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Segundo Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que hoy sea escuchada la Voz del Señor de Egipto, porque hay un pueblo que clama por liberación, piedad y redención. Hay un pueblo que grita por justicia, Misericordia y paz.
Esto no es por falta de ayuda divina ni de ayuda suprema. Esto es parte de lo que genera la propia humanidad entre los pueblos y las naciones, entre las razas y las culturas.
Desde el Desierto del Sahara que sea escuchada la voz del Señor de Egipto, que hoy presenta su Trono de Sabiduría y de Poder para traer Justicia al mundo, Justicia que equilibrará al planeta y a la humanidad. Por eso deben rezar como lo están haciendo, todos los días.
La Voz del Señor de Egipto viene a traer Justicia al mundo, por las peticiones de su pueblo y de su cultura, por los ruegos de los simples y de los humildes.
Que ya no existan diferencias entre razas y religiones, entre creencias y doctrinas.
La Voz del Señor de Egipto viene a unificarlo todo, desde el principio al fin; viene a revelarles que en esencia todos son uno. Y en esa unidad todos provienen de Dios, del mismo Padre que los ha creado, del mismo Universo que los ha manifestado, del mismo Amor que los ha expresado en infinidad de formas y manifestaciones.
Todos son uno en esencia y en esa unidad existe el Amor que trasciende las fronteras, las culturas y los pueblos.
La Voz del Señor de Egipto viene a revelarles un tiempo de gran purificación planetaria. Un tiempo que ninguna otra raza ha vivido en otra era o en otro siglo.
Yo vengo como el Señor de Egipto para hablarles en el nombre del Amor, y también para demostrarles que Yo estoy en todo, no solo en el cristianismo.
Yo soy parte de Dios y de Dios provengo. Soy parte de Su Emanación Divina y de Su Propósito para este y otros Universos.
Esta es la Voz que les habla, la Voz del Señor de Egipto que estuvo antes con ustedes y que ahora está con ustedes para dar continuidad al Propósito de Dios.
Que ningún pueblo, cultura, raza o nación olvide que cada ser primero es una esencia, antes de ser materia, que son parte de una Fuente original y de un principio que debe cumplirse en ustedes para que pueda cumplirse en el mundo.
Los que se creen poderosos y hacen las guerras, no ganarán. Los que sufren y padecen las consecuencias son los que triunfarán.
Porque el Amor siempre lo podrá todo. El Amor todo lo renovará y no importarán las creencias o las religiones, sino la esencia que unirá a los pueblos y a las naciones, en donde no habrá distinción de cultura, de raza o de color.
Yo vengo a demostrarle a Mi Iglesia que también estoy en los que no creen en Cristo. Porque en verdad no creen porque no Me saben, porque no Me han sentido y tampoco Me han vivido, como ustedes alguna vez Me vivieron o Me conocieron.
Expandan ese Amor que Yo les traigo al mundo para que el mundo pueda tener una oportunidad y recapacite.
Por eso, desde el Desierto del Sahara Mi Voz es proclamada para que los cristianos, árabes y musulmanes Me escuchen como el único Dios, como la emanación del Hijo Primogénito, como Aquel que ha renovado en el pasado todos los tiempos a través de la Cruz.
Llegará un momento en el que todos se encontrarán en un mismo camino y juntos como pueblos, culturas, religiones y naciones deberán cruzar el último portal, porque no habrá otro; no habrá qué portal escoger o qué puerta cruzar, sino solo una que es la puerta de Mi Corazón.
Allí todos se entenderán y tendrán la claridad en el fin de los tiempos de que Yo siempre he sido el mismo, desde el Alfa hasta el Omega, y que Mi Presencia Divina y Omnipotente ha estado en todos; aunque en la mayoría ha estado escondida, aún por despertar.
Si vengo como el Señor de Egipto es para que sepan que Mi Amor Crístico está en los demás y no en tan pocos o en los que creen retenerme proclamando Mi Nombre.
