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Primer Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con la presencia de todos los ángeles del Cielo y el Arca de la Santa Alianza a Mis Pies; hoy, les traigo a ustedes, para los días del encuentro especial Conmigo en la Maratón de la Divina Misericordia, un portal especial y predilecto para Mí, que esperé poder abrir en este día para todas las almas del mundo y para todos los corazones, para todos los que necesitan de la Presencia del Padre Celestial a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Hoy, por esa razón, estoy aquí de forma extraordinaria, para abrir las puertas en este mes de mayo, puertas espirituales y puertas profundas, que el Señor les viene a anunciar a todos en este día; puertas que se abren para que las almas las puedan cruzar en confianza.
Esta puerta especial, que hoy les abro, es la puerta hacia Mi Retiro Espiritual, expresado a través de todos Mis pasajes y hechos en Tierra Santa, y también colmado de la experiencia y de la historia de los patriarcas y de los profetas; porque en esta ocasión especial en el mes de mayo, no solo las almas necesitarán de esos códigos crísticos en este tiempo; sino que también, a través de las almas, las naciones los necesitarán.
El Padre Celestial Me Ha enviado junto con el Arca de la Santa Alianza; porque ustedes, como ya saben, compañeros, esa Sagrada Arca guarda muchos tesoros espirituales y desconocidos por la humanidad; esta Sagrada Arca Espiritual que fue construida por el propio Moisés, venerada y adorada por el sagrado pueblo de Israel a través de todos los tiempos; esta Sagrada Arca Espiritual que guarda todas las experiencias y hechos de la vida pública de Jesús y los mayores sentimientos de Amor elevado que su Maestro y Señor tuvo por cada una de las almas.
Hoy, esa Sagrada Arca actúa como intercesora y mediadora entre las almas y todos los pecados del mundo; para que el Padre Celestial, a través de Su Ley, de Su Gobierno Espiritual y de Su Omnipresencia, le conceda en este mes de mayo una urgente y necesaria amnistía espiritual a todas las esencias del mundo; especialmente a aquellas almas que creen en Cristo, que viven Su Evangelio y que dan su vida a través del servicio incondicional por la redención de todo el género humano.
Por eso, el Arca de la Santa Alianza, hoy presente en el corazón de esta sagrada casa, dedicada incondicionalmente a la Obra de los Mensajeros Divinos, ha sido depositada espiritualmente, para que esta Sagrada Arca, que hoy les He traído a todos, irradie los códigos que el mundo necesita para encontrar su camino de redención; para encontrar su camino de retorno a la Casa del Padre, ofendido por los pecados y los ultrajes del mundo, por la indiferencia, por los conflictos y por la guerra.
El Padre Celestial Ha concedido, en este mes de mayo, que este Sagrado Terafín de Dios, concebido a través del pueblo de Israel, llegue aquí, a Sudamérica, para que las naciones de esta región del planeta reciban la asistencia que necesitan, la asistencia espiritual inmediata que ayude a desatar los nudos energéticos de este mundo que generan puntos de inflexión, espacios sin salida, en donde todas las almas que aquí viven están expuestas, debido al no cumplimiento del Gobierno Espiritual.
Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí de forma extraordinaria, junto con Mis compañeros, junto con Mis apóstoles y con Mis seguidores, con todos los que se autoconvocan a Mis Pies para reafirmar y reconocer, una y otra vez, el sacrificio del Señor, en Su más profundo silencio.
Compañeros, hoy, estoy aquí, abriendo la gran puerta para que Mi Retiro Espiritual pueda ser reconocido, en este momento, por los mundos internos; y si los mundos internos de cada uno de ustedes lo reconocen, podrán recordar, compañeros, lo que hace tanto tiempo cada uno vivió Conmigo en Tierra Santa y en otros lugares del mundo.
Es de esa forma, que vengo a despertar a los últimos apóstoles, a aquellos que verdaderamente no quieren nada para sí; los apóstoles de los últimos tiempos que se animan a cruzar el umbral hacia lo desconocido, los apóstoles de los últimos tiempos que no le temen a la transformación, a la liberación del dolor, a la cura y a la sanación de la culpa para que puedan renacer en Cristo y por Cristo.
Yo quiero traerles, a través de este Mensaje, un momento de esperanza, de júbilo y de alegría, porque para su Maestro y Señor Ha sido importante lo que He vivido con ustedes en Israel y, principalmente, lo que Yo He vivido con cada uno de los Míos, los que estuvieron presentes, cerca o lejos, en esta última Sagrada Semana.
Este momento que hemos vivido, a través de la Sagrada Semana, ha permitido que su Maestro y Señor, que el Inmaculado Corazón de Mi Madre y que Mi padre, San José Castísimo, los Tres Sagrados Corazones, vuelvan a estar presentes aquí en Brasil, y a través de Brasil en el mundo entero; para atender espiritualmente a todas las necesidades, urgencias y demandas que las almas Nos están colocando en estos tiempos, porque sabemos que esta humanidad de superficie no solo vive el gran preámbulo de su Armagedón, sino que también vive momentos desconocidos que nunca experimentó ni aprendió, y que la ayuda espiritual es necesaria para poder atravesarlos, aceptarlos y comprenderlos.
Vengo, en este día, a prepararlos para que puedan vivir de verdad la próxima Maratón de la Divina Misericordia y para que, como Mis guerreros orantes y Mis apóstoles, ya puedan estar enteros a Mis Pies, a los pies de Mi Iglesia Espiritual y Celestial; para que el pequeño e insignificante ofrecimiento de cada uno justifique todos los errores del mundo, especialmente los que viven los niños y los jóvenes de estos tiempos. Y así, su Maestro y Señor, pueda liberar a muchos corazones, asediados por la creación del suicidio, por la falta de amor, de la verdad, de la esperanza y del renacimiento interior.
Yo vengo a pedirle a Mis compañeros un paso más en la consciencia; ya que es el momento de dar un paso hacia la madurez, hacia lo que verdaderamente representa y significa el Plan y su cumplimiento en el fin de estos tiempos, a través de todas las almas que se autoconvocan para estar ante el Señor y vivir el final de los tiempos con valentía y coraje; viendo, a través de cada experiencia y de cada prueba, una oportunidad de crecimiento interior y no de culpa, una oportunidad de expansión de la consciencia y no un vínculo con lo superficial.
Deben aprender a leer en los acontecimientos, así como lee la Jerarquía. Yo los animo, en este mes de mayo, en el que Nuestros Sagrados Corazones traerán todas las Gracias necesarias para las almas, a que no desaprovechen esta oportunidad, a que sean conscientes en cada momento y en cada minuto de que la Fuente de las Gracias, del Corazón de María, de San José y de Cristo, estará abierta para que ustedes vengan a beber y quitar la sed en este desierto de superficie.
Que esta próxima Maratón sea la oportunidad de la confirmación de cada uno de ustedes, aquella definición que Yo les pedí en Israel, porque aún su Señor espera llevar adelante Sus últimos Planes en las almas y en el mundo, en las naciones y en lugares lejanos del planeta.
Pero para eso, compañeros, es muy necesario un sustento espiritual, sólido, firme y construido en base al amor, a la unidad y a la armonía; porque todo esto establecerá una paz desconocida, una paz que muchas almas en estos tiempos buscan y no encuentran.
Quiero decirles, en claras Palabras, que Nuestros Sagrados Corazones no solo podrán conectar a las almas con el Retiro Espiritual de Cristo durante el mes de mayo, sino que también Nuestros Corazones trabajarán incansablemente para ayudar a las almas a volver a conectarse con la Fuente Primordial.
Por eso, quisiera ver, en los próximos días y semanas, esta simple y verdadera devoción ardiente que hoy encontré aquí. Que esto despierte en los corazones el entusiasmo de vivir el reencuentro Conmigo; porque así, una y otra vez, Yo los renovaré, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y así, podrán seguir Mis Pasos, podrán reconocer Mis Huellas; porque, aunque no lo sepan, Yo tengo un camino construido para cada esencia, esperando a cada alma en esta trayectoria que la llevará hacia el Infinito.
Porque el resultado de toda esta experiencia en la Tierra es que ustedes aprendan a vivir del Amor, del Amor Mayor.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y por atender a Mis pedidos.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos de Mis apóstoles están llegando a un momento que Yo ya viví por ustedes, hace mucho tiempo.
Para que Me puedan comprender, para que Me puedan sentir, para que puedan interiorizar cada una de Mis Palabras, les contaré una parte de Mi historia, una historia que no fue escrita en la Biblia, en ningún libro sagrado.
Esa historia es semejante a lo que ustedes están viviendo en este momento, no solo por la transición planetaria, no solo por lo que está atravesando la humanidad, sino también por lo que cada uno de ustedes debe entregarme, porque este es el tiempo de la madurez de Mis apóstoles.
Cuando Yo cumplí 21 años, 13 años antes de la gran entrega de su Maestro y Señor, realicé un viaje muy importante al Lejano Oriente.
Esos acontecimientos fueron registrados en algunos de los Evangelios, que fueron retirados para que la humanidad no los conociera.
Pero hoy, Yo vengo a contarles qué fue lo que su Maestro y Señor vivió a Sus 21 años, cuando siendo aún muy joven comenzó a prepararse para beber del Cáliz que, tiempo después, un día el Padre Eterno le ofreció en el Huerto Getsemaní.
En ese viaje, tuve que aprender como hombre, pero también como Consciencia, a asumir la superación de la condición humana, una condición que arrastraba a la raza humana hacia la perdición. Les hablo de hace mucho, pero mucho tiempo.
Ese viaje, tan importante, fue una retribución que Mi Corazón realizó a los llamados “Reyes del Desierto”, que llegaron de tierras muy lejanas para reconocer en la ciudad de Belén, el Nacimiento del Mesías.
Así, comprenderán cómo la trayectoria de sus vidas está trazada por la Voluntad de Dios y cuando las almas no viven la Voluntad de Mi Padre solo sufren y sufren.
En aquel tiempo, a Mis 21 años, bajo la compañía espiritual de Mi Madre Celestial y la ayuda interna de los primeros esenios que Me acompañaron en los planos internos para esa Misión, su Maestro y Señor primero llegó a los países árabes y, ante los grandes imanes de la época, el Hijo de Dios no fue reconocido externamente, Él fue reconocido internamente, solo al haber pasado por ese lugar.
En esa ocasión, visitando los pueblos árabes, Mi Padre Me dio a conocer la importantísima tarea que Él mismo realizó a través de los tiempos, en los orígenes de esos pueblos y de esas religiones; no solo revelando Sus Nombres Sagrados que eran pronunciados e invocados, sino también Él Me dio a conocer la Sagrada Geometría de Su Proyecto Divino para los primeros pueblos que habitaron este planeta.
Allí pude conocer el misterio de la Sabiduría de Dios, que Él sembró y colocó en los pueblos más antiguos del planeta.
Habiendo recibido esa instrucción, que era preparatoria para el momento de Mi gran entrega, su Maestro y Señor, a los 21 años de vida, siguió viaje hacia la India; y en esa ocasión fue para recordar y para recoger los frutos de esa experiencia que el Padre una vez realizó en Mi Consciencia, con otra faz y con otros trajes.
Fue en ese momento, en el que su Maestro y Señor recibió la revelación del misterio de la Compasión de Dios y, ante los reyes antiguos de la India, pude comprender, a los 21 años de vida, por qué en este mundo, y hasta los días de hoy, existe el sufrimiento, y cómo la esencia de la Divina Compasión es capaz de no solo liberar a las almas del sufrimiento, sino que también es capaz de absorberlas, transformando todas las condiciones y limitaciones humanas por el simple hecho de amar.
Si en la India no hubiera tenido esa experiencia, creo que no hubiera tenido la fuerza para beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.
Esa experiencia y esa misión concluyó en Egipto, en las tierras del gran patriarca Moisés, uno de los sucesores del Arca de la Santa Alianza. Allí se completó Mi experiencia preparatoria para que, retornando a Tierra Santa en los años siguientes, ya Mi Corazón estuviera pronto para vivir lo que vine a vivir por ustedes.
En las tierras de Moisés, en la región del Monte Sinaí, el Padre Me dio a conocer aún más la inmensidad de Su Misericordia, la infinitud de Su Piedad por este proyecto del planeta, por la redención humana, por todas las generaciones que llegarían después de Mí hasta los tiempos de hoy.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí, su Maestro y Señor pudo conocer la vida eremítica, porque en el absoluto desierto es donde encontramos solo a Dios para que nos quite la sed, para que nos consuele, para que nos fortalezca y para que nos renueve.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí pude presenciar, con Mi visión interna, los sagrados tesoros de las Jerarquías Espirituales del universo y todo lo que sucedería en los tiempos venideros con las generaciones futuras que tendrían la Gracia de despertar a la Conciencia Cósmica y de saber que la vida, en este planeta, es más amplia e infinita de lo que parece, que las generaciones futuras podrían saber que la vida no termina aquí y que la verdadera vida se encuentra en las estrellas, en los soles y en las constelaciones.
Cuando regresé a Tierra Santa, después de tres meses de viaje, Mi Madre Me esperaba en Nazaret. Allí, Ella también había vivido la misma experiencia, en Su estado de contemplación y devoción, acompañando cada paso del Hijo de Dios, porque sabía que esa misión que viví a los 21 años no era solo una iniciación, sino también una preparación para lo que vendría después.
¿Por qué creen que hoy les cuento todo esto?
Mi finalidad no es que tengan más conocimiento, sino que crezcan en el amor, en el amor maduro que se entrega, el amor que los renueva, que los lleva a arriesgarse cada día más, a vivir mayores experiencias de amor por Mí, sin importar lo que signifique o lo que represente.
Muchos de ustedes, desde el punto de vista espiritual, se encuentran en los 21 años de su evolución; y aquí, compañeros, no tiene nada que ver la edad evolutiva ni tampoco la edad material.
Muchos se encuentran viviendo los 21 años de su evolución y están ante el umbral, ante la oportunidad de dar un gran paso, un paso más firme y más seguro, un paso hacia la madurez y hacia la responsabilidad.
Esa madurez y esa responsabilidad les permitirá comprender, en este tiempo crítico, que ustedes ya no pueden estar primero en todo, sino que todo lo demás, que es más necesario y urgente que ustedes mismos, debe estar primero en sus vidas para que asuman la madurez espiritual y material, para que el Padre Celestial les entregue mayores responsabilidades y mayores tareas.
Muchos de ustedes podrían creer que no están prontos para esto. Pero recuerden lo que hace poco tiempo les dije, que el eje del planeta es sostenido por un finísimo hilo de Luz, ese hilo de Luz se debe fortalecer para que nunca se rompa, para que no se desarrollen más acontecimientos en la humanidad y en el planeta.
En este momento, la humanidad no tiene justificación ante Dios. Es el amor y la responsabilidad de mis apóstoles, es la madurez y la consciencia de Mis compañeros, lo que generará una verdadera justificación ante Dios, para que la Misericordia descienda y la Justicia Divina se detenga.
Sé que, a través de estas Palabras y de este Mensaje, coloco a sus mundos internos en una presión ardiente. Pero sepan que Mi deber es decirles la verdad y abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, pero también abrirles sus corazones para que no se cristalicen, para que no se endurezcan, para que nunca pierdan la sensibilidad ante la realidad de estos tiempos.
Como hace 2 000 años atrás, nuevamente esta historia se vuelve a repetir en el presente, con pocos haré todo lo que debo hacer. Pero este es el tiempo de Mis apóstoles, de los apóstoles maduros y disponibles, capaces de ir más allá de sí mismos, capaces de renunciar más allá de sí mismos, capaces de entregarse aún más por Mí.
En este último mes del año, y antes de que ingresen en un nuevo año, deben pensar y reflexionar sobre estas cosas, porque están en el momento de no solo poder recordar quiénes fueron, sino también están en el momento de saber para qué vinieron aquí y qué es lo que aún deben cumplir bajo la guía de la Voluntad de Mi Padre.
No vengo a pedirles que sean perfectos, les vengo a pedir que alcancen la perfección a través de la entrega y del servicio; porque quien confía en Mí no tiene por qué preocuparse, ni siquiera de sus propias miserias.
Porque a quien verdaderamente está Conmigo, Yo lo liberaré de sus cadenas y opresiones. Yo lo sanaré con Mi Mano Curadora y se liberará para siempre de sí mismo; y su alma no vivirá más en una prisión espiritual, sino que como un águila de luz volará hasta las altas cumbres de la Casa del Padre, para ser parte de Sus Divinas Moradas.
Este es el Mensaje que quiero dejarles a todos los que son fieles a la oración del corazón y en especial a los Encuentros de la Maratón de la Divina Misericordia.
A partir del próximo ciclo, serán ustedes, Mis compañeros y Mis amigos, los que deberán sostener a través de la oración misericordiosa todo lo que sucederá en el planeta; porque a los 21 años de su evolución, están en el momento cierto de dar el gran paso, sin que Yo esté presente. Pero tengan fe, porque desde lejos, desde Mi Gobierno Espiritual, estaré rezando por ustedes para que, algún día, sean Cristos.
Y ahora, en este silencio, que los invito a vivir internamente Conmigo, comulguen de Mis Palabras para que sus corazones estén prontos para lo que llegará.
Recuerden que Mi Madre es su Madre, y si el Hijo de la Madre de Dios entregó lo más valioso que tenía a los pies de la Cruz, entregó a Su Madre para cada uno de ustedes, ¿son capaces de creer que lo conseguirán?, ¿que conseguirán entregarse como Yo Me entregué?
Eso es todo lo que hoy quiero decirles, y les agradezco por tener la valentía de animarse a sentir cada una de Mis Palabras.
Recemos, frase a frase.
Oración: Cristo de la Luz.
Que esta Maratón sea el gran paso de los apóstoles para los tiempos que llegarán.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Antes de que descienda la Iglesia Celestial el mundo se sentirá movido, porque sus fuerzas terrestres deberán ser liberadas y exorcizadas, y para Mí, hijos Míos, es muy importante que sean conscientes de esto, para que este próximo evento de la Iglesia Celestial no sea vivido como un encuentro más, porque es el último y el mundo lo necesita urgentemente.
Por eso Dios envía, en este día, a Su Sierva fiel para reunir a Sus hijos, para llamar a los apóstoles de Cristo, para prepararlos para el momento del gran tiempo final.
Ese tiempo y esa hora están llegando, no falta mucho, hijos Míos. Por eso, Mi Hijo ha decidido, antes de Su Retorno, llegar con Su Iglesia Celestial para guardar dentro de Su Corazón a todas las almas posibles, a todas las almas que puedan entrar en el Corazón de Dios, aun aquellas que no lo merecen ni siquiera por Misericordia.
Esto les demuestra, a cada uno de ustedes, la poderosa inmensidad del Amor de Mi Hijo, un Amor incansable y eterno que, de tiempo en tiempo, viene a su encuentro para renovarlos, curarlos y redimirlos.
Pero Mi tiempo también termina con ustedes. A medida que los meses pasan, el tiempo entre Mis hijos termina y ese será el gran momento, también para ustedes, de vivir todo lo que Yo les he enseñado desde el principio de Mis Apariciones, en Mi amada Aurora.
Por esa razón, deseo que para el día 8 de agosto todas las pinturas de Mis Apariciones, sucedidas en Aurora durante trece días seguidos, sean expuestas al mundo para que Mis hijos puedan conocer los símbolos que Yo le dejé a la humanidad, que son las señales que Dios determinó entregarles para su preparación interior y espiritual para este gran momento del encuentro con la Iglesia Celestial de Cristo y sobre todo, hijos Míos, para lo que sucederá después de que la Iglesia Espiritual de Mi Hijo haya pasado por aquí.
Será en esa hora también que ustedes deberán ser testigos, deberán declarar sobre todo lo que aquí ha sucedido, como la conversión que han vivido sus corazones al haber escuchado el llamado de la Madre de Dios.
Durante los ocho días de la próxima Sagrada Semana, la Sagrada Iglesia Celestial de Mi Hijo expondrá, en lo alto de la Colina de la Apariciones, el símbolo inmaterial del Arca de la Santa Alianza.
Todos aquellos que vivan de corazón la próxima Sagrada Semana serán colmados de los atributos y los principios del Arca de la Santa Alianza y, sobre todo, recibirán los méritos que alcanzó Mi Hijo desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión.
Este acontecimiento es anormal. Significa, hijos Míos, que llega en un momento culminante de la Tierra, en el que la humanidad intenta forzar el volver a la normalidad, y aún no está entendiendo la importancia del arrepentimiento y de la penitencia.
El Arca de la Santa Alianza, que brillará como un sol en lo alto de la Colina de la Apariciones, traerá para el mundo entero la Gracia extraordinaria que cada uno de Mis hijos necesita en este momento para poder superar el fin de los tiempos y, sobre todo, para aprender a transitarlo.
Sé que muchos de Mis hijos no comprenderán lo que esto significa. Por eso, deseo que representen durante la Sagrada Semana el Arca de la Santa Alianza, así como lo hicieron preciosamente en otros años, para que la humanidad tenga un símbolo visual y espiritual para poder ingresar a la consciencia del Arca Sagrada.
De forma especial, Abraham, Moisés y muchos patriarcas que hoy están en los Cielos, acompañarán ese acontecimiento espiritual.
Para que vean, hijos Míos, la emergencia de estos tiempos, Dios envía al mundo lo más sagrado que tiene, los Sagrados Tesoros del Arca de la Santa Alianza para que sean expuestos espiritualmente, y las almas estén en oración, en vigilia y en contacto con ese sagrado Terafín de Dios.
A su vez, los cuatro Ángeles Regentes del Arca de la Santa Alianza, que nunca descendieron al planeta, estarán presentes como guardianes y vigilantes de ese sagrado Terafín, que espiritualmente brillará en la Colina para todo aquel que tenga fe en él y necesite servirse de los atributos y de los méritos que Mi Hijo alcanzó por ustedes en este planeta.
Esta es la demostración de Su más puro Amor, de la donación incansable de Su Corazón eterno, no solo presente en el Arca de la Santa Alianza, sino también en los Sacramentos. Hijos Míos, si comulgan espiritualmente de los Sacramentos durante los días de la Sagrada Semana, les aseguro que recibirán las Gracias que necesiten.
¡Cuánto hará la Iglesia Celestial de Mi Hijo durante los primeros días de agosto!
Él vendrá con Su Poder y Gloria para recordarle al mundo su filiación con lo Alto, para que muchas más almas puedan colocar su cabeza en el suelo y arrepentirse, porque Dios no quiere la Justicia en el mundo, sino la Misericordia.
Quien esté abierto de corazón y en ofrecimiento de alma y espíritu ante la Sagrada Iglesia Celestial de Mi Hijo, será contemplado por el Padre Eterno, porque Él es la propia Arca Sagrada que guarda las experiencias de Amor, de Redención y de Luz que no solo Su Hijo amado alcanzó en la Tierra, sino también muchos de sus hermanos que a través de los tiempos alcanzaron la cristificación.
¿Quién se cristificará por Mi Hijo, después de todo lo que Él les dará y con todo lo que Él les ha dado a través de estos últimos años?
La cristificación no es una forma ni es un método, es una experiencia de amor que se vive en la carne y que transforma la consciencia, los aspectos más profundos del ser hasta llevarlo a la redención.
La sagrada Ley de la Cristificación también llegará durante los días de la Sagrada Semana al mundo. Quien coloque su corazón ante ese misterio, por medio del Arca de la Santa Alianza y de los Sacramentos, renovará su vida, renovará su compromiso, reafirmará su misión y se ofrecerá nuevamente al Padre como víctima de Su Amor universal.
Mi tiempo con ustedes termina y es algo que en verdad no quisiera que sucediera, pero deben aprender a amar la Voluntad del Padre más allá de ustedes mismos, así como Yo aprendí a amarla siendo una joven mujer, en una familia humilde y simple, que recibió el llamado de Dios para engendrar en Mi vientre al Hijo del Altísimo.
Hoy las generaciones, pueblos y naciones, Me proclaman Bienaventurada. En el día de mañana, el mundo proclamará a los últimos apóstoles como bienaventurados, como los Cristos del Nuevo Tiempo, como los que alcanzaron la aspiración del Corazón de Mi Hijo hasta el último momento de sus vidas.
