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María Santísima, Cristal precioso del mundo
Queridos hijos:
Yo soy el precioso y humilde Cristal del mundo que irradia los códigos de amor y de liberación interior.
Soy el precioso Cristal del mundo que refleja las energías sublimes del Reino Celestial.
Soy el precioso Cristal del mundo que guarda en sí la esencia del Amor Crístico.
Soy el precioso Cristal del mundo que emite la vibración celestial para todas las esencias.
Soy el precioso Cristal del mundo que irradia hacia el planeta las nuevas vibraciones que harán surgir a la Nueva Humanidad.
Soy, también, el precioso Cristal del Reino Mineral que es herido y retirado de su lugar de origen, adentro del elemento tierra.
Preciosos son los cristales que tiene el mundo y que son usados para adornar y vestir a la raza humana.
¡Oh, cuánto sufren en este tiempo los sagrados cristales del mundo!; porque son explotados, quebrados y pulidos para algo que, en verdad, no fueron creados.
¡Oh, pobres preciosos cristales del mundo, que son vendidos y exportados hacia lugares en donde nunca deberían estar!
¡Oh, qué humanidad ciega, que no puede percibir la gran tarea y propósito del Reino de los cristales y de todos los minerales!
Sagrados son los preciosos cristales del mundo. En su aparente quietud y silencio, las piedras no hablan y son consideradas inanimadas.
Santos son los ángeles y los elementales que cuidan de los preciosos cristales del mundo y que, en este tiempo, así como es con el oro, son explotados para beneficio propio de una civilización retrasada en la consciencia.
Sagrados son los preciosos cristales del mundo que, siendo retirados de la tierra y de su hábitat, no pueden equilibrar ni atraer armonía al Reino Humano ni al planeta.
¡Oh, sagrados cristales de luz!, que son conquistados por las manos de los que, en verdad, no conocen la vida ni el origen de esta Creación.
¡Pobres preciosos cristales!, que no pueden, en este tiempo, regenerar las energías del planeta.
En verdad, benditos son los cristales de este mundo porque en su interior guardan los principios que harán de la Nueva Humanidad una raza más reverente, consciente y madura.
¡Pobres los cristales de este mundo!, porque no tienen consciencia del desequilibrio cósmico que con ellos se está generando.
Cuidemos los cristales, pues ellos guardan en esencia todo lo que el hombre de superficie ha perdido por sus deudas y por sus acciones.
Sagrados son los preciosos cristales del mundo, porque ellos renuevan la vida y cualquier energía. Cada cristal comparte un alma grupo, capaz de atraer hacia este planeta lo que hasta ahora no ha podido alcanzar.
Sagrados son los cristales del mundo, porque captan las Leyes del cosmos, captan las poderosas corrientes del universo e irradian nuevos patrones a la consciencia humana desgastada.
Sagrados son los cristales del mundo, porque pertenecen a este planeta y a esta Creación, porque representan a la nueva consciencia humana y por eso, guardan los más preciados códigos de cura y de regeneración.
Ayudemos al Reino Mineral, Reino de los preciosos cristales, para que la deuda de la humanidad no siga creciendo de manera desproporcionada.
Unámonos a este propósito y que más almas se tornen celadoras de los Reinos de la Naturaleza.
Aliviemos el sufrimiento y no castiguemos a los Reinos inocentes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los concientiza,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy Mi Consciencia Maternal y Divina desciende al mundo como un gran Espejo de Luz Universal para reflejar sobre él, y especialmente sobre los seres humanos, todos los atributos divinos que esta raza aún no consigue vivir ni practicar.
Es así que a través de cada oración pronunciada todos los días por Mis hijos orantes, su Madre Celeste tiene el permiso de ayudar a las almas a encontrar no solamente el camino de la paz sino también la esencia de su existencia.
Sabiendo, hijos Míos, que la humanidad vive hoy uno de sus grandes fracasos por falta del verdadero amor superior, su Madre, como sierva humilde se postra ante Su Amado Creador para ofrecerse como víctima y mediadora ante todos los ultrajes que recibe el Corazón del propio Dios.
Así, mediante una Gracia inexplicable, la Reina del Cielo y de la Tierra puede socorrer y ayudar a las almas ignorantes que más necesitan. Cuando ustedes oran de verdad Yo puedo ser ese Espejo que a través de sus corazones y vidas puede reflejar la esencia del Amor de Dios hacia el mundo. De esa forma, tan simple y sincera, muchas situaciones pueden evitarse.
Será más difícil y arduo para aquellas almas que, estando en la ilusión de la vida y que no buscan a Dios, pierden la oportunidad de conocer el verdadero amor que surge del Corazón de su Maestro. Es este Amor de Cristo, queridos hijos, que todos los días Me trae hasta aquí para auxiliar al mundo sufrido y a la humanidad que todavía es indiferente.
Es así, que a través de sus corazones Yo puedo establecer el Reino de Dios para que más almas lo reencuentren en esta hora, en la que absolutamente todo, desde el espíritu hasta la materia, está en juego.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con la fuerza del Amor de Dios, retorno en este día para decirles que es en el amor en donde se encuentra la fortaleza de sus vidas.
Es en ese amor en donde suceden los grandes milagros de la vida y donde las consciencias humanas se pueden transformar.
En el amor se abren las puertas para que suceda lo que parece imposible porque si todo está en el amor, todo se podrá cumplir.
En la vivencia del amor se encuentran las llaves que ayudan a la consciencia a estar en Dios y a vivir en Su sagrado Propósito.
Que la fuerza interior de ese amor, representado vivamente en Cristo, sea el modelo para los que viven la redención en Mi Hijo, porque habiendo ingresado en la fuente de ese amor, todos los males y causas se podrán revertir.
Es así que todos los días a través de la confianza en Dios que adquirieron, Yo los invito a ser la expresión en la Tierra, de ese amor que da todo por los otros y por el Plan del Creador; así ese amor de sacrificio, esfuerzo y entrega siempre será visto en el Universo como algo semejante a lo que Mi Amado Hijo vivió por todos ustedes.
