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Desde siempre, existió en el planeta la presencia de la Jerarquía. Esa presencia llegó a esta civilización para poder guiarla y acompañarla en el aprendizaje de la expansión de su consciencia.
Fue así que innumerables seres fueron convocados, en los planos internos de consciencia, para que dichas Jerarquías se ofrecieran a participar del proceso evolutivo y redentor de todo el género humano.
A su vez, ese llamado y convocatoria permitió ampliar el campo de servicio y de donación de las almas, para que ellas también pudieran vivir el avance de su estado de consciencia hacia una consciencia mayor e incondicional.
El linaje o virtud del maestro fue algo que se aplicó desde los primeros tiempos, porque la guía y la dirección verdadera eran necesarias para la humanidad, para evitar que la humanidad se perdiera todo el tiempo.
Fue así que esas grandes consciencias convocadas actuarían y ayudarían al proyecto humano, de una manera imperceptible y silenciosa, trayendo para el planeta todos los impulsos necesarios para que la humanidad pudiera percibir la necesidad constante de la ascensión.
Para eso, los Maestros convocados fueron designados para intervenir espiritual e internamente en ciertas culturas, razas y pueblos, que los pudieran comprender y, sobre todo, entender el mensaje y la instrucción recibida.
Por ese propósito, los Maestros se concentraron en espacios importantes y solitarios, como las montañas de los Himalayas, los Alpes, los Pirineos y hasta en la grandiosa cadena montañosa de los Andes americanos. Desde allí, en los Recintos Sagrados de retiro, silencio y contemplación, comenzaron a trabajar espiritualmente por las necesidades diversas que tenía la propia humanidad.
Todo este trabajo de la Jerarquía era interno, pero en muchos casos ocurría el proceso de la materialización, lo que significa salir de un nivel interno hacia un nivel físico y concreto sin perder los principios y las enseñanzas adquiridas.
Este movimiento, de acuerdo con la necesidad o la emergencia de los núcleos internos, colaboraba con el rápido despertar de la consciencia a la realidad antimaterial. Es decir, tomar consciencia de la vida del espíritu y de la esencia divina en cada ser.
Esas apariciones de los Maestros fomentaron, en Oriente como en Occidente, el equilibrio necesario para abarcar la expansión de la consciencia y, sobre todo, la responsabilidad por el camino evolutivo y cósmico.
Hoy revelo esta historia y realidad a ustedes porque es importante comprender el sentido interno de la existencia de diversas religiones que, en tiempos remotos, fueron impulsadas por la intención de la Divinidad, a través de la Jerarquía.
Es momento de realizar una síntesis más amplia para comprender el porqué de la existencia de tantas religiones, las que en el próximo tiempo deberán caminar juntas hacia una unión definitiva con lo Divino, dejando atrás lo que cada una representa o enseña, y permitiendo que la matriz de todas ellas se funda en el Amor de Dios.
Por eso deben orar para que su Madre Divina, que tiene esa misión para con las religiones de la humanidad, pueda llevar adelante lo que Dios necesita, con la ayuda y la colaboración de todos Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desde las altas montañas de los Himalayas hasta las altas montañas del Gran Cañón del Colorado, los Maestros descienden en peregrinación para vivir el encuentro sagrado con las esencias de la humanidad.
A través de las flautas y de los mantras, Ellos atraen el espíritu inmaculado de la compasión y, por un momento, las almas se sienten protegidas y consoladas por el vientre maternal de la Tierra.
El Oriente sagrado se muestra al Occidente lejano y así se vive una íntima comunión entre los pueblos del Tíbet y los pueblos de la consciencia indígena, porque ambos reconocen el mismo Origen que los creó.
Por esa razón, hoy se unen en espíritu y ofrecen sus escuelas para que la escuela de la redención de esta actual humanidad se pueda cumplir en todos los seres.
Desde los Himalayas resuenan los mantras, y las flautas de los pueblos originarios emiten las melodías que la raza humana necesita escuchar en este tiempo, para que pueda ver el gran portal de la redención.
Es así que el Gran Cañón vive su ceremonia silenciosa, y los frutos del conocimiento y de las experiencias son ofrecidos para la transfiguración de la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Serie: Los árboles secuoyas – Parte V
Los gigantes del Templo de los Mil Portales fueron contactados durante cientos de años por los eremitas y yoguis de Oriente.
Muchos de ellos llegaban a estar frente a los árboles secuoyas durante sus meditaciones, aunque estuvieran lejos, a cientos de kilómetros.
No había impedimento para que los ermitaños o los yoguis entraran en comunión con la naturaleza, porque la fuerza de atracción espiritual de los árboles secuoyas permitía mantener un rápido contacto interno con la Fuente.
