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¡Oh! Memorable día en que el Cielo desciende a la Tierra para glorificar la Misericordia de Dios expresada en el Corazón de Su Santa Sierva, la Virgen María.
¡Oh! Día de Gracias, de júbilo y de alabanza celestial, día en que los corazones reciben de la Fuente Divina la piedad para convertir sus vidas y para encontrar la salvación y la plenitud en Dios.
Día de misericordia será este, en que el Señor sintetizará las Gracias derramadas por el vientre de la Creación, para que las almas reciban repetidas veces los códigos que perdieron en el camino.
¡Oh! Día de salvación y de regocijo en el Espíritu Santo, porque Aquella que concibe la Trinidad en Su vientre purísimo volverá Sus dulces ojos hacia el mundo, para que ese Santo Espíritu ahora fecunde los corazones y las consciencias de los puros de intención.
Hoy es el día de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, día escogido por Dios para que, antes de cerrar un ciclo e iniciar otro en la vida planetaria, las criaturas puedan renovarse en Cristo y recibir de los Sagrados Corazones las Gracias que necesitan para perseverar.
Dichosos serán aquellos que reconocerán la grandeza de este día y que la difundirán en el mundo, anunciando que la esperanza aún vive en el corazón humano.
Dichosos los que creerán en las Palabras de Dios y que recibirán de Sus Manos Divina los tesoros celestiales para el cumplimiento de Sus Planes.
Dichosos los que consagrarán sus vidas y que renunciarán a las mezquindades y a las futilidades del mundo para vivir algo puro y verdaderamente espiritual.
Dichosos aquellos que tomarán los impulsos entregados en estos días de Gracia especial y que los vivirán en cada instante de sus vidas, porque ellos serán llamados multiplicadores de la Gracia Divina.
Alégrense, regocíjense y únanse a Dios en reparación por los pecados y por la perdición de las almas que se lanzan voluntariamente a los abismos del mundo.
Que esta Tierra sea liberada y, al fin, encuentre la paz y se funda al Espíritu de Dios, que la humanidad conciba los Dones del Altísimo, porque hoy es el día de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
San José Castísimo, siervo y esposo fiel de la Santa Virgen María
Entra en el recinto de tu corazón para comprender que, en estos tiempos, la ley primera es el amor; amar sobre todas las imperfecciones, defectos, desavenencias, orgullos y vanidades.
La única herramienta que te protegerá del mal, hijo Mío, es el amor: amor al prójimo, amor a los Reinos de la Naturaleza, amor al Plan de Dios.
Si no abres tu corazón para aprender a amar las cosas como son, y así llevarlas a que se transformen en lo que verdaderamente deben ser, te sumergirás en la incomprensión, en la arrogancia y en la permanente competencia.
Tienes delante de ti dos manos que se tienden para que escojas un camino para seguir. No hay otras opciones: una es la Mano de Dios y la otra, la mano del caos.
Muchos ya escogieron la mano del caos y hoy se encuentran en medio de una batalla tenebrosa sin reglas; pero tú, hijo, tienes delante de ti la opción consciente de trascender las tinieblas en tu interior por medio del triunfo del amor en tu corazón. Es por eso que te llamo a que pidas perdón, a que venzas tu orgullo y a que descubras la Gracia que es ser humilde y cumplir con los designios del Creador.
Yo te pido que te reconcilies con el prójimo en ofrenda a Medio Oriente, y también con tu propio corazón, que en su inmadurez e ignorancia no aprendió a amar.
Yo te pido estas cosas, hijo Mío, porque ya no tendrás tanto tiempo para plantar semillas en el cantero de tu existencia y de la vida humana. Pronto llegará el tiempo en que solo recogerás aquello que plantaste y comerás de los frutos de los árboles que crecieron en tu jardín.
Cuando te digo que pidas perdón y registres lo que haces, es para que profundices tu ejercicio de humildad y les reveles a todos tus imperfecciones, para que así des un ejemplo a la humanidad de cuán simple es dar un paso en dirección al amor.
Hoy te digo, hijo, que eso no será lo único que te pediré. Te pediré también que no solamente realices un acto de perdón, cuando todos los días vives lejos de la fraternidad. Ese acto tuyo de perdonar debe ser permanente, constante y eterno, porque cuanto más se aproxima al planeta el Armagedón, más tendrás que perdonar lo que suceda dentro y fuera de ti.
Por eso, necesito que sigas perdonando, que sigas dando ejemplos de amor y de perdón para la humanidad, para que esos ejemplos lleguen a todos tus hermanos que necesitan de inspiración para dar sus pasos. Pero no seas solo un ejemplo registrado en un video en las redes sociales; sé tú, hijo Mío, un ejemplo diario, permanente, dejándote humillar y pedir perdón cada vez que tu corazón se separe del Dios que habita en tus hermanos.
No temas hacer lo que te pido, porque cuando pase un tiempo y ya no puedas hacerlo, no bastará arrepentirte por no haberlo hecho. Dejo en tu corazón Mi bendición y Mi impulso para que sigas adelante.
San José Castísimo
Ama al prójimo sin límites, como si Dios mismo se multiplicase en cada uno de tus hermanos y te llamase a servirlo y a acompañarlo en Su desarrollo dentro de los seres.
Ama al prójimo sin límites, para que tu amor fecunde en los corazones de tus hermanos la semilla de la esperanza de un día vivir plenamente la fraternidad y la unidad entre todos.
Ama al prójimo sin límites y, aunque a veces tus obras no puedan llegar a todas las criaturas de la Tierra tan directamente, igual ama y, en tu espíritu, deja que el amor impregne a todos los seres, como lo hace el Señor tu Dios y tu Padre, que te llama a seguir Sus pasos.
Ama al prójimo sin límites, con un amor verdadero, espiritual, maduro, simple, servicial y fraterno, porque de esa forma Dios mismo podrá amar por tu intermedio.
Ama al prójimo sin límites y dona todo de ti para la concreción del Propósito Divino en los demás y en el planeta.
Ama al prójimo sin límites, ora por el mundo, clama de rodillas por los que perdieron la fe. Siente en tu pecho el dolor de los que viven sin esperanza y lleva a los pies del Creador tu súplica de forma tan verdaderacomo si fuese tuya la desesperanza de tus hermanos.
Ama al prójimo sin límites y aprende a ayudarlo como Dios espera y no como tú quieres. Ama con el Corazón del Padre dentro de tu corazón y tú, por entero, dentro de Él. Así, sabrás amar más allá de las emociones y servir más allá de los impulsos del ego humano.
Amarás simplemente porque el amor vive en ti y no te gratificarás por vivir el amor, porque el amor es en ti y, de forma natural, te lleva a la donación de ti mismo.
¿De qué valdrá el amor sino para ser donado?
Ama al prójimo sin límites, con oraciones, con silencio, con servicio, con comprensión, con acogimiento, con una sonrisa, con una corrección, con una advertencia, con un abrazo, con el cuidado o con el distanciamiento. Ama como cada uno necesita y no como tú necesitas amar.
Ama y entrega al otro tu amor, aunque para ti la forma de hacerlo cause dolor.
Aprende a donar, a ser y a vivir en la Ley del Amor, que es la ley de esta Tierra, es el principio y el fin de la existencia humana.
Yo te acompañaré y te amaré siempre, para que te sirvas de Mi ejemplo para amar aún más al prójimo, sin límites.
Tu padre y compañero,
San José Castísimo
En tiempos de batalla para la mente, para el cuerpo y para el espíritu, mantén el corazón en paz.
Aférrate al propósito de estos tiempos y no tanto a las tribulaciones que perturban tu ser, dentro y fuera de ti.
Si no consigues orar, simplemente une tu corazón a Dios y pide Su auxilio. Como soldado de Su ejército de amor, el Señor jamás te negará la debida ayuda.
Sin embargo, poco a poco, conversa con tus cuerpos, con la vida que habita en tu consciencia y que se expresa de diferentes formas, porque los tiempos son otros y la propia densidad de la atmósfera planetaria buscará de ti el espíritu de la permanente trascendencia.
Solo no te rindas. Sé un poco más valiente y decidido a vencerte a ti mismo y a las energías que circundan tu consciencia, porque dentro y fuera de ti existirán resistencias para no permitir que seas un triunfo de Cristo en el mundo.
No permitas que tu consciencia sea instrumento de desunión. Valora siempre tu unidad con Dios y con tus hermanos y la de todos con el Propósito del Creador.
Deberás aprender a encontrar dentro de ti aires puros para respirar y nutrir tu alma y tu espíritu, porque existirán días en los cuales no encontrarás ningún aliento en lo que te rodea. Por eso, construye hoy el camino de unión con tu mundo interior.
Allí se encuentran los códigos dejados por Dios en tantas veces que Él vino a tu encuentro. Allí encontrarás la paz.
Por la profundización interior de todos los seres,
San José Castísimo
Sé que las fuerzas que emergen de su interior en purificación y transformación a veces son tan fuertes que ciegan sus ojos al amor y al perdón.
Sé que después de eones de existencia alimentando orgullos y vanidades, poder y posesiones, es muy difícil para la consciencia en evolución decir sí a un aprendizaje de humildad, cuando él se precipita en sus vidas.
Muchos son los que dicen querer ser humildes como el Señor en Su pesebre de Belén, pero, delante de las pruebas que Dios envía, reaccionan y no solo no las aceptan con humildad, sino que también se ofenden profundamente y buscan una forma de atacar a aquellos que sirvieron de instrumentos, de manera inconsciente, para que Dios los probase, como hasta entonces pedían.
Comprendan, queridos compañeros en Cristo, que el Señor no puede permitir que todo se les entregue sin colocar en sus vidas las pruebas que consolidan el propósito crístico en su interior.
Después de recibir tantos impulsos del Cielo, cuando ustedes fueren menospreciados, humillados, calumniados o maltratados, según la comprensión de cada uno, simplemente reciban la oportunidad como dádiva celestial y, sin miedo, dejen que las estructuras del orgullo caigan por tierra, frente a sus pies.
Sé que muchos perciben que no pasaron las pruebas que Dios les envió y que las resistentes estructuras del orgullo fueron mayores que su aspiración a la humildad, pero no importa, porque no les pedimos perfección, sino persistencia.
Ahora, levántense del abismo de la ignorancia y reconozcan su propio aprendizaje; colóquense delante del Padre disponibles para nuevas enseñanzas y prosigan.
Quiero que comprendan algo de una vez y para siempre: la humanidad necesita de sus ejemplos de humildad, códigos que se extinguen de la consciencia humana porque las reacciones y las contestaciones ya son muy conocidas por todos.
Cuando alguien los coloque delante de una situación de humillación, acéptenla con humildad, porque, independientemente de quién tenga la razón y de si esa situación es justa o injusta, el Señor espera que Sus soldados bajen la cabeza y venzan la batalla, derribando el orgullo y viviendo la humildad.
Acuérdense de lo que hoy les dije y estén atentos a las situaciones de la vida, porque si dicen sí al camino crístico, no pueden esperar otra cosa sino imitar a Aquel que fue humillado, rechazado y puesto en una cruz, para que aprendan a perdonar a la humanidad y para abrir el caudal de Su infinita Misericordia para el mundo.
Yo los bendigo y los espero dispuestos a recomenzar sin miedo de equivocarse, porque solo con la experiencia del error y reconociendo las propias fallas es que podrán ayudar y advertir a otros.
Yo los amo y los acompaño siempre, día a día, paso a paso.
