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Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo Soy la Reina de la Paz y quiero que todos vivan en la paz que Mi Corazón pronuncia. Estamos en un tiempo difícil, pero la paz es posible.
Mi Corazón resplandece por estar hoy en la Argentina. He visto que Mis hijos respondieron a Mi llamado con más devoción.
Ustedes no saben, queridos hijos, la repercusión que esto tuvo en el Cielo; pues mientras ustedes trabajaban Conmigo, en este día, Yo permanecía orando por ustedes para que las almas fueran tocadas por Mi Luz Celestial.
De esta forma, vean, queridos hijos, qué simple es ser apóstol de Cristo; pronunciar la palabra verdadera en el momento cierto y proclamar la fe desde sus corazones para todos, abriendo puertas para aquellos que las tienen cerradas.
Mi Inmaculado Corazón hoy se aproxima a sus vidas, como una vez se aproximó en Fátima, Lourdes y Medjugorje. Yo Soy la misma de ayer y de hoy, Soy la Madre de la eternidad y del eterno presente. Conozco a cada una de sus vidas, a sus mundos internos y a sus intenciones.
Por eso, en esta noche, Yo los reúno en Mi Cenáculo de Oración, al igual que lo hice con los apóstoles, después de la partida victoriosa de Mi Hijo al Cielo.
De esta misma forma, Mi Hijo Me envía, en esta era, para que Yo pueda agrupar a los rebaños y llevarlos al establo de Su Corazón, en donde todos vivirán la Comunión eterna y perpetua. A pesar, queridos hijos, de que estén enfrentando un tiempo de purificación, Mi Corazón quiere sostenerlos fuerte, mantenerlos entre Mis brazos para que puedan sentir el calor y el Amor de Mi Corazón.
Hoy, Me anuncio en Argentina como la Reina de la Paz, al igual que Me anuncié en Venezuela hace poco tiempo. Comprendan, a través de este misterio de Mi Corazón, queridos hijos, cómo Dios Me envía a peregrinar entre las naciones y los pueblos, abriendo nuevas puertas de Luz para todos, reconciliando corazones y curando vidas.
Su verdadera cura del corazón, queridos hijos, se encuentra en la oración de Santo Rosario. Pero estos tiempos ameritan orar de una forma operativa.
El Cielo necesita aproximarse a sus consciencias para que el Espíritu Santo de Dios pueda actuar, los pueda reunir como almas al servicio del Creador y socorrer a la humanidad enferma.
Muchos espíritus, que están sobre la Tierra, se pierden ampliamente por sus acciones y engaños; pero Mi Luz Celestial y Maternal se anuncia desde el horizonte divino y la Estrella de la Paz se aproxima a sus corazones para recordarles su compromiso con Cristo.
Mi Corazón no viene a evangelizar sus vidas, sino a abrir sus corazones a la Fuente Mayor.
Queridos hijos, muchos de ustedes se han olvidado de Dios. La vida les ha quitado el tiempo de orar con Dios y, de esta forma, se han olvidado de los Mandamientos, tan importantes, que fueron dictados a Moisés.
En estos tiempos, queridos hijos, Cristo Me envía a darles Nuevos Mandamientos, Mandamientos que encontrarán en los Atributos de la Madre Universal.
Sean caritativos con el prójimo. Sean bondadosos con quién más lo necesita. Amen a quién nunca han amado y sostengan la fe verdadera en sus corazones.
El Cielo quiere derramar una Gracia especial sobre ustedes, pero cada una de sus almas tiene un tiempo para poder recibirla.
Queridos hijos, es necesario que creen una condición con la oración, para que esa Gracia, que proviene de Dios a través de Mi Corazón, se pueda derramar en sus vidas y en sus familias. Necesito que se consagren a Mi Corazón, todos los días.
Sepan, queridos hijos, que una buena Madre siempre protege a Sus hijos; los prepara para dormir en la noche y entregarlos en los brazos del Creador para que ningún mal los pueda atacar; males que se expanden en este mundo a través de las malas acciones y de los resentimientos de los hombres, de las perturbaciones que viven muchos corazones, de la ausencia de paz que muchos viven.
Queridos hijos, acepten Mi Universo de Paz, entren en Mi Océano de Paz. Mi Hijo Me ha concedido esa oportunidad para todos ustedes desde el principio, a los pies de la Cruz; cuando Él Me entregó, como su Madre, a todos los hijos que están sobre la Tierra. Pero debe existir un permiso interior, amados hijos, para que Dios pueda concretar Sus Planes en sus vidas.
Vendrán tiempos difíciles, pero también vendrán tiempos de Gracias. Yo los llamo a vivir en esa Gracia especial, y eso comenzará, queridos hijos, cuando ustedes coloquen su fe en Dios y alivien Su Corazón ofendido mediante la oración, la conversión y la paz. Los invito a ejercitar estas cosas simples. Lo vengo repitiendo a lo largo de los siglos, pero muy pocos corazones escuchan Mi llamado.
Si ustedes amaran la Ley del Señor, en sus vidas no existiría el sufrimiento.
Yo fui una Gran Mujer sobre la Tierra. Fui una Profetiza de Cristo, que llevé el Evangelio a todos, a través de las enseñanzas y del amor.
Yo sé lo que es ser un ser humano. Yo los necesito cerca de Mí, para que puedan percibir Mi energía celestial. Yo los reúno a todos en lo profundo de Mi Corazón. Estén atentos, queridos hijos, a las señales que vendrán. La Gracia Mayor los espera siempre.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Como les prometí, les traigo en esta noche la cura celestial a sus vidas, y esta cura de la cual les hablo, hijos Míos, es la cura del alma, la cura del espíritu, que se podrá manifestar en sus vidas solo si dicen sí y si abren las puertas del corazón para vivir algo nuevo, algo desconocido para sus consciencias.
Hijos Míos, en esta hora, los invito a encontrarme con la mirada del corazón. Pueden visualizar Mi Manto azul, Mi túnica rosada, Mi velo blanco que cae sobre los hombros, Mis pies descalzos que vienen a enseñarles el despojamiento de todo. Pueden contemplar Mi Corona de Estrellas, que representa el Amor que tengo por cada uno de sus corazones. Cada uno de sus seres, hijos Míos, es una de las Estrellas de Mi Corona, las que enciendo permanentemente a través del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Vean ahora, hijos Míos, cómo las huestes de Luz traen hasta esta Tierra la Luz de Mi Reino, y esta Luz permea cada uno de sus corazones, ingresa en sus vidas y va más allá de sus almas; porque Mi Ley no es de este mundo y puedo llegar a todos los corazones que están ligados a sus seres, puedo llegar a sus familias, a los seres próximos y queridos, porque si uno de ustedes Me dice sí, es como si toda la humanidad recibiera esa cura.
Hijos Míos, los invito a abrir verdaderamente el corazón, a permitir que Mi Voz resuene en su interior y, como niños, puros y simples, despierten a este llamado que hace tanto tiempo vengo realizando.
Hijos Míos, cada una de sus almas tiene un compromiso universal Conmigo; por eso, hoy están ante Mi Corazón, pero le cabe a cada uno de ustedes decidir si asumirá este compromiso y si ustedes se volverán apóstoles de Mi Paz o si seguirán en la vida ignorando la Luz que los llama.
Hijos Míos, son tiempos de definición para el mundo y nada más quiero de sus corazones, sino que vivan la Paz de Mi Reino, que puedan vivir una vida de fraternidad, de unidad con el prójimo, que puedan ser ejemplo para las almas del mundo que no tuvieron oportunidad de estar ante Mi Presencia.
Hijos Míos, es necesario en este tiempo que haya una gran conversión en la humanidad, conversión de las acciones, de los sentimientos y de los pensamientos humanos, conversión de la relación con los Reinos de la Naturaleza que tanto necesitan de su auxilio.
Hoy, una vez más les revelo que Mi Presencia Maternal está en todo y que Mi Corazón se expande en los Reinos de la Naturaleza. Por eso, cuando cuidan a estos Reinos, están comulgando de Mi Presencia y de la Pureza de Mi Inmaculado Corazón.
En esta noche, Mi Luz Celestial ingresa en sus vidas. Por eso, les pido que coloquen interiormente a Mis pies todas aquellas situaciones que necesitan luz, que necesitan redención y cura, porque, si confían en Mi Presencia, Yo siempre podré auxiliarlos, podré curarlos y guiarlos. En el silencio de sus corazones, clamen por Mi auxilio, porque elevaré la plegaria que hoy Me entregan al Señor que, por la Pureza de Su Sierva, le concederá la intercesión por toda la humanidad.
Hijos Míos, hoy los llamo a la consagración de la vida, para que muchos más se puedan consagrar al Divino, entregando sus corazones a una Vida Superior, abriéndose a lo desconocido y trayendo al mundo una Vida Mayor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
La cura comienza con la fe en Dios y a partir de allí, queridos hijos, se abren las puertas para la redención.
La Madre del Cielo ama a todos Sus hijos, la buena Madre del Cielo no tiene preferencia por nadie, ama a todos los corazones por igual, porque todos surgieron de la Fuente Mayor. Son chispas del Espíritu de Dios, llamas de devoción que se pueden encender en estos tiempos, para ayudar a la humanidad a la conversión y el perdón.
Por eso, Mi Hijo Me envía a las ciudades a despertar a aquellos que duermen y, como buena Madre, recordarles el compromiso con Cristo, la unión perfecta de sus seres con Su Espíritu Misericordioso.
Hoy, les daré un simple ejemplo, en una nueva consagración de tres preciosas almas, que en sus caminos Me encontraron y Me reconocieron como la Fiel Energía Femenina, la manifestación poderosa de Dios en este mundo y en otros, en los universos y en las estrellas, pues Mi Corazón proviene de la Fuente Mayor.
Yo Soy la emanación del Amor de Dios para la Tierra. Soy la Estrella incandescente para las almas que están en la oscuridad. Resucito en espíritu a todos los seres que están caídos, los levanto con Mis manos y los ayudo a caminar hacia Cristo para un encuentro mayor.
Bendigan sus corazones todos los días; es posible recibir una Gracia Mayor, encontrar el perdón y la paz, que muchos se han olvidado de vivir por las realidades de estos tiempos finales.
Pero Mi Corazón Misericordioso y Compasivo también recibió la Preciosa Sangre de Jesús. Yo adoré el misterio de Mi Hijo en la Cruz, y Soy la primera difusora de Sus poderes celestiales, a través de Su Cuerpo y de Su Sangre, en el misterio sagrado de la Comunión.
Yo los invito, en esta noche de Cenáculo, a que ingresen en Mi Corazón Inmaculado para que Yo los pueda bendecir y que puedan llevar a sus vidas la semilla crística de la Paz, que deberá brotar en el fin de este tiempo para que pueda servir a Dios y a los que más necesitan de Dios.
Son posibles apóstoles de Amor. Son los nuevos evangelizadores a través de la oración. Vivan la devoción de Mi Corazón. Abran las puertas de sus hogares para que Yo pueda entrar, solo necesito estar con ustedes para poder cumplir lo que vine a hacer en este tiempo: ser Madre de todos, de todas las criaturas, de todas las almas y de todos los corazones.
Por esta respuesta que le han dado a Mi Corazón, durante esta noche de oración, Yo les agradezco profundamente y eternamente.
Ahora, acérquense para que Yo los pueda bendecir, colocando Mis manos sobre sus cabezas y, así, Yo pueda interceder por todos Mis hijos, ante Cristo, su Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está esperando que vengan. Por favor, pónganse de pie y acérquense hacia acá.
Canción: “Inmaculado Corazón de María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, bendigo en esta noche esas sagradas imágenes, como muchas veces ya lo he hecho para Mis hijos. Ellas son un símbolo de unión predilecta entre los corazones y Dios, de los que confían en el misterio de Mi Divina Maternidad.
Pero del Cielo he venido en esta noche para bendecir estas tres preciosas criaturas que han escuchado Mi Voz, al igual que todos los presentes.
Hoy, derramo sobre ustedes Mi Amor Materno e Inmaculado, Mi Gracia se proyecta como Luz sobre sus seres; abriendo Mis brazos y extendiendo Mis manos los consagro y los bendigo, pidiéndole a Dios Altísimo Todopoderoso que interceda ante Cristo por todas estas almas preciosas que han encontrado un camino hacia Mi Hijo, en este tiempo final.
Por eso, les pido a los Arcángeles y Ángeles del Cielo, que acompañen estos preciosos espíritus, para que ellos se congreguen como un solo rebaño y cumplan con la promesa de Mi Hijo, preparando ardientemente con devoción Su Retorno a la Tierra.
Aspiro profundamente, como Madre Altísima, a que puedan reconocer a Mi Hijo cuando Él regrese, pues Él se mostrará a todos los que quieran escuchar el Regreso del Maestro en el corazón.
Les agradezco, ahora y siempre, bendiciéndolos con el Arcángel Rafael y Sus Rayos de cura y de transfiguración que nacen desde la Fuente de Dios para todas las dimensiones, los planos y existencias, que el Todopoderoso creó.
Por eso, Yo los bendigo bajo el Poder que Dios Me ha dado como Madre Universal, como Madre del Mundo, como Reina de la Paz y de todos los corazones, para que todos los seres se levanten de donde han caído y caminen hacia Cristo con confianza y en paz.
Mi Maternidad los protege, Mi Luz guiará sus caminos, Mi Corazón palpitará en sus corazones siempre que estemos unidos en la oración del corazón.