Por esa razón, ellos alcanzaron las grandes alturas celestiales. Su crecimiento y expansión siempre buscaban alcanzar el Universo álmico de Dios.
Los árboles secuoyas desde siempre se ofrecieron para que el ser humano pudiera acceder, a través de ellos, a los niveles superestelares de consciencia y, desde allí, recibir los impulsos internos que necesitan las almas para sentirse dentro del camino de Dios.
Los ermitaños del pasado, como los yoguis del Oriente, entendían la ciencia y la filosofía de la Creación y sabían que cada Reino está para cumplir una función primordial dentro de la evolución universal; y que los árboles, las montañas, los ríos o los animales no solo son criaturas inferiores, sino que los ermitaños y los yoguis descubrieron que en verdad la belleza espiritual y álmica de los Reinos de la Naturaleza existió, desde siempre, para enseñarle al ignorante hombre de superficie.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Me verán venir al mundo, abriendo los Cielos como un poderoso haz de luz y bendeciré a toda la Tierra, de Oriente a Occidente y de Norte a Sur.
Tendré en Mi Mano el Cetro de la Luz de Dios e irradiaré, para todos, la Gracia de la Fuente Suprema.
No dejaré criatura ni alma alguna sin recibir la Gracia y la Misericordia de Mi Divino Espíritu.
Colmaré las esencias con los más preciosos Códigos del Cielo y coronaré a los corazones que se mantuvieron constantes y firmes en Mí hasta el final.
Concederé la paz a todos los que hayan clamado por ella y les daré el bálsamo de Mi Amor a los discípulos de los últimos tiempos. Así se concretará Mi Victoria.
Los corazones ya no recordarán ni el sufrimiento ni el dolor.
Los llevaré a todos hacia Mi Padre, para que lo puedan sentir y conocer de cerca.
Y los misterios del Universo al fin serán revelados, porque se cumplirá el Plan; primero dentro de los seres y, por último, en toda la Tierra.
¡Les agradezco por confiar en Mis Palabras!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En tiempos remotos, anteriores al Nacimiento de Mi Hijo, Jesús, existieron grandes sabios, esparcidos por varios puntos de Oriente y del Lejano Oriente, seres que también trajeron para la humanidad la expresión del Amor-Sabiduría.
Durante aquellos tiempos remotos, la civilización humana más antigua dio los primeros pasos cuando descubrió, dentro de sí, que existe un universo o esencia que es capaz de permitir conectarnos con la Fuente de la Creación.
Los primeros seres espirituales surgieron de alegorías o de mitologías; en realidad, ellos nacieron en este mundo y en la humanidad para atraer la sabiduría como experiencia.
Fue así como hindúes, persas, chinos y budistas le proporcionaron a la humanidad el conocimiento de sus mitos o leyendas, las que, en verdad, fueron trazados por medio de la experiencia de conocer profundamente el universo interior y de saber cómo él se manifiesta.
Hoy les hablo de los antiguos sabios del planeta o de las mitologías, porque ellas fueron medios, o puentes, por los cuales la raza humana, a través de los tiempos, pudo conocer que en la sabiduría de las cosas se encuentra la explicación de todo.
En aquellos tiempos, los sabios de otrora prepararon a la humanidad de la época anterior a Jesús, para que pudiera recibir una potente energía crística que llegó para liberar al mundo y enseñarle el camino del perdón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, vengo con la intención primordial de realizar la misión peregrina a Asia y Oceanía; porque si esto sucede en esa región del mundo, muchas situaciones serán evitadas y otras reparadas.
Necesito que cada ser orante se vuelva consciente de que cada paso, que desde ahora será dado, ayudará a construir la próxima etapa de trabajo espiritual e interno en la humanidad.
Como Madre y Guía de las almas, necesito, queridos hijos, que los pasos que Yo les pido que den en este momento para que esa misión se concrete no sean solo materiales, sino también internos y espirituales.
Eso facilitará que el propio universo interior de cada ser esté preparado para asumir esa próxima misión con otro estado de consideración y de consciencia; porque lo más importante, hijos, es lo que comenzará a generarse y a gestarse desde ahora. Más adelante, las condiciones internas, espirituales y materiales, repercutirán ampliamente para que todo se realice, así como está previsto por el Padre Celestial.
Vivir una misión en Oriente no es lo mismo que vivir una misión en Occidente. A pesar de que la humanidad es la misma biológicamente, otras necesidades, carencias y urgencias deberán ser suplidas desde el momento en que Mis misioneros coloquen sus pies en esa región del planeta. Por eso, vuelvo a repetirles, Mis amados, que todo lo que hagan repercutirá en el futuro para que la misión se pueda realizar.