Yo soy el Hijo del Dios Vivo, pero también Dios es en Mí como en Mis hermanos.
Dios, Abba o Alá está en todos como está escrito en todos los Libros Sagrados.
Porque llegará un día en que el conocimiento escrito en los Libros Sagrados será uno, cuando la humanidad reciba la revelación de que un solo Dios siempre estuvo en todo lo creado, como en todos los tiempos, atravesando todas las generaciones, todas las culturas y todos los pueblos. Y sabrán que Él ha intentado expresarse y mostrarse en todos los lugares, así como en todos los rincones de este planeta.
Y así, conociendo esta revelación, comprenderán su filiación con el Padre y se unirán a la Fuente. En ese momento no será necesario hacer más guerras ni crear más conflictos por bienes materiales o por dogmas espirituales. En ese momento, Yo ya estaré presente en el mundo y dentro de la humanidad.
Pero, como en el pasado, el Dios Vivo en el Hijo amado se mostrará a pequeños grupos antes de mostrarse al mundo entero, y todo lo que habrá sucedido por medio de las religiones y de esta Obra será comprendido.
Los que no lo aceptaban, lo reconocerán. Los que se apartaron, se avergonzarán por haberme abandonado. Los que persistieron y persistirán hasta el final, gozarán de Mi Espíritu, algo que será desconocido.
Será el último impulso revelado por su Maestro y Señor a Sus discípulos, a todos los que tengan fe en Mi Nombre y en Mi Palabra.
Y todo lo que habrá sido difícil, costoso y sacrificado para los Míos, será comprendido y tendrá un sentido.
Las angustias vividas, las tristezas que los oprimían, la amargura sentida por los corazones que se han apartado serán comprendidas, porque es parte de un propósito y de una historia que Yo estoy escribiendo en este mundo y, principalmente, en sus corazones.
Cuando todos tengan consciencia de lo que ha hecho Mi Obra a través de las almas, muchos se arrepentirán tarde; pero los que están Conmigo se alegrarán por haber tenido plena confianza en Mi Mensaje y en Mi impulso de Luz.
Por eso coloco Mi Obra en los lugares más difíciles para que se cumpla y, al menos, en el espíritu de cada lugar se siembre la paz.
Por eso, todo lo que ofrezcan a su Señor por esta Obra tendrá un valor incalculable a los ojos de los hombres del mundo.
En este tiempo está escrito: el Señor de Egipto, el Señor de Oriente, le quitará el poder a los que creen tenerlo y le dará Sus tesoros a los que han sufrido por injusticia y desigualdad; y la Tierra Prometida, que mora en el Corazón de Cristo, será revelada a los que con esfuerzo han seguido Sus pasos rumbo al camino de la Luz y de la unidad.
En esa hora Yo uniré todo, culturas, pueblos, creencias, religiones y razas; y todos escucharán al Maestro y Señor en una sola lengua, en Su lengua original que reverbera en el Universo y que hace eco en los espacios más profundos del Cosmos, como una melodía mántrica que, en impulso de vibración y de luz, renueva todo lo que toca y transforma todo lo imposible.
La Voz del Hijo del Hombre, la Voz del Señor de Egipto, será como un trueno que iluminará las cúspides de las Iglesias de la Tierra, sin preferencia de lugar ni de personas.
Porque en el momento menos pensado, el Señor de Egipto se mostrará y en Su Corazón, como en Su Faz Divina y Trina, traerá la síntesis de toda Su experiencia vivida en la Tierra como en el Cielo, para que así una Nueva Humanidad pueda comenzar.
Mientras tanto, escuchen la Voz del Señor de Egipto que les dice: no se cansen de trabajar para Dios, porque Dios siempre les dará Sus tesoros a los que viven Su Palabra de verdad y sin prejuicios.
Por eso, que el amor abunde en estos tiempos para que millones de heridas sean cerradas en los corazones que sufren por diferentes razones y motivos.
