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Después de la Hora de la Divina Misericordia, Mi Caudal de Piedad y de Reparación es inagotable; Mi Luz se expande al Infinito para alcanzar los corazones que más la necesitan. Por eso, si en otra hora y momento invocan el poder de Mi Divina Misericordia, serán llevados de regreso al origen de Mi Fuente de Compasión Primordial.
No cansen sus seres con situaciones innecesarias. Coloquen su atención en el Cristo interior de cada alma para que siempre puedan ver la Luz que Mi Corazón irradia, a través de cada pequeño servidor.
Les pido que sean perseverantes porque las asechanzas serán mayores; pero quien haya sostenido el fuego de la devoción en el templo interior, ningún viento contrario ni tormenta del mal lo derribará porque estará apoyado en las bases del amor, de la verdad y de la fidelidad a Mí.
Sigan el camino del sacrificio que Yo les indico. Cuando estén cansados, descansen; cuando estén alegres, rían de verdad y cuando hayan encontrado obstáculos en sus propios seres, agradezcan al Padre por poder ver con sabiduría lo que aún deberá morir de ustedes mismos.
Yo los sostengo. Yo los guiaré hasta el final si tan solo se entregan a Mí.
Bajo el Amor Infinito de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por permanecer en Mi Corazón de Luz.
Cristo Jesús
3.ª Maratón de la Divina Misericordia – segundo día
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, el encuentro con el Maestro fue verdaderamente especial para cada uno de nosotros, porque antes de Su llegada tuvimos la visita del Arcángel Miguel, que abrió una puerta al Universo Celestial para que el Maestro pasara.
La Presencia del Arcángel Miguel era verdaderamente impactante, Su Luz era muy brillante y Su Poder muy fuerte. Él, con todo Su Amor, nos fue envolviendo con Su aura azul, preparando la llegada del Maestro.
Nuestro Maestro pasó por una puerta de forma octogonal, abriendo el universo hacia la Tierra, hasta llegar a este lugar.
Él llegó como un gran Sol, un gran Sol de energía blanca que fue expandiendo Sus Rayos por cada provincia de Argentina. Esos rayos estaban impregnados de mucho Amor, de mucha Misericordia, y a pesar de que el Maestro mostraba la miseria del mundo, Su Compasión era más fuerte. Esos rayos transfiguraban, transformaban esas miserias que Él veía y las convertía en Amor.
Así, Él hoy nos transmitía Su Compasión y al mismo tiempo irradiaba mucha gratitud, algo muy nuevo que nos estaba entregando, una emanación de Su Corazón que era algo diferente para nosotros.
Pudimos comprender y sentir a la gratitud como algo profundo, sagrado, reverente, devocional y también podríamos decir como algo contemplativo que Él irradiaba.
Eran varios Rayos que Él expresaba en uno solo y todos esos Códigos de Luz los depositó sobre ustedes. Él, en ese momento, confiaba en lo que les estaba entregando a cada uno. No sabemos qué era lo que le entregaba a cada uno, pero sí sabemos, por lo que nos mostró, que Él le entregó Sus Rayos. Es una tarea que iniciará con cada uno, tal vez un compromiso que cada uno renueva con Su Consciencia, en esa unidad perfecta con Cristo.
Comprendimos que, seguramente, Él nos pide algo a cambio, un paso a dar, según nos dijo.
Esta Tercera Maratón de la Misericordia despertó una especial alegría en Mi Sagrado Corazón, porque desde el principio quería demostrarles a todos Mis discípulos que es posible hacer cosas más grandes de las que Yo realicé en otros tiempos.
En verdad, hoy les agradezco porque esta ofrenda de oraciones ayudó espiritualmente en los siguientes puntos, que Yo quiero compartir con todos.
Primero, la Maratón en Argentina congregó almas sedientas de Mí, y esto ayudó para que todas ellas encontraran el camino de la fe y de la renovación.
Segundo, esta oración misericordiosa colaboró para que los Planes Celestiales en Argentina sean guiados por la Luz de Dios y no por la voluntad de los hombres.
Tercero, Mi principal agradecimiento se debe a la unión fraterna y ecuménica con el Santo Padre Francisco. Yo les aseguro que Argentina, el 13 de octubre de este año, será la primera nación consagrada en el Cielo al Inmaculado Corazón de María.
Yo los invito a descubrir los resultados de cada maratón en sus corazones.
Mi Esperanza Pastoral es unirlos cada día más hasta que sean finalmente uno entre ustedes y Uno Conmigo.
Será necesario que la Ley se cumpla en toda la humanidad; pero siempre será la fe en Mi Infinita Misericordia la que les permitirá ver la luz en el horizonte de la vida, en cada situación interior.
Queridas ovejas de Mi nuevo rebaño, Yo quiero tener cerca a los que se apartaron de Mi Amor, para eso recibiré día y noche la ofrenda simple de sus corazones para que Mi Plan Redentor se pueda cumplir.
Esta Tercera Maratón logró unir esencias con el Reino Sagrado de Mi Padre; problemas graves serán resueltos, asuntos confusos en sus vidas se disiparán porque han confiado en Mi Misericordia.
Como buenos apóstoles, les pido que oren por aquellos que no escuchan Mi Voz de amor, para que en el día de mañana estos hijos de Mi Padre encuentren un camino de luz y de esperanza.