Su Madre Celeste no habla de ser autoritario o severo, su Madre les habla de la importancia de colocar más amor y consciencia en todo lo que los rodea diariamente. Corrigiendo esto, se construirá la nueva misión y las puertas a la Divina Providencia estarán abiertas. Así, todo se llevará adelante bajo la ardiente aspiración de Mi Inmaculado y Materno Corazón.
Desde ahora, les agradeceré que estén atentos a ustedes mismos para que se pueda construir una nueva misión victoriosa y plena en el Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, Mi Luz proviene de Oriente porque su Madre, en los planos del espíritu, ya está preparando Su importante misión en esa región del planeta.
Ayer, durante la Aparición en Viña del Mar, les transmití la importancia de esa misión en Oceanía y en Asia.
De esa forma, la Madre de Dios ya está trabajando en el plano interno de las almas de Asia para que, cuando sea el momento de esa especial peregrinación, los corazones reconozcan internamente que ha llegado la hora de la redención y del contacto con las Leyes Superiores de consciencia.
Por eso, queridos hijos, cada momento que sea preparado para esa peregrinación, desde las canciones, las oraciones, la propia difusión, la visita previa a los lugares que ya he escogido para llevar adelante esa tarea, permitirá crear las condiciones adecuadas para que la misión peregrina en Oceanía y en Asia se desarrolle ampliamente y, sobre todo, en perfecta armonía.
Desde ya, quiero invitar a Mis soldados y donadores de la paz para que desde ahora colaboren y, por medio de la Asociación que Yo he fundado para la difusión de los Mensajes, se cree un espacio que sea llamado: “Peregrinación por la Paz en Oceanía y Asia”.
Ese espacio deberá estar presentado en varios idiomas, como por ejemplo en tailandés y coreano, para que las almas se sientan motivadas a colaborar y los planes de Paz y de Redención de su Madre Celeste se puedan llevar adelante.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un joven de la paz…
Un joven de la paz es aquel espíritu que trae, desde el Universo, el principio de la reconciliación y es quien, a través de su renovación, transforma las cosas, viviendo en sí, la primera regla entre todas las reglas: el amor.
Un joven de la paz es aquel que unifica las formas y el que reordena las ideas, trayendo, a través de sus impulsos internos, la posibilidad de que, de ciclo en ciclo, todo se renueve.
Un joven de la paz representa una nueva célula de la luz para estos tiempos, basada en los estados de la fraternidad, en el principio de amar al prójimo y en la apertura a los pasos internos que el servicio le puede brindar.
Un joven de la paz es aquel que se abre, sin condiciones, para descubrir, dentro de sí, su propio origen y su propia misión.
Él no teme saber quién fue y qué es lo que el Universo espera que sea.
Un joven de la paz aspira a poder reconocer en sí mismo la bondad, el amor, el servicio que puede expresar por el planeta, por los Reinos de la Naturaleza y por su humanidad.
Un joven de la paz reconoce en su camino el Gran y Único Maestro interno.
Sabe que, por encima de toda su vida material y concreta, el joven de la paz necesitará de luz para poder dar sus pasos.
Un joven de la paz no tiene nada que ganar ni tampoco nada que perder.
El joven de la paz representa, en estos tiempos, la expresión de una nueva consciencia que estará siendo corregida a través de los buenos actos y de las buenas acciones de toda la juventud de la humanidad.
Un joven de la paz necesita sentirse pleno en sus acciones y libre en sus decisiones; pero sabe que siempre precisará del divino discernimiento y de la sagrada sabiduría para tomar decisiones correctas.
Un joven de la paz es como un guardián de los Reinos de la Naturaleza. Consigue sentir en sí mismo la expresión de cada Reino y, haciéndolo parte de sí, el joven de la paz puede sentir el sufrimiento del planeta, de la Madre Tierra, y hace lo imposible para poder aliviarlo.
Un joven de la paz construye los nuevos puentes y eleva a las consciencias a través de sus actos de amor, de misericordia y de caridad.
Un joven de la paz trabaja, en estos tiempos, para aprender a construir y cuidar de la Obra divina del Universo; y por más que la desconozca, por su grandeza y amplitud, el joven de la paz nunca pierde la esperanza de saber que él ayudará a preparar el camino para el advenimiento del Amor-Sabiduría.
Un joven de la paz es aquella alma y aquél ser que reúne, bajo el espíritu de la Unidad, a sus semejantes, a los demás jóvenes, e intenta por encima de todas las cosas que todos sientan que, en estos tiempos, es importante responder al llamado divino que surge de cada mundo interior.
El joven de la paz es aquel corazón puro y simple, que unirá Oriente y Occidente, que hará la síntesis del conocimiento espiritual expresado y será quien, dentro de sí mismo, ampliará las fronteras de la consciencia humana para que finalmente se exprese lo nuevo, lo renovado y lo irrefutable.