Cuando comprendan la esencia del Propósito de Dios muchos se sorprenderán por lo que conocerán, porque sabrán algo que nunca han sabido; porque se revelará algo que nunca vieron y será claro para todos, no existirá duda, interpretación ni espejismo. Porque cuando el Señor de Egipto retorne al mundo con Su verdadera Faz, todo estará consumado.
Que cada rezo sea valorado. Que cada cuenta ofrecida sea contemplada. Que cada oración ofrecida sea colocada a los Pies del Creador por los que se apartaron de Mí, sin comprenderlo todo; porque lo único que deseo para todos Mis compañeros es que siempre vean la verdad y que en la verdad vivan para algún día ser libres de sí mismos.
Agradezco a los que persisten, a los que son sinceros y transparentes, a los que no temen asumir sus errores y pedir perdón a sus hermanos y a Dios.
Agradezco a los que aceptan sin comprender, porque algún día lo comprenderán todo y, sin darse cuenta, se transformarán en lo que tanto he deseado con ardor en Mi Corazón vivo y paciente.
Que todos aprendan de este momento y que aprovechen esta oportunidad para no perder la Gracia de despertar y de renovar los tiempos, así como el Padre lo espera de Sus criaturas.
Que el Don de la Sabiduría esté en los corazones abiertos.
Que el Don de la Sabiduría ilumine a los corazones cerrados.
Que el Don de la Sabiduría reconcilie a los que se han apartado.
Que el Don de la Sabiduría restablezca la unidad entre las almas y Dios.
Que el Don de la Sabiduría los impulse a vivir el Propósito y la transformación de los tiempos, porque quien aspira al Don de la Sabiduría conocerá Mi Faz.
Yo los animo a seguir concretando Mi Obra.
Yo los animo a seguir cumpliendo Mis pedidos; porque les vuelvo a decir, compañeros, que todo estará claro en el fin de estos tiempos.
Recuerden que Mi Reino es para todos.
Amén.
Segundo Mensaje
Ha llegado el momento de la gran transición en donde los tiempos se unirán, en donde el viejo hombre quedará atrás para que pueda nacer el Nuevo Hombre.
Para ese momento deben estar preparados, porque nunca lo vivieron y nunca lo sintieron.
Yo estoy aquí como el Maestro y Señor para ser ese puente, para llevarlos primero hacia Mi Corazón y para que después vivan lo que tienen que vivir.
Porque ya está escrito, todo está escrito, desde el principio al fin.
Como Yo Soy el Principio, también Yo Soy el Fin, y todo pasará por Mí, para que los hombres lo comprendan.
Si el alma está unida a Mi Corazón, nada pasará porque tendrá guía, tendrá entendimiento y sabiduría para comprender todo lo que sucederá en este próximo tiempo.
Vengo como el Señor del Silencio para hablarles a los mundos internos, porque allí es en donde todo resuena, porque allí es en donde todo se escucha, porque allí es en donde todo germina y florece para la Gracia de Dios.
Vengo a llamar a los hombres y mujeres de la Tierra para que miren hacia dentro de sí y no tanto hacia afuera, porque afuera todo empeorará, ustedes lo saben mejor que Yo, lo pueden ver todos los días en los acontecimientos de la vida, en las noticias, en todas las comunicaciones.
Pero Yo vengo a usar todos esos medios para redimirlos, así como vengo a redimir a los hombres de la Tierra por segunda vez.
Todo lo que hagan en Mi Nombre tendrá un valor incalculable para este tiempo, pero deben hacerlo como Yo lo deseo y no como ustedes lo piensan.
Para saber cómo deben hacerlo, primero deben estar en Mi Corazón, de una forma verdadera y transparente. Segundo, asumir un compromiso verdadero y no tibio. Tercero, cumplir Mi Voluntad de una forma decisiva, afirmando en sus vidas la realización de Mi Plan en esta superficie.
