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Queridos hijos:
Hoy llegamos al final de un ciclo y al comienzo de una nueva etapa.
Después de estos dos últimos meses de recogimiento, Mi Materno Corazón pudo contemplar, con alegría, la madurez, la seriedad y la responsabilidad con las que cada corazón orante asumió la misión de orar por la paz en las naciones; y también he podido contemplar, hijos Míos, el efecto positivo y mundial que este trabajo diario construyó, amorosamente, en los últimos tiempos.
Por ese motivo, queridos hijos, es que hoy puedo decir que los amo y que siempre los amé, porque sé que dentro de ustedes existen grandes posibilidades de amar a Dios y de ayudarle a expresar, en la Tierra, Su Plan de Amor y de Redención.
Quiero decirle al mundo que hoy cuento con un fortalecido ejército orante, consagrado como Hijos de María, que ya comprende y vive la importancia de manifestar la Voluntad de Dios.
Por eso, hijos Míos, nunca se cansen de orar y de suplicar, porque la oración abre las puertas del Reino de Dios y la Gracia, que es infinita, puede derramarse sobre todos Mis hijos.
Yo los invito a seguir difundiendo este importante pedido.
Yo los invito a que, cada día más, abran las puertas de sus grupos de oración para que más almas puedan ser congregadas por la Misericordia de Dios.
Mantengan, hijos Míos, esa fidelidad Conmigo. Que nada los haga dudar ni oscilar porque, en este ciclo, estamos construyendo el triunfo de Mi Inmaculado Corazón en el interior de cada ser.
Queridos hijos, los animo a seguir colaborando para que Mis Planes de paz se puedan concretar en la humanidad y todos los conflictos se terminen.
Hijos Míos, hoy derramo el poder de la Luz de Dios sobre sus almas para que, fortalecidos por la fe y colmados por la sabiduría, el Padre Celestial le conceda al mundo un mayor periodo de paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando se sirve a Dios a través de las misiones humanitarias, los que sirven y los que son ayudados permiten ampliar el descenso del caudal de la Divina Misericordia y, dentro de una situación social o humanitaria, el servicio hecho de corazón trasciende las fronteras materiales e intelectuales, ya que el mismo se realiza por el bien común y para el beneficio del equilibrio y de la armonía de todos.
En este tiempo, toda forma de servicio a la humanidad, por más pequeña que parezca, favorece la actuación de Leyes espirituales que a través del servicio de amor contrarrestan futuros desastres y desajustes en las naciones del mundo.
Es así que el servicio por la humanidad, que en verdad es la más necesitada, crea nuevas condiciones para que la energía de la Divina Misericordia pueda intervenir en beneficio de todos.
El servicio humanitario purifica a la consciencia que se ofrece a ayudar a los demás. También ese servicio, hecho por amor a Dios, despierta en la consciencia el sentido de la madurez y de la responsabilidad propia ante escenarios de caos.
Por esa razón, el servicio construye el espíritu de la solidaridad y de la paz con el semejante.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los Misioneros Humanitarios
El descenso del Reino Celestial
Amados Míos:
Hoy cumplo la promesa que hice a vuestros corazones y desciendo nuevamente a este mundo con toda Mi Consciencia Celestial y Universal, ingresando a esta, una de Mis Casas en la Tierra, para traer el Reino Celestial.
Este Reino, que pertenece a todos Mis fieles hijos, reúne a los Pies del Padre Eterno y a los Pies de Mi Hijo, el Redentor, a aquellos que desde el corazón pueden vivir la fidelidad al Amor de Dios, la transparencia de ese amor, la libertad interior de haber elegido con el alma seguir el camino del bien, de la fraternidad y de la Misericordia que Cristo trajo a esta humanidad.
Esta Iglesia Celestial, que está compuesta por todos los corazones sinceros en el amor a Dios, no hace distinción de razas, pueblos, religiones, ni dogmas. Ella está formada por todos los que buscan el bien, la luz, el amor y la vida fraterna para sí mismos, para sus hermanos en todo el mundo; que buscan respeto, consideración y reconocimiento de todos los Reinos de la Naturaleza, como parte preciosa y fundamental de la vida en este planeta, frutos de la Creación Divina del Padre.
Esta Iglesia Celestial que Mi Hijo ha reunido como ofrenda al Padre Eterno, hoy desciende y se une a Mí, a Mi Inmaculado Corazón, para que así Yo la pueda cuidar, proteger, orientar y conducir hasta que Mi Hijo retorne al mundo, el único Rey, el Salvador.
