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Reina, Madre y Abogada vuestra
En las altas Esferas Celestiales, muy próximo a la Fuente del Padre Celestial, se encuentra un estado de Consciencia Divina en donde su Reina, Madre y Abogada vuestra, intercede por las causas imposibles.
A ese estado de consciencia, que es un Plano Espiritual y Divino en donde se encuentran las diferentes Jerarquías Angélicas que acompañan a su Madre Celeste en el proceso espiritual de la intercesión, también llegan los Ángeles de la Guarda de todas las almas del mundo. Ellos pueden presentarle al Padre Eterno los méritos alcanzados por las almas buenas a través del servicio, de la donación de sí, de la oración, de la transformación y de la redención de la consciencia. Pero también pueden presentar, silenciosamente, todo lo que no alcanzaron las almas que están perdidas y que aún no despertaron a la poderosa Luz de Dios.
Ante ese escenario, la Reina, Madre y Abogada vuestra, apela ante el Padre Eterno por una Gracia no merecida para alguna situación o causa que está fuera de la Ley. En ese momento, el Padre Celestial le concede a la Reina, Madre y Abogada vuestra, que exponga las razones de Su pedido e intención.
Es así que el Universo Celestial recibe de la Madre Divina la intención que fue manifestada y se procede a entregar un estado de Gracia no merecida, a través de la acción de la Misericordia Divina.
En esa hora, los ángeles reciben la orden del Único de liberar a una consciencia o situación del estado inferior de consciencia y, así, por intermedio de los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, el alma o la situación recibe la ayuda espiritual que necesita con urgencia.
Ese poderoso y desconocido estado de Gracia Divina permanece latente en el centro de luz de la esencia del alma que clamaba por ayuda, y así se establece la acción de la Ley de la Misericordia, del Perdón y de la Redención.
Ese estado de Gracia permanecerá en la consciencia el tiempo que la misma lo valore y lo reconozca, dentro de sí, por medio de una vida correcta, límpida, pura y simple conforme a lo enseñado en el Evangelio de Cristo.
Mientras tanto, en el Universo Celestial, la Madre Santísima recoge todas las oraciones, ofertas e intenciones que son elevadas por los propios ángeles hasta el Cielo. Y reuniendo todas las peticiones, la misma Virgen Santa las coloca, en una acción de pura humildad, a los Pies del Creador.
En ese momento intercede el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, para que el alma por la cual se interviene o la causa por la cual se apela reciba la unción espiritual de la Tercera y Divina Persona.
Así, en esa bendición que se concede, el alma o la situación por la cual se interviene es impulsada por la renovación y el perdón; y el Sacramento de la Reconciliación sucede entre el alma y el Universo Divino.
Su Reina, Madre y Abogada, al ver que se restablece la alianza con el Padre Eterno, procede a atender otras necesidades y urgencias, buscando que, más allá de todo, Sus hijos de la Tierra recuperen y vivan en el Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando el Creador pensó en el proyecto humano, contempló desde el principio la posibilidad de hacerse Él mismo criatura entre Sus criaturas.
Los seres humanos fueron creados, entre tantos seres y civilizaciones del Universo, para expresar algo que ninguno de ellos había expresado.
Fueron creados para unir las dimensiones, para expresar el amor que supera los límites de toda la existencia y que permite que los seres se unan a Dios. Fueron creados para expresar la semejanza esencial con el Padre de toda la vida.
El propósito humano es grandioso y es por eso, hijos Míos, que no se alcanza simplemente, a pesar de que todo se pueda dar con el despertar de la consciencia y la firme decisión de amar sin condiciones y de entregar todo por ese propósito de profundizar los misterios divinos en el propio corazón, como en el Cosmos infinito.
Vivir el potencial humano parece algo imposible, porque la mayoría de los seres no se abrió para experimentar verdaderamente el Amor de Dios, que son capaces de encontrar y de sentir dentro de sí mismos.
Yo les enseñé a orar para que, de esa forma, cruzaran las puertas del propio corazón y, poco a poco, descubrieran la posibilidad de unirse a Dios, de sentirlo y de vivirlo.
Cuando un ser vive verdaderamente el Amor a Dios, hijos Míos, aunque sea por un instante, esto es suficiente para llevarlo a comprender que todo sacrificio, esfuerzo, o renuncia de las cosas del mundo y de las ilusiones humanas es poco para alcanzar la Eternidad dentro de este Amor Divino.
Sabiendo Dios que Sus hijos estaban perdidos en su evolución y que cada vez se distanciaban más de su propósito y de su verdad, y para no permitir que la humanidad nuevamente se perdiera como tantas otras veces sucedió, su Padre Creador decidió Él mismo venir al mundo y mostrarles el camino.
Tan inmenso y misericordioso fue el impulso de Dios para la humanidad, impulso nunca antes dado a ninguna criatura en el Cielo ni en la Tierra, que toda la existencia colocó sus ojos, su corazón y su esperanza en este mundo.
Misterio entre misterios es la evolución de los hombres, hijos amados, donde los errores del pasado y la historia de antiguas consciencias universales se detienen para que se inicie una historia de redención y la revelación del Amor de Dios para toda la vida.
Aún ningún ser de la Tierra fue capaz de comprenderse a sí mismo y de profundizar, estando en vida, tanto en su origen como en el verdadero potencial de su esencia. Todos aquellos que recibieron de Dios la posibilidad de vivir la experiencia del Amor en este mundo, solo después de esta vida fueron capaces de percibir la oportunidad que recibieron.
Pero hoy, hijos Míos, ustedes son llamados a vivir el mayor milagro de este y de todos los tiempos, el milagro del despertar de la consciencia, el milagro de la unión de los tiempos, el milagro de comprender lo que fueron antes de llegar a este mundo y cuál es la esencia y el propósito de sus vidas. Son llamados a vivir el milagro de la Ciencia y de la Sabiduría Divina para comunicar al mundo Su Verdad, no solo con el verbo, sino sobre todo con la propia vida.
Hace más de dos mil años, a pedido de su Creador, reuní a los discípulos y compañeros de Cristo para que el Espíritu Consolador vertiera, sobre ellos, Lenguas de Fuego. Su misión era anunciar la Buena Nueva de la llegada del Mesías y plasmar en la consciencia y en la historia de la humanidad la presencia y el ejemplo de Dios entre los hombres.
Hoy los reúno para que el Espíritu Consolador les dé fortaleza, despierte en ustedes el Don de la Ciencia, que se convierte en sabiduría y discernimiento. La ciencia para despertar, hijos amados, la ciencia para saber cómo actuar y cómo hacerse responsables no solo por la propia redención, sino por la sustentación de este mundo en transición.
En cuanto Mis últimas palabras resuenan en el mundo, Yo les derramo Gracias en medio de la Justicia, les traigo Dones entre las correcciones, porque es necesario que sean corregidos, pero también es necesario que despierten y cumplan el Propósito de Dios.
Así como el Creador vino al mundo cuando la humanidad estaba perdiendo su propósito y les mostró el Camino, la Verdad y la Vida, hijos Míos, Él vendrá nuevamente, a mostrarles la revelación de Amor dentro del caos, a mostrarles el despertar de la Verdad en el ápice de la ilusión del sufrimiento humano. Vendrá para que sepan cómo unir los tiempos y las dimensiones y así lo hagan no solo en este mundo, sino en toda la Creación, porque no solo la Tierra necesita de redención, toda la vida debe aprender a retornar a Dios, y esto acontecerá a través de la plenitud de sus vidas y de la expresión de lo que verdaderamente son.
Yo los amo, los bendigo y, con la profunda humildad de Mi Inmaculado Corazón, les agradezco, para que ustedes aprendan que a través de la gratitud el Cielo se abre y el Creador toca todos los corazones del mundo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
El Trono de Dios se ha conmovido por sus oraciones y súplicas. Por eso, invito a los que puedan, a arrodillarse para agradar al Corazón de Dios y para agradecerle profundamente por Su respuesta.
Es así que hoy vengo del Cielo, nuevamente para estar con Mis hijos, porque Mi único motivo son Mis hijos, los hijos que caminan al lado de Cristo, que siguen Sus pasos, que viven Sus enseñanzas y que intentan, todos los días, vivirlas cada día mejor para sentir en su interior Su sagrada enseñanza que trae para el mundo la renovación, la cura y la fe de todos los corazones.
Hoy vengo del Cielo, pero he visitado antes de llegar aquí, otros lugares de la Tierra que también necesitaban de la intercesión de la Madre de Dios.
Por esta consagración que hoy se vivirá de forma especial, no solo el Uruguay se verá beneficiado espiritualmente, sino también otras naciones del mundo muy lejanas a ésta, que también necesitan de la intervención y de la Misericordia de Dios.
Es así que hoy les traigo una Gracia y les declaro esta Gracia que Dios Me concedió para las naciones del mundo que sufren y que padecen los conflictos de estos tiempos y que no consiguen salir de esos conflictos por la propia acción del ser humano.
Y detrás de todo esto está Mi adversario. Por eso llego a esas naciones para bendecirlas, para elevar a las esencias caídas, para llevar a las almas hacia el Corazón de Dios y para que puedan sentir, sobre todas las cosas, el impulso de Su Amor Cósmico que viene a despertarlos y a renovarlos, los viene a fortalecer en el camino de su entrega y de su consagración, de su fe y de su confianza en el Padre Celestial.
Esta Gracia que hoy traigo es inexplicable, es una Gracia que descenderá sobre esas naciones para los próximos tiempos, especialmente, en ocasión de que los Sagrados Corazones pongan Sus pies en África.
