Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN ALJUSTREL, FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 127.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vuelvo a encontrarlos a todos en el huerto de Mi Corazón y les abro las puertas más infinitas de Mi Consciencia para que todos se puedan congregar y unirse a Mí, no solo por ustedes, sino también por el mundo entero.

Les abro las puertas del huerto de Mi Corazón para que todos tengan reposo dentro de Mi Ser y encuentren, a través de Mi Espíritu, la insondable pero simple Presencia de Dios; así como el Padre Eterno se hace presente, en este momento, a través de Su Hijo, para sostener la experiencia que cada Hijo Suyo está viviendo, como también la experiencia dolorosa que el resto de la humanidad está viviendo.

Pero, ¿dónde estará la respuesta al sostén de Dios para cada una de las criaturas que Él expresó y representó en este mundo?

La respuesta está en Su Amor y es algo que no Me cansaré de decir, porque Él murió por ustedes a través de Su Hijo en la Cruz, no solo para poder redimir todos los pecados del mundo, sino también para atraer hacia Sí mismo a todas las almas, principalmente las que más necesitan de Su Misericordia.

Por eso, hoy estoy aquí una vez más. No existe otra explicación ni tampoco existe otra respuesta, sino la revelación de la abundancia del Amor de Dios para con las almas, principalmente las que más necesitan en esta hora crucial del planeta.

Vengo aquí para elevar sus espíritus a Dios, para que todos puedan estar más cerca de Su Reino, aunque aún estén encarnados en este mundo y en esta vida material; porque la Presencia de Dios es insondable, secreta y anónima, especialmente en los corazones que lo reciben a través del testimonio vivo de los Sacramentos, de uno de los legados más importantes que Yo les dejé.

La ciencia que existe en los Sacramentos es algo aún inexplicable para la mente humana. Por eso, quien lo vive debe tener presente que aún no conocerá completamente la Gracia insondable que recibe a través de cada Sacramento; y la vida de Mis Sacramentos, así como la Santa Comunión, existe para sacramentar a todas las almas posibles.

Es esto lo que espera Dios en el Reino de los Cielos, porque el mundo, en esta hora, lo necesita urgentemente. Dios necesita ver almas sacramentadas a través de la ciencia y de los milagros de los Sacramentos. Así, serán templos vivos en la Tierra, aunque carguen con su propia cruz, aunque atraviesen en este tiempo final el ciclo de la llamada purificación.

Pero no quiero que nadie se vuelva víctima de sí mismo, sino que deseo profundamente, a través de Mi Corazón Misericordioso, que sean víctimas verdaderas de Mi Amor.

Y ser víctimas de Mi Amor es rendirse a Mí completamente, sin nada a cambio; es seguir las huellas que Yo les voy marcando en sus caminos; es cumplir y concretar Mi Voluntad, así como está escrita en los Cielos para cada una de sus esencias y de las esencias de cada uno de sus hermanos y seres queridos.

En simples palabras, en esta vida material que aún deben vivir y transitar, Yo los invito a vivir la santidad en espíritu y en alma, en cuerpo y en consciencia; así como su Maestro y Señor la vivió tan simplemente a través de Sus diálogos profundos con Dios, en los momentos más importantes de Sus oraciones.

Yo no les vengo a pedir lo que es imposible; sino vengo a pedirles, como muchas veces ya se los dije, lo que es posible y lo que parte de su honestidad.

Así como el Hijo de Dios muchas veces se reclinó ante el Padre Eterno, así como Él lo hizo en el Huerto Getsemaní, así como también lo hacen los ángeles y los arcángeles, así como lo hicieron los santos pastores de Fátima y tantos bienaventurados y santos a lo largo de los tiempos lo hicieron; así deberán postrarse en tierra por este mundo y esta humanidad, como lo hizo su Maestro y Señor durante Sus cuarenta días en el desierto de Judá, para vencer al mal y a toda tentación a través de la fuerza y del poder del Amor que supera y trasciende todas las dimensiones y planos, que vivifica y renueva a todas las consciencias, desde sus orígenes hasta lo más desconocido de sus existencias.

El poder del Amor de Dios aún sigue siendo desconocido para el mundo. Pero lo único que Yo necesito es que sean en Mí, como se los dije ayer, para que Yo pueda ser en el mundo a través de ustedes y así, el Señor de la Cercanía esté más cerca de todos, de los que más sufren, de los más pobres entre los pobres.

Vengo a recordarles los tesoros que una vez les entregué, las virtudes que una vez les otorgué, los dones que una vez les confié para estos tiempos; para que cada uno de ustedes pueda dar vida en abundancia, así como el Señor da Su Vida en cada Eucaristía, en la transustanciación del pan y del vino.

Es así que se puede erguir en las almas el Templo Sagrado de la Adoración de Dios, y así las almas se pueden liberar de sus propias amarras y sufrimientos cuando confían y entregan sus vidas en las Manos de Dios.

No vengo aquí solo a hablarles y a compartirles Mi Palabra, vengo aquí con ustedes y por ustedes, como por todos sus hermanos del mundo entero, como Señor de la Cercanía, a recogerme en este sagrado lugar de Dios, en donde los ángeles habitan y ayudan a las almas que más necesitan, a todos los que vienen a buscar aquí la fuente espiritual para saciar su propia sed, así como su Maestro tuvo sed en la Cruz y, en vez de beber agua, bebió vinagre, el trago más amargo antes de Su última espiración.

Y todo esto fue vivido para que hoy ustedes estuvieran aquí, para que sus hermanos y hermanas del mundo entero escucharan Mi Mensaje, para que sientan la alegría inexplicable y el júbilo inextinguible que espero que puedan vivir por formar parte de la preparación interior del Retorno de Cristo.

Vuelvo así a repetir lo que una vez hice en este mundo, así como lo hice a las orillas del Mar de Galilea cuando llamé a Mis compañeros, los apóstoles, y también cuando las santas mujeres estuvieron Conmigo en cada paso del Calvario. Así, los invito a renovar sus votos, los votos más internos y anónimos de cada uno de ustedes por Cristo, para que sostengan Conmigo este tiempo crucial del planeta que se sigue oscureciendo sin ver la Luz.

Por eso, Yo vengo como la Luz del mundo, vengo como la Luz en las tinieblas para disipar la oscuridad de todos los corazones perturbados; pero Mi Luz vencerá con el poder del Amor a través de todos los que Me siguen en obediencia y en fidelidad.

He aquí el Señor de la Cercanía, el Señor de la Luz, el Señor de la Paz.

Reciban una vez más esta Paz que les otorgo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En los desiertos más áridos o en los abismos más profundos, el Amor de Dios siempre te encontrará, hijo. Cuando puedas ir más allá de la aridez interior, de los sufrimientos y angustias, de las dudas y aflicciones, y ores a tu Padre que está en los Cielos, Él siempre te escuchará.

Y como un cielo estrellado en el desierto o como una luz potente en el abismo, Su Amor se revelará a tu corazón y te hará sentir que ni los desiertos ni los abismos limitan la Presencia de Dios en la vida de Sus Criaturas; porque la unión con el Creador se da de adentro hacia afuera, es algo que vives en tu interior.

Y no importan las circunstancias de la vida, dónde y cómo estás. Si tu corazón está dispuesto a ir más allá, allí estará el Creador, guiando tus pasos y sustentando tu espíritu.

Por eso, no temas y no sufras por los tiempos de caos y de conflictos en el planeta y en las criaturas. Concentra tu consciencia en la potencia de la Luz y, ante los gritos del engañador, que tu silencio abra las puertas hacia una realidad superior.

De muchas formas, el enemigo gritará y buscará confundir a las consciencias. Su expresión es la apariencia y su engaño yace en la superficialidad.

Por eso, la batalla que debes trabar es en silencio, colocando tu corazón constantemente en Dios y no dejando que el foco de tus ojos esté en las apariencias, sino que el foco de tu corazón esté en la Verdad, y que los gritos del enemigo resuenen sin fuerza en tus oídos, porque no encontrarán espacio en tu corazón.

Que tu meta sea el Amor, por más que en el mundo solo veas rencor, guerras y caos.

Que tu meta sea la Luz, por más que en el mundo veas confusión y oscuridad.

Que tu corazón permanezca en la certeza que lo fortalece, que es el Propósito Divino, que está más allá de todo lo que es confuso y aparente. Es de esa forma, hijo, que a pesar de todo lo que acontezca en el planeta, encontrarás la paz y transmitirás paz al mundo.    
 
Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Durante estos días y debido a la gravedad de las guerras y al derramamiento de sangre inocente, Nuestros Tres Sagrados Corazones se encuentran intentando detener el mal que invadió la mente y el corazón de Mis hijos de algunas naciones.

Por eso, hoy Yo vengo especialmente a pedirles que, ahora más que nunca, Me acompañen en oración para que los Tres Sagrados Corazones intervengan por todas las familias y especialmente por los niños que sufren la guerra, la aniquilación, la invasión y el maltrato.

En el nombre de Nuestro Creador y Señor del Universo, vengo a pedirles que las armas sean detenidas para que no se siga abriendo la puerta incierta de la maldad en el mundo.

Vengo a pedirles, en el nombre de Dios, que ya no predominen los intereses de las naciones, para que los más desfavorecidos no se vean en la urgencia de escapar del terror y de la muerte.

Queridos hijos, este es el esperado tiempo de la tribulación y del Apocalipsis. Por eso, más que nunca, Yo vengo a pedirles que todos los días reconozcan la Presencia de Dios en ustedes y que, a través de la Presencia Divina, recuerden que todos son hermanos y hermanas de un mismo Padre que está en los Cielos. Así, Mis hijos, el mundo como un todo no se seguirá apartando del Amor y de la Luz.

Rezo, día y noche, para que el mundo alcance la paz. Recen Conmigo todos los días, a fin de que los ángeles, atormentados por las guerras, se puedan sostener.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Después de transmitir el Mensaje semanal, Nuestra Señora acompañó la consagración de la Santa Eucaristía, según el relato siguiente:

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a celebrar junto con nuestra Madre este momento de consagración.

Nos disponemos, en este momento, para participar de este misterio de Amor que Cristo nos dejó en la Presencia de María, Nuestra Señora.

Y, en el silencio de nuestro corazón, ante el Corazón de María, de la Reina de la Paz, purificamos nuestro corazón, nuestra consciencia; para que, bañados por Su Amor Maternal, preparemos nuestro mundo interior para volver a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que serán transustanciados en esta celebración que María acompañará con atención y detenimiento.

Nuestra Madre nos dice, en este momento, que en la noche cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Ella en otra parte de Jerusalén estaba reunida con las santas mujeres y, a través de sus espíritus, de sus consciencias, se unieron al sacrificio del Hijo de Dios, sacrificio que en el éter de la Tierra dejaría plasmada la presencia eterna de Su Amor y de Su Misericordia por las almas.

Y, en esa hora, todos los pecados desde Adán y Eva hasta el presente, hasta el final de los tiempos, estaban siendo contemplados por Nuestro Señor y por Nuestra Señora que, en reparación y en amnistía, ofrecían a Dios por medio de los ángeles.

Así, esa Comunión, que Cristo ofició y celebró con Sus apóstoles en la Última Cena, llegó a María, nuestra Madre, y a las santas mujeres, a través de las manos de los ángeles, por medio de una forma luminosa de Luz, forma que ingresó en el alma de María y de las santas mujeres para establecer definitivamente esa alianza con la Voluntad de Dios por intermedio del Hijo Primogénito.

En esa noche, en la que Jesús se encontraba con Sus apóstoles y María estaba reunida con Sus discípulas, las santas mujeres, cuando Jesús tomó el pan y lo elevó a Dios en acción de gracias, en ofrecimiento y en sacrificio, María le pidió a Dios que Ella pudiera morir espiritualmente junto a Su Hijo, por la remisión de todos los pecados que habían sido cometidos desde el principio, desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos, para que las almas pudieran recibir la abundancia del Amor de Dios, ese Amor que los renovaría y que los ayudaría a seguir adelante en cada paso.

Así, Jesús partió el pan y ofreciéndolo a Sus compañeros con una mirada paterna, amorosa y atenta, les dijo, así como le dijo a Su Madre y a las santas mujeres, en espíritu: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
 

Reverenciamos.

Y, así, la forma de Luz ingresó en los apóstoles, en María y en las santas mujeres, preparándolos para la Dolorosa Pasión de Jesús.

Y, antes de consumar esa alianza con el Eterno, Jesús tomó con Sus Manos el Santo Grial, que elevó a los Cielos, también en ofrecimiento y en sacrificio por las almas.

En ese momento, María Santísima y las santas mujeres, en Comunión Espiritual, se ofrecieron para ser las primeras celadoras de la Preciosa Sangre de Cristo, que sería derramada desde el momento de la flagelación hasta lo alto del Monte Calvario y, así, se pudiera establecer, en honor al Hijo de Dios, la ciencia espiritual de la Vía Sacra, de los impulsos crísticos que el Maestro dejó impregnados y grabados en cada paso de la Cruz.

Así, Jesús después de haber transustanciado el vino en Su Preciosa Sangre, pasó el Cáliz a Sus apóstoles y, en espíritu, a las santas mujeres, por medio de los ángeles, diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas, hagan esto en memoria de Mí hasta que Yo retorne al mundo”.
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
 

Reverenciamos.

Y, en ese momento, los ángeles que estaban presentes en la transustanciación del pan y del vino, en la Última Cena, pusieron a disposición, a partir de ese tiempo y hasta el final de los tiempos, todos los cálices que recibirían el ofrecimiento de las almas que se consagrarían y vivirían por Cristo y en Cristo.

Así, colocamos nuestra alma y nuestro espíritu ante ese ofrecimiento; colocamos nuestra vida y nuestra esencia dentro de esos cálices para que, como esta celebración, esos cálices sean ofrecidos a Dios en reparación y en Misericordia.

Así, Jesús elevó Su Cuerpo y Su Sangre para testimoniar la Presencia Infinita y Misericordiosa del Amor de Dios.

Los apóstoles, María Santísima y las santas mujeres contemplaban, en ese instante, la institución del Legado Crístico de Amor y de Redención.
 

Oración: “Padre Nuestro”.


Y, así como Cristo representa la Paz universal y la Paz para el mundo, invocamos, junto al Corazón Inmaculado de María, el descenso de la Paz.
 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
 

Y, así como compartimos la Paz de Cristo, vamos a irradiar la Paz de María a cada Cristo Interno.

