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Ora por una religiosidad verdadera para que los corazones de los hombres se inclinen hacia la espiritualidad de estar en Dios y de ser parte del Creador, conscientemente.
Clama para que las almas reciban una oportunidad de despertar y de profundizar en su despertar cuando ya se sientan despiertas.
Ruega al Padre para que aquellas almas que se dispusieron a ser Sus representantes en el mundo, independientemente de su credo, sean verdaderas y sinceras en el amor a Dios, porque el amor a Dios las conducirá por el camino correcto hacia la Puerta estrecha del Corazón del Señor.
Confía en que, a pesar de las diferencias, aquel que vive para expresar, multiplicar, vivir y donar el amor de Dios encontrará el camino hacia la unidad con el Padre y es allí donde las religiones se comprenderán unas a otras, es allí donde las filosofías se liberarán de su ignorancia y encontrarán la Verdad.
A lo largo de este tiempo, hijos, la Verdad de Dios y de la vida revelada a los hombres por partes y escondida en plenitud en la esencia del Amor Crístico, les será revelada por completo. Y comprenderán que dentro del amor verdadero no había religión equivocada, pero sí una verdad que no fue enteramente revelada, sino repartida entre los hijos de Dios para que, cuando cada uno siga Sus preceptos y Su camino de Amor, se puedan encontrar unos con otros y todos con la Luz de la Verdad Divina.
Solo oren por la santidad y por la pureza de las religiones.
Oren para que no confundan los caminos de Dios con los caminos de los hombres.
Oren para que los seres se puedan religar con su Creador a través del amor, dondequiera que estén.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Camina en dirección al Corazón de Dios todos los días y busca colocar tus ojos, tu corazón y tus aspiraciones siempre en lo más Alto.
Busca tu referencia, hijo, en el Amor de Cristo, en Su Vida, en Su Palabra, en cómo Él construye espiritualmente Su Obra. Porque estás en un momento culminante de la evolución humana, en el cual muchos acontecimientos incomprensibles se darán. Incluso dentro de ti emergerán sentimientos, pensamientos y acciones que no comprenderás pero que deberás equilibrarlos con tu simple oración, con el servicio y con la unión con Dios.
El viejo hombre está siendo expurgado en tu interior y él no está formado solo por las experiencias humanas que conoces y vives. Hay mucho dentro de ti y en la consciencia humana que desconoces completamente.
Delante de esas situaciones desconocidas e incomprensibles solo un Amor mayor podrá equilibrarlas, que es el Amor de Dios.
Por eso, escucha lo que te digo y no dejes de orar sinceramente, fortaleciendo todos los días tu hilo de unidad con el Corazón del Padre, porque ese será tu sustento y el sustento del planeta en el ciclo que llegará.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando Dios, Altísimo y Poderoso, se hizo pequeño y frágil en el Vientre de María Santísima Él no solo estaba construyendo el camino para sellar una nueva y eterna alianza con la humanidad, el Creador estaba revelando un misterio y tornando viva una Verdad que siempre fue espiritual y que en aquel momento se manifestaba como algo físico y palpable para la humanidad.
Dios estaba revelando Su presencia en el interior de los hombres. Revelaba que por medio de Su Espíritu podría despertar en el interior de los seres un hombre nuevo, que podía renovar y hacer revivir a la humanidad que había muerto, aun estando en vida. Dios revelaba la posibilidad de un segundo nacimiento, un nacimiento espiritual, por medio del cual aquellos que son conscientes de la presencia de Su Espíritu, dejan que Él se manifieste.
A través del Nacimiento de Jesús, el Creador despertaba, revelaba y le daba a los hombres la posibilidad de experimentar una Verdad: que aquellos que son puros de corazón, humildes y dispuestos a ser instrumentos de Dios, dispuestos a cumplir Su Voluntad por encima de todas las cosas, son dignos de expresar en sí la presencia del Espíritu Santo y, de esa forma, poco a poco podrán ir alcanzando el verdadero potencial de la humanidad.
El Creador no los creó para expresar lo que hoy viven sobre la Tierra. Esa vida es el fiel espejo de la ignorancia de los seres humanos; pero aquel que se abra a la Verdad y se disponga a renacer en espíritu, expresando en vida la perfección del Espíritu de Dios, podrá recibir y vivir la revelación de la Verdad en sí mismo, aunque nunca sepa, con certeza, qué es lo que habita en su interior.
