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Todavía tengo la puerta de Mi Corazón abierta para que puedas entrar, pero cuando llegue la Justicia Divina se cerrará.
Por eso, mira, tengo la puerta de Mi Corazón abierta para que puedas entrar y fusionarte con Mi Espíritu. Pero para cruzar esa sagrada puerta deberás dejar atrás todo lo que crees que eres, todo lo que te complace y te trae reconocimiento.
Mira, tengo la puerta de Mi Corazón abierta para que puedas entrar. No pierdas tiempo material pensando si estarás Conmigo o si te alejarás de Mí. Tú sabes que el tiempo corre rápido.
Por eso, mira, tengo la puerta abierta de Mi Corazón para que puedas entrar, solo el Padre dirá cuando se cerrará. Apresúrate y no te cuestiones más, porque cuando la puerta de Mi Corazón se cierre Yo ya no estaré más entre ustedes.
Por eso, mira, tengo la puerta de Mi Corazón abierta hace más de dos mil años y se las ofrezco a todos, pero aún son pocos los que se animan a cruzarla para olvidarse de sí mismos.
Apresúrate y cruza la puerta de Mi Corazón antes de que todo se desencadene.
La puerta de Mi Corazón se cerrará inesperadamente y todo sucederá. Los que no hayan entrado quedarán desprotegidos y se golpearán en el pecho clamando con aflicción por no haberme escuchado.
Por eso, mira, tengo la puerta abierta de Mi Corazón para que puedas entrar. No te distraigas con las cosas del mundo, todo lo que el mundo ofrece termina en un profundo y miserable vacío, porque no tiene amor.
¿Cuántas almas ya retrocedieron por querer quedarse en sí mismas y cruzaron las puertas de sus condenaciones y todavía creen que hicieron algo maravilloso?
No te demores y mira, tengo la puerta abierta de Mi Corazón para que te refugies en Mí. Porque los lobos feroces saldrán a cazar y los que no hayan entrado en Mí serán acechados y estarán a la intemperie, así como una pobre flor está a la deriva en la tormenta.
Mira, aún la puerta de Mi Corazón está abierta. No lo dudes, no lo pienses más, no hagas lo mismo que hicieron los ingratos que antes estaban Conmigo.
Entra en Mi Corazón y todo pasará.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Noveno poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor Jesucristo,
cuando la angustia llegue,
que yo no le tema a la purificación propia
ni a la de los semejantes.
Que la llama gloriosa de Tu Amor
nos colme completamente
para que tengamos fuerzas internas
para superarnos a nosotros mismos.
Señor Jesús, enséñanos a vivir
de la misma forma como Tú viviste
al Padre Eterno en cada momento.
Que podamos ser embajadores de Tu Legado.
Que podamos representarte en la Tierra
así como Tú lo mereces, para que
dejemos de decepcionar a Tu Corazón
y lo llenemos de gozo y de alegría
al estar cumpliendo, paso a paso,
Tus Designios.
Haz nuestros corazones valientes,
dispuestos a sufrir por Ti,
y que así podamos repoblar la Tierra
de nuevos valores de hermandad
y de misericordia.
Que cada prueba que Tú nos envíes, Señor,
nos ayude a confirmar nuestra fortaleza en Ti.
Te pedimos, querido Jesús,
que nos hagas semejantes a Ti en la humildad,
verdaderos en la caridad y pacíficos
ante los embates de la vida.
Que no temamos humillarnos ante Ti, Señor,
cuantas veces Tú lo necesites,
porque algún día esperamos ser nada
y en esa nada fundirnos en Dios para siempre.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Cuarto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor,
que mi alma sea capaz
de alcanzar la transparencia
en la consagración.
Que no me canse
de dar los pasos hacia Ti, Señor mío,
a fin de que vaya abandonando
todo aquello que una y otra vez
me separa de Ti.
Hazme, Señor,
despojado de mí mismo.
Que Tu sentimiento de Amor
y de Misericordia por el prójimo
sea mi sentimiento de amor
y de misericordia por los demás.
Libérame de las pesadas cadenas
que me hacen retroceder
y no me permiten avanzar.
Libera, Señor, mi corazón
de toda maldad, traición y desprecio.
Que aprenda a sostenerme en Ti,
para que consiga representarte
sobre la superficie de la Tierra.
Querido Jesús,
hazme ver todo más allá,
así como en verdad es.
Hazme comprender al semejante
así como Tú comprendiste y aceptaste
al que te rechazó, te martirizó y te humilló
a los pies de la Cruz.
Ayúdame, Señor,
a vivir el amor incondicional
y crístico.
Ayúdame a traspasar
las capas de las apariencias
y que pueda verte a Ti
en cada corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Tercer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor,
que a pesar de mis faltas,
mi corazón y mi alma alcancen
la Gracia de poder servirte
con plenitud, regocijo y amor.
Ayúdame, Señor,
a vencer los atavismos de la vida.
Que Tu divina y poderosa Luz
resplandezca en todos los espacios.
Que mis pasos
sean bendecidos por Ti, Señor.
Ábreme la puerta
para que yo pueda sumergirme
en Tu Sagrado Corazón,
y así me olvide de mí mismo
y del mundo.
Aléjame, Señor,
de las tentaciones,
de los engaños inminentes
y de todos los peligros.
Que aprenda a cristificarme
a través de la misma paciencia
y el mismo silencio que Tú,
querido Jesús,
expresaste durante
los primeros momentos
de Tu difícil agonía.
Que logre reconocerte
en el corazón de cada hermano
para que las apariencias humanas
desaparezcan.
Enséñame a ser humilde
en el servicio,
fiel en la oración,
verdadero en la palabra
y resignado ante cualquier
prueba y humillación.