Y, vamos a anunciar, en este momento, la Comunión Espiritual a todos los mundos internos y las almas que están en el mundo y que necesitan de esa Presencia Crística interior.

A pedido de María, en este momento de Comunión, vamos a cantar “Haz de mí nada”, para que en ese vacío interior que tenemos que buscar en cada paso, podamos ser colmados del Todo, de la Presencia de Dios.

APARICIÓN ANUAL DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Espere ardientemente este momento porque, a pesar de permanecer en el mundo, contemplando a las almas y sus necesidades, contemplando a los corazones y sus súplicas, este momento para Mí también es una dádiva.

En un mundo que agoniza, el Creador hace descender Su Luz. El Creador manifiesta Su Presencia entre las almas más simples y, en medio del caos del fin de los tiempos, mientras resuena el llanto de los inocentes, Dios se manifiesta entre los hombres para demostrarles, hijos, que Su Gracia es abundante, insondable, infinita.

Él solo necesita que los corazones le digan sí, que aprendan a escuchar a Su Santo Espíritu para estar en el lugar correcto y hacer su propia parte, colaborar con la Jerarquía, como les fue dicho cuando estaban preparando sus almas para lo que viven hoy.

Hoy, abro Mis brazos y expando la Luz que hay en Mi Corazón humildemente sobre el mundo, para que los agonizantes sientan alivio, para los que viven en el caos redescubran la paz.

Muchos temen al Apocalipsis, la manifestación de lo que fue escrito, pero ustedes deben contemplar las promesas por entero. Habrá sufrimiento, pero habrá paz y acontecerán milagros en el corazón de aquellos que creen y que tienen fe, como fue en todos los siglos, en todos los tiempos, en los que el dolor era disipado por el profundo amor de los corazones. Confíen en que eso es posible, y así será.

Sepan hacer del dolor la manifestación del Amor de Dios. Así como el Hijo transforma miserias en Misericordia, haciendo brotar Sangre y Agua de Su Corazón; así, ustedes, hijos, son potenciales transformadores de las miserias del mundo en Misericordia Divina, porque fueron creados para renovar el amor y, aunque eso parezca una gran utopía a los ojos de los hombres, cada vez más, en estos tiempos, esa verdad se manifestará en aquellos que tienen fe.

Pero cada corazón debe escoger donde estará, a que barca subirá, si en aquella donde reposa el Señor o en la que está vacía, vacía de Dios, vacía de Gracia, vacía de fortaleza, llena del mundo, llena de las miserias humanas, llena de las viejas y nuevas energías capitales que hacen naufragar al corazón de los hombres.

Todas las barcas serán lanzadas al mar. La tempestad vendrá para todos, pero donde reposa el Señor habrá paz. A pesar de los vientos, de las olas, de las tormentas, habrá paz.

El fin de los tiempos anuncia un momento de triunfo, el triunfo del Corazón de Dios en aquellos que perseverarán y, no importa que sean pocos, estos generarán méritos, no solo para la raza humana, sino también para razas que desconocen, consciencias que cometieron errores milenarios, desconocidos por el mundo, pero profundamente vividos en la consciencia humana que, hasta hoy, sufre sus consecuencias.

Muchos se preguntan: si el fin de los tiempos es anunciado hace tantos años, profetizado hace dos mil años, ¿en dónde está ese fin?, ¿en cuanto tiempo llegará?".

Hijos, hoy deben decidirse a llegar a ese fin, al fin de la condición humana, del cautiverio de este mundo, al fin de las infantilidades, al fin de las mediocridades, al fin de los pequeños pecados, de las pequeñas permisiones que les  dan a sus corazones para no cumplir la Voluntad de Dios. Hoy, deben decidirse a llegar al fin, al fin de dejar para después el cumplimiento de la Voluntad Divina, al fin de dejar para después que las prioridades de sus vidas sean las Voluntades profundas del Corazón del Padre.

Y, entonces, pregúntense cuál es esa Voluntad. Si la buscan, la comprenderán, porque desde la Ascensión de Cristo, Su Santo Espíritu habla en sus corazones.

¿Quién estará dispuesto a escucharlo? ¿Quién silenció su boca, su mente y su corazón para escuchar a ese Espíritu?

Muchos cantan: ¡Ven, Espíritu Santo! ¿Y qué es lo que Él hará cuando se manifieste? ¿Qué harán con Su Presencia?

El fin de los tiempos ya llegó. Que los ojos que no lo pueden ver, se abran un poco más para salir de la ignorancia, de la nueva energía capital, el egoísmo, y de su compañera, la indiferencia.

Contemplen el mundo, contemplen a los que están a su alrededor. Muchas veces, contemplen la agonía de sus propias almas y sabrán que el final de los tiempos ya llegó.

¿Cuándo llegará este fin, adentro de ustedes? Esta es una decisión de cada ser.

Sin embargo, hay un fin que puede ser en cualquier momento. Ese no lo decidirán por sí mismos: el fin de las oportunidades, el fin del tiempo del arrepentimiento.

Por eso, hijos, arrepiéntanse ahora, clamen ahora, escuchen ahora, vivan ahora.

Si no vale la pena hacerlo por ustedes mismos, háganlo por el mundo, por las almas que agonizan, por los Reinos ultrajados, por los que perdieron la fe y no tienen fuerza para recobrarla.

Si no creen en ustedes mismos, crean en Mí, porque Yo sé que es posible que con pequeñas acciones se transforme el mundo, que con pequeñas acciones se transformen las almas, que sembrando el amor entre ustedes y en ustedes, ese amor es sembrado en el mundo.

Los cantos y alabanzas agradan al Corazón del Padre, pero ya no basta cantar; necesitan vivirlos.

En momentos como este, la Verdad Divina desciende a la Tierra y las almas que están abiertas pueden comprender esa Verdad, pueden saberla, porque el Espíritu Santo escucha a través de sus oídos, Él abre sus corazones, Él amplía sus consciencias para que puedan comprender lo que de otras formas no comprenderían.

Pero, en este momento, cimenten en sus corazones las Gracias que descienden para que no se olviden cuando Yo haga la Señal de la Cruz y ustedes salgan de aquí.

Cuanto mayor es el caos en el mundo, mayor debe ser la fe de los hombres. No se dejen perturbar por lo que acontece en el planeta, sino transformen eso en fortaleza, en una vida espiritual consolidada por un corazón maduro, que sabe equilibrar los acontecimientos del mundo. No se dejen perturbar por las definiciones de los que tienen al lado, porque a cada uno le cabrá responder ante Dios por todas las Gracias recibidas.

Mas, oren por los que desisten y por los que se debilitan, oren por los que se pierden, aun cuando creen que eso no está aconteciendo. El mundo abraza a los débiles, cierra a sus ojos, sepulta a sus corazones. ¿Cómo podrán saber el camino cierto? Por eso, oren por ellos y fortalezcan sus corazones, fortalezcan sus espíritus.

Dejen que la vida superior sea cada día más palpable. Ábranse para descubrir misterios, para penetrar lo desconocido dentro del propio corazón, para vivir potencialidades que estaban ocultas, para ser lo que Dios llama ser humano, aquello que Él creó a Su imagen y semejanza con un profundo Amor para renovar Su Creación y aproximarla a Su Fuente Divina.

Quisiera estar con ustedes más tiempo, a través de Mis Palabras conducirlos a lo profundo del ser, decirles que no teman, sino que sean fuertes en Dios; que no teman, sino que sean verdaderos en Cristo.

Pero necesito retornar para seguir abrazando al mundo, para seguir guiando a los que están perdidos, iluminando a los que están en la oscuridad, respondiendo a los pequeños y grandes pedidos de aquellos que creen en Mí, porque cuando hago esas cosas, fortalezco su fe.

No tengan miedo de hacer pedidos; alégrense cuando se concreten, pero no permanezcan allí. Fortalezcan su fe.

Eso es todo lo que quería decirles hoy. Pero estén atentos, porque puedo retornar cuando Dios Me lo permita, cuando Me abran las puertas, estaré aquí.

Celebremos ahora la Eucaristía, como un segundo impulso de Mi Casto Corazón, para que Cristo, la Virgen María y San José puedan dejar impregnada en el pan y el vino la fortaleza que necesitarán para vivir su definición en los próximos días.

Les dejo Mi bendición y Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DE LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Respiren los aires puros del Cielo, respiren e ingresen en la Atmósfera de Dios, en el Reino de Su Creación, en el Universo Mayor, en donde la paz existe, en donde el mal no prevalece, en donde el amor se expresa y la alegría se comparte por estar en la Presencia de Dios.

Así, ingresen en el Divino Estado de Consciencia para que, desde ese lugar, hijos Míos, hoy ustedes Me puedan escuchar.

Es así, que los retiro por un momento de la esfera de la Tierra para que, en el momento de esta Aparición, ingresen en el espacio en donde se encuentran los bienaventurados y también los ángeles que alaban a Dios.

Coloquen sus manos en recepción para recibir los aires puros del Cielo, los impulsos que hoy emana la Fuente Divina, no solo para este mundo, sino también para toda la Creación.

Hoy, he venido como la Mensajera del Universo para llevar a Mis hijos a la Consciencia de Dios, en donde por un momento se pueden renovar y curar, en donde lo que es adverso y contrario no existe porque, a través de Mi Corazón, Yo les entrego el Amor, el mismo Amor que Mi Hijo les entregó en la Cruz, en el momento culminante de Su última espiración.

Hoy, coloquen sus consciencias en lo que está más allá de las formas e ingresen al Universo de Dios a través de sus corazones, en ese sentimiento seguro que les trae la confianza de creer en la Palabra de la Madre de Dios, que es la Palabra del Verbo Divino, del Verbo Creador, desde donde una vez comenzó todo.

Es allí en donde hoy los quiero tener, para que no se identifiquen con la materia, sino para que se unan en espíritu a la sagrada Fuente de la Creación, en donde hoy a través de Sus Espejos, les revelaré más sobre la existencia de la Creación, sobre la verdadera existencia de la Creación; desde donde surgió el Origen, desde donde Dios gestó los universos y todas las civilizaciones.

Véanse, entonces, delante del gran Espejo de la Neutralidad, en donde se revela una parte de la historia de este universo, al que ustedes llaman Universo Material.

Yo vengo, a través de esto, a cicatrizar sus heridas desconocidas, a borrar el pasado y a colocarlos en el eterno presente, desde donde emanan los impulsos del Amor de Dios para todas Sus criaturas.

Hoy, ustedes pueden ver un mundo en tinieblas, en oscuridad y en sufrimiento, pero ¿por qué esto todavía sucede? Si la Madre de Dios está aquí para llevarlos al Amor y a la Gracia, ¿por qué aún Mis hijos siguen sufriendo el caos? ¿Por qué, cada día más, las familias del mundo se separan en vez de unirse y el proyecto de la familia universal siempre se ve en peligro? ¿Por qué las almas tienen dificultades de vivir en el amor y de estar en ese amor todo el tiempo, que los ayudará a comprender todas las experiencias de la vida, toda la trayectoria del cosmos? ¿Quién más se arriesgará a poder trascender esta dualidad para que, finalmente pueda vivir la Voluntad Divina?

En esto no existe un misterio, sino la revelación de una profunda simplicidad y humildad de reconocer, dentro de sí, la Voluntad que Dios tiene para cada una de Sus criaturas.

Sé que para Mis hijos no es fácil alcanzar esa trascendencia, pero Yo estoy aquí porque soy su Madre y les vengo a decir que eso es posible, aun en estos tiempos en los que no se encuentra la salida. Si su devoción y su fe estuvieran ampliadas, las esferas celestiales conducirían a sus espíritus hacia la meta y, en esa perfecta pero profunda comunión interior con el Dios Creador, siempre los llevarían a estar en Su Paz, aunque vivan batallas y desiertos, aunque crean que nunca lo conseguirán.

Yo vengo aquí como parte de esa emanación de la Fuente del Amor de Dios, como he venido en otros tiempos y en otras humanidades para anunciar de varias formas el mismo Mensaje.

Ahora, que están delante de ese Espejo de la Neutralidad de Dios, vean cuánta historia guarda ese Espejo de todo lo que ha sucedido en este universo a través de los tiempos y de las diferentes humanidades.

Hijos, Yo quiero que entiendan con esto que toda la raza humana de este tiempo está a las puertas de vivir una gran oportunidad de redención y de reconciliación, pero primero tienen que aprender a amar para que puedan conocer el misterio que aún Dios espera revelar a todas Sus criaturas, para que puedan comprender la abundancia infinita del Amor de Dios.

Hoy, les contaré una historia muy significativa e importante para todo este Universo Material; una historia superior, anterior a su raza, anterior a este planeta, cuando aún Dios pensaba en ese tiempo en el que Sus ángeles y arcángeles llevarían adelante la Creación, especialmente dentro del Universo Material.

Hubo una de Sus criaturas, en este universo local, que era amada y reconocida por muchas civilizaciones y por muchos orígenes, como también por muchos Lagos de Luz que conocían profundamente la existencia de ese ser.

Pero hubo un día en el que ese ser se equivocó y sin darse cuenta, envuelto por su ambición y poder, se olvidó de lo esencial, se olvidó de amar a Dios por encima de todas las cosas. Y así, esa criatura cayó a través de sus grandes errores y deudas. ¿Acaso la Creación lo juzgó por sus errores y fallas?

En aquel tiempo, el universo estaba aprendiendo a vivir en la Ley, así como hoy ustedes aprenden a vivir en las Leyes Universales; sin conocerlas profundamente, en su interior saben que ellas son la guía para estos tiempos.

Pero ese ser que una vez falló y su ambición lo volvió ciego, lo dejó en una condición que ninguna otra criatura del universo hubiera esperado, ya que su palabra, presencia y acción eran emblemáticas y respetadas en este universo.

Él era un gran comandante que guiaba y conducía a muchas legiones y que el centro de su existencia era el Propósito que en aquel tiempo fue destruido por la tentación y el asedio.

¿Cómo pudo ese ser retornar al camino que había perdido?

¿Cómo pudo ese ser darse cuenta que estaba caído?

¿Cómo pudo ese ser recuperar la filiación con el Padre?

Es algo semejante a lo que hoy a ustedes les puede suceder, hasta en las cosas cotidianas de la vida.