A partir de este nuevo ciclo, hijos Míos, todo quedará expuesto para ser purificado. Nada quedará oculto a los ojos de los hombres, nada quedará para otra oportunidad.
Aquellos que se definan por el bien, lucharán todos los días para encaminar sus vidas por la senda que los conduce al Amor de Dios y lo harán con alegría, sabiendo que los mil años de paz están llegando, se esforzarán y prepararán el Retorno de Cristo con pequeñas y grandes acciones. Todos los verán y sabrán quiénes son.
Aquellos que se engañen y que elijan mantener los poderes falsos de este mundo, ya no se ocultarán y serán vistos por todos en todo el mundo. Ellos se burlarán de los corazones sinceros que buscan el bien y su infidelidad será vista y oída por todos. Ellos perseguirán a los corazones buenos y querrán destruir la Iglesia Celestial por no poder apoderarse de ella.
Pero nada deben temer, porque Yo estaré con ustedes y en ustedes, y ya nada los podrá hacer sufrir.
Yo guardaré la verdadera Iglesia de Mi Hijo hasta que Él retorne, colocando bajo Mi Manto de protección a los puros y simples de corazón, a los fieles y verdaderos, a los justos y obedientes de las Leyes del Cielo, a los caritativos y bondadosos con sus semejantes y con los Reinos, a los valientes que buscan el amor por encima de la mezquindad de este mundo, a los que sufren por la maldad de los crueles y pecadores, y a los inocentes, esos que nadie puede proteger.
Y así, la Iglesia Celestial de Mi Hijo crecerá, nación por nación, región por región, continente tras continente de este mundo, y nada la detendrá, porque el verdadero amor, la verdadera luz y la verdadera paz llegarán a cada alma sedienta de esta Tierra.
Recuerden, es Mi Hijo el que llama a las almas en los mundos internos, y también es Mi Amor maternal el que los reúne para llevarlos a Cristo, más allá de cualquier acción en la superficie de la Tierra.
Por eso, sucederán cosas que no podrán comprender cuando los hijos de la Iglesia Celestial comiencen a congregarse, y desde los más lejanos lugares del mundo clamen por el Amor de su Madre Celeste y por su Señor, y cuando empiecen a llegar a los espacios en donde los Mensajeros Divinos descenderán para traer paz.
Los grandes milagros de luz, cura y conversión comenzarán a manifestarse a lo largo y ancho del mundo, porque las almas se encenderán, estén donde estén, respondiendo al llamado de su Pastor.
El mal los querrá confundir, pero el Amor redentor de Cristo es poderoso e inconfundible y nada lo detendrá.
Prepárense, hijos amados, para recorrer junto Conmigo aquellos lugares perdidos del mundo en busca de sus hermanos, para que, definitivamente, puedan formar parte de esta, nuestra Iglesia Celestial.
Y así, en este ciclo que hoy se inicia, despertarán los 144 000 y nada lo impedirá. Esa tarea que ellos cumplirán, de preparar el Retorno de Cristo, le pertenece a cada alma comprometida con el advenimiento de la Nueva Humanidad, a cada uno de los que escuchan Mis palabras a través de sus oídos o en sus mundos internos.
Y ya no serán solo 144 000, serán muchos más los que, con el amor ardiente encendido por Mi Hijo en sus corazones, caminarán a Su lado para vivir junto a Él el amor y la fraternidad que esta raza siempre estuvo destinada a vivir.
Hoy, desciendo aquí y también sobre la superficie del desierto en Perú, en donde, en los mundos internos del planeta, los Maestros y Ancianos de otrora y de siempre, cuidan de este mundo. Allí es donde la Blanca Hermandad ha seguido fielmente el Plan de Dios para este mundo.
Ellos han estado incondicionalmente unidos al Eterno Padre y a todos Sus Designios, siendo el puente entre el Cósmico Universo y la Tierra desde antes de Adán y Eva, tarea que Dios les entregó y que permitió que, a pesar de todos los errores de ustedes, Mis hijos de superficie, aún hoy tengamos este bendito planeta para seguir adelante con el Proyecto divino.
Por eso, también he descendido en el desierto de Chilca, al igual que Mi Hijo descendió hace un año atrás, para llevar también hasta allí la Iglesia Celestial, porque todos ellos, como amantes silenciosos de Mi Hijo, pertenecen a esta reunión de consciencias que, desde los planos internos, nos ayudan a mantener y a preservar este amado planeta.
