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Cuando abran el corazón a Dios, lo abrirán en amor a sus hermanos. Allí comenzarán a comprender la ciencia de la compasión, y sus corazones serán tocados por el brillo supremo de la Humildad de Dios.
Cuando abran sus corazones mediante el ejercicio de la oración, las tinieblas de la confusión se desvanecerán, y en el camino lograrán ver el Horizonte Misericordioso de Dios.
Cuando abran sus corazones, será la humanidad que se abrirá a la Voluntad de Dios. Las almas se verán sinceras y puras delante del Creador y, con un Amor Inmenso, Su Gracia será derramada sobre todos.
Cuando vivan en Mi Inmaculado Corazón, les prometo que la paz rodeará la belleza de sus almas como un extenso jardín de rosas porque allí resplandecerá el Único Dios.
Cuando estén en el Corazón de Mi Hijo, sus almas se pacificarán y vivirán en la Ley del Espíritu Santo; se les revelará en la vida la esencia del amor y de la verdad.
Si la humanidad abriera el corazón a Mi llamado, mucho dolor ya hubiera acabado, reinaría la paz en los hogares y ningún hijo de Dios tendría su vida en peligro. Pero aún son muy pocos los que espontáneamente abren el corazón al llamado de Mi voz.
Muchos son los soldados que deberán estar en vigilia. El Pastor debe cuidar a Su rebaño. Recuerden que todos son llamados a la oración constante.
Hoy los invito a abrir sus corazones y dejarse conducir por la nueva guía maternal. Quien acepte ser Mi hijo será bien recibido en el Reino de la Paz, y en un acto verdadero se abrirá el corazón de quienes aún lo tienen cerrado para Dios.
Esto es lo esencial de hoy: abrir el corazón para que reine el Amor de Mi Hijo entre ustedes.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Siendo Madre de las Gracias, contemplo la necesidad de cada uno de Mis hijos. Como Madre y Reina de la Paz, los invito a colocar en vuestras oraciones todas las súplicas que Me envían vuestros hermanos para que la Luz del Padre y la Gracia de Su Amor puedan responder al llamado de Sus hijos.
Hijos Míos, con esto, ustedes verán cuán grande es la urgencia de oración por la humanidad, por las naciones y por los continentes. Queridos hijos, como siervos de Cristo, hoy los llamo a orar por todas las súplicas que pronuncian las almas todos los días hacia el Cielo.
Orando y ayunando ayudarán para que la Gracia de la Misericordia de Mi Hijo pueda difundirse en el corazón de todos Mis hijos. Pequeños niños, Yo los invito a madurar mediante el ejercicio de la oración porque es en la oración que descubrirán la sabiduría que vuestra consciencia necesita para que, en estos tiempos, tome las decisiones de paz.
Queridos hijos, como Reina de la Paz, les pido que a cada momento de vuestras vidas busquen a Jesús para aliviar las ofensas que Él recibe de parte de la humanidad. Hijos Míos, traten, a través de la oración, de aliviar el Corazón de Mi Hijo y, a partir del ejercicio orante, consolidar en vuestro corazón la alianza con Cristo.
Queridos hijos, en estos tiempos, la paz debe reinar en la morada de todos Mis hijos; ustedes, con la oración, tienen la llave que abre la Puerta del Universo Celestial de Dios.
Mediante la oración ustedes hallarán el camino más pacífico para vuestras vidas.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras el mundo aún no se detiene para contemplar el Corazón de Dios, el Padre Me envía hacia ustedes para llamarlos hoy a practicar la oración del corazón. La oración de todos los fieles dará el sustento para socorrer a la humanidad. La oración de los devotos a Mi Inmaculado Corazón unificará los corazones con Dios. La oración de los humildes y de los servidores despertará la devoción y la fe en los momentos definitorios.
Queridos hijos, unidos mediante la oración ustedes estarán preparados, como misioneros, para asistir la necesidad de paz en el mundo. Por eso, hijos Míos, oren mucho y consideren este sagrado ejercicio de la oración para que vuestras vidas estén guiadas por el Espíritu Santo.
Hijos Míos, uniendo vuestros corazones a cada grupo de oración, ustedes se estarán uniendo al Amor Crístico 1 de Mi Hijo. Por eso, también hoy los invito a considerar la unión importante entre los grupos de oración para que de esa manera vuestras almas sean una sola en la fraternidad y en la paz. Cuando unan vuestros grupos de oración como un solo grupo, estarán dando permiso para que Dios Todopoderoso actúe en cada uno de ustedes.
Pequeños hijos, como Madre de los Peregrinos, hoy los conduzco por un Nuevo Camino que muchos de Mis hijos están retomando, y ese Camino se llama Jesús Cristo, el Redentor, vuestro Salvador. Él debe ser vuestra alianza interna, deben tener el propósito de vivir con Él mediante la oración.
Queridos hijos, permanezcan con esta misión presente sabiendo que Mi Corazón los ayudará.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Crístico: palabra que no consta en los diccionarios. Vea la Introducción en la página 10.
Orando el rosario todos los días, las almas, cada vez más, se pondrán a los pies del Señor. Ellas recibirán el bálsamo de la Misericordia de Mi Hijo y, de esa manera, las faltas más graves les serán perdonadas por el Amor de Dios.
Queridos hijos, por este motivo, hoy nuevamente los llamo a perseverar en el propósito de la oración para que vuestros corazones se distancien de las artimañas del enemigo. Lleven en vuestras vidas un ritmo consecuente con la vida de oración, creen momentos indispensables de oración para que vuestras almas estén presentes en cada momento de la vida.
Cuando Yo los invito a observar un ritmo de oración, estoy llamándolos a mantener una consciente tarea espiritual e interna en este final de los tiempos. Vuestros corazones y vuestras vidas deben sentir sed de oración y de descubrir los Misterios Divinos que la fe despierta en vuestros corazones.
Hijos Míos, para eso, busquen la fuente de vuestra inspiración interior en Jesús, y Su Sagrado Corazón les mostrará el camino correcto hacia la redención y la reconciliación de cada una de vuestras vidas.
Será importante, queridos hijos, mantener constancia en la oración porque eso los preparará para enfrentar los tiempos que llegarán para el planeta.
Mis queridos hijos, hoy los llamo a tener como premisa, este, Mi pedido, que los llevará a comprender dónde se encuentra la esencia victoriosa del amor y del perdón.
Hijos Míos, como Madre Divina, cada vez más, quiero que todos Mis niños sean tenidos en cuenta para la salvación porque sé que todos deberían vivir en la belleza y en la Luz del Amor del Paraíso.