Por eso en este tiempo la esencia del amor será la llama guía que conducirá a los navegantes hacia el luminoso puerto del Corazón de Mi Hijo.
No pierdan la esperanza de encontrar ese amor, de vivirlo y de profesarlo, el planeta y la humanidad lo necesitan con urgencia.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Alégrate por lo que has alcanzado y no te entristezcas por lo que aún no has vivido.
Sé ese instrumento vital en las Manos de Dios, que está al servicio de la Voluntad Única.
Deja atrás las influencias del mal. Cree, a pesar de cualquier obstáculo, en la fuerza y en el poder de Mi Corazón Inmaculado, despréndete así de lo que es viejo y recalcitrante, de todo lo que cristaliza la vida del espíritu.
Es decir, inténtalo cada día hasta que logres conseguirlo, no con métodos sofisticados ni tampoco con fórmulas, sino a través de la gran llave del amor.
Perdona y no te canses de hacerlo, la condición humana es algo genético, hereditario y milenario, la propia vida de una consciencia encarnada no sería suficiente para purificar y transformar algo que tiene siglos.
Pero la sagrada energía crística es la que redime cualquier condición de la consciencia y es la que permite reinsertar al alma en el lugar espiritual que le corresponde.
Esa energía crística de amor todo lo puede, porque quien se abre para recibirla pierde el control o el dominio que tiene sobre muchas cosas.
Es el Amor misericordioso de Mi Hijo que los llevará a reencontrar su verdadera esencia y su verdadera unión interior con el Padre-Madre Creador.
En esta hora no busques resolver todo, primero entrégate en confianza al Universo y nunca te faltará la paz.
El proyecto de la humanidad aún está en su fase de redención. Por eso no quedará nada sin que sea removido para que surja al fin el verdadero ser de superficie.
Confía en lo que digo y así será.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los eleva con amor al Reino de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La unión entre los credos
Llegará un momento en el planeta en el que todas las religiones se deberán unir en el espíritu de la paz y del amor crístico.
Esa unión, profetizada, permitirá que las almas, que caminaron por diferentes senderos espirituales, encuentren la Fuente Mayor, el gran Manantial del Corazón de Cristo.
En ese momento, Jesús será reconocido por todos como el Redentor no solo de los cristianos, sino también como el Liberador del mundo entero, a través de los impulsos de Amor que Él está entregando en estos tiempos.
Esa hora se aproxima a la consciencia planetaria.
Cuando esa profecía de unión entre los credos se pueda realizar entre todos los pueblos y no solamente entre los cristianos; las naciones se opondrán, unas a otras, y las diferentes filosofías humanas intentarán derrumbar lo que otros, con amor, intentan construir por el bien común de todas las almas.
Ese tipo de juicios y de calumnias emergerán como una fuente de impulsos humanos que solo llevarán a debilitar la unión entre las consciencias y los pueblos.
En el momento más crítico y agudo del planeta, la fe de las consciencias será puesta a prueba; no porque Dios lo determinará, sino por la acción destructiva que las voces de los filósofos del mundo realizarán contra todo lo que se considera Obra de Paz y de Luz.
Pero, finalmente, Mi Inmaculado Corazón triunfará en el mundo y fuera de la Iglesia.
Ante los ojos de los que gobiernan las religiones, Yo les abriré la gran puerta de la redención y todos podrán reconocer que, por detrás de toda Obra de la Luz, estaba presente Cristo.
En este tiempo, intentarán hacer callar la Voz de los Mensajeros Celestiales, así como lo intentaron en otros tiempos; pero, al final de todo, muchos se darán cuenta tardíamente de la justa y verdadera causa.
En este ciclo todo estará permitido, tanto los grandes errores como las mayores victorias. Eso será así para que las almas, en su libertad, puedan escoger antes del Juicio Final qué camino recorrerán, si el camino del error de los injustos o el camino de la paz y de la fraternidad.
Es en esta hora definitiva, su Madre Celeste impulsa Su Obra corredentora fuera de la Iglesia, para que así los pastores de Mi Hijo puedan contemplar la necesidad planetaria con Misericordia y no con profunda y mezquina indiferencia.
La Madre de Dios viene para reunir lo que la Iglesia no pudo concretar, la misión de contemplar con amor la necesidad espiritual y moral de las almas, independientemente del credo que ellas vivan en este tiempo.
Es así que su Madre Celeste viene, en este ciclo, a enseñarles lo que Ella les enseñó a los apóstoles en el pasado, a unir nación con nación, cultura con cultura y lengua con lengua, con el fin de establecer el principio del sagrado pueblo de Dios, por el que Moisés trabajó durante mucho tiempo.
Por eso, les pido a todos, más allá de su creencia o de su doctrina espiritual, que escuchen a la Madre de Dios, a la Embajadora de la Paz, que les dice que ya no pierdan tiempo ni tampoco lo utilicen en discutir y difamar si es verdad o no que Yo estoy trabajando por fuera de la Iglesia o si sus hermanos visten o no ciertos atuendos o mienten. Eso no es verdad, no están viendo la verdad ni tampoco están sintiendo con el corazón.
No se olviden de que todos son hijos de Dios y que lo más importante es conducir a las almas hacia el amor y la oración, y no hacia la difamación y los juicios de valor.
Todos los que dicen vivir la verdad están ciegos. Arrepiéntanse y pidan perdón. Abran el corazón y no la mente, porque en verdad les digo, Mis hijos, que ustedes están pretendiendo disolver Mi Obra de Paz con sus malas acciones.
Vivan la paz y no se sentirán perturbados. Abracen el Llamado de Dios, así como Él lo determina, y no intenten desmentirlo solo porque ese llamado esté vivo y luminoso fuera de la Iglesia.
Agradezcan al universo porque existan almas que se ofrecen para sufrir por ustedes.
Cambien de actitud y háganlo por amor, no pierdan tiempo en vanas palabras. Cumplan con su oficio y así las religiones se unirán a través del amor y no a través de la fuerza.
La cristiandad es un estado interior y no formal, es la posibilidad de creer y de sentir a Cristo en el corazón.
Escuchen por última vez Mi llamado.
¡Les agradezco por responder a Mis súplicas!
