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Hijos Míos:
Una vez más, los invito a vivir la simplicidad y la humildad en sus corazones. Yo los llamé hasta este lugar para demostrarles que Mi Presencia está entre las multitudes, pero también está en los hogares, entre las familias más simples y abiertas de corazón.
Yo los traje hasta aquí para colocar, en el interior de sus seres, el espíritu de la humildad y de la simplicidad, para que aprendan de este ejemplo que tienen adelante de sus corazones.
Mis amados, el mundo necesita de corazones más humildes, dispuestos a responder al llamado que viene de los Cielos; necesita de corazones simples que sean capaces de vivir la obediencia, sin que esta sea un martirio en sus vidas.
Mis queridos, en este día, les quiero dejar en sus corazones este llamado a la humildad a través de la fe, de la reverencia y de la fidelidad. Quiero invitarlos a vivir la simplicidad a través de la obediencia, una obediencia que brote del corazón por el simple acto de obedecer a la Voluntad de Dios en todas las cosas y oír con el corazón Su Llamado.
Hoy pueden no comprender lo que les pido, pero si siguen Mis Palabras, encontrarán, sin muchas dificultades, este camino a través del cual Yo los estoy guiando.
Mis amados, llegará el tiempo en el que sus corazones deberán ser plenamente fieles a la voz del corazón, que es un eco de la Voz de Dios dentro de Sus criaturas.
Para llegar a la eternidad, sin entrar por otros caminos que no los conducen a Mi Reino, deberán silenciarse y oír con atención la Voz del Señor que los guía. Ese eco no trae dudas, trae confianza y, a través de esa confianza, deberán atender al Llamado de Dios sin que sea necesario que él se repita.
Hoy, hijos Míos, Mi Voz trae el eco de Dios, repitiéndoles Su Voluntad innumerables veces; pero llegará el día en el que ese llamado ya no se repetirá, y los que puedan oírlo deberán obedecer con fidelidad y sin demora.
Mis amados, espero, a partir de Mi Corazón Inmaculado, que puedan comprender lo que hoy les pido; que la humildad y la simplicidad en las pequeñas cosas los lleven a trazar los grandes acontecimientos de sus vidas.
Yo vengo como Madre y Auxiliadora para guiar a sus corazones y a sus espíritus. Oigan Mis Palabras con amor, estudien lo que les dije a lo largo de estos años y al menos intenten practicar lo que les indico. Mi intercesión llegará a los que Me dicen sí y dan los primeros pasos para responder a Mi llamado.
Les agradezco por estar hoy Conmigo.
María, Madre y Reina de la Paz
Alabados sean los niños que vienen a Mí, porque es de ellos el Reino de los Cielos.
Alabadas sean las pequeñas almas de los niños que oran Conmigo, porque por medio de ellas Mi Corazón liberará y dará Luz a las almas que están caídas.
Alabados sean los niños que vienen a Mí, porque en ellos depositaré Mis nuevos Dones, los que darán fruto en la Tierra Prometida a través de sus pequeños corazones.
Queridos hijos y hermanos Míos, hoy los llamo a volverse como niños para que en ustedes despierten la humildad y la simplicidad de amar al Dios del Amor sobre todas las cosas.
Queridos, es hora de lanzar las redes del amor y de la redención para que más seguidores y no seguidores Míos puedan despertar a la Vida del Espíritu. Mi Corazón Sagrado, lleno de Gracias y de Misericordia, obrará por medio de sus esencias; por eso es necesario mantener ordenada la casa interior, el templo del corazón de cada uno de ustedes, para que Mi Espíritu reconciliador los pueda visitar y guiar, paso a paso.
Queridos compañeros, hoy les doy Mi Abrazo Paterno de amor para que puedan encontrar en Mí el alivio que necesitan, y así alcanzar la Gracia de la conversión que su amado Padre tanto espera de ustedes.
Vengan a Mí y no se cansen de venir, abran la puerta del corazón y permitan que emane desde ustedes la fuente del amor, para que ella sea derramada sobre los que más necesitan de paz.
Estamos en tiempos de Inminentes Gracias, inexplicables para la humanidad; por eso la Fuente Inagotable de Mi Corazón se podrá unir a ustedes mediante la oración que renueva todas las cosas. Estoy volviendo para dar vida a sus espíritus y para renovar en vida a sus corazones. Solo abran el camino para que el Pastor los pueda guiar en el amor y en la redención.
Bienaventurados sean los mansos de corazón, porque ellos serán como niños en la Nueva Tierra Prometida, la Tierra bendecida por Dios Padre.
Bajo el Amor y el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hermanos Míos:
Que en estos tiempos pueda despertar en ustedes la sublime humildad del corazón para que sus vidas se liberen de la identificación con las cosas del mundo y, de esa forma, puedan caminar hacia la consagración a Mi Eterno y Sagrado Corazón.
Queridos, que el camino de la competencia y del reconocimiento entre los hombres de este mundo pueda estar distante de Mis servidores; que la oración sea el único camino que los lleve hacia el encuentro Conmigo, con Mi Reino de Amor. Porque el amor a Mi Corazón y el amor entre Mis compañeros permitirá derrotar los grandes atavismos de la consciencia, como lo son el orgullo y la vanidad. Que delante de estas actitudes del mundo sus corazones se fortalezcan en vivir el espíritu de fraternidad y de redención.
