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Queridos hijos:
En este tiempo de tribulación, deben ser valientes y perseverantes para estar al lado de Mi Hijo.
Su Presencia misericordiosa y justa los hará conocer, de ustedes mismos, todo lo que deberá morir para que todo eso no modifique la evolución espiritual de sus vidas.
Estar al lado de Mi Hijo significa quedarse desnudo como consciencia y verse tal cual es, cada uno de ustedes, sin temor a conocer la verdad de sus existencias.
Mi Hijo los necesita cada día más vacíos; los necesita humildes para que Él, por medio de Su Amor redentor, los haga confiables depositarios de Su vida crística.
Así, hijos Míos, sus consciencias se transformarán verdaderamente. Así abrirán las puertas al mundo y a todo el género humano para que Su Misericordia y Su Corazón puedan obrar.
Él necesita que Sus compañeros se definan; que ya no ensucien sus pies con el barro impuro de este mundo; que realicen el camino de la redención para que, algún día, sean llamados dignos hijos de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Sientan, hijos Míos, Mi Amor y Mi Paz, porque contemplo sus esfuerzos, sus dificultades y sus abismos más profundos, en los cuales hoy ingresa Mi Luz para que sus corazones encuentren la paz, el perdón y la redención de Dios.
Sientan, hijos Míos, Mi Gracia, porque contemplando su misión y la valentía de sus espíritus que, día a día, se levantan de las caídas e intentan no sucumbir a las tentaciones del mundo, derramo sobre ustedes una expiación divina. Que así, a través de Mi Gracia, reencuentren el camino para unirse a Dios y recobren la esperanza de trascender las propias miserias y de llegar al Corazón del Padre.
Mi corazón llega hoy al Centro Mariano del Niño Rey para enviar un mensaje al mundo, de que el auxilio llegará a aquellos que se esfuercen por transformarse y trascenderse, y mucho más allá de la oscuridad que habita en sus abismos internos, brillará la luz de sus esencias, porque Dios, con Sus propias Manos, abrirá los caminos, retirará los obstáculos y liberará a las tinieblas para que reconozcan que dentro de ustedes hay una verdad que está más allá de las apariencias y de las ilusiones.
Todos son puros a los Ojos de Dios y las manchas impresas en sus almas por el mundo y por las experiencias humanas podrán ser lavadas, curadas y limpiadas por la potencia de Mi Amor maternal.
Dejen que Mi Luz los toque, que Mi Paz los cure todas las veces que sea necesario, que Mi Amor los libere y les revele quiénes verdaderamente son.
Ustedes son Mis hijos, Mis pequeños y puros hijos, esencias que surgieron de Mi Vientre Creador, de la Fuente de Mi Pureza. Una parte de Mi Inmaculado Corazón habita en su interior. Por eso, hoy dejen que Yo Me revele en ustedes como una luz que ilumina a sus almas, como una alegría divina que brota de sus espíritus, como una nueva y divina esperanza.
Mi Corazón los abraza, Mi Amor los ampara, porque a través de ustedes auxilio al mundo. A través de sus esfuerzos puedo estar ante Dios con los méritos generados por sus vidas para interceder por las almas más perdidas, por aquellos que no conocen a Dios y que, día a día, se alejan de la pureza de sus esencias y de sus corazones. A través de sus vidas intercedo por la vida de este mundo, sobre todo de los niños y de los jóvenes que perdieron la esperanza de amar y de ser amados.
El futuro de la vida sobre la tierra se construye a través del esfuerzo de unos pocos. Por eso, hijos Míos, nunca se olviden de que, con cada esfuerzo que viven todos los días, Mi Corazón recupera a una esencia perdida, a un alma desamparada.
Su mayor servicio en estos tiempos es vivir en el Amor de Dios, es creer en el potencial de sus corazones de trascender todo el pasado vivido por ustedes y por sus familias para que, en nombre de la humanidad, anuncien la posibilidad del perdón y la Gracia de la redención.
Sus corazones son predilectos ante Dios. Sus esencias son puras a los Ojos del Padre. Encuentren hoy esa pureza en su interior.