Deposita, Señor, en mi corazón
Tus más íntimos tesoros,
y transforma para siempre
esta imperfecta vida
a fin de que ella sirva
como modelo Tuyo
e instrumento para
Tu Obra redentora.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A los que ya despertaron - Parte I
A los que ya despertaron les corresponde, dentro del Plan, el mayor compromiso, la solidaridad, la cooperación y el esfuerzo para hacer siempre lo mejor.
A los que ya despertaron les corresponde sostener más a los que no se sostienen; les corresponde hacer lo imposible para que cada etapa del Plan se cumpla.
A los que ya despertaron les corresponde unirse y fraternizar más con el prójimo; les corresponde hacer el mayor sacrificio por los que no lo hacen verdaderamente, para poder compensar la desigualdad existente entre lo que se ha recibido del Universo, como tesoro, y los que no se entregan sinceramente a Dios y crean conflictos.
A los que ya despertaron les corresponde tener siempre presente que están sirviendo a Dios y no a alguien en particular; que la Obra no está personificada en ninguna consciencia, simpatizante o dirigente, porque la Obra es de la Jerarquía y no de la humanidad.
A los que ya despertaron les corresponde ser conscientes de que todo lo que realicen, piensen o expresen influenciará a favor o en contra del Plan, dependiendo de la intención pura o impura que se le coloque.
A los que ya despertaron les corresponde salvaguardar, amparar y proteger a los que recién despiertan y sí quieren vivir el cambio. Hay que protegerlos de los que se cristalizaron en el tiempo y el espacio con sus formas, ideales y proyectos que no están fusionados a la Voluntad de la Jerarquía.
Esa protección de los que recién despiertan permitirá renovar, de forma permanente, la Obra de la Jerarquía.
A los que ya despertaron les corresponde saber que todo lo que se haga o se diga, sea evolutivo o negativo, influenciará a favor o en contra de los Proyectos de la Divinidad y que eso ayudará o desfavorecerá a la realización del Propósito.
Esa actitud, de una forma u otra, pesará positiva o negativamente en la consciencia que lo emita. Por eso a los que ya despertaron les corresponde, como disciplina, nunca olvidar que están en un lugar que no les corresponde, que fue concedido por la Gracia y la Misericordia y que ese lugar, tarea o misión no podrá ser en vano, sino que deberá recibir el valor y el respeto con el amor y la reverencia que se merece la Jerarquía.
A los que ya despertaron les corresponderá recordar que todo lo que suceda en este ciclo quedará registrado en el Universo y que un día todo será evaluado por la Divina Justicia.
A los que ya despertaron les corresponde tener más humildad, resignación y mucha gratitud, así la Obra permanecerá viva en el tiempo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Igualdad entre los Pueblos
Queridos hijos:
Mi finalidad de venir a Suiza, en nombre de Mi Hijo, es para pedirles a los representantes de este país un acto de la igualdad entre las naciones más ricas y las naciones más pobres.
Por eso, vengo para donar Mi Corazón-Espejo para que en Suiza se refleje la Voluntad de Dios y no el uso desmedido del poder y la superstición de los soberbios.
Vengo para pedir un verdadero espíritu de caridad y de igualdad, a fin de poder salvar a este pueblo del sendero que recorre por la riqueza desmedida y el descontrol material de la vida.
Aquí, y dentro de esta nación, existen almas que tienen el deber de promover la equidad sin condiciones y el equilibrio por los que ni siquiera tienen un hogar para poder refugiarse.
Vengo como Madre y Virgen de Schoenstatt para pedir consideración y atención a Mis palabras, antes de que llegue el tiempo en el que no quedará piedra sobre piedra, así como lo dijo Mi Amado Hijo.
Deseo despertar en Suiza el espíritu del olvido de sí, para que las almas aprendan a ver y a contemplar las necesidades en los semejantes, en los más pobres entre los pobres.
Quisiera salir de Suiza con una esperanza en Mi Corazón, capaz de tener fe en que Mis hijos harán el esfuerzo necesario para salir de la comodidad pervertida y del confort.
Necesito, hijos de Suiza, que se sirvan del espíritu de la pobreza y de la abnegación que la Madre y Virgen de Schoenstatt les ofrece, a fin de que más allá de su pueblo y de su “propio mundo” puedan contemplar el sufrimiento, el hambre y la necesidad de millones de almas en el mundo, como sucede en África y en América.
Sé que no nacerá de los líderes el afecto necesario para percibir y reconocer que aquí no se vive en la Ley de Dios, ni mucho menos en lo que Mi Hijo les enseñó.
Por eso, antes de que todo se desencadene, dentro y fuera de sus consciencias, Yo los invito a vivir una vida de oración y de diálogo con Dios, para que puedan salir de la reinante ilusión de estos tiempos y perciban que es urgente cambiar, primero saliendo de sí para darle espacio y lugar en sus corazones a los que más sufren y no tienen nada.
Con este mensaje los llamo a la reflexión, ya que aún queda un poco de tiempo para poder transformar lo que el Universo necesita transformar de su pueblo.
Yo les doy las gracias por escucharme, porque, como Madre, los amo y deseo el bien y la igualdad para todos Mis hijos.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Schoenstatt
El Reaparecimiento de Cristo, lo que todos los oídos del mundo podrán escuchar
Hijos Míos:
Una de las mayores dificultades que vivirá el Plan Mayor será en el momento del Reaparecimiento de Cristo, porque eso significará para la humanidad, la gran oportunidad de adherirse a ese acontecimiento o de ser indiferente al Retorno de Cristo.
El Reaparecimiento de Cristo será posible por el apoyo incondicional y verdadero de Sus más queridos servidores; porque Su segunda venida dependerá de la colaboración material de todos los que son afines a ese momento.