Quisiera volver a la Argentina, si ustedes Me lo permiten, pues Mi Propósito es consagrar la nación a Mi Sagrado Corazón. Si esto fuera así, al igual que con el Uruguay y con el Brasil, estas tres naciones servirán de amparo y resguardo a las almas de otras naciones cuando lleguen los tiempos de la confirmación.
Espero que depositen su fe en Mi Propósito, de esta forma, el Señor los bendecirá todos los días.
Es hora de unir los corazones y de llevarlos al Océano de Mi Divina Misericordia.
Aguardo en el silencio la permanente respuesta de ustedes; que este encuentro Conmigo, en el día de hoy, sea el motivo de vivir en la Alegría de Dios. Sean alegres, sigan adelante viendo en sus caminos Mis Sagradas Huellas de Luz. Quiero corazones pecadores para convertirlos en almas misericordiosas.
Gracias por haberse animado durante estos dos días a ingresar en Mi Océano de Piedad y Misericordia.
Bajo la Luz Infinita de Dios, sean todos bienaventurados.
Gracias por permanecer todos los días en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos Míos:
Nunca se olviden de venir a Mis maternos brazos, pues Mi propósito como Madre es hacerlos dormir cerca de Mi Corazón y reposar, reposar en Mi manto de Luz, para que Yo durante la noche y en vigilia, ore a su lado hasta el amanecer.
Queridos hijos, no se olviden de estar en Mis brazos, pues como su Madre protectora, aguardo que me entreguen sus dolores, fatigas, cansancios y desolaciones. Yo conozco bien sus vidas, por eso confíen y caminen a Mi lado para encontrarnos con Jesús.
Queridos Míos, nunca se olviden de estar en Mis brazos, pues como Madre del Amor quiero tenerlos cerca, para que digan todo lo que sienten y saben. Es hora de que descansen en el espíritu de Mi Corazón, pues así Yo los haré caminar firmes hasta el final.
Quiero que estén en Mis brazos, porque Yo espero besar sus rostros y envolverlos en Mi Luz celestial. Así descansarán y no perderán tiempo con nada, porque Mi Corazón quiere sostenerlos, animarlos a seguir por el camino del bien y de la paz.
Mis queridos, estén hoy en Mis brazos para que mañana Yo pueda mostrarles el sendero del gran sacrificio de amor.
Queridos, ahora que ya están en Mis brazos, en esta noche contemplo su esfuerzo. Por eso, quédense cerca de Mí, porque así nada les pasará.
Estoy con ustedes en la alegría y en la tristeza, en la certeza y en el error.
Yo los amo a todos ustedes con predilección.
Hoy les agradezco por haber respondido a Mi Hijo. Yo les agradezco y el Cielo les agradece.
Descansen en Mis brazos. Es hora de dormir en los brazos de su Madre Celestial. ¡Vamos, Mis queridos! ¡Adelante y con fe!
María, Vuestra Madre y Reina de la Paz del Corazón
Que nunca se borre la alegría de los rostros de Mis discípulos por estar sirviendo a Dios.
Que la alegría pueda reflejarse como luz y como cura en sus rostros, para que aquellos que han de despertar Me reconozcan al instante en cada interior.
La verdadera alegría espiritual es lo que falta en el mundo para poder curar los dolores, los sufrimientos y los grandes males. Por eso, en estos tiempos, Yo reflejaré sobre los Míos la alegría infinita de Mi Corazón y lo haré como en el pasado, así podrán ver en los buenos rostros Mi Sonrisa reflejada en amor y en compasión.
Aquel que ora Conmigo desde el corazón, podrá reflejar la belleza de Mi Sonrisa y en consecuencia podrá reflejar Mi Alegría Eterna, la de poder estar con ustedes; así verán cómo, en la alegría, sus pruebas y desafíos serán más leves, porque estarán imitando Mi gran Sonrisa de luz.
Sonrío a los pequeños niños, sonrío a aquel que Me devuelve con amor una sonrisa desde su corazón. La cura es necesaria en estos tiempos, por eso nunca dejen de sonreír con la luz de su corazón, porque así la cruz de ustedes será más liviana y podrán estar Conmigo sonriendo al mundo para aliviarlo de su gran dolor.
La Alegría Celestial hace bellas a las almas que la conectan y se unen al Amor Universal.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por sonreír desde el corazón.
Cristo Jesús
Pequeños hijos de Mi Corazón:
Hoy les quiero dictar Palabras de ánimo, de esperanza, de alegría para que, unidos a los atributos de Mi Corazón, puedan superar las pruebas que Dios les envía a sus vidas.
Mis queridos, estos son tiempos de mucho sufrimiento para el mundo, para todos los Reinos de Mi Corazón, y aquellos que se dispongan a servir, en oración y en paz, a todos estos Reinos, deben crecer y fortalecerse cada día más en Mi Corazón materno.
Muchas pruebas aún están por venir y serán cada vez más intensas y más profundas, pues el Señor aspira a purificar lo profundo de Sus criaturas.
Para superar cada prueba, sus corazones no pueden perder la alegría y la esperanza de seguir adelante. La alegría en los corazones de Mis hijos tornará leve cada caída y los ayudará a levantarse, observando siempre la gran necesidad que hay en el mundo, y cuán necesario es que aprendan a caer y a levantarse cada día.
Mi Corazón se dirige a todos los corazones del mundo, porque cada ser que vive en esta Tierra debe despertar para ser un soldado de Mi ejército mariano, que lucha por la paz a través de la oración.
