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Queridos hijos:
Soy la Señora del Camino, todos los rebaños que Me siguen están bajo Mi protección. Todos los orantes que Me acompañan están bajo Mi Gracia Maternal.
Soy la Señora del Camino, con Mis pasos marco la senda hacia el reencuentro con Cristo.
Soy la Madre que guía y protege a las almas que buscan a Dios. Mi Corazón resplandece delante de sus almas.
Soy la Luz bondadosa en el camino de Mis hijos. Soy la Señora del Camino, porque Mi propósito es conducirlos hasta Dios.
Soy la Señora del Camino, porque intento conducir por el sendero del amor y de la piedad a los que se perdieron, para que sus errores sean perdonados. En Mis caminos están presentes todos Mis discípulos, aquellos que ayudan a los demás hijos para que se sientan seguros de poder seguir el único y divino camino de Dios.
Soy la Señora del Camino que protege a todos Sus misioneros y que indica los desvíos que impone el mal para que estos no sean transitados.
Por eso, confíen en Mi sagrado camino; Yo los llevaré hasta Cristo.
Cuando eso suceda, sus pies dejarán de caminar, porque ya estarán seguros en el Corazón Compasivo del Señor.
Soy la Señora del Camino, la que abre las puertas a la Redención; quien sigue Mis caminos encontrará el día de su libertad y así sus caminos serán benditos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los guía por los caminos de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Me alegro profundamente por encontrarlos hoy reunidos en este oratorio predilecto de Mi Corazón, porque todas las familias orantes son predilectas ante el Corazón del Padre Celestial.
Queridos hijos, hoy quisiera decirles desde lo profundo de Mi Alma Celeste que la vida mayor y eterna existe después de esta vida. Muchos de entre ustedes, de los que ya partieron, aprenden cerca de Mi Corazón sobre el poder de la oración que rescata y libera a otras almas.
Por eso, deben alegrarse y cada día amar la Voluntad del Creador, que quiere verlos maduros y firmes en este camino que, finalmente también los llevará a ustedes a encontrar su morada en el Corazón del Padre Celestial.
Hijos Míos, la muerte es un paso profundo de purificación y de desprendimiento: así el alma vive un estado de entrega de todo lo que vivió sobre la superficie de la Tierra. Si sus almas oran con confianza a Mi Inmaculado Corazón, nunca deberán temer por nada, Vuestra Madre Celeste cuida y protege a cada uno de Sus hijos y hermanos, siguiendo en obediencia la Voluntad de Dios.
En estos tiempos verán, Mis amados, que el mundo se purificará rápido; eso no es castigo de Dios, es el momento de vivir verdaderamente un cambio en la consciencia para poder alcanzar la consagración al Reino de Dios.
Si hoy están aquí, es porque Yo los amo y siempre agradeceré sus oraciones por el Plan del Altísimo y por este sufrido planeta. Así, Mis hijos, nunca olviden que quien está Conmigo está con Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Vida Mayor, después de esta vida,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que, en tiempos sin paz, el deseo profundo de ustedes sea hacer todo lo posible para que la Paz espiritual, que proviene de Dios, esté expresada en sus vidas.
Todos los días, a través del esfuerzo de vivir la oración del corazón y de ser la oración viva, conseguirán reflejar lo que vuestro Padre Celestial tanto espera.
Queridos hijos, abran camino para que la Paz pueda reinar siempre, como una antorcha de luz que nunca se apaga. En el tiempo de su purificación vivirán encuentros internos con la paz y esta podrá ser reflejada hacia toda la vida planetaria.
Hijos Míos, sean los mensajeros de la paz por medio de sus buenos actos, porque la mayoría de las almas se pierde por no poder encontrar el sendero de la paz que Yo les vengo mostrando y enseñando.
¡Les agradezco por responder a Mi propuesta de pacificación!
Los encuentra en la Fuente de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridísimos hijos Míos:
Vengo en esta noche como la Dama de la Paz y la Guardiana de las almas, pues Vuestra Madre Celeste ora por todos ardientemente durante las horas de la noche.
En esas horas es cuando la neutralidad, la introspección espiritual y el silencio de Vuestra Madre se perpetúan en todo el Universo. Es la hora del recogimiento y de la quietud para poder meditar y contemplar los próximos pasos del Plan de Dios en la humanidad.
Es por eso que la noche es el momento de vigilia de Vuestra Madre, es la hora en donde el Cielo Angelical ingresa en la esfera de la Tierra para salvar a las almas caídas.
Queridos hijos, en los próximos tiempos sus vidas podrán estar unidas a Mi vida universal porque será el momento de adorar y de orar por el mundo cuando ingrese en la fase más aguda de su transición.
Hijos Míos, soy la Dama de la Noche y les revelo el principio de Mi vigilancia universal, aquella que proviene de la concentración y del silencio.
Hijos, acompañen a Vuestra Madre en esta sagrada tarea. Llegarán el día y la hora en donde los apóstoles de Mi amado Hijo se volverán guardianes de los espacios y vigilantes de los Centros Sagrados de todos los oratorios de la Tierra.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los conduce a una vigilancia mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con eterna alegría y profunda paz, hoy los vuelvo a reunir a todos en el sagrado oratorio de Mi Inmaculado Corazón, pues en este sagrado día se cumple uno de Mis esperados planes: la expansión de Mi Mensaje Mariano en el mundo.
Por eso, queridos hijos, he venido a recordarles que en Mi Obra se trabaja a través de la paz, de manos unidas junto a las Mías.
Así, hijos amados, la tarea de difundir Mi Mensaje urgente al mundo siempre se fundamentará en la caridad, el sacrificio y, principalmente, en la unidad y el amor que pueden reflejar sus corazones hacia el Mío.
Toda Mi Obra en este mundo, que amorosamente su Madre Celeste les ofrece, debe estar respaldada por el espíritu de la fraternidad y no del poder.
Hijos amados, a lo largo de los años los he hecho crecer a Mi lado en virtud, talento y dones. Así, Mis más bellas pero simples imágenes, a través de este medio de comunicación universal, fueron presentadas a las almas no redimidas.
Ustedes, desde el principio, acompañaron Mi Obra y lo seguirán haciendo hasta que se cumpla la redención tan esperada de la humanidad.
Aunque llegue el tiempo en el que Yo ya no esté más diariamente entre ustedes, sino solo visitándolos de forma extraordinaria; ustedes, Mis muy queridos hijos, tendrán mucho para difundir y publicar. Cuando lo hagan, verán cumplirse uno a uno Mis pedidos, porque así Dios lo necesita.
Hijos, mientras se purifican y dan los primeros pasos hacia una madurez superior, Yo les pido que por amor a Mi Corazón Sacratísimo, mantengan sus almas unidas a través de las Gracias y de los prodigios que Yo les he derramado. Quisiera verlos más unidos, no solo en Mi alegría celestial, sino también en los desafíos y en las pruebas.
Muchos de los presentes hoy aquí ya estarían preparados para formar parte del nuevo equipo de soldados que trabajará en la expansión de este Proyecto inmaculado de Dios: la redención de las modernidades del mundo a través del Mensaje Divino de los Sagrados Corazones.
Ante la Presencia de Cristo y de los ángeles que Me acompañaron durante Mi Gloriosa Asunción, recibo los ofrecimientos sinceros de que se comprometerán a trabajar Conmigo en todo el mundo por la redención planetaria. Para eso, les pido que en un papel escriban su aspiración de acompañar y apoyar a este nuevo Proyecto que hoy se presentará a todos.
Mi único Propósito, hijos amados, es que el mundo y las almas alcancen la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi importante llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos, Yo soy la Madre de todos los pueblos, de todas las naciones, de todas las razas. Independientemente del reconocimiento de Mis hijos. Yo los cuidaré e intentaré siempre que retornen al Corazón de Dios.
Yo soy la Reina de la Paz y de todos los atributos que los conducen a Dios, porque de Mi vientre materno provienen toda la belleza y la perfección que deben manifestar las criaturas en este mundo.
Recurran a Mí para vivir el Plan de Dios, oren Conmigo para que se manifieste un nuevo mundo. El Corazón del Padre Celestial nunca pierde la esperanza de ver en Sus hijos la manifestación de Su Perfección y, por más que esté herido y ultrajado por las acciones humanas, el Corazón del Señor está fijo en aquellos que si pueden expresar lo que verdaderamente son.
Hijos amados, la Madre Tierra está al borde de un parto planetario; Ella dará a luz una nueva civilización, renovando aquellos que se dispusieron para ser otros y para descubrir verdades que son opuestas a la realidad de la humanidad. Sus contracciones llevarán al mundo a estremecerse dentro y fuera de los seres, porque antes que nazca el verdadero principio de la vida sobre la Tierra, todo aquello que no corresponde a los Planes de Dios deberá ser purificado y expurgado del cuerpo planetario.
Mi Inmaculado Corazón espera poder amparar la mayor cantidad de almas posible, por eso les advierto y hablo no solo para los que Me siguen sino al mundo entero.
Muchos despertarán tarde, pero un acto verdadero de amor y compasión podrá colocarlos en el camino correcto, para que retomen sus puestos en el ejército del Señor y proclamen los mil años de paz.
Mis palabras son simbólicas y literales al mismo tiempo. Aquellos que mediten en lo que les digo, sabrán encontrar los límites del simbolismo y la realidad.
Les pido que no se alarmen y no se precipiten en sus acciones; tan solo que se responsabilicen por todo lo que saben y cumplan con su misión.
Mi Inmaculado Corazón intentará equilibrar la situación planetaria de muchas formas. Por eso no piensen que les pido muchas cosas, porque todo lo que coloco en sus caminos es por la urgencia del mundo y ustedes pueden cumplir con todo lo que les pido.
Únanse para manifestar todas las obras que los Sagrados Corazones les están encomendando, porque en un futuro cercano, el rompecabezas se armará delante de sus ojos y comprenderán porque les pedimos tantas cosas.
Los amo y les agradezco por intentar concretar Mi Obra de Salvación, que es la Obra que antecede a la manifestación del Retorno de Cristo y de los Planes del Creador.
Los amo hoy y siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Abriendo las puertas del Cielo hacia el planeta, su Madre Celeste los congrega hoy, en el oratorio de Su Corazón Inmaculado, para rezar e implorar por la Paz y la Misericordia para el mundo entero.
Queridos hijos, su Madre del Cielo los prepara a todos y, especialmente, a los futuros misioneros de la paz para enfrentar el terror humano y el flagelo continuo de los corazones, de las almas hermanas que padecen todos los días el resultado de un gran error sin fin.
Queridos hijos, será muy importante la misión humanitaria en Turquía y Hungría. Ustedes verán dos realidades paralelas que se encuentran en el mismo nivel, en la misma situación planetaria: la falta de paz.
Hijos Míos, la misión en África fue una importante preparación para esta próxima misión que deberá cumplirse en este tiempo crítico. África, a pesar de su sufrimiento aún no curado; vive, en lo profundo, un amor verdadero que poco a poco se está recuperando, a través de los actos de perdón y de reconciliación.
Medio Oriente se olvidó de Dios y, a pesar de las creencias, el Universo nunca les propondría lastimar a nadie ni imponer ninguna doctrina espiritual ni religiosa. Dios nos enseña, queridos hijos, que todo comienza y termina en el Amor; sin Amor nada es posible.
En este tiempo, las almas buscan la felicidad en sus semejantes y, aunque ese amor humano existe, la verdadera felicidad se encuentra en el Corazón de Dios, que siempre los impulsará a encontrar la esperanza y a trascender los miedos.
A través de los conflictos de este tiempo, las almas que son sometidas por el terror pierden el recuerdo y el sentimiento de amar a Dios y a sus semejantes. Eso hace que la consciencia se olvide totalmente de que el Amor y la Compasión divina existen; lo que genera odio, mortalidad y martirio, solo por querer conquistar un Reino que a nadie le pertenece, solo a la Creación.
Queridísimos hijos, por eso, Yo vengo a pedirles oración, rosarios y novenas. Si las almas y los servidores conscientes no se esforzaran, a través de las ofrendas y de los pequeños sacrificios, el odio y la ambición podrían abrazar a toda la humanidad y la vida material adquiriría más importancia que el propio Padre Eterno.
La preocupación de todo el universo es que la ignorancia y la falsa autoridad prevalezcan, para crear un reino humano de mentiras y de ambiciones.
Pero al final, Mi Inmaculado Corazón triunfará en los corazones que siempre hayan sido testigos de la Presencia misericordiosa de Cristo en el mundo. Será este testimonio interior, de fe y de esperanza, que Mis misioneros de la paz deberán llevar en sus corazones. Ese testimonio será la llama imperiosa y amorosa que los guiará ante la gran oscuridad y calamidad humana.