Ese ser se dio cuenta de sus errores cuando sus hermanos, aun siendo transgredidos por él, lo ayudaron y no lo dejaron de amar, porque sabían que él estaba equivocado y que estaba ciego, lejos del Amor y de la Verdad.

Ese ser vino a la Tierra en su peor condición espiritual e interna, no solo había perdido los valores de su lealtad, sino también perdió los principios de su espiritualidad y, al igual que todos ustedes, él vino a vivir su redención.

Y un día, inesperado y extraordinario, él vivió su redención cuando en su corazón volvió a ingresar un potente rayo de Amor que le quitó la ceguera de sus ojos, que le quitó la ambición de su ser, porque el Amor, el Amor Crístico, lo convirtió completamente. Allí, en ese momento, fue cuando ese ser tomó consciencia de lo que había sucedido.

Ustedes, en el ejemplo de esta historia, ¿serían capaces de hacer lo mismo por el semejante? ¿Serían capaces de ir más allá de lo que creen saber o conocer?

Si ese ser que había caído recuperó su misión, su espíritu emblemático, volviendo a ser hoy el comandante entre los comandantes del universo, ¿cómo ustedes hoy comprenderían la Misericordia?

El mal puede aparentar ser fuerte o hasta inquebrantable, pero él en esencia es débil, porque el mal no conoce el Amor y la Unidad; y ustedes, que son criaturas creadas a imagen y semejanza del Padre Eterno, en sus almas y esencias tienen una molécula de la Creación que les permite ir más allá de sus posibilidades o límites.

Es por eso, hijos Míos, que ustedes hoy están aquí, en este planeta, para vivir este gran proceso de redención y de perdón, porque cuando el Amor Mayor actúa y obra, no existe nada que se pueda resistir a él.

Hoy quiero que mediten sobre este Mensaje, porque muchos de ustedes ya están ante ese tiempo de grandes redenciones y oportunidades internas, a fin de que se pueda cumplir el Plan de Dios.

Entonces, en este tiempo, hijos Míos, que el centro de su existencia sea el amor al Propósito, para que aprendan a superarse a ustedes mismos todos los días, así como ese comandante del universo se superó a través de conocer el Amor de Dios, que había perdido por diferentes circunstancias.

Nunca deseen tener poder ni autoridad sobre nada. Siempre busquen, por medio del Amor, estar vacíos, para que Dios pueda obrar a través de sus vidas.

Nunca aspiren a poseer nada ni a controlar nada, aunque a veces se les haga difícil. Recuerden recogerse en la santa humildad y así estarán en unidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; así podrán ser precursores de la renovación de este universo.

En este día extraordinario, vengo con esta revelación interior y profundamente amorosa para que las consciencias despierten, para que contemplen el universo y sepan que más allá de este lugar y de este espacio hay algo mayor que los aguarda y que los espera.

Así, como ese ser, comandante del universo, tiene su historia y trayectoria, ustedes también la tienen.

¿No aspirarían a conocer el origen de sus consciencias y el Propósito por el cual Dios los creo?

¿Pueden percibir, hijos Míos, que la vida no es solo material, que la verdadera vida es inmaterial?

Piensen en esto, aspiren a esto, recen por esto, para que sus consciencias estén firmes y decididas en este momento del Plan y que, a pesar de las vacilaciones, sepan superar las dificultades y las pruebas por una sola razón, por Amor.

Hoy, hago comulgar a todas las esencias de este gran Espejo de la Neutralidad de Dios; y allí, Yo los quiero dejar durante este día, para que nada dual los pueda retirar de ese espacio.

Recuerden que han ingresado en la Fuente de la Creación y que sus espíritus han participado de este momento.

Por último, deseo bendecir en este día a una de Mis videntes, la Hermana Lucía de Jesús; para que este día, en renuncia y en abnegación, sea entregado al servicio de Dios por las almas que sufren; para que algún día, en el Retorno de Cristo, celebremos la redención de las almas y del planeta, la liberación de la Tierra de todo el sufrimiento y el trauma vivido a través de los tiempos. Por eso, deben recordar sus orígenes y, aunque no entiendan ni sepan de lo que se trata, amen sus orígenes y únanse a ellos a través de una simple y fervorosa oración.

Que los sagrados Atributos de la Madre de Dios desciendan sobre ustedes y sobre sus hermanos para que, por medio de estas Palabras y de este Mensaje, crezcan los frutos de la redención.

 Oración: “Madre Universal”.

Me despido de ustedes, hijos amados, y desde ahora los preparo para el mes de agosto, en el que la Jerarquía Espiritual, así como fue en el mes de abril de este año, entregará un gran impulso para todos, independientemente de dónde cada uno se encuentre porque, a través de Mi Presencia y de la Presencia de Mi amado Hijo, están aprendiendo a estar unidos en omnipresencia.

Para que eso sea posible, ahora los haré ingresar en el universo de una simple canción que llevará a sus almas y espíritus cerca de Dios.

Esta canción es un emblema y un himno de esta Comunidad Figueira. Es la razón esencial de la manifestación de este Centro Sagrado que, gracias al Padre y a la colaboración de muchas almas, está vivo y palpita, como un sonido sutil, en el universo.

Los dejaré con la canción “Soplo del Espíritu”.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Vayan en paz y confíen en Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Poemas al Inmaculado Corazón de María 
Cuadragesimosexto poema

Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
ayúdanos en la hora de las grandes dificultades.

Líbranos de cualquier peligro
y envía hacia nosotros Tus ejércitos angélicos de Luz,
para que abran los caminos hacia Dios.

Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
colócanos bajo Tu Manto,
para que, ante la adversidad, nos volvamos invisibles,
y así retomemos el sendero del servicio y de la paz.

Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
Tú que sabes quiénes somos,
guía nuestras vidas para que alcancemos la Santa Voluntad,
que nos llevará a vivir por entero
las expresiones de las Virtudes de Dios,
así, podremos ser apóstoles de Tu Hijo,
ayudando a realizar el Plan de Amor del Padre Eterno.

Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
protégenos ante cualquier peligro,
ampáranos ante cualquier dificultad,
porque esperamos corresponder a Cristo 
en todo momento.

Divina Señora, fortalece nuestra fe,
para que confiemos plenamente
en la Presencia de Dios en nuestro interior.

Amén.
 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando la Iglesia Celestial viene a su encuentro, tan solo adoren y agradezcan por la Presencia Divina.

Hoy los Cielos se abren y se unen a la Tierra, abrazando a todos los corazones que claman por Misericordia y por Piedad para todos los seres.

Hoy la Iglesia Celestial viene a su encuentro, una Iglesia que no tiene religión, que no comenzó en este mundo y que no termina en él; una Iglesia que es llamada así para que comprendan que es un lugar sagrado, divino, el Templo donde habita el Corazón de Dios para todos Sus hijos.

Esta Iglesia Celestial se manifiesta en la Tierra cada vez que adoran al Sagrado Corazón de Jesús, cada vez que lo contemplan en la Eucaristía, cada vez que lo contemplan en el silencio, cada vez que se permiten amar como Él ama, que dejan de lado sus mentes, sus juicios y su pequeñez humana para ingresar en la grandeza divina.

La Iglesia Celestial revela a todos los seres lo que verdaderamente son, revela sus esencias y el grandioso Amor de Dios que habita en cada uno de ustedes. Aspiro a que hoy estén dentro de esa Iglesia. Vengo, una vez más, a elevarlos más allá de todos los miedos, incomprensiones y separaciones humanas. Vengo a elevarlos, más allá de todas las pruebas, miserias y dificultades por las cuales pasan en estos tiempos. Porque eso, hijos, fue lo que aprendí a hacer en este mundo.

Vengo a colocar sus corazones dentro del Sagrado Corazón de Jesús, porque no vengo al mundo para traerlos hacia Mí. No es Mi ejemplo el que deben imitar, sino el ejemplo de Mi Hijo, de Su Amor y de Su entrega. Yo solo seguí Sus pasos, y lo que vengo a enseñarles es a hacer lo mismo.

Ha llegado el tiempo de la definición de cada uno de sus corazones y, para que vivan eso, deben elevar sus conciencias para que no se envuelvan con las dificultades del planeta, sino que estén en la Verdad y en el Corazón de Dios.

Cuando Cristo dio cada uno de Sus pasos con la Cruz, Su Consciencia permanecía en la Iglesia Celestial y, allí, Él adoraba al Creador, por más que lo insultaran, por más que recibiera Llagas en Su Cuerpo.

Por más que una tristeza humana inundara Su Consciencia, Su Corazón permanecía en la Iglesia Celestial. Sus Ojos contemplaban los corazones de los hombres, pero Su Espíritu iba más allá de las miserias, perdonaba su ignorancia y los amaba al extremo.

Esto es lo que son llamados a vivir hoy: permanecer en la Iglesia Celestial aunque el mundo se agite, aunque la naturaleza se agite y este planeta se desequilibre, aunque las mentes de los hombres vivan locuras nunca antes experimentadas y sus acciones no tengan explicación.

No permitan, hijos, que su consciencia esté en la indignación, en el odio o en el mal, sino que con el corazón en la Iglesia Celestial, sepan, sí, percibir la oscuridad que influye en los hombres y perdonen, amen al extremo como lo hizo su Señor, porque solo ese Amor Divino es capaz de equilibrar estas situaciones del planeta.

De la misma forma que las pruebas serán desconocidas, un Amor desconocido habita también dentro de ustedes, pero necesitan estar con el corazón en la verdad y no en las limitaciones humanas. No miren al prójimo con sus propios ojos, sino con los Ojos de Dios, del Dios que habita dentro de ustedes y que aún aguarda, pacientemente, desde el inicio de la Creación, para manifestarse en Sus hijos.

Para estar en la Iglesia Celestial, necesitan amarla, amar la verdad, amar a Dios, amar Su Plan para todas las criaturas, para todos Sus hijos, independientemente de sus caminos, independientemente de sus vidas, de cómo las viven, de cómo las comprenden. Es solo el amor en sus corazones lo que unirá a todas las religiones.

Hasta el Retorno de Mi Hijo al mundo, existirá el mal sobre la Tierra, pero necesitan preparar Su llegada a través del Amor.

Cuando hablamos de que todas las religiones se unirán, les decimos eso porque el amor en el corazón de los hijos de Dios hará que se unan, a pesar de sus diferencias. Y siempre habrá ignorantes, ciegos de corazón y los que dudan de la Presencia de Dios, porque esos necesitarán ver para creer. Y verán.

Pero, en todas las religiones, en todas las creencias y en los corazones de aquellos que se dicen ateos, pulsará el amor, amor que los hará ir más allá de las diferencias, ir más allá de la comprensión humana, un amor que inundará sus seres y que no les permitirá permanecer en la ignorancia, en las críticas y en los juicios.

Muchos ya comienzan a sentir ese amor en su interior, pero son oprimidos por el caos que los rodea, por el mal que le teme a ese Amor Divino e intenta silenciarlo. Pero hoy, Yo les digo, hijos, que aunque los Sagrados Corazones estén en silencio, el amor dentro de los hombres hablará más alto, a todo el planeta, sobre la Verdad divina, y las almas escucharán, los corazones se rendirán y aquellos que deben despertar, despertarán.

Por eso no teman, sino amen.

Estén en la Iglesia Celestial a través de ese amor, den testimonio al mundo de que Dios no solo habla a través de ustedes, Él vive en ustedes, vive en este lugar y en todos los lugares sagrados consagrados por Él para ser manifestaciones de Su Reino. Y aunque sus bocas se callen, sus ojos hablarán; y aunque sus ojos se cierren, su presencia hablará.

Así como un día Mi Hijo les dijo que, si las almas pararan de aclamarlo y adorarlo, las piedras lo harían; así también hoy les digo que Dios, dentro de ustedes, siempre hablará, y hablará aún en el silencio, porque Él vive en el aire que respiran.

Que se unan aquellos que claman por la paz; que se amen aquellos que expresan el Amor de Cristo, aquellos que aspiran a seguir Su ejemplo y que solo desean que el Reino Celestial se manifieste en el mundo. 

Por un instante, sientan la Presencia de Dios, de Su Iglesia Celestial, de Su Templo de adoración. Siéntanse delante del Sagrado Corazón de Jesús, este que pulsa, vivo de Amor por cada uno de ustedes. Que estar ante Su Presencia los cure, los reconcilie y los perdone.

Sientan, hijos, cómo este Sagrado Corazón quiere pulsar dentro de ustedes. Él descendió de la Cruz, revivió por Amor y por ese mismo Amor aspira a ingresar en cada criatura de esta Tierra. Solo díganle sí.

Oren unos por los otros como Yo oro por ustedes. Oren por todas las religiones y por los que no tienen religión. Oren por el Pensamiento perfecto de Dios para cada criatura. Oren para que Sus Dones se expresen dentro de todos los seres y no quieran destruirse unos a otros, sino amarse.

Cuando perciban un error, oren para que la verdad se manifieste y, cuando estén equivocados agradezcan por los que oran por ustedes y permítanse abrir los ojos para reencontrar la verdad. 

No tengan vergüenza de errar, tengan vergüenza de permanecer en el error por miedo a vivir el amor.

No es Dios quien los separa de la verdad, hijos. Cada uno de ustedes se separa de ella cuando temen a lo desconocido, cuando temen a la rendición, cuando no conocen el amor y temen que él ingrese en ustedes y los transforme por completo.

Por eso, hoy Mi oración por ustedes es para que se arrepientan, se rindan. No tengan vergüenza de corregir sus caminos, No tengan vergüenza de amar con locura, de conocer la verdad y de darle espacio para que ella se manifieste dentro de ustedes. Que así, rendidos dentro de la Iglesia Celestial, el Sagrado Corazón de Jesús finalmente pulse en cada uno de Sus compañeros.

Hoy me uno a la oración por todos los sacerdotes del mundo, de todas las religiones, por todas las almas convocadas por Dios para traer el Cielo a la Tierra, por todas aquellas cuya vocación es manifestar para las almas la comunión con Cristo, para que Él ingrese en todos los seres.

Por eso les pido que traigan hasta aquí el altar, para que sea consagrado y en él los elementos transformados en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, para que hoy la Iglesia Celestial no solo esté ante ustedes, sino también dentro de ustedes. Hagan esta oferta por todos los sacerdotes del mundo, los que están en el engaño y los que luchan para no caer en tentación. Que hoy renueven sus votos, sean perdonados y se reconcilien con Dios. Amén.