San José Castísimo
Oración de Unión a la Humildad de Dios
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
trasciende las barreras de mi ignorancia.
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
derrota mis resistencias.
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
abre mis ojos a la verdadera luz
y retira mi consciencia de los abismos
del orgullo y de la vanidad.
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
disuelve mi pequeñez en tu grandeza
y muéstrame el verdadero propósito
de la creación humana.
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
úneme al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza
para la concreción del Plan Divino.
Permite que mi consciencia reconozca
la Presencia del Creador en todas las cosas
y glorifique Su existencia en todo tipo de vida.
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
permíteme ahora y siempre vivirte con perfección,
así como hizo el Señor,
que disminuyó Su grandeza para estar entre los hombres
y confirma Su infinita Misericordia,
retornando al mundo.
Sagrada Humildad que proviene del Corazón de Dios,
que seas Tú un principio fecundo en el corazón humano.
Amén.
De rodillas, oren y pidan a Dios que los ayude a imitarlo, porque solo el corazón verdaderamente humilde superará las pruebas que vendrán y el rayo de la Justicia de Dios, que partirá y destruirá las estructuras del orgullo, de la arrogancia, de la soberbia y de la vanidad del corazón humano.
Sean firmes en la humildad y ríndanse al amor. Sean valientes para que se dejen vencer por Dios. Sean fuertes para que se levanten con esperanza y disposición de renacer en Cristo, cuando el Señor derribe al viejo hombre dentro de sus consciencias.
Humildad y paz son las claves para estos y para todos los tiempos.
San José Castísimo, padre de la sagrada humildad
Como Sagrada Familia, vinimos para animar a la humanidad a que responda al Llamado de Dios y a que cumpla Su Santa Voluntad.
Como Sagrada Familia, invitamos al mundo a que aprenda de la pureza de los niños y a dejar que ellos les enseñen cómo encontrar a Dios.
Como Sagrada Familia los incentivamos a que abran sus corazones para vivenciar los misterios que trascienden, absolutamente, la comprensión humana y transforman por completo todo lo que conocen sobre la vida en la Tierra e, incluso, sobre sí mismos, abriéndoles los ojos para lo que son en realidad.
Como Sagrada Familia los animamos a que ofrezcan sus almas como instrumentos de Dios, a que venzan el miedo de perder las cosas del mundo e incluso a sí mismos, porque todo lo que guardan como tesoros, ya sea el modo de vivir, cosas materiales o relaciones afectivas de cualquier tipo, como también lo que conocen de la propia vida, todo eso pasará con un soplo de la Justicia Divina, mientras que la vivencia de la Verdad fortalece el poder y la acción de la Misericordia.
Como Sagrada Familia los llamamos a que vivan el verdadero amor, amor que trasciende las posesiones, que no busca recompensas, que solo dona y nada recibe a no ser de Dios que, cada vez que se abren para donar algo, les infunde una mayor voluntad de entregar todo.
Como Sagrada Familia los colocamos ante la Gracia del retorno de Cristo, dádiva incomprensible para la mente y solo aceptable para el corazón que ya descubrió en sí la fe.
Como Sagrada Familia los invitamos a que descubran la posibilidad de vivir la paz en tiempos de caos y de mantener la confianza en Dios, aun delante del mayor sufrimiento, cuando el Señor nos pide incluso la propia vida por amor a Su Plan, como fue en la Pasión de Cristo.
Reciban a través de sus oraciones los códigos de la Sagrada Familia y no los dejen guardados bajo siete llaves en su interior; permitan que ellos tomen vida, que se expandan y se multipliquen en aquellos que se aproximan a ustedes, como fue con la Sagrada Familia de Nazaret.
Les dejo Mi paz y la confianza absoluta en la presencia de Cristo en el interior de los hombres, porque el Señor renació.
San José Castísimo, en la presencia sagrada de María Santísima
Que cada día que pase en sus vidas les traiga nuevas oportunidades de vivir la paz.
Que cada prueba traiga en sí el don de la superación y la dádivade la trascendencia.
Como humanidad van caminando en dirección a Belén, teniendo que hacer esfuerzos, sacrificios, superar límites y confiar en el amparo de Dios. Están delante del misterio del Nuevo Hombre, y saben que es una realidad, porque Él ya está en gestación y a punto de nacer en el vientre de la Creación Divina, que se expresa en el interior de todas las criaturas. Sin embargo, ustedes no saben lo que ese Nuevo Hombre traerá al mundo, cómo crecerá, cómo se desarrollará ni cómo cumplirá su misión.
Ustedes están en el camino hacia Belén buscando la cuna de la humildad para que Dios pueda retornar en vida a Su Creación. Como consciencias humanas, siempre quieren lo mejor para Dios y para Su Plan, pero el Creador los sorprenderá, trayendo a Su Hijo al interior de los simples, de los pequeños, de los pobres de sí, de los humildes. Cristo renacerá en los corazones de los que no temen entregar el reino de su propio interior para que el Soberano Rey Universal establezca Su Reinado. Él vendrá para vivir en el corazón de aquellos que no temen ser vencidos y que, por amor, se convertirán en siervos eternos de ese amado Rey de las Estrellas.
Ustedes están en el camino a Belén: ya no son lo que eran como raza ni como consciencia humana, porque Dios ya comenzó a descender a las esferas terrestres. Sin embargo, aún están delante del misterio que es el renacimiento de Cristo, la multiplicación de Su existencia, que se renovará en el corazón y en la carne de muchos.
Vengo al mundo como guardián de este principio divino, que es el Cristo en su interior, porque Yo ya caminé hasta Belén, ya viví la angustia de no saber en qué se convertiría el mundo después del nacimiento de Cristo y el miedo de no ser digno de proteger tal Rey, escondido en tan pequeña criatura; el miedo de no ser un buen guardián para el Dios Niño y de no ser capaz de dejarlo crecer ni manifestarse como el Señor lo esperaba.
Pero ese miedo fue vencido por la Fe y por el Amor emanado por Cristo, que aun siendo tan pequeño y frágil jamás escondió Su Gloria y Su Filiación a Dios. El miedo se desvaneció cuando percibí que Dios es el verdadero operario de Su Voluntad y que basta fluir dentro de ella para que Su Plan se cumpla.
Les digo todo esto porque están en camino a Belén, delante de un gran acontecimiento, marcado por duras pruebas y severos aprendizajes, que pierden su severidad frente a la magnitud del retorno de Cristo.
Dentro de algún tiempo, aquellos corazones que se abran comenzarán a comprender que la Voluntad de Dios Es, por sí sola; que Él no solamente “manda”, sino que también envía los medios y promueve el cumplimiento de Sus Obras. Solo es necesario confiar y dejar que el Señor haga de sus vidas simples instrumentos para la concreción de Su Plan, que ya es una verdad y una realidad que necesita manifestarse.
No dejen de caminar en dirección a Belén y, ahora que ya saben dónde quiere nacer Dios, no busquen la comodidad, el lujo ni el rebuscamiento de buenas moradas, según los conceptos humanos; sigan el camino que los conduce a la simplicidad, a la paz y a la humildad verdadera, pues es ahí donde Dios manifestará Su Gloria.
Alabado sea el Señor que retorna a los corazones de los hombres, para un día retornar, no solo en Espíritu y en Divinidad, sino también en perfecta semejanza con Sus criaturas, en carne y humanidad santificada y resplandeciente, mostrando a los hombres el camino de su evolución.
San José Castísimo, que prepara el nacimiento, el renacimiento y el retorno de Cristo, Nuestro Salvador.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Escucho la voz de los que claman por una oportunidad y, a través de Mi Vientre Purísimo que gesta las nuevas cosas en todos los corazones de la Tierra; hoy, les traigo el Espíritu de la Natividad del Señor para que sientan la Paz, el Bien y la Misericordia que se expanden por los cuatro puntos del planeta.
Hoy, las oraciones fueron recogidas por Mis ángeles y son derramadas como Gracias en los corazones más necesitados de la Presencia infinita de Mi Hijo.
Pero hoy, no estoy sola aquí, queridos hijos, estoy con la Presencia de San José y de todos los ángeles que Nos guían hacia el Propósito infinito de Dios, con todos los Ángeles de la Guarda que rezan por sus almas y por sus familias.
Un saludo es enviado, un saludo de Paz, es emitido desde el Corazón del Universo, el Corazón de Adonai.
Hoy, Mi Hijo está entre ustedes, abran sus corazones para poder recibirlo con humildad y en paz. No dejen, queridos hijos, de buscar a Aquel que les dio la vida, Aquel que murió por ustedes y que aún derrama Su Misericordia sobre el mundo, a pesar de las guerras y las confrontaciones, a pesar de las familias exiliadas o de las familias que han vivido la inundación en Uruguay.
El Espíritu de Dios está atento a la necesidad de todos Sus hijos en el mundo.
Hoy, ofrezcan, queridos hijos, este tiempo de transición para que pueda reinar la paz, principalmente en aquellos que no la buscan. Hoy, Mis ojos miran con dulzura sus corazones. Hoy, Mis manos tocan sus cabezas, así como Yo toqué la pequeña Cabeza de Jesús, para sentir la Presencia, entre todos, del único Dios.
Hoy, Mi Corazón les habla a todos los Cristos internos, que emergen de lo profundo de sus corazones para traer la Paz y la Luz al planeta. Es esa Luz, queridos hijos, es ese Cristo al que siempre deben buscar, a pesar del tiempo de tribulación.
Hoy, están, queridos hijos, ante el sagrado Pesebre espiritual que les recuerda el Nacimiento del Mesías, la encarnación de la Misericordia de Dios en el mundo y la oportunidad sagrada para todas las almas.
Mientras, Yo les entrego Mis Palabras de Amor y de Paz, coloquen en sus corazones a todos Mis hijos, a todos aquellos que se distancian de Dios en esta noche; pues Mis pies hoy pisan la cabeza de la mala serpiente, porque triunfa la Gracia de Dios a través de la Luz de Mi Vientre purísimo, que los renueva, que los congrega en el Amor y en la Verdad.
Hoy, todos ustedes tómense de las manos, así como Yo Me tomo de las manos de Mi Esposo, San José, ante el Reino Celestial y todo el universo congregado en este suelo sagrado.
Aurora vuelve a amanecer en los corazones no redimidos. Las deudas son perdonadas, las cuentas son equilibradas y la balanza está en su justa ley por la donación amorosa de Nuestros Sagrados Corazones.
Honren al Dios de las Alturas. Traigan la Paz a la Tierra para todos los espíritus sufrientes, para las almas que claman por la Misericordia de Dios, para aquellos que sufren en la oscuridad, para todos los que se encuentran en su profunda soledad espiritual, para los niños y enfermos de los hospitales, para aquellos que se exiliaron de sus casas para buscar un nuevo camino de esperanza.
Congreguen, a través de esta unión, al Espíritu de la Paz de Cristo, a la sanación de los corazones, a la Paz para todos los seres de la Tierra.
Y ahora, queridos hijos, coloquen en Mi Vientre purísimo sus sublimes intenciones, para que Yo las pueda gestar y sus seres vuelvan a nacer a través de la redención del Señor.
¡Estrella de Belén, circunda al universo!
¡Estrella de la Hermandad y de la santa fraternidad brilla en los corazones que se abren para encontrar la paz!
Oremos a Dios. Oremos a Su Misericordia para que Sus Rayos se derramen en los que más sufren en estos tiempos de caos.
Oración: Padre Nuestro.