Pero Yo no los abandonaré, así como no abandoné a los pequeños niños en Fátima. Deben amar, conocer el Cielo como ellos vieron el Cielo muchas veces, porque en el Cielo, en donde se encuentra nuestro Padre Eterno, fundirán sus experiencias en la gran Fuente de Su Amor, y la Creación, como muchas veces sucedió, se volverá a renovar.
Hoy rezo por el mundo entero y por cada uno de Mis hijos en los cinco continentes, para que sus almas ingresen en la poderosa Iglesia Celestial, la que abrirá las puertas en el mes de agosto trayendo las Gracias y las Misericordias de Dios para la humanidad.
En esta noche, a pedido de Mi Hijo, dejo aquí fundados los pilares, los primeros pilares de Su Iglesia Celestial, la que hoy se mostrará en Gloria, Amor y Misericordia a las almas.
En esos días de agosto, será el gran momento de su síntesis espiritual de todo lo que han recibido a través de estos doce años.
El Padre Me ha permitido que, en el próximo tiempo y por última vez, Yo pueda aparecer en Aurora para cerrar todo lo que allí comenzó una vez, cuando aún nada existía, porque allí encontré corazones dispuestos a seguirme, cuando aún no tenían nada, porque en el ayuno y en la oración vividos durante esos días Conmigo en Aurora, confiaron en Mi Palabra y sobre todo en Mi Presencia, más allá de lo que dijeran.
Por esa razón, Yo retornaré a Aurora por última vez, porque en Aurora será el fin de Mi tarea con el mundo, antes de que retorne Mi Hijo. Y toda la Hermandad de los Cielos estará ese día, ofreciendo al Padre todo lo que allí fue construido no solo en lo material, sino también en lo espiritual.
Todo lo que ha pasado en Aurora, desde su surgimiento hasta el presente, será ofrecido al Padre como justificación de la redención de la humanidad.
Hoy los ángeles Me han pedido que canten una simple canción para terminar, que cierre este ciclo de los días 25. Es una canción que nació en Aurora y que invoca el poder de su Centro de Amor para las almas no redimidas.
Vamos a escuchar “Reino de Amor”.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Mi Manto y Mi Consciencia reflejan la Aurora, el amanecer en la vida de cada ser.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reverenciamos en este momento el legado más importante de la humanidad, que ha traído hoy Nuestro Señor Jesucristo. Ese legado es el Arca de la Santa Alianza, que cuatro ángeles han traído con Nuestro Señor.
Reverenciamos ese legado espiritual, universal e inmaterial, que hoy está frente a nosotros, bajo la protección de Nuestro Señor Jesucristo y en la presencia de Abraham y de Moisés.
Este legado hoy es irradiado a toda la humanidad, hacia los cuatro puntos de la Tierra, mientras Cristo, Abraham y Moisés, junto con los ángeles, contemplan la Santa Arca.
Y vemos dentro de ella todo lo que guarda como legado espiritual, universal e inmaterial, y cómo el centro de Luz del Corazón de Cristo emana una poderosa Luz sobre el Arca de la Santa Alianza, en donde están la Corona de Espinas, los Clavos que Él llevó en la Cruz, el Santo Cáliz y las Tablas de la Ley, los llamados Mandamientos que recibió Moisés, así como otros elementos que conforman ese legado espiritual para este Universo material.
Y somos rodeados por el Universo que tiene como centro a este acontecimiento espiritual e interno en este momento.
Al igual que los ángeles, que adoran y protegen la Santa Arca, dejémonos colmar por ese legado y ese misterio que se revela frente a nosotros.
Alrededor de este acontecimiento, vemos a los Ancianos que también se mostraron a Juan en la última parte de su vida, cuando él vio el Apocalipsis.
Aquí y ahora, en este momento, se forma la Orden de la Hermandad Celestial, que hoy ha llegado ante cada uno de nosotros, para que su amor y su vibración resuene dentro de cada uno, en el centro de nuestro ser y esencia, para que entremos en comunión con el legado espiritual que formará las bases de la Nueva Humanidad.
Mientras tanto, los Ancianos que están presentes llevan, entre sus manos, un Sagrado Libro que muestran con páginas en blanco y están atentos, vigilantes y contemplativos para registrar y escribir lo que cada uno ofrecerá por este legado, a fin de ser celador y vigilante, guardián y protector del Conocimiento Divino y Cósmico.
En este momento, vemos cómo Cristo, tan solo con Su mirada de Amor, ilumina dentro del Arca de la Santa Alianza al Santo Cáliz, para que a través del Santo Cáliz una potente columna de Luz comunique aún más al Cielo con la Tierra, y se abran aún más los Portales hacia el Universo y, en este momento, bajo esa apertura espiritual que realiza Cristo en un absoluto silencio y sintonía, vemos por encima de ese espacio y de ese acontecimiento, un poderoso Triángulo de Luz de lados iguales que representa un aspecto de Dios, Abba.
Dentro de ese Triángulo de Luz que nos observa y nos contempla está Dios, como también contempla el acontecimiento del Arca de la Santa Alianza, en la Presencia de Cristo, de Abraham, de Moisés, de los Ancianos y de los ángeles.
Debajo del Arca de la Santa Alianza vemos presentarse y dibujarse a nuestro planeta que es colmado por los rayos de Luz que expresa esa Santa Arca, y el aura espiritual del planeta es encendida y santificada por cada una de esas corrientes poderosas que el Arca está emanando en este momento, a través de todos sus elementos sagrados.
Mientras que Abba, a través del Triángulo de Luz, ilumina aún más el espacio presente, la síntesis de cada uno de Sus Nombres Sagrados se hace presente en este momento, en este acontecimiento espiritual y universal.
Los ángeles, ante la Presencia del Padre, el Todopoderoso, no dejan de mantener su cabeza en el suelo como un acto de adoración y de reverencia a nuestro Creador. Y vemos, en este momento, cómo diferentes huestes de Luz, ejércitos de ángeles comienzan a rodear la Presencia de Dios.
Todos son convocados a este encuentro, para recibir el bálsamo del Amor de Dios y el principio de Su Sabiduría.
Para terminar de unir a la Tierra con todo el Universo, y antes de continuar con todo lo que Nuestro Señor quiere realizar en este día, en un acto de mayor reverencia y amor a nuestro Creador, ante esta revelación y Presencia Divina, entonaremos el Nombre de Abba, a través de "Fuente Primordial" como una sola voz y un solo corazón, hasta que Nuestro Señor lo indique.
En este momento, vamos a permitir que cada uno de los principios y atributos de la Santa Arca no solo bañen de Luz a nuestro planeta, sino también a las naciones y a los pueblos, a los Reinos de la Naturaleza, a los océanos, para que toda la vida, en este momento, esté en Dios.
Podemos comenzar.
Canción: "Fuente Primordial".
Vemos cómo en los Libros Sagrados de los Ancianos se han escrito nuestras ofertas, las cuales quedarán guardadas en ellos hasta que Dios las solicite.
Nuestro Señor retira del Arca de la Santa Alianza el Santo Cáliz para que, espiritualmente, sea colocado sobre este altar y celebremos, en esta tarde, la comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Sentimos bien cerca de nosotros a ese Santo Cáliz, aquel Cáliz con el que Cristo celebró la Última Cena, y que testimonia y expresa a la reliquia más importante de la humanidad que es la Sangre preciosa de Jesús.
Nos dice Cristo:
Mis Palabras hoy son representadas a través de esta experiencia de amor porque ya muchos de ustedes, conscientes y preparados en el camino del espíritu y del servicio por la humanidad, están prontos para vivir estas experiencias que solo Yo podría dirigir, por la autoridad que Mi Padre Me concedió. Experiencia de la cual los hago a cada uno partícipe, para que sus almas y esencias estén fortalecidas en este servicio del fin de los tiempos, en el que su donación y entrega será la llave fundamental para concretar Mi Retorno.
Por eso, hoy he dejado sobre este simple altar el Santo Cáliz, para que no solo los irradie a ustedes, sino también al mundo entero que lo necesita con suma urgencia espiritual.
Así, Yo les demuestro, a todos los que escuchan, la validez de la comunión espiritual Conmigo, cuando tan solo se abren para vivirla.
Los Ancianos son los testigos de esta humanidad y de este planeta hasta sus últimos días, por esa razón hoy están aquí con ustedes y con el mundo.
Abraham y Moisés son parte fundamental de la historia de su humanidad que, en diferentes tiempos y épocas, alcanzó importantes movimientos espirituales de expansión de la consciencia y de la realización del Plan del Creador.
Este es el tercer momento, después de Mi Pasión, Muerte y Resurrección, en el que podrá suceder lo mismo, siempre y cuando las almas se adhieran al descubrimiento de este legado espiritual, guardado en el Arca de la Santa Alianza, para todas las esencias del Universo y más allá de este.
Hoy el Arca de la Santa Alianza viene a traer la cura y la renovación de la humanidad, porque las almas necesitan curarse para poder estar sanas físicamente y así poder reencontrar el camino hacia Dios en este momento planetario, en el que se enfrentan el amor y la indiferencia, lo que definirá el próximo tiempo para toda la raza humana.
En este momento Moisés y Abraham se retiran, llevando consigo el Arca de la Santa Alianza hacia el centro del Triángulo, en donde está Dios, para resguardala donde siempre está.
Pero aún las puertas de los Cielos se mantienen abiertas, porque fuimos llevados hacia otro espacio de la Iglesia Espiritual de Cristo, la llamada Iglesia Celestial. El centro de esta Iglesia es el legado del Arca de la Santa Alianza, que los ángeles resguardan, adoran y protegen con un infinito amor por todo el sacrificio que Cristo vivió por esta humanidad y por cada uno de nosotros, en este planeta.
Aunque parezca incomprensible e imposible, estamos ante Abba y Nuestro Señor Jesucristo, colmados por Su profundo silencio celestial y por Su Amor eterno que emana del Padre, del Hijo y de la Fuente.
Aún se mantiene cerca de nosotros el Santo Cáliz, porque Nuestro Señor lo retornará a su lugar cuando esta ceremonia entre el Cielo y la Tierra, entre la Iglesia Celestial y las almas, haya finalizado.
Y así, vemos cómo Cristo enciende trece puntos de Luz en toda América y cada uno de esos puntos de Luz, que emergen del interior de la Tierra, traen un tono, una vibración y una melodía que la humanidad necesita para poder ingresar en el próximo tiempo; y vemos cómo en perfecta armonía, esos trece puntos de Luz se unen, emergiendo hacia la superficie, comenzando desde Norteamérica hasta Sudamérica, en toda la columna de las Rocallosas y de los Andes.
Estamos ante una Red de Luz espiritual que siempre ha estado presente en el planeta desde sus orígenes, pero que tuvo su tiempo para despertar. Visualicemos a las Américas encendidas por esos trece puntos de Luz y percibamos, en este momento, qué es lo que siente nuestro corazón.
Guardar la memoria de este sentimiento es lo que nos pide Cristo, para que siempre lo podamos reconocer y a partir de este sentimiento profundo e interno, tengamos fuerza y valentía para poder renovarlo todo, así como Cristo nos renueva.
Así, vemos réplicas de este Santo Cáliz en los trece puntos de Luz. Vemos que una Sangre espiritual es derramada sobre cada uno de los Cálices que los ángeles vierten en este momento en ellos y el planeta es bañado por la poderosa Sangre de Jesús.
Así, todas las almas reciben este impulso de Nuestro Redentor.
Y en lo alto de los Andes, vemos la misma Cruz que estuvo en lo alto del Monte Calvario y a sus pies, a Nuestra Santísima Madre, la Virgen María, así como a todos Sus hijos, seres de amor, de oración y de buena voluntad extendidos en los cuatro puntos de la Tierra.
Esa Cruz es una Cruz de Luz que ilumina a cada uno de los Cálices y somos colmados por el Espíritu Santo.
Vemos a Nuestra Santísima Madre rezar por el mundo y por la humanidad, colocando a Su lado al Santo Padre, el Papa Francisco, y a América. Y a través de América la humanidad se vuelve a levantar, así como Cristo se levantó durante el Calvario.
El Triángulo de Dios recorre cada punto de Luz de las Américas, colocando sobre ellos cada uno de Sus aspectos y Nombres Sagrados; y desde el centro de nuestro planeta sentimos el dolor de la Madre Tierra que es aliviado, en este momento, por la Sangre que Jesús derramó en la Cruz.
Nos vaciamos nuevamente para poder recibir todo esto, reconocemos nuestra pequeñez delante de este gran misterio, el misterio del Amor de Dios por la humanidad.
Y en este escenario, con el Santo Cáliz cerca de nosotros, celebraremos este momento con un profundo acto de agradecimiento por esta revelación de Nuestro Padre, Dios, a través de Su Hijo, el Cristo.
Cristo nos ha pedido, en este momento, que nos podamos lavar las manos en señal de purificación y de rendición, en nombre de la humanidad.
Vamos, a pedido de Cristo, a lavar las manos de los hermanos del Consejo de esta Obra, en nombre de la humanidad.
Pedimos que, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, si fray Supremo nos está escuchando, que también lave sus manos, realizando la misma oferta que pide Nuestro Señor, para que el Amor pueda curar todo el dolor. Esto siempre será para que el Amor derrote la impunidad.
Ante la Luz del Santo Cáliz, recordamos a Nuestra Madre Santísima a los pies de la poderosa Cruz, en lo alto de los Andes, porque Ella también está recibiendo nuestra oferta, en este momento, como Madre de la humanidad.
Mi Dios,
yo creo en Ti, yo Te adoro,
yo Te espero y yo Te amo.
Y Te pido perdón
por los que no creen en Ti,
no Te adoran,
no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(Se ora en inglés tres veces)
Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado al mundo por el perdón de los pecados.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Tomen y beban, porque este es Mi Cáliz, el Cáliz de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, con la Sangre que es derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Por la poderosa Luz que emana del Santo Cáliz en este momento, en unión con Nuestra Santísima Madre en lo alto de los Andes, en unión con los trece puntos de Luz que fueron encendidos por Nuestro Señor, recemos juntos la oración que Él nos enseñó:
Padre Nuestro (en español).
Padre Nuestro (en inglés).
El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Bienaventurados los que se sirven de este legado de Amor.
Que la Paz descienda a la Tierra.
Nuestro Señor retira el Santo Cáliz del altar y lo lleva entre Sus Manos para retornarlo al Arca de la Santa Alianza. Y así, los trece puntos de Luz se recogen en donde surgieron y se manifestaron. Nuestra Madre, la Virgen María, se eleva al Cielo junto a Su Hijo, así como todos los ángeles que participaron de este momento, para poder seguir en adoración a Dios.
¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!
¡Gracias, Padre, por cuanto nos das!
En este encuentro te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, vengo a darles Mi tiempo porque lo necesitan, porque necesitan encontrar la verdad, que va más allá de las formas y de las apariencias.
Ustedes y muchos otros seres humanos, pertenecieron al pueblo antiguo de Israel, que con Moisés recorrió el camino de la liberación, de la esclavitud espiritual y material.
Pero la tarea no fue finalizada. Ustedes, como sus otros hermanos de camino, regresaron a la Tierra para terminar lo que faltó, y a cada uno de ustedes, y a cada uno de los grupos se le designó una tarea espiritual y material, la cual ante los Señores de la Ley deberían cumplir, como está dictado en el Corazón de Mi Padre.
Hoy vengo a traerles la claridad de Mis Palabras, porque la Jerarquía ya no tiene tiempo, y ese significado no es simbólico.
El Plan de Dios se repartió entre los seres y todas las criaturas que, a lo largo de los tiempos y aun después de la Ascensión de su Maestro y Señor, deberían cumplir ese Proyecto que fue pensado por el Padre.
A ustedes que están aquí les corresponde una parte de ese Plan, más allá de su situación humana, mental o espiritual; y Dios apela a que eso sea concretado, a que cada uno cumpla con su esfuerzo, con su entrega y con su dedicación, sabiendo que todo este Plan no termina solamente en lo material, sino en la concreción de lo que viene de lo espiritual y que los impulsará a vivir grandes cambios.
Sé que a veces o en muchos casos no comprenden por qué hermanos de camino partieron sorpresivamente.
La Voluntad de Dios es la felicidad para todos los seres, no es la condenación ni el castigo. Dios acepta las ofertas de los que interna y silenciosamente se entregan a Dios por medio de la donación y de la verdad, y hace de esas ofertas milagros. Y si fuera necesario llevarlos con Él, a Su Reino, ¿acaso, eso es algo triste?
El júbilo en sus corazones debe ser el triunfo de sus hermanos y la victoria del Amor por encima del mal. Pero deben apaciguar sus corazones, serenar sus espíritus y recibir en este momento el Amor de Dios, el que los quiere erguir hacia la Vida Mayor, hacia el entendimiento de Su Propósito y hacia todo lo que aún el Padre deberá cumplir a través de ustedes y de sus hermanos, siempre y cuando sigan Su Ley y Sus Mandamientos.
Ustedes saben que la humanidad está pervertida y el planeta sufre cada día más a través de los Reinos de la Naturaleza.
¿Quién llevará en sus espaldas este pesado madero de la Cruz que hoy quiero compartir con Mis compañeros?
¿Quién se arriesgará a salir de sí mismo, para poder vivir la vida cósmica y para poder encarnar en sí los Dones de Dios, que con urgencia deberán descender a la Tierra y a la consciencia humana, para que, como hace más y mucho más de dos mil años, el pueblo de Israel, que una vez caminó en el desierto, finalice lo que vino a cumplir en este tiempo?
Dios no les pedirá lo imposible. Dios le pedirá a cada uno de ustedes lo que en verdad le pueden dar, ese ofrecimiento de sus corazones y vidas por la Vida Mayor, que no puede desaparecer de la consciencia de los hombres y mujeres de la Tierra; porque si en este tiempo la vida espiritual se desconectara del ser humano, todo estaría perdido.
Pero aunque muchas situaciones suceden en el mundo, que ustedes desconocen completamente, tenemos un tiempo más para construir lo que la Jerarquía necesita y para elevar hacia los Cielos las aspiraciones de cada corazón humano, que con compasión y fraternidad se entrega con confianza en las Manos de Dios.
Hoy vengo a traerles este mensaje del Padre, porque Yo Me comprometí con Él para decirles la verdad y para que pueda forjar en ustedes la madurez espiritual y física que es necesaria en estos tiempos y que los ayudará a llevar el Plan adelante, sin contratiempos y sin demoras; porque lo que cada uno pueda dar, en este momento, ayudará a otro hermano en el mundo que está en la oscuridad y que deberá alcanzar la Luz del Reino de los Cielos para vivir la redención y encontrar la paz, la paz que hoy les traigo y que es inmutable.
Piensen en la posibilidad de esta Gracia. Mediten en la oportunidad que Dios les entrega. Sus caminos pueden estar llenos de muchas bendiciones y Gracias, pero deben corresponder con madurez.
Este es el tiempo de la emergencia planetaria. Este es el tiempo de colmar todo con amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Del Libro Espiritual de los Secretos de Dios - Parte I
Y fue en aquel tiempo, en el que su Maestro y Señor, después de haber caminado junto con los doce, llamó a tres de Sus apóstoles para que subieran al monte Tabor y bajo una coyuntura divina, solar y cósmica, conocieran la verdadera Faz del Hijo de Dios.
Hoy, Yo les cuento que no solo los tres apóstoles conocieron quién era Yo en verdad, sino que también muchas consciencias más participaron de ese acontecimiento en el que, a través de un cruce y de una unión perfecta entre el Cielo y la Tierra, un gran portal se abrió y así llegaron Moisés y Elías, que en sus aspectos transfigurados se mostraron para los tres apóstoles.
En ese momento, una forma de alquimia espiritual y una fusión de Leyes inmateriales se establecieron para sostener esa importante manifestación lumínica del verdadero aspecto del Hijo de Dios.
Fue en lo alto del monte Tabor y, por única vez, que los Míos vieron a su Señor en el aspecto glorificado y cósmico, aspecto que su Señor concibió antes de encarnar en este mundo como el Mesías.
En ese acontecimiento, todos los átomos y células de su Maestro resplandecieron y, a través de Su Cuerpo etéreo, Él mostró su aspecto transfigurado en forma de visión para los apóstoles y para todos los que estaban allí presentes.
Por un momento, el Universo espiritual concedió la revelación de ese secreto que hasta ese momento nadie conocía, porque la finalidad de esa revelación era que los más cercanos al Redentor fueran fortalecidos para que, cuando las pruebas más complejas llegaran a la vida de cada uno así como llegarán a cada uno de ustedes, aprendieran a profundizar en el amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La geometría sagrada es el símbolo más antiguo de esta humanidad. En verdad, ella surgió primero de la Fuente, para poder manifestar la creación y dar origen a los principios y a los atributos de la vida evolutiva.
La geometría espiritual, sagrada e inmaculada, siempre estuvo presente en la Tierra, a pesar de las eras y de sus diferentes épocas.
Las primeras humanidades conocieron estos sagrados símbolos, vivenciaron las sagradas geometrías, no solo para la elevación de la consciencia, sino también para la evolución de la genética humana.
Toda la configuración del ser humano como ser natural y espiritual, está formado por una geometría sagrada y perfecta, idea principal y originaria de los Padres Creadores.
Los primeros diseños de esta geometría fueron emanados por la Fuente Principal de Dios, la que hasta los días de hoy, emana el Amor, la Unidad y la Sabiduría.
La geometría sagrada no es solo parte de los mentalistas y de los filósofos, es algo que fue captado por los diferentes profetas, por el pueblo antiguo de Israel, hasta por el mismo Moisés.
Estos principios sagrados a través de la geometría, traen para el mundo el conocimiento del Propósito de Dios, y es la forma de unir puentes y dimensiones entre las consciencias.
Llegó el momento, de que la humanidad pueda curarse y regenerarse a través de la geometría sagrada, de la única y perfecta geometría que proviene de la Jerarquía Espiritual y de ninguna otra.
Lo que viene de la Fuente es incalculable, lo que ella emana es imborrable.
Desde los principios de la Tierra y desde antes de la primera humanidad, la geometría sagrada fue lo que constituyó la formación de este Universo local, para que después existiera la vida, la evolución, y por último, el despertar.
En la geometría sagrada está la raíz de sus orígenes, el conocimiento de sus constelaciones, la razón de haber venido a la Tierra para vivir una escuela de perdón y de redención.
Llegó el momento del tiempo de la síntesis, en el cual, Oriente conoció profundamente la geometría sagrada, la reverenció y aún forma parte de sí en este tiempo actual, a pesar del uso inadecuado que muchos pueblos han hecho de ella.
Pero esa geometría sagrada de la cual hoy les hablo, compañeros, se encuentra en la esencia del Santo Cáliz, dentro del Arca de la Santa Alianza, en donde todos los atributos, todos los propósitos y todos los pensamientos elevados de Dios, expresados antes del origen de la Creación, se encuentran allí guardados y protegidos por los santos ángeles.
Es este propósito del Arca de la Santa Alianza y la emanación de su geometría sagrada, la que después del fin de los tiempos y en la Nueva Tierra, con la Nueva Humanidad, deberá retornar al planeta para poder constituir una nueva raza, libre del sufrimiento, del dolor, de la agonía y del mal.
En la geometría sagrada se encuentra algo valioso e inextinguible. Es como si estuvieran delante de la manifestación más perfecta de Dios, representado a través de símbolos y de geometrías que traen una energía sublime para la consciencia humana.
En los Centros Sagrados como éste se guardan geometrías sagradas, principios fundamentales de la Fuente de la Creación, que en el silencio, acompañan a la humanidad desde el principio. Pero, es hora y es tiempo que este conocimiento sagrado pueda emerger de la consciencia humana, para todos los que se comprometieron a seguir el Propósito de Dios, y sobre todo se comprometieron a descubrir dentro de sí su universo interior.
¿Puedo continuar?
No escucho…
Todos responden: ¡Sí!