Si esa colaboración por parte de todos para el Plan del Reaparecimiento de Cristo fuera sincera y no mediocre, marcaría un antes y un después en la actual humanidad.
Ese tan esperado Reaparecimiento de Cristo será posible si en toda la consciencia humana existieran el debido interés y la más amorosa disposición para preparar ese momento mundial.
La donación de los servidores será uno de los factores claves para que el Reaparecimiento de Cristo se pueda dar, así como la cooperación de todos Sus allegados en la difusión de la Palabra de Cristo por intermedio de los medios de comunicación.
Cristo ya le ha hablado al mundo muchas veces y Él, con Su Presencia, ha preparado a las consciencias para que fuesen fieles colaboradoras y gestoras del momento de Su Reaparecimiento.
En este sentido, la segunda venida de Cristo a la humanidad deberá estar bajo una coyuntura semejante al Nacimiento de Jesús.
Por eso, en el momento del Reaparecimiento de Cristo, la raza humana y sobre todo Sus seguidores, deberán tener presente que de ellos dependerá que ese importante acontecimiento se pueda dar.
¿Por qué les digo esto, hijos Míos?
Porque en este tiempo actual de la humanidad las propias consciencias, a través de su adhesión y de su colaboración con el Plan del Retorno del Señor, estarán dando la respuesta correcta al Universo para que los tiempos y los acontecimientos se definan ante la segunda venida de Cristo.
Para que el Reaparecimiento de Cristo se concrete, la humanidad deberá corresponder, no solo con su interés por dicho acontecimiento, sino también por su colaboración en todos los preparativos para que eso suceda.
Todo lo que cada servidor pueda donar y contribuir será parte de las bases que prepararán el momento del Reaparecimiento de Cristo.
Cada contribución, el esmero en la vida espiritual, así como cada entrega a Dios, de corazón, preparará el momento del Reaparecimiento de Cristo.
Cada acto de verdadera cooperación y de sincera construcción del Plan en este tiempo, ayudará en la venida de Cristo.
Así, el Maestro y Señor, en el momento de Su Reaparecimiento, tendrá en este planeta y sobre todo entre Sus seguidores, una estructura espiritual y también material que le permitirá actuar y proceder para poder definir la próxima humanidad.
El Reaparecimiento de Cristo exigirá la donación de todos y, sobre todo, la colaboración espontánea sin la necesidad de que la Jerarquía Espiritual tenga que anunciar, de ciclo en ciclo, que Su segunda venida necesitará, en ámbitos mayores, de la contribución de los más conscientes para que esta Gracia del Retorno de Cristo pueda ser vivida por los más inconscientes y por los más separados de la Verdad.
El Reaparecimiento de Cristo será el momento de mayor sacrificio y también exigirá de aquellos que en verdad estarán con Él, salir de la comodidad mundial, espontáneamente donar y entregar sus vidas en las Manos del Maestro, a fin de que Su Reaparecimiento cumpla con todo lo previsto por el Sagrado Universo Creador.
Estén atentos, hijos Míos, porque el Reaparecimiento de Cristo colocará a cada uno ante la verdad del Plan y de cómo cada servidor está delante de su compromiso de preparar la segunda venida de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que tu alma nunca renuncie a encontrar el universo de la Humildad de Dios, porque así adquirirás discernimiento y sabiduría.
Busca unirte a la humildad en cada momento y ante cualquier persona.
Sé parte de esa Sagrada Humildad de Dios, la que hace lo más grande en algo bien pequeño, la que se esconde en lo más simple para tornarse, algún día, poderosa.
En la Humildad de Dios está toda la existencia.
Es así que tú, buscando esa humildad, aprenderás a caminar a través de ella hacia el destino de la entrega total y de la resignación ante las formas.
Busca de la humildad, la sana alegría de servir y de ser algo maravilloso para Dios por medio de ella; y así conquistarás, con libertad, los grados de amor que algún día volverán a esta raza libre de sí y de grandes obstáculos, ya que se habrá alcanzado la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Entonces, contempla en tus oraciones a este mundo y ven en dirección a los Altares Celestiales para clamar por un mundo herido y sin amor.
Jamás te olvides, hijo, que más que clamar por ti mismo, por tu evolución, estás llamado a clamar por el mundo. Aún más, te diré: deja tus necesidades a los Pies de Dios y sigue elevándote hacia el Corazón del Padre, para colocar allí a aquellos de tus hermanos que más lo necesitan.
Percibe que el tiempo pasa y las pruebas de la humanidad no cesan, sino que crecen cada día, porque así lo dictan las Leyes del Apocalipsis y de la definición humana.
Eres llamado a estar en paz y a ser, con paz en tu corazón, un puente entre el mundo perdido y el Corazón de Dios, para que la humanidad no pierda jamás su conexión con la Fuente.
Más que de tus tareas, incluso cuando obras para el Plan de Dios, más que de tu transformación, incluso cuando ella transforma la consciencia humana, recuerda, hijo, clamar por el mundo y cantar y orar dos veces, por ti y por los que no oran y no conocen a Dios.
Así como el Padre envió a Su Hijo para cargar la Cruz por ti cuando estabas adormecido, así te despertó el Amor de Dios para que hoy seas intercesor por las almas que están perdidas y para que no solo cargues tu cruz, sino la de toda la humanidad. Esa cruz se carga en el silencio del espíritu que vive el sacrificio con gratitud y que, ante el cansancio, le ofrece a Dios un poco más, clamando por misericordia para este mundo.
Tu mayor misión está en lo desconocido, así como la mayor Obra del Hijo de Dios estuvo oculta, porque lo que Él le trajo al mundo hasta hoy es incomprensible para la humanidad.