Yo los amo, los acojo bajo Mi Manto y los amparo con la infinita gratitud de Mi Corazón.
¡Les agradezco!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sé valiente ante las pruebas y aprenderás, todos los días, a superarte a ti mismo.
Que esa valentía la impulse tu corazón a fin de que puedas proyectar en tu camino pasos mayores, los que nunca imaginaste dar.
Abraza la propuesta de la valentía como el medio de poder trascender los posibles obstáculos y haz de cada experiencia una victoria para el Reino Celestial.
Que tu transformación permanente muestre al mundo la constancia de querer estar cerca del Señor para vivir de Su Gozo y estar en Su Divina Presencia.
Asume entonces, el camino de la valentía para que aprendas a avanzar, sin retroceder ni un solo paso.
Deja hijo, que esa valentía promueva la llegada del Sagrado Espíritu de Dios para que más almas sean transformadas por el Fuego de Dios.
Que en la valentía encuentres el impulso para dar grandes saltos, decidido a trascender las barreras de la inercia planetaria.
Anímate a decir “sí” a cada nuevo desafío y no te sientas derrotado.
Mi Hijo aún espera por los apóstoles de la transformación, los que a través de los buenos ejemplos testimoniarán Su Santa Palabra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La fuerza proveniente del Sagrado Espíritu de Dios te dará valentía para superar todas las barreras y disipar todos los obstáculos.
Es la fuerza proveniente del Sagrado Espíritu de Dios la que impulsa toda transformación, redención y perdón.
Porque el Sagrado Espíritu de Dios está lleno de Amor y de Compasión infinitos; eso hace de cada etapa, una oportunidad de ampliar los grados de amor a través del Sagrado Espíritu de Dios que todo colma, vivifica y comprende.
Que el Sagrado Espíritu de Dios sea siempre esa Llama Rosa de Amor que todo enciende interiormente, que todo cura y libera para que sus criaturas estén libres para poder dar sus pasos.
Que el Sagrado Espíritu de Dios guíe y reúna a los rebaños de Cristo, a los navegantes que deben encontrar el puerto del Corazón del Redentor, y que todo eso los consagre, finalmente, como soldados de Su Divino Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Limpia, todos los días, tu corazón con la oración luminosa y así irás alcanzando, de tiempo en tiempo, los códigos de la perfección.
Mientras estés en este mundo aprenderás a sobrevivir a tus propias y miserables dificultades humanas.
Pero ten espíritu de ánimo y de valentía porque cada vez que atravieses una prueba y la consigas trascender o superar, hallarás fuerza interior y coraje para que, algún día, todo sea transformado.
La condición humana es el mayor obstáculo para las almas que deben expresar sus virtudes y sus potenciales.
La condición humana es la prueba principal de superación para los discípulos que están dispuestos a rendirse al Señor.
Mientras tanto, con coraje interior, vive todos los días los desafíos que te coloca la vida, no como una dificultad, sino como el momento oportuno de dar pasos directos hacia la luz que habita en tu interior, hacia el Dios interno.
Sigue adelante sin pensar que no conseguirás redimirte a ti mismo; al contrario, afirma, día a día, que tienes la posibilidad de encontrar en esta vida el sentido de tu misión y de tu existencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que hoy no pese tu cruz, la cruz que te ha dado Dios para aprender a liberarte de la materia.
Que hoy tu cruz sea liviana, que sea como las alas de los ángeles que te elevan al estado de la constante redención.
Siente que Yo estoy aquí, en nombre de Mi amado Hijo, para renovar todas las cosas, llegando a lo profundo de la esencia de la Vida para que todo sea redimido pronto.
Ya no sientas el peso de esa cruz como un castigo o una derrota, complace al Señor cargándola con valentía, coraje y resignación.
Sírvete de esta cruz para hacer, de cada momento, una victoria de Cristo no solo en la entrega, sino también en el servicio, en la oración, así como en cada acto de amor que tu corazón puede ofrecerle a la humanidad.
Siente que puedes dar los pasos y que ya no te detienes en el camino.
Avanza con tu cruz, así como Cristo avanzó hasta el final por cada uno de ustedes.