Así estarán haciendo todo en Mi Nombre; porque muchos hacen las cosas en Mi Nombre pero no de una forma verdadera, no como lo prevén Mi Voluntad y el designio que Mi Padre Me ha entregado para cada una de sus vidas.
Necesito, de esa forma, servidores fortalecidos; necesito servidores dentro de Mi Fuego, para ayudar a concretar todo lo que está escrito y que aún no ha sucedido.
Por eso, vengo desde el Universo para generar el gran despertar; porque aún hay tiempo, aunque la mayoría no escuche, aún hay tiempo.
Como el Señor del Silencio vengo a reverberar las Palabras de Dios dentro de los mundos internos en donde se construirá la nueva humanidad, desde donde surgirán el Nuevo Hombre y la nueva consciencia para este planeta, que estará lejos de la autodestrucción y del abandono.
Vengo a construir los nuevos puentes para las almas, para que los corazones los puedan cruzar y encontrarse con lo que es eterno, visible y verdadero en lo divino.
Por eso, contaré con la ayuda de los ángeles y de los Arcángeles para llevar adelante este último impulso espiritual.
Por eso, como el Señor del Silencio, también peregrino en busca de los rebaños que han estado lejos de Mí por mucho tiempo y que ahora tienen la Gracia de retornar a Mi Corazón de una forma consciente y verdadera.
A todos esos rebaños que volveré a reunir, les entregaré Mi Estandarte de la Paz para que Me representen como embajadores sobre este planeta.
Aún es necesario seguir generando la paz en este planeta, delante de todo lo que sucede diariamente.
Aún es necesario que Mi Voz siga resonando en los corazones para que todos se abran a Mi Divina Voluntad, que es suprema e invencible.
Hoy vengo a hablarles a todos los mundos internos de los seres la Tierra.
Hoy vengo a hablar para todos sin excepción, porque allí será en donde se guardarán Mis semillas de Luz; algunas germinarán en los próximos tiempos, y otras en la próxima vida, en el próximo mundo, en la futura humanidad.
Todo es parte de una construcción silenciosa, paciente y sensible.
Nada es para ahora, porque el hombre aún no está preparado para vivir la entrega total que Dios necesita.
Pero Yo los vengo a animar a hacer los esfuerzos necesarios, a cambiar los modos de la vida cotidiana, a adquirir costumbres evolutivas y sanas, a tener como base de la vida espiritual la oración y la Comunión Conmigo, para que estén protegidos de todo y, sobre todo, de Mi adversario.
Porque si toman esas bases como algo sincero e imprescindible, no perecerán y a pesar de los obstáculos y de las pruebas sabrán seguir adelante trascendiendo las barreras, los abismos y toda perturbación.
No pierdan la oportunidad de fortalecerse en estos tiempos.
No pierdan la oportunidad de madurar en estos tiempos y de ser servidores tan verdaderos, así como Dios lo necesita.
En sus mundos internos siempre encontrarán la respuesta. No busquen a otros guías o maestros porque no los encontrarán. La humanidad está enferma y todos están enfermos en algún grado, de una forma espiritual o física.
La humanidad ingresa de lleno en su tiempo de purificación que es algo que desconoce profundamente; ninguna otra civilización, ninguna otra raza en ninguna otra era vivió lo que ustedes viven en estos tiempos; por eso, para ustedes todo es nuevo.
Pero si mantienen su confianza en Mi Corazón Misericordioso, si cumplen los requisitos que les he dictado para una vida evolutiva y verdadera, no perecerán, tendrán fuerza interior para poder vivir todo, por más duro que parezca.
Es necesario que las viejas vestiduras se rasguen para que pueda nacer el espíritu puro, aquel espíritu de la Verdad que está dentro de ustedes y ha estado preso durante siglos, por falta de amor, por falta de misericordia, por falta de paz.
Vengo como el Mensajero directo de Dios, para que en sus mundos internos repercuta Mi Palabra, pues ha llegado la hora de la definición, y en poco tiempo todo estará permitido para que la humanidad escoja la próxima etapa de su evolución.
