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Reposa tu pequeño corazón en Mi Corazón Infinito e Inmaculado. Encuentra en la Paz, que Mi presencia trae a tu vida, la razón para alabar a Dios diariamente.
Hijos Míos, aunque todavía no comprendan Mi presencia en el mundo, Dios Me envía para visitarlos día a día.
Aunque muchos no crean en Mis palabras, Mi Corazón Divino Me pide solo que sea incansable.
Aunque el mundo alimente guerras, conflictos y falta de Amor, Mi Corazón jamás pierde la esperanza y la confianza que un ejército de seres entregados a Dios vencerá con la oración esta batalla e instaurará la Paz entre las naciones y entre las criaturas.
Hoy Yo los invito a una misión silenciosa, misión que acontece entre vuestros corazones y el Mío, entre vuestras pequeñas vidas y Dios.
Mi ejército mariano camina en lo invisible, porque su arma es el verbo divino, que solo puede ser percibido en lo profundo del corazón.
Hoy vengo a invitarlos a descubrir el Poder de la oración. Muchos se preguntarán por qué una vez más los invito a descubrir este Poder, y Yo les digo que los llamo a este despertar porque todavía no conocen el verdadero Poder de la oración.
Quiero que nutran la Fe de vuestros corazones para que vuestras intenciones orantes abarquen lo imposible y lo inalcanzable; porque para una oración verdadera y plena de Fe no existen obstáculos ni existe lo imposible.
La oración fluye en lo invisible como agua pura, que traspasa las dificultades y contornea los obstáculos. La oración vuela como el viento, limpiando los aires del mundo y trayendo vida a todos los cuerpos y consciencias. Si no hubiese seres orantes sobre la Tierra, esta ya no existiría.
No es solo de aire, agua y alimento que viven los seres; viven sobre todo del Espíritu de Dios y de la sustentación de Su Divina Consciencia.
Este es un misterio que la ciencia humana está por descubrir: la Ciencia divina se encuentra en el corazón y no en la mente.
Es por eso que hoy los llamo a abrir los ojos del corazón, a dejar de lado el temor que hicieron crecer en vuestras esencias, temor de abrirse a lo desconocido y de entregarse a la vida espiritual.
No les pido nada que les pueda causar daño, solo los invito a la oración, al ayuno y a la Paz. Solo los llamo a la conversión de la vida, de las costumbres, de los actos, del pensamiento y del verbo, para que ya no destruyan el mundo con vuestras acciones y sentimientos, sino que construyan un nuevo mundo por medio del Amor y de la Paz que brota del corazón a medida que él ora.
Dejen hoy a Mis pies todo el miedo de perder lo que son, para ser algo nuevo; porque en realidad, los llamo a abandonar lo viejo para renacer en Cristo. Los invito a dejar de lado los modernos tesoros del mundo, para que hagan crecer los verdaderos tesoros del alma, sus virtudes espirituales que llevan a la Paz, al Amor, a la Fraternidad, que construirán la Nueva Tierra.
Esta es Mi invitación; este es Mi llamado: ¡recen! ¡Recen!, ¡Recen mucho!
Les agradezco por escuchar Mis palabras y por venir nuevamente al Encuentro de Mi Corazón.
María, Madre y Reina de la Paz
La Aparición de la Virgen María fue silenciosa y, al terminar, los videntes hicieron un relato sobre lo que aconteció y lo que Nuestra Señora transmitió.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, vamos a compartir algunas cosas que Nuestra Señora transmitió, algunas cosas que Ella permitió transmitir y después vamos a hacer algunos comentarios sobre la Aparición de hoy.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
De todas las Apariciones que hemos tenido con Nuestra Madre, hoy fue uno de los días en que Ella llegó orando por nosotros, por la humanidad, por los pueblos indígenas.
Por momentos Ella oraba, por momentos oraba en silencio. El silencio que Ella emitía desde Su Corazón era una oración. Tenía el rosario entre Sus manos mientras nos dirigía Sus Palabras. Eran Palabras suaves, cálidas, amorosas y, a medida que Ella nos dirigía Sus Palabras, contemplaba el corazón de cada uno de los presentes; y así, Ella nos mostraba como veía cada una de nuestras intenciones, nuestras necesidades, los pedidos que le hacíamos.
Hay un signo muy importante que Ella repitió varias veces mientras hablaba que es la Señal de la Cruz, que imprimía en nuestros seres, en este espacio y en la ciudad. Y, de esa forma, Ella nos mostraba como iba, a través de Su Presencia, trabajando con la consciencia de la ciudad de Vitória.
Por momentos, Ella aparecía también muy visible, encima de las sierras. A pesar de que era de noche, Ella estaba manifestada en Luz, y así nos mostraba cómo estaba con nosotros y con Sus hijos de los pueblos originarios. También, Ella estaba respondiendo a las necesidades de esos pueblos.
Después nos habló en un momento sobre algo que queríamos compartir. Ella dijo lo siguiente:
“Queridos hijos:
Sepan que la oración, en estos tiempos, tiene repercusiones universales.
Por eso, hoy, Yo los invito en esta noche, queridos hijos, a vivir la conversión que Yo les anuncio.
Si ustedes rezan con el corazón, alcanzarán lo que Yo les pido. Por eso, no se cansen de orar, queridos hijos, sepan que Yo les estoy muy agradecida.
¡Les agradezco!”.
Y después Ella permaneció en silencio. Nos orientó, como siempre lo hace, por este camino de peregrinación que Ella hace. Y nos anunció, para transmitirles también, a ustedes, que el ciclo de Su tarea con la consciencia de este estado de Espíritu Santo se cumplirá en una primera parte hasta el día sábado, día en que Ella transmite Su Mensaje semanal.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ella también nos pidió que nos quedáramos en vigilia durante la noche. A aquellos que quisieran participar, desde sus casas, Ella estaba necesitando, de todos nosotros, un poco más de fervor y devoción en la oración.
Ella nos ha transmitido, desde que llegamos a Espíritu Santo, que como todos sabemos hace 500 años en esta América sucedieron muchas cosas. Muchas cosas que no estuvieron bien para la humanidad.
Y no importa de qué lado estaba cada uno, en realidad se cometió un error muy grande. Y una de las cosas que Ella viene a realizar junto a nosotros, aquí en este tiempo, es a liberar el dolor y el sufrimiento que todavía existe después de tanto tiempo; porque no pueden existir en el planeta, en este tiempo, consciencias en otros planos que todavía estén sufriendo.
Todas esas consciencias necesitan encontrar el camino de la Luz, y Nuestra Señora viene a abrir la puerta para que ellas puedan pasar, para otro estado de Luz. Ella viene a rescatarlas.
Para eso, necesita que nosotros como humanidad oremos con devoción y con el corazón, pidiéndole a nuestro Padre Dios que le dé el permiso a Nuestra Señora de llevarse a todas esas consciencias. Porque nosotros, como humanidad, tenemos la responsabilidad de ser fraternos.
Entonces, Ella espera que nosotros cumplamos con nuestra parte, como hijos de Dios, para que Ella pueda hacer la Suya, que pueda recibir el permiso de llevarse a todas esas consciencias hacia los planos de la Luz y que pueda liberar a toda esta región de ese sufrimiento.
Entonces, nosotros tenemos que guardar esto en nuestro corazón y colaborar más conscientemente con nuestra Madre. Así, mañana, nos vamos a preparar para orar con más fervor, vamos a abrir nuestro corazón para que Ella pueda continuar con esta tarea de gran liberación.
Mañana, seguramente, Ella nos va a decir algunas cosas, nos va a transmitir directamente algunas cosas. Para eso, nosotros tenemos que estar con el corazón abierto, porque así Ella va a poder trabajar con nuestro mundo interior, el de cada uno.