Los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo a esta inmaculada casa a dar alivio al sufrimiento interno que el mundo y las voces de algunos de Mis hijos han generado.
Vengo a renovar la esperanza y, sobre todo, a fortalecer la filiación con Dios, para que Mis apóstoles en redención sientan que el Amor de Dios está en todos los servidores.
Vengo a enseñarles a vivir lo que es ser negado, así como Mi amado Hijo lo vivió después de haber entregado tantas Gracias.
Vengo a remediar y a curar, en lo profundo de sus espíritus, lo que ya pasó y que ha generado malestar.
Como Madre del alivio y del consuelo, vengo a testimoniar el Amor de Cristo en sus corazones y a realizar en ustedes la parte del Propósito que aún deberá cumplirse.
Vengo a enseñarles a amar el error ajeno y a no juzgarlo, como lo hace la mayoría de la humanidad religiosa y no religiosa, lo que ofende el Corazón del Padre.
Vengo, queridos hijos, a ayudarlos a atravesar el calvario del fin de los tiempos y para que aprendan de cosas desconocidas que aún no han vivido.
Vengo a entregarles la fuerza de Mi Corazón y el Amor de Mi Divino Espíritu, porque unidos a Mi Consciencia trascenderemos los abismos de la Tierra y el Plan Mayor se cumplirá.
Vengo, en este sagrado día, a darles Mi Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los colma del Espíritu de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La bestia de los últimos tiempos y la Mujer de todos los tiempos
Una señal inminente se precipitará sobre el mundo y revelará claramente a todos que los últimos tiempos han llegado.
Esa señal, que llegará al mundo, abrirá el último y gran abismo; y la bestia furiosa, que estaba presa en sus infiernos, saldrá a la superficie. El mundo no verá una bestia material, pues ella con su astucia ya está conquistando a muchos e inocentes corazones.
Esa señal, que llegará al mundo desde el universo, le revelará a los orantes cuánto la bestia ha reinado en las consciencias principales de este planeta. Su gran ostentación es llevar a los corazones al constante pecado; por eso, la bestia, que está aún en su abismo, se fortalece con los deseos que viven todos los hombres en esta vida material.
A la bestia no le apetecen las almas que son más conscientes, sino que ella siembra con su astucia la indiferencia y la omisión.
Ella no desiste de buscar a los más valientes; sus garras están sobre los grandes gobiernos del mundo, los que en consecuencia someten la dignidad de las almas y su evolución.
Cuando la bestia salga de su abismo, todos los pecados capitales estarán en una gran y decadente exacerbación; como muchos están pensando, todo estará permitido, aun el libertinaje y la superstición.
La bestia se alimenta del fracaso de sus semejantes; pero no sabe que la oración vuelve invisible a las almas y las aparta de sus garras. La bestia desenvuelve su furia a través de los conflictos y todos los que viven en conflicto atraen hacia sí la furia de la propia bestia.
En cambio, el alma que ora construye y se eleva, sabe sustentarse a sí misma y al planeta, y está más libre de la decadencia. Pero la bestia ya sabe que deberá ir en búsqueda de los hijos del Sol.
Por eso en esta hora, la Mujer Vestida de Sol está corriendo al desierto y les está señalando a Sus amados hijos que es hora de trabajar inteligentemente.
La bestia no solo intentará que no nazca ningún Cristo, sino que con su falso poder intentará destruir todo lo que una consciencia de la Luz haya construido internamente. Para estar protegidos de esos embates de la bestia, deberán estar atentos y vigilantes a todos los estímulos externos que les harán perder los verdaderos códigos crísticos.
La bestia, desde su reinado, manipula a las naciones y al mismo tiempo a sus gobernantes. Quien en verdad no está en Dios, no conseguirá escapar de esas filosas garras, porque la bestia se crea y se recrea en los pecados capitales que, en verdad, son las raíces de la maldad y de la perdición de millones de almas en el mundo.
Cada vez que una consciencia abre la puerta de su ser a esas tentaciones, aunque sea esporádicamente, la bestia se satisface con esas energías y dicha consciencia ingresa conscientemente en el reino de la bestia.
La bestia que somete al mundo es generada, de tiempo en tiempo, por los hombres; y los propios hombres reciben de la bestia todo el castigo. Pero una Luz esperanzadora desciende del universo y la Madre de Dios, la Mujer de todos los tiempos, batalla con la bestia de otra forma, para poder disiparla cada vez más de la consciencia del planeta.
La bestia sabe que le queda poco tiempo; pero en ese tiempo que le resta, querrá llevarse a su abismo a la mayor cantidad de estrellas caídas y no caídas. Por eso, los hijos de la bendita Mujer no podrán dormirse, porque ante cualquier movimiento astuto de la bestia, la batalla podría perderse.
Que la inteligencia de los soldados esté en la vigilancia de sus deseos y expectativas, la bestia se revuelca como un cerdo en las cosas superficiales y mediocres.
Para debilitar a la bestia, que la propia humanidad ha creado y que ahora es incontrolable, será necesario amar el Plan de Dios y vivirlo como si fuera lo primero en sus vidas, porque la bestia no conoce el amor interior de las criaturas, no conoce el amor que enseña Cristo; ese amor que la hace débil y la enferma al punto de dejarla inmóvil muchas veces.
Si ese amor siempre fuera lo suficientemente grande y verdadero, la bestia ya no tendría su reinado en Medio Oriente.
Que la escuela del Amor de Cristo motive a las consciencias para que abandonen la ilusión; porque mientras sus consciencias estén en dos caminos, estarán abriendo la puerta para que la bestia entre. Sean inteligentes y que, por su oración, la bestia sea desactivada.
La Mujer de todos los tiempos les vuelve a indicar y a marcar el camino, para que la mayoría de las almas no se desvíe del camino de la Luz.
Pero para vencer a la bestia, la Mujer deberá contar con soldados consagrados física y espiritualmente para que, a nivel universal, ese acto de consagración testimonie y confirme que la bestia será expulsada del planeta.
La propia humanidad deberá generar las condiciones para que todo pueda revertirse. Mientras el deseo desenfrenado y los pecados capitales sigan alimentando a la bestia, el planeta no tendrá paz.
