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Que todos los días sean para ti el día de recordar la Pasión de tu Señor; día de recogerse en Sus Brazos y en Su Corazón; día de estar en la presencia de Su Sangre y de Su eterna entrega; día de aprender a amar como Él amó y ama para siempre.
Que todos los días sean para ti la subida al Calvario, donde debes ver los obstáculos como oportunidades para amar, las caídas como oportunidades para renovarse, las humillaciones como oportunidades de estar en el vacío y allí ser llenado por Dios.
Que todos los días sean para ti el día de superarte en el amor para aproximar tu consciencia, cada vez más, al Amor de Cristo.
Que todos los días sean para ti el día de tu entrega, de tu rendición, de tu oferta, porque la eternidad te será poca para seguir los pasos de Cristo, y tus pasos nunca deben detenerse.
Por eso, hijo, hoy recuerda y revive la Pasión de tu Señor, para que tu consciencia comprenda que todos los días son días de imitar los Pasos de Cristo. Todos los días son días de ver un nuevo Cristo nacer.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El sentimiento de Amor de Mi Corazón en el Nacimiento de Jesús
Desde Mis primeros años de vida, y antes de ellos, fui preparada por Dios para cumplir con Su Voluntad y manifestar Sus promesas, esas que estaban guardadas en las palabras de los Profetas, en los Libros Sagrados de nuestro pueblo.
Mi Corazón amaba al Señor con todo fervor y ese mismo Amor permitía que en Mis oraciones Mi Consciencia cruzara las dimensiones para estar delante de Dios.
Contemplaba, así, esa Fuente eterna de Vida y Su Silencio. Observaba cómo toda la vida se renovaba a través de los rayos, sonidos y colores que partían del Corazón de Dios y que eran conducidos por los ángeles y arcángeles hacia los diferentes Universos.
Mi Corazón solo aspiraba a silenciarse con Dios para estar allí, en aquella dimensión de la consciencia, en donde todo era quietud y paz.
Fue así que, contemplando la Consciencia Divina, el Creador Me reveló los misterios de Su Creación; Me mostró el momento en el que Su Amor se expandió y dio origen a la vida manifestada a través de las dimensiones; Me mostró el momento en que eran creados los primeros Espejos del Cosmos y cómo ellos servían para conducir el Amor y la Voluntad Divina hacia todo lo que había sido creado.
En Su Silencio, el Señor Me reveló la gracia de la expresión de la Divina Trinidad y cómo nació, de Su Corazón, Su Divino Espíritu y Su Hijo. Y, al fin, a través del Arcángel Gabriel, el Creador Me reveló que Su Amor se manifestaría en la vida como cuerpo, alma y espíritu humano, ocultando todo ese misterio antes revelado.
Delante del Arcángel Gabriel Mi Corazón se expandió y todo el Cosmos y las realidades sublimes que antes Yo contemplaba delante de Mis ojos, a través de los portales de luz que se abrían en el cielo, ahora comenzaban a ingresar en Mi interior; en Mi Vientre se guardaba todo ese misterio divino.
Primero el Creador hizo morada en Mi Corazón; después en Mi Consciencia y, entonces, en Mi Cuerpo, haciendo que todos los niveles de Mi Ser experimentaran Su presencia divina.
Cuanto más Yo vivía a Dios, más Yo Me silenciaba, porque Su Amor inundaba Mi Ser de forma que no había lugar para expresiones Mías, sino solo de Dios.
Cada día que pasaba, y que el Niño Dios crecía en Mi Vientre, era como contemplar otra vez la Creación de los Universos, la manifestación de los Aspectos de Dios, el nacimiento de los ángeles y de los arcángeles a través de los más puros sentimientos del Padre. Pero en aquel momento, hijos Míos, eso sucedía dentro de Mi Vientre.
Un Cosmos interior despertaba en Mi cuerpo físico y todo lo que Yo era, como parte de la vida humana, se transformaba en un Espejo de la Consciencia Divina. El Espíritu de Dios se espejaba en Mí y, así como Él le dio la vida a todo lo que habitaba en el Universo, ahora Él gestaba una vida nueva en Mi Vientre Materno.
Expreso hoy con palabras lo que fue vivido en el silencio para que sus corazones participen de los misterios de la vida y los amen, a fin de que busquen la verdad sobre sí mismos.
Cada día de Mi gestación fue acompañado de una revelación divina y Mi Espíritu se regocijaba en Dios, en la eterna presencia de los ángeles, como si Mis pies ya no tocaran la Tierra, sino que vivieran constantemente en la renovación de la vida en las dimensiones divinas.
Mi Casto Esposo José acompañaba Mi silencio y también se silenciaba. Eso le permitía comulgar de los misterios, a pesar de que Él no los comprendía y no los vivía con la misma profundidad.
En el Camino hacia Belén, Yo acompañaba con amor cada prueba que Él vivía y, en Mi silencio, dejaba que la humanidad se transformara y se convirtiera a través de Su Casto Corazón. Ya llegaba el momento en que el Espíritu de Dios inundaría Su Corazón y, sabiendo que todo tiene su tiempo, Yo solo silenciaba y dejaba que el Amor de Dios, que pulsaba en Mi vientre, se expandiera hacia Su humilde y fiel Corazón.
El Nacimiento de Cristo fue sentido por Mí como una nueva Creación, una nueva expansión divina. Mi Consciencia se trasladó al Cosmos y, viendo al Dios Único multiplicarse, sentía a Su Hijo nacer y expresarse en la materia.
Los ángeles cantaban gloria y aleluya y emanaban sonidos jamás escuchados en la Tierra. El Silencio de Dios se expandía como ondas de amor y todo eso Yo lo sentía en Mi Corazón.
Tener a Mi Hijo en los brazos Me hizo compartir el Amor de Dios al multiplicarse. El primer sentimiento de maternidad de toda la vida provenía de Su Corazón. Y, como algo sublime e indescriptible, un sentimiento renovado de Amor, un Amor que no vivía en la Tierra, Mi Corazón vivió una nueva expansión de luz.
Sientan, hijos Míos, este Amor que se guarda en la memoria de Mis palabras y dejen que, en este día de gloria, esta expansión de Amor viva, en algún grado, dentro de ustedes.