Pero sepan, Mis hijos, que Mi Gracia será su fortaleza, y, cuando ustedes pisen el suelo de Turquía y de Hungría será su Señor Jesucristo el que tocará la tierra con Sus luminosas Gracias.
Oremos, porque aún la guerra de la ambición no terminó.
Que la Paz esté presente en sus corazones.
¡Les agradezco a todos Mis hijos por concretar esta sagrada misión!
Los bendice, desde ahora, para esa sagrada tarea de Paz y de Misericordia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quietud, queridos hijos, quietud.
Estoy presente, haciendo un trabajo con el mundo y sus corazones son partícipes de este. Un trabajo esencial por la Paz y por la victoria del Reino de Dios en la humanidad.
Estoy tan agradecida, queridos hijos, por esta ofrenda a los pies de Mi Altar. Oferta de Mis hijos, de Mis más pequeños hijos; porque ante Mis ojos, queridos hijos, son los más pequeños en la esencia profunda de Mi Corazón.
Hoy, vengo como la Reina de la Paz, como la Señora del Universo, como la primera Portavoz del cosmos para el planeta.
Hoy, quiero decirles, queridos hijos, que Dios escuchó sus ofertas, la oferta sincera de la oración por la paz. Y hoy, Jesús ha venido Conmigo, en el esplendor de Su Misericordia, para traerles una buena nueva: que la esperanza no se perdió en el mundo.
Esto alegra a Nuestros Corazones y al Corazón de Dios, en la profunda plenitud espiritual de saber que hay almas que corresponden a los Planes del Altísimo.
Así, a través de los tiempos y de los siglos, he venido a traerles Mi Paz y a anunciarles Mis súplicas; porque Yo, queridos hijos, amorosamente soy parte de ustedes y ustedes son parte de Mí.
Jesús Me entregó a ustedes a los pies de la Cruz. Y ustedes, ¿se han entregado a Mí? Sé que muchos ya lo han hecho.
Aunque la redención continúa en estos tiempos, Yo los invito, hijos Míos, a que no se cansen de ser portadores de Mi Paz Universal; porque ese espíritu profundo y verdadero, que proviene de Mi Corazón Inmaculado, viene a socorrer al mundo en estos tiempos. Y ustedes, Mis amados hijos, en la plenitud perfecta de Mi Corazón, podrán ser transmisores de esa Paz para el mundo.
Aún el dolor no ha terminado y la guerra continúa entre los corazones; pero, en esta parte de América del Sur, florecen las semillas de Luz, las que su Madre Santísima sembró hace ya algunos años.
Queridos hijos, ofrezcan estos frutos a Dios Altísimo, son frutos de la Gracia, del Amor y de la Unidad. Participen, hijos Míos, de esta Comunión Espiritual con Cristo presente, que derrama Sus Rayos de Misericordia sobre ustedes y principalmente sobre aquellos que más padecen por la falta de paz y de amor.
Que sus actos, queridos hijos, sean actos de amor y de compasión. Por el amor que ustedes Me tienen, hijos amados, que sus pensamientos y sentimientos ya no sean destructivos. Que su sentimiento verdadero sea el sentimiento profundo de Mi Hijo, que su pensamiento sea el Pensamiento Puro de Dios.
Yo les traigo una posibilidad única: que sean Mis pacificadores, los pacificadores de Cristo Jesús. Así, a través del universo y de las estrellas, su Madre Celeste y Su Santísimo Hijo llegaron hasta aquí para hacerles esta petición espiritual, no solo a los que están presentes en este momento, sino también a los que escuchan a Mi Corazón y al Corazón de Mi Hijo Amado.
Hoy, abro Mi Manto ante ustedes; les muestro Mi Inmaculado Corazón, aliviado finalmente por el amor de Mis queridos hijos, pero aún tengo muchos pesares por el mundo.
Quisiera, hijos amados, que ustedes no solo sean columnas de Mi Paz, sino que también sean portavoces de la Paz del Señor, para que muchos amados hijos perdidos puedan encontrar también la esencia y el espíritu de Mi Paz.
Hoy, no estoy sola aquí, estoy con las Presencias Sagradas de Jesús, del Padre y del Espíritu Santo. Hoy, están los coros celestiales congregados en este oratorio de Amor que se fusiona con el Plano espiritual de Dios para establecer esta comunicación infinita con los espejos esenciales de sus corazones. Así, las Puertas del Cielo se abren en momentos difíciles y caóticos. Pero sepan, queridos hijos, que el Verbo Divino de sus oraciones trae la mansedumbre para estos tiempos y la paz que muchos necesitan en esta era.
Hoy, estoy aquí, queridos hijos, nuevamente irradiándoles el amor de Lys-Fátima, porque la pureza original es posible en sus vidas.
Ya no miren sus errores o sus problemas, miren sus corazones que están plenos en Mi Corazón de Luz. En la sagrada Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; ante los Cielos que los escuchan, sus voces cantarán: “Lys, María, Lys”.
Eleven sus velas por las almas inocentes, para que la pureza original se establezca nuevamente en las esencias que más necesitan de la Misericordia de Dios. Los escucho.
Canción: “Lys, María, Lys”.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quiero que comprendan, queridos hijos, que todas las Palabras que les entregué en los últimos tiempos, sobre todo en los últimos días, les pueden haber parecido duras a muchos corazones, pero tuvieron la finalidad de despertar a sus almas para encontrarlos hoy en la plenitud de Mi Espíritu. Porque podrán comprender, por medio de todo lo que les mostré, que la única salida es aquella que los lleva en dirección a Mi Corazón Inmaculado.
Hoy, experimentan y conocen el poder de sus oraciones, cuando están absolutamente unidas a Mi Inmaculado Corazón. ¿Comprenden ahora, Mis amados, un poco de este amor que existe adentro de cada uno de ustedes?
Hoy, le traigo el Reino de Lys a este mundo, no solo a este lugar, sino sobre todo a aquellos espacios en el planeta en donde el adversario está intentando hacer desaparecer la pureza del corazón de Mis pequeños hijos.
La fuente de la pureza de Lys es inagotable y, siempre que clamen por esta pureza en Mi Nombre, el Manantial de la Energía Divina se derramará sobre aquellas esencias que más lo necesitan, que se están apagando por el dolor y por el sufrimiento.
En esta noche, quiero que conozcan el brillo de los espejos de sus corazones, porque enciendo los Espejos de Lys, aquellos que hoy se proyectan en el interior de cada alma que escucha Mi llamado.
Queridos hijos, quiero que este día quede marcado en sus vidas y que esto, que sintieron en este momento en el que clamaron junto con Mi Corazón, solo crezca y promueva la transformación de sus vidas.
Todo lo que viven debe tener como base lo que sintieron en su corazón en este momento, porque lo que les hice sentir es lo que verdaderamente son: esencias divinas, que se funden en Dios a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Hoy, aquí, en omnipresencia y divinidad, quiero dejarles esta bendición para que la lleven a toda la humanidad; para que, por medio del ejemplo de vuestras vidas, den a conocer el potencial del corazón humano.
Hoy, les dejo Mi Amor en lo profundo de sus seres para que lo busquen siempre que lo necesiten y siempre que encuentren en sus caminos a alguien que necesite de este Pleno Amor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Abriendo las puertas de sus corazones, hijos Míos, las soluciones llegan y la verdad se manifiesta en la Sagrada Presencia de Dios que los reúne y los convoca para amar cada día más.
Mis pies seguirán peregrinando no solo por los conflictos del mundo, sino también en las naciones que necesitan de la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, en esta noche bendita, en la que los ángeles del Cielo se congregan, Yo los invito, queridos hijos, a peregrinar Conmigo hacia Colombia y Venezuela; naciones que deben pacificarse con todas las oraciones de Mis hijos amados. Queda este llamado a cada uno de ustedes para que sus corazones Me acompañen en esta misión espiritual.
Pero también, he venido aquí en esta noche, junto con Mi Hijo Jesús, para que los Sagrados Corazones, en nombre del Bien Mayor, consagren a estos nuevos hijos que elevarán sus aspiraciones a Mi Corazón materno para que Yo las pueda sentir y conocer como un verdadero sentimiento de buscar siempre la unión con el Reino de Dios.
Por eso, hijos Míos, hijos que hoy se consagrarán, colóquense de pie ante Mi Presencia e iré a bendecirlos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, aquellos que puedan, arrodíllense.
Oración: Ave María (portugués).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis muy queridos hijos, así como en Kibeho, cuando Me aparecí a los jóvenes para entregarle a África el espíritu de la Piedad de Dios; hoy, vengo a entregarles Mi Piedad Maternal, aquella que socorre a sus pequeños corazones y que va abriéndole las puertas a quien camina detrás de Mí.
Hoy, sus pasos se dirigen hacia Mis caminos de Luz. Hoy, sus almas retoman el compromiso con Mi Corazón Universal. Hoy, sus espíritus se funden en Dios Altísimo, para que Su Misericordia se establezca en los corazones y reine la paz en estos tiempos.
Mis muy queridos hijos, hoy los coloco, a cada uno de ustedes, cerca de Mi pecho, cerca de Mi Corazón Inmaculado, para que sientan la plenitud de Mi Luz y de Mi Verdad.
Hoy, los reúno adentro de Mi Manto sagrado para que sean espíritus de oración, instrumentos preciosos de Dios; Hijos de María que difundan la Voz de la Madre Celeste, que difundan el principio de la oración poderosa que Yo vengo enseñándoles, a través de los tiempos, por intercesión del Santo Arcángel Gabriel, pues el Arcángel Gabriel se anunció ante Mi Presencia.
Hoy, este Sagrado Padre Creador les trae el espíritu de la Piedad, la Reconciliación, la Paz, la Misericordia y el Amor.
Hoy, sus deudas son borradas para que nazcan en Mi Espíritu, en Mis brazos, así como Jesús; y así, estas bendiciones lleguen a sus familias. No pierdan, queridos hijos, el impulso que hoy les entrego. Sus espíritus se alegrarán en el regocijo de Mi Corazón materno, así como Isabel y las santas mujeres se alegraron en el Espíritu Santo de Dios.
Por la autoridad divina de la Gracia y de la Misericordia de Dios, en nombre de la paz de todo el universo celeste, Yo los consagro con la esperanza de una gran transformación.
Bajo la Luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que sus corazones se alegren, pues están en el Reino de la Madre de Dios. Canten, Hijos de María, con lo profundo de sus corazones.
Yo les agradezco, hijos amados, por responder a Mi llamado; porque hoy, Mi Inmaculado Corazón tuvo su triunfo en el mundo.
Paz, shalom.
Queridos hijos,
Escuchen la siguiente revelación y pedido que hoy desde el Cielo Vuestra Madre Santísima viene para hacerles.
Hoy escuchen la voz de Mi Corazón y no solamente las palabras. Hoy escuchen la súplica de Vuestra Querida Madre para con esta humanidad.
Deseo profundamente, Mis queridos hijos, que una nueva misión humanitaria sea llevada adelante por los misioneros de la Paz de Mi Inmaculado Corazón. Esta vez el destino protegido de esta misión será la frontera entre Turquía y Siria, para dar ayuda espiritual y humanitaria a los niños sin padres que están viviendo el horror de la guerra y de un exilio sin fin, que están sin casa donde vivir y sin alimento que comer.
Ahora Mis amados hijos, ¿comprenden el dolor de Mi Inmaculado Corazón?
También enviaré en una sagrada misión a Mis servidores de la Paz hacia Hungría, la que se ha vuelto el foco secundario de una batalla sin fin entre refugiados lastimados, familias diezmadas y revoluciones sociales por la no aceptación de inmigrantes.
La barca de la humanidad está haciendo agua rápidamente y pocos logran tener consciencia de que si algo no es rápidamente evitado, algo sorprendente podría suceder con esa parte de la humanidad. Por eso estoy invitando a Mis hijos para que por Misericordia y Piedad dejen de lado sus importantes preferencias y acompañen con sus oraciones y donaciones a Vuestra Madre Celeste y a Mis misioneros de la Paz.
Queridos hijos, como nunca antes ha sucedido, Medio Oriente se volvió el punto de conflicto más grave del planeta y es trabajo amoroso de todos detener esta guerra destructora de la dignidad humana.
Queridos hijos, con súplica de Misericordia hoy llego a este Centro Mariano para llamarlos a una profunda reflexión de caridad y de hermandad. Esta misión a Turquía tendrá como tarea el tratamiento espiritual, orante y de servicio a las familias en los campos de refugiados, y en Hungría, el cuidado moral y alimentario, como el de la salud de las familias que llegan a esos países, sedientas de ayuda y de paz después de haber recorrido caminos y fronteras durante días.