Todos aquellos que hoy viven en esta Tierra provienen del Corazón de Dios y hacia Él deben retornar cuando hayan aprendido a superar las pruebas de la vida, a través de la persistencia en el Corazón de Dios y a través del amor.
Hijos Míos, todos los corazones del mundo, cada uno en su aprendizaje, viven duras pruebas de maduración. Aquellos que no Me conocen se sumergen en el sufrimiento y se pierden en este mar de dolores y de oscuridad que crece en el mundo. Pero aquellos que alguna vez escucharon Mi Voz deben elevar los brazos y no pueden permitirse estar sumergidos en el sufrimiento.
Sepan ver, Mis queridos, las dificultades de la vida como oportunidades de madurar el espíritu, de aprender y de ayudar a otros que están en esa misma situación.
Las advertencias de los Mensajeros de Dios siempre son para impulsarlos hacia el Corazón Celestial de Dios. Permítanse, entonces, ser moldeados por las Manos del Creador a través de Sus Mensajeros. Sean como recipientes leves para ser moldeados en las manos de los Alfareros de Dios para que, cuando sea el tiempo correcto, el Agua de Vida sea vertida sobre sus corazones y, a través de ustedes, llegue a toda la humanidad y a todos los Reinos.
Hoy, también les digo que en sus corazones deben brotar más amor y más comprensión por los Reinos de la Naturaleza. Busquen, a través de la oración, conocer la grandeza de estos Reinos y encuentren en ellos a Mi Corazón, porque en los Reinos, Mi Espíritu ya tiene morada perpetua.
Mis queridos, con el corazón pleno de alegría, sigan adelante a pesar de todo el cansancio, a pesar de todas las pruebas, a pesar del sentimiento de que sus pies no salen del lugar en donde están. No se preocupen, pues si dan solo un paso, Mi Corazón dará todos los otros en dirección a sus corazones, pero es necesario que este primer paso sea dado.
Yo los amo y los bendigo siempre, los guardo en Mi Sagrado Corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos Míos:
Hoy los invito a recordar la unión perfecta que existió en el pasado entre los miembros de la Sagrada Familia, para que a través de ese ejemplo sus seres internos puedan alcanzar lo sagrado.
Para mejor entendimiento de ustedes, Yo les diré cuáles fueron los frutos que la Sagrada Familia alcanzó a través de la convivencia y de la vida diaria en Nazaret.
En cada uno de nosotros despertaron Dones del Espíritu de Dios, los que estuvieron al servicio constante de la humanidad, aun cuando vivíamos sobre la faz de la Tierra.
El Espíritu de Dios despertó en la Virgen María el don de la oración para realizar los Planes de Dios, el don de la maternidad para acoger a todos los hijos de Dios, el don de la humildad para reafirmar Su purísima entrega a Dios y el don de la virginidad para irradiar el Amor Puro de Dios.
En Mi Padre San José se despertó el don de la castidad para conservar los Designios de Dios, el don del buen obrero para manifestar la Voluntad del Padre, el don del silencio para construir lo nuevo en los planos internos y el don de la alegría para curar a los enfermos.
Esos y otros dones también se hicieron evidentes en el espíritu del pequeño Niño Jesús como el don de la palabra para transmitir el Amor de Dios, el don de la redención para convertir a los que estaban distantes de Dios, el don del retiro para interiorizar los Planes de Dios, el don del corazón para irradiar el Espíritu de Dios y el don de la meditación para llevar adelante las Ideas del Padre Universal.
Los dones en la Sagrada Familia siempre fueron un misterio para muchos y ellos generaron, por medio de los tres Sagrados Corazones de la Santa Familia, un cambio profundo en la consciencia de la humanidad, llevándola así a la conversión y a la redención.
Por eso, en este día oren y mediten sobre los poderes de los Dones que emanan desde el Corazón de Dios, así ayudarán a consagrar de nuevo a la necesitada humanidad.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en los Dones de Dios.
Cristo Jesús
Queridos hijos en purificación y en redención:
Lleven reflejada en sus rostros la alegría de la purificación y de la conversión. Y hoy no desesperen, que sus almas no duden, porque Mi Corazón de Piedad contempla las innumerables y graves miserias que corroen al mundo entero.
Yo desciendo desde la gran Casa de Mi Padre para demostrarles el poder de Mi Amor y de Mi Constancia con cada uno de los Míos.
Que sus corazones se alivien y dejen de llorar por aquello que aún no está transformado. Como ya se los he dicho, es el Amor eterno y constante, omnipresente y seguro de Mi Corazón que los librará del peso que cargan desde hace tanto tiempo.
Yo, que Soy su Luz en la oscuridad y su Sol en la noche de las tinieblas, vengo al encuentro de ustedes para resucitar aquello que ya ha muerto en algunas almas y lo que ya se ha secado en otros corazones.
En estos tiempos, Mi Misericordia viene para reparar lo que está roto, viene a reconstruir y a sanar lo que ha quedado herido y nadie lo ha podido curar en el amor.
Pero antes, por intermedio de Mi Luz, deberá morir lo viejo, lo que está más allá de sus consciencias, aquello que los detiene en el tiempo. Por eso vivan, actúen y sean por medio de Mi Infinita y Piadosa Misericordia; así sus pecados serán perdonados, y la nueva alma nacerá otra vez a la vida después del destierro que ha padecido por parte de la mente.
A través de Mi Gracia, la fuerza del espíritu en cada ser dará vida a lo verdadero y a lo único, así el nuevo ser será colmado por el Amor del Hijo de Dios.
