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Mis queridos hijos:
En la Ley de la Donación de ustedes mismos, encontrarán la fuerza interior para atravesar este momento, aunque les parezca imposible. Porque sin donación de sí mismos, nunca podrán comprender la Voluntad de Dios y todo lo que Él desea para sus vidas.
Hijos Míos, la donación es una llave maestra que les abre la puerta a la piedad y a la humildad.
No hay forma de comprender ni de percibir lo que el Padre Eterno traza con Su Divino Pensamiento, sin antes vivir la Ley de la Donación.
Bajo esa Sagrada Ley, se purificarán. Bajo esa Ley, se trascenderán a ustedes mismos. Bajo esa Ley, aprenderán a ser incondicionales y justos, así como Cristo lo fue hasta el último momento de expirar en la Cruz.
Sin donación, es imposible redimir el mundo y sus pecados.
Cristo llega, a través de Su Palabra, para despertar en ustedes, Mis hijos, el compromiso de abrazar la Ley de la Donación; así como Mi Hijo abrazó la Cruz y la besó.
Este es el momento, es el gran momento, en el que Jesús probará su fidelidad con la Ley de la Donación, imperiosamente necesaria para equilibrar las maldades de la guerra, la impunidad en las naciones, la indiferencia por los que sufren, las ideologías separatistas de estos tiempos. Porque la Ley de la Donación los hará reencontrarse, una y otra vez, con su verdadera esencia; y en esa comunión interna con lo esencial, no se perturbarán ni se amedrentarán. Ya no creerán, por ustedes mismos, que el lugar y el momento que Mi Hijo les confió para que se donaran, ya no tiene sentido.
Lo opuesto a la donación es cerrarse en uno mismo. Lo opuesto a la donación es creer que ya no debo servir más.
Este es el ejercicio del fin de los tiempos: donarse sin nada a cambio, confiando en que todo será contemplado en ustedes, hasta lo más pequeño.
Piensen y mediten en todo lo que les he dicho, porque Mi Hijo espera almas maduras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Allí, donde hay un corazón que clama sinceramente por la paz, está también el Corazón de Dios.
Allí, donde hay un ser que ora con la verdad de su corazón, allí se manifiestan los Espejos de Dios, para comunicarles Verdades Superiores a los seres, para revelarles misterios desconocidos y aquellos que son misterios solo porque sus ojos aún están mirando hacia afuera, y no hacia adentro.
Ha llegado el tiempo de que miren a estas montañas y no vean solo montañas. Ha llegado el tiempo de que miren al Cielo y no vean solo estrellas. Ha llegado el tiempo de que se miren a ustedes mismos y no vean solo seres humanos, no vean solo lo que encuentran en el espejo. Vayan más allá de él, hacia el espejo de sus corazones y, a través de él, podrán ver lo que se oculta en las montañas, lo que se oculta en los cielos, lo que se oculta en su propio interior.
Cuando Mi Hijo estuvo sobre la Tierra, Él les habló a través de parábolas, y aún así no lo comprendieron. Él les dijo que las Verdades del Cielo aún no podrían ser reveladas a los corazones de los hombres; pero ahora ha llegado el tiempo, la humanidad ya maduró a través de sus errores, a través de los desvíos.
Ahora, hijos, necesitan decidirse a no errar más, a no cometer los mismos errores de hace dos mil años. La humanidad es otra, este planeta es diferente. A través de ustedes, un Plan se debe manifestar, una Verdad se debe revelar, y no será solo a través de palabras, sino a través de sus vidas. Este es el verdadero milagro que vinimos a traerle al mundo: la transformación de la condición humana.
Cuando Mi Hijo estuvo en la Tierra, en Cuerpo, Alma y Divinidad, para que los seres creyeran en Su Presencia, necesitó hacer prodigios y milagros a los ojos de los hombres. Hoy, hijos, la Verdad se revela a través de ustedes, los nuevos prodigios son la transformación de sus vidas, la manifestación de los Centros de Amor, la revelación de los misterios que estuvieron ocultos desde el principio de la existencia humana.
Hace dos mil años, el velo del Templo se rasgó; hoy, el velo de sus consciencias necesita ser rasgado. Pero, para que esto acontezca, necesitan estar dispuestos a transformar las propias vidas y ya no ser los mismos.
Sé que muchos de ustedes miran hacia atrás y ya no encuentran lo que eran, ya dieron muchos pasos en este camino de transformación. Pero donde habita el Pensamiento de Dios, la Voluntad Perfecta del Creador, ese espacio interno dentro de cada uno de ustedes, aún está oculto, escondido detrás de la condición humana, de todas aquellas situaciones que aún necesitan entregar y transformar, para que eso pueda emerger.
Y así, los Linajes se manifestarán.
Así, los Guerreros se colocarán en sus lugares para proteger este Propósito.
Así, los Espejos atraerán del Corazón de Dios lo que se debe manifestar como Propósito para la Tierra.
Así, los Reinistas curarán el corazón herido de la Tierra y restaurarán la consciencia de los Reinos de la Naturaleza, a través de la comunión perfecta con toda la Creación.
Así, los Contemplativos, en su súplica y en su silencio, restaurarán el Corazón de Dios y generarán méritos para que las almas más perdidas alcancen Misericordia.
Así, los Curadores tocarán las heridas profundas y las curarán, para que los hombres ya no miren el dolor, sino que puedan mirar la renovación, puedan estar restaurados y redimidos para manifestar en esta Tierra el verdadero Pensamiento de Divino.
Así, los Gobernantes gobernarán con el Poder de Dios, y no con el poder propio, y conducirán a esta humanidad al cumplimiento de la Voluntad Mayor.
De esta forma, cada uno en su lugar construirá la Nueva Humanidad. Aún hay tiempo de vivir este Propósito, aún hay tiempo de abrirse a este misterio.
Así como Les revelé la verdad oculta en el Corazón de Aurora; hoy, hijos, permitan que sus almas contemplen, en este lugar sagrado, un misterio profundo. En el interior de estas montañas se guarda un misterio que nació en el Corazón de Dios, con el Propósito humano.
Cuando el Creador pensó esta raza y la manifestó con Sus Ángeles y Arcángeles en todas las dimensiones, desde los Universos Espirituales hasta la menor de las partículas físicas, manifestó también un espacio que sería el guardián de esta raza, donde este Pensamiento habitaría, para conducir siempre a la humanidad al retorno al Origen, el Origen del Pensamiento Divino.
A pesar de ser un proyecto perfecto, cuando el Creador manifestó aquellos seres que unirían las dimensiones, que unirían el Corazón de Dios con toda la vida manifestada, le ofertó este Pensamiento a consciencias imperfectas para que, a través de esta oportunidad, pudieran renovar la Creación, no solo sus vidas, sino toda la vida.
Desde el principio, el Creador sabía que la humanidad se perdería en el camino, y así como Aurora manifiesta la Cura, aquí, hijos, pueden encontrar el Pensamiento de Dios, el Pensamiento Perfecto del Origen para que vivan la redención en todos los niveles de su consciencia, desde los Universos Espirituales hasta la menor de las partículas de sus seres.
No busquen comprender lo que les digo, solo escuchen Mis Palabras y permitan que ellas los conduzcan a un estado de consciencia que es misterioso e incomprensible para la mente humana, pero al que necesitan llegar para reencontrar al Pensamiento Divino, para reencontrar a la Voluntad de Dios, y eso deben hacerlo en nombre de toda la humanidad.
Por eso, solo escuchen, no cuestionen. Solo sientan cómo sus células vibran ante Mis Palabras, que manifiestan un misterio que es desconocido para la mente, pero que es revelado a la consciencia celular que habita en su interior. Por eso, déjense transformar.
Les vengo a traer una ciencia espiritual, no solo mística. Esta no es una Aparición como otras, porque este tiempo no es como otros. No busquen referencias en lo que pasó, porque lo que debe acontecer ahora es nuevo, y para eso necesitan que los misterios sean revelados para que sepan dónde estar, cómo actuar.
El Señor les envía el Espíritu Consolador, no solo para que sepan hablar en lenguas, recibir profecías y vivir Sus Dones, sino también les envía ese Espíritu para que puedan comprender Sus Misterios y, más que eso, puedan vivirlos.
Vine del Cielo con un propósito; pero, como todo en la vida humana, este propósito necesita del permiso de los hombres para manifestarse.
A través de Mis Palabras, vengo a transformar todo lo corrupto en el corazón humano. Hagan el ejercicio, hijos, de vaciar la consciencia de todo lo que conocieron hasta hoy y de todas las ansias por saber y por vivir en caminos místicos que más que llevar a sus seres a una verdad, los confunden.
Les vengo a enseñar que, para vivir la Verdad, necesitan estar vacíos de sí mismos, de todas sus voluntades y aspiraciones. Esa fue la forma como alcancé el Pensamiento Divino para Mi Vida, en nombre de todos los seres. Esa fue la forma como pude estar delante del Creador para que Él Me revelara Sus Misterios, para que Él Me mostrara los mundos desconocidos y la perfección celestial. Por eso, los invito a este camino de vacío, de entrega, de sacrificio por los demás, para que encuentren esa Verdad.
En el interior de estas montañas se escucha el suspiro de aquellos que aguardan poder servir a los hombres, de aquellos que aguardan que exista un momento de silencio, de vacío, de entrega. ¿Están dispuestos a vivirlo?