Amados Míos, hoy los invito amorosamente, como Madre, a dar un paso en sus espíritus y almas, para ingresar junto a Mí en la escuela del verdadero conocimiento sobre esta civilización, que son ustedes y este planeta, conocimiento que les pertenece y que ha estado oculto de las consciencias de todos.
Ahora, que ya son jóvenes que están alcanzando la madurez espiritual, les corresponde vivir las grandes verdades con apertura y también tomados de la mano de su Madre Celeste, la que los conducirá por estos nuevos caminos con amor, cuidando de cada una de sus almas.
Este nuevo ciclo estará pleno de revelaciones que los harán fuertes y les permitirán comprender muchas cosas que antes eran nombradas como “misterios”, porque el tiempo para saber de ellas todavía no había llegado para todos.
Amados Míos, hoy Mi Corazón está en júbilo y llego a ustedes como la novia que llega al altar para iniciar la etapa más importante de su vida, etapa en la que formará definitivamente la gran familia, la Familia Universal, la que esperará con fervor la llegada de su Rey, Cristo Jesús Glorificado.
Los amo, y los bendigo en este día inolvidable de júbilo.
Gracias por estar hoy acompañándome, siendo parte de esta victoria celestial.
Vuestra Madre María, Madre Universal
Como la lluvia que toca la tierra y hace crecer los frutos en desiertos áridos, así Mis Gracias tocan vuestros corazones para convertirlos en el modelo perfecto que Dios planeó desde el principio.
Hijos, conozco lo que aún dentro de ustedes debe morir y trascenderse para que algún día se manifieste el verdadero apóstol de la redención.
Queridos hijos, estamos en el tiempo de la batalla espiritual y muchos de Mis hijos no quieren darse cuenta de eso; por eso vengo para pedirles oración, para que puedan percibir cuánto el mundo está distraído y afirma ante el Universo que está haciendo todo bien.
Yo vengo para desmitificar lo que creen de vuestras vidas para que reconozcan la Voluntad del Padre Celestial y para que muera la vuestra. Es así hijos que ustedes podrán ser dignos de comprender todas las cosas.
Ahora el Universo permite ciertos acontecimientos para que todos puedan aprender y no vuelvan a repetir los mismos errores.
Hijos, Yo soy constante con ustedes y los tocaré con Mi Gracia cuantas veces sea necesario, pues Mi verdadero motivo es convertirlos en aquello que todavía no son. Sean pacientes y amen la transformación, así será menos dura para los que se animen a conocerse a sí mismos; cuando eso suceda, podrán tomar consciencia que vuestros pequeñísimos problemas de vida son leves ante el peso del gran pecado de la humanidad.
Busquen la fidelidad a través de Cristo; no se desesperen por lo que viven; existen problemas planetarios mayores que abarcan regiones, pueblos y sobre todo, un proyecto de evolución espiritual.
Expurguen lo que está viejo, vacíense todo el tiempo y así serán los nuevos odres que serán llenados por la Preciosa Sangre de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los purifica, los cura y los eleva,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para trabajar la madurez y la consagración al Plan de Dios, les entrego las Siete Piedras Preciosas de la Salvación:
- No ser ingrato con el Universo ni con el semejante
- Creer que todo es posible por la Misericordia
- No destruir el Plan Divino por medio de falsas acciones
- Ser reverente con los demás
- Amar el Plan Divino más que a la propia comodidad
- Aceptar la ayuda que viene de lo Alto
- Perdonarse a sí mismo para ser perdonado
Con estas siete piedritas podrán vivir verdaderamente las Cinco Uniones con el Padre Celestial a través de:
- Una comunión reparadora
- Una confesión curadora
- Una instrucción formadora
- Una reconciliación renovadora
- Una conversión redentora.
Quien los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escucha Mi voz en el silencio de tu corazón y reconoce junto a Mí cuánto aún te falta cambiar. Eso no será una limitación para alcanzar la meta; ese es el primer paso de una consciencia que madura en el camino que escogió.
De la noche a la mañana no te santificarás, pero sí descubrirás las barreras que dejan presa al alma de cada ser. Dichas barreras son la vida superficial y mental que no llevan a ningún resultado.
