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Durante la madrugada del día 13 de octubre, realizamos una vigilia de oración del Santo Rosario.
Cuando llegamos a la quinta decena, en el Padre Nuestro, Nuestra Señora apareció esta vez resplandeciente, luminosa, alegre y radiante.
La Virgen María abrió un portal dorado desde el Cielo, por donde descendió y cuando Ella se aproximó, vimos que vestía un manto todo blanco y una túnica blanca hasta sus pies descalzos y un cinturón blanco; todo el manto como también la túnica de Nuestra Señora, estaban llenos de rosas blancas, las que brotaban del manto y se abrían como una flor al sol. El aroma a rosas que emanaba Nuestra Madre era muy fuerte y ellas brillaban y encandilaban en la noche como luces de neón.
La Virgen llevaba entre Sus manos el Santo Rosario, que era de cuentas de cristal blanco y mantenía Sus manos en señal de oración. Su rostro de color rosado claro y Sus ojos brillantes que irradiaban paz para nuestros seres, nos contemplaron por un tiempo y allí fue cuando Nuestra Señora nos dijo:
“Queridos hijos, como Esposa frente al Altar del Padre, hoy me muestro para ustedes como la Madre de la Consagración; los ángeles me han preparado para este momento de la consagración del mundo a Mi Inmaculado Corazón”.
Después, la Virgen dijo que había llegado en ese horario porque estaba abriendo la ceremonia de consagración del mundo al Inmaculado Corazón, ceremonia que el Santo Padre Francisco estaría realizando en Roma, en Italia, durante la mañana del día 13.
Y después de esta bendición de Nuestra Madre, Ella nos transmite Su mensaje:
El día 13 octubre de 1917 en Fátima, Portugal vivió el Gran Milagro del Sol, el que Yo concedí a la hermana Lucía Dos Santos; fue el milagro que demostró al mundo uno de los divinos poderes maternales del Inmaculado Corazón de María.
Hoy, Mi Corazón recibe, ante el mundo, la consagración especial de las naciones.
Desde el principio en que la Iglesia de Mi Hijo fue fundada sobre la Tierra y a partir de Sus sagradas enseñanzas de amor y de redención, el Inmaculado y Silencioso Corazón de la Virgen María, fue el que siempre acompañó el despertar y la devoción ardiente de todos los hijos de Dios.
Fátima fue el principal caudal divino en donde el Cielo derramó sus Gracias reparadoras, porque a través de los tres humildes y simples pastores de Aljustrel, el mundo regresó al Corazón de Dios.
En este día de Gloria, en el que las naciones y las almas del mundo entero intentarán retomar los pasos en el camino de la luz celestial, Yo les pido que recen para que los planes que Dios prevé para la humanidad, se puedan cumplir.
Yo les aseguro que esta consagración de las naciones al Inmaculado Corazón de María, permitirá que las almas más pecadoras y las almas más distantes de Dios, alcancen el estado de la Divina Misericordia.
Por eso, desde aquí en América del Sur, Mi Inmaculado Corazón estará obrando a través de la luz que los grupos de oración generarán para el mundo. La Madre del Santísimo Rosario está socorriendo a los hijos que están solos espiritualmente y a los que viven en el vacío del corazón por la falta del Amor Redentor de Mi Hijo.
Esta obra planetaria de las almas marianas misioneras, es un nuevo impulso divino que Mi Corazón envía, para que los nuevos apóstoles de Cristo puedan surgir a tiempo, antes de Su Glorioso Regreso.
Como Madre del Santo Rosario, Yo uno a todos los hijos y a todas las naciones como a todas las religiones a través de las cuentas de Mi Santo Rosario; porque en los Misterios de Dios se guardan las llaves que abrirán las puertas para todos los que digan sí para esta Magnífica Voluntad Divina.
Queridísimos hijos, que esta jornada de consagración sea el motivo perfecto para que todos los grupos de oración, como también las familias y los seres queridos, se renueven en este camino de la oración del corazón, porque si ustedes lograran rezar con el corazón, muchas cosas podrán cambiar a tiempo.
Yo los invito primero, al camino de la Paz y de la Comunión con Mi Amado Hijo Jesús; será necesario que todos en este día respondan a través de un acto de reparación y de oración para el gran universo de Dios, porque de esta manera abrirán las puertas del Cielo en la Tierra.
Como Madre los guío, como Guardiana de la Fe los instruyo en esta escuela que es la oración continua para vuestras almas.
Hijos amados de Mendoza y de toda Argentina:¡alégrense y canten cánticos de alabanza, porque vuestra nación se ha consagrado a Mi Inmaculado Corazón!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado de consagración interior!
María, Reina del Santísimo Rosario.
Y al final de Su mensaje de paz, Nuestra Señora nos transmite una oración de consagración del mundo a Su Inmaculado Corazón, la cual deberá ser recitada todos los días sábados.
Acto de Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María
Flores de Luz son derramadas sobre la Tierra,
por los Ángeles del Cielo que traen entre sus manos
la Misericordia de Dios.
Los corazones del mundo renacen en el Espíritu Santo
y ellos despiertan al Llamado Maternal.
Los soldados de la Paz se unen,
porque llegó el momento de la consagración interior.
Estrellas fugaces cruzan el firmamento de la Tierra:
son las señales venideras de la Eterna Paz.
Por la consagración de la humanidad surge la esperanza
y los que han perdido el camino hacia Cristo,
retornan al Padre a través de Su Sagrado Corazón.
¡Salve, Reina del Cielo!
¡Te alabamos y te adoramos Inmaculado Corazón!,
porque Tu Gracia convierte nuestras vidas
y somos tocados por el don de Tu Bendito Amor.
¡Oh, Madre y Reina de la Paz!,
consagramos nuestra morada interior a Tu Gran Espíritu Mariano.
¡Oh, Santísima Madre Inmaculada!,
confiamos plenamente en Tu Camino de Amor y de Redención.
Que veamos nacer en el horizonte
el Sol Sagrado de Cristo,
para que por siempre
Él sea el lucero infinito que guíe nuestros pies peregrinos,
y que ahora y siempre,
glorifiquemos al Dios Creador por toda la Eternidad.
Amén
Hijos queridos:
Hoy quiero que disuelvan en Mi Corazón sus miedos en Mi Corazón, porque no hay nada más perfecto en el Universo, que el plan que Dios creó para Sus amadas criaturas.
Vengan a Mi Corazón siempre que algo los aflija en el pecho, porque en oración les mostraré cual es la Voluntad del Señor manifestada en cada acontecimiento de la vida.
Que todo en sus vidas sea motivo de oración. Si sienten dudas, colóquenlas bajo la luz del Espíritu Santo, para que sean disueltas de sus consciencias. Si sienten temor, traigan a sus corazones el amor que día tras día irradio al mundo.
Jamás alimenten los conflictos, mas sí sean pacificadores en la Tierra.
Llegó la hora de imitar verdaderamente a Mi Hijo, de silenciar cuando deben silenciar, de obrar en secreto aún estando entre las multitudes.
La unión perfecta entre Jesús y Dios era conocida solo por el propio Dios, y este ejemplo quiero que traigan hoy a sus vidas. Únanse perfectamente a Dios, en el silencio del corazón y reflejen esta unión a través del amor.
El ejemplo mayor que Mi Hijo dejó para la vida de todas las criaturas, fue el Amor; por eso amen, amen a los que los odian, amen a los que hablan mentiras de sus seres, amen aún más a los que los maltratan, pues quien hace el mal es quien más necesita de este amor.
Vayan por el mundo buscando no solo a los que les abren el corazón, busquen también a los que les dan vuelta el rostro; mas no insistan con palabras, tampoco con acciones; insistan con el corazón, con el amor, con el silencio; pues el mayor amor que pueden vivir, crece en el secreto de sus almas.
Hoy quiero enseñarles, Mis queridos, lo que hace dos mil años estudian para aprender y que llegó la hora de practicar y de vivir con profunda alegría.
Glorifiquen este momento de sus vidas, así como glorificaron los apóstoles cuando descubrieron la grandeza de lo que vivieron; cuando se dieron cuenta de la gracia celestial que recibieron y cuan perfecto amor vivirían predicando entre los que no los escuchaban y amando a sus enemigos.
Congreguen a los que me escuchan y únanse de forma indisoluble unos con otros, porque esta será su fortaleza en los tiempos que vendrán y juntos descubrirán la alegría que existe en cada prueba de la vida; alegría de crecer y madurar el espíritu; alegría de poder cumplir finalmente con la Voluntad de Dios; alegría que disuelve el miedo y cura el corazón.