La geometría sagrada es lo que existe de más sagrado en el Universo. Fue el propio Dios, nuestro Padre Celestial, quien la creó y Él la entregó como algo inmaculado y sagrado en las manos de los arcángeles, para que ellos pudieran recrear y plasmar Su Divina Voluntad en el plano del espíritu, en el universo mental, y por último en este universo material.
Las geometrías sagradas son patrones de conducta que necesita el ser humano para este ciclo, para que pueda transitar y atravesar el fin de los tiempos, manteniendo viva dentro de sí la luz crística, la llama sagrada de la esencia, o como ustedes la quieran comprender, el despertar.
Hoy he traído entre Mis Manos uno de los Pergaminos de Dios, uno de los tesoros más antiguos de este Universo, de la Fuente Inmaterial de la Creación, del Universo de los Resplandecientes, en donde está escrito el origen del propósito de esta humanidad.
Dios pensó, en Su Silencio, la posibilidad de la existencia de criaturas tan semejantes a Él, que pudieran vivir el Amor como Él lo vive, que pudieran superarlo en el Amor, por medio de experiencias de unión, de luz y de perdón.
Por eso, Él creó una geometría sagrada, la que sintetiza la existencia de este mundo y de este universo local.
En esta geometría, de la cual hoy les hablo, está la posibilidad de que la humanidad entera reencuentre su camino, el camino que perdió hacia a la Fuente de la Creación desde el momento en que surgió la dualidad, o como ustedes la quieran comprender, como adversidad.
Pero en esa esta geometría sagrada que también está dentro del Arca de la Santa Alianza, se encuentra la réplica de este pensamiento muy elevado de Dios, que surgió de Su Corazón eterno desde el momento en el que Él sintió la voluntad y la necesidad de que Sus hijos lo pudieran conocer y reconocer, como Padre de la Sabiduría, como Padre del Amor, como el Señor de la Verdad.
Pero fue antes de Mi nacimiento en Israel, que los pueblos más antiguos del desierto conocieron la geometría sagrada de Dios.
En los cuarenta años en el desierto, el pueblo de Israel, al ser protegido y amparado por el Padre Eterno, en esa larga caminata, en la búsqueda de la Tierra Prometida, conoció y vivenció la esencia de esa geometría sagrada por medio del maná que lo sació y lo alimentó. Fue el contacto físico que tuvo con la esencia de ese Propósito de Dios que originó la vida en la Tierra y el surgimiento de la primera humanidad.
Fue de esa forma que antes del aparecimiento de Cristo en la Tierra, a través de Su encarnación en Belén, el pueblo antiguo de Israel pudo hacer parte de sí el Propósito Divino, lo que en su constitución genética y natural permitió, un tiempo después, que Mi esencia humana recibiera de ese pueblo lo más sagrado que alcanzó a nivel del Espíritu y del Mental Superior.
Cuando Yo estuve en la Tierra, fui la propia geometría sagrada de Dios manifestada como hombre y como consciencia. Fui el propio arquetipo y principio divino materializado en la Tierra, a través del vientre purísimo de Mi Madre en la intervención sagrada del Espíritu Santo.
Todo fue pensado, contemplado y meditado para que el mundo, a través de los tiempos y de las generaciones, nunca olvidara la principal geometría sagrada de Dios que es el Amor, que dentro de la consciencia humana permite la evolución, la ascensión y la expansión de la caridad.
En el Universo de Dios, existen muchos Pergaminos como éste. Revelaciones tan profundas y desconocidas por la mente humana que ayudará a todos los seres humanos a retomar el camino que perdieron hacia su verdadero propósito, hacia la verdadera razón que los trajo aquí por una meta espiritual, por un fin elevado, por un principio sagrado.
Sus almas, sí reconocen este legado porque son parte de esa manifestación, de esa experiencia, que comenzó en el origen de este Universo.
Mientras la Aurora contempla este escenario del Hijo trayendo al mundo la geometría sagrada de Dios, una gran bóveda celeste en los planos internos se manifiesta para todos sus espíritus, a fin de que ellos capten los símbolos sagrados de Dios, que el pueblo de Israel una vez conoció y que permitirá retomar en la Tierra la reverencia, para alcanzar la ascensión del cuerpo, de la mente y del espíritu.
A través de lo que Yo les enseñé a los apóstoles, por medio de los Sacramentos, también se encuentra la geometría sagrada de Dios, diversificada en diferentes principios y formas, al punto de que esas geometrías sagradas son materiales, por medio del Bautismo, de la Unción, de la Confesión, del Lavapiés y el más importante, a través de la Comunión.
Porque fue en la última cena, donde la más importante geometría sagrada de Dios descendió a través de Mí, en la materialización del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, geometría sagrada que Me permitió llegar hasta la Cruz, para poder expandir y donar todos los símbolos que redimieron en aquel tiempo a la humanidad.
Hoy los ángeles del cielo preparan las puertas del Universo, porque los impulsos de la geometría sagrada de Dios retornarán a la humanidad para que las almas puedan vivenciar una forma de vida diferente y aprendan, en la simplicidad, a superar el miedo, el error y el dolor que esta genética humana ha generado a través de los tiempos por haberse distanciado del Propósito de Dios, de la geometría sagrada del Padre.
El Arcángel Metatrón es el guardián y celador de la sagrada geometría de Dios. Él es el encargado, dentro de este Universo material y local, de enviar estos impulsos en el fin de los tiempos, a fin de que las almas alcancen una conexión profunda con el Padre Creador, por medio de la intervención de Metatrón Arcángel.
Es el fuego de ese arcángel, por medio de Su principal geometría sagrada, que permitirá la transmutación de la consciencia humana y la liberación del espíritu humano del pecado, del error, de la perversión y de la perdición.
Dios enseñó en el principio de este mundo, la primera y más importante geometría sagrada, que es el Verbo de la oración. Ella es el puente y es la base para construir una nueva vida que las almas, en poco tiempo, no reconocerán en sí mismas por el voltaje que la oración proporciona para la consciencia humana por medio de la elevación y de la transformación.
Quien viva la escuela de la geometría sagrada de la oración conocerá otras geometrías sagradas del Padre y el plano espiritual no estará más lejos de ustedes, lo podrán reconocer en su interior al tomar contacto con esos principios divinos que vienen de la Fuente.
Hasta hoy, es lo que Yo les puedo decir, porque la geometría sagrada tiene un elevado voltaje de energía espiritual e inmaterial que transmuta la consciencia humana, y los impulsos que vienen del cielo deben aprenderlos a vivir y a administrar, porque el conocimiento en sí ya es un impulso que quedará dentro de ustedes para llevarlos a dar un gran paso en algún momento de sus vidas.
Esta es la razón por la cual hoy Me detengo, porque las almas tienen una capacidad de soportar, pero confíen en lo que Yo estoy haciendo, así como Yo confío en lo que ustedes hacen, día a día, y en todo lo que hoy Me han ofrecido por el triunfo de Mi Sagrado Corazón en la humanidad.
Es esta fidelidad, esta constancia y esta fe que viene desde dentro de ustedes que permite la aproximación de este conocimiento para que la humanidad salga de lo superficial, de lo mezquino, de lo indiferente, para que sean instrumentos de esas geometrías sagradas en cada momento de la vida, como en cada acto de oración, para que sean espejos de Dios.
Agradezco a los que escuchan atentamente, porque esto emite una respuesta del Universo, de que al fin, el día de su despertar llegará para estar en comunión de una forma íntima y verdadera con la Fuente Principal de Dios, para que estén en contacto con Dios, aunque estén en la Tierra aprendiendo a superar el sufrimiento y aprendiendo a vivir el Amor.
La geometría sagrada siempre los elevará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro guardó el pergamino…
Y ahora, para sintetizar este impulso en la vida consagrada manifestada en diferentes formas, porque es algo que viven las almas, también se encuentra la sagrada geometría de Dios.
Y hoy consagraré dos nuevas auxiliadoras porque han manifestado esa constancia de buscar ese Propósito de Dios, y así, sigo reuniendo Mi rebaño para que reconozcan su filiación Conmigo y sobre todo, ese íntimo matrimonio con Mi Corazón.
Deseo tener aquí los elementos de consagración para las dos auxiliadoras.
Y en esos elementos, que se tornarán sagrados, también se espejará la geometría sagrada de Dios para que esté presente en todas Mis esposas que se han ofrecido para servirme a través de este servicio de donarse a los altares del Señor.
Todas las geometrías sagradas son vertientes del Amor de Dios, son la vivencia máspróxima de la Fuente de la Creación.
Los invito a colocarse de pie en reverencia a las sagradas geometrías de Dios, por ustedes, por sus familias, por sus conocidos, por la humanidad entera que debe recuperar los atributos de Dios por medio de estos últimos impulsos que Yo traigo del Universo para los humildes de corazón.
Celebremos ante las puertas del cielo este acontecimiento. Que la humanidad entera pueda ser merecedora de esta Gracia, porque lo verdadero solo proviene de lo inmaterial y de la vivencia del Amor en la vida material.
Escucharemos la melodía del Kodoish para que los ángeles, a Mi pedido y a Mi llamado, se reúnan aquí para traer hacia la Tierra la esencia de la geometría sagrada de Dios, fecundo tesoro que se guarda en los Centros Sagrados de la Jerarquía.
Padre, en cada elemento que Tú creaste, se encuentra la esencia de la geometría sagrada.
Hoy elevamos y ofertamos cada uno de estos elementos para que la consciencia humana sea transmutada y las almas alcancen el perdón y la redención. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Fray Melquisedec, Fray Juan de la Cruz, los dos hermanos, si pueden venir.
Del elemento agua que Dios creó, nace la geometría sagrada de la vida, del cual todo ser de la Tierra se alimenta y vive porque este elemento lo une y lo eleva hacia el Reino de Dios. Amén.
Comenzamos a entonar suavemente el Kodoish melódico para recibir los impulsos angélicos y acompañar esta ceremonia.
Canción: Kodoish melódico.
Inspiramos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Perdón, dijo que me olvidé de un paso...
Padre, este es Mi Cuerpo que como geometría sagrada, hoy es ofrecido al mundo para la remisión de las faltas y la redención de las consciencias. Amén.
Padre, este es el Cáliz de Mi Sangre que hoy amorosamente es ofrecido para la elevación de la consciencia humana, para la purificación de la vida terrestre, para la cura de los corazones. Amén.
Y a través de la geometría sagrada de la oración, Padre Eterno, bendice todos estos elementos y especialmente a Tus hijos, para que todos tengan fuerza interior de seguir adelante, a fin de alcanzar la victoria celestial. Amén.
Oración: Padre Nuestro en arameo.
Padre bendice a estos corazones para que siempre sean partícipes de Tu Gracia y de Tu Misericordia y actúen en este mundo como luceros de Tu Corazón, llevando la paz a toda la Tierra.
Yo las bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les doy las gracias por ser valientes para escuchar y no perder el coraje de poder hacer triunfar el Amor en este planeta. Sigamos obrando y viviendo en la Divina Misericordia.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, por Mí, por Mi Padre y por el Espíritu Santo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Serie – Relevaciones Divinas de estos tiempos
De la humilde gruta de Belén al Templo de la Circuncisión – Parte II
Luego de los acontecimientos físicos, internos y universales sucedidos en la simple gruta de Belén, algunos días después, San José y su Madre Celeste se prepararon para presentar al Niño Dios en el Templo.
Este ya sería el segundo misterio que se revelaría en aquel tiempo a los hombres al respecto de lo que, espiritualmente, significaría la venida del Mesías a la Tierra.
En aquel tiempo, la gruta de Belén quedó impregnada y colmada de la luz crística. Por cada lugar que el Niño Rey pasaba, atributos y códigos divinos iban siendo depositados en esos espacios como terafines y todos aquellos que, de alguna forma u otra, participaron y supieron sobre el Nacimiento de Jesús en Belén, también recibieron impulsos espirituales que los llevarían a la transformación de la consciencia.
A días de haber nacido el sagrado Niño de Israel, San José ya había hecho los preparativos y rezado sus oraciones con el fin de que Él también atravesara, en el Templo, el proceso de la llamada purificación.
San José llegó al Templo junto con María Santísima y el Pequeño Niño en brazos, solo que, durante el acto de la circuncisión de Jesús, así como lo pide la Ley de Moisés, un hecho inesperado se presentó a través de un humilde sacerdote llamado Simeón.
Ese sabio y contactado ser era uno de los tantos hombres de la Tierra que esperaban la llegada del Mesías y el cumplimiento de las profecías de los Profetas.
En esa instancia de la presentación del Pequeño Niño en el Templo y luego de la circuncisión, Simeón, siendo inspirado por el Fuego Divino del Espíritu Santo, compartió y le anunció una profecía a la Madre de Dios, diciéndole que una espada de dolor atravesaría Su Corazón y, en seguida, repitió una de las profecías sobre el advenimiento de Cristo a la Tierra.
El Templo de la Circuncisión fue el escenario en que, no solo se determinó la consagración total del Niño Rey al Plan de Dios, sino que allí también se vio representado el sacrificio espiritual que Su Madre Celeste viviría, ofreciendo al Pequeño Niño como reparación y expiación espiritual por todos los errores cometidos por la humanidad.
Fue allí, a partir de ese momento, con la presencia de Jesús en el Templo, que comenzó la caída del imperio del mal que en ese tiempo sometía y castigaba a la Tierra, impidiendo la continuidad de la evolución del sagrado Pueblo de Israel.
La llegada del Pequeño Jesús al Templo, en compañía de San José y de Su Madre Celeste, permitió que en esa misma hora se desarrollara una gran intervención divina, la que pondría fin a la decadencia de los hombres y de todas las generaciones humanas por medio de la presencia de Cristo en la Tierra, así como por toda la vida que, de manera incondicional, el propio Niño, después Hombre, donaría por amor a todos Sus hermanos.
El acto de la purificación en el Templo significó el pasaje a otra etapa de ese Plan perfecto, pero silencioso, que el mismo Dios estaba llevando adelante a través de Su Amado Hijo.
Fue a través de la Presentación del Niño Rey en el Templo que la intervención angélica y arcangélica comenzó a suceder directamente en todas las almas de la humanidad de aquel tiempo, ya que era necesario que todo el género humano saliera de su proceso de autodestrucción y de su ansia de poder.
Por esa razón, desde que Jesús encarnó en la Tierra, los seres angélicos y arcangélicos, a pedido de la Madre de Dios, hicieron uso de los más altos instrumentos espirituales y de los más puros Rayos Inmateriales, a fin de que los espíritus en la Tierra vivieran los primeros pasos de la redención.
Para que todo esto fuera posible, el mismo Niño Rey, aun siendo recién nacido, aplicaba ciertas Leyes divinas, las que, a través de su cumplimiento, modificaban la condición espiritual de la Tierra y, al mismo tiempo, abrían los portales para el contacto y la comunicación espiritual entre la Fuente Mayor y los mundos internos, lugar en donde se encuentran las esencias.
Todo el movimiento universal realizado por la presencia de la Sagrada Familia y por la intervención angélica, impidió el avance de las potestades del mal sobre la consciencia humana, la que, en aquel tiempo, era más primitiva.
Esas entidades contrarias tuvieron que presenciar, como castigo, toda la victoria que fue generada desde el Nacimiento de Jesús, hasta la Muerte y la Resurrección de Cristo.
De esa forma, el planeta y la humanidad fueron convertidos y redimidos por el potente voltaje del Amor-Sabiduría.
La alianza que se alcanzó entre el Cielo y la Tierra derrotó y venció los proyectos del adversario.
Ahora, en este tiempo actual y antes de la segunda Venida de Cristo, la humanidad se encuentra en un momento muy semejante al Nacimiento de Jesús, un momento en el cual cada ser humano tendrá la Gracia de vencer a través del amor y de superar y trascender la indiferencia para que Cristo vuelva a triunfar en todos los corazones.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y como fue dicho, vengo descendiendo desde lo alto de los Himalayas para dar continuidad a la revelación del Plan de Dios, aquel que está escrito en Sus libros sagrados, guardados como copia en el Arca de la Santa Alianza y dentro de Su Fuente inmaterial, de Su gran afluente espiritual y de Su Pensamiento Divino.
Hoy, el Maestro entre los maestros, viene hacia ustedes para dar finalidad a este año, a este ciclo que ya se está cerrando en la humanidad. Ciclo que ingresará en un nuevo ciclo, en una nueva historia y en un nuevo movimiento guiado e inspirado por la Jerarquía.
En las montañas de los Himalayas se guardan muchos tesoros, los cuales, los puros de corazón los conocieron y así como todos los allegados que tuvieron una íntima relación con la montaña, con el fin de elevar su consciencia.
Aún el impulso de la consciencia de la humanidad, de su pronta elevación, debe continuar. Pero dependerá de este fin de ciclo para que eso pueda suceder. Mientras tanto, compañeros, ustedes atraviesan una transición muy desconocida por la mayoría, a través de la purificación y de la definición. Pero aún la Jerarquía espiritual no solo tiene para entregarles más revelaciones, sino también llaves que conducirán sus vidas durante esta etapa muy dura de la purificación, llaves que les permitirán atravesar los tiempos, las dimensiones y los planos para siempre poder encontrar a la Jerarquía que trabaja en una sola línea y en un mismo propósito.
Para que ese descenso de la información se pueda realizar, dependerá de que, en este lapso de tiempo en donde la Jerarquía espiritual estará recogida públicamente, haya en cada uno de ustedes una verdadera reflexión, más allá de lo que hayan podido comprender y sentir, más allá del símbolo o de la forma, aun más, más allá del propósito y del sentido infinito que nos une a ustedes y a nosotros en esta misión del fin de los tiempos por el rescate de los atributos de la humanidad y la redención de las almas perdidas y ultrajadas por mi adversario.
Para que la Jerarquía pueda seguir actuando en el planeta y en la consciencia humana, para que la Jerarquía pueda seguir trabajando en las diferentes regiones del planeta a través de todas las naciones que aún le falta recorrer y visitar, dependerá de la reflexión de Mis compañeros y de Mis allegados. Porque, ahora, la respuesta deberá venir de ustedes y no de Dios.
Es hora de asumir el Propósito con transparencia y humildad para que el Plan se pueda seguir diseñando y realizando. Para que comprendan la Inconmensurable Obra de la Misericordia de Dios, es que hoy les traigo parte de ese Plan Divino y Cósmico que Mi Santa Madre comenzó a escribir y a relatar por medio de Sus impulsos espirituales y mensajes.
Pero esta revelación no termina aquí, dependerá de esa reflexión. Lo vuelvo a decir y lo vuelvo a repetir, porque es importante que lo comprendan y que lo acepten, porque aún hay mucho por hacer.
Hay almas que aún están sumergidas en el infierno y la mayoría no lo percibe, por lo superfluo de estos tiempos y del hipnotismo de las modernidades que ciega a los corazones y los aleja de la vida del espíritu. Mientras tanto, cada uno de ustedes, según su escuela y su aprendizaje, según el grado de amor y según su madurez, tiene una responsabilidad para con el Plan de Dios.
No hay ningún otro lugar en el planeta que haya sido escogido para esto y señalado por el propio Dios de las Alturas, el Todopoderoso.
Su fe en lo inmaterial y no en el fenómeno es lo que permite la continuidad de esta obra, porque la humanidad ya fue demasiado merecedora de milagros. Ahora el milagro, cada uno de ustedes lo debe construir dentro de ustedes, para que triunfe Mi Proyecto, para que se concrete Mi Victoria en todos los redimidos.
Quiero escuchar ahora el instrumental de “Así habló el Maestro”.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En nombre de la honra de Dios, de Su Misericordia, de la Fuente de Su Gracia y del Universo infinito de Su compasión, Su Hijo primogénito, Jesucristo, tiene la autoridad de abrir Su libro Sagrado para que Sus Sagradas Escrituras Doradas sean fuente de renovación en las almas, despertar de las consciencias y continuidad del propósito en los corazones.
Abraham fue el padre que recibió las síntesis de las primeras humanidades. En aquel tiempo, el Gran Patriarca de Dios que congregaba a los pueblos que serían el preámbulo del Advenimiento de Cristo, guardaron los Tesoros Sagrados del Arca en lo que más tarde fue el Templo de Salomón.
En aquel tiempo, muchos impulsos fueron recibidos por la Divinidad. El Arcángel Gabriel y Rafael descendieron a la Tierra para entregar los símbolos de la revelación en las propias manos de Abraham, y para que estos símbolos, estos impulsos sagrados fueran fuente de renovación y de evolución en esa civilización tan antigua.
Fue tan sagrado lo que sucedió en aquel tiempo a través de Abraham y de su pueblo que, hasta los días de hoy, la propia consciencia humana, sin saberlo ni comprenderlo, guarda dentro de sí, en sus núcleos más profundos e íntimos, el legado que Abraham alcanzó como Padre y Patriarca de la humanidad.
Él fue transmutado por el Arcángel Rafael, para que en la Tierra se pudiera vivir, dentro de los pueblos sagrados que él comandaba, las primeras leyes de cura y de regeneración que permitirían desatrancar el proceso de evolución que ese pueblo guardaba de sus descendientes Adán y Eva.
Para que eso fuera posible, Abraham tuvo que formar una gran familia para que fuera heredera de los conocimientos que él recibió del propio Arcángel Rafael, con la intención y el motivo espiritual, que la historia del Proyecto de Dios que el propio Padre revelaba a los hombres más simples y humildes, pudiera tener continuidad a través de los tiempos y de las generaciones.
Abraham fue un Patriarca que sufrió y vivió la impotencia de ver, en aquel tiempo, el desvío de algunos de sus hijos, que se mantuvo a través de las generaciones y hasta los tiempos de hoy entre Israel y Palestina.
Pero ese ciclo interminable terminará en la consciencia humana. En la genética de la humanidad está guardada esa experiencia de amor que Abraham vivió en profunda unión y comunión con el Arcángel Rafael. Su legado llegó hasta las manos de Moisés a través de los mandamientos y de las Leyes que ese siguiente Patriarca conoció de las Jerarquías espirituales y universales, en el sagrado Monte Sinaí.
Ahora estas llaves, que abrieron las puertas de la consciencia de Abraham, retornarán a la Tierra por el impulso del Hijo Primogénito que proviene de esos Sagrados Padres, de ese Sagrado Pueblo que estaba en la búsqueda de la Tierra Prometida. Pero la verdadera promesa de Dios se encuentra dentro de ustedes, en la realización de la Vida Divina sobre la superficie de la Tierra, en el alcance de los diferentes grados de amor y en la donación constante de sus espíritus para la materialización del Plan en toda la consciencia humana.
Y aunque estemos en un tiempo de grandes desvíos, en donde el caos y el mal batallan para ganar un lugar, hoy los despierto a todos los seres humanos de la Tierra, más allá de sus creencias o de su fe, para esos principios y esas llaves que también se guardan en el Arca de la Santa Alianza como en el corazón humano que tiene absoluta fe y confianza en el Plan de Dios.
Por eso, compañeros, así como Abraham se sirvió de los Principios de Dios y de todas las dádivas celestiales, sean dignos en el Señor y también sírvanse de esos principios y de esas llaves, plenamente identificados y representados en los atributos de la Madre Universal.
Si cada uno de estos atributos de cumpliera y se viviera al pie de la letra, una nueva humanidad nacerá y ya dejará de ser una promesa. Mismo un advenimiento será una realidad que será construida dentro de cada uno de ustedes, viviendo el camino de la transformación y la trascendencia, de la donación y de la entrega por los millones de almas que están encarnadas en este planeta y no lo hacen.
La unidad entre los pueblos y las religiones, profecía escrita en la Sagrada Biblia sucederá cuando dentro de cada ser humano despierte el Cristo interno, para dar continuidad a la Obra de Dios y a su Divino Proyecto en este planeta como en otros.
Sean como Abraham, sean como Moisés o como Mi propio primo, Juan el Bautista, que fueron difusores y precursores de la vida crística por medio de un modo de vida de simplicidad, de verdad y de entrega inconmensurable a Dios.
No les pido que sean patriarcas o profetas ni tampoco grandes servidores Míos. Yo necesito a los más miserables, a los más imperfectos, a los más condenados y a los más perdidos para rehacer la Creación y establecer, finalmente, cuando Yo retorne al mundo físicamente, una nueva colonia de Cristos que sabrán vivir el amor, la hermandad, la fraternidad y la unidad con el Único.