¡Alégrense! Este día es especial, la Gracia del Cielo está cerca de ustedes y Mi Corazón los contempla con Amor.
¡Les agradezco!
Canción: “Revelaciones en Aurora”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Para cerrar este encuentro con nuestra Madre Santísima, queremos relatarles brevemente lo que sucedió durante la Aparición de hoy.
Hermana Lucía de Jesús:
Hoy, como todos pudimos escuchar, Nuestra Madre Divina vino como la Reina de la Paz, como describió a todos, con un velo blanco, Manto azul celeste y una túnica rosa.
Y un poco antes de llegar nuestra Madre Divina, mientras estábamos orando, los Ángeles y Arcángeles ya se aproximaban a este lugar y empezaban a realizar una tarea intensa con nosotros y con toda esta ciudad.
Ellos nos liberaban de energías que estaban en nosotros y en el mundo, que son generadas por las acciones humanas, que, como todos sabemos, no siempre son las mejores. Entonces, por eso es la importancia de orar con fervor, de preparar este camino con todo nuestro corazón, porque hoy, como oramos con intensidad, nuestra Madre Divina pudo profundizar en la tarea que realizaba en este lugar.
Cuando Ella ya estaba presente, pudimos ver detrás de Ella varias puertas que llegaban hasta el Cielo. Era como si pudiéramos ver el Paraíso detrás de Ella, un lugar de mucha Luz donde caminaban los ángeles.
Y de este lugar descendía una luz intensa, que en el momento en que Ella hablaba sobre la cura, fue tornándose una luz de color verde. Y esa luz iba ingresando en cada uno de nuestros seres e iba limpiando nuestros corazones de todo aquello que tenemos dificultad en nuestras vidas.
Cuando Ella nos pidió que entregáramos aquellas situaciones que necesitamos transformar, era como si sus almas quedaran cristalinas. Y, aunque ustedes no dijeran nada, Ella podía ver a todos sus seres como si fueran transparentes. Y aquellos que tuvieron una pequeña abertura de corazón recibieron la intercesión de nuestra Madre.
Ella elevaba nuestras ofertas, que pasaban por ese portal por el que llegó hasta aquí e iban a un lugar que nosotros no veíamos, pero que Ella nos dijo que era a los Pies del Creador.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Tuvimos la misma visión con la Hermana Lucía. Solo queremos acrecentar que en un momento de la Aparición se manifestaron varios planetas y constelaciones que rodeaban el aura de nuestra Madre.
Cuando nuestra Madre pidió una intercesión ante el Padre, el Arcángel Rafael se aproximó y trabajó directamente con nuestras esencias y almas, con aquello que Nuestra Madre llama de divino; ese punto interno que cada uno de nosotros tiene, que nos conecta con Dios. Por ejemplo, cuando oramos, ese núcleo divino que es nuestro Dios interior se activa a través de la oración y entramos en comunión perfecta con el universo.
Nuestra Madre nos hacía mucho énfasis en eso y necesita que nosotros lo podamos recuperar conscientemente. Ella se ofertaba amorosamente para ayudarnos, no solo para curar nuestra vida interior, sino para que nos unamos a Dios cada día más.
En el momento de la bendición, Ella descendió un poco más, se aproximó un poco más a nosotros. Amorosamente, los llamó a todos ustedes para la bendición y colocó, como Ella dijo, Sus manos sobre nuestras cabezas y sentimos Su Amor Materno, Su protección, Su paz, Su profunda armonía y esperanza. Sentimos a Dios a través de Sus manos, por la energía que Ella derramaba como Luz; y, simbólicamente, Ella nos abrazó a todos, estrechándonos bien cerca de Su Corazón para que podamos, en esta noche y a partir de este momento, confiar en Ella, porque Ella es nuestra Mediadora. Ella viene a recuperar en nosotros aquello precioso que hemos perdido, como Ella nos dijo: la alegría, la esperanza, la fraternidad y principalmente la oración que nos ayudará, según nuestra Madre, a poder sobrevivir en estos tiempos difíciles.
Así, Ella nos invitó, universalmente en esta noche, a unirnos al Universo de Dios mediante la oración, la reconciliación y la unión que cada uno de nosotros pueda generar día a día por su esfuerzo, colaborando por este planeta, por esta humanidad que nuestra Madre ve que está enferma espiritualmente y que necesita curarse, prepararse para recibir a Su Hijo. Y no es la primera vez que nuestra Madre nos dice que Su Hijo está regresando.
Ella verdaderamente, en esta noche, nos colocó entre Sus brazos a cada uno de nosotros y como una Madre amorosa contempló nuestros problemas y dificultades. Pero Ella, en esta noche, no veía nuestros problemas o dificultades; Ella contemplaba nuestras esencias, el amor que tenemos guardado dentro de nuestro corazón, y que dijo que necesitamos derramar en este tiempo para evitar algunos acontecimientos y para que podamos curarnos en Dios.
Hermana Lucía de Jesús:
Mientras el Fray relataba, yo recordé algo.
Cuando nuestra Madre Divina comenzó a hacer un movimiento, en el que la Luz descendía del Reino Celestial, y fuimos viendo que el Arcángel Rafael se aproximaba con una Luz verde intensa, y sentíamos la energía de cura llegando hasta este lugar; nuestra Madre Divina nos decía:
“Yo podré curar a sus almas, a sus corazones y a sus vidas, pero ¿estarán dispuestos a mantener lo que les entregaré?”.
Nos gustaría que todos quedáramos con esta pregunta en el corazón, porque de la misma forma en que es simple recibir esa cura, también es muy simple perderla por las acciones de nuestra vida. Porque, poco a poco, nos vamos olvidando de Dios, y si no mantenemos este momento a través de nuestra persistencia, de nuestra oración, este momento se va perdiendo de nuestra vida.
Entonces, nuestra Madre Divina nos dejó un compromiso, que es algo simple: que recordemos esa energía que Ella deja en nuestro interior y que, a través de nuestra devoción y de nuestra fe, podamos hacerla crecer y multiplicarse más allá de nosotros para que pueda llegar a nuestros hermanos, para que otros puedan recibir, a través de nosotros, lo que recibimos hoy.
Hijos Míos:
Para Mi Inmaculado Corazón, no existen obstáculos que Me separen de Mis hijos. No existen barreras que sean suficientemente fuertes para impedir que Yo me acerque a sus corazones. Lo único que les pido es que Me llamen.
Si aún tienen dudas en sus corazones al respecto de Mi presencia, pidan con amor que Yo las disipe y así lo haré. Si, por algún motivo, sienten algo en sus corazones que los separa de Mi, por algún motivo, solo entréguenme esa dificultad, pues, es grandioso el Poder del Creador que todo lo cura y redime, todo restaura y reconcilia con Su Sacratísimo Corazón.
Hijos Amados, en este tiempo, coloco a disposición de sus almas las mayores Gracias celestiales y, la única cosa que les pido es que se dispongan a enfrentar las barreras que la misma mente coloca delante del corazón, porque a pesar de que no existe nada externo que Me impida aproximarme a sus pequeños corazones, solo ustedes pueden darme el permiso para actuar en sus vidas. Y aunque sea un pequeño sí, poco a poco, Me entregarán sus seres y verán cómo puedo cuidar de ellos y protegerlos bajo cualquier circunstancia; verán cómo dentro de mi manto, todas las necesidades verdaderas serán contempladas.
Hijos Míos, una Vida Celestial los espera, aun cuando estén sobre la Tierra; pero para que esta vida llegue al mundo, es necesario que no detengan sus pasos y que jamás piensen haber llegado a la meta que deberán alcanzar. Aún hay mucho para ser develado, mucho para vivir con el corazón humano y es necesario que haya corazones dispuestos a dar siempre un paso más en el camino de su consagración y entrega a Dios.
Hoy contemplo la necesidad del mundo y veo a muchos de Mis hijos que aguardan el despertar, muchos que están listos para abrir los ojos y el corazón, pero esperan el surgir de los que puedan mostrarles el camino.
Hijos Míos, no se detengan jamás, entréguenme todos los días sus pequeñas vidas y permítanse sumergirse aún más profundamente en el propio mundo interior. Existen quienes esperan que los que ya están en el camino den ese paso, para que así puedan salir de la oscuridad en la que viven.
Por eso los llamo día y noche, con urgencia, a la conversión permanente, a la entrega y al sacrificio, para que sean el ejemplo de los ignorantes y la luz en el camino de los que están en la oscuridad.
Mis amados, cuento con vuestros corazones para que sean los apóstoles del Nuevo Tiempo, aquellos que entregan sus vidas sin condiciones, sin tiempo ni espacio; aquellos que nada buscan para sí mismos y que su bagaje es la aspiración a cumplir los planes de Dios. Lleven en sus corazones Mi mensaje y la esperanza de que él toque a las almas hermanas.
Enciendan en el pecho la devoción y la alegría, para que los corazones fríos sientan el calor cuando estén delante de ustedes. Que la vida entera sea un permanente ejercicio espiritual de amor y caridad.
Vamos querida Argentina, elevad la bandera de la Paz y de la victoria de la Luz, y que la Misión que Yo les entregué sea la oportunidad de despertar a las almas que están por el mundo esperando recibir un llamado.
Enciendan los corazones y activen vuestros espíritus, clamen por Mi Presencia y sepan que quiero llegar a absolutamente todos Mis hijos.
No se preocupen con las críticas ni con los juicios, tampoco con las negaciones. Yo llegaré a cada corazón, en cuanto sepan de Mi presencia en el mundo colocaré en todos la semilla de una nueva vida.
Les agradezco por responder con alegría a Mi último llamado.
Vuestra madre, María, Reina de la Paz y de todos los corazones
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Día y noche, vengo al mundo a llamarlos para una tarea mayor.
Necesito formar a los nuevos apóstoles de Cristo, a través de la oración y del Amor de Dios. Para que eso suceda, queridos hijos, sus corazones deben estar abiertos para responder a Mi llamado.
Sepan, que esta es la última vez que Yo estoy entre ustedes, en el fin de un tiempo que se prepara para algo nuevo, antes del regreso de Mi Hijo Jesús.
Por eso, abran sus brazos y acojan en sus corazones Mis Palabras. Son las últimas Palabras que pasarán sobre la faz de la Tierra, preparando a los corazones y a las moradas para el Juicio Final que vivirá toda la Tierra.
Por eso, queridos hijos, ingresen en ese manantial de Misericordia que representa Jesús, abandónense por entero a Su Sacratísimo Corazón. De esa forma, Mis amados, sentirán confianza y plenitud, perderán el miedo y se librarán del pecado.
Dios quiere perdonarlos, queridos hijos. Escuchen este llamado tan importante a la reconciliación.
Los Universos y los Cielos Mayores vienen a auxiliarlos, abran sus ojos a la Luz Mayor que proviene del Padre.
Vean venir desde el Cielo a Mi Sagrado Corazón; porque Yo necesito, en esta era tan importante, de servidores dispuestos a responder a Mi llamado. Así, se librarán de sus preocupaciones y dudas; porque Yo vengo aquí, en esta era, a consolarlos, a reconciliar sus corazones con el Altísimo.
Queridos hijos, Dios Me ha permitido transmitirles estas Palabras, porque es necesario prepararse, en este tiempo, para los grandes cambios que vendrán en sus vidas y en el mundo entero. Por eso, están a tiempo, queridos hijos, de calentar sus corazones en Mi Fuego Maternal.
Quiero derramar, sobre ustedes, Mi Gracia y devoción eterna.
Necesito solo de corazones simples que quieran abrirse a lo nuevo y conocer lo superior, aquello que muchos desconocen en este tiempo, que es el misterio de Dios que quiere revelarse a todos. Pero es necesario, queridos hijos, que haya una respuesta sincera de parte de ustedes.
Yo Soy su Santísima Madre María, la que viene, a lo largo de los siglos, a restaurar y a redimir a la humanidad. Yo preparo hace siglos a la humanidad para el Advenimiento de Mi Hijo, que está próximo en este tiempo.
Por eso, observen sus vidas, observen sus acciones y ejemplos, imiten a Cristo en este tiempo, en lo que ustedes pueden dar de verdad y de corazón.
Queridos hijos, ustedes no saben cuán grande y plena es Mi Gracia por ustedes, Mi Amor eterno por cada uno de Mis hijos. Conozco a la humanidad en profundidad, internamente y externamente. Conozco sus intenciones y súplicas.
Pero ahora, Yo los necesito dispuestos a servir un poco más; están en el gran tiempo de darlo todo, de donarse a los Brazos del Padre Eterno y de sentirse amados de verdad, porque a quien está en Dios nada le faltará.
Queridos hijos, vean el ejemplo de la Sagrada Familia que, en humildad y simplicidad, vivió el misterio de Dios.
Yo los invito a ser humildes y simples, queridos hijos, eso les permitirá dar los pasos en el camino de la conversión y de la redención.
Miren primero, queridos hijos, a sus hermanos, a sus necesidades, para que puedan ayudarlos. Este es un ejemplo fiel de caridad. Yo los invito a servir, de corazón y de alma, en el esfuerzo y en el sacrificio permanente.
Queridos hijos, quiero decirles que Dios los ha escogido, como una nación importante para cumplir una Promesa Suya, en la Nueva Humanidad.
Por eso, las semillas están siendo plantadas en sus corazones.