Sientan el Corazón de Dios que pulsa no solo en el centro de la Creación, sino también en este lugar y, al mismo tiempo, dentro de ustedes. Sientan como este pulsar comienza a transformarlos, poco a poco; dejen que la oscuridad de la condición humana de lugar a la Luz que habita en sus células; dejen que sus heridas más profundas sean cicatrizadas; dejen que, en el silencio de su corazón, la Voz de Dios se haga escuchar.
Aprendan a contemplar, aprendan a transmutar y a transformar a través de la unión profunda con el Corazón de Dios. Es así, hijos, cómo se retorna al Origen, al Origen Celestial y Divino.
En el interior de sus seres, emitan un clamor por los que más necesitan, por los que sufren, por los que agonizan. Dentro de ustedes, allí donde pueden encontrar el Corazón de Dios, hagan una oración por la humanidad, por los Reinos de la Naturaleza. Yo los escucho, Dios los escucha.
Hoy, hago esta oración con ustedes, en el silencio de sus corazones, para que vuelvan a sentir la paz y para que aprendan, en el símbolo de Mis Palabras, que ustedes fueron creados para servir, para transformar, para interceder, para unir dimensiones, para renovar la Creación, y todo lo que hacen en sus vidas debería tener este propósito. Todos los que encuentran en sus caminos pueden ser tocados por la paz que hoy les entrego, pero para eso necesitan mantenerla en su interior.
Hoy, el Creador les entrega un Legado, les coloca en sus corazones un código perfecto que, en el momento de mayor agonía, podrá emerger y mostrarles el camino, la palabra a ser pronunciada o el silencio a ser vivido, el momento de seguir o de parar.
Cuando estén en duda, silénciense, vuelvan a encontrar ese estado de paz, recuerden este código perfecto que habita en ustedes y busquen allí la respuesta, allí donde el Creador los escucha, en la morada de su propio corazón.
En el silencio, entre una palabra y otra, Yo los observo, los escucho y los siento.
Hagan Conmigo una oración por este lugar, por esta nación, por la manifestación de lo Sagrado que aquí habita, para que la Justicia Divina purifique sin herir, transforme a través del despertar, y no del sufrimiento.
Señor y Dios de Misericordia,
que desde el principio de la Creación amaste a los hombres,
contempla hoy la sinceridad de Tus Hijos
y, por el Infinito Amor que depositaste en sus corazones,
que la Esperanza Divina se vuelva a encender.
Concédeles, Señor, una oportunidad a los seres
que, en su imperfección, buscan Tu Verdad.
Concédeles, Señor, en el silencio del corazón,
un clamor verdadero por la transformación de los seres
para que, a través de este clamor,
Tu Verdad emerja,
Tu Misericordia descienda,
Tu Amor se renueve,
Tu Gracia se establezca,
Tu Pensamiento sea una realidad.
Amén.
A través de las cosas simples, el Corazón del Padre se renueva. ¿Cómo es posible, hijos, que en este lugar, aparentemente perdido en estas montañas, el Corazón de Dios se pueda renovar?
Porque Él les quiere mostrar que es a través de la simplicidad, sin embargo verdadera, que Él se une al corazón de los hombres, que Él les revela Su Gracia, vierte Su Misericordia y transforma Su Justicia.
Deben seguir orando, deben mantener las Puertas del Cielo abiertas en este lugar para que el Pensamiento de Dios, que aquí se guarda, este Código Divino y Original que fue depositado aquí, en el interior de estas montañas, para que fuese resguardado, pueda encontrar un espacio para llegar al corazón de todos los seres, para despertar a las almas y transformar su condición humana, para que no se lamenten en el final de los tiempos de no haber despertado, sino que, despiertos, vean emerger una Nueva Vida, conozcan la Voluntad de Dios, Su Grandeza y Su Perfección y sean testimonios del poder de la transformación divina.
Esta es la mayor aspiración de su Padre Celestial: transformar la condición humana, transformar lo que hay detrás de esta condición humana, errores e imperfecciones que no provienen de este mundo, para que, a través de su transformación, puedan transformar toda la vida, todo lo que fue creado.
Esta es la maravilla del Pensamiento Divino que son llamados a conocer. ¿Escogerán la condición humana o encenderán sus corazones en un clamor perfecto de unión con Dios para conocer a Sus Misterios?
Aún hay tiempo, hijos, de despertar. Y eso sucede cuando dan el primer paso.
No quieran estar en un lugar que no les corresponde espiritualmente, no quieran ser perfectos si no se disponen a dar el primer paso. La transformación sucede en un proceso: cuando dan un paso, el próximo se manifiesta, y así es como reencontrarán la Voluntad Divina para sus vidas. Ella no se revelará si no están prontos; no encontrarán la transformación si no se disponen a eso, no se sumergirán en lo desconocido si no lo aman, no conocerán la Ciencia Divina que habita en sus células si no aprenden a amarla, a amar el Pensamiento de Dios.
Y así, hijos, como la transformación se revela, como los Linajes se manifiestan, como los Centros de Amor se revelan, es como podrán ser partícipes del llamado Tercer Orden de la Hermandad. No pregunten lo que es, dispónganse a vivirlo. No quieran saber, aspiren a ser, y todo les será revelado. Eso es lo que les quería decir hoy.
Dios buscó muchos caminos para traerlos hasta aquí. Sean capaces de valorar Sus Gracias, honrar Sus Dones, ser consecuentes con todo lo que Él les entrega. Yo les doy Mi bendición para esto.
Ahora, comulguen de la oferta perfecta de Cristo que, una y otra vez, los renueva para que puedan vivir todo lo que les dije.
Yo los bendigo y con el Espíritu Consolador los colmo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Antes de cerrar la transmisión, a pedido de la Jerarquía, vamos a hacer un breve relato para todos ustedes, porque ustedes saben que los Mensajeros Divinos nos quieren hacer cada vez más conscientes, no solo de Sus Palabras, sino de todo lo que sucede cuando Ellos llegan al mundo.
Voy a intentar acordarme de todo, porque realmente fueron muchas cosas las que sucedieron y la Jerarquía Divina le ha dejado a Madre María Shimani, que debe estar acompañando esta transmisión, la tarea de profundizar con nosotros, estudiar estas últimas Apariciones, aquí en Argentina; para que todos nosotros, todos los que están acompañando estas Apariciones, podamos comprender más ampliamente lo que la Jerarquía estaba haciendo.
Cuando estábamos orando, se sentía a través de la oración un movimiento espiritual muy fuerte que se manifestaba no solo en el Cielo, sino también en el interior de las montañas; movimientos espirituales que, yo digo, son como manifestaciones de Luz, manifestaciones de Ángeles, de Arcángeles y de Consciencias Espirituales que empezaron a trabajar en las dimensiones y en las realidades superiores, no solo con cada uno de nosotros, sino con los Reinos de la Naturaleza, con este espacio donde estamos de esta región de Argentina y con aquellos que acompañaban ese momento de oración. Y nosotros, que muchas cosas no comprendemos, no pensamos en eso, nos concentramos en la oración aguardando la llegada de la Jerarquía.
Cuando San José llegó, Él nos mostraba un espacio sagrado dentro de las montañas, como un espacio espiritual, que después la Madre les va a poder explicar un poco mejor. Allí se vivía una realidad muy elevada, en donde se veían como Templos de Luz que guardaban un estado de consciencia divino.
Era un estado de consciencia que el Padre manifestó en el origen y que guardó en ese espacio perdido del planeta, para que nosotros como humanidad, más allá de los errores que fuéramos cometiendo a lo largo de nuestra evolución, pudiéramos reencontrar ese Pensamiento de Dios.
Eso era lo que San José empezó a traer hacia nosotros. Cuando Él empezó a hablar, esas dos realidades se unieron, era como un espejo de agua que manifiesta el cielo y lo que hay en la tierra.
Por detrás de San José veíamos esa realidad espiritual en el cielo, pero eso se manifestaba en la Tierra, dentro de las montañas, era como un espejo de esas dos realidades espirituales. Y en un momento, les confieso que pensé que no iba a aguantar, realmente era una vibración muy fuerte.
Y, a través del silencio de San José, Él nos observaba para ver hasta dónde podía ir con nosotros, porque esa energía nos movía mucho internamente, nos movía a nivel de nuestras células, no solo a nuestro mundo interno, a nuestro mundo espiritual; porque Él nos explicó que esa Voluntad de Dios no solo era espiritual, era también para nuestra consciencia física, para lo que somos como expresión humana, material.
Por eso, es que nos movía también a nivel de nuestras células y a medida que Él iba hablando, esa Energía Divina expulsaba de adentro de nosotros aquellas situaciones internas que nos separan de ese Pensamiento Perfecto de Dios.
Y yo percibía que nuestras células giraban a una increíble velocidad y esa energía iba manifestando una Luz que venía, al mismo tiempo, de adentro hacia afuera y de la Jerarquía hacia nosotros.
Ese mismo movimiento interno se manifestaba a nivel de la naturaleza y de la consciencia de la nación, sobre todo en lo que corresponde a este lugar; y San José mostraba que, a través de las Gracias que la Jerarquía trajo desde el inicio de la Peregrinación en Argentina, eso empezaba a transmutar una energía de Justicia. Esas Gracias, esas dádivas celestiales que los Mensajeros traían y la respuesta de cada uno de nosotros, a través de nuestras oraciones, empezaban a transformar esa energía de Justicia en una energía de Misericordia.
Y Argentina iba recibiendo una Gracia que no la merecía, a través de esa Misericordia, que transmutaba esa Justicia. Era como un acontecimiento que ya existía espiritualmente, que se iba a manifestar en el plano físico y que fue siendo transformado por esa energía de Misericordia.