Allí todo sucederá, liberaciones acontecerán y las almas se liberarán de muchísimos y constantes sufrimientos. Pero eso no solo beneficiará a algunas naciones de África, sino también a la consciencia de todo el continente.
Por esa razón, hijos Míos, la preparación para esa Peregrinación será importante y desde ahora lo anuncio y lo declaro para que ustedes, que son Mis hijos, Mis ejércitos, Mis hijos orantes que acompañan a su Madre Celeste, generen las condiciones necesarias en la obra de la donación y de la providencia, para que esa Peregrinación se pueda concretar, ya que será una de las últimas.
El 2020 promete muchos cambios para la consciencia humana, pero también grandes acontecimientos que la humanidad no podrá creer que puedan suceder.
Por eso, la Jerarquía espiritual se une y se concentra para los próximos pasos que se darán en la Obra y en el Plan de Rescate de Mi Hijo.
En ese momento, cuando todo se esté desencadenando, las comunidades ya deberán ser ese receptáculo de amor, las Islas de Salvación, para los que serán llamados a vivir en ellas y a sostener, en nombre de todo el género humano, lo que vivirá el planeta en su transición final.
Por eso, hoy les traigo esta Gracia que es interna, profunda y espiritual. Una Gracia que comprenderán en los próximos tiempos, en los próximos años que no serán muchos, en los que vivirán grandes movimientos como parte de esta humanidad y de este planeta. Esta Gracia muchos la quisieran tener y no la pueden tener, pero hoy se la entrego a ustedes, por la respuesta que Me han dado. De la misma forma entrego esta Gracia a sus hermanos, a los que en diferentes partes del mundo sostienen la llama de la fe y el estandarte del Amor de Mi Hijo, preparando Su retorno a la humanidad.
Comprendan con todo esto, hijos Míos, cuán grande es la necesidad planetaria y cuán pequeños quedan sus procesos internos ante tantas emergencias de la humanidad.
Este es el tiempo, es la hora y es el momento de cruzar el portal hacia la vida del apostolado, a la vida del servicio y de la oración permanente. Porque todo lo que han aprendido Conmigo, a través de los años, fue solamente una preparación para que Mis ejércitos de Luz, en el momento más culminante de la Tierra, estén prontos y disponibles de una manera incondicional, para poder ayudar y colaborar en esta gran batalla del fin de los tiempos que se define, el amor o la indiferencia.
Yo misma llamaré a diferentes hijos, en diferentes puntos de la Tierra, de diferentes naciones, regiones y lugares, para que conformen este gran ejército que en representación de la mayoría, de los más ignorantes e inconscientes, sostendrán el retorno de Cristo.
Y ese momento se cumplirá, la Ley se mostrará y todo estará consumado cuando Mi Hijo retorne al mundo. Y aunque muchos, diría millones, no lo podrán reconocer, Él se revelará y se mostrará de una forma tan semejante a como lo hizo con algunos de Sus apóstoles en la transfiguración del Monte Tabor.
Por eso, deben ser conscientes de que ese momento se está aproximando y de que no falta mucho. Pero serán necesarias su adhesión y su apoyo para la próximas misiones que la Jerarquía planteará en el año 2020, como les he mencionado, en el continente africano.
Es un dolor incalculable el que se liberará, como nunca antes sucedió, como ninguna mente lo podría imaginar ni interpretar; porque Yo soy la Reina de África y la Madre de todos los afligidos, de todos los que sufren y padecen el propio caos que genera el mundo. Pero la hora de esa liberación llegará y todos Mis ejércitos, los que están en el Cielo y en la Tierra, ayudarán a Su Madre Divina en ese gran momento.
Hoy realizo esta consagración de nuevos Hijos de María de una forma íntima y simple, dedicando esta consagración y bendición también a Mis hijas de África que hoy están aquí presentes, que representan a una nación dolorida, sufrida, que agoniza al igual que muchas naciones de África, en donde la desigualdad cree ser la tónica y el poder de muy pocos.
Por eso les traigo la energía del equilibrio, de la armonía y de la prosperidad que debe estar latente en el corazón de Mis hijos de África, sabiendo que por encima de todo lo que sucede y cuando Cristo retorne, llegará el momento de la gran liberación, de la libertad espiritual, de la esclavitud que viven desde hace siglos.
Estas campanadas hoy anuncian ante su Madre Celeste el fin de un tiempo, el cumplimiento de las profecías del Libro del Apocalipsis y el momento de la gran redención planetaria, más allá de los pueblos, de las culturas, de las religiones o de las tendencias que vive el ser humano en estos tiempos.
Invito de una forma íntima a los que hoy se consagrarán como Mis hijos, porque en verdad ya son Mis hijos, su Madre los asumió y los aceptó desde los pies de la Cruz hasta el presente y por los tiempos que vendrán.
Vengan aquí para que los pueda consagrar y pido especialmente a las hermanas de Etiopía que se acerquen, porque en esta consagración representarán a todo su pueblo y a todas las culturas de África, de Mi amada y querida África.
Así bendeciré a todas las naciones de los que hoy las representan, en este día de consagración.
Hay un pequeño Jesús que habla como Mi amado Hijo, cuando dio Sus primeros pasos y asumió la Cruz de la liberación de la humanidad. Los más pequeños siempre tendrán el primer lugar en el Reino de los Cielos, porque su inocencia y pureza libera al mundo.
Y ahora, antes de proclamar esta consagración especial, pido escuchar el instrumental de Nuestra Señora de Kibeho, ya que, la Señora del Verbo Divino, Guardiana de la instrucción y del conocimiento universal para todas las almas del mundo por medio de la Fuente inmaterial de Dios, concederá una Gracia especial para todos ustedes y en consecuencia para las naciones que representan en este momento y en esta vida.
Ante el Poder que Dios le entregó a Su Sierva Fiel, en la expresión de la humildad y de la pobreza de Su Corazón Inmaculado, ante los ángeles, arcángeles, bienaventurados y santos que proclaman la bienaventuranza de su Madre Celeste, ante los coros celestiales, ante el Trono de Dios, en la Presencia de la Santísima Trinidad, por el Poder y la Misericordia que Me concedió Mi Hijo y la Gracia intercesora del Castísimo Corazón de San José, es que hoy traigo para cada uno de sus corazones la Gracia de la liberación, la cura y el perdón del pasado para que sus heridas más profundas y silenciosas sean sanadas por la imposición de Mis manos, de una Madre que los consuela, que los conforta, que los contiene, que los apoya, que los ama y que los acepta así como son.
Por todos estos méritos, concedidos desde el nacimiento de Cristo hasta Su muerte y resurrección; por toda la instrucción concedida a lo largo de los siglos, en las centenas de apariciones acontecidas en la humanidad; por los milagros, las conversiones, las adoraciones, las ofertas, las celebraciones eucarísticas; por todo lo que Me han dado Mis hijos en la pobreza y en la simplicidad de sus espíritus, es que hoy los consagro para que el Cielo descienda sobre ustedes y sobre sus naciones a fin de que el Amor de Cristo cure y sane todo dolor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora quiero que canten, para que la Madre del Verbo Divino siga teniendo la Gracia de instruir al mundo, aunque deba partir en los próximos tiempos hacia el Reino Celeste, de donde ha venido para anunciarse a Sus hijos en el amor y en la compasión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Y estas rosas y flores que han sido bendecidas y consagradas por Dios a través de Mi Inmaculado Corazón sean la recuperación, la vivencia y la expresión de su pureza esencial que los ha traído aquí para curarlos y regenerarlos.
Les agradezco.
Hablo para ustedes, Mis hijos, en nombre de Dios, para que sean conscientes de estos tiempos diferentes que atraviesa la humanidad; del momento en el que la mayoría de esta raza decidió generar condiciones no evolutivas para implantar y establecer sus ideales, los que están vacíos y no provienen del Pensamiento Divino.
Ustedes son la quinta raza, la raza de la transición y la raza del fin. Esta es la humanidad que deberá concluir una etapa no solo espiritual, sino también material.
La raza actual, que son ustedes, es el resultado de graves interferencias y desvíos a lo largo de los tiempos y de las generaciones.
La Jerarquía Espiritual cuidó y acompañó los diferentes ciclos en los que la humanidad se alejó, y se alejó, de la esencia de su propósito.
No es la primera vez que la raza actual se desvía del camino de la Luz, porque en el Cosmos también ocurrieron episodios y experiencias traumáticas que los marcó mucho y por ese motivo hoy están aquí, dentro de este planeta escuela, para que aprendan a través del amor y de la redención a rehacer el camino que una vez destruyeron como raza del Universo.
Estar bajo el Poder de Dios es obedecerlo y seguirlo, algo que no sucedió en los tiempos remotos de esta raza actual. Por esa razón, ustedes y el resto de la humanidad vino caminando a lo largo de las épocas para que, en alguna de ellas, pudieran encontrar la puerta segura hacia la redención.
Pero hoy la humanidad entera y los que están más dormidos, pero también los que están despiertos y conscientes del camino espiritual, están siendo perseguidos por una innumerable cantidad de corrientes disociativas que expulsan a las consciencias del camino de la realización.
Como todo está permitido, la furia del ángel caído se hace sentir, pero muchas veces la Luz poderosa de Mis Espejos lo aparta de ustedes para que tengan tiempo, en donde no lo hay, de poder dar definitivamente los pasos que son urgentes y necesarios en este ciclo crucial de la humanidad.
Llegó el tiempo de enfrentar lo que ninguna otra humanidad enfrentó. Llegó el ciclo, finalmente, en el que los Sellos del Apocalipsis se abrirían y todo comenzará a suceder a partir del año 2020.