Si tu aspiración a rendirte a Mi Hijo es fiel y constante, te aseguro que grande será la prueba, pero no habrá nada que disuelva la unión sincera que has construido. Por eso te indico nuevos caminos, para que los puedas recorrer en obediencia y alegría.
Cuando dices no a Mis planes, nada puedo hacer, solo mirarte y rezar. El Universo siempre busca la mejor opción para ayudarte, pero cuando el camino que se te propone no es aceptado, será en la siguiente vuelta del ciclo universal que algo podrá ser resuelto.
Cuando no hay correspondencia con lo que se indica, se desperdicia la Instrucción de la Jerarquía. A pesar del tiempo de vuestra purificación, ciertas voluntades propias o las decisiones personales, pueden modificar el destino espiritual de una consciencia.
¿Qué hacer?
Solo esperar, Dios nunca deja de mostrar el verdadero sentido y motivo de Su Voluntad, y Su Infinita Misericordia reordena todas las cosas y las coloca en el equilibrio necesario para que Sus Sagradas Aspiraciones se puedan cumplir.
Ya no hay tiempo para repensar las cosas; el impulso divino desciende para movilizar las estructuras y liberarlas. Cuando alguien detiene ese impulso, es como intentar sostener con las manos una avalancha de luz.
La Voluntad Divina no es imposición, ella es el espíritu de la concreción de un Plan que debe alcanzar la más alta experiencia de amor y de perdón. Cuando un alma se opone a que esto suceda, la misma ciencia universal reposiciona a la consciencia en el escalón del aprendizaje que tenía antes de ser elevada al Reino Mayor.
Nadie pierde su lugar en el Corazón de Dios, Dios es Compasión y Justicia; y esta Justicia en este tiempo será severa, no por ser Justicia, sino porque la propia Ley de la Divinidad encontrará resistencia en muchos espacios de la consciencia.
Por eso, queridos hijos, vengo para advertirles, para que no sufran innecesariamente las consecuencias de seguir bajo el control humano. Busquen estar en la Ley y estarán protegidos de ustedes mismos. Algo mayor debe cumplirse en el Pensamiento de Dios y es la expresión de la Nueva Humanidad.
Están a tiempo de recapacitar y de comenzar de nuevo como Dios manda, en armonía y sin desorden interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los instruye a través de la Sabiduría de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo los uno a todos por medio de Mi Corazón Materno, y quien en verdad está Conmigo, de corazón y de alma, nunca se separará de esa unidad.
Sus vidas sin Cristo podrían no soportar por mucho tiempo los asedios de Mi adversario y perecer. Aquel que vive la sagrada unidad no está separado de Dios y siempre reconoce Su Voluntad en todas las cosas.
En estos tiempos, las almas son llamadas al camino del corazón y no al camino de la mente; es su corazón unido al Mío el que estará en el camino correcto y en el lugar correcto, sin dejar atrás todo lo que se debe convertir en Cristo y a través de Él.
Busquen esa sagrada unidad en su interior y destierren sus ideas de cómo mejorar todas las cosas, porque en verdad les digo, que todo lo arregla Dios y Él sabe en Su humildad el tiempo para cada etapa de sus vidas.
El primer paso de la madurez es la unidad del corazón con Dios y Su Divina Voluntad. Si no alcanzaran a vivir en simplicidad por un fin mayor, mayor será la dificultad para transcender los tiempos.
El segundo paso de la madurez es la pureza en todo lo que hacen, aunque lo intenten muchas veces la perseverancia los fortalecerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Todos los días 19, Mi Casto Esposo abre una puerta universal y celestial para que las almas perdidas reencuentren el camino hacia Dios, el Creador.
Para que esta Gracia sea concedida en el corazón del simple y del buen servidor, para que cada uno de ustedes sea los 19 de cada mes un puente al Universo de Dios, vuestro Amado San José necesita que amen buscar la esencia de la humildad del corazón para que de vuestras mentes sean desterrados los códigos de la autodestrucción y del poder ilegítimo, códigos contrarios a Mi Amado Hijo.
Los 19 de cada mes, los altares de San José reciben, a través de vuestras oraciones, lirios de luz que son almas redimidas y convertidas por la amorosa acción de vuestra sagrada oferta.
Cada lirio de luz que es colocado a los pies del altar del Patriarca San José, es después ofertado como símbolo de restauración y de paz entre la humanidad y Dios, así el Plan vuelve a manifestarse mes a mes en la vida de cada alma.