Para que nosotros podamos comprender mejor, después la Madre va a estudiarlo con nosotros para que, a través de la instrucción, podamos ser aún más conscientes; porque la Jerarquía nos explicaba, San José nos explicaba, que esa Gracia no la podemos perder.
Por eso, Él nos invitaba a mantener encendido este lugar, a seguir orando aquí, a seguir fortaleciendo el canal de la oración que la Jerarquía Divina manifestó, sabiendo que aquí habita un Lugar Sagrado de Dios, un espejo de un estado de consciencia celestial.
Que nosotros podamos conscientemente, a través de nuestras oraciones, mantener esa Gracia disponible para la humanidad para que, como dijo San José, la humanidad pueda aprender a través del despertar y no del sufrimiento. Y que, en los momentos más difíciles, más definitivos, nosotros sepamos dónde estar, qué hacer, qué hablar, qué no hablar, cuándo debemos ir, cuándo nos debemos quedar, todo eso va a nacer de nuestro corazón, de este vínculo interno que cada uno de nosotros está construyendo con Dios, y que no lo podemos perder.
Entonces, somos invitados a seguir orando aquí, para seguir protegiendo esa Gracia que recibimos, que Argentina recibió, que el planeta recibió.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Para que la paz se establezca en el mundo, siente el pulsar de la Luz de Mis Espejos.
Para que la paz se establezca en el mundo, recibe los atributos de Mis Espejos.
Para que la cura se alcance en el mundo, recibe los códigos de Mis Espejos.
Para que la Misericordia se concrete en la superficie de la Tierra, siente el latir de Mis Espejos, que como grandes corazones se encienden en el Cielo y en la Tierra, en los océanos y en el universo, para traer a la humanidad el espíritu de la redención.
He aquí la Luz de todos Mis Espejos, los que están en el planeta y los que están en el universo.
He aquí la Madre del Mundo que trae a Sus hijos la revelación del Sagrado Conocimiento Divino, latente en el Corazón de Dios y en la Creación.
Existen Espejos en todas las dimensiones y planos. Siéntete partícipe de ese impulso espiritual, para que tu vida y la vida de tus hermanos sea transfigurada, como también la Madre de Dios se transfiguró cuando el Arcángel Gabriel y sus sagradas huestes de la Luz le revelaron al Corazón de la Madre Celeste, la grandeza de los Espejos Sublimes.
Hoy, te invito a ingresar en consciencia a esta escuela, aunque te parezca desconocida o inalcanzable. Pero el camino para que eso sea posible, Mis hijos, es que sus corazones se vuelvan un espejo, un espejo orante de Amor y Misericordia, que atraiga los atributos que están en el universo, guardados como tesoros en las dimensiones superiores, en donde los ángeles habitan y sirven a Dios.
¿Tú sabes, hijo Mío e hija Mía, cuál fue el primer Pensamiento de Dios antes de la Creación?
Hoy te lo vengo a contar y a revelar: fue la expresión y la manifestación de los Espejos que permitió, en el principio y en el origen, la manifestación de la Creación, de todas sus esferas de consciencia, de todos los planos, escuelas, aprendizajes y experiencias, hasta llegar a la manifestación de la vida.
Por eso, piensen por un momento, pero sobre todo sientan en este momento, cómo a través de la Luz de los Espejos del Universo, la vida fue creada y manifestada según la Voluntad de Dios, así como los ángeles presentes en el Pensamiento Divino, en el Corazón del Padre Eterno, también surgieron de los Espejos de Luz. Estas son las moradas de las cuales habla Mi Hijo en el Evangelio.
Este es el tiempo de que sus consciencias se expandan y que, abandonando la ilusión del mundo, reciban la revelación de la Verdad guardada en el Conocimiento Divino del Padre y de todos Sus ángeles del Cielo.
Por ese motivo, Mis hijos, Dios Me escogió, Dios Me llamó, no solo para ser la Madre del Mesías, del Redentor, sino que, a través de Mi entrega y servicio incansable como Madre de todos ustedes, Yo pudiera ser algún día la Madre de los Espejos.
Eso es lo que hoy vengo a contarles de lo más profundo de Mi Corazón Inmaculado, porque de allí proviene la Fuente de Mi Gracia, y a través de esa Fuente, concedida por el Padre Eterno a la Santísima Madre de Dios, es que Yo puedo interceder por ustedes y por el mundo.
Por eso, sientan el pulsar de Mis Espejos. Permitan que, desde las dimensiones superiores de consciencia, las sagradas herramientas de Dios, expandidas por toda la Creación y presentes en todas las consciencias que fueron creadas a imagen y semejanza del Creador, reciban este impulso divino que hoy traigo a través de la Consciencia de los Espejos.
Pero lo más grandioso de todo esto, Mis amados hijos, no solo es el Amor Eterno de Dios por Sus criaturas, sino también la abundancia y la providencia del Conocimiento Universal.
Y es a través de los Espejos presentes en el Cielo y en la Tierra, en los océanos y en el universo, que las almas y las consciencias de todos ustedes se pueden entregar en confianza para que recuperen, como civilización y como raza, los códigos originales que perdieron a lo largo de su evolución y que Mi enemigo se ha encargado de quitarles a través de los tiempos.
Pero ahora llegó el momento no solo de preparar conscientemente el Retorno de Cristo, sino también de que sus corazones y sus vidas se abran a este Conocimiento Mayor, que solo les generará el bien, la cura, la redención y la paz.
Por eso, Mis queridos hijos, en este día extraordinario en el que celebramos el nacimiento de Mi hija espejo, Madre María Shimani de Montserrat, les doy a través de este ejemplo, la evidencia concreta y palpable de la transformación que pueden hacer los Espejos en un alma y en una consciencia.
¡Cuán grande es la Gracia de Dios!
¡Cuán grande es Su Misericordia, concedida a la Madre del Mundo para despertar a todos los corazones espejos!
¡Cuán grande es Su Amor, el Amor del Padre Eterno, presente y manifestado a través del Espíritu Santo, de la Sierva y Esclava del Señor!
¡Cuán grande es todo esto, Mis queridos hijos!, que ninguna mente sobre la superficie de la Tierra lo puede concebir, pero sí un corazón adherido y entregado a lo desconocido podrá recibir no solo estos impulsos, sino también el conocimiento presente en el universo, en los Sagrados Tesoros de la Creación.
Así como hoy este Océano Atlántico se mueve siguiendo el ritmo del planeta y del universo, a través de esta analogía, comprendan el movimiento sublime de los Espejos, como las olas del mar que tocan la tierra, nutren y bañan a todo lo creado, renuevan y restauran a todas las consciencias. Es así la potencia sublime de Mis Espejos, que en cada encuentro Yo les traigo en el silencio de Mi Corazón.
Participen de esta comunión con la vida. Únanse a esta revelación que la Madre del Mundo le trae a la humanidad para retirarla de la cadena del sufrimiento, del círculo interminable de los errores, para que todos Mis hijos puedan renacer en Cristo.
Y, renaciendo en Cristo, todos Mis hijos puedan reencontrar a Dios, el Creador, y esto es posible tan simplemente por la acción de Mis Espejos, que vienen a acariciar sus almas como una suave brisa de Dios; Espejos que vienen a purificar sus cuerpos como el agua de los océanos, que vienen a curar sus consciencias a través del Amor de Dios.
Que, en este día, cada uno de Mis hijos vea posible el paso hacia la redención, dejando de mirar hacia el pasado, caminando firme hacia el futuro, hacia el tiempo de la esperanza y de la reconciliación.
Es a través de Mis Espejos, hoy presentes sobre estos océanos, en los océanos de todo el mundo, que la Madre Celeste les viene a conceder la paz, la cura y la reconciliación, entregándoles la expiación de todos los errores cometidos para que los corazones del mundo entero puedan renacer.
Sigan orando con persistencia y fervor. Aún llegará el tiempo de grandes pruebas, pero aquel que sea capaz de amar este Conocimiento Divino y de hacerlo parte de su ser, orando de corazón por el cumplimiento del Plan Divino en la Tierra y la actuación sublime de todos los Espejos, sabrá qué hacer y dónde estar cuando todo suceda en el planeta, y no le temerá a los acontecimientos, porque contará en su interior con la Luz de Mis Espejos, que removerán la oscuridad y la adversidad, trayendo Luz a todos los espacios, trayendo Amor a todas las dimensiones para así fortalecer a los apóstoles de Cristo.
Ahora deseo, antes de partir de este lugar, que sus consciencias no solo estén en Mis brazos, sino también estén en Mis Espejos, para que todo el género humano, a través de la intercesión de la Madre de Dios y Madre de los Espejos, reciba la Gracia de la redención y del reencuentro con la Tierra Prometida.
Bendigo, en este día, a quien ha sido capaz de seguir los pasos de Mi Hijo. Bendigo y reconsagro a Madre María Shimani de Montserrat que, amando lo desconocido, abriéndose al Misterio de Dios y obedeciendo a la Jerarquía Universal, ha transformado y transfigurado su vida en un Espejo, aceptando en el silencio de su corazón vivir una parte del sufrimiento del mundo para que Mi Hijo, algún día, pueda gobernar.
Que la Luz de Mis Espejos siga impulsándola hacia la meta que Mi Hijo le ha propuesto y hacia la meta que todos deberán alcanzar algún día.
Seguiré rezando para que sean valientes y sean capaces de salir de sí mismos para ayudar al mundo a salir de la ilusión, a fin de que todas las almas posibles en la superficie de la Tierra tengan la Gracia de la comunión y de la alianza con los Tesoros de Dios.
