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Apreciados hijos:
Hoy agradezco en especial a todos los servidores donados a Mi Inmaculado Corazón. Mi tarea por la paz se difunde por la espontánea y abnegada colaboración de muchos de Mis servidores marianos en el mundo.
El mensaje de hoy lo dedico, con amor y agradecimiento, al grupo de almas donadas a la misión de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Sin la dedicación total de vuestras vidas, muchas almas no hubieran podido salvarse. Sepan, Mis queridos hijos, que Mi Corazón no elogia, pero sí irradia amor y agradecimiento celestial por la tarea que vosotros, como hijos, hacéis posible en esta parte del mundo, en esta parte de América del Sur.
Queridos hijos, por tal motivo, a todo este dedicado grupo de almas les extiendo Mis brazos para que a todos, tomados de Mis Manos Maternales, Yo pueda elevarlos hasta el Reino de Dios.
Hijos Míos, recuerden que vuestra morada debe reposar todos los días porque Dios necesita que vuestro templo esté firme y fuerte para que puedan continuar con la tarea que Yo les he confiado.
Como soy Madre de todas las almas, hoy pido a todos Mis hijos que oren, que oren por todo este grupo mariano de almas para que la Luz del Espíritu Santo los colme, los guíe y les entregue sabiduría espiritual para cada uno de los pasos que realizarán Conmigo, en esta tarea de paz, en esta Mi Misión Maternal.
Agradecida por entero a todo este grupo dedicado a llevar el Mensaje de Mi Inmaculado Corazón les pido, hijitos Míos, que colaboren sinceramente para que esta tarea pueda continuar por mucho tiempo más. Dios Me encomendó venir a vosotros, y Jesús Me ha pedido que Yo sea una Gran Protectora de vuestros corazones.
Queridos hijos, continúen por este camino, Dios hoy está alegre por la donación de todos.
¡Bienvenidos a Mi Reino, misioneros de María!
Les agradezco desde el Corazón de Dios.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No Me cansaré de llegar a vuestras vidas porque, como Madre de la Misericordia, el mérito para todas las almas del mundo es la salvación.
Queridos hijos, con vuestros corazones abiertos alcanzarán la eternidad, por lo que hoy los invito a considerar como primordial la vida de oración. De esa manera, sus vidas estarán dentro del Reino del Creador. Hijos Míos, como Señora de la Paz, hoy les pido que oren, que oren con el corazón porque todo el Universo de Dios está atento a las súplicas de todos Mis hijos.
Queridos Míos, sostengan con manos firmes la oración para que ella, como Luz en el mundo, pueda auxiliar a los que más necesitan. Abran las Puertas de los Cielos a través de la oración, pues todo está permitido cuando ella nace de forma pura desde el corazón.
Hoy, permanezcan en Mí y no teman por nada, ya es momento de reverenciar a Quien los ha creado por amor y por devoción: Él es vuestro Único y Omnipotente Dios.
Queridos hijos, el tiempo de la Misericordia está transcurriendo velozmente en la vida de todas las almas; no tarden en llamar por la Presencia Divina que nace en el donado y amoroso Corazón de Mi Hijo. Todos son invitados a vivir en la insondable Presencia de Jesús. El Sacerdote del Amor, con Sus brazos abiertos hacia el mundo, los espera y les dice que ya es el momento de preparar el Templo Interior para Su retorno. Las sagradas palabras pronunciadas en el ayer por el Redentor se volverán realidad en los tiempos actuales.
Hijos Míos, aguarden día a día la venida silenciosa de Mi Hijo; Él es vuestra Estrella Guía, el Manantial que les saciará la sed que vuestros corazones tienen en estos momentos.
Beban de la Fuente y laven vuestros rostros con el Agua Divina que ha brotado desde Mi Hijo, porque será en esta ofrenda de Jesús donde encontrarán la Ley del Amor.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a recibir a nuestra Madre, cantando “Virgen Madre”.
Ahora, vamos a escuchar treinta y tres campanadas. A través de ellas, nuestra Madre va a irradiar al planeta y nosotros nos uniremos internamente a Ella con total devoción.
Hoy, he venido en nombre del Espíritu Santo a bendecir la Fuente, pero eso será al final de dar Mi Mensaje.
Queridos hijos, hoy quiero agradecerles por estar un día más en el Reino del Padre. Eso significa, hijos Míos, que muchas almas están siendo ayudadas, no solo a través de la oración del Rosario, sino también de todas las oraciones. Mi último pedido, en este día, es que sigan orando con ese objetivo.
Las almas y todo lo que es vida están siendo tocados por la contemplación de Dios. Muchos nudos ahora ya no están más. Esto significa, queridos hijos, que hay que seguir adelante sin detenerse. Yo necesito de ustedes hasta el último momento.
Queridos hijos, una buena madre no reta, educa.
Sonrían, porque ustedes son como el pequeño Niño Jesús, que caía y lo levantaba del suelo muchas veces. Sepan que Mi educación es eterna para ustedes. Por eso, deben tener paciencia Conmigo. A algunos los deberé tomar de las manos y otros se deberán tomar Mi Manto, porque si no están Conmigo en este tiempo, la Luz no los podrá guiar.
Sepan que Yo los quiero llevar hasta Mi Hijo, verdaderamente. Todo lo que les enseño es importante para sus vidas. Por eso, cada día, deben comenzar de nuevo y no perder la esperanza al caer; sino que deben levantarse.
Necesito de ustedes hasta los últimos momentos, por eso, hoy se lo repito.
Decía que muchas de las almas están siendo ayudadas en diferentes partes de este mundo, eso significa que sus oraciones están siendo tomadas en cuenta por Dios.
Hoy, vengo hasta aquí, como vine ayer, como la Señora de las Gracias. Eso es lo que está necesitando la humanidad para encontrar la paz. Si claman por Mi Gracia encontrarán la paz.
Hoy, quiero decirles que Mi Hijo está alegre por ustedes y por sus pequeños esfuerzos. Necesito que ustedes continúen con esa meta, para seguir en Mi camino.
Hoy, les traigo un pedido especial de oración. Ayer les dije que es importante contemplar los Reinos y hoy, les digo que es importante contemplar las diferentes razas. Todas son una para Dios, solo que aquí en la Tierra, están separadas.
El único color que existe en ustedes es la esencia blanca de su corazón. Mi pedido es orar por todos Mis hijos indígenas. Muchos están perdiendo la esencia con la que han sido creados.
Quiero decirles, queridos hijos, que ellos necesitan reencontrar el camino hacia la naturaleza. Ese ejemplo que fue dado por ellos es un ejemplo para la humanidad. Por eso, como Señora de Guadalupe, llegué hasta allí para hacer ese pedido especial. Todas esas almas son preciosas para Dios, al igual que las suyas. Por eso, en este día, en el que ustedes están más conscientes, necesitan hacer algo por ellas.