Levanten firmemente el estandarte de la Paz y no detengan los pasos. Sonrían para los que les dan vuelta el rostro y amen a todos los que se aproximen a ustedes.
A los que les pregunten respondan: Vengo en nombre de la Reina de la Paz, para traer Su Paz al mundo.
Les agradezco por perseverar un día más en Mi Corazón.
Yo los amo y los amaré eternamente.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Cuando Mi Inmaculado Corazón desciende a su encuentro, universos, leyes y estrellas se relacionan entre sí para que la Madre del Cielo, bajo el poder de Su Hijo Jesús, pueda interceder y derramar Misericordia sobre Sus hijos, ciudades y hasta en naciones enteras.
Por eso hoy, por la oración amorosa de todos los fieles de San Rafael, devotos de Mi Corazón, la Madre y Reina de la Paz llegará para recordarles el compromiso orante Conmigo y con Mi Hijo Jesús.
En la víspera de la consagración del mundo a Mi Inmaculado Corazón, las redes malignas y las consciencias que están en contra de la evolución de la humanidad, estarán propagando como veneno la no veneración a Mi Inmaculado Corazón y querrán alcanzar el poder sobre todas las cosas.
Yo les pido que, de corazón y de alma, se unan al poder espiritual del Santo Rosario, para que sean mediadores entre el Cielo y la Tierra y, de esta manera, sus corazones apoyen el gran momento de consagración que el Santo Padre Francisco realizará ante Mi Corazón materno y el mundo.
Consagrarse al Inmaculado Corazón de María significa establecer sobre el mundo la victoria del Plan de Dios. Consagrarse al Corazón de la Santísima Madre significa abrir las puertas del Cielo para que las leyes de la Misericordia, de la Gracia y de la Piedad socorran a toda la humanidad, especialmente a los que viven en el grave pecado.
Hijos Míos, los tiempos se aceleran y será necesario que despierten al llamado de conversión que Mi Corazón dicta para ustedes por medio de estos encuentros orantes Conmigo.
Por primera vez, Mi Corazón materno intercederá desde Argentina ante el Padre durante el día 13 de octubre. Este día podrá ser un día de vigilia de oración con el fin de que el mundo sea redimido a través del amor puro de Dios.
Queridos hijos, estoy con todos ustedes y acompaño cada una de sus intenciones. Ahora, Yo los llamo a la oración planetaria y universal, porque si todos se unen al Propósito, el mundo entero podrá ser ayudado y no sufrirá por no haber cambiado a tiempo.
Mi Presencia, por primera vez en la historia, recurre y llama a hijos que viven en una oración ecuménica del corazón. Por primera vez, la Madre sale de la Madre Iglesia para buscar a las almas que se desesperan y que han perdido la unidad predilecta con Mi Hijo Jesús.
Cristo Me ha enviado, en nombre del Espíritu Santo, a llamar a los que no son religiosos y a los que nunca Me han encontrado en sus caminos, porque como Madre de la Gracia, Mi Espíritu inmaculado quiere tocar los corazones heridos.
Yo le ruego a Mi Hijo que la Iglesia que Él fundó no tema por lo que estoy haciendo y Me ayude, colabore y apoye espiritualmente en la misión mariana que estoy realizando a través de estos videntes consagrados. Ninguna doctrina cambiará, ningún alma perderá su camino por encontrarse Conmigo.
Necesito el amoroso apoyo de los sacerdotes, para que sus oraciones ayuden en la construcción de este camino de paz que es para todos.
Queridos hijos, Yo soy María de Nazaret, soy la Madre María, la Estrella de la Paz. Ya no teman por nada, porque solo a través de Mis pasos verán la Luz.
Agradezco a la Iglesia por ayudar en las misiones del Inmaculado Corazón.
¡Gracias San Rafael por confiar y cumplir con Mi llamado de Paz!
Les agradezco a todos,
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Nunca se olviden de venir a Mis maternos brazos, pues Mi propósito como Madre es hacerlos dormir cerca de Mi Corazón y reposar, reposar en Mi manto de Luz, para que Yo durante la noche y en vigilia, ore a su lado hasta el amanecer.
Queridos hijos, no se olviden de estar en Mis brazos, pues como su Madre protectora, aguardo que me entreguen sus dolores, fatigas, cansancios y desolaciones. Yo conozco bien sus vidas, por eso confíen y caminen a Mi lado para encontrarnos con Jesús.
Queridos Míos, nunca se olviden de estar en Mis brazos, pues como Madre del Amor quiero tenerlos cerca, para que digan todo lo que sienten y saben. Es hora de que descansen en el espíritu de Mi Corazón, pues así Yo los haré caminar firmes hasta el final.
Quiero que estén en Mis brazos, porque Yo espero besar sus rostros y envolverlos en Mi Luz celestial. Así descansarán y no perderán tiempo con nada, porque Mi Corazón quiere sostenerlos, animarlos a seguir por el camino del bien y de la paz.
Mis queridos, estén hoy en Mis brazos para que mañana Yo pueda mostrarles el sendero del gran sacrificio de amor.
Queridos, ahora que ya están en Mis brazos, en esta noche contemplo su esfuerzo. Por eso, quédense cerca de Mí, porque así nada les pasará.
Estoy con ustedes en la alegría y en la tristeza, en la certeza y en el error.
Yo los amo a todos ustedes con predilección.
Hoy les agradezco por haber respondido a Mi Hijo. Yo les agradezco y el Cielo les agradece.
Descansen en Mis brazos. Es hora de dormir en los brazos de su Madre Celestial. ¡Vamos, Mis queridos! ¡Adelante y con fe!
María, Vuestra Madre y Reina de la Paz del Corazón
Llamo Mis soldados a los que perseveran en la Voluntad del Señor y la cumplen más allá de sus pequeñas voluntades.
Llamo Mis compañeros a aquellos que siguen a Mi lado, bajo cualquier circunstancia, y que dicen sí a Mi Plan de Amor y de rescate de las almas, aunque no sepan qué Plan es este y cómo será llevado adelante.
Llamo hijos predilectos a aquellos que reverencian a Dios por sobre todas las cosas y que, dentro de su imperfección, se entregan al desconocido Universo del Padre Celestial.
Hoy, convoco a los corazones para que se consagren a la Voluntad Mayor, pues los tiempos ya no serán fáciles para las consciencias, y las almas serán probadas por el enemigo como jamás antes lo fueron.
Hoy, los convoco para que consagren sus vidas, sus almas y sus espíritus; para que renueven el compromiso que sellaron Conmigo desde el principio y que lo vinieron a consumar en este tiempo.
A los que Me siguen, les oferto el sacrificio, y la recompensa que reciben es la salvación de las almas.
A los que Me siguen, les oferto la renuncia, y lo que reciben a cambio es la pureza del mundo, que será rescatada por las pequeñas obras de estos corazones.
No coloco grandes tesoros materiales en la mesa de aquellos que Me siguen. No les ofertaré el confort ni el descanso, en esta vida ni en la otra.
Pero hay algo en esta mesa que no hay en ninguna otra, algo que trasciende el cansancio, algo que trasciende las riquezas de la Tierra, algo que trasciende la materia, algo que no es de este mundo.
Esto que les oferto es único, es simple, es invisible, es intocable y es también inmutable.
Esto que les oferto abre las puertas del universo y colma los mundos, las estrellas, los espíritus y las consciencias.
A los que hoy se consagran a Mi Corazón, les oferto el Amor y les presento a Mi Hijo para que sea su Rey por toda la eternidad.
Mis pequeños hijos, hoy solo les digo que los reuní bajo Mi Manto para depositar en sus corazones Mi Amor y para decirles, bien cerquita de sus corazones, que jamás se olviden de que estoy aquí, y de que por más que les oferte el sacrificio, les oferto también Mis brazos, hacia los que deberán caminar eternamente.
Los ama,
María, Reina de la Paz
Queridos hijos:
Vengan a Mis brazos los sedientos del Espíritu de Dios; aquellos que jamás sintieron en sus corazones la Presencia del Altísimo para que, a través de Mi Presencia, descubran en sus vidas la Gracia que es vivir bajo el manto glorioso de Mi Hijo y bajo la infinita Misericordia de Dios Padre.