Vuestra sincera oración formará a la Nueva Tierra de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Recuerden que viven en este mundo para vuestra redención y para vuestra salvación. No detengan los pasos que Mi Hijo les está manifestando desde vuestros corazones. En los momentos de prueba y confirmación no miren hacia el pasado, fortalezcan vuestro espíritu mediante la oración del corazón. Unan vuestra esencia a la Esencia Única de Dios para que Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Jesús puedan socorrerlos. Queridos hijos, hoy los invito a vivir en la esperanza, esperanza de renacer como almas redimidas que quieren ardientemente estar en Dios. Yo los guiaré.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas estén en este mundo, ellas deberán aprender a perdonar, a trascender y a amar sobre todas las cosas. Recuerden, Mis niños, que esta es la lección para el discípulo de Mi Hijo: amar sobre todas las circunstancias.
Queridos hijos, hoy los llamo a confiar en el Perdón y en la Misericordia, los llamo a reconciliar vuestra existencia con Dios. Mi Corazón Maternal los conoce muy bien, sabe qué es lo que ustedes sienten, piensan y hacen, porque como Madre, vengo al mundo para corregir los errores de los corazones a través de Mi mensaje y de Mi Amor Maternal.
Si caen por algún obstáculo, queridos hijos, levántense como se levantó Lázaro al ser llamado por el Amor de Jesús. Reciban en vuestras vidas el Amor Redentor de Mi Hijo para que, en vuestro diálogo con Su Divino Corazón, Él pueda curarlos desde vuestro interior.
Queridos hijos, comiencen este día orando por la Redención de la humanidad.
¡Adelante, Mis pequeños!
Confíen en Dios Todopoderoso porque Él los ama.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Señora de la Inmaculada Concepción está pidiendo que oremos por la conversión de los que le faltan a Dios.
Oración: Ave María (4 veces en español).
Ahora, oraremos en portugués.
Oración: Ave María (4 veces en portugués).
Ahora, vamos a orar en inglés.
Oración: Ave María (4 veces en inglés).
Ahora, vamos a orar en italiano, a pedido de nuestra Madre.
Oración: Ave María (4 veces en italiano).
Queridos hijos, estoy construyendo el humilde Altar de la Paz para que recuerden en sus corazones la Simplicidad de Dios.
Las dos velas, junto a Mi Altar, que encendieron Mis hijas, simbolizan a Mis ángeles custodios. Las flores, a los pies, simbolizan el Amor de Dios. Y arrodillarse significa reverenciar a Dios, por aquellos que no reverencian a Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora Nuestra Madre está pidiendo que oremos en francés.
Oración: Ave María (4 veces en francés).
Siempre les recordaré la simplicidad para que lleguen a la humildad, queridos hijos.
Canción: “Ave María”.
Hijos Míos, hoy Mi Corazón está un poco más aliviado por sus oraciones.
Hoy, a través de Mi invitación especial, los llamo a la simplicidad para que alcancen la humildad. Deben elevar sus corazones hacia Mi Hijo para que encuentren esa esencia.
Yo estoy aquí, queridos hijos, para orar con ustedes por esta humanidad.
Hoy, Yo Soy la Señora de la Inmaculada Concepción entre ustedes, para que vean la Gracia de Dios a través de Mi Corazón y para que recuerden, queridos hijos, que siempre deben retornar al Padre.
El puente hacia la Casa de Dios se encuentra a través de la oración. El puente hacia la Casa de Dios se encuentra a través de Mi Corazón y del Corazón de Mi Hijo. Por eso, hijos Míos, acepten este llamado en esta hora tan importante.
Ayer, Yo les mostré cuán grande es Mi dolor. Hoy, les muestro, hijos Míos, qué grande es la Gracia que Dios Me ha dado. Por eso, deben llevar en sus corazones Mi llamado.
Alcen su mirada hacia los Cielos, que ahora están abiertos; y acepten, dando el sí, la Voluntad de Dios.
Quiero que ustedes construyan en sus moradas lo nuevo y lo puro, quiero que lleven en sus corazones Mi Luz.
¿Qué es más importante, hijos Míos, que estar en la Luz de Dios?
Eso los podrá fortalecer y auxiliar en el camino que están recorriendo. Cuentan con Mis Manos Maternales para que Yo los pueda llevar hasta Jesús. Vean, siguiendo Mis pasos, la guía hacia el Infinito para todos aquellos que aún no creen en Mi llamado.
Hoy, Yo les digo, hijos Míos, que Yo Soy la mediadora ante Jesús, Soy la obrera fiel de Mi Hijo, porque sepan que Él Me los confió a ustedes y Mi Corazón Materno se perpetúa en todos estos tiempos; Él arde en el Fuego de Dios para cada uno de ustedes.
Lleven Conmigo este llamado para que puedan encontrar la puerta hacia la Eternidad. Por eso, queridos hijos, escuchen lo que hoy Yo les pido.
En esta vida terrena que cada uno de ustedes está viviendo, no solo están trabajando por su conversión, sino también por la conversión de la humanidad, de todas las culturas y de todas las creencias. Porque sepan, hijos Míos, que Yo Soy la única Madre Universal que no se cansa de transmitirle al mundo acciones de Paz y de llamarlos a vivir en esa Paz. Esa Paz es posible, hijos Míos, Yo los invito a querer vivir en esa Paz porque en ese camino Me encontrarán.
Soy la Reina de la Paz, la Guardiana de cada uno de sus corazones. Soy la que abre el Manto del Padre sobre esta humanidad para colocar a todos Mis hijos debajo de Mí con el motivo de elevarlos hacia el universo. Y, allá, en el punto más alto en donde se encuentra Mi Hijo, Él los podrá ver resplandecientes como verdaderas esencias de la oración, como peregrinos, como ovejas de Su rebaño.
Como está escrito en la Ley del Señor, hijos Míos, los rebaños en este fin de tiempo se están agrupando. Este tiempo definitivo llama a cada uno de Mis hijos para que se defina ante Dios; y esto sucederá, hijos Míos, antes del Retorno del Redentor.
Como está dicho, queridos hijos, Me han dado la tarea de preparar sus corazones, de fortalecer sus corazones en la oración; porque es verdad, hijos Míos, que muchos corazones se olvidan de orar al Señor por formar parte de esta humanidad que les trae promesas e ilusiones que los llevan por caminos confusos.
Pero si aceptan, hijos Míos, el llamado a la oración, el llamado de la Señora de la Inmaculada Concepción, estarán construyendo con la Reina de la Paz nuevos caminos para los peregrinos, para todas las almas que aún están perdidas.
Pequeños hijos, grande es el dolor en esta humanidad. Mi Corazón y el Corazón de Mi Hijo sustentan a esta humanidad hace mucho tiempo.