Muchos esperarán grandiosos movimientos, pero el gran movimiento de definición y de batalla se dará dentro de las personas.
Ante ese escenario final que nadie vivió en ningún otro tiempo, aférrense al Manto de Luz del Redentor, y que el cambio que deberán vivir sea consciente y verdadero, forjando el guerrero de Cristo desde el interior y atravesando con valentía esta aguda etapa que se aproxima.
No habrá lugar hacia dónde correr o escapar, porque el gran momento estará dentro de cada uno de ustedes, y hacia donde vayan o lo que decidan hacer de sus vidas, esa definición los acompañará, porque será algo imborrable, será un sentimiento inolvidable que estará sucediendo entre ustedes y Cristo.
Por esa razón, ese momento vivirá su alta presión espiritual y los que tenían un compromiso con Cristo y lo abandonaron para sumergirse en la satisfacción de la ilusión global, también lo sentirán. Porque un compromiso espiritual ya realizado, no se desvanece de la noche a la mañana, es algo eterno que les exige estar en el lugar y en el momento correcto.
En esa hora la Jerarquía Espiritual se retirará y desde las altas esferas de consciencia apoyaremos la gran definición de cada ser de este planeta.
Así, los Sietes Sellos abrirán espacio para que los siete acontecimientos profetizados se cumplan y la humanidad sea purificada de todos los desvíos que vivió a lo largo de los tiempos.
Será en esa hora culminante cuando Cristo regresará.
¡Les agradezco por escuchar con atención!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo a salvar a aquellos que quieren regresar a Dios. Por esa razón, hoy Me hago presente, en esta fecha tan especial no solo para el Padre Celestial, sino también para los Sagrados Corazones.
Traigo en esta noche la síntesis de la experiencia vivida en Belén, porque muchos misterios sucedieron en aquella noche. Y, a pesar de que se cumplan más de dos mil años de ese acontecimiento, en el Universo Celestial como en el Cosmos sigue reverberando ese acontecimiento.
Hoy los hago partícipes espiritualmente de las revelaciones de Dios, de las revelaciones que Dios entregó para la Sagrada Familia y para todas las almas que fueron llamadas por el Padre en aquel tiempo, para poder vivenciar y participar del Nacimiento de Cristo.
Hoy es una realidad planetaria que muchos no buscan el Cristo interior. Pero la fuerza del Cristo interno de muy pocos concede las gracias que el planeta necesita, que la humanidad necesita, urgentemente, para poder despertar a la realidad en la cual vive.
Mi intervención divina hoy desciende a la Tierra con todos los ángeles del Universo que alaban a Dios, que adoran al Niño Rey. Vienen hoy Conmigo, queridos hijos, para poder ayudar y asistir a las familias del mundo, porque la familia, como ustedes saben, hijos Míos, es el núcleo principal del Proyecto de Dios. Una familia que en este tiempo tan crucial de la humanidad necesita recuperar los valores que Dios le entregó desde el principio de este Proyecto genético.
Y cada vez que se aproxima esta fecha tan especial de fin de año, en la que Mi adversario trabaja incansablemente para distraer a las almas y sacarlas del propósito de su interior, es cuando el Universo Celestial se aproxima a la Tierra y con la fuerza y el poder del Espíritu Santo, por intermedio de su Madre Celeste, las almas tienen la gran oportunidad y la gran chance de poder recuperar el lugar que perdieron antes de cometer sus errores. Porque el acontecimiento que sucedió en la Gruta de Belén fue un gran mérito, fue el primer mérito que Cristo concedió a la humanidad por medio de Su Encarnación en este mundo.
Así, el Dios vivo se hizo presente entre los hombres y las mujeres de la Tierra. Él se anunció al mundo como el Mesías, el Salvador, y lo seguirá haciendo por los tiempos que vendrán, hasta que la última alma tenga la oportunidad de despertar, más allá de los errores cometidos en este ciclo actual.
Es así que en esta noche especial, en la que contemplamos la Natividad de Nuestro Señor y la aproximación de la Gracia Divina a la humanidad, es que Me aproximo a las familias del mundo, ingreso en los hogares del mundo, para que todos puedan comulgar espiritualmente de este Sacramento oculto del Nacimiento de Jesús, en el que las familias pueden volver a beber de la Fuente Divina y las almas se pueden fortalecer en el camino de la fe y de la confianza en Dios.
Hoy tengo a todas las naciones del mundo a Mis Pies, a todas las culturas y a todos los pueblos que dan tributo y memoria al Nacimiento de Jesús. Y desde el Cielo, Él les envía un abrazo fraterno como el Gobernante Mayor que Él es, para que siempre sigan Su Propósito, para que continúen siguiendo Sus pasos, las huellas de luz que Él va dejando en Sus caminos hasta encontrar el gran Portal de la Redención.
Hoy traigo en Mi Corazón maternal ese importante momento de la Gruta de Belén, ese misterio que deja de ser un misterio y que hoy se revela al mundo por medio del conocimiento y la instrucción divina que trae la Jerarquía, sabiendo que no fue un simple nacimiento, sino que fue una gran revelación que Dios trajo para la humanidad.
En el Nacimiento de Mi amado Hijo, Dios le señaló al mundo una oportunidad y Él lo sigue revelando, lo sigue mostrando por medio de la contemplación de ese misterio, en el que muchas Jerarquías participaron y una gran Hermandad Celestial se congregó alrededor del planeta, hace más de dos mil años, para participar en ese momento, porque muchos, pero muchos rayos cósmicos descendieron para concretar la recuperación espiritual de la humanidad y retirar a la raza humana de un proyecto desestimado por el propio Padre Eterno.
¡Cómo será su Amor, tan inconmensurable e infinito, que Él se entregó a cada uno de Sus hijos! Se hizo un Niño tan pequeño y semejante a ustedes, para que ustedes lo pudieran reconocer, lo pudieran sentir y ver con sus propios ojos, porque muchos de los que hoy están aquí fueron partícipes de ese acontecimiento en la Gruta de Belén.
Este es el momento de comprender que esa historia continúa y está siendo escrita, y que esa historia que está siendo escrita no puede ser alterada.
Así pueden comprender, hijos Míos, cómo la Voluntad Divina continúa actuando a través de los tiempos y de las generaciones, y cómo esa Voluntad debe concretarse en ustedes y en sus hermanos, para que lo que Dios pensó y deseó ardientemente, dentro de este ciclo de la batalla final, se pueda cumplir más allá de cualquier acontecimiento o circunstancia.
Entonces, hijos Míos, están ante una nueva oportunidad de asumir conscientemente este compromiso, que Mi Hijo les entrega, no solo la unión interna de ustedes con su Cristo interno, sino la vivencia del Proyecto del Redentor, de todo lo que Él necesita concretar y realizar en este ciclo.
Así, sus purificaciones serán pequeñas, insignificantes, porque la energía de la cura cósmica les concederá la transformación y la conversión de su ser.
Por eso, Yo les traigo esta oportunidad para que vuelvan a ingresar conscientemente en la Fuente Divina, esa Fuente que generó la encarnación del Hijo de Dios por medio de la Gracia del Espíritu Santo, en la concepción de su Madre Divina.
Todo lo que Dios necesita para este tiempo y a través de esta Obra no es pequeño, sino es muy grande. En todo lo que Él necesita realizar en la humanidad, en los pueblos más lejanos de la Tierra como lo es África, Su aspiración está ardiente y viva, palpita en el propio Corazón del Padre hasta que se pueda concretar y realizar lo que Él necesita, porque en las cosas más simples se verán las cosas más maravillosas. Es en ese espacio y en ese lugar en donde la Misericordia actuará y los corazones se redimirán, liberándose para siempre del cautiverio y de la esclavitud que impone Mi enemigo.
Pero ustedes tienen la Gracia de tener a Aurora y a otros Centros Sagrados, en donde no les falta la oportunidad ni tampoco las herramientas para poder vivir esa ascensión y esa transformación, por más dura que parezca.
Mientras cumplan con lo que Dios necesita no sufrirán, porque Dios es amor y es alegría. El sufrimiento es parte de los hombres, de lo que la propia humanidad ha generado por sus deudas.
El Universo espiritual es esperanza, es ascensión y es luz. Y es esa Luz de Cristo que hoy les traigo, hijos Míos, para que pueda penetrar sus corazones y esencias, y recuperando su origen y su existencia, puedan volver a sentirse parte del Proyecto de Dios, de esta gran Misión del fin de los tiempos que cada uno es llamado a vivir en compañía de su Madre Celeste.
Extiendo hoy una bendición sobre los que más necesitan, imponiendo Mis Manos sobre ustedes y sobre el mundo entero, como una madre que acaricia a sus hijos y consuela a sus corazones. Esta Gracia les trae la fortaleza del Espíritu Santo y el don de la ciencia para vivir estos tiempos definitivos.
Que la fortaleza y la ciencia del Espíritu Santo les conceda el poder del discernimiento, la capacidad de comprender más allá de los límites de la mente y de la consciencia, y de poder realizar e impulsar la Voluntad de Dios en la superficie de este planeta.
Si tan simplemente cumplen con eso, estarán viviendo el propósito y la esencia de sus vidas. Y así, Mi Inmaculado Corazón triunfará en muchos lugares más, en muchos corazones más, en muchas más almas perdidas que se volverán rescatables y ya no serán estrellas caídas, sino pequeños soles en el firmamento que también vivirán su misión espiritual.
Hoy les digo estas últimas palabras, en este ciclo les entrego estos últimos mensajes, porque cuando se cumplan los doce años de Mis apariciones, en el próximo 2020, una etapa terminará, finalizará y todo lo que han recibido como conocimiento e instrucción lo deberán vivir.