Dios entregó a Abraham un tesoro que no tuvo continuidad en el planeta y en la humanidad. Dios le dio conocimiento a Abraham de la venida del Mesías, de la llegada de la Madre de Dios como una simple mujer que fue escogida para ser el receptáculo del propio Dios. Le dio a conocer la llegada de San José, de un simple carpintero que llevaría adelante la misión más importante de todos los tiempos, desde el principio de la Creación hasta el fin de los tiempos.
Entonces, compañeros, ustedes, ¿ante quiénes están? ¿Reconocen nuestras faces? ¿Sienten nuestros corazones? ¿Palpitan en nuestro amor y son movidos por nuestro espíritu para llevar adelante, en el fin de esta trayectoria, el gran Plan de Rescate?, que deberá tener continuidad por la sincera adhesión de todos que comprenden, más allá de las formas y de la mente, la importancia de que en este tiempo se materialice el Plan de Dios.
Abraham conoció a los Sagrados Corazones en los planos internos y enseñó a todos sus hijos y a su pueblo que era imprescindible y fundamental vivir en el amor, más allá de las dificultades y de todas las pruebas, más allá de toda oscuridad y tiniebla.
Ahora que todos ustedes ya saben que son hijos de Abraham y de su descendencia, y de las antiguas tribus de Israel, expandidas por los cuatro puntos de la Tierra, tendrán en sus manos y principalmente en sus corazones la oportunidad de concretar el Plan de Dios. Y que a través del Amor-Sabiduría y del principio de la Sagrada Hermandad que trasciende todas las diferencias, todas las dificultades y todos los malos entendidos, podrán unir a las culturas y a los pueblos en la esencia del amor y de la verdad. Porque cuando eso suceda, será la señal de la raza humana de que Yo tendré el permiso y la autoridad universal de retornar al mundo por segunda vez, para que toda la raza humana: los perfectos y los imperfectos, los caídos y los resucitados conozcan al Hijo de Dios como Él es, desde el principio al fin, para que se cumpla así la Ley de la Divina Voluntad.
Como el Amor de Dios llegó a Abraham, Mi Amor siempre llegó a sus corazones.
Quiero generar en su interior una verdad pura que sea capaz de iluminar el fin de los tiempos, de trascender las fronteras y de unirse al prójimo más allá de su religión o de su credo, de su ateísmo o de su fe.
Que las columnas de Cristo, que prepararán el retorno del Hijo de Dios, puedan implantarse en la superficie de la Tierra. Que las vivas columnas de Dios representadas por los seguidores de Cristo que no viven ninguna manipulación, que no profesan ninguna mentira, que son verdaderos, transparentes y cristalinos como el agua, y que, más allá de sus impurezas y de sus errores universales y planetarios, estarán anunciando en sí el retorno del Señor, el “sí” del retorno del Señor, para este tiempo definitivo y por medio de esta obra.
Cuando se cumplan Mis palabras en ustedes, especialmente en estos dos próximos meses, es que Yo esperaré, ardientemente, poder retornar para seguir compartiendo con cada uno de los Míos la fortaleza que necesitará, la confianza imprescindible que precisará para poder abarcar la Obra de Dios, más allá del Brasil y de Sudamérica. Para abrir su consciencia y su corazón para acoger y recibir a los que buscarán la luz de Cristo, la luz de María y de San José en este lugar bendecido por Dios y señalado por Su Sagrada Mano, antes de que ustedes encarnaran en la Tierra.
Por eso, el compromiso de todos es muy grande; no solo en la Obra de Dios, sino en el mantenimiento de las Islas de Salvación. Espero que todos comprendan lo que estoy diciendo, porque cada uno sabe lo que debe escuchar para que se torne un ser responsable, maduro ante la Voluntad Divina y ante la necesidad de seguir haciendo florecer las Islas de Salvación, y eso también va más allá de lo material.
Las dádivas de Dios no pueden ser sacadas de aquí. Este fue el lugar escogido por el Padre, así como los demás Centros Marianos para que, en la semejanza de la simplicidad de la Casa de Nazaret, fueran verdaderos receptáculos y templos en donde el Dios Viviente esté presente en los momentos de mayor tribulación, en donde la luz será escasa y la oscuridad será muy grande por cegar a los corazones con sus propios espejismos.
Por eso, hoy les entrego, del Libro de Dios, la revelación de la vida de Abraham y del legado que él recibió como persona, como alma y como espíritu. Ese legado no puede terminar en Israel, una historia que se sabe de lo que allí se vivió. Ese legado debe continuar, vibrante y luminoso, en el corazón de las personas que profesan su fe a Dios y su confianza para que se lleve adelante Su Sagrada Voluntad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cerrando el Libro de Dios, abro el libro de sus historias internas para que Mis Palabras se escriban en él y ya no sean promesas, sino realidades. Realidades que serán de verdad y que se podrán manifestar por la consecuencia y la adhesión de los Míos.
La decisión está en sus manos y, sobre todo, en sus corazones. Celebraremos esta noche la Eucaristía de la Reflexión y de la Sabiduría para que el discernimiento en estos dos próximos meses, esté en todos los seres humanos. Para que la oración diaria, la comunión diaria y la confesión diaria con Mi Corazón Misericordioso sean atributos que impulsen el despertar de la consciencia y el discernimiento promovido por el Espíritu Santo para que se cumpla la Voluntad de Dios. ¡Qué así sea!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos ponemos de pie a pedido del Señor.
Y a Su pedido, vamos a celebrar esta cena junto a Él, bendiciendo los elementos del Altar, ofrecido por los corazones nobles, los corazones humildes que abrazan el llamado de Dios a través de los tiempos.
Cada uno de ustedes en este momento, compañeros Míos, tendrá la oportunidad ante Mi Iglesia Celestial de realizar su oferta y su entrega, en el silencio más íntimo del corazón y del alma. Porque en ese lugar, en ese sagrado recinto interior de cada ser, Dios escucha la voz de sus súplicas.
Pueden comenzar a rezar interiormente.
No lo hagan solamente por ustedes, sino por el mundo entero. Abracen el planeta así como Yo lo abrazo. Amen a la humanidad imperfecta, inmadura y errada, así como Yo la amo, desde que nací hasta que enseñé, pasando por la cruz y por la Pasión, la Muerte y la Resurrección, más allá de la Ascensión y del retorno de Mi Corazón y de Mi Sagrada Presencia en la humanidad, sigo amando a esta raza y abrazando a este planeta, más allá de su condición y de sus aprendizajes.
Que esta oferta se amplíe, que no se restrinja a sus pequeñeces. Que sea una oferta capaz de ir más allá de las fronteras, de las naciones y de los pueblos. Que llegue, esa oferta, al Corazón de Dios, por los que verdaderamente sufren y no tienen nada, ni siquiera la dádiva de escucharme aquí, así como Me escuchan ustedes hace bastante tiempo.
Si esa oferta fuera de esa forma, Me dejarán tranquilo y Yo pacificaré sus corazones, porque cuando Yo ya no esté más con ustedes en el próximo ciclo, será la señal que habrán comprendido y entendido que todo lo que viven y hacen, deben hacerlo por amor por la humanidad y por este planeta para que mantenga su eje en equilibrio, más allá de la purificación y la transición que la Tierra vivirá duramente.
Cielo y Tierra podrán pasar, pero Mis Palabras serán vivientes en ustedes. Serán Perlas de luz en los tiempos de mayor tribulación; y no tendrán dudas. Su fe no se enflaquecerá, no se debilitará. Será una fe fuerte y madura que se arriesgará a dar la vida por Mí.
Que el legado de Tu Sagrada Arca descienda a la Tierra para cumplimiento de Tu Divina Voluntad.
Bautízalos, Señor, con la Luz de Tu Espíritu, para que la lluvia de Tus Gracias penetre en lo profundo de las almas y cure a los corazones doloridos.
Hoy Mi Inconmensurable Amor se mostrará a todos, en un simple acto de consagración, para que sean testigos de que hoy y que aún estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Lucy, de Venezuela, puede venir aquí para consagrarse como Auxiliadora. El Señor necesita de un velo y de un aceite para ungir.
En este momento, cada una de sus almas tendrá la oportunidad, delante del Padre Celestial, de volver a vivir esa reconsagración interior a Mi Sagrado Corazón. Recuerden que eso es importante para Mi Consciencia, así como también es importante para Mí de que sigan orando con fervor la reconsagración de Brasil a Mi Sagrado Corazón. Esta tierra no puede ser sumergida ni invadida, debe ser el Edén que Dios escogió desde el principio de Su Creación para generar aquí la familia universal.
Hija Mía, Dios te bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Te unjo con Mi Luz, para que Mi Luz esté en todos los que te rodean. Amén.
Mientras estoy aquí, los códigos de la Sagrada Arca descienden sobre ustedes y el mundo.
En aquel tiempo, por ustedes, Yo tomé el pan y reunido con Mis apóstoles, que representaban a muchos más, Yo les dije: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado y ultrajado por los hombres. Que sufrirá y morirá por todos para el perdón de los pecados. Hagan esto en Mi memoria hasta el fin de los tiempos”.
En aquel tiempo tomé el Santo Cáliz del Señor y elevándolo a Dios, el Todopoderoso lo bendijo. Lo entregué a Mis apóstoles, diciendo: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será eterna en todos los que Me sigan y Me vivan, a través de los tiempos, hasta que Yo retorne a la humanidad por segunda vez”.
“Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, dichosos los que son llamados a servirse del Señor.”
Bienaventurados serán los que hoy comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, porque tendrán la Gracia y el impulso de poder representarme interiormente para los próximos tiempos.
Hija de Israel y de Abraham, hija predilecta de María Santísima, Hija y Esposa Mía recibe el Sacramento del Altar, la donación perpetua de Mi Corazón por las almas que deben vivir Mi Amor a través de los tiempos.
El Cuerpo de Cristo...
Recibe del Cáliz, la poderosa y preciosa Sangre de Cristo, el manantial infinito de la Gracia y el Universo de la Cura, para que todas las dolencias espirituales sean disipadas y se establezca el Amor y la Voluntad de Dios en tu vida.
La Sangre de Cristo...
Ahora es momento de celebración, de júbilo y de alegría, porque los redimidos se están congregando. Los hijos de Adán y Eva se están uniendo. Los hijos de Abraham están recibiendo su legado y dando el paso para vivir los Mandamientos que una vez recibió Moisés; a fin de que la Tierra, en este tiempo, a pesar de su decadencia y de su enfermedad, a pesar de los conflictos en las naciones y en los pueblos, de la muerte y del hambre, prevalezca el amor, el que nunca será ocultado ni vencido por los que pronuncian la Victoria de Cristo en la humanidad, la Victoria de Cristo dentro de sí.
Por esa razón, bienaventurados sean los misericordiosos, porque siempre recibirán Misericordia y donarán Misericordia por donde vayan y pasen.
En unión a las Sagradas Revelaciones de Dios y la Suprema Fuente Divina, principio de Amor y de Unidad, en nombre de los Arcángeles y de los Ángeles del Universo y de toda la Jerarquía Espiritual, en nombre de la Hermandad y de la Fraternidad, Yo los bendigo y bendigo al mundo para los Cristos internos que despertarán en esta Navidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por tener ánimo de escucharme y por abrirse a las correcciones de Dios.
Un corazón se transforma siguiendo un solo camino y estando en una sola barca, que es la barca que Yo les ofrezco, la que los llevará hacia el puerto de Mi Corazón para vivir el Amor eterno, el Amor inapagable, el Amor intransferible, el Amor invencible.
En nombre de la Luz de Dios, para que la Luz esté en la Tierra y en los nuevos cristos, fraternalmente, se darán el saludo de la Paz.
¡Les agradezco!
En el Arca de Noé, como en las manos de Moisés y en el Templo de Salomón, estuvo el Arca de la Santa Alianza.
Hoy ella está entre Mis Manos, para traer un impulso espiritual al mundo, definitivo y preciso, dentro de estos tiempos de caos.
El Arca contemplada por los ángeles y los arcángeles tiene en su interior la revelación que necesita la humanidad, los escritos más sagrados del universo, el Pensamiento transmitido por la Mente de Dios, dentro del Divino Propósito.
Esta es el Arca que formará parte de la Nueva Humanidad y ya no estará guardada en los Recintos internos, será colocada en la superficie, tiempo después de Mi retorno al mundo, cuando Yo ya haya congregado a todos Mis rebaños de todos los tiempos y de todas las generaciones; cuando haya vencido al mal a través del Amor, y así, haya trascendido la dualidad en cada consciencia humana.
Ese será el preámbulo del advenimiento del Arca de la Santa Alianza, la que en su interior traerá para la humanidad el Santo Grial, con todos los códigos divinos, con todos los impulsos transformados, sublimados y elevados por la Consciencia del Hijo de Dios, con toda la experiencia divina vivida una vez en la Tierra entre Sus apóstoles y seguidores, con todos los códigos de la Resurrección y de la Transfiguración, así como también los códigos de la Ascensión vendrán en el Arca de la Santa Alianza.
Sé que no saben lo que eso significa y lo que eso representa, porque es algo que aún no sucederá en esta humanidad.
Mientras tanto, compañeros, que su perseverancia Conmigo no sea pobre, ni tampoco que se debilite; que su confianza Conmigo no sea mediocre, ni indiferente; porque los tiempos difíciles llegarán, pero para quien confíe en Mí, los tesoros del Cielo no le faltarán.
Así como desde los planos de la Divinidad hoy traigo el Arca de la Santa Alianza, el Cordero que fue inmolado y que resucitó entre los muertos, decretando la victoria del Amor y de la Verdad, glorioso y resplandeciente, retornará a la Tierra dentro de Su gran Consciencia Divina y universal, nunca antes vista por ningún hombre de la Tierra, solo contemplada y admirada por la Madre de Dios.
Esa es la Consciencia Divina del Hijo Primogénito, del Hijo Resucitado y Glorificado que vendrá al mundo por segunda vez.
Vigilen y adoren por esta revelación. Sigan orando de corazón y con constancia, y los frutos del nuevo tiempo llegarán a sus corazones y vidas.
Pero el tiempo de la oscuridad, aquel que ha generado la raza humana para este tiempo de Armagedón es necesario e imprescindible, porque las almas deberán aprender a vencer la dualidad interior, por medio de la fuerza y del poder del amor.
No Me sirve, compañeros, que bajen los brazos. Después de todo lo que Yo les he dado, su pensamiento debe estar en Mi Pensamiento, y sus sentimientos, deben ser Mis Sentimientos sublimados y elevados.
Así, no perecerán y no les faltarán las llaves para poder abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino de Mi Corazón, a la Casa del Padre Celestial, aunque aún estén sobre la superficie de este planeta.
Hoy traigo entre Mis Manos este terafín universal para que sea contemplado y admirado.
Dentro de este universo material el Arca de la Santa Alianza representa la Voluntad de Dios manifestada para este universo y para toda la vida creada, dentro del plano físico.
Allí se encuentra, dentro de esa Sagrada Arca, la historia pura de Dios antes de que Él pensara y concibiera la Creación, así como también toda la historia más evolutiva del universo; el triunfo de muchas humanidades y la historia escrita en muchas estrellas, así como la historia de Su Hijo Primogénito y de la Concepción Divina en el Vientre purísimo de la Madre Universal; la historia del acompañamiento de todos los ángeles y la derrota de los grandes infiernos del mal; la historia del Arcángel Miguel en la humanidad en la fusión divina con el Divino Hijo, así como la presencia incalculable e inalterable del Arcángel Gabriel en la Consciencia de la Madre de Dios; la presencia del Arcángel Rafael en la experiencia humilde y simple de San José.
Y aún más, compañeros, esta Sagrada Arca, guarda la historia evolutiva de las primeras humanidades, de los que pudieron representar a Dios de una forma simple y verdadera, los que pudieron vivir los misterios del universo y atraer hacia la Tierra una vida fraterna y de hermandad; los que aprendieron a sostener el Plan de Dios a través de los tiempos difíciles, tanto en el pasado como en el presente; la historia de amor vivida por los grandes patriarcas, la experiencia de redención de los apóstoles; la santificación de las mujeres de Jerusalén y todo el compromiso vivido y revivido, una y otra vez, a través de los tiempos, hasta los días de hoy de todos los que se comprometieron Conmigo en toda la historia de la humanidad y del planeta a ser parte de esa alianza divina con la Sagrada Arca del Padre Celestial.
Ahora, toda esa historia no podrá ser interferida, ni tampoco detenida. Depende de ustedes, de su disposición, de su adhesión y de su compromiso incondicional para que su historia de vida, su historia de redención, de perdón y de rehabilitación forme parte del Arca de la Santa Alianza, como el triunfo del Código Crístico transfigurador en cada consciencia humana, en cada corazón humano, en la vida espiritual de cada ser.
Por eso, los animo a seguir adelante. El peso de su cruz pasará y Mi Palabra, que es eterna, triunfará.
Lo único que les pido es que sean constantes, consecuentes y responsables con los impulsos divinos que reciben, porque hoy les vuelvo a decir, compañeros, con la humildad de Mi Corazón, que Mi tiempo con ustedes se está acortando para terminar esta tarea, para que los Nuevos Cristos sean vistos en la Tierra como portadores de la paz, de la Misericordia y del bien.
Ustedes son llamados a dar continuidad a Mi Obra divina y a sumergirse dentro del caos y de la tribulación para salvar a las almas, aun si fuera necesario de que den su vida por Mí, Yo podré atestiguar que su entrega fue verdadera.
No les vengo a pedir lo que es imposible ni tampoco lo que aún no Me pueden dar. Solo les pido que caminen a Mi lado, que se sostengan en Mí, que confíen en Mí y que pidan por Mi Misericordia, así como lo hizo todo el tiempo el apóstol Juan, aprovechando cada momento para poder estar cerca del Señor, para poder estar cerca de Dios, en comunión con la Vida y con el Espíritu de Dios.
Que el Arca de la Santa Alianza represente para ustedes el símbolo de la elevación de la consciencia y la aspiración permanente de alcanzar el Reino de Dios, sabiendo que nada de lo que sucede es por acaso, que todo tiene un sentido y una meta para el Padre Celestial.
Si sus infiernos internos son muy grandes o si su júbilo es infinito para sus almas, no hay nada que deban temer, porque todo tiene su porqué.
Únanse a este Principio Creador y reciban hoy, del Arca de la Santa Alianza, el último impulso del Redentor para la transformación de sus vidas y la redención de sus seres en nombre del triunfo del Sagrado Corazón de Jesús.
Ante la Iglesia Celestial que hoy los reúne, ante los Sacerdotes del Universo y de los patriarcas de la Palabra Divina, ante los ángeles del Cielo y de todos los seres humanos, que a través de la historia se santificaron por medio de la experiencia de Mi Amor, ante el Corazón Espinado de Jesús y la agonía silenciosa de María por todo lo que sucede en el mundo, ante la fuerza y el poder de la oración, ante la confianza de todos Mis discípulos y peregrinos y el amor de todos Mis allegados, ante la presencia del Trono del Padre Celestial y de Su Fuente Inmaterial, acepto y acojo la reconsagración de Brasil a Mi Sagrado Corazón, y hoy extiendo para este pueblo una Gracia especial y expiatoria que deberá ser cuidada y protegida por cada uno.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro está elevando Su Mano derecha para bendecir al Brasil y colocando Su Mano izquierda sobre el Corazón.
Cristo Jesús:
Hoy Te imploro Padre, que descanses en el amor de Tus hijos, que Te regocijes en la pureza de las almas que se consagran y que puedas estar vivo y presente, en cada corazón humano, para que el latir de Tu Espíritu sea el pulsar del corazón de cada ser, el latir infinito de Tu Amor y la expansión gloriosa de Tu Gracia.
Bendice, Señor, a este pueblo y a todos los seres humildes que en el silencio de su simplicidad, representan a Tu Obra en la Tierra y viven el apostolado de Mi Corazón.
Y ante los Universos superiores que conceden esta intervención divina, reconsagro al Brasil a Mi Sagrado e Insondable Corazón, para que los Cristos de este pueblo sostengan el fin de los tiempos y los tres días de oscuridad, como testigos verdaderos del Sagrado Corazón de Jesús.
Que la fuerza de su fe nunca se quiebre, que la templanza de sus corazones se sostenga en la templanza de Mi Corazón y que el Fuego del Espíritu Santo coloque la palabra divina en sus labios, a fin de defender Mi Obra Redentora en el fin de estos tiempos.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Antes de santificar los elementos de los cuales las almas se servirán para recibir Mi Gracia y Mi Misericordia, quisiera anunciarle al mundo entero, que la continuidad de esta Obra con los Mensajeros Divinos vivirá una pausa a fines de este mes de diciembre, y que ella continuará adelante cuando todo se haya cumplido, no solo a nivel espiritual sino también a nivel material.
Depende de ustedes y del mundo entero de que Mi Palabra y Mi Presencia llegue a más lugares del Brasil para poder sostenerlo y auxiliarlo, así como también Mi Verbo Divino pueda llegar a otras naciones del mundo y hacia otros continentes.
Dios reconoce los esfuerzos, pero los esfuerzos deben ser equilibrados y justos.
Todos son merecedores de la Gracia y de Mi Presencia en este tiempo final y en las naciones del mundo, no será fácil, y ustedes lo saben.
Es un compromiso de la humanidad de que Mi Presencia y Mi Mensaje puedan estar en otros lugares del mundo hasta que el Padre Celestial lo indique y lo considere.
Aún tengo planes para cumplir con ustedes y con la humanidad, que son los planes de los últimos tiempos y de los últimos impulsos espirituales que cada Sagrado Corazón le dará al mundo antes del momento más difícil de la humanidad.
Estamos sedientos de almas buenas y también de corazones arrepentidos.
El Plan de Rescate se construirá con la cooperación de todos, bajo la Ley de la Hermandad.
A pedido de Mi Padre, estoy anunciando esta pausa y este receso.
La respuesta de todos y del mundo entero es lo que Me permitirá continuar adelante. De lo contrario, en nombre de la Ley de la Justicia Divina y de la Ley del Equilibrio, sagrados atributos para el Universo, solo podremos continuar hasta el fin de este mes, pero no dejarán de recibir Nuestras palabras.
No podremos estar presentes en aquellos espacios que tenemos que estar.
Ustedes saben que Nuestra Consciencia es omnipresente y no Nos costaría nada estar en cualquier lugar que fuera necesario, pero Yo les estoy dando la oportunidad de servir a Dios y de aliviar sus deudas espirituales para que puedan renacer finalmente en el amor, y ayuden a otros a renacer en el amor.
Esperaré pacientemente en lo alto de las montañas durante estos próximos meses para escuchar sus respuestas.
Dios bendiga este momento, para que cada ser se vuelva más consciente y asuma lo que ha venido a cumplir en el nombre del Amor y de la Unidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos podemos poner de pie para la consagración.
Cristo Jesús:
Señor, Tú sabes que las almas te aman, por eso te pido, Padre, que aceptes todas las ofertas que hoy te realizan, a fin de que triunfe Tu Proyecto de Amor. Amén.
Bendice esta agua, Señor, para que Tu Gracia se pueda esparcir en el mundo, y así como el agua que cae en el planeta por medio de la lluvia, se convierta en una lluvia de gracia infinita y de amor en las almas, a fin de que todo sea cumplido. Amén.
Padre, bautiza con Tu Espíritu a los que han sufrido, para que las dolencias espirituales se disipen y se desvanezcan de la consciencia humana.
Que el afluente infinito de Tu Amor, que el manantial de Tu Gracia, de Tu Perdón y de Tu Cura santifique a los que hoy serán bautizados por Tu Espíritu, en unión a Tu infinito Amor. Amén.
Señor, unge con este aceite los cuerpos enfermos, exorciza a las almas poseídas y libera a las almas de las corrientes del mal.
Con la unión poderosa de la Cruz, que todo mal sea vencido y extirpado. Que, así como el Hijo de Dios fue ungido por las mujeres de Jerusalén, hoy los que serán ungidos sean restaurados y reparados por la cura divina. Amén.