Que hoy, hijos, clamen por todos los sacerdotes del mundo y pidan al Padre Celestial la Gracia de que Su Iglesia Divina se manifieste en todos los Sagrarios del mundo y que, donde un sacerdote eleve el pan y el vino, allí su espíritu se reconcilie con Dios y reencuentre Su verdad. Amén.

Los acompaño.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Revivamos en este momento la dolorosa Pasión de Nuestro Señor y, como nos pidió San José, a través de nuestra alma, ingresemos en la Iglesia Celestial, en compañía de todos los ángeles del universo, para dar testimonio de ese legado de amor y para que nuestra oferta interior, en este día del Sagrado Corazón de Jesús, sea aceptada y recibida por nuestro Creador.

Cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre por ese sacrificio que Él viviría por cada uno de nosotros, para que este pan fuera transubstanciado en Su glorioso Cuerpo. Enseguida, Él lo partió y se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Enseguida, Nuestro Señor tomó el Cáliz. Elevándolo a Dios, ofreció Su Sangre por la humanidad, y ese Cáliz fue bendecido como testimonio del Amor del Hijo de Dios por cada alma de esta Tierra. Fue así que Él lo entregó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por Su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto en Mi memoria".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
 Amén.

En unión a la Santísima Trinidad, contemplamos y adoramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y consumamos este Sacramento y esta oferta a través de la oración que Nuestro Señor nos enseñó:

Padre Nuestro.

Anunciamos la Paz de Cristo en toda la Tierra, en unión a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, para que todos los Rayos de Su Sagrado Corazón bañen a este planeta y a la humanidad. Amén.

Señor,
Yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.

Que todas las almas sientan en esta hora la Comunión espiritual con Cristo. Que reciban de Sus Manos Su Cuerpo y Su Sangre, y dejen que Su Sagrado Corazón pulse dentro de ustedes.

Es así, hijos, que Yo los bendigo, los fortalezco y les agradezco por permanecer en Dios, a pesar de todas las dificultades de estos tiempos. 

Recuerden que, a pesar de que estas pruebas sean desconocidas, un amor desconocido habita también en ustedes, y él puede llevarlos a superar todas las cosas y a renovar la Creación de Dios. Por eso los bendigo y les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hijos Míos:

En este octavo día de oración y por medio de la canción que fue ofrecida al comenzar el ejercicio espiritual, el poderoso Arcángel Rafael alcanzó espacios bien comprometidos, en donde almas y corazones sufren sin posibilidad de encontrar la Luz.

Ese momento de oferta de la primera canción fue culminante porque las almas necesitadas, especialmente las almas que agonizan, fueron liberadas y llevadas hacia los grandes Lagos de Restauración creadora, para que pudieran tener una oportunidad.

Durante el transcurso de la Poderosa Novena a San Rafael Arcángel, la Jerarquía Angélica trató diferentes situaciones, presentes en el planeta, que comprometían el despertar de la vida espiritual y de la donación de sí. 

Mediante la novena, también los ángeles curadores de San Rafael Arcángel auxiliaron en diferentes hospitales y espacios que, en este momento, están colapsados por la demanda y la necesidad de asistencia.

Así, una inspiración divina y una fuerza espiritual de fe fueron depositadas en los médicos, enfermeros y asistentes de salud para que ellos puedan enfrentar este momento.

Los ángeles permanecerán acompañando a cada uno de los trabajadores de la salud para que puedan sentir la Presencia de Dios en sus corazones y en sus vidas.

Que sean bienaventurados los que creen sin haber visto. 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA 76.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

No hay nada más precioso para Dios que tu vida, porque Dios sabe lo que significa la existencia y la presencia de tu ser en este momento planetario, en el que el mal y el caos colocan todo en riesgo. Por esa razón, Dios conoce profundamente la razón de tu vida y el motivo de tu existencia.

A pesar de que la adversidad quiera sumergir a la Tierra y a toda su humanidad en la ilusión, lo que existe más allá de tu vida y que se llama esencia, para Dios es lo primordial, lo que siempre estará presente a través de los tiempos y de las épocas, aunque tú algún día no vivas más aquí, sino en las moradas de Mi Padre, en donde aprenderás a amar más profundamente todo lo que Él te dio desde el principio.

La humanidad está sumergida en esa adversidad y caos porque no consigue reconocer a Dios en su interior; aun estando Dios en el interior de cada ser, muchas almas no lo reconocen ni lo sienten, hasta que lleguen los tiempos extremos y difíciles en los que Dios se mostrará con todo Su Poder y fuerza para que los corazones se puedan redimir.

Por esa razón, Yo estoy aquí no solo por ustedes que están presentes, sino también por sus hermanos que están en la adversidad y que son arrastrados por esas corrientes de ilusión que vive la superficie de este planeta.

Yo los llevo al encuentro de Mi Corazón en donde existe la Esencia Divina, en donde sus esencias pueden ser renovadas y pueden recibir de lo alto lo que viene de la Fuente mayor que nutre a todas las consciencias, que trae las vibraciones sublimes para que los corazones renazcan en Dios y reciban de Él todos los Dones y todas las Gracias que los harán soportar el fin de los tiempos. Porque verán, compañeros, cosas extraordinarias, cosas que sucederán de la noche a la mañana y muchos no comprenderán lo que estará sucediendo. Por eso, hay que fortalecer su esencia a través del alimento de la oración espiritual, como a través del servicio que pueden entregarles a los que más lo necesitan.

Si Dios quiere que Yo esté con ustedes, así como con aquellos que están en la adversidad y que algún día despertarán fuertemente, nada podrá impedirlo, porque por encima de todo está el Amor de Dios que concede a los corazones Su Divina Gracia, que trae para cada una de sus vidas, el momento importante de la redención.

Las puertas del Universo, que son infinitas y desconocidas, cierran las puertas inciertas del planeta, en donde muchas almas están sumergidas y viven el terror y el dolor de estos tiempos.

Por eso la obra de Misericordia concede la salvación a todos los corazones y esencias. Por medio de este encuentro de oración, muchas almas se vieron beneficiadas y en algún momento de sus vidas, cuando llegue la hora, encontrarán la verdad y no podrán retroceder. Deberán reconocerla y aceptarla porque será un Poder Divino que se mostrará a los que viven en la mayor ilusión mundial, y no les quedará ninguna duda de que es la Presencia de Dios, por medio de Su manifestación infinita en esta realidad universal, que se colocará delante de cada uno de Sus hijos para traerles la oportunidad del arrepentimiento y de la redención.

Por esa razón, hoy no solo ustedes se ven beneficiados, sino millones de almas que no están aquí, que han perdido el sentido de su realidad y el total discernimiento de lo que está bien o no. Por eso, hoy el trabajo es en los mundos internos, en donde Mi adversario no puede llegar, ni entrar. Por eso, él se mueve agitadamente porque está perdiendo parte de su reino, el reino de ilusión que cree tener por encima de todas las consciencias de la Tierra.

Así como Yo lo vencí en la Cruz por siete veces, hoy lo volveré a vencer por siete veces, hasta que su corazón se sienta oprimido y ahogado por la Luz poderosa de Mi Amor, hasta que todas sus estructuras y potestades caigan, así como caerán sus gobiernos y líderes y no quedará piedra sobre piedra.

Como ese momento se está aproximando, las esencias de Dios deben estar despiertas y fortalecidas, en contacto íntimo con el Padre Universal. Porque cuando todo suceda y se presente, sabrán qué hacer y cómo proceder; no estarán sumergidos en la ignorancia mundial, sino que ayudarán a sus hermanos, a aquellos que nunca pensaron ayudar ni socorrer, para que puedan ser rescatados y salvados por la Ley de Mi divina e insondable Misericordia.

Y a través de ustedes, si se ofrecen a estar Conmigo, Yo retiraré con Mis propias Manos, a aquellos que están sumergidos en la ilusión e hipnotizados por la modernidades de estos tiempos, adversas herramientas que solo llevan a la indiferencia global. Yo vendré a sacar a las almas de esa ilusión así como hoy vengo a retirar a ustedes de la ilusión mundial.

Sus esencias prevalecerán por encima de todo mal, estarán en contacto con sus Cristos internos, tendrán las herramientas que necesitan en la hora oportuna para poder proceder y trabajar en Mi Nombre. Pero esas herramientas no serán materiales, sino internas. Herramientas e instrumentos que les proporcionará el Espíritu Santo para poder apartar a las almas del mal y de la adversidad. Por eso, vengo a hacer prevalecer en esta tarde a las esencias internas, porque es allí en donde se realizará el Plan.

Para no exponerlos, compañeros, espiritualmente a todo lo que estoy removiendo en este momento y que es parte de Mi tarea universal, exorcizar al mal más grande del mundo; Yo los elevaré, en este momento, a Mi Iglesia Espiritual, como a todas las almas que están también sumergidas en la ilusión mundial, para que elevando sus vibraciones y corazones reciban los impulsos no solo de Mi Divina Misericordia, sino la Gloria y la Gracia de los Altares de Dios.

Para dar honra a este momento importante en el que las esencias más perdidas del mundo son retiradas de los abismos más desconocidos de la humanidad por las manos de Mis arcángeles y ángeles, escucharemos en este momento el instrumental de Pater Noster para que las puertas de la Iglesia Celestial se abran y las almas se sumerjan en el Océano de Mi Amor, en donde siempre triunfará la Luz. Amén.

Mientras esperan, realicen su oferta interna. No pierdan la oportunidad de que Dios los pueda escuchar en este momento y recibir sus plegarias y sus súplicas como parte de esta celebración en la Iglesia Celestial.

Realicen su oferta interna en este momento, mientras las puertas de Mi Iglesia, con el poder de Su Luz, derrotan a los infiernos de la Tierra.

Nos colocamos de pie para comenzar esta celebración.

Ante la presencia de nuestro Gobernante mayor, Jesucristo, respondiendo a Su pedido y petición, bajo la Luz de la sagrada ciudad de Guatavita que impulsa a los corazones a la redención, comenzaremos la bendición y la consagración de estas almas que se ofrecen para ayudar, servir y colaborar con el más necesitado, con aquel que no tiene nada y que necesita en este momento de instrumentos de amor.

Escuchamos el Pater Noster.

Para consumar esta consagración, vamos a hacer una oración muy simple, ofreciéndonos al Padre Celestial para que Él siempre nos guíe y nos conduzca, no solo a través de Su Amor, sino a través de Su Voluntad.

Estos hermanos que hoy se consagran como misioneros auxiliares, se preparan para dar nuevos pasos, ofrecen sus almas a Dios por intermedio de Su divino Hijo para que Él siempre los conduzca de Su Mano hacia la realización del Plan.

Oración: Padre Celestial (se repite dos veces).

Mi Corazón sacerdotal, en nombre de todos los sacerdotes de la Tierra, los bendice y los consagra por intermedio de Mi Misericordia. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

Canción: Pater Noster.

Vamos a hacer en este momento el mismo ejercicio que hicieron los hermanos anteriormente, de rezar la oración al Padre Celestial para que Él no solo nos conduzca a través del Amor, en este servicio por los que más necesitan, sino que Él también nos guíe a través de Su Voluntad.

Oremos juntos.

Oración: Padre Celestial (se repite dos veces).

Que Mi Corazón sacerdotal también hoy las bendiga, para que siempre estén dentro de Mi Gracia y de la eterna donación de sí.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Voy a invitar a las hermanas a que permanezcan allí, para que celebremos la Comunión.

Todos los que puedan, se colocan de rodillas para esta consagración.

En un día tan semejante a este, reuní a los apóstoles en el Sagrado Cenáculo porque sabía que llegaría la hora de que me representaran en la Tierra como Mis apóstoles y soldados, a través de los tiempos y de las generaciones.

Hoy no solo los invito a revivir, compañeros, este Sacramento que es la expresión de un misterio de Amor muy grande que aún la humanidad no ha comprendido, pero sí que muchos se aproximaron a este misterio de Amor, a través del pan y del vino. Por ese motivo, hoy los invito a ingresar en el escenario de la Última Cena.

Para eso, nuestro Maestro está pidiendo el instrumental de "Así habló el Maestro".

Ante las puertas de Su Iglesia Celestial, nos postramos simbólicamente, por intermedio de nuestras almas, para poder recibir los impulsos, los códigos de Luz de esta consagración.

Después de haber lavado las manos y los pies de Mis apóstoles, los reuní alrededor de una simple mesa para celebrar e instituir el mayor legado de amor para la humanidad.

Tomé el pan, lo elevé y di gracias al Padre por el sacrificio que viviría, y el Santo Espíritu de Dios convirtió el pan en Mi precioso y glorificado Cuerpo y enseguida lo pasé a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén.

Enseguida tomé el Cáliz y elevándolo a Dios en total confianza y amor por el sacrificio que viviría, Él envió a todas sus huestes de Luz, a los ángeles, para que transubstanciasen el vino en Mi preciosa Sangre. Enseguida lo pasé a los apóstoles, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva alianza que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén.

Y en unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo vamos a realizar la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro.

 Mi alegría es poder estar en estos tiempos difíciles y llevar las almas a Dios, para que ellas reencuentren el sentido de estar aquí y de haber venido a cumplir una importante misión por toda la humanidad. Por esa razón, en esta tarde les agradezco, los bendigo y les doy Mi Paz, para que Mi Paz sea llevada a lugares más difíciles de la Tierra en donde la Luz aún no puede entrar.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nos damos el saludo de paz.

Nos podemos poner de pie.

MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL MONASTERIO DE LA CONFRATERNIDAD DEL SEÑOR, GUATAVITA, COLOMBIA, con motivo del 10.° Festival de la Juventud por la Paz , AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis amados:

Hoy Mis pies pisan las altas montañas de los Andes. Pero más allá de las distancias, Yo estoy cerca de ustedes, Mis queridos jóvenes de la Paz.

Hoy el Universo reconoce los esfuerzos verdaderos de haber construido, por amor y servicio, esta nueva edición del Festival de la Juventud por la Paz.

Es así, que Dios se sirve de los impulsos que nacen del interior de las almas jóvenes para poder materializar Su Obra de Amor y de Misericordia.

