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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, la Luz de Mis Espejos Mayores se refleja sobre este lago, para representarle al mundo el principio de la Creación de Dios, el origen de la Fuente Suprema, de donde todo una vez comenzó; de donde Dios emanó Su Primer Pensamiento, deseando ardientemente desde lo más profundo de Su Corazón Eterno, que pudieran existir Sus Hijos, todas las criaturas, para reconocerlo y amarlo, para adorarlo y alabarlo, así como Él también reconocería, amaría y abrazaría a cada uno de Sus Hijos.
De aquí provienen los Espejos de la Ciencia de Mi Paz. Y, a través de ellos, Yo le irradio al mundo y a todo el universo el atributo de Mi Paz, flameante llama de la Esperanza de la Madre del Mundo que penetra en todos los espacios, dimensiones y planos, en donde Mis Espejos trabajan por la pacificación y por la redención de las almas, las que algún día deberán retornar a la Fuente de Dios, de donde una vez surgieron, de donde una vez las esencias emanaron para formar parte de esta trayectoria del aprendizaje sideral.
Queridos hijos, que esta Paz, que proviene de Mis Espejos y de Mi Ciencia Suprema, pueda llegar a abarcar los espacios en donde existen conflictos en el mundo. Así, toda la vida planetaria será reparada, y esa vida se rehabilitará, dentro y fuera de los seres para que alcancen la dignidad de ser Hijos de Dios; porque nadie en este mundo ni en ningún lugar del universo, más allá de su error o de las consecuencias que haya vivido, pierde la dignidad de ser Hijo de Dios.
Aquellos que hoy todavía no son dignos Hijos de Dios es porque están lejos del Amor, es porque están lejos de la Verdad, es porque se apartaron de la Luz.
Por eso, como Madre del Amanecer y Madre de la Vida, como Reina de los Espejos del Cosmos y de la Ciencia Divina, hoy vengo a abrir una vez más la puerta hacia Mi Paz, hacia el Universo Espiritual; para que las almas y especialmente los mundos internos recuperen la oportunidad de ser dignos Hijos de Dios, de que sepan que, más allá de todo y más allá de toda prueba, está Dios, contemplando a Sus Criaturas, contemplando a Su Creación, renovándose a través de la renovación de Sus Hijos, santificándose a través de la santidad de Sus Hijos.
Y, así, la Creación se recrea una y otra vez.
Así como nace una nueva estrella o surge un nuevo sol, así como una nebulosa o una constelación se renueva, así también se renueva la vida de Mis hijos. Porque todo es parte de un dinamismo cósmico y evolutivo, es parte del Misterio Espiritual de Dios que surge como impulso desde la Fuente, un impulso continuo, permanente y renovador, que hace a todas Sus Criaturas participantes de la Vida Mayor, de la Vida Divina.
Así como hoy Mis Espejos descienden al mundo, los Espejos de la Ciencia de Mi Paz, así deseo que sus aspiraciones se eleven y, sobre todo, que sus corazones se eleven hacia el universo para ingresar a través del portal a la Fuente de la Creación del Padre Eterno, en donde los ángeles, los arcángeles y todas las Jerarquías trabajan, silenciosamente, por la evolución del Plan de Amor.
Delante de esa Fuente, contemplen sus orígenes. Delante de esa Fuente, recuerden el origen de sus esencias, de aquella pequeña partícula del Amor Cósmico de Dios que fue depositada en cada uno de Mis hijos. Esa partícula nunca podrá desaparecer ni disolverse, más allá del mal que exista en el mundo o de la oscuridad que vivan las almas.
La partícula crística del Amor de Dios es inextinguible y renovable, y les otorga la dignidad a todas las criaturas porque son parte de la Voluntad de Dios, del deseo ardiente de que el Padre Eterno tenga a Sus Hijos en Sus Brazos, así como su Madre Celeste tiene a Sus hijos debajo de Su Manto de Luz; hoy, debajo de Mi Manto estrellado del universo.
Que los Espejos de Mi Paz reintegren los atributos que la humanidad está perdiendo; para que las naciones vivan en la paz, para que los pueblos vivan en la paz, para que esta raza de la superficie del planeta pueda renacer, así como renace el amanecer todos los días, trayendo la luz de la Nueva Aurora, abriéndoles la puerta de la redención a las criaturas y consciencias, renovando la vida de Mis hijos por dentro y por fuera, para que vivan en la Felicidad y en la Alegría de Dios por sentirse amados y contemplados por el Padre Celestial.