Hoy les revelé los más profundos sentimientos de Mi Corazón y con palabras simples les di a conocer aquello que no se explica, sino que solo se vive.
Para comprender verdaderamente lo que les digo, deben dejar que Mis palabras ingresen en sus corazones y originen un estado nuevo dentro de cada uno de ustedes.
¡Les agradezco por confiar en los impulsos que provienen del Cielo y por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Serie – Revelaciones Divinas de estos tiempos
En la humilde gruta de Belén - Parte I
Y fue por la luz poderosa de la Estrella de Belén que su Madre y Señora, en la compañía humilde de San José Esposo, después de haber buscado un lugar simple para el Nacimiento del Niño Rey, nos deparamos con un regalo de Dios, el cual no esperábamos, pero que, al mismo tiempo, percibimos como una señal visible durante el Nacimiento del Niño Dios.
Fue la decisión suprema que el Dios Vivo, hecho hombre y consciencia, quiso tomar, al nacer en un humilde pesebre dentro de las grutas aledañas al pueblo de Belén.
Así fue que la Sagrada Familia, por la guía interior de San Gabriel Arcángel, se instaló y se preparó para el esperado Nacimiento de quien, a través de los tiempos y de todas las generaciones, liberaría al género humano de una posible autodestrucción y de una total perdición de los atributos y de los Mandamientos que, como pueblo, en aquel tiempo los unía a Dios.
Por esa razón el Nacimiento del Mesías, el Rey de Israel y de toda la Tierra, fue profetizado y anunciado para los más sabios seres-contacto que, comprendiendo a nivel interno la cosmovisión del espacio local de este Universo y por intercesión angélica, descifraron el día y la hora estimada de la llegada y del Nacimiento del Niño Jesús en Belén, aunque no hubieran conocido anteriormente a la Sagrada Familia.
San José Esposo, conmovido e interiorizado por el Nacimiento de Cristo y por el cumplimiento de las Sagradas Profecías, testimonió que todo Su gran esfuerzo y empeño para los preparativos de la llegada del Pequeño Niño serían pequeños.
Por detrás del Nacimiento de Jesús, María Santísima, su Madre Divina, ya sabía, a partir de las trece anunciaciones del Arcángel Gabriel, que la llegada del Niño Rey significaría una importantísima intervención Celestial, Divina y Cósmica, una coyuntura que modificaría y trascendería todos los errores humanos pasados, desde el Edén, con Adán y Eva, hasta el fin de los tiempos, hasta el cumplimiento de Su segundo retorno a la humanidad.
Dicha intervención, sucedida en el humilde y simple escenario de la gruta de Belén, representó la restauración de la alianza que se había perdido entre los hombres y Dios; y también significó el restablecimiento de los códigos del Amor-Sabiduría, los que desde el plano espiritual ayudarían al plano material de toda la raza humana.
La primera Fuente de la Creación que surgió en el plano inmaterial, vivió un proceso de materialización de sus formas y de sus matrices para contribuir en el Nacimiento de Jesús en la Tierra.
Ese acontecimiento motivado por una altísima ciencia vibratoria-espiritual también significó un fuerte movimiento de corrientes cósmicas y solares, de emanaciones y de impulsos divinos que favorecieron que, a través del Nacimiento de Cristo, descendiera a la Tierra, no solo uno de los Aspectos del Dios de la Trinidad, sino también que se produjera un estado de contacto entre todos los seres que, en aquel tiempo, tenían una total confianza sobre la llegada de su Salvador.
Por esa razón, la anunciación de los ángeles a los pastores y también la sabia interpretación y sintonía de los Reyes de Oriente, generaron, en toda la consciencia espiritual del planeta, la posibilidad de poder volver a darle a la Tierra un carácter de rescatable.
Cuando Jesús nació en el Pesebre de Belén muchos acontecimientos espirituales más, internos y hasta físicos se produjeron, ya que el descenso de la energía inmaterial de Dios abrazó y abarcó muchas situaciones planetarias.
Todos los que, con sinceridad y devoción, hacen memoria del Nacimiento de Cristo, año tras año, vuelven a ingresar en las mismas corrientes cósmicas y divinas desde donde se originó, hace más de dos mil años, el proceso del rescate y de la redención de la humanidad.
Celebrar el Nacimiento de Cristo todos los años no es vivir el pasado o retornar a una historia verídica, sino que significa regresar al Origen del Origen, no solo como planeta, sino también como ser, a través del Nacimiento de Cristo, para poder acceder a un estado de expiación espiritual y poder volver a recuperar el propósito que trajo a cada ser a la Tierra, a pesar de todos los errores vividos.
Es ese impulso el que, hasta los días de hoy, posibilita la continuidad en el planeta de la existencia de los seres crísticos, los que generarán, paso a paso, el cumplimiento del Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Una noche de gala especial
Queridos y dulces cantores de Mi Corazón:
Hoy es una noche de gala especial, porque el Todopoderoso y todos Sus ángeles estarán atentos a las ofertas que se realizarán durante el encuentro de música.
Por esa razón, hijos Míos, hoy vengo para impulsarlos a seguir cantando y componiendo para la cura y la elevación de todo el género humano, pero no solo a eso, sino también, en esta noche de gala especial, los invito a que por medio de sus corazones y con su más sincera devoción pueda despertar y brotar de todos ustedes la chispa de la Luz Crística; una energía de Amor Superior que urgentemente necesita irradiarse al mundo y, en consecuencia, a toda la humanidad.
Que, a través de su sagrada oferta para el encuentro de hoy, sus almas puedan encenderse a través del canto y de la elevación, a fin de que todos los Cristos internos en el planeta puedan reinar y favorecer un proceso de cambio y de transformación en toda la consciencia humana.
Hijos amados, sepan que esta gala de hoy también llegará al espíritu y a la consciencia de las familias, las cuales en estos tiempos necesitan de una inmensa ayuda espiritual, ya que son el foco de la división y de las guerras entre las naciones y los pueblos.
Que, ante el advenimiento del Renacimiento de Cristo, hijos Míos, todas las familias, más allá de su condición, de su cultura, de su pueblo o de su religión, hoy puedan recibir por medio del encuentro de música la ayuda desde las esferas celestiales, las que descenderán para concebir la paz y la unidad interior, tan ansiadas por los que más sufren.