Mientras estoy aquí ayudo al resto de la humanidad y a todos los llevo hacia el Corazón de Mi Hijo, cumpliendo en esta noche con lo que Él Me ha pedido y restableciendo en este lugar Su Divina Voluntad, para que finalmente sea vivida sin alteraciones.
Yo soy esa nueva Aurora que llega al mundo para iluminar los tiempos de oscuridad. Soy la última Mensajera de Dios y la primera que le abrirá la puerta a Mi Hijo para que Él retorne al mundo. En ese momento sus corazones ya deberán estar definidos, y con valentía y coraje esperar la llegada del Redentor.
Hoy recibiré de sus corazones esta sagrada oferta de la novena y llevaré en Mi Corazón sus oraciones y todas sus intenciones por aquellos que están sufriendo debido a su purificación, para que dejen de sufrir porque Dios los ama, Dios los considera y los contempla así como contempló y consideró a Su Esclava y a Su Sierva fiel, su Madre Celestial.
Quiero que se coloquen a los pies de este pesebre, este pesebre espiritual, esta revelación divina que hoy les he traído, para que este impulso que trae la Jerarquía pueda ser irradiado y expandido al mundo entero a fin de que los Nuevos Cristos despierten y participen de esta sagrada Misión.
Para eso vamos a escuchar, en este momento, el instrumental de "Noche de Paz".
Y a pedido de nuestra Madre Divina, por todas las familias del mundo, por todas las gracias y méritos de esta novena realizada por las familias del mundo, vamos a ofrecer por dos veces el "Acto de consagración a la Sagrada Familia de Nazaret", y colocaremos en el Corazón de la Madre Divina, en Su presencia, estas oraciones.
Inspiramos.
Oración: "Acto de consagración a la Sagrada Familia de Nazaret" (se repite dos veces).
Mis lágrimas caen en esta noche, sintiendo el amor y la fuerza de sus oraciones. Cómo en lo más simple y humilde está lo grandioso y victorioso, lo que proviene de Dios, por toda la eternidad. Amén.
Cantarán “Noche de Paz” para que esta consagración llegue a todas la familias del mundo y a los más pequeños, a los que están solos y son huérfanos.
Les agradezco por responder a Mi llamado, y que la Luz poderosa de la Estrella de Belén guíe los pasos y sus caminos para los próximos tiempos. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amados hijos:
Hoy la voz de los más pequeños conmoverá el Corazón de Dios, porque su canto será como una súplica por todos los pequeños inocentes y por los huérfanos, los que en esta próxima Natividad estarán solos y sin sus padres.
La voz de los más pequeños consolará, en esta noche, al Corazón de Dios por todos los que perdieron y pierden el contacto con su niño interno.
Será la voz de los más pequeños, la que en esta noche de gala, preparará en el corazón de los adultos, el nacimiento del Niño Rey, para que la inocencia y la pureza, que hoy no vive la humanidad, sea recuperada para toda la consciencia planetaria.
Pero también se elevará la voz de los adultos, de los cantores y pacificadores de Cristo, para que los graves acontecimientos y conflictos de estos tiempos sean disueltos por el amor de los que imploran a Dios de corazón.
La voz de los adultos hoy clamará por el despertar de la paz, en todos los que la perdieron. La voz de los adultos hoy pedirá por Misericordia, para que también sean recuperados el propósito y la meta espiritual que las naciones heridas de Sudamérica perdieron.
Esta es la noche de gala que preparará, en los planos internos, la llegada de Cristo a los corazones que están vacíos y sin amor interior.
Sobre el escenario de la presentación de esta noche, los Ángeles de la Guarda de las naciones de Sudamérica se colocarán en oferta para acompañar este amoroso momento, en el que por una vez más se abrirán los Portales Celestiales para que descienda la esperanza, y la llama de la fe se encienda como un flameante fuego en los que perdieron su unión con Cristo.
Estaré al lado de Mis hijos cantores acompañando este importante momento de oferta por la humanidad y el planeta.
Que hoy las voces brillen como las estrellas hermanas de la Estrella de Belén, para que una noche de paz como esta se expanda al mundo entero.
Les deseo una gloriosa noche de gala y de adoración al Niño Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escucho la voz de los que rezan por las familias del mundo y traen, en esta nueva Natividad, la posibilidad de que muchos hijos más reencuentren a su Cristo Interno.
Es el Cristo Interno el que en este tiempo necesitará gobernar la vida de las personas para que las almas estén libres de los conflictos y de las interferencias que Mi enemigo ocasiona para separar a las consciencias de Dios.
Por eso, el Cristo Interno es quien inspira la paz, trae la renovación y la confirmación de los votos internos que los corazones deben afirmar día a día.
El Cristo Interno trae la consciencia de poder curar la vida interna y construye, en la consciencia, el camino de ascensión hacia el Padre Celestial.
Que en esta Natividad que se aproxima, todos recuerden al Cristo Interno para que su Luz y Sabiduría los pueda llevar de la mano hacia el cumplimiento del Propósito Divino.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Madre y Señora de la Natividad del Señor preparo los corazones orantes para que en este fin de año pueda renacer, con mayor consciencia, el Amor consolador que les trae Mi Hijo Jesús. Ese Amor divino que fue y es capaz de dar la vida por todos para generar, también en estos tiempos, la redención del género humano.
Es así, hijos Míos, que con Mi rosario en las manos, nos prepararemos en oración y devoción, confiando en el Nacimiento de Cristo como Luz en el corazón de los hombres y como Protector espiritual de las familias.
Para que eso sea alcanzado, vengo en este día para decirles que los acompañaré en ese importante ejercicio de la novena especial, por la reconsagración de las familias, para que el principio de la familia universal y sus atributos sean la luz que guíe y conduzca a las familias del mundo; sabiendo que esta novena especial, que será rezada, colaborará en la unión y en la comprensión que deben vivir las familias que atraviesan, en este tiempo, la división y el desamor.
Que cada cuenta de oración que será ofrecida por las necesitadas familias del mundo, sea una estrella que se encienda en el corazón del alma que necesite de auxilio.
Que esta novena sea el gran ofertorio a ser colocado a los Pies del Creador por cada uno de Mis hijos orantes.
Desde ahora, Yo estaré muy agradecida por todas las sinceras ofertas que serán entregadas en cada oración.
Por la unión de las familias, les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Universo Espiritual mostrará su contraparte material. Para que eso suceda los tiempos se unirán. El tiempo material ingresará en el tiempo espiritual y la eternidad estará fusionada como un solo principio y energía.
Para que eso sea posible, las poderosas corrientes solares llegarán a la Tierra y un movimiento peculiar se dará dentro de las consciencias. Muchos recordarán que algo les falta, otros sentirán un vacío y buscarán, de alguna manera, poder encontrar una respuesta para todo lo que están sintiendo.
En ese momento, la coyuntura universal moverá los acontecimientos y ningún ser humano, sobre la superficie de la Tierra, podrá tener el control o el poder sobre lo que es material, porque será la propia energía del Plano Espiritual que revelará y colocará todo en su lugar.
Quien esté en el bien, vivirá en el bien. Quien esté en lo adverso, tendrá la Gracia de abandonar ese estado y de reencontrar el camino que perdió hacia su espíritu.
Todo se removerá por el movimiento de las corrientes materiales del sol. Esa poderosa energía purificará la consciencia y traerá, para cada uno, una respuesta interna delante de todo lo que hizo de su vida. Nada se desperdiciará.
En ese momento, la Jerarquía Espiritual estará muy concentrada en el despertar interior que vivirán las consciencias, en la oportunidad que ellas tendrán de abandonar la indiferencia.
Ese será el tiempo de los grandes e inexplicables milagros, pero también será el tiempo de las purificaciones.
La fe de los autoconvocados erguirá el Propósito Divino y se realizará conforme a la apertura y a la disposición de las almas.
Llegará el momento, y no falta mucho, para que el propio planeta hable a través de los acontecimientos y, en ese momento, todos deberán estar preparados.
Los más pecadores tendrán la Misericordia para poder salvarse y arrepentirse, los que practicaron firmemente el mal vivirán su juicio y no podrán escapar de ese momento, porque la Ley que llegará a través de las corrientes del sol, todo reconfigurará y restablecerá, para que la consciencia del planeta esté libre de todas las decadencias vividas a través de los tiempos.
Aquellos que sostengan con fe la herramienta poderosa de la oración, no solo serán ayudados, sino que también ayudarán a los que no podrán sostenerse por sí mismos.
Todos tendrán la oportunidad de donarse y de servir, antes de que el gran movimiento universal llegue. Así podrán dar el gran salto evolutivo en la consciencia para que, cuando Cristo retorne, todo comience de nuevo.
Les agradezco por responder y por comprender Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy llego aquí para encontrarlos después de haber cruzado los océanos más fríos del mundo.
Hoy vengo desde la Antártida para revelarle al mundo el momento del despertar del gran continente blanco, que a pesar de ser transgredido y ultrajado por los hombres, él guarda los mayores y antiguos tesoros de la humanidad.
Soy la Señora del Continente Blanco, soy la Madre de la Antártida y hoy traigo entre Mis manos una reliquia espiritual de ese lugar para que, internamente, sea contemplada por todos ustedes.
Este es un conocimiento y es un legado muy antiguo de la humanidad, de uno de los primeros pueblos que habitó este planeta y formó parte de esta Creación viviendo una fluida e interna comunicación con el Universo.
Hoy les hablo de la antigua Lemuria, de la verdadera historia de la Lemuria, que no ha sido revelada a ningún hombre de superficie y a ningún ser de esta humanidad.