Cuando nosotros abrimos nuestro corazón, el Cielo comprende ese lenguaje de que estamos dando permiso para ser renovados en la Luz de nuestra Madre Celestial, para que podamos ser perdonados y ayudados, y que también podamos ser liberados de nuestros sufrimientos.
Así, para mañana, vamos a preparar nuestros corazones con anticipación, para que la tarea de Nuestra Madre sea profunda en nosotros y en este lugar.
Bueno, y ahora, vamos a cerrar cantando para agradecer a Nuestra Señora por Su Presencia.
Canción: “Magnificat”.
Queridos hijos Míos del Brasil y hoy, especialmente, de todo el Estado de Espíritu Santo:
Después de casi quinientos años de oración por ustedes, Dios me concedió la Gracia Suprema de venir a vuestro auxilio y amparo, a pesar de los errores de la humanidad en el pasado. Mi Misericordia y Mi Amor Materno hoy los reúne para renovarlos en la compasión y en la fe de que siempre será posible cambiar los acontecimientos en el mundo. Ese cambio será posible por la fuerza amorosa de vuestra oración, de vuestra esperanza, de vuestro amor y de vuestra dedicación a la tarea por el cumplimiento de Mi Materno Llamado Virginal.
Hoy Yo estoy aquí, en Mi amado y sublime Espíritu Santo de Dios, Espíritu de Verdad y de Justicia que la humanidad para estos tiempos deberá vivir, para que la armonía y la paz se establezcan en el mundo entero.
Hoy un rayo del Espíritu de Dios impregna Mi Inmaculado Corazón y es ese mismo Espíritu Santo que Yo les traigo para sanar vuestras antiguas heridas, para curar vuestros corazones y para llevarlos eternamente hacia Mi Paz.
Hijos Míos, es por medio de los grupos de oración que Dios me permite llegar hasta vuestro encuentro, dentro de Su Infinita Misericordia, e irradiarles Mi Amor de Madre y de Sierva Fiel. Es a través de los grupos orantes que se Me abren las puertas en la Tierra, para que Mi Corazón descienda en Gloria y visite en el amor a cada ciudad de este mundo.
Por estas apariciones marianas, que en este tiempo ustedes viven Conmigo, Yo peregrino entre las esencias de todos los corazones para realizar y cumplir con el Plan de Dios sobre la Tierra.
Queridos hijos, para este día de una nueva vigilia de oración, les pido como la Madre de Guadalupe, que recen por todos los pueblos indígenas; para que ellos también sean elevados al Cielo, así como vuestras almas también serán elevadas hoy por Mi presencia maternal.
Hijos Amados, nunca pierdan la esperanza de renacer en el Amor de Dios. Ahora estamos en un ciclo de Perdón y de Misericordia, por eso abran vuestros corazones para que Yo, Vuestra Madrecita del Cielo, los pueda acompañar por este camino de redención; porque será por intermedio de Mi Hijo que se hallará la Paz para el mundo entero.
¡Les agradezco a los grupos de oración de Espíritu Santo, por abrir la Puerta Divina hacia el Espíritu Santo de Dios!
Los bendice en honra a Dios,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Hijos Míos,
Por intermedio de Mi presencia es tiempo de que sea redimido todo el pasado de vuestras vidas y de que sean perdonadas todas las faltas que, como humanidad, cometieron a lo largo de los siglos.
Mi presencia en este lugar tiene un motivo espiritual de Redención y de Liberación, para que las almas puedan retornar al Reino del Creador y los espíritus puedan vivir redimidos en su origen celestial.
Mi Corazón recorre el mundo, llevando la Paz que las almas tanto necesitan, porque como pueden ver en cada una de vuestras vidas, la Paz casi ya no existe en el mundo y, por la falta de Paz, el Amor entre las criaturas se apaga día a día.
Veo, desde el Cielo, a Mis pequeños hijos perdidos en las modernidades del mundo y a sus pequeñas almas sumergidas en ilusiones que, poco a poco, las separan de Dios y de Su Reino Celestial.
Por eso vengo a unir aquello que está separado; vengo a rescatar el Amor que debe existir entre las criaturas y vengo a traer Luz y alivio a todo el sufrimiento que duerme en la historia de la naciones.
Hijos Míos, mucho hay en el mundo para ser perdonado, para ser liberado y redimido por la Sacratísima e Insondable Misericordia de Mi Hijo, pero Él, solo, nada puede hacer. Es necesario que la humanidad, representada por cada uno de vuestros corazones, sepa decir sí a esta Misericordia.
Por eso hoy, queridos Hijos de Mi Corazón, ábranse para recibir Mi Corazón. Únanse unos a los otros para sembrar la Paz, para que haya en el mundo un lugar más de Paz, que pueda irradiarse a todas las naciones que aún no se abrieron a Mi Presencia y que se pierden en un mar de sufrimiento sin fin.
Vengan a Mí, a través de vuestras oraciones y del Amor más puro de vuestros corazones. Acuérdense de cuando eran niños y de la devoción pura que guardaban por el Inmaculado Corazón. Con esa misma pureza y simplicidad, estén hoy delante de Mi presencia; porque si fueran simples delante de Dios, Él les podrá mostrar muchos secretos del Reino Celestial, que solo se muestran a los ojos que se abren con pureza y a los corazones que se animan con simplicidad. Uno de estos misterios es Mi Presencia en el mundo.
No teman aproximarse a Mi Corazón. Que no les resulte extraña Mi Presencia. ¿Cómo podrá una Madre abandonar a Sus hijos? Una buena Madre regresa de tiempo en tiempo, de siglos en siglos e, incansable, ruega delante de Dios por Sus pequeños hijos, aunque ellos no crean en Su Presencia.
Esta Soy Yo, Soy María, Vuestra Madre y Reina de la Paz.
Les agradezco por responder a Mi Llamado y por venir al encuentro de Mi Corazón.
Los espero en oración,
María, Madre y Reina de la Paz
Amados hijos de Mi Corazón:
Con profunda alegría celestial, retorno a la Tierra para encontrarme con sus pequeños corazones. Como Madre de cada una de sus almas y guardiana de cada una de sus esencias, vengo a anunciar la presencia del Reino de Dios en sus vidas; vengo a preparar sus corazones para el retorno glorioso de Mi Hijo Jesús; vengo porque sus almas claman por Mi presencia y sus espíritus glorifican al Altísimo por la oportunidad de estar Conmigo.
Hijos Míos: aunque sus corazones muchas veces no lo perciban, sus almas Me llaman día y noche, claman por Mi auxilio y por Mi presencia en sus vidas. Por eso estoy aquí, para brillar como un Sol en sus esencias y encender nuevamente la llama en el corazón de aquellos que la tienen apagada. Mi Luz los restaura, los redime y los conduce a la Casa de Dios, a Su Reino Celestial.
Quiero que hoy contemplen con la simplicidad de sus corazones, la grandeza de Mi presencia y la oportunidad de Redención que se les está ofreciendo.
Por eso, delante de Mi Inmaculado Corazón, entréguenme sus deudas, sus dudas, sus faltas, sus miedos e incomprensiones. Coloquen hoy a Mis pies todo aquello que consideran imperdonable, para que sea curado por Mi Amor Maternal.
Si confían en Mi presencia y se abren con sinceridad a Mi Consciencia Maternal, podrán recibir en sus corazones todas las Gracias que traigo del Cielo. Solo necesito que tengan fe y que Me permitan llegar a lo profundo de sus seres, porque si Me dicen sí, ahí Yo estaré.
Vengo cada Aparición, hijos Míos, para consagrar un poco más esta Ciudad y este Estado, así como este País, para que cada espacio de esta Nación se torne un templo sagrado, para recibir la Esencia Crística de Mi Hijo Jesús.
Toqué una a una las puertas de sus casas, anduve con Mis propios pies por las calles de esta ciudad, anunciando a los corazones Mi presencia, despertando uno a uno los corazones que están hoy delante de Mí.