Vive cada etapa como si fuera la última y sírvete de cada prueba para poder realizar el Plan.
Que esta sagrada cruz de la vida, que cargas en tus espaldas, hoy sea el símbolo del triunfo del amor y de la caridad infinita por este herido planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Estos tiempos exigirán, de las almas y de todos los seres de superficie, una apertura lo suficientemente grande para poder acompañar los cambios que son necesarios.
Estos cambios se darán a partir de una receptividad verdadera, que construirá las bases para poder vivir lo que es nuevo y aún muy desconocido.
En ese sentido, queridos hijos, estos tiempos, que son parte de una transición, deben ser vividos con mucha valentía, neutralidad y paz. Esto permitirá, en todo momento, construir dentro de ustedes una consciencia positiva y atenta para vivir los cambios necesarios, sin necesidad de atravesar el sufrimiento.
Por eso, es importante, para esta humanidad de superficie, tener un gesto constante de gratitud y de amor, para comprender y aceptar cambios y situaciones de la vida que parecerían imposibles.
Es hora de abrir los mundos internos, mucho más de lo que habitualmente están abiertos, para poder ver, sentir y comprender que todo cambio o ciclo nuevo es una oportunidad de salir de lo estático de este mundo, para poder vencer las propias barreras que impiden que la humanidad se exprese espiritualmente como consciencia, dentro de este planeta escuela.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Entre pocos se reconstruirá la Nueva Tierra, y de ellos nacerá el alivio para todo lo creado. Por eso, en este ciclo los esfuerzos serán grandes y los pasos que se deberán dar serán cada vez más grandes que las posibilidades de todos.
Llegó el momento de dar ese salto hacia la confianza mayor de Dios. El Padre y Su amado Hijo nunca desampararán a Sus discípulos, porque así, podrán dar los pasos que harán ascender en muchos planos a la consciencia humana.
Atavismos deberán ser vencidos, y para eso la concentración y la paciencia serán llaves que permitirán construir dentro de cada soldado una sólida fortaleza que hará de él, en cada etapa, un servidor pleno en las Manos de Dios.
Abismos deberán ser cruzados, infiernos de la consciencia deberán ser cerrados. Pero, por encima de todo eso, estará la mano guía de Aquellos que en el principio guiaron a las estrellas. Estamos en el momento en donde la balanza es mostrada para que cada uno se defina y coloque su peso en uno de los platillos.
La Gracia hará de las cosas imposibles, conversiones grandiosas. Solo que los discípulos de Cristo no podrán bajar los brazos antes de tiempo. Todo estará permitido y, de las elecciones de sus semejantes, muchos aprenderán a amar lo que nunca consiguieron amar.
Valentía, coraje, paciencia y, sobre todo, amor en la consciencia ayudarán a atravesar este tiempo planetario de inestabilidad.
Que los que aún persisten sepan que estamos con ellos. El Padre Celestial Nos envía desde lo más Alto del universo para hacer que se eleven los que acepten el rescate final. ¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los contempla y los impulsa,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sean valientes, Mis queridos hijos, en estos tiempos de Armagedón.
Mi Corazón es su emblema de batalla, es el escudo impenetrable que nadie puede derribar.
Por eso, con coraje y valentía, sean Mis ejércitos orantes victoriosos que responden al llamado de la Madre Celestial, sean portadores de la Gracia que todo alcanza y redime.
Queridos hijos, sean valientes todo el tiempo y no bajen los brazos, Yo estoy aquí para interceder por Mis hijos y para llevarlos al Divino Corazón del Redentor.
Queridos hijos, sigan Mis caminos, porque en ellos está escrita la historia de su liberación y perdón; en Mis caminos está escrita la historia de toda su conversión.
Triunfantes en la oración y misericordiosos en el amor sigan adelante, Mis queridos hijos, porque aún hay mucho que hacer por toda esta humanidad.
Hijos Míos, Yo soy su Comandante y Guía, soy la Madre triunfadora de Corazón y de Alma, de Espíritu y de Divinidad a través de todos Mis hijos soldados orantes.