Mi Corazón Bendito está abierto para que lo adoren como un templo de oración y devoción, Templo del Dios Amado que los protegerá de las actitudes de ustedes mismos. Por eso, vayan por el camino de la paz y que la paz sea el motivo de congregar en la luz a todas Mis ovejas.
Aguardo el despertar de nuevos rebaños; para que eso suceda y para que todos puedan ser partícipes de Mi Misericordia, los servidores Míos serán el puente vivo de amor y de caridad, así un mayor número de almas cruzará el umbral hacia Mi Corazón.
Los espero siempre en la paciencia y el amor. Ámense compasivamente entre ustedes, así el mundo estará un poco más aliviado.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias hijos, por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Mi Paz y Misericordia llegan al mundo para apoyarlo en los nuevos cambios que se aproximan para todas las consciencias. Por eso será tan importante la humildad y vacío de sí ante las situaciones que se verán en el mundo en este tiempo y que la humanidad no considerará una grave ofensa a Dios. Aférrense a las Escrituras y enseñanzas del Evangelio para que menos almas se distancien del único y verdadero Camino del Pastor.
Hoy Mi Corazón se alegra por los que en la fe prosiguen trabajando por la redención y la conversión del corazón; pero Mi Corazón se acongoja por los hechos que día a día los hombres cometen en nombre del bien común.
Atentos, orantes, para que la vigilia sea el verdadero escudo que proteja sus hogares y familias. Mi Corazón Misericordioso se abre para acogerlos dentro de Mi Templo Sacerdotal, Mi Luz se difunde a través de aquellos siervos que dan todo en este tiempo.
Estoy llamando a los rebaños para que una vez más alivien Mi Corazón Flagelado, Corazón que recibe las graves ofensas que lastiman el Corazón del Padre.
Conviértanse. Conviértanse. Conviértanse porque aún están a tiempo. Oren. Ayunen. Reparen en la Santa Comunión todas las causas que transgreden la Ley del Altísimo.
Si así lo hacen, Mi Corazón Misericordioso una vez más intercederá por todos los que niegan la presencia del Amor del Padre. Cuanta más oración, más reparación. Cuanto más pecado, más Justicia Divina.
Recen con el corazón y ofrezcan a Mi Sagrado Corazón todo el amor que guardan por el Padre; esto reparará las causas que lo ofenden.
Bajo la Gracia de Dios, sean misericordiosos.
Gracias por reparar Mi Sagrado Corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Adoren las misiones de San José en el mundo a través de sus corazones.
Lleven en ustedes el amor al servicio pleno por Dios y por Sus planes predilectos para las almas.
Quiero que hoy puedan servir para reparar las causas que oprimen a muchos corazones que están olvidados hace mucho tiempo.
Elevo, con Mi Corazón, las ofertas sinceras de todos los peregrinos que se animen a obrar por amor a la Misericordia de Mi Hijo.
Queridos hijos, hoy estoy aquí para agradecerles por su respuesta de estar aquí en Salta.
Ahora, a partir del nuevo ciclo anunciado por San José Castísimo, preparen el instrumento que representa al corazón de cada uno de ustedes, porque el Señor los está llamando a obrar a través de los medios de servicio, de fraternidad y de humildad, atributos que deberán nacer primero en ustedes para después vivirlos como luz en otros hijos Míos.
Detengo hoy Mi mirada para observar la sinceridad de sus corazones. Es hora de seguir caminando en la fe del corazón.
¡Les agradezco, hijos, por responder a Mi llamado en Salta!
María, Reina de la Paz
Oración de San José transmitida durante la vigilia de oración del 26 de febrero de 2013 en la ciudad de Salta, Argentina. Oración que deberá ser repetida siete veces al comienzo y al final del Devocionario al Castísimo Corazón de San José.
Oración de San José Castísimo
¡Oh, amado mediador e intercesor San José!,
pide por nosotros ante Cristo
por toda la eternidad.
Amén.
La Esencia de la Humildad
El vacío de sí se alcanza con el olvido de todo lo que controla la vida material, eso significa un paso importante para hallar el camino de la humildad.
El encuentro con aspectos de la vida puede reafirmar la condición humana, la que puede ser liberada por el amor y por la esencia de la humildad. Para vivir en esa esencia, que parece inalcanzable para muchos, la humildad se puede manifestar en la vida de aquellos que se interesen por la Vida Universal. Sabemos que el Universo es humilde y vasto como infinito y sabio, allí también se encuentra la esencia de la humildad.
Quien busca el camino de la humildad recibe una señal: el despojamiento de sí, primer paso para el olvido de los agravios y de las desilusiones que genera la vida material. La humildad, como esencia hermana, la podrán encontrar manifestada en otros atributos que permiten el despertar de la Consciencia Crística2 en las criaturas.
La humildad está presente en la esencia del servicio, en la esencia del bien común y fraterno, como también en la esencia de la verdad y de la sabiduría. Cada alma podrá ser afín a algunas de las vertientes de la humildad, y eso despertará un trabajo más consciente de entrega y de solidaridad para con los semejantes.