Y así, queridos hijos, siempre los quiero ver unidos, en la alegría, en la tristeza, en la hermandad, en la tribulación, en el caos y en el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
Ahora, escuchen, con la suavidad de Nuestras Palabras, al Casto Corazón de San José. Aquel hombre que se ofertó, por todos ustedes, para que el Proyecto de Dios se cumpliera en todo el mundo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:
Solo les digo en esta noche que sean humildes de corazón, porque es en la humildad que sus aspiraciones más verdaderas se tornarán reales.
Busquen el camino de la simplicidad, porque fue en la simplicidad de esta noche, en la pura alegría de sus corazones, que los cielos volvieron a abrirse para la Tierra, en espacios olvidados del mundo, donde la Luz de Dios ya no podía brillar.
Descubran, queridos, que en esta noche la simplicidad reina en sus corazones.
Descubran el misterio de vivir con pura alegría, de ser como niños que se expresan tal cual son y lo ofrecen al Creador, para que la pureza vuelva a reinar en el corazón de los hombres.
Muchos desconocen la Presencia de Dios en el mundo y, poco a poco, la humanidad debe volver a reconocer que Dios es el Padre Supremo de todas las criaturas de esta Tierra para que, unidos a Él, Su Reino se establezca en este mundo y la unidad vuelva a ser una realidad entre todos los Reinos de la Naturaleza, incluyendo hoy el Reino de los Ángeles y de los Arcángeles, aquellos que los aguardan día y noche para que aprendan con ellos a crear Luz, a alabar a Dios, para construir en esta Tierra Su Reino de Infinita Paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, si sus brazos están cansados, eso es lo que deben sentir. Incansablemente, busquen la unidad entre todos los seres de la Tierra, porque hoy les revelo el misterio del Nacimiento de Jesús.
La unidad de Mi Corazón con el Corazón de San José, y con todos los que se congregaron para esa tarea, hizo posible la salvación de la humanidad.
En acto de humildad y de reparación, oraremos nuevamente a Dios. Pero quiero, queridos hijos, ver en sus rostros la alegría de estar comulgando con el Niño Rey para que desaparezca la tristeza, el odio, la incomprensión, la desunión entre los corazones; y que, en nombre de Mi Corazón Inmaculado, prometan ante Mi Dios Santísimo esforzarse todos los días por esta Sagrada Unidad que está desapareciendo de la Tierra.
Recemos:
Somos una sagrada familia.
Somos semillas futuras de la Nueva Humanidad.
Somos dignos hijos de Dios.
Amén.
Amén.
Amén.
Y ahora, lleven sus manos hacia el corazón, porque Cristo nació nuevamente en los corazones que hoy le clamaron y lo buscaron en cualquier punto de esta Tierra.
Les agradezco y les agradecemos por haber respondido a Nuestro llamado.
Que suenen los cuencos y las campanas. El Rey ha nacido en el tabernáculo de los corazones de todos los seres.
Proclamen a Dios esta grandeza. Alaben Su Nombre por los siglos que vendrán. Que así sea.
Mientras Nos elevamos, llevando las plegarias de todos los seres, cantemos. Hoy, se establece una noche de Paz.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús: Cuando San José apareció, Él nos mostraba cómo las personas en el mundo, en su mayoría, estaban preparando la fiesta de Navidad solo por el placer y por la conmemoración material de este día. Nos dijo que, para Dios, es muy importante que seres humanos conscientes preparen la Navidad partiendo de un punto de vista espiritual y con el canto abran camino para la llegada del Espíritu de Cristo a los corazones del mundo. San José dedicó este mensaje al encuentro de Música para la Cura y Elevación de la Humanidad(1) porque quería difundir para todos, en ese día, otra forma de vida, una búsqueda por la vida superior por medio del canto que se realiza en las Comunidades-Luz, para que los hermanos que están en su casa buscando una luz para seguir el Camino puedan inspirarse en ese momento de canto.
Él dijo:
En el día previo a la conmemoración del mayor acontecimiento universal, cuando Dios se hizo hombre y decidió vivir entre Sus criaturas para ser Él mismo el ejemplo de cómo se concretiza Su Suprema Voluntad, les pediré que alegren sus corazones y que anuncien al mundo la Gracia de vivir la consagración plena del alma al Corazón de Dios.
En esta noche, mientras canten, colmen sus corazones de humildad, la misma humildad que tuvo Dios al nacer en un pobre pesebre en Belén. Es la humildad vivida por el corazón humano que prepara el camino para que una Luz Mayor pueda hacer de sus corazones Su morada.
No solamente en este día, sino en todos los días de sus vidas, dejen que la paz y la alegría prevalezcan; que sea una alegría verdadera, que trascienda lo que conocen como felicidad; porque la humanidad está muy confundida y ya perdió el sentido de la búsqueda de una alegría interior y solo intenta tornar plena la existencia con el placer y la comodidad; de esa forma, vive en la permanente insatisfacción, porque lo que proviene de Dios solo se vuelve pleno en Él.
Demuéstrenle al mundo que es posible encontrar la verdadera alegría, alegría que proviene de la unión con el Padre y de la Gracia que es vivir para Él.
Con acciones, oraciones y cantos, llenen el vacío en el cual se encuentra el corazón humano.
Atraigan, por medio del verbo, el sentido espiritual hacia la vida en la Tierra y dejen que la luz que emana de sus corazones, cuando ellos son devotos y simples, alegres y plenos, pueda iluminar los ojos de los que están ciegos y caminan en la oscuridad, buscando una salida de las tinieblas de sus vidas.
Yo los bendigo y con alegría les digo que cantaré a su lado para aliviar el mundo y el Corazón herido del Dios Altísimo.
Su amigo y compañero,
San José Castísimo
1. Programa creado a pedido de la Virgen María, transmitido por Misericordia María TV los días 23 de cada mes.
Para que se manifieste aquello que consideran necesario en sus vidas, antes ustedes deben contemplar en su corazón las necesidades del mundo, del prójimo y de los Reinos de la Naturaleza.
Al que cuida de sus hermanos, los semejantes y los menores, Dios, que es perfecto, siempre le enviará Su amparo y Su cuidado.El Señor tiene predilección por suplir las necesidades de los que no piensan en sí y que en todo colocan a los demás en primer lugar.
Cuando algo no fluye y no se manifiesta en sus vidas, pregúntense por qué y para qué desean tal o cual cosa.
Recuerden que deben olvidarse de sí mismos todos los días y permitir que el Señor opere en sus vidas Su maravilloso milagro y derrame sobre ellas Sus infinitas Gracias.
No limiten el Poder de Dios pidiéndole todo el tiempo lo que necesitan; antes, observen lo que el prójimo necesita más y suplan esa necesidad. Unos requerirán su respeto; otros, su obediencia; algunos, su amor; otros, su silencio; unos, sus palabras; otros, sus oraciones más secretas.
Algunos necesitarán que ustedes oren por ellos; otros, que oren con ellos. Algunos requerirán cosas materiales; otros, actos simbólicos, colmados por el amor en el cual se guarda la verdadera intención de esa acción. Muchos necesitarán de su ejemplo; por eso observen, observen todo el tiempo las necesidades del prójimo.
Si viven en función de la caridad y de la fraternidad no solo en lo que se refiere a las cosas materiales, sino también a las espirituales, encontrarán un camino corto en dirección a Dios y alcanzarán todo lo que siempre pidieron y nunca consiguieron, porque lo buscaban por vías equivocadas. Las Gracias del espíritu se alcanzan por vías espirituales. Las virtudes se adquieren cuando se donan virtudes. Las Gracias son recibidas por aquellos que se disponen a vivir por obra de la Gracia.
Aprendan, pequeños hijos de Dios, a observar la vida desde otro punto de vista. Cuando estén delante de una gran oportunidad, busquen al más necesitado y verán cómo ella llegará
a ustedes sin que se den cuenta.
Los humildes y los pobres de sí mismos son los más ricos en el Reino de Dios, porque, por no querer nada para sí, Dios les entrega todo, pues en sus manos los bienes divinos llegarán al lugar correcto.
Nunca se olviden de lo que hoy les dije. Practiquen estas palabras todos los días. Piensen en el prójimo, oren por ellos, actúen por ellos, vivan para donarse y Dios hará de sus consciencias puentes para que Sus Gracias lleguen al mundo.
Les dejo Mi paz y Mi ejemplo de perpetua donación, porque Mi Corazón Castísimo hoy bebe de Fuentes Celestiales, pero a esta Agua siempre la busqué para saciar a los que tienen sed. Todo lo que recibo de Dios es para entregarlo a Sus criaturas, es para bendecir a Su Creación, es para tornar perfecto aquello que proviene de la propia Perfección.
Su padre y compañero, que vive en perpetua caridad,
San José Castísimo
Quisiera hablarles de la unidad con Dios y de la fusión absoluta con Su Divino Espíritu; sin embargo, antes deben aprender sobre la unidad, los unos con los otros y con los Reinos de la Naturaleza.
La unidad es un principio divino primordial para la creación humana, que deberá alcanzar el ápice de su evolución por medio de ella.
Así como la máxima expresión del proyecto humano es la unidad perfecta con Dios, la mínima expresión debe también estar basada en la unidad. Para que alcancen mínimamente a expresarse como Creación Divina, la unidad debe ser una meta y una realidad para sus consciencias.
Para que puedan vivir la unidad, deberán desterrar de la consciencia humana lo que los lleva a la desunión, que es la competencia.
Cuando no hay competencia, los corazones pueden unirse en un único propósito y caminar como raza hacia un fin común. Pero cuando quieren ocupar lugares que no les corresponden, cuando quieren sobresalir entre los demás, cuando intentan llamar la atención sobre sí mismos, cuando quieren hacer de la propia presencia algo insustituible, cuando buscan los defectos ajenos y los afirman para que se eleven sus habilidades y destrezas, cuando realizan todos esos movimientos, tan conocidos ya por la conducta humana actual, ustedes se apartan completamente del Propósito de Dios. Con aparentes buenas intenciones de vivir la santidad, al querer ser más santos que otros, están alimentando el reinado de aquel que reina en los abismos del orgullo humano.
Ustedes deben comprender, sentir y vivir que cada pieza que compone la humanidad tiene un papel primordial, una misión única que debe cumplirse para que el Plan de Dios se manifieste.
Antes de juzgar o desvalorizar a alguien e intentar sobresalir, piensen que existen civilizaciones enteras en el universo que dependen de la victoria de Cristo en el interior de la consciencia de ese alguien.
Antes de derribar al prójimo con críticas y juicios, ayúdenlo a dar sus pasos, porque el Plan de Dios, para el que supuestamente todos trabajan, depende del triunfo de Su Corazón en cada una de Sus criaturas.
En estos tiempos definitivos, deben batallar contra todo aquello que trabaja por la desunión, incluso si eso se encuentra dentro de ustedes, pues muchos soldados ya quedaron atrás porque el propio Ejército de Cristo los derribó por la falta de amor y de unidad.
Caminen como un único corazón y, en vez de dejarse envolver por las fuerzas que reinan en el mundo, envuelvan al mundo con el Poder de Dios que habita dentro de ustedes.
Ámense los unos a los otros, siempre. Ayúdense, levántense, caminen juntos. Vivan la fraternidad como una puerta hacia la unidad con Dios.
Si trabajan sobre este punto, muchos caminos internos se abrirán para la propia transformación.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Intenta, hijo Mío, en todo vencerte a ti mismo. Ejercita la renuncia, dejando que los demás expresen sus ideas y sus sentimientos, y experimenta ser conducido por tus hermanos a nuevos caminos.