Podrán ver cómo la humanidad está en una constante e interminable crisis espiritual.
Así como en el día de ayer Yo les pedí que adoraran Mi Sagrado Corazón, hoy les anuncio un extraordinario ejercicio de piedad y de misericordia, al que denomino Maratón de la Divina Misericordia que se realizará los días 5 y 6 de agosto de este año, preparando el importante encuentro de oración en el Centro Mariano de Aurora.
Esa Maratón tendrá la finalidad de pedir a Dios, a través de Su Hijo Primogénito, la Divina Misericordia para el mundo entero, para que las almas puedan ser tocadas por la Mano de Dios y para que la humanidad alcance la paz y la misericordia en estos tiempos de crisis.
Será una oración mediadora, que cumplirá con el pedido del Maestro Jesús a todos los fieles seguidores del Sagrado Corazón, de orar mil quinientas cuentas de la Coronilla a la Divina Misericordia.
Aquellas consciencias que acepten vivir este misericordioso desafío alcanzarán, como almas, la oportunidad de revertir los aspectos profundos de la vida, y el mundo tendrá un tiempo más de paz. Mi Corazón Misericordioso estará presente entre todos los peregrinos que con fe, amor y devoción lo hagan, los que conocerán durante esos días el Poder Liberador de Mi Corazón.
Buen ejercicio espiritual para todos los que crean en Mi Amor Eterno.
Bajo la Gloria de Dios, sean misericordiosos todos los días.
Gracias por obedecer Mis Palabras con amor y devoción.
Cristo Jesús
Dame tu cansancio que Yo te daré la Vida Nueva.
Dame tu pesar que Yo alegraré tu pequeño corazón.
Dame tu tristeza que Yo te irradiaré Mi Alegría.
Dame todo lo que eres y déjate ser en Mí, porque así podré cumplir Mis Planes Predilectos a través de ti.
Quiero de tu vida lo máximo, hasta que tu ser pueda reposar en Mis Brazos y así renovarse.
Estoy aquí para consagrarte a algo que tu ser desconoce; déjame ser todo en ti y así podré revelarte las maravillas de Mi Reino Celestial, porque nadie llegará al Padre sino solo a través de Mí.
Quien vive en Mí no perecerá y será consolado por el Amor Divino de los ángeles del Cielo.
Quien está en Mí, conocerá los verdaderos Misterios del Universo y verá nacer en el horizonte a la Nueva Humanidad bendecida por Mi Padre Eterno.
Sigan, sigan remando, no se detengan por lo que digan; solo brillen como un sol de amor y de caridad, porque estoy retornando y primeramente buscaré durante el frío de la noche una casa amable en donde reposar y cenar en espíritu con ustedes.
La primera vez no Me reconocerán, pero aquel que haya vivido todo por Mí y a través de Mí será recibido en Gloria en el Paraíso, y así estará abriendo la puerta a aquellos que en vida la tienen cerrada.
Pocos podrán reconocerme antes de que Mi Faz Silenciosa se muestre al mundo, y los que Me reconocerán serán los que han sostenido en su mano la antorcha de la victoria de la Luz.
Yo a nadie abandonaré porque Mi Amor es tan grande que podrán sentirlo una vez más.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Hoy, permitan que Mi Voz resuene en el interior de cada uno de sus corazones, para que Mi retorno a esta Casa bendita sea de profunda Gloria en la Tierra, como lo es en el Cielo.
Hijos Míos, Mi Corazón se alegra profundamente de poder estar nuevamente próximo a sus corazones. El Señor observa, a partir de los Cielos, los pasos que dan día a día y los acompaña en esa trayectoria de crecimiento.
Amados hijos de Figueira, en este importante día de decisiones mundiales, les pido que oren, oren mucho con el fervor del corazón y la voluntad del alma; porque así, a través de una oración sincera, el Señor podrá hablar dentro del corazón de Sus hijos, de aquellos que sustentan la Iglesia de Cristo y necesitan de gran inspiración para tomar las decisiones correctas, de acuerdo con la Voluntad de Dios.
Este es un tiempo, hijos Míos, en el que deben orar para que la Voz de Dios sea escuchada en todos los corazones, de todas las naciones, razas y religiones; para que todos los caminos escogidos por el hombre sean verdaderamente guiados por un solo Dios.
El Señor emite Su Voz, tocando todos los corazones para que despierten en este momento y vivan la conversión verdadera de la vida.
Por eso, Yo vengo, hijos Míos, como un eco del Verbo Divino. Vengo para que la Voluntad de Dios se pueda manifestar en sus vidas y en las vidas de todas las criaturas.
Por eso, oren, oren los unos por los otros. Tengan siempre al prójimo en sus corazones, sin temer superar los juzgamientos y todas las diferencias que existen entre los seres.
Oren para que los caminos creados por el hombre se conviertan en caminos guiados por Dios, para que Sus hijos encuentren la entrada del Cielo.
Oren para que el discernimiento del Espíritu Santo permee las consciencias de todos los hombres. Porque, de esa forma, el hombre y Dios siempre tendrán la misma Voluntad, como lo fue con Mi Hijo Jesús.
Oigan Mi Corazón que ora, Mi Voz que se eleva, y oren Conmigo.
Los aguardo en oración y paz.
¡Agradecida por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos:
Como Mi Gracia por ustedes es inmensa e infinita y por la misión mariana que tendrán en su viaje; hoy, Yo apareceré, como en el mes anterior, durante la Comunión Reparadora para darle Mi Mensaje al mundo.