Por eso, necesito, queridos hijos, que sus corazones estén fértiles en la oración y que se abran, a través de la oración, a encontrar el camino de la hermandad y de la paz.
Como su Madre del Cielo, solo les pido cosas simples, tan simples que pocos las cumplen. Por eso, los invito, día y noche, a vivir en el universo de la oración para que puedan percibir el fin de los tiempos, que todos ustedes están cruzando en esta época.
Abran sus ojos y sientan el palpitar de Mi Corazón, sientan en sus vidas Mi Amor Materno y Mi protección, Yo los necesito siempre.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Cada vez que están delante de Mi Presencia, deposito en sus esencias una parte luminosa de Mi Corazón, una molécula de Mi Divina Consciencia.
Mas en esta noche les pido, hijos Míos, que esta Gracia que les entrego a sus vidas, no la guarden solo para para ustedes mismos. Vayan por el mundo, anuncien Mi retorno a la Tierra, Mi Palabra, que una vez más resuena para despertar a los corazones del mundo.
Con esta Luz que hoy enciendo en sus corazones, iluminen el camino de los que hoy viven en la oscuridad. No teman ser ejemplo para aquellos de Mis hijos que hoy no tienen una referencia; porque veo el mundo desde los Cielos y muchos de Mis hijos se pierden en este tiempo por ignorancia, porque no conocen a Dios y porque no sintieron Mi Amor Maternal, como hoy lo pueden sentir.
Hijos Míos, en esta hora les pido que recorran el mundo, expandiendo a todos los corazones esta Luz que hoy les traigo a sus vidas.
El Señor Me pidió que viniera a la Tierra a despertar aún más corazones misioneros, porque este mundo necesita de la caridad, necesita del servicio fraterno entre los hermanos, porque la unidad entre los seres, hijos Míos, se está perdiendo en esta Tierra. No permitan que este atributo primordial, que es la unidad que les irradio a partir de Mi Reino, se pierda en el mundo y, a través del servicio, de la caridad fraterna, cultiven en sus corazones y en el corazón del prójimo la unidad, la hermandad y la fraternidad entre los seres, porque en este tiempo el mundo está carente de estos atributos.
Hijos Míos, no los invito a acciones sociales, los invito a compartir, con amor y verdad, la donación profunda de sus corazones; porque aquel que se dispone a servir y entrega todo de sí, al prójimo, descubrirá una grandiosa Gracia que hasta hoy es desconocida para la mayoría de los corazones del mundo.
Hoy, los impulso a que sigan los pasos de San José, a que auxilien a la humanidad a través de la oración, de la caridad, de la entrega de sus vidas, para que muchos más puedan despertar al servicio, al servicio abnegado y verdadero.
Hijos Míos, sus almas tienen sed de donación, pero es necesario que no teman hacerlo, sino que se arriesguen a experimentar un Amor que desconocen y que despierta en el corazón que sirve.
Cuando se abren a llevar la Presencia de Dios, a través de la caridad, el Señor puede utilizar sus corazones como un puente para la humanidad perdida. Pero necesito que digan sí, que se dispongan a abrir esa puerta, porque la humanidad necesita de corazones despiertos, corazones que en todas las acciones de la vida irradien amor y caridad, que estén siempre dispuestos a suplir la necesidad del prójimo en cualquier momento y en cualquier hora; porque, es de esa forma, hijos Míos, que poco a poco Mi Reino ingresa en la Tierra, que los corazones y las almas se convierten, y la Presencia Divina puede estar entre los seres.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Todos ustedes, queridos hijos, son potenciales hijos consagrados a Mi Inmaculado Corazón y, hace un tiempo atrás, Mi Corazón Inmaculado solicitó la consagración de dos hijas de Argentina que, en el primer momento de sus vidas cuando se encontraron Conmigo y despertaron a Mi llamado, confiaron en Mi Corazón Inmaculado y reconocieron la Presencia de la Madre de Dios en este tiempo, en esta región y también en este país, al cual Yo he visitado con tanto amor y seguiré visitándolo cuantas veces ustedes Me lo permitan.
Recuerden, queridos hijos, calentar sus corazones en Mi Fuego Eterno de devoción. Es necesario que pulse en sus corazones, en la devoción y el servicio, abriendo caminos para los que lo necesitan, redimiendo vidas y curando corazones.
Por eso, llamo, en esta noche de Misericordia y Piedad, a estas hijas para consagrarlas, y a un hijo que también ha respondido a Mi llamado.
Así vean, queridos hijos, como Mi tarea maternal es universal, abraza a los pueblos, a las almas y a las naciones. Mi Misericordia por ustedes es infinita.
Quiero derramar Mi Luz y Mi bendición sobre ustedes.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado siempre estará abierto para acogerlos. Yo acepto todos los tipos de consagración, porque ante Mis ojos misericordiosos y piadosos, y ante el Padre Celestial, todas las almas son iguales.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado en esta noche.
Aguardo con alegría el encuentro con ustedes mañana, cuando Mis Rayos Celestiales y Universales descenderán profundamente sobre el planeta.
Los amo y los bendigo.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Queremos compartir un pequeño relato sobre la Aparición, para que ustedes también puedan comprender cómo fue que María llegó hoy aquí, a Santa Fe.
María hoy llegó como la Reina de la Paz, una mujer joven, hermosa, con un velo blanco en Su cabeza, una túnica rosa y un manto celeste que la envolvía, llevaba un cinturón dorado, anunciando un símbolo para nosotros: el nacimiento de algo nuevo para la humanidad; estaba descalza, Su sonrisa era cristalina y pura, y sustentaba en sus manos un rosario que Ella hacía mover cada vez que conversaba con nosotros.
Ella vino rodeada de ángeles, quienes le abrieron las puertas para que llegara hasta este lugar y compartiera con nosotros Su Maternidad y Su Amor.
Hoy, María dio un Mensaje muy particular para cada uno de nosotros, que ustedes pudieron escuchar a través de Hermana Lucía y de Fray Elías; porque relatábamos cada cosa que la Madre nos decía, no olvidando ningún detalle de lo que ella nos indicaba en ese momento.
Hoy, comprendimos y sentimos que nuestra Madre, necesita de los argentinos un fuego más caliente que brote del corazón, una devoción que permita concretar aquellos Planes que Dios tiene previstos para esta nación.
Hoy, Ella nos dijo que nos utiliza como Sus instrumentos para que ustedes conscientemente puedan despertar y juntos según nuestra Madre podamos ayudarlos a concretar ese Plan que Dios tiene previsto, que es un Plan a través de la oración, de la caridad, del servicio, de estar atentos a las necesidades del prójimo y de ver las necesidades en cada lugar al que vayamos.
En verdad, nuestra Madre espera que surjan de aquí nuevos apóstoles, que puedan nacer a través del corazón, y que puedan sentir esta situación, este Mensaje de María como algo verdadero.
Hoy, simbólicamente, nuestra Madre María estaba movilizando bastante nuestro corazón, nuestro interno, porque Ella necesita de nosotros para que Su Hijo pueda llegar hasta aquí. Ella viene a preparar este lugar, este planeta, para la llegada de Cristo, pero necesita que nosotros acreditemos que Cristo va a volver primero en nuestros corazones, que lo podamos sentir, que lo podamos llamar.
Hoy, nuestra Madre nos mostró su infinita Gracia y Misericordia, como un manantial, como un río de Luz, que llegaba hasta aquí, a este lugar, y que en un cierto punto se detenía, porque nosotros necesitamos abrir las puertas para que esa Gracia descienda, y eso lo vamos a conseguir según nuestra Madre María, cuando nosotros estemos unidos de corazón fraternalmente.
La Madre necesita vernos unidos como grupo, como consciencias y como almas, para que Ella pueda cumplir lo que tiene previsto hacer en esta nación a través de ustedes, y que de alguna forma ustedes también sean mediadores para que otras consciencias, otros hermanos, puedan recibir la Gracia que necesitan.
Hoy, estuvimos delante de un Mensaje muy profundo, y de un último llamado, como Ella nos dijo. Tenemos que tener presente que esta es una oportunidad única para todos y que como dicen aquí en Argentina y en Uruguay, el tren, el último tren está pasando y nosotros precisamos subir a ese tren para no perder ese impulso espiritual que María nos trae desde Cielo.
Ella espera de cada uno de ustedes una respuesta sincera.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Queridos Míos:
Vengo nuevamente al mundo para recordarles la importancia de vivir en la fe del corazón. Quien profese su fe para estos tiempos difíciles y definitivos podrá acudir al auxilio supremo de Dios Padre.
Queridos hijos, hoy vengo a Santa Fe para instaurar Mi Reinado de Fe y de Paz en todas las almas, las que necesitan de misericordia y de perdón en este ciclo. Mi Hijo Amado Me ha enviado con la esperanza de que Yo, suSagrada Madre del Cielo, los haga recapacitar en el Espíritu de la Fe de Dios.
Queridos hijos, en verdad, ¿ustedes conocen el poder de la Fe de Dios? Hoy amorosamente Yo se los diré: aquella alma que confirme su vida en Dios nunca perderá la fe, porque la fe es la llama y el Don predilecto de su Padre Eterno.
Yo necesito que ingresen en el Universo de la Fe de Dios, porque la Fe de Dios permitió la creación de todas las formas de vida y de evolución. La Fe del Padre permitió la existencia del Amor Divino, la Fe de Dios sembró en todas las esencias la promesa de la venida de Cristo. Cristo sembró la Fe de Dios en todas las almas que buscaban el perdón y la paz.
Mis amados hijos, grande e infinita es la Fe del Padre. La Fe es el don perfecto que siempre les permitirá dar los pasos hacia la transformación y hacia la conversión.
Hoy Mi Corazón se ennoblece por la fe que Me han expresado amorosamente todos los queridos hijos de Santa Fe y de Argentina. En respuesta a la carta que Me han enviado todos Mis hijos de Argentina Yo les digo:
“Queridos hijos, una nueva Argentina deberá nacer a través del amor crístico que puedan irradiar sus corazones, y la oración perpetua será el camino que cumplirá la promesa para que Mi Amado Hijo Jesús esté entre ustedes en algún momento de Su esperado retorno. Preparen el camino para Su llegada y eso comenzará en la unión diaria de sus vidas con Su Piadoso y Sacratísimo Corazón Misericordioso”.
Hijos amados de Santa Fe, Mi Luz Maternal y Curadora se derrama hoy sobre ustedes con la esperanza de que nazcan nuevos grupos de oración para que sean espejos de amor y de misericordia en toda la Argentina.
Queridos hijos, vendré a esta nación todas las veces que Dios Me lo permita, pues el Padre tiene un precioso proyecto para ustedes.
¡Por todo lo que le han dado a Dios, Yo les agradezco!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Señora y Reina de la Santísima Fe
Hijos Míos:
Vengo a bendecir, con el Espíritu de Dios, a aquellos de Mis Hijos que me abran el corazón y el alma. Vengo por aquellos que no me conocen, pero que aún así claman interiormente por Mi presencia. Vengo al mundo por los que están perdidos, porque en su búsqueda para saciar la sed del espíritu, se confundieron y bebieron del agua del mundo en lugar del Agua de Vida.
Hoy los Mensajeros de Dios retornan a la Tierra para que Sus voces resuenen en todos los rincones del mundo y hasta el más pequeño y perdido de los seres pueda encontrarse con lo Divino. A pedido del Señor esta Luz Mayor se expande y busca incansable a todos los seres.
Es tiempo de despertar del sueño en que viven. Es tiempo de abrir los ojos, porque, incluso los ciegos podrán ver y los sordos podrán oír, incluso los duros de corazón podrán sentir, cuando el Redentor del mundo se aproxime.
Los que no pudieron reconocerlo en el principio, retornan para reconocerlo en el fin y los que se comprometieron con Él en el principio, también retornan para preparar el camino con flores y frutos, con plegarias y con amor, para que Sus pies puedan llegar al mundo y Sus pasos aparten definitivamente de esta Tierra las impurezas e imperfecciones que impiden a los seres crecer y evolucionar como los impulsa la Voluntad Divina.
Mis amados, permítanse escuchar Mi Voz que resuena en vuestro interior y abran los corazones para que Mi amor pueda ingresar y transformar todo aquello que les impide caminar hacia Mi Hijo.
Quiero ver en cada ser un templo de eterna oración, sacrificio, entrega y amor, porque estas son las llaves que los llevarán a superar los límites impuestos por la materia, para alcanzar la profunda Paz de Mi Reino.
Veo en el mundo esencias cristalinas, nacidas del Corazón de Dios con el propósito de manifestar, no solo para sí, sino para todo el Universo, un amor perfecto y puro, un amor único. Encuentro en cada uno de vuestros seres la posibilidad de una vida superior. ¿Estarán dispuestos a ver el mundo a través de Mis ojos? ¿Estarán dispuestos a encontrar en cada hermano el Cristo Vivo y verlo retornar en la esencia de todos los seres?
Mis amados, el Espíritu Crístico ya llegó al mundo y dejó en cada esencia la semilla del despertar del espíritu. Aquellos que sepan cultivar la Paz en sus corazones, harán brotar y crecer este Cristo en su interior y se fundirán con el Rey de reyes, pues lo reconocerán cuando esté delante de sus ojos.
En este día, quiero que alegren vuestros pequeños corazones y se preparen con amor para recibirme, porque la intensidad de Mi presencia en sus vidas depende solo de la abertura de vuestros corazones.