Queridos hijos, todas estas almas redimidas se funden en el gran Corazón de Dios y un nuevo Propósito desciende sobre un mundo que ya estaría al borde de un colapso universal.
Hijos, no pierdan tiempo con vuestras realidades internas, sean consecuentes con la Gracia de la Humildad que San José les derrama todos los meses, así beberán de la Fuente de la Humildad de San José y vuestras vidas alcanzarán, como resultado, una buena redención.
Todos los días 19, Mi Corazón Inmaculado es el portal purísimo y castísimo para que millones de esencias de este mundo alcancen la paternidad de Dios y la filiación con Dios a través del Casto Corazón.
Cada novena que se realiza al Santo de la Humildad y al pobre Obrero de Dios, es recibida en el Reino de los Cielos como una oportunidad de transformar vuestras vidas. No se engañen, hijos Míos, tomen la mano de la simplicidad y de la castidad que Mi Santo Esposo les extiende, con la esperanza de que algún día alcancen el camino de la renuncia y de la humildad.
Sean puros de corazón y no perderán la Gracia infinita de seguir siendo instruidos por San José. Él es vuestro Padre y Guardián, Él es quien después de Mi Ascensión, desde el universo asumió vuestra conversión a Dios.
Busquen lo más simple que hay en ustedes y entréguense al Casto Instructor del Amor, así podrán conocer todas las humildes cosas que permitieron la glorificación de los Sagrados Corazones. Hoy vuestra Madre Celeste está aquí para consolarlos y espera que ya puedan crecer en la madurez de una vida evolutiva, simple pero llena de la humildad que los hará semejantes a Mi Hijo Amado.
Saludos a todos los misioneros de la paz y espero que ese mismo grupo de almas tenga la Gracia de seguir respondiendo a los designios de los Mensajeros Celestiales. Pues Nuestra eterna aspiración es vuestra humilde santidad, santidad que despertará a la nueva humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a los brazos de San José,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Que los ejércitos celestiales, en este día, abran las puertas del Reino de los Cielos ante sus ojos, para que puedan conocer y reconocer la Morada para la cual deben retornar en este tiempo.
Que sus corazones estén dispuestos para recibir las Bendiciones y las Gracias que el Señor está enviando al mundo. Es necesario que cada consciencia dé su consentimiento y envíe al Universo un fuerte y determinado “sí”, para que la Luz de Dios descienda a sus vidas.
Vengo al mundo para sacar de la ignorancia a toda la humanidad que vive en la falsa creencia de que el mundo y la vida están encerrados en la materia, en lo que puede ver y tocar.
Mis amados, llego hoy, para mostrarles que no saben nada sobre la vida de superficie de la Tierra y menos aún sobre la vida Celestial. Hasta hoy vivieron en este mundo como niños que no conocen verdaderamente el valor de la vida y muchos se niegan permanentemente a crecer. Es tiempo de que la humanidad madure y no viva más como una raza de jóvenes y adolescentes que actúan sin percibir las consecuencias de sus propias acciones.
Llegó la hora en que el Señor dará a conocer al hombre el producto de su vida y todos los frutos de los árboles que plantaron a lo largo de la existencia humana, surgirán ahora.
No les digo que teman, porque no es el temor que traigo a sus vidas. Les digo solo que despierten, porque la madurez, para muchos, traerá dolor, mas para otros, traerá la alegría de conocer un Universo que estuvo oculto durante toda la historia de la humanidad.
Mis amados, como Madre del Mundo y Madre Universal, debo alertarlos de que ya llegó el momento de descubrir ante ustedes una vida universal, que siempre estuvo aquí y que nunca pudieron encontrarla.
Mis amados, estén abiertos para dar un gran salto, como consciencias y como humanidad, mas caminen con alegría, con la misma alegría de un niño que ingresa en una escuela nueva, en un nuevo grado de su aprendizaje. Es así como se encuentran hoy, ingresando en un nuevo grado de su evolución, que para muchos será mayor de lo que podrían alcanzar por sí solos. Para esto estoy aquí, para ayudarlos a dar ese salto, para indicarles el camino y sostenerlos durante todo este aprendizaje, que es el primero de muchos otros que vivirán en el Paraíso.
Hijos Míos, comprendan la importancia de estos tiempos, porque el “sí” que dan en el día de hoy, representará la respuesta de toda la consciencia humana y determinará el curso de la evolución de sus almas.