Por eso, Yo los necesito en la fidelidad y en la sinceridad de la oración del corazón. Eso vale mucho, hijos Míos, en este tiempo.
Ustedes, como pequeñas almas de Dios, están recibiendo la Presencia de Mi Inmaculado Corazón mes a mes. Pero, ¿cómo Yo podré llegar a aquellos que están distantes de Dios si niegan al Padre, si niegan la existencia del Universo de Dios?
Por eso, hoy los invito también, hijos Míos, a que abran sus corazones para que ingrese la Luz y Mis Palabras puedan permanecer en sus moradas.
Simple es el esfuerzo que Yo les pido, queridos hijos: orar con el corazón, ayunar con la consciencia y confesarse con Mi Hijo diariamente.
De esa manera, queridos hijos, la Reina de la Paz los ayudará a purificar sus corazones, a sublimar sus intenciones, a liberar sus mentes para que la Mente Única de Dios pueda actuar y la nueva célula de la paz pueda habitar en sus corazones.
Aún muchos de Mis hijos desconocen el Proyecto de Dios; por eso, Mi Hijo y Dios sobre todas las cosas, Me envían a este mundo para anunciarles este llamado.
Recuerden, hijos Míos, que este llamado es especial. Es un llamado de fin de tiempo, un llamado diferente, diferente al que ya realicé en otros lugares en donde Yo he aparecido.
Este llamado, queridos hijos, es para abrir la consciencia de su corazón, para que sus mentes disipen cualquier pensamiento que intelectualmente se oponga a Dios; porque de esa manera, queridos hijos, purificados y aliviados por el Amor de Jesús, hallarán la paz y tendrán Mi Luz como guía en su camino.
Cuando Yo los invito a construir nuevos caminos, son caminos para otras almas, para aquellas almas a las que aún no puedo llegar.
Sepan que Mi Gracia aún se derrama sobre este mundo, en un tiempo donde la Ley está llegando para reequilibrar a los corazones por todo lo que han hecho.
Lo que una vez escribió Juan, el apóstol, poco a poco se está cumpliendo. A ese llamado, a esa anunciación que Juan escribió, sus corazones no se podrán negar. Sepan que Dios es Justo, hijos Míos, es Amor y es Verdad.
Por eso, Yo los invito a estar bajo el Espíritu Santo, porque ese sublime Espíritu de Dios los liberará para que encuentren el verdadero Amor de Dios en esta vida.
Muchos de Mis hijos, muchos hombres de esta humanidad, han separado los Planes de Dios de las aspiraciones de Mis hijos. Ahora, llegó el momento, queridos hijos, de volver a despertar sus aspiraciones para que se concrete en este plano la verdadera consagración. Cuentan Conmigo.
Mis Palabras se difunden una vez más. Mis Palabras se difunden por última vez y hoy nuevamente se las repito, queridos hijos, porque sus corazones ya deben estar preparados.
Es tan simple y tan humilde lo que Yo les pido: orar con el corazón para amar a Dios. Orar en cada momento de sus vidas y colocar a sus hermanos, especialmente a aquellos que desconocen a Dios, muy cerca, muy cerca del Reino de Dios; porque en sus cuentas, Mi Espíritu Maternal, Mi Amor Inmaculado, estará con ustedes cada vez que pronuncien y que llamen a Mi Corazón.
¿Cómo un hijo crecerá ante Dios si no tiene la guía de una madre?
¿Cómo hizo Jesús para llegar a la Cruz?
Él tuvo que estar primero en Mis Brazos para recibir Mi consolación y entonces comenzó a dar Sus primeros pasos y se volvió un Gran Instructor para el Casto Corazón de San José y para Mi Inmaculado Corazón. Jesús aprendió de la humildad cuando confió y se entregó a Dios.
Yo los invito, hijos Míos, a estar en Mis Brazos para que sientan la Paz de Mi Corazón. De esa manera, queridos hijos, Mi Luz irradiará sus corazones y sus corazones se iluminarán en la esencia de Mi Paz.
Ahora, que Mis Palabras ya han sido dichas, Yo los invito a orar, unidos al Corazón de Mi Hijo, por todas las almas de esta humanidad y, especialmente, por los tiempos que llegarán. Abracen, con sus corazones, el Amor de Mi Hijo.
Hoy, les dejo un presente especial, la flor blanca de Mi Corazón, la Pureza Esencial.
Oración: “Inmaculada Señora de la Paz” (5 veces).
Siempre tienen que alabar a Jesús para que Mi Corazón pueda llegar a sus vidas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Madre, en este momento, colocó a Sus Pies un número importante de lirios blancos. Y nos dijo que sería para dar una bendición al Paraguay, como la Señora de la Inmaculada Concepción.
Por eso, en este momento, le pide que al grupo organizador de Paraguay se acerque para recibir esa bendición en nombre de todos.
Vamos a cantar “Cristo Redentor”.
Canción: “Cristo Redentor”.
Canción: “María, Virgen Madre”.
Como Mi Corazón sabe que esperarán Mi retorno a este país, Yo les daré una bendición maternal.
Que sus esencias siempre resplandezcan delante del Trono de Dios.
Que acepten vivir eternamente bajo la Luz del Amor de Mi Hijo.
Que la Llama del Espíritu Santo se guarde en sus corazones.
Que sus consciencias estén unidas a la Gran Consciencia de Dios.
Y bajo la bendición maternal de la Trinidad, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco, queridos hijos, por responder a Mi llamado.
Canción: “Ave María”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a ofertar nuestro corazón a nuestra Madre y a decirle:
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Respondiendo al pedido de Nuestra Señora, vamos a repartirle a este grupo cada una de las rosas que Ella consagró y que también fueron consagradas por el Corazón de Jesús que, al final de la Aparición, se aproximó a nuestra Madre.
También, respondiendo al pedido de nuestra Madre, vamos a cantar “Magníficat”, mientras repartimos estas rosas.
Canción: “Magníficat”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Como hacemos en todas las Apariciones, vamos a relatarles algunos detalles de lo que sucedió durante la visita de nuestra Madre. Pero antes, quería que reflexionáramos juntos sobre algunos detalles de nuestra tarea.
Vieron qué diferencia entre la tarea que hicimos ayer y la tarea que hicimos hoy. Es importante que todos tengamos claro que para estar con nuestra Madre hay que poner el corazón en lo que hacemos; que, para recibir la Gracia del Cielo, hay que colocarse con todo lo que uno tiene. Y que, por lo que hemos podido ver, realmente lo podemos hacer; solo tenemos que quererlo. Así que, vamos a tenerlo bien presente.