Yo les agradezco por escuchar Mi voz y responder a Mi Llamado.
Su amada Madre, María, reina de la Paz
Queridos hijos de Venezuela:
Con mucha alegría, llego a su encuentro para fortalecer los corazones de Mis valientes hijos. Hoy, vengo a decirles que aspiro a que confíen en Mi Presencia, ya que, hasta el final de sus vidas y mucho más allá de ellas, por toda la eternidad, ustedes pueden contar con Mi auxilio, pueden contar con Mi Manto que los protege, con Mi Corazón que los ampara siempre.
Hoy, llego al mundo y contemplo con Mi Corazón y con Mi Mirada toda esta nación. El Corazón de Dios, en este tiempo, está flagelado por lo que sucede en el mundo, pero Su Esperanza en la humanidad jamás desaparecerá de Su Santísimo Corazón, porque Dios conoce la perfección de Sus Criaturas. Él sabe del potencial que existe en cada uno de sus seres; de esta raza, que es única en el universo y que guarda un potencial de amar que no existe en ningún otro lugar de este mundo ni de los Reinos Celestiales.
Hijos Míos, hoy les pido que estén atentos a lo que les dijo, porque Mis Palabras disolverán el miedo de sus corazones, les traerán la confianza que necesitan para cruzar el umbral del nuevo tiempo.
Quiero que fortalezcan en sus vidas la fe absoluta en Dios, porque el Señor dejó en este país un ángel que les trae esa fe, porque en los Planes del Padre nada dejará de ser contemplado. Dios ya sabía desde el principio la historia de esta nación, y por eso les trajo desde Su Reino a aquel que los acompañará siempre, que fortalecerá sus corazones y que los elevará caída tras caída.
Hijos Míos, cuando se encuentren sin fe y sin devoción, clamen por aquel que les trae la fe absoluta, esa consciencia angélica que resguarda, a pedido del Señor, a cada alma de esta nación. Hoy, también les digo que jamás se olviden de aquellos que desde el principio tienen la misión de cuidar de sus almas y que, por más que se olviden de ellos, están ahí todo el tiempo.
Hijos Míos, cuenten con los poderes celestiales que les son entregados a través de la oración, porque el mundo aún no descubrió ese poder, las almas no creen en la oración verdadera porque no se arriesgan a conocerla verdaderamente.
Hijos Míos, cuando les pido que se rindan de verdad, que se rindan totalmente, quiero decirles que descubran lo que está oculto en sus almas, que se abran a vivir algo que nunca vivieron hasta el día de hoy, porque Mi Presencia les trae esa posibilidad.
Hoy, Yo estoy aquí entre Mis pequeños hijos para que cada uno de ustedes conozca, aquello de sí mismos que aún no conoce.
Hijos Míos, contemplo sus esencias cristalinas y nada está oculto a Mis Ojos. Conozco cada angustia, cada dolor y cada alegría. Sé de sus dificultades y sé todo lo que alcanzaron hasta este momento. Vengo a que entreguen en Mis Manos todo lo que les impide crecer, madurar en espíritu, y vengo también a entregarles este don divino que deben despertar en este final de los tiempos.
Hijos Míos, el Apocalipsis ya está sucediendo en la Tierra, pero sus corazones no deben temer, muy por el contrario, deben alegrarse plenamente porque estarán más cerca del Reino de Dios.
En este momento, ustedes se están aproximando a un nuevo tiempo, a una nueva vida y a una nueva raza que, a pesar de todo el sufrimiento, surgirá gloriosa y manifestará en la Tierra lo que Dios pesó desde el principio.
Quiero que caminen a través de Mi Corazón, que den un ejemplo de vida en sus familias, en sus hogares, en sus naciones, para que todo el mundo contemple en sus vidas la Presencia de Dios en la Tierra.
Hijos Míos, Aparición tras Aparición, Mi Presencia queda impregnada en sus seres. Imprimo en sus esencias y en sus corazones la Luz de Mi Reino y, aunque no estén presentes físicamente en el lugar de Mis Apariciones, en omnipresencia llego a todos los corazones que Me abren las puertas; porque para Mi Consciencia Divina no existen límites y, de esa misma forma, sus pequeñas consciencias deben aprender a no tener límites en el amor, en la entrega, en la donación del corazón y de la vida, porque esta es la tónica de este tiempo.
Que ustedes puedan despertar al amor verdadero, que puedan amar al prójimo, pero también a sus enemigos; porque ante Dios, hijos Míos, los enemigos no deben existir.
Deben comprender la ignorancia que existe en el corazón del hombre y, a través del amor de sus corazones, disolver esa ignorancia en las criaturas.
Porque en esta tarde les digo que el amor, que está latente en sus corazones, todo lo transforma, todo lo convierte y todo lo renueva. Por eso, deben despertarlo sin demora, deben buscarlo como la única meta de sus vidas y, en confianza, caminar hacia ese despertar.
Porque es este amor, hijos Míos, el que les abrirá la puerta de un nuevo mundo, de un nuevo tiempo, de una nueva vida que hasta hoy desconocen, de un universo que esta oculto y, aunque puedan sentirlo en sus corazones, ninguna de las criaturas de la Tierra lo conoció verdaderamente.
Mis amados, comprendan la Gracia que hoy viven en sus vidas y fortalézcanse en Mi Presencia, pero sepan que Yo estaré con ustedes todos los días, todo el tiempo.
Hoy, vengo directamente a este lugar para que puedan sentir Mi Corazón, para que puedan saber reconocerlo cuando en el silencio se aproxime a ustedes. Porque mucho más allá de que muchos no puedan verme, Yo estoy aquí y estoy a su lado siempre, siempre que Me abren el corazón; siempre y cuando en las dificultades y también en las alegrías, a través de la gratitud de sus almas, Me dicen: "sí, ven Madre, ven a mi encuentro, auxilia a mi corazón".
Por eso, hoy quiero enseñarles que jamás se olviden de Mi Presencia, que vean este camino que les muestro y que los conduce al encuentro con Mi Hijo. Por más que el caos crezca en el mundo, una gran Luz también está por llegar, porque como ya les fue dicho, Mi Hijo retornara cuando más lo necesiten.
Por eso, hoy les pido que no coloquen sus corazones y sus ojos en los acontecimientos de la vida, sino que traigan al corazón esa aspiración ardiente de encontrarse con Mi Hijo, porque Sus Pasos ya se dirigen a la Tierra y aquellos que escuchen con atención podrán escuchar la fuerza de Sus Pasos, podrán sentir el poder de Su Corazón y, aun en un tiempo de justicia, recibir Su infinita Misericordia.
Mis amados, hoy les quiero decir que amo profundamente a cada una de sus almas, así como también amo a cada alma de este mundo, y que ninguna criatura de la Tierra, por más que se encuentre en una gran oscuridad, se ocultará de Mis Ojos.
Mi Luz se irradiará al mundo y tocará todos los rincones de este planeta, llegará a todos los corazones y a todos los Reinos de la Naturaleza. Aquellos que abran los ojos verán Mis Manos que se extienden ante sus vidas y Mi Verbo que les pronuncia: "Ven, alma querida, sigue a Mi Corazón, camina hacia Mi Reino, que tu origen te aguarda, y tu Padre Creador y Celestial aspira con todo Su Santísimo Corazón a que tu regreses a Su Morada".
Les agradezco a todos por haber persistido en responder a Mi llamado y les pido que sean aún más persistentes, sobre todo cuando Yo no esté aquí tan cerca de ustedes; y sepan descubrir, en ese momento, que en verdad, desde donde esté, Mis Ojos jamás dejarán de contemplarlos.
Les agradezco por haber traído esas imágenes que llevarán Mi Presencia, que serán una puerta en sus hogares y en sus vidas para que Yo siempre pueda auxiliarlos. Mas, les digo que hoy Yo abrí en sus corazones esa puerta y, mucho más allá de esas imágenes, dejé Mi Consciencia impresa en cada uno de sus corazones.
Lleven el Amor de Mi Corazón a los que no Me encontraron. Lleven la Paz, que hoy les dejo en sus vidas, a todo este mundo. Den testimonio de Mi Presencia y lleven Mi Amor a todos.
Antes de que Me eleve al Reino de los Cielos, les pido que algunos hijos Míos se aproximen a Mí para que, en nombre de toda esta nación, reciban Mi bendición maternal. Que las Gracias del Espíritu Santo y sus dones celestiales hoy lleguen a sus vidas.
Bajo la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Yo les agradezco. Vayan en paz y bajo las Gracias de Mi Inmaculado Corazón.
Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a hacer un pequeño relato de la Aparición de hoy. En verdad, el relato va a comenzar a partir de la mañana de hoy.
Hoy, recibimos el Mensaje para la Aparición a las 6 de la mañana y cuando nuestra Madre Divina vino, Ella nos dijo que Su Consciencia ya había llegado al planeta en aquella hora y que estaría trabajando en Venezuela hasta el momento de la Aparición.
Y hoy, en la tarde, cuando Ella se fue aproximando a este lugar, en lugar de que las puertas del universo se fueran abriendo, comenzamos a ver Su Consciencia pasando por toda esta ciudad. En verdad, era como si hubiera un camino de luz que recorría todo el país. Y Ella venía del centro de la ciudad. Ella hoy no vino del universo. Cuando la vimos, Ella venía del horizonte como un sol, como dijimos ayer, hasta que llegó aquí y Su silueta de Luz se fue formando.
Nuevamente, vino como la Reina de la Paz y nos transmitió Sus Palabras que todos pudimos escuchar. Y cuando nos llamó para que nos aproximáramos a Ella, una vez más realizó una gran tarea en cada uno de nosotros, y hoy sentimos que fue una tarea un poco más profunda que la de ayer. Ella traía hacia Su Corazón, llevaba a Su Corazón todas nuestras faltas, aquello que nosotros ni conocemos. Ella ingresaba dentro de las consciencias de una forma muy profunda y nosotros podíamos contemplar con Ella el interior de cada uno de ustedes.
Vimos cómo Su energía entraba allí y era como un bálsamo que limpiaba todo. Y, como en ese momento Ella misma nos decía, nosotros no tenemos consciencia de lo que eso significa para la humanidad.
Que Ella lleve Consigo nuestras faltas, todo aquello que sabemos y aquello que no sabemos, es como si aquellos que hoy están aquí se tornaran una hoja en blanco y tuvieran la oportunidad de, a partir de este día, escribir su historia a partir de otro punto. Entonces, cada uno de ustedes sabrá qué historia será escrita.
Como Nuestra Madre Divina nos dijo, confíen en Ella, sepan que Ella esta con ustedes, mucho más allá de que haya Aparición o no; porque cuando la llamamos, siempre nos escuchará. Y, mucho más allá de que haya alguien que la vea o no, Ella está ahí y estará al lado de ustedes, Ella quiere que comprendan esto y que confíen en esto.
Hoy, Ella quiso construir un ejército de paz, quiere contar con cada una de sus consciencias para que lleven ese estandarte de paz a esta nación, aunque sea en el silencio del corazón de cada uno, en las oraciones en sus casas, en sus hogares, en ese trabajo silencioso que toca a los corazones y a las almas de los hermanos que hoy no están aquí y que sufren por la ignorancia de no conocer a Dios.
Por eso, hermanos, queríamos agradecerles mucho a todos ustedes y queríamos dejarles este Mensaje de María. Que sean persistentes, que mantengan encendido ese fuego de Venezuela, esa alegría que ustedes nos irradian a todos nosotros. Queremos agradecerles también a todos los hermanos que nos acompañan, que oraron mucho por nosotros todos estos días y que, con certeza, estas oraciones hicieron un gran trabajo en este país.
Yo Soy la Fuente de la Luz para el mundo, después de Mi Bendito Hijo.
Yo Soy la Estrella incandescente de Belén, que enciende de paz el corazón y de luz y amor a cada alma.
Yo Soy el Escudo Celestial que protege de todos los acechos, a los benditos hijos de Dios.
Yo Soy el Sol del Universo que derrama rayos de conversión y redención.
Yo Soy el Espíritu de la Paz que recorre los continentes para reencender en los corazones el Amor de Dios.
Yo Soy la Sagrada Madre de la Confianza, porque en Mi Corazón Inmaculado tu vida puede reposar y en Mi plenitud santísima hallarás el consuelo que tanto buscas; encontrarás en Mi silencio la cura para tu corazón y la luz que necesitas para disolver tus problemas en paz.
Hoy Me aproximo a tu corazón y a tu vida, para que Me abras la puerta de tu interior y nuevamente, ante el Padre Celestial, confíes tu vida y tu existencia al Sagrado Universo.
Vengo amorosamente a tu encuentro para esta especial Aparición Mensual, porque dos veces Mi Consciencia Maternal descenderá desde los Portales del Cielo, para resolver dificultades mundiales, para elevar al Reino de Cristo a muchas almas que están presas y principalmente, Yo descenderé para transmitir Mi Amor Materno a todos los que Me dijeron sí.
Por eso, Yo Soy la Señora de la Luz, Soy la Mujer revestida por la Luz del Sol Universal, Soy la que anuncia, a través de Sus doce estrellas de oro, un tiempo venidero de paz y de conversión.
Pero antes, como Yo lo he prometido ante Mi Salvador, el Dios Todopoderoso, la Madre y Reina de la Paz recorrerá la mayor cantidad de naciones posibles para despertar a tiempo, a los que duermen en la ilusión y a los que han quedado ciegos de espíritu por las modernidades.