Mientras tanto, Yo gesto a través del Amor de Mi Corazón, corazones misericordiosos y simples.
No vengo a pedirle al mundo nada difícil y lejano.
Vengo a pedirle a la humanidad que se rinda, de una vez y para siempre, ya que sus modos de vida, su forma de pensar y de actuar está deteriorando el Universo y la próxima etapa.
Quisiera decirles, en verdad, todo lo contrario, pero Mi compromiso es dictarles la verdad tal cual es, por más difícil que parezca.
Aún hay tiempo de rendirse; aún hay tiempo de arrepentirse y de soltar el poder humano para que triunfen la Luz y el Plan.
Aún hay tiempo para que depositen a Mis Pies las espadas y los escudos que solo los atan a la batalla y que los aprisionan al dolor; esos son los símbolos de sus aspectos más difíciles que aún deben rendirse ante Mi Corazón de Luz.
Yo les traigo la Fuente de Mi Misericordia para permitirles todas las Gracias, aunque muchos no las merezcan.
Yo sufrí por ustedes en la Cruz, y en este tiempo también sufro por ustedes, de otra forma, que es desconocida para el mundo.
Vengo a señalar con Mi Mano a los que he escogido, para que sigan un único camino, que es el camino de la cristiandad y no de las diversidades espirituales.
Yo vengo a rehacer la Iglesia primitiva en estos tiempos. Vengo a reconstruir el Credo en todos los hombres y mujeres de la Tierra, porque ha sido desvirtuado por muchos de Mis seguidores, a lo largo de los siglos y de los tiempos.
Yo solo podré remover algunas cosas. Solo necesito que oren Conmigo para que todo se pueda sostener en estos tiempos críticos.
No ofreceré alegrías a los corazones, sino sacrificios y grandes presiones.
Solo a quien se disponga a estar en Mí todo el tiempo, Yo no lo soltaré y guiaré paso a paso su camino para que no caiga en los abismos de estos tiempos.
Seré como una antorcha de Luz frente a su pecho, seré esa llama incandescente ante todas las tinieblas de la Tierra e iluminaré con Mi Fuego y con Mi Misericordia todos los pasos que serán dados por Mis nuevos apóstoles, los apóstoles de estos tiempos.
Pero no prometeré reconocimientos, vanaglorias ni premios mayores.
Mis amigos son muy pocos, pero Mis servidores son muchos y en ellos tengo la base de Mi Infinita Misericordia.
No quisiera que el mundo pasara a un próximo ciclo sin saber la verdad. Por eso hablo para todos los continentes, todas las naciones y todos los pueblos, y deseo que Mi Mensaje llegue en todas las lenguas posibles a fin de poder salvar a muchas más almas que esperan, algún día, Mi Retorno.
Aunque no lo parezca, Yo estoy volviendo.
Mi Hora ha llegado, así como llegó Mi Hora en la Cruz. Pero ahora vendré a liberar al mundo y vendré a expulsar a los demonios que han encarnado en la Tierra para hacerla sucumbir.
El planeta al fin será el Nuevo Edén y las almas no sufrirán nunca más, no sabrán lo que es dolor ni la culpa; al contrario, conocerán lo que es el gozo y el júbilo de estar en el Reino de Dios para siempre.
Dios santifique estos elementos para que las almas sean santificadas, algún día, por el Espíritu Sagrado de Dios.
Dios santifique este espacio para que la oración tenga un efecto planetario en este tiempo y más allá de este país.
Porque a pesar de que se levanten nación contra nación, también se unirán naciones y naciones, se unirán corazones en el Propósito de Cristo para el triunfo de la Redención.
Amado Padre Celestial, santifica todo lo que has creado a imagen y semejanza de Tu Consciencia.
Santifica todo lo que existe y todo lo que es ofrendado en Tus Altares Mayores, para que triunfe en estos tiempos el Amor de Tu Corazón y las almas más sufridas se rediman. Amén.