Espero de ustedes una inmensa alegría para que, de esa manera, ingresen en el océano de Mi Misericordia. Esta celebración crística Conmigo deberá ser registrada, para después difundir Mi Mensaje salvador y redentor.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados y aguarden Mi venida, con amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Gracias por escuchar Mis pedidos,
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Que hoy despierte en ustedes la alegría de vivir y de estar en Dios, porque así, estarán en comunión interna con el Creador.
Queridos hijos, hoy les pido que, mediante la oración del corazón, comulguen nuevamente de la Presencia de Mi Hijo para que todas las almas se unan a Dios y despierten al llamado de este tiempo.
Hijos Míos, como Madre de las Gracias, hoy les irradio Mi Paz y los aproximo a todos al Gran Corazón de Dios. La meta de hoy, pequeños hijos, es continuar peregrinando a través de la oración, porque el mundo necesita de vuestro amoroso y donado auxilio. La redención de todos los corazones del mundo es primordial en este tiempo, y cada uno de Mis hijos guarda en su corazón el potencial interior para poder cumplir con esta misión orante que Mi Corazón les encomienda día a día.
Queridos hijos, hoy, delante de las Puertas del Cielo, les pido que reverencien al Universo, porque muchos de Mis hijos se olvidan de mirar hacia el Infinito para encontrar la paz. El enemigo distrae a la humanidad con modernidades y eso desconecta a Mis hijos de la oración.
Hoy los invito a amar el ejercicio primordial de la oración para que, al menos, algunos de Mis soldados ayuden en el despertar de la nueva consciencia del espíritu y del corazón que cada hijo debe tener en estos tiempos frente al Altísimo.
Dios agradecerá vuestra postura orante en el final de los tiempos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado por la paz.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como la Estrella del Cielo y del Universo, vuestros pasos son guiados bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón. Así vuestros pies caminan por el sendero hacia el encuentro con Mi Hijo. Este es un sendero que se construye en la pacificación y en la fe del corazón.
Queridos hijos, hoy los llamo a alegrar vuestros corazones y a no temer por nada, porque vuestra Madre Celestial está con ustedes, está a vuestro lado observando el caminar de cada alma, observando la definición de cada corazón ante los Planes de Dios. Porque cada uno de ustedes guarda en el corazón algo que es reverenciado por los ángeles del Cielo. Eso tan preciado que ustedes guardan, se llama: pureza del corazón.
Aunque el mundo olvida, día a día, fortalecer el espíritu mediante la oración y el Amor a Dios Creador, hoy los invito a que busquen dentro de vosotros la pureza inmaculada del corazón. Por amor, Dios les ha entregado a Su Hijo Predilecto, quien lesdejó el camino de la verdad y de la salvación.
Por eso, queridos hijos, hoy reverencien, adoren y glorifiquen la Presencia del Hijo de Dios en vuestras vidas.
En este día de importante reparación del Corazón de Cristo les pido que, por amor, entreguen vuestras vidas a Jesús y que encuentren, en el Amor Misericordioso de Cristo, la puerta para vuestra salvación y redención.
Hijos Míos, nuevos instrumentos de Cristo, nuevos fuegos de Su Misericordioso Amor deben despertar en este tiempo porque las almas, como chispas del Amor de Cristo, ayudarán en la salvación de las esencias mediante el servicio y la consagración.
Hoy, queridos hijos, quiero que recuerden que ustedes son esencias preciosas de Dios y que más allá de vuestra comprensión y de vuestra razón existe la expresión del Amor del Padre en cada una de Sus criaturas. Si al menos las almas recordaran que son esencias creadas por Dios, los pasos en la consciencia podrían estar unidos a Su Voluntad.
Queridos hijos, como Madre de la Redención, dejo hoy a cada uno de vuestros corazones Mi corona de estrellas, para que, guiados por Mi Amor Inmaculado, reconozcan el valor de vuestra fe y de vuestra confianza absoluta en Dios Creador.
Hoy también les digo que por nada teman y caminen, caminen en la oración porque ella será vuestro escudo para los momentos importantes. Uniendo, día a día, vuestros corazones en la fraternidad ustedes podrán llevar grabado en vuestros seres la Eterna Paz Celestial del Señor.
Difundan el poder misericordioso de la oración y que vuestras vidas revelen, a los que están distantes de Dios, las enseñanzas y las transformaciones que Cristo ha hecho en vuestras consciencias.
Sean nuevos pastores de la oración y, mediante el ejercicio orante, sean Conmigo guardianes de todas las almas. Recemos por la presencia de la Misericordia de Dios en el mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Mis brazos llevo al mundo. En Mi Corazón guardo a la humanidad. En Mi oración socorro a la humanidad y así auxilio a todas las almas. Con Mis ojos contemplo la alegría de algunos corazones y el dolor de los corazones heridos.
Por eso, Mi misión es traer el Cielo a la Tierra a través de las oraciones de Mis soldados. Mis Gracias son derramadas hora a hora, segundo a segundo, sobre este necesitado mundo. Mis manos oran perpetuamente por ustedes. Mi Inmaculado Corazón se eleva hasta el trono celestial de Dios para pedir, como mediadora, por toda la humanidad.