Esto es importante porque este planeta necesita mucha Misericordia, y esa Misericordia desciende a través de nosotros también. Ese canal se abre a través de la apertura de nuestro corazón; si nosotros estamos tibios, no hay Misericordia, porque le estamos diciendo no al universo. Por eso, estemos bien atentos y vigilantes con nuestra voluntad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Como todos pudieron escuchar, hoy Ella vino como la Señora de la Inmaculada Concepción. Su Presencia representaba entre unos 25 y 30 años. Cuando Ella apareció, junto al lado izquierdo del cuadro, lo primero que nos pidió fue que oráramos el Credo.
Siempre que Ella aparece nos pide que oremos el Credo con Ella y también nos pide que oremos una segunda oración que vamos a rezar ahora, que es una oración que el Ángel de la Paz les entregó a los pastores de Fátima. Ella dijo que esa oración tiene un gran poder de conversión y también un poder de salvación. Ella ora esa oración con nosotros cuando aparece:
Oh, mi Jesús,
perdónanos y líbranos del fuego del infierno,
lleva a las almas todas para el Cielo,
y socorre, principalmente,
a las que más necesitan de Tu Misericordia.
Amén.
Esta oración Ella la repite unas siete veces hasta que, hoy en el momento de la Aparición, comenzó a caminar hacia los hermanos que están aquí.
Hoy, Ella recogió Su Manto con las dos Manos, llevaba algo dentro de ese Manto y cuando lo soltó comenzaron a caer muchos lirios blancos que se fueron derramando sobre todos. Luego, Ella se aproximó cerca de este lugar que tenemos aquí a la izquierda, y tenía un lirio blanco sobre cada uno de Sus Pies.
Y hoy, de una forma especial, Ella nos mostró Su rosario. En el extremo del rosario estaba la cruz cristiana y no tenía al Cristo Crucificado, porque nos dijo que está vivo y que está retornando. En ese momento, Ella comenzó a transmitir el Mensaje.
Hoy Sus Ojos estaban con una mirada más contemplativa, una mirada de paz y de recogimiento interior, hasta que nos pidió que una de las hermanas del grupo se acercara; y fue en ese momento que Ella nos pidió que oráramos el Ave María en diferentes idiomas. A medida que íbamos orando en cada idioma, no supimos cómo aconteció, pero Ella nos mostró algo importante.
Cada vez que pronunciábamos un Ave María en diferentes idiomas, Ella estaba aquí, pero al mismo tiempo estaba sobre cada continente. Y de una forma muy veloz, caminaba por cada región del planeta e iba socorriendo a muchas almas; sobre todo, nos mostraba que socorría a almas que estaban en un profundo dolor físico e interior y cómo con tan pocas oraciones acontecen grandes cosas.
En un momento en que nuestra hermana no comprendió bien algunas Palabras, Nuestra Señora sonrió con mucha alegría y solo dijo: “Que no esté nerviosa, que no se preocupe, Mi querida hija, porque todos estamos aprendiendo”. Y agregó: “Con mucha paciencia, Yo le hablaré lentamente”. Y continuó transmitiendo las Palabras, poco a poco.
En un momento de la Aparición, oramos la oración “Inmaculada Señora de la Paz”, y Ella también utilizó ese momento de la oración para hacer una tarea. Nos mostró una parte del purgatorio donde, según nos dijo, se vive bien; un estado en el que las almas no sufren.
Ese lugar que Ella visita es ese purgatorio; porque nos dijo que el purgatorio es una consciencia muy amplia que tiene varios niveles como si fuera un edificio; y en ese lugar que nos mostró, había grupos de almas que estaban sirviendo a través de la oración, almas que oraban por la humanidad.
Antes de finalizar la Aparición, Ella hizo la bendición de las flores, de las rosas. Ella colocó Sus Manos sobre las rosas; se aproximó como nunca antes se había aproximado en este último año de Apariciones. Y como ustedes escucharon, Ella pronunció esa bendición especial. Ella colocó toda Su Luz sobre esas flores, y nosotros comprendimos que colocó, en ese momento, Su Luz Espiritual.
Sentimos en ese momento un gran movimiento de Su Consciencia como Madre, porque abrió un haz de Luz sobre este lugar, un rayo que conectaba este lugar con el universo y la Presencia de Dios fue descendiendo por ese rayo de Luz a medida que Ella pronunciaba esa bendición.
En un momento de la Aparición, Ella vino acompañada de un grupo de hermanos. Cuando nos pidió que nos arrodilláramos, ante Ella, fue para que realizáramos una oferta por la conversión de los que le faltan a Dios.
Luego, Ella señala con Su Mano hacia nuestro lado, donde se encontraba el grupo, y apareció una familia indígena; una familia indígena que llevaba, en gran parte de sus cabezas, plumas de colores. Ellos, estaban en una total reverencia ante Nuestra Señora. Y, cuando Nuestra Señora mostró esa imagen, nos dijo que la mostraba para recordarnos que es la Madre de todos; y para Ella, como Madre, no existen diferencias entre las razas.
Al final de la Aparición, cuando ya consagró las rosas, le hizo un pedido al grupo organizador de Paraguay. Como ustedes escucharon, Ella dijo que va a retornar aquí, a Paraguay, y le hizo un pedido a este grupo, que va a quedar como intención en el corazón de cada uno de estos hermanos.
Ella pidió que participaran de la Aparición Anual en Figueira, al final de este mes de setiembre; porque allí Ella realizará una tarea importante. En ese momento, nos dijo que es una tarea con las naciones y agregó: “Porque Yo sé que existen muchos hermanos de diferentes naciones que llegan aquí, hasta Mí”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, así que cada día más comprometidos, ¿no? ¡Qué bueno!
Estamos muy entretenidos, para que la vida tenga sal y pimienta.
Bueno, nos vamos a ver pronto, Dios mediante.
A todos los que nos ven por internet les enviamos nuestro saludo y nuestro agradecimiento por estar con nosotros.
Contemplen la divina belleza de la Creación
Queridos hijos, que desde ustedes brote la esencia del amor y de la verdad para que vuestros corazones estén abiertos a la esencia de la donación. Hijos Míos, nunca dejen de contemplar el Amor de Dios en vuestros corazones. Abracen la esencia del perdón en su interior para que así se siembre en ustedes el nuevo Espíritu de Amor.
Queridos hijos, nunca bajen los brazos, eleven vuestra aspiración hacia el Infinito, aspiren a vivir en el Reino de Dios y aspiren también a vivir la Reconciliación y la Misericordia de Mi Hijo.
Pequeños hijos, nunca pierdan la alegría de estar en Mí y de vislumbrar en ustedes el poder de Mi Amor Inmaculado. Acepten estar en Mi camino. Vuestras almas reconocen de dónde proviene Mi Corazón Maternal, ellas reconocen Mi presencia antes que vuestras consciencias.