Mi Reino de la Paz es una promesa para todos, pero muchos aún no creen que esto es posible; el verdadero corazón, que se introduce en el camino de la oración, lo encontrará. Por eso, deben responder a este pedido que es tan necesario para Mi Corazón.
Coloquen sus manos hacia lo Alto y pidan a Dios por esos hermanos. Oren, oren por ellos para que puedan ser guiados. De esa forma, queridos hijos, Yo podré interceder por ellos. Y sepan, hijos Míos, que ellos le han dado una buena lección a la humanidad: el amor por todo lo que fue creado.
Y ahora, como hijos Míos, ustedes deben ser uno con ellos, y deben ayudarlos. Cada oración que hagan, será importante para el Cielo. De esa forma, Yo podré desatar muchos más nudos y las almas encontrarán la liberación que buscan.
Quiero decirles, queridos hijos, que es importante revertir la situación en el mundo.
Recen, recen todos los días con devoción, porque sus palabras serán escuchadas.
Ahora que han comprendido Mi llamado, quiero hacerles un pedido más. ¿Recuerdan que hace poco tiempo que les hablé de Mis hijos, los indígenas?
Mi Corazón Maternal quiere llegar a una parte de esa nación, a una parte de todos esos pueblos que representan a esa gran consciencia.
¿Ustedes quieren acompañarme a realizar esa tarea?
¡Sí!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella dice que sabe que nunca le vamos a decir que no, que hay una parte de nosotros que confía en lo desconocido y que sabe que lo desconocido es la esencia de la fe.
Queridos hijos, para esa tarea necesito el permiso especial de Mis hijos de Estados Unidos. Ellos, a través de la oración, han abierto una puerta para que esto suceda. Eso significa, queridos hijos, que Mi Corazón, una vez más, está intercediendo.
A todos Mis hijos de Estados Unidos los espero en Venezuela para ayudarme en esa tarea. Si Me dan su sí, Yo podré visitar a todos Mis hijos de Paraguay, el próximo mes.
Pero como ustedes están bajo una ley, que conocen muy bien, necesito de su sí para poder interceder.
Mi Corazón ya está caminando hacia esa nación. Eso quiere decir, queridos hijos, que los encontraré en Paraguay el próximo mes y encontraré a Mis hijos de Estados Unidos en Venezuela en octubre.
Sepan, hijos Míos, que esta es una intercesión especial por todos esos pueblos. Mi Manto se extiende sobre todos y Mi Manto debe llegar a todos. Y si siguen Mis pasos, estarán siempre con la llama interior encendida.
En este día que termina, solo quiero darles las gracias por todo lo que ha acontecido durante estos días.
Quiero, en este momento, hacer una oración especial por una hija que una vez estuvo aquí, en Mis Brazos.
Oremos por ella.
Sangre y Agua,
que brotaste del Corazón de Jesús,
como fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.
Amén.
(14 veces)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice, en este momento, que va a llamar a una hija que representa a la nación de Brasil, que va a orar con nosotros por la consciencia indígena de ese país.
Deben amar cada Palabra que expreso, porque son Palabras finales.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Señora dijo que está en silencio, esperando que nuestros corazones se aquieten.
Ha llegado el momento de que la humanidad crezca de forma consciente y madura. Eso evitará que Mis hijos se desvíen del camino.
Este es Mi último llamado.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Madre pide que la hermana Janete, que frecuentaba Figueira, venga hasta aquí, por favor.
Mantengan la concentración, queridos hijos, porque aún estoy presente.
Es necesario que estén en paz y es necesario que crezcan desde el corazón, porque así estarán en la Sabiduría de Dios.
Vamos a orar por todas esas consciencias, por todos esos hijos que necesitan de Luz.
Ahora, coloquen las manos en señal de oración. Oraremos por esos hijos Míos.
Oración: Ave María (en portugués, 4 veces).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice que vamos a orar cada Ave María y Ella nos va a indicar la intención de cada una.
Queridos hijos, ahora oremos por las comunidades de Amazonas.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora oremos, queridos hijos, por las comunidades del sur de Brasil.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, queridos hijos, oremos por las comunidades de Chile.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, queridos hijos, oremos por las comunidades de Argentina.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, hijos Míos, intercedamos por las comunidades de Paraguay y de Bolivia.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Queridos hijos, pidamos a Dios por las comunidades de Perú y de Ecuador.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Intercedamos ahora, por las comunidades de Colombia y de Venezuela.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Y pidamos, de corazón y de forma especial, por las comunidades de América Central.
Oración: Ave María (en portugués, 4 veces).
Mis queridos hijos, les agradezco y los bendigo.
Ahora, bendeciremos la Fuente, la Fuente de la Paz de Dios. Toda bendición debe ser hecha con alegría, alabando al Creador.
Queridos hijos, cantando, peregrinemos hacia la Fuente. Allí los esperaré.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Señora nos pidió que fuéramos caminando despacio, hacia la Fuente, y que todos nos colocáramos a su alrededor. Vamos a ir cantando, un cántico que entonamos mucho aquí en Aurora, que se llama “La Fuente”.
Todos vamos a escuchar y es fácil de aprender. Vamos a salir primero los que estamos aquí y después ustedes nos van a seguir, cantando y sin conversar.
Canción: “La Fuente”.
Oración: “Ave María” (en español).
Queridos hijos, este momento ya estaba guardado desde hace mucho tiempo en Mi Corazón.
Queridos hijos, hoy bendigo esta Fuente, como bendije tantas otras en el mundo y también bendigo sus fuentes internas.
Les quiero dedicar un pedido especial, una oración a Dios.
Cierren sus ojos.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
¡Gracias por estar Conmigo durante estos días!
Canción: “La Patrona”.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!
Nos vamos a acercar hasta el Jardín de María para poder hacer el relato y que todos puedan escuchar; porque, además, vamos a cosechar las naranjas de los árboles del Jardín de la Madre para entregarles a cada uno. Esas naranjas ya están bendecidas por nuestra Madre.
Canción: “Madre Divina”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ahora, vamos a hacer un breve relato de todo lo que ha pasado y a tratar de transmitir con claridad la pauta que la Madre pidió, para que podamos colaborar en trascender esa situación que la consciencia indígena tiene en nuestro planeta. En lo que vamos a estar todos unidos, trabajando en estos próximos meses.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Estamos tratando de recordar el momento, porque fueron muchas cosas las que acontecieron y a veces muchas de ellas no quedan grabadas en la memoria.
Hoy, como la Señora anunció, vino como Nuestra Señora de las Gracias, igual que ayer.
Hoy, Nuestra Señora apareció frente a nosotros y después se colocó sobre los hermanos del monasterio.
Y cuando Ella hizo la tarea por la consciencia indígena aconteció algo importante.
A medida que la Madre iba pronunciando el nombre de cada país, iba llegando a cada nación y, de una manera más amplia, nos mostraba cómo numerosos hermanos de la consciencia indígena estaban necesitando de mucha ayuda.