Mientras el tiempo, los cambios y los acontecimientos pasan rápido en la vida de todas las almas, Mi Corazón los quiere llevar hacia un estado profundo de paz. Quiero revelar a Mis pequeños la esencia de la Divina Misericordia de Jesús. Quiero que Mis pequeños aprendan a estar en Mi Hijo sin temer por nada y así caminar en alegría hacia el encuentro con Su Misericordioso Corazón.
Como Madre protejo a los corazones y despierto el poder de la fe para la vida. Como el mañana, traigo la esperanza, la renovación en Jesús, el inicio de un nuevo camino hacia Dios.
Día a día, contemplo que la necesidad de la humanidad aumenta, por eso, desde los Cielos, Dios el Altísimo, Me envía hacia Mis hijos para ayudarlos a encontrar el Amor del Creador.
Pequeñas almas de Dios Padre, hoy como Madre de la Divina Misericordia derramo una vez más el Rayo del Perdón y de la Reparación sobre vuestros corazones. Pero para que vuestras vidas sientan la insondable fuente de la reconciliación, ustedes deben dar el “sí” a Dios, al Padre del Amor y de la Compasión.
Queridos hijos, hoy estoy llamándolos a convertir vuestras vidas en perdón, en paz y en Misericordia eterna para todos.
Hoy estoy llamándolos a hacer algo por esta humanidad, porque ella, por sus propias acciones, se separa de la Paz de Dios.
Hoy estoy llamándolos a reforzar el poder de la oración en vuestras vidas.
Hoy estoy llamándolos al ayuno y a la meditación de los Misterios del Santo Rosario.
Hoy les pido que vuestros corazones se vuelvan misericordiosos y humildes para que Jesús se manifieste en cada uno de Sus discípulos.
Hoy estoy llamándolos a despertar del sueño de esta humanidad.
Hoy estoy llamándolos a ser activos servidores de Dios en vuestro prójimo, en vuestras familias, en vuestros más queridos amigos y en toda la humanidad.
Porque hoy Mi Corazón los llama a estar en Cristo Salvador para que la Gracia de Dios auxilie al mundo.
Hoy los llamo a abrir vuestros ojos a la realidad de la humanidad y a comprometerse con la oración perpetua por todas esas causas que necesitan de la Misericordia del Redentor.
Queridos hijos, hoy les pido que enciendan la Llama del Espíritu Santo en vuestros corazones para que Mi Inmaculada Paz se difunda por el mundo, porque en el final de todo ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Contemplen la divina belleza de la Creación
Queridos hijos, que desde ustedes brote la esencia del amor y de la verdad para que vuestros corazones estén abiertos a la esencia de la donación. Hijos Míos, nunca dejen de contemplar el Amor de Dios en vuestros corazones. Abracen la esencia del perdón en su interior para que así se siembre en ustedes el nuevo Espíritu de Amor.
Queridos hijos, nunca bajen los brazos, eleven vuestra aspiración hacia el Infinito, aspiren a vivir en el Reino de Dios y aspiren también a vivir la Reconciliación y la Misericordia de Mi Hijo.
Pequeños hijos, nunca pierdan la alegría de estar en Mí y de vislumbrar en ustedes el poder de Mi Amor Inmaculado. Acepten estar en Mi camino. Vuestras almas reconocen de dónde proviene Mi Corazón Maternal, ellas reconocen Mi presencia antes que vuestras consciencias.
Yo soy la Señora de los Cielos, soy la Rosa Mística, soy la Madre que socorre a los peregrinos y soy el Corazón Inmaculado que se dona a ustedes para amarlos y perdonarlos.
Queridos hijos, Mi voz se anuncia al mundo una vez más para que Mis hijos no pierdan el sendero que lleva a la salvación, al rescate del corazón.
Estoy con ustedes en este camino de peregrinación hacia la eternidad. Que en vuestras vidas no pese el dolor, la amargura ni la desolación; que vuestros corazones, colmados por el Espíritu Santo, reciban la Paz, Paz que viene desde el Universo, Paz que emanan los soles y las estrellas, Paz que irradian todas las galaxias, la Paz que viene del Infinito y que ustedes desconocen.
Desde allí llega a ustedes Mi Corazón Maternal para mostrarles el camino que conduce a una vida humilde y pacífica, un camino hacia el Universo, hacia todo lo que el Padre, Adonai, creó por amor a ustedes y para Su Gloria.
Queridos hijos, ¡glorifiquen a Dios!, ¡amen a Dios!, ¡busquen a Dios en vuestras vidas! porque de esa manera vuestras pequeñas esencias y todas las esencias estarán en el Reino Celestial del Universo.
Más allá de vuestra vida terrena existe la eternidad, el eterno presente, la Omnipresencia de Dios en todos los universos. Por eso, hijos Míos, ¡oren!, ¡oren! y ¡oren! Que vuestros labios no se cansen de orar para que la Misericordia de Cristo auxilie a la humanidad.
Agradezco a todos Mis hijos por el amoroso recibimiento en esta Nación Paraguaya.
Amor y paz para todos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Gracias por responder a Mi llamado por la paz y por la conversión de los corazones que cada día se distancian del Amor del Creador.
Hijos Míos, ¿saben, en verdad, por qué son Mis queridos hijos?
Porque quiero enseñarles a amar sobre toda circunstancia.
Porque quiero abrir vuestro Templo Interior para la Gloria de Dios.
Porque quiero que abran vuestros ojos a la Luz de Dios.
Porque quiero borrar el conflicto y la falta de paz en todos Mis hijos.