Ábranse, hijos, a un renacimiento en el Espíritu de Dios, para que ustedes renazcan en Él, y Él, como una respuesta divina, despierte en su interior.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Entra y sumérgete en el abismo más profundo de la Misericordia de Tu Señor.
Déjate inundar por un misterio insoldable que está más allá de la Gracia y, muchas veces, más allá de la Justicia Divina.
Permite que tu ser descubra el Amor Infinito de Dios que se esconde en las profundidades de Su Misericordia y, bañado en ese bálsamo curador, restaura en ti, y en el mundo, las heridas más dolorosas y las marcas aparentemente imborrables de la consciencia humana.
En donde más se necesita, allí está el abismo de la Misericordia de Cristo, como una Fuente inagotable y una respuesta divina para todo clamor emitido con el corazón.
Ven y da tu "sí" en nombre de la humanidad, para que esa Fuente brote y se vierta sobre el mundo, para curarlo y restaurarlo en su espíritu más íntimo.
Ora y clama, en nombre de la humanidad, pidiéndole al Padre que Su abismo luminoso de Misericordia se revele al mundo para que los hombres conozcan no solo al Dios de la Justicia, sino también al Dios de la Misericordia.
Descubre que todo pecado tiene cura y que toda deuda es justificada por la Sangre y por el Agua que, derramados a través del Cuerpo de Cristo, hicieron nacer la Fuente de la Infinita Misericordia para el mundo.
Ante el arrepentimiento verdadero y la redención proclamada con el corazón, todas las almas pueden tornarse dignas de beber de la Fuente de la Divina Misericordia.
Por eso, hijo, ve, y a los Pies de Dios ruega por una oportunidad y arrepiéntete de corazón.
Si te parecen pequeños tus pecados o si no eres consciente de tus deudas para con Dios, clama de todos modos; pídele al Padre que substituya el abismo oscuro de tus miserias por el abismo profundo y luminoso de la Misericordia Divina y jamás te canses de clamar, no solo por tu salvación, sino también por la salvación del mundo entero.
La Misericordia es la respuesta para las almas que perdieron la esperanza y, si ellas están ignorantes delante de esa Gracia, clama por ellas, para que reciban una oportunidad de elevar los ojos hacia Dios y percibir que Él siempre estuvo allí, con Sus Brazos abiertos, haciendo brotar de Su Pecho un caudal eterno de Misericordia, que muchos no supieron ver.
Permite que tu corazón conozca la Fuente Divina de la Misericordia y deja que tu alma despierte a la devoción, al amor y a la fe que la hacen portadora de esa Misericordia para el mundo.
Ama conocer la Misericordia Divina. Ama ser un intercesor entre Dios y las almas perdidas que no conocen y que no buscan Su Misericordia.
Solo piensa que cuando lo intentas, mientras tantas almas están perdidas, la Fuente de la Misericordia se vierte sobre el mundo como un río que pasa delante de alguien sediento y él no consigue verlo. Y tú, hijo, puedes ser el dedo que apunte hacia las aguas y, a través de tus sinceras oraciones, en los niveles del espíritu, consigas méritos para que los que más lo necesitan alcancen Misericordia.
Comprende este misterio y, delante de un mundo lleno de pecados y de perdición, ama ser portador de la Divina Misericordia y, aunque sea en soledad con Dios, o en tus más silenciosas acciones, clama por Misericordia y sé Misericordia para el mundo.
Los Mensajeros Divinos llegan a Polonia no solo para curar heridas profundas de una nación sufrida, sino, sobre todo, para renovar el compromiso de la humanidad con la Divina Misericordia y para enseñarles a las almas a ser instrumentos de la Divina Misericordia para el mundo.
Abraza con el corazón esta Misión que Dios te entrega y, donde quiera que estés, sé portador de la Divina Misericordia de Cristo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Reposa tu corazón dentro del Mío, para que siempre puedas alcanzar la paz.
Reposa tu vida en Mis Brazos, para que Yo siempre te pueda consolar.