Ella nos contaba internamente que lo que esos hermanos dejaron en el planeta como legado fue algo muy importante en la historia de la humanidad.
Cuando Ella nos preguntó si aceptábamos la tarea en Paraguay, aconteció otro movimiento.
Ella esperó, silenciosamente y ante el Padre, nuestro sí. Cuando dijimos que sí, el plan se actualizó de forma diferente.
Sinceramente, Ella estaba clamando por Sus hijos de la consciencia indígena.
Entonces, finalmente llegó el momento en el que nos pidió que nos acercáramos a la Fuente, y por un lapso de tiempo Ella desapareció y luego volvió a aparecer sobre la Fuente.
Ahí, Ella nos pidió que oráramos el Ave María y, en ese momento, apareció rodeada de un coro de ángeles más numeroso que las personas presentes, y que cantaban alabando a Dios.
En ese momento, Ella llevaba un velo blanco, una túnica rosa y un manto celeste.
Entonces, abrió Sus Manos hacia abajo, irradiando Luz. En ese momento, Ella comenzó a hablar con el Padre, y lo que repetimos como oración fue lo que Ella le decía.
Durante la bendición aconteció otro hecho importante. Comenzaron a caer del Cielo dos grandes llaves doradas, que eran grandes y estaban cruzadas entre sí.
Esas llaves comenzaron a descender y bajaron sobre los que estábamos presentes. Entonces, durante la oración, Ella hizo otra bendición.
Cuando los ángeles estaban presentes, rodeándola y cantando, Ella hizo otro movimiento. Comenzó a sacar muchas rosas de abajo de Su Manto y, de una forma muy alegre y desconocida, comenzó a derramar esas rosas sobre todos.
Con un gesto muy maternal y alegre, miraba con Su Rostro hacia abajo. Y, de esa forma, estaba dando un agradecimiento por toda la tarea acontecida.
Luego, comenzó a elevarse hacia el universo y, en un punto del horizonte, Ella desapareció.
Madre María Shimani de Montserrat:
A todos, muchas gracias por estar aquí.
Ahora, vamos a repartir las naranjas con la energía de nuestra Mamá. Hay para todos, por lo menos una naranja para cada uno.
Y los vamos a seguir convocando para venir a orar, como vinimos en estos días, porque realmente sucedieron cosas increíbles. Así, vayan en Dios.
Vamos a cantar: “Bendita, Tú eres”.
Queridos hijos:
Hoy les pido que sus corazones no pierdan la Paz que Mi Hijo les está entregando a través de Mi Presencia Maternal.
Hijos Míos, abriendo Mi Corazón Perpetuo e Inmaculado, les pido que ingresen a él para que Yo los pueda elevar como consciencias hasta los brazos del Creador.
Hoy es un momento para que sus vidas se recojan en el Corazón de Dios mediante el ejercicio imperioso de la oración del corazón. Todos ustedes, Mis queridos Hijos, son corresponsables de Mi misión mariana aquí en la Tierra, por eso, les pido no solo que abran sus corazones para Mi llamado, sino también para Mis pedidos por la salvación de las almas de Dios.
Que vuestras vidas en estos tiempos, puedan representar el camino que Cristo caminó aquí en la Tierra. Por eso, queridos hijos, es importante que todos ustedes permanezcan bajo la Luz del Espíritu Santo, porque ha llegado el momento de aprender a amar, perdonar, aceptar, donar y fraternizar sus vidas con cada uno de los corazones en el mundo, también con aquellos corazones que ustedes desconocen.
Todos, como humanidad, están dentro de la gran barca de Dios que, a punto de partir hacia el infinito, aguarda los últimos rebaños que son llamados a elevarse hacia los brazos del Creador.
Queridos hijos, este llamado que Dios Me ha encomendado realizar a través de Mi venida mensual tiene un motivo espiritual que, a lo largo del tiempo, Mi Corazón de Paz está construyendo dentro de vuestras pequeñas moradas.
La vida de oración permitirá que sus corazones se unan entre sí, y, sobre todo, se unan en el llamado que Mi voz les pronuncia día a día. El nuevo tiempo aún no ha llegado para Mis hijos; mucho se debe perdonar y reconciliar desde el corazón. Pero, sí, Mis pequeños, llegó el momento de la Buena Nueva que Yo les traigo para que sean partícipes del Reino de Dios.
Hijos Míos, la promesa es para todos cuando solo digan “sí” al Paraíso.
¡Les agradezco!
Gracias por responder durante estos días a Mi llamado por la humanidad.
María, Madre de a Divina Concepción de la Trinidad
Un día como este once de agosto pero del mes de febrero de 1858 en Lourdes, Mi Inmaculado Corazón trajo a este mundo el Manto Universal de la Cura para todos Mis hijos. A Mi hija Bernarda le pedí que cavara la fuente para que todas las generaciones se sirvieran de ella en la unión amorosa que todas las almas deben buscar con Dios.
Hoy, en estos tiempos de grandes definiciones, Yo los acompaño desde hace ya cinco años, los contemplo y solo les pido que sean inagotables fuentes de oración.
Queridos hijos, aún el mundo no se ha postrado a los pies del Creador y, como Madre de la cura del alma, les pido que continúen orando, orando con el poder del amor de cada uno de vuestros corazones. Eso permitirá que el Universo de Dios actúe sobre todas las consciencias, aún más sobre todas aquellas que necesitan de la Luz Redentora de Mi Hijo.
Queridos hijos, Yo los invito de manera especial en este once de agosto, a convertir vuestra vida en un estado de oración, en un nuevo proverbio de Luz que pueda irradiarse hacia la humanidad.
Yo los conduzco por los nuevos caminos de los pastores, pastores a los que ustedes deben amar y respetar, porque Mi Hijo los eligió para que proclamen el Reino de Dios.
Queridos y pequeños hijos, está llegando el tiempo de unir lo que la consciencia de todos Mis hijos ha separado a lo largo del tiempo. La única religación para todas las almas es el Corazón Divino de Mi Hijo, porque es en Mi Hijo que podrán hallar la Paz y el Perdón de Dios que muchos necesitan.
La humanidad prosigue por el camino de las ofensas y eso repercute en la vida del espíritu; por eso, como Intercesora de todas las almas, los llamo a orar con el corazón para que más Luz pueda encenderse en los que caminan por las penumbras.
Mi Hijo es la Luz del mundo y ustedes son posibles chispas del brillo eterno de Su Sagrado Corazón.
Hijos Míos, es momento de que a través de la oración, levanten los brazos y clamen por Misericordia para que el Universo Creador pueda transformar todo lo que aún la humanidad no logra cambiar.
Sepan, todos Mis pequeños, que están en el último tiempo de Misericordia, y tal como fue anunciado por Mi Hijo al mundo: llegará el tiempo de la Justicia Divina. Amen la Ley para poder amar el Universo de Dios. Recuerden los mandamientos, renueven vuestros votos con el Creador.
Yo los guío, los coloco cerca de Mi Hijo.