Nadie en Medio Oriente se está salvando de este conflicto contra la paz. Mis planes a través de sus corazones orantes serán acudir y rescatar al mayor número de esencias que están sufriendo todo el tiempo.
Hijos Míos, con la balanza de la Justicia de Dios en Mi mano, espero que sus esfuerzos, como los esfuerzos de todo el mundo, sean inmediatos y verdaderos. El eje del planeta está en peligro y esto es por causa del exterminio de los Reinos de la Naturaleza y de la propia Humanidad. Así, se han olvidado que todos son hermanos, hijos del mismo Padre, eso hace afligir a los Sagrados Corazones.
Esta misión sucederá cuando la acción de todos los colaboradores sea grupal y los medios para esa importante misión puedan estar manifestados.
La llave de la Gracia está en sus manos. ¿Quién abrirá la puerta?
¡Les agradezco a todos por responder a Mi llamado de Piedad y de Misericordia!
Les clama desde el Cielo, Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Advertencia: Los 14 misioneros que se ofrecerán para esta misión estarán entregando sus vidas en las Manos de Dios.
Queridos hijos predilectos:
Cuánta alegría siente Mi Corazón Materno, cuánto regocijo y gratitud recibe Mi Santo Espíritu por verlos reunidos en esta, Mi casa de oración para el mundo espiritual de Mis hijos consagrados.
Unidos en Mi oratorio universal, el Señor puede interceder por las almas gravemente equivocadas que no escuchan sus corazones ni escuchan a Dios.
Queridos hijos, a través de vuestra ofrenda diaria Yo puedo, como Reina de la Paz, ayudar al mundo y principalmente a los más pequeños de Oriente, los que día a día desesperan por la falta de paternidad y de cuidado.
Hoy vine del Cielo para pedirles que adopten un niño en sus oraciones, que recen por un niño de Oriente como si él fuera hijo o hermano de ustedes. Así, si cada uno adoptara un pequeño niño en sus oraciones, ayudará para que Vuestra Madre Celeste pueda interceder y tener a todos los niños en Sus brazos de paz y de maternidad.
Lo que hace oscurecer al mundo es la falta de amor y de caridad, por eso, hijos, vengo para enseñarles y recordarles el Plan de Dios, que es olvidado y sustituido por las modernidades del mundo.
Desde Mi Espíritu Materno, vengo para gestar en sus seres un nuevo don, el don de la paz y de la mansedumbre, algo que la humanidad no vive completamente. Con sus corazones pacificados y mansos, muchas calamidades podrán ser evitadas y no será necesario aprender a través del dolor.
Hijos, con la adopción espiritual de un niño de Medio Oriente en sus oraciones diarias permitirán que los ángeles de la guarda intercedan por la soledad y el ultraje que sufren Mis más pequeños hijos.
Deseo que agraden Mi Corazón con este acto de amor, ¡así también harán triunfar Mi Inmaculado Corazón!
¡Les agradezco, hijos Míos, por cooperar con Mi llamado por la Paz!
Los ama y los reúne siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En tiempos apremiantes no se cansen de buscar la pureza del corazón, porque será la pureza que los abrazará y los protegerá.
Ustedes, Mis amados niños, deben purificarse para alcanzar ese estado de Gracia y la Misericordia de Dios será el sustento que los ayudará a atravesar este tiempo de definición, de purificación y de guerra espiritual.
Todos los días, a través de la oración del santo rosario y por medio del esfuerzo interior, encontrarán el camino hacia la pureza original que guarda cada uno de sus seres en lo profundo del alma.
Queridos hijos, no se desanimen por encontrar dificultades, forman parte de su constante transición ver y conocer los secretos más profundos del mundo inconsciente, algo a lo que la humanidad no pone mucha atención.
Con Mi Amor y Mi Materna Gracia, hijos Míos, los ayudaré a conquistar el reino de la pureza del corazón. No teman caer y levantarse muchas veces, el amor de sus espíritus será la fuerza motriz que removerá los obstáculos y hará que se trasciendan todos los días, hasta que finalmente hayan alcanzado la redención.
Dios necesita de la pureza de sus corazones para transmutar los males del planeta y los graves errores del adversario. Sus corazones, cuando oran Conmigo todos los días, pueden triunfar y en el próximo tiempo ser el ejemplo vivo de una conversión inmediata.
Queridos hijos, trabajemos para alcanzar la paz y la pureza, la balanza ya está desequilibrada y no hay nadie que la repare. Estoy con ustedes y oro por su pronta santidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la Paz!
Los ama siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como las flores que reabren bajo el sol de la primavera, espero que sus corazones sigan transformándose como rosas preciosas en el jardín materno de Mi Corazón. Así, hijos Míos, ayudarán al mundo entero a recuperar la belleza con la que fue creado.
La ignorancia, el maltrato y la imposición han hecho del mundo un jardín desértico, en donde ni siquiera el Agua de Vida puede brotar en los corazones de los hombres. Vengo para recuperar en la humanidad el sentido de amar la vida y de respetarla por encima de todo.
Hijos, las oraciones de ustedes pueden agradar a Dios y al mismo tiempo ayudar en la liberación del mundo infiel y cruel. La luz de Mis rayos poderosos enciende las almas perdidas y las conduce hasta que encuentran el camino hacia el Padre Celestial.
Día y noche, sin tiempo y sin demora, Vuestra Madre Celeste reza por ustedes para que la humanidad y los corazones no pierdan el camino hacia el reencuentro con el amor y la suprema verdad.
Por eso, hijos, deseo tenerlos en Mis brazos, espero verlos maduros para comenzar a recorrer el camino que los llevará a la total consagración de la vida y del espíritu ante los Ojos del Creador.
Queridos hijos, espero tenerlos a Mi lado todo el tiempo, espero verlos preparados para que junto a Vuestra Madre del Cielo, vivamos los desafíos finales de consagrar el planeta al Bendito Corazón de Dios, así todo cambiará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Corazón de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En estos momentos, la voz del Corazón de Dios se proclama a través de los Sagrados Corazones para pedir por la paz en toda la Tierra. Dios desea que no lastimen más a los corazones y que se restablezca el amor en este mundo.
Desde el Universo sabemos que es difícil, pero contamos con la ayuda de todos los orantes para que al menos la maldad se borre de los crueles corazones.
Hijos Míos, el Universo está presente en todos estos acontecimientos del planeta; muchas almas sufren el resultado de una conquista sin límites, la que abraza a muchas naciones. Ostentan ganar un reino que no les pertenece y principalmente olvidan que la vida es lo más precioso de todo.
La guerra sin fin debe terminar, por eso las fuentes de oración que broten de sus corazones permitirán a los ángeles del Cielo intervenir por esta humanidad. Los valores de la vida se perdieron y muchos inocentes viven las consecuencias de acciones que son generadas por otros. Así, todos hacen temblar el Corazón de Dios al perder la consciencia y el sentido verdadero de lo sagrado y de lo puro.
Por eso vengo todos los días para pedir oraciones a todos Mis hijos; será por medio de la ofrenda verdadera de ustedes, que el Padre Celestial derramará la misericordia en los corazones que más necesitan.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste ya se encuentra trabajando en el planeta. He venido en Gloria y Divinidad para impedir que los errores se esparzan como veneno en el corazón de los hombres.
Como verán, Mis muy queridos hijos, estamos en tiempos de emergencia, donde el propósito y el camino de ustedes deben estar bien claros, así Me ayudarán, por amor, a que todo pase lo más pronto posible. La Justicia Universal no dejará de actuar y la humanidad no sabe de eso.
¡Les agradezco por acompañarme en los tiempos de emergencia!
Por la Paz en el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A continuación del mensaje diario, Nuestra Señora transmitió el siguiente ejercicio espiritual de oración para todos. Ella nos dijo:
“Para impedir la Ira de Dios en el mundo y para interceder por las almas de los niños inocentes, para que la Paz Celestial se establezca en los pobres corazones del mundo, les entrego el Rosario por la Paz de los niños en la guerra”.
A pedido de Nuestra Señora el rosario deberá rezarse durante los próximos tres años.
Con amor implorarán a Dios:
Cuenta de unión
Sagrado Corazón de Jesús,
Fuente de todos los prodigios,
derrama Tu Misericordia sobre los conflictos del mundo.
Amén.
Primera decena
Por el Ángel de la Paz,
imploramos a Dios,
calma el sufrimiento de los más pequeños.
Segunda decena
Por el Ángel del Amor,
imploramos a Dios,
sacia el hambre de los huérfanos.
Tercera decena
Por el Ángel de la Cura,
imploramos a Dios,
restaura las heridas de los inocentes.
Cuarta decena
Por el Ángel de la Luz,
imploramos a Dios,
ilumina los caminos de los niños del mundo
para que encuentren el Amor de la Madre de Dios.
Quinta decena
Por el Ángel de la Misericordia,
imploramos a Dios,
guarda en Tu Corazón, Señor,
a los que emigran y a los desaparecidos.
En la décima cuenta de cada decena, repetirán: Amén.
Oración de Imploración a los Sagrados Corazones
Oración para ser recitada tres veces al final del Rosario
Purísimo Corazón de María,
Madre y Reina de la Paz.
Castísimo Corazón de San José,
Obrero y Vigilante de las almas.
Sagrado y Divino Corazón de Jesús,
les imploramos en nombre de la humanidad
que el Reino de Dios se establezca
hasta que se cumplan los mil años de paz.
Amén.
Este rosario permitirá que Vuestra Madre Celeste interceda junto a San José por los conflictos del mundo y especialmente por las almas de los inocentes y de los niños en la guerra.
Paz y Oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En tiempos determinantes como este, la guerra espiritual tendrá su tregua, pero eso será posible cuando sus corazones, dispuestos a servir al Plan de Dios, vivan el camino de la verdadera oración, la que todos los días les enseñamos por amor a la Creación.
Queridos hijos, las almas del mundo son convocadas a la redención y a la paz para que no pierdan de vista el sendero hacia el Propósito del Padre Celestial.
El tiempo difícil que viven se llama Armagedón y, como Jerarquías Celestiales, sabemos que muchos de ustedes no saben cómo enfrentar el cruce de los tiempos. No es la primera vez que el planeta vive esto, la humanidad ya atravesó varios tiempos, y uno de ellos fue cuando Jesús encarnó en Israel.
La humanidad fue colocada delante de sus errores después de la Crucifixión de Jesús, y más aún después de Su Resurrección. Esto trajo consecuencias hasta los días de hoy, y solo una pequeña parte de la raza adoptó como fiel y verdadero el llamado de Cristo. Es por eso que Mi Hijo, minutos antes de morir Me entregó a ustedes; y a partir de ese momento el Cielo, la Voluntad de Dios, y la Tierra, es decir la experiencia de redención de las almas, se fusionaron para permitir que despertaran el Perdón y la Misericordia.
Ahora, que Nuestra Purísima Divinidad desciende del universo para traer al mundo una nueva advertencia, la humanidad se encuentra en un punto de inflexión más grande de lo que parece. Esto genera inseguridad en la vida espiritual de las almas porque no saben cómo encontrar a Dios en medio del caos.
El caos es generado por la humanidad, es una corriente desviada que provoca miedo, pánico y temor. Pero los principios del Amor y de la Verdad son los dones que los Mensajeros Divinos están derramando encuentro tras encuentro, como una última tabla de salvación. Así, la Jerarquía Celeste gesta en los corazones redimidos la posibilidad de reencontrar el camino de lo sagrado y de lo puro en medio de los horrores que hoy viven muchas almas.
Dios quiere que el mundo no se autodestruya y pierda la Gracia de renacer en la Nueva Tierra Prometida. Las puertas están abiertas para aquellos que se quieran sumergir en el océano de la Misericordia de Dios. Para que eso sea posible y para que los códigos de la Santísima Divinidad se siembren en sus espíritus, no pueden mantener votos ni compromisos con las realidades de estos tiempos.
Mis amados hijos, ustedes deben ser colaboradores de una obra magnífica que está siendo realizada a través de sus esencias y no a través de sus destrezas. Esa actitud de verdadera entrega y de profunda unión con el Propósito de Dios será la diferencia entre estar cerca o lejos de la Voluntad Universal.
Todos son llamados para reconstruir la Tierra. Todos son convocados para preparar en sus seres internos y en todo el planeta la gloriosa segunda Venida de Cristo. Es por eso que Nuestras divinas palabras no se cansarán de derramarse en sus vidas y consciencias hasta que alguien consiga representar, en alma y cuerpo, al Reino de Dios. Eso evitará que el Proyecto fracase por maldad, necedad y dolor.