Si Cristo, parte del Dios Vivo en la Tierra, no fue comprendido por los hombres, no busques tú este camino sin antes imitarlo, y haz triunfar el amor por la intercesión de Su Verbo, que se eleva en el secreto y, en el poder de una oración oculta, trae la misericordia para este mundo.
Yo oraré contigo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla la esencia solar entregada a las criaturas a través de los tesoros espirituales que Dios oculta en lo profundo de los seres.
Contempla la esencia solar entregada a las criaturas a través del "sí" que unos pocos emiten al Universo, olvidándose de sí mismos y entregando al Padre sus propias vidas en pro de la evolución humana y, más que eso, en pro de la evolución de todos los Universos y de la renovación que vive el mismo Dios, cuando Sus hijos dicen "sí".
Entra en el desierto de tu interior y acompaña las ceremonias sublimes que se llevan adelante en el silencio, mientras la humanidad, distraída, busca una salida a los enredos y al caos de sus propias vidas.
Contempla la esencia solar que Dios le entrega a Sus hijos, tan invisible pero tan palpable como el viento.
Esta Luz, que no proviene de este mundo, no solo es como el Sol que ilumina sus días; ella no se revela a los que no la quieren ver. Por eso, ingresa, hijo, en el desierto de tu corazón y recibe allí lo que Dios viene a entregarte.
Como los Patriarcas que se abrían a un nuevo ciclo y despertaban la fe en un Dios Único que les hablaba al corazón y despertaba la consciencia; entra, tú también, en el desierto de tu espíritu, abierto a un nuevo ciclo, dispuesto a una nueva Ley.
Sé que, para ti, muchos misterios no son palpables y mucho menos alcanzables delante de tu imperfección; pero hoy, Yo te llevo al desierto y te muestro un lugar en donde el vacío es real, en donde te tornas un vaso nuevo, dispuesto a un nuevo ciclo y a un nuevo aprendizaje interior.
Solo toma Mis Manos e ingresa Conmigo en este desierto y, como los pueblos de otrora, déjate renovar por Dios.
Yo te guiaré y te bendeciré en este camino.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Eleva tu corazón al Cielo mientras estés en esta Tierra, para que por la oración puedas estar cerca de Dios y, a pesar de lo que creas o no estar purificando, sepas que la hora de la rendición ha llegado.
Sostén tu vida con base en las expresiones de los grados de amor, así permitirás que en ti florezcan los verdaderos principios crísticos.
Hijo, esta vida es un camino lleno de desafíos y de trascendencias; cuando tan solo consigues dar un paso en dirección a la Verdad, tu alma se libera de las cadenas del orgullo y de la mentira.
Traspasa la dura cáscara de la indiferencia con la fuerza del amor y el ímpetu del servicio, así sabrás que dentro de ti existe un universo que aún desconoces.
Abre la puerta correcta con la llave correcta. Que tu espíritu hoy sea imantado de un coraje capaz de ayudarte a trascender barreras y a superar las pruebas de tu propia consciencia.
Comienza dando el primer paso hacia la rendición, y el viejo hombre que vive y actúa a través de tu mente y de tus acciones perderá fuerza, ya que dejarás que el Rayo de la Redención transforme tu ser.
Si quieres cambiar el mundo, comienza primero contigo mismo; sé generoso, eficiente y dónate todo el tiempo, para que delante de ti, el amor del corazón sincero vaya abriendo las puertas en los caminos de la cristificación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María Rosa de la Paz
Llego en este día, queridos hijos, para recordarles que todavía su Madre Celeste se encuentra orando por la justa causa de la peregrinación a Centroamérica y México.
Es así, que su Padre Eterno envía a Su Sierva Fiel para declararle a la humanidad que llegó el momento de dar el gran paso hacia la vida grupal y hacia la fraternidad.
Será con esas dos grandes virtudes que las consciencias percibirán que deben salir de sí para poder estar en todo con sus semejantes.
Necesito, Mis queridos hijos, que adopten en este tiempo esa actitud interior y exterior para que, de esa forma, el Plan de Dios alcance mayores planos de consciencia y sea una realidad para todos.
Los invito a fraternizar, a cooperar, a donarse a la Obra del Padre Celestial para que se puedan crear las bases necesarias para la nueva humanidad, porque viviendo en ese camino de igualdad y de equilibrio aprenderán a saldar sus faltas y, al mismo tiempo, serán llevados por los ángeles a encontrar la necesidad verdadera para poder suplirla.
Abracen esta convocatoria de su Madre Celeste, porque así ustedes, seres orantes, verán que el Plan de Dios debe cumplirse en toda la esfera planetaria para que la perdida humanidad reciba una Gracia y una oportunidad.
Piensen en lo que les digo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No querer la voluntad propia y amar la Voluntad Divina
Esta raza en el principio fue diseñada por Dios para obedecer y seguir un único Propósito. Pero desde que Mi adversario, en la antigüedad, despertó la tentación y el libre albedrío en el hombre de superficie, el Proyecto original se desvirtuó, saliéndose del camino de la Voluntad Divina.
Fue allí que ingresó en la consciencia primitiva de la humanidad la dualidad, la libre elección y la desobediencia a todas las Leyes superiores que regirían tiempo después a la humanidad, hasta que ella fuera una humanidad sagrada.
Desde el momento en que Adán y Eva fueron tentados en el Edén a decidir sobre su propia vida y así apartarse de la Mano del Creador, ingresó en la esencia del ser humano lo que llamamos voluntad propia.
Esa voluntad, carente de principios espirituales e impregnada de códigos de corruptibilidad, fue la acción que desvió del camino a la nueva humanidad; en el principio de todo, la primera raza era el sabio Proyecto de una nueva humanidad para la superficie.
Desde el momento en que el primer Adán decidió sobrevivir en el planeta transgrediendo las Leyes naturales, por otro lado Eva despertó los primeros indicios de los pecados capitales.