Como Madre de cada uno de ustedes, estoy dispuesta a guiar sus pasos y sostenerlos en cualquier circunstancia. Solo les pido que, si aceptan seguir Conmigo, sean fieles a Mis instrucciones, que no les pedirán nada más que un corazón puro y abierto verdaderamente para la vivencia de lo Sagrado y de lo Superior, a través de la oración, del servicio y del amor para con todos los reinos de la naturaleza.
Les agradezco por aceptar ingresar Conmigo en este camino de Redención.
María Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Por la conmemoración de Mis apariciones mensuales en los días 25 en Medjugorje, hoy los invito y los reúno en nombre de Jesús para que vuestros corazones contemplen la existencia del Centro Mariano de Figueira.
Al cabo de veinticinco años de instrucción, necesaria para vuestras vidas y amorosa para vuestras almas, hoy les anuncio que la Bienaventurada Madre Universal, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, caminó silenciosamente junto a ustedes por esta senda de enseñanzas y aprendizajes.
Queridísimos hijos, quiero que hoy comprendan en vuestros corazones que Dios Padre se manifiesta no solo a través de Mi Inmaculada Voz, sino también a través de todos los que de corazón se donan para concretar el Plan Divino en la Tierra.
Por eso, hijos Míos, Dios Padre es el Gran Árbol de la Sabiduría, sus raíces y sus ramas son la expresión del Infinito Universo y sus hojas son la emanación de las almas sobre este amado planeta.
Queridos hijos, para que eso exista en toda la vida creadora, existe en vuestras vidas la presencia de la Madre Universal, de la Reina de la Paz, de la Estrella de la Mañana que anuncia el nuevo tiempo antes de la llegada de Su Hijo.
Queridos hijos, por eso, vuestras vidas y vuestras esencias siempre están unidas a la esencia del Corazón de Dios. Como Madre del Mundo, como Señora de los Cielos vengo a vuestro encuentro para revelarles el verdadero misterio de vuestra fe y de vuestras vidas; ese misterio se llama Amor al Todo, Amor al Único, Amor a la Voluntad de Dios.
Por eso hoy, con el Rosario de la Paz entre Mis benditas manos, de nuevo los invito a la oración porque, día a día, muchas almas se pierden y no encuentran el camino hacia la Luz.
A ustedes, Mis queridos hijos, que están despiertos a la vida del espíritu, solo les bastará en este tiempo servir: servir al donarse, servir al amar, servir para reparar el Corazón de Mi Hijo.
Mediante vuestra madurez interior y con la oración como ejercicio primordial, ustedes estarán dando pasos seguros hacia la consagración de vuestros pequeños corazones.
Hijos Míos, en este 25 de octubre, y después de muchos acontecimientos ya sucedidos por la presencia de Mi Inmaculado Corazón, los llamo al despertar de vuestra consciencia para que, bajo la Voluntad de Dios, surjan nuevos y donados servidores marianos de la paz. Estos soldados de la paz tienen el espíritu de amar la oración, de estar en servicio interno por las almas y de encontrar, en la Voluntad de Dios, la aspiración de alcanzar la Eternidad.
Hijos Míos, despierten al llamado y escuchen en vuestros corazones la Voz del Único y Gran Señor.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y Amadísimos hijos Míos:
En nombre de Dios Todopoderoso, en nombre del Espíritu Santo, en nombre del Amor Redentor de Mi Hijo y delante de los Coros Celestiales, bajo el Poder de Dios en el universo, bajo la Luz Misericordiosa de Mi Inmaculado Corazón, Yo, la Bienaventurada Virgen María, Reina de la Paz, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, en este momento y durante esta hora, reflejando el Amor Materno de Mi Inmaculado Corazón, pero con lágrimas en Mis inmaculados ojos, les anuncio con reverencia y paz, el siguiente llamado celestial de atención para todos Mis benditos hijos en la Tierra.
Les digo que, la siempre Virgen María, Reina del Cielo, ha visto una falta importante de parte de Sus hijos delante de Dios. Por eso, en nombre de la paz, Yo los absuelvo y les digo, queridos hijos, que la Reina de la Paz, la Madre del Mundo manifestará Su Faz de Amor, para todos, en el Centro Mariano de Figueira los días 25 y 26 de octubre, celebrando así el mes del Santísimo Rosario en una ceremonia de oración que se extenderá hasta los días 25 y 26 de noviembre de vuestro tiempo del año 2012.