Hijos Míos, hoy llego a sus vidas para traerles aliento y paz, para que ya no sufran por las acciones del pasado, sino para que rediman en sus corazones todo aquello que no corresponde a la Presencia Divina.
Laven hoy sus pequeños corazones en la Fuente de Gracia que hago brotar en esta ciudad y en este estado, para que todos tengan la oportunidad de renovarse ante Dios.
Mi Presencia llega a este lugar para demostrar la grandeza de Dios y Su infinita Misericordia para con Sus criaturas.
El Señor Me pidió estar entre Sus pequeños hijos y que la Luz que irradia Mi Corazón pueda llegar a cada espacio, aunque este no la sienta y no se abra a Mi Presencia porque ignora Mi real existencia.
Hoy quiero demostrarles que las Sagradas Escrituras no son historias creadas para mantener la fe en el corazón de los hombres. La vida de la Sagrada Familia, familia a la que deberían amar y seguir por toda la eternidad y, sobre todo, a la vida de Jesús, vino para renovar el mundo y traer a todas las criaturas el ejemplo vivo del amor.
La Sagrada Familia es la misma, hoy y siempre, y no está encerrada en los libros religiosos, sino que está viva en cada una de sus vidas.
Mi Corazón, el mismo que nació en Nazaret, retorna de siglos en siglos para despertar a aquellos que no despertaron a la Presencia de Mi hijo y que no fueron tocados definitivamente por Su Sacrificio.
Los que no fueron curados por la Sangre de Cristo reciben hoy una nueva oportunidad de ser curados por Su Espíritu, por Su Cuerpo Glorificado, presente en la Eucaristía.
Como les dije, a lo largo de los siglos, retorno para decirles nuevamente que abran sus corazones para descubrir lo nuevo y descubrir la Presencia sacratísima de la Divinidad en sus vidas.
Mis brazos están siempre abiertos, hijos queridos, para recibir hasta al más perdido de Mis hijos. Ya no miren hacia el pasado, no colmen sus vidas de amarguras, alimentando las culpas. Coloquen todo el miedo y todo el dolor a Mis pies y caminen rumbo a Mis brazos.
Mis ojos no contemplan las imperfecciones, contemplan las esencias y la intención pura de transformarse. Si dieran el primer paso, podré guiarlos y conducirlos por todo el resto del camino. Solo anímense a seguir esta trayectoria de redención.
El Señor aguarda a cada una de Sus criaturas, como un padre aguarda al hijo pródigo.
Vengan. Vengan sin demora. Vengan en oración. Vengan con confianza y con fe absoluta. Entréguense sin miedo a Mi Corazón.
Solo les pido que entreguen sus miserias, a cambio les ofrezco la infinita Misericordia.
¡Los amo siempre!
Les agradezco por venir a Mi encuentro.
María, Madre y Reina de la Paz
Yo soy la Estrella del Cielo, soy la que desciende en Espíritu para rescatar y bendecir a todos Mis hijos del mundo entero.
En este día, Mi Corazón Inmaculado desciende en gloria sobre la ciudad de Rio de Janeiro para bendecir y recordarles a todos Mis hijos el compromiso orante con el Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, Mi Corazón de Madre se alegra cuando los peregrinos y devotos Me reciben con fe y amor en el corazón.
Por un fin mayor y divino, Yo vengo por segunda vez a esta ciudad de Rio de Janeiro, porque será necesario que aquellos hijos, que duermen el sueño de este mundo, puedan despertar a la conversión y a la redención de todas las faltas cometidas a Dios en la vida.
Por este fin, Mi Espíritu de Paz intercedió por este lugar, Rio de Janeiro, para que definitivamente abra los ojos a la luz de Mi llamado corredentor.
Para que Mis hijos escuchen Mi voz y sigan Mis pasos de Peregrina, los grupos de oración ecuménicos servirán de puente y de salvación a muchos hijos que se negaron a encontrar a Dios a través de la Presencia de Cristo.
Para que Mis hijos regresen al Corazón purísimo de Dios, será necesario crear soldados marianos fuertes que ayuden en las grandes ciudades del mundo, para que todos los pobladores reciban la Gracia y la Misericordia de Dios.
Hijos amados, en este día Mi Corazón se alegra porque Mis hijos de los grupos de oración de Rio de Janeiro han abierto una puerta segura a la redención.
En este tiempo, de grandes cambios y de difíciles transformaciones para Mis hijos de la humanidad, será urgente y necesario que algunos grupos orantes y devotos de Mi Inmaculado Corazón se amplíen y se fortalezcan a través de la oración para ayudar así en el gran desequilibrio espiritual que sucede en las grandes ciudades.
Con la ayuda de los sacerdotes, en la formación de grupos de oración ecuménicos, ustedes podrán tejer así la nueva red de luz y de paz para las almas que más lo necesitan.
Queridos hijos, es un verdadero milagro que Mi Consciencia maternal pueda descender a esta ciudad de Rio de Janeiro, así Yo quiero que vean cuán grande es la Misericordia del Padre y cómo en verdad Él los ama infinitamente, sin mirar vuestros pecados y faltas.
Por eso, hijos amados, suban a tiempo a Mi barca mariana salvadora, porque solo quiero hacerlos reencontrar con Cristo, su amado Señor.
¡Sigan adelante abriendo caminos y llamando corazones para la misión que Dios les concedió!, porque su Santísima Madre María pasa frente a ustedes para abrir los senderos de la Paz para todos.
¡Les agradezco a todos los hijos de Rio de Janeiro por haber respondido, por segunda vez, a Mi llamado por la Paz!
Los ama y los consagra siempre,
María, Madre de la Santísima Paz
Que no se aflija más tu pequeño corazón por todo aquello que aún está por ser construido en tu interior.
El Señor del Universo, el Gran Arquitecto del Infinito, ya diseñó para la Tierra la construcción perfecta que debe ser edificada en el interior de cada ser y, si ustedes dicen sí, los constructores universales, que son los ángeles y los arcángeles, llegaran a sus vidas para transformar lo viejo y reconstruir aquello que debe ser renovado.
Hoy, con alegría, llegó a esta, Mi casa, la Nueva Tierra, para que en ella pueda crecer el arquetipo de la nueva vida.
Hijos Míos, hoy quiero decirles que la nueva vida no se construye con base en el desarrollo de la mente ni tampoco de las riquezas materiales. La nueva vida no se encuentra en la cantidad de conocimiento que presentan las consciencias, porque eso no tiene nada de nuevo.
No busquen develar los misterios celestiales antes de construir, en el interior, la base primordial y única que los llevará al infinito; porque los misterios de Dios no se asientan en la mente, sino en el corazón.
La nueva vida que nace en la Nueva Tierra no es nada más que la posibilidad de amar al prójimo tal cual es. La nueva vida es el poder de convivir, unos con otros, cada uno en su grado de evolución, sin que eso sea motivo de separatividad, sino de unión y de crecimiento del alma y del espíritu.
El Amor que vinieron a aprender en la Tierra, no lo encontrarán en los libros, sino en la vida, en el día a día, en la maduración de la convivencia.
Es por eso, hijos queridos, que Dios les pide a las Comunidades que todos aquellos que aspiran a crecer tengan la posibilidad de hacerlo y cuenten con el apoyo de unos a otros para alcanzar ese crecimiento, ese develar del Amor.
Quiero que aprendan de la Nueva Tierra como aprendieron de Mi Hijo Jesús; por eso, retorno a este lugar.
Cristo estuvo entre aquellos que más lo necesitaron. Sus apóstoles fueron los simples y pobres de corazón, de conocimiento, de vida y de espíritu. En aquellas almas simples, el Señor hizo crecer la fidelidad y el amor absoluto en aquellos que lo seguirían hasta el final, viviendo el sacrificio y la entrega bajo cualquier circunstancia.
Con esto, les digo que el camino de los que se aman entre sí, independientemente de las diferencias, y juntos viven el constante servicio es la fidelidad absoluta a Dios. En ellos, Dios deposita Su Espíritu para que sean ejemplos de Misericordia y fuentes del despertar. En ellos, el Señor deposita Su confianza.
Crean en lo que hoy Les digo; porque cuando oyeron las primeras Palabras de Cristo, los apóstoles eran hombres repletos de impurezas e imperfecciones, pero respondieron al Llamado del Señor y hoy son los guardianes de las puertas del Cielo.
Sigan este camino con valentía, pues, así como acompañé a los que Mi Hijo escogió en aquel tiempo, estoy aquí para guiar a aquellos que Mi Hijo escogió en el último tiempo, que son todos ustedes.