Por eso, con más consciencia e inteligencia que la propia bestia, ayúdenme a vencerla a través del amor y de la unidad que aún no vive la humanidad.
Todos los días, refúgiense en el desierto de la Santa Mujer para estar protegidos, porque la bestia no conoce el vacío de sí, no sabe de qué se trata.
Por eso, sin motivaciones externas, que son las cosas que atraen a la bestia hacia la superficie de este planeta, trabajen en este tiempo para crear condiciones evolutivas opuestas a las condiciones que desde siempre han vivido en esta humanidad.
Que en esta hora, Mis hijos perciban que ya estamos en otro tiempo y que es urgente cambiar de actitud verdaderamente, porque así la máscara de la ilusión y de la ceguera caerá de muchos rostros que aún están dormidos y no consiguen ver la Luz de la Divina Misericordia.
Quisiera ver a Mis soldados bien despiertos y no inertes, porque la bestia se alimenta y se estaciona también en la comodidad y en el mínimo esfuerzo; ella es repelida por el sacrificio.
La bestia le teme a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por acompañar en consciencia los últimos y esperados tiempos!
Los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si Mi Hijo se dejó morir por ustedes para poder salvarlos y para que tuvieran vida eterna, acto y hecho realizado por amor, ¿por qué ustedes no perdonarían a los que los han traicionado tantas veces?
El amor es un acto solo para los heroicos de corazón, porque de esa forma se trasciende el error, que es humano e indiferente.
Por eso los invito a amar a los que son indiferentes, omisos y malvados; oren por ellos, porque en ellos Dios no está completamente realizado y son infelices por que cometen tantas veces las mismas fallas sin poder liberarse de ellas.
El amor crístico se gesta en la transparencia, en la renuncia y en el sacrificio por los que no son transparentes, por los que no renuncian y por los que no se sacrifican y se acomodan según sus expectativas terrenales.
Por todos esos Mi Hijo aún trabaja, porque detrás de toda roca dura se encuentra el precioso cristal que todavía no fue hallado por la propia consciencia.
Sean en esta vida como San Pablo, que habiendo hecho todos los males del mundo, tocado por la Luz de Cristo se convirtió en un fiel seguidor de Vuestro Señor.
Por encima de toda indiferencia que reciban, hagan el bien que no pueden vivir y destierren el mal de la separación y de la omisión de los unos para con los otros.
¿Qué ganarán?
Ayuden al mundo a conquistar su redención; para eso primero sean esa redención manifestada a través de una verdadera transformación.
Su verdadera aspiración debe ser la entrega para después vivir la renuncia y por último la humillación por los que no se humillan, al carecer de amor consciente.
Queridos hijos, Mi Hijo bebió ese trago amargo de la negación y, sabiendo que eso era injusto, el amor estuvo en primer lugar.
Como Nuestra Señora de la Piedad aún tengo entre Mis brazos a los que por varias razones se alejaron de Mi Corazón; en piedad contemplo y espero su pronta rehabilitación.
Recemos para que los que perdieron el camino, encuentren de nuevo la luz que los guiaba.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Reglamento Espiritual y Cívico para los Hijos de María
Queridos hijos:
Por razones del fin de los tiempos y por el comienzo de la purificación interior de las almas emito para ustedes este básico reglamento de consagración de los Hijos de María, quienes, al firmarlo, estarán aceptando las bases de esta consagración y de este reglamento que les ayudará a todos a mantenerse dentro del Propósito y dentro de la Ley de la Jerarquía, la Ley del Amor.
Este reglamento nace para responder a la necesidad de cuidar de todos los Hijos de María; no solo de su consagración como Hijos, que tiene un valor espiritual, sino también para proteger la Obra dentro de valores éticos, morales y cívicos.
Recuerden que los afiliados a Asociación María, Madre de la Divina Concepción, se registran dentro del espíritu absoluto de aceptar la propuesta que los Mensajeros Divinos presentan en este ciclo.
Asociación María es la madre legal y espiritual que protege la consagración de todos los Hijos de María dentro de la vivencia de valores crísticos de espiritualidad, como también dentro del equilibrio moral, ético y mental.
Dada la necesidad espiritual de que la consagración quede más clara, que Su Madre Celeste les está presentando en este día el básico reglamento espiritual y cívico que los Hijos de María, consagrados y por consagrarse en el futuro, deberán aceptar y enviar firmado, concordando con la propuesta y asumiendo total adhesión y confianza a la guía de la Jerarquía Espiritual. Es por esa razón fundamental que cada Hijo de María, consagrado hace tiempo o recientemente, tendrá que hacer votos ante la Jerarquía comprometiéndose a lo siguiente:
Primero
Mantener una vida de oración por la redención de sí mismo y del mundo. Mantener un ritmo de oración diario por la paz y por el cumplimiento de los Planes del Creador.
Segundo
Un Hijo de María consagrado asume total adhesión y obediencia a las indicaciones e instrucciones que recibe de Asociación María, ente ecuménico y espiritual que lo ampara y lo acompaña en su camino interior.
Tercero
Todo Hijo de María, una vez consagrado, asume desvincularse de cualquier movimiento, doctrina, grupo, asociación social humana o espiritual de cualquier índole que se oponga a los valores asumidos de una vida de oración, de servicio, de misericordia y de caridad inspirados por los Mensajeros Divinos. Eso significa, hijos, que cada Hijo de María, una vez consagrado, asume la propuesta planteada por la Santísima Virgen y también firma en este documento su desvinculación espiritual, moral o humana de cualquier movimiento espiritual que no sea de la cristiandad enseñada por el Reverendísimo Señor Jesucristo según Su Evangelio e Instrucción.
Cuarto
Asociación María, como guardiana y portavoz de todos los consagrados Hijos de María, tiene la autoridad, el permiso y la responsabilidad ante cada uno de ellos, de indicar, notificar, orientar, acompañar y determinar su desafiliación del ente por las siguientes razones:
A) Cuando se presenten problemas mentales que determinen que la persona por sí misma no pueda asumir su propia consagración ni tampoco pueda ser asumida por algún responsable.