La esencia de la humildad es uno de los grandes escudos crísticos que protege a las almas del abismo del descontrol y de la ambición por bienes espirituales y materiales. Para hallar el camino de la humildad se debe haber recorrido el sendero de la pacificación.
Un ser humilde debe ser un pacificador crístico y activo, porque ese estado interior permitirá que la humildad tenga buenas bases en donde apoyarse para trabajar dentro del espíritu de cada criatura. La esencia de la humildad es uno de los dones más rechazados por la personalidad de las criaturas; la esencia de la Vida Crística de humildad y de paz afirma la existencia de los Dones Espirituales del Padre, que permiten la consagración de los seres al Plan de Dios.
Sin humildad es como navegar en una barca sin remo. La humildad, como esencia, es todo, aún más en este tiempo, en el que los rebaños deberán estar más vigilantes de sí mismos para soportar las corrientes misericordiosas de transformación que llegarán en auxilio de la humanidad.
Queridos Míos, aún son muchos los pasos que deben dar para divinizar la materia, pero todo comienza con querer y aspirar a alcanzarlo. Que la humildad sea una regla para los que se han consagrado, porque en la humildad ayudarán a los que ignoran Mi Nombre Salvador.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
2. Despertar de la Consciencia Crística: grado elevado de amor universal que será alcanzado y expresado por la humanidad en un próximo ciclo del planeta.
Hijos de Mi Padre Eterno:
El Universo está sobre sus manos, solo les bastará mirar cuántas Gracias Divinas han recibido en el transcurso de los últimos tiempos.
Hoy les digo que no acongojen sus corazones con aquello que todavía se resiste a cambiar y, venerando al Padre que está en los Cielos, abran sus ojos y contemplen la infinitud del Universo Mayor. Hacia allá deberán encaminarse sin demora, porque muchos miran hacia abajo, miran hacia el mundo, a sí mismos y se olvidan que la verdad del Todo se encuentra por intermedio de Mi Corazón de Paz.
Sé de sus sentimientos, sé de sus pensamientos, el Pastor conoce bien a Sus ovejas y sabe qué es lo que cada una de ellas necesita. Para que la oveja crezca fuerte y sabia, ella debe confiar primero en su Pastor, porque el Pastor la guiará, la librará de las asechanzas del lobo feroz que solo quiere atormentarla en el camino.
En cada prueba cuenten con Mi Confesión, cuenten con Mi Alivio, con Mi Liberación total de cualquier sentimiento y amargura, solo basta que Me digan sí y allí Yo estaré para mostrarles el camino de salida.
Deberán recordar hoy la regla del amor, porque sin amor a Dios no habrá transformación. El alma que se consagra debe contemplar con amor lo que hace, sin vanagloria; debe buscar el camino de la humildad para poder reconocer que sin Mi Padre nada podrá ser. Todo les da Mi Señor, hasta las cosas más insignificantes, todo viene de la Fuente del Bien y de la Verdad.
Por eso, busquen estar el mayor tiempo posible unidos a esa Fuente, aun cuando sus seres manifiesten sentimientos y reacciones opuestas. Como buenos vigilantes de Mi Llamado, socorran todas las necesidades de las almas porque por detrás de todo estará Mi Espíritu presente. Cada señal les habla un poco más todos los días.
Bajo la Gracia del Espíritu de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por contemplar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Amo a las almas que con predilección preparan internamente Mi segunda Venida Celestial y que persisten, incluso habiendo faltado a las Leyes del Señor. Por eso hijos queridos, Yo vengo como el Salvador, como el Pastor de todos los rebaños que en estos tiempos permiten ser redimidos por la fuerza imperiosa de Mi Amor.
Sus intenciones son buenas ante Mis Ojos y sé que día a día luchan sin cansancio para alcanzar la santidad y la humildad en el corazón. Delante de cada prueba hoy les pido, Mis queridos, que Me la entreguen para que Yo, con Mis Manos, pueda moldear sus aprendizajes y así llevarlos pronto hacia Mi Luz Eterna.
Yo les dije cuando estuve entre ustedes, que la vida sobre la Tierra merecía vivir la redención porque, como almas, vienen a este mundo para aprender las grandes lecciones; las que parecen fáciles de vivir pero para muchos muy difíciles de alcanzar. Ellas son las lecciones de la humildad, el amor y el perdón.
Compañeros, Mi Retorno ya está sucediendo. Estoy buscando corazones humildes, simples y verdaderos; corazones que puedan vivir sin teorizar Mis mensajes de redención, porque de ustedes puede nacer Mi Llama Crística, la que los animará a transformarse en buenas ovejas de Mi rebaño. Sé que ahora están bajo el Fuego Transformador del Universo.
Muchos hijos pensaron que Cristo permitiría que todo se perdiera o que la Santa Madre del Mundo abandonaría a los hijos que Yo le confié desde la Cruz. Estamos retornando como Sagrados y Renovados Corazones, los que fueron universalmente preparados para anunciar la próxima verdad al mundo.
Quien tenga oídos que oiga y quien abra su corazón que guarde Mis Preceptos, que anuncian el advenimiento de la Buena Nueva para toda la humanidad. Estoy llegando junto a Mi Santa Madre Celestial primero a los corazones que, dispuestos a vivir el Plan del Padre, están decididos a seguir Mi Mensaje Salvador y Redentor; y luego, a los que no Me esperan.