Así como hoy, su Madre Celestial los contempla ante la Luz de todos los Espejos, ante la consciencia de todas las herramientas de la Jerarquía Espiritual que están en constante ofrenda y sacrificio por la redención del planeta y de esta raza; hoy, les habla su Madre Sideral, la Madre de toda la Creación y de toda la vida, que gestó en Su Vientre al Hijo de Dios, el Mesías, su Salvador y Redentor, Aquel que murió en la Cruz por ustedes y derramó Su Sangre por ustedes, por su conversión y salvación, para que tuvieran vida en abundancia a través del Sagrado Árbol de la Vida de Cristo, su Señor y Maestro, el Rey del Universo.
Que, ante la presencia de esta Ciencia Divina que se muestra a sus mundos internos y a sus almas, todos puedan volver a comulgar, para que todos puedan renacer en Cristo y por Cristo, en el nombre de Su Amor y de Su Misericordia, confiando plenamente en la esperanza venidera, en la promesa que llegará y que se cumplirá en el momento del Retorno de Cristo.
Así también, la Luz de todos los Espejos participará de ese momento; cuando los Cielos se abran y los Espejos se enciendan, el Hijo de Dios descenderá en Gloria, junto a todo el universo que lo seguirá en procesión y en júbilo.
Y así, en nombre de toda la Creación y de la Fuente Suprema, Él todo lo renovará, dentro y fuera de los seres. Y aquellos que hayan confiado hasta el final se alegrarán y recibirán Su bendición, la bendición del Hijo Supremo.
Y así como el Sol de la Vida de Cristo nutre a todo el universo y a toda la vida, así los Espejos de la Madre de Dios nutrirán y renovarán toda la vida y toda la superficie; reconstruyendo los pilares de los Atributos de Dios para esta humanidad y reabriendo los puentes de unión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios, así como Cristo lo hizo en lo alto del Monte Calvario.
En este día, vengo a bendecir a uno de Mis Espejos, de entre tantos Espejos de Mi Corazón Inmaculado. Vengo a bendecir a Mi hija Lucía de Jesús para que el esfuerzo siempre sea la llave de la superación, de la consagración y de la unión espiritual con Cristo, el Esposo Celestial.
Vengo a bendecir los pasos de Mi hija Lucía de Jesús como vidente y como instrumento de la Jerarquía Espiritual, para que siga siendo un instrumento que les otorgue Gracias a las almas sedientas de la Luz de la Jerarquía, sedientas del Amor de la Jerarquía, sedientas del abrazo de la Jerarquía, para que muchos instrumentos más puedan estar al servicio de Dios en este planeta sin nada a cambio, solo con el fin de morir a sí mismos todos los días un poco más.
Por eso, bendigo la valentía de Mi hija Lucía de Jesús; y que, bajo la protección espiritual de Mi Esposo, San José, pueda seguir reflejando y representando a la Hermandad Celestial en este planeta, hasta que la última alma atraviese el portal al Paraíso.
Es así que envuelvo a Mi hija Lucía de Jesús con la Luz de Mis Espejos y especialmente del Gran Espejo del Amor de Mi Corazón, del Amor de la Madre que acoge y que acepta, del Amor de la Madre que renueva y que cura, del Amor de la Madre que sana y que transfigura a las consciencias, del Amor de la Madre que consagra y que anima a Sus hijos a seguir los Pasos de Cristo hasta el fin.
Que las almas de este mundo reciban la Luz de Mis Espejos para que la paz sea una realidad en este planeta y, especialmente, en donde más se necesita en este momento.
Sigan orando Conmigo, con fervor y devoción.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Para que esta Luz de los Espejos penetre en lo más profundo de la consciencia planetaria, del alma del planeta y de la humanidad, vamos a orar ante la Madre de Dios, la Reina de los Espejos, tres veces la oración de la Madre Universal, para que los atributos se plasmen en la consciencia de nuestra humanidad, de las naciones y de los pueblos, y especialmente en los lugares donde más se necesitan.
Te alabamos,
¡Oh Madre Universal!
Plena es Tu Gracia,
la Unidad está en Ti.
Sagrada Energía Femenina,
gestas en Ti la Nueva Humanidad.
¡Oh suprema Madre Universal!,
intercede por nosotros,
seres de la superficie de la Tierra,
para que podamos consagrarnos
como dignos Hijos de Dios,
en la fe, la luz, la paz,
la protección, la cura, la unidad,
el amor, el perdón, la reconciliación,
la caridad, la humildad, la transmutación
y en la fraternidad,
ahora y en el momento de nuestra total
y definitiva entrega al Padre Creador.
Amén.
Y así como el Cielo se abre en el interior de Mis hijos, así abran siempre sus corazones a los Universos Superiores, para que esta comunión perpetua con la vida del universo y con la Jerarquía siempre esté presente, más allá de todas las consecuencias y de todos los acontecimientos.
Yo les doy Mi Paz y Mi bendición, agradeciéndoles por haber respondido una vez más a Mi llamado.