Mi adversario consiguió lo que tanto aspiraba: hacer de esta humanidad una humanidad inerte y sin consciencia de sí.
Después de tantas eras pasadas, llegó el momento culminante en donde en una primera etapa se daría fin a la decadencia de la humanidad, y sería a través de la aparición de Cristo en el mundo, como el Hijo Primogénito de Dios, encarnado para rescatar la esencia de este pensado proyecto humano.
Más tarde, cuando Cristo estaba presente, toda la raza, que ya se encontraba en el abismo de su perdición, fue desviada de su propio infierno a través de la Pasión de Jesús.
La venida del Mesías de Israel fue delicadamente preparada por los Padres Creadores, por los Santos Arcángeles. Cada uno aportó y gestó en el vientre purísimo de la Virgen Madre las células lumínicas de la transustanciación y de la redención, Leyes superiores que posteriormente permitirían liberar a la humanidad del mal.
A partir de que Adán y Eva activaron en sí la voluntad propia, espontáneamente la genética espiritual humana quedó afectada hasta los días de hoy por esa energía de poder terrestre, de apropiación y de dominio de todas las cosas.
Solo aquellas consciencias que a través de los tiempos consiguieron abrirse para descubrir el Cristo dentro de sí, se vieron enfrentadas a renunciar y desterrar ese viejo código humano que desvía del Propósito a millones de almas hasta los días de hoy.
La voluntad propia es la consecuencia de no aceptar de forma verdadera el Amor de Dios, al estar la consciencia impregnada por sus propias ideas y conceptos, los que son opuestos al Divino Pensamiento.
Aunque Cristo dio la vida y murió por todos también con el propósito de desactivar el viejo código corrupto de la voluntad propia, después de todos los acontecimientos y hechos que el Maestro Jesús gestó en la consciencia de quienes lo escucharon, mientras tanto la otra parte de la humanidad fortaleció el vínculo precario con la voluntad propia; fue como una bestia de diez cuernos recreada por todas las acciones involutivas de la raza humana.
La voluntad humana siempre fue honrada y apreciada por la mayoría, esa es una de las razones por la que en estos tiempos definitivos, consciencias comprometidas con el Plan no pueden dar sus pasos al estar afirmando su voluntad propia: una cadena que las ata a un infierno sin fin.
Aquellas santas consciencias que consiguieron vencer su voluntad propia, lo hicieron a través de tres factores: primero, trabajando todos los días con la renuncia a sí mismo, segundo, buscando el vacío de sí y tercero, sirviendo incondicionalmente, teniendo en cuenta que aun viviendo todas esas experiencias, existe voluntad propia basada en la arrogancia y en la soberbia.
Cuando el discípulo de Cristo se dispone a trascender los estados que corrompen el amor en la humanidad, él debe tener presente que enfrentará dentro de sí a sus propias bestias, las que intentarán hacerlo desistir de todos los esfuerzos.
Algunas consciencias sobre la superficie del planeta, como es el caso de los que optaron por la vida consagrada, tienen la misión espiritual de hacer desvanecer de sus consciencias todas esas energías, las que condenan la vida evolutiva de un alma, y también tienen la misión de hacerlo por la humanidad, imitando a Cristo.
En estos tiempos, la humanidad deberá definirse por cuál camino seguirá, eso será antes del esperado Juicio que sucederá en este amado planeta.
Cristo fue y es un extraordinario ejemplo de vida y de verdad para todos los que acepten retornar al momento del Plan anterior a que Adán cometiera el llamado pecado original; pecado a partir del cual todas las criaturas nacen con el código de la voluntad propia y del libre albedrío.
Para poder cambiar esa frecuencia, la determinación y el esfuerzo que son estimulados por la oración, permitirán ir desarmando los impulsos contrarios que trae la voluntad propia.
Vivir en la Voluntad Divina significa no querer nada para sí y todo para los otros. Vivir en la Voluntad Divina significa seguir paso a paso lo que se pide evitando así fallar muchas veces.
Pero sabemos que la humanidad de hoy no quiere seguir en obediencia y adhesión lo que los Universos superiores están emitiendo; eso lleva a aumentar la perdición espiritual de las consciencias, lleva a sumergirse en todos los engaños posibles, lleva a perder el camino que uno vino a recorrer.
Por eso Dios envía nuevamente a Su Mensajera para advertirles a todos y al mundo entero que aún está viviendo su voluntad propia y eso no detendrá el sufrimiento planetario, sino que lo aumenta gradualmente.
Los invito, hijos, a hacer el ejercicio de cortar la cadena de la propia voluntad, así ustedes tendrán fuerza interior para poder cristificar sus vidas y preparar la gloriosa venida de Cristo al mundo.
Sean inteligentes y no permitan que la voluntad propia los aparte para siempre del camino de su redención.
Los tiempos anuncian grandes cambios para todos.
¡Les agradezco por perder su propia voluntad y por nacer a la Voluntad Eterna de Dios!
Los impulsa a la purificación interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hermana Lucía de Jesús:
Cuando San José se aproximaba para transmitir Su mensaje, comenzó a mostrarnos algunas imágenes de la vida de Jesús anteriores al cumplimiento de Su misión pública. San José mostraba a Jesús trabajando en una carpintería, conversando con personas, caminando solo… Y, mientras mostraba esas imágenes, decía: “Hijos, Jesús vivió tres años públicamente, pero treinta en el anonimato. Vivió tres años proclamándose el Hijo de Dios Vivo, pero treinta en humildad, como simple carpintero, nacido en una familia pobre. Con eso, aprendan que no hay quien viva mejor una tarea pública que aquel que aprendió a vivir en el anonimato”.
Y, entonces, me pidió que anotara el mensaje de hoy.