Hoy espero, queridos hijos, que sus corazones y sus voces puedan florecer y demostrar la esencia del Amor Crístico, aquel Amor que es capaz de darlo todo por amor, sin importar las consecuencias ni los resultados.
Que en esta noche de gala pueda renacer el Amor de Dios, un Amor que será el preámbulo para el próximo retorno de Cristo a la humanidad.
Les agradezco a todos los coralistas, instrumentistas y colaboradores que en este año hicieron posible el despertar de la cura y la elevación espiritual de la humanidad.
Unidos al Padre Celestial, hermanados en el Amor Crístico, hacemos votos para que en el próximo año se cumpla el Plan de Dios en la humanidad.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Ya estamos próximos a Belén y en su interior se prepara el recinto sagrado, en donde volverá a renacer el Cristo interior.
Que su espíritu de paz y de soberanía los colme. Que su Gracia, que es infinita y misericordiosa, los mantenga en profunda y reverente unidad con Dios para que Su Plan, que es amplio y desconocido, se aproxime a sus vidas a fin de llevar adelante Su Voluntad Divina.
Al preparar el sagrado recinto interior en donde renacerá la luz crística para los tiempos de oscuridad, que esa poderosa Luz proveniente de la Fuente del Amor Supremo traiga para todos la oportunidad de reintegrarse al camino de la redención y del perdón.
Hijos Míos, este ya no es el tiempo de mirar hacia el pasado, sino de colocar la mirada hacia el futuro, hacia el divino encuentro con el Cristo interior, el que necesita estar actuante y victorioso a través de la vida interior de cada ser.
Les doy, hijos Míos, la oportunidad de vivir este tiempo de gracias, para que sus vidas, finalmente, sean parte de la milagrosa Gracia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Camina hacia el nacimiento de Cristo en tu interior, reconociendo la Gracia que Dios te concede todos los días de no estar solo en este camino de transformación y de cura.
Camina hacia el nacimiento de Cristo en tu interior, reconociendo que cada uno de tus hermanos y compañeros en esta senda es aquel que el Padre escogió para que estuviera contigo, porque, a través de su presencia en tu vida, podrás aprender a amar cada día más.
Ábrete hijo mío, para saber agradecer a Dios todos los días por lo que Él manifiesta en tu vida. Agradece los desafíos, agradece las dificultades, agradece los momentos de frustración y los momentos de cansancio.
Agradece momentos como este, en el que el Cielo se abre delante de ti para escuchar tus súplicas, y Dios, a pesar de estar en todas las cosas, en ese momento coloca Sus ojos sobre ti y atentamente recibe tus súplicas.
Agradece porque, en un tiempo tan difícil para el planeta, el Creador te concedió una familia espiritual para que, como la Sagrada Familia, puedan caminar juntos hacia Belén. Agradece porque tus hermanos y compañeros se dispusieron a superar las dificultades de este tiempo contigo.
No vendrán días perfectos, y el tiempo que pasó no volverá para que puedas experimentar de nuevo lo que tu personalidad ya conoce, y quiere seguir viviendo.
En Belén todo será desconocido y después del nacimiento de Cristo en tu interior, nada será como antes. Cada día te sorprenderá, no porque serán días como tú quieres que sean. Los acontecimientos te sorprenderán porque, si tú le das permiso, este Nuevo Niño dentro de ti va a superar todos los desafíos a través del amor, uno después de otro, y cada día el amor se renovará en tu interior. Esta será la diferencia entre lo que vivirán aquellos que permiten que Cristo nazca en su interior y lo que vivirán aquellos que no lo permiten.
No será fuera de ti que el amor reinará. Llegará el tiempo en el que este mundo se unirá a lo que es verdadero, al Tiempo de Dios. Pero, hasta allá, es dentro de ti que ese Reino debe habitar, así como habitó en Cristo, desde Su Nacimiento hasta Su Cruz.
Los ciclos se renovarán, hasta que la humanidad pueda alcanzar la Voluntad de Dios. Por eso hoy, hijo, Yo vengo a llamarte al espíritu de la gratitud para que, a través de él, te dejes sorprender, una y otra vez, no por la vida en el mundo, sino por el amor que se renueva dentro de ti y supera a todas las cosas.
Este mismo amor vive en tus hermanos, porque el Padre te concedió la Gracia de caminar con una familia espiritual para que, siempre que te falte amor, puedas mirar hacia tus hermanos y una simple sonrisa te renueve.
Ábrete entonces para vivir lo que te digo, y así será. Esto es lo que Dios construye en tu vida a través de días como este*.
Te dejo Mi bendición y Mi paz.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
*Mensaje transmitido durante el Mutirão de San José, en la Comunidad-Luz Figueira.
Yo Soy la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre del Nuevo Ser, del Nuevo Hombre que, gestado en el Vientre de la Sierva de Dios, así como lo fue Su Hijo Primogénito, expresa la perfección y la semejanza con el Padre.
Vengo, hijos Míos, a colocar cada una de sus esencias en Mi Corazón y en Mi Vientre espiritual y divino, para que puedan renacer y que de su victoriosa redención pueda surgir el Nuevo Ser, la Nueva vida sobre la Tierra.
Fruto de la redención y de la rehabilitación de los seres, fruto de la reconciliación entre los hombres y Dios, fruto del despertar de los corazones para que recuerden su Origen y su propósito: esa es la Nueva Vida sobre la Tierra, esa es la Vida que por Voluntad y designio divino vengo a establecer a través de ustedes.
Uniendo Mi Amor al amor de sus corazones, vengo a destituir el poder de la ilusión, de la indiferencia, de la voluntad humana y de la maldad que permea a los corazones de los hombres. Y, dejándolos libres de todo mal y limpios de toda mancha, vengo para entregarles la Gracia de ser dignos hijos de Dios, dignos representantes de Su Padre Creador en la Tierra.
Vengo a despertar embajadores de la paz y del bien, precursores de un Nuevo Tiempo en el que la dualidad será vencida por el poder del Amor y de la Unidad, que llegarán a la Tierra a través de las oraciones sinceras de los hijos de Dios.