Un joven de la paz sabe que, a través de su amor a los Reinos de la Naturaleza y de sus sanas acciones, podrá seguir el camino de la redención, dejando atrás todo aquello que podría lastimar su mundo interno y buscando, a través de la oración universal, el único camino para la elevación de su consciencia.
Un joven de la paz es quien a través del arte, de la música, del servicio y de la oración, podrá atraer para el mundo los estados de regeneración y de cura que la humanidad necesita para poder alcanzar la reconciliación.
Un joven de la paz cree, dentro de sí, que existe algo mayor e infinito a lo que es este planeta.
Él busca despertar a lo que es invisible y a todo lo que proviene de la Fuente Única, porque así se sentirá parte de algo mayor.
Un joven de la paz es quien obra sin fronteras y es quien ama, sin condiciones, a todos sus hermanos.
El joven de la paz sabe que es el labrador que, en estos tiempos, prepara la Tierra y toda su consciencia, para reencontrarse, algún día, con el Maestro de la Sabiduría y del Amor, que le dará las llaves para que el joven apóstol abra las puertas al perdón, a la cura y a la reconciliación.
Un joven de la paz es quien nunca se cansa de ser luz infinita en el mundo.
Este tercer Festival de la Juventud por la Paz representa el cierre de un ciclo de preparación y de fortalecimiento de las bases internas, que posibilitaron, en este tiempo, que el propio Festival adquiriera una nueva consciencia y que esa nueva consciencia generara la condición para abrazar a otras regiones del planeta e incluir a más jóvenes.
Les agradezco por responder al llamado de atraer paz a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre Tierra
Las Señales en el Cielo
El mundo despertará una mañana y verá plasmada en el Cielo la señal que indicará el momento del Retorno de Cristo.
Muchos ojos se abrirán y corazones se redimirán ante esa visible señal del universo.
Mientras el sol despuntará en lo más alto de la colina, la señal del universo quedará cada vez más visible y no se borrará. Será el momento en el que todo se transformará, y lo que ha permanecido oculto, de la nada se verá.
Esta señal dejará tres señales más, visibles en el mundo. Ellas no podrán ser confundidas ni interpretadas como fenómenos naturales, pues tendrán tan alto grado de resplandor, que no se asemejarán a nada de este mundo.
Mientras tanto, una estrella muy semejante a la gran Estrella de Belén anunciará la apertura de los portales del universo.
Cuando vean esa gran y desconocida Estrella brillar demasiado en el firmamento, póstrense en el suelo y hagan penitencia; manifiesten un profundo arrepentimiento en nombre de la humanidad, pues esa será la señal de que Cristo ya está retornando.
Cosas semejantes a las que ocurrieron en el nacimiento de Jesús sucederán en el último tiempo; porque cuando el Niño Dios nació, Él era el Alfa; ahora en Su Retorno, Él será el Omega.
Preparen con tiempo sus corazones para ese momento.
Permitan que la purificación se adelante para que estén libres de ustedes mismos.
En total, cuatro señales se mostrarán en este universo, para que la humanidad comprenda que ya es hora de ir despertando y de abandonar la ilusión y la inercia.
Estas señales traerán consigo algo nuevo y algo renovador. Pero, al mismo tiempo, ellas moverán, de Oriente a Occidente y de Norte a Sur, todo lo que es oscuro, injusto e infiel.
Es así, que,por ser señales del universo en el planeta no podrán ser borradas, alteradas u ocultadas.
Estas señales tendrán la fuerza de cientos de caballos y una expansión más grande que todos los océanos.
Será ese el momento en el que deberán estar en oración, sin distraerse, porque los impulsos quedarán y lo que está en vano se transmutará.
Las señales revelarán misterios desconocidos, abrirán puertas inexplicables y harán que la humanidad dormida despierte y, finalmente, coloque su atención en Dios, sin poder escapar hacia ninguna parte.
De esa forma, sí o sí, los seres humanos tomarán consciencia de todos sus pecados y todo quedará expuesto en este mundo.
Así, la gran mentira mundial, creada por los hombres de superficie, será extirpada y todos tomarán consciencia de la ilusión que fue creada durante siglos.
Cuando Cristo retorne muchas cosas se moverán, hasta las más increíbles. Porque como Cristo es la Ley viva, donde está esa Ley presente no estará lo injusto o lo oculto.
Por eso, purifiquen con tiempo sus corazones para que dichos acontecimientos no superen sus expectativas ni tampoco los sorprendan de la noche a la mañana.
Vigilen así como lo hace el guardián que cuida de la casa durante la noche.
Entren en vigilia y en oración, porque así podrán ser guiados, paso a paso, hasta el fin.
Las señales del universo dejarán más clara y evidente la realidad planetaria antes de que se develen todas las mentiras, los fraudes e injusticias.