No hay guerrero más valiente que aquel que se vence a sí mismo.
No hay predicador más preparado para su misión que aquel que se prepara en el silencio.
No hay corazón más dispuesto a recibir a Cristo que aquel que se abandonó a sí mismo por medio de la esencia de la humildad.
Hijo, no hay alma más consagrada a Dios que aquella que reconoce que su consagración comienza en el espíritu y que su rendición absoluta es lo que más importa, porque si no hay rendición, no habrá ninguna consagración.
Vive, con la alegría que puedas sentir, la renuncia a ti mismo.
Alégrate al esperar en el Señor la hora en que Él te llamará a Su lado y deja que la humildad sea la que prepare tu espíritu para la misión que debes cumplir en estos tiempos.
No hay corazón más atento a Mis palabras que aquel que aspira a vivirlas y que intenta hacerlo, todos los días, en el silencio de su corazón.
Recuerda lo que hoy te dije con simples palabras, pues aquí se encuentra la diferencia entre vivir una experiencia crística y no encontrarla nunca.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Para que la vida divina encuentre en tu corazón una puerta para ingresar en la humanidad, debes tener como prioridad la manifestación de esta vida.
Cuando seas consciente de que lo más importante es la unión con Dios, busca esa unión a cada instante y no necesitarás estar encerrado en una capilla para eso, porque existen muchas formas de unirse al Padre, y una de ellas es siendo Su obrero y construyendo en el mundo Su Obra, para que no solo tú, hijo, sino que muchos otros se unan a Él.
No necesitarías perder la oportunidad de contemplar el Corazón de Dios y de estar perfectamente unido a Él; pero en tanto tus obras aún sean para ti, ellas te separarán de Dios y, aunque creas que son para Él, no conseguirás encontrar en tu labor esa unión.
La profundidad de la consciencia de cada uno solo es conocida por sí mismo y, si buscas dentro de ti, sabrás si tu intención es construir algo para Dios o si estás buscando engrandecerte a ti mismo y recibir los méritos por la concreción de dichas obras que ayudas a manifestar.
¿Por qué Santa Teresa de Jesús alcanzaba la contemplación si tantos días y tantas horas se ocupaba de fundaciones, construcciones, de formar consagrados, de contactos con la sociedad?
Porque ella sabía que aquello que estaba haciendo no tenía otra finalidad sino la de manifestar una obra que permitiera la unión del corazón humano con Dios.
¿Cómo podría el padre Pío contemplar si estaba tan ocupado en confesiones, en administrar la construcción de un hospital, con el dolor que le causaban las llagas de su cuerpo y también las llagas de su corazón, causadas por la incomprensión de los hombres?
Porque él sabía que todo lo que hacía no tenía otra finalidad sino expandir un reinado divino cuyo rey no era él, era Cristo.
Hijo, si quieres crecer como alma, como consciencia y como siervo de Dios y si quieres ser un verdadero instrumento de Dios y constructor de Su Obra en el mundo, olvida desde ya los méritos que deseas para ti.
Si estás haciendo algo y en el fondo te gratificas por manifestarlo, medita y pide misericordia por tu ignorancia y por querer ser reconocido por una obra que no es tuya. En cada instante medita en tus intenciones y todo lo que hagas, hazlo para Dios y no para ti.
Si en tus actividades practicas lo que te digo y en todo estás tratando de agradar al Señor y crear condiciones para que la humanidad tenga una forma de unirse a Él, cuando llegue el momento de orar, no te costará tanto encontrar al Padre, porque en ningún momento te apartaste de Él.
Así, hijo, tu vida dejará de ser un eterno caer y levantarse, un eterno distanciarse y aproximarse a Dios, y cada día, en cada liturgia, tendrás la oportunidad de unirte aún más a Él.
En tus manos está la posibilidad de evolucionar y de alzar vuelo a mundos sublimes o permanecer en ti mismo, con los ilusorios méritos de una obra que no es tuya.
Por el crecimiento interior de la humanidad y por su unión con Dios es que te digo estas cosas.
Te dejo Mi bendición.
San José Castísimo
Para que se manifieste aquello que consideran necesario en sus vidas, antes ustedes deben contemplar en su corazón las necesidades del mundo, del prójimo y de los Reinos de la Naturaleza.
Al que cuida de sus hermanos, los semejantes y los menores, Dios, que es perfecto, siempre le enviará Su amparo y Su cuidado.El Señor tiene predilección por suplir las necesidades de los que no piensan en sí y que en todo colocan a los demás en primer lugar.
Cuando algo no fluye y no se manifiesta en sus vidas, pregúntense por qué y para qué desean tal o cual cosa.
Recuerden que deben olvidarse de sí mismos todos los días y permitir que el Señor opere en sus vidas Su maravilloso milagro y derrame sobre ellas Sus infinitas Gracias.
No limiten el Poder de Dios pidiéndole todo el tiempo lo que necesitan; antes, observen lo que el prójimo necesita más y suplan esa necesidad. Unos requerirán su respeto; otros, su obediencia; algunos, su amor; otros, su silencio; unos, sus palabras; otros, sus oraciones más secretas.
Algunos necesitarán que ustedes oren por ellos; otros, que oren con ellos. Algunos requerirán cosas materiales; otros, actos simbólicos, colmados por el amor en el cual se guarda la verdadera intención de esa acción. Muchos necesitarán de su ejemplo; por eso observen, observen todo el tiempo las necesidades del prójimo.
Si viven en función de la caridad y de la fraternidad no solo en lo que se refiere a las cosas materiales, sino también a las espirituales, encontrarán un camino corto en dirección a Dios y alcanzarán todo lo que siempre pidieron y nunca consiguieron, porque lo buscaban por vías equivocadas. Las Gracias del espíritu se alcanzan por vías espirituales. Las virtudes se adquieren cuando se donan virtudes. Las Gracias son recibidas por aquellos que se disponen a vivir por obra de la Gracia.