Queridos hijos, es la hora de hacer triunfar el Plan de Dios, y la Obra se realizará con la colaboración de todos.
Sean Mis testigos, sean finalmente Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los protege siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando una batalla se pierde, otra se gana; porque por encima de todo el Amor siempre triunfará.
Es ese poderoso Amor vivo al que le temen las potestades infernales y es ese Amor Divino que las hace débiles y ayuda a transmutarlas.
Es en esta hora, queridos hijos, que todo se está por definir dentro y fuera de los seres, porque llegó el momento en el que, definitivamente, el Plan que una vez vino a cumplir Mi Hijo finalice en esta humanidad a través de Su Retorno.
Como ese Retorno está próximo, el caos y el mal le temen a ese momento, en el que una victoria inminente se dará en la humanidad al golpe del martillo de la Justicia de Dios.
Es en esta hora crucial e impredecible que sus corazones deben estar fuertes, valientes y unidos para evitar que el Plan propuesto fracase.
Queridos hijos, a lo largo de este tiempo de imprevistos y de desafíos, tengan absoluta fe de que finalmente encontrarán la paz y comprenderán que el servicio de Amor por el planeta es más amplio de lo que parece.
En este día, en el que la noche se recoge, queridos hijos, Yo los invito a la mansedumbre y a la fe, los invito a que oren día y noche por los que Mi mano escogió para llevar adelante esta Obra de corredención de la humanidad.
En sus flaquezas se encuentra el mayor sacrificio. En su disposición se halla el amor que todo lo puede. En la entrega a la Voluntad Divina, el alma encuentra su liberación.
Todos los que dicen ser apóstoles de Mi Hijo estarán siendo llamados a realizar cosas imposibles fuera del tiempo y de la hora normal de la humanidad.
Un Plan Mayor está en riesgo, y la Divinidad llamará a la puerta de los que se postularon en otro tiempo para servirla incondicionalmente.
Que su fe crezca y que nadie pierda la paz. Estoy con ustedes en este combate contra la bestia de diez cuernos, su derrota está cerca y el triunfo de Mi Corazón ya es visible para los ángeles del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
Hoy Me encuentro entre ustedes para traer paz, alivio y una expansión de luz que llegue a vuestras consciencias, para que estas se fortalezcan en el Amor de Dios.
En tiempo de pruebas, de grandes definiciones y de mayores compromisos que deben ser asumidos por los soldados de Cristo, Mi adversario utiliza todas sus artimañas para colocar en el corazón y en la mente de Mis hijos creaciones que no son reales, ideas y sentimientos que los perturban y que lo único que persiguen es alejarlos de la tarea del espíritu que encarnó en esta Tierra para servir a Dios.
Todos aquellos sentimientos y pensamientos que los alejan de Mi Corazón y del corazón de vuestros hermanos, están en proceso de transformación, para que de una vez y para siempre mueran por amor. Eso permitirá que lo verdadero que existe en ustedes, y que fue sembrado como talento por Mi Hijo, pueda brotar, florecer y desarrollarse.
Esos atributos verdaderos están guardados, en algunos casos bajo varias llaves, pues los aspectos mediocres de la humanidad se han cultivado en la consciencia a lo largo de la historia y se desenvuelven como falsos atributos; lo que engaña a todos Mis hijos haciéndoles creer que son sus mejores cualidades espirituales, destrezas mentales y materiales.
Mientras estos falsos atributos son defendidos y atesorados como reales y sublimes dentro de los seres, los verdaderos atributos y talentos quedan presos en jaulas, donde no se pueden expresar ni cumplir con lo que vinieron a hacer a este mundo.
Pero Mi Amor y el Amor Redentor de Mi Hijo vienen a quebrar las cerraduras de esas prisiones para que, aquello que ustedes verdaderamente son, Mis Amados Hijos, pueda ser liberado y la mediocridad aprendida por esta humanidad a lo largo de la historia pueda finalmente ser desenmascarada y morir.
