solo la cruz de Cristo, sino la cruz de cada hijo de Dios, ahora, Mis amados, sean más conscientes de su misión Conmigo.
Que cada día los lleve a profundizar no sólo en la transformación y en la rendición de sus vidas, sino en su servicio a este planeta herido y a su humanidad enferma y carente de amor. Esto se logra a través de la oración cada vez más profunda, del canto cada vez más sincero, del servicio cada día más abnegado, de la entrega cada día más completa de sí mismos.
Tomen sus rosarios todos los días y oren Conmigo. Oren suplicando al Padre por este mundo, por aquello que sus ojos no pueden ver.
El Tiempo de Dios ya se aproxima a la Tierra y las promesas de un nuevo mundo, en donde el Reino de su Padre se expresa, ya se aproximan a su manifestación. Las promesas que unen en sí a todas las religiones verdaderas y que hacen que ellas se plenifiquen en una verdad única, ya se aproximan a su expresión, ya se tornarán vida.
Más antes de esto, hijos amados, el Libro del Apocalipsis y todo lo que fue retirado de él por las manos de los hombres, también se cumplirá.
Muchas pruebas duras y profundas tocarán la consciencia de las naciones como la de los hombres, y para hacer de cada uno de esos momentos verdaderos triunfos de Dios y no del caos, ustedes deben estar en permanente oración.
Es posible, hijos, vivir la cruz y hacer triunfar en ella a un Amor nuevo y a la Misericordia Divina; así como es posible vivir el Apocalipsis y el Armagedón y hacer de esto una confirmación de sus almas ante Dios, del potencial que hay en sus corazones, como Sus hijos.
Fueron creados para amar y para renovar el Amor, y esto sucede más allá de todas las circunstancias del mundo. Solo es necesario, hijos, orar de corazón, servir con amor, entregarse, estar en Dios, buscar al Padre cada día, en cada instante.
Mi Corazón en silencio los inspira, los conduce a este propósito y acompaña sus pasos. Mi Amor sustenta su cruz, Mi Gracia los auxilia en sus caídas, Mi Paz los renueva y los hace descubrir quiénes verdaderamente son.
Por esto, en este camino, oren, hijos Míos. Oren por el mundo, oren por la paz.
Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A 102 años del Milagro del Sol, la aproximación material de la Sagrada Consciencia Femenina permite que hoy los rayos de la Madre y Emperatriz del mundo los abracen completamente, para que sus mundos internos sientan la contención y el apoyo espiritual que necesitan para poder atravesar su momento agudo de purificación, y que los rayos superiores de la Madre del mundo transformen sus consciencias y las coloquen disponibles y abiertas para seguir atendiendo amorosamente la situación de la humanidad.
Que el Amor celestial que se guardó en el corazón de los pequeños pastores de Fátima también se guarde en sus corazones para que sientan en este tiempo la confianza de Dios, la que los llevará a tomar nuevas decisiones internas y los colocará, por encima de ustedes, al servicio infinito por los demás, por los que más sufren y no tienen nada.
Hoy, queridos hijos, se espeja sobre ustedes, en los planos internos, el mismo acontecimiento sucedido en Fátima, a través del Milagro del Sol. Pero ahora, en vez de que el sol brille y gire ante sus ojos, el sol interior de cada ser deberá brillar más fuerte para poder iluminar y transmutar la oscuridad de estos tiempos.
Abran sus consciencias para encontrar el sentido y la razón de estar sirviendo y viviendo en Dios en este momento crucial del planeta y de no estar haciendo o llevando una vida común como la de los demás.
Así comprendan, Mis hijos, que las oportunidades son únicas en este momento y que no se repetirán como en otros tiempos. De esa forma, estarán ante la realidad y la verdad de poder reconocer que todo lo que hoy entrega el Universo nunca más podrá ser desperdiciado, así estarán atentos y vigilantes para que sus propios procesos de purificación no los expulsen del camino de Mi Hijo, sino que asumiendo con madurez los últimos y definitivos tiempos, ustedes puedan ser adultos en la evolución y en la acción de misiones de servicio y de ayuda, asumiendo como asume la Jerarquía, el momento de inflexión planetaria que atraviesa la raza humana.
Los animo, hijos Míos, a dar un paso más para que otros hijos tengan la gracia de despertar como ustedes despertaron. Por esa razón, hoy llegan a sus consciencias los rayos del sol que giró y giró en Fátima para poder retirar a cientos de personas de la ignorancia y de la ilusión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo de lo más elevado del Universo y llego a este planeta para poder asistirlo y socorrerlo.