Aprendan, pequeños hijos de Dios, a observar la vida desde otro punto de vista. Cuando estén delante de una gran oportunidad, busquen al más necesitado y verán cómo ella llegará
a ustedes sin que se den cuenta.
Los humildes y los pobres de sí mismos son los más ricos en el Reino de Dios, porque, por no querer nada para sí, Dios les entrega todo, pues en sus manos los bienes divinos llegarán al lugar correcto.
Nunca se olviden de lo que hoy les dije. Practiquen estas palabras todos los días. Piensen en el prójimo, oren por ellos, actúen por ellos, vivan para donarse y Dios hará de sus consciencias puentes para que Sus Gracias lleguen al mundo.
Les dejo Mi paz y Mi ejemplo de perpetua donación, porque Mi Corazón Castísimo hoy bebe de Fuentes Celestiales, pero a esta Agua siempre la busqué para saciar a los que tienen sed. Todo lo que recibo de Dios es para entregarlo a Sus criaturas, es para bendecir a Su Creación, es para tornar perfecto aquello que proviene de la propia Perfección.
Su padre y compañero, que vive en perpetua caridad,
San José Castísimo
Mientras que no comprendan que la paz en el mundo nace en el interior de cada ser, ustedes seguirán viviendo en tiempos de caos y de indiferencia hacia Dios.
Para vivir en un mundo pacífico, tendrán que ser pacificadores, no solo en las grandes obras, sino en todos los instantes de la vida.
El inicio de los conflictos en el corazón humano es siempre el mismo: la imposibilidad de renunciar al parecer propio, la incapacidad de dejarse humillar, el ansia de manifestar las cosas en el mundo según su comprensión, la falta de fraternidad y la incapacidad de adherir a las ideas ajenas y de intentar comprender la forma de pensar y de sentir de los demás, para que así les muestren lo que, por sí mismos, no pueden ver.
La falta de paz está siempre ligada a la falta de humildad, porque un corazón humilde, que no teme renunciar y aprender con los demás y con las situaciones de la vida, vive siempre en paz, al menos consigo mismo. Si algo le quita la paz, es la tristeza por advertir que pocos despertaron a la Verdad y están perdiendo la oportunidad de conocer la paz, porque prefieren afirmarse a sí mismos todo el tempo.
En el mundo, los hombres pecan por la ignorancia, por la influencia de las fuerzas de opresión y de la involución, y por la propia incapacidad de dar se una oportunidad de renacer en conversión a un propósito superior. Pero aquellos que Me escuchan, así como escuchan a los demás Mensajeros Divinos, pecan porque prefieren afirmarse a sí mismos antes que confiar en todo lo que aprendieron de Dios.
¿Quién tendrá mayor pecado?
La paz no surgirá en el mundo por intermedio de los corazones de los ignorantes, porque estos están ciegos en su ignorancia y necesitarán del surgimiento de la Luz para encontrar el camino a la redención.
¿Quién abrirá las puertas y las ventanas del mundo para que ingrese el Sol?
Ustedes, compañeros Míos, siervos de Dios Altísimo, escuchan estas palabras no para volverse mejores personas en un mundo de absoluta indiferencia para con los Planes de Dios; ustedes escuchan todo esto para que, con Palabras Divinas, el Señor despierte al menos unos pocos corazones humanos dispuestos a volverse nada y a renunciar a todo, para hacer de su consciencia una fuente de paz para el mundo, a fin de que, gota a gota, esa paz pueda saciar la sed de los que nunca la conocieron en vida.
La heroica obra de estos tiempos no es martirizar el cuerpo, es santificar la consciencia, porque es mucho más difícil para el corazón humano renunciar a su parecer que renunciar a su vida. Incluso, hay quienes prefieren la muerte a la humildad.
Por eso, encomiendo esta misión a los valientes de espíritu, que batallarán en silencio y vencerán en el anonimato de su pública derrota, pues la victoria de los humildes solo Dios la conoce. En amor y paz, los despierta al espíritu de la humildad,
San José Castísimo
Liberen sus almas del cautiverio de este mundo por medio del amor al Plan de Dios. Si aman los Planes del Altísimo paratodo lo que fue creado, trascenderán la comprensión común acerca de todos los acontecimientos que se manifiestan en el mundo.
Dispónganse a amar el Plan de Dios por encima de ustedes mismos y podrán, entonces, vivir lo que el Señor realmente espera de ustedes.
Cuando el amor propio es mayor que el amor al Plan de Dios, corren el riesgo de perderse en sus limitaciones y pierden la oportunidad de descubrir la trascendencia de todas las expresiones de la vida, sean mentales, emocionales, físicas o espirituales.
Cuando aman el Plan de Dios por encima de todas las cosas, son capaces de lanzarse hacia lo imposible para manifestarlo y, entonces, cruzan el umbral de las limitaciones humanas y descubren nuevas capacidades que están eternamente adormecidas en las consciencias de todos, justamente por la falta de amor y de entrega por parte de los seres.
Sé que este es un amor desconocido e inalcanzable para muchos, porque no aprendieron a amar lo intangible, lo divino, lo espiritual. En este mundo, el amor siempre está basado en los beneficios, e incluso el amor a Dios y a la vida espiritual tiene que producir algún mérito, aunque sea la santidad.
Aquellos que buscan la vida espiritual encaminándose hacia la santidad, comienzan su trayectoria tratando de lograr un beneficio, un reconocimiento, una meta; sin embargo, en el camino, descubren que para encontrar lo que buscan, deben perderse a sí mismos. Y, así perdidos, van dejando poco a poco todo lo que tienen, todo lo que son y lo que piensan ser, como también sus aspiraciones y hasta la intención de alcanzar la santidad.