B) Por razones evidentes de que mantenga, en forma paralela, cualquier vínculo espiritual y humano con otros movimientos que contradigan el ecumenismo cristiano y que estén fuera de la propuesta de ser Hijo de María.
C) Ante cualquier situación, sea espiritual, mental o humana que le impida asumir su propia consagración o que ponga en riesgo y comprometa a Asociación María o a otros hijos consagrados.
D) Por difamación, maltrato verbal, social o público de la Obra de la Santísima Virgen María o por estar generando confusión, comentarios o cualquier tipo de movimiento individual o grupal que comprometa los valores del respeto, de la fraternidad y de la transparencia ejercidos entre los miembros registrados en Asociación María.
E) Por fallecimiento. En este caso, al Hijo consagrado se le dará de baja de la Asociación, guardando entre todos los Hijos consagrados la presencia de esa alma en el Reino de los Cielos. Asociación María emitirá un documento para los familiares correspondientes, avisándoles la decisión tomada.
F) Ante cualquier otra situación espiritual, mental, emocional o humana que comprometa su propia consagración por razones de la purificación de estos tiempos.
Todo Hijo de María asume, a través de este documento firmado, que podría quedar desafiliado oficialmente de su consagración y que acepta abiertamente mantener su consagración interior con la Madre Divina. En caso de ser desafiliado no podrá portar los materiales que recibió al momento de su consagración. Por lo tanto, deberá entregar todos esos elementos para preservar de sí mismo, o de su propia imposibilidad, la Obra de la Jerarquía Celeste.
Quinto
Todos los Hijos de María, a través de este documento que deberá ser firmado por cada uno, asumen y aceptan en confianza cualquier determinación, acción o procedimiento de parte de la Junta de la Asociación María, sobre su posible desafiliación del ente, aquella que lo integra como miembro consagrado de Asociación María. Todo afiliado acepta integralmente cualquier observación o decisión que por razones lógicas pueda llevar a que la propia Asociación tome una rápida determinación.
Este reglamento intenta reforzar el verdadero compromiso de cada consagrado ante la Jerarquía, como una respuesta sana y armoniosa para proteger de uno mismo lo que la Divinidad intenta construir, asumiendo que en el tiempo de la purificación todo es impredecible.
Agradeceré que todos Mis Hijos consagrados reciban de la Junta de la Asociación María una copia de este documento, para que lo antes posible lo retornen firmado para ser registrado y archivado.
Si algún Hijo no acepta este reglamento, pido amorosamente que entregue todos los elementos de consagración y que se aproxime a algún Centro Mariano para orar y pedir luz, porque la consagración es un compromiso asumido conscientemente por amor al Plan.
¡Les agradezco por comprenderme!
Por un fin mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras por obra de la Gracia de Dios, la paz se establece en sus corazones, ella es retirada de los corazones inocentes de Mis hijos de Medio Oriente, que pierden la verdadera oportunidad de vivir a Dios.
El Amor de Cristo en cada uno de los cristianos de Medio Oriente nunca desaparecerá, porque por más daño que se haga a la consciencia, el alma de cada hijo Mío de Medio Oriente, ya está confirmada a Cristo.
Queridos hijos, que sus actos de caridad y de amor ayuden a sustentar la fe de todos aquellos corazones de Medio Oriente que son ultrajados diariamente por las manos del enemigo.
El daño podrá ser mayor, pero la victoria de esos corazones sobre el martirio afirma que Cristo siempre reinará y que no deberá correr más sangre inocente, ya que la Justicia de Dios será severa con aquellos que provocan el horror en el mundo.
El camino de la fe debe ser inquebrantable para todos, porque es en esta fe que ustedes, Mis hijos, podrán recibir la Gracia de seguir abriendo las puertas del Cielo y la puerta del corazón, que los conducirán al Amor de Mi Hijo.
Sean testigos de la verdadera fe de aquellos que son mutilados. La fe en Cristo no se podrá borrar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
¡Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia!
Queridos hijos, este es el lema para el nuevo jubileo de la Misericordia, una puerta fundamental que el embajador de Cristo, Mi hijo Francisco, abrió en este fin de año.
Es a través de este jubileo que todos los corazones son llamados por el Cielo, para que pongan su atención en el principio divino de la Misericordia de Dios en estos tiempos.
Queridos hijos, sin Misericordia ni Piedad nada será posible. Es por eso que en este último día del año, quisiera que Mis hijos orantes pensaran y meditaran en la importancia de alcanzar la Misericordia de Dios para los tiempos que vendrán.
Así como una vez dijo Mi Hijo: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”, esto es una afirmación divina para toda alma de la superficie de la Tierra que crea en esa Misericordia que perdona y disuelve cualquier falta.
Necesito, queridos hijos, que para este jubileo de la Misericordia de Dios, sus actos diarios sean actos de misericordia, actos que restablezcan en el mundo la paz y el amor entre los seres, siguiendo desde cerca la llama del Amor de Cristo, la que alumbra el tiempo de oscuridad que vive el planeta.
Queridos hijos, a través de las obras de misericordia ustedes estarán equilibrando sus deudas y así, silenciosamente, darán lugar para que Mi Hijo pueda realizar Sus prodigios de Misericordia en consciencias que están perdidas.
Hijos Míos, en este jubileo de la Misericordia, que sus corazones vivan el impulso extraordinario que llega a la Tierra para poder salvarla de alguna forma. Si ustedes confían en la Misericordia de Mi Hijo, sus vidas algún día serán misericordiosas.
La Misericordia de Dios en este tiempo los invita a cambiar su forma de actuar y de pensar, buscando la unidad entre los seres por medio del poder misericordioso del amor. Si eso se alcanzara, gran parte de la humanidad estaría a salvo sin haber sido previsto.
La Misericordia es una tabla de salvación, es el puente directo hacia el Corazón del Padre, que es Compasivo y Bondadoso con todo lo que fue creado.
Por eso vivan y renazcan todos los días a través de esa sagrada afirmación: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.
Queridos hijos, que este año que comenzará sea el año verdadero de la Misericordia para todos, de la esencia divina que viene para auxiliar al mundo perdido, y que sea la fuente inagotable que se derrama para traer cura a todas las almas.