Porque quiero que oren Conmigo y que recuerden cuán importante es unirse en oración.
Porque quiero reconocer vuestros corazones como reconozco, como Madre, el Corazón de Mi Hijo.
Porque quiero que las almas sean una, así como Mi Hijo y Yo somos con Dios.
Son Mis queridos hijos porque Jesús Me confió vuestro camino desde el inicio.
Porque quiero que el mundo sea un Reino de Paz.
Son Mis queridos hijos para que aprendan a perdonar, a reconciliarse y a vivir en el Amor de Dios.
Porque necesito de vuestra sincera respuesta en la oración como en la comunión con Cristo.
Porque quiero consagrar vuestras vidas para que se consagre la humanidad.
Porque quiero que sean humildad en vida para saciar la sed de los que están solos.
Son Mis queridos hijos porque quiero que vivan en la paz, porque en la paz siempre hallarán la Luz y el refugio en el Corazón de Dios.
Porque es necesario liberar las causas del pasado para nacer a la Luz de lo nuevo.
Porque quiero que estén en Dios.
Porque quiero que vivan como almas y se despojen de todo el control.
Son Mis queridos hijos porque quiero revelarles una única verdad, la verdad del amor que los llevará a poder perdonar y así reconciliar vuestros corazones.
Queridos hijos, todas Mis intenciones se unen mediante la oración; ella es el camino que los llevará hacia la Verdad y la Vida que representa Jesús.
Son Mis queridos hijos porque los amo como corazones y como esencias, porque Dios observa la belleza que Él creó en ustedes a través del poder de Su Amor.
Hijos Míos, cuando estén vacíos, Dios los llenará con Su Eterno Amor y vuestra fe se volverá fuerte como el hierro. Nada impedirá que vuestra vida sea alegría aún en las arduas pruebas.
Cuando estén en Dios, nada los separará de Él; porque allí Jesús –Su Bondadoso Corazón– y Mi Materno Corazón estarán con ustedes iluminándoles el camino hacia la Eternidad.
Abran vuestros Templos Internos al Gran Corazón de Dios y estarán confiados perpetuamente.
Yo estoy hoy aquí porque ustedes han orado Conmigo, y esa Gracia ha descendido a través de Mi Llegada Maternal a cada una de vuestras vidas.
Sean valientes y nunca detengan el pulsar del amor en vuestros corazones.
¡Estoy celestialmente agradecida por vuestra peregrinación interior!
Alegría para vuestro día.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz en el corazón de todos Mis hijos! Vengan a Mi Reino porque en ese lugar de amor y de paz Mi Inmaculado Corazón los curará. Abran vuestros brazos y reciban desde Mi Corazón la llama que los iluminará para recorrer el nuevo camino junto a Mi Hijo, camino que se llama Redención.
Queridos hijos, que sus corazones se alegren porque Mi Paz Inmaculada está con cada uno de vosotros. Sabedlo bien, todas vuestras oraciones cuentan mucho en el universo, aún más las oraciones que nacen desde la esencia del corazón.
Hoy les pido que cada día Me aguarden en oración. Si así fuere, Mis ojos misericordiosos los contemplarán preparando la salvación de todas las esencias de Dios.
El mundo aguarda vuestras oraciones, y Mis hijos que no oran, también. Por eso, contemplen con Misericordia a cada uno de los Reinos creados por las Manos sabias de Dios y sepan que ellos necesitan de todos Mis hijos que están sobre la Tierra.
Ustedes, queridos hijos, poseen la llave primordial de la oración del corazón, la que abrirá las Fuentes de los Cielos para que más Misericordia descienda. Hijos Míos, ustedes tienen en vuestras manos la posibilidad de tomar la decisión de una vida nueva. Mi Hijo Jesús, el Sumo Guardián de todos los corazones, los espera para que, unidos en vigilia y en oración, ayuden al corazón de todas las almas que están sordas y no escuchan la voz de Mi Corazón.
Les agradezco por vuestra persistencia. Caminen hacia la Luz olvidando, con amor, el pasado para que vuestro espíritu pueda renacer.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy los invito a consagrar vuestras vidas como un presente para Dios, siendo flores a los pies del Creador. Lleven en sus rostros la alegría de servirlo y, en armonía, manifiesten el Amor de Mi Hijo. Vivan bajo la Fuente del Amor del Salvador y, como buenos y humildes instrumentos, irradien la paz del corazón.
Sepan, queridos hijos, que a pesar de la forma en que el mundo se comporta delante de Dios, Mi Inmaculado Corazón los hace partícipes del nuevo camino que Yo quiero revelarles, camino de amor y de perdón.
Recuerden que ustedes sirven por absoluto amor a Dios, y que Mi Hijo los llama a beber de la Fuente de la Misericordia por todos aquellos que, con facilidad, olvidan la importancia de estar en Dios. Por eso, hijos Míos, cada acción de la vida debe estar consagrada a Dios, y en ese espíritu de paz ustedes deben obrar.
Muchos recibirán, a su debido tiempo, el último llamado de Dios, el Padre del Universo, y uno de Sus avisos será dado a través de la voz de Mi Inmaculado Corazón que llega al mundo para elevarlo como consciencia y como corazón.
Sean buenos discípulos de Mi Hijo. Sean verdaderos mensajeros de Su Divina Misericordia. La Hora Divina marca el momento de servirse del Perdón de Dios y de reconciliarse con sus seres queridos. Cada acto de perdón atrae la pureza original hacia sus corazones. La vida se vuelve luminosa delante del trono del Padre porque en ella existe una nueva morada, morada visitada por el Amor Compasivo de Mi Hijo.