Los bendice la Reina de los Espejos y de la Vida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vayan en Mi Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí la Emperatriz de la Paz, la Suprema Consciencia del Amor de Dios, el Amor eterno e inextinguible por todas las criaturas, el Corazón de Madre que se dona por Sus hijos para que alcancen la paz, la Mano piadosa y servicial que se extiende para acariciar el rostro de los niños, de todos ustedes, Mis pequeños hijos.
He aquí la Madre de la Gracia Infinita, la Madre que ora incansablemente por todos, la Intercesora y Mediadora de las causas imposibles, la Reina de los ángeles y del universo.
He aquí el Corazón que siente el amor de Sus hijos, el amor de los que confían en Mi Presencia, aunque no Me puedan ver con sus propios ojos.
Mi Amor es una esencia desconocida que penetra en lo profundo del corazón humano para moldearlo con Mis propias Manos, para transformarlo en un Instrumento de Dios, para hacer de cada vida un servidor del Plan.
He aquí el Corazón de Madre que sufre por los que no la escuchan, el Corazón de Madre que sufre por los que la niegan, por aquellos que no se animaron a entrar en Mi Corazón Maternal.
Esta es la Madre que se dona por todos, de noche y de día, todo el tiempo. Mis Ojos de Madre están sobre los Hijos de Dios y envuelvo en Mi Manto a los que Me lo piden.
Descalza, marco la senda de su transformación, sin que le teman al sufrimiento o a la soledad; porque Yo Soy la Madre que ama sin condiciones, la Madre que ama aun a los que la niegan, a todos los que la reconocen como una simple mujer. Mi Corazón agradece que Me digan así, porque Yo Soy la Esclava de Dios en el Cielo y en la Tierra, en las dimensiones y en los planos de consciencia.
El Espejo de Mi Corazón es el sacrificio por Mis hijos, para que nunca pierdan la Luz de Mi Maternidad, la contención de su Madre Celeste, el abrazo de María de Nazaret, porque Yo Soy parte de su pueblo y a su pueblo volveré.
Así, volveré a compartir como lo hice con las santas mujeres, con los apóstoles y con todos los que caminaron con esperanza a Mi lado, aun después de la Ascensión de Mi Hijo a los Cielos. La Madre de Dios estuvo mucho tiempo aquí entre ustedes, como lo está ahora.
Yo Soy la Madre que no se rinde. Soy la Madre que no descansa y Mi Corazón se aflige cuando las almas pierden el camino del amor, de la unidad y de la verdad.
Por esa razón hoy, una vez más, estoy aquí, para darles la fortaleza a los que la necesitan, para darles Mi Fe a los que no la tienen, para donarles Mi Amor a los que no consiguen vivirlo; porque Mi único fin, queridos hijos, es que ustedes puedan ser a través de Mí y siendo en Mí serán en Mi Hijo Jesús, el Cristo.
Y así, alcanzarán las esferas celestiales. Los misterios ya no serán secretos. Su vida será parte de la gran red cósmica junto con todos los Espejos y seres de buena voluntad.
Cuando un alma ora de verdad a Mi Corazón, se convierte misteriosamente en Mi propio Espejo, en donde Mi Vida Espiritual se puede reflejar; porque Mi única meta y aspiración, hijos Míos, es la eterna donación de Mí misma, como lo he hecho a través de los siglos y de todos los tiempos por medio de todas las Apariciones. Por eso, Soy incansable porque sé que sus esencias Me pueden superar en el Amor.
Estamos aquí con Mi Hijo y con San José para ser testigos de esa aspiración en cada corazón humano; para alcanzar esa aspiración y llevarla a los Pies del Creador como una sagrada ofrenda para que el Amor de su Madre, que actúa, que obra y que concede a través del Amor de Dios, sea una realidad en la vida de cada ser.
Vengo aquí como la Madre de la Contemplación Espiritual, para que las almas ingresen en el universo de Mi Corazón; porque Yo, en nombre de Mi Hijo, las puedo renovar.
El Amor de Madre siempre los protegerá y siempre los llevará hacia Mi Hijo Jesús para que se sientan parte de Su Reino, para que sean parte de Su promesa todos los que aspiran a ser parte de la Nueva Humanidad.
En este tiempo confuso del planeta, que sus vidas sean Mis Espejos y que en el amor se puedan transformar para comprender la condición humana del semejante y no juzgarla ni castigarla.
Vengo a pedirles que abran la consciencia.
Mis Palabras son Agua de Vida, Fuente inagotable de Mis Gracias y Misericordias; porque Dios necesita, en este tiempo, que la vida de cada ser sea ese mismo modelo de redención que vive los grados del Amor de Cristo, que aspira a alcanzar la humildad y se esfuerza para que las santas virtudes despierten en las almas y se consagren de la misma forma que se consagraron los apóstoles y las santas mujeres en aquel tiempo.