Deseo, hijos Míos, que la próxima Maratón de la Divina Misericordia, en donde se cumplirán los treinta encuentros más importantes con Cristo para la historia de este planeta, sea una Maratón para afirmar en sus vidas que sí aceptan la Misericordia de Dios, la que es invencible.
Al menos háganlo en este día por aquellos corazones que serán desviados del camino de la redención, al ser tentados por las obras de Mi adversario. Sean bienaventurados y misericordiosos, recuerden vivir todos los días esa renovación.
Buen jubileo para todos los cristianos del mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los anima a vivir en la Misericordia Infinita de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Solo el amor será la antorcha que iluminará vuestros caminos en los momentos de mayor tribulación.
Solo el amor vencerá entre ustedes y prevalecerá en vuestros corazones cuando en verdad confiesen vuestras faltas ante el Redentor.
Solo el amor reinará en la nueva Tierra prometida cuando tan solo alguien en este mundo viva en su nombre.
El amor no es falsedad, no es mentira y tampoco apariencia de amar ni de sentirse amado. El Amor de Dios es otra cosa y para encontrarlo, vuestros corazones deben humillarse y rendirse ante el Amor del Redentor.
Es así, hijos Míos, que vuestras vidas sobre la Tierra se curarán y día a día esa cura universal impregnará cada vez más vuestras almas hasta que no exista ninguna herida, dolor ni incomprensión.
Amen, porque si no aman no podrán conocer vuestra verdad. Sean amantes puros del amor de Dios, dejen que ese amor brote y rebrote, los conquiste y los transforme en aquello que hasta ahora no aceptaron ser.
Mis hijos, Yo los amo, por eso estoy aquí todavía: amándolos, bendiciéndolos, mostrándoles el camino de la redención. Cuando vivan el verdadero amor, el Plan se fortalecerá y ya no será necesario que ninguna otra alma abandone el camino de Mi Hijo por solo querer vivir su propio amor.
El Amor de Dios los hará humildes, y siempre podrán reconocer que en la simplicidad del Amor de Dios todo tendrá su gran victoria. Quien no ama, ¿cómo lo conseguirá?
Amen, amen mucho y no tengan miedo de amar porque el amor comprende, ayuda, cura y convierte el corazón frío.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama en el Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
Hoy Me encuentro entre ustedes para traer paz, alivio y una expansión de luz que llegue a vuestras consciencias, para que estas se fortalezcan en el Amor de Dios.
En tiempo de pruebas, de grandes definiciones y de mayores compromisos que deben ser asumidos por los soldados de Cristo, Mi adversario utiliza todas sus artimañas para colocar en el corazón y en la mente de Mis hijos creaciones que no son reales, ideas y sentimientos que los perturban y que lo único que persiguen es alejarlos de la tarea del espíritu que encarnó en esta Tierra para servir a Dios.
Todos aquellos sentimientos y pensamientos que los alejan de Mi Corazón y del corazón de vuestros hermanos, están en proceso de transformación, para que de una vez y para siempre mueran por amor. Eso permitirá que lo verdadero que existe en ustedes, y que fue sembrado como talento por Mi Hijo, pueda brotar, florecer y desarrollarse.
Esos atributos verdaderos están guardados, en algunos casos bajo varias llaves, pues los aspectos mediocres de la humanidad se han cultivado en la consciencia a lo largo de la historia y se desenvuelven como falsos atributos; lo que engaña a todos Mis hijos haciéndoles creer que son sus mejores cualidades espirituales, destrezas mentales y materiales.
Mientras estos falsos atributos son defendidos y atesorados como reales y sublimes dentro de los seres, los verdaderos atributos y talentos quedan presos en jaulas, donde no se pueden expresar ni cumplir con lo que vinieron a hacer a este mundo.
Pero Mi Amor y el Amor Redentor de Mi Hijo vienen a quebrar las cerraduras de esas prisiones para que, aquello que ustedes verdaderamente son, Mis Amados Hijos, pueda ser liberado y la mediocridad aprendida por esta humanidad a lo largo de la historia pueda finalmente ser desenmascarada y morir.
El arte de amar, hijos queridos, es aquella tarea que Dios les ha encomendado, un ejercicio pleno de desafíos en donde cada consciencia se coloca como meta superar todos los días una a una las mediocridades de este mundo, con determinación, voluntad y fe para alcanzar ese propósito vital que sigue aguardando a los dignos Hijos de Dios.
Cuando una consciencia está determinada a alcanzar lo que Dios en verdad sembró en ella, pasando por encima de sí misma, sin miedo a lo que encontrará, recibe desde las Esferas Celestiales una asistencia que no es de este mundo, que está reservada para los valientes.
Cuando una consciencia se dispone en humildad a descubrir lo que este mundo colocó de falso en ella y se decide a descubrir el potencial que el Universo sembró en su interior, los Cielos colaboran para que su pronto despertar a lo verdadero abra la puerta del tesoro que estuvo guardado durante tanto tiempo.
Amados hijos, perseveren, trabajen, sean fuertes y valientes. Descubran lo falso que sembró en sus corazones Mi adversario, y no permitan ser impedidos de sentir la alegría plena de descubrir quienes verdaderamente son.
Yo los guío, confíen en Mis designios, en Mis pedidos y así los podré ayudar a liberarse de aquello que no son.
Hoy bendigo a Mi predilecto hijo, aquel que es predilecto por el esfuerzo que ha hecho en descubrir el instrumento que Yo he construido dentro de él y ofrecerse a ser conducido por Dios para el despertar de sus hermanos.
Yo quiero poder servirme de todos Mis amados hijos como instrumentos de la Luz en Mis manos.
Los amo, los protejo con Mi Inmaculado Corazón. Gracias por estar hoy Conmigo.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que vuestras palabras no juzguen a los demás corazones, que vuestros labios solo oren por la paz y el amor en el mundo entero.
Hijos Míos, que vuestro sentimiento sea una emanación del Amor de Mi Hijo porque a través de Jesús hallarán la fuente de todo el amor y el perdón.