¡Les agradecemos desde el Cielo por estar orando junto a los Portavoces del Universo!
Los bendice, ahora y siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz, en la sagrada presencia del Casto esposo San José, Obrero de Dios y de todas las almas
Queridos hijos:
Los tiempos que se aproximan no serán iguales a los tiempos pasados, eso despertará en muchas consciencias el motivo primordial de buscar a Dios y a Su eterno Reino.
La humanidad no puede vivir sin el Padre Celestial, sería como un pequeño niño rebelde que no quiere escuchar, estando al borde de un gran peligro. Así está la humanidad, ciega en todo lo que hace y practica, sin fundamentos espirituales que la puedan nutrir y despertar a realidades superiores.
El dolor de los Sagrados Corazones es ver una humanidad con falta de gratitud y de amor por todo lo que ha recibido. Por eso, el Señor, Nuestro Dios, sorpresivamente quitará algunas cosas del camino para que algunas consciencias reaccionen y perciban que ya no son tiempos de normalidad ni de placer.
La raza humana decidió apartarse de Dios, y la Naturaleza, que es fiel a las Leyes superiores, estará mostrando esta separación durante el parto planetario.
La Tierra, como consciencia, sufre todos los días lo que sus hijos realizan sin consciencia ni sabiduría.
Todo será colocado en su lugar. Por eso, recuerden las palabras de Mi Hijo: “No quedará piedra sobre piedra”. Él les quería decir que dentro de cada alma y en todo el planeta nada quedará como antes. Por eso, la oración del corazón será la antorcha que iluminará los tiempos de oscuridad que la humanidad está atravesando.
Verán cosas que no podrán creer, pero que serán tan reales como verdaderas, serán el reflejo de la falta de amor que la humanidad tiene para con Dios.
Bienaventurados los que perseveren y no se detengan frente a los acontecimientos, porque el Reino de Dios será la aspiración ardiente para encontrar la paz. Sean portadores de Mi Paz y sigan Mis pasos, la hora se aproxima a todos y deberán estar fortalecidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Verdad de los tiempos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quisiera decirles, hijos Míos, que las situaciones del mundo se precipitan y no tienen límites, porque la propia humanidad genera las condiciones para que eso suceda.
Pero existe una parte de las almas que luchan espiritualmente para reparar los graves ultrajes que la mayoría comete y, aunque todo esto no sea suficiente, la Divinidad ayuda a los consecuentes para que al menos una parte de la humanidad se torne rescatable y redimible.
El peso de la deuda espiritual de la humanidad es muy grande y las almas en estos momentos están padeciendo las consecuencias de lo que la mayoría hace. Eso despierta la ira de Dios, que no es castigo, sino una suprema tensión ardiente que intenta impedir el descenso de la Ley y que la mayoría de los hombres ignora.
Los acontecimientos de estos últimos tiempos demarcan el cambio futuro, moral y espiritual, de la humanidad y lo que potencia más la ira de Dios es la inconsciencia y la forma de cómo se lleva adelante la vida planetaria.
En toda esta realidad, los Reinos de la Naturaleza sufren también las consecuencias de la humanidad. Ellos, como parte de un mismo fin, tendrán una acción dentro del ciclo de la gran purificación.
La Madre Naturaleza, que es sabia y pura, mostrará su poder a la humanidad. Todo esto no sería necesario si desde el principio se hubiera respetado la dignidad humana y los Reinos creados.
La consciencia de la humanidad, hijos Míos, está más retrasada que los primeros pobladores de la Tierra. Eso hace estremecer el Corazón de Dios al ver que el discernimiento y la sabiduría desaparecen de la consciencia de los que dicen ordenar las naciones.
Por eso, el Amor de Dios podrá traspasar las barreras de esta precariedad que el hombre de hoy creó por sus acciones.
El nuevo paraíso, la Nueva Tierra, estará libre de todas estas influencias, porque el proyecto era que esta raza fuese fraterna y equitativa en todos los estados del ser; lo que fue cambiado. Esa es la preocupación del universo delante de la realidad de esta humanidad.
No existen valores y si los hay, todos son manipulados, lo que hace perder el verdadero propósito de la vida del alma y del espíritu, y muchas almas son presas del adversario que es el principal gobernante de algunas regiones.
Oremos sin cesar y sin pensar, algo deberá cambiar, el tiempo lo indica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Portavoz del Universo
El mundo no comprende aún qué es vivir sin el Amor de Dios, Amor que cura, libera y renueva todas las cosas.
Este Amor pleno es rechazado por algunas almas del mundo que solo han colocado sus ojos en la propia realización, en la conquista de pueblos y de regiones enteras de la Tierra.
Eso ha traído como consecuencia la separación del espíritu del ser terrestre, rompiendo la verdadera fusión que promueve el Amor de Dios.
Por ese motivo, Mis ojos no paran de llorar y de implorar al Padre Celestial por Su Divina Misericordia, porque será a través de los que responden a Mi llamado que la Obra de Paz se concretará al menos en una parte del mundo.
Mi deseo espiritual es que todos los días existan almas en oración que sean capaces de ayudar a modificar los acontecimientos que la propia humanidad genera a través de la ambición de tener más y más cada día. De esa forma, Mis queridos hijos, Mi dolor no es por las pruebas que son difíciles de superar, Mi angustia maternal es por el grave destino que los hombres están creando sorpresivamente en muchas naciones.
La Gracia de Dios purificará sus deudas y pronto se liberarán de todo. Solo que ahora, los llamados por Cristo para el fin de los tiempos deberán estar dispuestos y decididos a realizar misiones inesperadas y ritmos de oración cada vez más amplios; de esa manera la bestia no colocará sus garras sobre algunas naciones, las que deben estar resguardadas por la Luz de Mi Materno Corazón.
Así, Mis amados hijos, aspiren a no ser nada, aspiren a estar en Dios y a seguir Sus designios. Muchos religiosos y laicos están rodeados por las influencias de este mundo actual, lo que les quita la atención en Dios.
Una de las razones por la cual he pedido los misterios del Santo Rosario, es para retirar de la ilusión y del hipnotismo a cuantos se envuelven en todas esas cosas. Espero que delante de la gravedad de los tiempos de Armagedón Mis hijos orantes, después de los treinta y tres días de oración, no pierdan el impulso interior de agradar y de aliviar Mi Corazón lastimado.
Por la sincera ayuda de ustedes, aunque sea una pequeñísima respuesta, Mi Inmaculado Corazón triunfará en las almas pecadoras. Aún la copa no fue quebrada por el rayo del Ángel de la Justicia de Dios; ustedes y Yo lo estamos impidiendo.
¡Les agradezco por corresponder a Mis urgentes pedidos!
Los anima a caminar en la fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El gran pesar de Mi Corazón Inmaculado es por la crueldad y por la falta de amor que existe entre los seres de la Tierra.
Y esto, hijos Míos, no es por falta de pruebas o de testigos del poder del amor. Jesucristo fue y será la prueba más verdadera del amor que todo lo venció para dar el salto a la consciencia universal.
Por eso, Vuestra Madre del Cielo viene para recordarles el Amor de Dios manifestado a través de Su Hijo Amado. La humanidad ya no siente necesidad de amar, sino de conquistar, juzgar y sobre todo, destruir la dignidad espiritual y moral del prójimo.
Eso aumenta el dolor que siente el Corazón de Dios por ver a Sus hijos creados,en pleno cautiverio y naufragio.
Pero el poder del Amor de Dios trasciende todas las barreras y aunque en este tiempo existan almas que no quieren amar, sino dañar y lastimar a los otros, Vuestra Madre de la Justicia sostiene la balanza que está a punto de romperse por el peso del pecado, de la omisión y del martirio.
Este tiempo llegaría; la humanidad en su mayoría escogió los placeres de la vida material y la ambición de todas las cosas; así, día tras día, se apartó de Dios hasta sustituirlo por las modernidades y falsos dioses que asumió como propios.
La profecía de Juan el Apóstol se cumple así como fue escrito, pero antes de que todo suceda, la fidelidad de ustedes a los designios de Dios marcará la diferencia entre estar caminando hacia el Paraíso o hacia el infierno de la Tierra.
Hijos, disculpen Mi profunda declaración, porque la copa no solo desborda, sino que se derrama y envenena a muchos corazones. Ahora esa copa está a punto de quebrarse por el impacto del Ángel de la Justicia de Dios.
¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme y recen! El poder fraterno de Mi Corazón Inmaculado socorrerá a la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mis súplicas de paz!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Portavoz del Universo
Mientras las Puertas del Cielo se abren por la oración de todos Mis hijos, otras puertas se abren hacia los abismos para hacer que las almas se pierdan.
Las puertas del mal son abiertas por las alianzas de los enemigos con otras consciencias, lo que cambia abruptamente el destino de la humanidad.
Todos los seres de la Tierra son responsables de que eso suceda, pero el poderoso caudal de la oración no permite que esas realidades se expandan por el mundo. La oración, la comunión reparadora y la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo evitan que muchas más almas se comprometan con esa realidad que hace perder al mundo su espíritu de pureza.
Mi Corazón clama todos los días a todos los orantes para que Me ayuden amorosamente a cerrar las puertas de la mentira, de la superstición, del falso poder y de una conquista del planeta que es desmedida y mezquina.
Quisiera, hijos amados, reconocer en cada orante la llama interior que, a pesar de los tiempos difíciles, nunca deberá apagarse. Desearía que a partir de ahora fueran Mis soldados de la paz, que sus vidas ejemplifiquen las enseñanzas de Cristo y que ya no siendo los mismos, sean depositarios del caudal de la Misericordia del Redentor.
Si tal respuesta no se diera, la propia humanidad, la raza misma deberá aprender y comenzar de nuevo, después de testimoniar su propia autodestrucción. La bomba atómica en aquel tiempo, fue el resultado más grave de la falta de consciencia, de amor y de piedad para con la humanidad.
La crisis de Medio Oriente, a los ojos del mundo, es la más grave situación de aniquilación y de destrucción del espíritu de las familias.
¿Y hasta cuándo sucederá esto?
Por ese motivo Yo vengo nuevamente para interceder delante de Dios por el mundo. Pero esta vez vengo para interceder por los inocentes y no por los injustos. El castigo de Dios será grande para aquellos que siguen modificando la Creación.
El mundo como totalidad no conoce el poder del Universo, no conoce el descenso de la Ley sobre la Tierra. Antes de que eso suceda, Yo vengo para intentar que la humanidad no se vuelva a autodestruir; lo que dejaría al planeta en otro estado.
Quisiera que todos, sin excepción de credo, raza o nación, pudieran apoyar esta convocatoria celestial por la paz.
Espero que hayan comprendido el clamor de Mi Corazón. La copa ya no solo está rebasando, sino que ahora su veneno compromete a otras naciones.
¡Les agradezco por buscar la Paz!
En petición y ruego permanente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Arrodíllate todos los días ante el Altar de Dios y clama por Piedad y Misericordia. Pide al Señor que despierte a la humanidad del sueño en que vive y disponte a seguir Sus Designios Celestiales, sin importar cuáles sean.
Hijo Mío, hija Mía, escuchen la Voz de Dios, que habla directamente al corazón, invitando al alma a dar un nuevo paso y a consagrarse a una vida superior. Les pido que sean dignos de vivir el Proyecto del Creador y a través de su transformación, permitan que otras almas encuentren un camino para la redención.
Hijo, si escuchas la voz de Tu Madre Celestial, es porque llegó la hora de rendirse delante de Dios. No esperes que el sufrimiento de la vida traiga un aprendizaje insuperable para que tu espíritu, para que tu alma perciba que andaba por caminos que no llevaban a Dios.
Observa, el mundo a tu alrededor agoniza y hermanos son sometidos, día a día, a la oscuridad. Muchos están en la amargura de las guerras, con miedo a la muerte y ante la imposibilidad de tener siquiera una vida digna, según las leyes del mundo. Y a ustedes, hijo Mío, hija Mía, no por casualidad los llamé para que estuvieran a Mi lado.
Mi voz se pronuncia ante tus ojos y habla directamente a tu corazón, porque hiciste un compromiso con Dios, por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza, por la evolución de este mundo y de muchos otros.
Sabe, Mi amado hijo, que el tiempo de aprender por medio del amor ya llegó para ti. Porque el tiempo del verdadero sufrimiento para la humanidad aún se está aproximando y recién inicia su ciclo. Aún tienes tiempo de aprender a amar y a perdonar, de ser un servidor o un siervo de Dios. Pero sé valiente y no tardes en responder, porque el tiempo del reloj ya no transcurre de la misma forma. Las agujas se aceleran y un minuto ya no tiene más, sesenta segundos.