Que sus corazones sean misericordiosos, así como Dios es misericordioso; porque, de esa forma, no caerán en tentación.
Vengo a pedirles, en esencia, lo mismo que Jesús les pidió a Sus apóstoles mientras Él agonizaba en el Huerto Getsemaní; porque serán necesarias, en ese tiempo, su plena correspondencia, sintonía e incondicionalidad.
Los más humildes ayudarán a los más dormidos.
Los más sabios, que serán movidos por el Santo Espíritu, ayudarán a los más ignorantes.
Los más simples les indicarán a todos la puerta de salida hacia el nuevo y venidero ciclo de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Emerge, desde los niveles invisibles de la Tierra, toda la oscuridad que estaba oculta. Las almas que por siglos permanecieron en pena y sufrimiento levantan sus brazos, pidiendo la Luz y el Perdón de Dios. El mal ya no esconde su actuación, porque el Bien también se expande y anuncia su triunfo.
Es una gran batalla entre la dualidad de este mundo, porque llegó el tiempo de definición para toda la raza humana; es tiempo de vivir la unidad absoluta con Dios o ser llevado a escalas primarias de evolución, para recomenzar.
En muchas partes del mundo, parece que las nubes del dolor y el sufrimiento ocultan el Sol.
En Oriente, lo que un día fue un mar de Gracias, se convirtió en un mar de terror y desespero por la indiferencia de los hombres. Pero esto no significa, hijos Míos, que Mi Corazón no triunfará.
En el corazón de América, la luz comienza a expandirse y el Sol de un nuevo tiempo se levanta como la Aurora del amanecer. El fuego que emana su cósmica luz proviene del amor de los corazones despiertos.
Los seres humanos están descubriendo la semejanza con Dios a través de la oración, y la verdad desciende sobre la Tierra con la misma potencia de la Misericordia de tiempos atrás emanada por Mi Hijo en Su Cruz.
A todos los que Me escuchan, les diré que no teman, sino que sientan en sus vidas el triunfo de Mi Corazón. Mi manto se expande más allá de los continentes y hago crecer la semilla de la nueva vida que planté en América, en el corazón de todos aquellos que, en cualquier parte del mundo, acepten responder a Mi llamado.
No habrá tribulación que derribe a Mis soldados, pues ellos serán sustentados por la fuerza de Mi Amor maternal e infinito. Ni la mayor de las bestias que se levante contra Mis pequeños los hará titubear, porque la verdad impresa en sus corazones puros les traerá la certeza de que la realidad solo habita en la Luz y en la Consciencia de Dios. Todo lo que está fuera de Él es parte de una ilusión milenaria, que ata a las consciencia a las perdiciones del mundo.
Hijos, aunque la oscuridad que emerge dentro y fuera de ustedes, y en muchas partes del mundo parece infinita, no teman y recuerden Mis palabras cuando les digo que el potencial del Sol de Dios en sus corazones vencerá cualquier noche y cualquier tiniebla. La noche más oscura anuncia la claridad de un día de renovación y de Gracias.
Para que haya mil años de paz, cada corazón y cada consciencia deberá elegir vivir el amor y la unidad con Dios.
Después que la semilla del amor esté plantada en la consciencia de todos aquellos que se comprometieron con Mi Hijo, ya será suficiente para el triunfo del Creador, porque la cristificación solo florecerá plenamente, en una raza entera, cuando la Luz prevalezca en la Tierra y, con otro nombre consagrada, ingrese en el nuevo tiempo, en el tiempo real.
Poco a poco los velos caen de los ojos de Mis hijos y todo aquello que quedó guardado en los libros sagrados como cuentos e ilusiones tomará su lugar dentro la verdad, y destituirá el reinado de la indiferencia y del adormecimiento.
Hijos amados, a pesar del terror que ven en muchas partes del mundo, quiero que en sus corazones nunca desaparezca la certeza del triunfo de Mi Corazón, porque así como la purificación comenzó de forma repentina e inesperada para muchos, la Luz también emergerá repentinamente y se consolidará en la consciencia, sin que se den cuenta.
Oren de corazón y cuando menos lo esperen, Mi Hijo, quien reina en los Universos, reinará en cada partícula de sus seres y comenzará a construir, dentro de cada uno de ustedes, la Nueva Jerusalén, la raza de los redimidos por Cristo.
Los amo y les dejo Mi Paz,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El mundo aún no sabe como es la Ira de Dios; las agresiones y las lesiones físicas y espirituales que viven las almas de Oriente no permiten aplacar la Justicia de Dios.
Amorosamente vengo para pedirles que a través de la oración, sus vidas justifiquen ante el Reino de los Cielos que es posible vivir un cambio. Delante de los tiempos de caos y de error, vengo a pedirles que sus vidas testimonien un ejemplo de consagración al Corazón de Mi Hijo, para que así Su infinita y última Misericordia descienda sobre el mundo.