Yo soy la Señora de los Cielos, soy la Rosa Mística, soy la Madre que socorre a los peregrinos y soy el Corazón Inmaculado que se dona a ustedes para amarlos y perdonarlos.
Queridos hijos, Mi voz se anuncia al mundo una vez más para que Mis hijos no pierdan el sendero que lleva a la salvación, al rescate del corazón.
Estoy con ustedes en este camino de peregrinación hacia la eternidad. Que en vuestras vidas no pese el dolor, la amargura ni la desolación; que vuestros corazones, colmados por el Espíritu Santo, reciban la Paz, Paz que viene desde el Universo, Paz que emanan los soles y las estrellas, Paz que irradian todas las galaxias, la Paz que viene del Infinito y que ustedes desconocen.
Desde allí llega a ustedes Mi Corazón Maternal para mostrarles el camino que conduce a una vida humilde y pacífica, un camino hacia el Universo, hacia todo lo que el Padre, Adonai, creó por amor a ustedes y para Su Gloria.
Queridos hijos, ¡glorifiquen a Dios!, ¡amen a Dios!, ¡busquen a Dios en vuestras vidas! porque de esa manera vuestras pequeñas esencias y todas las esencias estarán en el Reino Celestial del Universo.
Más allá de vuestra vida terrena existe la eternidad, el eterno presente, la Omnipresencia de Dios en todos los universos. Por eso, hijos Míos, ¡oren!, ¡oren! y ¡oren! Que vuestros labios no se cansen de orar para que la Misericordia de Cristo auxilie a la humanidad.
Agradezco a todos Mis hijos por el amoroso recibimiento en esta Nación Paraguaya.
Amor y paz para todos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón Materno llega a vuestras vidas para aliviarlos de todo dolor, sufrimiento e incomprensión. El Sagrado Corazón de Mi Hijo llega a vuestras vidas para redimirlos y para conducirlos hacia el camino de la salvación.
Queridos hijos, llamando nuevamente a cada una de vuestras vidas, hoy, el Señor les pide que purifiquen vuestros corazones de cualquier sentimiento que no pertenezca a la Luz, porque si así lo hicieran mediante el ejercicio de oración, vuestras almas estarían ayudando a aliviar la gran ira que vive parte de la humanidad. Este es un sentimiento que distancia a los corazones del Único, del amoroso Corazón de Dios.
Por eso, mis pequeños, que sus corazones sean corazones de niños: puros, cristalinos y verdaderos, corazones que, renovados en Jesús, amen nuevamente creando así un puente de paz entre el Cielo y la Tierra, uniendo el Divino Espíritu de Dios con el pequeño espíritu de cada uno de Mis hijos.
Queridos hijos, un camino para que vuestros corazones se curen es imitar al pequeño y Divino Niño Jesús que, con Su pureza e inocencia, fue quien transmitió a la humanidad la esencia del Verdadero Amor. El pequeño Niño Jesús dejó sobre este mundo el Espíritu del Amor de Dios a través de Su entrega por cada uno de ustedes.
Ese es el amor que quiero que Mis hijos cultiven en sus corazones; ese es el amor que emana del Sagrado Corazón constantemente. Es el amor que dona Jesús sin cansarse, amor tan compasivo; Él mismo consagró a cada uno de ustedes a la esencia del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Reitero, hijos Míos, que cuando les hablo de ser como pequeños niños es para que, con esa actitud, purifiquen la ira que se vive en el mundo; si ustedes se renovaran en el espíritu de amor, la humanidad podría recibir la Gracia de la Compasión.
Queridos hijos, como Mediadora, los llamo a orar, a orar por la paz en la mente y en el corazón de cada uno de Mis hijos. Yo estaré, una vez más, agradecida por vuestra correspondencia para con los Planes del Creador.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijitos Míos:
Almas ardientes en el Creador, con alegría por Su Misericordia, alabado sea Jesús en todos los corazones de Mis hijos de Paraguay.
Queridos hijos, por la Gracia de Dios Altísimo, hoy los visito con mucho amor para invitarlos de nuevo a proclamar la oración del corazón. Hijos Míos, envío Mis Bendiciones Maternales a toda la Nación Guaraní, y hoy, como Madre de las Américas y como Sierva del Señor les traigo Mi Paz Maternal y consuelo para los afligidos.
Pequeños hijos, al igual que en Guadalupe con Juan Diego sobre el Tepeyac1 hoy, nuevamente, coloco Mi corona de estrellas sobre cada uno de Mis hijos guaraníes. Queridos hijos, Mi llamado, en estos tiempos, es un llamado a la oración, a la reparación de la vida de los pueblos, de cada una de las culturas americanas y de toda la humanidad,y eso acontecerá a través de vuestra sincera oración.
Como Madre del Único y como Reina del Cielo, hijos Míos, hoy los llamo a reafirmar, mediante la oración, vuestra conversión a Dios, al Todopoderoso; esto permitirá que vuestras almas comulguen de la presencia de Cristo, el Redentor.
Queridos hijos, hoy llego a Paraguay para darles Mi Bendición Maternal y Mi Paz.
Como Madre de todas las almas, les suplico que oren por la salvación de todos los pueblos americanos, para que, al igual que Juan Diego, recuperen la humildad, la simplicidad y el amor a Dios.
Hijos Míos, hoy, desde aquí, desde el Universo Celestial junto a Juan Diego, les damos las gracias por responder a Mis pedidos. Guardo especial predilección por todos Mis hijos de Paraguay, pues la siempre Bienaventurada Virgen María conoce de vuestro amor a Su Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, recen, recen mucho para que Dios los escuche desde la voz de vuestros corazones. Recen por las comunidades guaraníes, recen para que la educación y la vida digna puedan expresarse en cada uno de estos hijos Mios.
Los adoro con Mi Corazón a todos. Oremos por la presencia de la paz en todo el Paraguay.
¡Les agradezco!
A todos los grupos de oración de Paraguay, gracias por escuchar Mi llamado.
En Cristo Vivo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Colina próxima a la actual Ciudad de Méjico, donde en el año 1531 la Virgen se manifestó al indígena Juan Diego.
Hijos Míos:
El tiempo corre en la vida de todas las almas, y hoy de nuevo los invito a estar en Mi Paz.
Queridos hijos, para permanecer en ese Reino los invito a vivir en la oración. Hoy, una vez más, reitero ese pedido delante de la necesidad de amor y de unidad entre los corazones de todos Mis hijos. Cuando en verdad acepten estar en el Reino Celestial de la Paz, vuestras vidas alcanzarán la armonía y la paz en el corazón.
