Sábado, 7 de septiembre de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL PARA EL SÁBADO , 7 DE SEPTIEMBRE DE 2013, RECIBIDO EN LA CIUDAD DE BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL TRANSMITIDO POR LA REINA DE LA PAZ A LA VIDENTE HERMANA LUCIA

Como Madre y Reina de la Paz quiero difundir Mi Paz al mundo y construir, en el corazón de cada uno de los que Me escucha, un portal de Paz y de Salvación para las almas.

Hijos Míos, mientras vuestros pequeños corazones comparten este sagrado momento a Mi lado, otros hijos Míos sufren en medio de conflictos, guerras, hambre y desaliento.

Veo sobre el mundo muchos corazones que se pierden por la falta de Dios en sus vidas, porque no permiten que las Gracias Divinas transformen los acontecimientos del mundo.

A los que hoy escuchan Mi voz les pido que se unan a Mí por este Llamado de Paz.

A los que creen fuertemente en el Poder de la oración, hoy les pido que se pongan a orar con verdadero fervor; y los que no creen pero están dispuestos a experimentar, que oren, que oren desde el corazón, con toda la voluntad que puedan obtener de sus seres internos.

Recuerden, hijos Míos, que el mundo es mucho mayor de lo que vuestros pequeños ojos pueden ver y la vida sobre la Tierra no abarca solamente vuestras pequeñas vidas.

Vengo a formar misioneros y soldados de la oración; esos que con la intención y con el corazón van a llevar la Paz a todos los espacios del mundo; esos que obedecen al Llamado de Dios día y noche y que son capaces de olvidar las propias necesidades para buscar el bien del prójimo, sobre todo a través de la oración.

Mi Corazón necesita del aliento que Me proporcionan las oraciones del mundo, para llevar ese aliento a los que agonizan permanentemente.

Si vuestros pequeños ojos pudiesen ver lo que acontece con las pequeñas víctimas de una guerra, jamás dejarían de orar y, solo de pensar en la posibilidad de que un alma se encuentre en ese estado, orarían día y noche.

Por eso hoy les pido a todos los que Me escuchan, a todos los que creen y no creen en Mi presencia, a todas las creencias, razas y religiones, pueblos y naciones, que se unan a Mi Llamado por la Paz; Paz que debe nacer como el sol y brillar sobre todos los corazones del mundo.

Únanse en vigilia a Mi hijo Francisco, el Santo Padre, para que él se reconfirme día a día en el propósito de alcanzar la Paz y, a través de la respuesta de todos los seres, encuentre la fuerza que necesita para seguir adelante.

Queridos Míos, este es Mi único pedido de hoy: que haya Paz en el mundo, que haya Amor entre los corazones y esto se alcanzará con la respuesta de todos.

Cuando muchos corazones se unen para glorificar a Dios, los Cielos se abren y el Creador escucha el pedido de Sus hijos, enviando así Sus Gracias benditas al mundo.

Comprendan hoy que el Poder de Dios es mayor que cualquier fuerza que haya en el Universo; pero este Poder solo podrá actuar cuando los corazones humanos clamen por el auxilio del Creador y demuestren, a través de la oración, del ayuno y de la comunión con Cristo, que desean ardientemente que Su Luz se manifieste en la Tierra.

¡Por la Gloria de Dios, recen y vigilen por la Paz!

Les agradezco por responder a Mi Llamado,

María, Madre y Reina de la Paz