La Luz de Mi Sagrada Espada del Amor cortará las raíces del mal y de la impunidad, el divino poder de Mi Fe iluminará en Luz Suprema el camino de todos los que Me llamen.
Yo Soy la Señora de la Luz Eterna, Soy la Madre de Jesucristo, el Salvador y Redentor. Soy la Estrella que vigilia día y noche los pasos de los autoconvocados. Mi Corazón Poderoso siempre será el alivio para los pecadores. La Gracia de Mi Espíritu será el agua de la Fuente que lavará vuestras manchas.
Les pido, Mis queridos y amados: ¡Ríndanse!, ¡ríndanse!, ¡ríndanse al Amor de Mi Corazón!, no quiero hacerles mal, solo espero que Me acepten como Vuestra Madre; ahora y siempre cumplo con el compromiso eterno de llevarlos al Cielo.
Y a pesar de que la confusión y el caos abracen la vida de muchos, afirmen vuestra fe y no crean en lo que viven; deben creer en la vida del Espíritu Mayor que los acompaña y los protege.
Mis pies pisarán la cabeza de la astuta serpiente y Mi mirada celestial guiará los pasos de los servidores. Un nuevo tiempo brillará en el interior de Mis hijos y el Perdón Supremo será la cura para todos los males.
Cuando llegue el tiempo de Paz, los soldados alzarán las banderas de la Misericordia y en el amor el Todopoderoso escuchará vuestro llamado y rendición.
Estoy entre los más simples y mansos, Mi Santa Luz Universal viene al auxilio de todos.
Confíen en lo que les digo, Yo los amo y los contemplo en sagrada devoción.
¡Gracias Venezuela por abrirme la puerta para la liberación!
¡Paz y Misericordia para todos!
María, Señora de la Luz
Hijos Míos:
Llego al mundo en este tiempo, para que aquellos que claman por Misericordia puedan recibir de la Fuente Divina este manantial de Vida.
Hoy les digo que siempre habrá, en la oscuridad, una posibilidad de encontrar la Luz, porque sus pequeños corazones encierran en sí mismos un precioso tesoro, que es el Amor que les trae la posibilidad de abrir las puertas de los Cielos y de llegar hasta los Pies del Creador.
Mis pequeños, hoy Yo soy la mediadora entre vuestros corazones y Dios; mas deberá llegar el momento en que todos ustedes sean mediadores entre los universos y Dios. Vengo hoy a enseñarles, paso a paso, a abrir sus corazones y a mostrarles el camino para el despertar, pero deberá llegar la hora en que sus seres maduren y no necesiten más mediadores para encontrar a Dios, y sí que sean los mediadores e intercesores, que delante de Dios rogarán por todos aquellos que no supieron encontrarlo.
Esta misión va más allá de esta vida. Yo los preparo para algo mayor que la vida en este mundo. Los preparo para ser mediadores e intercesores en el universo, para cuando encuentren a todos aquellos que se perdieron del camino del Padre y padecen en la oscuridad.
Hijos Míos, vengo a pedido del Señor, a preparar el camino de Mi Hijo; Él, que les enseñará definitivamente a seguir Sus pasos; Él, que les abrirá los ojos y el corazón para la eternidad y que se tornará semejante a Él, aquel que le diga sí, sin temor y sin condiciones.
Hoy les digo que, por este motivo, viven pruebas tan duras,en este final de los tiempos para que delante de tan grandes dificultades puedan rendirse a Dios y clamar tan fuertemente por Su Presencia, despertando así el potencial de Amor que está dormido en vuestros corazones.
No teman a los tiempos que llegarán, solo ábranse para vivirlos y con plenitud sientan el clamor que nace en vuestros corazones y abre una a una las puertas del Cielo.
Sientan, clamen, pidan, rueguen por la Misericordia Divina, ríndanse a Dios que todo lo sabe y los conoce como ninguno de ustedes se conoce a sí mismo y aún así ama cada detalle de vuestros seres.
Mis amados, confíen en los Planes de Dios y permitan que Él despierte en esta raza, que es perfecta, el potencial escondido en el interior de cada ser. Digan sí a Dios cada día y a través del ejemplo de donación y entrega, den al mundo el testimonio de su fe y muestren a los que están perdidos, el camino por el cual deben seguir.
Yo los acompaño y los acompañaré siempre y aunque Mis labios un día estén en silencio, Mi corazón jamás cesará de pronunciar plegarias fervorosas a Dios, para que hasta el último de Mis hijos alcance la Redención y cumpla con el Propósito perfecto del Creador.
Yo los amo y los amaré siempre.
Su amada Madre y compañera,
María, Reina de la Paz y de vuestras vidas
Hijos Míos:
En este día, un sol radiante cruzó el mundo, iluminó las vidas y los corazones, retiró las almas de la oscuridad y reposó sobre Venezuela. Este Sol que arde en Fuego Divino y proviene del Espíritu Santo, llega para encender los corazones de los Hijos de Dios, que se apagan por el miedo y por la falta de Fe y Esperanza.
Este Sol, vino a demostrar que, al que pide, siempre le será dado y al que llama con fervor a las puertas del Cielo y clama por el auxilio de Dios, Él siempre le enviará Su ayuda, escuchando con Amor las plegarias de Sus Hijos.
Mis amados: quiero invitarlos a la persistencia en el Espíritu de la Pacificación, porque aquel que busca la Paz y la vive, la irradia a sus hermanos y trae al mundo la posibilidad de que otros descubran el Poder de la Paz y puedan vivirla.
Confirmen día a día la unión Conmigo, pues Mi Corazón vigila día y noche este mundo, siempre atento a un llamado sincero, a una plegaria plena de fe.
Hijos Míos, son tiempos de caos en todo el mundo. Está permitido por Dios que la humanidad aprenda a través de las consecuencias de sus propios actos. Mas hoy les digo, que este aprendizaje no es para todos, porque existe la posibilidad de aprender a través del Amor y de la Paz; solo necesitan caminar hacia esta meta y en sus vidas sembrar acciones que generen frutos dignos para una vida de Paz.
La Paz se alcanza a través de la unión con Dios, porque si están unidos a Él, pueden comprender Sus Planes; si están unidos a Dios, pueden encontrar Su Voluntad en todos los acontecimientos de la vida y en todo, encontrarán la oferta perfecta para realizar al Señor, por todos aquellos que viven en el mundo y sufren aún más, pues sufren en la ignorancia y en la falta de Dios.
Mis amados, para encontrar el camino de Cristo, descubran la semejanza que hay entre sus vidas y la vida del Señor y pidan con fervor, que Él los ayude a descubrir esta unidad entre el calvario de Cristo y el calvario que vive el mundo entero.
Deben, en este tiempo en que el caos está creciendo, aprender a trascender los límites de los acontecimientos de la vida y, como les enseñó Mi Hijo, “estar en el mundo, sin ser del mundo”. Sepan que toda vivencia trae un aprendizaje y todo aprendizaje trae un fortalecimiento y una madurez interior.
Un soldado aprenderá a ser soldado, batalla tras batalla, y un soldado de Cristo, aprenderá a fundirse con Cristo, cuando batalla tras batalla, se venza a sí mismo y a sus enemigos, amándolos.
Mis queridos, son tiempos de descubrir el Amor y encontrarlo en todo, porque todas las dificultades de la vida les traen la oportunidad de Amar. Como Mi Hijo, abracen esta cruz que les está siendo entregada como humanidad y sepan, que también en la época de Cristo muchos cargaron una cruz, mas pocos supieron amarla y encontrar en ella la liberación del mundo.
¿Quien se ofrecerá para renovar el sacrificio de Cristo?
¿Quien encontrara en el dolor, la voluntad de aliviar el dolor del prójimo?
¿Quien sabrá olvidarse de sí mismo para amar verdaderamente a sus enemigos?
¿Quien será el sol del nuevo tiempo, que retirará de la oscuridad a los que no supieron encontrar la Luz?
¿Quién me acompañará hasta el final, proclamará la Paz y vivirá la Esperanza en un mundo que se autodestruye?
¿Quién traerá Mi Reino para la Tierra?
¿Quién se autoconvocará?
Estas son las preguntas que sus corazones deben saber responder en este tiempo. Y a todos los que digan sí, Yo les digo, que siempre estaré con ustedes y siempre los acompañaré.
Solo oren, oren mucho y vivan la Paz en sus corazones.
Este es Mi último llamado: Paz.
Yo los amo y los bendigo siempre.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos de Venezuela y el mundo:
En este día, Yo llego al mundo bajo los poderes celestiales de Dios, para liberar el mal que está siendo causado en el corazón de muchos de Mis hijos.
Como Madre y Señora de Coromoto, deseo que todos los hogares de Venezuela se consagren todos los días al Poder Protector de Mi Inmaculado Corazón.
Ahora, para este ciclo crítico y desafiante que muchos inocentes están enfrentando, Yo los llamo a rezar el Rosario por la Paz y por la Redención. En este día traigo este especial pedido de oración, como una vez Yo lo hice en Fátima, Portugal. Un pedido que fue cumplido por los tres simples pastores de Aljustrel, quienes por su entrega y amor a Mi Inmaculado Corazón, desarmaron a través de la oración, la guerra que en aquella época se desató sobre el mundo.
Pero mientras el sentimiento de opresión ahora se difunde como veneno en el corazón de los hombres, Yo les pido y les digo, que llegó el momento de rogar y pedir al Cielo por Misericordia.
Mis pasos de Luz se dirigen hacia Venezuela para ayudar, serenar y pacificar a los corazones que más necesitan.
En verdad, queridos hijos Míos, ustedes ya están enfrentando una de las tantas consecuencias del final de un tiempo.
Mi Corazón Inmaculado promete socorrerlos en todo momento; en esta hora difícil, Yo estoy con ustedes y he enviado en misión a Mis hijos de Asociación María, para que pudieran sentir bien cerca de ustedes, Mi Sagrada y Maternal Protección Santísima.
Queridos hijos, es en los momentos de pruebas difíciles, en donde ustedes deben mirar con fervor a Cristo y pedir al Padre Celestial por Su Piedad y Misericordia.
Ustedes, como hijos de Dios, son los primeros que están enfrentando las grandes pruebas que vivirán algunas naciones; pero si se unen a Mí y contemplan Mi Consciencia por un instante, Mi Inmaculado Corazón triunfará en vuestras vidas y nada ni nadie quitará Mi Amor Materno de vuestros corazones, porque Mi Amor de Madre por ustedes es eterno y perpetuo.
Queridos niños Míos, ofrezcan al Padre Celestial el ayuno por la paz y recen mucho, para que Yo, Vuestra Madre Celestial, pueda interceder por los inocentes y por las familias.
Derramo Mis bendiciones sobre todos los orantes de la Red-Luz y les pido a todos que recen la Poderosa Novena a la Madre del Perpetuo Socorro, para que Mi Consciencia Divina interceda por todos los hijos de la amada nación de Venezuela.
Agradezco desde ahora y siempre a todos los hijos de Venezuela por la respuesta que han dado a Mi llamado.
¡Que en tiempos sin paz, estemos en Paz y busquemos la Paz de Dios!.
Les agradece, los bendice y los protege con el Inmaculado Amor Materno,
Vuestra Madre María, la Suprema Señora de Coromoto
Hermana Lucía de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de María, vamos a rezar la oración "Ave Luminosa" y vamos a acompañarla en Su vuelo por toda esta ciudad y por toda esta nación, permitiendo que Su Luz se expanda por este lugar.
Oración: Ave Luminosa.
María nos pide que oremos con más fervor. Aquellos que podamos, vamos a orar de rodillas.
Hijos Míos:
Quiero construir en sus corazones la fortaleza en la que habitará Mi Hijo. Quiero que sus almas sean fuentes de Luz en este mundo y que, a través de cada uno de ustedes, la Luz que existe en Mi Reino pueda llegar a la Tierra.
En este tiempo, ustedes están aprendiendo a ser pacificadores, están fortaleciendo sus corazones y sus espíritus para un tiempo que llegará, tiempo en el que sus consciencias serán como reflectores de Luz en medio de la oscuridad que existirá en el mundo. Pero hoy les digo que jamás teman, porque Mi Corazón siempre estará a su lado y, siempre que clamen, Mi Paz llegará a sus vidas.
Quiero construir, en cada uno de ustedes, los apóstoles del nuevo tiempo, que llevarán la Palabra de Vida, que darán testimonio de la Presencia de Cristo en el mundo cuando Sus Pies toquen nuevamente la Tierra.
Hijos Míos, muchos no creerán en la Presencia de los Mensajeros de Dios; pero, a través del ejemplo de sus corazones, convertirán a las vidas, despertarán a las almas y traerán la paz al mundo.
Quiero que sepan que una Estrella de Mi Corazón es depositada hoy en sus esencias para que se sientan bajo Mi Manto, bajo Mi Protección Celestial, y así se fortalezcan para que puedan fortalecer a otros que no conocen la Luz, que no descubrieron el perdón y la paz.
Por eso, les pido que oren, que profundicen en Mi Presencia y que preparen un camino de Luz para Mi llegada mañana; porque si Me dicen sí, Mi Consciencia podrá actuar plenamente en este país y Mi Paz podrá instaurarse en este mundo, poco a poco.