Vengo a desmitificar los misterios celestiales para que la ilusión deje de ser la verdad en sus vidas y que, despiertos al verdadero sentido de la existencia humana, ustedes puedan conocer los misterios divinos, la vida universal y las dimensiones celestiales que siempre estuvieron ocultas delante de sus corazones y que ahora deben expresarse.
Oren, hijos Míos, por una América redimida, para que sus naciones coloquen sus rostros en el suelo y, en humildad, clamen por paz y por perdón.
Oren para que el planeta despierte a la unidad entre los seres y para que el amor sea una necesidad en el interior de cada corazón; una necesidad que los lleve a vencer la arrogancia, el orgullo y las vanidades que hasta hoy los condujeron a la perdición y al engaño.
Oren por América y también por el planeta. Oren para que hasta el final todas las naciones tengan una oportunidad de conocer la paz y la Verdad y que, sabiendo la Verdad, puedan escoger entre el viejo y el Nuevo Hombre.
Oren para que se disipe la ignorancia de los corazones de los seres y para que la Verdad les revele que el amor debe prevalecer más allá de todo entendimiento y ciencia humana, más allá de las religiones y de las culturas, más allá de las diferencias y de las fronteras, más allá, incluso, de las dimensiones para que nada más los separe unos de otros y nada los separe de Dios.
Hoy oro con ustedes delante de Dios y le clamo al Padre por una Nueva Vida. Clamo para que el Ser que se gesta en Mi interior nazca en sus esencias y que así, tan misteriosamente como el nacimiento de Mi Hijo Jesús, ustedes puedan expresar la Nueva Vida y el Nuevo Hombre.
Yo los amo, los bendigo y con Mi Corazón pleno de amor les agradezco por hacer realidad Mis palabras y Mis divinas aspiraciones.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Nueva Humanidad
Por medio de los Misterios Gozosos, ¿qué representa para ti la anunciación del Arcángel Gabriel?, ¿la visitación de la Sierva de Dios a Su prima Isabel?
¿Qué representa para ti el Nacimiento bendito de Cristo?, y ¿la presentación del pequeño Niño en el templo?
¿Qué significará para ti la primera predicación de Jesús en el templo?
En los Misterios Gozosos o de la Alegría encontramos la oportunidad y la Gracia de complacer a Dios escuchando, con el corazón, Su divino Llamado.
Los Misterios Gozosos deben ser el primer impulso de la revelación de Dios a través del servicio abnegado de la Madre de Dios.
En los Misterios Gozosos encontramos la primera señal de la Presencia del Padre Celestial y, también, la actuación silenciosa del Espíritu Santo.
La alegría de servir a Dios es el impulso primordial para después poder concretar las obras divinas.
Esa es la razón por la cual los Misterios Gozosos invitan a las almas a vivenciar la misma experiencia de amor y de servicio que vivieron los Sagrados Corazones.
En los Misterios Gozosos el alma encuentra, como referencia, el modelo espiritual que el Universo Celestial necesita despertar en lo profundo de la esencia de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El retorno del Reino Musical de la Paz
Que, en este día de Gloria, se alcen al Cielo las voces de Mis hijos y que los ángeles de las sagradas melodías anuncien, con sus trompetas, el próximo nacimiento del Cristo interior.
Que la Sagrada Estrella de Belén irradie sus atributos divinos sobre las almas y que los corazones cantores se sientan motivados a expresar la gratitud por el inmenso Amor de Dios.
Que los oídos de todos los participantes de este Encuentro se abran y escuchen la ofrenda de amor que impartirán los cantores de Cristo.
Que todas las melodías, que hoy serán ofrecidas, sean el gran ofertorio interior de las almas creyentes para esta Navidad.
Hoy retorna la música que cura a los corazones.
Hoy retornan las melodías que elevarán la consciencia de la humanidad en una ardiente fe y en una inquebrantable confianza.
Que el propósito de la cura para este planeta, y para esta humanidad, hoy sea vivido, y que los corazones renazcan en el Fuego Divino de Cristo.
Que se abran las puertas de los mundos internos y que las esencias reciban los sagrados impulsos de la redención y de la compasión.
Hoy brillan todas las estrellas caídas porque las melodías ofrecidas elevan las esencias en redención.
Por eso, ordeno que los ángeles de la armonía y del canto impregnen el escenario del ofertorio para que vibraciones sutiles trabajen, en este momento, en los corazones que necesitan de cura y de perdón.
Hoy regresa y retorna el Reino Musical de la Paz, y el Universo abre sus compuertas para recibir, de los más simples y humildes, toda la gratitud y el amor de sus corazones, en la víspera de esta próxima Navidad.
Hoy retorna el Encuentro de las almas cantoras y de las esencias de la devoción, y un rayo de Gracia y de Misericordia penetra en todos los espacios para consagrar y bendecir, en este día, a todos los que respondieron el llamado de la música del Amor, a fin de curar la dolorida humanidad.
Que todos Mis hijos se sientan partícipes de este momento y que la fe confirme, en todos los corazones y vidas, su unión con el Plan de Dios.
Los bendigo y que este día sea el comienzo de nuevas y enriquecedoras experiencias de amor y de cura que deberán sembrarse en esta humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que cada día que pase en sus vidas les traiga nuevas oportunidades de vivir la paz.
Que cada prueba traiga en sí el don de la superación y la dádivade la trascendencia.
Como humanidad van caminando en dirección a Belén, teniendo que hacer esfuerzos, sacrificios, superar límites y confiar en el amparo de Dios. Están delante del misterio del Nuevo Hombre, y saben que es una realidad, porque Él ya está en gestación y a punto de nacer en el vientre de la Creación Divina, que se expresa en el interior de todas las criaturas. Sin embargo, ustedes no saben lo que ese Nuevo Hombre traerá al mundo, cómo crecerá, cómo se desarrollará ni cómo cumplirá su misión.
Ustedes están en el camino hacia Belén buscando la cuna de la humildad para que Dios pueda retornar en vida a Su Creación. Como consciencias humanas, siempre quieren lo mejor para Dios y para Su Plan, pero el Creador los sorprenderá, trayendo a Su Hijo al interior de los simples, de los pequeños, de los pobres de sí, de los humildes. Cristo renacerá en los corazones de los que no temen entregar el reino de su propio interior para que el Soberano Rey Universal establezca Su Reinado. Él vendrá para vivir en el corazón de aquellos que no temen ser vencidos y que, por amor, se convertirán en siervos eternos de ese amado Rey de las Estrellas.