¿Aceptan la venida de Su Reino?
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Sigan orando todos los días porque la súplica de la humanidad está siendo escuchada.
Hijos Míos:
Con todos ustedes en el centro de Mi Inmaculado Corazón, hoy los llamo a que se preparen mediante la vigilia de oración, vigilia a la que todos Mis niños están siendo llamados a realizar mañana, día 11.
Queridos hijos, Dios está recibiendo de todos ustedes verdaderos impulsos de amor. Los invito a continuar orando por todo el mundo. Mi Inmaculado Corazón eleva las plegarias de todos Mis hijos, y Dios, en Su Infinita Misericordia, contempla el amor de todos Sus hijos.
Queridos hijos, ¡sigan adelante!, ¡sigan adelante y no detengan el arte victorioso de la oración! Este es el tiempo de compartir, vuestra oración equivale a la caridad de muchas manos. Con la llegada de Mi Hijo todos podrán ser tocados por la Misericordia del Redentor.
Es momento de difundir la importancia de orar con amor por la redención de todos Mis hijos. Ustedes, pequeños Míos, han recibido el mayor instrumento de parte del Universo de Dios y este instrumento se llama “oración del corazón”.
Y hoy extendiendo Mis brazos misericordiosos y Mi Manto de Luz sobre todos los que lo necesitan, les pido que continúen por el camino cristiano que desde sus corazones se está construyendo.
Mi Hijo, bajo la Suma Gloria de Dios, los contempla con Sus Ojos de compasión. Él los invita a obrar por la Paz Celestial y, en nombre de esa Paz Celestial, es momento de ayudar al mundo, a los Reinos y a la humanidad.
Que el Espíritu Santo sea la llama de la sabiduría en el corazón de todos Mis hijos. Siempre y cuando Me lo permitan, Yo los acompañaré porque los amo.
En el Amor Misericordioso, ¡alabado sea el Redentor!
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que la confianza sea la próxima meta espiritual que vuestros corazones puedan irradiar como dignos hijos de Dios. Pequeños Míos, que esta confianza entre las criaturas y el Dios Supremo sea la nueva alianza redentora para toda la necesitada humanidad.
Hijos Míos, hoy los llamo a fortalecer, mediante la oración, esta misma alianza que Mi Hijo estableció entre Su Sagrado Corazón y Dios. Queridos hijos, que este propósito para vuestras vidas sea el motivo de vuestra presencia en la Tierra; de modo que, si mantienen encendida esta llama espiritual de Dios, muchas necesitadas criaturas podrán ser auxiliadas en el tiempo final por los Grandes Ángeles del Señor.
Queridos hijos, es importante que consideren en vuestras vidas lo siguiente: construir en vuestra morada la unión perfecta entre el alma y Dios. Y esta insondable confianza comenzará a través de la acción del amor, un amor que Mi Hijo les enseña a vivir en vuestra vida, un amor reparador y redentor. Por este motivo, hoy los invito a abrir vuestros corazones ante la Luz del Creador, Luz que está siendo vertida sobre todos Mis hijos de la humanidad a través de Mi Presencia Maternal entre ustedes.
Hijos Míos, que vuestros corazones se enciendan nuevamente con alegría, en gratitud para que vuestras vidas puedan estar eternamente en el Señor.
Hoy los llamo a vivir en esta confianza, ya que ella los llevará hacia la fe, y la fe los mantendrá en la devoción a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús. Que Nuestros humildes Corazones sean, para vuestra vida, esencia de perdón y esperanza en los momentos que vivirá la humanidad.
Si la oración fuera la Luz en todas las familias de la humanidad, ellas se tornarían familias sagradas, miembros de la Fraternidad en estos tiempos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
A pedido de la Madre Divina, el mensaje para este día es el de la Aparición del 8 de agosto de 2012, ocurrida en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.
Éste mensaje aún no está disponible en el Website.
Les pedimos a todos los hermanos y hermanas que siguen el Website Voz y Eco de la Madre Divina, aguardar pacientemente la transcripción del mensaje, que estará disponible lo más prontamente posible.
En el segundo día del Encuentro de Oración en Aurora, un grupo de mil cien personas se reunió en oración en el Jardín de María, donde se encuentra el naranjo de las Apariciones, a la espera de la Madre Divina.
Madre Shimani hizo una pequeña introducción.
Madre Shimani: Bienvenidos a la Celebración de los cinco años de Apariciones con nuestra Madre Divina. Hemos hecho un gran recorrido en estos cinco años y que solo podría haber sido realizado bajo la guarda de nuestra Madre. Todo esto que ustedes pueden disfrutar hoy (se refiere a Casa Redención) es obra de Su Amor. Lo único que nosotros podemos hacer es agradecer a Dios la posibilidad de que Ella esté con nosotros guiándonos, dando este impulso para nuestra humanidad.
Esperamos que todos puedan abrir su corazón y recibir todas las Gracias que Ella tiene para cada uno de nosotros.
Hoy es un momento muy importante, como vimos en la noche de ayer en la apertura del Encuentro. Este 8 de Agosto, en el que se inicia una etapa de este final de ciclo de 2012, estamos en los últimos momentos en que la Divinidad intenta colocar en nuestras consciencias, códigos de luz que nos asistan y colaboren con nosotros en los momentos de transición. Por eso es tan importante lo que vamos a vivir; a pesar de que no tenga nada fenomenológico, es un evento espiritual sin precedentes. Necesitamos colocarlo en nuestro corazón y dejar que nuestro espíritu se adhiera a la energía de la Madre Divina, y así, en los planos internos, muchas cosas pueden suceder.
Ahora vamos a orar y a cantar, y a medida que pasa el tiempo percibiremos como se va consolidando esto que construiremos, que es una condición, y lo podemos imaginar como un camino de luz que va desde aquí hasta los Cielos, un camino por el cual la Madre llegará con todos Sus ángeles para transmitirnos algunas cosas, en una fecha tan importante como la de hoy.
Comenzó el trabajo de oración que se prolongó, más o menos, por una hora y media. En el último cántico, mientras todos entonaban “Misericordia, ¡oh María!”, la Madre Divina apareció sobre el naranjo. Fray Elías y Madre Shimani se colocaron de pie y se aproximaron a la Ella. Mientras todos cantaban se escucharon 33 campanadas.
Después de un largo tiempo, se pidió para guardar silencio y se volvieron a escuchar 33 campanadas más.
Fray Elías solicitó, a pedido de la Madre Divina, que dos monjas se aproximarán al árbol y se colocarán junto a él y a Madre Shimani. Estas hermanas participaron de la primera aparición que la Madre Divina hizo el 8 de agosto del año 2007.
La Madre Divina transmitió un pequeño mensaje a ese grupo, pero antes pidió que hicieran la siguiente oración algunas veces:
Venid Jesús,
venid a nuestra vida,
y Sé el pan de Vida Eterna.