Por el poder del Arca de la Santa Alianza que los códigos desciendan.
Y hacemos memoria del misterio del Amor del Hijo de Dios durante la Última Cena cuando tomó el pan, dando gracias a Dios por el Sacrificio, el Padre lo bendijo y entregándoselo a los apóstoles, les dije: “tomen, coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la expiación de los pecados".
Del mismo modo, su Maestro y Señor tomó el Cáliz, no solo para irradiarle la paz al mundo y la redención a la humanidad, sino también para que el Padre lo santificara y lo bendijera y entregándoselo a los Apóstoles les dije que bebieran de él porque "esta es Mi Sangre que será derramada por los hombres y por los mártires para el perdón de los pecados".
Hagan siempre esto en Mi memoria.
He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Fuente de Misericordia y de Salvación para todas las almas que confían en Él.
Dichosos sean, compañeros Míos, todos los que se servirán de este Sacramento, pero, antes, que se confiesen y se arrepientan para que el Divino Cuerpo y la Preciosa Sangre, purifiquen sus almas y santifiquen sus corazones. Amén.
Confíen en que todo se cumplirá como Dios lo ha previsto. En su confianza está la llave para la concreción del Plan. Si desde ahora lo comienzan a vivir y a sentir profundamente, el Plan se cumplirá, como está escrito.
Que se alegren sus corazones porque el Brasil se ha reconsagrado a Mi Corazón Misericordioso y él profundizará su reconsagración en los próximos meses, con la constancia y la devoción de los orantes y el clamor de todo el Pueblo de Dios.
Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.
Extendiendo Mis Brazos en señal de Cruz, como testimonio del Amor verdadero de Dios por todas Sus criaturas y el planeta, Yo los uno al poder de la Sagrada Cruz y al misterio infinito de su impulso exorcista.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (x3)
Que la paz esté en todos los mundos internos para que pueda estar en todos los hombres de la tierra, así como en todas las naciones del mundo.
Sigamos orando por la paz, por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.
Que así sea.
Fraternalmente se darán el saludo de la paz, para que la paz esté en las familias que viven las guerras y en todas las familias del mundo que no pueden vivir la unidad en esta sagrada Natividad.
¡Les agradezco!
Del más profundo Amor del Corazón de Dios provienen los hombres. La humanidad es la revelación del Amor del Padre y, a lo largo de los siglos, Él se los recuerda, a través de las diferentes expresiones de Su Presencia.
Dios les recordó Su Amor a través de los patriarcas y de los profetas, mediante el Soplo de Su Espíritu, de Su Perdón y de Su Reconciliación con la consciencia humana, a través de Abraham y de Moisés.
Dios les recordó Su Amor a través de Buda, quien comprendió que la humanidad era la expresión del más profundo Amor del Padre y despertó en sí la compasión, como un símbolo, de la forma más elevada que podía alcanzar para imitar ese Amor en aquel tiempo.
Buda buscaba, en la verdadera expresión de la consciencia humana, el objeto del Amor de Dios; y buscando esta Verdad se encontró, no sólo a sí mismo, sino con la propia Consciencia Divina. Cuando conoció la verdad sobre sí, Buda encontró, dentro de sí mismo, a Dios.
La revelación máxima de Dios fue a través de Jesús, cuando el Padre no solo amó a la humanidad, sino que experimentó la humanidad y vivió la condición humana. Dios se manifestó en plenitud, despertando así la plenitud del hombre y revelando Su semejanza con él. Jesús es la manifestación de la semejanza entre Dios y los hombres. Él es la nueva y eterna Alianza, la Revelación del propio Dios.
La semejanza con Dios es el Amor revelado en Cristo. Cristo es la Alianza hecha Vida. Dios pleno, creando al Hombre pleno y, todo eso, solo es posible a través del Amor.
A partir de ese momento la revelación fue hecha, la Verdad fue develada y solo necesita que la consciencia humana la recuerde y la profundice.
Dios, entonces, le recordó Su Amor a Mahoma para que él le recordara ese Amor a los hombres que se perdían en su época. Y así, a lo largo de toda la evolución humana, el Padre viene recordándole Su Amor a Sus hijos.
Lo que llamamos revelaciones en estos tiempos es la profundización de la revelación primera de Dios en Jesús. Hijo, la verdad es única y hoy ella llega nuevamente a los hombres, porque ha llegado el momento de profundizar aún más, no sólo en su comprensión sobre ella, sino en la experiencia y en la vivencia de ella. Porque en estos tiempos el Padre aspira a retirar los velos de sus ojos y de sus corazones para que, conociéndose a sí mismos, ustedes reconozcan a Dios en su interior.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Como hace ciento un años atrás, el Sol de Dios vuelve a brillar en Fátima trayendo la paz para el mundo y la Misericordia del Redentor para las almas.
Este es el mayor testimonio de Amor del Dios vivo para con toda la humanidad y el planeta.
Hoy traigo a Mis Pies, queridos hijos, las banderas de dos naciones del mundo: la de Nicaragua y la de Eritrea, para que con este símbolo, sus corazones comprendan en dónde está la Madre de Dios buscando el amor de Sus hijos, intentando proteger a los heridos y socorrer a los que más lo necesitan.
Hoy, uno a las dos naciones en un solo corazón y en una misma sintonía, para que la Gracia de Dios descienda sobre ellas y se establezca la paz, el fin de la guerra y la persecución entre los hombres, porque así, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Hoy, con la oración de su pueblo pude realizar muchas cosas en el mundo. Ustedes saben, hijos Míos, de la gran necesidad planetaria, de la necesidad de amor, de misericordia, de perdón, de cura y de redención.
Por medio del camino de su oración diaria, Yo les puedo conceder todas esas Gracias y muchas Gracias más, las que ni siquiera podrían imaginar.
Mi Corazón está con el corazón de Mis hijos. La Señora de Nicaragua está con el pueblo que clama, y a través de las oraciones de Mis hijos Yo tejo el Manto oculto de la Paz, en donde coloco a todos los que necesitan estar en Dios, resguardándolos del mal y del peligro.
Aunque su pueblo esté agitado, no pierdan la fe. Confíen en el poder de Mi Corazón Inmaculado y la Sabiduría de Dios estará en sus mentes y en sus corazones, para que puedan ser guiados por el camino del Bien y de la Luz, para que esa guía beneficie a muchas almas más, especialmente a las que están en peligro y que corren gran persecución.
Hoy traigo a Mis Pies también la bandera de Eritrea, porque amo a ese pueblo sufrido que aspira, algún día, a encontrar la paz.
Así como oran por las naciones del mundo y para que los graves acontecimientos no devengan, Yo también les pido, hijos Míos, que coloquen en su corazón a Eritrea, a fin de que ese pueblo se pueda recuperar y alcanzar la paz, vivir la esperanza de Mi Hijo y estar inmersos en Su Divina Misericordia, sin necesidad de refugiarse en otros países para escapar del horror.
Pero aunque esto sucede, hijos Míos, también Mi Corazón Inmaculado está en África, está en el corazón de los de Eritrea, para que puedan promover la paz por medio de la oración, de la súplica y especialmente, de la comunión con Mi Hijo; para que el Sacramento de la Eucaristía conceda discernimiento y sabiduría a los líderes de esas naciones, para que se den cuenta que ya no es necesario sufrir, sino amar, amar con todo el corazón y toda el alma, así como Yo los amo, hijos Míos.
Porque ese Amor que Yo les tengo es lo que Me permite estar aquí en este día, anunciando al mundo y a la humanidad que la Madre de Dios, la Señora de la Paz, está con Nicaragua y con Eritrea, así como está con todas las naciones del mundo, especialmente con aquellas que toman decisiones equivocadas y que comprometen la vida espiritual de millones de almas en el mundo.
Vengo a desatar los nudos de la consciencia humana por medio de sus súplicas y de sus oraciones.
Hoy, la ofrenda de todos los orantes del mundo en esta vigilia de oración ha permitido detener grandes desastres; especialmente graves decisiones que condenarían al resto de la humanidad.
Con esto, queridos hijos, Yo les hago ver la importancia de la vida de oración, de la vida constante de oración y de la perseverancia en la oración, para que sus labios no se cansen de pedir a Dios por Misericordia, porque la Misericordia salvará al mundo, y así, la Justicia Divina se detendrá y el mundo no deberá volver a sufrir, como en el siglo pasado.
Vengo como Madre de la Luz a conceder la cura a las profundas heridas humanas y todos los que responden a Mi llamado en las diferentes naciones del mundo; dejen que sea una sola consciencia.
Esto abre la puerta, queridos hijos, para que la Gracia de Dios pueda entrar en las naciones, especialmente en aquellas que más necesitan de misericordia y de perdón.
En este día, en esta noche de Gracia, vengo a hablarles nuevamente del compromiso de la vigilia de oración por la paz en las naciones, la que será fundamental y primordial para los próximos tiempos, a fin de mantener la estabilidad en el planeta, y sobre todo el equilibrio del psíquico de la humanidad.
Cada oración que sea ofrecida y que será ofrecida, será bien recibida por el Reino de los Cielos. Y no solo sus vidas se irán transformando, sino que el mundo se seguirá convirtiendo para reconocer la Voluntad de Dios y algún día, por la Gracia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, establecer los mil años de paz.
Algún día retornaré a Centroamérica a restablecer el Reino de Dios, que quiere ser removido por Mis enemigos. Pero no se amedrenten; recuerden que Mi Inmaculado Corazón triunfará, le traerá al mundo la Paz, aunque él se purifique, aunque él atraviese este agudo tiempo final.
Esta noche Me despediré de ustedes, hijos Míos, concediéndoles una Gracia espiritual por su esfuerzo, sacrificio y empeño para llevar adelante esta Obra de Paz en el mundo, siguiendo los pasos de los Mensajeros Divinos en esta importante Red de Oración que es gestada por sus corazones, para generar más paz en el planeta, alivio y cura a todas las almas de la Tierra.
Eritrea es un país que debe ser considerado por todas las naciones del mundo, porque allí existen almas que son merecedoras de la Misericordia de Dios y que a través de la cooperación, caridad y fraternidad, de los demás países, puedan recibir una oportunidad de ser alguien en la vida.
Por eso, hijos Míos de las demás naciones del mundo, Yo los invito a abrir aún más el corazón para acoger en sí la verdadera necesidad espiritual de ese pueblo, que necesita del auxilio de todos, no solo para poder establecer la paz, la dignidad social, el bien y la cooperación, sino también para restablecer el Reino de Dios, como una vez lo estuvo en los principios de la vida de Moisés.
Así podrán hacer valorar los Mandamientos, que nacieron en esa región del mundo por pedido de Dios y que enseñaron a la humanidad, y siguen enseñando, los primeros pasos en la vida espiritual, a fin de convertirse en dignos hijos de Dios, siguiendo los pasos de la Ley y de la Voluntad Divina.
Eritrea es un país que debe ser curado, no solo por el servicio humanitario, sino también por las oraciones de todos Mis hijos, especialmente por el acogimiento que los corazones de las demás naciones puedan hacer por aquellos que más lo necesitan, así como por el resto de África, que espera por más compasión, solidaridad y ayuda humanitaria.
Esta ayuda que Yo les pido no nacerá de las grandes naciones del planeta, sino de las simples naciones del mundo que aún no han perdido el espíritu de la solidaridad y que podrán entender lo que Yo les pido.
Así, les pido que no teman abrir las puertas de sus hogares para refugiar a aquellos que más necesitan de esperanza y de paz, porque algún día, ustedes también podrían necesitar de esa paz y de esa esperanza.
Invito a los adultos en la vida del espíritu a tomar consciencia de esto y a postularse para ayudar a esas naciones, que esperan por solidaridad. Así estarán consolando a Mi Inmaculado y Materno Corazón y concediendo al mundo una Gracia que tal vez muchos no merecerían, pero que será posible por su espíritu de incondicionalidad y de servicio.
Eritrea debe ser un país repoblado de esperanza, que transmita la alegría de vivir en Dios como una vez lo transmitió, para que el espíritu consolador, que es el Espíritu Santo, colme con Sus Dones esa tierra y ese pueblo, trayendo la renovación y la cura para todas esas consciencias.
Es así, queridos hijos, que a partir de este día, en la oración semanal por África, Yo les pido que coloquen en sus corazones a Eritrea, para que Mi Obra pueda llegar allí, para que la Voluntad de Dios se cumpla con la ayuda de todos y en ese país se alcance la Paz.
Mi alegría es infinita al tener presente un representante de ese pueblo.
Mi dulzura Maternal está en esos corazones necesitados, cicatrizando profundas heridas, purificando profundas secuelas, concediendo paz en el mundo interno de Mis hijos de Eritrea.
Yo Soy la Madre de los refugiados, la Consoladora de la Paz, el Ave de la esperanza, la cura para las esencias, el consuelo eterno para los corazones.
Yo Soy la Reina de la Paz y la Gran Madre de África, la que tiene Su Corazón en el centro de ese continente haciendo palpitar en ese lugar y en todas las naciones del África, la esperanza y la alegría de reencontrar, de ciclo en ciclo, a Dios.
Hoy concedo a este hijo de Eritrea la bendición del Padre Celestial para su nueva tarea.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que el Espíritu de la Paz esté contigo y este Espíritu de Paz se propague en Eritrea y en el mundo, trayendo esperanza y renovación a las vidas que más han sufrido por la injusticia social y por la indiferencia.
Es misión de los europeos asumir Eritrea. Es su deber y su compromiso, así como a las demás naciones de África, para que la expiación sea concedida a ambos continentes y se cierre el ciclo de la persecución y de la esclavitud, y así, se abra el ciclo de la Luz y de la Esperanza, de la Misericordia y de la Redención.
Hoy deseo que desde este corazón africano, parta el Amor para todos los corazones del África, al igual que de todos los corazones que están aquí presentes y que están acompañando este momento con la Madre de Dios.
Quisiera escuchar de nuevo esa canción que recuerda, que trae a la memoria la Presencia de la Señora de Kibeho, Patrona de Ruanda y de toda África.
Les agradezco en esta noche por haber respondido a este importante llamado.
Dios los bendiga y les conceda la Paz. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo vengo por las almas del mundo y no por las bestias que habitan la Tierra. Ellas no impedirán que Yo realice lo que debo realizar en el nombre del Padre.
Yo vengo aquí por los corazones que Me escuchan.
Yo vengo aquí por los corazones que Me claman.
Yo vengo aquí por todos Mis hijos, independientemente de su creencia o de su religión, porque Yo soy la Madre del Amor, soy la Madre de la Sagrada Victoria de Cristo y quien está aquí Conmigo está con Dios.
A su alrededor todo podrá temblar, pero si Mi Corazón está aquí presente, queridos hijos, es señal de que Dios está aquí entre ustedes y que el triunfo de Su Reino está próximo.
La derrota de las bestias está próxima, porque cuando Mi Hijo pose Sus Pies sobre este planeta, muchas cosas terminarán. Él se los prometió durante el último encuentro en la ciudad de Mendoza. Su promesa está vigente y actual.
Ustedes, queridos hijos, deben seguir orando Conmigo todos los días, independientemente de lo que suceda en su nación o en todo su pueblo, para que esa promesa de Cristo se pueda concretar y muchos más corazones no solo aquí en Chile, sino también en el mundo puedan recibir, así como hoy ustedes reciben, la Gracia de Dios.
Yo los invito, queridos hijos, a trabajar con esmero y perseverancia, porque en Peñablanca no terminé Mi tarea y tampoco fue ampliamente comprendida. Yo vine como la Madre de esta nación, en aquellos tiempos pasados, para intentar evitar muchas cosas en el Cono Sur.
Por eso, como Madre de la Bondad y de la Misericordia, tuve el permiso de escoger las almas más miserables para que pudieran comprender aquí, Mi gran testimonio de amor por el mundo y, sobre todo, por este país que aún está dentro de Mis Planes celestiales.
Por eso, guerreros de la paz, antiguos pueblos de las sagradas montañas, Yo los invito a trabajar unidos a Mí, los invito a abrir las puertas de sus corazones para que, finalmente, las puertas de sus hogares se puedan abrir a las almas. Y de la misma forma, queridos hijos, ustedes puedan cruzar las puertas de sus casas para ir al encuentro de los más necesitados de oración, de los que son más miserables, de los que sufren, de los que aún no conocen a Dios ni tampoco el Amor del Redentor.
Con la consciencia que ustedes han adquirido en sus vidas, por más pequeña que sea, Yo los invito, queridos hijos, a que Me acompañen, a que Me ayuden a estampar en Mi Corazón, la bandera de Chile. Y aún más, queridos hijos, deseo que Mi Manto celestial, sea esta bandera redimida para que más estrellas de Mi corona puedan brillar.
Necesito, queridos hijos, que Me ayuden a salvar a este pueblo, a que aquí se generen nuevos grupos de oración que se unan al ecumenismo cristiano y que no teman decir, queridos hijos, que ustedes creen en la Madre del Redentor.
Yo vengo con Mis Manos llenas de Gracias para que en esta noche sean derramadas. Vengo en esta noche, plena del Amor de Dios, para que sus heridas más profundas sean curadas, para que el pasado de este país sea borrado y las nuevas puertas a grandes oportunidades y cambios se puedan abrir en esta nación.
Vengo a buscar, dentro de ustedes, el amor que guardan bajo más de siete llaves. Pero recuerden que Yo soy la Maestra de todas las llaves del universo y que no tengo ningún impedimento para poder llegar a sus corazones.
Si soy la Señora del Monte Carmelo, su Señora del Carmen, la Patrona de este país y de todos los chilenos, necesito, queridos hijos, que se animen a hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón; que no teman proclamar Mi bienaventuranza, Mi alegría, Mi bondad y Mi amor por cada uno de ustedes.
Los invito, en esta noche de preparación y de reflexión, a dar un paso en esta caminata espiritual, a que abran las puertas a todos los que deben llegar, a todos los que han perdido su fe en Dios y están sumergidos en el materialismo de estos tiempos.
Este país guarda un gran tesoro espiritual que aún desconoce, que existe de norte a sur y en lo más alto de estas montañas de los Andes.
Valoren, queridos hijos, estos tesoros naturales que Dios les entregó. Miren hacia sus montañas, no como si fueran montañas normales. Miren hacia las montañas buscando el signo de la elevación de sus consciencias. Ha llegado la hora de que suban a la montaña para encontrar en lo más alto de ella a Cristo, Quien los espera con Su Corazón abierto, lleno de Misericordia y con Sus Brazos abiertos para reencontrarlos, para decirles, queridos hijos, como Él siempre dice: “Compañeros Míos, entren en Mi Corazón y encontrarán la paz”.
Necesito que este pueblo se transforme en el modelo espiritual que Dios pensó desde el principio. Sus raíces, las de los pueblos originarios, guardan un gran tesoro, un importante legado que proviene de los Incas y que no se puede borrar de sus memorias.
Recuerden sus orígenes, queridos hijos, amen, por encima de todas las cosas, lo que este pueblo sagrado dejó aquí sembrado y todo lo que él consiguió por medio de su vivencia y de su cultura.
Los invito de esa forma simple a recuperar los valores, a recuperar la dignidad espiritual que una vez este pueblo vivió.
Eso los ayudará mucho a cambiar su forma de pensar, a ver diferente todas las cosas y a colocarse por encima de todos los acontecimientos de estos tiempos.
Porque Yo necesito, queridos hijos, que ustedes en este tiempo final, animados por Mi Corazón Inmaculado, se animen a vivir su propia verdad, la verdad que Mi Hijo predica no solo en el Evangelio, sino también a través de los Sacramentos, de la oración, del servicio, de la instrucción y, lo más importante, por medio del amor que Él necesita que vivan para que sus corazones se puedan curar y redimir.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vine, en esta noche, a hablarles de un Amor superior.
Vine a despertarlos, hijos Míos, a través de Mi Verbo Sagrado, que es el eco de la Voz de Dios en este mundo.
Así como Yo soy Su Sierva y jamás Me canso de servir al Señor, les pido, hijos, que se unan a Mí en este servicio universal; que lleguen hasta aquí, más que para querer verme, para orar por la paz, para clamar por esta nación como por el mundo entero; porque necesito, hijos, soldados de la paz, de norte a sur, en el Oriente y en el Occidente, para consagrar a este mundo a una vida espiritual, fraterna, verdadera, una vida que sigue las Leyes que hay en el Cielo y que también se esconden en el interior de la Tierra, como en el interior del corazón humano.
El verdadero potencial, hijos, su verdadera semejanza con Dios, ese amor que hay en lo profundo de sus corazones y que es un principio del Amor Divino, eso, hijos, es lo que deben despertar en este día.
No vengo a traerles una nueva religión, una nueva creencia o una nueva fe. Vengo a renovar la fe de este pueblo, a tornarla verdadera en el Señor, nuestro Dios, para que de esta forma, hijos Míos, ya no piensen solo en sí mismos, sino que sean soldados de un ejército que no proviene de este mundo y que no actúa por el establecimiento de la voluntad propia, sino por la Voluntad de Dios.
Hoy, hijos, como su Madre Celestial, Universal, abro los brazos ante los ojos de sus corazones y solo les pido que estén bajo Mi Manto, en Mi protección. Y, para eso, necesito que oren, que cumplan los Mandamientos que les entregó Dios a través de Moisés. Y, más que eso, hijos, que cumplan y vivan el Mandamiento único que les dejó Mi Hijo, cuando Su voz resonó en esta Tierra.
Hoy, vengo, hijos Míos, para encender los espejos de sus corazones y volver a tornar redimidos y rescatables a sus seres, para que cumplan la Voluntad de Dios, no solo en esta Tierra, sino más allá de ella, en lo que llaman eternidad, en donde el tiempo no existe y el servicio es constante.
Por eso, los preparo en esta Tierra para que sirvan a Dios eternamente. No hay plenitud mayor, hijos Míos, que encontrar un servicio, un sentido para la propia vida, un sentido verdadero que los conduzca a la justicia, a la Misericordia, a la pacificación interior y, en consecuencia, a la transformación de sus vidas, para que transformen, poco a poco, este mundo.
Hoy, hijos, Mi Verbo no les trae una utopía, les trae una Gracia que se desenvuelve en el corazón que Me dice sí. Por eso, extiendan sus manos hacia Mí y reciban las Gracias que les traigo. Clamen por Mi Misericordia, que es la misma que proviene de la Sangre y del Agua de Mi Hijo. Yo solo soy portadora de esta Gracia, soy portadora de la Paz y la traigo como mediadora e intercesora a sus vidas.
En esta noche, los llamo a vivir la humildad para que reconozcan que muchas veces están perdidos y no encuentran auxilio porque no Me buscan, porque no buscan a Dios.
Hoy, hijos, les abro una nueva puerta, una puerta a la redención y los invito a cruzarla para que renueven sus vidas en Mi Paz, en Mi Presencia, porque si oran Conmigo, Yo estaré con ustedes todos los días.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo a esta nación, en este tiempo, a realizar un plan inexplicable y desconocido que podría parecer imposible. Plan que recién comienza en este día y que se desarrollará a lo largo del tiempo. Por eso, deben orar junto a su Madre Celeste para que este Plan se cumpla, etapa por etapa.
Queridos hijos, vengo a prepararlos para algo mayor, vengo a prepararlos para que adquieran una nueva consciencia, para que salgan de sí y, animados por Mi Corazón, den los pasos hacia Cristo por medio de la vida incondicional de servicio que es lo que este pueblo, en perfecta unidad y fraternidad, debe trabajar en estos tiempos para que así, hijos Míos, nunca les falte Mi Gracia, la Gracia que quiero derramar con tanto amor en todo Chile y en todos Mis hijos que aquí habitan.
En esta noche, este es Mi Mensaje, esta es Mi declaración. También los llamo, queridos hijos, a que ustedes convoquen a otras almas que no saben que Yo estoy aquí, por medio de la difusión, por medio de ustedes para que desde sus corazones transmitan Mi llamado a las almas de esta nación.
Por este encuentro, hoy, Yo les agradezco, queridos hijos, por responder a Mi llamado.