Hoy traigo un conocimiento más interno y profundo, les traigo entre Mis manos el Cofre de Cristal de la Lemuria, en el que se guarda una historia que la humanidad vivió en los tiempos remotos.
Esa historia es un hecho, fue una realidad y una experiencia, en la que los primeros pueblos alcanzaron un alto nivel de contacto con el universo y la Jerarquía Espiritual.
Es este conocimiento que hoy irradia Mi Corazón y, hoy, lo revela para todos.
Mi Corazón emana el Amor sobre la legendaria historia de la Lemuria. Pero hoy no traigo para ustedes los errores, sino los triunfos; un legado que despertará y volverá a ser asumido por la humanidad que está consciente y despierta en este tiempo.
Entre Mis manos está uno de los mayores tesoros que fue la experiencia de amor de la Lemuria, todo lo que el pueblo vivió y experimentó en aquellos tiempos. Porque no solo el conocimiento los ennoblecía, sino también el amor que expresaban al contacto que vivían.
Eso es lo que hoy necesita la humanidad para retomar el camino hacia Dios, para volver a religarse con Dios, para volver a encontrar el sentido y el motivo de estar aquí, en este planeta.
Antártida no es solo un continente físico, sino también espiritual. Es uno de los únicos espacios en el planeta que preserva la Consciencia de la Jerarquía Divina y desde allí se puede ayudar a todo el planeta.
Eso no significa, hijos Míos, que Antártida no viva las transgresiones de estos tiempos: el calentamiento global, el derretimiento de los polos, el sufrimiento de los Reinos que allí existen o aun la contaminación que la humanidad deposita en ese lugar, como en el Ártico.
Sí, existe un desequilibrio planetario. Existe un desajuste de la humanidad, no solo de su plano psíquico, sino también del emocional e interior.
Pero Antártida despertará. Antártida emergerá y no habrá ninguna consciencia ni científico que lo pueda detener. Será el momento en que la humanidad tendrá consciencia de una realidad que nunca vio.
Sus bases se mostrarán, la Jerarquía Espiritual aparecerá y será el gran y último momento del despertar para los que se animen a creer y a confiar que la Jerarquía siempre ha estado presente a lo largo de los tiempos y de las generaciones.
Pero ahora será diferente. No será como en 1988, en donde el mundo entero participó del despertar de la consciencia y de sus seres superiores.
Hoy Antártida se prepara para un gran acontecimiento, mientras parte de su continente se rompe y navega por los mares. Antártida en su interior se prepara para revelarse y para hacer consciente su sagrado conocimiento.
Y allí, en ese momento y en ese tiempo, los científicos y las naciones se darán cuenta que no estuvieron en el camino correcto para comprender qué es la Antártida y porqué fue creada hace millones de años.
Allí existen las raíces y los atributos de las culturas que hoy viven sobre la Tierra. Existe un legado muy antiguo que aún no fue conocido, pero que fue consciente y real para la Lemuria. Mucho de lo que se ha dicho sobre la Lemuria no es real.
Lemuria fue un pueblo que vivió un contacto muy profundo y que permitió, desde su experiencia, que hoy la Jerarquía Espiritual esté en el planeta y ayudando a la humanidad.
Los conocimientos de la Lemuria fueron revelados en los últimos doce años, porque la Jerarquía se preparó para ese acontecimiento.
Muchos sentirán en su corazón el continente blanco de la Antártida. Por eso, la Madre de la Antártida y la Señora del Continente Blanco hoy está aquí, en Su Consciencia espiritual y divina, para revelarles este importante momento, un momento de preparación interior y consciente para lo que vendrá.
Esta obra ha sido escogida para ser la columna y el sostén de ese acontecimiento, para soportar el peso de esa revelación y el movimiento que hará el propio continente antártico.
De sus hielos emergerán las sagradas luces, tan semejantes a las que hay en el firmamento. Sus corrientes se moverán y sus túneles se abrirán. La Luz emergerá de la Antártida para los corazones valientes que la quieran ver. No habrá método, herramienta o procedimiento que lo pueda ocultar, porque es el tiempo y es el momento de que el planeta y, sobre todo, la humanidad conozca la verdad y sepa que es parte de un legado y de una historia que aún está siendo escrita y que no ha terminado; que es parte de un origen, de una existencia y de un propósito que aún no se concretó y que deberá continuar adelante.
La Luz de la Antártida emerge y resuena ahora en los mundos internos, en el plano espiritual. Su movimiento y contundencia preparan el gran momento del despertar, en el que todo se mostrará y la humanidad reconocerá que se ha desviado del camino completamente y que tendrá la Gracia de poder retornar a sus orígenes; y se dará cuenta de que no ha cuidado del planeta, de los océanos, de los continentes, de los Reinos, de su propia raza; que hay una gran herida, espiritual y física que Antártida cicatrizará con el poder de la Luz de su revelación.
Ya no será solo inmaterial o interno, sino físico. Las puertas se abrirán, los planos mostrarán la verdad, el conocimiento emergerá y gran parte de la raza humana tendrá la chance de ser conducida hacia su propósito espiritual.
Muchos recordarán, otros sentirán nostalgia. Será la Luz de la Antártida, será la Lemuria que llegará.
En el silencio de la Jerarquía les dejo estas palabras. Esto es señal de que hay que seguir caminando; no por los que no tienen gratitud, sino por los que se esfuerzan en buscar, en su ardiente aspiración, a la Jerarquía. Y más allá de sus tempestades, purificaciones o pruebas siguen adelante, tomados de la mano de la Luz que viene del Único, de lo Divino, de la Fuente.
Que hoy sea para ustedes una realidad el gran momento del despertar de la Antártida. Sus melodías resonarán, los oídos la escucharán y muchos reconocerán su pasado y el Amor los abrazará para que puedan reencontrar a la Jerarquía, finalmente.
La Señora del Continente Blanco y Madre de la Antártida hoy los bendice y le pide al mundo entero que proteja y cuide a los océanos y a todo lo que vive en ellos, porque si no lo hacen a tiempo, no alcanzará el arrepentimiento ni la penitencia.
Eviten ingresar en las consecuencias de lo que hacen. Recen por los océanos y por los mares del mundo. Ellos padecen en consciencia lo que el hombre de superficie hoy les hace y les ha hecho a través de los tiempos.
Recuperen la dignidad de respetar y amar a la Creación.
Únanse, en esencia y amor, a todo lo que existe en este universo y estarán en la Ley, estarán en la Jerarquía.
Hoy Mi voz resuena en el universo. Hoy Mi voz hace eco en la Antártida, porque llegó el tiempo de la revelación y nos prepararemos para eso, en oración y en vigilia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Desde el principio de la vida, cuando la Creación aún era un sentir en lo profundo del Corazón de Dios, su Padre Celestial ya manifestaba los principios de la Cura y de la Redención, Dones que provienen de Su Amor por todo lo que en Su interior estaba siendo gestado.
El Creador sabía, hijos Míos, que enviando a Sus hijos para aprender, experimentar y crecer entre las dimensiones, precisaría crear también las formas con las que ellos pudieran retornar a Su Corazón.
Por eso, al manifestar la vida, las dimensiones y todas las formas para que los seres pudieran evolucionar, su Señor también diseñó en su camino el retorno hacia su Sagrado e Infinito Corazón. Por eso, colmó a los corazones de los hombres de dones ocultos, y colmó al planeta, en el cual habitan, de espacios sagrados, también ocultos, espacios que guardan en sí los Dones de Dios, los frutos de Su Amor que permiten a las criaturas retornar al Corazón del Padre Celestial.
Aurora, hijos amados, no es solo un lugar de paz. Aurora es una Consciencia de Cura y de Redención en la cual sus corazones pueden vivir para retornar a Dios. Aurora surgió del Corazón de su Creador, antes aun de que sus vidas fueran manifestadas.
Contemplando los desafíos del planeta y los velos que estarían cubriendo los ojos de Sus hijos, impidiendo que pudieran ver y saber quiénes verdaderamente son, el Creador manifestó la Consciencia de Aurora; Consciencia que los ampara en Sí, como el vientre de una madre ampara a sus hijos. Todo cuanto necesitan Aurora les da; dentro de Su Corazón los velos se rasgan para que puedan contemplar la verdad sobre sí mismos.
Aurora, hijos Míos, les revela su condición humana más impura, para que primero conozcan las heridas que deben curar, sepan dónde está lo que debe ser transformado. Pero entonces, del Corazón de Aurora surge el bálsamo que los auxilia, que cicatriza lo que estaba abierto, que cura hasta lo más profundo de sus seres, libera lo que estaba impuro y los prepara para que, a través de su entrega y servicio, la Consciencia de Aurora se expanda y llegue a los cuatro puntos de este mundo.
Contemplen, hijos amados, la Consciencia de Aurora en su interior, pero también siéntanse insertos en ella. En su corazón, toda la vida encuentra Cura y Redención, para descubrir la verdad sobre sí y, así, retornar a Dios.
Abran sus corazones, para que no solo este lugar exprese Aurora, sino que también sus vidas y este planeta sean frutos de los Dones que su Creador depositó en el interior de Aurora.
Así como este lugar es sagrado, todo el planeta es sagrado, queridos hijos, pero para reconocer los misterios de Dios en el planeta que los acoge, primero los deben vivir en sí mismos. Para que se rasguen los velos que cubren lo sagrado que hay en el mundo, primero deben rasgarse los velos que cubren sus propios ojos.
Dejen que las manos de Aurora se extiendan delante de sus rostros y retiren los velos que los tornaban ciegos, para que puedan ver, sentir, experimentar y vivir quiénes son y, más que eso, cuál es el propósito de esta vida.