Estoy con ustedes tanto en las pruebas como en la alegría. Estoy con ustedes en el llanto como en las buenas nuevas. Estoy con ustedes siempre, sintiéndolos, buscándolos, acogiéndolos en Mi Corazón, dándoles Mi Bondadoso Auxilio. No tengan miedo de ustedes mismos, abandónense por entero a Mí porque nada les faltará.
Bajo la Luz Poderosa del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras desde el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
Sumérjanse en Mi Amor porque en Mi Amor hallarán la seguridad para la vida, y todos los caminos podrán siempre conducirlos hacia Mí.
Una parábola de Jesús
Había una vez dos hermanos que eran apreciados por su padre. Como el padre viajaba por labores que eran el sostén de toda la familia, los dos hermanos quedaron con el compromiso de cuidar los bienes que el padre les había confiado guardar y proteger.
Un día, uno de los hermanos, el mayor, dejó de vigilar el preciado tesoro viendo que su hermano menor estaba distraído y desatento. El hermano menor dejó de vigilar con atención lo que el padre le había confiado. Cuando este hermano menor dejó de cuidar los bienes porque estaba ocupado con otras cosas, su otro hermano, el mayor, le reclamó con desprecio lo que había pasado sin saber bien lo que en verdad sucedía.
El hermano menor había permitido que una gran plantación, un bien familiar se perdiera por entero, se secara por falta de agua de la fuente de su padre. Ante ese gran hecho, el hermano mayor, que despreciaba al hermano menor, lo juzgó sin saber toda la verdad. A consecuencia de esto perdió el amor verdadero por su hermano.
El hermano mayor no solo era más sabio que su hermano menor, sino que su padre también le había dejado a su cargo otras tierras; dichas tierras fueron destruidas por una intensa lluvia.
Cuando el padre de ambos regresó a su casa se encontró con lo que estaba sucediendo. El hermano mayor le contó a su padre lo que había ocurrido con las tierras que les había confiado y que el descuido de su parte había sido por vigilar a su hermano menor.
El padre ante sus dos hijos respondió: Queridos, no importa cuánto han perdido de mis bienes, lo que le importa a su padre es que no se juzguen, que se amen por encima de todas las cosas. Lo que yo les confié antes de mi partida les brindaba la oportunidad que les mostraría que cualquiera de mis hijos podía equivocarse, pero lo que no podían olvidar es el amor que yo les enseñé para que ustedes pudieran vivir en paz.
Queridos Míos, ¿cuál es la filosofía espiritual de esta parábola?
Dios los ama tal cual son, incluso con imperfecciones. Dios espera de ustedes una absoluta unidad y humildad, lo que les permitirá reconocer que un día podrán ser aprendices de la vida y que otro día podrán ser instructores de la vida. Nunca deberá faltar en sus corazones el amor; si no hay amor el perdón se vuelve superficial y la unidad se vuelve débil. Fortalezcan su fe en que es posible transformar todo porque ahora llegó el momento de que reconozcan Mi Corazón en todos los hermanos.
En la Paz de Mi Corazón, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Parábolas en el corazón interior.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Si buscan vivir en la esencia de Mi Paz ustedes hallarán el Reino de Dios sobre la Tierra, y entre los corazones se disolverán los conflictos, conflictos que nacen desde la propia consciencia.
En este tiempo, principalmente, estén unidos de hermano a hermano a través de la oración y déjense conducir por el poder que ella tiene cuando es pronunciada con amor.
Queridos hijos, recogidos en este día dentro de Mi Corazón, busquen la presencia de Mi Hijo, practiquen las enseñanzas de Jesús mediante la oración diaria, el servicio y la fraternidad.
Ya no es momento de que algún corazón, de que algún hijo del Padre deje de cumplir su tarea diaria de oración porque, sin percibirlo, se estaría alejando del propósito y comenzaría a vivir bajo los principios humanos, incluso aquella alma que se haya consagrado.
La oración es la sal de vuestras vidas, es el condimento que provee la humildad y la sabiduría en estos tiempos. Hijos Míos, mientras caminen sobre este mundo, ustedes abrirán una pequeña puerta hacia el Cielo a través de la oración diaria para encontrar la paz y la mansedumbre.
Sean en todo momento misericordiosos aunque vuestros pensamientos y sentimientos digan algo diferente.
Únanse al Corazón de Mi Hijo para que todas las ovejas que se han separado de Él encuentren de nuevo el camino. Ustedes son parte del Plan de Dios, Plan que se está cumpliendo con esfuerzo en esta parte de América a través de los anuncios de Mi Inmaculada Faz.
Como Madre del Alivio, les doy Mi Bendición y los invito a recordar el camino de humildad para vuestros corazones, para que así, sobre este mundo, haya más paz y armonía.
¡Les agradezco!
¡Gracias por orar el rosario todos los días!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Como Reina y Madre de la Paz, hoy los invito a buscar en vuestros corazones la unión interna con Jesús para que, mediante la oración, ustedes ayuden a Mi Hijo a llevar la cruz del mundo.