Los doce de ayer deben ser los 144.000 de hoy.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por seguir este camino de eterna transformación.
María, Madre y Reina de la Paz
Entre los niños más simples está el nuevo mundo, el surgimiento de la nueva prometida humanidad.
Queridos hijos, después de este gran presente a Mi Inmaculado Corazón, Yo los bendigo en el nombre de Jesús y en el nombre del Castísimo Corazón de San José, formando de esta forma la nueva familia, aquella familia de la humanidad que en estos tiempos finales deberá animarse a vivir la fraternidad y la unidad, porque de esta forma, queridos hijos, por Mi misericordiosa intercesión, el mal se extirpará de la Tierra, y en consecuencia cualquier sufrimiento y dolor.
Por eso, Mi Inmaculado Corazón bendice a todos los niños de la Tierra, especialmente a estos hijos Míos, que hoy están dentro de Mi Gracia Celestial, dando esperanza y fuerza a Mi Corazón Inmaculado para que Mi proyecto mariano se cumpla en la Tierra antes del regreso de Mi Hijo.
Queridos Hijos, oro perpetuamente por ustedes, para que las nuevas enseñanzas del Cielo, aquellas que son transmitidos actualmente por Mi Hijo, por la Gracia de Mi Corazón Inmaculado y del Sagrado Corazón de San José, todas estas enseñanzas, enseñanzas de la Nueva Humanidad, puedan encarnar en sus corazones y de esta forma puedan recibir al Espíritu Santo, en este tiempo que está en caos y con falta de mucha paz.
En esta noche agradezco la consagración de este lugar a Mi Inmaculado Corazón, antes que la consagración del mundo a Mi Inmaculado Corazón, porque es necesario, queridos hijos, que alguien de esta humanidad dé el primer paso hacia Dios, confiando en Su Misericordia y en Su Reconciliación Infinita.
Quiero extraer de los corazones el sufrimiento, las heridas, todo lo que aún no está curado. Quiero desvanecer de todos Mis hijos el temor que le tienen a Dios, porque Dios es Amor, es Misericordia. Tan grande es Su Misericordia, que ha enviado a Su Sierva fiel hasta aquí para transmitirles Su Amor y Su Piedad.
Queridos hijos, aquellos que se animan a caminar por esta senda, esta senda hacia Cristo, Nuestro Señor, contarán con la ayuda del Universo Celestial.
Hoy, Mi Corazón se alegra, bendice y cura a todos los presentes y principalmente a aquellos que escuchan Mi Voz porque me han abierto las puertas de sus hogares, para vivir en el universo de Mi oración.
Como han construido esta gruta con base en el amor y en la oración diaria, Yo invito a todos Mis hijos, especialmente a todas las familias, a construir la propia gruta en el corazón, para que Dios pueda volver a tener su morada en ustedes. Para eso, queridos hijos, contarán con Mi Misericordia, con Mi Intercesión infinita, para que se animen a dar los pasos hacia Dios.
Queridos hijos, me alegro por poder estar tan cerca de ustedes, por contar con Mis queridos hijos para obras inalcanzables, para propósitos infinitos, para misiones bien profundas en las almas; porque a pesar de todo, queridos hijos, Mi Obra en ustedes se construye a través del corazón. Por eso en esta noche los invito a vivir en el corazón. Este también ha sido el motivo de construir este gran corazón que representa la emanación de Mi Amor Misericordioso por todos Mis hijos del mundo.
Hoy Mi Corazón se vale del amor de la Nueva Tierra, así como se vale del amor de cada uno de Mis hijos del mundo, para derramar este Amor sobre las almas que más lo necesitan.
Por eso hoy, hijos Míos, entrego este símbolo de Mi Corazón a todos ustedes, Corazón que se construye a través del amor y de la confianza de todas las almas.
Este, Mi Corazón, que hoy está delante de sus ojos, late por el amor de todos Mis hijos en la Tierra. Por eso hoy les digo que jamás se pierdan de este Corazón, sino que día a día busquen este Inmaculado Corazón, consagren un poco más sus almas a Dios, descubriendo el amor puro que vive en el interior de cada uno de ustedes.
Hoy les pido, Mis queridos, que jamás olviden la vida de oración, así como la comunión con Mi Hijo, porque si oran diariamente y comulgan con el Cuerpo de Cristo, irán purificando sus seres y construyendo, poco a poco, una morada segura para el Redentor de las almas, para que Él ingrese hoy en Espíritu, en cada uno de sus corazones.
Hoy quiero recordarles que la Voz de Mi Hijo resuena en el mundo; que Él viene para despertar a Sus soldados, aquellos que lo acompañarán en Su retorno.
Por eso, acompañen los mensajes de Cristo, esta Voz gloriosa que los guía diariamente; que ha asumido a cada alma de esta Tierra con la esperanza que Dios le infundió, de finalmente, despertar al mundo.
Tan grande es el Amor de Cristo por todos ustedes, que Él viene por una segunda vez a la Tierra, en Cuerpo, Alma y Divinidad, para buscar a aquellos que aún no despertaron y para caminar al lado de aquellos que también retornan para anunciar Su Gloria.
Hoy les digo, Mis pequeños, que grandes almas están guardadas en sus pequeños corazones; almas que tiene que crecer y madurar, resguardadas por Mi Gracia, bañadas en la Misericordia de Cristo, para que puedan fortalecerse y madurar como verdaderos soldados de Mi Hijo.
Hoy anuncio Mi Voz al mundo, para que el eco de Mi Corazón pueda tocar lo profundo de todos los seres. Si en esta noche tienen la gracia de oír Mi Voz, glorifiquen a Dios por la oportunidad que les dio, porque el Señor, a través de Mi Verbo, ingresa en cada una de sus esencias y reaviva el brillo original que muchos ya perdieron.
Hijos Míos, jamás se olviden de glorificar al Señor. No se sumerjan en las modernidades del mundo, olvidando el Universo Celestial que los observa, porque en cuanto se someten a las modernidades, Dios observa cada uno de sus corazones y aguarda con profundo amor el momento en que sus almas se volverán al Cielo.
Si necesitan hoy de auxilio, coloquen sus intenciones hacia lo Alto, porque Mi Corazón llega desde los cielos portando entre Mis Manos Gracias infinitas que el Señor Me concedió derramar sobre la Tierra.
Hoy traigo la cura para sus espíritus, para sus almas y para sus corazones; para que aquellos que Me dicen ‘sí’, se puedan consagrar definitivamente. Solo les pido en esta noche, que ofrezcan a Dios un verdadero ‘sí’, para que con el permiso de cada uno de ustedes, el Señor pueda obrar en sus vidas.
Con Mi Gracia profunda por ustedes quiero consagrar este lugar a partir de hoy, como cuarto pilar de Mis Centro Marianos, el Centro Mariano del Niño Rey, para que aquí todas las esencias se puedan congregar bajo el espíritu de la oración.
Necesito de almas heridas para que Yo las pueda curar. Necesito de corazones solitarios para que puedan ingresar en Mi maternidad. Necesito de corazones sedientos para que Mi Agua y Mi Gracia los puedan nutrir y así, Yo pueda bendecirlos a todos.
Después de dos mil trece años y de haber recorrido con Mi Presencia grandes partes del mundo, estoy verdaderamente muy agradecida. El Cielo les agradece, porque un Centro Mariano ha nacido hoy, un punto de Luz y de oración sincera para el mundo.
Gracias Pama por cuanto Me has confiado.
Que suenen las campanas y que canten los niños de la Nueva Tierra, la Gloria de Dios está en sus corazones.
Hasta mañana queridos hijos, les agradezco.
En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Yo Soy la Fuente universal de la Gracia de Dios manifestada a todo el universo. Yo soy María, la Madre de las Gracias, que en este día sábado de Gloria vengo al reencuentro de los hijos del Altísimo.
Desde ahora, estoy agradecida por la Gracia sincera que los Míos, Mis queridos hijos de la Nueva Tierra, han hecho surgir como un manantial en este sagrado lugar, porque aquí también el Cielo del Padre tocó con Sus manos a la Nueva Tierra para consagrarla hoy a Mi Inmaculado Corazón.
¡De gozo supremo está lleno Mi Inmaculado Espíritu maternal!
Queridos, acepten Mi Gracia suprema, que los liberará del mal y los curará completamente, que los renovará como en el origen y así serán buenos espíritus de la Creación.