Todo lo que les digo está impregnado de una verdad profunda e interior, verdad que pueden conocer a través de la entrega y de la rendición de sus vidas.
Para vivir Aurora, se deben rendir ante Dios y clamar por Sus Dones, por los Dones que Él les entregó por medio de los lugares sagrados que se ocultan en este mundo y en toda la Creación.
Ha llegado el Tiempo de Dios, hijos amados. Tiempo en el que no solo el caos se cumplirá como estaba previsto, sino que la redención también se cumplirá.
Con Mis palabras los llevo a vivir las Escrituras, los llevo a ser profecías vivas, porque es a través de ustedes que todo se cumplirá.
Yo los llevo en Mis brazos hacia el desierto, porque aún no saben quiénes son. Llegará el momento en que, habiendo cruzado ese desierto, les mostraré en el horizonte la Verdad de Dios, y descubrirán, hijos Míos, que pueden no solo estar en Mis brazos, sino que pueden caminar Conmigo, rumbo a la Tierra Prometida.
Después del desierto, les mostraré la Nueva y Eterna Jerusalén que está en el Cielo como en la Tierra y, como dos realidades que se unen en una sola, la Tierra Prometida emergerá y todo se cumplirá. Todos sabrán quiénes son, todo se tornará más claro y lo que antes pesaba en sus corazones, como dudas y temores, se disipará.
De Aurora surgirán luces, luces de una nueva vida, y del Cielo también descenderán a la Tierra los principios de la Nueva Humanidad. Este será el Reino de Dios, hijos amados; un Reino siempre presente, sin embargo solo revelado a los hijos del Supremo, los que se saben Sus compañeros y frutos de Su Amor.
Que Mis palabras resuenen en su interior, no solo como una promesa, sino como una verdad que los lleva a clamarle a Aurora para que la cura acontezca y la redención se realice, para que sus ojos sean dignos de ver y sus corazones sean dignos de sentir todo lo que hoy Yo les dijo.
Yo los bendigo con el poder de Aurora y la Gracia del Espíritu de Dios.
Yo los amo y les agradezco por venir a Mi encuentro con el corazón.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Hace más de quinientos años, su Madre Celeste, la Guadalupana, descendió sobre el Monte Tepeyac.
Hoy, después de más de quinientos años de las apariciones de la Virgencita de Guadalupe en México, su Madre Santísima desciende sobre el Cerro Arequita para reabrir el gran Portal Espiritual, la gran oportunidad cósmica de la redención definitiva del Uruguay.
Por eso, hoy es un día importante de celebración en el Cielo, no solo porque los fieles devotos de la Guadalupana ofrecen sus oraciones y cariño a la siempre Virgen de las Américas, sino que para el Cielo también es motivo de júbilo que el Uruguay como país destinado al reaparecimiento de Cristo haya encontrado un camino seguro por donde poder retornar a Dios, para que la fe y la devoción del pueblo uruguayo maduren.
Así como la Guadalupana estuvo en lo alto del Tepeyac, en compañía de San Juan Diego y de todo su pueblo originario, de la misma forma, hoy, su Madre Celeste es coronada y amada por los descendientes de la consciencia indígena charrúa, la que en este día devuelve, al alma del Uruguay, los valores sagrados que los ancestros indígenas charrúas vivieron con tanta reverencia, simplicidad y fe.
Es así que la Madre de las Américas, la Virgencita de Guadalupe, vuelve a unir lo que antes estaba separado en el plano espiritual de la consciencia de los uruguayos para que, en esta última chance, el pueblo del Uruguay tenga la oportunidad de volver a reintegrarse al camino del Propósito que deberá cumplir como país.
Por eso, este día es de celebración, no solo porque los hijos de Dios recuerdan a la Virgencita de Guadalupe, sino porque también la Madre de Dios concede una amnistía espiritual a una nación que estaba considerada como perdida.
Que en este día de Vigilia cada corazón declare un acto de gratitud, para que en las naciones se pueda seguir cumpliendo lo que cada pueblo tiene que expresar y concretar dentro del Plan de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como Señora de la Natividad de Jesús los invito a que, en este tiempo, a través de la oración, construyan en ustedes un pesebre interior para que sus almas, unidas a la de Cristo, puedan renacer y renovarse en los atributos de la Sagrada Familia, para que esa Sagrada Familia Universal hoy pueda ser una realidad en este planeta.
Para eso, hijos Míos, hoy muchos preparan la llegada del Niño Rey armando sus pesebres para recordar ese importante hecho del Nacimiento de Jesús como una puerta a la liberación de la esclavitud humana y a la redención de los errores del hombre de la superficie de la Tierra.
Hoy, su Divina Madre contempla de manera especial la creatividad en la preparación de los pesebres, y eso es muy importante, porque cuantas más almas preparen amorosamente sus pesebres, permitirán que el Sagrado Espíritu de la Santa Familia de Nazaret pueda estar presente en el núcleo de las familias.
Para la vigilia especial de nochebuena, del 24 de diciembre de 2019, invito a todos Mis hijos a que este año envíen sus fotos de los pesebres para que sean presentados como una oferta interna de compromiso en la protección del amor en las familias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Desde la cúspide más elevada del Universo, en el plano del espíritu, hoy su Madre Celeste se encuentra imponiendo Sus manos en dirección al planeta para que la Luz de la Gracia lo colme completamente y todo lo que en él fue creado reciba esa Gracia extraordinaria de Dios, para que las consciencias participen de la redención espiritual de estos tiempos.
De la misma forma, las naciones de Sudamérica hoy son colmadas por la Luz del Amor que brota como una llama del Corazón de la Madre Divina, para que los que gobiernan las naciones no solo sean merecedores de la Misericordia Divina, sino también sean iluminados por la sabiduría y el discernimiento para que puedan tomar decisiones coherentes y benéficas para los pueblos, y que la sana justicia armonice y pacifique a los corazones que viven en los conflictos.
Es así que el planeta hoy es colmado, desde el plano del espíritu, por una Luz especial que proviene de la Fuente más pura de Dios, para que todo tenga la Gracia de ser redimido y rescatado; y la expansión de esa Luz especial se dará a través de las oraciones de todos los hijos que unan su verbo, mente y corazón con la Consciencia Divina de la Madre Celeste porque, así, los ejércitos de la Paz traerán para la Tierra toda la ayuda que en este ciclo es urgente y necesaria.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo y las naciones se envuelven con el caos, hijos Míos, Yo los llamo a ingresar a Mi Corazón y encontrar la paz. Yo los llamo a cruzar los umbrales de la indiferencia humana que existen dentro de sí mismos, como en todo el planeta. Los llamo a perder el miedo de lo que es verdadero y desconocido para que, así, puedan mirar hacia el propio interior y encontrar lo que verdaderamente son.
Que puedan contemplar el infinito y saber que ese mismo infinito habita en su interior. Y así, como las estrellas guardan en su brillo un gran misterio que parece estar distante de sus vidas, así también, en su interior hay una esencia divina, cuyo brillo, hijos Míos, guarda no solo los misterios sobre ustedes mismos, sino sobre toda la vida, sobre el Plan y el Pensamiento perfecto de Dios para la humanidad y para todas las criaturas.
A pesar de todos los conflictos y sufrimientos, a pesar de todos los estímulos que día a día ustedes reciben para padecer, para perder la esperanza, para vivir la indignación y sentir el dolor de la injusticia, Yo hoy los llamo a estar más allá de todas las apariencias y encontrar lo que es verdadero, a pesar de que casi siempre estuvo oculto a los ojos humanos.
En estos tiempos, hijos Míos, nada más les será oculto, y en sus corazones pueden develar los misterios y dones divinos, pueden descubrir sus verdaderas potencialidades, pueden saber para qué fueron creados, cuál es el propósito de sus vidas; propósito que está más allá de la vivencia del perdón y de la redención, y que se guarda en la expresión y en la manifestación del amor, en aquello que el Amor Crístico despierta en ustedes y en todo.
Estos son tiempos de ser conscientes de la urgencia del planeta, de saber y percibir que el caos anuncia el Apocalipsis, y las Leyes que se cumplen y manifiestan lo que estaba escrito. Pero también es tiempo de saber cuál es la forma correcta de lidiar con la situación planetaria, y esto, hijos amados, no está escrito en ningún Libro Sagrado, porque es parte de la Revelación de estos tiempos; es parte de lo que deben vivir y experimentar en esta etapa evolutiva de la humanidad, y que no estuvieron prontos para vivirlo y conocerlo en otros tiempos.
Las llaves para cruzar los umbrales que los separan de la Verdad y que dividen los ciclos del viejo y del nuevo hombre se encuentran en Nuestras palabras; se encuentran en el estado en el que el Verbo Divino los coloca.
Por eso, no solo escuchen lo que les decimos, sino déjense elevar. Profundicen y busquen en el interior aquello que solo el silencio es capaz de mostrarles y, con esta fortaleza, estarán prontos para profundizar en el propio interior.
Es orando y uniendo el propio corazón a Dios y a los Mensajeros Divinos que podrán ser dignos de conocer lo que los hace semejantes a su Creador. Y de esa forma, hijos Míos, escribirán con sus vidas el Evangelio de estos tiempos; el Evangelio que es la concreción del fin, pero también, el principio de lo nuevo.
Les dejo Mis bendiciones para que estén más allá de todo conflicto interno o externo; para que estén guardados en Mi Corazón y, elevando el propio espíritu, puedan auxiliar a la humanidad a liberarse también de las amarras de la esclavitud de la ignorancia y de la ilusión.