Queridos hijos Míos, ¡despierten! Existen problemas más graves que los suyos; Mi Corazón, flagelado por los errores y horrores del mundo de hoy, necesita que de ahora y para siempre se posicionen dentro de Mis ejércitos de luz, los que lucharán día y noche para que la paz se establezca.
Por eso, Mis amados hijos, recen todos los días de corazón, sintiendo en lo profundo de sus espíritus cada palabra decretada, así vuestra petición y súplica será escuchada.
Queridos hijos, hoy vengo para implorarles que sigan trabajando por la paz del mundo; la Tierra entera está sacudida por el error y por la sangre que corre incesantemente sin compasión ni perdón.
Queridos hijos, acepten Mi llamado de forma verdadera, si no oran de corazón, unidos a sus almas, ¿cómo Mi Plan se cumplirá? En verdad vengo para pedir lo imposible: que sus vidas no dejen de renacer y de aceptar amorosamente los sacrificios y las pruebas que el Señor, Vuestro Dios, derrama sobre ustedes.
¡Llegó la hora, hijos! Es tiempo de confirmación y de desafíos; nadie podrá quedarse atrás, por eso vengo a traerles la consciencia infinita de la real necesidad de que al menos, una mínima parte de la humanidad escuche y responda a Mi llamado.
La humanidad traspasó todos los límites y muchos se arrepentirán eternamente por haber sacrificado a sus semejantes; este es el principal dolor de Mi Corazón de Madre. Necesito que Me alivien y que alivien con sus esfuerzos al mundo entero, la Luz no puede desvanecerse.
¡Es hora de luchar en esta guerra espiritual con el rosario de la paz!
¡Les agradezco por consolar Mi ultrajado Corazón!
En el Bien que muchas almas inocentes merecen,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos predilectos:
Cuánta alegría siente Mi Corazón Materno, cuánto regocijo y gratitud recibe Mi Santo Espíritu por verlos reunidos en esta, Mi casa de oración para el mundo espiritual de Mis hijos consagrados.
Unidos en Mi oratorio universal, el Señor puede interceder por las almas gravemente equivocadas que no escuchan sus corazones ni escuchan a Dios.
Queridos hijos, a través de vuestra ofrenda diaria Yo puedo, como Reina de la Paz, ayudar al mundo y principalmente a los más pequeños de Oriente, los que día a día desesperan por la falta de paternidad y de cuidado.
Hoy vine del Cielo para pedirles que adopten un niño en sus oraciones, que recen por un niño de Oriente como si él fuera hijo o hermano de ustedes. Así, si cada uno adoptara un pequeño niño en sus oraciones, ayudará para que Vuestra Madre Celeste pueda interceder y tener a todos los niños en Sus brazos de paz y de maternidad.
Lo que hace oscurecer al mundo es la falta de amor y de caridad, por eso, hijos, vengo para enseñarles y recordarles el Plan de Dios, que es olvidado y sustituido por las modernidades del mundo.
Desde Mi Espíritu Materno, vengo para gestar en sus seres un nuevo don, el don de la paz y de la mansedumbre, algo que la humanidad no vive completamente. Con sus corazones pacificados y mansos, muchas calamidades podrán ser evitadas y no será necesario aprender a través del dolor.
Hijos, con la adopción espiritual de un niño de Medio Oriente en sus oraciones diarias permitirán que los ángeles de la guarda intercedan por la soledad y el ultraje que sufren Mis más pequeños hijos.
Deseo que agraden Mi Corazón con este acto de amor, ¡así también harán triunfar Mi Inmaculado Corazón!
¡Les agradezco, hijos Míos, por cooperar con Mi llamado por la Paz!
Los ama y los reúne siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como una Reina, vuestra Madre es coronada por las oraciones y por las súplicas de todos Sus hijos del mundo. Esto hace desaparecer, de a poco, el dolor profundo de la Madre Santísima, porque el dolor del mundo es compartido con los consecuentes apóstoles de Cristo.
Es por este fin, queridos hijos, que hoy vengo a vuestro encuentro para llamarlos al tiempo de la consciencia y de la madurez interior. Será de esa forma que vuestras almas, unidas a Cristo, podrán corresponder a la Voluntad de Dios, cuando esta Voluntad se haga conocer en vuestros corazones.
Por eso, hijos, en tiempo de preparación, pero también en los momentos agudos de la humanidad, que vuestro camino sea responder, a través de Cristo, a los Designios del Padre Celestial. Eso requerirá que vuestras consciencias respondan a situaciones que no estaban planificadas en vuestro día a día.