Mis queridos, vivan en este mundo sin paz a través de Mi Gracia suprema, la que los lavará por entero como un manantial.
Yo Soy la Bendita llena de Gracia, soy la que intercede por ustedes de día y de noche, soy la Madre de las Gracias, soy la que les derrama el estado de Misericordia y de piedad a través de Mi queridísimo Corazón materno.
Yo Soy la que por Gracia Mayor intercede por ustedes ante Mi Hijo Jesús, para que reciban los dones de Su infinita Misericordia.
Para todos ustedes, Yo Soy la Madre milagrosa, soy la que les quita de los ojos la venda de la perdición para que puedan ver la divina compasión en el horizonte.
Yo Soy la Madre de la divina Gracia, soy la que los librará del juicio final para que ingresen a través de Mi Corazón al sagrado paraíso.
Yo Soy la Gracia universal, soy la que les provee el misterio de su fe, soy la que les brinda e irradia la esperanza, soy la Madre constructora de la Nueva Humanidad del corazón.
Hoy, esta Gracia suprema desciende sobre sus vidas y calma sus corazones, trayéndoles paz, cura y redención. Como dijo el Arcángel Gabriel en su profunda humildad: “Ave María, llena eres de Gracia, el Señor es Contigo...” y hoy Yo les digo: “Y bendito en Mi vientre es el fruto de la Nueva Humanidad, porque ella surgirá por la intercesión de Mi Gracia, por la misma Gracia que Dios derramó sobre Mi Ser”.
Queridos hijos, amados niños de la Nueva Tierra, como Yo les he prometido, en este día extraordinario descenderé del Cielo para estar muy cerca de Mis hijos y para confirmar que es posible rescatar a la humanidad perdida, a la humanidad que está sin Dios.
Por eso, hoy vendré hasta este sagrado lugar por medio de Mi Gracia, Gracia que quiero y deseo que puedan amar y que aspiren a encarnar en vuestros corazones.
Yo Me lleno de gozo y de amor cuando la Madre del Cielo está entre Sus más pequeños hijos, porque Mi Gracia Me recuerda a Jesús en Mis brazos. Sean como el pequeño Jesús, manso, simple, humilde y amoroso, que hoy Mis brazos puedan mecer a toda la humanidad necesitada de amor.
Les agradezco, ahora y siempre, por haber abierto aquí el manantial de Mi Gracia a través de la humilde manifestación de esta gruta, porque ella me recuerda a Mi antigua morada sobre la Tierra. La gruta me recuerda a José Castísimo, cuando construyó con Sus manos el simple hogar para Jesús en Nazaret.
Con esta finalidad, Yo pido las grutas, para que las almas se recojan en el interior de la Sagrada Familia.
Los bendice, los ama y les agradece por este amado recibimiento,
Vuestra Madre María, Señora de las Gracias
Queridos hijos de Mi Corazón:
Hoy todo el universo contempla a sus pequeños seres y, a través de las obras de Mis ángeles y arcángeles, abro hasta este lugar todos los portales que llevan a la Morada Divina del Creador de todas las cosas.
En este aniversario de las Apariciones de Mi Inmaculado Corazón de Paz, el Señor Me pidió que le abriera en la Tierra las puertas que llevan a Su Reino, porque Él mismo quería contemplar sus pequeños corazones.
No sé si comprenden, Mis pequeños, la grandeza de este momento, pero les puedo decir que el Señor contempla los frutos que nacieron en sus consciencias y en este lugar, a partir de las semillas luminosas que Él mismo plantó hace dos años, cuando sus seres le abrieron la puerta y permitieron que sobre este suelo nacieran árboles divinos de paz y fraternidad.
Hoy la Consciencia Suprema del Creador deposita, con Sus propias manos, nuevas semillas en sus corazones, semillas que los impulsarán a dar nuevos pasos rumbo a la evolución universal. Un toque de las Manos Divinas transformará no solo sus pequeñas vidas, sino también la vida de toda la humanidad.
Si ustedes se abrieran a este sublime momento, aunque él sea silencioso e invisible, podrán sentir que hasta aun las células de sus cuerpos se tornan luminosas, despertadas por la Luz Mayor de Nuestro Señor Dios.
Hoy, hijos Míos, clamen en sus oraciones por Adonai, Emmanuel y Abba, Faces del Creador, para que los impulsos divinos se asienten en sus cuerpos y en sus espíritus.
Hoy les digo que todos los servidores celestiales contemplan este momento y envían, a través del amor de sus cósmicos corazones, el impulso que complementa al impulso divino.
Por eso, únanse con el corazón, con la mente y con el espíritu a este día de Gracia especial, porque el Cielo conmemora un año más de triunfo de Mi Corazón y conmemora también el despertar de muchas consciencias a la vida universal.
El año que llegará exigirá de sus corazones la maduración que vengo a construir, día a día, a través de sus oraciones. Las pruebas, a las que todos estarán sujetos, buscarán fortalecer y consolidar en su interior todas las instrucciones que recibieron a lo largo de los años.
Entonces, hoy, Mis pequeñitos hijos, solo les digo que guarden en sus corazones estas Palabras y que recojan estas semillas que hoy les son entregadas en un lugar resguardado, en el interior del ser; porque un impulso de Dios tiene siempre un motivo espiritual y divino y, para que Su propia Consciencia esté hoy entre Sus criaturas, de forma tan especial, es porque necesitarán de este impulso y de estos códigos dejados por Dios para confirmar esta unión con el Padre Celestial y Supremo cuando sea la hora de hacerlo con confianza.
Les agradezco por estar hoy Conmigo y por haber permitido que el Sol de Mi Consciencia Universal nazca en sus vidas.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Fray Elías:
Durante la Aparición de la Virgen en el cielo, en la Colina, vimos en el amanecer abrirse el cielo como siempre sucede. Pero segundos antes de la Aparición de la Madre, mientras los ángeles hacían resonar sus trompetas que anunciaban la llegada de la Madre Celestial, vimos aparecer una luna y un sol diferente al que conocemos.
Estas dos figuras se posicionaron ante nosotros en el cielo, la luna estaba al lado del sol, pero en un instante vimos como la luna y el sol comenzaron a girar por sí mismos rápidamente generando fuertes emanaciones de luz sobre nosotros.
Después, vimos llegar desde el horizonte doce grandes llamas de fuego, eran como lenguas de fuego que se posicionaron alrededor de la luna y el sol.
Luego de un tiempo, un foco de luz descendió sobre la Colina y apareció en el cielo Nuestra Madre la que se nombró como la Señora de la Figueira, era María de Nazaret.
Ella vestía una túnica blanca, llevaba un cinturón dorado en su cintura, un velo rosa claro que cubría su cabeza, un escapulario color marrón por encima de Su túnica y sostenía entre sus manos el santo rosario.
Cuando Ella apareció en el cielo, la luna y el sol desaparecieron del firmamento, pero enseguida Nuestra Señora nos pidió que nosotros observáramos algo que sucedería a Su derecha y por debajo de Sus pies rodeados por nubes blancas de luz.
Apareció un espacio similar al purgatorio y otro al infierno. En ese lugar seres del mal estaban sometiendo a muchas almas, las hacían sufrir perpetuamente. En ese momento, Nuestra Señora liberó a alguna de esas almas y las llevó Consigo a un espacio de luz y de paz en el Cielo.
Más tarde, el purgatorio y el infierno se cerraron y allí le preguntamos: Madre, ¿qué significa todo esto?
Nuestra Señora respondió: “Es el Apocalipsis, porque será solo la oración que los ayudará a ustedes y al mundo entero”.
Así, Nuestra Madre tomó fuertemente entre Sus manos el rosario y descendió más cerca de nosotros para transmitir Su Mensaje.
Queridos hijos Míos:
Con alegría, hoy vengo al encuentro de Mis peregrinos para traerles la paz y el amor que necesitan sus almas.
Yo soy la gran Higuera y ustedes son los frutos que nacen y surgen de ella. En la Higuera Madre se expresa, en flor, el acogimiento a los que más necesitan, porque la Higuera Madre sustenta sus grandes raíces por medio del conocimiento, la donación y la paz.
Todos los frutos que nacen de ella son recogidos para ofertarlos en el Altar, así su Padre recibe de los frutos el mayor amor del corazón.
En esta Higuera Madre florece la paz, porque ella es como el agua que nutre de amor a las raíces de este gran árbol de amor.