Este es el planeta principal de Dios dentro de la Creación.
Este es el Proyecto que una vez se originó por una causa mayor y desconocida.
Por eso estamos aquí, por eso entregamos nuestras Vidas y nuestros Corazones por la humanidad para la concreción de ese Proyecto de Amor y de redención; el que una vez fue vivido por todos durante la presencia de Cristo en la Tierra; durante Su Pasión, Muerte y Resurrección.
Hoy desciendo en lo más alto de las montañas de los Andes y comienzo a preparar en los planos internos la próxima Peregrinación por la Paz.
Al mismo tiempo, las Jerarquías universales se unen bajo un mismo propósito y una misma misión, ya que la necesidad planetaria es muy grande en estos tiempos.
A medida que transcurren los días, las semanas y los meses, muchos acontecimientos se desencadenan. La situación planetaria se agudiza y la realidad del mundo interno de los seres humanos también se agudiza.
Por eso, el Universo de Dios nos está llamando a todos a participar de esta importante asistencia a la humanidad, de este importante rescate planetario que comienza primero dentro de cada uno de ustedes, agradeciendo a Dios por la vida que Él les concedió; agradeciendo al Universo por la oportunidad de saldar sus deudas y experiencias pasadas, no solo de este planeta sino también del Universo.
Por eso, hijos Míos, este es el momento de la gran purificación, pero también es el momento de reconocerse como dignos hijos de Dios, para que muchos más se puedan reconocer como dignos hijos de Dios.
Hoy les traigo en Mi Corazón Inmaculado la experiencia de ese Proyecto genético, el que en tiempos remotos comenzó aquí en la Tierra con Adán y Eva.
Todos ya sabemos, hijos Míos, que el Proyecto se desvirtuó y él se desvió del camino del Padre, de la dirección que le estaban dando los arcángeles en aquel tiempo, porque la tentación llegó al hombre de superficie y a la mujer de superficie, a través de Adán y Eva.
Por más que ese Proyecto se haya desviado, Dios lo intentó de nuevo para con cada uno de Sus hijos. Él volvió a crear nuevas civilizaciones, nuevas experiencias y culturas que vinieron caminando a través de los tiempos hasta el presente.
Pero ahora, la humanidad de superficie se encuentra en un momento semejante al del pasado, y ese Proyecto deberá ser corregido primero dentro de ustedes, para después poder ser corregido en el resto de la humanidad.
Por eso todos somos llamados por el Universo y por las Jerarquías universales para poder llevar adelante la corrección de ese Proyecto genético que comienza con la purificación y con la redención de sus vidas y que terminará con la victoria espiritual de sus almas sobre todo mal.
Cristo, Mi Hijo, les enseñó cómo hacerlo. Él vino a este mundo y encarnó en este mundo para poder enseñarles cómo hacerlo.
No deberán ser crucificados, martirizados ni castigados. Deberán vivir su redención y su purificación con valentía, todos los días, sabiendo que existe una meta espiritual que deberá concretarse por cada uno de ustedes.
Por eso, hijos Míos, en Mi Corazón Inmaculado está guardada la esencia de ese Proyecto genético, que es el Proyecto que Dios pensó para esta parte de la Creación y para este planeta azul.
Si la humanidad aún sigue destruyendo a los Reinos de la Naturaleza y a todo lo que existe en la superficie, si aún los seres humanos se maltratan los unos con los otros por medio de las guerras, de los conflictos, por medio de todo lo que el ser humano idealiza día a día, estarán haciendo derrotar al Proyecto de Dios; estarán alejándose del camino de la Luz y de la Verdad.
Por eso, Yo Me ofrezco como Mediadora y como Emperatriz Universal para interceder por este Proyecto genético que aún no terminó y que todavía deberá concretarse con la colaboración y la adhesión de cada uno de ustedes, Mis hijos.
Es posible hacer surgir una Nueva Humanidad, pero será necesario que la humanidad se arrepienta verdaderamente y que pida perdón por sus pecados, por sus faltas, por sus omisiones e indiferencias, por todo lo que está fuera de la Ley.
Sabemos, hijos Míos, que la mayoría no está dispuesta a hacer eso. Por eso, la vida de la mayoría de las personas llega a situaciones extremas y difíciles. La vida de las personas atraviesa grandes sufrimientos y pruebas por no colocarse en el Corazón de Dios y pedir Misericordia.