El arte de amar, hijos queridos, es aquella tarea que Dios les ha encomendado, un ejercicio pleno de desafíos en donde cada consciencia se coloca como meta superar todos los días una a una las mediocridades de este mundo, con determinación, voluntad y fe para alcanzar ese propósito vital que sigue aguardando a los dignos Hijos de Dios.
Cuando una consciencia está determinada a alcanzar lo que Dios en verdad sembró en ella, pasando por encima de sí misma, sin miedo a lo que encontrará, recibe desde las Esferas Celestiales una asistencia que no es de este mundo, que está reservada para los valientes.
Cuando una consciencia se dispone en humildad a descubrir lo que este mundo colocó de falso en ella y se decide a descubrir el potencial que el Universo sembró en su interior, los Cielos colaboran para que su pronto despertar a lo verdadero abra la puerta del tesoro que estuvo guardado durante tanto tiempo.
Amados hijos, perseveren, trabajen, sean fuertes y valientes. Descubran lo falso que sembró en sus corazones Mi adversario, y no permitan ser impedidos de sentir la alegría plena de descubrir quienes verdaderamente son.
Yo los guío, confíen en Mis designios, en Mis pedidos y así los podré ayudar a liberarse de aquello que no son.
Hoy bendigo a Mi predilecto hijo, aquel que es predilecto por el esfuerzo que ha hecho en descubrir el instrumento que Yo he construido dentro de él y ofrecerse a ser conducido por Dios para el despertar de sus hermanos.
Yo quiero poder servirme de todos Mis amados hijos como instrumentos de la Luz en Mis manos.
Los amo, los protejo con Mi Inmaculado Corazón. Gracias por estar hoy Conmigo.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
En primer lugar, queridos hijos, quiero agradecerle a todo este grupo mariano por su sincera dedicación, en especial, en estas últimas horas, durante el viaje desde la ciudad de Montevideo hacia Brasil.
A todos Mis demás hijos, hoy quiero entregarles este ejemplo, el ejemplo de la constante donación abnegada a lo que ustedes pueden comprender como Voluntad del Señor.
Por eso, queridos hijos, los invito a caminar mediante la oración en el Propósito de Dios; porque ese Propósito es una idea celestial que el Padre plantea para el alma, la que decide estar en los brazos del Creador para ser acompañada y guiada durante toda la eternidad.
Hijos Míos, como Madre Peregrina, que hace ya tantos siglos sigue paso a paso a la humanidad en este mundo, hoy los invito a imitar el camino del peregrino para que en vuestra vida se revele el Amor de Dios. Un peregrino consagrado a Mi Inmaculado Corazón es un alma dedicada a una vida orante, por el mundo. Un peregrino que se consagra al Sagrado Corazón de Jesús es un espíritu en armonía a los pies del Redentor. Un peregrino consagrado a Dios es un alma entera, dispuesta a dejar de vivir su propia voluntad y a permanecer en lo desconocido, en el Cielo.
Queridos hijos, mediante la oración del corazón, todos los días vuestras almas pueden consagrarse a la Voluntad de Dios. Como humanidad, esto les permitirá encontrar la paz que falta en la vida de muchos de Mis hijos. Así, hallarán la esencia del verdadero Amor de Dios en vuestros corazones. Porque el alma que ora, a través de la voz de su corazón, está viviendo en el Amor del Padre.
Hoy, a todos los valientes peregrinos les agradezco por contestar a Mi llamado, y en la Bendición de Jesús, Hijo Único, les doy Mi Paz.
Gracias por responder a Mis pedidos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Crean que Dios los perdona todos los días, más aún, los perdona antes de que ustedes Lo ofendan.
Queridos hijos, Yo les he dicho que confíen en la Divina Misericordia. Misericordia es Perdón. Misericordia es Redención. Misericordia es una nueva oportunidad de entrar en el Reino de Dios. Misericordia es absolución total dada por el Santísimo Corazón de Mi Hijo. Crean en el tiempo prodigioso de la Divina Misericordia.
Dios necesita de todos Mis hijos, de todos sus instrumentos para llevar a cabo el Plan Divino en la Tierra. Mientras muchos de Mis hijos se distraen fácilmente en este mundo, ustedes están, día a día, cada vez más en Mis brazos Maternales porque todos los días los presento delante de Dios, bajo la Luz de la Divina Misericordia, como Mi Corazón una vez presentó a Jesús en el Templo de Dios.
