MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VUELO ENTRE LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, Y SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando tus ojos se abran cada día, hijo Mío, contempla en tu corazón la Verdad y la Presencia de Dios. Recuerda que hay una realidad superior que te llama y que hay un Plan Mayor por ser manifestado.

Cuando tus pies toquen el suelo cada día, hijo Mío, recuerda que estás sobre un planeta sagrado, el que a pesar de que muchas veces no lo parezca es un gran tesoro para el Corazón de Dios.

Cuando respires el aire de cada mañana, recuerda, hijo Mío, que hay un Soplo Mayor que proviene de Dios y que habita en ti para darte la verdadera vida, el verdadero despertar.

Agradece todos los días a Dios por aún tener una oportunidad de estar en el mundo para aprender sobre el poder del amor y sobre cómo él transforma y redime todas las cosas.

Agradece todos los días a Dios por la existencia de un Cosmos infinito, símbolo de la infinitud de Su Amor y porque entre tantas estrellas que hay en el Cielo, el Creador tiene Sus Ojos puestos sobre la Tierra.

Reconoce, todos los días, el misterio de la vida y la profunda ignorancia del corazón humano, y mantén viva dentro de ti la aspiración de saber y de vivir lo nuevo.

Agradece al Padre por la vida, por la Creación y, sinceramente, emite hacia Su Corazón Creador ese sentimiento que une Universos y dimensiones y llega a Dios consolando Su Corazón de tanta indiferencia que Él siente, causada por parte de Sus hijos.

Ama ser parte de este Proyecto Divino y que la trascendencia de la condición humana sea para ti un gran desafío, pero no un gran peso.

Supérate y hazlo con amor. Véncete todos los días para entregarle una victoria al Corazón de Dios que diariamente contempla a Sus hijos derrotados en los abismos del mundo por las ilusiones y por las vanidades.

Cuando caigas, ofrécele tu mano al Padre. No hay nada que alegre más al Corazón de Dios que un hijo Suyo arrepentido sinceramente, clamando por Sus Manos. Con alegría, Dios te levantará y tu acto de elevación y de superación inspirará a otros.

Haz, hijo Mío, de tu vida una gran oferta a Dios, a través de pequeños y sinceros actos. De ti, Dios solo necesita un espíritu de gratitud, un corazón humilde y dispuesto al amor.

Que todos los días, al despertar, no despierte solo tu cuerpo, sino también tu consciencia, porque no solo tú, sino también todo el planeta lo necesita.

Yo te bendigo y te dejo Mi Paz para que la multipliques en cada nuevo día.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BAD VÖSLAU, AUSTRIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que Mi Corazón de Paz sea la guía que los lleve a Cristo

Hijos Míos:

Vengo en un tiempo de caos, de ignorancia y de indiferencia para con Dios, para con Su Plan y Su Verdad, para abrir los ojos de una generación que se está perdiendo en las heridas y en las memorias del pasado.

Vengo para revelarles un Propósito Divino que borra para siempre de sus consciencias los obstáculos que los separan de Dios.

Y ese mismo Propósito les revela no solo lo que el Corazón del Padre les ofrece, sino sobre todo, hijos, los aproxima a la Verdad del Corazón de Dios. Verdad que estuvo oculta a lo largo de toda la evolución humana y que ahora debe revelarse.

Vengo como la Madre del Mundo, como su Madre Universal, para que comprendan que no solo la eternidad, después de esta vida, está llena de misterios, sino que la vida en sí guarda secretos que aún no fueron revelados, guarda verdades que están comenzado a emerger en este tiempo, como una última oportunidad de despertar para las almas.

Mi Corazón no les ofrece nada más que el despertar al camino de la oración, de la entrega, del servicio y del sacrificio. Y es ese mismo camino el que abrirá en sus vidas las puertas a lo nuevo y traerá, finalmente, el sentido que sus almas esperaban conocer sobre la existencia de la vida sobre la Tierra.

Ya pueden sentir y percibir la propia ignorancia, no solo ante el Universo y la Creación, sino también acerca de sí mismos.

Lo que vengo a hacer en estos tiempos, hijos Míos, es a abrir sus ojos mediante el poder de la oración para que, transformados bajo el espíritu de la humildad, puedan adentrar en la verdad que habita dentro de sí, un Universo tan vasto y tan amplio como el que ven en una noche estrellada en el cielo de la Tierra.