Pero ustedes, hijos Míos, que ya han aprendido a hacerlo y a vivirlo día a día, sigan difundiendo al mundo el poder de ese arrepentimiento y penitencia para que las almas más perdidas también alcancen la reconciliación con Dios, porque el Padre Universal no es un juez, es un Padre de Misericordia, es una Consciencia Divina de Amor y de Sabiduría que aún espera escuchar el pedido de Sus hijos.
Por eso, son tiempos en los que todo se definirá. Y el tiempo está terminando, hijos Míos.
Es hora de saber decidir verdaderamente, teniendo cuidado y mucha prudencia, para que sus caminos estén en los caminos de Dios y para que nadie ni nada los quite del camino de Mi Hijo, el Cristo.
El Corazón de Mi Hijo se silencia ante la situación planetaria. Él, más que nadie, ve que hay mucha necesidad. Por eso, Yo le imploro todos los días que Me deje venir a la humanidad y descender a la Tierra, de una forma espiritual o más próxima a ustedes, para poder conducirlos y guiarlos hacia donde Dios lo necesita.
Dios no podrá quedar en la consciencia de ustedes como un solo Dios, porque Dios es algo más grande e infinito. Él es ese misterio que aún no se reveló a la humanidad, pero que se comunicó a través de los tiempos con muchos hijos Míos para poder construir y manifestar esa sagrada civilización, como las que existen en otros puntos del Universo y que la humanidad aún no quiere reconocer, ni siquiera la propia Iglesia.
El Proyecto de Dios no se puede asemejar solo al cristianismo. El Proyecto de Dios es impulsado por algo universal y cósmico. Está integrado por una inmensidad de Consciencias y de herramientas que la humanidad una vez conoció y que hoy no recuerda por tener velos en su consciencia.
Para poder sacar a la humanidad de la situación en la cual se encuentra, hijos Míos; es la ayuda de esas sagradas Consciencias del Universo, de los más elevados ángeles y de las herramientas del Padre, que la humanidad conseguirá salir de esa situación en la cual se encuentra.
Si eso no sucediera, si esa intervención no aconteciera, el Proyecto quedaría inconcluso. Y, ¿qué sería de esta humanidad y de esta superficie?, la cual Dios les entregó para que pudieran aprender a vivir el amor y el perdón.
De Mi Corazón emano estas instrucciones porque son parte del Conocimiento Divino, porque la humanidad no solo puede quedarse con lo concreto y lo material. La humanidad para poder salir de la perversión y del caos, que impone Mi enemigo, debe elevar su consciencia hacia lo espiritual y lo cósmico.
Pero pongan atención en algo, queridos hijos, existe un solo camino y una sola dirección para alcanzar el contacto con el Universo y no otros.
Hay muchas almas en la superficie que se confunden con la espiritualidad, creando movimientos y grupos paralelos al Plan del Padre, creyendo absolutamente que ese movimiento es real y verídico. Si no está la Jerarquía, hijos Míos, no está Dios y no está el contacto.
La humanidad necesita de la intervención de la Jerarquía y de la Ley de la Jerarquía porque ha demostrado que sin la Jerarquía está perdida, no solo por la desobediencia sino por la falta de amor a la instrucción.
Por eso es importante que tengan presente, en este momento, el amor a la instrucción, no solo de la Jerarquía espiritual sino de aquellos que se ofrecieron para guiarlos en esta encarnación y en la superficie.
Es hora de disolver las apariencias, los juicios y las críticas. Es hora de traspasar, por medio del amor, el portal que los llevará a comprender la vida cósmica y cómo esa vida proveniente de la Fuente de la instrucción del Universo se manifiesta a través de diferentes corrientes, que son caminos que llevan el conocimiento a las almas y a las consciencias.
El legado que ustedes recibieron a través de los tiempos y hasta el presente es único. Ese legado está pleno e impregnado de códigos de Amor, de Misericordia y de perdón, de pureza, de hermandad y de unión para la Nueva Humanidad.
Es así, queridos hijos, que deben recordar que son una civilización en transición y que aún está a tiempo de poder construir el puente para lo nuevo, para lo que deberá llegar y manifestarse en la nueva raza.
Por eso todo lo que hagan y lo que ofrezcan no solo internamente, sino también exteriormente, por medio del servicio, de la entrega y de la donación construirá las bases de esa Nueva Humanidad porque esa Nueva Humanidad no solo será espiritual, también será concreta al vivir los patrones de conducta y los atributos divinos que una vez el pueblo de Israel vivió, y los perdió a través de los tiempos por ese eterno conflicto entre Israel y Palestina que hasta los días de hoy se vive, aun habiendo llegado Mi Hijo.