Ustedes están en el camino a Belén: ya no son lo que eran como raza ni como consciencia humana, porque Dios ya comenzó a descender a las esferas terrestres. Sin embargo, aún están delante del misterio que es el renacimiento de Cristo, la multiplicación de Su existencia, que se renovará en el corazón y en la carne de muchos.
Vengo al mundo como guardián de este principio divino, que es el Cristo en su interior, porque Yo ya caminé hasta Belén, ya viví la angustia de no saber en qué se convertiría el mundo después del nacimiento de Cristo y el miedo de no ser digno de proteger tal Rey, escondido en tan pequeña criatura; el miedo de no ser un buen guardián para el Dios Niño y de no ser capaz de dejarlo crecer ni manifestarse como el Señor lo esperaba.
Pero ese miedo fue vencido por la Fe y por el Amor emanado por Cristo, que aun siendo tan pequeño y frágil jamás escondió Su Gloria y Su Filiación a Dios. El miedo se desvaneció cuando percibí que Dios es el verdadero operario de Su Voluntad y que basta fluir dentro de ella para que Su Plan se cumpla.
Les digo todo esto porque están en camino a Belén, delante de un gran acontecimiento, marcado por duras pruebas y severos aprendizajes, que pierden su severidad frente a la magnitud del retorno de Cristo.
Dentro de algún tiempo, aquellos corazones que se abran comenzarán a comprender que la Voluntad de Dios Es, por sí sola; que Él no solamente “manda”, sino que también envía los medios y promueve el cumplimiento de Sus Obras. Solo es necesario confiar y dejar que el Señor haga de sus vidas simples instrumentos para la concreción de Su Plan, que ya es una verdad y una realidad que necesita manifestarse.
No dejen de caminar en dirección a Belén y, ahora que ya saben dónde quiere nacer Dios, no busquen la comodidad, el lujo ni el rebuscamiento de buenas moradas, según los conceptos humanos; sigan el camino que los conduce a la simplicidad, a la paz y a la humildad verdadera, pues es ahí donde Dios manifestará Su Gloria.
Alabado sea el Señor que retorna a los corazones de los hombres, para un día retornar, no solo en Espíritu y en Divinidad, sino también en perfecta semejanza con Sus criaturas, en carne y humanidad santificada y resplandeciente, mostrando a los hombres el camino de su evolución.
San José Castísimo, que prepara el nacimiento, el renacimiento y el retorno de Cristo, Nuestro Salvador.
Hermana Lucía de Jesús: Cuando San José apareció, Él nos mostraba cómo las personas en el mundo, en su mayoría, estaban preparando la fiesta de Navidad solo por el placer y por la conmemoración material de este día. Nos dijo que, para Dios, es muy importante que seres humanos conscientes preparen la Navidad partiendo de un punto de vista espiritual y con el canto abran camino para la llegada del Espíritu de Cristo a los corazones del mundo. San José dedicó este mensaje al encuentro de Música para la Cura y Elevación de la Humanidad(1) porque quería difundir para todos, en ese día, otra forma de vida, una búsqueda por la vida superior por medio del canto que se realiza en las Comunidades-Luz, para que los hermanos que están en su casa buscando una luz para seguir el Camino puedan inspirarse en ese momento de canto.
Él dijo:
En el día previo a la conmemoración del mayor acontecimiento universal, cuando Dios se hizo hombre y decidió vivir entre Sus criaturas para ser Él mismo el ejemplo de cómo se concretiza Su Suprema Voluntad, les pediré que alegren sus corazones y que anuncien al mundo la Gracia de vivir la consagración plena del alma al Corazón de Dios.
En esta noche, mientras canten, colmen sus corazones de humildad, la misma humildad que tuvo Dios al nacer en un pobre pesebre en Belén. Es la humildad vivida por el corazón humano que prepara el camino para que una Luz Mayor pueda hacer de sus corazones Su morada.
No solamente en este día, sino en todos los días de sus vidas, dejen que la paz y la alegría prevalezcan; que sea una alegría verdadera, que trascienda lo que conocen como felicidad; porque la humanidad está muy confundida y ya perdió el sentido de la búsqueda de una alegría interior y solo intenta tornar plena la existencia con el placer y la comodidad; de esa forma, vive en la permanente insatisfacción, porque lo que proviene de Dios solo se vuelve pleno en Él.
Demuéstrenle al mundo que es posible encontrar la verdadera alegría, alegría que proviene de la unión con el Padre y de la Gracia que es vivir para Él.
Con acciones, oraciones y cantos, llenen el vacío en el cual se encuentra el corazón humano.
Atraigan, por medio del verbo, el sentido espiritual hacia la vida en la Tierra y dejen que la luz que emana de sus corazones, cuando ellos son devotos y simples, alegres y plenos, pueda iluminar los ojos de los que están ciegos y caminan en la oscuridad, buscando una salida de las tinieblas de sus vidas.
Yo los bendigo y con alegría les digo que cantaré a su lado para aliviar el mundo y el Corazón herido del Dios Altísimo.
Su amigo y compañero,
San José Castísimo
1. Programa creado a pedido de la Virgen María, transmitido por Misericordia María TV los días 23 de cada mes.
Queridos hijos:
Vengo en este día para seguir preparando los nuevos rebaños de Mi Hijo en vísperas de esta próxima Natividad, cuando juntos, como un solo corazón y una sola alma, celebraremos la memoria del Nacimiento de Cristo.
Para eso, queridos hijos, que sus corazones representen ese llamado de redención y que también pueda encenderse en los corazones no creyentes.
Es así, queridos hijos, que sus corazones hoy serán partícipes de ese esperado advenimiento del Niño Redentor, que esperará encontrar la puerta abierta para que Su Corazón pueda entrar en cada uno de los seres humanos que aspiren a estar con el Niño Santo.