Cuando les hablo que el tiempo corre en la vida de Mis hijos, es porque pocos se detienen para mirar y orar al Corazón de Mi Hijo. Las almas se distancian del manantial de vida sin percibirlo, más aún cuando muchos corazones afirman su propia verdad.
Siendo Madre Auxiliadora de todos los cristianos y Reina de la Paz, del Amor y de la Salvación, les pido que nunca olviden vivir en la presencia de Jesús. De esa manera, naciendo desde vuestros corazones un gesto amoroso hacia el prójimo, ayudarán a revertir la falta de consciencia y la falta de aspiración para buscar a Jesús.
Como ya se los he dicho, queridos hijos: Él los espera en el silencio del corazón; por eso, no se detengan en el tiempo y comiencen a orar a cada instante de vuestras vidas. El Señor del Universo estará agradecido por vuestra colaboración.
Queridos hijos, por eso hoy les digo que permanezcan en el Amor de Dios, porque el Amor de Dios será el escudo para vuestra protección y ese Amor Divino servirá de auxilio para vuestras decisiones en la vida.
Entreguen vuestras pequeñísimas voluntades para que Cristo Vivo encuentre reposo en vuestras moradas. La Luz debe entrar en el corazón de todos Mis hijos, aún más en aquellos que deben iniciar el camino de la conversión del corazón.
Oremos por todos ellos.
¡Les agradezco!
Vivan en la humildad de Jesús.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
El mayor sufrimiento que Mi Corazón Maternal observa en esta humanidad es la falta del amor en el corazón. Por eso, queridos hijos, estar en el Amor de Dios, vivir en el Amor de Dios y obrar en el Amor de Dios, es lo que les permitirá, en el final de estos tiempos, hacer florecer la sabiduría en la humanidad.
Queridos hijos, un camino para encontrar el Amor de Dios es abrir vuestros corazones a la oración porque ella es la mediadora, ella es la Luz nueva que está llegando a las consciencias de todos Mis hijos.
Hijos Míos, como Madre, estoy aquí entre ustedes para enseñarles a caminar en el arte de la oración, en la vida de oración que todos Mis pequeños niños necesitan despertar y realizar en estos momentos.
Ustedes cuentan con Mi Hijo Jesús que es la expresión viva de la oración, de la unión perpetua con Dios Creador. Cuando los invito a orar por la paz y por la Luz en la humanidad, Yo los llamo a que vuestros corazones se vuelvan misericordiosos para que imiten el camino de la humildad y de la donación total al Creador.
Queridos hijos, por eso caminen, caminen y no detengan vuestros pasos en la vida de oración, porque así Mi Inmaculado Corazón los acompañará y Dios se servirá de vuestras oraciones.
La Obra de Dios en este tiempo es la redención de todas las almas y la oración que nace del corazón será la gran llave para la salvación de los más humildes y de los más necesitados de paz.
Atiendan a Mi llamado y recuerden que estas son Mis últimas palabras en este ciclo de la humanidad. Preparen vuestros corazones en la constancia a través de la oración.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Gracias por responder a Mi llamado por la paz y por la conversión de los corazones que cada día se distancian del Amor del Creador.
Hijos Míos, ¿saben, en verdad, por qué son Mis queridos hijos?
Porque quiero enseñarles a amar sobre toda circunstancia.
Porque quiero abrir vuestro Templo Interior para la Gloria de Dios.
Porque quiero que abran vuestros ojos a la Luz de Dios.
Porque quiero borrar el conflicto y la falta de paz en todos Mis hijos.
Porque quiero que oren Conmigo y que recuerden cuán importante es unirse en oración.
Porque quiero reconocer vuestros corazones como reconozco, como Madre, el Corazón de Mi Hijo.
Porque quiero que las almas sean una, así como Mi Hijo y Yo somos con Dios.
Son Mis queridos hijos porque Jesús Me confió vuestro camino desde el inicio.
Porque quiero que el mundo sea un Reino de Paz.
Son Mis queridos hijos para que aprendan a perdonar, a reconciliarse y a vivir en el Amor de Dios.
Porque necesito de vuestra sincera respuesta en la oración como en la comunión con Cristo.
Porque quiero consagrar vuestras vidas para que se consagre la humanidad.
Porque quiero que sean humildad en vida para saciar la sed de los que están solos.
Son Mis queridos hijos porque quiero que vivan en la paz, porque en la paz siempre hallarán la Luz y el refugio en el Corazón de Dios.
Porque es necesario liberar las causas del pasado para nacer a la Luz de lo nuevo.
Porque quiero que estén en Dios.
Porque quiero que vivan como almas y se despojen de todo el control.
Son Mis queridos hijos porque quiero revelarles una única verdad, la verdad del amor que los llevará a poder perdonar y así reconciliar vuestros corazones.
Queridos hijos, todas Mis intenciones se unen mediante la oración; ella es el camino que los llevará hacia la Verdad y la Vida que representa Jesús.
Son Mis queridos hijos porque los amo como corazones y como esencias, porque Dios observa la belleza que Él creó en ustedes a través del poder de Su Amor.
Hijos Míos, cuando estén vacíos, Dios los llenará con Su Eterno Amor y vuestra fe se volverá fuerte como el hierro. Nada impedirá que vuestra vida sea alegría aún en las arduas pruebas.
Cuando estén en Dios, nada los separará de Él; porque allí Jesús –Su Bondadoso Corazón– y Mi Materno Corazón estarán con ustedes iluminándoles el camino hacia la Eternidad.
Abran vuestros Templos Internos al Gran Corazón de Dios y estarán confiados perpetuamente.
Yo estoy hoy aquí porque ustedes han orado Conmigo, y esa Gracia ha descendido a través de Mi Llegada Maternal a cada una de vuestras vidas.
Sean valientes y nunca detengan el pulsar del amor en vuestros corazones.
¡Estoy celestialmente agradecida por vuestra peregrinación interior!
Alegría para vuestro día.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Dios Padre Todopoderoso, como Hija de la Misericordia y como Reina de la Paz, Me ha dado el permiso para socorrer a todos los pequeños corazones, a todas las almas de la humanidad.
Queridos hijos,
Hoy quiero decirles que es mediante la oración que más Gracias podrán ser vertidas sobre todas las almas del mundo. Para que esa misericordiosa Gracia pueda llegar, Dios necesita de hijos en constante oración que ayuden a reparar todas las causas que ofenden el Amor de Dios y que provocan indiferencia en los corazones de la humanidad.
Hijos Míos, Yo los invito a formar parte del rebaño orante de Mi Hijo, almas que vigilan en oración por otras almas para que el mundo pueda convertirse, salvarse y volverse sagrado delante del trono de Dios.