Amén
Fray Elías: La Madre Divina dice:
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Fray Elías transmite al pequeño grupo algunas que está al frente las palabras que la Madre dice, y luego de algunos minutos se inicia la transmisión del mensaje.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Hoy estoy aquí para celebrar la comunión con el Rey del Universo. Por este motivo hijos Míos, hoy les agradezco por su respuesta.
Mi Corazón maternal está con cada uno de ustedes y eso significa que el Reino de Dios está en el planeta, más aún en aquellos que necesitan de la Luz Celestial.
Queridos hijos, hoy no conmemoran Mi Presencia, sino la presencia de Dios en sus corazones. Hoy los invito a recordar esa presencia permanentemente; esa aspiración los fortalecerá para el tiempo que llegará.
Querido hijos, hoy también los contemplo desde Mis oraciones; el Señor ha escuchado también todas sus plegarias. Esta es una respuesta muy positiva para este tiempo final, y muchos de Mis hijos están siendo ayudados en este mismo momento.
Ustedes hoy están dentro del Reino de Mi Paz, así como otros de Mis hijos; por ello los invito, en este tiempo, a persistir en la oración.
Con inmensa alegría, queridos hijos, nuevamente les digo: ¡Les agradezco! ¡Les agradezco! Que Mi Paz eterna esté en sus corazones para que Yo pueda hacerles encontrar con Cristo. El Rey del Universo los espera a cada día, por eso no solo abran sus corazones, sino también sus brazos para recibir la luz que viene desde Él y que con amor esta donando al mundo.
Hoy dejo a ustedes una señal, un símbolo para la eternidad: el rebaño de Mi Hijo. Cada uno de ustedes forma parte de ese rebaño, incluso aquellos que se distancian día a día de Él. Mi tarea maternal es hacerlos retornar a Cristo. Cada una de sus oraciones cuenta para esa salvación. Contemplen esto como algo cierto, por que Dios siempre los escuchará cuando vuestras plegarias sean verdaderas y nazcan del corazón.
Hoy los estoy invitando nuevamente a la oración, a continuar orando por el mundo; el mundo lo necesita y ustedes lo saben. La Gracia que hoy les estoy entregando, no la conocen, por que ella nace desde el corazón. Esa Gracia que Yo les quiero enseñar se llama Amor de Mi Hijo, Amor Redentor y Amor Salvador.
Queridos hijos, continúen por este camino para que en muchos años más sus vidas se transformen en el ansiado templo, donde Dios espera entrar.
Estoy contemplando en este momento a muchos que necesitan de ayuda y a todos ellos les dijo: oren, oren con el corazón, porque estarán en comunicación Conmigo y Mi flor maternal, la oración de todos Mis hijos será colocada a los pies del Señor para que así Yo pueda interceder y a su tiempo los pueda ayudar.
Confíen en lo que están haciendo, no teman transformar sus vidas; teman sí a no poder consagrarlas al Señor. Eso es lo que Yo les pido: una sana transformación que nace desde el corazón y que se expresa como un instrumento precioso en la vida de todos Mis hijos que necesitan mucho de Dios.
Por eso Yo, como mediadora de las almas, los invito a estar en Mí, para que Dios pueda estar en ustedes. Quiero que sigan peregrinando Conmigo mediante la oración, mediante el perdón entre ustedes y sobre todo, en el amor, que en este tiempo tan importante debe prevalecer en sus vidas y en sus esencias.
En este día, traigo a todos la contemplación a Mi Inmaculado Corazón, el que los podrá iluminar en cada decisión de sus vidas y en cada paso que ustedes se animen a dar en la consagración del corazón.
En las palabras simples, queridos hijos, se encuentran los grandes misterios. Sepan que a lo largo de todo este tiempo, y de la misma manera que Mi Corazón lo hace en Medjugorje, Yo les quiero enseñar cómo estar en Dios a pesar de las circunstancias de la vida, confiando en lo desconocido, en aquello que ustedes no pueden tocar pero que si, está al alcance de Dios.
Queridos Hijos, confíen en eso que es desconocido, para que la verdad se pueda expresar en vuestras vidas, verdad que se llama fe y que los elevará hacia lo Alto.
Hoy estoy con ustedes y estoy con el mundo, derramando Mis Gracias silenciosamente. Abran sus manos y sus corazones para que el palpitar de Mi Inmaculado Corazón, sea la llama que flamee eternamente en vuestro interior.
Ahora, en este tiempo de definición, Yo les pido que se reúnan y oren Conmigo, para que Mi Corazón los pueda guiar y la llama eterna de Mi Hijo, Su Sagrado Corazón, los pueda acompañar en cada paso que ustedes den en esta vida.
El silencio les promete un conocimiento mayor de la esencia de Dios, por eso el silencio, queridos hijos, es también oración.
Hoy vengo aquí para absolverlos y abrirles la puerta del Reino de Mi Padre. Oremos:
Fray Elías: Vamos a repetir la siguiente oración que la Señora está enseñándonos en éste momento, es una oración muy simple.
Escúchame Redentor, por que confío en Ti.
Amén
Se realiza la oración varias veces, frase por frase.
Fray Elías: La Señora está diciendo:
Mi escuela de oración, les enseña a orar con determinación. Coloquen vuestros espíritus en las palabras, para que ellas puedan ser escuchadas.
Fray Elías: Ahora Ella nos pide que oremos todos juntos, al mismo tiempo.
Escúchame Redentor, por que confío en Ti.
Amén.
Se realiza la oración varias veces más.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Recuerden que las oraciones y el canto abren los Cielos para que la cura de Dios descienda.
Ahora, en agradecimiento a cada uno de ustedes, derramaré un poco más de Mi luz, para despedirme.
Madre Shimani: La Madre Divina está pidiendo que cantemos “María, Virgen Madre”.
Todos cantan por un largo tiempo, hasta que se pide silencio y Fray Elías continúa con la transmisión del mensaje.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Sepan que, como Madre, Mi mayor propósito es la Paz en todos Mis hijos.
¡Les agradezco!
Y recuerden que nunca deben separarse de Dios, búsquenlo en sus corazones, porque Él vive allí.
Gracias, queridos hijos.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
* Fin de la Aparición *
Madre Shimani: Como hacemos siempre después de cada Aparición, vamos hacer un breve relato de todo lo que sucedió durante la oración y durante la Aparición. Aquellas cosas que ustedes no escucharon, aquellas cosas que la Madre le explicó a Fray Elías.
Les quería comentar, que la Madre llamó primero a dos hermanas que participaron con nosotros aquí, porque ellas formaron parte del grupo que recibió a Nuestra Señora por primera vez hace 5 años, el 8 de agosto del año 2007. La Madre nos pidió algunas cosas y nos invito a estar más unidos a Ella, con algunas otras tareas. Nos pregunto si aceptábamos y nosotros le dijimos que sí; fue un momento muy fuerte para nosotros. Trajo muchos recuerdos de cómo, de forma tan simple, nos reunimos en aquel tiempo y estuvimos con Ella por primera vez. Como lo que hablábamos ayer, en la apertura del encuentro, de dar un paso hacia lo desconocido. Ella nos dijo algunas cosas: que esta manifestación era un poco la respuesta a eso que entre todos los que estamos aquí, hemos llevado adelante, confiando en Ella y Ella en nosotros.