En la Gracia de Dios que es infinita, perpetua e invencible, Yo los bendigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lleven Mi Paz a Chile, para que la paz esté en sus corazones y en el mundo entero.
Les agradezco.
Hoy Mi Corazón se enciende de alegría por los más simples y por los más pobres; por el amor que brota de sus corazones al llamar a su Madre Celestial para que Ella, como una dulce Señora, venga al encuentro de Sus hijos.
Hoy vengo aquí por los que Me han llamado.
Nuevamente, queridos hijos, los vuelvo a congregar en el sagrado oratorio de Mi Inmaculado Corazón, en donde se puede vivir la experiencia divina, el encuentro con Dios y la manifestación de Su divino Propósito para cada una de sus consciencias.
Hoy vengo vestida de blanco, coronada por Mis hijos y con la luna a Mis pies, para anunciar al mundo que aún hay tiempo de poder arrepentirse.
Dios está sediento del amor de todas Sus criaturas, de la sinceridad de los corazones, de la verdad de todos los servidores, que pueden expresarla en estos tiempos.
Dios está con Sus Brazos abiertos, mostrando Su Corazón resplandeciente, indicando para todos que aún hay tiempo de poder ingresar en el Océano de Su Misericordia, para que sus deudas sean purificadas, para que sus almas sean curadas y solo puedan sentir, queridos hijos, algo que Yo siento todo el tiempo, que es estar en el regocijo de Dios; en unión con Su divina e insondable Fuente, en perpetua y perfecta comunión.
Para que todo esto sea posible y primero surja en sus vidas, deben seguir orando el Rosario todos los días, porque aún el anuncio que Yo hice en Fátima está latente.
Después de cien años, el mundo está en la mayor gravedad, en un gran caos que sumerge a muchas almas al infierno.
Yo les pido, queridos hijos, que con la misma sinceridad de sus corazones y el mismo calor de sus oraciones, hoy ofrecidas al Santo Creador, sigan formando grupos de oración, para que en esta ciudad y más allá de ella, existan columnas de luz, que serán depositadas por el Cielo y bajo el orden de Mi Inmaculado Corazón, a través de la obra de los santos ángeles.
Vengo a pedirles, queridos hijos, que sigan orando por el equilibrio del planeta y de su humanidad, que sus corazones no se cansen de proclamar la fe en Dios, ni tampoco de buscar la Iglesia, para que a través de la Eucaristía, todos los días de sus vidas estén en comunión con Mi amado Hijo.
Necesito, queridos hijos, que puedan tornar esta ciudad un Espejo de Mi Reino Celestial. Y eso comenzará primero en ustedes, viviendo buenas actitudes, reflejando buenos ejemplos, transformando sus vidas por el potentísimo caudal de la oración del corazón.
Yo les pido, queridos hijos, que sigan Mis pasos, los pasos que hoy les estoy indicando, para que Dios Me pueda permitir retornar aquí cuantas veces sea necesario y bajo el principio de Su divina Voluntad.
Necesito que sus corazones se sigan abriendo, para que Mis ángeles, los ángeles que hoy Me acompañan y que rodean a su Madre Celestial, puedan curar sus heridas más profundas y después de cada encuentro Conmigo, salgan de aquí renovados, con una esperanza fortalecida, con una fe inextinguible, con un amor desconocido, que finalmente los hará libres de este cautiverio del fin de los tiempos.
Hoy vengo a recoger especialmente sus oraciones para que más Gracias sean derramadas en el mundo, especialmente en aquellos rincones del mundo en donde, la humanidad entera aún no sabe lo que sucede. ¡Cuánto las almas sufren en silencio, por medio de la esclavitud y de la persecución!
Vengo a utilizar sus oraciones de este día, para poder cerrar más infiernos en este planeta; para que más almas, más semejantes a las de ustedes, puedan despertar y salir de esta ilusión que ciega al mundo.
Vengo a abrir los portales del Universo, para que no solo ustedes, sino más almas en el mundo entero, puedan sentir y escuchar la llamada de Dios para consagrar sus vidas al Infinito y hacer de este planeta un pueblo sagrado, así como fue el pueblo en el desierto, en compañía de Moisés.
Yo vengo a contemplar, por medio de Mis ojos maternales, la dulzura que brota hoy de sus corazones, la cálida oración que ennoblece sus espíritus y que vivifica sus almas ante la presencia de la Madre de Dios.
Hoy como nunca, Dios tiene Sus Oídos muy abiertos para escuchar las súplicas de Sus hijos. Algunos pronto alcanzarán las gracias que necesitan, pero otros deberán seguir orando todos los días, para poder alcanzar la Gracia Mayor de Dios. Porque la verdadera oración, que puede ser pronunciada por sus corazones, los liberará, los redimirá y podrán alcanzar la paz dando fin a la deuda humana, a todo pecado que hace de los corazones, corazones sufridores.
Yo vengo, queridos hijos, a instituir Mi Portal de Paz en el mundo y vengo a hacer de ustedes almas en constante renovación, corazones en adoración a Dios.
Quiero hacer Mi milagro en los más simples, para que den testimonio al mundo de la potencia del Amor de Dios cuando los corazones se abren y dejan que el Creador los transforme, no solo a través de Su Santa Sierva, sino también, hijos Míos, por medio de la oración y de la devoción de sus corazones.
Quiero construir aquí lo imposible, en un mundo de caos y de tantas guerras. Mis ojos contemplan situaciones que ustedes desconocen, que el mundo entero desconoce, y que aspiro a compartir con Mis hijos, aquellos que se abran para sentir Conmigo el dolor de este mundo.
Quiero hacer de este lugar, así como de sus casas y de sus corazones, cenáculos de reparación, para reparar el Corazón de Dios, tan ofendido y tan herido por las acciones de los hombres.
Hijos Míos, en esta noche comparto no sólo la alegría de Mi Santo Espíritu con sus pequeños corazones, sino que también les entrego una espina de Mi Corazón para que las reparen con sus constantes oraciones. Pues, en esta noche les digo que no se necesita mucho para reparar el Corazón de Dios. Cuando son simples, pero verdaderos, pueden abrir las puertas del Cielo y contemplar en su interior el Corazón del Padre, que se muestra a Sus hijos, cuando ellos se abren para verlo.
Vengo, en esta noche, a revelarles un misterio celestial: el misterio de la reparación, para que aprendan, hijos Míos, que al transformar sus vidas, no sólo están transformando sus familias y trayendo un poco más de paz para sus hogares, para sus amigos. De esta forma, hijos, cuando transforman sus espíritus y sus corazones, cuando oran todos los días junto Conmigo, están reparando el Corazón de Dios por faltas que desconocen, están generando méritos para que muchas almas perdidas encuentren la salida de la oscuridad en la cual viven, estando en este mundo y más allá de él.
Hijos míos, quiero construir el triunfo de Dios en sus corazones para que, a partir de ustedes, este triunfo se extienda al mundo. Sólo necesito que me digan “sí” y que oren verdaderamente, transformando las prioridades de sus vidas, teniendo consciencia, hijos, de aquellas acciones que no construyen el Plan de Dios en este mundo, sino que, al contrario, destruyen la gracia de sus espíritus, la gracia que Yo les entrego, una y otra vez, cuando vengo del Cielo a su encuentro.
No pierdan, hijos Míos, todo lo que Yo les entregué y todo lo que aún les entregaré, viniendo a este mundo. Sino que construyan, día y noche, con sus oraciones, con sus acciones, con la transformación de sus vidas, una Gracia Mayor para todo este planeta. El planeta está en guerra, está en una agonía permanente, que muchos no perciben porque solo ven sus pequeños sufrimientos y solo buscan su felicidad vana.
Hoy, hijos Míos, quiero que conozcan una felicidad mayor, que transciende todo lo que los colma con las cosas de este mundo. Vengo a entregarles la alegría celestial, que está más allá de todo sufrimiento humano y que inclusive se encuentra a través del sacrificio y del esfuerzo constante.
Quiero que conozcan, hijos, la alegría de estar en Mi Inmaculado Corazón y de compartir Conmigo todas las bendiciones del Cielo, para que las lleven a sus hermanos, a los que están a su lado y a aquellos que están en el mundo, en lugares remotos y desconocidos.
Vengan Conmigo, hijos Míos, trascendiendo las fronteras entre las naciones, por medio de la oración de sus corazones, para que el mundo encuentre un mayor tiempo de paz, a través de sus vidas.
¿Será mucho lo que Yo les pido, que oren todos los días un Misterio del Rosario, uniendo los espejos de sus corazones a Mi Inmaculado Corazón? Oren Conmigo, hijos, y vean sus vidas ser transformadas por la Gracia de Mi Espíritu, por la presencia de Mi Inmaculado Corazón.
Ustedes forman parte de la historia de Mi vida, la que Yo escribo día a día, por medio de la conversión de su corazón y del despertar perpetuo a una oración renovadora, una oración que trae la fe y la esperanza que tanto necesita el mundo.
Y les vuelvo a decir, queridos hijos, que debo llegar nuevamente a los Estados Unidos; aún Mi tarea con esa nación no está finalizada y será posible, por su colaboración y su unión Conmigo que Yo volveré a triunfar en los corazones más despiertos y, sobre todo, en los corazones que se apartaron de Dios por obra de Mi enemigo.
Vengo a construir en ustedes la importancia de unirse a todas las razas y culturas, para que juntos, queridos hijos, atendamos a esta emergencia planetaria, que es responsabilidad de cada uno de ustedes.
Yo Soy su Mediadora, la Pacificadora, la Madre que consuela a las almas y a los corazones.
Hoy vengo con una bendición especial para los que se consagrarán como nuevos Hijos de María. Que ahora se aproximen a Mi altar para que Yo pueda bendecirlos a todos.
Rezaré al Padre Eterno por ustedes:
“Señor de las Alturas, Omnipotencia máxima,
que te espejas y estás vivo en todos los universos,
como en todas las estrellas,
participa con nosotros de este momento.
Escucha la voz de Tu Sierva fiel:
Haz descender Tu Reino Celestial,
transmuta y purifica a las almas
y vivifícalas con el Fuego de Tu divino Espíritu,
a fin de que se establezca, Padre Eterno,
Tu Proyecto original en la humanidad,
en todos los que hoy se redimen
a los pies de Tu Sierva Celestial.
Amén”.
Yo los consagro, queridos hijos, y les pido que a partir de hoy formen parte de Mi ejército de Luz, de Mis soldados de la oración, de Mis guerreros de la Misericordia, para que lleven al mundo, el alivio que él necesita y la esperanza que han perdido muchas almas en estos tiempos críticos.
Hoy vuelvo a ser coronada como Madre y Señora de esta ciudad. El próximo paso será, queridos hijos, que desde la plaza de esta ciudad hasta este lugar, realicemos una procesión en honor al Inmaculado Corazón de María en el próximo encuentro, a fin de que Yo pueda, queridos hijos, llevar muchas más almas, millones de almas, hacia Mi Corazón y desde Mi Corazón, al Reino Celestial.
Que así sea.
Yo los bendigo y maternalmente les agradezco, por una vez más haber respondido a Mi llamado.
He podido hacer muchas cosas en el mundo y concretar aquí, en la Tierra, por medio de este encuentro, la Sagrada Voluntad de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Sean Mi Paz en el mundo para que más corazones se enciendan en la Misericordia del Creador.
Hasta luego, queridos hijos.
Hoy, África palpita en Mi Corazón Misericordioso. Y hago esto por todos los que la han ofendido, los que la maltrataron, los que la colonizaron y que abrieron puertas inciertas, para la perdición de las almas.
Pero hoy no vengo a hablarles de los abismos, sino de la pureza infinita que existe en cada hijo Mío de África, la que a través de los tiempos he venerado y contemplado con amor.
Por eso, ha llegado la hora y el momento de que su Rey retorne a África, para cerrar las últimas puertas y hacer descender los Cielos y los Universos y poner fin al sufrimiento humano.
Mi Sangre también fue derramada por ellos, para generar en sus almas la salvación y la liberación de todos los abismos de la Tierra. Es con este fin que hoy traigo entre Mis Manos el Santo Grial, para entregarles Mi divina Sangre, para que comulguen de él y pongan fin al sufrimiento, a la falta de esperanza, a la aflicción y al dolor humano.
Hoy, vengo a verter Mi Sangre sobre África. De esa forma, vierto Mi Sangre sobre Portugal y Europa, para poner fin a las discordias humanas, a la explotación de estos tiempos, a la indignación que sienten los niños y jóvenes de África, al ser maltratados a través de los tiempos y de los años.
Hoy, vengo a abrir Mis Brazos y a extender Mis Manos por un continente doloroso y sufrido. Vengo a ofrecer Mi Sagrado Corazón, como expiación universal por todas las causas sucedidas en el continente africano, a través de las últimas décadas.
Vengo a donar la Luz de Mi Espíritu y de Mi Divinidad. Mi Corazón hoy se regocija al haber recibido en Su Altar, una humilde cesta de intenciones y súplicas. Quiero, de esta forma, que Mis más pequeños hijos de África, tengan la total certeza y seguridad, que su Rey está derramando sobre ellos Su divina e infinita Misericordia.
De esa forma, cuando Yo llegue a África en el próximo tiempo, volveré a consagrarla al Inmaculado Corazón de María; porque debemos, compañeros, dar gracias a esa gran Consciencia Maternal y Universal, que ha generado los medios y las condiciones espirituales para que Mi Sagrado Corazón también triunfe en África, finalmente.
Vengo a colocar el bálsamo de Mi Cura en cada corazón africano; a sellar los males, los dolores y los sufrimientos generados por los corazones de Europa, hacia ese continente tan herido.
Vengo a pedir para toda Europa, que recen todos los días de rodillas, un Padrenuestro por la reconsagración de África a Mi Sagrado Corazón. De esa forma, queridos compañeros, ustedes, que son de aquí, de Europa, y todas las almas del mundo entero que conocen la adversidad que vive el continente africano, generada por otras naciones y pueblos, que abrirán las puertas con sus oraciones y corazones, para que Mi Victoria Celestial pueda descender sobre ese continente y sobre todas las naciones.
Hoy, vengo a ofrecer este Cáliz, este Sagrado Grial, por los inocentes, por las víctimas de la explotación, del martirio y de la aniquilación.
Hoy se vierte Mi Sangre espiritual, los códigos de vida y de renovación, como un gran afluente, como un inagotable manantial, sobre todas esas almas que más necesitan. Aquí se encuentra una historia de vida; almas que pertenecen al Proyecto de Dios y que están intentando en estos tiempos de crisis, vivir la esperanza.
Deseo que cada uno de los europeos asuman espiritual y materialmente, a cada una de estas “crianças”. Digo “crianças”, en portugués, porque esta misión es especialmente para los portugueses; para los que están aquí y los que no están aquí. Quiero ser claro y que puedan comprender la importancia de cumplir este pedido a su Maestro y Señor del Universo.
En cada una de estas intenciones, como en cada una de estas fotos, se guarda una historia, un pasado, que debe ser redimido, renovado y restaurado por Mi Sagrado Corazón y todas las súplicas de los que se unen a Mí, en esta misión de generar, en el final de los tiempos, la cura, el amor y la unidad en todas las almas de África; especialmente por las almas que están en esta cesta, suplicando a Mi Misericordioso Corazón, la intercesión divina del Padre Celestial, que hoy concedo por la autoridad que Él Me dió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aquí hay ciento veintiocho esencias que se ofrecieron a encarnar en África, para que la humanidad aprendiera sobre el sufrimiento ajeno, sobre el dolor humano, sobre la tortura, la explotación y la indiferencia.
Deseo que todos los corazones del mundo no olviden a Mi amada África y miren hacia ella, porque aún sigue sufriendo, silenciosamente.
La causa de esta peregrinación en Europa no es solamente por sus almas y corazones, que tanto ya recibieron, sino para que sus espíritus y sus consciencias se unan a Mi Apostolado universal, y para que vayan de dos en dos, a ayudar a los que más lo necesitan, así como a los Reinos de la Naturaleza.
En este momento sagrado, en donde Adonai escucha la súplica de Su amado Hijo y las intenciones de los corazones simples, su Maestro y Señor orará por cada una de estas almas, en representación de todas las almas de África y de Medio Oriente.
Escuchamos ahora “Así habló el Maestro”.
Colocamos nuestra mano izquierda sobre el corazón, sobre el pecho.
Padre, Adonai, Eli, Yahve, Tú que has generado la vida, vuélvela a dar a Tus criaturas, para que puedan vivificarte y sentirte en lo más profundo de sus espíritus.
Eli, escucha la Voz de Tu Hijo, que suplica por Su amada África. Disipa los sufrimientos. Borra de los corazones las angustias. Enciende en los más pequeños la esperanza de seguir viviéndote hasta el fin de sus días.
Que Tus ángeles desciendan, Eli. Eli es Tu Nombre Santo, Tu Nombre Santo para toda África, para Tu amado pueblo, marcado por las heridas y las huellas de la persecución.
Hoy, retorno a ese pueblo, Eli. Hoy, retorno al origen, en donde todo comenzó en este planeta; al lugar en donde despuntó Tu primera civilización de amor, de servicio y de entrega, al verter sobre ellos Tus Códigos divinos.
Que las almas recuperen la confianza de poder vivir. Que todo sea sanado, para que ninguna célula ni ningún cuerpo sienta el sufrimiento, ni tampoco sienta el dolor, ni pierda la fe de creer en Ti.
Así como le pediste a Moisés cuidar de Tu Pueblo, hoy escucho Tu Voz, Eli, amado Padre; cuido de Tus rebaños, para que las semillas de la vida, de la regeneración, sean sembradas en las almas que han sido sometidas por el castigo humano, por la explotación, en estos tiempos.
Que Tu Fuente de Amor y de Luz, descienda sobre ellos. Que todos recuperen la alegría de poder sentirte y que vivan en la plenitud de Tu poderoso Espíritu, Adonai.
Adonai Manu, Padre, escucha la voz de Tu Pueblo.
Adonai Elah, que se cumpla Tu Voluntad.
Eli, Eli, Eli, que todo sea consumado, para que la humanidad, que está sufriendo, alcance la paz. Amén.
Estas intenciones y estas fotos, volverán a quienes pertenecen. Yo las llevaré hasta Angola, para entregarlas a cada uno de ellos y así, entregarles Mi más profundo abrazo de amor.
Que así sea.
Y ahora, en honor a la Santísima Madre del Cielo, Abogada de ustedes, Intercesora de las almas y Mediadora de todos los corazones, en acción de gracias, gratitud, reverencia y devoción, y para la consagración de estos elementos, que se volverán el Cuerpo y la Sangre de Cristo, hoy les pediré que llamen e invoquen a Nuestra Señora de Kibeho.
Y así, Yo los llevo hacia Mi Paz, porque en la Paz de Dios, todo se realiza. En la Paz, se puede vivir la vida eterna, la renovación y la fe en todos los corazones que creen en Mi Sagrado Corazón.
Que el bien y el amor reinen. Que la humanidad viva el Proyecto de Dios. Que los Reinos de la Naturaleza sean curados y que todas las esencias de este mundo alcancen la redención, para que cuando Yo retorne en Gloria, todos vivamos la alegría del Paraíso. Amén.
Les agradezco a todos los que llevarán a África en su corazón, para que se cumplan Mis Designios; y Mi Misericordia, que es la Misericordia de vuestro Dios, se expanda en el mundo entero.
Que así sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Sigamos cantando, porque hoy, su amado Hijo, llevará a su amada Sierva, Madre y Señora del Cielo, las súplicas de todos los que han invocado por África.
Les agradezco. Amén.
Apocalipsis: Tiempo de adaptación
Queridos hijos:
En el Corazón del Padre Celestial, desde el principio estaban escritos los últimos días del planeta, en donde todo sería permitido para que la humanidad diera el salto a la trascendencia de la consciencia y de la vida planetaria.
Es en esta hora en donde el Universo se prepara para atravesar, junto a la humanidad, este momento.
El Apocalipsis significa espiritualmente el cambio de un ciclo para otro, a través de acontecimientos puntuales, que darán a la humanidad la oportunidad de cambiar completamente el estado primitivo de su consciencia.
Para eso llegó Jesús en los tiempos pasados, con la finalidad no solo de liberar a la humanidad de sus errores, sino también con la meta espiritual de prepararla conscientemente para su esperado retorno.
Después de más de dos mil años de historia terrestre, en donde la humanidad vivió y experimentó la indiferencia y la maldad humana, ese momento de Apocalipsis se aproxima a nivel universal y cósmico, para poder corregir y alinear lo que la humanidad por sí misma no ha conseguido vivir ni corregir.
Es así que en la consciencia de los seres humanos el término “Apocalipsis” fue inculcado como una expresión e información equivocada, enseñado por las grandes religiones de este mundo como el “fin del mundo” o el “fin de la Tierra”.
Es así que ese término “Apocalipsis” aún no ha sido vivido ni comprendido, por la mayor parte de la humanidad, como el momento más importante del planeta; momento donde las verdaderas Leyes Universales podrán ser conocidas y aplicadas para corregir lo que está torcido en los seres humanos.
El Apocalipsis existe en este momento en la humanidad y en todo el planeta, por no haberse cumplido ni vivido las leyes básicas de los mandamientos, con las cuales hace mucho más de dos mil años, a través de Moisés, se intentaba enseñar a la consciencia humana primitiva cómo ella debía vivir en Dios y dentro de las Leyes Universales, con el fin de permanecer como raza dentro del Propósito Divino y Cósmico.
Fue así que una vez que Moisés entregó las revelaciones de las reglas contenidas en los mandamientos, la raza humana, después de los hechos vividos por la primera población de los Adanes y de las Evas, desvió totalmente su propósito de estar en Dios, en Su Fuente Primordial de Amor y de Unidad.
Antes de que la humanidad se perdiera completamente, por sus acciones y sus conductas, el Padre Eterno envió a Su Hijo Primogénito con el fin de romper espiritualmente la cadena del ADN primitivo, para que despertara el código crístico evolutivo a través de las más altas expresiones de amor que alcanzó Jesús.
Aun habiendo Jesús sufrido y padecido todos los martirios y pecados de la humanidad a través de Su Pasión y de Su Muerte, con la misión de retirar al espíritu humano del abismo de la consciencia, la raza prosiguió cometiendo errores más graves que llevaron, a lo largo de los tiempos, a que los propios elementos del planeta, que también eran transgredidos, comenzaran a movilizarse y a hacerse sentir por medio de los diferentes efectos climáticos y físicos.
La consciencia del planeta, que es un ser vivo y activo, está en el momento de mayor sufrimiento al ser sometida y violada permanentemente por la humanidad.
Esa transgresión que ya se volvió más que centenaria, ha llevado a que las propias Leyes que rigen al planeta, Leyes naturales y telúricas, comiencen a activarse en este tiempo de una forma precipitada, al encontrar en la superficie de sí mismo, un efecto nocivo de parte del hombre de superficie.
Esta actividad de las Leyes de la Tierra, que forman parte del Apocalipsis y del cambio de los tiempos, se activará, como es el caso de Centroamérica, con el fin de corregir a la humanidad y de colocarla en un punto diferente, más consciente y menos destructivo.
Es así que el Apocalipsis prepara a la humanidad para que en un tiempo futuro ella encarne el verdadero amor y la verdadera unidad con las Leyes del Universo.
Mientras el ser humano continúe explotando al planeta para su propio y maléfico beneficio, en muchas partes del mundo sucederán cosas increíbles.
Por eso, mientras el Apocalipsis llama a la humanidad al arrepentimiento y no a la indiferencia, llegó la hora de que la humanidad dé el paso hacia el camino correcto, porque si esto se hiciera con amor y perdón, muchísimas consciencias humanas serían aliviadas del actual proceso planetario.
La herramienta fundamental que ayudará a mantener las cosas en su debido orden universal y planetario será el verbo constructivo de la oración, poderosa energía de la Fuente Divina Creadora que ayudará a equilibrar todo lo que intentará moverse físicamente en este amado planeta.
El Apocalipsis es el momento en que el planeta como consciencia madre, después de haber sufrido tanto, estará en la hora de su gran parto; ese nacimiento del nuevo hombre y de la nueva consciencia terrestre llevará a purificar y a vivir grandes cambios que solo prometen mejorar y ampliar la evolución de la humanidad, para que ella deje de ser primitiva y se torne evolucionada.