Ustedes, inmersos en el espíritu poderoso de la oración del corazón, aliviarán vuestras pruebas y, como mediadores, rezarán por los que no viven en Dios. El Corazón de Dios sigue siendo ofendido, y Mi Hijo, a través de Su Divina Misericordia, Me envía hacia ustedes para revelarles esta realidad.
Sepan, queridos hijos, que ya es hora de la reparación para que el perdón pueda expresarse en la vida de cada alma. Pequeños Míos, estoy llamándolos a socorrer al mundo a través de la oración del corazón y de una donación pura que pueda auxiliar a muchas almas desde el ejercicio de la oración.
Por eso, vuestros grupos orantes son llamados a construir de nuevo la unión entre el alma y Dios, razón por la cual queridos hijos, Mi llamado es urgente antes del tiempo del Divino Juicio.
Entren al Reino de la Divina Misericordia y, con compasión, acepten beber de la Fuente que todo lo repara, acepten permanecer en el Corazón que todo lo sabe y todo lo cura, acepten estar en Mi Hijo Jesús.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Abracen fuerte el llamado a la conversión que Mi Inmaculado Corazón pronuncia para cada una de vuestras vidas. Reconozcan, queridos hijos, que la conversión se realizará mediante el ejercicio de la oración del corazón. Vivan siempre en la aspiración a una vida dentro de las Leyes del Señor. Que vuestro espíritu y vuestra pequeña alma permanezcan en ese Reino y que nada permita hacerlos descender de él.
Queridos hijos, Mi Voz Maternal los llama mes a mes para recordarles la importancia de la conversión que debe manifestarse en vuestros pensamientos, en vuestros sentimientos y, sobre todo, en vuestra vida esencial. Y eso se iniciará a través del camino de oración.
Yo quiero llevarlos a vivir en la Presencia Divina que se llama Amor en el Corazón. Pequeños Míos, para recibir esa Gracia Celestial del Amor Divino, ustedes deben sentir y actuar en el nombre de ese Amor para que, fortalecidos por la oración, puedan ayudar a muchos de Mis hijos que pierden esa Esencia Primordial de Dios.
Asimismo, queridos hijos, ustedes verán cómo se ve el mundo desde el Universo de Dios y verán también la gran separación que existe entre las almas y Mi Hijo. Él les muestra el camino hacia lo nuevo, lo Sagrado y lo Divino. Por eso, oren y no dejen de orar para ayudar a todos aquellos que necesitan, en este tiempo definitivo, vivir en ese Amor Divino.
Hijos Míos, supliquen, aspiren a vivir en la esencia de ese Amor, entonces, vuestra vida estará en Dios, será reparada, y se borrará cualquier dolor de vuestros corazones.
En alegría, purifiquen sus sentimientos y acepten Mis brazos para que la Luz de Mi Corazón Maternal les ilumine el camino hacia la redención. El Amor de Dios debe ser la premisa de oración para todos Mis hijos porque en ese Amor ustedes hallarán la Paz Celestial.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Quiero que recuerden orar el rosario todos los días por la paz en el mundo y por la conversión de las almas que están distantes del Santísimo Corazón de Mi Hijo.
Por este motivo, pequeños Míos, esta es la invitación y el llamado primordial que Mi Inmaculado Corazón hoy hace a cada uno de ustedes como a cada grupo de oración.
A lo largo de estos últimos meses, en los que Mi Corazón Maternal estuvo entre ustedes, han surgido muchos pedidos de oración. Hoy también les pido que consideren como vigentes cada uno de ellos ya que aún existe la necesidad en todo el mundo, la necesidad de una verdadera oración que pueda nacer desde vuestros corazones.
Orando el rosario por la paz ustedes permitirán que la Luz Celestial se aproxime y colme aquellos espacios en el mundo que necesitan de perdón y de una rápida conversión.
Queridos hijos, Mi Voz Maternal no se cansará de decirles cuán importante es estar consciente en la vida de oración y en cada una de las situaciones que surgen en el mundo.
Cada día que el sol despierta en vuestra vida, muchas situaciones surgen como una realidad que se expande hacia toda la humanidad. Por esto, hijos Míos, que en vuestras manos viva la oración, que la oración pueda ser el prenuncio para muchos, el alivio para otros y la esperanza para los que la han perdido. Vuestra oración del corazón colaborará para preparar la conversión de muchas almas y dará el sostén para los momentos más importantes de la humanidad.
Una invitación para vuestras almas es estar en Jesús, es vivir en Mi Hijo, porque en Él y con Él vuestros corazones se iluminarán en la Eterna Paz y despertarán al perdón.
Oremos, porque solo resta orar.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Con Mis manos unidas en oración y contemplando a cada uno de Mis hijos, hoy los llamo a la reflexión porque, como Madre, quiero que comprendan cuán importante es la preparación de vuestro corazón para el nuevo tiempo que llegará.
Queridos hijos:
Mis manos no se cansan de orar perpetuamente por las necesidades de esta humanidad y por todas las causas que necesitan de una intercesión mayor.
Que vuestra oración se vuelva mediadora entre ustedes y Cristo, Mi Hijo y Dios Todopoderoso; de esa manera y con una actitud reverente aprenderán, Mis queridos hijos, a suplicar a Dios por todo el mundo.
Muchas son las necesidades de piedad, perdón y Misericordia en toda la humanidad mientras pocos son los que abren los oídos del corazón, sin buscar milagros, y escuchan Mi llamado.
A todos Mis hijos les pido que ¡recen!, ¡recen con el corazón!, ¡recen con todo el Amor Verdadero que pueda nacer desde vuestros corazones!
Ahora solo bastará orar, orar y orar para que un poco más de Gracia pueda llegar a todos Mis hijos. Ustedes, Mis pequeñitos, deben ser como estrellas de Luz que vienen en auxilio de la Tierra, que traen la paz y la Luz a los rincones más oscuros del mundo.
En tiempos de cambios muchos prefieren no escuchar; ahora Mi Voz Maternal los llama a abrir vuestros ojos a los anuncios del Cielo.
Queridos hijos, que vuestros grupos de oración sean fuentes de expresión de Mi Amor Materno para cada uno de ustedes, y que ese Amor Divino que ustedes reciben a través de la guía de Mi Inmaculado Corazón pueda extenderse a todas las almas del mundo.
Toda la humanidad debe recibir la Gracia de la salvación, por eso, Mis hijos: ¡oremos sin demora!
¡Les estaré agradecida!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi eterna y única aspiración es que todos Mis hijos ingresen al Reino de Mi Inmaculado Corazón para que cada una de vuestras vidas vea la Luz del Rostro de Dios sobre la humanidad.