Como la inmensidad del Cielo, como la infinidad de las estrellas, así también es dentro de cada uno de Mis hijos, porque Aquel que los creó a Su imagen y semejanza, es infinito y desconocido.

La semejanza con Dios no se limita a la apariencia del hombre. La semejanza con Dios se guarda en un misterio profundo que habita en sus corazones y que guarda en sí el verdadero motivo por el cual Dios creó a esta humanidad.

Cada ser de esta Tierra, hijos Míos, es un potencial renovador de la Consciencia Divina. De sus más profundas y sinceras experiencias de amor, el Creador extrae su renovación, la recreación de Su Creación Divina.

Sé que este es un misterio casi incomprensible para las criaturas de la Tierra, pero esto es así debido a la gran ceguera e ignorancia de la humanidad.

Para adentrar en los Misterios celestiales deben tener un corazón humilde y simple, y su Madre Celeste les concede ese corazón mediante la oración que los transforma, por dentro y por fuera, que transforma sus vidas y, como consecuencia de eso, la vida sobre la Tierra.

Vengo como su Madre Divina para conducirlos de la mano hacia un Propósito Superior.

Quiero, hijos Míos, que en este último tiempo de despertar no solo conozcan a Cristo, sino que sean en Cristo aquello que Dios pensó para sus vidas y para este mundo.

Aún están a tiempo de transformar a este planeta en un planeta sagrado, de construir y de habitar las Islas de Salvación que servirán como principio de lo nuevo cuando llegue el tiempo.

Pero eso, hijos amados, comienza en lo pequeño y en lo verdadero; comienza con el rosario en sus manos y el corazón en Dios; comienza con el servicio sincero y el verdadero interés de que sus hermanos también reciban lo mejor; comienza escuchando las Palabras de Dios a través de Sus Mensajeros y siguiendo y viviendo esas Palabras, porque cuando menos lo esperen ellas estarán vivas y consolidadas en su mundo interior.
Y será allí cuando todos los ojos que los vean encontrarán un ejemplo y todos los corazones, que los sientan, sentirán a Dios porque ustedes serán llamados Sus instrumentos, Sus compañeros.

Hoy les revelo un camino y les tiendo Mis Manos para que Me permitan conducirlos hacia lo nuevo, al eterno e insondable Corazón de Cristo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado y por seguir Mis pasos de Madre y Peregrina!

Las almas que despiertan están en júbilo y el planeta siente alivio en su corazón.
Todo esto se da por el esfuerzo de cada uno de Mis hijos.

Yo los bendigo,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que reine la paz en los corazones que oran.

Que esta paz se expanda más allá del mundo interior.

Que la paz alcance grandes regiones del planeta y que todo sea redimido.

Que todos los creyentes celebren la victoria del Redentor, porque este es el día del Júbilo de Dios, ya que Su Plan se ha cumplido a través de Su Amado Hijo.

Que hoy nadie dé un paso hacia atrás.

Que los valientes sigan caminando por el Sendero de Mi Hijo, para que algún día lo puedan encontrar cara a cara.

Que este día represente, para todos, el momento de Su Ascensión.

Que los apóstoles de Cristo ya puedan plasmar su compromiso con el Maestro y Señor, ya que la Tierra necesita seres redimidos, almas abnegadas que carguen con amor su propia cruz.

Que toda esencia hoy pueda ser colmada del espíritu de la Resurrección del Señor, porque ya es tiempo de que los caminantes en Cristo vivan y lleven adelante la preparación de Su esperado y segundo Retorno.

Que todos sean llamados a vivir la eterna Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Retira toda angustia y pesar de tu corazón, y ya no pienses que no lo conseguirás.

Anímate, aunque parezca desconocido, a dar el “sí” al Universo con una total confianza.

Da tus pasos en dirección a Cristo. Aún en los momentos de mayor tribulación, deja que Mi Mano maternal se aproxime a ti para poder guiarte.

Deja que lo más viejo de ti vaya muriendo mientras que en tu esencia despierta lo que en verdad eres y lo que has venido a cumplir en este planeta azul.

Confía en que podrás seguir caminando. Deja que la Llama Sagrada de Mi Corazón ilumine tu camino y así puedas llevar adelante el propósito interior que el Padre te confió.