Que vuestras vidas, en el final de este tiempo, solo sean amor y perdón, y que vuestras virtudes sean transmitidas mediante las buenas obras. Ustedes son Mis hijos y todos Mis hijos deben ser portadores de la paz en el corazón e irradiarla a través de la caridad y de la donación.
Caridad y donación es lo que falta entre hermanos del mismo mundo; por eso Mi Materno Corazón viene hacia ustedes para enseñarles que el Verdadero Amor nace como una flor al despuntar el sol.
Queridos hijos, que vuestros brazos y vuestras manos siempre estén abiertos para acoger a los más carentes y a los que más necesitan de Dios.
Pequeños hijos, hoy los invito a imitarme. Hoy los llamo a ser representantes verdaderos de Mi mensaje para el mundo, porque, como Madre, sé que vuestros corazones pueden ser fieles representantes de Mis palabras en el planeta.
Ustedes están bajo Mi Gracia cuando Yo amorosamente los visito mes a mes. Pero el mundo, ¿dónde está ahora?, ¿él vive la Misericordia de Dios?
Queridos hijos, ustedes, como servidores y como almas en oración, son llamados a ser partícipes y difusores de la Divina Misericordia porque, con mucho amor, amor puro y cristalino, vidas y corazones son transformados.
En vuestras manos está el porvenir del mundo y de toda la humanidad. En la oración, el ayuno y la vigilia se encuentra la fortaleza de la vida para cada corazón.
Hijos Míos, estén en Mi Corazón Maternal porque la Señora de la Paz quiere hacerlos humildes ante Dios para que, junto a los ángeles, todas las almas vivan su salvación y conversión y alaben por los siglos de los siglos a Dios.
Oren por los pastores porque en ellos Mi Hijo siempre quiere estar.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
A todos Mis hijos les doy Mi Paz y hoy los llamo a confiar en Dios porque en el final de estos tiempos vuestra fe debe estar madura y debe ser impregnada por vuestra oración.
Hijos Míos, lleven en vuestros corazones el Amor de Mi Hijo, porque es en el Amor de Mi Hijo que vuestras vidas encontrarán la confianza que todos necesitan delante del misterio de Dios.
Queridos hijos, mientras el tiempo cambia, vuestra oración debe ser pronunciada como un alimento para la vida; por eso, que en vuestras manos surja la oración donada e irradiada desde el corazón. Busquen la Fuente que nutre todas las cosas; que ella sea el agua que quite la sed de vuestros corazones y de los corazones que están solitarios en la vida.
Vuestra comunión con Mi Hijo mediante la oración les revelará el poder que tiene el amor cuando despierta en las almas.
Queridos hijos, vuestros corazones deben ser templos redimidos y consagrados al Dios Vivo, al Dios Todopoderoso que todo lo sabe, que todo lo ama y que todo lo conoce.
Por eso, hijos Míos, que vuestras consciencias, dentro de la confianza de Dios, abracen el Amor del Altísimo para que, junto a los ángeles del Cielo, auxilien a toda la humanidad. Que vuestros corazones no teman por nada; que con valentía caminen hacia el cumplimiento del amado Propósito de Dios.
Queridos hijos, abran vuestros brazos a todos para que el corazón les muestre qué simple es amar con devoción.
Pequeños Míos, el amor de cada uno de ustedes dará vida a lo que parece estar perdido y traerá cura a lo que parece estar dolorido. El Amor de Mi Inmaculado Corazón es la referencia primordial para vuestras vidas. Quien está en Mi Hijo también está en Mi Corazón, está en la Gran Consciencia de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
A los ojos de Dios, el alma siempre ama.
A los ojos de Dios, el alma vive su fe.
A los ojos de Dios, el alma camina y asciende.
A los ojos de Dios, el alma está en Dios.
A los ojos de Dios, el alma reconoce el camino hacia Cristo.
A los ojos de Dios, el alma bebe de la Fuente del Amor de Dios.
A los ojos de Dios, el alma crece y encuentra fortaleza en el Corazón de Dios.
A los ojos de Dios, todas las almas son iguales y todas están unidas al Principio Creador de Dios, porque a los ojos de Dios se viven los grandes misterios del Corazón de Dios.
Queridos hijos, hoy los invito a todos a permanecer bajo la mirada misericordiosa de Dios, porque a los ojos de Dios, vuestros corazones se tornarán inseparables de la vida de oración, y el Gran y Divino Espíritu de Dios les dará a conocer la humildad que necesitan para cumplir con Su Única Voluntad.
Hijos Míos, cuando los invito a estar en la mirada de Dios, es para que reconozcan que no están solos en vuestro caminar y que, unidos a Su Corazón, estarán siendo guiados por el Amor y el Espíritu Santo.
Pequeños hijos, muchos corazones aún no están bajo la mirada bondadosa de Dios. El Padre está cerca de cada uno de Sus amados hijos y ustedes, en el nombre del Amor, pueden ayudar a que el mundo entero esté bajo Su mirada.
Cada hijo de esta humanidad debe abrir el cofre del corazón para llegar hasta la mirada de Dios.
Mi Padre, el Altísimo, está en vuestros corazones y, por eso, los invito a buscarlo dentro de vuestros seres porque muchos hijos se olvidan fácilmente de Dios en el corazón. Vuestra atención de estar en Dios aliviará el martirio que Él recibe por las ofensas constantes de la humanidad.
Si la humanidad estuviera en la Misericordia de Dios, ella sería una humanidad misericordiosa. Aún están a tiempo de encontrar la Fuente del Amor de Dios en vuestros corazones porque Mi Aspiración Maternal es que ustedes aprendan a amar como amó Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y amados hijos del Padre:
Todas las ofensas que se generan en el mundo son perdonadas día a día a través de la Insondable y Poderosa Divina Misericordia que brota como manantial desde el Sagrado Corazón de Jesús.
Por eso hoy, Mis pequeños, ustedes deben entregarse en la fe a ese infinito misterio de perdón y de reparación para los corazones que han caído en faltas que ofenden a Dios.
Para que el mundo y las almas alcancen la paz y la armonía universal, necesarias en este final de tiempo, Mi Hijo precisa de humildes y espontáneos soldados de la Misericordia.