Ahora y más que nunca, Uruguay necesitaba con extrema urgencia una edición del Festival de la Juventud por la Paz, ya que los corazones jóvenes que aquí se encuentran, tienen el compromiso de establecer la Presencia de Dios en la consciencia de este país. Pero no de un Dios institucionalizado, sino de un Dios que vive con todo Su Poder y Su Reino en el interior de cada ser.

El  Festival de la Juventud por la Paz llegó a Montevideo, que es el corazón de equivocadas decisiones, para poder dar una chance a la consciencia de los uruguayos que, a pesar de su sueño artificial y de la ilusión inculcada, deberá reconocer algún día que se apartó completamente de la Verdad única y que el país, siendo regido por unos pocos idealistas, camina hacia el carácter de no rescatable.

Por eso, como Madre del Uruguay y Señora de los Treinta y Tres, regreso una vez más al pueblo uruguayo para que escuche la voz de la Sierva fiel, de la Madre de una iglesia uruguaya corrompida por el poder y la indiferencia ante todo lo que el pueblo practica y vive libremente, alejándose de los principios de la dignidad y de la fraternidad humana.

El  Festival de la Juventud por la Paz llegó a Montevideo para hacer eco interior a través de la voz de los jóvenes, que son los que deberán vivir y asumir, en el cercano futuro, lo que unos pocos deciden sobre la vida de una nación como Uruguay, la que fue llamada a ser la cuna para el Retorno de Cristo.

Pero Uruguay, como sociedad, desmiente a la Iglesia de Mi Hijo, porque el pueblo uruguayo que antes tenía una devoción cálida y que después se volvió una devoción fría por Dios, perdió la confianza en los que dirigen la institución de Pedro.

Aquí existen muchos responsables de que la fe de los uruguayos esté empobrecida y totalmente apartada de la Verdad. Más aun, de que esa fe esté volcada hacia las sustancias y hacia las plantas que promueven una ficticia libertad espiritual.

¿Comprenden, hijos, la importancia de que sea la juventud la que promueva pacíficamente el cambio?

En pleno siglo XXI, Uruguay cree absolutamente que a través de las prácticas que impuso, alcanzó una forma de evolución.

Todo lo que hoy vive el país como libertad, concedida por las leyes de los hombres, es el resultado de una precariedad en la esencia del sentido y del discernimiento.

Uruguay, a través del Festival, tiene la Gracia de percibir que no solo se alejó de la realidad, sino que también se distanció del amor, porque el Amor verdadero nunca permitirá que pierdan el sentido de lo que es sano y bueno.

¡Uruguay, Uruguay!, despierta del sueño en el cual ingresaste.

¡Uruguay!, no te olvides que tu compromiso está sellado por la Luz de la Nueva Aurora.

¡Uruguay!, reacciona y haz algo por tu pueblo y por tu tierra antes de que sea demasiado tarde.

Uruguay, soy tu Madre y vengo para ayudarte.

Agradezco a la juventud por todos los esfuerzos ofrecidos.

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN RESERVADA DE SAN JOSÉ, EN LA CIUDAD DE FRANKFURT, ALEMANIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo como Siervo enviado por su Rey, como un Mensajero enviado por su Señor, trayendo en Sus manos y en Su Corazón no solo un mensaje, sino también una Gracia, un Don Divino, una parte del Corazón de Dios que se entrega a la humanidad como un símbolo del Amor del Padre por toda Su Creación.

Vengo para que esa parte del Corazón de Dios inunde sus esencias y las haga recordar de dónde provienen y porqué están aquí, no solo en la Tierra, sino en las dimensiones de la vida manifestada.

Hoy, hijos, ya pueden comprender la razón de su existencia en este mundo, pero deben comenzar a comprender la razón de su existencia en toda la vida, más allá de este planeta, porque su evolución no comenzó aquí y no terminará aquí.

Vengo, poco a poco, trayéndoles y revelándoles la ciencia del Corazón de Dios, no solo para que tengan un conocimiento, sino para que todo lo que son despierte a esta memoria de la Verdad Celestial.

Recuerden de dónde salieron y todo el trayecto que recorrieron hasta llegar aquí. Esto es posible, hijos, porque todo lo que es manifestado proviene de Dios. Desde su consciencia y su esencia hasta las más pequeñas partículas de su cuerpo físico, todo proviene del Creador. Y aun el más pequeño de los átomos tiene en su memoria el recuerdo del momento en el que salió de la Consciencia Divina para manifestarse, para tornarse una parte semejante al Universo de Dios y a Su Creación.

Ustedes son como pequeños universos. Cada parte de su ser es infinito, contiene en sí vida, espíritu, esencia y todo esto constituye lo que son. Deben tener consciencia del todo, de la propia vida.

Si comienzan a meditar sobre ustedes mismos, a sentir sus cuerpos, sus órganos, sus células, sus almas; comenzarán a comprender la vida, hijos. Empezarán a comprender la existencia de Dios en el Universo, a las estrellas que componen el Cuerpo Místico de su Creador que es tan perfecto como un cuerpo humano.

El Universo se renueva, se transforma, evoluciona, vive de ciclos, de reinicios. La vida nace y renace de la Consciencia Divina, una y otra vez. Esto es lo que sucede dentro de cada uno de ustedes y en sus cuerpos físicos, frutos del barro que retornan al polvo y vuelven a ser espíritu.

¿Por qué les digo estas cosas? Porque así los ayudo a recordar de dónde vinieron y los aproximo a Dios.

No solo a través de la oración llegan al Padre, sino también a través del Conocimiento, la ciencia que se revela a los corazones humildes que ya aprendieron a comunicarse con Dios a través de su pureza.

La Verdad Divina los eleva, los conduce al Universo, no solo a ese que ven en el cielo sobre ustedes, sino al Universo que se guarda en su propio interior.

Cuando reconocen a este Universo interno, reconocen a la Presencia Divina dentro de ustedes que es más que una presencia espiritual, es una ciencia, hijos, una verdad manifestada en sus células y átomos.

La semejanza con el Padre es más profunda que una Luz en su interior. La semejanza con Dios se materializa en todo lo que son, desde el espíritu hasta la materia; pero no en lo que pueden ver con sus ojos, sino en la esencia de la vida, en la esencia de sus átomos, en la esencia de sus cuerpos, en el principio, en el Propósito de su Creación.

Sé que muchos no comprenderán lo que les digo, pero les hablo solo para que sientan, para que se permitan adentrar en este misterio que es la Creación Divina y la Presencia de Dios en ustedes.

No fueron creados, simplemente, para vivir una experiencia en la Tierra. No fueron creados, simplemente, para vivir una experiencia de amor, porque el propio amor aún les es incomprensible.

Cristo no solo vivió el amor en la Cruz. Después de esa Cruz, después de Su Resurrección, un Universo entero lo aguardaba, el Infinito lo aguardaba. Su Amor siguió resonando en todo el Cosmos, en toda la Creación, en cada espacio de este vasto Universo, de este vasto Infinito que su mente humana ni siquiera puede imaginar. Y cada partícula de la vida se renovó y recibió una nueva oportunidad, porque el Amor de Dios no fue solo para la Tierra, fue para todas las criaturas.

De la misma forma debe suceder con cada uno de ustedes. La existencia de la Tierra no es solo para los hombres, sino para toda la vida, una vida misteriosa, una vida que desconocen y de la que muchas veces no se sienten parte.

Llegó el tiempo, hijos, de retornar, poco a poco, al Tiempo de Dios, a esta realidad que permaneció invisible y oculta a los ojos de los hombres y que hoy Yo les vengo a revelar, desde adentro hacia afuera.

Para aquellos que están despiertos, los Misterios Divinos deben comenzar a revelarse en su interior. El Universo, toda su Gracia y su manifestación, comenzará a mostrarse dentro de ustedes. Y es en ese espejo, que se guarda en sus corazones, en el que comenzarán a ver la Verdad de Dios, la infinitud de la Vida y de la Creación, porque no temerán cuando ella se manifieste ante sus ojos físicos. Al contrario, hijos, estarán viendo manifestada ante ustedes una realidad que ya conocían, que estaba viva en su propio interior.

Todo debe suceder poco a poco, porque los seres humanos están muy distantes de Dios, de lo que realmente es Dios. El Creador no es solo una Existencia invisible, una Voz que les habla a los corazones o una historia guardada en los libros sagrados.

Y eso se manifestará para todos, para los que creen y para los que no creen en la Existencia Divina. Pero si ustedes comienzan a profundizar en la propia vida espiritual ahora y dejan que la Verdad se revele a sus corazones, podrán auxiliar a otros que despertarán bruscamente en el tiempo que llegará y ese, hijos, es el mayor servicio en este tiempo.

Muchos dicen que quieren servir al planeta, servir a la Creación. Hoy les revelo una forma de hacerlo, en el silencio del propio corazón, en la sinceridad de sus vidas.

Comiencen orando, adentrando en el propio mundo interior, profundizando en lo que ya les fue revelado, buscando esa puerta interna que los conduce a Dios.

No se contenten con lo que saben y con lo que conocen. Busquen una Verdad mayor, porque ella está delante de ustedes, dentro de ustedes para ser revelada.

Tal vez hoy no comprendan totalmente lo que les hablo. Pero, sin comprender, intenten vivir lo que les digo y en un tiempo próximo Me comprenderán. El despertar sucede por etapas, por ciclos, y Yo los estoy haciendo ingresar en un nuevo ciclo, en una nueva etapa de esta vida evolutiva, a través de la Ciencia divina y espiritual.

Si el Creador los llama compañeros, hijos, es porque ya pueden ingresar en una etapa adulta del Conocimiento, de la oración y de la revelación de las Verdades Divinas.

Vuelvan a escuchar Mis palabras una y otra vez, hasta que ellas ingresen en sus consciencias. Dejen conducirse por este camino interno que hoy les muestro para que puedan madurar como seres espirituales y como hijos de Dios.

En oración, conversen con su Creador, buscando y encontrando Su Presencia dentro de ustedes, pidiendo que Él se revele en todo lo que son, no solo en sus corazones, sino en su consciencia, porque así, hijos, Dios dejará de ser un sentir para ser un saber.

Acojan Mis impulsos en su esencia, acojan Mis palabras en sus corazones y dejen que la paz, que de ellos emana, abra los caminos para su transformación interior y espiritual.

Con esto les dejo Mi paz, les dejo el mensaje y la bendición de Dios. Les entrego Su Don y esta parte de Su Corazón que hoy Yo le traje al mundo.

Y así, les agradezco por dar un nuevo paso en nombre de toda la vida.

Tienen Mi bendición para eso.

San José Castísimo

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE NÁPOLES, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Si más almas escucharan el Llamado de Dios, este mundo no necesitaría conocer el sufrimiento.

Hoy vengo aquí, hijos, para aliviar el sufrimiento de los corazones, aunque ellos no lo sepan.

Vengo para aliviar el sufrimiento de Dios por la indiferencia de las almas, por el adormecimiento de los seres.

Cuando miro al mundo, Mi corazón se colma de compasión y piedad, porque conozco el Proyecto Divino, aquel primer Pensamiento que Dios emanó para crear a los hombres, espejos de Su Consciencia, semejantes a Él en esencia y en corazón.

Ese Pensamiento quedó escondido dentro de cada uno de ustedes y dentro de cada ser de esta Tierra. La perfección de Dios quedó escondida detrás de todas las miserias humanas, y son pocas las almas que consiguen expresarse de acuerdo a la Voluntad de su Creador.

Hoy, vengo hasta aquí no solo para revelarles verdades, vengo a elevar a los Cielos a las almas que sufren y a los pecados de este mundo, para aliviar al planeta y darle un poco de paz.

A pesar de que son tan pocos, eso fue suficiente para que el Amor de Dios descienda sobre este mundo y comience a construir, en esta nación, una oportunidad de redención.

Cuanto mayor es el abismo, mayor es el Amor que Dios envía a la Tierra. Por eso estamos aquí, en este lugar, en esta ciudad, en esta nación; porque donde están los seres que más lo necesitan, allí está el Amor de Dios, por más que sean indiferentes a Él y por más que muchas veces no crean que ese Amor existe.

Muchas veces, los corazones sufren por ignorancia, por no saber que el Amor del Padre está disponible para todos los seres.

Por eso, en esta noche, solo les pido que abran sus corazones no solo en nombre de esta nación, sino también en nombre de toda la humanidad, para que una Gracia mayor descienda a la Tierra y por la oferta de unos pocos, la Misericordia del Padre pueda expandirse por este mundo.

Los Misterios de Dios son infinitos y aún más lo es Su Amor. Nunca se olviden de cuando Él estuvo en la Tierra, en el Cuerpo y en el Alma de Su Hijo. No se olviden de que fue con pocos que Él transformó la historia de este planeta y de toda Su Creación.

Los ciclos se repiten para que los seres reciban una nueva oportunidad. El Creador aspira a anunciar al mundo Su Presencia, que no se limita a una religión, a un pueblo, a una nación.

La Presencia de Dios está en todo, hijos: en el aire que respiran, en la naturaleza, en los corazones de sus hermanos. En todo está la mirada de su Padre Creador, en todo está Su Corazón, aguardando el despertar del amor en el corazón de los hombres.

Vengo hasta aquí para liberar a las almas del sufrimiento que traen desde sus naciones hacia este lugar, sus hermanos que emigran, tantos que se pierden en los mares y tantos que llegan hasta aquí en busca de una esperanza.

Por medio de Mi Presencia en este lugar, vengo a entregar una Gracia especial a cada una de esas naciones que sufren y que no consiguen expresarse como Dios lo pensó, por las guerras, por la oscuridad, por la falta de amor en los corazones de los seres.

Hoy Mi Luz penetra en los océanos y llega a las naciones de África, de Medio Oriente, a través de los corazones que, a pesar de no saber que Yo estoy aquí, necesitan auxilio y claman a Dios pensando que no encuentran una respuesta. La Presencia de los Mensajeros Divinos aquí es la respuesta de Dios a las oraciones de tantos corazones que clamaron por Misericordia.

Por eso, vine hasta esta ciudad para responder a las oraciones silenciosas de muchos de Mis hijos que creen que Dios no les escucha. Los Misterios de Dios son infinitos. A veces, ustedes piensan que Él no los escucha, que no responde a sus súplicas, pero muchas veces, hijos, Su Gracia llega a sus vidas de una forma que ustedes no pueden percibir, así como hoy llega a las vidas de tantos hermanos suyos, aunque ellos no lo sepan.