No hay nada en tu existencia que no tenga sentido.
Todo lo que vives es parte de un designio y todo lo que escoges es parte del camino del sufrimiento; porque podrías no estar escogiendo el camino de Dios, plenamente.
Todo lo que le entregues a Dios siempre será reconocido por el Universo y por la Creación.
Todo lo que hagas por el Plan de Dios y su cumplimiento, por más pequeño que parezca, es reconocido y honrado en los Cielos.
Deja, entonces, que en esta hora crucial del planeta Yo moldee tu vida completamente, para que aprendas a vivir Mi Voluntad y así aprendas a cumplirla como está escrito.
Deja, entonces, que en tu entrega Yo pueda renovarte e indicarte el camino; que Yo pueda cambiar tus preferencias y gustos por algo mayor y más evolutivo.
Sé que no es fácil, pero no es imposible si en verdad tu Maestro Soy Yo y no otro.
Quiero que sientas en estas palabras Mi más pura verdad, sin ofensas ni juicios.
Quiero que puedas caminar a Mi lado, buscando todos los días ser un poco más transparente contigo mismo, con la vida y con todo lo que te rodea. Así serás un verdadero apóstol de Mi Misericordia y de Mi Piedad, y no tendrás un corazón tibio o duro.
Cree, por encima de ti, que Yo todo lo puedo.
Ábreme la puerta para que pueda entrar y así transformar tu vida según Mis designios.
Anímate a perder el control en lo material y en lo espiritual.
Ríndete a tu Señor todos los días.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Los que ofenden y avergüenzan Mi Corazón por sus pecados, faltas u omisiones, no son los que están a Mi lado y persisten, son los que por diferentes razones se alejaron de la guía de Mi Mano y de Mi Voluntad para poder realizar la propia.
Eso Me hiere más que todos los pecados que las almas que están a Mi lado pueden generar.
En verdad, Mi Misericordia se expande hacia los más miserables e imperfectos; pero ella no se derrama sobre los traidores o los injustos, porque todo parte de una Ley que es inalterable y autónoma y, como toda rectitud y bien surgen de esa Ley, su Maestro y Señor se rige por ella y no puede alterarla.
La vergüenza que Mi Corazón siente es por los que una vez estuvieron Conmigo y ahora Me dan las espaldas, no creyendo en Mis Palabras y menos en Mis actos.
Y por más que su Maestro ya sabía el destino de esos ingratos, el Amor de Mi Corazón manso no dejó ni un momento de amarlos, a fin de que algún espacio de sus consciencias se movilizara para despertar y aprender a amar verdaderamente.
Pero ahora ellos están con caras de barro, a punto de caerse por su propio peso.
Les pido, compañeros, que aprendan pronto de todo esto, para que en la hora más culminante nada los sorprenda.
Si en verdad y de corazón se entregan a Mí, nada les sucederá.
Ni piensen en actuar o en hacer todo como los de cara de barro que salieron despedidos por sí mismos, que no consiguen un lugar, y ni siquiera logran retornar.
Hoy les hablo con claridad porque espero que esto no se repita en ninguno de ustedes.
Gracias al Padre, el nido de cobras ya fue expulsado a su propio abismo, ya que en verdad ellos, de manera soberbia, aman más estar allí y menos Conmigo.
¡Les agradezco por encarnar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
El arte de aprender a ser prudente
En este tiempo final y en esta vida, la prudencia deberá volverse un arte permanente en la vida espiritual. Actuando con prudencia, impedirán que se lleven adelante muchas situaciones generadas por Mi adversario, a través de los estímulos que reciben las consciencias.
Ser prudente en este tiempo ayudará a prevenir el destino de los acontecimientos, para que así sean evitadas ciertas experiencias surgidas de la imprudencia.
La imprudencia es lo opuesto a la precisión y al ritmo. En este tiempo, en el que la humanidad se coloca en dimensiones paralelas a través de sus acciones, las imprudencias de los discípulos de Cristo no se podrán pasar más por alto.
Las consecuencias de la imprudencia llevan a la inestabilidad emocional y mental de la consciencia humana, porque es así que la humanidad se enfrenta a situaciones imprevistas sin preparación para superarlas.