Nunca es por casualidad que los llamo para estar Conmigo; es tiempo de despertar del sueño en que viven, para redimir el pasado y abrirse a lo nuevo; para borrar lo que pasó y conocer lo que vendrá y que los necesitará preparados.
Despierto sus corazones para formarlos en la oración, en el ayuno, en la entrega y en la oferta de sí al Santísimo Dios.
Despierto sus corazones para que conozcan la alegría que es para sus almas y sus espíritus, cumplir con el Plan del Creador y ver día a día como este Plan se concreta.
Despierto sus corazones para que nuevos soldados se unan a Mi ejército orante por la Paz y este venza la falta de amor que hay en el mundo.
Hoy los conduzco al despertar del corazón, de la consciencia, del alma y del espíritu, para que reconozcan Mi presencia maternal y Me sigan.
Si escuchan con atención Mi voz, sentirán en estas palabras Mi presencia y mientras están atentos a cada frase pronunciada, Mis manos se extienden en dirección a sus corazones; así podrán sentir un toque divino en sus esencias, toque que para muchos cambiará sus vidas para siempre.
Vengan a Mí, hijos queridos, caminen Conmigo, obrando y orando por la Paz.
Si están hoy delante de la Reina del Cielo, es porque el mundo los necesita despiertos.
Yo los amo y les agradezco por escuchar la voz de sus corazones y responder a Mi llamado.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridísimos hijos Míos:
Por una vez más, Mi Inmaculado Corazón visita y bendice desde el Cielo esta ciudad de Belo Horizonte. Como en otras Apariciones anteriores, Mi Corazón de Madre se ha propuesto peregrinar, al igual que ustedes, para llevar la paz al mundo y la conversión de los pecadores.
Por eso queridos hijos, que este día de Gracia sea especialmente consagrado para todos Mis queridos hijos peregrinos, porque será a través de ellos que Mi Obra Mariana se podrá cumplir, junto a los designios del Sacratísimo Corazón de Jesús, quien está atento a las oraciones de todos los que recen con el corazón.
Hijos amados, como Madre y Reina de la Paz, Yo los invito en este día, a renovarse en vuestros hogares a través de la manifestación espiritual de nuevos grupos de oración. Así, hoy Yo les recuerdo uno de Mis últimos pedidos hechos a la Hermana Lúcia do Santos en Fátima, Portugal. Un pedido que hablaba sobre el surgimiento de grupos de oración en las familias del mundo entero para el fin de los tiempos.
Queridos hijos, hoy el Cielo descenderá sobre vuestros corazones y el Espíritu Santo de Dios los colmará de Misericordia, de Cura y de Perdón. Por eso, Yo los invito a vivir Mi llamado mediante la apertura de vuestros corazones hacia Mi Corazón.
Hoy quiero que cada uno de los peregrinos guarde en su corazón, una verdadera experiencia de fe y de amor celestial. Hoy quiero que cada hijo Mío, que está necesitado de Cura, de Paz, de Perdón y de Misericordia, se entregue a Mis brazos, como Cristo se entregó a Mi después de la Cruz.
Yo quiero aliviar el peso de vuestros corazones, quiero que hoy me permitan interceder milagrosamente por ustedes y por vuestras familias. Quiero que hoy guarden en vuestras vidas el milagro de amor que representa el Divino Corazón de Mi Hijo Jesús, porque solo en Él se encontrará la luz, solo en Él el alivio llegará para todos y solo en Él recibirán Su Misericordia.
Amados hijos, que hoy sea un día de reparación y de paz para todos: la Santísima Reina del Cielo los reúne en nombre del Amor y de la Unidad de Dios, para recordarles el compromiso de fe y de oración permanente con el Cielo.
Así, hijos Míos, quiero que ingresen en la Ley de Dios, allí donde no existe el sufrimiento ni la desesperación. De esta manera, Yo los llamo para que busquen el Paraíso a través de la Comunión Diaria con Mi Hijo y a través de la Confesión.
Queridos hijos, ustedes viven en un tiempo de definiciones y de madurez para vuestros pequeños espíritus, por eso tomen el rosario en vuestras manos y recen para que los cambios esperados sean pacíficos y buenos para toda la humanidad.
En el día de ayer, el Santo Padre Francisco anunció una jornada de paz, de oración y de ayuno para el mundo y para todos los buenos cristianos. Una jornada que trajo un tiempo más de paz para algunas regiones de la Tierra; todo eso podrá suceder si todos dieran su apoyo con la oración del corazón.
Hoy Yo anuncio una jornada diaria por la paz y por la consagración de América al Inmaculado Corazón de María, principalmente por la verdadera consagración de Uruguay, Argentina y Brasil al Sacratísimo Corazón de la Virgen María. Si las almas rezaran intensamente por un tiempo de seis meses, estas naciones y América entera, recibirían las Gracias que en verdad ellas necesitan, como lo son la Sabiduría, la Paz y la Misericordia.
Queridos hijos, Yo Soy Vuestra Santísima Madre del Cielo y espero encontrarlos siempre en oración, unidos a Mi Corazón.
¡Agradezco desde ahora la respuesta y el recibimiento que me ha dado Bello Horizonte desde el primer día en que Mi Luz posó sobre este ciudad!
Los bendigo en el Amor de Mi Hijo Jesús, los adoro y los espero siempre en oración.
María, Madre de la Santísima Paz
Declaración Celestial de Paz, entregada por Dios Todopoderoso
al Venerable y Poderoso Inmaculado Corazón de María
En respuesta a la Jornada por la Paz en el mundo, que tuvo lugar hoy en la Ciudad del Vaticano, Italia,
presidida por el Santo Padre, Papa Francisco
Queridos hijos:
En respuesta gloriosa al evento que tuvo lugar hoy en el Vaticano y en el mundo entero, la Bienaventurada Virgen María, en nombre de Dios Todopoderoso, les comunica ante los Tronos del Cielo, ante los Ángeles, Arcángeles, Santos, Bienaventurados y todos los seres orantes de la Tierra que el ciclo previsto para el mundo, en cuanto a su purificación, ha cambiado; ya que la respuesta orante, el ayuno y la fe de todos los seguidores de Cristo generó una respuesta favorable y positiva que cambió el rumbo de los acontecimientos.
Queridos hijos, quiero decirles ante los Poderes Celestiales, que su amadísimo Padre, por intermedio de la acción de Sus criaturas en la Tierra, logró derramar Su Misericordia que, con el transcurso del tiempo, tocará el corazón de los que lo tienen cerrado, para que la paz en Medio Oriente se alcance.
Por obra del Espíritu Santo, la Santísima Virgen María guio, en los planos espirituales, toda la Jornada por la Paz, que se realizó por medio del llamado del Santo Padre, Francisco.
Por este motivo, lo que estaba previsto que sucedería, en los próximos meses, ha sido transformado en futuros meses de conversión, redención y paz. La actitud fraterna del Santo Padre colaboró profundamente en los planes del Cielo; esto quiere decir, que las leyes universales se colocaron a favor de la humanidad a través del poder supremo de la Gracia y de la Misericordia.
Todas las almas, que hoy en el mundo rezaron el Santo Rosario por la Paz y la Coronilla a la Divina Misericordia, despertaron a la vida suprema del Paraíso y esto generó que millones de almas presas en los abismos de la Tierra alcanzaran el camino infinito de la Luz de Dios.
Si la humanidad siguiera el gesto y el llamado de fraternidad ecuménica que realizó el Santo Padre, el mundo entero sería liberado de sus faltas en un tiempo de seis meses.
