Jueves, 13 de febrero de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE GOIANIA, GOIÁS, BRASIL, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA REINA DEL CIELO, LA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

Conságrense en amor a Mi Reino y a Mi Propósito de Redención y, a través de la oración permanente, traigan al mundo la Paz que necesita.

Veo al mundo desde Mi Reino y siento en Mi Inmaculado Corazón todo el dolor y el sufrimiento en el que viven Mis hijos sobre la Tierra; mas hoy les digo, que el mayor pesar de Mi Corazón y del Corazón Sacratísimo de Dios, es contemplar la ignorancia en la cual viven las criaturas en la Tierra.

Por eso, llego al mundo, para sacarlo de la oscuridad que no le permite ver los Poderes Celestiales y cuán simple sería cambiar el curso de sus vidas y de la vida planetaria.

Hijos Míos, llego al mundo para enseñarles el Poder de lo invisible, el Poder grandioso del amor que guardan en sus esencias. Descubran por sí solos el Poder de este amor, que se fortalece a medida que se ama sin condiciones y sin medida.

El amor en sus corazones debe ocupar el espacio del odio, de la ira, de la amargura, de la competencia, de la envidia y de los juicios. Permitan que este amor, que proviene de Mi Reino, ingrese en sus vidas y poco a poco transforme los conflictos en los que viven vuestros corazones.

El mundo adolece por falta de amor, las familias se pierden por falta de amor, las naciones se destruyen por falta de amor. Deben descubrir el Poder de este amor que nace en el corazón que ora, que clama a Dios por Misericordia, que recibe de Dios el Perdón y entonces aprende cuán grande ignorancia es no perdonar.

Hijos Míos, hoy les pregunto: ¿quiénes son ustedes para no perdonar, si Aquel que es Dios perdona hasta el más grande de los pecadores?

Mis amados, les pido que aprendan con las señales del Cielo y en la simplicidad del corazón oren con verdad, con pureza de intención. Oren por los hombres, por los reinos de la naturaleza, por las naciones, por el planeta.

Caminen en dirección a este camino de conversión, que no es nada más que la conversión de los actos de la vida, la conversión de la falta de amor y de perdón, la conversión de la falta de servicio y de donación, la conversión de la falta de paz y de unión con Dios. Esta es la conversión a la cual los invito en este tiempo.

No vengo para llamarlos a una nueva religión, vengo a conducirlos para una nueva vida. Pues ya no son tiempos de entregar lo que les sobra para Dios y acordarse del Divino cuando ya no tiene otra cosa en que pensar.

Mis amados, son tiempos de definición y Dios aguarda la respuesta de Sus Hijos, aquellos que con amor le entregarán todo de sí y en oración rescatarán las almas que caen constantemente en los abismos del mundo.

Oren con alegría, oren con fervor, oren por la Paz y por la Redención, por las familias, por los niños, por los que nacen y por los que mueren. Oren por los que no conocen a Dios y pidan para que muchos reciban del Padre lo que sus almas, sin percibir, reciben en el día de hoy.

Les agradezco eternamente por acompañar Mis pasos de peregrina y por abrirme las puertas de vuestros corazones.

María, Madre y Reina de la Paz