Queridos hijos, que esta Navidad sea de reconciliación y de paz, que ninguna diferencia los separe de Mi Corazón, para que así Yo pueda llevarlos de la mano hacia el sagrado Pesebre del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Corazón de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A todos los grupos de oración y a las queridísimas familias de los grupos orantes
Queridos hijos:
En la víspera del nacimiento de Cristo en sus corazones y en el nuevo ciclo que ya comenzó para todos, quisiera pedirles para esta Navidad que llega, que cada uno de los grupos de oración y sus respectivas familias envíe un saludo de paz y de esperanza para la próxima natividad del Señor. A través del ofrecimiento de su saludo de paz, Mi Corazón podrá atraer nuevos principios de amor y de fraternidad para todas las familias del mundo.
Para eso, queridos hijos, los días 24 y 25 de diciembre, ustedes serán partícipes entre muchos hijos Míos de la entrega de ese saludo de paz y de hermandad para que nuevamente se siembre el amor en la consciencia humana.
Deberán enviar sus saludos, los que podrán ser grabados y filmados, a la dirección de Misericordia María TV, quien los ordenará para posteriormente transmitirlos durante los días 24 y 25 de diciembre.
Este trabajo y saludo de paz deberá realizarse de forma simple y amorosa, realmente irradiando la esperanza que muchos necesitan en este tiempo. Este saludo de paz pretenderá llegar a aquellos hijos que en esas fechas estarán solos, enfermos en los hospitales y en los asilos y a aquellos que necesitan mucho del poder de la fe. Así, queridos hijos, los estaré congregando a todos alrededor del sagrado pesebre que traerá la Luz para el mundo en estos tiempos de tribulación.
Queridos hijos, les pido que con esmero, pero con simplicidad preparen ese trabajo, para que él promueva la renovación de la fe y del amor en las almas del mundo.
Hijos Míos, en esta Navidad, Aurora se vestirá muy bella para recibir el Espíritu de Cristo en cada corazón orante y no orante.
Para eso, también son llamados por Vuestra Madre del Cielo todos los peregrinos y los hijos de María consagrados, que estarán en Aurora, para preparar el escenario en donde esa celebración santa y simple se desarrollará. El auditorio será revestido de todas las insignias navideñas para crear el ambiente interno necesario para que todas las familias se sientan acogidas y así en cada consciencia se siembre el Espíritu Sagrado de la Cristiandad.
Son invitados a participar todos Mis hijos, los que amorosamente, en el espíritu de la paz, quieran colaborar en la preparación del escenario navideño en Aurora. Este Centro Mariano trabaja la cura a través de la simplicidad y de la belleza, lo que permite atraer a las almas que necesitan de redención y de perdón.
¡En unión a cada hijo Mío, deseo una buena tarea navideña de paz para todos!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Madre de la Divina Misericordia, llego al mundo para curar y redimir, con la Luz de Mi Hijo, a todos aquellos que tanto necesitan de perdón, de redención y de paz; y que están sobre la Tierra, perdidos de Dios y desamparados de corazón.
Yo soy la Santa Madre de todos los pueblos, de todas las razas.
Yo soy la misma que se esconde en las montañas, Caacupé, como la que se encontró en las aguas, Aparecida.
Yo soy la que entrega la libertad a los 33, soy la que viene al encuentro de los que necesitan dar un nuevo paso, y entrego al mundo los frutos de una Higuera de amor.
Yo soy la que trae a las almas el Espíritu de Dios y concibe la Divina Trinidad en los corazones.
Yo soy la Reina de la Paz, Yo soy la Madre del Verbo Divino.
Yo soy la Madre del mundo, del universo y de todos ustedes.
Aquel que decide estar bajo Mi Manto, reconoce Mi Faz en todas las manifestaciones del mundo y sabe que Yo soy la misma en el Cielo como en la Tierra, y que vengo a enseñarles que nada debe estar separado en este mundo ni en los otros.
Mis amados, recorro las naciones para unir los pueblos, aunque sea a través de sus representantes. Vengo a construir esa red de luz que deberá encender el planeta, a través de la oración, cuando el sol ya no brille en el cielo de este mundo.
Quiero ver, en Mis hijos, la luz que ilumina los caminos de los que andan en la oscuridad. Quiero formarlos, para que el Espíritu Santo encuentre morada en sus consciencias, y otros que no tuvieron la Gracia de estar delante de Mi Presencia, Me puedan encontrar en sus corazones.
Mis queridos hijos, benditos sean los que se arriesgan a responder al llamado de Dios. Ahora, les pido que permitan que este llamado se vuelva semilla fecunda en sus esencias y, poco a poco, sea la vida que da testimonio de conversión y fe para los que están olvidados de Dios.
Que, en la simplicidad de sus seres se encuentre la puerta por la que Mi Hijo retornará al mundo. Que sus corazones sean humildes, para que se tornen la cuna de la pobre, pero sin embargo bendecida Belén interior que recibirá al Nuevo Niño, para que retire, por segunda y última vez, el mal que atormenta al corazón de los hombres y a los Reinos de la Naturaleza.
Amados de Mi Corazón, comiencen hoy a preparar el camino del Señor en sus pequeñas vidas. Retiren de sus vidas, de una vez para siempre, todo aquello que no corresponde a este humilde Pesebre de Belén.
Una vez más, el Nacimiento de Cristo se anuncia al mundo y ahora nacerá en muchos corazones, y a otros los hará renacer en vida, para la redención y la institución de la Paz.
Yo soy la portadora de la Misericordia, la que les pide que sean misericordiosos, para que el Reino de Dios descienda al mundo.
Yo los bendigo y les agradezco, porque la Gracia Divina descendió sobre este lugar, y sus vidas fueron colmadas por la Presencia Divina.
Yo los amo,
María, Reina de la Paz y Madre de la Divina Misericordia
Queridos hijos:
Mi voz maternal es inconfundible entre los universos. Por eso, Yo siempre vengo del Cielo para anunciarles el estado eterno de Mi Paz.
Con alegría y bendiciones, hoy quiero que suenen las campanas y los cuencos durante tres minutos de su tiempo y antes del comienzo de la vigilia de oración, porque este gesto de celebración anunciará la venida del Cristo interior a sus pequeños corazones.
Hoy Mi Inmaculado Corazón regresa a Su segunda casa de oración en el mundo, pues la primera casa de oración en el mundo es el Reino de Medjugorje.
En verdad, Mis amados, en Mi Corazón no existen diferencias, solo existe una gran misión por cumplir, misión que Yo amorosamente comparto con algunos de los autoconvocados al servicio planetario, porque por esta sagrada respuesta el mundo aún se está pudiendo sostener.