Esa incomprensión aún está presente en las consciencias de esas naciones. Pero como lo dije una vez en Fátima, el último 13 de octubre de 1917, en el que la gran Consciencia de la Madre Universal se materializó para mostrarse al mundo y a esa región; hoy vengo a decirles nuevamente como les dije a los videntes de Fátima: que para que el tercer secreto no se cumpla, la humanidad debe demostrar un verdadero cambio y un verdadero arrepentimiento.
Por eso, como Madre, intercesora y abogada, guiaré a las almas hacia las Islas de Salvación; y llegarán las almas que necesitarán despertar y colocarse al servicio como ustedes se han colocado, para que la mayor cantidad de almas de esta humanidad pueda seguir siendo asistida y ayudada, hasta los límites de la consciencia, hasta donde sea necesario, hijos Míos; porque este es el tiempo de dar lo mejor para que algunas cosas no sucedan; situaciones horribles e inexplicables y que parte de ellas la humanidad lleva adelante con una certeza y una acción que está absolutamente lejos de Dios, del amor y de la pureza.
Es así, que los sagrados recintos que Dios concibió para el mundo, y que trabajan y actúan silenciosamente, se ofrecen para ayudar a la humanidad para encontrar el camino de la hermandad. Porque en la hermandad estará el sentido de reconstruir esta raza de superficie y de volverla a insertar en el Proyecto que una vez comenzó en el Génesis y que quedó inconcluso.
Ahora, hijos Míos, lleven Mis palabras a sus corazones, así como Yo llevo en Mi Corazón las aspiraciones de Dios; Corazón Inmaculado que se ofrece para que el Padre pueda hablar para el mundo y transmitir Su mensaje.
Les pido que no ocupen sus mentes en las adversidades, en las batallas espirituales o en las pruebas. Pero sí que aprendan de ellas porque lo más importante, hijos Míos, es que puedan crecer interiormente para poder aprender a crecer en la madurez, en la responsabilidad y en la solidez de su misión personal y espiritual.
Aún el Padre espera que muchos más se ofrezcan para sufrir por el mundo, así como los pastores de Fátima sufrieron y se ofrecieron silenciosamente en aquel tiempo por la humanidad. De lo contrario, hijos Míos, hoy nadie estaría aquí. Sé que no es fácil aceptar ese camino, experimentarlo y atravesarlo.
Dios no quiere hacerlos sufrir. Dios quiere que aprendan, así como aprendió Mi Hijo ofreciéndose completamente por amor a la humanidad, porque es el Amor que transforma el sufrimiento, las culpas y los errores. Es el Amor que los eleva y les trae consciencia y discernimiento para estos tiempos.
Desde lo más alto de las montañas de los Andes, hoy los estoy bendiciendo a todos en este día 13 de octubre, en el que Mi Corazón siente y recuerda su pasaje por Fátima; un lugar que siempre estará abierto para su cura interior y para el reencuentro con su pureza original.
Que las campanas internas del Santuario de Fátima hoy suenen plenamente, para celebrar el despertar de Mis hijos hacia el Conocimiento mayor del Propósito de Dios, manteniendo el espíritu de la fe, de la fortaleza y de la confianza a fin de que se realice la Voluntad Divina.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado en estos últimos tiempos. Y también les agradezco por el llamado al que responderán en el futuro, mientras Dios lo necesite.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, de Mi Corazón brota gratitud infinita por la devoción y por la fe que Mis hijos tienen por las diferentes faces de la Madre Divina.
Esa gratitud infinita que brota de Mi Corazón es el amor que Mis hijos orantes Me expresan cuando oran de corazón a Mi materno Corazón.
Es así, que la Madre Celeste puede bajo Su celestial soberanía estar presente en muchas naciones del mundo, revelando y dando a conocer Sus diferentes faces para que cada pueblo, cultura y civilización reconozca a la siempre Virgen María, Madre del mundo y de la humanidad.
Hoy, hijos Míos, se cumple el aniversario en el que el Padre Celestial decidió revelar a unos humildes pescadores la faz de la Señora Aparecida; faz que protege y ampara al Brasil como país, pero una faz que también llegó en aquel tiempo a las manos de los pescadores a fin de destituir para siempre la esclavitud y el sometimiento de los negros y de los africanos.