Hoy, con el permiso de Mi Hijo, vengo a darles un testimonio y un ejemplo de la transformación de la vida a través del Amor de María, un Amor inmutable, perpetuo, abnegado e incondicional que, como pequeñas gotas de Luz, ingresa en la consciencia y en el corazón humano para convertir la vida de cada ser en un ejemplo digno para Dios y para todo Su Proyecto Universal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
María dijo que no se preocupen, porque envió a los ángeles a jugar con los niños. Y ahora, Ella dejó de hablar porque está acompañando el juego de los niños, que le recuerda al Niño Jesús cuando les enseñaba a los más pequeños a través de juegos tan simples y puros.
Mi Hijo les dijo una vez que quien no es como un niño no puede entrar en el Reino de los Cielos. Aquí, a su alrededor, está el ejemplo a través de estos niños y de estas familias que son consideradas en el Reino de los Cielos.
¿Será que ustedes se han dado cuenta de esto?
Dios está vivo allí, a través de los que juegan y se alegran, porque Dios es pequeño y humilde como los niños. Así, bendice la vida de todos los niños y familias, que viviendo y compartiendo estos espacios consagrados por Dios, Dios se renueva en los más pequeños y simples, porque esto alivia el Corazón del Padre Eterno, de los niños que sufren, de los niños que se enferman, de los niños que desaparecen, de los niños que son abortados, de los niños que son traficados y esclavizados en este mundo.
¿Ahora, comprenden dónde está la esperanza de las Islas de Salvación? Todo debe renovarse y ampliarse a través de la vida de los niños.
Den una oportunidad a los que quieren crecer en el amor y en la familia, porque allí está el Proyecto de Dios para la Nueva Tierra. Dios los creó para que vivieran así, bajo Su Felicidad y Alegría Espiritual.
En los niños está la alegría de la Madre de Dios, en los jóvenes está la madurez de los apóstoles, en los adultos debe estar la sabiduría y la aceptación, porque Nuestras Palabras vivirán en aquellos que las acepten y serán carne de su carne, espíritu de sus espíritus, para que algún día puedan comprender la Voluntad de Dios en la sagrada existencia de Su Proyecto en las familias.
Vengo a pedir perdón a las familias que no fueron comprendidas y aceptadas. Mi Corazón hoy enmienda los errores y hace renacer el amor en los que confían en la Familia de Nazaret.
Antes de despedirme y de volverles a agradecer por la valentía de acompañar estos encuentros con los Mensajeros Divinos; a través de un alma muy apreciada por Mí, les daré el ejemplo que les he prometido: cómo en la aparente derrota de la vida, en el sufrimiento o en la enfermedad, Dios no aleja Su Mano de los que ama, sino que, a través de las pruebas, fortalece los corazones para que puedan amar como Él amó en la Cruz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora está llamando aquí a Shadam.
Querida hija Mía, Me alegra tenerte aquí en este día, en nombre de Jesús, y que hayas encontrado la fuerza espiritual de tu corazón en la adoración.
A través de tus llagas, las Llagas de Mi Hijo fueron cerradas; a través de tus pruebas, la angustia de Mi Hijo fue disuelta; a través de tu fe, el Corazón de Mi Hijo fue ennoblecido en el universo y en la Tierra.
Que tus manos nunca se cansen de servir a Dios y que tu mirada nunca se aparte del Santísimo Sacramento del Altar. Que siempre lo hagas por tu país herido y ultrajado, por las almas de esa nación que están desesperadas y desamparadas. Y que el gran fantasma de la mentira sea disipado del alma de ese país; para que Argentina, a través de tus oraciones y de las oraciones de todos tus hermanos, vuelva a renacer en la esperanza, en la fe y en la alegría de ser la cuna en donde Cristo posará Sus Pies en las montañas sagradas, cuando Él retorne, con todos los Retiros Internos de Argentina.
Te agradezco que hayas traído aquí a tu otro hijo. Le abro la puerta a él, para su despertar y para su consagración como un apóstol fiel de Cristo. Oraré contigo por eso. Mi oración silenciosa siempre se unirá a ti, en las alegrías y en las tristezas, en los triunfos y en las derrotas, porque quien cree en Cristo nunca perecerá y tendrá vida eterna.
Hoy, te doy Mi bendición maternal y Mi agradecimiento. He aquí el ejemplo de la superación, de la perseverancia y de la fe en Cristo, así como fue Conmigo en Nazaret.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Sigan los pasos de Cristo por la redención de la humanidad y del planeta, por los Mil Años de Paz. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos vamos a poner de pie para despedir a Nuestra Señora, mientras Ella se eleva a los Cielos, llevando nuestras oraciones, intenciones y súplicas al Corazón de Dios.
Vamos cantar una canción que nos ha pedido y que, según María, refleja nuestra vida diaria.
Canción: “Esto que soy, eso Te doy”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más