Soy la Madre, la Reina Universal; portadora de una Paz que trasciende cualquier dolor y sufrimiento y que puede perseverar en los corazones de los que Me acompañan, independientemente de los acontecimientos del mundo.
Por eso, hijo, siente en Mi voz la urgencia de los tiempos y en Mi calma, la última posibilidad de despertar la humanidad.
Tu Madre Celestial ya derramó Sus lágrimas delante de Dios y se ofreció a sí misma, por tu salvación y la de tus hermanos. Pero el Señor es Justo y espera que de la humanidad parta la iniciativa de transformar la vida en el planeta.
Los seres humanos deben volverse dignos hijos de Dios, y eso, amados Míos, Su Madre Celeste no puede hacerlo por ustedes.
Quisiera, hijo, que Mi Amor por sí solo tocase tu corazón y lo retirase de la ignorancia de la vida material, para llevarlo a lo sagrado y a tomar consciencia que son tiempos de emergencia.
Quisiera que comprendan, con Mi santa Paz, que esto que les entrego, como bendiciones y gracias, debe verterse, por medio de tus oraciones, sobre las almas perdidas en el mundo.
Quisiera hijo, que los acontecimientos que hacen que tus hermanos agonicen, fuesen suficientes para hacerte salir de ti mismo y servir a aquellos que tienes al lado, hacerte perdonar lo que aún no perdonaste en el prójimo, ni en ti mismo y reconciliarte con Dios.
Escuchen, amado Mío, amada Mía, porque hoy les hablo directamente: despierten y únanse a Mi ejército de paz, porque Su Madre Divina ya no sabe cómo advertirle al mundo, y clama a los corazones de los hombres, para que acepten vivir la redención.
Hoy les dejo Mi Paz y les agradezco por venir a Mi encuentro, aunque sepan que muchos de los que convoqué, no están aquí.
Difundan Mi Mensaje de Paz, anuncien Mi Presencia. No dejen que sus hermanos se pierdan. Si estoy aquí, es para llevarlos a Dios.
Los amo y los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mis ojos se iluminan cuando ven el resplandor de una vida redimida y convertida por el poder de la oración del corazón.
Hijos Míos, hoy desciendo desde el Cielo para pedirles oración por los niños de Siria y de Medio Oriente, pues el principal castigo e injusticia lo sufren los más pequeñitos.
Es por esta causa sagrada, hijos Míos, que vengo a implorarles que a través de los treinta y tres días de oración, ustedes coloquen la intención de interceder por los niños de Siria. Ellos viven la consecuencia del exilio, del hambre, del rechazo y del fracaso.
Como su Señora de las Gracias, vengo para reconstruir esta humanidad que perdió los valores de lo reverente y de lo sagrado, de la fraternidad y de la paz.
Mis ojos también lloran por los más pequeños e inocentes, porque las familias más simples son el foco de la destrucción de la unidad y del amor entre los seres.
La familia es un Proyecto de Dios, a través de la familia deben gestarse los valores de la fraternidad, de la cooperación y de la paz. La familia puede ser el principal grupo de oración, puede reflejar como espejo hacia el Universo de Dios, la esencia de la conversión y de la redención.
Queridos hijos, por eso San José Castísimo también desciende del Cielo todos los días para ayudar a la humanidad, para que a través de Su Casto Corazón sean sembrados nuevamente los valores de la Sagrada Familia.
Yo desciendo todos los días para enseñarles a amar de verdad, para motivarlos a cambiar las costumbres de una vida material que deteriora a la familia de cada uno de ustedes.
Es por eso, hijos Míos, que vengo a rogarles que oren, la oración debe ser el epicentro de la familia. El Proyecto de Dios en las familias del mundo debe realizarse. Si desapareciera la unión en las familias, desaparecerían los valores internos y espirituales que permiten hacer evolucionar a todas las criaturas.
Por eso, Abraham, Moisés y la Sagrada Familia de Nazaret trabajaron por los valores sagrados del Proyecto de Dios que era tornar a la humanidad entera en una verdadera familia espiritual. Pero las influencias de estos tiempos, las modernidades y los proyectos personales han distanciado a las familias del Amor de Dios.
Es por eso que San José intentará impartir Su santa ayuda espiritual a todo Medio Oriente, con el fin de que estos importantes valores sean reintegrados al corazón de todos los seres.
Hijos Míos, piensen y sientan lo que les digo. Cada uno de ustedes es llamado en este tiempo para proteger y cuidar el espíritu de la familia a través de las buenas costumbres, de los actos fraternos y de las expresiones de un amor universal.
Oremos por la consciencia de la familia universal que es esta humanidad. Recemos para que se cumpla ese proyecto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Unida a las familias orantes del mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo a pedirle al mundo la paz.
Vengo al mundo a recordarle a la humanidad el Plan de Dios.
Vengo al mundo a rescatar a los corazones perdidos, para encaminar a las almas que se han olvidado de Dios.
Yo soy la Señora del Santo Rosario. Así como en Fátima, les vengo a pedir oración. La oración que brota de sus corazones, de una forma simple pero sincera.
Vengo a pedirles, hijos Míos, el acto de su arrepentimiento.
Vengo a pedirles, hijos Míos, que sean buscadores de la paz y de la verdad.
La mitad de este mundo padece la consecuencia de los hombres ingratos, de los hombres que no viven la Ley del Señor.
Hoy les muestro a todos Mi Divino Corazón Inmaculado, aún rodeado de espinas por los flagelos de la humanidad que se separa del camino del Cristo y se dirige a los abismos de esta humanidad enferma.
Pero Mi Luz poderosa, que es invencible y grandiosa, viene a congregarlos en este oratorio para que elevemos a Dios la oferta de dar un sí a este Plan de evolución.
Necesito que sus corazones sean estrellas que iluminen esta oscuridad, que disipen la tribulación por medio de la oración en las familias.
En sus corazones, hijos Míos, existe potencial para poder amar, para amar más allá de este mundo, para amar el universo y la Creación del Señor, Creación que se encuentra muy ofendida por todos. El Corazón de Dios está triste. ¿Quién será dichoso de poder consolarlo?
Así, a través de los tiempos, Yo vengo a entregarles un Mensaje de Paz. Mas Mis Palabras son pura energía maternal que ingresan en sus corazones y son recibidas por las almas que buscan la verdadera unión con Dios.
Hijos Míos, no estoy cansada de decirles que no hay tiempo que perder. El mundo está muy enfermo y principalmente todos los espíritus que se apartan del Camino del Creador.
Así como Moisés recibió las Leyes, Yo vengo a recordarles las Leyes de Dios. La humanidad no conoce el poder de las Leyes de la Creación. Mas aquel corazón, que está unido a Mi Corazón materno, puede sentir las Leyes del Creador y aplicarlas en esta vida, tan olvidada de Dios.
Hijos Míos, que están muy dormidos por no encontrar el camino de la redención, vengo a través de Mi Luz a abrir sus ojos. Así como en Fátima, en este siglo, en este tiempo y en esta fecha especial, Yo vengo a recordarles sus compromisos. Desde el origen, desde la Fuente esencial de Dios, Yo vengo a despertar sus dones, Yo vengo a despertar sus talentos, tan necesarios por Mi Hijo amado, para que Él pueda cumplir Su Obra de Redención.
Queridos hijos, sientan el palpitar de Mi Corazón materno. Abran sus brazos y acojan en sus corazones Mi Espíritu Divino. Yo vengo a traerles un mensaje del Cielo, algo que no es normal para sus vidas.
Yo necesito, hijos Míos, que recapaciten y que se arrepientan, para vivir en la Ley de Dios.
Entre Mis Palabras se encuentran los Rayos de la Verdad, aquellos que se iluminan desde el universo, para que, a través de la oración, de la Adoración y de la Comunión, las almas despierten a su verdadero camino.
Muchos de ustedes no es la primera vez que Me escuchan. Yo vengo aquí, a esta ciudad para recordarles su compromiso con la oración. Vayan a sus parroquias. Recen de corazón. Que sus hogares sean oratorios, oratorios dedicados a la vida del Señor. Que la Palabra de Vida de Mi Hijo pueda regresar a sus manos. Que sus corazones puedan leer las Palabras de Nuestro Señor, porque aún están vigentes para aquellos que sepan reconocerlas.
Únanse a Dios, porque muchas almas se separan de Dios. El mundo está en una guerra espiritual y esta se expande a nivel material. ¿Cuándo esto se detendrá? Si sus oraciones fueran sinceras, la Justicia de Dios será aplacada. Los corazones no deberán sufrir el martirio que están provocando en muchas regiones del mundo.
Yo vengo a traerles Mi Espíritu de Paz porque sé que sus vidas están perturbadas; no encuentran consuelo ni salida. Mas en esta noche, hijos Míos, Yo Me oferto como el camino de retorno, el camino de retorno del Señor a Su Sagrada Morada, que es su verdadero origen, para reencontrar el camino que muchos de ustedes perdieron.
Desearía que muchos de ustedes Me pudieran ver; pero Yo necesito hijos Míos, que después de tantos milagros a través de los tiempos, sus corazones Me puedan sentir. Yo puedo morar en sus vidas siempre y cuando Me lo permitan.
Pero Mi tarea está finalizando y el mundo deberá cruzar el umbral hacia el Cielo o hacia el infierno. ¿Dónde ustedes querrán estar hijos Míos? Ustedes ya no son principiantes, mas sí son Mis apóstoles del Amor.
Vivifiquen la Presencia de Cristo en sus vidas. Hagan obras de caridad, de verdad, y sus corazones vivirán en regocijo, a pesar de la oscuridad de los tiempos.
Así, hijos Míos, a través de sus pequeñísimas vidas, Mi Obra se podrá expresar como espejo en los corazones redimidos, en los corazones pacificadores que buscan la unión con Dios, todo el tiempo.
Abandonen esta normalidad que los rodea todo el tiempo, que no les deja ver la Luz del Reino de Dios.
Queridos hijos, si rezan de verdad Conmigo, muchas cosas podrán evitarse.
Yo soy la Mensajera de la Paz. Yo soy la Profeta de Cristo, que les anuncia a los corazones el Retorno de Cristo en estos tiempos de caos.
Sus corazones deben estar preparados. Si no oran, hijos Míos, si no se perdonan ni se reconcilian, ¿cómo Mi Hijo podrá estar entre ustedes nuevamente?, ¿cómo sus corazones despertarán, durante la noche, para ver entre las nubes la venida gloriosa del Rey?
Por eso, Mi Corazón Inmaculado, que es su Corazón noble, y el Santo Corazón de San José, trabajamos juntos para la redención de las almas.
Los Cielos y los universos abren sus vertientes de Luz a través de los Sagrados Corazones, para que diariamente, hijos Míos, puedan comprender que hay algo que cambiar. Ya no hay tiempo que perder, el reloj se detendrá para que las almas vivan su aprendizaje en este último tiempo de transición.
Lo que anima a Mi Corazón Inmaculado es ver que sus almas cristalinas buscan el camino de la redención y que nunca se desaniman, porque quien está Conmigo, está con Cristo y está con Dios en Su gran Plan de Redención.
Me anima ver a las almas que verdaderamente se consagran y que sobre sus cuerpos visten Mi Manto de Luz para representar en este planeta las nuevas legiones de Cristo que sustentarán a la humanidad; porque la mayoría, aunque no les parezca, hijos Míos, no hará nada.
¿Quién hará algo por este mundo? ¿Quién corresponderá al Plan de Dios, saldrá de sí para ver a los otros y encontrar la necesidad, que es muy grande en esta humanidad? La necesidad de amor, de oración y de servicio.
Mas si ustedes se unen a Mi Corazón, el ejército será invencible y la paz no desaparecerá de la Tierra.
Sus almas son peregrinas del universo y vienen aquí para vivir una experiencia de redención y de amor; para reencontrar a Cristo en sus caminos y divinizar sus vidas, según la Voluntad y el Propósito de Dios.
No dejen de buscar su verdadera misión. Deben existir apóstoles activos que puedan corresponder a la emergencia de estos tiempos.
Saliendo de aquí, hijos Míos, sus corazones deben pensar, reflexionar sobre cada vibración que Yo les he entregado, porque ella podrá transformar sus corazones; y esa Luz se expandirá en sus familias para que más corazones sean tocados por Mi Luz.
No vengo aquí por acaso, hijos Míos. Así, Yo les recuerdo a Fátima, porque están en el mismo punto que el pasado y eso debe revertirse por su determinación de ser corazones resplandecientes que busquen la vida de oración, para alcanzar finalmente su redención.