Fray Elías: Con sinceridad para mi fue la Aparición de la alegría, porque Ella estaba muy hermosa.
Durante la preparación hubo algunos movimientos que queremos relatar. En un momento, se manifestaron en el Cielo varias coronas de estrellas doradas. En otro, hubo una gran asistencia de los ángeles custodios a todos los presentes; los ángeles liberaron muchos nudos que existían alrededor de las personas, se veía cuerdas con varios nudos que, con mucha delicadeza, eran desatados.
También, durante la preparación, tuvimos la visita especial del Maestro, de Cristo, como el Sagrado Corazón de Jesús, que vino acompañando a Nuestra Señora. Él traía en Sus brazos una representación del planeta Tierra. Él mostró el planeta e indicó con Su mano izquierda algunos continentes, especialmente el Continente Americano, el cual se veían iluminado por una energía dorada. Explicó que la tarea de oración permitió que este continente se encendiera. En ese momento nuestra Señora desapareció para que Cristo hiciera una tarea especial con nosotros. Él abrió el Reino de los Cielos y una energía de color celeste comenzó a descender sobre Su cabeza como una gran columna de luz. Esa columna se expandió, irradiando su energía a todos y tocó todo este lugar y otros lugares.
Luego Nuestra Señora apareció nuevamente. Ella descendió desde los Cielos con muchos ángeles custodios e imprimía en nuestras consciencias la imagen de Su Glorificación, pero en este momento en vez de elevarse, Ella descendía hacia nosotros haciendo también descender esa luz desde los Cielos. Dos de los ángeles custodios, que estaban junto a Ella, traían cada uno un cáliz.
Con esa imagen comprendimos que se estaba llevando adelante una Ceremonia, una Comunión interna con Su consciencia.
En cierto momento Ella indicó a los ángeles que se ubicaran en distintas partes del campo.
Nuestra Señora vino vestida de Blanco, pero en tres momentos cambió de atuendo. El primero era blanco, el segundo era rosa y el tercero era gris. El gris apareció al final, cuando Ella hizo la bendición con Su luz.
Cuando nuestra Señora llamó a las hermanas que habían participado de la primera Aparición en el año 2007, Ella nos solicito que oráramos una pequeña oración. Luego transmitió algunas palabras y pidió que no hubiera micrófono pues estaba dirigiendo esas palabras para las hermanas. En otro momento cuando hubo un ruido del micrófono, le pedimos perdón y Ella respondió diciendo:
No se preocupen porque Mi mensaje no será alterado. Permanece en Paz.
Fue más o menos eso.
Madre Shimani: Vamos a agradecer cantando la canción que entonamos aquella noche del 8 de Agosto de 2007 “La Mujer que nos guía”.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz en el corazón de todos Mis hijos! Vengan a Mi Reino porque en ese lugar de amor y de paz Mi Inmaculado Corazón los curará. Abran vuestros brazos y reciban desde Mi Corazón la llama que los iluminará para recorrer el nuevo camino junto a Mi Hijo, camino que se llama Redención.
Queridos hijos, que sus corazones se alegren porque Mi Paz Inmaculada está con cada uno de vosotros. Sabedlo bien, todas vuestras oraciones cuentan mucho en el universo, aún más las oraciones que nacen desde la esencia del corazón.
Hoy les pido que cada día Me aguarden en oración. Si así fuere, Mis ojos misericordiosos los contemplarán preparando la salvación de todas las esencias de Dios.
El mundo aguarda vuestras oraciones, y Mis hijos que no oran, también. Por eso, contemplen con Misericordia a cada uno de los Reinos creados por las Manos sabias de Dios y sepan que ellos necesitan de todos Mis hijos que están sobre la Tierra.
Ustedes, queridos hijos, poseen la llave primordial de la oración del corazón, la que abrirá las Fuentes de los Cielos para que más Misericordia descienda. Hijos Míos, ustedes tienen en vuestras manos la posibilidad de tomar la decisión de una vida nueva. Mi Hijo Jesús, el Sumo Guardián de todos los corazones, los espera para que, unidos en vigilia y en oración, ayuden al corazón de todas las almas que están sordas y no escuchan la voz de Mi Corazón.
Les agradezco por vuestra persistencia. Caminen hacia la Luz olvidando, con amor, el pasado para que vuestro espíritu pueda renacer.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Al abrazar al mundo entero e irradiar la Luz de Mi Inmaculado Corazón, hoy les pido: multipliquen la vida de oración para que ella sea el condimento en vuestra vida y despierte el amor por la oración en aquellos de Mis hijos que aún no oran.
Ustedes, Mis pequeños, a lo largo de estos casi ocho meses de instrucciones diarias, han sido invitados a ser partícipes de la escuela de oración, y ahora les pido que ella sea el verdadero motivo para vuestra vida y la vida de muchas almas.
Ustedes son llamados a ser ejemplo de la vida de oración, de manera que, ella nunca deberá faltar en vuestro día porque la oración es el diálogo permanente con Dios, el Creador. La oración es la relación fraterna con el Sagrado Corazón de Jesús. La oración es el camino para que cada uno de Mis niños encuentre la paz para el corazón.
Sin oración diaria el mundo no puede ser reparado, por lo que cada encuentro con la vida de oración los llevará a un estado de reverencia y amor por el Infinito, el Dios Altísimo. Si el mundo, en su totalidad, escuchara Mi llamado, la Gracia perdonaría muchas de las causas que condicionan el caminar de muchas almas.
Por eso, hijos Míos, vuestro esfuerzo en la vida de oración representará, para los Cielos, el triunfo de los ángeles en la Tierra.
Queridos hijos, en este día y en estos tiempos de importante definición, Yo les digo: guarden un momento para Dios porque Él aguarda encontrarse con cada uno de ustedes.
En ustedes, Mis niños, está la llave para abrir la Puerta de los Cielos y esa llave se llama Voluntad. Como Madre de la Esperanza, estoy aquí para mostrarles cómo abrir el cofre puro del Corazón de Dios.
¡Cuento con ustedes!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Con alegría envío Mis bendiciones a todos Mis hijos de Argentina que, con suma bondad, aguardan Mi llegada maternal a esa nación el día 18 del presente mes. Esta es una fecha mariana que conmemora el aniversario de Mi descenso misericordioso sobre Aurora, acontecido en la mañana del 18 de agosto de 2011.
Queridos hijos, con sus corazones en celebración, hoy los invito a preparar vuestras moradas para recibir el Corazón Misericordioso de Mi Hijo. Sé que muchos de ustedes ya están cansados por tan larga caminata, por lo que hoy los coloco bajo Mi Manto Restaurador para que sus almas siempre den el “sí” a la Voluntad de Dios.