Como el cireneo, carguen por amor con el dolor del mundo. Que vuestra oración sea el alimento que todo lo sacie y sea el agua que quite la sed de muchos de Mis hijos.
Hoy quiero decirles que la cruz de la humanidad debe ser apoyada en la perseverancia de los grupos de oración que, unidos al Santísimo Corazón de Jesús, cumplan con el llamado de aliviar el Corazón de Cristo.
Una pequeña parte de vuestras vidas, mediante la oración, y como un servicio, puede colaborar con el prójimo. Hoy Me refiero, queridos hijos, al estado interior de donarse a los otros. Ese estado interior les permitirá reconocer la humildad que es necesario vivir en estos tiempos. Por la falta de humildad en el corazón humano muchos acontecimientos se desarrollan, eventos que condicionan el caminar armonioso de Mis hijos.
Por eso, buscando en ustedes a Jesús, el Amor Redentor, hallarán la esencia de la donación, y cuando esa donación sea un ejercicio diario, junto a la oración, vuestros corazones comenzarán a vislumbrar la Luz de la humildad.
Ese camino de humildad, de vacío de sí, todos Mis hijos están siendo llamados a vivirlo, por amor a Dios y por la reparación de los grandes conflictos y de la soberbia que vive la humanidad, en la que poco se aman los unos a los otros.
Queridos hijos, los estoy llamando a formarse como buenos instrumentos de Dios para que vuestro Sumo Sacerdote, Jesús, pueda verter Sus Gracias Misericordiosas sobre los corazones puros y sobre los corazones caídos.
Es hora de estar en Jesús todos los días.
Oremos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
A los ojos de Dios, el alma siempre ama.
A los ojos de Dios, el alma vive su fe.
A los ojos de Dios, el alma camina y asciende.
A los ojos de Dios, el alma está en Dios.
A los ojos de Dios, el alma reconoce el camino hacia Cristo.
A los ojos de Dios, el alma bebe de la Fuente del Amor de Dios.
A los ojos de Dios, el alma crece y encuentra fortaleza en el Corazón de Dios.
A los ojos de Dios, todas las almas son iguales y todas están unidas al Principio Creador de Dios, porque a los ojos de Dios se viven los grandes misterios del Corazón de Dios.
Queridos hijos, hoy los invito a todos a permanecer bajo la mirada misericordiosa de Dios, porque a los ojos de Dios, vuestros corazones se tornarán inseparables de la vida de oración, y el Gran y Divino Espíritu de Dios les dará a conocer la humildad que necesitan para cumplir con Su Única Voluntad.
Hijos Míos, cuando los invito a estar en la mirada de Dios, es para que reconozcan que no están solos en vuestro caminar y que, unidos a Su Corazón, estarán siendo guiados por el Amor y el Espíritu Santo.
Pequeños hijos, muchos corazones aún no están bajo la mirada bondadosa de Dios. El Padre está cerca de cada uno de Sus amados hijos y ustedes, en el nombre del Amor, pueden ayudar a que el mundo entero esté bajo Su mirada.
Cada hijo de esta humanidad debe abrir el cofre del corazón para llegar hasta la mirada de Dios.
Mi Padre, el Altísimo, está en vuestros corazones y, por eso, los invito a buscarlo dentro de vuestros seres porque muchos hijos se olvidan fácilmente de Dios en el corazón. Vuestra atención de estar en Dios aliviará el martirio que Él recibe por las ofensas constantes de la humanidad.
Si la humanidad estuviera en la Misericordia de Dios, ella sería una humanidad misericordiosa. Aún están a tiempo de encontrar la Fuente del Amor de Dios en vuestros corazones porque Mi Aspiración Maternal es que ustedes aprendan a amar como amó Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Que hoy vuestros corazones puedan comprender y venerar la Gracia Especial que vuestras vidas están recibiendo mediante el ejercicio de la oración y en nombre del Amor de Mi Hijo.
Queridos hijos, por eso los invito a orar más con el corazón para que Dios Padre los escuche y Mi Corazón Materno pueda seguir viniendo al encuentro de vuestras vidas. La misión que Dios les confía es orar por la salvación de todas las almas porque, en este tiempo, queridos hijos, todos tendrán una última Gracia: vivir la Conversión.
Antes de que el Divino Juicio Universal se aproxime al mundo, ustedes, Mis pequeños, deberán estar en profunda y verdadera oración para que nazca en ustedes la voluntad de orar todos los días.
Por eso, queridos hijos, es muy importante la renovación de los grupos de oración por medio de encuentros mensuales, para fortalecer, entre los grupos, el ánimo de servir a Dios y de ser menos invadidos por las realidades del mundo.
Cada grupo de oración debe ser la Luz de Cristo en el mundo y para que esa Luz ilumine en la oscuridad, las llamas de Cristo, que son cada una de las almas, deberán estar unidas en la misión y ser humildes desde el corazón, porque de esa manera, el Espíritu Santo podrá guiar y bendecir la existencia de cada grupo orante.
Hijos Míos, hoy les comunico esta importante misión de final de tiempo para todos estos grupos orantes. Sepan, Mis queridos hijos, que Mi Maternal Corazón estará entre ustedes, acompañándolos, en el momento de iniciar vuestro ejercicio de oración.