Si para ti es muy fácil y simple estar en silencio y dejarte conducir, entonces ejercita lo contrario y permite que aquellos que tanto se expresan aprendan contigo: coloca a disposición del universo tus pensamientos y sentimientos y deja que el Creador te muestre un camino diferente para seguir, para que así descubras espacios de tu consciencia que, hasta ahora,no conoces.
Como le hablo al mundo y a las diferentes criaturas de esta Tierra, necesito instruir a aquellos que se silencian por la comodidad de no expresarse y a aquellos que se expresan todo el tiempo por la necesidad de imponer sus pensamientos.
La humanidad necesita encontrar el equilibrio y aprender a comulgar con lo que cada criatura contribuye con el mundo, incluyendo aquí a todos los Reinos de la Naturaleza.
Para que encuentres el equilibrio, necesitas ir por caminos que desconoces. Caminos opuestos a los que recorres siempre, para que, así, descubras dentro de ti otras formas de vivir y de manifestarte, hasta que encuentres el perfecto equilibrio con todo y no haya diferencia para ti entre hablar o estar en silencio, enseñar o aprender, porque las dos cosas son necesarias, cada una en su momento.
Ejercita esos pequeños ejemplos y encontrarás amplios caminos delante de ti.
Por el equilibrio del corazón humano,
San José Castísimo
Hoy les pediré que cierren los ojos y que Me encuentren delante de ustedes.
Estoy sobre el cielo de Aurora, con los pies descalzos, una túnica blanca y un manto de color vino. Tengo en Mis manos un ramo de nardo que representa la pureza, pero también la consagración. Sostengo este ramo con Mi mano izquierda y con la derecha toco Mi Castísimo Corazón, rodeado por tres lirios que representan la castidad. Mis cabellos caen sobre los hombros, Mis ojos color miel, enfocados hacia el mundo, irradiando la humildad que Dios imprimió en ellos para que pudiera ver todas las cosas bajo Su Verdad y Su Justicia; así es como Mis humildes ojos Me permiten ver. Detrás de Mí, les muestro un camino hacia el desierto, hacia tierras que un día fueron sagradas pero que hoy dejaron sumergir en la maldad, en el odio y en la perdición a los corazones que en ellas habitan.
Todo este mal era conocido por Dios cuando envió a Su Hijo a este pueblo. A Mí también Me envió como un hombre común, para demostrarle a la humanidad que es posible vivir la transformación en Cristo y la unión con Dios.
Fui un hombre nacido en esta Tierra, y por eso, retorno a ella para rescatar a aquellos de Mis compañeros y amigos de otros tiempos, aquellos que no quisieron escuchar cuando Mi Hijo pronunciaba Sus palabras en los valles y en los montes, aquellos que cerraron los ojos para no verlo pasar porque temían vivir la conversión y ser arrebatados por Su Amor que sabían que era invencible. Muchos de los que voltearon el rostro para Cristo aún están en este mundo para aprender a mirarlo sin miedo y dejarse vencer por el poder de Su Amor.
No desistimos de esta Tierra, porque para Nosotros ella aún es sagrada.
¿Cómo dejará de ser sagrada la Tierra en donde Dios colocó Sus Pies, en donde derramó Su Sangre y abrió el caudal de Su Divina Misericordia, para que permease todo el Universo por intermedio de este mundo?
¿Cómo dejará de ser sagrada esta Tierra que, en realidad, es la escuela del amor para todas las civilizaciones del universo?
¿Cómo dejarán de ser sagradas sus almas, que portan en sí una posibilidad única de aprender a amar, de unirse a Dios y hacer ese Dios aún mayor en Su Gloria?
¿Cómo dejarán de ser sagradas sus esencias, así como sus corazones, por más que pequen y vivan en las ilusiones del mundo?
Ustedes jamás pueden perder la verdad de lo que son, porque aquello que proviene de Dios no se corrompe ni con el peor mal de este mundo ni de ningún otro, porque Dios es Todo Poderoso, es la Pureza en sí, es la Verdad, es el Amor, es la Creación. ¿Cómo se corromperá Él mismo?
Si están en este mundo es porque algo deben aprender con él. No desperdicien la oportunidad que Dios les entrega, porque están en un planeta muy sagrado en el que Dios tiene puestos Sus Ojos todo el tiempo. Él aspira ardientemente a que más criaturas puedan imitar a Su Hijo y sean verdaderos dioses vivos en este mundo, para retornar a Él en perfecta unidad con Su Corazón.
Cuando les digo estas cosas, no les hablo de un sueño, porque el único sueño de este mundo es lo que ustedes vivieron hasta ahora. Llegó el momento de despertar para la realidad, para el verdadero propósito de Dios para sus almas. Llegó el momento de abandonar su pequeñez y lanzarse a la grandiosidad de la Creación. Llegó el momento de abandonar la ilusión y dejar que sus ojos se iluminen por la Fuente de Luz Divina que los Mensajeros del Señor traen al mundo. No se resistan, porque esa Luz arderá como un fuego dentro de sus células y quemará las moléculas de la perdición, para que deje de existir la oscuridad en sus consciencias. Solo la Luz prevalecerá.
No se entristezcan, ¡alégrense! Este es el momento que toda la humanidad esperó por tanto tiempo. ¡Cuántas consciencias en el Universo los observan y aguardan que digan sí! Mis queridos, imaginen en diferentes civilizaciones del Cosmos, amadas criaturas que forman parte de este Plan de Dios, que de rodillas claman por su despertar, que sienten el dolor en sus corazones cada vez que la humanidad niega la existencia de la Luz, que sienten un gran pesar cada vez que la civilización de la Tierra prefiere unirse a la oscuridad y afirma la ignorancia antes que lanzarse a la Luz y descubrir el amor infinito que todos los seres guardan como potencial en sus esencias.
Para algunos, estas palabras sonarán bellas; para otros sonarán difíciles de comprender, porque les será difícil salir de sus propias existencias para contemplar la Creación en sí, los diferentes mundos y las civilizaciones que los aguardan, porque no quieren creer que de su transformación depende la evolución del Universo. Pero así es, Mis queridos, porque el Señor es tan humilde, que depositó Su grandeza en criaturas tan pequeñas, Su mayor esperanza en corazones que Lo ignoran y hasta Lo niegan, porque no Lo conocen y no Lo aman.
Vengo al mundo como siervo de Dios para dar a conocer a la humanidad la Gracia que es servir a tan Buen Señor; jamás se arrepentirán de servirle. Todos los días cuando conozcan Su Gracia, Su Bondad y Su Infinita Misericordia, abandonarán lo que son y no mirarán para atrás cuando tan solamente un toque de Dios pueda llegar hasta sus consciencias. Deben permitir que esas Manos Divinas toquen sus corazones y con Su Amor, disuelvan sus barreras y sus resistencias. Por un momento, parecerá que están suspendidos en el aire, pues no sabrán quiénes son y querrán afirmarse en lo que eran, pero no tengan miedo porque eso durará poco. Ríndanse a la maravilla que es nada ser, para que enseguida sean colmados por Dios con la Gracia de la unidad con Él.
Estoy intentando elevarlos a un estado de mayor Gracia, para que puedan comprender la vida en la Tierra como verdaderamente es y para que permanentemente no se pierdan en las fantasías de este mundo. Porque no Me cansaré de decir que es posible alcanzar el propósito de Dios, aún con tantas imperfecciones.
¡Ríndanse! Mis queridos, no esperen que sus fuerzas acaben y que sean vencidos por el dolor, por el sufrimiento, por no soportar ya vivir en este mundo, por no soportar ya vivir consigo mismos. Ríndanse ahora, mientras la alegría pueda permear sus corazones, mientras puedan llevar esperanza para los que están perdidos y ser una fuente de auxilio y no corazones que necesitan tanto ser auxiliados.
Sientan Mi Paz, sientan la gratitud que derramo en sus corazones, porque todo lo que les digo en esta hora no es solamente por ustedes, es también para llevar a esta tierra sagrada, que hoy tengo detrás de Mí, un poco de cura, de esperanza que nace de este Reino de Aurora, que se manifiesta en sus corazones y se irradia a las almas más perdidas.
¿Por qué temen vivir en paz? ¿Por qué temen tanto a la humildad? Sé que les causará dolor ser vencidos por Dios, pero es el dolor de una gran victoria del Creador en sus corazones.
Coloquen todo lo que les dije en lo profundo de sus corazones y sellen Mis palabras con Mi Castísimo Corazón para que ellas no se escapen, sino que dentro de cada uno puedan llevarlos a la transformación de sus consciencias, de la vida, de la humanidad.
Hoy les hablo como un padre, porque el Corazón del Padre está dentro de Mi Corazón. Cuando Me presento como padre de la humanidad, es porque humildemente Soy uno con Dios. Él se manifiesta por Mi intermedio porque es por Su Voluntad que vengo al mundo. Vengo a pronunciar Sus palabras por Mi boca. Ningún movimiento que realizo en esta Tierra está separado de la Voluntad de Dios y así lo hago, queridos hijos, para que aprendan de un corazón humano igual al suyo, porque esta humanidad seguirá evolucionando y necesitará de muchos padres y de muchas madres que puedan guiar aquellas consciencias que por primera vez aprenden a amar.
Éste es Mi mensaje para el día de hoy. Así como ustedes Me escucharon ahora, deberán escucharme todos los días. Cuando lean Mis palabras, escuchen Mi voz, porque Soy Yo quien les habla dentro de sus corazones.
Antes de despedirme dejaré plasmado un pedido, porque las mentes humanas lo necesitan: quiero, en este lugar, una casa que represente la humildad de la Sagrada Familia, que sea sencilla como Nuestro Hogar en Nazaret, pero llena de Paz y que sea una Fuente de Gracia para todo el mundo. En la puerta de esta casa los esperaré para que se confiesen Conmigo y entren puros de corazón. Dentro de ella, encontrarán la Sagrada Familia, que en humildad los impulsará a una nueva vida, a una vida redimida. Esto será así porque la humanidad necesita de símbolos, de refugios físicos en los que pueda depositar su esperanza, que hagan emerger su fe para que puedan proseguir su camino, despertando la paz y la unidad con Dios todos los días. Que en esta casa humilde ustedes celebren la unión con Cristo por medio de la Eucaristía, en aquellos momentos en que necesiten de un corazón un poco más simple y humilde para encontrar a Dios.
Con estas palabras, los bendigo y bendigo también esta imagen que colocaron en Mi altar. Como símbolo de Mi presencia entre los Reinos de la Naturaleza. Quiero depositar esta imagen en el jardín que con tanto amor prepararon para Mí, para que jamás se olviden que, para encontrar la nueva humanidad, para encontrar el nuevo hombre dentro de cada uno de ustedes necesitan vivir la unión con los Reinos de la Naturaleza, necesitan despertar el amor hacia esos Reinos Menores y descubrir de ellos lo que cada uno vino a manifestar en este mundo, para que así, Mis amados, como creación planetaria, puedan expresar la Perfección de Dios.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco.
San José Castísimo
Mientras que no comprendan que la paz en el mundo nace en el interior de cada ser, ustedes seguirán viviendo en tiempos de caos y de indiferencia hacia Dios.
Para vivir en un mundo pacífico, tendrán que ser pacificadores, no solo en las grandes obras, sino en todos los instantes de la vida.