Queridos hijos:
Hoy los llamo a permanecer en la aspiración a estar en el Reino Eterno del paraíso y en el Reino de la Luz Misericordiosa de Mi Hijo.
Con vuestra aspiración en lo Alto, mediante la oración del corazón, vuestros ojos se abrirán al llamado por la paz y vuestros corazones recordarán que cada momento de oración es único en este tiempo final.
De esa manera, hijos Míos, Yo los estoy llamando al acto permanente de la reparación del Corazón de Dios que es altamente agredido por las ofensas cometidas por la humanidad día a día.
Y esas ofensas comprometen el caminar del corazón de muchos de Mis hijos que están distantes de Dios. Esa distancia es por no reconocer el único y Verdadero Amor del Creador.
Como ya les he dicho, estamos en tiempos de emergencia donde es necesaria la oración continua; coloquen vuestro pensamiento en lo Alto, en lo Divino, en las Moradas Celestiales de Dios, porque esa también es una manera de orar con el espíritu.
Hijos Míos, cuanto más oración fluya de vuestros labios, mayor será la posibilidad de la venida de la Gracia, de la Misericordia y de la Redención.
Queridos hijos, sepan que en todo este trayecto orante está la Luz de Mi Inmaculado Corazón sobre vuestros corazones; por eso caminen juntos hacia la Luz del Redentor. Cristo los espera como ardientes misioneros de Su amorosa Paz.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy, una vez más, en Mi visita espiritual a Medjugorje, Yo les pido que reconozcan la presencia de Mi Paz en vuestros corazones. Mi Amor quiere convertir vuestras almas en un jardín de rosas y en un inagotable manantial de paz.
Hijos Míos, aceptando este llamado de Mi Corazón Materno, en ustedes no existirá más dolor, para que así nazca de nuevo el Amor del Redentor.
Queridos hijos, quiero que vuestras consciencias ya no reclamen más por las dificultades y por las pruebas de la vida. Yo los invito a permanecer en Mis brazos Maternales para que caminen en el sacrificio.
Pequeños Míos, el mundo está cargando con mucho dolor, por eso, ustedes deben ser verdaderas emanaciones de Mi Paz sobre la faz de la Tierra.
Queridos hijos, para corregir el pasado, las pruebas o el dolor, deben entregar vuestras vidas a las Manos del Creador. De esa manera, en nombre de todos los que no oran, no adoran y no aman a Dios, ustedes estarán haciendo una importante entrega de vuestros corazones al Altísimo.
Caminen, en este tiempo, bajo la Valentía y el Amor de Cristo, porque vuestros corazones misioneros ahora deben darlo todo por la humanidad.
Sonrían a la vida que Dios les ha dado con tanto amor; agradezcan desde el corazón y sirvan en paz a los más necesitados mediante la oración y el servicio del corazón. De esa forma, las torres de la paz se erguirán desde la Luz de vuestros corazones.
¡Les agradezco por estar viviendo Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Conmemorando este mes el aniversario de Mis Apariciones en el Brasil, hoy los invito a preparar vuestros corazones para Mi visita anual en la Colina de las Apariciones1, visita que será diferente a las anteriores. Ustedes, Mis queridos hijos, en este ciclo final, deberán dar el “sí” al Creador para que Sus Obras de Paz puedan proseguir a través de Su Sierva Fiel, la Reina de la Paz.
Hijos Míos, por este motivo especial, este mes los llamo a renovar vuestros grupos orantes mediante el crecimiento de vuestra fe en el corazón y a través del ejercicio semanal de oración.
Quiero que cada grupo medite al respecto de lo que puede entregar a Mi Inmaculado Corazón. Yo los invito a reflexionar sobre lo que ha sucedido en cada grupo a lo largo de este último año que Mi Corazón los ha visitado mensualmente.
Como Madre del Señor, los llamo a fortalecerse como grupo orante mediante un voto sincero de orar por la paz y de convocar a más almas para que oren con vosotros.
Queridos hijos Míos, ustedes deben renovarse a través del Espíritu Santo. Por eso, a cada nuevo encuentro de oración entre las almas, los invito a sentir y a pedir por la Presencia de este inagotable Espíritu de Amor y de Sabiduría.
Pequeños Míos, cuando les hablo de renovación en los grupos de oración, les hablo de que cada uno de los orantes se convierta en llama viva del Espíritu Santo.
Hijos Míos, que vuestros grupos auxiliadores de oración imiten el cenáculo de María de Nazaret junto a los apóstoles. De esa manera, el corazón de vuestro grupo será Mi Inmaculado Corazón.
Abran las puertas de vuestras moradas para la llegada de nuevas almas orantes.
Queridos hijos, con humildad les digo que el gran Rayo de Luz que Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Cristo derramaron sobre Río de Janeiro, lo han podido ver manifestado en un gran arcoíris; esa fue la señal de la Misericordia en respuesta a todos Mis hijos que oran, que oran a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1Localizada en el Centro Mariano de Figueira, Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, Brasil.
Como Señora de la Luz, hoy les traigo desde el Cielo el Amor redentor de Mi Hijo.
Queridos hijos:
Que en este día puedan estar en Jesús, el Salvador; que vuestra oración sea socorro para muchos corazones que necesitan de Mi auxilio maternal.
Por eso, queridos hijos, hoy los invito a formarse conscientemente en Mi escuela de oración y de devoción, para que en la fe, la confianza absoluta en la Voluntad de Dios se revele en vuestras vidas.
Queridos hijos, en el día de ayer los llamé a orar por todos los pequeños niños del mundo; hoy los llamo a orar por toda la humanidad. Sepan, hijos Míos, que vuestra oración puede interceder amorosamente en los Cielos y Mi Corazón Materno recoge cada una de las oraciones para ofrecerlas al Creador como el amor del corazón de cada uno de Sus hijos.
Queridos hijos, en tiempos de emergencia, los llamo a formarse diariamente en la oración del corazón para que, mediante ella, ustedes puedan estar bajo la guía misericordiosa de Mi Hijo.
Hoy el mundo sigue necesitando de mucha oración, de la participación activa de cada grupo orante, para que de esa manera, Mi Luz Celestial pueda colmar a cada uno de Mis hijos.
Como Madre Divina e Inmaculada, nuevamente les digo que ustedes tienen, mediante la oración del corazón, la decisión definitiva en vuestras manos. Corran sin demora hacia los brazos de Mi Hijo; Él, como Buen Pastor de todos los rebaños, los quiere conducir hacia la conversión y el perdón. Él aguarda vuestro permiso.
Les agradezco por acompañarme en esta misión de paz por Río de Janeiro.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más