Me voy de aquí agradecida, porque les vuelvo a decir una vez más: en la simplicidad está Dios, así como Él está en este momento presente a través de la Madre Divina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Un alma que aspiraba a cumplir la Voluntad Divina, pero que se sentía constantemente indigna e incapaz de hacerlo, ante todas las grandes cosas que el Señor la llamaba a vivir, le cuestionó a Su Sagrado Corazón por sentirse pequeña y pobre para cumplir Su Obra y le dijo: “Señor, grande es Tu Plan y lleno de un profundo Amor por la humanidad y por toda la Creación. Contemplo Tu Voluntad y me asombro de Tu Misericordia, pero cuando intento manifestar lo que quieres, me siento incapaz ante tantas imperfecciones y dificultades. Entonces, miro al mundo y a tantas almas preciosas que creaste y con las cuales puedes contar para manifestar Tu Obra y me pregunto: ¿por qué Tú me llamaste?”.
Y el Señor, contemplando a esa alma con Amor, viéndola transparente y cristalina tal como Él la creo, le respondió: “Ve, alma pequeña, tu reflejo en Mis Ojos. No te mires en los espejos del mundo, pero sí en el Espejo de Mis Ojos. Lo que los espejos del mundo te pueden mostrar son limitaciones y defectos, imperfecciones y tal vez destrezas, pero lo que verdaderamente eres solo lo verás si miras tu reflejo en Mis Ojos.
Yo te veo tal como eres. Yo sé el potencial que hay en ti. Yo conozco tu trayectoria desde el principio. Yo sé para qué fuiste creada y para qué fue formada tu esencia y tu consciencia. Por lo tanto, alma pequeña, es Mi Voz a la que debes oír y no a las voces del mundo ni tampoco a la voz confusa de tu mente, que tantas veces se pierde por los estímulos de esta Tierra. Abre tus oídos internos y escucha Mi Voluntad, sabiendo que ella te corresponde y a nadie más.
Para cada ser de este mundo, tengo una Voluntad perfecta, un camino a través del cual llegará a Mí. Y ese camino no es aquel que te es conocido, muchas veces no es aquel por el cual ya sabes caminar. Ese camino es aquel que forjará en ti lo que Yo necesito, es aquel que te revelará lo que Yo veo cuando contemplo a tu pequeña alma, porque hará emerger en tu consciencia lo que eres, y la verdad tomará el lugar de tantas capas con las cuales cubriste tu consciencia.
Por eso, alma amada, cuando Yo te pido algo, no busques tu referencia en los espejos del mundo. Mira en Mis Ojos, ve tu verdadera faz reflejada en Mí y siéntete capaz de realizar todo lo que Yo te pido, porque Mi Voluntad para ti es perfecta.
Cada día, ábrete para descubrir en ti lo que se refleja en Mis Ojos: tú misma, como Yo te veo. Y no serán las vanidades ni el orgullo o la falsa humildad lo que habitará en tu corazón, sino que seré Yo y Mi Verdad, la transparencia y la perfección de Mi Pensamiento para ti”.
Que esta historia los inspire, hijos, a no buscar la propia referencia en lo que ven en sí mismos ni en el mundo, sino solo en lo profundo de los Ojos de Dios. Es allí que se encontrarán.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Estoy junto a los ángeles y arcángeles, a los pies de la Cruz de Cristo, recogiendo toda la Sangre y el Agua derramadas para la redención de la humanidad y de toda la Creación.
El manantial de la Misericordia fluye hacia todas las almas, inagotable e insondable, misterio que no tiene fin, guardado en la Sangre y en el Agua de Cristo.
Esta Sangre ya se derrama sobre el mundo, sobre la sangre y la vida de todas las criaturas, convirtiendo su genética y su corazón a semejanza de Cristo.
La Sangre de Cristo ya se derrama sobre el mundo y sobre todos los seres, no solo para redimir, sino también para transformar y restaurar la vida.
Finalmente, la humanidad conocerá el Pensamiento de Dios y vivirá, en su interior, lo que es sentir y experimentar a Cristo Vivo.
La Sangre de Cristo desciende sobre la Tierra, transformando toda sangre y toda vida. Su Pasión se tornó Eucaristía viva para todo el planeta, y Su entrega ya no redime solo a las Tribus de Israel, sino también a todas las criaturas, a toda vida, a toda esencia.
El sacrificio de Cristo se hace comunión espiritual y celular y, como un milagro divino y una Gracia espiritual, las almas son tocadas y transubstanciadas por la Sangre de Cristo, así como el trigo y la uva en el altar.
La humanidad será el Altar de Cristo en este tiempo del planeta, y todo aquel que ore en nombre de Su dolorosa Pasión será Eucaristía viva en unidad con Cristo.
Este es el don del sacerdocio extendido sobre la Tierra.
Este es el milagro de la Gracia y de la Misericordia Divina que toca a toda criatura.
Mediten en Su Pasión y rediman sus corazones. Vivan la unidad con Cristo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Estos son los tiempos en los que dos realidades se encontrarán, la realidad interior y la realidad material. Ellas emergerán espontáneamente por el impulso revelador que traerá la verdad y nadie podrá escapar de ese acontecimiento porque será llevado adelante por el propio Universo.
Es así, que esas dos realidades se encontrarán ante cada consciencia para llevarla a una profunda decisión. Y aquellas consciencias que ya conocieron las dos realidades pero desperdiciaron la oportunidad de crecer, deberán dar cuenta de ese gran desaprovechamiento.
Por eso, los exhorto a que vivan en el pensamiento constructivo de Dios para que, cuando llegue ese momento, ustedes estén neutros y pacíficos y solo los mueva ayudar, a través del camino de la oración, a todos los que lo necesitarán porque desaprovecharon el camino que Yo les había pedido realizar.
Así, compañeros, manténganse en unidad Conmigo para que en el momento clave Yo los auxilie y los guíe mostrándoles la salida.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando los corazones oran por los pueblos y por las culturas, por las naciones y por las religiones del mundo, rescatan con su intención lo que hay de más puro en el interior de los seres y atraen hacia la Tierra el Pensamiento Original de Dios para la expresión de los pueblos.
Cuando oran para que las diferentes religiones sean verdaderos caminos que conduzcan los corazones hacia Dios, están rescatando los principios originales que inspiraron a las religiones para existir, como una forma de ser una guía para los seres humanos y, de esa manera, hijos, ayudan a aquellos que están perdidos en su ignorancia y que hacen de los caminos que deberían llevar a Dios, el camino para su propia perdición.
Orar por los pueblos y por las naciones es muy importante en este tiempo, es colocar el propósito de sus oraciones en algo superior e incluir a toda la humanidad en sus plegarias.
Ustedes están en el momento de profundizar su unión con Dios y de pasar a sentir Su Amor por cada uno de Sus hijos, de sentir la importancia de los pueblos, la importancia de la existencia de cada criatura de la Tierra.
Por eso, hijos, hoy vengo a decirles que no se cansen de orar por la vida, por los seres humanos y por los Reinos menores. No se cansen de orar sinceramente por las naciones, por las religiones y finalmente por este proyecto humano. Porque ha llegado la hora de que los tiempos cambien y la vida se renueve. Ha llegado el momento del ciclo definitivo que incluye a toda la existencia.
Por eso, oren para que haya paz, oren para que haya amor y oren, sobre todo, para que la Verdad los una en un único camino, que es la puerta estrecha hacia el Corazón de Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el principio de la Creación Divina, aun antes de la existencia de los ángeles y arcángeles, de las dimensiones y de las estrellas, el Creador escribió una historia en el Espejo de Su Corazón. Hizo nacer un pensamiento de Su Amor y lo manifestó en colores y en sonidos. Para verlo, lo reflejó en un Espejo que emanó de Su interior y todo comenzó a plasmarse, desde un puro sentir divino.
La historia pensada por Dios y escrita de forma inmaterial en el Espejo de Su Corazón fue repartida entre las dimensiones y colocada en el interior de cada una de Sus criaturas. Todos los hijos de Dios guardan, en sí, una parte de Su Pensamiento. La historia de la Creación se completará cuando todos esos espejos se vuelvan a reunir en uno solo y todo lo que estaba escrito en cada uno de ellos se haya manifestado.
La historia inmaterial, escrita en los espejos, toma vida cuando los seres encuentran la Voluntad Divina en el propio interior y cada paso dado para el cumplimiento de esa Voluntad se torna una información de luz que colma su espacio inmaterial en los espejos de los corazones. Es como si con sus vidas, hijos, pintaran el diseño de la Voluntad Divina para cada uno de ustedes. Este Arte Universal, plasmado en los espejos, se completará cuando todos regresen al Corazón de Dios.
Para manifestar esta Obra Divina, busquen esa Voluntad en los espejos de sus corazones y exprésenla. Encuentren allí los misterios del Origen, el camino de retorno y el sentido del presente, del ahora. Todo esto está en su interior.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy debajo de Mis Pies traigo el Centro del Universo para que puedan contemplar el Origen de su origen, para que puedan adorar al primer Pensamiento de Dios, antes de que todo existiera en este Universo y en otros.
Con este mensaje vengo a revelarles la Verdad, la Verdad que existe dentro de ustedes. Una Verdad que es inalterable e inextinguible, una Verdad que nadie puede cambiar porque es una Verdad que proviene de Dios, de Su Fuente y de Su Manifestación.
A pesar del tiempo de tribulación y de purificación, esa Verdad nunca cambiará porque la Verdad dentro de ustedes es la esencia, lo que Dios constituyó en cada uno de Sus hijos desde el momento en que pensó en la manifestación de la Creación y de todo lo que hoy existe en el Universo, más allá o no de su conocimiento, de su saber, porque el hombre de superficie aún no llegó a descubrir el Universo.