Poco a poco, están siendo llevados a vivir los mismos principios que la Familia de Nazaret vivió, para cumplir así el Propósito infinito del Padre Eterno que es salvar a la humanidad entera.
Sigan la luz que los lleva a encontrar este sagrado Propósito y no cierren sus corazones a lo que deberán aprender en honor a Mi Inmaculado Corazón.
De vuestra respuesta y de la respuesta de todos Mis hijos en el mundo dependerá la libertad de Oriente y principalmente de las pobres familias sometidas.
Vuestra decisión es única en estos tiempos, porque desde el principio la humanidad es única y lo que uno hace repercute en los demás, sea evolutivo o contrario a la evolución.
Mi Corazón, que está lastimado por los hombres ingratos que no conocen el Amor de Dios, se está ofreciendo a todos como el sublime refugio para los inmigrantes del mundo.
Mis brazos están extendidos hacia el planeta y Mis manos se aproximan a todos para clamarles por piedad, paz y consciencia.
Queridos hijos, como el Arca de la Santa Alianza, Yo derramo lo más puro de Mi Corazón para que, en este tiempo de purificación, ustedes se sirvan de Mis Principios maternales y universales, Principios que provienen del Cielo.
Les agradezco por seguir calmando Mi Corazón, Corazón que sufre por lo que sufren Sus hijos del mundo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Santifiquen sus vidas, adorando al Dios Vivo que habita en todo lo que fue creado.
En la esencia del acto de adorar, puramente interior, encontrarán el verdadero sentido del servicio y de la caridad, que es la búsqueda de la unidad con el Dios existente en todas las cosas.
En un pasado lejano, los seres humanos reconocían lo sagrado como algo más natural y podían sentirlo como parte de sus vidas. Hoy en día, enseñarles a reverenciar y a adorar a Dios, internamente, es como ofrecerles un gran desafío.
En Jerusalén, como en todo el Oriente, muchos pasaron la vida entera buscando al Salvador y esperando al Mesías, creyendo que vivían y respiraban solo para encontrarlo.
Sin embargo, cuando estuvieron delante de Él, no lo aceptaron y negaron la Humildad de Dios, que era el símbolo purísimo de Su manifestación entre los hombres.
No corran el riesgo de repetir lo mismo que la humanidad de tiempo atrás vivió. Ella creía que buscaba a Dios y que vivía para Él y, sin embargo, nunca creyó en la autenticidad de su búsqueda y menos aún de su meta. Recibía la enseñanza como algo sagrado, pero solo para mantenerse en la teoría y organizar la vida social y éticamente, de manera de poder vivir con un poco más de paz en tiempos de tantas guerras, conflictos y de búsqueda incesante de poder.
Que las palabras de los Mensajeros Divinos, hoy sagradas para muchos, no sean solo bellas teorías, sino que los torne más pacíficos delante del común de la sociedad en que viven.
Destierren de su interior la duda oculta sobre la veracidad de la enseñanza y no permitan que el inconsciente de la humanidad los haga creer que Cristo nunca regresará, porque, si ustedes reflexionan y buscan en lo profundo de la inconsciencia, encontrarán en ustedes muchos aspectos que niegan la existencia de Dios y de Su Plan, como también del retorno de Su Hijo. Esos son los resquicios de una humanidad degradada que, hace más de dos mil años, no creyó en la encarnación del Mesías.
Abran los ojos y purifíquense. Caminen verdaderamente hacia la transformación, para que así no sean sorprendidos por sí mismos en un futuro próximo.
Yo los amo y los conduzco hacia la transparencia interior, para que se conozcan a sí mismos y destierren el viejo ser.
San José Castísimo, fiel guardián del retorno de Cristo
Yo vengo al mundo, como la lluvia que bendice al planeta. Traigo desde el Reino de Dios, la llave para cada ser, la que abrirá la puerta para aprender a amar y a perdonar.
En Mi Corazón se cumple la promesa de salvar a Mis hijos y entre Mis brazos de luz coloco a cada una de las criaturas de Dios.
Queridos hijos, en este ciclo que comienza, vengo para agradecerles por la Vigilia de Oración ocurrida en el día de ayer; Mi Corazón entró en regocijo cuando todos ustedes se dispusieron a servir, sabiendo que Yo no descendería al mundo, pero Mi Espíritu estuvo entre ustedes y Mi alegría interior colmó a los corazones que se abrieron a escuchar Mi mensaje.
Por eso hijos Míos, hoy Yo estoy aquí y estaré entre ustedes todo el tiempo que Me lo permitan. Recuerden, niños, que ya están caminando y aprendiendo a dar los primeros pasos, como buenos corazones que son.
Hoy Mi pedido de oración no solo se extiende por el mundo entero, sino también por todos los cristianos que injustamente están siendo mutilados y desaparecidos en Oriente.