Los invito a recordar la importancia de obrar en el amor, el Amor de Jesús, de esa manera ustedes sabrán extender Sus brazos para dar y ser caritativos con todos, sin fronteras ni tiempo.
Queridos hijos, por ese motivo, y contemplando la ignorancia en el mundo, los invito a la oración por toda la humanidad. Quiero, cada día, como Madre Misericordiosa, abrazar al mayor número de hijos.
Siendo Madre, conozco bien vuestras pruebas y vuestros aprendizajes de modo que, en este día, los invito a persistir en el Amor infinito de Dios.
Hijos Míos, es en la fuente de ese Amor transformador que Yo, diariamente, los invito a permanecer y, también hoy, los llamo a preparar Mi llegada con alegría y gozo para el próximo día 8. Recuerden que celebraremos las Gracias que Dios Me permitió derramar sobre todos Mis hijos, además de las Gracias de Amor y de Perdón que Yo podré irradiar como Rayos de Luz a muchos hijos más.
Ustedes están en Mis brazos, hoy solo les pido que no desciendan de ellos porque Yo quiero entregarlos a Jesús, el Redentor.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Paz Eterna libera y perdona a las almas de todas sus faltas.
Queridos hijos:
Derramando hoy la Gracia del Perdón, les pido: ¡oren con el corazón!, y con todo el amor que Dios, a lo largo de vuestras vidas, depositó en cada uno de ustedes.
Hijos Míos, vivan en la Fuente de la Gracia que Dios Me concedió para que, por amor y por vuestra redención, yo derrame sobre toda la humanidad.
Por eso, queridos hijos, oren con constancia y fe para que los Ángeles Custodios del Señor los guíen por el nuevo camino hacia la fraternidad.
Hoy los invito a convertir vuestras vidas en una rosa pura.
¡No teman, Yo estoy con ustedes!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Los espero todos los días para que, en grupos de oración, recen el rosario pidiendo Luz para el mundo y paz para todos Mis hijos. Los espero en oración para que, junto a Mí, contemplen la Faz Luminosa y Redentora de Mi Hijo.
Como soy Madre de la humanidad, los llamo a fortalecer los grupos de oración mediante la oración del corazón y a través de la lectura de Mis palabras diarias.
Queridos hijos, quiero que por medio de la oración, confíen en la existencia y en el poder de la Divina Misericordia. Son invitados a permanecer muy cerca de Mi Hijo para que Él, como Sacerdote Mayor, los bautice con Sus Dones de Paz.
En estos tiempos, son contemplados desde los Cielos y Mi lluvia de Gracias aguarda despertar en el corazón de todos Mis hijos. Para que eso suceda, los invito a profundizar en el camino de oración, ya que Dios Padre quiere colmar a todas las almas con Sus Misericordias.
Yo los acompañaré como Guardiana de las almas y como Maestra de la oración. Todos Mis pequeños niños son llamados al tiempo de la reparación del espíritu a través del poder de la oración.
Tengan absoluta fe y, bajo el Espíritu Santo, caminen en dirección a Mis brazos. Yo los confortaré como conforté una vez a Jesús. ¡Yo los amo!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Guarden Mis Palabras Maternales en sus corazones para que nunca olviden que ellas vienen del Señor. Despierten en ustedes el Sagrado Espíritu de Dios, y que vuestras vidas sean una gran paloma de Luz que transmite paz a los que no la tienen y fe a los que la han perdido.
Queridos hijos, ustedes son Mis Misioneros de la Paz. Esto deben recordarlo bien, esta es una misión de paz y de redención que Mi Inmaculado Corazón los invita a vivir día a día.
Sepan que Yo estoy aquí porque los amo, y Mi Hijo Jesús Me envía al mundo como mediadora entre las almas y Dios Padre. Yo soy la Llama Maternal del Amor y del Auxilio y quiero enseñarles a no perder tiempo en los actos normales. Cada nuevo día, vuestro espíritu debe colocarse delante de la Voluntad de Dios para que sus corazones reconozcan que son llamados a vivir en el eterno Reino de Dios.
Queridos hijos, con suprema compasión por Mis hijos, a quienes contemplo entre Mis manos, hoy los invito a reconocer la importancia de una oración sincera que pueda socorrer con su Luz al mundo entero. Ustedes, Mis pequeños, son llamados a ser nuevos discípulos de Mi Hijo, son llamados a unir el Cielo y la Tierra a través de una honesta oración del corazón.
¡Es momento, Mis pequeños!, ¡ya es momento de que abran vuestros brazos y reciban la Gracia Maternal que Mi Corazón de Paz está derramando! Muchos de Mis niños que forman parte de la humanidad pierden el tiempo precioso de sus vidas inmersos en la ilusión. Yo los llamo con la Voz de lo Alto a la reflexión para que sus corazones puedan resplandecer en el Trono de la Eternidad de Dios.
Sépanlo bien, Mis queridos hijos, que los necesito a pesar de todo, porque Mi Hijo está llegando y Él tocará cada corazón antes de ser llamados en consciencia. Los invito a la sincera preparación de vuestras vidas mediante la oración.
¡Despierten, Mis pequeños!
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Jesús hallarán el verdadero camino hacia la paz. Por eso, queridos hijos, abriendo Mis brazos misericordiosos hoy les pido por sobre todas las cosas: vengan a Mí, porque si así lo hicieren, Mi Inmaculado Corazón los ayudará.
Hoy, en especial, abro Mi Manto Protector para que cada uno de Mis hijos, a través de la oración del corazón, se coloque bajo Mi Manto para que los Rayos de la Luz Eterna de Dios los ilumine y pueda mostrarles el justo y santo camino que ustedes son invitados a recorrer, imitando a Mi Hijo que lo recorrió una vez por toda la humanidad.
Queridos hijos, encuentren la fuerza en la fe y en la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Quiero hacerlos renacer como Jesús hizo resucitar al hermano Lázaro. Queridos hijos, ha llegado el momento de caminar para que ustedes puedan ver la Luz Eterna de la Divina Misericordia que Mi Hijo les quiere entregar.
Sigan adelante y no pierdan tiempo porque Mi Hijo los necesita fuertes y valientes como el vuelo de las aves en el amanecer.
Queridos hijos, hoy los invito a orar por la Luz en el corazón. Yo los llamo a permanecer en la alegría, pues eso les permitirá despertar la presencia interna del Espíritu Santo en cada uno de ustedes. Conozcan a través de la oración los Dones del Espíritu Santo.
¡Quédense en Mis brazos! Confíen en la entrega que Mi Corazón les hace en este día.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Mi Corazón Espiritual e Inmaculado hallarán la protección y el auxilio que Mi Amor Maternal quiere derramar para cada una de las ovejas de Cristo.