Por eso, hoy es un día importante para el Brasil y para el mundo, ya que no solo se celebra la presencia de la Señora Aparecida en el Brasil, sino que todos recuerdan que existe un camino para liberarse de la esclavitud espiritual y material, y que ese camino es ofrecido por la Virgen María para que más y más consciencias alcancen la libertad de sus propias prisiones de la vida.
Por eso, hijos Míos, Su Madre Celeste y Señora Aparecida extiende Sus manos hacia ustedes a fin de que puedan ser guiados por el camino de la libertad espiritual que la mayoría de la humanidad necesitará alcanzar para estar libre de las cadenas de la opresión y de la esclavitud mental y material.
Que el divino símbolo y la venerable imagen de la Señora Aparecida del Brasil impulse al mundo entero a seguir luchando, todos los días, para que el tráfico y la explotación humana de estos tiempos sea disipada y las almas más sufridas, por esas secuelas, tengan la Gracia de una vida digna y amparada por el Amor de Dios.
Ofrezcan este día de Vigilia de Oración por todos los que están presos de sí mismos y no consiguen liberarse del error. Pero también eleven amorosamente sus oraciones a lo Alto para que el tráfico de personas termine y esa gran red sea destituida de las mentes que la promueven, para que todos Mis hijos puedan vivir la Gracia de la redención y del perdón.
Hoy Me serviré de toda la celebración y de la devoción de Mis hijos que visitarán el Santuario de Aparecida para que esta importante causa se cumpla.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Brasil
Por el comienzo del Sínodo por la Amazonia y el encuentro de oración que está sucediendo en Manaos es que el Padre concedió al mundo una amnistía espiritual, y en las próximas horas se dará el cierre del ciclo de esa Gracia.
Es así, que todos los ángeles están atentos a las decisiones internas de las almas para que, por medio de esa decisión, el planeta reciba una última Gracia que lo colocaría en carácter de rescatable.
Por eso, hijos Míos, una manera de dar respuesta al Plan Divino es asumirlo y en responsabilidad llevarlo adelante, más allá de las circunstancias y de los hechos.
Si realmente las almas colocaran al Plan primero, antes que a sí mismas y antes que la amnistía espiritual termine, permitirán que millones de almas puedan ser consideradas por el Padre Celestial para el surgimiento del próximo Reino en la Tierra, el que estará libre de maldades, de explotaciones e injusticias humanas y sociales.
La decisión está en el centro del corazón de cada ser y el Universo estará atento al movimiento espiritual de las almas, porque también repercutirá en la Iglesia de Mi Hijo, la que precisará ser redimida y purificada.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría hoy puedo decirles que sus oraciones por la amada Amazonia son como flores de luz que se depositan a los Pies del Creador para entregarle la ofrenda y la respuesta de la consciencia humana por este precioso proyecto.
Es así, que estoy acompañando las ofertas de todos Mis hijos y con amor las recibo en Mi Corazón, para después poder derramarlas como gracias y cura en la humanidad.
De esa forma, queridos hijos, todas las necesidades espirituales, mentales y materiales comienzan a ser suplidas, y las almas tienen la oportunidad de tomar consciencia y de despertar.
Vean de esa manera el efecto poderoso de la oración que nace del corazón, oración que concede y permite el cumplimiento del Plan Divino en sus diferentes etapas.
Hoy la Amazonia es nuevamente imantada por la luz y el amor de Mis hijos, de los que aman a los Reinos Menores y de los que siempre buscarán el poder restaurar y aliviar a la naturaleza a fin de que, algún día, el hombre destructor de la superficie perciba que, sin la presencia de la naturaleza, morirá por no tener la vida ni el amparo de los Reinos Menores
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sientan, hijos Míos, Mi Amor y Mi Paz, porque contemplo sus esfuerzos, sus dificultades y sus abismos más profundos, en los cuales hoy ingresa Mi Luz para que sus corazones encuentren la paz, el perdón y la redención de Dios.
Sientan, hijos Míos, Mi Gracia, porque contemplando su misión y la valentía de sus espíritus que, día a día, se levantan de las caídas e intentan no sucumbir a las tentaciones del mundo, derramo sobre ustedes una expiación divina. Que así, a través de Mi Gracia, reencuentren el camino para unirse a Dios y recobren la esperanza de trascender las propias miserias y de llegar al Corazón del Padre.