Necesito la rendición total de sus corazones, porque los pocos que pueden decirle sí a Dios deben decirlo con todas sus fuerzas, con todo su ser y con todo su corazón. De esa forma, será posible que Mi Presencia llegue al mundo, una y otra vez, y que Mi Paz invada a los espíritus y a los corazones.
En este día, Mi Corazón les sonríe, para que su fortaleza sea construida a través de la alegría. Que jamás pierdan la alegría de sus corazones. Si en algún momento de sus vidas se encuentran con tristeza, recuerden que en esta tarde la Reina del Cielo y de la Tierra les irradia una sonrisa para que recuerden eternamente que la alegría siempre debe prevalecer, porque la alegría es un don de sus almas, es un don de esta nación que debe convertirse plenamente a Dios.
Les agradezco siempre por orar Conmigo. Llevo en Mis Manos sus súplicas e intercederé ante Dios por sus almas y por esta amada nación.
Les agradezco.
Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a darles un pequeño relato de la Aparición de hoy, a pedido de la Virgen María.
La Presencia de María ya llegaba hasta nosotros a partir de las últimas cuentas de nuestra oración. Ella, como una bola de fuego, como un Sol, recorría toda la ciudad.
Y cuando nos arrodillamos, cuando los portales se abrieron hasta este lugar, fue como si varios Cielos, a partir del Universo, comenzaran a abrirse. Primero descendieron los ángeles, muchas huestes de Luz que cantaban como coros infinitos; no daba para contar la cantidad de ángeles.
Y, en ese momento, ellos nos indicaron que nos aproximáramos al lugar donde María iba a aparecer. Ella llegó hasta nosotros como este Sol, hasta que en cierto momento se fue diseñando Su Silueta de Luz y entonces pudimos verla con todos los detalles.
Ella vino como la Reina de la Paz, pero hoy, de un modo diferente. Ella traía en Su Pecho una estrella dorada de seis puntas y en el centro de la estrella estaba Su Inmaculado Corazón. Esa estrella pulsaba e irradiaba Luz sobre todos nosotros.
Y, en el momento en el que Ella nos pidió que rezáramos la oración "Ave Luminosa", fue como si de alguna forma Su Consciencia se multiplicara y, en omnipresencia, Ella llegaba a muchos lugares de Venezuela. Podíamos verla como muchas Siluetas de Luz y al mismo tiempo que estaba aquí, con nosotros, llegaba hasta esos lugares.
Y cuando Ella nos dijo que una estrella de Su Corazón se depositaba en nuestra esencia, de esa estrella de seis puntas salían estrellas de seis puntas muy pequeñas que entraban en nuestras esencias. Y fue interesante porque, cuando entraban en nuestras esencias, traspasaban nuestro corazón e iban llegando a personas que estaban ligadas a nosotros.
Podíamos ver eso en otros planos. Es un poco difícil de explicar, pero era como si detrás de cada uno de nosotros hubiera muchas personas, una fila enorme, y esa estrella iba pasando de corazón a corazón, iba llegando a una infinidad de personas de nuestras familias y cercanas que están relacionados con nosotros de alguna forma.
Después, mientras los hermanos del coral entonaban la canción del Espíritu Santo, Ella volvió a convertirse en un Sol, que fue creciendo hasta abarcarnos a todos. Dejó Su Presencia impresa en las imágenes que trajimos hoy y después se elevó a los Cielos, agradeciéndonos a todos.
Y una cosa que recordé fue que al comienzo de la Aparición, parecía que Ella iba a permanecer silenciosa, pero nos dio algunas instrucciones y después nos habló a todos los presentes:
"Queridos hijos, están cursando una escuela de pacificación y de fortalecimiento. Cuenten Conmigo para descubrir esa escuela y para descubrir Mi Presencia en las dificultades de la vida".
Y así, Ella nos invitaba a fortalecernos, sobre todo los hermanos de Venezuela, ante las situaciones que vivimos, y a sentir que cada acontecimiento de nuestra vida nos invita a un aprendizaje diferente, del que nos podemos valer para madurar, para crecer en espíritu y en consciencia.
Muchas gracias a todos.
Mis pequeños hijos de Manaos y del mundo entero:
Como Sierva Fiel de Dios, vengo al mundo para encender en los corazones la llama de la Devoción, del Amor y de la Paz, que día a día se apaga en las criaturas de la Tierra.
Vengo a pedido del Señor, para despertar del sueño a aquellos que duermen y que no cumplen con la misión para la cual están en este mundo.
Hijos Míos, hoy les digo, que para cada criatura de la Tierra, Dios tiene un plan perfecto. Cada criatura tiene un aprendizaje que realizar y una misión que cumplir. Y con el cumplimiento de la misión de cada ser se construye el Plan de Dios para esta Tierra; solo así se manifestará el mundo nuevo diseñado por el Señor.
Mis amados, hoy también les digo que este mundo que construyó la humanidad rompió, a lo largo de los siglos, la unión que existía en el principio entre las criaturas y su Creador. Cada día los corazones se ven más alejados del Divino y se sumergen en la ilusión sin fin, en la prisión material que construyeron para sí mismos.
Hoy, vengo al mundo trayendo en Mis brazos la Esperanza y en Mi vientre, una nueva raza. Raza que debe surgir del renacimiento de las almas que viven sobre la Tierra, las que deben renovarse y redimirse ante Dios, para que, a través de Su Santo Espíritu, puedan nacer para una nueva vida. Una vida que sea a imagen y semejanza de la vida Divina.
Mis amados, les pido que no teman escuchar Mis palabras. No teman seguir Mis pasos de peregrina, pues en este tiempo Mi voz resuena en el mundo entero, buscando el despertar de las almas. No descansaré hasta que el último de Mis hijos haya escuchado Mi voz. No podré caminar con vuestros pies sino quieren seguirme; pero a todos les mostraré el camino y les haré el ofrecimiento, para que tengan la oportunidad de reconocer este despertar y elegir por donde seguir.
Mis amados, no hay misterios en Mi presencia. Aquellos que abren el corazón, me sienten y así puedo disipar las dudas de su interior. Aquellos que Me abren el camino, Me verán actuar en sus vidas y en sus hogares. Aquellos que me permitan, verán en cada uno el milagro de Mi conversión. Aquellos que oren Conmigo, verán en el mundo el Poder de Mi intercesión.
Hijos Míos, nos les exigiré nada, les ofreceré todo. Les entregaré el sacrificio, pero también la paz y la fortaleza que los llevará a superar todas las pruebas que se les presenten. Les mostraré el camino para el olvido de sí. Los colmaré de Gracia Infinita, Gracia que nace de la donación al prójimo, Gracia que nace en el servicio y en el júbilo que significa para los corazones el encuentro con Cristo en los más necesitados.
Sientan hoy Mi Amor en vuestros espíritus, Mi manto sobre vuestros seres, Mi amparo, Mi auxilio y, sobre todo Mi Paz. Pues para eso llego al mundo, para estar con Mis hijos y ayudarlos a cruzar el umbral de un nuevo tiempo.
Los amo y los bendigo hoy y siempre.
Su amada Madre, María, Reina de la Paz
En esta madrugada del 16 de febrero Yo vengo del Cielo para que, ante Mi presencia, vuestros corazones sean curados y redimidos bajo el Amor de Dios.
Quiero en esta noche mostrar al mundo que una de las estrellas del universo, la más humilde y soberana, desciende del firmamento para que, a través de la Divina Palabra y del Amor Eterno Ella ilumine los caminos de los que dicen sí a Dios y de los que lo niegan y rechazan.
Mi Sagrado e Inmaculado Corazón se hace presente, en la ciudad amada de Manaos, para verter Gracias especiales sobre los corazones que buscan el alivio y la cura de sus profundas heridas internas.
La Soberana Reina de la Paz se acerca a los más simples y humildes, para demostrar a todos Su Amor y Gratitud por la respuesta dada para este importante llamado.
Y a pesar de que dos de Mis mensajeros en la Tierra, madre Shimani y fray Elías, hoy no estén presentes entre ustedes para que hagan resonar Mi dulce Voz en los cuatro puntos de la Tierra, la siempre Virgen María, la Soberana Estrella de la Paz, bajo el poder que Dios le concedió traerá hacia este lugar ambos corazones para que ustedes sientan que Mi Obra se cumple en omnipresencia y oración.
La Soberana Reina de la Paz quiere pedirles oración por los videntes y por todos los buenos cristianos que siguen en el mundo entero Mi Obra en América. Pero lo más importante es que Mi Hijo Jesús me ha pedido en el Cielo que vuelva a Amazonia como Yo vengo haciéndolo, en forma continua a través de la Sagrada Faz de la Señora del Rosario y de la Paz, para otros hijos Míos de esta preciosa región.
Quiero que a vuestras consciencias se pueda unir Mi grandeza y amor por todos, principalmente en la devoción de todos ustedes por los sabios misterios de Dios; así quiero que conozcan que Mi Sagrado Corazón Materno aparece en Gloria para diferentes hijos Míos.
Queridos hijos Míos de Manaos, el Señor se alegra en Su Misericordia y Piedad por vuestra apertura interior, por esto quiero que aquellos hijos que nunca me conocieron, me puedan conocer.
Durante una de Mis últimas Apariciones al vidente fray Elías, Yo le pedí que en el día de la Aparición en Manaos hubiera en el altar, que honra a Mi Sagrada Consciencia Maternal, una imagen de la Señora de Guadalupe. Quiero y deseo dejar a través de esto el mensaje guadalupeño de unión entre las razas y los corazones, como lo fue en el pasado a través de Juan Diego.
La Divina Consciencia Indígena deberá ser rescatada, por eso este encuentro de hoy Conmigo tiene el motivo espiritual y divino de impulsarlos a vivir la oración del corazón por todos los hermanos de los pueblos originarios, que también en este tiempo necesitarán del Amor y de la Misericordia de Dios.
A todos los orantes y no orantes, Yo los llamo a rezar con el corazón el Sagrado Devocionario al Corazón de Jesús por la Consciencia Indígena para que, en tiempos finales, los planes de Dios se cumplan sobre estas preciosas consciencias indígenas.
Queridos hijos, la Virgen de Guadalupe es la presencia femenina y maternal capaz de proteger y auxiliar los caminos de los pueblos sagrados. Mi Corazón desea también que los pueblos originarios se consagren a Mi Inmaculado Corazón, así muchas situaciones serán evitadas y Jesús establecerá Su Reino sobre todos.
¡Agradezco ahora y siempre a los grupos de oración del nordeste de Brasil por haber respondido a Mi llamado!
Los ama siempre,
Vuestra Madre María, Soberana Reina y Estrella de la Paz
Un tiempo de Gracias para todos
Queridos hijos Míos: Hoy los uno a todos en Mi Inmaculado Corazón y desde el Cielo envío, a través de los ángeles, la ayuda espiritual que cada alma necesita.
Pero cuando Mi Corazón Materno les pide rezar con el corazón, es para que vuestras vidas se conviertan en portadoras de Paz y de Misericordia y especialmente vuestras divinas esencias se vuelvan preciosas mediadoras ante el Padre Celestial.
Todos, para este tiempo de crisis espiritual, humana y mundial, tienen la divina oportunidad de ser perdonados a través de la acción espiritual de la Divina Misericordia de Jesús.
Ustedes, a pesar de todo, en esta era y siglo están en Mi Tiempo de Gracia, ustedes están bajo e Mis rayos misericordiosos cada vez que Yo me encuentro con vuestros corazones, durante las Apariciones de Mi Santísima Faz de la Paz.
Mediten por un momento, queridos Míos, cuantos problemas, perturbaciones y conflictos internos y planetarios se resuelven cuando la Reina y siempre Virgen María desciende del Universo Celestial, para desatar los nudos que los amarran al error y al pecado.
Mi Estado de Gracia, el que derramo sobre ustedes, es sublime y divino, por eso, a lo largo de los siglos, Yo entrego esa Gracia a toda la humanidad a través de la Gracia que Dios Amado derramó sobre Mí en la Anunciación del Arcángel Gabriel.
En Guadalupe, Mi Gracia Maternal evitó que desaparecieran los dones de la simplicidad y del amor que fueron vividos por la Consciencia Indígena.
En Fátima, Mi Inmaculado Corazón de Gracia, evitó que el mundo humano y la vida divina desaparecieran en toda la Tierra.
En Lourdes, Mi Gracia Divina restauró al mundo de los graves pecados que fueron cometidos, llamando a las almas para la confesión y el perdón.
En Medjugorje, Yo evité el desarrollo masivo de una tercera guerra mundial, la que comenzó por la división de las repúblicas de ese lugar; todo fue evitado por medio de la Gracia de Mi Paz.
Hijos amados, hoy les revelo que si ustedes, como hermanos fraternos, como hermanos del camino espiritual, hermanos del camino de Cristo, se unen en oración por alguna causa o por alguna necesitada alma que está a punto de perderse, Mi Gracia Suprema concederá espiritualmente la salvación de esa situación o de esa consciencia y eso será posible por vuestra mediación ante Mi Corazón y el Corazón del Padre Celestial.
El mundo podría estar mejor y no sería necesario que sufriera; ahora Yo les muestro como Madre el Camino de la Paz, el que los llevará a encontrar Mi Gracia.
Que el Santo Espíritu de Dios bendiga ahora y siempre vuestros caminos.
¡Agradezco la atención de todos para este importante llamado de Misericordia!
María, Madre y Reina de la Paz
Hijos Míos:
Conságrense en amor a Mi Reino y a Mi Propósito de Redención y, a través de la oración permanente, traigan al mundo la Paz que necesita.