Queridos hijos, ya es tiempo de que nazca la fraternidad desde los corazones, para que la tarea de orar en grupo entre almas hermanas pueda tener repercusiones universales. Pero para que eso suceda, es necesaria mucha humildad y estar vacío de sí porque, de esa manera, vuestros encuentros de oración serán victoriosos y estarán unidos a Mi Propósito Maternal de salvación.
Hoy, queridos hijos, le agradezco a cada uno de los orantes y devotos por estar contestando a Mi urgente llamado por la oración y la paz.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En este día, queridos hijos, los invito a recogerse dentro de Mi Pesebre maternal. Hoy los llamo a quedarse cerca del calor de Mi Inmaculado Corazón, de Mi Amor materno, como estuvo Jesús desde Su nacimiento.
Hoy les pido que unan vuestras esencias a Mi Esencia maternal para que en vuestras vidas pueda despertar el verdadero Amor al Creador.
Queridos hijos, hoy los invito a quedarse dentro del poder de la oración para que vuestras almas despierten los dones espirituales que la oración ofrece como fruto para las almas.
Hijos Míos, cuando los llamo a permanecer dentro de Mi Pesebre materno, Yo los estoy llamando a ser humildes y simples para que Dios encuentre vuestras moradas cristalinas y puras. Para ello, vuestros corazones deben estar consagrados a Mi Inmaculado Corazón.
El mundo aún no cambia, por eso vuestra oración del corazón permitirá que muchas situaciones encuentren la Luz de Mi Hijo.
Pequeños hijos, hoy no solo los estoy llamando a despertar vuestra consciencia, sino también a encontrar, a través de Mí, a Jesús, el Redentor. Mi llamado se anuncia para que Mis soldados encuentren el camino hacia Mi Inmaculada Paz.
Hijos Míos, hoy los llamo a madurar el corazón y a reconocer a Dios en cada una de las cosas porque el Padre los espera para bautizarlos con Su Espíritu de Paz. Confíen en el sacerdocio de Mi Hijo, comulguen de Su Misericordioso Corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre del Universo les traigo el Don del Espíritu Santo y la Luz de las estrellas. Como Madre del Universo les entrego Mi Paz para que despierte, en esta hora, el amor en vuestros corazones.
Hoy los invito a distanciarse de los abismos de la vida y a dar el salto mayor hacia la Luz de la fraternidad.
Queridos hijos, el mundo carga con mucho dolor, por eso ustedes, a través de las oraciones y de las buenas acciones, deben llevar el emblema de Mi Eterna Paz para que acaben los conflictos en los corazones.
No deben bajar los brazos, mas sí elevarlos en dirección al Universo del Creador y clamar, una vez más, por la Divina Misericordia, así Dios los escuchará.
Hoy los llamo a despertar la humildad del corazón a través de la Luz Divina de Jesús, porque solo a través de Jesús vuestras vidas podrán aprender los pasos de la humildad.
Queridos hijos, llamando en vuestras vidas a la esencia de la humildad podrán saber cuál es la tarea que Dios les envía a vuestros corazones. Hoy, Dios, a través de Mi Inmaculado Corazón, les revela la tarea de la oración del corazón para que pueda vivir en ustedes la Paz Celestial.
Hoy los invito a ser oración en la vida y en las acciones para que, a través de esa oración, sean disueltas todas las causas que necesitan de Perdón y de Misericordia. El momento actual amerita la colaboración de todos los servidores marianos consagrados a Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas puedan reflejar buenas acciones, la fe despertará como Luz en muchos de Mis hijos, y la humanidad terminará de luchar entre sí por sus ambiciones.
Cuando sientan falta de paz, observen, queridos hijos, cómo está vuestro ejercicio de oración.
¡Les agradezco!
¡Vivan en Mi Eterna Paz, solo paz!
Gracias por responder a Mi llamado a pesar de las circunstancias.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Soy la Señora vestida y rodeada por la Luz del Gran Sol.
Soy el Espíritu Inmaculado guiado por la sabiduría del Espíritu Santo.
Soy la Madre del Universo, soy la Reina de la Paz.
Soy la emanación del Amor, de la Unidad y de la Fe para todos Mis hijos.
Soy el refugio para los que están solos, soy el mañana que despierta en cada una de las vidas.
Soy la Estrella de la Mañana, soy la Aurora que reúne a los rebaños de Cristo.
Soy la Inmaculada Concepción que trae el Consuelo para el desesperado, el Amor para el desposeído, la Fe para el solitario y la Redención para quien se haya negado.
Soy el puente hacia lo Alto, soy la Madre de la Perpetua Oración de Dios.
Soy parte del Verbo Divino, soy el testimonio del Creador.
Soy Su Sierva, soy Su Servidora, soy parte de Su Luz para el mundo.
Queridos hijos, Yo soy la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, Yo soy para ustedes la Nueva Flor, soy el Aroma Sutil de la Fuente de Dios.
Yo soy la Madre del Redentor, soy la Servidora de Cristo.
Soy, para Mis hijos, el manantial que sana las heridas, Yo soy el Bienaventurado e Inmaculado Corazón.
Yo soy la Rosa Mística, soy el Espíritu de la Paz.