Busquen la pureza para comenzar a vivir de la Inmaculada Paz de Mi Corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy quiero ver brotar en Mis hijos la alegría maternal de Mi Corazón por todo lo que Dios, a lo largo de este tiempo, Me encomendó entregarles con amor y devoción.
Es importante que sus corazones reverencien al Creador, a Mi Hijo que retornará y al Espíritu Santo porque, si así fuere, todos ustedes estarán dentro del Gran Espíritu de la Santísima Trinidad.
Hijos Míos, este simple acto de amor y reverencia los mantendrá firmes delante del nuevo tiempo que llegará.
Yo los invito a orar con el corazón porque en cada día de oración sus vidas deben profundizar más en el Reino del Señor.
Para que cada una de sus almas encuentre reposo en Dios, solo deben decirle “sí” diariamente para que Su Amor Misericordioso los guíe y los acompañe, en especial, durante esta hora.
Quiero que sus vidas puedan ser partícipes del Reino en el cual Mi Inmaculado Corazón se encuentra, por eso, hoy les hablo de la importancia de vivir una vida de oración como un servicio para toda esta humanidad.
Como almas que son, están a tiempo de llegar a los brazos de Mi Hijo que, como Buen Pastor, quiere hacerles conocer la esencia de la Paz Celestial. Vivan y sean partícipes de cada una de las promesas de Cristo mediante el acto de la oración del corazón como también recordando el pasaje de las bienaventuranzas.
Cuando Mi Hijo les habló de los bienaventurados, él los invitaba a santificar sus vidas en el Señor. Por eso, pequeños niños, si todos ustedes dan ejemplo de humildad y de caridad, caminarán hacia el estado de la verdadera consagración.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No temas estar delante de Dios, Él te ama. Mi Hijo te contempla y Yo te protejo bajo Mi Manto protector.
Dios conoce tus destrezas y virtudes, Cristo sabe del poder de los talentos y Mi Corazón auxilia a todos aquellos que, con amor en el corazón, Me llaman.
Por eso, queridos hijos, que hoy prevalezca dentro de ustedes la alegría de vivir en Dios y de donarse a Dios. Toda falta que el mundo comete puede ser perdonada. Por eso, ya no miren hacia atrás, vean la esperanza celestial que surge en el horizonte.
Solo dejen sus corazones abiertos para que el Espíritu Santo los pueda colmar y purificar. Es necesario, hijos Míos, mantener el corazón puro para que el sentimiento y el pensamiento delante del Padre sean puros. No se aflijan por cuánto ustedes ven que les queda por transformar aún; la vida de consagración es eterna y todo comienza ahora.
Sean portadores de la alegría de Mi Corazón Maternal, pues el mundo necesita de alivio y ustedes pueden ayudar con la oración. Eleven la consciencia hasta la Puerta de los Cielos y pidan con compasión por Misericordia. Mi Hijo los escuchará porque aún Sus Rayos están sobre el mundo.
Construyan con sus manos el puente hacia la oración del corazón.
Si han caído, Yo los levantaré.
Si se han desanimado sus corazones, Yo los alegraré.
Dios es todo para sus vidas. Dios es Amor y es Verdad para sus corazones.
Hoy, quédense en Jesús porque Su Sagrado Corazón los aliviará y los reparará con Su compasión.
Acepten el tiempo de Misericordia que aún queda y sean valientes soldados orantes dispuestos a consagrar la vida al Dios del Amor, el Único para todos.
Yo escucho sus oraciones cuando ellas nacen desde la esencia del corazón.
Levántense, como dijo Jesús, y no desfallezcan.
Sean espíritus en transformación.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Cuando una flor se abre, ella expresa el Amor de la Creación; así también queridos hijos, vuestros corazones deben manifestarse en la belleza y en la pureza, como lo hacen las flores.
Queridos hijos:
Con inmensa confianza los coloco a todos cerca de Mi Inmaculado Corazón para que ustedes puedan dar los pasos hacia el Corazón de Mi Hijo. Sepan, hijos, que en el camino de la oración vuestras vidas se aproximarán a la consagración de sus almas ante el Reino de Dios.
Los frutos que Mi Hijo les confió hace tanto tiempo, y que se llaman talentos, deben despertar por el imperioso ejercicio de la oración. Pero, hijos Míos, para que esos sagrados frutos de los talentos despierten en cada uno de ustedes, primeramente el alma se debe despojar y morir a sí misma para renacer bajo la Gracia del Espíritu Santo.
Cada camino que Mis hijos recorren los lleva por largos y difíciles aprendizajes que en algunos casos fortalecen el espíritu y dan firmeza para continuar por la senda de la consagración.
Quiero decirles, hijos queridos, que este es un tiempo especial de Gracias como también de conversión para cada uno de Mis hijos de esta humanidad.
Por eso, hoy los invito a permanecer en la alegría de la donación y del servicio a Dios Padre porque así vuestras vidas serán conducidas hasta los sagrados pies de Cristo.
Sus corazones son verdaderas lucecitas que a cada momento deben volver a encenderse para brillar en este mundo a través de la paz.
Por todo esto, sepan que Mi Amor Misericordioso día a día quiere socorrer a los corazones de este mundo.
Vuestros corazones deberán ser perseverantes y firmes como los árboles que se elevan hasta Dios.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más