El inicio de los conflictos en el corazón humano es siempre el mismo: la imposibilidad de renunciar al parecer propio, la incapacidad de dejarse humillar, el ansia de manifestar las cosas en el mundo según su comprensión, la falta de fraternidad y la incapacidad de adherir a las ideas ajenas y de intentar comprender la forma de pensar y de sentir de los demás, para que así les muestren lo que, por sí mismos, no pueden ver.
La falta de paz está siempre ligada a la falta de humildad, porque un corazón humilde, que no teme renunciar y aprender con los demás y con las situaciones de la vida, vive siempre en paz, al menos consigo mismo. Si algo le quita la paz, es la tristeza por advertir que pocos despertaron a la Verdad y están perdiendo la oportunidad de conocer la paz, porque prefieren afirmarse a sí mismos todo el tempo.
En el mundo, los hombres pecan por la ignorancia, por la influencia de las fuerzas de opresión y de la involución, y por la propia incapacidad de dar se una oportunidad de renacer en conversión a un propósito superior. Pero aquellos que Me escuchan, así como escuchan a los demás Mensajeros Divinos, pecan porque prefieren afirmarse a sí mismos antes que confiar en todo lo que aprendieron de Dios.
¿Quién tendrá mayor pecado?
La paz no surgirá en el mundo por intermedio de los corazones de los ignorantes, porque estos están ciegos en su ignorancia y necesitarán del surgimiento de la Luz para encontrar el camino a la redención.
¿Quién abrirá las puertas y las ventanas del mundo para que ingrese el Sol?
Ustedes, compañeros Míos, siervos de Dios Altísimo, escuchan estas palabras no para volverse mejores personas en un mundo de absoluta indiferencia para con los Planes de Dios; ustedes escuchan todo esto para que, con Palabras Divinas, el Señor despierte al menos unos pocos corazones humanos dispuestos a volverse nada y a renunciar a todo, para hacer de su consciencia una fuente de paz para el mundo, a fin de que, gota a gota, esa paz pueda saciar la sed de los que nunca la conocieron en vida.
La heroica obra de estos tiempos no es martirizar el cuerpo, es santificar la consciencia, porque es mucho más difícil para el corazón humano renunciar a su parecer que renunciar a su vida. Incluso, hay quienes prefieren la muerte a la humildad.
Por eso, encomiendo esta misión a los valientes de espíritu, que batallarán en silencio y vencerán en el anonimato de su pública derrota, pues la victoria de los humildes solo Dios la conoce. En amor y paz, los despierta al espíritu de la humildad,
San José Castísimo
El mundo a tu alrededor debe mantenerte en estado de vigilancia y de oración, pero nunca de temor.
Conviértete en un observador de tu propia vida y de la vida sobre la Tierra y, así, reconoce los movimientos de la naturaleza, los movimientos de tu mundo interior y cómo reaccionan tus hermanos en las diferentes situaciones que se presentan en sus vidas.
No te llamo para que actúes en este momento. Solo observa y, en tus oraciones, medita sobre lo que observaste.
Conócete todos los días un poco más: la forma como tratas de conseguir aquello que quieres o como intentas ser comprendido por los demás. Observa qué imagen intentas transmitir a los otros sobre timismo y, en tus oraciones, medita sobre la verdadera intención de esos movimientos que surgen en lo profundo de ti y se expresan en tu forma de ser.
Para desarrollar cualquier virtud, necesitas conocerte y saber de ti, sobre todo lo que te separa de un camino puro y verdadero.
Para ser humilde, deberás encontrar en ti lo que no te lleva a la humildad y, con la misma paz de quien separa la paja del trigo para preparar la harina que un día se convertirá en pan, así trabajarás. Y no sufrirás, porque es solo colocar la paja y el trigo cada cual en su lugar y orientarlos hacia su transformación.
Lo que el trigo es, o sea, los principios de la virtud dentro de ti, aún deberá ser muy trabajado en varias etapas de transformación,
para que un día llegue a ser pan. El trigo será triturado y se convertirá en harina. La harina, por sí sola, no hace el pan, pues necesitará de otros elementos provenientes de Dios. El pan será amasado e irá al fuego, hasta que esté listo. Y para que sea el Pan de Vida, necesitará ser consagrado en altares divinos, en donde el Hijo de Dios se hace Uno con este pan y, después de consagrarlo, lo reparte en donación y entrega, para multiplicar, entre muchos más, las gracias que recibió.
Debes ser como ese trigo que un día se volverá pan. Ya creciste en tierra fértil y diste los granos que Dios necesitaba. Ahora, tú mismo, con tu esfuerzo y tu dedicación, te observarás a ti y separarás en ti, la paja del trigo, para que después Manos Divinas te transformen, paso a paso, hasta que llegues a tu destino.
No tengas prisa, pero sé preciso. Si desde ahora trabajas sobre el trigo de tus virtudes, determinarás el resultado de tu unión con Cristo y la pureza de los códigos consagrados por Él que, a través de ti, repartirá para toda la vida universal. Ama la transformación. Que cada paso sea para ti un motivo de gloria y no de resistencia. Déjate triturar, porque solo así serás harina adecuada para un buen pan en el Altar Celestial.
Cuanta más paz haya en tus transformaciones, más perfección habrá en tus pasos.
San José Castísimo, el que se dejó moldear y transformar hasta la unión con el Dios Eterno.
Cuando el Sol despunte en el horizonte de este mundo anunciando un nuevo día, en una Nueva Raza, él iluminará los abismos y elevará hacia lo Alto a las almas que estén con las manos levantadas.
Ese Sol iluminará los ojos de los que estén ciegos de alma y de espíritu. Encenderá los corazones que estaban fríos y a punfto de desvanecerse.
Ese Sol dará aliento a los que perseveraron en su espera durante días de mucha oscuridad y que nunca perdieron la esperanza de volver a encontrar la Luz.
Ese Sol no vendrá solo, pues traerá consigo galaxias enteras, estrellas que, de muchas proveniencias, iluminarán el mundo. Por ese motivo, ese no será un día como todos los otros.
El Sol vendrá cuando ese día sea anhelado por todas las criaturas de la Tierra; cuAando todos clamen por un poco de luz en sus vidas. En ese día, la Tierra se tornará un clamor vivo y ninguna criatura dudará de que el Sol que llega es la respuesta de Dios a su clamor.
Los que mantuvieron su fe se exaltarán, los incrédulos se arrepentirán y los que escogieron seguir los caminos de la oscuridad desearán no existir, porque no habrá un camino oscuro en el retorno
del Sol, en el retorno de la Luz.
Guarden Mis palabras que son simples y, pronunciadas en pocas líneas, serán el prenuncio de los días de paz y las bases para que ustedes mantengan la fe, cuando la noche les parezca muy oscura y sin fin.
Por la Luz que vendrá al mundo,
San José Castísimo, anunciando el retorno del Sol.
Queridos compañeros:
Ante la actual situación planetaria, nuevamente los invitaré a que encuentren el espíritu de la paz y de la armonía, por medio de la correcta quietud interior, que llamamos interiorización.
Presten atención a Mis palabras, porque no les digo que estén ajenos a lo que sucede en el mundo, pero sí que creen espacios en sus vidas para permanecer en quietud y conocer la propia consciencia, para que, poco a poco, el lado más planetario de sus seres pueda adherirse al silencio y al recogimiento, y que ustedes sepan, entonces, encontrar espacios internos de paz en los momentos de mayor caos exterior.
Opten siempre por momentos de quietud cuando estén delante de situaciones que los llevan a desalinear sus cuerpos. Por más que la mente y las emociones estén más orientadas hacia lo que sucede en el mundo exterior, deben ser educadas por la voluntad de su alma, que poco a poco gana su espacio.
Sin embargo, si esperan que las mentes y las emociones, por sí solas, opten por la vida espiritual, estarán siempre en el mismo punto, sin comprender por qué reciben tantos impulsos y no dan el menor paso. El camino de la oración ya unió la parte planetaria de ustedes con el alma; ahora deben abrirse para aprender con la energía del alma, pero para eso es necesario que le presten atención por medio del silencio y de la quietud.
El alma es el vehículo que les permite salir de las leyes materiales. Es el puente para el espíritu y para la vida superior. Si no se educan para escuchar la propia alma ahora, muy difícil será intentar escucharla cuando el ruido del caos se apodere del planeta como consciencia.
Que cada uno siga estas instrucciones y busque, cada día, contactarse un poco más con su alma. Sentirán la paz de sus indicaciones y, cuando respondan a ella, estarán más seguros para
dar los pasos correctos.
Para que sepan si es el alma quien les habla, sientan su paz. En donde hubiera duda e inquietud, ahí no está la energía del alma. El alma, como puente hacia Dios, da paz y los conduce siempre al cumplimiento de los Planes del Creador.
En instrucción y paternidad,
San José Castísimo
Queridos compañeros en Cristo:
Con amor les digo que, mientras aún haya tiempo, aprendan el arte de la elevación y de la concentración, fruto de la consciencia que comprende los momentos vividos y la Gracia de todo lo que aprendió.
En poco tiempo, la disociación será una ley en la Tierra, y aquellos que no sepan vivir basándose en leyes que trascienden la existencia material correrán el riesgo de perder el propio control mental, emocional y espiritual, cuando se encuentren inmersos en las leyes del caos.
Hoy les pediré que no escuchen Mis palabras como tantas otras que escucharon a lo largo de los años, porque cada frase pronunciada contiene una instrucción precisa para el final de los tiempos. Por eso, el hecho de haber recibido determinada instrucción señalará, para el universo, que están aptos para soportar las pruebas que vendrán y los harán poner en práctica todo lo que Nosotros les enseñamos.
Les pido que observen, en sus vidas, cómo las energías retrogradas ya adquirieron cierto grado de incentivo con las tecnologías y los estímulos astrales y mentales, de una forma general.
Ahora piensen: si dentro de un aura grupal, preparada por Dios para soportar embates negativos importantes, las fuerzas de la oscuridad aún consiguen penetrar e influir, aunque no sea con tanta intensidad como influye la Luz, ¿cómo estarán las mentes de los gobernantes y de las consciencias que manejan de forma descontrolada las energías del poder y de la propiedad?
El ansia de poder está creciendo de forma excesiva y, a medida que esas consciencias adquieren más poder y posesión sobre las cosas y las personas, su ambición crece y la sensación de que son invencibles se apodera de sus mentes y de sus corazones.
Necesito hablarles de forma clara y directa porque, así, como las fuerzas de la oscuridad ya no se esconden entre los hombres, tampoco la Luz podrá esconderse, pues ella deberá llegar al mundo con la misma intensidad, para que las consciencias puedan encontrar el equilibrio delante de sí y puedan elegir entre la Luz y la oscuridad, las cuales se presentan en la misma proporción.
No significa que la Luz y la oscuridad tengan la misma intensidad en la Creación; ellas aparecerán en el mundo en la misma proporción para que los seres se definan y para su aprendizaje, porque la Luz siempre prevalecerá y, aunque la noche parezca muy oscura e interminable, durará el tiempo necesario para que todos se definan, y enseguida despuntará un nuevo Sol, más luminoso que el que conocen, para ofuscar los ojos de los que solo ven en la oscuridad.
Esa será la hora del despertar, y todos tendrán consciencia de sus elecciones, aunque no haya más tiempo para volver atrás.
Ese será el momento de recoger los frutos de las semillas que se plantaron y asumir las decisiones escogidas.