Yo los amo, los amparo y con Mi Amor los guío para que estén en Dios.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Era una vez, en el tiempo eterno, un Propósito infinito y amoroso del Único, en el que quería reflejar Su experiencia a través de una Creación formada y constituida por muchos tipos de vida.
Así, se crearon primero los Universos, sus galaxias, soles y estrellas; luego se crearon las nebulosas y, dentro de ellas, ya habitaban las dimensiones y los planos de consciencia.
Más tarde, cuando esa primera Creación había madurado, vibratoria y espiritualmente, el Padre con todo Su Amor, fijó Su mirada en un punto del Universo, en donde un planeta, el que más había brillado, generó una condición espiritual mayor que era capaz de albergar y de recibir un Proyecto.
Para eso el Padre pidió que ese tesoro del Universo, que se estaba expresando espontáneamente, recibiera uno de los elementos y fluidos más especiales de la Creación: el elemento agua, para que lo que sucedería después, tuviera el apoyo necesario para poder desenvolverse y evolucionar.
Ese elemento traería para la consciencia humana, que fue el último proyecto realizado, la capacidad interior y también material de recordar su origen no solo desde el vientre materno, sino también su origen superior.
El elemento agua es la base fundamental para el equilibrio emocional y sentimental del ser humano. Por eso, en la creación del planeta Tierra, el Padre le quiso conceder a Sus hijos la mayor cantidad de océanos y de mares para que no sintieran la desconexión espiritual del vientre materno.
Es así, que el Proyecto humano fue acompañado desde el principio, y ha sido el Proyecto genético más privilegiado porque el propio Proyecto, para poder ser corregido y redimido, recibió la encarnación del Hijo de Dios para que la raza humana encontrara un camino directo por donde poder retornar a su verdadera esencia.
Fue así que otros seres humanos se ofrecieron para que el Proyecto pudiera perdurar y alcanzar el mayor grado de perfección, lo que fue posible por todo lo que enseñó Cristo, que fue el camino del Amor y del Perdón.
Por eso todos los seres humanos bajo cualquier condición tienen la posibilidad, dentro de todo el Universo, de vivir y de experimentar el Amor de una forma directa y sin grandes esfuerzos; un Amor que proviene del espíritu, un Amor que trasciende los errores y que pacifica, que amplía la consciencia y que abre los sentidos internos para poder vivir conscientemente el Plan y la Voluntad de Dios.
Este pequeño planeta azul, dentro de la Creación, es la escuela predilecta en donde otras consciencias universales pueden aprender sobre cómo el Amor verdadero por el Creador, por el Padre Supremo, puede mover los acontecimientos y puede conceder milagros de vida y de redención.
La llave está en vivirlo y en confiar en el poder del Amor Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi Llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi mensaje llega nuevamente al mundo, especialmente a los corazones que estén abiertos a escuchar la Palabra de la Jerarquía Divina, una Palabra y un Verbo que resuena en el Universo, porque es un Verbo que proviene de Dios.
Porque del Verbo surgió la Creación y todo lo que existe, así como también surgieron los hijos del Padre, que han venido caminando en esta trayectoria cósmica para poder alcanzar algún día la redención.
Pero el perdón es concedido a los que se animan a vivir el camino de la redención.
Por eso, aún el Universo y la Jerarquía sostienen a este mundo y a la humanidad, porque aún hay tiempo de vivir ese camino, a pesar de todo lo que suceda en este ciclo.
La Jerarquía necesita que los valientes se animen a sumergirse en la Vida Universal, una Vida que les muestra su origen, su existencia y su propósito. En simples palabras, la revelación de su verdad y también de su pasado; no de un pasado para volver hacia atrás o recordar los errores cometidos, sino para que recuerden lo que aprendieron, lo que vivieron y lo que adquirieron a través de los tiempos, del tiempo cósmico.
Hoy, vengo a pronunciarme al mundo desde los Andes, uno de los lugares en donde la Jerarquía tiene Su Corazón y Su Presencia, desde los Andes mendocinos y chilenos, porque para la Jerarquía no existe división ni fronteras; hay un solo pueblo, un único pueblo, una única raza que, a pesar de sus experiencias y vivencias, algún día deberá reconocerse como única en este Proyecto de Amor y de redención, de perdón y de Misericordia.
Por eso, abro las puertas del Universo en este lugar, en donde hoy ustedes se encuentran para acompañar a su Madre Celeste; en donde las estrellas caídas y los soles que despiertan pueden volver a reencontrar su origen y sentirse parte de un todo, sentirse parte de la Creación, de la Vida Universal.
Por eso, hoy sus espíritus son colocados ante la presencia del Universo, ante la presencia de la Jerarquía, ante la Fuente del Amor de Dios, porque es de eso que los seres de la superficie de la Tierra, en este tiempo, deberán alimentarse para aprender a sobrevivir en estos momentos cruciales, en los que la humanidad enfrenta el resultado de lo que escogió.
Pero Yo vengo como Madre y también como Gobernanta del Universo, como la Matriz de los Espejos, para ayudarlos a corregir el camino, para enseñarles a encontrar el sendero de la paz y de la armonía, para que sus soles internos puedan brillar y manifestar el Propósito, más allá de la vida humana, de la superficialidad.
Las oportunidades que da la Jerarquía en este momento son únicas y no se repetirán. Por eso, deben aprovechar los tiempos y los acontecimientos. Deben nutrirse espiritualmente de lo que les da la Jerarquía Espiritual para que, cada día más, puedan reafirmar ese compromiso y ese propósito que vinieron a cumplir por una Voluntad Mayor y aún desconocida.
Los orígenes de los que despertaron y de los que despertarán, hoy, se unen a este momento y a este encuentro con la Madre Divina, para que el verdadero linaje, para que el verdadero don o virtud en cada ser, impulse a la consciencia tridimensional a dar el paso que necesita dar, y ayudar a revertir, en el servicio y por amor, la situación en la que se encuentra la humanidad, que es una situación adversa y muy oscura.
Pero mientras Yo estoy aquí con ustedes, hijos amados, mientras Me pronuncio en el centro de cada uno de sus seres, en donde resuena verdaderamente la Palabra de la Jerarquía, la Madre Universal y la Gobernanta Mayor disuelven las corrientes contrarias por medio del camino de la paz y de la armonía, sin generar conflictos ni enfrentamientos espirituales. Porque el amor, como ustedes lo saben, está por encima de todo, de cualquier situación o momento, de cualquier desierto interior o agonía.
El amor los hace renovar y les permite reencontrar el camino que a veces pierden por diferentes circunstancias.
El mundo y especialmente la humanidad, hoy, deberá reconocer que no está sola en este macrocosmos. Eso concederá la intervención y la ayuda de las Esferas Celestiales. Y la humanidad, o al menos una pequeña parte, podría recuperar lo que perdió interiormente; y seguiría siendo impulsada a vivir el camino de la Luz.
Por eso, todos los esfuerzos que hace la Jerarquía en este momento son inmediatos y urgentes. Así su respuesta, en este momento, deberá ser inmediata y urgente, para que el mayor equilibrio se pueda alcanzar en todo el género humano, en toda la superficie de la Tierra, en cada corazón que forma parte de esta familia universal.
Y así, mientras les hablo y les transmito Mis palabras, su Madre Celeste y la Gobernanta Mayor trabajan con la humanidad en aquellas situaciones que aún no están resueltas y que necesitan de la Mano poderosa de Dios para encontrar una solución y un camino de regreso al origen.
Cuando estoy aquí con ustedes, Yo les traigo el Universo, no solo el que existe allá afuera en el Cosmos, sino también les traigo el Universo Espiritual, en donde está el principio de todo y el origen de su existencia, la Esencia primordial y fundamental que los creó, para que hoy estuvieran aquí, en este planeta, y viviendo esta escuela que Mi Hijo les ofrece por Amor.
Asumiendo el compromiso con lo que verdaderamente son y no con lo que aparentan, permitirán que el Propósito sea alcanzable para cada uno de ustedes y puedan seguir contribuyendo al Plan de la Jerarquía en este tiempo agudo de la humanidad.
Hoy, vengo a contemplar lo verdadero que hay en ustedes y no lo aparente; vengo a hacer despuntar el centro de su ser, que es un sol, una esencia que cumple un propósito y una meta en esta Creación, como muchas, muchas esencias en el universo y así los vengo a unir a una única Fuente, al Pensamiento Divino de Dios.
Los vengo a elevar hacia el Corazón del Padre, porque allí siempre encontrarán la fuerza interior que necesitan para trascenderse y redimirse en el nombre de Mi Hijo, su Redentor.
Mientras esto también sucede, las esencias de la humanidad son trabajadas por su Madre Celeste, por la Gobernanta Mayor, para que al menos una chispa de la Gracia Divina encienda la consciencia de los que duermen y así puedan despertar a la Verdad Universal.
Necesito, para que eso sea posible, de intermediarios, de servidores, de fieles colaboradores que sigan la instrucción de la Jerarquía Espiritual y no otras, para que no se confundan, para que no se vanaglorien, para que solo cumplan en obediencia y gratitud la Divina Voluntad, que es la Voluntad que siempre los liberará y los conducirá hacia el camino justo y cierto.
Mientras el planeta vive su purificación y la purificación moviliza el caos y los conflictos, que reine la Paz en el corazón de los que creen en Dios y en aquellos que cumplen Su llamado sin condiciones ni reglas.
Que el advenimiento de la Nueva Humanidad ya sea una realidad para todos porque esa humanidad, hijos, primero debe nacer en ustedes, para después estar presente en la superficie; es algo profundamente espiritual e inmaterial.