Mi corazón llega hoy al Centro Mariano del Niño Rey para enviar un mensaje al mundo, de que el auxilio llegará a aquellos que se esfuercen por transformarse y trascenderse, y mucho más allá de la oscuridad que habita en sus abismos internos, brillará la luz de sus esencias, porque Dios, con Sus propias Manos, abrirá los caminos, retirará los obstáculos y liberará a las tinieblas para que reconozcan que dentro de ustedes hay una verdad que está más allá de las apariencias y de las ilusiones.
Todos son puros a los Ojos de Dios y las manchas impresas en sus almas por el mundo y por las experiencias humanas podrán ser lavadas, curadas y limpiadas por la potencia de Mi Amor maternal.
Dejen que Mi Luz los toque, que Mi Paz los cure todas las veces que sea necesario, que Mi Amor los libere y les revele quiénes verdaderamente son.
Ustedes son Mis hijos, Mis pequeños y puros hijos, esencias que surgieron de Mi Vientre Creador, de la Fuente de Mi Pureza. Una parte de Mi Inmaculado Corazón habita en su interior. Por eso, hoy dejen que Yo Me revele en ustedes como una luz que ilumina a sus almas, como una alegría divina que brota de sus espíritus, como una nueva y divina esperanza.
Mi Corazón los abraza, Mi Amor los ampara, porque a través de ustedes auxilio al mundo. A través de sus esfuerzos puedo estar ante Dios con los méritos generados por sus vidas para interceder por las almas más perdidas, por aquellos que no conocen a Dios y que, día a día, se alejan de la pureza de sus esencias y de sus corazones. A través de sus vidas intercedo por la vida de este mundo, sobre todo de los niños y de los jóvenes que perdieron la esperanza de amar y de ser amados.
El futuro de la vida sobre la tierra se construye a través del esfuerzo de unos pocos. Por eso, hijos Míos, nunca se olviden de que, con cada esfuerzo que viven todos los días, Mi Corazón recupera a una esencia perdida, a un alma desamparada.
Su mayor servicio en estos tiempos es vivir en el Amor de Dios, es creer en el potencial de sus corazones de trascender todo el pasado vivido por ustedes y por sus familias para que, en nombre de la humanidad, anuncien la posibilidad del perdón y la Gracia de la redención.
Sus corazones son predilectos ante Dios. Sus esencias son puras a los Ojos del Padre. Encuentren hoy esa pureza en su interior.
Yo los amo, los acojo bajo Mi Manto y los amparo con la infinita gratitud de Mi Corazón.
¡Les agradezco!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con una Rosa de Luz sobre Mi pecho, queridos hijos, les entrego los aromas sublimes del Cielo para que, en este momento, sean abrazados por el Amor de Dios.
Les entrego la Rosa de Luz para que despierte, en ustedes, la pureza esencial que en este tiempo el mundo necesitará recuperar para poder volver a Dios, con inocencia y arrepentimiento.
Que se manifieste en ustedes Mi Rosa de Luz, para que los ángeles del Cielo los reconozcan y, así, ellos los ayuden a caminar con Cristo y a encontrar a Dios en cada momento.
Queridos hijos, este es el tiempo de buscar, dentro de sí, lo que existe de mejor. Es tiempo de que contacten su esencia interior para que el mundo sea también colmado de lo más puro y bendito que el Padre les entregó.
Hoy vengo aquí, a este amado y humilde Centro Mariano del Niño Rey para recordarle al mundo entero que ha perdido el contacto con su niño interior y que, ese niño interior, está suplicando por ayuda para poder expresar y demostrar cuánto ama a la vida y al Universo.
El ser humano tiene que poner su atención en ese niño interior y, así, percibirá cuánto lo lastimó con sus acciones precipitadas.
Por eso, hijos Míos, regresen a Mí para que ese niño interior que vino a expresar la sagrada misión de sus esencias, pueda gobernar por encima del ego y de toda la oscuridad.
El niño interior les permitirá ver la realidad de estos tiempos con otra perspectiva y los llevará a vivir la entrega absoluta de sí.
La humanidad no puede hacer sucumbir a su niño interior porque estaría disolviendo, en sí, la inocencia y la pureza original.
Reconcíliense con lo más profundo de sus seres, pidiéndoles perdón por tantos traumas y experiencias vividas.
Únanse con amor a su niño interior y dejen que las expresiones de las virtudes y de los talentos los coloquen en el camino correcto, lejos del sufrimiento y de la oscuridad.
Por eso, les entrego Mi Rosa de Luz para que el niño interior de cada uno de Mis hijos sienta el amor maternal de la Madre Celeste y, así, se anime a revelar y a expresar todo lo que internamente vino a cumplir como servicio de amor por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más