Esta decisión divina es en respuesta a la Voluntad de Dios, el Altísimo y por lo que ha visto nuestro amado Padre Celestial ante la falta de consideración espiritual y material que Mis hijos han dado a Mi tarea de contacto con ustedes1.
Hijos Míos, esto significa que Mi voz y Mi eco se pronunciarán por un tiempo más por la intercesión que Mi Hijo Jesús Cristo realizó ante el trono de Dios. Quiero que entiendan con vuestros corazones que, de parte de ustedes, Mis pequeños, ha sido escasa la colaboración hacia Mi Obra Divina en esta parte de América.
Quiero decirles, Mis hijos, que desde vuestros corazones ha faltado la donación y la providencia para que Mi tarea pudiera abrazar a cada rincón de este mundo.
Por eso, queridos hijos, ante la falta de amor en la consciencia por todo lo que a lo largo del tiempo Yo les he estado derramando por Gracia y con Amor, quiero decirles que las apariciones previstas para los días finales de octubre y de noviembre se llevarán a cabo en el Centro Mariano de Figueira. Esto significa que Yo les pido una amorosa colaboración para que Mi Mensaje prosiga teniendo eco en el mundo.
Por este motivo, como Madre vuestra y como María Auxiliadora, intervengo con Amor por todos ustedes para que la sabiduría del Espíritu Santo despierte en vuestras consciencias. Es hora de crecer en madurez, Mis adultos hijos, porque eso permitirá que vuestros corazones estén bajo la Ley de la Divina Misericordia.
Jesús los espera para que vuestras consciencias mediten y se confiesen con Su Sagrado Corazón. Los invito, en este tiempo final, a amar la Ley de la Divina Providencia porque, para comprender los misterios del Cielo, ellos deben ser amados aún más que todo lo que vuestras vidas conocen en este mundo.
Queridos hijos, en nombre de la Luz del Cielo, les agradezco por contestar a este urgente llamado a la meditación y a la reflexión de vuestras consciencias.
En la Fe profesada por Mi Hijo Jesús los espero en el Centro Mariano de Figueira para que juntos celebremos el mes del Santísimo Rosario porque la paz es urgente en la vida de todos Mis hijos.
¿Mis soldados Me seguirán?
Gracias por vuestra atención interior.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Se refiere a la tarea de la Madre Divina con los videntes.
Que el Reino de Mi Paz sea vuestro sendero, el cual dé frutos para el Señor. Caminen en Mi Confianza Maternal. Que Mi espada, que corta el mal, alivie vuestros corazones cansados.
Que la Luz que brota de Mi gloriosa fuente divina sea la lluvia que purifique sus seres y lave sus rostros. Que Mis ojos misericordiosos sean la esperanza que los impulse al valor y que los fortalezca para transformar la vida en un templo de consagración a Dios.
Que Mi Manto Universal sea el hogar donde sus corazones de peregrinos puedan reposar y encontrar el refugio que sus almas tanto buscan. Que Mi Inmaculado Corazón sea una réplica en sus pequeños corazones para que sus almas imiten Mi camino de Unión y Amor a Dios.
Como podrán ver, querido hijo, querida hija, nada en el Reino de Dios está separado. Procuren vivir en Mi humildad para que descubran el Amor Divino que es vida para sus almas y bálsamo para sus corazones. Cuando logren sentir Mi Inmaculado Corazón, rociarán con Mi agua bendita el camino que han recorrido para que, consagrados a Mi Corazón, puedan ver la Nueva Luz que viene hacia ustedes.
Quédense en Mi Corazón. Reposen sus rostros sobre Mi Ser. Cubran sus rostros con Mi Manto. Siéntanse en paz Conmigo y ningún mal podrá perturbar sus pequeños corazones. Adelanten sus pasos ejercitando la madurez del sentimiento para que, bañados por Mi pureza original, sus corazones perciban Mi Amor y Mi Confianza. No olviden entrar en Mí y llegar hacia Mí en oración para que, en sus simples plegarias, eleven el mundo dolorido hacia los pies del Señor.
Vengan a Mí, Yo los protejo. Vengan a Mí, Yo los amo y los bendeciré. Aguardo que cada uno de Mis hijos siga este recorrido hacia Mi Inmaculado Corazón.
Que la paz reine en la vida. Que Mi Luz brote en cada corazón.
Amen Mi Paz. Abracen Mi Paz. Vivan Mi Inmaculada Paz.
Los ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más