Para poder conocer la realidad superior deben descubrir, primero, el Universo que existe en ustedes. Un Universo pleno de sabiduría, de riquezas, de tesoros espirituales y de las aspiraciones de Dios; formado por medio de Sus Dones y Virtudes; integrado a través de Sus Voluntades que fueron preciosamente pensadas para cada uno de ustedes, para cada uno de Sus hijos.
Hoy la humanidad creció como población en la superficie de la Tierra y ustedes saben que está viviendo un momento agudo, una transición. Esta es la humanidad que ya cruzó las puertas del Armagedón, del fin de los tiempos, del ciclo de las definiciones.
Pero deseo que en una parte de la humanidad, esa verdad que está dentro de ustedes los una con cada uno de sus hermanos; para que en estos tiempos de tempestad y de tribulación, de oscuridad y de tinieblas, nada los haga vacilar ni titubear porque cuando la naturaleza se manifieste y se exprese, y los elementos actúen para purificar a la Tierra y a toda su consciencia, su fe deberá ser inquebrantable.
Crean, compañeros, que hasta ahora nunca vivieron este tiempo. Un tiempo que trae revelaciones, no solo dentro de ustedes, sino también en la consciencia del planeta y de toda la humanidad.
Así como existen tiempos difíciles, también existen tiempos milagrosos, en los que todos son invitados y llamados a participar de esos tiempos de milagros, en los que los nuevos Cristos surgirán y sostendrán a este planeta y a su consciencia, aprendiendo a superar el fin de los tiempos y aprendiendo a atravesar las tribulaciones que se manifestarán dentro y fuera de ustedes.
Pero, Mis queridos compañeros, no deberán colocar sus ojos en lo que es externo o en lo que les sucede, porque Dios sabe lo que están viviendo. Dios siempre les dará la fuerza que necesitan para superarse a sí mismos y para ayudar a superarse a los demás. Esto es parte de una gran cadena de amor que se construye, espiritualmente, a través de Mis servidores y colaboradores en esta Obra de Redención.
Por eso, hoy quiero que eleven sus consciencias hacia el Centro de este Universo, al que aún ninguna ciencia ni tampoco ninguna consciencia de la superficie de la Tierra ha llegado, verdaderamente, para descubrir y saber lo que allí se encuentra.
En ese lugar, conocido como Andrómeda, está su Señor está para gobernar esta parte del Universo junto a ustedes, para enseñarles a ser Mis pilares en este tiempo final, para darles fuerza e ímpetu a los que padecen, a los que nada tienen, a los que son débiles, a los que no pueden superarse por sí mismos.
Desde el Centro del Universo, Yo les doy Mi Paz y en Mi Paz los conduzco, a pesar de las purificaciones o de las imperfecciones.
No se olviden, amigos Míos, de su verdadera esencia, esa pequeña célula de luz que Dios depositó en ustedes, en sus espíritus, en el centro de sus almas, en lo profundo de sus corazones. Allí, el mal no podrá entrar ni tampoco la oscuridad; porque Dios desde el principio los hizo parte de Sí y fue tan ardiente, amoroso y profundo Su deseo de tener a Sus hijos sobre la superficie de este planeta, como en otros lugares de este Universo, para que lo conocieran, para que lo amaran, para que lo contemplaran, no solo como una Consciencia Divina y paternal, sino también como parte de todo lo que existe, más allá de la adversidad y de la dualidad.
Coloquen sus consciencias y sus mentes en otra sintonía y aprenderán a superar estos tiempos difíciles, en los que la humanidad cambia de idea, día a día, y pierde la dirección hacia la Verdad.
Por eso el tiempo de Mi Retorno se aproxima y ya no solo escucharán Mis Palabras, sino también verán el movimiento de Mis Labios cuando esté físicamente entre ustedes, no solo en Mi aspecto Glorificado, sino también en Mi aspecto de Divinidad, de la Segunda Persona de Dios, la que anunció la Verdad en los tiempos pasados y la volverá a anunciar para renovar los tiempos dentro de cada uno de ustedes y en este planeta.
Por eso, Mi Obra se ha expandido y se seguirá expandiendo, y ustedes son los colaboradores para que eso suceda, manteniendo como primordial la unidad entre sus corazones y sus vidas, el respeto mutuo entre sus personas, la fraternidad entre sus almas, el acogimiento entre sus espíritus.
Todo esto contribuirá, compañeros, a la realización de Mi Plan en este tiempo crucial de la humanidad. Seguirán aprendiendo a superar batallas, dentro y fuera de ustedes. Seguirán aprendiendo a curar, por medio del Amor que Yo les he enseñado y les seguiré enseñando. Seguirán aprendiendo a donarse, a entregarse de una manera incondicional que sea capaz de superar los límites de su consciencia y de su cuerpo, que sea capaz de demostrar que el Amor volverá a vencer, una vez más, como él venció en la Cruz.
Pero Yo no los llevará a grandes agonías ni tampoco a grandes desconsuelos. El planeta ya está sufriendo, la humanidad está enferma física y espiritualmente, pero aún quedan grandes rebaños como este, que están sobre los Centros Sagrados para preparar el advenimiento de Su Redentor, porque primero no vendré para grandes multitudes, sino para minorías, así como vine una vez para Mis Apóstoles, llamándolos uno a uno por su nombre para que descubrieran su verdadero nombre espiritual que es parte de la Fuente, de la Existencia, de la Creación de este Universo, de una vibración superior y permanente que es reconocida por los ángeles del Cielo y por los grandes Padres Creadores.
Colóquense, compañeros Míos, en la sintonía del Centro del Universo, de Andrómeda, y tendrán herramientas, instrumentos e impulsos de Luz para seguir transformándose, para alcanzar la redención en nombre de muchos, de los que no la vivirán, de aquellos que no la aceptarán ni tampoco la reconocerán, pero Mi Misericordia viene para todos, sin excepción.
Mi Corazón Glorificado abre la puerta para la humanidad entera y él aún penetrará más en la consciencia humana cuando más servidores se congreguen en el nombre del amor, en la búsqueda de la verdad interior y en el sostén de la fe.
El planeta debe escuchar que estoy retornando y que ya, hace algunos años, Me anuncio a través de ustedes que bajo la luz desconocida de Aurora abrieron las puertas para Mi llegada, para Mi Segunda Venida a la Humanidad. Sé que aún no comprenden este misterio y que tal vez les parece que nada sucede o que todo está igual.
Coloquen sus ojos y especialmente su corazón en el infinito y siempre alcanzarán la Estrella que los guiará, una Estrella especial que hasta ahora los ha guiado y los ha conducido, la gran Estrella Madre, la Consciencia Femenina Universal que, bajo los rayos de Sus Atributos e impulsos maternales, los ha preparado a ustedes y a sus hermanos del mundo entero para que Yo estuviera aquí.
Así como la luz se encendió en Figueira hace algunos días, hoy la luz de la verdad de Aurora se vuelve a reencender aquí, en sus corazones. No deben temer si la luz de Aurora se recoge o se silencia porque ustedes, compañeros, ya están preparados para representar a la luz de Aurora en la superficie, en su convicción, en su fe, en su superación, en su espíritu incondicional, en su misión interior y espiritual, en su servicio, en su entrega, en su fraternidad, en la oportunidad de entregar cura, alivio, consuelo, calma y regocijo a los que nada tienen en su interior, porque hoy el mundo cree haber avanzado tecnológica y espiritualmente, pero ustedes saben, compañeros, que no es verdad.
Por eso, Dios escoge lugares tan simples como este para poder manifestar Su Palabra y Su Mensaje para que, entre muy pocos y en representación de muchos, conozcan la Verdad Suprema que, conducida por Su Amor infinito y superior, los ha gestado, los ha creado y los ha traído hasta aquí, así como a toda la humanidad.
El mundo se olvidó, en este tiempo, del Amor del Padre, pero este amor infinito y misericordioso regresa a través de Su Hijo, por medio de Su Palabra y de Su Presencia a través de estos últimos años, en los que la Obra de los Mensajeros Divinos ha sido conocida y seguirá siendo conocida y difundida por los corazones que sienten en su interior el eco de Dios.
No crean que todo ya terminó, los últimos años fueron el preámbulo para la gran preparación del fin de los tiempos. El servicio, el amor, la caridad, la oración, la instrucción, la cura son las bases de esta Obra espiritual que se une a muchas Obras hermanas en el mundo entero y que se seguirá uniendo para confraternizar con todos los hijos de Dios, en la presencia del sagrado espíritu de la Jerarquía y de la Hermandad, la que siempre está presente en el Cielo y en la Tierra; la que viene contemplándolos, conduciéndolos y guiándolos desde el principio de sus orígenes, desde el surgimiento de sus fuentes, en donde todo era perfecto conforme al Plan del Creador.
Así como el mal fue vencido, crean, compañeros, que por la presencia de Mi Amor misericordioso y paternal, la dualidad será vencida dentro y fuera de ustedes. Pero persistan, persistan, persistan por Mí. Siéntanse bajo Mi protección.
Yo los congrego a todos, una y otra vez, en el nombre de la Verdad y del Amor del Padre, porque así como el pueblo de Israel fue guiado y escogido, Su nuevo pueblo, Su nueva raza, Su nuevo rebaño, Sus servidores del fin de los tiempos también son congregados por la Presencia de Su amor y de Su sabiduría.