Queridos hijos:
Con vuestros corazones hacia lo Alto, Yo los invito a estar en la paz y a buscar esa Eterna Paz en lo profundo de vuestras almas. Es tiempo y es momento de preparar el corazón para la llegada de la Buena Nueva que Mi Hijo pronunciará para cada una de vuestras vidas.
Hijos Míos, mirando con compasión hacia este mundo, les pido: ¡oren con el corazón!, porque si no oran con el corazón, el precioso instrumento que Dios les ha dado perderá su fuerza espiritual. Al mundo le falta una profunda y amorosa vida de oración; a través de esa oración, todos Mis hijos pueden ser guiados como el Espíritu Santo guió Mi Inmaculado Corazón.
Mi Corazón Materno cuenta con los corazones abiertos para responder a Mi llamado, un llamado que Mi voz pronuncia desde el Cielo para toda esta humanidad que está sorda al llamado divino de la conversión del corazón.
Por eso, queridos hijos, los invito a convertir todo lo que aún necesita ser convertido por el fuego misericordioso de Mi Hijo. Les hablo con amor para que sus consciencias despierten y no se duerman cuando amorosamente Mi voz se manifiesta para ustedes.
Les pido que sigan el camino de la consagración a Mi Corazón porque, de esa manera, ustedes Me darán el permiso para guiarlos hacia el estado de paz que es momento de vivir como premisa para sus vidas.
Queridos hijos, no se cansen de orar. Eleven constantemente la oración hacia lo Alto. Dios, atento a las súplicas de Mis hijos, les responderá. Confíen en ello para que de esa manera amen la Voluntad Celestial.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Vivan en perpetua alianza con el Sagrado Corazón de Jesús. Él los ama sobre todas las cosas y los acoge en Sus brazos de Misericordia.
Hoy los contemplo desde Mi Corazón Maternal y con ojos de Misericordia, les digo: ¡no teman, Yo estoy con ustedes! Estén en los brazos del Redentor porque Él se anunciará vivo y resplandeciente en cada uno de vuestros corazones.
¡No teman! ¡no teman Mis pequeños! Dios quiere lo mejor para vuestras vidas. Este es el momento en que Dios Padre los llama a la redención, al despertar de la fe y del amor en la esencia de todos Mis hijos. Por eso, hoy los invito a entregar cada uno de vuestros miedos y a confiar plenamente en los Planes de Dios.
Debe haber paz en los corazones de Mis hijos; por eso, hoy no olviden que Mi Reino Maternal los acoge para que cada una de las almas llegue hasta el Reino Redentor del Amor que Jesús, como sacerdote y como pastor, tiene preparado para ustedes.
Cuando Yo llego a vuestro encuentro silenciosamente, como Madre y como Sierva de Dios, es para que sus corazones reconozcan que siempre estoy entre ustedes.
Es importante que, en este tiempo, vivan en un estado de constante oración, porque la oración los llevará a reconocer con suma claridad y sabiduría el verdadero y próximo camino interior a recorrer.
Queridos hijos, con vuestros brazos abiertos, vengan hacia Mí y, estando en amor y en fe en Mis brazos Maternales, los podré colmar con la esencia del Amor de Dios, Amor Divino que traigo amorosamente desde el Cielo.
Por eso, en alegría caminen hacia el Propósito porque así estarán en Dios.
Yo los quiero conducir cada día a la Paz del Corazón.
Descansen vuestras almas en Mi regazo maternal.
¡Ánimo y esperanza para todos!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras Dios Padre sostiene desde el Cielo Su sagrada mirada sobre toda la humanidad, queridos hijos, hoy los llamo, como todos los días, a la reparación del corazón mediante la oración. Un inmenso número de almas aguarda las oraciones de todos los misioneros marianos consagrados a Mi Inmaculado Corazón, almas que, distantes del camino de la santidad, se conducen por senderos contrarios a los destinados para sus vidas.
Por eso, hijos Míos, como Mediadora en este mundo de hoy, los llamo para contemplar la Faz Misericordiosa de Jesús como el único camino para la redención del corazón. Estos tiempos distraen cada día más a las almas y las conducen hacia intenciones que distancian sus corazones del camino que las lleva a Dios.
Hoy los llamo a orar con todo el corazón para que Dios Padre escuche las plegarias de todos ustedes por la salvación de todos Sus hijos de este mundo.
Con una espina clavada en Mi Corazón Maternal, hoy les pido que, a través de la oración, reparen Mi Inmaculado Corazón para que, como Madre de la Misericordia, pueda sostener por más tiempo a todos los corazones que se pierden.
Que todos Mis hijos sean conducidos por Mi Corazón Materno para que todas las criaturas levanten Sus brazos y clamen por piedad.
Queridos hijos, es momento de concientizar la vida de oración, oración que, por el propio poder divino que ella adquiere, podrá protegerlos en los momentos próximos de final de ciclo en este mundo.
Deben renacer a través de la oración como preciosos instrumentos en las Manos de Dios. Todos Mis hijos son llamados a colaborar con el planeta. Es necesario que todos ustedes sepan que alguien de esta humanidad debe interceder ante el Creador. Para eso, Mi Hijo les ha dado a los pastores. Oren por ellos para que el Espíritu Santo los guíe en estos momentos.
¡Les agradezco por vuestras oraciones!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Señora de las Rosas, quiero llevarlos a Mi jardín celestial para que todas las almas, reunidas como rosas, puedan permanecer en el prometido paraíso del Señor.
Queridos hijos, lindas son estas promesas, por lo que hoy los invito a la conversión de sus vidas, al perdón del pasado y a la reconciliación de sus corazones con cada uno de sus semejantes. Recuerden, hijos Míos, que en cada hermano se encuentra Cristo, Mi Hijo Resucitado. Por eso, los invito a ser consecuentes con el Reino de la Paz para que esté presente en cada uno de Mis hijos.
No teman por lo que aún no cambia en el mundo. Es necesaria la oración del corazón para encontrar la Luz del Padre.
Pequeños niños, corran como esencias puras hasta los pies del Creador, porque si ese gesto fuera sincero, a través de la oferta de la oración, el Señor Omnipotente los colmará con Sus Infinitas Gracias Reparadoras.
Hoy los observo y los coloco dentro del Reino Celestial. A toda la gran humanidad que no quiere cambiar aceptando los Planes de Dios por vivir su propia decisión de vida, la coloco en el interior del Reino Celestial de la oración, para que junto a Mis ángeles custodios, oremos por la salvación y la redención de todos Mis hijos.
Hijos Míos, a todos ustedes les cabe responder a los pedidos pronunciados por nuestro Dios en cada uno de vuestros corazones. Quiero hacerlos crecer desde el corazón para que muchos de Mis hijos puedan imitar ese simple camino de consagración al Santísimo Corazón de Jesús.
Es momento de reparar las grandes causas que han distanciado a las almas de Dios. Yo vengo aquí, hasta cada uno de ustedes, como Mediadora y Madre de Jesús, El Redentor, vuestro Salvador.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más