Queridos hijos, hoy los invito a meditar sobre la Divina Misericordia, ella es el último manantial que se está derramando sobre el mundo y sobre todas las almas con faltas graves delante del universo.
Hijos Míos, perpetuamente oro por todos ustedes, para que, como valientes almas en oración, puedan corresponder al llamado del Creador, llamado anunciado mediante la voz de Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, pequeños Míos, en este día Mi Corazón recuerda cuando una mañana llegué al Corazón de Aurora en Uruguay. Que este día les recuerde el momento en que Dios Me envió hacia ustedes para anunciarles el tiempo de la salvación.
Queridos hijos, después de un año de estar permanentemente con todos Mis niños anunciando Mi Buena Nueva, hoy les pido que persistan y que, elevando los ojos al Cielo, caminen con humildad hacia el Propósito de Dios.
Mis hijos, como Madre los contemplo, como Madre Celestial los amo, los perdono.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Jesús hallarán el verdadero camino hacia la paz. Por eso, queridos hijos, abriendo Mis brazos misericordiosos hoy les pido por sobre todas las cosas: vengan a Mí, porque si así lo hicieren, Mi Inmaculado Corazón los ayudará.
Hoy, en especial, abro Mi Manto Protector para que cada uno de Mis hijos, a través de la oración del corazón, se coloque bajo Mi Manto para que los Rayos de la Luz Eterna de Dios los ilumine y pueda mostrarles el justo y santo camino que ustedes son invitados a recorrer, imitando a Mi Hijo que lo recorrió una vez por toda la humanidad.
Queridos hijos, encuentren la fuerza en la fe y en la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Quiero hacerlos renacer como Jesús hizo resucitar al hermano Lázaro. Queridos hijos, ha llegado el momento de caminar para que ustedes puedan ver la Luz Eterna de la Divina Misericordia que Mi Hijo les quiere entregar.
Sigan adelante y no pierdan tiempo porque Mi Hijo los necesita fuertes y valientes como el vuelo de las aves en el amanecer.
Queridos hijos, hoy los invito a orar por la Luz en el corazón. Yo los llamo a permanecer en la alegría, pues eso les permitirá despertar la presencia interna del Espíritu Santo en cada uno de ustedes. Conozcan a través de la oración los Dones del Espíritu Santo.
¡Quédense en Mis brazos! Confíen en la entrega que Mi Corazón les hace en este día.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Persistan! ¡Persistan! ¡Persistan en responder a Mi llamado! Así Yo los ampararé en todo. Sigan el camino de fe que Mi Hijo les está revelando. El mundo necesita de instrumentos que puedan donar Mi Inmaculada Paz.
No teman por las pruebas de la vida; que vuestros corazones sean fuertes en la oración para que puedan ver la Luz de Dios.
Con absoluta confianza aproxímense a Mi Hijo para que Él les pueda transmitir la compasión de Su Corazón.
Queridos hijos, como ya les he dicho, los invito a persistir en la fe, en estos tiempos de cambios, a través de la oración del corazón.
Todo podrá ser aliviado en sus corazones y en el mundo cuando grupos mayores de almas vivan la oración en devoción, reverencia y fe.
Hijos Míos, vengan hoy a Mis brazos porque quiero socorrerlos y resguardarlos de todo. Por eso, oren Conmigo para que Dios los pueda escuchar y, como criaturas de Su Reino, la humanidad pueda alcanzar más paz y más perdón.
Sean amorosos y valientes en esta vida, porque un verdadero discípulo de Mi Hijo camina por los que no caminan hacia Dios y sirve por los que no sirven a sus semejantes.
Que vuestros corazones sean semillas para lo nuevo, que en ustedes resplandezca Mi Amor Maternal.
Ahora, hijos Míos, es hora de crecer y de madurar para estar delante del nuevo tiempo de Redención, Redención que Mi Hijo dará a todos aquellos que aspiren a ser Su nuevo rebaño en el mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más