Así agradarán a Dios y no perderán tiempo, porque el mundo debe vivir una nueva etapa y sus propios hermanos, miembros de esta única civilización, están impidiendo que eso suceda. Por eso, los Portavoces del Cielo vienen hacia ustedes para recordarles que existe el camino hacia el infinito y que esta vida no termina aquí.
Sus espíritus, hijos Míos, deben despertar a la vida espiritual, deben evolucionar, deben dar pasos; así como los dieron los apóstoles, aquellos seres que acompañaron a Cristo en esta Obra de Redención.
Ahora les toca a ustedes, hijos Míos. Por eso, este es Mi último llamado. Mi voz se pronuncia para todo el mundo.
No quiero que sientan Mi dolor, que es el dolor del mundo, pero muchos deben sentirlo para comprender el sentimiento de su Madre Universal.
No Me canso. Sigo adelante con la esperanza de reencontrarlos despiertos en este camino hacia el Universo de Dios.
Ustedes tienen un universo en su interior. Búsquenlo. Clámenlo. Llamen por él, él está allí para ayudarlos. Ese es su mundo interno, el mundo del alma, de la pureza, del principio original.
¿Acaso lo han percibido? Yo vengo a revelarles esta Gracia, pues es necesario, hijos Míos, que más corazones despierten. Despierten, despierten, despierten, despierten.
Recemos.
Oración: Padre Nuestro (portugués).
Y así, siempre deben pedir a Dios por su conversión; siempre hay algo que curar; siempre hay algo que redimir cuando el corazón es sincero con Dios.
Estrellas de Luz se esparcen sobre la Tierra. Estos son Mis queridos hijos que despiertan, que visten el Manto de Mi Luz. Son Mis más pequeños, los que Yo amo y espero que Me representen fielmente en este planeta, porque llegará el tiempo, hijos Míos, que su día solo será oración, cuando el mundo se purifique para alcanzar los mil años de paz.
No se cansen de transformarse, es necesario. Sus vidas deben santificarse, deben corregirse, deben seguir los Designios de Dios.
Por eso, Yo soy la Señora del Santo Rosario. Rezo por ustedes y por el mundo para que algo cambie pronto. Rezo con ustedes todos los días, desde el Universo del Corazón de Dios.
Así, por su respuesta sincera a Mi llamado universal, todo estará cumplido, todo estará consumado, así como Mi Hijo lo cumplió.
Que vengan aquí Mis guerreros de la oración, espíritus llamados a vivir en el nombre de la paz.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán ante Mi Presencia trayendo la vela de luz, la presencia de un alma encendida en toda esta humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Anaren.
Mientras cantan, queridos hijos, Yo los bendeciré a ustedes y a todos los presentes. Cuando los bendigo a ustedes, bendigo al mundo y renuevo todas las cosas, pues esa es la autoridad que Me dio Cristo para que las almas se reenciendan.
Canten de corazón, proclamando a Dios su confirmación.
Canción: "Himno de los Hijos de María".
Por la autoridad que Dios Me ha concedido, en nombre de la Santísima Trinidad, bendigo sus vidas para que sean convertidas en Cristo y por Cristo y sean, a partir de ahora, Mis apóstoles de la Paz.
Derramo Mis Rayos sobre ustedes, para que sus corazones los guarden y no olviden que la Madre de Dios, la Reina de la Paz, la Señora del Santísimo Rosario, la Señora del Monte Carmelo, estuvo hoy aquí con ustedes para derramar Su Gracia en la humanidad.
Guarden Mis Palabras en el corazón y sigan a Jesús, síganlo siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Les agradezco por orar a Mi Inmaculado Corazón.
Que la paz siempre sea en sus vidas.
Los amo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestra Señora pidió que, en este momento, en todos los lugares del mundo, hagamos un minuto de silencio, por la paz en la humanidad.
Hermanos, quisiéramos cerrar este encuentro con un pequeño relato sobre la Aparición, respondiendo al pedido de María.
Ella nos pide, a veces, que relatemos lo que Ella nos muestra. Para comenzar, quisiéramos decir que, durante la oración, las almas de cada uno de los presentes fueron muy trabajadas.
En diferentes grados, los ángeles trabajaban según la indicación de Nuestra Señora; y una forma de cura espiritual, iban realizando en cuanto nosotros orábamos de verdad.
Entonces, llegó el momento de la Aparición. Nuestra Señora vino como siempre desde el Cielo, cruzando los universos, ingresando en la consciencia del planeta, y Su consciencia iba localizando este lugar.
Ella venía como una gran esfera de luz y de fuego, descendiendo a través de los Cielos hasta aquí.
En cuanto estábamos orando, esperando Su llegada, ese fue el momento en que se mostró como Nuestra Señora de Fátima, vestida toda de blanco, con un rosario entre Sus manos. Su mirada era suave, maternal y amorosa. Estaba descalza y se colocó en el centro de este portal de paz. Y, lo primero que dijo: "Agradezco a quien tuvo la Gracia de poder honrarme, al construir este portal en honor a Mi Inmaculado Corazón".
Entonces, Nuestra Señora extendió Sus brazos hacia nosotros, abrió Sus manos y mucha Luz comenzó a salir de Sus manos y penetraba en nuestras almas. En ese momento, María nos mostró una imagen del planeta y vimos un gran triángulo de Luz que unía Europa con Medio Oriente y con el sur de América.
En ese momento, veíamos que muchas almas iban siendo elevadas hacia el Cielo por Nuestra Señora, no solo del Medio Oriente, sino de diferentes puntos del planeta. Entonces, Nuestra Señora dijo: "Mira hacia el centro del triángulo", y comenzaron a aparecer muchas rosas, que Ella dijo que eran nuestras oraciones, las oraciones de todos Sus hijos del mundo que estaban unidos a este propósito por la Paz.
Nuestra Señora lloró un poco, mostró Su Corazón lastimado, pero a medida que Ella nos iba hablando, palabra tras palabra, Su Consciencia entraba en nuestro universo interior, fue así como Ella lo llamó. Y parecía que Nuestra Señora, por algunos momentos, cuando repetía las palabras, Ella se multiplicaba dentro de nuestro espíritu. Entonces, veíamos a María dentro de cada uno como una sola Consciencia unida a Dios, fundida en Cristo.
Después, Nuestra Señora, cuando fue transmitiendo Su Mensaje, nos fue mostrando diferentes situaciones de la humanidad. Ella, rápidamente, mostraba diferentes regiones del planeta que necesitaban de mucha, pero de mucha oración; hasta que llegó el momento, en la Aparición, en que Ella mostró el Propósito de Dios para esta humanidad. Y, por encima de Nuestra Señora, habían muchos ángeles que comenzaron a mostrar la Idea original que había tenido el Creador, desde el principio de esta humanidad y de este planeta.
Ella nos decía que la Sagrada Familia de Nazaret, cuando estuvo presente aquí, en esta humanidad, a través de San José, de María y de Cristo; Ellos dieron continuidad a ese Propósito.
Ella decía que ha aparecido tanto, a través de los tiempos; no solo para enseñarnos, advertirnos y llamarnos, sino para que Ella pueda dar continuidad a esta Obra de la Idea de Dios. Ella decía, con mucho pesar, que esa Idea, nosotros la estamos rompiendo.
Ella viene a recordarnos que nosotros fuimos creados por Dios, que Dios nos ama, que no podemos separarnos de Él y que tenemos, junto con Nuestra Señora, que dar continuidad a esa Obra que Dios tiene prevista para nosotros.
Amorosamente, Ella viene a corregirnos y nos pide que pensemos y que reflexionemos qué es lo que hacemos de nuestra vida, si estamos con Dios o no estamos con Dios.
Ella, hoy, nos donó Su Amor maternal; y cuando hizo su bendición para los Hijos de María que se consagraron, mucha Luz se esparció por este lugar, el aura de Nuestra Señora se iluminó y esa Luz llegó a varias partes del planeta, en forma de rayos.
Eso fue lo que sucedió. Así es que todos quedan con esa invitación y ese llamado de María; y podremos seguir unidos en este trabajo por la paz rezando el Rosario, rezando de corazón como Ella nos pide y esforzándonos cada día un poquito más
Queridos hijos:
Hoy he venido a pedirles que continúen rezando el Santo Rosario todos los días porque, así como lo dije en Fátima, la ira de Dios podrá ser aplacada por la amorosa oración de todos.
En este tiempo, hijos Míos, eso no evitará que la humanidad entera sea purificada, porque aún muchos de Mis hijos en el mundo se vinculan con los caminos del mal. Es por esta causa extraordinaria de salvación que su Madre Celeste padece el dolor y la ingratitud del mundo y, a la vez, estos sentimientos de perdición son transmutados por los instrumentos que la Madre de Dios escogió, así como lo fue en todas las Apariciones del pasado.
Nuevamente, vengo a Brasil a recoger, de los corazones mansos, todas las oraciones y novenas que humildemente Me puedan ofrecer. Será a través de ese ofrecimiento sincero de todos Mis queridos hijos que Yo podré interceder o al menos aliviar el miedo a la muerte que muchas consciencias están padeciendo en estos tiempos sin paz.
Por eso, hijos Míos de Brasil, su Madre Celeste, así como en Fátima, desciende del Cielo a despertar a través de la oración del Santo Rosario los rayos de la devoción y de la paz.
Hijos, en este ciclo, que sus vidas sean oración, porque si son pura oración, ustedes serán devoción y a través de la santa devoción el mundo alcanzará la esencia de la paz.
Con la mano derecha sobre Mi Corazón Inmaculado y Mi mano izquierda tendida hacia el mundo, vengo a ofrecer simplemente a todos Mis hijos orantes, el camino del rayo de la devoción. Sus corazones pueden expresar esa devoción, así como una flor que se abre para recibir los rayos del sol.
Queridos hijos, deseo que a través del Rosario, sus vidas ya sean otras, colmadas por las vertientes de este rayo de la devoción; vertientes que brotan del Corazón de su Madre Celeste, así como la compasión, la paz, la elevación, la esperanza y la cura.
Hijos Míos, no teman a las cosas del mundo, llegó la hora de que sean Mis verdaderos siervos de la oración, así al menos una parte de la humanidad no perecerá.
Sigamos orando, siempre orando, la Gracia y la Misericordia son urgentes para el mundo.
Yo los amo. Yo los contemplo. Yo les agradezco por rezar a Mi Corazón lastimado.
La Paz sea en sus seres,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con Mis ojos celestes de Luz colocados sobre el mundo, rezo profundamente por toda la humanidad, por los consecuentes y por los inconscientes, para que pronto, a través de la Gracia Suprema, todos Mis hijos consigan atravesar el tiempo definitivo de la aguda purificación.
La Gracia de Dios será la fortaleza para aquellos corazones que recen humildemente de corazón y se unan por encima de todo a Mis planes de Paz.
Queridos hijos, aún su Madre Celeste, desde el Cielo, sigue viendo el error esparcirse como un veneno en el corazón de los corazones ingratos, los que buscan saciar sus voluntades y satisfacer sus deseos. Pero esto pronto terminará.
La oración del Santo Rosario proclamada por Mis hijos del mundo está evitando que la ira de Dios se precipite, y a pesar de todo continuar igual, una especie de conciliación universal está sucediendo entre las almas buenas y las almas sometidas.
Es a través del Espíritu de Mi Amor materno que las puertas del Universo Celestial se están abriendo para ayudar al mundo enfermo.
Hijos Míos, sigan rezando, ahora con más esfuerzo, porque en la repetición del Ave María se encuentra la fórmula celestial de Luz que permite aplacar el poder de las Leyes y abrir el manantial de Misericordia de su Madre Santísima.
Es a través del poderoso decreto del Ave María que las palabras del Arcángel Gabriel se vuelven vibraciones sutiles, capaces de relacionar el universo material con el universo espiritual.
Es a través de esta antigua fórmula que la Pureza y la Gracia de la Madre de Dios descienden sobre el mundo, sobre una región o incluso sobre una consciencia pecadora, para despertar la compasión de Dios y abrir el camino sincero al arrepentimiento y a la contrición como acto de redención.
Queridos hijos, hoy les dejo estas llaves porque sé que muchos de ustedes necesitan de más comprensiones.
Que a través del Ave María se reconozcan como pecadores no significa que volverán a pecar, sino que les recuerda la importancia de vivir las Leyes Universales y de no transgredirlas nunca.
Hijos amados, cuando reconocen sus pecados o deudas, están afirmando la necesidad de revertir sus miedos al fracaso, a la perdición o al abandono del camino espiritual.