Por eso hoy, en el Amor de Mi Hijo Jesús, Yo les muestro los poderes de la oración del corazón cuando es rezada en los grupos mayores. El Cielo hoy estuvo atento a las ofertas sinceras de los hijos de Dios, así estas ofertas fueron bien recibidas a los pies de los Tronos de Dios, como flores en los altares celestiales.
Hijos amados, en esta próxima semana, Yo los invito a buscar el júbilo celestial a través de la oración, porque de esta forma imitarán el ejemplo del Santo Padre Francisco, como un ejemplo de la Nueva Humanidad.
Yo soy su Madre Perpetua y quiero que conozcan los tesoros del universo, tesoros que aguardan a corazones abiertos para recibirlos en la esencia interior.
Queridos hijos, les agradezco en nombre del Todopoderoso por haber respondido a este importante llamado por la paz en el mundo.
Y hoy, les digo en devoción divina:
Mi Alma glorifica al Señor,
Mi Espíritu se ennoblece
en Dios, Mi Salvador,
porque ha dado a Mis hijos
las llaves del Cielo,
para que abran las puertas del Paraíso.
Su Sierva fiel ha guiado
a los corazones simples
y la paz se ha gestado
en la Nueva Humanidad.
Hoy, los Cielos se alegran
por la gran respuesta de las almas,
y ningún espíritu sobre la Tierra sufrirá
porque ha sido curado
por la Luz milagrosa de la Virgen María.
¡Gloria! ¡Gloria! ¡Gloria!
¡Aleluya al Dios del Amor!
Amén
¡Les agradezco, ahora y siempre!
María, Reina de la Paz
Yo soy María, soy la esencia de la Paz, aquella Paz que emana del Corazón de Dios.
Yo soy María, Madre y Guardiana de esa Paz en el corazón de los hombres y mujeres de este mundo.
Yo soy María, Sierva Fiel y constructora de la Piedad en los mundos internos de la humanidad.
Soy María, Madre amorosa y pura que teje en el universo el manto de luz para luego cubrir a Mis hijos de protección y amor.
Soy María, la Eterna Madre Fiel, que recoge flores en el cielo para colocarlas en los corazones de los hijos que sufren: por la falta de paz en el mundo, por la falta de reconciliación con Dios y por la falta de fraternidad entre los hermanos.
En esta jornada, en donde el mundo ora y ayuna por la paz entre los hombres, Mi presencia maternal está con todos Mis hijos.
Hoy se ha hablado de paz a las naciones por intermedio de Mi vocero, Mi hijo amado, el Papa Francisco y el universo espera que esas palabras y las súplicas de miles de corazones, que acompañaron esas plegarias que han llegado al Cielo, también lleguen al corazón de los responsables de las naciones; los que deberán comprender que la Paz en el mundo es vital para poder seguir adelante.
Quiero en este día, de vigilia y oración amorosa y poderosa, agradecer a cada hijo que ofertó su oración y su ayuno por la paz en el mundo. También quiero decirles que, de ahora en adelante, habrá muchas jornadas con vigilias y ayunos por esta humanidad que clama por la Luz y el Perdón de Dios.
Cada día más, hijos amados, debemos unirnos, ustedes y Yo, vuestra Madre Celestial, y rogar a Dios por los pueblos, por las naciones, por las religiones; para que la luz del Espíritu Santo descienda y traiga sabiduría para enfrentar los acontecimientos que vendrán.
Hoy, hemos visto desde los Cielos, a los hermanos unidos en un propósito único, la paz, y en el universo una luz de gran esperanza se ha encendido. Avancemos en ese sendero de la paz y de la fraternidad para que, cuando el Redentor que está retornando, manifieste Su Presencia entre ustedes, pueda encontrar encendidos los corazones con la llama de la reconciliación y el amor.
Sean bienaventurados, oren unidos por un Propósito Mayor, aquel que espera ver a los seres humanos en fraternidad.
Paz para los corazones.
Luz para las consciencias.
Amor para todos en la Tierra.
Gracias por estar hoy Conmigo,
María, Madre y Reina de la Paz
Como Madre y Reina de la Paz quiero difundir Mi Paz al mundo y construir, en el corazón de cada uno de los que Me escucha, un portal de Paz y de Salvación para las almas.
Hijos Míos, mientras vuestros pequeños corazones comparten este sagrado momento a Mi lado, otros hijos Míos sufren en medio de conflictos, guerras, hambre y desaliento.
Veo sobre el mundo muchos corazones que se pierden por la falta de Dios en sus vidas, porque no permiten que las Gracias Divinas transformen los acontecimientos del mundo.
A los que hoy escuchan Mi voz les pido que se unan a Mí por este Llamado de Paz.
A los que creen fuertemente en el Poder de la oración, hoy les pido que se pongan a orar con verdadero fervor; y los que no creen pero están dispuestos a experimentar, que oren, que oren desde el corazón, con toda la voluntad que puedan obtener de sus seres internos.
Recuerden, hijos Míos, que el mundo es mucho mayor de lo que vuestros pequeños ojos pueden ver y la vida sobre la Tierra no abarca solamente vuestras pequeñas vidas.
Vengo a formar misioneros y soldados de la oración; esos que con la intención y con el corazón van a llevar la Paz a todos los espacios del mundo; esos que obedecen al Llamado de Dios día y noche y que son capaces de olvidar las propias necesidades para buscar el bien del prójimo, sobre todo a través de la oración.
Mi Corazón necesita del aliento que Me proporcionan las oraciones del mundo, para llevar ese aliento a los que agonizan permanentemente.
Si vuestros pequeños ojos pudiesen ver lo que acontece con las pequeñas víctimas de una guerra, jamás dejarían de orar y, solo de pensar en la posibilidad de que un alma se encuentre en ese estado, orarían día y noche.
Por eso hoy les pido a todos los que Me escuchan, a todos los que creen y no creen en Mi presencia, a todas las creencias, razas y religiones, pueblos y naciones, que se unan a Mi Llamado por la Paz; Paz que debe nacer como el sol y brillar sobre todos los corazones del mundo.
Únanse en vigilia a Mi hijo Francisco, el Santo Padre, para que él se reconfirme día a día en el propósito de alcanzar la Paz y, a través de la respuesta de todos los seres, encuentre la fuerza que necesita para seguir adelante.
Queridos Míos, este es Mi único pedido de hoy: que haya Paz en el mundo, que haya Amor entre los corazones y esto se alcanzará con la respuesta de todos.
Cuando muchos corazones se unen para glorificar a Dios, los Cielos se abren y el Creador escucha el pedido de Sus hijos, enviando así Sus Gracias benditas al mundo.
Comprendan hoy que el Poder de Dios es mayor que cualquier fuerza que haya en el Universo; pero este Poder solo podrá actuar cuando los corazones humanos clamen por el auxilio del Creador y demuestren, a través de la oración, del ayuno y de la comunión con Cristo, que desean ardientemente que Su Luz se manifieste en la Tierra.
¡Por la Gloria de Dios, recen y vigilen por la Paz!
Les agradezco por responder a Mi Llamado,
María, Madre y Reina de la Paz
Ven y recógete en Mi Corazón cuando el temor golpee a tu puerta. No hay puerto más seguro que Mi Manto y bajo él, estarás a salvo de todo mal.
Ven hacia Mis brazos maternales cuando tus pies ya no tengan fuerza para caminar. Como buena Madre, te llevaré en Mi regazo celestial al encuentro con el Creador, así como lo hice con el Niño Jesús en el Templo.
Cuenta con la ciencia de Mi Reino y con la comprensión de Mi Consciencia cuando tu pequeña mente no abarque los misterios del Cielo.
Cuenta con la voz de tu corazón y con la certeza de tu espíritu para confiar en Mi Presencia.
Cuenta con el poder de la oración y la acción del ayuno para que tus pasos sean amplios y firmes, acompañando a los pasos de Mi hijo.