Mientras tanto, hijo Mío, recupera tu esperanza desde el origen de tu despertar, desde el momento en el que tu corazón sintió seguir este sagrado, pero desconocido camino. Desde allí, tú debes tomar coraje y fuerza interior para aprender a trascenderte, para aprender a elevarte y a encontrar el sentido justificable de tener que estar aquí.

Ahora tu vida es tan semejante a aquel momento en el que Pedro, el Apóstol, tuvo que confirmarse si estaba o no con Jesús, ya que, a pesar de su negación, en la esencia de Pedro existía esa confianza escondida por el miedo.

Abre tu corazón y atraviesa ese umbral del miedo que no existe y dile “sí” al Sagrado Corazón. Siempre di “sí” por más que no comprendas.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE SAN PABLO, HACIA EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Hasta el fin de los días estaré con ustedes, hasta que llegue Mi Hijo en Su Gloria, cuando Él traerá el Reino de Dios con todo Su esplendor y Misericordia.

Estaré hasta el fin de los días, hasta ver nacer a la Nueva Humanidad, que tendrá una nueva consciencia y hará, finalmente, de este planeta un recinto sagrado.

Hasta el fin de los días estaré con ustedes, para que Mis hijos sean guiados y nadie los disperse ni los retire del verdadero camino de la luz.

Esta es Mi promesa espiritual para todos los que Me siguen y hacen de esta promesa su propia aspiración. Porque quien Me llame será escuchado por Mí y tendrá respuesta. Quien implore será colmado por una Gracia desconocida.

Estaré con ustedes hasta el fin de los días, hasta que Mis ojos vean nacer al Cristo interior y Él esté presente y maduro en la esencia de cada uno de Mis hijos.

Después de todo, retornaré a la Gloria del Padre para que, junto a los ángeles, exaltemos con alabanzas al Padre por haberse cumplido el nacimiento de los Nuevos Cristos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Traigo la Luz de Mi Corazón para que las almas iluminen sus caminos.

Traigo la Luz de Mi Corazón para que Mis hijos encuentren el sendero hacia el amor. 

Traigo la Luz de Mi Corazón para derramarla sobre el planeta y toda su consciencia. 

Traigo la Luz de Mi Corazón para que las almas abandonen sus abismos. 

Traigo la Luz de Mi Corazón para que la humanidad reciba la Gracia de redimirse. 

Traigo la Luz de Mi Corazón para hacer de este planeta un lugar sagrado, como lo fue en el principio. 

Con esa Luz que Yo traigo, Mi Corazón puede disipar el mal. 

Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, puedo tocar a cada alma que lo necesite y liberarla de sus errores. 

Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, concedo la libertad interior y la oportunidad de unirse cada día más al Padre Creador. 

Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, elevo a las consciencias hacia nuevas esferas. 

Que esta Luz que emana como un manantial de Mi Corazón, realice la Obra de Dios en las almas y en todas las criaturas que deben despertar a su redención. 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice, 

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy les pediré que cierren los ojos y que Me encuentren delante de ustedes.

Estoy sobre el cielo de Aurora, con los pies descalzos, una túnica blanca y un manto de color vino. Tengo en Mis manos un ramo de nardo que representa la pureza, pero también la consagración. Sostengo este ramo con Mi mano izquierda y con la derecha toco Mi Castísimo Corazón, rodeado por tres lirios que representan la castidad. Mis cabellos caen sobre los hombros, Mis ojos color miel, enfocados hacia el mundo, irradiando la humildad que Dios imprimió en ellos para que pudiera ver todas las cosas bajo Su Verdad y Su Justicia; así es como Mis humildes ojos Me permiten ver. Detrás de Mí, les muestro un camino hacia el desierto, hacia tierras que un día fueron sagradas pero que hoy dejaron sumergir en la maldad, en el odio y en la perdición a los corazones que en ellas habitan.

Todo este mal era conocido por Dios cuando envió a Su Hijo a este pueblo. A Mí también Me envió como un hombre común, para demostrarle a la humanidad que es posible vivir la transformación en Cristo y la unión con Dios.