Es a través de Mi intercesión divina que sus ojos se abrirán para ver claramente el camino de la transformación y de la fusión con la paz.
Si la humanidad viera las oraciones con espíritu universal, en verdad los efectos de las palabras sustituirían los errores y transformarían las pruebas en grandes aprendizajes.
Por eso, les pido que recen de verdad y sin apremios, así sus sagradas invocaciones a Mi Corazón Inmaculado harán triunfar Mis planes de Paz y de Misericordia.
¡Les agradezco por rezar a Mi materno Corazón!
Los eleva a la consciencia de la oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como una Reina, vuestra Madre es coronada por las oraciones y por las súplicas de todos Sus hijos del mundo. Esto hace desaparecer, de a poco, el dolor profundo de la Madre Santísima, porque el dolor del mundo es compartido con los consecuentes apóstoles de Cristo.
Es por este fin, queridos hijos, que hoy vengo a vuestro encuentro para llamarlos al tiempo de la consciencia y de la madurez interior. Será de esa forma que vuestras almas, unidas a Cristo, podrán corresponder a la Voluntad de Dios, cuando esta Voluntad se haga conocer en vuestros corazones.
Por eso, hijos, en tiempo de preparación, pero también en los momentos agudos de la humanidad, que vuestro camino sea responder, a través de Cristo, a los Designios del Padre Celestial. Eso requerirá que vuestras consciencias respondan a situaciones que no estaban planificadas en vuestro día a día.
Poco a poco, están siendo llevados a vivir los mismos principios que la Familia de Nazaret vivió, para cumplir así el Propósito infinito del Padre Eterno que es salvar a la humanidad entera.
Sigan la luz que los lleva a encontrar este sagrado Propósito y no cierren sus corazones a lo que deberán aprender en honor a Mi Inmaculado Corazón.
De vuestra respuesta y de la respuesta de todos Mis hijos en el mundo dependerá la libertad de Oriente y principalmente de las pobres familias sometidas.
Vuestra decisión es única en estos tiempos, porque desde el principio la humanidad es única y lo que uno hace repercute en los demás, sea evolutivo o contrario a la evolución.
Mi Corazón, que está lastimado por los hombres ingratos que no conocen el Amor de Dios, se está ofreciendo a todos como el sublime refugio para los inmigrantes del mundo.
Mis brazos están extendidos hacia el planeta y Mis manos se aproximan a todos para clamarles por piedad, paz y consciencia.
Queridos hijos, como el Arca de la Santa Alianza, Yo derramo lo más puro de Mi Corazón para que, en este tiempo de purificación, ustedes se sirvan de Mis Principios maternales y universales, Principios que provienen del Cielo.
Les agradezco por seguir calmando Mi Corazón, Corazón que sufre por lo que sufren Sus hijos del mundo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como el soplo del Espíritu Santo de Dios, he venido aquí para inspirar, en vuestras vidas, la búsqueda de la paz y del bien para el mundo.
Ya resuena en Mi Corazón materno la voz orante de las madres del mundo y esto hace posible que el espíritu de la virginidad y de la pureza femenina se preserve en el mundo. Aún, hijos Míos, esto no es suficiente, porque la deuda de la humanidad es más que espiritual, ella se ha vuelto universal.
Por eso, vuestra Madre Celeste los reúne en el oratorio de Su Corazón de Luz para que, unida a todas las madres, el planeta alcance en estos tiempos el mayor grado de amor, más allá de todo error.
Si las madres amaran como Yo amo, oraran como Yo oro y clamaran como Yo clamo; les aseguro, queridas madres, que la victoria de Mi Corazón Inmaculado sería visible en todos sus corazones.
Solo deseo enseñarles, madres queridas, las cosas simples de Mi maternidad: ser pacientes, perseverantes y amar a todos Mis hijos como Yo los amo, sin condiciones ni juicios.
Si eso fuera así, pronto vuestras almas estarán unidas a la Mía y seremos un solo manantial, una sola vida femenina expresada en el cosmos por amor a Dios, Nuestro Señor.
Madres, sigan orando sin cesar y continúen caminando a Mi lado, juntas atravesaremos esta transición y por fin el amor maternal triunfará y el planeta se curará de la falta de amor maternal.
El mundo como un todo deberá aceptar el espíritu materno, así las almas encontrarán consuelo y renacerán a la vida.
¡Les agradezco a las madres orantes por estar respondiendo a Mi llamado!
La Paz sea en el corazón de las madres inocentes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mi Corazón de Madre aún se acongoja por la falta de consciencia y de amor de los pecadores del mundo.
Les pido que no se confundan con los falsos mensajes que solo intentan desviar a las almas de Mi propósito de Paz.
Escuchen con atención Mis palabras y solo crean en lo que vuestra Madre Celeste les dicta diariamente. Mi adversario usará las medias verdades para confundir a los orantes, traer pena y desasosiego interior.
Yo deseo que solo compartan Conmigo el dolor de Mi Inmaculado Corazón, Corazón que todavía sigue siendo ofendido por todos los hombres cuando ultrajan la consciencia femenina de la humanidad.
Les pido a todas las madres del mundo, a los orantes, a los creyentes y a los devotos de los Sacratísimos Corazones, que Me oferten durante nueve días una novena a la Poderosa Madre del Perpetuo Socorro para que vuestra Madre del Cielo tenga la Gracia de proteger el espíritu de la maternidad en el mundo, el que está desapareciendo del seno maternal de las madres de Oriente.
Madres: si ustedes también se unen a Mí mediante los dos Misterios del Santo Rosario, el Ángel de la Paz promete proteger a los ángeles de la guarda de todas las buenas almas.
Para impedir que los ángeles de la guarda de Medio Oriente desaparezcan de las naciones, amorosamente vengo a pedir la novena a todas las madres del mundo.
Si todas las madres se unieran a Mí, podré establecer un tiempo más de paz en las Américas, que es el próximo foco de Mi adversario.
Para establecer la Misericordia de Dios, cada alma de la Tierra deberá hacer su parte hasta el fin de los días. Si los pedidos de oración cayeran de sus manos, así como caen los frutos de un árbol, una gran prueba espiritual deberá enfrentar la humanidad.
Es por esto que el Cielo está descendiendo al caos del planeta, para evitar que más inocentes sean condenados y la cristiandad desaparezca del corazón de los seres por miedo, terror o perturbación.
Desearía que todos Mis hijos orantes tomaran consciencia de la realidad planetaria y que cada alma asuma la misión que vino a realizar.
Ahora, no solo Mi Corazón está lastimado, sino que Mis túnicas puras fueron rasgadas por los hombres que ultrajan a las madres de Oriente.
Acudan a Jesús e imploren, no dejen de implorar; ya estamos en la última y definitiva hora mundial.
Yo les agradezco por orar a Mi Materno Corazón.
Que la paz no desaparezca del seno de la humanidad.
Vuestra madre María, Rosa de la Paz
En los pequeños sacrificios se encuentra la solución para los graves problemas de la humanidad.
El sacrificio es un acto de renuncia y al mismo tiempo de liberación de las formas que oprimen la consciencia de la humanidad. Por los sacrificios, las Leyes Universales actúan y lo que parecía imposible de revertirse, cambia por la realización de un pequeño sacrificio.
El acto del sacrificio debe estar bañado por la humildad de aceptar algo que va más allá de las capacidades de cada ser. El ayuno es el camino que los lleva a encontrar el sacrificio que la humanidad olvidó vivir para poder reparar las faltas.
El sacrificio es una ley de liberación y al mismo tiempo permite tomar consciencia sobre la gratitud y el bien.
Queridos hijos, los desajustes de la humanidad en estos tiempos son por la falta de sacrificio, lo que no significa omisión, severidad ni castigo. Un gran sacrificio que el mundo podría hacer es quedarse en silencio para que todos comprendan cómo la vida humana está descontrolada, violenta y pervertida.
Si se hiciera silencio, mucho se resolvería, todo se curaría, el mundo podría desvanecer el constante ruido que habita en la consciencia de Mis hijos y todo se volvería a reconstruir como en el principio.
Una de las causas de Mi llanto es por la falta de silencio dentro de los seres; eso los aparta de la fuerza interior, fuerza que les permite orar de verdad, ya que la ausencia de silencio lleva a la falta de paz.
Queridos hijos, aún Mi Corazón continúa lastimado. La copa ya no solo está hasta el borde, sino que ahora está rebasando. De todo lo que hoy sucede en el mundo, algo hay que aprender interiormente.
Queridos hijos, Yo les abro las puertas al Corazón de Dios para que puedan entrar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la Consciencia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Relato del Mensaje extraordinario:
Respondiendo a un pedido de San José, estuvimos en ayuno y en vigilia, durante todo el día, en el Centro Mariano de Aurora.
Para preparar la procesión de San Miguel, que se realizaría por primera vez, diferentes grupos de oración oraron de las 7 h a las 19 h, en cuatro puntos del Centro Mariano: en la Ermita de San Miguel Arcángel, en el Hogar de Adoración, en el Portal de la Paz y en la Geodésica, en donde se encuentra un cuadro con la imagen de Cristo Glorificado.
A las 20 h, los hermanos presentes en el Centro Mariano iniciaron la procesión de San Miguel Arcángel y, en ese mismo momento, cuando yo estaba con algunos hermanos orando en el monasterio, tuve una visión: vi a muchas almas, en diferentes situaciones de sufrimiento que venían desde Oriente Medio hasta el Centro Mariano y estaban siendo ayudadas a través de los portales de luz que se abrían en los puntos en los cuales oramos el día entero.
Después de un tiempo, vi un ángel vestido de blanco que se colocó sobre la Ermita de San Miguel. Él dijo; "Soy el Ángel de la Paz". Detrás de Él, vi un gran portal hacia el Reino Celestial, a través del cual vi coros de ángeles entonando, en muchas voces, melodías divinas. Las almas que llegaban al Centro Mariano comenzaron a cruzar el portal, por detrás de ese ángel, en dirección al Cielo.
Algunos minutos después, vi aparecer a Nuestra Señora, como Rosa de la Paz. Ella tenía en Sus manos un gran rosario y, con las manos abiertas hacia abajo, hacia una oración en voz alta y fuerte. María agradeció las oraciones que hicimos el día entero y, a pesar de estar muy agradecida, Su rostro aún reflejaba mucha tristeza y preocupación.
En seguida, apareció en las manos de María un manto manchado de sangre, casi todo rojo. Le pregunté qué era ese manto, y Nuestra Señora respondió: "Este es el Santo Sudario que restauró al Cuerpo de Mi Hijo Jesús".
En ese momento, vi a muchas almas que llegaban decapitadas, mutiladas y torturadas de diferentes formas. Nuestra Señora las envolvía con el Sudario de Cristo y las restauraba. Esas almas se reconstruían y, en seguida, pasaban por el portal de luz, detrás de María.
Era inexplicable lo que yo sentía al ver los ojos de esas almas cuando ellas veían el rostro de Nuestra Señora y se dirigían, cansadas, hacia Sus brazos. María transmutaba y transformaba toda la tristeza y el sufrimiento de ellas y las elevaba a Su Reino. Después de un largo tiempo realizando este movimiento, Nuestra Señora nos entregó un Mensaje extraordinario diciendo:
Hijos:
Mi Corazón Inmaculado hoy estuvo presente en todos los Centros Marianos del mundo y en todos los hogares de los que Me ofrecieron una sincera oración por la paz, proclamando la victoria de Mi Hijo Jesús en todas las almas que claman por Misericordia y por Justicia.
Sepan, Mis amados, que aún hay mucho para ser liberado, y vengo a su encuentro extraordinariamente para que sientan en Mi Presencia los méritos de sus oraciones.
Hoy Me uno a los orantes del mundo y le clamo al Padre por Misericordia para Mis pequeños que se pierden en el sufrimiento y en la angustia del constante miedo a la muerte.
Hijos Míos, les pido, por medio de Mi Presencia aquí, en este Centro Sagrado, que sus corazones y espíritus continúen siendo impulsados a hacer de los días de vigila el ejercicio permanente en sus vidas.
El mundo agoniza y hiere el Corazón de Dios y de Sus Mensajeros. Muchos están perdiendo la fe y la esperanza ante un destino espiritual incierto. Mis pequeños se están preguntando dónde está Dios para socorrerlos del sufrimiento y del dolor; y Yo les digo, Mis amados, que Dios está en el corazón de todos aquellos que claman por Él. Por eso, lleven la Paz de su Señor, depositada en sus corazones, a las almas que más lo necesitan.