Quisiera que los corazones pudieran conocer la Gracia Divina, para saber que aún hay una esperanza para la vida en este mundo, que no es solo la supervivencia, sino una experiencia de amor, semejante al Amor de Dios en Su Hijo.

Quisiera que los seres supieran que el sufrimiento se puede transformar cuando comprenden la cruz de estos tiempos como una oportunidad de renovar el Amor de su Creador.

No tengan miedo de anunciar al mundo la Presencia Divina. No solo por medio de palabras, sino también por el ejemplo de sus corazones. Es el testimonio de sus vidas lo que hará que los seres pierdan el miedo y crean en la Presencia de Dios por medio de esta obra, que Él mismo está construyendo.

Cuando ustedes eleven sus consciencias al verdadero propósito de la existencia humana y sepan que están aquí por un Propósito Superior, para manifestar un Plan Divino, será entonces, hijos, que no les importará la crítica de los hombres, de las religiones, de las diferentes culturas y el propio amor en sus corazones permitirá que todo eso se una en ese Propósito Mayor.

Dios aspira a construir en esta nación, así como en toda Europa, una semilla de unidad entre los diferentes pueblos y culturas, entre las diferentes religiones.

Aquí, donde los seres viven el miedo de perder el poder, un falso poder; donde las religiones tienen miedo de dejar de existir y no perciben, hijos, que ese mismo miedo es lo que las está haciendo desaparecer. Permítanse entrar en comunión con sus hermanos, para que la paz se establezca, para que los corazones se arrepientan sinceramente de sus pecados.

No será con muchos que el Creador transformará este mundo. Será con pocos, sin embargo, sinceros de corazón, que comenzará a transformar la vida en la Tierra, los que, en su silencio y en su oración, unirán pueblos y naciones desde los niveles espirituales hasta los niveles materiales de la vida sobre la Tierra. 

Comiencen cada uno amando y respetando al prójimo, aun cuando sean juzgados o criticados por su forma de amar. Amen como Cristo les enseñó, viviendo Su Evangelio, más allá de llevarlo como un libro sagrado o de dejarlo guardado en sus casas, y se llamarán cristianos.

Sean más que cristianos, sean Cristos del nuevo tiempo, imitadores de los pasos de su Señor para que, de esa forma, sus almas sean un camino para que Él retorne a este mundo.

Sean, cada uno de ustedes, hijos, los cálices vivos, en donde Él derramará Su Sangre para instituir una nueva genética, Su Genética, en este planeta.

Mientras Yo les hablo, la Presencia de Dios se expande sobre la Tierra y llega a los corazones que más la necesitan.

Mientras Me escuchan, dejen que sus oraciones sean verdaderas, tengan fe en que están delante de Dios, que el Cielo se abre delante sus corazones, que los Ojos del Padre están sobre la Tierra y que, con la mínima apertura de los corazones, Su Misericordia desciende sobre este planeta.

Clamen por la paz para las naciones que están en guerra.

Clamen por Misericordia para aquellos que dicen que viven en Nombre del Señor y ensucian Su Nombre con sus pecados.

Clamen por perdón para aquellos que viven el odio y la indiferencia.

Clamen por cura para aquellos que, por la injusticia que vivieron, se olvidaron del amor que hay en sus corazones.

Clamen por una Gracia para que, en el corazón de África, el amor vuelva a emerger y esta Tierra sea una semilla de la nueva vida.

Clamen por el Medio Oriente para que la Sangre de Cristo, derramada allí, emerja de la tierra y cure los corazones, tornando esa tierra nuevamente sagrada.

Clamen por esta nación, por Italia, para que sea la cuna de una verdadera religiosidad, donde los corazones respetarán y amarán al prójimo, a las diferentes religiones y a la verdad que hay en los corazones de sus hermanos.

Dejen que la oscuridad, en esta hora, dé lugar a la Luz Divina y clamen por la paz.

Con estas palabras, les enseño a orar para que oren con el corazón, porque el mundo lo necesita. Esperen con amor a su Madre Celestial, anuncien más fuerte y más alto Su Presencia, para que más almas tengan la oportunidad de estar delante de Ella y recibir una Gracia.

Antes de despedirme de ustedes, que vengan hasta aquí los sacerdotes para que, por la Gracia que Dios les concedió, hagan descender Su transubstanciación para transformar los elementos del altar en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, en Su memoria como Él les pidió, y que esta comunión, hijos, esta Eucaristía consagrada ante el Padre traspase sus cuerpos, sus consciencias y llegue como una Gracia Mayor a este mundo.

Para esto, Yo los bendigo.

Nos podemos colocar de pie o de rodillas, para la consagración de la Eucaristía.

Sacerdote:
En este momento recordemos cuando, en aquel tiempo, Nuestro Señor, junto a Sus discípulos, elevó el pan y dio gracias porque había llegado el día de Su Sacrificio. Dios lo bendijo y Él les dijo a todas las esencias del mundo: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, Cuerpo que será entregado por todos vosotros para el perdón de vuestras faltas".

Te adoramos, Señor, y Te bendecimos. 
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos. 
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.

Enseguida, Nuestro Señor tomó el Santo Cáliz, dio gracias, el Padre lo bendijo y Él dijo: "Esta es Mi Sangre, la Sangre de nueva y eterna Alianza entre las almas y Dios. Sangre que será derramada por todos vosotros para la liberación total de sus faltas y para la Vida Eterna. Hagan esto en Mi memoria hasta que Yo retorne.

Te adoramos, Señor, y Te bendecimos. 
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos. 
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.

He aquí el Cordero de Dios, Su Cuerpo y Su Sangre.

Oremos el Padre Nuestro.

Ahora, una vez en italiano.

Que la Paz de Nuestro Señor Jesús Cristo esté con todos nosotros.

Con la consagración de la Eucaristía, la Gracia de Dios desciende a los corazones de los hombres, y Mi tarea aquí hoy está cumplida.

Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí en nombre de esta nación y de esta humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lleven la Paz del Señor unos a otros como Él les enseñó, dándose silenciosamente el saludo de paz. Yo les agradezco.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Regreso a un lugar llamado Aurora, el que a través de los tiempos se donó completamente y que en el silencio de su imperceptible Reino sostuvo el Estandarte del Redentor, a pesar de los desafíos y de las pruebas.

Hoy regreso a un lugar que fue testigo de la Presencia de Dios, un lugar que fue escogido por el mismo Padre para llevar adelante una tarea planetaria.

Hoy regreso al origen y al lugar en donde todo comenzó una vez y todo eso Me alegra, porque sé que Aurora nunca será olvidada, será como el ave que renace para volver a dar testimonio de Mi Presencia en el mundo.

Por esa razón, escogí regresar a Aurora para que todos los que alguna vez y a través de los tiempos se sirvieron de ella, nunca olviden que le deben mucho a ese Reino de Amor.

Aurora renacerá como un Espejo y se sostendrá firme como una espada.

Aurora siempre irá al encuentro de los valientes y colmará con su luz a los que con humildad la busquen.

Aurora es el portal que nos llevará de nuevo hacia el sentimiento de la eterna gratitud.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE VARGINHA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Deja fluir dentro de ti el Amor Crístico del Señor para que, por medio de tu donación y entrega al Plan de Dios, cada espacio sea permeado por esa poderosa energía transfiguradora.

Deja que pueda fluir a través de ti el Amor Crístico de Dios, para que cada consciencia reciba lo que necesita y pueda sentir la paz de un apóstol de Cristo.

Deja fluir a través de ti el Amor Crístico del Señor, para que el sufrimiento de la humanidad sea aliviado y la cura interior sea alcanzada por la mayoría de las almas.

Deja fluir a través de ti el Amor Crístico del Señor, para que cada Reino de la Naturaleza pueda sentir el amor de los seres humanos.

Deja fluir a través de ti la Presencia de Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Eleva tus ojos al Cielo y contempla, en ese silencio, la Presencia omnipotente de Dios.

Eleva tus ojos al Cielo y contempla la magnífica Creación a través del Sol.

Eleva tus ojos al Cielo y contempla el infinito Universo de la Creación.

Renuévate a través de todo esto y forma parte, en comunión interna, de las Leyes Superiores.

Reenciende en ti la filiación con Dios y encuentra el sentido interno de cada aprendizaje.

Eleva tus ojos al Cielo y aprende a sentir la Presencia del Creador en todo lo que existe, vibra y se manifiesta como Luz cósmica.

Eleva tus ojos al Cielo y encuentra el camino por donde tu espíritu retornará a la gran Morada.

Eleva tus ojos al Cielo y aprecia con devoción a Aquél que nos creó, que nos ama y que nos bendice.

Eleva tus ojos al Cielo solo para decir “sí”.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Que la luz brille siempre dentro de ti y que esa luz sea reconocida como la Luz de Cristo.

Que la luz interior predomine y que, esa luz, sirva de ayuda y de guía en los momentos críticos.

Que la luz interior reine en este tiempo para que la Presencia de Dios se expanda más allá de los corazones.

Que la luz interior genere prodigios y conceda la redención a todos los que contacten el poder de esa luz.

Que la luz interior establezca la paz y la armonía, para que en el mundo exista mayor armonía y orden en todas las cosas.

Que la Luz de Dios participe de la comunión con la vida y que la vida sea colmada por la Gracia de Dios.

Que la Luz de Dios promueva en las consciencias la oportunidad del cambio y de un profundo despertar.

Que la Luz de Dios le conceda al mundo la consciencia de lo que está haciendo y despierte en más corazones el verdadero arrepentimiento, para que se lleve adelante el triunfo del Proyecto de Amor de Cristo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Realizando con tiempo y dedicación las obras de mejora de los caminos que conducen al Centro Mariano de Aurora, y con la ayuda de los servidores de Uruguay, Argentina y sur del Brasil, las almas le demostrarán al universo, en nombre de muchas más, que aceptarán y aspirarán a la permanencia en Uruguay de la Jerarquía Divina y, sobre todo, de la Presencia de Dios.

Aunque exista Mi Iglesia en este país, no es suficiente el calor interior que las almas de aquí Me dan. Solo siento plenitud cuando los peregrinos llegan al Centro Mariano de Aurora para reconocer y confirmar Mi Presencia.

Importantes jerarcas de Mi Iglesia podrían haber evitado la condenación de este pueblo en vez de volverme a perseguir como lo han hecho con esta Obra, siendo sensacionalistas y omitiendo las barbaridades que el pueblo aceptó asumir, por ejemplo, por medio del aborto.

Mi Iglesia, en vez de colocar la mirada en la perdición de las almas, les cerró las puertas a muchos corazones que debían llegar hasta Aurora para poder encontrarme.

¡Qué condenación!

Por eso, Me sirvo humildemente de los que Me siguen de verdad en este tiempo, sabiendo que todo lo que Yo deseo para el Uruguay es grandioso e infinito.

Llevando adelante la reconstrucción de los caminos físicos de Aurora, los grupos permitirán que Mi Presencia esté aquí a pesar de la indiferencia y, sobre todo, que el propio camino que será arreglado por los servidores sea el símbolo de la corrección de los desvirtuados caminos de esta pobre nación.

Les agradezco por obedecerme.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE MENDOZA, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy no estoy aquí solo, estoy con toda la Hermandad. Llamo Hermandad a aquellos seres, a aquellas consciencias que, a pesar de no tener necesidad de estar más en este mundo, siguen aquí para servir a la humanidad. Sus ojos no son visibles a los ojos humanos porque ya no pertenecen a este mundo, pero están aquí por un aprendizaje superior de humildad, de entrega y de servicio.

Llamo Hermandad a aquellos hermanos suyos que en los mundos invisibles, lugares sagrados que la humanidad desconoce por su ignorancia y su indiferencia, allí, hijos, ellos sirven incansablemente, donde los Reinos de la Naturaleza los amparan, donde la grandeza de las montañas guarda una grandeza aún superior que se hace pequeña y humilde, por ser desconocida por la humanidad. A pesar de todos los ultrajes cometidos por la humanidad, los Reinos de la Naturaleza persisten también en un servicio incondicional y, junto con sus Hermanos Mayores, auxilian a este mundo y lo sustentan para que este Proyecto no se pierda, para que la esperanza del Corazón de Dios no se desvanezca. 

Sé que muchos se preguntarán de qué estaré hablando.

Vengo a revelarles un misterio, a hablarles a los oídos que quieran oírme, porque de esa forma les traigo un sentido para sus vidas, más allá de su existencia material, más allá de esta lucha constante por la sobrevivencia en el mundo.

Están, hijos, en un lugar sagrado, pero lo sagrado se ocultó del corazón humano porque no quisieron verlo. La semejanza con Dios se ocultó dentro de sus corazones para dar lugar a aquello que hicieron crecer, siglo tras siglo, y que en verdad nada se asemeja a lo que verdaderamente son. Si el hombre es semejante a Dios, ¿jamás se preguntaron dónde está esa semejanza? ¿Será que Dios envió al hombre al mundo para hacer lo que hace; para vivir como vive, entre guerras y conflictos, entre ignorancias, soberbia y vanidad? ¿Será esa, hijos, la semejanza con Dios o existe algo dentro de ustedes que no conocen, que no buscan y que, muchas veces, no creen que exista?

Yo vengo con aquellos que representan la verdad, para que ella se refleje en sus corazones y los coloque ante un nuevo ciclo. En estos tiempos, no solo el caos será visible para el corazón humano, no solo el mal podrá actuar libremente sobre la Tierra; la Luz también resplandecerá, la verdad también emergerá del interior de los seres, del interior de la Tierra, de sus mundos invisibles, de realidades superiores. Y es eso que les traigo en este día porque, aunque no lo parezca, aunque no lo sepan, este lugar al que vine es un lugar sagrado. Estas montañas que los rodean guardan misterios que ustedes desconocen y que hoy Yo les vine a dar a conocer.

Porque deberán encontrar allí su fortaleza. Cuando nada en la superficie de la Tierra tuviera sentido y el Plan de Dios pareciera haber fracasado, como en la Cruz pareció para muchos que el Hijo de Dios había fracasado, será en estas montañas que ustedes encontrarán aliento y, en lo que en ellas vive, encontrarán su fortaleza y amparo.