Mientras esta raza no acepte el tiempo y el momento del Apocalipsis que está viviendo, el retorno de Cristo se demorará, porque la Fuente Primordial, el Dios Vivo en Su Infinita Gracia, esperará que las almas se definan y dejen de vivir superficialmente.
Saliendo de ese punto de ignorancia y de indiferencia, el planeta entero podría ingresar en otra escala.
El Apocalipsis es un momento en donde todo será visto y reconocido por los hombres. Nada quedará oculto; el Apocalipsis es la oportunidad de autotrascenderse para así alcanzar la perfecta unión con el amor y la paz.
Estos son los tiempos que el planeta y la raza humana estarán enfrentando. La oración siempre los colocará, a pesar de todo, en el lugar seguro que es el recinto sagrado del Corazón Supremo de Dios.
Agradezco a todo México por haberme recibido.
Los ama y los guía en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia.
Redención, Redención, Redención
para este planeta.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mientras las puertas del Cielo aún se abren, Yo vengo como su Gobernanta Universal, como Reina y Madre de todos los ángeles, a pedido de Mi Amado Hijo.
Hoy vine con todos ellos, los que dieron principio a la Creación. Véanlos en su interior. Siéntanlos con sus corazones, son los ángeles de Dios que vienen al mundo para pacificarlo, para traerle la Misericordia de Dios a todos los conflictos del mundo.
Cuán grande es este Universo de Dios que solo los corazones más simples y humildes consiguen vislumbrarlo completamente con la visión del infinito. Es ese Infinito el que hoy se aproxima a ustedes, queridos hijos, es el Reino Celestial que se acerca para traerles la Luz a los corazones, la cura a todas las almas y la compasión a todas las consciencias.
Hoy, los ángeles del universo sustentan Mi Manto de Luz para que se extienda sobre el mundo, especialmente sobre las naciones en donde falta la paz y la redención.
Vean cuántos ángeles se aproximan a ustedes para traerles la sabiduría de Dios y para que esta sea comprendida por sus corazones como un sentimiento profundo de unidad.
Así, perciban el tiempo real, la verdadera realidad que hoy desciende al planeta y sobre este Centro Mariano para renovar su propósito ante Dios y el propósito de todos los demás.
Hoy, vengo a darles a conocer, queridos hijos, la esencia de la Creación de Dios, algo que en estos tiempos se revelará a los que están despiertos y dormidos, porque aún queda un tiempo más de Misericordia.
Quisiera que todos Mis amados hijos traspasaran con sus consciencias y, sobre todo con sus corazones estas sagradas dimensiones que hoy se hacen presentes ante ustedes.
Hoy, les he traído especialmente a ustedes, queridos hijos; y a todos Mis hijos del mundo, despiertos e ignorantes de este conocimiento; a cada uno de los ángeles de la Creación de Dios. Porque, en verdad, Mi Padre, a través de Su Amado Hijo, les ha enviado estas sagradas presencias aladas ante sus ojos, para traerles el Soplo del Espíritu. Aquel Soplo de Dios que, de tiempo en tiempo, vivifica el alma y engrandece al espíritu por estar unidos a Su gran humildad.
Estos santos ángeles, queridos hijos, son los que se aproximaron cuando el Hijo de Dios encarnó a través de Mí. Ellos fueron los que prepararon, en el mundo, la Venida del Mesías. Fueron los que anunciaron a San José que sería el Padre de Jesús, el testigo de este gran milagro de Amor. Los mismos ángeles fueron los que anunciaron a Mi Madre, Santa Ana, la venida de Mi Pureza Original al mundo.
Los ángeles de esta Creación Superior fueron los que guiaron a Moisés y permitieron guiar a los pueblos en el desierto.
Fueron los mismos ángeles que estuvieron con Abraham para formar las nuevas tribus que guardarían los códigos de la Venida del Redentor en la esencia de sus almas y de sus espíritus.
Fueron estos mismos ángeles, queridos hijos, los que Me han acompañado a lo largo del tiempo en las Apariciones, en cada lugar del mundo en donde Yo Me he hecho presente para traer la advertencia del Cielo, el Mensaje de paz y de reconciliación, al mundo.
Son estos mismos ángeles de Dios que hoy, presentes ante ustedes y sus corazones, vienen al mundo para poder guiarlos hacia el Propósito final, hacia el día del gran Juicio Final.
Fueron estos mismos ángeles, los que acompañaron la Pasión de Mi Hijo; los que juntaron, con sus propias manos, cada gota espiritual que Mi Hijo derramó a través de Su Santa Sangre.
Fueron los mismos ángeles, queridos hijos, los que junto con Mi Hijo sustentaron el Cáliz de la Última Cena, derramando sobre él la Misericordia de Dios y dando al mundo el testimonio de que Él era el Redentor, el Salvador de todas las consciencias, a lo largo de todos los tiempos.
Fueron estos ángeles, enviados por San Miguel Arcángel, los que acudieron a Jesús durante la flagelación, los que vivieron junto con Él cada dolor padecido y la Sangre derramada por la salvación de la humanidad.
Fueron estos ángeles los que consolaron al Corazón de su Madre Dolorosa, al ver a Su Hijo flagelado y ultrajado por los pecados del mundo.
Fueron estos ángeles, queridos hijos, los que llevaron junto con Jesús y el cireneo, la pesada Cruz del mundo, la gran deuda universal que aún no se ha pagado.
Fueron estos ángeles, los que sustentaron la Cruz cuando el Rostro de Mi Hijo tocó el suelo.
Fueron estos ángeles los que, a los pies de la Cruz, durante tres días, contemplaron el sacrificio del Hijo de Dios y ayudaron a Jesús a liberar de los infiernos del mundo a todos los que estaban dentro de ellos.
Fueron estos mismos ángeles, los que anunciaron a las mujeres de Jerusalén la Victoriosa Resurrección de Cristo, Nuestro Señor.
Fueron los ángeles, que hoy nos acompañan, los que acompañaron a su Señor por el camino de Emaús, para testimoniar Su Resurrección ante el mundo.
Estos mismos ángeles, hijos Míos, acompañaron la Ascensión de Jesús y guardaron en sus corazones la promesa de la Segunda Venida de Cristo; algo que hoy, estos mismos ángeles de Dios, ante la Presencia de su Madre Celeste, vienen a testimoniar y a confirmar que el Retorno de Mi Hijo está próximo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
¿Alguna vez se preguntaron por qué Yo Soy la Reina de los Ángeles?
¿De dónde viene la potestad que el Creador Me entregó, de cruzar los universos y las dimensiones, acompañada por aquellas criaturas que habitaron primero el cosmos y que representan Su Propósito para toda Su Creación?
¿Alguna vez se preguntaron, hijos Míos, de dónde proviene Mi Maternidad? ¿Será de este mundo o de todo el cosmos?
¿De Mi Vientre Purísimo nació solo el Redentor o todas sus esencias?
Hoy les traigo un gran misterio, que escribo en los espejos de sus corazones, reflejando en cada uno de ustedes la santa presencia de los ángeles celestiales.
Cuando les revelo cada pasaje de estos ángeles por la Tierra, no solo les cuento una historia; les traigo a sus consciencias un impulso, una llave que les abre una puerta para que reconozcan una verdad que es más que milenaria, es eterna.
Ante Mis santos ángeles y arcángeles, quiero que reconozcan, hijos Míos, la esencia de su creación, la procedencia de sus esencias; porque hoy, en esta noche, representado en Mi Presencia y en la presencia de los santos ángeles, tienen aquí todo el misterio divino.
Yo Soy esa Fuente Madre de donde proviene la vida, y cada uno de los arcángeles, que hoy les traigo, representa la manifestación de la vida.
Hoy, contemplen en Mi Presencia, no solo Aquella Mujer de Nazaret que traía en Su Vientre al Hijo de Dios. Contemplen hoy este Gran Vientre de la Creación, esta Fuente Materna de donde provienen todos aquellos que, como el Hijo de Dios, deben manifestar Su Propósito y Su Plan.
En esta noche, hijos, al revelarles los pasajes de la vida de Jesús, junto a los santos ángeles, quiero demostrarles que estos mismos ángeles están presentes ante ustedes para que manifiesten aquel Propósito, tan sagrado, vivido por la Sagrada Familia.
Estos mismos ángeles despertaron a cada una de sus almas, las condujeron al camino de la purificación y hoy los colocan delante de un propósito infinito; porque llegó el tiempo de vivirlo.
Quisiera revelarles muchas cosas, y se las revelo al corazón; aquel que es capaz de comprender este símbolo, que hoy les traigo, y que les develará muchos misterios que la humanidad siempre ignoró.
Por eso hoy, hijos, contemplen esta Presencia Divina y, en el silencio de sus corazones, dejen que Yo les muestre lo que verdaderamente quisiera decirles en esta noche.
Poco a poco, prepararé sus almas, sus espíritus, para que en nombre de la humanidad cumplan el Plan de Dios, conscientes de Su manifestación.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis amados hijos, ahora rezaremos la oración que les he transmitido, para que la consciencia planetaria y, sobre todo la consciencia humana, despierten a esta verdad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a orar siete veces:
Santa Reina de los Ángeles,
Santa Madre de Dios,
revela a nuestras almas
la presencia de los ángeles de Dios
para que, unidos a ellos,
vivamos el despertar y la redención.
Amén.
Ahora, queridos hijos, llamaré aquí a dos almas que son parte de Mi Espejo, del Gran Espejo de la oración universal: Anarel y fray José de Arimatea. En este, su día, Mi Corazón impulsa una bendición maternal.
Que vengan aquí.
Vean como en el espejo de un corazón se da el impulso de la cura para las almas y en el espejo de otro corazón se da el impulso de la devoción para la salvación del planeta.
Que estos, Mis amados hijos que hoy bendigo, coloquen sus manos en señal de recepción.
Parecen ser diferentes, pero son iguales. Desde donde surgieron, existe la unidad y es esa unidad, queridos hijos, la que debe mantener unida a los espejos de sus corazones para que se concrete Mi Plan, así como se cumple en ellos y en cada uno de Mis hijos.
Como Reina de la Paz, coloco Mis manos sobre sus consciencias, irradiándoles Mi bendición maternal y Mi gratitud celestial por seguir cumpliendo esta sagrada Tarea.
Que este testimonio de amor los ayude a todos a seguir adelante, porque Mi Propósito en ustedes es infinito.
Los bendigo con la autoridad celestial y en la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
No Me he olvidado de los Hijos de María, solo les enseño, como les enseñó Mi Hijo, que los simples de corazón, los últimos, entrarán en el Reino de los Cielos.
Que vengan aquí los Hijos de María, aquellos que hoy se consagrarán.
Contemplen a los ángeles de Dios con amor, sagradas presencias del infinito que vienen a unir a las almas con el Corazón de Dios. Que sean estas, sus almas, las que vivan el Propósito del Padre, así como Yo lo he vivido por ustedes, en el principio.
Que este compromiso, que hoy asumen Conmigo, sea el servicio a sus semejantes, la caridad a los más necesitados, la oración por los enfermos de cuerpo y de alma y la unión perfecta de sus corazones con Dios, para que así Mis Gracias siempre estén entre ustedes.
Anuncien a Mi Corazón silenciosamente el voto de su consagración. Coloquen su mano izquierda sobre el pecho y dígame, silenciosamente, lo que hace ya bastante tiempo siempre Me quisieron decir. Yo escucho la voz de sus corazones y en sus corazones realizo Mi Obra, porque así los aproximo, queridos hijos, a la Consciencia Divina de Dios, aquella Consciencia que los creó en el principio y a la cual retornarán cuando llegue su fin.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Oraremos a pedido de María, con todos los Hijos que se consagrarán hoy, la Oración a la Madre Universal.
Demos gracias y gloria a Aquel que permite todas estas cosas, porque es a Él, al que le debemos la gloria, la Gracia y la gratitud por todo lo que realiza desde Su Consciencia Infinita de Amor.
Hoy, no les pediré que canten el Himno de Consagración, sino que entonen junto con los ángeles aquel canto que abrió los Cielos para que ellos estén presentes: “Aleluya”.
¡Gracias por responder a Mi llamado, al llamado de la Creación!
Los bendigo, Mis queridos hijos, abrazando a cada uno con Mi Manto de Luz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oremos:
Padre Nuestro... (x3)
Gloria al Padre... (x3)
Queridos hijos:
La oración los unifica y los eleva al Reino de Dios; y será en ese estado de consciencia que sus corazones comprenderán todo lo que les digo, no solo por el bien de ustedes sino también por la humanidad, que necesita despertar a la Verdad que ha sido sagradamente guardada de todos los ojos curiosos y de los ingratos.
Pero hoy, y en este tiempo, Yo les traigo esta Verdad para que sus corazones puedan crecer y definitivamente encontrar el camino hacia Cristo, en esa perfecta comunión con Su Corazón Sacratísimo.
Yo les abro las puertas al conocimiento elevado para que no solamente lo puedan conocer, sino también practicarlo en sus vidas.
El Señor espera poder hacerse presente en sus corazones y almas para expresar los talentos sagrados que serán de auxilio para la humanidad en este tiempo y en el momento más agudo del caos de la Tierra.
Los ángeles del Universo, los que acompañan Mi Corazón y toda Mi Obra, permitieron que esto sucediera; aunque no hay méritos para tan gran revelación, sé que alcanzar la vida crística para la mayoría ya deja de ser una meta imposible y es una realidad próxima para todos.
Quienes verdaderamente vivan las llaves que Yo les entregué en este día, y a través del mensaje para esta Aparición, podrán alcanzar lo que tanto espera Mi Hijo y Él los encontrará preparados cuando retorne a la Tierra, con el poder de Su Gloria y de Su Majestad.
Pero mientras eso está por suceder, el mundo aún se purificará y sufrirá.
Yo intento fundar por medio de Mi Maternidad, las bases crísticas para la nueva era, que ya comenzó; las bases que fundarán espiritualmente la Nueva Humanidad, en esa esperada Tierra Prometida que el pueblo de Israel siempre quiso ver.
Moisés, como maestro e instructor, como enviado de Dios al mundo, fue la primera experiencia de ese proyecto de la Nueva Humanidad.
A través de los tiempos y de la Sagrada Familia, se guardaron esos códigos preciosos, para que pudieran estar disponibles en este ciclo de la humanidad y los autoconvocados despertaran a la verdad del conocimiento.
Eso no solamente ennoblece sus espíritus, queridos hijos, sino también la consciencia planetaria que se está auto destruyendo, día a día.
Podría pasar la noche entera contándoles lo que veo del mundo, a través de la pureza de Mis ojos y de la imploración de Mis manos a Dios, para que muchas más almas puedan ser rescatadas en este último ciclo.
Pero todo dependerá hijos Míos, de los que se auto convoquen para esta sagrada tarea, que dejará de ser para niños y pasará a ser para adultos, en esta gran academia de la redención de la humanidad.
Los ciclos cambiaron a partir del ocho de agosto pasado.
Para este próximo ocho de agosto un nuevo ciclo comenzará y será imprescindible, no solo para ustedes sino también para Aurora, que todos estén presentes para esas fechas, en donde una nueva revelación será entregada como preparación de sus corazones para la venida de Cristo.
Mientras Mis planes construyen las bases de la verdadera familia, Yo veo, aún en el mundo muchos hijos perdidos, que no solo no quieren escuchar, sino que tampoco quieren despertar a lo que verdaderamente son esencialmente, como almas y seres humanos.
El ego de la humanidad ha tomado la potestad de toda la Tierra.
Ustedes, hijos Míos, por medio de la oración podrán percibir qué es lo que está sucediendo en este tiempo y cuánto sufren los Reinos de la Naturaleza, las consecuencias de todos los hombres.
Mientras los corazones no se arrepientan y se humillen ante el Creador, Jesús todavía no retornará y las almas deberán sufrir las consecuencias de sus acciones.
Pero si los corazones hacen un acto de contrición ante el Dios Creador, las cosas podrían cambiar precipitadamente y Leyes de Gracia podrían actuar en los corazones aún no redimidos.
Queridos hijos, aún hay mucho por hacer y no solamente cuento con sus corazones, sino también con sus manos, para poder servir al Creador.
Los tiempos son difíciles por donde se mire.
Ustedes saben, queridos hijos, que la prontitud de sus corazones podría modificar los acontecimientos y no estoy aquí, en este día, despertando su soberbia espiritual, ni su arrogancia.
El Señor necesita que estén libres de todo para poder servirlo en plenitud; y así, sus verdaderos seres descenderán y realizarán la tarea que tanto han esperado desde el principio, sus seres espirituales, sus seres de origen del Universo.
Mientras algunas cosas no maduren dentro de ustedes y se definan pronto, aún muchos seres espirituales del Universo esperarán la hora de poder aproximarse y realizar junto a Mi Hijo, esa gran obra corredentora de toda esta raza, aún no redimida.
Así como fue con Moisés y el pueblo en el pasado, queridos hijos, lo será con ustedes; el proyecto está en la Mente de Dios, aún por realizarse.
Una parte la cumplió Mi Hijo al estar presente entre ustedes en esta decadente humanidad y les enseñó que a través del Amor y de la Misericordia, todo se redime y todo se consigue.
Son las bases de su Fe, poder vivir en Cristo y corresponderle.
Yo les traigo el Conocimiento Sagrado del Universo que está guardado en los Libros de Dios para que finalmente lo puedan conocer y crecer a Mi lado, así como Yo siempre los tengo, entre Mis brazos y en Mi Corazón.
Sabemos que toda la humanidad no será consecuente con lo que estamos pidiendo en este ciclo, pero la mayoría podría hacerlo si solo se dispusiera a vivirlo en simplicidad y Amor.
Dios pidió fundar Comunidades-Luz, para erguir las bases de la Nueva Era, de la Nueva Familia y de la Nueva Humanidad.
Este proyecto debe expandirse para aquellos que quieran unirse a esta gran hermandad que está siendo construida espiritualmente desde hace mucho tiempo.
Porque ustedes saben que el Universo no los abandonará, mas tampoco dejará de corregirlos para que puedan seguir el único camino que propone la Jerarquía en este tiempo final.
Estamos trabajando espiritualmente por toda la humanidad, por este Universo en el cual ustedes se encuentran, por toda esta Galaxia que se expande con su Luz, cuando es vista desde otras esferas.
¡Cuán grande es la belleza que Dios creó para ustedes, hijos Míos, y pocos la consiguen percibir!
Mirar una estrella no significa rebajarse, ni ser menos, sino apuntar con su misión y con su visión al propósito que les espera encontrar en esta vida.
Todos los presentes en este mundo son seres en redención, algunos en rehabilitación y la mayoría aún no redimidos.
Las almas después de esta vida, toman consciencia de lo que no hicieron ante los Señores de la Ley y viven su juicio.
Pero no es necesario, hijos Míos, que pasen por esa prueba, y que pierdan una vida entera en la normalidad y en la superficialidad de las cosas, de todo lo que ofrece este mundo infiel.
Si Nosotros, como sus Corazones Amados encarnamos en esta humanidad, fue para testimoniar la Presencia del Amor de Dios y de Su Sagrado Proyecto que aún debe continuar hasta el fin de los tiempos y después del retorno de Cristo.
Pero cuando Mi Hijo vuelva, las cosas ya serán bien diferentes y los tiempos habrán cambiado.
Aún muchos corazones dormidos también en la vida espiritual que hoy llevan, están siendo llamados a dar un paso en la verdad y en la entrega a Dios.
Muchos sirvieron a través de los tiempos y de los años a este proyecto de las Comunidades-Luz, pero aún debe despertar en ustedes la semilla y el talento que dejó Mi Hijo.
Yo les traigo las llaves para que puedan vivirlo; en esa unión perfecta con Cristo podrán cumplir con el Proyecto de Dios, y se sentirán merecedores de ingresar al Reino de los Cielos, cuando Él vuelva en Su Gloria, a través de Cristo.
A través de Mi oración y de Mi imploración por todos, pedí al Arcángel Miguel, que se hiciera cargo de esta humanidad, porque Él es su Regente, Él es el Comandante de la Huestes de Luz y de este Proyecto Universal.
Él es el que piensa por ustedes y el que obra a través del Amor de Dios y de Su poder.
Él es el que destierra a los espíritus que impiden la realización del Proyecto del Creador y Él es el mismo que rehabilita a los que están caídos.
La potestad del Arcángel Miguel no es conocida por la humanidad, siempre ha sido un secreto. En este perdido lugar del mundo y del Uruguay, Él descendió aquí en un siete de agosto pasado, para comenzar a revelar lo que muchos desconocen de Su Consciencia.
Él ha estado cerca de ustedes por mucho tiempo y no lo han percibido.
El Arcángel Miguel fue quien estuvo con Jesús desde los primeros años de Su vida para prepararlo para ese gran momento de entrega y de sacrificio por la humanidad.
Él ahora está aquí, con ustedes, para conducirlos por el camino de la rehabilitación y de la cura que ofrece Aurora.
Si realmente Aurora fuera aceptada y comprendida, las almas andarían por aquí, de rodillas, para agradecer tan inmensa gracia recibida, en un país que no la merece.
Pero Dios no solo ve la nación, sino ve el potencial de los corazones que se resignan para vivir su redención.
Las estrellas caídas serán vistas en el juicio final y contempladas por todos, lo que ustedes llaman "la paja y el trigo".
Aún la hora máxima queridos hijos, está por realizarse y ustedes están escribiendo una historia para esta humanidad.
Una historia que se escribe en el Corazón de Dios cuando las almas corresponden a Su llamado y lo aceptan en prontitud y acción.
Verán los frutos de todo lo que hemos hecho a través de los años cuando todo esté próximo para suceder.
Mientras tanto, queridos hijos, aprovechen el tiempo para su preparación y unión con Cristo.
Porque en Mi Hijo siempre se encontrará la fortaleza y aun cuando ustedes no puedan levantarse del suelo Él los levantará, porque quien lo sigue, no perecerá.
Y en los ejércitos de luz y de oración que Yo voy fundando, aparición tras aparición, a través de los Hijos de María, constituyo un potente epicentro de Luz que sirve a las necesidades del planeta y de la humanidad.
Las oraciones de todos Mis hijos del planeta son utilizadas para realizar las grandes operaciones de rescate y eso deben saberlo, no para hacer crecer sus egos, sino para servir en simplicidad y humildad para todo lo que Dios necesita en este Proyecto de Amor y de Redención.
A través de los Hijos de María que se consagran, voy formando nuevas vidas, voy formando peregrinos; después formo colaboradores, por último servidores y quien se anima a seguirme lo formo como instrumento del Plan de Dios.
Queridos hijos, eso es todo lo que hoy quiero compartir y decirles que puedan repasar Mis palabras, será de agrado para sus espíritus y para Dios, porque en el Universo nada se pierde.
Que vengan aquí Mis hijos que hoy, con Amor, se consagrarán.
Ave María... (en latín, x3)
Elevando sus almas como luz al Universo queridos hijos, contemplen este momento de consagración como una renovación de sus corazones y vidas, ante los Planes del Creador y así mientras les hablo, sus vidas son redimidas por el poder del Verbo divino y por el amor de Mi Corazón Inmaculado.
Reciban el bálsamo de Mi Gracia y el abrazo divino de Mi maternidad, para que saliendo de aquí formen nuevas vidas y ayuden a todos Mis hijos a reencontrar el camino hacia Cristo, al menos hacia Dios, que está muy olvidado.
Oren Conmigo todos los días y construyan las bases de esta Nueva Humanidad que debe nacer primero en sus corazones, para que después se pueda expresar y manifestar para el nuevo tiempo de la humanidad.
Hoy Mis ángeles bendicen sus cabezas para que ingrese el Espíritu de Dios y Su Sacra Bendición.
Hoy Mi mano toca sus corazones para que se puedan curar y sanar y renacer en el perdón y la reconciliación. Porque el amor queridos hijos, es mayor y más fuerte que el pecado, el pecado es ilusión y perdición para las almas.
El Amor de Dios los renueva.