Pero Yo seré aún más, sobre este mundo y en el universo, a través de vuestro amor, de vuestra compasión y de vuestra humildad.
Hijos Míos, hoy los invito a ser parte del Gran Espíritu de Dios.
Yo los invito a vivir en el Corazón del Altísimo para que la humildad, la sagrada devoción y la reverencia puedan nacer desde vuestras pequeñísimas almas.
Yo seré en ustedes la Madre de las Gracias. Unidos a Mi Maternidad estarán unidos al Eterno Padre que conduce a cada alma, a cada uno de Mis pequeños hijos.
Queridos hijos, que desde vuestras esencias brote la sabiduría para comprender con el corazón a quien, por Amor y Gracia, los visita mes a mes.
Así como Yo quiero estar con ustedes, Mi Hijo quiere ser parte de vuestros seres.
¿Qué Amor más grande existe sino aquel que nace perpetuamente de Dios?
Queridos hijos, hoy los estoy llamando a contemplar la inmensidad y la magnitud, la grandeza y la expansión universal del Amor de Dios sobre todos los universos.
Queridos hijos, hoy les digo y les recuerdo que cada uno de ustedes es parte de la divina expresión del Amor de Dios porque mediante la oración permitirán, en este tiempo definitorio, que nazca y despierte en ustedes el Amor del Creador.
Hoy solo sean Amor, Amor Divino y Amor Inmaculado.
Hoy, solo sean paz, almas en la Paz de Dios y sirvan a Dios con alegría.
Bienaventurados los humildes y los perseverantes en Mi Hijo, porque ellos encontrarán el Reino de Dios en el corazón.
Yo soy la Madre del Santísimo Corazón del Creador; como parte del Amor Yo los amo y los bendigo en la unidad del Espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Cuando abran el corazón a Dios, lo abrirán en amor a sus hermanos. Allí comenzarán a comprender la ciencia de la compasión, y sus corazones serán tocados por el brillo supremo de la Humildad de Dios.
Cuando abran sus corazones mediante el ejercicio de la oración, las tinieblas de la confusión se desvanecerán, y en el camino lograrán ver el Horizonte Misericordioso de Dios.
Cuando abran sus corazones, será la humanidad que se abrirá a la Voluntad de Dios. Las almas se verán sinceras y puras delante del Creador y, con un Amor Inmenso, Su Gracia será derramada sobre todos.
Cuando vivan en Mi Inmaculado Corazón, les prometo que la paz rodeará la belleza de sus almas como un extenso jardín de rosas porque allí resplandecerá el Único Dios.
Cuando estén en el Corazón de Mi Hijo, sus almas se pacificarán y vivirán en la Ley del Espíritu Santo; se les revelará en la vida la esencia del amor y de la verdad.
Si la humanidad abriera el corazón a Mi llamado, mucho dolor ya hubiera acabado, reinaría la paz en los hogares y ningún hijo de Dios tendría su vida en peligro. Pero aún son muy pocos los que espontáneamente abren el corazón al llamado de Mi voz.
Muchos son los soldados que deberán estar en vigilia. El Pastor debe cuidar a Su rebaño. Recuerden que todos son llamados a la oración constante.
Hoy los invito a abrir sus corazones y dejarse conducir por la nueva guía maternal. Quien acepte ser Mi hijo será bien recibido en el Reino de la Paz, y en un acto verdadero se abrirá el corazón de quienes aún lo tienen cerrado para Dios.
Esto es lo esencial de hoy: abrir el corazón para que reine el Amor de Mi Hijo entre ustedes.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijitos Míos:
Almas ardientes en el Creador, con alegría por Su Misericordia, alabado sea Jesús en todos los corazones de Mis hijos de Paraguay.
Queridos hijos, por la Gracia de Dios Altísimo, hoy los visito con mucho amor para invitarlos de nuevo a proclamar la oración del corazón. Hijos Míos, envío Mis Bendiciones Maternales a toda la Nación Guaraní, y hoy, como Madre de las Américas y como Sierva del Señor les traigo Mi Paz Maternal y consuelo para los afligidos.
Pequeños hijos, al igual que en Guadalupe con Juan Diego sobre el Tepeyac1 hoy, nuevamente, coloco Mi corona de estrellas sobre cada uno de Mis hijos guaraníes. Queridos hijos, Mi llamado, en estos tiempos, es un llamado a la oración, a la reparación de la vida de los pueblos, de cada una de las culturas americanas y de toda la humanidad,y eso acontecerá a través de vuestra sincera oración.
Como Madre del Único y como Reina del Cielo, hijos Míos, hoy los llamo a reafirmar, mediante la oración, vuestra conversión a Dios, al Todopoderoso; esto permitirá que vuestras almas comulguen de la presencia de Cristo, el Redentor.
Queridos hijos, hoy llego a Paraguay para darles Mi Bendición Maternal y Mi Paz.
Como Madre de todas las almas, les suplico que oren por la salvación de todos los pueblos americanos, para que, al igual que Juan Diego, recuperen la humildad, la simplicidad y el amor a Dios.