En la Higuera brotan la paz y el bien, brota la luz interior que es emanada como una fuente inagotable para las almas.
Nuevas higueras crecerán en este tiempo, por eso Yo les pido que me ayuden para que ellas puedan brotar en Mi jardín de Paz y de Amor.
Queridos hijos, Yo soy la Señora de la Higuera, la que hace revivir los frutos que están secos y que, nutridos por Mi Espíritu, se reencienden como el brillo de una gran estrella.
Queridos hijos, en este día de aniversario, Yo los invito a tornarse frutos de Mi Árbol Madre, para que así Yo pueda ofertar al Señor lo que en verdad Él realmente espera de todos Sus hijos.
Amados niños, que el Sol universal de Dios, que alumbra sus vidas, pueda hacer recuperar los frutos que se han caído de Mi Árbol. Los ángeles de luz ayudarán a que estos frutos renazcan y maduren verdaderamente en el Espíritu de Dios.
Les pido que sean pacientes y humildes para que puedan reconocer el camino que están recorriendo en este tiempo actual, un camino hacia su conversión, porque en Mi Higuera el acogimiento de los más desprotegidos será la llave para el rescate de los que en verdad necesitan ayuda interior.
Yo los uno a todos ustedes en Mi Higuera, porque allí se encuentra la sabiduría de Dios que les permitirá realizar las obras de paz.
En este misterio y símbolo de la Higuera se guarda el original Amor Inmaculado de la Madre, porque para la humanidad Yo soy la Higuera Madre, la que permite resurgir a los corazones que están perdidos y sin paz.
Que en este día nazca de sus corazones la alegría de resurgir a través de Mi Corazón como almas renovadas.
Agradezco a este Centro consagrado a Mi Corazón Inmaculado por haber respondido a Mi llamado.
Que este aniversario se celebre con alegría en sus corazones, porque el Mensaje del Cielo llegó a sus vidas.
¡Gracias, queridos hijos, por estar unidos hoy a Mi Corazón de Paz!
María, Señora de la Sagrada Higuera
Mis amados hijos:
Benditas criaturas al servicio del Creador, vengo hoy a cortar definitivamente los lazos que algunos de ustedes tienen con el mundo, mundo de penas y de derrotas espirituales.
A partir de hoy, para alguna de sus almas, la Presencia de Dios será total y no reconocerán nada ni a nadie más.
A partir de hoy, la senda del sacrificio y de la entrega será la única senda en sus vidas. Ya no habrá dolor ni sufrimiento personal para ninguno de los que hoy ingresarán en este camino, solo el sufrimiento del mundo, que transmutarán en gloria a Dios hasta el último día de sus vidas.
En esta entrega a Dios hallarán consuelo y alivio, sabiendo que, a través de esa pequeña entrega de sus vidas, día a día y en cada rincón de este mundo, un hijo de Dios alivia el miedo, la desesperación y el dolor de la humanidad.
La oración del corazón será su compañera fiel; la presencia de la Pasión del Hijo de Dios crucificado, su aliento; y la oración y compañía de todos Mis hijos orantes, su escudo espiritual.
A ti, hijo; a ti, hija; que elegiste, desde lo profundo de tu conciencia, entregar al universo tu ser como canal auxiliador del gran canal transmutador del Cuerpo Glorificado de Cristo, Yo te digo:
Aquí estoy, soy tu Madre Corredentora, Aquella que te cubrirá con Su Manto cada día, la que te recogerá en Su regazo en cada momento de sufrimiento y entrega.
Aquí estoy, soy tu Madre Celestial, la que colocará pétalos de rosas sobre tus cuerpos, para que ellos emanen perfumes; la que tendrá siempre un lago de Luz en donde lavar tus heridas.
Aquí estoy, Mi amado hijo, Mi amada hija, para darte a beber del Cáliz que guarda la Sangre bendita y sagrada de Mi Hijo; la que te purificará, una y otra vez, para que te vuelvas a levantar y puedas seguir entregándote cada día más.
El mundo comienza su gran purificación y, en amorosa fraternidad, todos ayudaremos a que esta etapa sea la que marque el inicio de la nueva raza para la humanidad, una raza renovada en amor, espíritu y paz para que nunca más exista en el mundo el sacrificio de unos pocos en nombre de todos.
Amados hijos del mundo entero, que ingresan a este camino, hoy los consagro a la plena vida de entrega, renuncia, sacrificio y fe, que Mi Hijo vivió sobre la Tierra y, como fue hace más de dos mil años, Yo los acompañaré hasta el final como lo acompañé a Él.
En gloria a Dios, sean bienaventurados.
Los ama siempre,
María, Vuestra Madre de Nazaret
Ora con tu corazón y con tu espíritu; así, Mi Verbo se unirá al tuyo y Mi Presencia será percibida por tu pequeño ser.
Ora por las naciones, por los pueblos, por el mundo, y ve, con tu más pura intención, a recorrer este planeta; así, aprenderás a volar como el Ave Luminosa que rescata a los que más lo necesitan.
Ora por tus hermanos, por tus amigos y por tus enemigos, con el mismo amor y con el mismo fervor; porque la diferencia entre las almas está en tus ojos y no en los Ojos de Dios.
Únete al Mirar Divino y contempla la esencia única de cada criatura que vive sobre la Tierra.
Ora con amor por los Reinos, tal como orarías por los que están a tu lado y sufren mucho; porque los Reinos también están a tu lado y, muchas veces, sufren aún más que tus hermanos.
Ora, dirigiendo tus aspiraciones hacia el universo, al infinito, para que Aquel que reina en este universo pueda recibir tus aspiraciones y concretar en ti Su Voluntad Mayor.
Ora por lo que sabes que necesita de tus oraciones, pero ora también por las situaciones que desconoces, porque tus ojos tienen límites y tu conocimiento también; pero existe Aquel que no tiene límites, que todo lo ve y que puede conducir tus oraciones hacia donde son más necesarias.
Ora por los océanos y por todo lo que vive dentro de ellos.
Ora por el aire y por todos los que lo respiran.
Ora por lo que te es visible y por lo invisible también.
Ora por lo que sabes que está vivo y por lo que no sabes, pero que también tiene vida.
Deja que tu oración se amplíe y que tu verbo cruce las paredes de tu pequeña casa. Permite que tu oración sea infinita y poderosa, que sea fuerte lo suficiente para recorrer el mundo entero. Esto lo conseguirás si tomas tu pequeño verbo y lo ofertas al grandioso Verbo Divino.
Une tu voz a la gran Voz del Universo.
Une tu corazón al Corazón Universal y, de esta forma, te encontrarás dentro de todo, dentro del Todo.
Te vengo a conducir a este estado de consciencia, porque llegó el momento de ser uno con Aquel que está en todo, y descubrir a este Rey Universal y Divino en todas las cosas.
Si escuchas Mis Palabras con el corazón y, mientras oras, recuerdas cada una de ellas, pronto descubrirás este gran y silencioso misterio, en el cual tu pequeña consciencia está inmersa.
Busca ser simple, hijo Mío, para que en la simplicidad conozcas a Aquel que es la propia Pureza, que es el propio Amor y la propia Verdad.
Pon tus manos sobre las Mías y camina a Mi lado; hoy vengo a conducirte hacia el Universo Celestial.
Te agradezco por caminar Conmigo en esta trayectoria universal.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! Que solo exista la paz en sus corazones, queridos hijos Míos.
Que la paz sea el motivo primordial para vivir en la fe y en el amor de Mi Hijo. Yo soy su Madre de la Paz Eterna, Yo soy la Gran Estrella del Universo que, en este tiempo crítico, viene al mundo para iluminar los caminos de los que están a oscuras.
Por la paz alcanzarán sabiduría y entendimiento sobre las cosas, que no falte paz en su interior, para que así no desaparezca la paz en el mundo.
Hijos amados, que nada los perturbe ni los incomode, que nada los inquiete. El mundo está en una crisis espiritual, pero Mis soldados no podrán estar sin paz.
Afírmense en el Santo Rosario, porque él será el instrumento que los separará de las acciones del mal.
Que sus esencias vivan en Mi océano de Paz, no preocupen más a sus consciencias por las cosas externas, que solo en el silencio se fortalezca su paz.
Que exista paz entre los seres, y entre los seres y Dios. Que ningún hijo Mío pierda la esperanza de redimirse y liberarse de las consecuencias que trae este mundo.