Cuando este mundo tiemble con un temblor desconocido nunca visto, será en estas montañas donde encontrarán la fortaleza para no caer, para no temer y bajar sus brazos antes de que el Redentor llegue al mundo; porque Él vendrá; sí, Él vendrá.

Pero será cuando la humanidad hubiera dado todo, cuando sus corazones descubran el potencial oculto que existe dentro de ustedes, cuando la inercia dé lugar al servicio, a la transformación y al amor incondicional. Cuando ustedes, hijos, descubran la potencia que existe en el propio interior y la inmadurez espiritual se desvanezca, será allí que el Hijo de Dios retornará.

Antes de eso, todo acontecerá y ustedes no deben temer. Estos momentos con los Mensajeros Divinos los preparan y los fortalecen. Tomen firme cada impulso que les entregamos, colóquenlo en lo profundo del corazón y háganlo florecer, transfórmenlo en semillas para que otros que no están aquí y que no estarán en Nuestra Presencia puedan recibirlos.

Las Gracias que traemos del Cielo son para ser multiplicadas todos los días por cada una de sus manos, por sus corazones, por su verbo y por su pensamiento.

Hoy Dios hace emerger, del interior de estas montañas, sus espejos de paz que no están solo en los lagos, en los océanos, en los ríos; están también en las montañas y en los corazones de los hombres; están en el universo, así como en la Tierra, atrayendo paz y redención para aquellos que quieran recibirlas.

A través de Mis Palabras, que ingresan en sus consciencias, traigo la redención que proviene del Corazón de Dios para el corazón humano.

De esa forma, los coloco delante de un gran servicio por todo el planeta, aunque estén aquí, en este lugar tan pequeño.

¿Cuántas almas están pasando por estas calles y no me ven? ¿Cuántas familias, cuántos corazones necesitados de paz no están sintiendo la paz de los espejos del cosmos, de las montañas sagradas que hoy se abren y se revelan, pero que los ojos no las quieren ver?

Con esto, hijos, quiero que salgan a las calles y que su testimonio sea una luz en el mundo. Que sus ejemplos llamen a las miradas, despierten los corazones a la verdad suprema que hoy les traigo.

El verbo que sale de sus bocas puede ser escuchado por muchos oídos, pero los ejemplos verdaderos de sus acciones inevitablemente transforman a los corazones de este mundo. Por eso, les pido que hablen, que anuncien y que, sobre todo, sean el Mensaje Divino.

Hoy, la cadena de los Andes se enciende en gratitud, porque el Reino Mineral sí puede verme. Y así, se renueva en su servicio incansable por la sustentación y por el rescate de los corazones humanos. Así como los Reinos de la Naturaleza se renuevan, hijos, hoy también ustedes se deben renovar para saber que Yo los llamé hasta aquí, en Nombre de Dios, para que se tornen instrumentos del Divino y no más de sus propias vidas.

Dentro de estas montañas, como de tantas otras, habita un misterio, un mundo tan real como este que ven, que tocan, que sienten. Allí las almas se unen a Dios y sus corazones pueden llegar cuando oran, cuando obran en silencio por la paz de este mundo. Hoy sus puertas se abren para que su luz se irradie a sus esencias y les traigo códigos nuevos para que den nuevos pasos y, así, ayuden en la consagración no solo de la Argentina, sino de este mundo.

Estamos en un tiempo definitivo y sus almas ya lo saben, sino no estarían aquí y no escucharían estas Palabras. Por más que muchos duden y muchos no crean, sus almas sí lo saben, porque no dejaron de escucharme.

Dios espera de ustedes un cambio definitivo, porque la Argentina lo necesita y este mundo también. Si quieren construir aquí una realidad tan semejante a esta que les presento de los mundos invisibles, deben trabajar incansablemente y, aunque en esta vida sus ojos no encuentren ningún resultado, nunca deben parar. Los resultados de sus acciones no son para ustedes, son para el universo.

Todas las estrellas que ustedes ven en el cielo, cuando anochece, esperan la redención de este mundo, y es por ellas y por aquel Corazón Supremo, que habita más allá de todas las cosas, que ustedes vivirán su transformación y transformarán consigo este mundo. Es por la renovación del Corazón de Dios y de toda la evolución universal que ustedes están en esta Tierra. Perciban cuán pequeñas son todas las dificultades del corazón humano, todas las aspiraciones, todos los deseos. Todo eso, hijos, se debe desvanecer.

Cuando estén tomados por el egoísmo y no consigan vivir la fraternidad, miren hacia el cielo estrellado, dejen que su corazón llegue más allá de las estrellas y encuentren, no solo sus Hermanos del Cosmos, sino el Corazón de Dios que aguarda a que den ese paso.

Es en las cosas simples que lo grande se construye. Es en lo invisible que construye aquello que será visible en la Nueva Humanidad. Es con la fe que se vence la arrogancia y la ignorancia humana.

No son los fenómenos que construirán la redención de este mundo, porque eso convence a la mente, pero no transforma el corazón. Tantos fenómenos ya manifestamos en la Tierra y la humanidad permanece igual. Este es el tiempo de la fe, y es para eso que estamos aquí, que nuestra voz resuena a través de una voz humana y que sus ojos no nos pueden ver, a no ser que nos miren con el corazón.

Despierten la fe dentro de sí y en sus hermanos, y todo lo que les digo les será comprensible. Todos los misterios se revelarán y encontrarán la paz, aunque este mundo viva el caos. Para esto estoy aquí, para esto les hablo.

Hoy reconsagren sus corazones, porque deben hacerlo todos los días, aún más en la Presencia de Dios y de sus Hermanos Mayores. Recuerden que hay un plan superior por cumplir y que él comienza dentro de cada uno de ustedes. El Nuevo Hombre nace de la transformación de sus vidas; por eso, no teman quebrarse por dentro y morir para que nazca algo nuevo.

En esta mañana, les agradezco por su presencia y, ante tantos misterios, les entrego una verdad: la Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Este es el mayor misterio revelado de la Creación, cuando Dios se funde en una alianza siempre nueva, siempre eterna, con los corazones de los hombres, para que este pedacito de pan y este vino les revelen la semejanza con Dios.

Hermana Lucía de Jesús: ¿El grupo de Mendoza podría venir hasta aquí?

Los llamo porque quiero agradecerles y colocar este sagrado monte, que los ampara, dentro de sus corazones, para que den un paso definitivo y sean soldados de este tiempo. Y, más allá de este mundo, que su redención anuncie al cosmos la grandeza del proyecto humano y el triunfo del Corazón de Dios a través de la Redención y de la Misericordia de Cristo para con sus almas, hoy y siempre.

Por la potestad que Me dio Mi Hijo, consagro estos elementos, como Él un día los consagró, repartiendo el pan y el vino a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen, coman y beban, porque este es Mi Cuerpo y Mi Sangre que serán entregados por ustedes".

Cristo se entrega a la humanidad todos los días, en todos los Sagrarios de la Tierra, en todas las Eucaristías. Este es el símbolo de la Renovación de Dios y debe ser el símbolo de su renovación permanente por un plan superior que se manifiesta en el Corazón de Cristo.

Oremos juntos un Padre Nuestro en arameo, como Él nos enseñó, para que esta oración sagrada no solo transforme estos elementos, sino transforme sus corazones, transmute y redima este lugar y los torne consagrables, una posible cuna de la Nueva Humanidad.

Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiaben
Wela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein


Con estas palabras, les agradezco, los bendigo y les pido que no solo busquen entrar en el corazón del Aconcagua, sino que dejen que el corazón del Aconcagua entre en ustedes y permanezca allí para que ustedes sean parte de esta Hermandad que hoy les traigo, eternamente.

Yo los bendigo con el Poder de Dios, por Mi humildad y simplicidad, que unió Mi Corazón al Corazón del Padre como un símbolo de que es posible, para todo corazón humano, vivir esa unidad con el Creador; y dejo sobre ustedes los Dones del Espíritu de Dios y la presencia de la Jerarquía para que sean consecuentes con todo lo que reciben en este tiempo y sean dignos de ser llamados compañeros de Cristo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nuevamente, les agradezco y les pido, mientras Me elevo, dejando sobre la Tierra la Paz y la Misericordia de Dios, que canten y dejen a sus almas expresarse, para que sean ellas las que comanden sus vidas. Clamen por paz y dejen que ella se extienda más allá de la Argentina, que a través de estas cámaras, de estas tecnologías, llegue a los cuatro puntos del mundo, más allá de los ojos que nos ven y de los corazones que nos sienten.

¡Clamen todos por paz!

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Hoy el Reino de Lys se expande más allá de los bosques, se expande más allá de los lagos, llegando a los mares, a los océanos, a los ríos. Hoy el Reino de Lys demuestra su pureza a través del Reino de las Aguas, para que de esa forma les pueda ayudar a los Reinos que allí habitan, para que encuentren la paz y la redención con el auxilio de la humanidad. Hoy el Reino de Lys se extiende hasta aquí para clamar por auxilio, para que su paz toque a los corazones de los hombres y ellos reconozcan la vida superior, la verdad que habita en sus corazones y que los llama a la comunión con todos los Reinos de la Naturaleza.

Como Sagrada familia, hoy les revelamos que los Sagrados Corazones también habitan en Lys y encuentran allí la fortaleza para recorrer este mundo, para ayudar a los que más necesitan, sin perder nunca la esperanza de que el Plan de Dios se cumpla. 

Hoy el Reino de Lys se extiende a los mares y a los océanos para que los espejos de luz, que se reflejan con el Poder de Dios, con la luz del sol que proviene del universo, puedan transmutar y liberar a este planeta, sobre todo a esta parte del mundo, para que reciba un poco más de paz y tenga un tiempo para despertar, antes de que la Justicia de Dios descienda. 

Hoy, al lado del Mayor Espejo de Amor de los universos, su Madre Santísima los llama a despertar el espejo de sus corazones, unidos al Reino de Lys, para irradiar al mundo el amor que él tanto necesita. 

Contemplen, en las aguas de los mares, la pureza de su interior que muchos perdieron. Dejen que el Espejo Mayor del Corazón de María despierte a los espejos de sus corazones, para que el Reino de Lys se pueda extender también a través de sus almas, pueda encontrar en cada uno de ustedes un instrumento para llevar la paz al mundo. 

Hoy estoy delante de los mares que tanto necesitan de auxilio y que, al mismo tiempo, sustentan el planeta. Así debe ser el corazón humano que, a pesar de todo el auxilio que necesita, pueda superarse a través del amor a Dios para sustentar este planeta, en comunión con los Reinos de la Naturaleza.

El Reino de Lys se extiende hasta aquí para demostrarles cuán grandiosa es la piedad del Corazón de Dios para con el corazón humano. Y que de esa forma puedan inspirarse para transformar sus vidas en una imitación de la donación de los Reinos de la Naturaleza, en una imitación de la donación del Reino de Lys y de todos los seres de luz que allí habitan y que incansablemente sirven a la humanidad. 

Con palabras simples, busco despertarlos a una realidad superior, porque los corazones están adormecidos y, aunque expresen devoción, aún no expresaron su compromiso verdadero con Dios.

Los Mensajeros Divinos recorren Europa en este tiempo para despertar a aquellos corazones que se comprometieron con el Plan de Dios en el principio, que se comprometieron con el Reino de Lys para este momento, para cuando la Tierra más lo necesitara. Llegó la hora, hijos, de vivir ese compromiso verdadero, dejando un poco de lado las necesidades prácticas de sus vidas, aquellos pequeños problemas internos que les impiden vivir el amor; porque cosas urgentes los aguardan, situaciones planetarias que dependen del sí de la humanidad, que dependen de la adhesión del corazón humano para que la Ley de la Misericordia pueda actuar. 

Por eso, hoy vengo a su encuentro, junto al Reino de Lys, para que de esa forma reconozcan un servicio espiritual que deben despertar y cumplir en este tiempo. No les pediré nada extraordinario porque el Reino de Lys es la expresión de la simplicidad, de la humildad y de la pureza. 

Solo les pediré que ingresen por la puerta que hoy Yo les abro, dejando todos los conceptos mentales, todas las ideas humanas que cultivaron hasta hoy para que, ingresando en este Reino, reconozcan la verdad de la cual se alejaron hace tanto tiempo. 

¿Por qué será tan difícil vivir la fraternidad y la unidad unos con otros? ¿Por qué será tan difícil, hijos, para los corazones suplir la necesidad del prójimo antes que la propia? ¿Será inalcanzable para sus corazones amar y servir? ¿Será inalcanzable sentarse delante de un océano y agradecer por su existencia, contemplando su sacrificio y uniéndose a él para que sienta alivio, aliento, amparo? ¿Será imposible, inalcanzable, llegar delante de un hermano al cual le faltaron y pedirle perdón?

¿Será extraordinario, imposible, escuchar a aquellos que necesitan ser escuchados? ¿Orar con los que necesitan de la Presencia de Dios? ¿Expresar al mundo la propia fe, sin miedo a los juicios humanos? Esas son cosas simples que marcan la diferencia en la historia de la humanidad. 

Expandan el Reino de Lys difundiendo la paz, la humildad y la unidad con todos los Reinos. Expandan el Reino de Lys siendo un poco más fraternos, un poco más humanos, aquel ser humano que Dios pensó, aquel en el cual Él pone Su esperanza y del cual no desiste nunca, porque Él conoce esa verdad, aunque ella se oculte ante sus ojos. 

Dejen que el Reino de Lys toque sus corazones y sus espíritus, liberándolos del mal, liberándolos de la ilusión, para que puedan cumplir con aquel propósito que Dios tiene para ustedes desde el principio.

Imaginen un pequeño espejo de luz que se enciende delante de sus seres, delante de sus corazones. Algunos de ellos necesitan ser limpiados, purificados y liberados para que puedan tornarse instrumentos de Dios. Sientan la luz que proviene del Reino Celestial y también del Reino de Lys, y dejen que esa luz purifique sus seres, los renueve y los impulse a ser verdaderos servidores de Dios y no de sí mismos. 

Por un instante, entréguense a lo desconocido para que actúe en sus vidas, y oren Conmigo por el Reino de las Aguas, para que Lys encuentre un espacio en la esencia de esos Reinos y pueda expresarse. 

Pureza del Reino de Lys, extiéndete sobre los mares. Pureza del Reino de Lys enciende el espejo de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros y simples para la redención del planeta. Pureza del Reino de Lys extiéndete sobre el Reino de los mares. Pureza del Reino de Lys despierta a los espejos de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros para la redención de este planeta. 