En oración, aseguren Conmigo el Santo Sudario que restauró el Cuerpo flagelado de Mi Hijo, para restaurar a las almas y a los espíritus torturados por la oscuridad del mundo.
Mis queridos, ustedes ya no son ignorantes ante la realidad planetaria, no permitan que más infiernos se abran en el mundo. Oren, oren sin cesar. Alivien Mi Corazón para que Yo pueda interceder por todos.
Cuento con sus plegarias, con sus súplicas, con sus más sinceras oraciones.
Si sus ojos pudieran ver la luz que vuelve a brillar en los ojos de aquellos que reencuentran a Mi Inmaculado Corazón después de sufrir tanto, no perderían ni aun un segundo de sus vidas sin pedir la Misericordia del Creador.
Establezcan el Reino de Dios en el mundo y clamen por Su Piedad eterna.
Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado. No dejen de escucharme jamás.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando oran de verdad las Leyes cambian y el mundo, a pesar de todo, obtiene la Gracia de un tiempo mayor de paz.
Pero la venganza que Mi adversario proyecta, en los corazones ingratos, es el pensamiento recurrente para concretar sus planes contrarios. Esto se desarmará, porque la persistencia de los orantes será más fuerte que toda la crueldad.
El Reino de Dios será visible en el corazón de los simples y así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Sigan el camino de la paz que en este tiempo Yo les traigo, y sean portadores de Mi Amor materno para que, desde sus corazones, sea irradiado al mundo.
Queridos hijos, les traigo la Gracia de despertar a tiempo y de vivir sin miedo el ciclo de vuestra purificación.
Sepan que, a través de vuestra vida y de vuestra consciencia purificada, tendrán la dicha de recibir nuevos impulsos celestiales que reconfigurarán sus vidas y toda la vida planetaria.
¡Ay de aquellos que no escuchan a Dios y que no se purifican!, en verdad muchos se lamentarán por no haber cambiado.
Por eso, acepten la cruz y sigan a Cristo. En Su Corazón piadoso encontrarán la liberación de la materia.
Hijos, sean felices mientras se purifican, todo puede ser ofrecido a Dios sin miedo.
En sus corazones quedan méritos divinos por estar hoy Conmigo.
Derramen amor, derramen verdad, derramen pureza interior de la esencia divina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ayuda a caminar en la absoluta fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Piedad sea todo para el mundo.
La Misericordia colme los corazones que desesperan.
La Paz unifique a los seres con Dios y con Su sagrado Propósito.
Mi llanto aún no ha cesado, pero sus súplicas alivian Mi Corazón. Si la respuesta fuera de una gran mayoría, ustedes como humanidad, estarían abriendo las puertas a la intercesión.
Deseo que durante estos treinta y tres días de oración, las almas orantes veneren al Corazón Inmaculado de la Señora del Santísimo Rosario de Fátima, porque será a través de la pureza que Dios le concedió a Mi Espíritu que los hombres ingratos podrían tener la chance de liberarse del cautiverio.
Queridos hijos, hoy también rezo con ustedes pidiendo la divina Misericordia de Mi amado Hijo. Así, establezco en los corazones simples el Reino de Dios y conduzco a los valientes orantes para que día a día descubran el universo de la oración.
Recemos por los niños inocentes, que son el principal resultado de la falta de amor y de compasión por los más pequeños.
Lleven a todos los niños de Siria a Mi Corazón materno. Encomiéndenlos al Padre Celestial para que así vuestra Madre Celeste los pueda salvar espiritualmente del tiempo de la persecución.
Estoy en todos los hogares que Me abren las puertas a través del Santo Rosario. Estoy en el simple corazón de Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los reúne en el Sagrado Oratorio de la Madre del Mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando llegamos al quinto misterio doloroso vimos aparecer a Nuestra Señora, hicimos la señal de la cruz y Ella se mostró como Nuestra Señora de Fátima.
Segundos más tarde comenzamos a sentir un dolor fuerte en el corazón, un dolor profundo que invadía toda la consciencia, algo inexplicable. Rodeada por ángeles de luz, Nuestra Señora se aproximó muy cerca de nosotros y vimos Su rostro lastimado por un corte en cada mejilla. Su rostro era de mucho dolor y estaba llorando como si nada pudiera detener Sus constantes lágrimas.
Enseguida vimos que el Corazón Inmaculado de María, estaba traspasado por una espina oscura que media unos ocho o diez centímetros de largo; Su Corazón estaba rodeado por una corona de espinas y se veía muy inflamado, perdiendo sangre por todos lados.
La Madre Divina señalaba con Su mano derecha el Corazón lastimado y levantaba Su mano izquierda bendiciéndonos. En ese estado de profundo dolor, la Virgen María nos mostró el mundo entero y nos llevó especialmente hacia Medio Oriente. Nos mostró la realidad espiritual de los campos de refugiados y nos llevó hasta los mares de la región para revelar la situación grave y espiritual de las barcas sumergidas de los inmigrantes. Su llanto no cesó mientras nos transmitía cada una de las palabras.
Luego Nuestra Señora nos mostró el Universo Celestial y vimos un coro de ángeles entre los que se destacaba uno principal que María lo llamó el Ángel de la Justicia de Dios. Él llevaba entre sus manos una vara de ardiente fuego, la cual estaba a punto de lanzar hacia la Tierra. Enseguida, mientras lloraba, Nuestra Señora hizo la siguiente revelación y un pedido para todos nosotros:
Por una gran espina que traspasa Mi Corazón Inmaculado, hoy siento el dolor del mundo, de las almas que son condenadas por las propias manos impunes del adversario.
No podré explicarles, Mis hijos, qué significa el dolor de la humanidad, la que es ingrata a Dios y especialmente a toda la Creación. Realmente hijos, el mundo está enfermo espiritualmente y la humanidad perdió la inocencia y el amor verdadero entre hermanos.
Los inocentes son condenados. Los que dicen ser poderosos obran en contra del Plan del Redentor. La humanidad se autocondenó y condena día a día a Mis hijos.
Hoy vengo mostrando al mundo Mi Corazón Purísimo, lastimado y ensangrentado por los graves e interminables pecados del mundo. Hijos, hay que cambiar y no dejarse perder por las pequeñas cosas superficiales.
Mientras ustedes respiran, otros mueren por falta de Luz. Mientras ustedes duermen, otros no tienen un lugar donde reposar. Mientras ustedes viven en Mi Corazón de protección, otros buscan una salida y escapan de la muerte que es generada por los hombres conquistados por el mal. Esto estremece al Corazón de Dios, viendo al mundo en la guerra de todos contra todos.
Hemos venido aquí para recordarles la Paz y el Amor de Dios. Para aliviar Mi Corazón traspasado y Mi rostro cortado por las heridas que hermanos ocasionan a otros hermanos, para calmar el llanto perpetuo de Mis ojos, vengo para pedir a todos los grupos de oración del mundo y a todos los miembros de la Red-Luz que recen dos misterios del Santo Rosario durante treinta y tres días seguidos para que vuestra Madre Celeste pueda tener la dicha de interceder ante la Justicia Universal.
En el caso de no revertirse la situación en Medio Oriente, la Justicia podría precipitarse y hacer de los templos humanos el polvo de todo el desierto.
Para que el Ángel de la Ira de Dios no derrame el rayo de la Justicia, hijos Míos, vengo a pedirles a todos la oración. Si la respuesta fuera poca, ustedes verán el resultado de una degeneración humana, la que ya flota en los mares.
Recen Conmigo y no se detengan; Mi Corazón ultrajado socorrerá a quien Me invoque de verdad y sin apremios.
Hijos, difundan este mensaje, pues la hora más aguda se aproxima, la primera gran noche de oscuridad mundial. Si rezan Conmigo estarán bajo Mi manto de Luz.
Al final de cada misterio repetirán:
Súplica a la Madre del Mundo
Amada Madre del Mundo,
Estrella incandescente y universal,
derrama Tus rayos poderosos sobre el mundo entero,
derrama los códigos de la Sangre Preciosa de Cristo
para que todo sea purificado
y seamos dignos de vivir
en el Reino de Abba.
Amén.
¡Les agradezco por consolar Mi Corazón herido!
Les abre los ojos a la Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:Como vuestra Madre Auxiliadora, abro las puertas de Mi Corazón para acoger en estos tiempos a las almas perdidas por las ilusiones del mundo. Junto a Mi Hijo Jesús trabajamos por la redención de la humanidad y de todos los Reinos de la Naturaleza, los que en las últimas décadas fueron objeto de una manipulación desmedida que llevó al deterioro del espíritu de los Reinos.
Por eso Yo vengo como la Madre Auxiliadora, buscando que los corazones se arrepientan pronto y no pierdan tiempo en las cosas materiales. Muchos de Mis hijos en el mundo viven para sí y no viven para Dios y en sus vidas encuentran como resultado la soledad, el abandono y la falta de amor y de fe interior.
Pero Yo vengo del Cielo todos los días para enseñarles por última vez el camino de regreso hacia el Corazón del Padre Celestial. Es por esto que Mi obra final se apoyará en Mis discípulos e hijos consagrados a la Luz de Mi Inmaculado Corazón; será de esa forma que vuestra Madre Celeste hará el último intento de retirar del infierno de la Tierra a los que se sumergen día a día en el mar de la desesperación y del pecado.
Aquellos que vivan la oración estarán a salvo y sus casas se volverán semejantes al arca de Noé; así sus hogares serán templos vivos en medio de la tribulación que las almas viven, lejos de Dios y de Su Amor Eterno.
Yo los recibo a todos en Mi Corazón porque los amo. Mi obra finalizará cuando la mayoría haya encontrado el Reino de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a la consciencia del despertar espiritual,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El mundo entregó todos sus sentidos, principalmente los sentidos internos, en las manos destructoras de Mi adversario. Es por esta causa que, a través de los tiempos, he venido anunciando la importancia de la oración del corazón y de la constante búsqueda de la paz para que al menos las esencias más perdidas encuentren el camino hacia el Corazón del Padre Celestial.
Mi Hijo Me envía en Gloria para demostrar espiritualmente que el Universo es la verdadera fuente de unión con la Voluntad de Dios. Como la Madre y Defensora de la Paz, vengo para intentar retirar las vendas de los ojos de Mis hijos, las que los llevaron a oscurecer el corazón y dar muerte espiritual al alma.
Queridos hijos, Yo les traigo Mi Gracia para que, abriendo Mis brazos al mundo las almas se protejan en el Sagrado Templo de Mi Corazón. Pero las almas en su mayoría están fuertemente esposadas con las ilusiones de una realización material que es capaz de quebrar la unión entre las familias y Dios.
Como Conciliadora de los pobres de espíritu traigo al mundo por última vez el Reino de Jesucristo, porque aún hay muchas almas que deberán despertar sus sentidos internos, los que están dormidos por el plan del enemigo.
Mientras tanto ustedes, Mis hijos en Cristo, recen por vuestros hermanos que están hipnotizados por las ideas del mundo. Yo recibo en Mi Corazón Materno el verdadero consuelo de seguir viniendo y obrando como Corredentora de la humanidad.
Oren, oren por los que día a día pierden sus sentidos internos y así se olvidan de Dios y de Su invencible Reino de Amor.
Hijos, recemos juntos, recemos en el nombre de la paz y del sagrado silencio.
¡Yo les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura en la fuente purísima del Corazón de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando sus corazones se abren, el Paraíso Eterno viene al encuentro de ustedes y los siete Dones del Espíritu Santo, como llamas de luz, descienden para fundirse en lo profundo de sus espíritus.
Cuando sus almas toman contacto con uno de los Dones durante solo algunos segundos de fervorosa oración, la Gracia del Padre Celestial convierte lo que antes era irredimible; eso es posible porque vuestra Madre Celeste encuentra sus corazones abiertos, dispuestos a aceptar la Voluntad del Padre Eterno.
Queridos hijos, cuando tan simplemente un corazón se abre para recibir los Dones del Espíritu Santo, puedo afirmarles que Mi plan de paz se hace posible porque existe receptividad espiritual. Así Mi Alma divinizada, que glorifica al Señor, se alegra, y el gozo espiritual, el júbilo es muy grande para todos en el Cielo Universal.
No dejen, hijos, que sus corazones se cierren; amen, perdonen y vivan en nombre de Dios el camino de conversión hacia el encuentro de la Paz. Sientan en todo la mano bendita de Dios obrando y realizando prodigios en situaciones que no tenían solución.
Mi Corazón agradece a todos los peregrinos que acompañarán de corazón la obra de los Mensajeros Divinos durante este mes de septiembre, por medio de la respuesta inmediata que darán.
¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Espíritu Santo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más