Sean portadores de la paz del corazón, sean como antorchas de luz que indiquen el sendero hacia la paz para su prójimo. Unan sus corazones a la Vida Mayor, ingresen amorosamente en el Reino del Padre para que, desde allí, nada más los perturbe ni les quite las fuerzas para poder caminar.
Que la oración del Rosario sea su escudo permanente, para que las asechanzas sean liberadas ante su presencia de paz y de amor.
Queridos hijos, es hora de que sus manos se aferren fuerte a Mi Manto protector, así nada los derrotará ni los destruirá, porque Mi amparo será eterno para sus corazones.
La guerra espiritual para la redención del mal ya ha comenzado en el universo. Sus oraciones purísimas y amorosas definirán el próximo acontecimiento planetario.
Solo recen, recen mucho, para que sus labios solamente emanen sagradas palabras de oración. Ya no pierdan tiempo en conversaciones superfluas, dediquen su concentración en el arte poderoso de la oración del corazón, para que nada opuesto a la luz los pueda atacar.
Yo vengo al mundo para despertarlo del sueño y de las ilusiones que dominan ampliamente el corazón y el espíritu de muchos de Mis hijos.
Que sus ojos solo miren la luz del infinito. Que sus oídos solo escuchen la melodía de la naturaleza. Que sus bocas solo pronuncien sagradas oraciones de luz. Que sus manos solamente sirvan y se donen al necesitado.
Es tiempo de preparación, el fin se aproxima y Mis hijos del mundo entero no podrán estar ajenos a los eventos universales. Que sus espíritus se fortalezcan en los sagrados Sacramentos, en la oración, en el ayuno, la comunión y la lectura del Evangelio. Todos los días reconcíliense con Dios, porque así estarán unidos a Su bendito Espíritu.
Queridos hijos, hoy 24 de septiembre, Yo vengo con la misión de que, a través de este importante Mensaje de paz, ustedes puedan abrir los ojos para retirar de sus seres el sueño por las ilusiones, porque es hora de luchar con el Rosario en mano por la paz y la protección de todos.
Mi Espíritu Inmaculado siempre los protegerá. ¡Adelante, sigan Mis pasos sin miedo!
¡Les agradezco por estar en vigilia hoy Conmigo de corazón!
Que la paz reverbere en sus seres para siempre.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Nuevamente desciendo del Cielo, después de la sagrada venida de Mi Hijo, para anunciarles Mi Amor materno por todos los presentes y para pedirles que, en el próximo año 2014, Mi Corazón Inmaculado peregrine con su ayuda hacia las regiones andinas y centroamericanas. Por eso, si ustedes ayudan con amor a cumplir Mis pedidos, la Madre del Mundo aspira a descender en gloria durante el mes de enero de 2014 en Quito, Ecuador, y en Lima, Perú, para llevar la paz.
En este camino de Peregrina junto a Mis hijos del mundo entero, Mi corazón de Madre curadora querrá descender en Espíritu Divino durante el mes de febrero de 2014, en Bogotá, Colombia, y en Caracas, Venezuela, para traer la paz interior y el amor por la paz que Mis hijos allí necesitan aprender a cultivar en el corazón.
De esta forma, durante el mes de marzo de 2014, Mi Corazón Inmaculado aspira, con su ayuda, a poder llevar el Amor de Mi Hijo y el de Dios a Managua, Nicaragua y a Santo Domingo, República Dominicana, en Centroamérica, con el fin de unir todos estos corazones al llamado universal de paz y de Misericordia.
Al igual que en Medjugorje, por primera vez en la historia de esta amada y necesitada humanidad, Mi Faz de la Reina de la Santísima Paz del Corazón peregrina entre los espacios y las naciones con el Propósito divino del Padre de poder cumplir con el Plan de rescate.
Ustedes, mis queridos hijos, son los primeros autoconvocados para cumplir con Mi Misión mariana en esta parte del mundo, de poder consagrar al menos América a Mi Inmaculado Corazón.
Acepten desde ahora el ofrecimiento que les comunico con una fraterna colaboración en la oración y en la caridad, para que estos hijos de los Andes y de Centroamérica también reciban Mi Gracia y Mi Misericordia.
Como su Sagrada Madre Peregrina les digo que Mis pies benditos caminan sobre este mundo a través del caminar orante de los peregrinos. De esta forma, ustedes permitirán que el mundo se alivie del dolor perpetuo en el cual vive.
Queridos hijos, esta es Mi anticipada invitación y llamado a todos los que con amor escuchan Mis Palabras celestiales: que en esta próxima semana cultiven un gesto de caridad por amor al cumplimiento del Plan de Dios sobre la Tierra.
Para eso les pido que oren Conmigo, para que esta peregrinación se realice según los designios de Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco ahora y siempre por cumplir con Mi llamado de paz en todos los rincones de esta humanidad!
Los bendice y los ama,
Vuestra Sagrada Madre María, la Reina de la Paz
Queridos hijos:
Hoy quise estar entre sus pequeños corazones para que, bajo Mi Manto, puedan asentar los impulsos que recibieron en los últimos días.
Como Madre y Reina de la Paz irradio, a través de sus corazones, Mi Paz al mundo entero. Recorro, con Mi Amor, el camino dejado por sus sinceras oraciones, camino que Me lleva a todos los seres de todos los Reinos que necesitan de Mi Presencia.
Hoy, quiero dejarles un aliento y una advertencia.
Mi aliento es que, durante todo el día, escuché la voz de sus corazones y sus almas estuvieron exultantes de alegría, tocando a las puertas de Mi Reino. Sepan, así, que sus pequeñas almas reconocen el momento en el que viven y glorifican al Señor por todas las oportunidades que recibieron a lo largo de estos dos últimos meses.
Y, como advertencia, les digo que ya llegó la hora de manifestar en la vida los impulsos de sus almas; y esto se alcanza por medio de la oración, del ayuno y de la comunión profunda y verdadera con Mi Hijo Jesús.
Les digo, también, que deben ser firmes en el propósito que sus almas los inspiran a vivir, porque muchos están recibiendo la Gracia del verdadero despertar y no deben desperdiciarla.
Sean sinceros de corazón y de espíritu, y sigan el impulso de sus intenciones más puras, aunque les parezca una verdadera locura.
La vida de oración y de entrega, hijos Míos, ya no es considerada normal en este mundo. La falta de amor y de paz de los que se sumergen en las modernidades se tornó el común vivir de los corazones y de las consciencias.
Muchos de aquellos que hoy deberían ser Mis soldados marianos se olvidaron del compromiso que sellaron Conmigo. Otros, a pesar de recordar este compromiso, temen abandonarse a sí mismos para seguirme. Y, unos pocos, con valentía se dispusieron a cumplir con Mi Santa Voluntad y seguir Mis pasos.
Es tiempo de reconocer donde se encuentran sus consciencias en este tiempo y, reconociendo que no están donde deberían, tomen sus lugares entre Mis soldados y completen, con sus preciosas almas, este ejército de Paz.
No vengo a traer exigencias, vengo a traer alivio a sus espíritus que están sedientos de la verdadera vida, para cumplir con esta misión que vinieron a realizar en el mundo.
Entonces, hoy, solo les pido que encuentren en Mi Corazón, en el Corazón de Mi Hijo y en el gran Corazón del Universo la fuerza que necesitan para dar los pasos que aspiran a dar en estos tiempos.
Cuenten con Mi Presencia maternal. Como Madre de sus corazones, estoy siempre al lado de cada uno de ustedes.
Les agradezco por persistir en Mi camino de Paz.
María, Reina de la Paz
Hijos amados:
Quiero agradecer, en este día, la respuesta amorosa de sus corazones a Mi pedido maternal. Quiero decirles que Mi Presencia tocó a los corazones, más allá de lo que sus pequeños seres pueden comprender, porque existen misterios que solo comprenderán cuando estén en Mi Reino.
Pero, desde ya, puedo afirmarles que Mi Amor actúa a través de las intenciones de los corazones, mucho más que a través de sus acciones o palabras. Por eso, muchos no pueden percibirlo, pero cuando sus corazones emiten una intención verdadera, Mi Inmaculado Corazón de Amor puede intervenir por las almas y las consciencias.
Por eso, hoy los invito a meditar con el corazón en este misterio; los invito a buscar, en lo profundo de sus seres, sus intenciones verdaderas, porque es a través de ellas que el Señor actúa.