Veo al mundo desde Mi Reino y siento en Mi Inmaculado Corazón todo el dolor y el sufrimiento en el que viven Mis hijos sobre la Tierra; mas hoy les digo, que el mayor pesar de Mi Corazón y del Corazón Sacratísimo de Dios, es contemplar la ignorancia en la cual viven las criaturas en la Tierra.
Por eso, llego al mundo, para sacarlo de la oscuridad que no le permite ver los Poderes Celestiales y cuán simple sería cambiar el curso de sus vidas y de la vida planetaria.
Hijos Míos, llego al mundo para enseñarles el Poder de lo invisible, el Poder grandioso del amor que guardan en sus esencias. Descubran por sí solos el Poder de este amor, que se fortalece a medida que se ama sin condiciones y sin medida.
El amor en sus corazones debe ocupar el espacio del odio, de la ira, de la amargura, de la competencia, de la envidia y de los juicios. Permitan que este amor, que proviene de Mi Reino, ingrese en sus vidas y poco a poco transforme los conflictos en los que viven vuestros corazones.
El mundo adolece por falta de amor, las familias se pierden por falta de amor, las naciones se destruyen por falta de amor. Deben descubrir el Poder de este amor que nace en el corazón que ora, que clama a Dios por Misericordia, que recibe de Dios el Perdón y entonces aprende cuán grande ignorancia es no perdonar.
Hijos Míos, hoy les pregunto: ¿quiénes son ustedes para no perdonar, si Aquel que es Dios perdona hasta el más grande de los pecadores?
Mis amados, les pido que aprendan con las señales del Cielo y en la simplicidad del corazón oren con verdad, con pureza de intención. Oren por los hombres, por los reinos de la naturaleza, por las naciones, por el planeta.
Caminen en dirección a este camino de conversión, que no es nada más que la conversión de los actos de la vida, la conversión de la falta de amor y de perdón, la conversión de la falta de servicio y de donación, la conversión de la falta de paz y de unión con Dios. Esta es la conversión a la cual los invito en este tiempo.
No vengo para llamarlos a una nueva religión, vengo a conducirlos para una nueva vida. Pues ya no son tiempos de entregar lo que les sobra para Dios y acordarse del Divino cuando ya no tiene otra cosa en que pensar.
Mis amados, son tiempos de definición y Dios aguarda la respuesta de Sus Hijos, aquellos que con amor le entregarán todo de sí y en oración rescatarán las almas que caen constantemente en los abismos del mundo.
Oren con alegría, oren con fervor, oren por la Paz y por la Redención, por las familias, por los niños, por los que nacen y por los que mueren. Oren por los que no conocen a Dios y pidan para que muchos reciban del Padre lo que sus almas, sin percibir, reciben en el día de hoy.
Les agradezco eternamente por acompañar Mis pasos de peregrina y por abrirme las puertas de vuestros corazones.
María, Madre y Reina de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos y amados hijos de Goiânia, en Mis manos traigo al mundo, porque es un mundo que sufre y que se desespera. En Mi Corazón traigo a sus corazones, porque como Reina de la Paz y Madre del Universo he escuchado sus súplicas y vengo en respuesta a su llamado.
Queridos hijos, que, en un tiempo sin paz, haya paz en sus corazones. Busquen el Reino de Mi Paz a través de la oración, así sus familias y allegados serán ayudados.
Dios quiere que en el mundo se amplíe la devoción a Mi Inmaculado Corazón, y Mi Faz de la Paz se presenta ante ustedes para que sus corazones reconozcan la tarea tan importante del fin de los tiempos.
Por eso, Mi Hijo Me envía al mundo para avisarles y anunciarles que es hora de orar con el corazón. Así, muchas cosas podrán curarse pronto, porque sus esencias se abrirán a lo nuevo, a la Fuente Mayor que proviene del Padre Altísimo, lugar del cual Yo vengo en este día para anunciarles a todos Mis hijos que es posible redimir la vida y el corazón.
Abran sus brazos, queridos hijos, para recibir Mi abrazo maternal. Muchos de Mis hijos necesitan en estos tiempos conocer nuevas cosas que provienen del Cielo y del Universo, que ayudarán en la transición de esta humanidad para que muchos hijos Míos dejen de sufrir, dejen de padecer el dolor y encuentren a Cristo en esta hora.
Mi Hijo Me envía para anunciarles que Él está retornando, por eso, deberán prepararse con prontitud. Es necesario, queridos hijos, que sus hogares sean templos de oración, así el enemigo no los hará temer, porque Mi Inmaculado Corazón reinará en sus familias.
El Cielo Me envía, queridos hijos, a preparar la Nueva Raza para el Retorno de Cristo, que está muy próximo. Mientras tanto, amados hijos, oren con el corazón, confiesen a Dios sus faltas, que Él los escuchará.
Es necesario, queridos hijos, abrir el corazón al perdón, mientras el mundo vive muchas pruebas y desafíos. Dios está buscando corazones humildes dispuestos, para que puedan ser los nuevos apóstoles de la oración y preparar el Reino de Dios en la Tierra, aquel que vendrá con Mi Hijo en Gloria y en el gozo de todos los ángeles y arcángeles. Es necesario que ingresen a Mi Reino todos los días.
Como Madre procuro siempre que puedan volver a Mi Hijo, que es muy olvidado en estos tiempos, pocos buscan la Eucaristía, la Comunión eterna con Su Corazón.
Por eso, en esta noche, Yo los invito a renovarse en los Sacramentos, así prepararán sus almas para ese camino que Cristo quiere recorrer en sus vidas, guiarlos, ampararlos y protegerlos, para que cumplan la misión final, hijos amados, que es alcanzar el Paraíso, el Paraíso de Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hijos Míos, muchos no comprenden el poder de la oración ni tampoco saben de la grandeza de vivir el acto de orar; y, hoy, les digo que el mundo nació del Verbo Divino y la Nueva Tierra debe ser preparada a través del verbo puro de sus criaturas.
Hijos Míos, el Verbo Divino creó a este planeta muy perfecto y se los entregó; creó a cada una de sus consciencias para que pudieran glorificar a Dios. Cada uno de sus corazones recibió un Atributo Divino que es perfecto y que está guardado en sus esencias. Es a través de este atributo, hijos Míos, que se llama Amor, que deben crear un mundo nuevo, poco a poco, a través de sus acciones, de sus pensamientos, de sus sentimientos y de la oración constante que deben pronunciar todo el tiempo.
Hijos Míos, hoy les quiero enseñar a vivir una nueva vida en esta Tierra, a olvidar para siempre los errores del pasado, porque hoy tienen la oportunidad de renacer ante Dios. Por eso, vengo al mundo a renovar a todas las criaturas de la Tierra. Por eso, les pido que Mi Verbo llegue a cada espacio de este mundo, para que todas las consciencias, que aquí habitan, reciban la oportunidad del perdón, del perdón absoluto de todas sus faltas para que puedan renacer en espíritu para reconstruir este mundo.
Hijos Míos, descubran el poder del verbo orante, que primero crea en lo invisible y, poco a poco, manifiesta en la materia la Voluntad de Dios. Solo conocerá este poder aquel que actúe y comience a orar con fervor, aquel que se atreva a colocarse en oración por sobre todas las cosas de la vida, no importándole lo que los otros piensen, pero sí sabiendo que un ejemplo puro y verdadero convierte a todas las vidas, convierte a todos aquellos que están alrededor de ustedes.
Hoy, los llamo a que den ejemplo de virtud y de caridad, de servicio, de amor y de paz, paz que tanto falta en el mundo y que pocos conocen.
Hijos Míos, si hoy tienen la oportunidad de estar ante Mi Inmaculado Corazón, abran sus esencias para que Mi Amor pueda depositar en ellas este pequeño pedazo de Mi Reino, que debe ser entregado a sus corazones para que puedan multiplicarlo y transformarlo en esta Nueva Tierra, que debe nacer semejante al Paraíso de Dios.
Hijos Míos, todo es posible para los que le dicen sí a Dios. Solo necesito que sean valientes, que tengan coraje para abandonarse a sí mismos, a lo que hasta hoy conocen de ustedes, para que vean nacer un hombre nuevo, pleno de una pureza que desconocen, irradiando una verdad que nunca vieron en este mundo y que está latente en el corazón humano.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mientras que la mayoría de la humanidad necesita cura y bendiciones, el Rayo Poderoso del Amor de Dios, que traspasa Mi Corazón Inmaculado, se derrama sobre sus vidas, familias y seres queridos.
Necesito, queridos hijos, que ingresen bajo Mi Manto, para que Mis pasos de Peregrina los puedan guiar.
A lo largo de los siglos, he dicho solo: oración, oración y más oración para convertir al mundo.
Preparen sus corazones para el tiempo definitivo. Mi Gracia llega a ustedes, Mi Maternidad los acoge y reúne a los rebaños de Mi Hijo para encaminarlos hacia la Luz Eterna, la Luz del Padre Celestial.
Agradezco estos presentes sagrados que han traído a Mi Altar, los bendigo con Amor y con Maternidad y, como ya lo he dicho, nuevamente los bendigo para que sean un símbolo, una referencia de paz y de luz para todos.
Sepan, queridos hijos Míos, que la unión de sus corazones con el Mío será la verdadera unidad entre el Cielo y la Tierra, entre las criaturas y Dios, por medio de Mi Corazón Inmaculado.
Glorifiquen a Dios, Él está muy cansado de ver tanto mal en el mundo, Él necesita derramar la inmensidad de Su Misericordia sobre ustedes. Para eso, queridos hijos, abran sus vidas a Dios, que Dios esté primero, antes que las demás cosas; así percibirán, hijos amados, la diferencia de estar en Dios y de estar lejos de Dios.
Busquen primero a Dios todos los días, en sus corazones, en cada nuevo amanecer.
Estaré muy honrada y agradecida cuando practiquen y ejerciten la oración en Dios, la Comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; así, sus esencias estarán en la Santísima Trinidad y no estarán solos en este tiempo. La Sagrada Triangulación de Dios prevalecerá en sus vidas, un misterio de paz y de sabiduría para los corazones que tienen sed y que buscan la paz, el consuelo que necesitan, la Gracia que buscan en esta era.
Queridos hijos de Goiânia, les agradezco eternamente por este día, por este año y por este ciclo que viven Conmigo.
Lleven Mi Paz a sus hogares.
Que la Luz de Cristo alumbre la oscuridad de estos tiempos.
Que Reine el Amor y la Fraternidad entre todos Mis hijos, así superarán las pruebas y no sufrirán, simplemente por querer estar en Dios.
Busquen a Dios.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a compartir con todos algunas cosas sobre lo que sucedió en la Aparición, algunas cosas que Nuestra Señora nos permite transmitirles, además, obviamente, de todo lo que Ella ya nos dijo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A los hermanos que están hoy por primera vez, les vamos a contar brevemente cómo sucede la Aparición de la Virgen, para que puedan entender conscientemente lo que acontece.
Durante el trabajo de oración se va creando una condición, y los planos que existen más allá de este plano físico, que son los Planos Divinos, los Planos Celestiales, se van uniendo uno con otro hasta que, en cierto momento Nuestra Señora, con la ayuda de los ángeles, va aproximándose hasta este lugar físico.
Ella viene como una imagen en tres dimensiones, es como si viéramos una persona en otro plano. En ese momento, Nuestra Señora comienza a aproximarse, los ángeles comienzan a preparar y a crear la condición para que Ella descienda.
Como nuestra Madre es un Ser Divino, Ella tiene una forma única de aproximarse hacia nosotros, de confirmar que es la Virgen María.
Por eso, durante cada Aparición, como Madre Shimani nos relataba hoy al principio, suceden muchas cosas antes de que Ella descienda. Hoy, por ejemplo, Nuestra Señora comenzó a aproximarse como una esfera de Luz, que a través de un túnel de Luz celeste y blanca, Ella venía descendiendo, venía del Universo en dirección a la Tierra y, en Su Consciencia Maternal y Divina, Ella sabe dónde nosotros nos encontramos y comienza a dirigir Su Consciencia hacia ese lugar.
Mientras los ángeles preparan y abren las puertas para que Ella venga, también ellos reciben indicaciones de ayudar a nuestros seres internos. Entonces, suceden muchas cosas al mismo tiempo, en otro tiempo diferente a nuestro tiempo material.
Es un poco difícil explicar cómo sucede eso, pero es así como se ve. Todo es a través de un movimiento de Luz, energía que Nuestra Señora va gestando, preparándose para llegar hasta nosotros.
Una nube de Luz apareció aquí, sobre el palco, venía directamente del Cielo, en donde se encuentra Nuestra Madre. Y esa nube de Luz comenzó a expandirse sobre el público, era una Luz de serenidad, de paz, que comenzó a invadir nuestros corazones y nuestras almas hasta que, en cierto momento, nos aproximamos aquí para esperar a Nuestra Madre. Ella siempre nos ha enseñado que debemos orar para esperarla y recibirla.
En ese momento, nuestra Madre aparece, como un Ser Vivo y Resplandeciente. Hoy se aproximó como la Reina de la Paz: el cutis rosa claro, los ojos celestes muy profundos como el mar, un velo blanco que llegaba hasta su cintura, un cordón dorado, un manto celeste y una túnica rosa claro, descalza, con el rosario entre Sus manos; rezando por nosotros y por el mundo, y abriendo Sus brazos, cada vez que nos dirigía Sus Palabras, nosotros repetíamos lo que Ella nos decía, y ustedes lo escuchaban.