Santifica, Señor, lo primero que Tú has creado en este mundo, el agua, para que las almas aprendieran a saciar su sed interior y siempre estuvieran nutridas por Tu Espíritu.
Que se establezca aquí, Amado Padre, la Comunión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Tu Corazón, a fin de que triunfe Tu Sagrada Voluntad.
Y ahora Me iré de aquí bendiciendo a Ecuador y al mundo, a fin de que estos días de oración que compartiremos juntos, sean flores en Mi Jardín de Misericordia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
Mi Voz se vuelve a escuchar en los desiertos de este mundo y Mi Palabra hace eco en los corazones que reconocen la Faz Glorificada del Señor.
Yo Soy el último Profeta de estos tiempos.
Así como Soy el Principio, también Soy el Fin, y por Mí todo pasará, hasta la última célula viva de este planeta.
Porque Yo provengo de un misterio infinito, de una Creación infinita, de una Fuente inmaterial que el mundo no puede tocar, porque ella solo vibra en el espíritu.
De ese Gran Espíritu Yo provengo y de allí proviene Mi Voz que es la Palabra de Vida, la que trae para el mundo la renovación y la paz; la que construye en las almas la religación con Dios y con Su Divino Reino.
En esa Fuente inmaterial Yo fui concebido para poder llegar a esta Creación, para poder mostrarme ante ustedes y estar entre ustedes compartiendo el Camino de Dios, que es el único camino que unirá a todas las religiones.
Hoy estoy aquí como el Señor de las Religiones, para sintetizar de cada una de ellas lo mejor, lo más evolutivo, lo bueno.
Hoy vengo a tejer con Mis propias Manos, a través de las religiones, el último collar de Luz que unirá a cada una de ellas, en un único camino en donde algún día se encontrarán para darse cuenta, finalmente, que la única religión es el Amor de Dios, el Amor de la Fuente que trae sabiduría, entendimiento y comprensión infinitos.
Así como Yo estuve en el pasado, hace tanto tiempo, anunciando la Palabra de Vida y el Evangelio en los desiertos, hoy, el último Profeta de Dios retorna a los desiertos para proclamar Su Retorno, el que unirá todo lo que está separado en la consciencia de los hombres de este mundo.
Así como se unirán las religiones, también se unirán las culturas que proclamarán el Reino de Dios y alabarán Su Magnitud, Su Resplandor e Infinidad.
Ese momento se acerca, en el que todo quedará claro, en el que todo se revelará y ya no habrá diferencias, porque el fin de un tiempo se aproxima y la transición más difícil se acerca. Y aquellos que no busquen la Religión del Amor, la que viene de Dios, perecerán.
Por eso, antes de que todo suceda, amen sin fronteras y sin resistencias.
Permitan que el Rayo de Mi Corazón, el Rayo del Amor-Sabiduría, los impregne y los transforme en el modelo que tanto espero.
Que las religiones se abran, espiritualmente y en esencia, para recibir al Señor del Universo; para recibir a Aquel que una vez proclamó el Evangelio en los Templos de Jerusalén y que ahora proclamará Su Palabra Redentora en todos los Templos de la Tierra y en todas las religiones del mundo.
Y así la humanidad comprenderá que la espiritualidad de las religiones no fue totalmente contada y que a todos les faltaba el eslabón del Amor para unirse a la gran cadena del Amor-Sabiduría.
Yo nací en Medio Oriente hace más de dos mil años para unir el Lejano Oriente y el Occidente, para que todas las religiones que nacerían, y las que ya habían nacido, encontrasen, al final del camino, el único Camino de Dios que es el camino del Amor, el que unifica las esencias, el Amor que trae la verdad y el entendimiento por encima de todas las cosas.
No solo Soy el Señor de Oriente, sino también el Señor de Occidente, el Señor de las Religiones; porque las religiones del mundo deberán curarse, curarse de sus heridas más profundas para poder reconciliarse con Dios y así entrar en comunión con el Infinito.