Les digo esto porque, antes de que la noche se precipite en el mundo, deberán estar con los ojos bien abiertos y las consciencias forjadas en el Fuego de Cristo, para la elevación de ustedes. No Me escuchen de manera simbólica. Hablo para los que saben oír, pues solo esos concretarán en sí mismos la expansión y la transmisión del mensaje para los que estuvieron sordos cuando Dios emitió Su santa Voz para el mundo.
Crecimiento y paz para todos.
San José Castísimo
Ser verdadero es un atributo espiritual de aquellos que aspiran a transformarse y que no temen ser nada; por eso, se muestran tal como son. De esa forma, Dios podrá moldearlos como Él necesita.
Aunque todos los días se esmeren por ser otros, jamás fuercen algo que aún no alcanzaron. Los pasos que den deben ser verdaderos, aunque sean pocos o lentos. Toda transformación en sus vidas debe darse de forma natural y simple, porque si ustedes se acostumbran a ser verdaderos, poco a poco podrán ir descubriendo lo que en realidad son y harán emerger aquello que existe originalmente en sus esencias.
Lo más importante en este momento es que sean simples, que no teman ser lo que son y entreguen eso todos los días al Altar Celestial.
A los que son verdaderos, Dios les entregará la verdad sobre sí mismos, sobre la humanidad, sobre el planeta, sobre el universo y sobre Su Plan. Los que son verdaderos y simples encontrarán el camino para que puedan fundirse con Aquel que es la propia Verdad Universal, la Verdad de la Creación, en la que se guardan todos los arquetipos originales de todo lo que fue creado.
¿Perciben, entonces, que quiero llevarlos a algo más amplio, que abarca no solo a sus pequeñas vidas ni solo a este mundo?
Ustedes, mis queridos, son criaturas que pueden unirse con Dios por su naturaleza, pues ese es un atributo que guardan como civilización humana. Esa posibilidad de unión con Dios debe ser anclada al universo, para que conformen la unidad con las demás civilizaciones del cosmos y coloquen en la mesa de la Creación su parte, para que todos comulguen de lo mejor que cada criatura de este universo puede proporcionar para que la Perfección de Dios se manifieste.
Comiencen por las cosas simples, siendo verdaderos en su día a día, sin temer expresarse tal como son, pero siempre sabiendo que el propósito de ser verdadero es encontrar la Verdad, que en nada se asemeja a lo que ustedes son hoy. Tengan también siempre en el corazón que toda la vida en la Tierra camina hacia la unidad con Dios.
Piensen ampliamente, sientan ampliamente, oren trascendiendo la vida planetaria, sirvan a un propósito universal, vivan para el cumplimiento de un Plan Cósmico.
Mis manos disuelven las fronteras delante de sus ojos y pueden cruzar el infinito.
San José Castísimo, por el despertar y por la madurez de la verdadera consciencia humana.
Para transformar el espíritu y la consciencia de una nación, se necesita que sus representantes generen en ella tanta luz que primero equilibre la oscuridad y luego la disipe.
La oración es la herramienta para transformar el propio espíritu y, en consecuencia, transformar todo lo que en el nivel del espíritu actúa y se mueve, todo lo que allí tiene vida. La acción existe para transformar la consciencia y, así, llegar a la consciencia de la nación.
Cuando oran, están atrayendo de los mundos superiores las Leyes divinas, que trascienden las leyes de la Tierra y, así, generan méritos para la salvación y el despertar espiritual. Cuando actúan según los pasos dictados por Dios y viven en la materia los principios que sus almas ya conocen y comprenden, están irradiando ejemplos, que son la mejor fuente de conversión y de salvación para las almas; porque un alma perdida, sin fe ni perspectiva de vida, al encontrar delante de sí un ejemplo, que es más que una doctrina, siente en el corazón la esperanza de que una vida superior puede existir en este mundo y encuentra sentido para la propia existencia.
Uruguay, como nación, tiene una misión primordial en el final de los tiempos, pero, como consciencia, se acomodó en lo que es y no anhela esforzarse para vivir un cambio brusco. Esto llevará a la mayor parte de la población a despertar por el dolor, porque las personas sufrirán al ver que nada de lo que vivieron tenía un sentido verdadero. Sufrirán, también por no poder comprender la Voluntad de Dios y, por ser tan diferente de todo lo que sienten y viven, muchos preferirán negarla. Por eso, los Mensajeros Divinos llegan a esta ciudad que corresponde al corazón material de la nación, de donde debe partir una mayortransformación y un mayor esfuerzo.
Trabajen todos los aspectos que los llevan a la comodidad y dejen que sus consciencias se incorporen en el servicio permanente, a la vida fraterna y al constante acto de vencerse a sí mismos para amar al prójimo.
Todos aquellos que están en esta nación, y aún más los que nacieron en ella, deben buscar la trascendencia de sus propios gustos y comodidades, por amor al prójimo. Esto los llevará a despertar a lo que Dios espera verdaderamente de ustedes.
Es tiempo de que cada nación cumpla su parte para preparar en sí el surgimiento de una Nueva Humanidad. Y ese impulso no surgirá de sus gobernantes ni de los que ustedes tienen al lado, sino que partirá de cada uno que, con su propio ejemplo, irradiará a todos.
Espero que, después de este impulso de Dios, más que distribuir informaciones distribuyan amor, fraternidad, servicio y oración, comenzando por los que tienen al lado y, luego, expandiéndolos hacia aquellos que quieren mantener bien lejos.
Yo los amo y por eso les digo todas estas cosas.
Que cada nación busque su punto de transformación y se encamine al despertar.
San José Castísimo, por la consagración de América al Corazón del Dios Creador.
No te engañes más con el miedo ni con la falta de fuerza interior, para que seas conforme eres en espíritu, porque tu corazón solo sufre mientras las energías del mundo siguen estableciendo su reinado en tu vida. Sufres porque no expresas lo que eres y pierdes la oportunidad de estar pleno en la Verdad, únicamente por ceder a las fuerzas mentales de este mundo en decadencia.
¿Ves cuán poco inteligente eres, que escoges sufrir a estar pleno en Dios?
¿Ya pensaste, falguna vez, respecto a lo que te mueve a consagrar tu vida internamente y no expresar tal consagración en tus acciones, pensamientos ni sentimientos?
Dices que temes perder la alegría, la vida, la levedad, pero tales atributos son del alma, de tu alma que nunca se puede manifestar, porque constantemente la oprimes para vivir tu propia voluntad y seguir experimentando las energías del mundo.
Ha llegado un tiempo de renovación total y absoluta; por eso, hijo Mío, no te hablaré más como un padre que le habla a un niño. Ya eres un potencial instrumento de Dios, llamado amigo y compañero de Cristo en todo el universo.
Busca, pues, en tus días, profundizar en la vida del espíritu y libérate de la ignorancia. Deja que tu consciencia encuentre nuevos horizontes dentro de sí misma y, así, develes los misterios que no sabes sobre ti.
Conócete, reconócete como hijo de Dios y actúa en el mundo como tal. Reconócete como parte de este hilo de luz que da continuidad a la vida crística en la Tierra y no permitas que este principio divino se borre del corazón humano.
Abandona, hijo querido, la ignorancia, las arrogancias y las mezquindades. Si te entregaste a Cristo, entonces, da todo de ti sin temor. No permanezcas apegado a aquello que te agrada de ti mismo, porque el Señor te pide todo.
En tanto el mundo sufre y se desvanece por no conocer la Luz, los Cielos se abren delante de ti y un Mensajero de Dios sonríe y te ofrece perderte de ti mismo, para que estés pleno en el Creador. ¿Tomarás esta Mano Divina o permanecerás prisionero de tus propios gustos?
La humanidad aguarda tu respuesta verdadera, más que tu reflexión pasajera.
El que te impulsa a la transformación,
San José Castísimo
Vencerás la indiferencia delante de todo lo que sucede en el mundo cuando, en tus oraciones, tu corazón sea uno con el corazón de tus hermanos, en donde quiera que estén.
Cuando sientas en tu interior el Corazón de Dios y, en él,el amor por la humanidad y por el planeta, entonces, para ti, los dolores del mundo serán más intensos que los tuyos. Siente el Amor de Dios por Su Plan. Siente la esperanza del Padre de multiplicar, en Sus hijos, el Espíritu de Cristo.
Al comulgar, no solo coloques un pedazo de pan en tu boca.Vive, en la Comunión, el mayor milagro de Cristo que, en unión a la Voluntad de Su Padre, se entregó en la cruz y prosigueentregándose todos los días, varias veces al día, en todos los altares consagrados por Dios, para repartir Misericordia por medio del Cuerpo de Cristo.
El Señor asume todos los días los pecados de los que tienen fe y hacen del pan el Cuerpo Sagrado de Cristo y, del jugo de la uva, Su Preciosa Sangre.
¿En dónde estás tú en la hora de la Comunión? ¿Qué comprendes del mayor misterio universal de la Transubstanciación y de la Misericordia? ¿Sabes que todas las criaturas de este vasto infinito te observan y, de rodillas, ruegan que este pan se haga carne y te conviertas en uno con Cristo?
Ve, alma pequeña, sumérgete más allá de tu ignorancia. No permitas que los ciclos pasen y que tu mente permanezca enferma en las superficialidades de la vida, cuando tienes delante de ti la mayor oportunidad de transformación de este universo.
No ores solo para calmar tu corazón y para encontrar un poco más de paz en el manicomio que es este mundo para ti. Sumérgete en el universo de la oración, fúndete con Dios, descubreSu Amor y Sus Dolores, alivia Su Sacratísimo Corazón. Abre la puerta para el bálsamo que hasta hoy brota del Corazón de Cristo y permite que Su Misericordia se derrame sobre las almas y sobre los Reinos de la Naturaleza.
Haz de tu vida la razón del sacrificio de Cristo. Haz de tu permanente esfuerzo por fundirte en Él y ser uno con Cristo Vivo, el motivo por el cual aún Él coloca Sus Ojos en los seres de la Tierra y no deja de ofrecer Su Corazón en reparación de los pecados del mundo.
Transfórmate, vuela lejos. Mantén los pies firmes en esta Tierra para que, en tu elevación, ella trascienda las dimensiones e ingrese contigo en el Tiempo Real, en el Tiempo de Dios.
Te bendigo y te guardo en Mi Corazón para que develes allí los misterios que Yo descubrí en vida y también en la gloria de los Cielos.
Tu padre y compañero,
San José Castísimo
Silencia un poco más el corazón y la consciencia para que te conviertas en observador de ti mismo y que, así, puedas profundizar en tu evolución.
No cabrán las superficialidades en este nuevo ciclo. No podrás más dar ciertos permisos a tu mundo interior, siendo ora espiritual, ora mundano.
Silencia, no para observar y corregir a los demás; deja que cada uno responda por sí mismo. Ayudarás al prójimo de una manera mucho más verdadera si fueres para él un ejemplo, no un juez.
Sé lo que debes ser solo para cumplir con tu parte, y no para demostrar nada a nadie, porque las intenciones se imprimen en las obras y determinan el grado de irradiación que ellas tendrán. No harás evolucionar al mundo con obras llenas de vanidad. Sé porque tienes que ser y nada más.
Este ciclo planetario te ofrecerá impulsos claros, precisos y ordenados, para que así sea tu respuesta.
Sé preciso y objetivo en lo que haces. Sé verdadero y simpleen tu interior. Sé manso, amoroso y pacífico, pero también sé recto y dedicado en tus acciones.
Deja que emerja aquello que guardas dentro de ti, porque llegó la hora de la correspondencia entre el mundo interno y el externo.