Hoy, quiero que aprendan que lo verdadero está en el interior de los seres y que es en este núcleo de simplicidad donde se instaurará Mi Paz.
Quiero que busquen trabajar sobre sus intenciones en todos los actos de la vida; porque si buscan conocer las intenciones que están más ocultas en su interior, podrán conocerse verdaderamente a ustedes mismos y no solo descubrirán que aún hay mucho por transformar, sino que también encontrarán los frutos que Mi Presencia hizo nacer en sus corazones y que ustedes mismos desconocen.
Quiero que conozcan lo profundo de su interior, con la finalidad mayor de descubrir el potencial luminoso que guardan en sus esencias. Así, quiero mostrarles la pureza que aún existe, muy escondida, en toda la humanidad.
Vengo, a través de Mi Presencia, a retirar de los cofres más perdidos de su interior los tesoros preciosos que desconocen.
Hoy, les digo que Mis Palabras y la esencia de Mi Paz están transformando sus vidas, sobre todo las de los que peregrinan Conmigo y las de los que Me acompañan con el corazón.
Digo esto porque quiero que estén conscientes de los tesoros que ya hicieron crecer en sus almas, de las virtudes luminosas que el Espíritu de Dios dejó en sus vidas, para que puedan valerse de esas virtudes y dar nuevos pasos.
El camino del Señor es infinito, y siempre habrá un paso más que dar. Pero hoy quiero enseñarles a recoger los frutos de este árbol que planté, con semillas divinas, en sus vidas para que, de esos frutos, nuevas semillas puedan nacer, fortalecidas por la fe y por la voluntad de sus espíritus de cumplir con la Voluntad de Creador y de manifestar Su Sagrado Plan de evolución en la Tierra.
Hoy, abro sus corazones y los vuelvo transparentes ante sus almas y Dios, para que no solo Mis ojos puedan ver cuán bellas son sus esencias.
Contemplen Conmigo la pureza de sus corazones, y encuentren en ella la fuerza y el poder divino que los impulsa a seguir adelante.
Les agradezco por estar hoy a Mi lado.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Después de un importante encuentro con todos ustedes, durante los días 12 y 13 de septiembre en Victoria, Espíritu Santo; hoy, en este día de infinita Misericordia, les pido que busquen y vivan en la pureza del corazón en este tiempo, para que el mundo recupere la inocencia que ha perdido ante Dios.
Como Madre de la Santísima Pureza, les digo que retornen al origen verdadero de sus seres, que regresen al sentido del puro amor del corazón.
El Señor necesita de almas imperfectas y pecadoras para realizar Sus obras purísimas de paz y de conversión.
En la sagrada escuela que Mi Corazón Inmaculado vivió sobre la Tierra, la Divina Pureza estaba gestada en Mi Ser antes de recibir la Gracia del Mesías.
Esa pureza de la cual Yo les hablo, y que deberán buscar, es la pureza de sus intenciones, es la pureza que no genera juicios ni conflictos, porque la Divina Pureza es el escudo contra su propio sentido de la vida que los lleva al error.
La Divina Pureza es la esencia, flor de Mi Corazón, es el principio universal que emana Mi Espíritu santísimo a través del amor y de la compasión.
Por eso, les ruego, queridos hijos, que busquen este rayo de pureza que brota fluidamente del Sagrado Corazón de Dios, hacia los Sagrados Corazones de Jesús y de María, porque en su pureza podrán reconocer el poder del perdón y de la Misericordia.
Yo vuelvo al mundo para recordarle la esencia de la Divina Pureza. Toda la humanidad ha perdido la sinceridad pura de corazón, porque el mundo por sí mismo y el enemigo se han encargado de apagar esta pureza interior.
Oren y mediten, durante esta semana que llegará, sobre sus actos puros de corazón. Así entenderán desde su espíritu cuán verdaderos son ante la vida y ante sus hermanos.
Como su Sagrada Madre Purísima quiero que no se juzguen, sino que se observen y aprendan por medio de la serenidad que les irradia Mi amado Hijo. En Cristo está el ejemplo vivo de la pureza del amor y de la humildad para las familias, los sacerdotes, los religiosos, los laicos y los devotos de Mi Corazón.
Verdaderamente, Yo intento, semana a semana que, a través de la oración, algún día mueran para ustedes mismos y despierten al Universo Purísimo de Dios; porque en verdad les digo, Mis pequeños, que si buscan la pureza de intención, el mundo se curará del mar de impurezas en el cual vive.
Para formar parte de la nueva Tierra, será necesario purificarse a través de la oración, de la comunión, de la confesión y del perdón puro que sus pequeñas vidas puedan reflejar cuando se encuentren ante sus impurezas y las impurezas del prójimo.
El Amor puro, de Cristo, del Padre y del Espíritu Santo, será su inacabable fuerza espiritual para alcanzar el Reino de la Santa Pureza del Creador. Por su esfuerzo de vivir, día a día, la Sagrada Pureza, Dios consigue que la humanidad se libere de las grandes impurezas y, como una gracia universal, reciba la Divina Misericordia de Mi Hijo.
Sean puros, inténtenlo todos los días. Llamen, al despertar cada día, a Mi Divina Pureza. Yo ayudaré a quien se anime a ser puro de corazón.
¡Les agradezco por vivir Mi llamado purísimo de paz!
Su Madre, los bendice y los ama.
¡Gracias, queridos hijos!
María, Madre de la Santísima Pureza del Corazón
Queridos hijos Míos:
Hoy ya estamos a un mes de la consagración del mundo entero a Mi Inmaculado Corazón.
Con esta importantísima finalidad universal y mariana, Yo les pido que a partir de hoy hasta el día 13 de octubre de 2013, aniversario de Mis apariciones en Fátima, Portugal, vuestros corazones recen siete Padre Nuestro, siete Gloria y siete Ave María diariamente. Así esta sagrada ofrenda de oración llegará hasta los Tronos de Dios, como flores bellísimas donadas por Sus Hijos amados.
Queridos hijos, les pido que ya no teman, Yo Soy la misma de Nazareth, Soy la que busca a los hijos perdidos, a los que se apartaron de la comunión con Mi Hijo y que ahora será necesario que retornen pronto al Corazón de Dios.
Yo Soy Vuestra Madre y Reina del Rosario, Soy la que quiere recordarles que por el Santo Rosario, orado con el corazón, una guerra universal que destruyó la paz y la inocencia en todos los hombres se detuvo, por el sacrificio simple y puro de los tres pequeños niños en Fátima.
Ahora, ante la víspera de la consagración del mundo a Mi Inmaculado Corazón, Yo les pido que ustedes sean puros, simples e inocentes, ya que el mundo ha perdido este símbolo sagrado.
Yo vengo del Cielo para unir lo que las religiones y credos separan hace siglos. Yo vengo para reconocer la Iglesia de Mi Hijo, aquella que Él fundó en el corazón de todos los seres cristianos y no cristianos. Yo Soy la Estrella de Luz que brilla por todos Sus hijos. En Mi Corazón Materno no existe religión, mas existe unión, misericordia y esperanza. Yo vengo para demostrar al mundo que Yo no solo Soy la Reina de la Paz, sino también Soy la Madre de todo este mundo.
Yo les pido amorosamente que recen por los sacerdotes, para que ellos puedan cumplir con los designios que Mi Hijo les encomendó. Yo les pido que recen por el Santo Padre y por todos los representantes de las religiones mundiales, para que el Santo Ecumenismo que enseñó Mi Hijo, pueda despertar en el corazón de todos.
Hijos amados, Yo pido a todos los religiosos, creyentes, devotos, peregrinos y ateos, que escuchen Mi llamado de Amor; no vengo al mundo para evangelizar, Yo vengo al mundo para unir lo que está separado en el interior de todos los seres.
Amados hijos, solo oro por ustedes para que en este tiempo la humanidad considere a Jesucristo, el Salvador, como el Cristo de toda la humanidad, porque cuando Él retorne para este mundo, les mostrará quién en verdad fue, y es, para este tiempo universal.
Pequeños hijos, permanezcan en Mi Corazón. Nunca los abandonaré. Siempre los acompañaré porque los amo y los protejo.
Quiero agradecer el esfuerzo amoroso y abnegado de todos los orantes por permitir que Mi Obra en América sea cumplida según Mis designios celestiales.
¡Les agradezco a todos por unirse a Mi Corazón Materno!
Los ama ahora y siempre,
María, la Santísima Reina del Rosario de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más