Cuenta, día a día, con las Palabras de Jesús, porque Él lee en tu corazón la verdadera necesidad de tu alma y te conduce con palabras dulces al Reino Celestial.
Cuenta con la grandeza de Mi Presencia para que todo el resto se torne pequeño.
Cuenta con la eternidad que hay en el universo para percibir que todo en la Tierra es pasajero.
Aférrate al Amor de Mi Corazón para disolver tus miedos.
No te impresiones con cualquier oscuridad, pues inmensa es la Luz que hoy está delante de ti.
Yo soy la Madre del Mundo, la Madre Universal. En Mi Vientre celestial gesté a cada alma de esta Tierra, son todos Mis benditos hijos que hoy los vengo a conducir de vuelta a Mi Reino.
Ven, hijo Mío, ven hija Mía, ya es el tiempo de retornar a tu Casa Celestial y descubrir, en tu pequeño corazón, la esencia grandiosa del universo.
No temas encontrarte con lo desconocido, no temas ser hoy diferente a lo que fuiste ayer.
Yo vengo para traerte lo nuevo que, en verdad, es lo más antiguo que duerme en el universo, pero que los ojos y los corazones de Mis hijos se negaron a ver durante tanto tiempo.
Camina hoy hacia Mi inmenso Corazón y deja tu pequeño corazón en Mis brazos. Confía en Mi maternidad, que Yo sabré guiarte.
Si tu corazón desconoce Mi Presencia y tu mente desconfía de Mi Voz, solo ábrete a lo verdadero y, por un pequeño instante, permite que Mi Espíritu ingrese en tu vida. Ponte en oración y Yo te mostraré lo que de más sagrado hay en el mundo. Una Paz desconocida permeará tu espíritu y, en ese instante, tu pequeña alma glorificará al Señor. Guarda en tu memoria este sentimiento de conversión, este es Mi mayor milagro, un milagro de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, vuestra Divina Madre y Reina de la Paz
Levántate de donde hayas caído y tómate de Mis sagradas manos, porque Yo te liberaré del dolor y del error.
Sumerge tu espíritu en la Fuente de la pureza y de la renovación para que las piedras, con las que has tropezado, sean retiradas de tu camino.
Querido hijo de Dios, Yo te llamo a la reconciliación. Une tus lazos internos a Mi Inmaculado Corazón y camina en silencio hacia el Reino del Redentor.
Observa con atención el descenso de Mis Gracias, Yo soy la Estrella Madre, soy la que alumbra los espacios y los universos de todas las consciencias. Yo soy la Reina de la Paz, soy la que por amor al mundo socorre a Sus pequeños hijos.
Querido hijo, querida hija, Dios Padre te ha dado el ánimo para crecer de corazón, te ha dado la esperanza para vivir el renacimiento en Cristo, te ha dado la paz para calmar tus inquietudes, te ha dado la Misericordia para lavar del pasado, en la Fuente, a tu rostro y a tus manos.
Todo soldado que sirve a la Madre Santísima enfrentará, en oración, a las grandes crueldades y guerras humanas que apagan el amor en el corazón de los hombres.
Mis soldados son como las perlas de Mi eterna oración, Mis soldados son los instrumentos en donde Mi Luz se derrama para disolver el mal del mundo.
Aquiétate en Mi materno Corazón y ofrece a Dios tus pequeños sacrificios. Confiesa ante Dios tus errores, pero ya no te culpes, pues el Océano infinito de la Misericordia de Cristo golpea en la margen de tu vida para anunciarte el camino que te llevará a la redención.
Trabajar para Dios es estar en el constante vacío de sí. Trabajar por amor a Dios es vivir en la humildad permanente. Servir a Dios es despojarse, en cuestión de segundos, de lo que pudo haber sucedido.
Pero todo es perfecto para Dios. Él ama a los que se esfuerzan, ama profundamente a los que descansan y ama a los que en este tiempo se sumergen en la oscuridad y en los aspectos modernos del mundo.
Pero la oración del Santo Rosario intercede ante Dios. El Santo Rosario repara por entero a una consciencia herida en el espíritu. El Santo Rosario une y fortalece el amor al Plan de Dios. El Santo Rosario libera, purifica, ordena, armoniza y cultiva la esperanza de vivir la santidad. La santidad, para las almas humanas, es un desafío que pocos se animan vivir, porque la santidad primero despoja los velos de la consciencia y después impulsa a los corazones para que vivan la consagración interior.
Y en todo este camino de constante purificación de las almas, está la regencia y la observación del Cielo; porque Dios Altísimo y Jesucristo acompañan, paso a paso, los avances o los retrasos de los hijos.
El Cielo aguarda por el nacimiento de nuevos y humildes santos, como los que había en el pasado, para que a través de la simplicidad y de la entrega se oferten para transformar el caos del mundo y la gran escala de perdición que viven las preciosas almas.
Por eso, como fue en otros tiempos, los menores en el mundo harán cosas mayores y el Universo Celestial acompañará desde cerca el desafío que vivirán los nuevos apóstoles. Al fin, todos los buenos y fieles servidores se congregarán en el Cielo para compartir la Gloria y la Gracia de Dios por haber sido convertidos en ejemplo de servicio y de entrega a Dios.
La Reina del Cielo siempre socorrerá a Sus hijos, pues Su Madre Divina esperará que muchos más se animen a servir a la humanidad en este tiempo, para que así descienda la Misericordia y el Perdón de Dios, en vez de que descienda la Justicia.
Pero el camino por recorrer será infinito. Mis servidores cruzarán puentes casi quebrados, praderas y desiertos del mundo que han perdido el brillo original de la Creación; y todo será realizado a través del esfuerzo y del amor por cambiar la consciencia de los que aún duermen en el propio sueño del mundo.
Su Madre viene, Aparición tras Aparición, para despertar a todos Sus hijos a la Verdad suprema, a la consciencia de que es urgente rezar para ayudar al mundo entero a salir de la superficialidad en la cual vive.
Si surgieran nuevos discípulos marianos, Mi Corazón Inmaculado triunfará en América y en el mundo entero.
El tiempo, que hoy ustedes viven, es un tiempo de grandes cambios, solo les pido que despierten a lo que muchos de Mis hijos no quieren ver, que es la necesidad de purificarse y de consagrarse a la Voluntad suprema del Padre.
Siempre los guiaré, mientras recen el Santo Rosario por la salvación de la humanidad.
Los bendigo y les agradezco a los grupos de Campinas por permitir que la Misericordia de Dios sea derramada.
María, Reina y Estrella de la Paz
Mis amados hijos:
Hoy, como la Madre de la Sagrada Humildad, llego a todos Mis hijos para traer esta presencia de abnegación, desapego y entrega, que Yo aprendí como María de Nazaret.
Cada alma que ingresa en el verdadero camino crístico, aquel que está marcado por Mi Hijo Cristo Jesús, comienza a vivir esta escuela de la Sagrada Humildad; una experiencia totalmente nueva y desconocida para la humanidad.
Mucho se ha dicho y escrito en esta Tierra sobre la Humildad, pero muy pocos han podido realmente experimentarla; ella es tan transformadora que aquel que se anima a recibirla, por lo general, no es consciente de que la vive y piensa que nunca será merecedor de vivirla.
Ella es tan suave como una brisa de primavera, armoniosa como las flores que crecen en los jardines del Cielo y poderosa, sí poderosa, que disuelve cualquier expresión de la propiedad, la auto-realización, el orgullo y el amor propio.
Ella es tan majestuosa, como una reina sin reino, como una espada de amor que corta suavemente los lazos con la materia y tan transparente como un hilo de luz, que hilvana a las almas en un tejido perfecto que las une al servicio eterno al Creador.
Amado hijo, amada hija:
Y tú, ¿quieres recibir en tu vida a la Sagrada Humildad, aquella que Yo viví y compartí con Jesús y José?