Hijos Míos, hoy, desde aquí, desde el Universo Celestial junto a Juan Diego, les damos las gracias por responder a Mis pedidos. Guardo especial predilección por todos Mis hijos de Paraguay, pues la siempre Bienaventurada Virgen María conoce de vuestro amor a Su Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, recen, recen mucho para que Dios los escuche desde la voz de vuestros corazones. Recen por las comunidades guaraníes, recen para que la educación y la vida digna puedan expresarse en cada uno de estos hijos Mios.
Los adoro con Mi Corazón a todos. Oremos por la presencia de la paz en todo el Paraguay.
¡Les agradezco!
A todos los grupos de oración de Paraguay, gracias por escuchar Mi llamado.
En Cristo Vivo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Colina próxima a la actual Ciudad de Méjico, donde en el año 1531 la Virgen se manifestó al indígena Juan Diego.
El mayor sufrimiento que Mi Corazón Maternal observa en esta humanidad es la falta del amor en el corazón. Por eso, queridos hijos, estar en el Amor de Dios, vivir en el Amor de Dios y obrar en el Amor de Dios, es lo que les permitirá, en el final de estos tiempos, hacer florecer la sabiduría en la humanidad.
Queridos hijos, un camino para encontrar el Amor de Dios es abrir vuestros corazones a la oración porque ella es la mediadora, ella es la Luz nueva que está llegando a las consciencias de todos Mis hijos.
Hijos Míos, como Madre, estoy aquí entre ustedes para enseñarles a caminar en el arte de la oración, en la vida de oración que todos Mis pequeños niños necesitan despertar y realizar en estos momentos.
Ustedes cuentan con Mi Hijo Jesús que es la expresión viva de la oración, de la unión perpetua con Dios Creador. Cuando los invito a orar por la paz y por la Luz en la humanidad, Yo los llamo a que vuestros corazones se vuelvan misericordiosos para que imiten el camino de la humildad y de la donación total al Creador.
Queridos hijos, por eso caminen, caminen y no detengan vuestros pasos en la vida de oración, porque así Mi Inmaculado Corazón los acompañará y Dios se servirá de vuestras oraciones.
La Obra de Dios en este tiempo es la redención de todas las almas y la oración que nace del corazón será la gran llave para la salvación de los más humildes y de los más necesitados de paz.
Atiendan a Mi llamado y recuerden que estas son Mis últimas palabras en este ciclo de la humanidad. Preparen vuestros corazones en la constancia a través de la oración.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Gracias por responder a Mi llamado por la paz y por la conversión de los corazones que cada día se distancian del Amor del Creador.
Hijos Míos, ¿saben, en verdad, por qué son Mis queridos hijos?
Porque quiero enseñarles a amar sobre toda circunstancia.
Porque quiero abrir vuestro Templo Interior para la Gloria de Dios.
Porque quiero que abran vuestros ojos a la Luz de Dios.
Porque quiero borrar el conflicto y la falta de paz en todos Mis hijos.
Porque quiero que oren Conmigo y que recuerden cuán importante es unirse en oración.
Porque quiero reconocer vuestros corazones como reconozco, como Madre, el Corazón de Mi Hijo.
Porque quiero que las almas sean una, así como Mi Hijo y Yo somos con Dios.
Son Mis queridos hijos porque Jesús Me confió vuestro camino desde el inicio.
Porque quiero que el mundo sea un Reino de Paz.
Son Mis queridos hijos para que aprendan a perdonar, a reconciliarse y a vivir en el Amor de Dios.
Porque necesito de vuestra sincera respuesta en la oración como en la comunión con Cristo.
Porque quiero consagrar vuestras vidas para que se consagre la humanidad.
Porque quiero que sean humildad en vida para saciar la sed de los que están solos.
Son Mis queridos hijos porque quiero que vivan en la paz, porque en la paz siempre hallarán la Luz y el refugio en el Corazón de Dios.
Porque es necesario liberar las causas del pasado para nacer a la Luz de lo nuevo.
Porque quiero que estén en Dios.
Porque quiero que vivan como almas y se despojen de todo el control.
Son Mis queridos hijos porque quiero revelarles una única verdad, la verdad del amor que los llevará a poder perdonar y así reconciliar vuestros corazones.
Queridos hijos, todas Mis intenciones se unen mediante la oración; ella es el camino que los llevará hacia la Verdad y la Vida que representa Jesús.
Son Mis queridos hijos porque los amo como corazones y como esencias, porque Dios observa la belleza que Él creó en ustedes a través del poder de Su Amor.
Hijos Míos, cuando estén vacíos, Dios los llenará con Su Eterno Amor y vuestra fe se volverá fuerte como el hierro. Nada impedirá que vuestra vida sea alegría aún en las arduas pruebas.
Cuando estén en Dios, nada los separará de Él; porque allí Jesús –Su Bondadoso Corazón– y Mi Materno Corazón estarán con ustedes iluminándoles el camino hacia la Eternidad.
Abran vuestros Templos Internos al Gran Corazón de Dios y estarán confiados perpetuamente.
Yo estoy hoy aquí porque ustedes han orado Conmigo, y esa Gracia ha descendido a través de Mi Llegada Maternal a cada una de vuestras vidas.
Sean valientes y nunca detengan el pulsar del amor en vuestros corazones.
¡Estoy celestialmente agradecida por vuestra peregrinación interior!
Alegría para vuestro día.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más