El Padre es Uno solo.
Pero Él está presente en Tres Personas: el Creador, el Hijo Primogénito y el Espíritu Santo.
Tres vertientes de Luz que llevan este Universo a la elevación de la consciencia y a la unidad con el universo interior de cada ser.
Yo vengo con este mensaje porque es un mensaje de preparación para lo que vendrá después, cuando el Señor de las Religiones visite el Lejano Oriente y una esa parte de la humanidad, como une esta parte del planeta, este lugar, con la Fuente.
Que todos puedan beber de estos sagrados conocimientos. Que todos puedan recibir estos sagrados impulsos que son parte de la revelación del Libro de Dios, en el que está escrita la última parte de la historia de esta humanidad, la que transita hacia un nuevo tiempo y hacia un nuevo amanecer; la que nacerá a una nueva consciencia, dejando atrás la consciencia del pasado, de la indiferencia y del error.
Acompañen al Señor de las Religiones en Su predicación por el mundo, siendo embajadores de la paz y buenos obreros de Dios para que nunca les falten las Gracias, las que el Señor hace brotar de Su Fuente Infinita, de forma incansable e inagotable.
Hoy Mis Palabras son misteriosas. Hoy Mi mensaje es simbólico porque todo está por revelarse y solo les corresponde comprender una parte; porque deben saber que están dentro de Mi Proyecto, el cual deben proteger de ustedes mismos para que no se aparten de él ni tampoco se alejen de la guía de Mi Mano, de la Luz de Mi Corazón, de Mi silenciosa Mirada.
Las religiones del mundo vivirán su etapa final, su definición, y los tiempos que llegan los llamarán para que todos se unan en el amor y en la unidad; de lo contrario, no será posible persistir.
Lo que está escrito se cumplirá.
Todo forma parte de un nuevo tiempo y de una nueva experiencia, solo deben tener la fe fortalecida para que nada los sorprenda.
Porque cosas inimaginables sucederán, y sus voces deberán estar unidas con lo Alto mediante la oración, para que la guía espiritual nunca les falte; porque en verdad les digo que las ovejas aún no saben caminar entre las tinieblas para no perder el sendero de la Luz.
Por eso Yo Soy el Fin, así como Soy el Principio.
Y hasta que no se cumpla lo que Mi Padre Me ha pedido no descansaré, no dejaré de venir al mundo a prepararlo para su despertar y su gran momento de redención.
Mientras tanto, sigan Mis pasos por los que ya no los siguen.
Acompañen a Su Maestro tomándose de Mi Mano para que Yo los pueda guiar, aunque nada comprendan o nada acepten.
La humanidad ha decidido desviarse de su destino final, por eso Yo vengo para volver a colocarlos en el camino, para que encuentren el único Camino de Dios, el que los llevará al Amor y a la Verdad.
Que esta Maratón sea la unión entre todas las esencias crísticas de las religiones que, a pesar de tenerme o no presente en sus cultos y ceremonias, ellas deben conseguir, mediante Mi Intercesión y sus oraciones, alcanzar la unión con la Fuente y el Infinito para que todos se puedan redimir algún día.
Sonrían en esta Maratón para aliviar el sufrimiento del mundo.
Hay muchos corazones que están desesperados porque no consiguen escuchar la Palabra de Dios, ni tampoco consiguen vivirla en estos tiempos difíciles. Pero aún la puerta a Mi Divina Misericordia está abierta; aún el Océano de Mi Misericordia está siendo ofrecido para que las almas se sumerjan en él y sean lavadas por la Luz curadora de Mi Corazón.
Que se cumpla el advenimiento de lo nuevo y que la mayoría de los rebaños de Dios, en las diferentes religiones del mundo, consigan participar del gran momento de la llegada de su Redentor.