Por ejemplo, las guerras como también el hambre que se viven en algunas naciones en este momento, no solo son por falta de prudencia, sino también por el resultado de una elección que va más allá del plano material del planeta.
La imprudencia genera en la consciencia diferentes grados de desconfianza e, inevitablemente, fortalece la desobediencia a la Ley de la Jerarquía, lo que genera un aprendizaje que también es imprevisto en su destino evolutivo.
Hijos, es muy importante que aprendan, en este ciclo, a ser prudentes con cierto grado de consciencia, porque la actitud de prudencia los llevará a estar siempre en paz.
La imprudencia ha despertado, en la humanidad, el dominio de las acciones de la vida, como del destino de las naciones. La imprudencia podría ser fatal, porque una acción insignificante impregnada por un impulso personal o grupal, como sucede en estos tiempos, podría cambiar el rumbo del Proyecto que el Padre ha pensado, tenga que ver con un grupo de consciencias o con el planeta entero.
La humanidad en esta era se basa no solo en la indiferencia, sino también en los complejos estados de imprudencia que llevan al desarrollo de acontecimientos inusitados e innecesarios.
En esta hora, tan aguda y crucial de la humanidad y del planeta, los actos conscientes de prudencia corregirán los excesivos impulsos de concretar, espontáneamente, acciones personales, grupales y heroicas.
Desde ahora, deben actuar como lo hace la Jerarquía, midiendo los plazos de los acontecimientos y de las decisiones con observación, neutralidad y paciencia. La cadena de imprudencias debe ser cortada por los actos prudentes de verdaderos seres espirituales al servicio del Plan de Dios.
Mientras aún hay tiempo material, aprovechen, hijos Míos, para percibir y aprender sobre la verdadera prudencia espiritual, basada en la Ley de la Obediencia y en la Ley de la Jerarquía. Para que sus consciencias puedan alcanzar ese propósito de la prudencia espiritual, deberán esforzarse todos los días para estar más atentos a sus propias motivaciones, ideas y expectativas, porque el Plan de la Jerarquía en este tiempo se trata con precaución y con mucho discernimiento.
La tarea que es desarrollada por la Jerarquía Celestial no puede ser tratada de forma imprudente y superficial. Es en ese punto que sus consciencias y corazones deben colocar la atención.
Tampoco es muy recomendable, hijos, que sus vidas y consciencias en este serio ciclo de la humanidad sean imprudentes, con expresiones impulsivas y egoicas.
Ser prudente en el Plan previsto y con la Jerarquía determinará, en este tiempo final, poder quitar de sus mentes toda idea personal, grupal, regional o mundial.
La imprudencia es la segunda enfermedad espiritual de la humanidad. Por eso, hijos, es hora y es momento de que puedan crecer, no solamente por los impulsos que trae la oración del corazón, sino también por una mayor atención que a partir de ahora deberán tener. Eso los liberará de ser deudores del Plan por los actos de imprudencia o de negligencia.
Es un esfuerzo mayor para toda la Jerarquía Espiritual de la Luz acompañar la realidad de este planeta. En este momento, Ella premedita antes de tomar decisiones. Esto es así, queridos hijos, porque estamos en tiempos de batalla y de profundas definiciones; por eso los alerto con todo el Amor de Mi Corazón de Madre para que cada día estén menos distraídos, más silenciosos y atentos a los acontecimientos finales que se avecinan.
Esa actitud, de un verdadero ser pensante y consciente de todo lo que debe cumplir ante el Plan, ayudará también a disolver el hipnotismo global de indiferencia humana, situación que no le permite a las almas percibir el sufrimiento planetario que existe en cada pueblo, en cada nación.
Pidan con fe para que, todos los días, el Santo y Divino Espíritu los ayude a construir las bases de una verdadera y consciente prudencia espiritual; así estarán reformando la consciencia mental del planeta, que está bastante alterada y cargada.
Me uno a cada corazón orante que se abra para crecer interiormente y sin distracción.
¡Les agradezco por ser prudentes y atentos de corazón!
Los ayuda extraordinariamente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Prudencia: cualidad o virtud que consiste en actuar con reflexión y discernimiento para distinguir entre lo bueno y lo malo, y así evitar peligros y daños innecesarios.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más