Queridos hijos, el Rey Universal del Amor de Dios, Jesús Cristo, aguarda diariamente que nuevos soldados, a través de la oración, el servicio y la fraternidad puedan ser Sus instrumentos para que Su Misericordia se difunda por el mundo. Los corazones aún no han comprendido el verdadero misterio de los Rayos misericordiosos de Jesús; por eso, hoy los invito a difundir esta importante Gracia que Mi Hijo está derramando sobre el mundo entero.
Mis niños, en Su Dolorosa Pasión se irradiaron los más altos Estados de Amor que brotaron desde el Corazón herido de Jesús. Ahora, resucitado, Él los llama a la conversión de vuestras vidas y a beber de la propia Fuente de Cristo, la cual todo lo sana y todo lo cura.
Queridos hijos, es hora de despertar ante esa magnífica y esplendorosa Gracia de Redención y de Perdón a la que Mi Hijo los está llamando a ser partícipes.
Que vuestras vidas solo sean Misericordia. Que vuestros actos sean misericordiosos. Que vuestras palabras y pensamientos sean impregnados por la Divina Misericordia. Que el Fuego del Amor de Jesús los convierta en instrumentos de Su Insondable Misericordia.
Queridos hijos, ¡aún están a tiempo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras el mundo aún no se detiene para contemplar el Corazón de Dios, el Padre Me envía hacia ustedes para llamarlos hoy a practicar la oración del corazón. La oración de todos los fieles dará el sustento para socorrer a la humanidad. La oración de los devotos a Mi Inmaculado Corazón unificará los corazones con Dios. La oración de los humildes y de los servidores despertará la devoción y la fe en los momentos definitorios.
Queridos hijos, unidos mediante la oración ustedes estarán preparados, como misioneros, para asistir la necesidad de paz en el mundo. Por eso, hijos Míos, oren mucho y consideren este sagrado ejercicio de la oración para que vuestras vidas estén guiadas por el Espíritu Santo.
Hijos Míos, uniendo vuestros corazones a cada grupo de oración, ustedes se estarán uniendo al Amor Crístico 1 de Mi Hijo. Por eso, también hoy los invito a considerar la unión importante entre los grupos de oración para que de esa manera vuestras almas sean una sola en la fraternidad y en la paz. Cuando unan vuestros grupos de oración como un solo grupo, estarán dando permiso para que Dios Todopoderoso actúe en cada uno de ustedes.
Pequeños hijos, como Madre de los Peregrinos, hoy los conduzco por un Nuevo Camino que muchos de Mis hijos están retomando, y ese Camino se llama Jesús Cristo, el Redentor, vuestro Salvador. Él debe ser vuestra alianza interna, deben tener el propósito de vivir con Él mediante la oración.
Queridos hijos, permanezcan con esta misión presente sabiendo que Mi Corazón los ayudará.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Crístico: palabra que no consta en los diccionarios. Vea la Introducción en la página 10.
Queridos hijos:
Recuerden que viven en este mundo para vuestra redención y para vuestra salvación. No detengan los pasos que Mi Hijo les está manifestando desde vuestros corazones. En los momentos de prueba y confirmación no miren hacia el pasado, fortalezcan vuestro espíritu mediante la oración del corazón. Unan vuestra esencia a la Esencia Única de Dios para que Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Jesús puedan socorrerlos. Queridos hijos, hoy los invito a vivir en la esperanza, esperanza de renacer como almas redimidas que quieren ardientemente estar en Dios. Yo los guiaré.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas estén en este mundo, ellas deberán aprender a perdonar, a trascender y a amar sobre todas las cosas. Recuerden, Mis niños, que esta es la lección para el discípulo de Mi Hijo: amar sobre todas las circunstancias.
Queridos hijos, hoy los llamo a confiar en el Perdón y en la Misericordia, los llamo a reconciliar vuestra existencia con Dios. Mi Corazón Maternal los conoce muy bien, sabe qué es lo que ustedes sienten, piensan y hacen, porque como Madre, vengo al mundo para corregir los errores de los corazones a través de Mi mensaje y de Mi Amor Maternal.
Si caen por algún obstáculo, queridos hijos, levántense como se levantó Lázaro al ser llamado por el Amor de Jesús. Reciban en vuestras vidas el Amor Redentor de Mi Hijo para que, en vuestro diálogo con Su Divino Corazón, Él pueda curarlos desde vuestro interior.
Queridos hijos, comiencen este día orando por la Redención de la humanidad.
¡Adelante, Mis pequeños!
Confíen en Dios Todopoderoso porque Él los ama.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy, una vez más, en Mi visita espiritual a Medjugorje, Yo les pido que reconozcan la presencia de Mi Paz en vuestros corazones. Mi Amor quiere convertir vuestras almas en un jardín de rosas y en un inagotable manantial de paz.
Hijos Míos, aceptando este llamado de Mi Corazón Materno, en ustedes no existirá más dolor, para que así nazca de nuevo el Amor del Redentor.
Queridos hijos, quiero que vuestras consciencias ya no reclamen más por las dificultades y por las pruebas de la vida. Yo los invito a permanecer en Mis brazos Maternales para que caminen en el sacrificio.
Pequeños Míos, el mundo está cargando con mucho dolor, por eso, ustedes deben ser verdaderas emanaciones de Mi Paz sobre la faz de la Tierra.
Queridos hijos, para corregir el pasado, las pruebas o el dolor, deben entregar vuestras vidas a las Manos del Creador. De esa manera, en nombre de todos los que no oran, no adoran y no aman a Dios, ustedes estarán haciendo una importante entrega de vuestros corazones al Altísimo.
Caminen, en este tiempo, bajo la Valentía y el Amor de Cristo, porque vuestros corazones misioneros ahora deben darlo todo por la humanidad.
Sonrían a la vida que Dios les ha dado con tanto amor; agradezcan desde el corazón y sirvan en paz a los más necesitados mediante la oración y el servicio del corazón. De esa forma, las torres de la paz se erguirán desde la Luz de vuestros corazones.
¡Les agradezco por estar viviendo Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más