Fui un hombre nacido en esta Tierra, y por eso, retorno a ella para rescatar a aquellos de Mis compañeros y amigos de otros tiempos, aquellos que no quisieron escuchar cuando Mi Hijo pronunciaba Sus palabras en los valles y en los montes, aquellos que cerraron los ojos para no verlo pasar porque temían vivir la conversión y ser arrebatados por Su Amor que sabían que era invencible. Muchos de los que voltearon el rostro para Cristo aún están en este mundo para aprender a mirarlo sin miedo y dejarse vencer por el poder de Su Amor.

No desistimos de esta Tierra, porque para Nosotros ella aún es sagrada.

¿Cómo dejará de ser sagrada la Tierra en donde Dios colocó Sus Pies, en donde derramó Su Sangre y abrió el caudal de Su Divina Misericordia, para que permease todo el Universo por intermedio de este mundo?

¿Cómo dejará de ser sagrada esta Tierra que, en realidad, es la escuela del amor para todas las civilizaciones del universo?

¿Cómo dejarán de ser sagradas sus almas, que portan en sí una posibilidad única de aprender a amar, de unirse a Dios y hacer ese Dios aún mayor en Su Gloria?

¿Cómo dejarán de ser sagradas sus esencias, así como sus corazones, por más que pequen y vivan en las ilusiones del mundo?

Ustedes jamás pueden perder la verdad de lo que son, porque aquello que proviene de Dios no se corrompe ni con el peor mal de este mundo ni de ningún otro, porque Dios es Todo Poderoso, es la Pureza en sí, es la Verdad, es el Amor, es la Creación. ¿Cómo se corromperá Él mismo?

Si están en este mundo es porque algo deben aprender con él. No desperdicien la oportunidad que Dios les entrega, porque están en un planeta muy sagrado en el que Dios tiene puestos Sus Ojos todo el tiempo. Él aspira ardientemente a que más criaturas puedan imitar a Su Hijo y sean verdaderos dioses vivos en este mundo, para retornar a Él en perfecta unidad con Su Corazón.

Cuando les digo estas cosas, no les hablo de un sueño, porque el único sueño de este mundo es lo que ustedes vivieron hasta ahora. Llegó el momento de despertar para la realidad, para el verdadero propósito de Dios para sus almas. Llegó el momento de abandonar su pequeñez y lanzarse a la grandiosidad de la Creación. Llegó el momento de abandonar la ilusión y dejar que sus ojos se iluminen por la Fuente de Luz Divina que los Mensajeros del Señor traen al mundo. No se resistan, porque esa Luz arderá como un fuego dentro de sus células y quemará las moléculas de la perdición, para que deje de existir la oscuridad en sus consciencias. Solo la Luz prevalecerá.

No se entristezcan, ¡alégrense! Este es el momento que toda la humanidad esperó por tanto tiempo. ¡Cuántas consciencias en el Universo los observan y aguardan que digan sí! Mis queridos, imaginen en diferentes civilizaciones del Cosmos, amadas criaturas que forman parte de este Plan de Dios, que de rodillas claman por su despertar, que sienten el dolor en sus corazones cada vez que la humanidad niega la existencia de la Luz, que sienten un gran pesar cada vez que la civilización de la Tierra prefiere unirse a la oscuridad y afirma la ignorancia antes que lanzarse a la Luz y descubrir el amor infinito que todos los seres guardan como potencial en sus esencias.

Para algunos, estas palabras sonarán bellas; para otros sonarán difíciles de comprender, porque les será difícil salir de sus propias existencias para contemplar la Creación en sí, los diferentes mundos y las civilizaciones que los aguardan, porque no quieren creer que de su transformación depende la evolución del Universo. Pero así es, Mis queridos, porque el Señor es tan humilde, que depositó Su grandeza en criaturas tan pequeñas, Su mayor esperanza en corazones que Lo ignoran y hasta Lo niegan, porque no Lo conocen y no Lo aman.

Vengo al mundo como siervo de Dios para dar a conocer a la humanidad la Gracia que es servir a tan Buen Señor; jamás se arrepentirán de servirle. Todos los días cuando conozcan Su Gracia, Su Bondad y Su Infinita Misericordia, abandonarán lo que son y no mirarán para atrás cuando tan solamente un toque de Dios pueda llegar hasta sus consciencias. Deben permitir que esas Manos Divinas toquen sus corazones y con Su Amor, disuelvan sus barreras y sus resistencias. Por un momento, parecerá que están suspendidos en el aire, pues no sabrán quiénes son y querrán afirmarse en lo que eran, pero no tengan miedo porque eso durará poco. Ríndanse a la maravilla que es nada ser, para que enseguida sean colmados por Dios con la Gracia de la unidad con Él.