Sientan la Presencia de Adonai que hoy contempla el mundo y, con Su Santo Espíritu, espera descender sobre los hombres y sobre los Reinos. Contemplen la Misericordia de Adonai. Contemplen Su infinita Luz, más brillante que un sol o que mil soles. Dejen que este intenso brillo, que proviene del Reino de Dios, limpie y purifique los espejos de sus corazones y que, a través de ellos, se irradie al mundo y a los Reinos de la Naturaleza. 

Con el corazón unido al Corazón de la Sagrada Familia, oremos a Dios:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención 
para este planeta. 
(cuatro veces)
Amén.

Ahora orarán por todos los Reinos y pedirán redención para los Reinos de la Naturaleza:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para los Reinos de la Naturaleza. 
(siete veces)
Amén.

Purifiquen sus vidas y pacifíquenlas a través de la oración. Es de esa forma simple que entrarán en el Reino de Lys y curarán aquello que les parece imposible. Hoy, hijos, solo quiero hacer de sus vidas espejos simples del Corazón de Dios, prolongamientos del Reino de Lys hacia el mundo, porque así deben ser sus servidores. 

¿Será que preferirán lo que viven en sus vidas a vivir en el Reino de Lys? ¿Preferirán la ignorancia de los hombres a vivir en la Sabiduría en el Amor de Dios? Deben preguntarse estas cosas todos los días para que avancen en la vida espiritual y para que la vida espiritual no sea para ustedes una teoría, un libro en el armario de sus casas, sino una experiencia, una vivencia que eleva a la humanidad y le permite retornar al Reino de Dios.

En la Presencia de la Santa Virgen, que los ama y los bendice incansablemente; en la Presencia del pequeño Niño Jesús que hoy les transmite Su pureza, Su bondad; consagraremos los elementos que son el símbolo de la mayor Gracia y de la infinita Misericordia que brota del Corazón de Dios; que la Humildad Divina del Creador, que se multiplica en el pan y en el vino, ingrese en sus corazones y los invite a vivir esa virtud que les abre las puertas del Cielo.

Que toda la humanidad y también los Reinos de la Naturaleza comulguen espiritualmente de este grandioso milagro de la multiplicación de Dios y que, unidos a Él en Su interior, puedan ser inspirados y guiados para volver a vivir un día la unidad con el Padre. Oremos, entonces, unidos a Dios por la conversión de los elementos, por la redención del planeta. 

Padre Nuestro (en arameo y en portugués).

Comulguen de la Presencia viva del Corazón de Dios y sigan en paz, dispuestos a unirse al sagrado Reino de Lys, por la misericordiosa Presencia de Dios entre los hombres y entre los Reinos de la Naturaleza.

Nosotros los bendecimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz. 

Les agradezco.

 

En este momento, Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús compartió el Mensaje diario transmitido por la Virgen María en este mismo día, 19 de mayo de 2017.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Solo queríamos completar que es muy especial ver en los días 19 a la Sagrada Familia reunida, cuando es posible, porque de alguna forma los códigos divinos que Ellos nos traen ingresan en nuestras consciencias y también nos renuevan a todos nosotros en este espíritu de fraternidad y de hermandad, volviendo posible, a través de nuestros esfuerzos, como dice San José, que algún día alcancemos la meta de ser una verdadera familia espiritual. 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Aunque no lo parezca, vengo rodeada por las estrellas de la bandera de los Estados Unidos para convertirlas en estrellas de Mi Manto universal. Eso significa, queridos hijos, que aún la tarea no ha finalizado, que forma parte de sus corazones el cumplimiento de esta tarea que vengo llevando adelante, junto a Mi Hijo y a San José.

Si su Madre del Cielo puede convertir las cosas imposibles, ustedes podrán ayudarme, queridos hijos, aunque parezca imposible, a que esta Sagrada Misión se lleve adelante, así como Dios Me lo ha pedido, desde lo profundo de sus corazones. 

Comprenderán, queridos hijos, después que pase todo, las cosas que Yo intentaré evitar. 

Hoy, les traigo, queridos hijos, la consciencia de la confraternidad y del Amor que los hace partícipes a todos en comunión perfecta con Mi amado Hijo. 

Vengo rodeada por las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, así como vine rodeada por las estrellas a Guadalupe para demostrar al mundo que en la vida superior se encuentra la puerta de la liberación y la paz. 

Sé que hay muchos de ustedes, queridos hijos, que aún no comprenden este misterio celestial, pero cuando sus corazones se abran para ser espejos de Mi oración, podrán penetrar este misterio simplemente; y así, concretarán todo lo que Yo les pido de una forma humilde y servicial.

Hoy, estoy entre los Estados Unidos y México, colocando Mis Rayos sobre cada nación, uniendo las consciencias de las naciones para que ellas no se separen del Propósito de Dios, porque fue así como Yo le anuncié a Juan Diego en Guadalupe que la humanidad debería unirse a pesar de sus culturas y razas para alcanzar la paz.

En este tiempo definitivo, queridos hijos, en el que el planeta se moviliza y sufre las consecuencias de la superficie, Yo los invito a vivir la cooperación, la hermandad y el amor por encima de todo lo que saben y han aprendido. 

Así también, penetrarán Mi Inmaculado Corazón no solo con sus oraciones y voces, sino con la intención de servir a un Plan Mayor que aún es desconocido por la humanidad entera. 

Es así, queridos hijos, amados hijos Míos, que Yo les traigo la consciencia del verdadero propósito para estos tiempos, unirse como una sola hermandad, para que los acontecimientos de la transición planetaria sean vividos en la mayor paz posible. 

Quisiera, queridos hijos, que transmitieran este impulso que hoy les traigo a todos sus hermanos, aun a aquellos que no quieren escuchar a Dios ni a Mi Corazón. Confíen en que, a través del poder de sus simples palabras, podrán sembrar las semillas de Luz en todos aquellos que más lo necesitan. 

Les vuelvo a decir, queridos hijos, que, en esta noche especial, en la que Mi Corazón es venerado y amado por todos ustedes con una alegría íntima y espiritual, Yo estoy sobre los Estados Unidos y México para curar las heridas que viven entre esos pueblos; para hacer renacer el verdadero principio de cada nación de servir a Dios en estos tiempos por medio de sus Ángeles de la Guarda y de los Ángeles de las Naciones que esperan ardientemente unirse a cada uno de ustedes.

Es así que, desde lo alto del Tepeyac, como también desde lo alto de Monte Shasta, su Madre Celeste anunciará la palabra de salvación y traerá a toda California y Estados Unidos la esperanza que ha perdido, por todo lo que está viviendo en este último tiempo. 

Iré con toda la fuerza de Mi Amor a retirar el miedo de los corazones latinoamericanos, de los que han sido inmigrantes, buscando una esperanza de vida y una oportunidad. 

Solo deseo, queridos hijos, que entre Estados Unidos y México se establezca una profunda fraternidad para que los muros, que piensan construir entre las naciones, ya no sean ideas en el pensamiento humano ni tampoco en el plano espiritual. Si eso llega a suceder, queridos hijos de México, no rechacen la prueba que vivirán. 

Amen cada vez más la Voluntad que Dios deposita en sus naciones y corazones, porque así estarán en el camino correcto y cualquier guerra social se evitará.

No quisiera volver a México en un momento tan crucial, como fue con la civilización azteca y la comunidad europea, en el que vine a anunciar el profundo acto de reconciliación y de paz entre los pueblos. 

Su Madre Celeste no quiere ver correr la sangre en las calles y tampoco quiere ver a los corazones sufriendo las incomprensiones de las decisiones que los gobernantes toman en este mundo, y que afectan a toda la humanidad, a todo el planeta.

No vengo a ponerlos en contra de nadie, vengo a pedirles, queridos hijos, que amen profundamente a sus enemigos, porque ellos necesitan de la Gracia de Dios, que debe nacer de sus corazones, para que tengan una oportunidad, así como ustedes la han tenido en estos tiempos. 

Vuelvo a decirles, queridos hijos, que estoy rodeada con las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, para poder convertir a las almas que no escuchan a Dios y que, en una profunda somnolencia, se sumergen día a día en la vida material, sin buscar la esencia del espíritu, la esencia que los une a Dios todo el tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quisiera, en esta noche, que comprendan Mis Palabras con el corazón; que no vean a una nación por su cultura o por su pasado; sino que vean, hijos, a cada alma que allí habita, que tanto necesita de Mi Presencia maternal, porque Me ignora, no conoce Mi Divinidad, no reconoce Mi Amor. Y, en este tiempo, será primordial que las almas puedan encontrar en Mi Corazón Inmaculado el refugio y la esperanza de ver nacer la paz en este mundo.

Hoy, vengo rodeada por las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, no para ser consecuente con lo que allí sucede, sino para decirles, hijos, que en este momento esa nación necesita mucho Mi ayuda. Necesita de la liberación que Dios le concede a Su Sierva para realizarla en el mundo; así como la vengo realizando, todos los días que estuve aquí, junto con Cristo y con San José; porque sus corazones Me abrieron la puerta, y muchos de sus hermanos que no los conocen, que nunca oyeron hablar de ustedes, Me ayudaron a que hoy llegara hasta aquí; retiraron bienes que les pertenecían, de sus casas, generando méritos para la salvación de sus almas. 

Ese fue un aprendizaje, hijos, que necesito extender a muchas naciones, porque por más que no comprendan, cuando se esfuerzan de corazón para generar méritos para la liberación de otros, están comenzando a ingresar en el Principio de Dios para la humanidad; están permitiendo que la vida crística descienda a la consciencia humana, porque Mi Hijo no medía esfuerzos para rescatar a aquellos que no conocía, sin importarle su religión, su nación, el pueblo al que pertenecían ni tampoco las costumbres que vivían, fueran santos o mundanos. 

Porque toda la humanidad, hijos, necesita de la Presencia de Dios; necesita descubrir al Dios oculto que existe dentro de sí; porque llegó el momento de que el Creador pueda expresarse en Sus criaturas. Y es en las pequeñas cosas de sus vidas, en los pequeños actos que realizan por amor, que ese Dios se manifiesta.

Hoy, sientan Mi Paz, Mi maternidad y cómo Yo los acojo en Mis brazos. 

Sientan que sus súplicas se realizaron, que su canto se tornó vida, porque Mis labios se abren para pronunciarles Palabras Divinas, porque Mis brazos se extienden para acogerlos y traerlos a Mi Corazón. 

Hoy, no solo les doy un beso, también los llevo al Cielo, para que aspiren ardientemente a que toda la humanidad pueda vivir esta instancia divina. 

Hoy, los invito, hijos, a ser pacificadores de Mi Hijo amado, a imitar Su ejemplo, que cuando fue rechazado, humillado, flagelado, jamás Su Corazón se cerró. Al contrario, Su Misericordia se derramó en la última gota de Su Sangre. Él entregó todo por amor al Plan de Dios, y eso es lo que vengo a pedirles a cada uno de ustedes, que comiencen poco a poco, mas que un día, hijos, entreguen todo lo que son al Padre. No les pediré que mueran en la cruz, sino que entreguen sus vidas por amor, que sean cada día más sinceros en el amor al prójimo, a los Reinos de la Naturaleza y a Dios.

Hoy, hijos, el Creador hace temblar el suelo de este mundo para advertirles a las almas que es tiempo de mirar hacia el Cielo y no más hacia las cosas de la Tierra. Pero, aun así, muchos no escuchan y necesitarán sufrir mucho para darse cuenta que es tiempo de volverse hacia Dios. 

Por eso, así como hoy Yo les abro Mis brazos, les pediré que ustedes les abran los brazos a aquellos que estarán ciegos hasta en la última hora y que necesitarán de su amor y de su comprensión para poder recomenzar la propia vida. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Es a través de este acto de amor profundo, en este escenario que Me han ofrendado, en honra a Mi Inmaculado Corazón y al triunfo del Plan del Padre Celestial, que Yo vengo a consagrarlos como lo esperé desde hace tanto tiempo, escuchando una a una sus oraciones, viendo pasar las cuentas de cada oración entre sus manos y las horas del reloj para que Yo pudiera retornar a Mi amado México.

Aquí estoy, queridos hijos, para bendecirlos en honor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, que a través de esta Santísima Trinidad se permitan todas estas cosas, que Yo derrame Mis Gracias sobre Mis hijos para que, en el tiempo que vendrá, sean frutos en los corazones y en la vida de todos los seres. 

Quiero que Me donen, queridos hijos, la canción que Me han hecho, ahora en el final, porque así Yo los consagraré.

Vengo a cumplir lo que está escrito en esas letras, en cada párrafo del cántico.

Vengo a mirarlos, a abrirles Mis brazos a ustedes, para que se establezca la paz.

Vengan aquí, queridos hijos, aquellos que hoy se consagrarán en nombre de todos los mejicanos que viven en el amor a la amada Guadalupana que nunca los abandona, que siempre los guía, que siempre los protegerá en el amor y en el bien.

Que esta consagración de hoy sea significativa en sus vidas. Este es el momento, queridos hijos, del perdón y de la reconciliación con la consciencia europea. Del otro lado del mundo, en Europa, les pido a Mis hijos que se postren en el suelo para establecer esta reconciliación entre México y Europa, entre los pueblos originarios y la consciencia europea, para que se establezca la cura definitiva de la gran herida causada a través de los tiempos y de los siglos.

Que se pueda establecer aquí, queridos hijos, bajo Mi Presencia maternal, la unidad entre las consciencias y los corazones. 

Hoy, vuelvo a unir lo que el hombre de superficie ha separado. Vengo a unirlos como una sola consciencia, como una sola raza, que vive del Amor de Dios y profesa su fe ante el Altísimo.

Los escucho en esa hermosa canción, que es una canción de amor a Dios, a través de Su Santa Madre Celestial, la Virgen de Guadalupe.

Yo los consagro, los vivifico en Mi Hijo, los sano en espíritu, en alma y en divinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y ahora, que son Mis hijos consagrados a Mi Inmaculado Corazón, ofrezcan el perdón y la reconciliación entre los pueblos y entre las naciones. Que así sea.

Vamos a orar todos juntos antes del cántico, un Ave María.

Escucho su dulce voz.

 

Oración: Ave María y Gloria.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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