El Amor de Mi Hijo los sana y los redime.
Mi Amor Inmaculado los eleva al corazón del Padre Celestial.
Hoy escribo en sus almas una nueva historia de Luz que deberá ser cuidada por cada uno de ustedes; así, en el juicio final, queridos hijos, darán testimonio de lo que han recibido de Mi Corazón Sacratísimo.
Yo los amo y les digo las cosas por amor y verdad, para que puedan crecer en consciencia y en adultez, la adultez del espíritu.
Les agradezco queridos hijos porque hoy hayan llegado aquí, a este Centro Mariano, no solo para honrarme, sino para encontrarme en sus corazones, porque quien Me llama, Me encuentra; una Madre del Cielo nunca olvida a sus hijos.
Lleven estampados en sus pechos el escudo del Arcángel Miguel y sustenten la poderosa espada de la oración para los tiempos críticos.
Sepan que sus familias también deben renovarse y encontrar el camino hacia Cristo, hacia la redención y la paz.
No esperen resultados semejantes en sus seres queridos, solo oren por cada una de sus almas hermanas para que Yo me pueda aproximar y auxiliarlos en la hora indicada.
Mi Rosario de Luz ora por ustedes.
La Madre Universal los congrega, en Adoración a Cristo, Nuestro Señor.
Mientras Me elevo al Cielo, queridos hijos, escucharé sus voces cantando a Dios, el Creador y agradezco desde ahora y antes de tiempo, la ayuda de todos los peregrinos y devotos, para que Mis Planes de Paz se cumplan no solo en América, sino también en Europa.
Porque sepan, queridos hijos, que el Corazón de Lys, debe seguir pulsando en los corazones europeos; ellos también deben tener la Gracia y la oportunidad de concretar el Plan de Dios y la ayuda fraterna y la cooperación entre hermanos lo podrá conseguir.
En cada pedido que Yo hago, simple o difícil que parezca, existe el Propósito de Dios que finalmente es comprendido, después de que es realizado.
Amen las cosas del Cielo sin antes conocerlas, así serán humildes en la verdad y el bien.
Los amo y les agradezco por responder a Mi Llamado.
Bendigo a todos los presentes y a todos los que acompañaron este encuentro durante Mayo.
Mi peregrinar sigue para Argentina, pues Mis amados hijos también recibirán de Cristo la bendición celestial y la Gracia de seguir adelante, pase lo que pase.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cantemos:
"Somos hijos de María…"
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, para terminar este encuentro tan especial con María esta noche, queríamos contarles brevemente cómo fue la Aparición y también la consagración de los Hijos de María, pues sentimos que cada vez que se consagra un nuevo hijo y una nueva alma asume un voto con María un compromiso, Ella va profundizando en la tarea espiritual de esas consciencias.
Primero, agradecer la adhesión y la unión que todos tuvieron, la concentración posible, para lo que María estaba revelando hoy, que fue bien importante. Ella decía que era una información, un conocimiento complementario a los que escuchamos hoy al principio de la transmisión y después, durante el trabajo del mensaje, cuando ella iba transmitiendo las palabras.
Por ejemplo, cuando habló de Moisés, Ella citaba pasajes de la vida de Moisés y del pueblo del desierto y todo lo que ellos fueron viviendo cuando fueron llamados por Dios a vivir ese proyecto del Padre, en aquel tiempo.
Y a medida que María iba hablando, iba mostrando a Su lado como una pantalla, como si fuera una tela, una pantalla; iba mostrando todo lo que fue sucediendo en aquel tiempo y todos los códigos crísticos positivos del Amor que fueron siendo alcanzados no solamente por Moisés, sino también por todos aquellos que lo siguieron en aquel momento.
Y a través de eso, María fue haciendo un puente de Luz, uniendo esa historia con la historia de hoy, con todo lo que Ella vino hablando como instrucción en los últimos ocho años y todo lo que ha ido preparando dentro de nosotros y también a través de nuestro trabajo de oración, el que hemos asumido ya hace algunos años como consciencia grupal.
Al final, Ella llamó a los Hijos de María para consagrar, que también dice que forman parte de ese Proyecto de Dios, de ese Pensamiento Único que quiere manifestar Su Amor en la humanidad, en este momento crítico del planeta.
Y mientras María los iba consagrando, iba dirigiendo Sus palabras para los hermanos que hoy se consagraron. En cierto momento, Ella revela, digamos así, el alma de cada uno de ellos; el alma de cada uno de los que se consagraron se presenta delante de María para vivir esa consagración. Y en consecuencia, el espíritu profundo de cada uno de esos seres.
Entonces María hace la consagración, le pide a los ángeles que bendigan primero a esos hermanos y después desciende un poco donde hoy aparecía aquí, en la Casa de Oración, bien cerca de ellos para hacerles la bendición, imponiendo Su mano santísima sobre el corazón de cada uno de ellos.
Y allí Ella purifica, limpia, sana, cura, restaura e ilumina, creando una nueva historia en la vida de cada uno de ellos.
Dejamos esto para ustedes, para que podamos unirnos y comprender que la tarea de María en este momento, en este ciclo es bien profunda y que la oportunidad que cada uno de nosotros recibe a pesar de las deudas que tenemos es única, y que Ella con todo Su Amor y con toda Su Gracia nos libera del pasado y nos renueva para caminar en Cristo.
Madre María Shimani de Montserrat:
Todas estas Gracias que recibimos de Nuestra Señora es algo que nosotros vamos a tener que cuidar con mucho esfuerzo, sabiendo que cada día vamos a construir una vida nueva gracias a Su Purísima Misericordia.
Nosotros les agradecemos por habernos acompañado, enviamos desde Aurora un abrazo de Cura para todo este planeta.
¡Gracias Señor por cuanto nos das!
Vengo a pedirle al mundo la paz.
Vengo al mundo a recordarle a la humanidad el Plan de Dios.
Vengo al mundo a rescatar a los corazones perdidos, para encaminar a las almas que se han olvidado de Dios.
Yo soy la Señora del Santo Rosario. Así como en Fátima, les vengo a pedir oración. La oración que brota de sus corazones, de una forma simple pero sincera.
Vengo a pedirles, hijos Míos, el acto de su arrepentimiento.
Vengo a pedirles, hijos Míos, que sean buscadores de la paz y de la verdad.
La mitad de este mundo padece la consecuencia de los hombres ingratos, de los hombres que no viven la Ley del Señor.
Hoy les muestro a todos Mi Divino Corazón Inmaculado, aún rodeado de espinas por los flagelos de la humanidad que se separa del camino del Cristo y se dirige a los abismos de esta humanidad enferma.
Pero Mi Luz poderosa, que es invencible y grandiosa, viene a congregarlos en este oratorio para que elevemos a Dios la oferta de dar un sí a este Plan de evolución.
Necesito que sus corazones sean estrellas que iluminen esta oscuridad, que disipen la tribulación por medio de la oración en las familias.
En sus corazones, hijos Míos, existe potencial para poder amar, para amar más allá de este mundo, para amar el universo y la Creación del Señor, Creación que se encuentra muy ofendida por todos. El Corazón de Dios está triste. ¿Quién será dichoso de poder consolarlo?
Así, a través de los tiempos, Yo vengo a entregarles un Mensaje de Paz. Mas Mis Palabras son pura energía maternal que ingresan en sus corazones y son recibidas por las almas que buscan la verdadera unión con Dios.
Hijos Míos, no estoy cansada de decirles que no hay tiempo que perder. El mundo está muy enfermo y principalmente todos los espíritus que se apartan del Camino del Creador.
Así como Moisés recibió las Leyes, Yo vengo a recordarles las Leyes de Dios. La humanidad no conoce el poder de las Leyes de la Creación. Mas aquel corazón, que está unido a Mi Corazón materno, puede sentir las Leyes del Creador y aplicarlas en esta vida, tan olvidada de Dios.
Hijos Míos, que están muy dormidos por no encontrar el camino de la redención, vengo a través de Mi Luz a abrir sus ojos. Así como en Fátima, en este siglo, en este tiempo y en esta fecha especial, Yo vengo a recordarles sus compromisos. Desde el origen, desde la Fuente esencial de Dios, Yo vengo a despertar sus dones, Yo vengo a despertar sus talentos, tan necesarios por Mi Hijo amado, para que Él pueda cumplir Su Obra de Redención.
Queridos hijos, sientan el palpitar de Mi Corazón materno. Abran sus brazos y acojan en sus corazones Mi Espíritu Divino. Yo vengo a traerles un mensaje del Cielo, algo que no es normal para sus vidas.
Yo necesito, hijos Míos, que recapaciten y que se arrepientan, para vivir en la Ley de Dios.
Entre Mis Palabras se encuentran los Rayos de la Verdad, aquellos que se iluminan desde el universo, para que, a través de la oración, de la Adoración y de la Comunión, las almas despierten a su verdadero camino.
Muchos de ustedes no es la primera vez que Me escuchan. Yo vengo aquí, a esta ciudad para recordarles su compromiso con la oración. Vayan a sus parroquias. Recen de corazón. Que sus hogares sean oratorios, oratorios dedicados a la vida del Señor. Que la Palabra de Vida de Mi Hijo pueda regresar a sus manos. Que sus corazones puedan leer las Palabras de Nuestro Señor, porque aún están vigentes para aquellos que sepan reconocerlas.
Únanse a Dios, porque muchas almas se separan de Dios. El mundo está en una guerra espiritual y esta se expande a nivel material. ¿Cuándo esto se detendrá? Si sus oraciones fueran sinceras, la Justicia de Dios será aplacada. Los corazones no deberán sufrir el martirio que están provocando en muchas regiones del mundo.
Yo vengo a traerles Mi Espíritu de Paz porque sé que sus vidas están perturbadas; no encuentran consuelo ni salida. Mas en esta noche, hijos Míos, Yo Me oferto como el camino de retorno, el camino de retorno del Señor a Su Sagrada Morada, que es su verdadero origen, para reencontrar el camino que muchos de ustedes perdieron.
Desearía que muchos de ustedes Me pudieran ver; pero Yo necesito hijos Míos, que después de tantos milagros a través de los tiempos, sus corazones Me puedan sentir. Yo puedo morar en sus vidas siempre y cuando Me lo permitan.
Pero Mi tarea está finalizando y el mundo deberá cruzar el umbral hacia el Cielo o hacia el infierno. ¿Dónde ustedes querrán estar hijos Míos? Ustedes ya no son principiantes, mas sí son Mis apóstoles del Amor.
Vivifiquen la Presencia de Cristo en sus vidas. Hagan obras de caridad, de verdad, y sus corazones vivirán en regocijo, a pesar de la oscuridad de los tiempos.
Así, hijos Míos, a través de sus pequeñísimas vidas, Mi Obra se podrá expresar como espejo en los corazones redimidos, en los corazones pacificadores que buscan la unión con Dios, todo el tiempo.
Abandonen esta normalidad que los rodea todo el tiempo, que no les deja ver la Luz del Reino de Dios.
Queridos hijos, si rezan de verdad Conmigo, muchas cosas podrán evitarse.
Yo soy la Mensajera de la Paz. Yo soy la Profeta de Cristo, que les anuncia a los corazones el Retorno de Cristo en estos tiempos de caos.
Sus corazones deben estar preparados. Si no oran, hijos Míos, si no se perdonan ni se reconcilian, ¿cómo Mi Hijo podrá estar entre ustedes nuevamente?, ¿cómo sus corazones despertarán, durante la noche, para ver entre las nubes la venida gloriosa del Rey?
Por eso, Mi Corazón Inmaculado, que es su Corazón noble, y el Santo Corazón de San José, trabajamos juntos para la redención de las almas.
Los Cielos y los universos abren sus vertientes de Luz a través de los Sagrados Corazones, para que diariamente, hijos Míos, puedan comprender que hay algo que cambiar. Ya no hay tiempo que perder, el reloj se detendrá para que las almas vivan su aprendizaje en este último tiempo de transición.
Lo que anima a Mi Corazón Inmaculado es ver que sus almas cristalinas buscan el camino de la redención y que nunca se desaniman, porque quien está Conmigo, está con Cristo y está con Dios en Su gran Plan de Redención.
Me anima ver a las almas que verdaderamente se consagran y que sobre sus cuerpos visten Mi Manto de Luz para representar en este planeta las nuevas legiones de Cristo que sustentarán a la humanidad; porque la mayoría, aunque no les parezca, hijos Míos, no hará nada.
¿Quién hará algo por este mundo? ¿Quién corresponderá al Plan de Dios, saldrá de sí para ver a los otros y encontrar la necesidad, que es muy grande en esta humanidad? La necesidad de amor, de oración y de servicio.
Mas si ustedes se unen a Mi Corazón, el ejército será invencible y la paz no desaparecerá de la Tierra.
Sus almas son peregrinas del universo y vienen aquí para vivir una experiencia de redención y de amor; para reencontrar a Cristo en sus caminos y divinizar sus vidas, según la Voluntad y el Propósito de Dios.
No dejen de buscar su verdadera misión. Deben existir apóstoles activos que puedan corresponder a la emergencia de estos tiempos.
Saliendo de aquí, hijos Míos, sus corazones deben pensar, reflexionar sobre cada vibración que Yo les he entregado, porque ella podrá transformar sus corazones; y esa Luz se expandirá en sus familias para que más corazones sean tocados por Mi Luz.
No vengo aquí por acaso, hijos Míos. Así, Yo les recuerdo a Fátima, porque están en el mismo punto que el pasado y eso debe revertirse por su determinación de ser corazones resplandecientes que busquen la vida de oración, para alcanzar finalmente su redención.
Así agradarán a Dios y no perderán tiempo, porque el mundo debe vivir una nueva etapa y sus propios hermanos, miembros de esta única civilización, están impidiendo que eso suceda. Por eso, los Portavoces del Cielo vienen hacia ustedes para recordarles que existe el camino hacia el infinito y que esta vida no termina aquí.
Sus espíritus, hijos Míos, deben despertar a la vida espiritual, deben evolucionar, deben dar pasos; así como los dieron los apóstoles, aquellos seres que acompañaron a Cristo en esta Obra de Redención.
Ahora les toca a ustedes, hijos Míos. Por eso, este es Mi último llamado. Mi voz se pronuncia para todo el mundo.
No quiero que sientan Mi dolor, que es el dolor del mundo, pero muchos deben sentirlo para comprender el sentimiento de su Madre Universal.
No Me canso. Sigo adelante con la esperanza de reencontrarlos despiertos en este camino hacia el Universo de Dios.
Ustedes tienen un universo en su interior. Búsquenlo. Clámenlo. Llamen por él, él está allí para ayudarlos. Ese es su mundo interno, el mundo del alma, de la pureza, del principio original.
¿Acaso lo han percibido? Yo vengo a revelarles esta Gracia, pues es necesario, hijos Míos, que más corazones despierten. Despierten, despierten, despierten, despierten.
Recemos.
Oración: Padre Nuestro (portugués).
Y así, siempre deben pedir a Dios por su conversión; siempre hay algo que curar; siempre hay algo que redimir cuando el corazón es sincero con Dios.
Estrellas de Luz se esparcen sobre la Tierra. Estos son Mis queridos hijos que despiertan, que visten el Manto de Mi Luz. Son Mis más pequeños, los que Yo amo y espero que Me representen fielmente en este planeta, porque llegará el tiempo, hijos Míos, que su día solo será oración, cuando el mundo se purifique para alcanzar los mil años de paz.
No se cansen de transformarse, es necesario. Sus vidas deben santificarse, deben corregirse, deben seguir los Designios de Dios.
Por eso, Yo soy la Señora del Santo Rosario. Rezo por ustedes y por el mundo para que algo cambie pronto. Rezo con ustedes todos los días, desde el Universo del Corazón de Dios.
Así, por su respuesta sincera a Mi llamado universal, todo estará cumplido, todo estará consumado, así como Mi Hijo lo cumplió.
Que vengan aquí Mis guerreros de la oración, espíritus llamados a vivir en el nombre de la paz.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán ante Mi Presencia trayendo la vela de luz, la presencia de un alma encendida en toda esta humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Anaren.
Mientras cantan, queridos hijos, Yo los bendeciré a ustedes y a todos los presentes. Cuando los bendigo a ustedes, bendigo al mundo y renuevo todas las cosas, pues esa es la autoridad que Me dio Cristo para que las almas se reenciendan.
Canten de corazón, proclamando a Dios su confirmación.
Canción: "Himno de los Hijos de María".
Por la autoridad que Dios Me ha concedido, en nombre de la Santísima Trinidad, bendigo sus vidas para que sean convertidas en Cristo y por Cristo y sean, a partir de ahora, Mis apóstoles de la Paz.
Derramo Mis Rayos sobre ustedes, para que sus corazones los guarden y no olviden que la Madre de Dios, la Reina de la Paz, la Señora del Santísimo Rosario, la Señora del Monte Carmelo, estuvo hoy aquí con ustedes para derramar Su Gracia en la humanidad.
Guarden Mis Palabras en el corazón y sigan a Jesús, síganlo siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Les agradezco por orar a Mi Inmaculado Corazón.
Que la paz siempre sea en sus vidas.
Los amo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestra Señora pidió que, en este momento, en todos los lugares del mundo, hagamos un minuto de silencio, por la paz en la humanidad.
Hermanos, quisiéramos cerrar este encuentro con un pequeño relato sobre la Aparición, respondiendo al pedido de María.
Ella nos pide, a veces, que relatemos lo que Ella nos muestra. Para comenzar, quisiéramos decir que, durante la oración, las almas de cada uno de los presentes fueron muy trabajadas.
En diferentes grados, los ángeles trabajaban según la indicación de Nuestra Señora; y una forma de cura espiritual, iban realizando en cuanto nosotros orábamos de verdad.
Entonces, llegó el momento de la Aparición. Nuestra Señora vino como siempre desde el Cielo, cruzando los universos, ingresando en la consciencia del planeta, y Su consciencia iba localizando este lugar.
Ella venía como una gran esfera de luz y de fuego, descendiendo a través de los Cielos hasta aquí.
En cuanto estábamos orando, esperando Su llegada, ese fue el momento en que se mostró como Nuestra Señora de Fátima, vestida toda de blanco, con un rosario entre Sus manos. Su mirada era suave, maternal y amorosa. Estaba descalza y se colocó en el centro de este portal de paz. Y, lo primero que dijo: "Agradezco a quien tuvo la Gracia de poder honrarme, al construir este portal en honor a Mi Inmaculado Corazón".
Entonces, Nuestra Señora extendió Sus brazos hacia nosotros, abrió Sus manos y mucha Luz comenzó a salir de Sus manos y penetraba en nuestras almas. En ese momento, María nos mostró una imagen del planeta y vimos un gran triángulo de Luz que unía Europa con Medio Oriente y con el sur de América.
En ese momento, veíamos que muchas almas iban siendo elevadas hacia el Cielo por Nuestra Señora, no solo del Medio Oriente, sino de diferentes puntos del planeta. Entonces, Nuestra Señora dijo: "Mira hacia el centro del triángulo", y comenzaron a aparecer muchas rosas, que Ella dijo que eran nuestras oraciones, las oraciones de todos Sus hijos del mundo que estaban unidos a este propósito por la Paz.
Nuestra Señora lloró un poco, mostró Su Corazón lastimado, pero a medida que Ella nos iba hablando, palabra tras palabra, Su Consciencia entraba en nuestro universo interior, fue así como Ella lo llamó. Y parecía que Nuestra Señora, por algunos momentos, cuando repetía las palabras, Ella se multiplicaba dentro de nuestro espíritu. Entonces, veíamos a María dentro de cada uno como una sola Consciencia unida a Dios, fundida en Cristo.
Después, Nuestra Señora, cuando fue transmitiendo Su Mensaje, nos fue mostrando diferentes situaciones de la humanidad. Ella, rápidamente, mostraba diferentes regiones del planeta que necesitaban de mucha, pero de mucha oración; hasta que llegó el momento, en la Aparición, en que Ella mostró el Propósito de Dios para esta humanidad. Y, por encima de Nuestra Señora, habían muchos ángeles que comenzaron a mostrar la Idea original que había tenido el Creador, desde el principio de esta humanidad y de este planeta.
Ella nos decía que la Sagrada Familia de Nazaret, cuando estuvo presente aquí, en esta humanidad, a través de San José, de María y de Cristo; Ellos dieron continuidad a ese Propósito.
Ella decía que ha aparecido tanto, a través de los tiempos; no solo para enseñarnos, advertirnos y llamarnos, sino para que Ella pueda dar continuidad a esta Obra de la Idea de Dios. Ella decía, con mucho pesar, que esa Idea, nosotros la estamos rompiendo.
Ella viene a recordarnos que nosotros fuimos creados por Dios, que Dios nos ama, que no podemos separarnos de Él y que tenemos, junto con Nuestra Señora, que dar continuidad a esa Obra que Dios tiene prevista para nosotros.
Amorosamente, Ella viene a corregirnos y nos pide que pensemos y que reflexionemos qué es lo que hacemos de nuestra vida, si estamos con Dios o no estamos con Dios.
Ella, hoy, nos donó Su Amor maternal; y cuando hizo su bendición para los Hijos de María que se consagraron, mucha Luz se esparció por este lugar, el aura de Nuestra Señora se iluminó y esa Luz llegó a varias partes del planeta, en forma de rayos.
Eso fue lo que sucedió. Así es que todos quedan con esa invitación y ese llamado de María; y podremos seguir unidos en este trabajo por la paz rezando el Rosario, rezando de corazón como Ella nos pide y esforzándonos cada día un poquito más
Queridos hijos:
Mis ojos se iluminan cuando ven el resplandor de una vida redimida y convertida por el poder de la oración del corazón.
Hijos Míos, hoy desciendo desde el Cielo para pedirles oración por los niños de Siria y de Medio Oriente, pues el principal castigo e injusticia lo sufren los más pequeñitos.
Es por esta causa sagrada, hijos Míos, que vengo a implorarles que a través de los treinta y tres días de oración, ustedes coloquen la intención de interceder por los niños de Siria. Ellos viven la consecuencia del exilio, del hambre, del rechazo y del fracaso.
Como su Señora de las Gracias, vengo para reconstruir esta humanidad que perdió los valores de lo reverente y de lo sagrado, de la fraternidad y de la paz.
Mis ojos también lloran por los más pequeños e inocentes, porque las familias más simples son el foco de la destrucción de la unidad y del amor entre los seres.
La familia es un Proyecto de Dios, a través de la familia deben gestarse los valores de la fraternidad, de la cooperación y de la paz. La familia puede ser el principal grupo de oración, puede reflejar como espejo hacia el Universo de Dios, la esencia de la conversión y de la redención.
Queridos hijos, por eso San José Castísimo también desciende del Cielo todos los días para ayudar a la humanidad, para que a través de Su Casto Corazón sean sembrados nuevamente los valores de la Sagrada Familia.
Yo desciendo todos los días para enseñarles a amar de verdad, para motivarlos a cambiar las costumbres de una vida material que deteriora a la familia de cada uno de ustedes.
Es por eso, hijos Míos, que vengo a rogarles que oren, la oración debe ser el epicentro de la familia. El Proyecto de Dios en las familias del mundo debe realizarse. Si desapareciera la unión en las familias, desaparecerían los valores internos y espirituales que permiten hacer evolucionar a todas las criaturas.
Por eso, Abraham, Moisés y la Sagrada Familia de Nazaret trabajaron por los valores sagrados del Proyecto de Dios que era tornar a la humanidad entera en una verdadera familia espiritual. Pero las influencias de estos tiempos, las modernidades y los proyectos personales han distanciado a las familias del Amor de Dios.
Es por eso que San José intentará impartir Su santa ayuda espiritual a todo Medio Oriente, con el fin de que estos importantes valores sean reintegrados al corazón de todos los seres.
Hijos Míos, piensen y sientan lo que les digo. Cada uno de ustedes es llamado en este tiempo para proteger y cuidar el espíritu de la familia a través de las buenas costumbres, de los actos fraternos y de las expresiones de un amor universal.
Oremos por la consciencia de la familia universal que es esta humanidad. Recemos para que se cumpla ese proyecto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Unida a las familias orantes del mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más