¿Quieres saber definitivamente lo que es ser una consciencia humilde?
Entonces, abre tu corazón, entrega tu voluntad al Supremo y obedece eternamente Su Santa Voluntad, así tu pequeña voluntad nunca más será tuya. Aprende que Mi Amada y Sagrada Humildad se encuentra en las pequeñas acciones de la vida, en el anonimato, en la paciencia y la simplicidad.
En estos tiempos de tantas transformaciones, algunas consciencias serán llamadas por el Padre a vivir los caminos de la Sagrada Humildad como apóstoles de Cristo; los nuevos apóstoles que se unirán a Él en cuerpo, alma y espíritu para servirlo eternamente.
Hoy les dejo esta reflexión porque algunos de ustedes, que están presentes ante Mí en este día, serán discípulos de la Sagrada Humildad de Dios.
Oren, sean bienaventurados, entreguen su voluntad a la Voluntad del Altísimo y amen sus destinos.
Gracias por estar hoy Conmigo.
María, Madre de la Sagrada Humildad
Queridos hijos Míos:
Con la bendición del Cielo y el gozo del Espíritu Santo, Yo desciendo desde el Cielo hasta este espacio sagrado de oración y de adoración al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo Jesús.
Por esta respuesta al llamado de adoración perpetua, Yo les agradezco; el Señor se alegra por el esfuerzo inmediato de los pequeños seres y de los corazones de la Tierra.
Pero ahora es el momento de que este ejercicio de silencio y de oración se expanda hacia las vidas que aún no lo practican como algo sagrado.
El Señor del Cielo espera que, al menos la mayor parte de este grupo que corresponde a la región de esta gran ciudad de San Pablo, realice una vez por semana el ejercicio de adoración; ejercicio que tendrá como finalidad espiritual y divina que la ciudad de San Pablo se consagre al Inmaculado Corazón de María.
El Señor del Cielo, también espera que la ciudad de San Pablo venere y considere la adoración a Jesucristo como un acto de reparación por las ofensas que Él recibe diariamente de las ciudades del mundo entero; y así pueda la ciudad de San Pablo recibir la Gracia de la piedad y de la Misericordia para que al menos una pequeña parte de esta ciudad sea un punto de luz en la oscuridad.
Si los corazones se disponen a responder por un tiempo a Mi llamado, los planes para el Brasil entero cambiarán y las almas recibirán un tiempo más de paz.
Cuando Yo les pedí construir este espacio de oración y de adoración era, y es hoy, por la gran necesidad espiritual de luz y de conversión que existe en las almas que no ven, ni por un momento, al Dios del Amor y de la Misericordia.
Yo soy vuestra Madre Mediadora, soy el Sol del Universo que les trae la luz que necesitan para poder cambiar el rumbo de vuestras vidas. La adoración a Mi Hijo les ayudará a concentrar vuestras vidas en el Corazón de Jesús y reconocerán que, en este tiempo crítico, será necesario actuar y ser a través de Jesús.
Queridos hijos, hoy el Cielo les agradece por vuestra atención y amor, ya que la sagrada imagen de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad será el espejo orante de paz que se reflejará sobre todos los que pasen por este lugar; y la casa de la adoración al Santísimo, será vuestro templo de recogimiento para encontrarse con Jesucristo.
Les agradezco por atender a Mis pedidos espirituales del fin de los tiempos.
Bendigo a los enfermos, a los solitarios, a los buscadores de Dios y a los devotos.
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Hijos Míos,
Estoy tan próxima a vuestros corazones, de una forma que jamás podrían imaginar.
Vengo en Espíritu, en Esencia Sagrada y Divina. Vengo en Virginidad y Pureza infinitas para irradiar el arquetipo reflejado en Mi presencia hacia todos los corazones del mundo.
Hoy dejo Mi Manto sobre esta ciudad y sobre vuestros corazones Mi Infinita Gracia, para que puedan dar los pasos rumbo a la Voluntad Suprema de Nuestro Señor.
Hoy quiero que las llamas encendidas en vuestras manos representen a todos Mis hijos que no están presentes en este lugar, y cuyas almas día a día se apartan todavía más de Dios.
Hoy quiero que caminen en dirección a Mí, en madurez de espíritu, reconociendo Mi presencia en vuestros corazones.
Si hoy ven el crecimiento de esta Mi Casa Mariana -este núcleo de Salvación para las almas- donde los seres buscarán la Eterna Gracia, es porque tendrá importante tarea de unión Conmigo. Dará testimonio del principio de Mi presencia y, delante de las Gracias alcanzadas por los seres que oraren Conmigo aquí, ustedes podrán aportar la Gracia de la memoria de este día. Día en que Mi Espíritu, a través del Espíritu Santo de Dios, traspasó la materia de una imagen; la tornó en algo más que una imagen, en un símbolo eterno de la Presencia Divina y en un portal del Infinito Manantial de Misericordia que desciende sobre la Tierra.
La sala de oración de este lugar representa la morada interior de cada uno de vuestros corazones -esta que Yo vengo a preparar para que sea el Templo eterno del Sagrado Corazón de Jesús- corazón presente en la Eucaristía, de la cual comulgarán todos los viernes.
Este Templo, así como vuestros pequeños corazones, deberá ser el foco de luz mayor para esta ciudad, porque no hay nada más grandioso que el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
Esta custodia luminosa deberá ser tan adorada por vuestros ojos y corazones, que imprima en ellos la pureza de Cristo y Su Eterno Amor, este que unirá a las almas con Dios, apenas la contacten con vuestros ojos y corazones.
Los Misterios del Cielo son infinitos y también es infinita la Ciencia Divina, que convierte corazones y almas en portales para la perpetua unión con Dios, cuando tan solo los corazones se abran a estos Misterios y permitan que esta Divina Voluntad se manifieste.
Yo los convido a vivir bajo Leyes Celestiales.
Les agradezco la respuesta Mi Llamado.
María, Reina de la Paz y del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Queridísimos hijos en Cristo:
Me alegra ver, en este día, a los peregrinos simples y dispuestos a seguirme por el camino de la oración y de la paz. Hoy quiero agradecer por el encuentro divino que cada uno de ellos tendrá Conmigo en sus corazones, porque un peregrino es la luz que circunda los espacios para llevar la paz.
Un peregrino es como una estrella incandescente que irradia el amor inmaculado de la Madre Celestial. Un peregrino es como un sol ante la oscuridad, porque su principal instrumento es el rosario. Un peregrino es como un discípulo que acompaña las instrucciones con amor.
Todos los peregrinos tienen diversos fuegos. El fuego de cada peregrino se enciende con la oración y este se complementa con los otros fuegos. Así cada peregrino manifiesta como orante una parte del Plan de Dios. Todos los peregrinos son un solo espíritu crístico que fortalece el caminar y los pasos de sus semejantes.
Por eso, aquel que quiera consagrarse como peregrino, solo deberá orar y afirmar que es un discípulo de Cristo en el mundo; porque peregrino no es solo aquel que vive el Mensaje Divino, sino que también es un puente al servicio abnegado y a la caridad por los más necesitados.
Existen muchos peregrinos en el mundo que, en este tiempo, pasarán a consagrarse internamente a Mi Inmaculado Corazón como nuevos apóstoles de Cristo, como apóstoles de Dios. Así nacerán los nuevos soldados de María que estarán dispuestos a seguir las enseñanzas del nuevo Evangelio de Cristo, Evangelio que preparará la venida de Mi Hijo Jesús.
Hoy quiero irradiar Mi Amor materno y único a todos los peregrinos, porque es a través de todos ellos que Mi Plan mariano se llevará adelante, cuando de corazón y de verdad colaboren para que esta Obra de salvación y de Misericordia sea posible.
Queridos hijos, estoy en oración por ustedes, para proteger a los peregrinos que estarán dispuestos a seguir el camino hacia Mi Hijo Jesús.