No olviden ser espejos de los Centros Sagrados para que los Centros puedan estar presentes en la superficie de la Tierra en este tiempo, en el que la humanidad coloca su mente y su corazón en muchos deseos y tendencias. Dios está cansado de sentir la ira de Sus hijos, de sentir indignación por los corazones que no lo escuchan y que no quieren abrir sus ojos para ver, en el horizonte, la presencia de la Hermandad. Pero ustedes, servidores y compañeros Míos, viejos hermanos de otrora que ya fueron formados por la luz de la Instrucción, despierten sus dones, despierten sus virtudes y sigan como hasta ahora, construyendo por medio de la Oración por todas las Naciones este impulso que viene directamente del Universo.
La luz de Aurora se ofreció, abnegadamente, para servir al planeta y a la humanidad por medio de los encuentros y de los impulsos de luz en las peregrinaciones. Yo sabía desde el principio, compañeros, que ustedes no tendrían consciencia de lo que esto significaría, pero supieron obedecer, adherirse y amar, y esto es valorado por el Padre Eterno y por toda Su existencia, así como muchos servidores lo hicieron a lo largo de los tiempos para entregarse a Dios de forma incondicional y verdadera.
Aún el mundo y la humanidad necesitan de esa luz de Aurora. Ustedes tienen la Gracia de hacer brillar esa luz en sus corazones y en sus vidas, en su compartir, en su fraternidad, en su comunión entre hermanos así como lo hacían los esenios.
Todo lo que Yo he vivido cuando estaba presente en la Tierra lo he compartido con ustedes, por medio de Mis Mensajes y Mis Palabras, a través de cada encuentro en este lugar como en otros. Pero el momento de expansión vivirá su tiempo de recogimiento. Aún falta mucho para eso, compañeros, la necesidad planetaria es muy grande, la carencia es inmensa, pero a ustedes nunca les faltará la paz aunque estén en batallas. Confíen porque Yo siempre estaré allí, a su lado, para llevarlos en Mis Brazos hacia Dios y hacerles reencontrar el sentido de estar aquí.
Que escuchen los corazones que están despertando. Que se unan las almas que están llegando. Que la luz de los Centros Sagrados atraigan a los servidores de Dios desde diferentes lugares del mundo, porque está llegando el momento de la comunión con la gran familia espiritual que está formada por todos los que escuchan en su corazón a Dios y responden a Su llamado.
Que en esta hora se cumpla la próxima Voluntad de Dios que se revelará, aun siendo desconocida por todos.
Fortalezcan sus bases espirituales, día a día, para fortalecer las bases que conforman la vida de comunidad en la superficie, en cada espacio consagrado a la Jerarquía.
Ustedes saben, compañeros, que los Sagrados Corazones estarán en el mundo un tiempo más hasta que Dios lo conceda, y llegará ese tiempo en el que ustedes deberán ser la propia luz de Aurora en la superficie de este planeta y hacia donde vayan, con la convicción de estar cumpliendo por medio de la fe, la Voluntad de Dios. Siguiendo el camino de la transformación, de la entrega y de la redención nada les faltará.
El desequilibrio planetario es muy grande. La disociación es inmensa y la desigualdad también lo es. Pero si los pequeños rebaños se mantienen fuertes, el Pastor siempre guiará a sus ovejas para llevarlas y conducirlas hacia el Propósito Mayor que, a pesar de ser desconocido, se hará consciente en ustedes algún día.
Bajo la luz que concibió el propósito de Aurora, en el Origen de los orígenes, desde el centro y desde el corazón de esta Galaxia en donde Mi Gobierno establece la paz y la igualdad, Yo los bendigo y los absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Contempla la Misericordia de Dios que desciende sobre el mundo a través de las oraciones de Sus hijos. Son tiempos de milagros y de Gracias espirituales inexplicables.
Anuncia con tu corazón la Presencia de Dios. Une tu corazón a los coros de ángeles y arcángeles que proclaman la victoria de tu Señor en la batalla de este mundo.
Une tu voz a las súplicas más profundas de los que claman por la paz. Entrega tu vida, conscientemente, por un propósito mayor.
La oración, hijo, es la llave perfecta que abre las puertas del Cielo y de los corazones de los hombres, que hace descender sobre el mundo los principios originales del Pensamiento de Dios en la vida y en los seres. Como una lluvia de códigos nuevos, lava a los seres de sus viejos patrones de conducta y los restaura, revelando la verdad que estaba oculta en su esencia.
La oración es esa melodía celestial que, cuando es sincera, recorre los Universos y se esparce por los aires, llevando la Buena Nueva de la renovación a todos los seres de todos los Reinos. Ingresa en lo profundo de los mares y restaura el espíritu de los océanos, ingresa en lo profundo de la Tierra y cura sus registros internos, ingresa en el profundo de los seres y los torna dignos hijos de Dios.
Por eso, ora con todo tu ser. Ora de corazón y verás cumplirse lo que te digo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Escucha, Señor, la voz de Tu Siervo fiel.
Hoy vengo a clamar por la cura de las heridas más profundas de las naciones de este mundo, heridas que se reflejan en la consciencia de los hombres por la indiferencia y por la ignorancia ante Tu Amor y Tu Verdad Celestial.
Hoy clamo para que Tu Bálsamo de Redención permee lo más profundo de la Tierra y toque el interior de los hombres. Que este suelo, pensando por Ti para ser sagrado, vuelva a ser sagrado. Que estas vidas, pensadas por Ti para ser la salvación de toda la Vida, se conviertan en Tu Puro y Divino Pensamiento original.
Acoge, oh Dios, estas suplicas.
Hoy veo Tu Luz descender al mundo. Que los corazones sepan acogerte con amor para que nada permanezca como está. Que todo vuelva a Ti en su pureza, en su verdad, en la profundidad de Tu Corazón Creador.
Amén.
San José Castísimo
Con lo poco que los corazones le ofrecen a Dios, el Creador repara a Su Creación y va trayendo de vuelta, a Su camino de amor, a las almas que se perdieron.
La única cosa que el Padre Celestial necesita, hijos, es que ustedes profundicen, cada día, en la propia entrega y santidad. No importa que no sean muchos, que no estén en medio de multitudes proclamando la paz. Lo que importa es que, en sus corazones, el reinado de Dios se haya establecido y que dentro de ustedes haya un espacio único, una morada interior para Él. Que Dios pueda llamarlos más que como Sus hijos, Sus compañeros, Sus instrumentos.
Cada día, busquen esta gracia de una entrega verdadera y profunda, una entrega que va abarcando, poco a poco, los espacios profundos de su consciencia, llegando a lo que llaman subconsciente. Y es allí, en su mundo interior, en el subconsciente más profundo en donde se guarda la historia de la humanidad, en el que la Luz de Dios comienza a trabajar con toda la consciencia humana. De esa forma, hijos, a través de ustedes el Padre puede curar a cada uno de Sus hijos de este mundo y más allá de él.
Todo es cuestión de abrazar con amor el camino del servicio que Él los llama a vivir, dejando que sus núcleos más desconocidos se rindan a Dios y se transformen. Y así, estarán permitiendo que toda la consciencia humana viva una transformación y retome el camino del Pensamiento y de la Voluntad Divina. Por eso, Yo los bendigo y les ofrezco Mi eterno auxilio.
Oren Conmigo y Yo los ayudaré. Busquen Mi presencia paternal y Yo estaré con ustedes porque para eso Dios Me envía al mundo para auxiliarlos, para ser un puente para sus almas y consciencias, para ayudarlos a retornar a Su Corazón Celestial.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si más almas escucharan el Llamado de Dios, este mundo no necesitaría conocer el sufrimiento.
Hoy vengo aquí, hijos, para aliviar el sufrimiento de los corazones, aunque ellos no lo sepan.
Vengo para aliviar el sufrimiento de Dios por la indiferencia de las almas, por el adormecimiento de los seres.
Cuando miro al mundo, Mi corazón se colma de compasión y piedad, porque conozco el Proyecto Divino, aquel primer Pensamiento que Dios emanó para crear a los hombres, espejos de Su Consciencia, semejantes a Él en esencia y en corazón.
Ese Pensamiento quedó escondido dentro de cada uno de ustedes y dentro de cada ser de esta Tierra. La perfección de Dios quedó escondida detrás de todas las miserias humanas, y son pocas las almas que consiguen expresarse de acuerdo a la Voluntad de su Creador.
Hoy, vengo hasta aquí no solo para revelarles verdades, vengo a elevar a los Cielos a las almas que sufren y a los pecados de este mundo, para aliviar al planeta y darle un poco de paz.
A pesar de que son tan pocos, eso fue suficiente para que el Amor de Dios descienda sobre este mundo y comience a construir, en esta nación, una oportunidad de redención.
Cuanto mayor es el abismo, mayor es el Amor que Dios envía a la Tierra. Por eso estamos aquí, en este lugar, en esta ciudad, en esta nación; porque donde están los seres que más lo necesitan, allí está el Amor de Dios, por más que sean indiferentes a Él y por más que muchas veces no crean que ese Amor existe.
Muchas veces, los corazones sufren por ignorancia, por no saber que el Amor del Padre está disponible para todos los seres.
Por eso, en esta noche, solo les pido que abran sus corazones no solo en nombre de esta nación, sino también en nombre de toda la humanidad, para que una Gracia mayor descienda a la Tierra y por la oferta de unos pocos, la Misericordia del Padre pueda expandirse por este mundo.
Los Misterios de Dios son infinitos y aún más lo es Su Amor. Nunca se olviden de cuando Él estuvo en la Tierra, en el Cuerpo y en el Alma de Su Hijo. No se olviden de que fue con pocos que Él transformó la historia de este planeta y de toda Su Creación.