Los códigos recibidos a lo largo de los años ya hicieron de ti, internamente, un ser espiritual. Tienes metas claras y propósitos verdaderos; ahora, vívelos como lo más importante para
hacer.
Fuera de ti, en tu entorno, las nuevas vibraciones construirán el camino. Coloca en esta senda los dos pies y camina sin mirar atrás.
Tienes la bendición de los Cielos.
San José Castísimo
Buscar la Verdad debe ser la única aspiración existente en el corazón de aquellos que caminan hacia Dios.
Mira, por un instante, dentro de tu interior y siente la presencia del Creador en ti, llamándote a reconocer la verdadera razón de la vida manifestada en el mundo.
Respira profundo y siente el principio de la unidad en el aire que llena tu cuerpo. Sé para el planeta como el aire que te da la vida y, que en perfecta unidad contigo, nutre cada espacio de tu ser, lo equilibra y lo lleva a la perfección.
Sé para el planeta como el aire que respiras en el campo. Deja que, en tu presencia, la consciencia de esta Tierra respire profundo, aliviada por encontrar algo puro y limpio.
Eres un puente entre el Cielo y la Tierra; para eso, existes como ser humano, para generar equilibrio y atraer la unidad con Dios.
Sé como el viento fresco en un día de mucho sol y calor. Con tus oraciones y con tu unidad con Dios, atrae no solamente la vida hacia la Tierra, sino también aliento, alivio y paz.
Dirígete a un campo y, en silencio, cierra los ojos y siente la naturaleza; respira profundo el aire que te rodea; deja que tu alma se alegre al escuchar el loor de un pájaro. Siéntete aliviado de la presión de la vida en la Tierra: ve cómo, delante de la naturaleza, tu alma encuentra sentido para existir en el mundo.
Así debes ser para el planeta. Que en tus oraciones él encuentre alivio; en tu unidad con el prójimo, encuentre esperanza; en tu comunión con los Reinos, encuentre paz. Que en tu consciencia de la existencia de un espíritu mayor que te ampara, dando vida a tu planeta, ese espíritu encuentre la razón de su existencia y la fe en la concreción de su misión.
Percibe con el corazón que este mundo tiene un espíritu, un espíritu que sufre con las guerras y que encuentra aliento en la fraternidad; un espíritu que es llagado por la depredación y restaurado por la hermandad entre los Reinos.
Siéntete a ti mismo como parte de esa consciencia. Puedes ser una célula enferma que genere un cáncer en el mundo, o puedes ser una célula milagrosa que convierta a otras y proporcione la cura para el cuerpo planetario.
Toma consciencia de la Vida. Sé parte de un Todo y disuelve la tan amada individualidad de la consciencia humana. Sé uno con el prójimo, con los Reinos, con Dios. Lleva el Reino Celestial como principio vivo en tu interior.
Arroja fuera el viejo hombre y sé tú el principio fecundo del nuevo mundo, de la nueva Tierra redimida.
Que la paz y la esperanza sean una realidad en el corazón humano y que impulsen a la humanidad a la renovación de la vida y del espíritu.
San José Castísimo
Cuando la Voluntad de Dios se expresa en el universo, todas las estrellas y todas las consciencias evolutivas se unen al Propósito Divino. Son las Leyes de la Obediencia y de la Unidad, que reinan entre los mundos confederados, que permiten la disolución de todo lo que obstaculiza la Voluntad Superior.
Para que la Voluntad de Dios se manifieste en la Tierra, así como es en el universo, aquellas consciencias que responden al Plan y lo aman por encima de todas las cosas, incluso más que a sí mismas, deben unirse a ese Propósito bajo el espíritu del amor y de la fraternidad. El triunfo de Dios es una ley; sin embargo, las criaturas que habitan en este mundo, así como en todos los otros, necesitan adherirse al Propósito Divino y dar muestras de su adhesión, no solamente con el verbo, sino también con las acciones y con el esfuerzo consciente para vivir la propia transformación.
Un nuevo ciclo se precipita sobre el mundo; es la Voluntad de Dios que se manifestará. El Señor ya dio Su ultimátum sobre el Plan de la Tierra y pide definiciones claras a los espíritus
encarnados en ella.
Los seres reconocen, internamente, la necesidad de un cambio inminente y completo; aunque reconocer esa necesidad no es suficiente, porque se necesitan manifestaciones concretas de espíritus en evolución, ejemplos que puedan servir de guía para los que despertarán en el último segundo, antes de perder por completo la evolución.
El ciclo que se iniciará en este mes de diciembre tendrá como finalidad dar un último gran impulso a las consciencias encarnadas, a las almas que se perdieron en los abismos planetarios,así como también a los Reinos de la Naturaleza.
El Creador hará descender Su Potencia Solar como una señal, que dará a las consciencias de todas las criaturas del planeta, de que está entregando lo mejor que hay en el universo como regencia y guía para todos, para que, así, ustedes también sean impulsados a entregarlo todo.
Ese movimiento universal generará resistencias en su concreción, dentro y fuera de los seres; sin embargo, aunque pocos afirmen su entrega y adhesión al cumplimiento del Plan y a su inmediata autopurificación para que él sea una realidad, este será el permiso que el Creador necesita para actuar plenamente en toda la consciencia planetaria.
Ahora, más que nunca, ustedes necesitarán desarrollar el espíritu de la fe y colocar en práctica la fraternidad y la unidad entre los seres, algo que fueron aprendiendo en los últimos tiempos.
La oscuridad resistirá, pero de la persistencia nacerá el amor, principio del triunfo del Creador en el corazón humano.
Más que contar con su fortaleza interior, afiancen la unidad entre los espíritus congregados para cumplir esta misión. Recuerden lo que les digo, porque la unidad es primordial en todo el universo para que se cumpla el Propósito de Dios. En donde haya unidad, ahí estará el Espíritu Divino.
Les dejo Mi paz y Mi bendición paternal para los tiempos que llegaron al mundo.
Sus acciones de hoy, de ahora, les indicarán los pasos para el instante siguiente de sus vidas. Es hora de despertar al momento presente y escribir con el corazón la propia historia, la historia de la humanidad y, en consecuencia, la historia de este universo.
Su compañero e instructor de siempre,
San José Castísimo
Clamar por paz y por misericordia es el primer paso en la transformación de la consciencia.
La mente primero ora y, poco a poco, comienza a escuchar el corazón. Entonces el alma respira aliviada por haber encontrado, finalmente, un motivo para estar con su atención en el mundo.
Oración tras oración, la mente va aprendiendo a vivir la quietud y da lugar para que el corazón también comande el día a día. En ese momento, al ver cómo actúa el corazón, la mente ya no puede orar y pedir paz si no fuere pacífica en sus acciones y en sus pensamientos.
El siguiente es el segundo paso de la transformación consciente: La mente y la personalidad sienten gusto por la santidad y ellas mismas quieren conducir los pasos de la transformación, para ser las mejores, las primeras en la santidad. El corazón observa y cuando puede, con paciencia, le susurra a la personalidad y a la mente que, en verdad, el camino de la transformaciónes largo y el resultado solo Dios lo conoce. Poco a poco y con amor, el corazón, que vive también en la consciencia, les explica sobre las virtudes y los dones y le enseña a la mente qué es la humildad.
El tercer paso de la transformación es cuando el ser descubre que no es perfecto y que aún le falta caminar mucho para alcanzar al menos una virtud. Este paso es definitivo, porque aquí el ser se depara con la desesperanza y con la fuerte necesidad de dejar todo el esfuerzo de lado y rendirse de una vez por todas al mundo, ya que el Cielo le parece inalcanzable.
El cuarto paso es cuando el corazón da a conocer a la mente y a la personalidad la Misericordia, aclarándoles sobre la perseverancia y la persistencia en el camino, aunque él sea infinito; porque Dios, que es puro Amor y Misericordia, se valdrá de la perseverancia de Sus hijos para un día lanzarlos a la santidad.
El quinto paso de la transformación se da cuando la mente comprende la esencia de las virtudes espirituales y las ama. Comienza entonces su rendición, junto con la de la personalidad, para fundirse con el propósito del corazón, que es la puerta del alma. Aquí, la mente y la personalidad sufren mucho, pero ya aceptan lo que viven, porque se abrieron a la superación de sí mismas.
El sexto paso se da cuando la mente se vuelve una con el corazón, y la personalidad se vuelve un vehículo del alma. Ya no hay conflictos entre la vida del espíritu y la vida en la materia, en lo que se refiere a las resistencias a la transformación. Aquí, el ser tiene que seguir esforzándose y perseverando, pero su consciencia ya recibe los impulsos de los mundos superiores y fluye con la Voluntad de Dios.
El séptimo paso es el primero de un nuevo ciclo, cuando la voluntad del ser se funde con la Voluntad de Dios, y ahora el ser no luchará consigo mismo, aunque sí con el mundo, para hacer triunfar el Reino Celestial en la Tierra.
Cuando les hablo sobre estos pasos, no es simplemente para que se encuentren en uno de ellos. Es solo para que la consciencia tenga esperanza de que, a pesar de su imperfección, está en el camino de la transformación y, dando los pasos, uno a uno, con amor y paciencia, podrá hacer de su espíritu y de su esencia un triunfo de Dios, una conquista de Cristo.
Paz y fe en el corazón de todos los servidores y consagrados al Plan.
Les agradezco, siempre,
San José Castísimo
De la Consciencia Suprema del Creador nace el Rayo de la Voluntad. Este Rayo es un principio de creación utilizad por Dios para manifestar Sus más amplias obras en el mundo, en el universo y en el interior de todas las criaturas.
El Rayo de la Voluntad une las voluntades de las criaturas a la Suprema Voluntad de Dios. Él permite que los seres trasciendan la fuerza y actúen basándose en el Poder que, por una razón de Creación Divina, existe latente en todas las esencias manifestadas por el Padre.
El Rayo de la Voluntad de Dios es el que abre la puerta para los demás Rayos que unen la vida manifestada en la materia a la vida universal, como, por ejemplo, el Rayo de la Trascendencia, el Rayo de la Liberación y el Rayo de la Transmutación.
El Rayo de la Voluntad es el que permite que las criaturas traspasen las capas de la ilusión y encuentren lo verdadero.
¿Por qué les digo esto? Porque, en tiempos de inercia espiritual de la humanidad, para que no permanezcan estancados en la evolución e, incluso para que no retrocedan, necesitan conocer el Rayo de la Voluntad, que en nada se asemeja a la voluntad propia.
El Rayo de la Voluntad es la posibilidad de vivir en el corazóna Voluntad de Dios y, así, ser conforme a lo que Él espera de Sus criaturas.
Recorrer el camino espiritual es como subir una gran escaleraen espiral y, en cada vuelta que dan en esa subida, encuentran un obstáculo impuesto por la propia consciencia.
La escalera es la representación del ser en evolución. Él mismo tiene dentro de sí la posibilidad de elevarse. Todos los escalones que necesita subir se encuentran en su propia constitución como criatura de Dios. Él solo necesita descubrir eso para salir de la ilusión y abrirse a su verdadero potencial interior.
Los seres de la Tierra se apegaron al modo de vivir humano y, en la confusión de todas las energías que conducen la tercera dimensión del planeta, se aferraron más al placer que al aprendizaje único del Amor Crístico, que solo en este mundo pueden vivir.
Cuando la consciencia despierta al verdadero propósito de su existencia, debe vencer todos los aspectos adquiridos durante la vida en la Tierra, aspectos que son parte de su composición humana, pero que no se adhirieron al propósito de la consciencia. Entonces, constantemente, ustedes entran en redes de conflicto consigo mismos, porque quieren y no quieren vivir la vida espiritual.