Estoy intentando elevarlos a un estado de mayor Gracia, para que puedan comprender la vida en la Tierra como verdaderamente es y para que permanentemente no se pierdan en las fantasías de este mundo. Porque no Me cansaré de decir que es posible alcanzar el propósito de Dios, aún con tantas imperfecciones.

¡Ríndanse! Mis queridos, no esperen que sus fuerzas acaben y que sean vencidos por el dolor, por el sufrimiento, por no soportar ya vivir en este mundo, por no soportar ya vivir consigo mismos. Ríndanse ahora, mientras la alegría pueda permear sus corazones, mientras puedan llevar esperanza para los que están perdidos y ser una fuente de auxilio y no corazones que necesitan tanto ser auxiliados.

Sientan Mi Paz, sientan la gratitud que derramo en sus corazones, porque todo lo que les digo en esta hora no es solamente por ustedes, es también para llevar a esta tierra sagrada, que hoy tengo detrás de Mí, un poco de cura, de esperanza que nace de este Reino de Aurora, que se manifiesta en sus corazones y se irradia a las almas más perdidas.

¿Por qué temen vivir en paz? ¿Por qué temen tanto a la humildad? Sé que les causará dolor ser vencidos por Dios, pero es el dolor de una gran victoria del Creador en sus corazones.

Coloquen todo lo que les dije en lo profundo de sus corazones y sellen Mis palabras con Mi Castísimo Corazón para que ellas no se escapen, sino que dentro de cada uno puedan llevarlos a la transformación de sus consciencias, de la vida, de la humanidad.

Hoy les hablo como un padre, porque el Corazón del Padre está dentro de Mi Corazón. Cuando Me presento como padre de la humanidad, es porque humildemente Soy uno con Dios. Él se manifiesta por Mi intermedio porque es por Su Voluntad que vengo al mundo. Vengo a pronunciar Sus palabras por Mi boca. Ningún movimiento que realizo en esta Tierra está separado de la Voluntad de Dios y así lo hago, queridos hijos, para que aprendan de un corazón humano igual al suyo, porque esta humanidad seguirá evolucionando y necesitará de muchos padres y de muchas madres que puedan guiar aquellas consciencias que por primera vez aprenden a amar.

Éste es Mi mensaje para el día de hoy. Así como ustedes Me escucharon ahora, deberán escucharme todos los días. Cuando lean Mis palabras, escuchen Mi voz, porque Soy Yo quien les habla dentro de sus corazones.

Antes de despedirme dejaré plasmado un pedido, porque las mentes humanas lo necesitan: quiero, en este lugar, una casa que represente la humildad de la Sagrada Familia, que sea sencilla como Nuestro Hogar en Nazaret, pero llena de Paz y que sea una Fuente de Gracia para todo el mundo. En la puerta de esta casa los esperaré para que se confiesen Conmigo y entren puros de corazón. Dentro de ella, encontrarán la Sagrada Familia, que en humildad los impulsará a una nueva vida, a una vida redimida. Esto será así porque la humanidad necesita de símbolos, de refugios físicos en los que pueda depositar su esperanza, que hagan emerger su fe para que puedan proseguir su camino, despertando la paz y la unidad con Dios todos los días. Que en esta casa humilde ustedes celebren la unión con Cristo por medio de la Eucaristía, en aquellos momentos en que necesiten de un corazón un poco más simple y humilde para encontrar a Dios.

Con estas palabras, los bendigo y bendigo también esta imagen que colocaron en Mi altar. Como símbolo de Mi presencia entre los Reinos de la Naturaleza. Quiero depositar esta imagen en el jardín que con tanto amor prepararon para Mí, para que jamás se olviden que, para encontrar la nueva humanidad, para encontrar el nuevo hombre dentro de cada uno de ustedes necesitan vivir la unión con los Reinos de la Naturaleza, necesitan despertar el amor hacia esos Reinos Menores y descubrir de ellos lo que cada uno vino a manifestar en este mundo, para que así, Mis amados, como creación planetaria, puedan expresar la Perfección de Dios.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco.

San José Castísimo

 

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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