Hijos Míos, en este día de alegría y de regocijo para ustedes en Mi materno Corazón, Yo los animo nuevamente a vivir el ecumenismo de Cristo. Esto significa ver que todos los peregrinos son portadores del Amor de Mi Hijo, un Amor que une, un Amor que alivia, un Amor que cura, un Amor que libera, un Amor que no condena, un Amor transfigurador y redentor.
Queridos hijos, la Madre del Cielo los llama a fraternizar a través de la oración por la paz en el mundo y por la unión espiritual entre todos los seres de la Tierra. Aquellos que se dispongan a ser ecuménicos, ayudarán a que los acontecimientos también cambien y a que la paz reine entre los hombres y Dios.
Amados hijos, Mi Espíritu infinito de Amor, hoy ayudará a los más necesitados de alma, de corazón y de cuerpo, ayudará a los que esperan desde hace tiempo un alivio interior.
Oremos para que los nuevos apóstoles de Mi Hijo se presenten y para que la obra mariana se cumpla en el mundo entero, principalmente en las queridas familias de América.
Ayunen, adoren y comulguen de Mi Hijo. Él siempre será vuestro único y fiel sustento para este tiempo.
Ahora, después de cada decena del Santo Rosario y al término de la Oración del Ángel de la Paz, ustedes deberán repetir con devoción:
“Es todo por Ti Jesús, por Tu insondable Misericordia. Amén”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en el eterno Amor,
María, Vuestra Madre y Reina de la Paz
Hijos Míos,
Busquen en Mi Corazón el reposo de sus vidas para que, en él se renueven ante todas las pruebas. Yo soy la Fuente de vitalidad, de vida para el espíritu y de Amor para las almas. A través de Mí, caminarán incansables en dirección a Mi Hijo.
Yo soy Aquella que les da de beber cuando atraviesan el desierto para que puedan cruzar el umbral de la madurez y alcanzar la Consciencia de Dios.
Los misterios de Mi Presencia están encerrados en el universo de la oración. Aquel que ora y se silencia, encuentra en Mí las llaves para conocer lo infinito de Dios.
Por eso, hoy, les digo que busquen descubrir la ciencia de la oración, ciencia que abarca mucho más que las simples palabras pronunciadas con atención.
Hoy, quiero que den un paso más en este camino de consagración a la vida de oración, y esto se alcanza cuando se permiten orar con toda la consciencia, con el corazón, con sentimiento, con la mente, el alma y el espíritu. De esta forma, la concentración abre las puertas para que las palabras se tornen vivas y cada verbo pronunciado sea como una puerta que los llevará a un universo desconocido.
Si hacen como hoy les digo, profundizando en sus oraciones, descubrirán que el simple acto de orar encierra, en sí, grandes misterios de salvación y de evolución para toda la humanidad.
Como Madre del Mundo y Madre Universal, poco a poco, los conduzco a estos universos que están guardados en el silencio de cada oración que les fue entregada.
Muchas veces, se habrán preguntado por qué los Mensajeros de Dios les entregan tantos ejercicios espirituales y tantas oraciones diferentes. Hoy, Yo les digo que el motivo espiritual de este hecho es que cada oración, cuando es pronunciada plenamente, abrirá deferentes puertas en la consciencia para conducirlos a diferentes Universos de Dios. También, cada ejercicio y cada oración conecta sus corazones con diferentes códigos divinos que el Creador aspira a imprimir en sus criaturas.
De esta forma, jamás pierdan la oportunidad de orar con el corazón y con el espíritu. Deben estar más que concentrados en cada palabra; sumérjanse en cada una de ellas y permítanse ser elevados por los ángeles enviados por Dios. En poco tiempo, si practican Mis instrucciones con sinceridad y pureza, descubrirán lo que hoy les digo.
No busquen alcanzar ningún estado de sopor mientras oran, porque lo que hoy les digo se trata de una instrucción profundamente espiritual.
Si oran con amor y se dan el permiso para profundizar en este universo que es orar, el propio Dios, a través de Sus ángeles y Mensajeros, les abrirá la puerta y los conducirá hasta donde corresponda, en cada oración.
Poco a poco, descubrirán que orar es más que orar, y que poco saben sobre este ejercicio divino.
Solo oren, oren siempre.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por haber venido a Mi encuentro.
María, Madre Universal y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Como Yo estaré hoy con vuestros corazones en esta comunidad espiritual, también estaré compartiendo con ustedes el aniversario de Mis primeras diecisiete apariciones en la Colina de las Apariciones.
Por este motivo, hijos Míos, hoy los llamo a ser embajadores de la Paz y de la Oración en el mundo entero, porque el Señor me ha pedido preparar vuestras almas para el nuevo tiempo.
Como Madre y Reina de la Paz, les recuerdo este importante atributo de la paz, ya que en el día a día vuestras consciencias pueden olvidarlo con facilidad.
Hoy los llamo para el rescate y la salvación de vuestro corazón espiritual, una morada sagrada para Vuestro Altísimo Padre. Es a través del corazón que las situaciones más graves y complejas de la vida encontrarán la verdadera solución; porque en vuestro corazón se encuentra el Amor de Dios, la Pureza de Dios manifestada en todas Sus Criaturas.
Por ello, queridos hijos, la humanidad de hoy deberá ser una humanidad que viva a través del amor del corazón; eso evitará guerras, confrontaciones, luchas sociales y, sobre todo, movimientos desproporcionados relacionados con la alimentación y el hambre en la humanidad.
Mi Espíritu Maternal hoy les recuerda la consagración al Inmaculado Corazón, así podrá nacer en ustedes el espíritu de la fe y la fortaleza para poder permanecer todo el tiempo en Vuestro Amado Señor.
Queridos hijos, el Cielo les comunica las verdades de vuestro mundo; por eso, con el rosario en las manos y la oración activa y pacífica del corazón, recen por las emergencias que existen en vuestra humanidad, porque en cuanto unos duermen, otros mueren; en cuanto unos tienen todo, otros hijos no tienen nada.
Mi Corazón los invita al ejercicio del equilibrio espiritual, al correcto uso de los bienes que el Padre les envía; ustedes así verdaderamente ayudarán a que el mundo entero reciba la ayuda divina que en estos tiempos necesita.
Hijos amados, con alegría en vuestros corazones, los estoy invitando día a día a vivir la transformación por medio del modelo perfecto que representa Jesús. Imítenlo, síganlo y oren a Su Sagrado Corazón; pidan a Dios lo que en verdad necesitan, los Cielos se abren ante ustedes cada vez que Mi Inmaculado Corazón desciende para vuestro encuentro.
Que esta vigilia de oración sea una vigilia preparatoria para la peregrinación que Mi Corazón realizará, junto a ustedes, por las diferentes ciudades del Brasil.
Agradezco desde ahora a todos Mis queridos peregrinos y orantes por estar respondiendo a Mi llamado de la visitación de Mi Consciencia a cada lugar de esta Nación.
Les agradezco ahora y siempre,
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos de Mi Corazón:
Con alegría y paz retorno a esta, Mi Casa, para bendecirla y consagrarla a través de Mi presencia, renovando así el compromiso de Mis soldados Conmigo y restaurando la paz para que no se pierda, ni en este lugar ni en todos los corazones,.
Hijos Míos, les agradezco por haber orado junto Conmigo, preparando así Mi llegada a esta Casa bendita. Vuestras sinceras oraciones permitieron el despertar y la salvación de muchas almas que vivían olvidadas de Dios.
A través de este impulso vengo para pedirles que se renueven Conmigo en la oración y le den prioridad en sus vidas a las vigilias que realizan en unión a Mi presencia maternal. De esa forma estarán demostrándole a Dios que comprenden la gran necesidad de estos tiempos.