Queridos hijos, hoy llego a su encuentro como la Señora de Belén, quiero que todos Mis queridos hijos, durante esta noche, regresen internamente de corazón y de alma al gran momento del nacimiento de Cristo.
Si ustedes consiguieran vivir este misterio como verdadero e importante, sus almas abrirán las puertas del corazón para que los códigos crísticos se cultiven preciosamente en sus corazones.
Dios quiere rescatar el día del Nacimiento de Su Hijo predilecto en el corazón espiritual de la humanidad, pues el enemigo no ha podido destruir el amor verdadero que ella creó a través de las buenas acciones, porque algunos atributos, que una parte de la humanidad expresa hoy sobre la Tierra, permitieron salvaguardar al mundo de su autodestrucción.
Hijos queridos, deseo que Mi mensaje llegue al corazón de todos los que escuchan. Mi Hijo espera que hoy lo puedan vivir como algo sagrado y devoto.
Cada vez que en el mundo se celebra fraternalmente una fecha sobre algún hecho de la Sagrada Familia, oportunidades de Gracias especiales se abren en el Cielo para ser derramadas sobre el mundo como un manantial.
Que esta noche sea de Paz para todos y que ofrezcan a Dios esta inusitada paz de fin de tiempo por los que no viven en paz y por los que viven grandes sufrimientos en sus vidas.
Les agradezco el gesto de amor y de reverencia ante el Pesebre de Belén.
Agradezco la buena respuesta interior de los peregrinos para poder concretar la misión del ómnibus peregrino de Divina Madre, porque detrás de todo pedido celestial, se encuentra la santa Voluntad del Padre.
Alégrense y canten amorosamente a Cristo, porque Él hoy los escuchará en todo el mundo. Revirtamos así el mal sobre la Tierra a través del amor del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en este día especial,
Vuestra Santa Madre María, Reina de la Estrella de Belén
Mis amados peregrinos:
Hoy, están aquí para preparar sus corazones para el nacimiento del Redentor en sus consciencias. Ingresarán, sin querer, a la escuela de la Voluntad de Dios, aquella Voluntad que une todas las cosas en el amor al Supremo, aquella que enseña a las esencias a retornar a la Casa del Padre.
Mis pequeños amados, cuando Cristo renazca definitivamente en sus vidas y resida en el templo interior que por tanto tiempo prepararon para Él, nada dentro de ustedes impedirá que la Ley Superior de Dios se cumpla en este mundo.
Si cada uno de Mis pequeños hijos entrega sus resistencias y su vida a la perfecta Voluntad del Creador; Mi Hijo, el Cristo Rey, residirá en sus moradas y los milagros del Cielo descenderán a través de sus seres; Mi Hijo obrará en este mundo y por intermedio de ustedes cambiará el destino de esta raza.
Mis preciosas almas, el universo aguarda que sus destinos, aquellos destinos que el Creador pensó para ustedes, comiencen a ser una realidad en sus vidas y que por medio de ustedes sean una realidad en este mundo. Cuando la Voluntad del Creador abraza una consciencia, cuando un hijo, en confianza se dona a Su Padre, una Luz que nunca se apagará comienza a despertar para abrazar la salvación.
Hijo Mío, hija Mía, Dios los espera pacientemente para que, como una vez fue con Jesús, pueda ahora obrar a través de ustedes en este ciclo universal en el cual la humanidad ingresará. Será el Cristo Redentor el que se unirá a las consciencias que lo acepten y así la Divinidad obrará por intermedio de aquellos apóstoles que, algún día, serán los Cristos del Nuevo Tiempo.
Querido hijo, querida hija, abran sus consciencias, abran sus corazones, abran sus brazos, abran sus manos y suelten las riendas de sus vidas. Dejen que ellas caminen por medio de Mi Manto de luz hacia el Corazón de Cristo, el Redentor, para que los pueda instruir y los ayude a preparar Su Morada, que Él habitará eternamente dentro de ustedes.
Mis amados hijos, que el miedo quede atrás porque Yo, su Madre Universal, después que Mi Hijo nazca en ustedes, los conduciré en Mis brazos y los presentaré ante el Trono de Mi Padre para que Él selle en sus esencias sus destinos.
Alabado sea Cristo en vuestras vidas.
Les agradezco por aceptar Mis maternales palabras y por aceptar estar hoy Conmigo.
María, Reina de la Paz
En este día, queridos hijos, los invito a recogerse dentro de Mi Pesebre maternal. Hoy los llamo a quedarse cerca del calor de Mi Inmaculado Corazón, de Mi Amor materno, como estuvo Jesús desde Su nacimiento.
Hoy les pido que unan vuestras esencias a Mi Esencia maternal para que en vuestras vidas pueda despertar el verdadero Amor al Creador.
Queridos hijos, hoy los invito a quedarse dentro del poder de la oración para que vuestras almas despierten los dones espirituales que la oración ofrece como fruto para las almas.
Hijos Míos, cuando los llamo a permanecer dentro de Mi Pesebre materno, Yo los estoy llamando a ser humildes y simples para que Dios encuentre vuestras moradas cristalinas y puras. Para ello, vuestros corazones deben estar consagrados a Mi Inmaculado Corazón.
El mundo aún no cambia, por eso vuestra oración del corazón permitirá que muchas situaciones encuentren la Luz de Mi Hijo.
Pequeños hijos, hoy no solo los estoy llamando a despertar vuestra consciencia, sino también a encontrar, a través de Mí, a Jesús, el Redentor. Mi llamado se anuncia para que Mis soldados encuentren el camino hacia Mi Inmaculada Paz.
Hijos Míos, hoy los llamo a madurar el corazón y a reconocer a Dios en cada una de las cosas porque el Padre los espera para bautizarlos con Su Espíritu de Paz. Confíen en el sacerdocio de Mi Hijo, comulguen de Su Misericordioso Corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
¡Alabado sea Jesús en sus corazones y en los corazones de todos Mis hijos en el mundo!
Hijitos Míos, hoy los llamo a practicar la humildad del corazón, humildad que puede ser ejercitada a través de la oración diaria y que los llevará a encontrar la paz y la mansedumbre que es necesario vivir en el final de estos tiempos.