Los ciclos se repiten para que los seres reciban una nueva oportunidad. El Creador aspira a anunciar al mundo Su Presencia, que no se limita a una religión, a un pueblo, a una nación.
La Presencia de Dios está en todo, hijos: en el aire que respiran, en la naturaleza, en los corazones de sus hermanos. En todo está la mirada de su Padre Creador, en todo está Su Corazón, aguardando el despertar del amor en el corazón de los hombres.
Vengo hasta aquí para liberar a las almas del sufrimiento que traen desde sus naciones hacia este lugar, sus hermanos que emigran, tantos que se pierden en los mares y tantos que llegan hasta aquí en busca de una esperanza.
Por medio de Mi Presencia en este lugar, vengo a entregar una Gracia especial a cada una de esas naciones que sufren y que no consiguen expresarse como Dios lo pensó, por las guerras, por la oscuridad, por la falta de amor en los corazones de los seres.
Hoy Mi Luz penetra en los océanos y llega a las naciones de África, de Medio Oriente, a través de los corazones que, a pesar de no saber que Yo estoy aquí, necesitan auxilio y claman a Dios pensando que no encuentran una respuesta. La Presencia de los Mensajeros Divinos aquí es la respuesta de Dios a las oraciones de tantos corazones que clamaron por Misericordia.
Por eso, vine hasta esta ciudad para responder a las oraciones silenciosas de muchos de Mis hijos que creen que Dios no les escucha. Los Misterios de Dios son infinitos. A veces, ustedes piensan que Él no los escucha, que no responde a sus súplicas, pero muchas veces, hijos, Su Gracia llega a sus vidas de una forma que ustedes no pueden percibir, así como hoy llega a las vidas de tantos hermanos suyos, aunque ellos no lo sepan.
Quisiera que los corazones pudieran conocer la Gracia Divina, para saber que aún hay una esperanza para la vida en este mundo, que no es solo la supervivencia, sino una experiencia de amor, semejante al Amor de Dios en Su Hijo.
Quisiera que los seres supieran que el sufrimiento se puede transformar cuando comprenden la cruz de estos tiempos como una oportunidad de renovar el Amor de su Creador.
No tengan miedo de anunciar al mundo la Presencia Divina. No solo por medio de palabras, sino también por el ejemplo de sus corazones. Es el testimonio de sus vidas lo que hará que los seres pierdan el miedo y crean en la Presencia de Dios por medio de esta obra, que Él mismo está construyendo.
Cuando ustedes eleven sus consciencias al verdadero propósito de la existencia humana y sepan que están aquí por un Propósito Superior, para manifestar un Plan Divino, será entonces, hijos, que no les importará la crítica de los hombres, de las religiones, de las diferentes culturas y el propio amor en sus corazones permitirá que todo eso se una en ese Propósito Mayor.
Dios aspira a construir en esta nación, así como en toda Europa, una semilla de unidad entre los diferentes pueblos y culturas, entre las diferentes religiones.
Aquí, donde los seres viven el miedo de perder el poder, un falso poder; donde las religiones tienen miedo de dejar de existir y no perciben, hijos, que ese mismo miedo es lo que las está haciendo desaparecer. Permítanse entrar en comunión con sus hermanos, para que la paz se establezca, para que los corazones se arrepientan sinceramente de sus pecados.
No será con muchos que el Creador transformará este mundo. Será con pocos, sin embargo, sinceros de corazón, que comenzará a transformar la vida en la Tierra, los que, en su silencio y en su oración, unirán pueblos y naciones desde los niveles espirituales hasta los niveles materiales de la vida sobre la Tierra.
Comiencen cada uno amando y respetando al prójimo, aun cuando sean juzgados o criticados por su forma de amar. Amen como Cristo les enseñó, viviendo Su Evangelio, más allá de llevarlo como un libro sagrado o de dejarlo guardado en sus casas, y se llamarán cristianos.
Sean más que cristianos, sean Cristos del nuevo tiempo, imitadores de los pasos de su Señor para que, de esa forma, sus almas sean un camino para que Él retorne a este mundo.
Sean, cada uno de ustedes, hijos, los cálices vivos, en donde Él derramará Su Sangre para instituir una nueva genética, Su Genética, en este planeta.
Mientras Yo les hablo, la Presencia de Dios se expande sobre la Tierra y llega a los corazones que más la necesitan.
Mientras Me escuchan, dejen que sus oraciones sean verdaderas, tengan fe en que están delante de Dios, que el Cielo se abre delante sus corazones, que los Ojos del Padre están sobre la Tierra y que, con la mínima apertura de los corazones, Su Misericordia desciende sobre este planeta.
Clamen por la paz para las naciones que están en guerra.
Clamen por Misericordia para aquellos que dicen que viven en Nombre del Señor y ensucian Su Nombre con sus pecados.
Clamen por perdón para aquellos que viven el odio y la indiferencia.
Clamen por cura para aquellos que, por la injusticia que vivieron, se olvidaron del amor que hay en sus corazones.
Clamen por una Gracia para que, en el corazón de África, el amor vuelva a emerger y esta Tierra sea una semilla de la nueva vida.
Clamen por el Medio Oriente para que la Sangre de Cristo, derramada allí, emerja de la tierra y cure los corazones, tornando esa tierra nuevamente sagrada.
Clamen por esta nación, por Italia, para que sea la cuna de una verdadera religiosidad, donde los corazones respetarán y amarán al prójimo, a las diferentes religiones y a la verdad que hay en los corazones de sus hermanos.
Dejen que la oscuridad, en esta hora, dé lugar a la Luz Divina y clamen por la paz.
Con estas palabras, les enseño a orar para que oren con el corazón, porque el mundo lo necesita. Esperen con amor a su Madre Celestial, anuncien más fuerte y más alto Su Presencia, para que más almas tengan la oportunidad de estar delante de Ella y recibir una Gracia.
Antes de despedirme de ustedes, que vengan hasta aquí los sacerdotes para que, por la Gracia que Dios les concedió, hagan descender Su transubstanciación para transformar los elementos del altar en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, en Su memoria como Él les pidió, y que esta comunión, hijos, esta Eucaristía consagrada ante el Padre traspase sus cuerpos, sus consciencias y llegue como una Gracia Mayor a este mundo.
Para esto, Yo los bendigo.
Nos podemos colocar de pie o de rodillas, para la consagración de la Eucaristía.
Sacerdote:
En este momento recordemos cuando, en aquel tiempo, Nuestro Señor, junto a Sus discípulos, elevó el pan y dio gracias porque había llegado el día de Su Sacrificio. Dios lo bendijo y Él les dijo a todas las esencias del mundo: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, Cuerpo que será entregado por todos vosotros para el perdón de vuestras faltas".
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.
Enseguida, Nuestro Señor tomó el Santo Cáliz, dio gracias, el Padre lo bendijo y Él dijo: "Esta es Mi Sangre, la Sangre de nueva y eterna Alianza entre las almas y Dios. Sangre que será derramada por todos vosotros para la liberación total de sus faltas y para la Vida Eterna. Hagan esto en Mi memoria hasta que Yo retorne.
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos.
He aquí el Cordero de Dios, Su Cuerpo y Su Sangre.
Oremos el Padre Nuestro.
Ahora, una vez en italiano.
Que la Paz de Nuestro Señor Jesús Cristo esté con todos nosotros.
Con la consagración de la Eucaristía, la Gracia de Dios desciende a los corazones de los hombres, y Mi tarea aquí hoy está cumplida.
Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí en nombre de esta nación y de esta humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lleven la Paz del Señor unos a otros como Él les enseñó, dándose silenciosamente el saludo de paz. Yo les agradezco.
Existen lugares en la Tierra, hijos, que en el principio del planeta fueron diseñados por Dios para que, poco a poco, se pudieran manifestar y guardar las experiencias más sagradas y evolutivas que todo ser humano pudiera experimentar.
En los mundos invisibles, estos lugares sagrados se constituyeron en Reinos de Amor porque todo el amor alcanzado por los hombres se guardó allí y, a lo largo de la evolución humana, se multiplicó y se transformó para auxiliar a todos los que aún están aprendiendo a amar y a descubrir la verdad sobre sí mismos que se oculta en la esencia del amor.
Cuando los Mensajeros Divinos peregrinan por el mundo, despiertan a estos lugares sagrados y crean un vínculo entre la consciencia humana y estos espacios de amor para que, espiritualmente, los seres reciban nuevas oportunidades para cumplir con su misión y para expresar el Pensamiento Divino.
Desde los grados de pureza y de unidad con los Reinos de la Naturaleza expresados por los pueblos primitivos, pasando por el amor alcanzado por Cristo en la Cruz hasta todo el amor vivido por los seres humanos, todo está guardado en la esencia de estos lugares sagrados como auxilio para las diferentes naciones y continentes.
Pero si la humanidad es indiferente a esta realidad espiritual, ella permanecerá oculta y silenciosa y no traerá a la consciencia humana su tesoro, su legado.
Por eso, hijos, cada día deben estar más conscientes de los misterios celestiales que también se guardan en la Tierra para que, en nombre de la humanidad, puedan participar de ellos, recibir y vivir el amor que transforma a todos en dignos hijos de Dios y los hace expresar la Voluntad y el Pensamiento Divinos.
Con sus oraciones, acompañen Nuestros pasos y con gratitud reciban estas dádivas.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Con el libro de sus propias vidas en las manos, escriban con consciencia cada nueva página, cada capítulo, cada historia.