Una vigilia realizada con amor, con pureza y con verdad, por la simple necesidad de unir el corazón al Corazón Sacratísimo de Dios, podrá llevar luz a los espacios más oscuros de la consciencia humana; podrá convertir al pecador más comprometido con el mal y podrá salvar a las almas más perdidas.
No les pido grandes esfuerzos, apenas les pido que se empeñen con alma y espíritu para manifestar Mis pedidos y que oren, oren mucho, para atraer así todas las Gracias que viven en el Reino Celestial y que aguardan para descender sobre la Tierra.
Si oran de verdad, todos los obstáculos que existen en contra de la manifestación de Mi tarea Mariana se disolverán, porque la luz de vuestros corazones llevará el amor a los planes del enemigo, amor que transforma todo lo que es voluntad contraria a la Voluntad de Dios.
La llave necesaria para abrir todas las puertas del Universo y transformar la consciencia está en la oración. Por eso oren, para que los Planes de Dios se manifiesten.
Oren para que las almas se aproximen a Mi Corazón.
Oren para que la luz recorra el mundo e ilumine los abismos de esta Tierra.
Oren para que los Reinos sean aliviados de todo el dolor causado por el ser humano.
Oren para que vuestras almas y espíritus encuentren definitivamente el Corazón de Mi Hijo.
Oren porque deben orar, porque el arquetipo de la vida sobre la Tierra está en seres que se unen perpetuamente a Dios.
Hoy les digo que la tarea primordial de Mis Centros Marianos es la oración, porque sin ella, la Voluntad de Dios no descenderá sobre la Tierra y la conversión no alcanzará a los corazones.
Si no oran, Mi Misión en el mundo no se cumplirá.
Si no oran, vuestros corazones no alcanzarán a Dios.
Sin la oración, caminarán sin salir del lugar.
Oren, hijos Míos, oren siempre Conmigo. Yo vengo en auxilio de vuestros corazones.
Yo los amo y les agradezco siempre por estar Conmigo respondiendo a Mi Llamado.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Hoy les pido ser pacientes como lo fue Mi Hijo cuando cargo con la Cruz y con el peso de todo el mundo.
Queridos hijos, sean muy pacientes, para que vuestros corazones se conviertan en pacificadores de la luz.
Hijos amados, en esta semana los invito al ayuno del silencio y de la oración, porque por medio de la oración silenciosa, se abren los universos celestiales para el mundo. Como Vuestra Madre del Cielo, vengo en este día de Gloria para curar vuestros corazones, para que ellos puedan vislumbrar la humildad de Mi Hijo Jesús en ustedes.
Queridos hijos, vivan la paz-ciencia, vivan este don de Dios para un momento en donde muchas almas que han asumido el compromiso con Mi Hijo, pierden la voluntad de proseguir en la fe, mismo estando todo a oscuras.
Queridos Míos, Mis ojos iluminan vuestros caminos, porque a través de Mis ojos, Dios me ha permitido ver la realización de vuestros caminos de conversión y de redención. Hoy, el rayo universal de Mi Cura Divina se aproxima a ustedes, para derramar Gracias de cura y de sanación espiritual sobre las causas que impiden el libre caminar de Mis pequeños hijos.
Por eso, como Vuestra Madre Curadora, abro Mis brazos para acogerlos y sentirlos bien cerca de Mi Corazón, con el fin de entregarles Mi dulce consuelo y Mi paz a pesar de todas las pruebas de la vida.
Sábado a sábado les dejo un nuevo mensaje, una lección y una instrucción de Madre y de Sierva de Dios, para que en vuestras vidas siempre resplandezca la esperanza de vivir en Dios y a través de Su Amor Divino.
Queridos hijos, en cuanto el mundo sufre por la falta de cura en el alma y en el corazón de cada ser, Mi Voz se anuncia amorosamente a ustedes para levantarlos de vuestras constantes caídas y para alzarlos en Mis brazos hasta Jesús, para decirle a Él:
“Querido Hijo de Dios, Amado Mío, te suplico, ¡ten Misericordia de esta alma y de todos sus errores cometidos! ¡Mira Jesús Mío, como ella florece en Gloria dentro de Mi Materno Corazón!“
Queridos hijos, esta es Mi Vida Eterna, cuidar de ustedes y del mundo entero. Ahora Dios les envía la prueba de la madurez para vuestras consciencias, de la madurez ante las situaciones mas dolorosas de la vida y del día a día. Pero ya no teman, porque Yo estoy aquí para elevar a Dios vuestras oraciones. Respiren Paz, queridos hijos, respiren el aire renovador del Cielo y oren junto a Mi por la victoria del Plan de Dios.
Los necesito en el bien o en el error, los necesito fuertes o débiles, Mi Espíritu Inmaculado los confortará siempre. ¡Ánimo Mis queridos hijos!
¡Les agradezco ahora y siempre por responder a Mi llamado celestial!
María, Madre y Estrella Universal de la Paz Eterna
Ven a Mi corazón así como eres, ven con tus velos, tus miserias y toda tu ignorancia. Ven a Mí así como estás, con toda soberbia, vanidad, angustia y dolor. Ven porque Mis brazos esperan para acogerte.
No tengan miedo, hijos Míos, de oír Mis palabras, de descubrir lo que está oculto en vuestros corazones. No tengan miedo de caminar hacia Mí, así como están, porque Yo no busco perfección; busco verdad, busco pureza, busco la entrega de vuestros corazones, almas y espíritus.
Aquellos que vislumbran delante de sí un nuevo paso, que lo den; pero que lo den con consciencia, con atención, con certeza; lo den con voluntad, con el corazón encendido en profunda devoción a Dios.
En estos tiempos y más en este día, Mi Corazón los renueva y los impulsa, porque Mis manos reciben vuestros corazones y amparan vuestros seres en este salto que deberán dar; pero antes de tomar cualquier decisión, sientan, clamen por el Espíritu Santo y llamen a Mi Corazón Inmaculado, así el Cielo les confirmará cada etapa que deberán vivir.
Los que tienen dudas que las coloquen hoy en Mis manos, para que Yo las disuelva en la certeza de consagrarse al Único Dios y, los que están firmes, que fortalezcan todavía más las bases de su oferta y de su entrega, para que sean motivo de inspiración divina para otros corazones.
Hoy los convido a reconfirmase delante de Dios y a -consagrarse nuevamante; los convido a fortalecer el corazón y el espíritu, porque tiempos difíciles tocan las puertas del mundo y el enemigo confunde a las almas de Mis hijos. Aquellos que hoy realmente se entreguen a Mi Corazón y al Corazón Sacratísimo de Mi Hijo, verán sus corazones amparados por una Gracia Celestial, que es la Voluntad Divina.
Hoy les digo, hijos Míos, que el enemigo solo vencerá a aquellos que teman colocar su voluntad en las manos del Creador, porque de esta forma podrá apoderarse de la frágil voluntad humana; pero, si por el contrario, ofertan sus pequeñas voluntades a Dios para que se cumpla Su Voluntad Mayor, nada los podrá conmover, porque en vuestras vidas reinará un Único y Poderoso Rey.
Mis queridos, les digo todas estas cosas porque a partir de este día el Universo Celestial procurará que Mis hijos den nuevos pasos.
Mi presencia en el mundo se volverá más intensa y no habrá quien no Me sienta; y no solo aquellos que Me acompañan, directamente, deben madurar para sustentar Mi presencia, sino que todos Mis peregrinos deben ser un único ser, consagrado a Mi Corazón. De esta forma serán las bases que acompañaran los primeros pasos de aquellos que Me encuentren por primera vez.
Tiempos intensos llegarán.
La Luz prevalecerá en los corazones de aquellos que Me digan “sí”.
Les agradezco por responder a Mi Llamado y por perseverar en Mi Corazón.
María, Madre de todas las Gracias
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más