A medida que el espíritu se fortalece y que el alma confirma sus aspiraciones, van adquiriendo influencia sobre la materia y, poco a poco, comienzan a atraer de los Cielos los principiosdivinos, como el Rayo de la Voluntad, para convertir, transmutar o trascender esos aspectos.
Los medios para alcanzar el Rayo de la Voluntad son los atributos materiales que lo anteceden: esfuerzo y persistenciaTrabajando esos dos atributos, en lo que se refiere al control de los pensamientos, de los sentimientos y de las acciones encontrarán casi sin percibirlo el Rayo de la Voluntad.
No les digo que no piensen, no sientan ni actúen de determinadas formas, porque eso sería conducirlos a la frustración y a la desesperanza. Les pido que se esfuercen por cortar el flujo de los pensamientos y de las fantasías que los conducen al abismo, además de los sentimientos que los llevan a la perdición y a la separatividad, y de las acciones que no construyen la reverencia dentro de sus células ni de su consciencia materialen su totalidad.
Levantándose después de cada caída y manteniéndose en el espíritu de la fe, encontrarán la Voluntad de Dios y en ella se fundirán, para que así puedan vivir la propia transformación en Cristo.
Paz y persistencia, y Voluntad Divina, para disipar el miedo, la desesperanza, el falso poder y la voluntad propia de la consciencia humana.
Su amado padre, compañero, amigo e instructor,
San José Castísimo
La Paz es un don divino en el corazón de aquellos que confiaron sus vidas al Padre Altísimo.
La Paz en la vida espiritual proviene de la renuncia a todos los reAsultados de sus obras. Por más que el corazón se esfuerce para trascender sus propios límites, en pro del cumplimiento de la Voluntad de Dios, él no se apega a los resultados ni en sí, ni en los demás ni en ninguna cosa.
En estos tiempos, para no desgastar el corazón ni el ánimo de seguir adelante, deben mantenerse en paz y cruzar los días de conflicto interno y de purificación con cierta confianza en el porvenir, y no tan involucrados con la transición que ustedes o los otros viven.
Dios les dio la oportunidad de purificarse bajo el don de Su santa Paz, al amparo de Sus Centros Marianos y en una época en la cual el caos aún está comenzando su ciclo de expansión.
Dichosos los que se valen de las dádivas entregadas por Dios, porque Él espera que, en un tiempo próximo, no estén recorriendo más los caminos básicos de la propia transformación, sino que ayuden a los que tendrán que soportar el brusco despertar que vivirán y los cambios internos y externos que sucederáncon violencia, por decirlo de algún modo, en todo el planeta.
Sean más simples, no Me cansaré de decirlo, porque cuando descubran el don de la simplicidad, no enredarán más sus propias consciencias en las cosas cotidianas de la vida y no perderán energía espiritual con conflictos que serán, de ahora en adelante, el diario vivir de la consciencia humana y que, inclusive, crecerán en intensidad.
Todo depende de aquel que pasa por la purificación y de los que están a su alrededor. Si aprenden a vivir todo con naturalidad y sin espanto, podrán ayudar para que el proceso de cada uno sea menos doloroso.
No les digo que sean indiferentes delante de las pruebas que ustedes o sus hermanos viven, sino que traten de ofrecer el bálsamo de la simplicidad y de la paz en esas situaciones, reconociendo con madurez lo que debe ser transformado y disponiéndose a la limpieza del propio lodo interior.
Sé que existirán reacciones internas y externas que ustedes no podrán controlar y solo tendrán claridad sobre ellas cuando, en un momento de mayor lucidez, reflexionen sobre lo que les sucede. No piensen que no hay solución para lo que viven, sino, poco a poco, intenten no envolverse tanto con los propios procesos.
Sean más directos e, inclusive, más fríos consigo mismos. Perciban un error e intenten transformarlo. Al reconocer que cayeron y solo lo advirtieron cuando estaban en el suelo, levántense y continúen caminando, pues más adelante podrán abrir los ojos a otros para que eviten tantas caídas.
Sirvan y sacrifíquense con paz y valentía, porque el servicio abnegado los ayudará a descubrir la verdad de la magnitud del Plan de Dios y que, en el mundo e incluso a su alrededor, existen mayores necesidades que las suyas y mayores problemas que los de su purificación.
Amen los tiempos en que viven, con la certeza de que el triunfo de Dios en sus vidas se gestará a partir de esas transformaciones que, a veces, son incómodas, pero que siempre valdrán la pena.
En la simplicidad de Mis palabras les dejo Mi paz, para que reciban de Mi Espíritu Divino todo lo que necesitan para consagrar la materia.
Todo sea en pro de la manifestación de la Voluntad de Dios.
San José Castísimo, pacificador y simplificador de los corazones humanos
Para que sus consciencias maduren, deben reconocer las realidades del planeta manifestadas en las diferentes dimensiones. Deben ser conocedores de todo el bien y de toda la gracia que reciben como auxilio de los mundos celestiales y de la existencia superior; pero también deben ser conscientes de todo lo que sucede en la superficie de la Tierra y en los planos inferiores de consciencia, estados que causan la preocupación de Dios y que hacen que sean tantas e infinitas las Gracias vertidas sobre la consciencia humana.
El conocimiento de esas realidades se complementa para forjar su fortaleza en el interior de los seres. Si solo fuesen conocedores de la realidad planetaria en el sentido inferior de la vida, podrían perder la confianza en los Planes de Dios e incluso la fe en la existencia de la Consciencia Única, del Creador. Y si solo fueran conocedores de los mundos sutiles e ignoraran lo que sucede con sus hermanos en la superficie del planeta, correrían el riesgo de mantenerse inmaduros y egoístas, viviendo solo para su beneficio, para su elevación.
Con el conocimiento de todas las realidades, ustedes podrán llevar las emanaciones de la vida superior como un aliento para las almas que se encuentran en los abismos del planeta. Y aun delante de tanto sufrimiento que el hombre genera en el mundo, e incentivados por el caos y por el mal, no perderán jamás la esperanza, porque sabrán que existe Algo mucho mayor y más poderoso que el mal y que Eso que se llama Dios Padre Creador siempre triunfará, porque Su Voluntad es lo que anima a toda la existencia. Como un soplo de Su Divino Espíritu la vida se crea y se recrea constantemente.
Es por esta razón que ahora les permitimos que ingresen en realidades sublimes y les mostramos lo que aún debe transformarse en la vida de este mundo, porque así podrán aprender y crecer en consciencia. De esta forma, sus oraciones serán verdaderas y conducidas al lugar correcto.
Yo los amo y por eso sigo aquí, impulsando incansablemente el corazón humano.
San José Castísimo
Calma tu corazón, entregándolo a Dios.
Aquieta tu mente, rindiéndote a los pies del Creador y lanzándote firmemente al cumplimiento de Su Voluntad y no de la tuya.
Serena tu espíritu con la certeza del triunfo de Dios en la Tierra.
Fortalece tu interior con la simple oración y descubre qué fácil es vivir en paz y en armonía con toda la Creación.
Busca dentro de ti la unidad con el Todo y sé parte consciente del Plan de Dios.
Si quieres ser humilde de verdad para que se cumpla en ti el Pensamiento de Dios, resígnate a ser servidor de todos y deja que en todo sean mejores los demás.
Obedece, entonces, con el corazón y con la rendición de la mente, porque si el corazón trata de obedecer, pero la mente no se rinde, podrás incluso aparentar ser obediente y bueno, pero nunca alcanzarás la paz. La mente podrá llevarte a aparentar muchas cosas, aunque solo encontrará la paz el día de su rendición.
Dejar la mente rendida delante de Dios es entregarle las propias potencialidades y no tenerlas en cuenta, a no ser que el mismo Dios disponga las situaciones de la vida en las cuales ellas sean necesarias.
Rendirse mentalmente es renunciar a la propia forma de pensar, de actuar y de ser. Renunciar a todo lo que se asimiló como aprendizaje, para estar vacío y dispuesto al permanente cambio, característico de estos tiempos.
Rendirse de corazón es simple, porque el corazón es la mente del alma y cuando el alma aspira ardientemente a encontrar a Dios, el corazón no teme lanzarse en esa aventura. Pero la mente, que es la reina de los sentidos y de la materia, jamás querrá perder su reinado y le costará mucho entregar el trono para ser sierva de un Rey tan incomprensible y poco alcanzable para ella y sus capacidades.
Comienza por el corazón, que ya conoce la verdad que el alma le imprimió y, poco a poco, anímate a dar pasos aún mayores, para alcanzar aquello para lo que viniste al mundo; aquello que necesita que seas lo que nunca fuiste en apariencia, pero que siempre fuiste como esencia que proviene de Dios.
Te amo y te dejo Mi bendición paternal.
San José Castísimo
Queridos compañeros en Cristo:
Se aproxima el fin de un ciclo y el inicio de otro, marcado por la necesidad de definiciones aún más profundas y verdaderas.
En este año que ahora termina, habrán percibido que en muchas partes del mundo la oscuridad se apoderó del corazón humano. Sin embargo, aquellos que permanecieron unidos al Propósito de Dios vieron crecer en su interior la certeza de su adhesión al Plan y la imperiosa necesidad de seguir profundizando en su entrega, en la comprensión verdadera de todo lo que Dios les enseña por medio de Sus Mensajeros.
Este nuevo ciclo dictará el momento de la concreción de todo lo que permaneció solo en la intención y en la mente de los servidores. Todo aquello que, a lo largo de los últimos ciclos vividos, creció como aspiración espiritual sincera y verdadera dentro de cada servidor del Plan y lo fue llevando a consolidar su definición interior, así como fue construyendo las bases de su fortaleza interna, ahora deberá convertirse en conducta humana, en expresiones de vida y en comunión con la vida existente en todos los Reinos de la Naturaleza.
Lo que fue creciendo como aspiración deberá tomar tal fuerza dentro de los corazones de los servidores de modo que los lleve a la vivencia de sus aspiraciones y a que no destruyan más todo lo que creen que es verdadero, sea con sus actitudes, sea con las formas de vida que no tuvieron la suficiente fuerza interior para no vivir.
Con los impulsos que descenderán sobre la consciencia humana desde el 8 de diciembre de este año, todo lo que existe dentro de la consciencia de cada ser como aspiración, intención y voluntad, y que estaba necesitando de un estímulo para manifestarse, crecerá de tal forma que los seres ya no soportarán vivir las cosas que van en contra de lo que ellos creen.
Ustedes deberán, en ese momento, aferrarse a la luz interior que habita en sus esencias, para soportar los cambios bruscos que serán impulsados a manifestar por necesidad propia.
Lo mismo sucederá con las consciencias que hoy están tomadas por fuertes aspectos oscuros y contrarios a la Voluntad Superior. Ellas se entregarán sin límites a los deseos y aspiraciones mundanas y perderán todo tipo de conducta y de ética que las mantenía en cierto equilibrio delante de la sociedad humana.
Por eso les pedimos tanto que revisen, en su interior, sus aspiraciones más profundas porque ellas serán impulsadas de tal forma al crecimiento, que la mente no tendrá otra salida más que ceder. También por ese motivo, les advertimos que la purificación es necesaria, para que los impulsos que llegarán fecunden en las consciencias las semillas correctas.
Yo los amo y los invito a la profundización y al crecimiento interior.
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más