Cuando el corazón siente que ya no quiere más nada y solo camina hacia Dios, cuando más lejos parece encontrarse de cualquier perfección, porque para él nada se asemeja a la Perfección del Padre, es cuando el alma llega, sin percibirlo, al primer paso de su meta.
Yo los llamo hacia este amor verdadero: amor que trasciende a los individuos, los beneficios, las aspiraciones, las conquistas, que trasciende las necesidades de la vida y deja al alma y al espíritu suspendidosen las manos del Creador, para que sean Sus instrumentos en el mundo, atrayendo Su Paz en los tiempos de caos.
Lo que les digo y que parece tan distante sería la razón de la existencia humana; mientras tanto, los seres humanos le dieron un nombre y lo colocaron en un punto inalcanzable para las consciencias, pues incluso aspirar a esto les causa miedo, vergüenza o piensan que es falta de humildad. Esto es la santidad.
La santidad es la unión con Dios, es la manifestación de Su Plan.
La santidad no es una excepción, es una meta para toda la consciencia humana.
Para encontrar la santidad, se necesita amar al Único, pero para amar al Único, es necesario dejar atrás los amores humanos, para descubrir el amor al Divino.
El mundo necesita corazones que amen de verdad, que atraigan del universo el Amor dejado por Cristo, porque solo así se equilibrará semejante mal que se expande en la Tierra.
Yo los amo y los invito a amar con el mismo Amor.
San José Castísimo
La esencia del espíritu que se consagra debe renovarse todos los días, en la aventura que es perderse a sí mismo para encontrar en su lugar al Cristo Vivo.
Para que un nuevo habitante ingrese en su casa, ella debe estar deshabitada; en caso contrario, sería una gran confusión si habitantes tan diferentes compartieran una única casa, siendo ella tan pequeña.
Queridos, Cristo espera estar vivo no solamente en la Eucaristía, sino que Él quiere ser Eucaristía viva dentro de cada ser de este mundo, pero para que esto sea real ustedes deben comulgar con Él todos los días.
Poco a poco sus cuerpos deberán dar espacio al Cuerpo Místico de Cristo, para que Él sea la vida que anima no solo el alma, sino también todo lo que los compone, desde la materia hasta el espíritu.
Esa transformación en Cristo es lenta y a veces dolorosa, pero no podrán huir de ella, porque Cristo está transformando todo lo que son, y la transformación estará con ustedes donde quiera que estén. Muchospiensan que deshacen con la mente un compromiso realizado por el espíritu, pero no es así.
Con todo lo que ya recibieron en los últimos años, la semilla de un nuevo corazón ya comienza a pulsar dentro de sus seres: es el Corazón de Cristo que les pide espacio para ser Él su comandante, así como lo es en todo el universo.
Son tiempos dolorosos para los que no hacen de la propia transición interior, un momento de gracia y de entrega. Y más duro será cuando no quieran ver que, no solamente dentro de ustedes, sino también fuera, nada quedará como está.
¡Adelante, soldados! Sean un poco más valientes para que puedan ver, en la pérdida de sí, la gran victoria de Cristo.
El Señor solo vence cuando Él los derrota, porque debe ser Él el gran Rey de su mundo interior, y no ustedes mismos.
Ríndanse, entonces, pues ya es tiempo que se dejen conducir por el Rey Universal.
Yo los animo y los llevo a esa gran derrota a los Pies de Cristo.
Que Mi bendición fortalezca su consagración y les dé valentía para no ser nada y rendirse a Aquel que es todo y que está en todas las cosas.
Su amado padre y compañero,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Ámense los unos a los otros y protéjanse los unos a los otros; así podrán ser fraternos en la verdad y en el amor.
Hoy les entrego más llaves para que puedan comenzar a vivir la escuela de la humildad. Así, en la simplicidad, estarán imitando a Mi Hijo Victorioso. Para que el mundo cambie, es necesario que las almas vivan del fruto de la humildad, un camino que a todos, como corazones, los llevará hasta el Padre.
Por eso, hijos Míos, la humildad que cada uno de sus corazones pueda irradiar y vivir será el fruto de la victoria para los Cielos y, así, la Divina Misericordia podrá llegar a las almas que viven en las faltas más irreparables.
El don de la humildad despierta el afluente de la Misericordia. Recuerden, queridos hijos, lo que Mi Hijo les anunció una vez aquí en la Tierra: “Bienaventurados los misericordiosos, porque de ellos brotará el Manantial de la Misericordia”.
Por este motivo, hijos amados, Yo los invito a que a través de la oración fortalezcan la humildad en el corazón.
Una verdadera alma que vive en la humildad de Mi Hijo:
- No quiere nada para sí
- Está al servicio de la necesidad del prójimo
- Vive en el constante olvido de sí
- Ama para aprender a donarse
- Aspira a vivir en el Propósito de Dios
- Construye con sus manos el don de la paz
- Aguarda en vigilia la llegada de la Buena Nueva
- Reverencia a sus semejantes
- Ama el silencio
- En la oración encuentra la llave para su mudanza y para la conversión de su corazón
- Se permite vivir en la simplicidad.
Aguardo, queridos hijos, que cada día sus corazones vivan un nuevo acto de humildad. El Señor los tiene por buenas criaturas, y aquello que la humanidad aún no ha transformado, le corresponde ahora a cada alma transformar en el corazón y en la vida. De esta manera, la mayoría de los corazones podrá reconocer en la vida el sentido de la humildad como un don que convierte al corazón en un instrumento en las Manos de Dios. La humildad los llevará a encontrar en el Corazón de Mi Hijo un emblema para sus vidas.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más