Y cuando ese momento llegue ya no diré ni una palabra más, porque los propios hechos serán en sí el mensaje, los propios acontecimientos físicos en el planeta anunciarán Mi Retorno.
Las Señales en el Cielo
El mundo despertará una mañana y verá plasmada en el Cielo la señal que indicará el momento del Retorno de Cristo.
Muchos ojos se abrirán y corazones se redimirán ante esa visible señal del universo.
Mientras el sol despuntará en lo más alto de la colina, la señal del universo quedará cada vez más visible y no se borrará. Será el momento en el que todo se transformará, y lo que ha permanecido oculto, de la nada se verá.
Esta señal dejará tres señales más, visibles en el mundo. Ellas no podrán ser confundidas ni interpretadas como fenómenos naturales, pues tendrán tan alto grado de resplandor, que no se asemejarán a nada de este mundo.
Mientras tanto, una estrella muy semejante a la gran Estrella de Belén anunciará la apertura de los portales del universo.
Cuando vean esa gran y desconocida Estrella brillar demasiado en el firmamento, póstrense en el suelo y hagan penitencia; manifiesten un profundo arrepentimiento en nombre de la humanidad, pues esa será la señal de que Cristo ya está retornando.
Cosas semejantes a las que ocurrieron en el nacimiento de Jesús sucederán en el último tiempo; porque cuando el Niño Dios nació, Él era el Alfa; ahora en Su Retorno, Él será el Omega.
Preparen con tiempo sus corazones para ese momento.
Permitan que la purificación se adelante para que estén libres de ustedes mismos.
En total, cuatro señales se mostrarán en este universo, para que la humanidad comprenda que ya es hora de ir despertando y de abandonar la ilusión y la inercia.
Estas señales traerán consigo algo nuevo y algo renovador. Pero, al mismo tiempo, ellas moverán, de Oriente a Occidente y de Norte a Sur, todo lo que es oscuro, injusto e infiel.
Es así, que,por ser señales del universo en el planeta no podrán ser borradas, alteradas u ocultadas.
Estas señales tendrán la fuerza de cientos de caballos y una expansión más grande que todos los océanos.
Será ese el momento en el que deberán estar en oración, sin distraerse, porque los impulsos quedarán y lo que está en vano se transmutará.
Las señales revelarán misterios desconocidos, abrirán puertas inexplicables y harán que la humanidad dormida despierte y, finalmente, coloque su atención en Dios, sin poder escapar hacia ninguna parte.
De esa forma, sí o sí, los seres humanos tomarán consciencia de todos sus pecados y todo quedará expuesto en este mundo.
Así, la gran mentira mundial, creada por los hombres de superficie, será extirpada y todos tomarán consciencia de la ilusión que fue creada durante siglos.
Cuando Cristo retorne muchas cosas se moverán, hasta las más increíbles. Porque como Cristo es la Ley viva, donde está esa Ley presente no estará lo injusto o lo oculto.
Por eso, purifiquen con tiempo sus corazones para que dichos acontecimientos no superen sus expectativas ni tampoco los sorprendan de la noche a la mañana.
Vigilen así como lo hace el guardián que cuida de la casa durante la noche.
Entren en vigilia y en oración, porque así podrán ser guiados, paso a paso, hasta el fin.
Las señales del universo dejarán más clara y evidente la realidad planetaria antes de que se develen todas las mentiras, los fraudes e injusticias.
Que sus corazones sean misericordiosos, así como Dios es misericordioso; porque, de esa forma, no caerán en tentación.
Vengo a pedirles, en esencia, lo mismo que Jesús les pidió a Sus apóstoles mientras Él agonizaba en el Huerto Getsemaní; porque serán necesarias, en ese tiempo, su plena correspondencia, sintonía e incondicionalidad.
Los más humildes ayudarán a los más dormidos.
Los más sabios, que serán movidos por el Santo Espíritu, ayudarán a los más ignorantes.
Los más simples les indicarán a todos la puerta de salida hacia el nuevo y venidero ciclo de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más