Por eso, unidos a Mi Corazón Inmaculado podrán encontrar la Luz de Mi Hijo para el camino que desde ahora los invito a recorrer: el camino de la humildad. Un corazón humilde es un corazón manso, abierto y receptivo a todos los pedidos de servicio y de donación que puedan llegar a sus vidas.
Vivan de los ejemplos que el pequeño Jesús manifestó en cada uno de sus pasajes, aquí en la Tierra. Hoy los invito a recordar, Mis pequeños, el nacimiento de Jesús en Belén, la presentación al Padre del niño Jesús en Mis brazos, como también el hallazgo de Jesús en el templo. Queridos hijos, Yo los quiero entrenar en el camino de la humildad, y cada uno de estos vivos ejemplos que Jesús transmitió a toda la humanidad puede ser un valioso instrumento espiritual de conversión.
Queridos hijos, ustedes saben que la humanidad aún no es humilde delante de Dios. Por eso Él Me envía, mediante Jesús, hacia ustedes, para que recuerden que ya es el momento de renunciar a sí mismos, de trascenderse y de encontrar el verdadero Reino de Dios.
Yo los acojo a todos en Mis brazos de maternidad.
Sepan hijos Míos, que Mi Inmaculado Corazón se consagró a Dios por todos ustedes. Por eso Yo los amo y los encamino hacia el nuevo tiempo de la Eterna Paz, Paz que debe vivir el mundo para poder estar dentro del Reino Eterno de Dios.
En Jesús, ¡alabado sea el Rey del Universo!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Alegren sus corazones por el renacimiento de Cristo en cada interior. Permitan, Mis pequeños, que la llama divina transfigure la vida y se pose en cada corazón.
Hoy Yo estoy con cada uno de sus corazones vigilando en oración el próximo encuentro en este día de Gracia. Algunos corazones ya se han reconciliado con el Señor, mas otros aún deberán profundizar en el sentido de la fe y de la adoración a nuestro Sagrado Señor de los Cielos. La fe y la adoración, mediante el ejercicio de oración, impregnan a cada ser elevando el corazón hacia el Reino de Dios.
Que sus corazones, Mis queridos hijos, vivan la reconciliación con el Altísimo con suma alegría y humildad en estas fechas en las cuales Yo aparezco. Los aguardo día a día en estado de adoración a través de la oración para que ella colabore simplemente en la reconciliación con Dios de muchos corazones.
Una llave celestial para sus vidas será beber del Verdadero Amor que Mi Hijo hoy les está irradiando desde Su Corazón de Pastor y de Maestro. Así, con este Amor vivo y puro ustedes podrán, Mis pequeños, recorrer el camino que cada día deberán descubrir a través de la oración.
Este camino que Mi Inmaculado Corazón los invita y los llama a vivir, es el camino de la consagración del alma a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Cristo. Por esta senda de amor y de confianza que sus vidas deberán cultivar, sus almas llegarán a presenciar los dones y los talentos que cada uno de ustedes donará y ofrecerá con humildad al Señor de las Alturas. Él los quiere ver alegres, perseverantes y puros de corazón; eso los ayudará a vencer el mal en el camino y a encontrar la Luz Divina delante de cada prueba.
Recuerden, Mis hijos, practicar la fe y la adoración mediante la oración. Ello fortalecerá el espíritu y el corazón delante de todo lo que el mundo vivirá. Yo los llamo a la unificación de sus vidas con Cristo.
Los adora en el silencio del Inmaculado Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Con alegría y regocijo, en nombre de todos los niños del mundo, oremos por la salvación de las pequeñas almas que necesitan de Misericordia y Amor.
Hoy los invito a preparar Conmigo la llegada interior de Cristo a la Tierra. Desde los Cielos, la venida del Espíritu Santo estará derramando Gracias para el mundo en este último tiempo de la humanidad. Yo los invito, Mis pequeños corazones, a preparar Mi venida el día 24 de diciembre. Yo los llamo a la oración a fin de que sus corazones recuerden Mi peregrinación a la antigua Belén.
Que sus oraciones y sus corazones se conviertan en la Gran Estrella Guía durante la noche para que Mi Corazón pueda iluminar de paz al mundo. Para ello, Mis pequeños, los convoco a preparar el corazón durante los días que anteceden al 24 de diciembre. Antes de la llegada de Cristo, el Inmaculado Corazón de la Señora de la Divina Concepción llegará para estar, una vez más, delante de sus vidas.
Traeré al Espíritu Santo con la misión de renovar la vida de muchos corazones. Solo les pido que para ese mérito y para esta Gracia Especial de Perdón y de Redención, ustedes, Mis queridos hijos, eleven la voz de la oración hacia los Cielos para que el Señor Dios responda al llamado de todos Sus hijos.
El Ave del Sol, encendida por el Espíritu Santo, posará Su mirada de amor y de paz sobre los corazones que se abren, para así poder renovar la vida presente. Quiero, Mis pequeños, que para este advenimiento, sus corazones se preparen a través de la vigilia de la víspera, el día 23 de diciembre.
Allí, sus seres, en oración, se encontrarán Conmigo y, en la dicha de recibirme en sus corazones, estarán recorriendo el camino hacia el renacimiento y retorno de Cristo como lo fue en el pesebre de Belén. Será necesario que sus corazones se preparen para que los demás hijos reciban la Gracia que Mi Inmaculado Corazón irradiará para muchas vidas.
A todos Mis hijos, los que estarán en sus hogares con sus familias, los invito a la reconciliación y al perdón de todas las faltas que son cometidas contra el Corazón de Dios. Por eso, Mis pequeños, el ejercicio de la reconciliación deberá emanar primeramente entre sus familias para que todos los corazones que todavía no responden a Mi llamado puedan recibir la Gracia del Espíritu Santo.
Yo estoy preparando almas y corazones para la constante oración. El Señor necesita derramar Su Misericordia sobre el mal del mundo. Así sus corazones, en la vigilia de la víspera, aguardarán por la llegada de la Señora Vestida de Sol, dela Virgen Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, el día 24 de diciembre. Celebren la presencia del Reino de la Paz en sus vidas.
El mundo aguarda su redención. La humanidad deberá reconciliarse con Dios para poder retornar al Reino en el Corazón del Señor.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más