Construyan, con consciencia, el propio destino y el destino de esta humanidad, no en el sentido de controlar la propia existencia, sino en el sentido de dar el permiso a Dios, a través de su conducta, de sus acciones, para que Él conduzca sus pasos y sus leyes rijan sus vidas.
Escribir en el libro de la propia existencia es saber que, en todo, el Universo respeta el libre albedrío humano y aunque el Señor, su Padre, tenga la potestad de transformar todas las cosas con un solo soplo, Él espera en silencio la definición de los pasos de Sus hijos.
Por eso, hoy les digo que deben escribir en el libro de sus propias vidas conscientes de cada decisión, de cada definición, de cada acción y pensamiento, porque todo lo que emanan y manifiestan abre camino para que ciertas Leyes actúen en sus vidas.
La vida es creación y vibración. El Universo y el Cosmos se mueven sobre la base de Leyes y Rayos vivos, que provienen del Pensamiento de Dios, para dar vida a los Universos y a las dimensiones.
En este tiempo, sean más conscientes del Todo, de la Vida, del prójimo y, en todo lo que hicieran, sepan que están atrayendo hacia sus historias y hacia la historia de la Creación un nuevo capítulo, una nueva experiencia.
Es tiempo de comenzar a construir la nueva vida y esto comienza en ustedes siendo conscientes de que los constructores de esta Obra son ustedes mismos.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora, porque mientras más despiertos estén los que se comprometieron con Cristo, mayor será su responsabilidad frente al planeta y al Plan del Creador.
Ora, porque al mismo tiempo que despiertas, el mundo agoniza y aquellos que están sumergidos en la oscuridad se adentran más profundamente en sus abismos.
Cultiva en tu corazón, en tu mente y en tus sentimientos aquello que te aproxima al Padre, y únete a Él, para que esa unión tenga más fuerza en tu interior que la tendencia humana de seguir las ilusiones del mundo.
Mientras los dirigentes de las naciones se pierden y se confunden desde su espíritu hasta la materia, ora, hijo, para que exista equilibrio en este mundo y para que las leyes atraídas hacia él no produzcan en la Tierra una prueba inesperada, algo que muchos no podrán soportar.
Tu oración, oculta y silenciosa, sin embargo, sincera y verdadera llega a los Pies de Dios y de Sus arcángeles para equilibrar las leyes que hacen que los acontecimientos se manifiesten en la vida sobre la Tierra.
Todo en la vida humana, antes de manifestarse en la Tierra, comienza a existir en los niveles espirituales. Las raíces de las virtudes, las de los males del Nuevo Hombre y las de las pruebas de este tiempo se encuentran en niveles aún invisibles, intangibles, pero a los cuales las oraciones sí pueden llegar.
Cuando oras, estás atrayendo el Pensamiento de Dios hacia la Tierra, y ese Pensamiento al descender a través de las dimensiones, las equilibra para poder manifestarse.
De la misma forma, cuando los hombres actúan en forma negativa, atraen el caos hacia la Tierra y ese caos desestabiliza las dimensiones de la vida por donde pasa, para poder manifestarse según su vibración.
Por eso, decimos que estamos en tiempos de batalla. Una batalla silenciosa en la que se triunfa con el amor y la unidad con Dios porque no hay nada superior al Amor del Padre, nada que pueda vencerlo. Pero, para que Él esté presente en la vida sobre la Tierra, los seres deben abrirle las puertas a través de la oración.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Entra en diálogo con Dios todos los días, colocándote delante del Padre en confesión y pidiendo permanecer en Su Gracia.
Hijo, los seres humanos están en el camino de expresar lo que verdaderamente son, en una purificación intensa de siglos de existencia, casi siempre impregnados por la ilusión y por el engaño.
No permitas que tu ser permanezca inmerso en las superficialidades y en las miserias, cuando tienes la posibilidad de transmutar y sublimar estas energías, si tan solo te dispones a ser humilde delante de Dios.
Conversa con tu Creador. Busca el pensamiento perfecto que Él emanó al idealizar a tu ser. Siente el sublime Amor del Padre y el propósito perfecto que Él aún espera que puedas expresar.
Anímate a encontrar en tu interior la Voluntad Divina. Que la presencia de Dios, Su Universo, Su Infinito, ya no te sean meros conocimientos y teorías.
Deja que tu ser experimente aquello que no se explica y que no está en ningún libro sagrado, porque los que lo vivieron, solo supieron callar.
Es momento de profundizar y no de retroceder. Es momento de decidir dar los pasos en el camino correcto y no de seguir por los caminos conocidos, que te dan la falsa sensación de estar seguro.
En este tiempo, todo debe ser nuevo. Lo desconocido te aguarda para revelarte sus misterios. Y aquello que siempre estuvo silencioso en tu corazón podrá al fin expresar su verdad.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El amor al Plan de Dios es el arte de saber profundizar en la vida espiritual, para ir dejando de lado los planes humanos e ir comprendiendo y amando el Plan del Creador.
El amor al Plan de Dios camina junto con el amor al universo y a este planeta, con el amor a todas las criaturas, a toda la vida; porque cuando una consciencia despierta ese grado de amor por la vida, comienza a amar aquel Pensamiento perfecto que Dios tuvo para la evolución y el bien de todas Sus criaturas.
Después de amar a Dios, los seres comienzan a amar la vida y a todo lo que es parte de ese Dios único, presente en todas las cosas.
Profundizando en la ciencia del espíritu, los seres descubren que hay un Pensamiento perfecto emanado de Dios al crear a Sus hijos, que es la guía para el retorno al Corazón del Padre. A través de ese Pensamiento, el Creador diseñó un Plan, un Plan de amor, de renovación, de Gracia, de perdón, un Plan de retorno a la Unidad con Él.
Comprendiendo eso, pueden conocer y comprender aún más el Amor de Dios que, sabiendo que estaba lanzando a Sus criaturas en la vastedad de la Creación, desde el principio, colocó a todas en Su Plan, y aquellas que lo sigan, no solo retornarán a Su Corazón, sino también traerán consigo la renovación del amor para aportarla a la Consciencia Divina.
Amar el Plan de Dios es amar la historia de la Creación, de la vida, es salir de la pequeñez humana, de los planes humanos y planetarios y abarcar con el corazón y la consciencia una realidad superior, que hasta hoy permanece en silencio, aguardando el despertar de los seres.
Dejen que sus consciencias abandonen lo que es pequeño, lo que es mezquino, y abracen al Infinito, al Todo, al Amor Divino. Amen el Plan de Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijos:
Así como la luz de Aurora deberá volver a emerger en la superficie para llevar adelante su propósito y cumplir su misión, de la misma forma la luz de Mirna Jad deberá emerger en la superficie para cumplir su propósito y llevar adelante la esencia de su existencia.
Este es el tiempo de la integración y de la unión de las bases internas entre hermanos a fin de que la necesidad planetaria sea atendida, dada la emergencia de estos tiempos.
Es esa unión sagrada entre los Centros de Amor lo que permitirá expandir la tarea y responder a todas las necesidades.
Llegó el momento de abrirse a los cambios para que todos puedan vivir la transformación y la redención que en estos tiempos el Universo les ofrece.
Será en ese ejercicio de integración que todo se cumplirá conforme al Pensamiento Divino y que los tesoros inmateriales saldrán a la luz para colmar a los corazones y curar a las almas heridas.
Vigilen por esa unión fraterna entre hermanos y constituyan ese pilar que la Jerarquía Espiritual necesita para llevar adelante el Plan Divino del Creador.
Reciban con júbilo este anuncio. Es hora de confirmar esa hermandad interna entre los seres para que sean capaces de colocar primero el amor por el Plan antes que el amor por ustedes mismos.
Tienen las llaves para ser conducidos hacia esa meta. En esa unión interna construirán los puentes de luz para la llegada de la Gran Hermandad.
Tienen Mi bendición maternal para eso.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En este ciclo que comienza, profundiza, hijo, tu visión de la vida para que así puedas salir de las superficialidades humanas y dar un paso rumbo a la Verdad de Dios.
Contempla el mundo a tu alrededor, las ciudades, las familias, los campos, los Reinos de la Naturaleza y busca en lo profundo de cada cosa la esencia de la vida.
Sabe que las naciones existen por un propósito, las culturas existen por un propósito, los seres, los Reinos de la Naturaleza, nada fue creado por casualidad. Todo fue manifestado a través de un pensamiento divino que trajo consigo una meta, que colabora en la evolución de todos los seres.
Cada expresión de la vida en la Tierra, como son los grupos de consciencias de una determinada nación, su espacio geográfico, su cultura, partió del Pensamiento de Dios y llevó consigo el Propósito divino.
A lo largo de los siglos, el desvío de los seres de su evolución hizo también que las naciones, las culturas y hasta los mismos Reinos de la Naturaleza se desviaran de su propósito evolutivo.
En este nuevo ciclo comienza a atraer con tu pensamiento, con tus oraciones y con el respeto por la vida, este principio perfecto manifestado por Dios que quedó oculto tanto en los seres como en la vida.
A pesar de que esto aún sea un misterio para ti y que no sepas qué es lo que cada ser, nación o cultura debe manifestar; solo ora, hijo, y pide al Padre que Su Pensamiento se exprese en la vida a través de sus criaturas.
Respeta a cada ser y a cada nación como portadores de la presencia divina, portadores del Pensamiento de Dios. Después de respetar, aprende a amar, y el amor será la llave que abrirá los mundos internos y revelará a los seres la verdad sobre sí mismos, la verdad sobre la vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más