La Nueva Humanidad será un don de Dios concedido por el propio Padre Eterno para la regeneración de la vida y de toda la Creación, después de las traumáticas y dolorosas experiencias vividas en toda la raza humana, a través de los tiempos y de las décadas.
El don de Dios de la Nueva Humanidad será una realidad viva en aquellos que se autoconvoquen para que el viejo rebaño de Israel se vuelva a reunir y a congregar, y cumpla finalmente las promesas que están escritas en el Corazón de Dios, su Padre Eterno.
En este momento de transición planetaria, reúnan las fuerzas internas que provienen del amor del corazón y del amor del espíritu para llevar adelante, en este camino, las voluntades y los proyectos de Mi Hijo que aún están por manifestarse en este tiempo, aunque la humanidad viva esta dura realidad.
Confíen en lo que es posible realizar, en lo que es posible concretar y en todo lo que es posible alcanzar, porque como es Voluntad de Dios se manifestará y se presentará ante sus ojos, y llevarán adelante todo aquello que el Padre espera hace tanto tiempo.
Es posible disminuir los riesgos que podría vivir el planeta y la humanidad en este tiempo si la oferta fuera sincera y no oscilante. El Plan se cumplirá porque es Ley y en eso deben creer todos los días.
Yo estoy aquí con ustedes siempre, para ayudarlos a construir en ustedes el Plan de Dios, para que después el Plan sea una realidad en la superficie.
La obediencia y la fidelidad serán la gran llave en este momento de transición para todos los servidores y colaboradores de esta obra, así nunca faltará el puente de contacto entre su Universo y el Nuestro.
Que el Amor que hoy trae Mi Corazón los reconstruya interiormente y los coloque en los Comandos de Mi Hijo, para que la Obra de Su infinita Misericordia llegue a todos sin distinción.
Desde los Andes vuelvo a invocar y a proclamar a todos el retorno a su origen para que, en este tiempo de purificación, crean en lo hermoso y bello que Dios les dio en el principio.
¡Les agradezco por acompañar este momento planetario! Porque sé que nunca lo vivieron ni lo experimentaron. Este es el gran momento y el gran tiempo para todos. Sírvanse de Nuestro Amor para poder vivirlo. Acojan Nuestro apoyo para poder enfrentarlo.
Yo estoy aquí y soy su Madre Universal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
La Cruz y la espada
Es en este tiempo en el que hay hijos Míos que luchan con la cruz y otros que luchan con espadas.
Hay hijos que cargan la cruz del mundo, mientras que otros hijos luchan con sus espadas, generando el caos mundial.
Aquellos hijos que luchan con espadas, recibirán el golpe de las espadas. Aquellos que con inteligencia luchan con la cruz, recibirán la Gracia de la Paz.
El mal intenta despertar en el corazón de los inocentes y llevarlos a la rebelión y a las protestas de estos tiempos.
Existe indignación por todo lo que se ve y se vive en las naciones del mundo, pero Mi Hijo ya les dijo una vez que quien luche con espada será herido con espada.
No puede haber oposición ni enfrentamientos en estos tiempos. Mi enemigo quiere generar la guerra más severa y triste en el corazón de los hombres, pero ustedes deberán tener la oración del corazón como arma de defensa para que la luz de la Gracia descienda sobre todos los acontecimientos.
Este es el tiempo en el que cada uno podrá construir su propia fortaleza basada en los valores de la fe, de la solidaridad y del bien; del propio contacto con las Leyes Divinas, más allá de las leyes que los hombres imponen y que no son leyes limpias.
Yo los llamo a luchar a través de la Cruz de Mi Hijo para que Su Sangre, la que fue derramada, tenga el valor y el poder que todos le deben dar. Una Sangre que se derramó para justificar sus errores, los errores de todas las generaciones, de todas las culturas, de todas las religiones, los errores de todos los tiempos.
Si ustedes dan valor a la poderosa Cruz de Cristo, la consciencia humana tendrá su expansión y, algún día, reconocerá que en la lucha no está la salida para encontrar la verdadera justicia, porque la justicia de la Tierra también está corrompida por la falta de transparencia y de compasión.
No hay otro camino que aquel que Mi Hijo les enseñó, aun viendo día a día los conflictos de las naciones y los acontecimientos que son creados por los de siempre a fin de desajustar el psíquico planetario y el plano emocional de las personas.
Este es el tiempo de que cada uno viva la Cruz, la Cruz de la libertad espiritual y material que alcanzó Cristo por cada uno de Sus compañeros y por cada uno de Sus enemigos.
Reciban esta Cruz en lugar de las espadas, para que la esencia de la paz y del amor construya, entre los seres, lo que hasta ahora fue destruido interiormente por la ausencia de la compasión, de la comprensión y de la consideración.
La Cruz no será más pesada para ustedes. La Cruz de Cristo les traerá la Luz de la verdad y el encuentro con la Paz universal, una Paz que les despertará confianza y, sobre todo, sabiduría para que puedan actuar conforme a los principios del Amor Crístico, de un Amor que en este tiempo los protegerá y los conducirá hacia la Tierra Prometida.
Les agradezco por responder a Mi llamado, al llamado de orar por la Paz en las naciones.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando Dios pensó en crear al hombre de superficie, Él pensó en un Proyecto, en un Plan perfecto, el que podría despuntar durante el desarrollo de toda la vida del ser humano.
Ese Plan aún está vigente, a pesar de los errores y de los acontecimientos vividos por el propio ser humano.
Es un Plan basado ampliamente en la experiencia real del amor y del perdón.
El Plan prevé que todos los seres humanos sean perdonados, ya que después de muchas experiencias el ser humano necesita del perdón en sí mismo, dentro del campo de su consciencia, para que pueda sentirse libre de los errores cometidos y libre de toda culpa.
Pero ese hilo conductor que une y que realiza la vida del ser humano es la Consciencia Divina de Cristo, la que llegó a encarnar en esta humanidad para traer un mensaje que debe aplicarse en el día a día. Ese mensaje se profundizó a través de la entrega de Jesús Cristo.
Aún ese Plan deberá expresarse y realizarse en toda la humanidad y aunque en este ciclo parezca inalcanzable, la Jerarquía Espiritual impulsa y concreta ese Plan de Amor a través de los grupos de almas y de consciencias que, de alguna forma, tienen el compromiso de manifestar ese Plan Universal.
Hoy estamos ante un ejemplo de uno de los Planes de Dios, un ejemplo que estará representado por el especial Encuentro de Música de hoy, el que espejará una de las culturas y de las raíces más emblemáticas de los tiempos remotos: la cultura africana, la que siendo parte del Proyecto de Dios, también vivió sus embates y decadencias y que hoy, bajo el espíritu de la fraternidad y de la hermandad establecida, alcanzará esa experiencia interna con el amor y el perdón que todas las criaturas necesitan.
Por esa razón, el Encuentro de Música que hoy será ofrecido abrirá las puertas celestiales para que la amada África recupere los atributos y los valores originales, los que una vez la constituyeron como una raza emblemática y sagrada.
En la entrega amorosa y fiel de cada coralista e instrumentista, la Jerarquía Espiritual traerá hacia la Tierra todos los principios que una vez vivieron Mis hijos de África.
Esto beneficiará al alma de cada hijo Mío de África, que de alguna forma vive el resultado de traumáticas y dolorosas experiencias, producidas por el tráfico y por la venta de sus personas, para un provecho que está fuera de toda ley y contexto.
Este Encuentro de Música de hoy concederá a África la reintegración de su consciencia espiritual, la matriz que una vez formó el origen de esa raza, que tenía la misión de hacer el puente entre el Universo Material y el Universo Espiritual.
Por medio de la oferta que hoy será realizada, los Universos Divinos intercederán ya que a través del ejercicio espontáneo, de la alegría y de la oferta amorosa del Coro de Angolanos, la Divinidad, por primera vez, encontró un camino para conceder la libertad espiritual milenaria y la cura de los corazones heridos.
Todo eso es posible por la oferta del Encuentro de Música de hoy.
Que todos puedan sentirse parte de África y que puedan recuperar las raíces, las que una vez el Padre Celestial creó para que, en los valores de la igualdad y de la unidad, todos Sus hijos fueran felices.
Desde lo más profundo del Amor y de la Existencia Divina, agradezco al coro de Mis hijos de Angola por haber respondido ecuménicamente a este llamado de la Creación.
Deseo a todos una bellísima gala de música, para que la cura llegue a toda la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice, en el Amor de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, los rayos que brotan de Mi Materno e Inmaculado Corazón se derraman sobre todos los Rosarios por la Paz, que Me fueron amorosamente ofrecidos por todos Mis hijos.
Estas oraciones, estos tiernos Rosarios, hoy son ofrecidos al Padre Celestial por todas las naciones de América del Sur, para que la Justicia y la Misericordia desciendan como un medio de armonía y de amor por las almas que en este ciclo practican el conflicto.
Hoy, a través de la oración por la paz en Sudamérica, Su Madre Celeste ha podido ayudar a las almas y a las esencias que participan del caos y del desorden de estos tiempos, para que espiritualmente puedan recapacitar y cambiar el rumbo de los acontecimientos que viven en sus naciones de origen.
La consagración de las naciones a Mi Inmaculado Corazón por medio de los Rosarios diarios, intervendrá para que en Sudamérica no se siga propagando esa red de conflictos entre los corazones que por indignación y odio reclaman sus derechos y su dignidad.
Esa dignidad, hijos, llegará mediante la oración grupal que puedan difundir cada día más a través de los medios de comunicación, para que las almas puedan recuperar el amor y la confianza en lo Alto.
La Oración por la Paz en Sudamérica está haciendo sus primeros milagros internos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado con esfuerzo y amor!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más