Les pido: recen de corazón y ofrezcan al Altísimo un pedido de misericordia, para que las familias de Oriente que están siendo desintegradas y separadas, puedan recibir la ayuda espiritual que necesitan.
¡Le suplico a todos los orantes de América y del mundo!, que a través de la fuerza y del poder infinito de la oración, ayuden a cambiar el cruel destino que otras consciencias vivirán por causa de la injusticia y de la maldad de los corazones cerrados a Dios.
Como protectora de las esencias del mundo Yo llego, en este día de gozo pero también de dolor, a pedirles una colaboración inmediata por las faltas gravísimas que la humanidad comete día a día.
El enemigo ha impuesto la separación y la falta de hermandad y de paz entre los hombres. Por eso, bajo el espíritu del Amor y antes de que la Justicia de Dios sea derramada sobre el mundo, Yo vengo a despertarlos y a llamarlos al trabajo constante por la paz. Esto permitirá que todas las almas de Oriente, que sufren, reciban un poco de la Misericordia de Cristo.
El mundo está a punto de colapsar espiritualmente y las redes del mal atrapan cada vez más la atención de Mis hijos. Con espíritu de oración y de sabiduría, hoy descenderé a Aurora a pedirles un despertar mayor, para que al menos una parte de la humanidad más consciente destierre las ideas de destruir el Propósito de Dios.
Cuantas más almas en el mundo supieran de Mi convocatoria y rezaran de corazón, menor será la actuación suprema de la Justicia. Dirijan sus peticiones a Dios por los sacerdotes, por los obispos y por los religiosos de la Iglesia de Cristo, muchos de los cuales se están dejando convencer por las cosas del mundo y no por la verdadera búsqueda del Amor de Dios.
Naciones enteras prometen modificar las leyes de la Tierra, como lo ha hecho el Uruguay, esto atrae consecuencias injustas para muchos pobres corazones. El pecado se ha vuelto moda y tendencia, y la falta de reconciliación y de penitencia está generando alianzas con las ideas del enemigo.
Solo a través de los que se dispongan a defender y proteger el llamado, se podrá cumplir la Voluntad de Dios y dejará de actuar la soberbia de los hombres ingratos.
Mientras Mi Gracia maternal los colma, abracen internamente las Gracias que Yo derramo, pues estas ya son las últimas que despertarán a los nuevos apóstoles de Cristo.
¡Agradezco la respuesta sincera de todos los hijos de Dios!
Los bendice, los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Señora del Santísimo Rosario de la Paz
¡Atentos a las urgencias del Cielo!
Hace un poco más de dos mil años de vuestro tiempo que la Gran Estrella de Belén guio el camino de los iniciados Reyes Magos, los que recibieron la bendición original del Hijo de Dios.
Este especial encuentro en Belén, con los Santos y Sabios Reyes del Espíritu, marcó un antes y un después en la vida y la evolución de la humanidad; ellos prepararon desde el corazón la venida gloriosa del Rey de las Estrellas.
Los Reyes que llegaron de diferentes partes de Medio Oriente y del Lejano Oriente eran más de tres. Recuerdo que Mi Amada Madre María, cuando yo tenía tan solo seis años de edad, me dijo que los Santos Reyes habían sido enviados por el Espíritu de Dios para ungir, por medio de las sagradas ofrendas, al Hijo de Dios.
Fue así que en aquel tiempo los Reyes reabrieron el camino de la cura y la redención espiritual de toda la humanidad perdida. En verdad ellos fueron los que prepararon el camino para el Mesías junto a la misión que cumplió Juan el Bautista.
Muchos de los corazones en esa época, muchas de las almas fueron bendecidas por la acción amorosa de los Reyes y, como buenos y humildes iniciados, sostuvieron el Plan que Dios quería implantar desde el nacimiento de Jesús.
También, en aquella noche, los pastores de Belén recibieron la visita del Ángel de la Paz, el cual anunció la Gloria y la Salvación por el nacimiento del Mesías. María y José, regocijados por el Espíritu Santo, fueron llevados en los planos internos frente a los Altares del Creador. Aunque hacía pocos días que Mi Sagrada Madre había dado a luz, Ella fue coronada y bendecida por el Espíritu de Dios.
Hoy les revelo este misterio, porque para este año que comienza Mi Corazón Misericordioso vendrá en búsqueda de los nuevos apóstoles; ya es hora de abrir las puertas para la liberación interior y para el camino de la paz.
Imiten el ejemplo sagrado de los Santos Reyes de Oriente, porque será necesario rescatar la reverencia y lo sagrado en la humanidad. Agradezco a todos los presentes por compartir Conmigo estos días de oración y de paz por la humanidad. Dios está alegre por vuestros esfuerzos.
Los ama siempre y los protege,
Vuestro Santo Rey, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más