Mientras Ella transmitía Sus Palabras para todos, siempre nos trae, a través de una visión, las situaciones que pasan en este momento en el planeta, en la humanidad. Ella siempre nos dice que no solo desciende por nosotros, los que estamos presentes, sino también por la humanidad, porque como Madre está ayudándonos a todos.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Cuántas cosas que suceden cuando Nuestra Señora se acerca!, ¿verdad?
Siempre ha sido igual a lo largo de los siglos de esta humanidad, solo que, en las Apariciones anteriores, los videntes no tenían la posibilidad de transmitir como hoy. Muchas veces, posiblemente, no comprendían qué era lo que exactamente veían, no podían explicar lo que veían.
Pero, a lo largo de toda la historia de la humanidad, Nuestra Señora ha ayudado a Sus hijos de la misma forma que hoy; solo que, en este tiempo, que nosotros ya somos un poco más adultos, espiritualmente, es necesario que sepamos cómo funciona el proceso de una Aparición, porque también es necesario que podamos comprender el alcance de lo que sucede cuando una Jerarquía Divina está presente.
Ahora, nuestra tarea será orar, orar para que todo lo que Nuestra Señora dejó aquí pueda mantenerse y dar sus frutos.
Ahora, todos nos vamos a despedir de Nuestra Señora con algo que conocemos, algo que podemos llamar ecuménico, y quién sabe si algún día Nuestra Señora retorne a Goiânia, porque siempre retorna cuando los corazones se abren para recibirla.
Esto que vamos a compartir con ustedes, nació como una travesura de nosotros, los monjes, algo un poco oculto, y un día parece que Nuestra Señora nos escuchó, nuestra travesura fue descubierta y nos pidió que la cantáramos en una Aparición; así, para todos ustedes, para el corazón de cada uno, con todo nuestro amor.
Canción: “Nuestra Señora”.
Queridos hijos:
Que en tiempos sin paz interior, brote y nazca de vuestros corazones la esperanza de vivir en la Divina Misericordia de Mi Hijo.
Hoy, la siempre Virgen María, la Inmaculada Concepción, regresa al mundo para entregar a Sus pequeños hijos un mensaje de cura, de alegría y de esperanza. Como Madre de todos, Yo conozco vuestras limitaciones y obstáculos, las que a veces el enemigo les impone para hacerlos desistir del Sagrado Camino Crístico.
Queridos hijos, hoy se inicia Mi gran peregrinación espiritual por los estados del oeste del Brasil hasta la nación de Venezuela. Lugares en donde Mi Sacratísimo Corazón y el Sagrado e Infinito Corazón de Jesús intentarán ayudar, por amor y orden divinos, a las almas de esas regiones. Así, ustedes conocerán la Vida y la Misión que cumple Mi Sagrada Consciencia Maternal en el mundo;
Yo solo espero que, a través de Mis fases, el mundo se una a Dios y se redima pronto por la obra y la fuerza insondable del Divino Amor.
Hoy estoy en Goiania para invitar a Mis queridos hijos a formar nuevos grupos de oración que apoyen, sustenten y equilibren toda esta nación junto a otros grupos de oración en el Brasil.
La Inmaculada Concepción en estos días tiene Su Fiesta Anual en el Centro Mariano de Lourdes, en Francia. Desde el primer día en que Yo me aparecí a Bernadette Soubirous, le pedí que le recordara al mundo la importancia de la penitencia, para alcanzar así la redención.
Hoy Mi Corazón les pide a todos ustedes que recuerden la importancia de vivir y de buscar la paz para estos tiempos difíciles; sé que ya Me han escuchado decirlo varias veces, pero en verdad son muy pocos los hijos que viven en la absoluta paz.
Hijos amados, es hora y es tiempo de preparar la tierra fértil para que las semillas, que son los dones del Espíritu Santo, puedan sembrarse en vuestros corazones.
El Señor Me ha pedido acompañarlos, pero existen muchos hijos desamparados, fatigados por tanto sufrir y que no tienen paz; por eso Yo les pido que recuerden esta Sagrada Gracia que ustedes están recibiendo directamente de Mi Inmaculado Corazón, porque esta unión Conmigo los ayudará para cuando Yo ya no esté públicamente entre Mis queridos hijos.
Que la Fuente y el Agua de Vida Curativa, que Yo hice brotar espiritualmente en Lourdes, hoy los bendiga, los restaure y los una siempre a Dios.
¡Les agradezco hijos Míos de Goiás por haber respondido a Mi llamado!
Que la Paz sea entre los hombres y Dios.
María, la Inmaculada Concepción
Mis amados y pequeños hijos, que la paz de Jesucristo viva y reine en vuestros pequeños corazones.
Como Madre y reina de todos los seres de este mundo y del reino Celestial, llego en este momento para instruirlos y conducirlos por el camino de Paz y de Redención. Camino que los llevará al encuentro con Mi Hijo, el Rey de reyes y que los hará retornar en Gloria a la Morada Celestial de la cual provienen.
Mis amados, Mis palabras llevan al mundo la Paz que necesita, mas para que ellas se expandan y cumplan con la Misión para la cual llegan, necesito corazones que se dispongan a ser eco de Mi Voz; dispuestos a llevar a todos los rincones del mundo este Verbo que ya no puede esconderse más entre unos pocos que se abrieron para responder a Mi Llamado.
Necesito en este momento, que Mi Voz maternal alcance a las almas más perdidas y envueltas por la oscuridad. Necesito que Mi Luz llegue a los lugares más olvidados del mundo, para que todos los seres de esta Tierra reciban en sus corazones el despertar de la Esperanza y de la Fe.
Mis amados, quiero nutrir a quienes tienen hambre y sed de Espíritu. Quiero levantar a los que están caídos. Quiero encontrar a los que están perdidos y fortalecer a los que sufren, a lo largo de los siglos, las consecuencias de las acciones imperdonables de la humanidad.
Traigo al mundo el Perdón, que tocará todas las esencias que se abran a esta Poderosa Gracia. Aun el pecador más comprometido con el mal recibirá de Dios la Luz para liberarse de la situación en la que se encuentra.
Solo necesito que voces sinceras y plenas de Fe, sean eco puro de Mi Voz y que brazos fuertes, plenos del Espíritu de Dios, sean Mis brazos en el mundo, acogiendo a todos aquellos que no tienen amor y que no conocen la esperanza.
Hoy vengo a enseñarles la virtud de la maternidad, porque quiero construir en todos aquellos que Me escuchan, los espejos de Mi presencia, que reflejen en la vida el encuentro Conmigo. A su vez por medio de las acciones, de los sentimientos y de los pensamientos, expresen el Amor que recibieron de la Madre del Mundo, de la Madre Universal.
Hijos Míos, a aquellos que están llenos de valentía, los llamo a recorrer el mundo de norte a sur y de este a oeste, llevando la Buena Nueva del retorno de Mi Hijo y de la presencia de los Mensajeros de Dios en el mundo.
No teman los juicios, las críticas, las persecuciones y las maldiciones que podrán sufrir en este camino, porque así sucedió con Mi Hijo, que venció el mal a través del Amor puro por sus enemigos. De esa manera les enseñó a llevar la Buena Nueva de esperanza para el mundo.
Háganse escuchar en todos los rincones, ya sea en los buenos o en los malos corazones. Dejen que el Amor despierte a los que duermen, convierta a los que niegan y abrace a todos, en un abrazo Divino, en el cual Dios colocará Sus Brazos.
Sepan que los méritos de esta vida, podrán encontrarlos solo en el Paraíso, más les digo, que vengo al mundo desde Mi Reino. Leyendo en las historias de sus vidas sabrán que todo dolor y todo sufrimiento, toda angustia y tristeza y toda la lucha que vivieron, fue poco ante semejante Luz que ingresará no sólo en este mundo, sino también en todo el Universo.
Yo les agradezco profundamente por la persistencia en estar unidos a Mi Corazón y los convido a seguir siempre incansables.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como una Estrella de Paz, vengo desde el universo para irradiar al mundo el Gran Amor que Dios tiene por Sus Criaturas.
Queridos hijos Míos:
Por segunda vez regreso a San José de Rio Preto para nuevamente consagrarla como una ciudad espiritual a Mi Inmaculado Corazón.
En esta hora de crisis que viven Mis hijos y el mundo Yo necesito de la oración de todas las almas, las que en simplicidad y amor puedan dedicar tiempo a la oración del corazón. Mi Hijo espera que todas las almas respondan a la necesidad de oración que existe para este tiempo en vuestras familias y seres queridos.
Como Estrella de la Paz resplandece Mi Amor Materno ante vuestros corazones y vidas; en amor profundo les traigo un mensaje de Paz y de Esperanza.
Ustedes, Mis queridos y amados hijos, saben cuán importante será que se formen dentro de Mi Escuela de Oración; como Madre esperaré vuestra respuesta y entrega inmediata a Mi Inmaculado Corazón.
Hoy les recuerdo algo urgente: que no olviden vivir los Sagrados Sacramentos que Mi Hijo les dejó. Busquen la comunión interna con Mi Hijo, así ustedes aliviarán Su Sagrado Corazón del peso que recibe del mundo por las ofensas constantes.
Busquen una vida de constante confesión, que ella sea sincera, reparadora y reconciliadora, pues Mi Hijo espera escuchar el clamor de vuestros corazones día y noche. Recuerden que Él es el Sacerdote Mayor.
Busquen ahora, en este tiempo, el sacramento que el Señor hoy instituye, que es el sacramento de la fraternidad; solamente si las almas son fraternas y unidas el mundo podrá curar muchas cosas y la humanidad podrá alcanzar un nuevo estado de Gracia y Misericordia.
Queridos hijos, estoy a vuestro lado como una Estrella radiante durante la noche, vigilo y acompaño los pasos de los que se abren a escuchar Mi Amorosa Voz.
Y hoy les digo, Mis queridos, es tiempo de vivir en Paz, es tiempo de Perdonar y Amar, es tiempo de construir una nueva esperanza para el mundo a través del corazón orante.
Por este encuentro de hoy con ustedes, les agradezco.
Por vuestra respuesta sincera de fe, los bendigo siempre.
¡Gracias San José de Rio Preto por abrirme las puertas de vuestros corazones!
En la Luz de Cristo,
Vuestra Amadísima Madre María, Señora del Santísimo Rosario de la Paz
Hijos Míos:
Que los ejércitos celestiales, en este día, abran las puertas del Reino de los Cielos ante sus ojos, para que puedan conocer y reconocer la Morada para la cual deben retornar en este tiempo.
Que sus corazones estén dispuestos para recibir las Bendiciones y las Gracias que el Señor está enviando al mundo. Es necesario que cada consciencia dé su consentimiento y envíe al Universo un fuerte y determinado “sí”, para que la Luz de Dios descienda a sus vidas.
Vengo al mundo para sacar de la ignorancia a toda la humanidad que vive en la falsa creencia de que el mundo y la vida están encerrados en la materia, en lo que puede ver y tocar.
Mis amados, llego hoy, para mostrarles que no saben nada sobre la vida de superficie de la Tierra y menos aún sobre la vida Celestial. Hasta hoy vivieron en este mundo como niños que no conocen verdaderamente el valor de la vida y muchos se niegan permanentemente a crecer. Es tiempo de que la humanidad madure y no viva más como una raza de jóvenes y adolescentes que actúan sin percibir las consecuencias de sus propias acciones.
Llegó la hora en que el Señor dará a conocer al hombre el producto de su vida y todos los frutos de los árboles que plantaron a lo largo de la existencia humana, surgirán ahora.
No les digo que teman, porque no es el temor que traigo a sus vidas. Les digo solo que despierten, porque la madurez, para muchos, traerá dolor, mas para otros, traerá la alegría de conocer un Universo que estuvo oculto durante toda la historia de la humanidad.
Mis amados, como Madre del Mundo y Madre Universal, debo alertarlos de que ya llegó el momento de descubrir ante ustedes una vida universal, que siempre estuvo aquí y que nunca pudieron encontrarla.
Mis amados, estén abiertos para dar un gran salto, como consciencias y como humanidad, mas caminen con alegría, con la misma alegría de un niño que ingresa en una escuela nueva, en un nuevo grado de su aprendizaje. Es así como se encuentran hoy, ingresando en un nuevo grado de su evolución, que para muchos será mayor de lo que podrían alcanzar por sí solos. Para esto estoy aquí, para ayudarlos a dar ese salto, para indicarles el camino y sostenerlos durante todo este aprendizaje, que es el primero de muchos otros que vivirán en el Paraíso.
Hijos Míos, comprendan la importancia de estos tiempos, porque el “sí” que dan en el día de hoy, representará la respuesta de toda la consciencia humana y determinará el curso de la evolución de sus almas.
Como Madre de cada uno de ustedes, estoy dispuesta a guiar sus pasos y sostenerlos en cualquier circunstancia. Solo les pido que, si aceptan seguir Conmigo, sean fieles a Mis instrucciones, que no les pedirán nada más que un corazón puro y abierto verdaderamente para la vivencia de lo Sagrado y de lo Superior, a través de la oración, del servicio y del amor para con todos los reinos de la naturaleza.
Les agradezco por aceptar ingresar Conmigo en este camino de Redención.
María Madre y Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más