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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos amados:
Para Dios, su Padre, no hay impedimento ni obstáculo para estar cerca de Sus hijos y para que Su Plano Espiritual descienda y se una a las almas que lo invocan y que lo claman.
Yo Soy la Madre de la Argentina, la Virgen Venerada de Luján, que guarda en Su Corazón todas las súplicas y que vigila por la fe de Sus hijos para que no desaparezca.
Sean conscientes de la noche oscura que el planeta y la humanidad están atravesando. No existen otros caminos, sino el de Dios, aquel camino que puede ser trazado a través de sus corazones y de su vida interior.
Mi Hijo Me envía antes, para estar con ustedes en este día, porque Yo Soy la Madre de todos, la Venerable Madre que se ha comprometido con cada uno de Sus hijos para que puedan vivir la Voluntad de Dios.
Vengo a sanar las heridas que se abrieron.
Vengo a colocar Luz donde hay oscuridad.
Vengo a entregar esperanza donde desapareció completamente.
Vengo a abrir los ojos de sus consciencias, los ojos de sus almas, para que puedan ver y puedan sentir, cerca de ustedes, al Reino de Dios.
Argentina se levantará de las cenizas, porque su espíritu interno, el espíritu de esta nación, no puede ser derrotado.
Ustedes aún no conocen su fuego, un fuego sagrado que impulsa a la Argentina a ser un país fuerte y firme en su convicción y fe, que es lo que hoy ustedes deben aprender a cuidar y proteger; porque, a pesar de la propia noche oscura o a pesar del tiempo sin respuestas ni señales, o aun sin soluciones, este es el calvario que se muestra ante ustedes para que lo puedan vivir y cruzar, porque si Mi Hijo lo hizo por ustedes, ustedes también lo pueden hacer.
Dios bendice, con Sus Gracias, a los que se sacrifican y perseveran.
Dios atiende a los que están débiles y a los que no encuentran el sentido de sus vidas.
Dios está aquí, en ustedes y entre ustedes, y brota de Mi Corazón de Madre en ofrenda y en amor por Sus hijos.
No se olviden de todo lo que Yo les he enseñado. Es hora de aplicar los conocimientos divinos que les hemos entregado.
Es hora de que ustedes sean ustedes mismos, de una vez y para siempre, con su propia luz, con su propio amor, unidos al Amor del Padre, en donación constante y en servicio por los que sufren.
Hoy, vengo aquí a derramar Mi Gracia en los que la perdieron y también en los que nunca la reconocieron.
Porque si hoy hablo, es a pedido de Mi Hijo y obedeciendo a Sus designios. Porque aquí, ante Mí y en sus almas, existen cristales preciosos que aún precisan ser pulidos y transformados. Y cuando Mi Hijo comience a transformarlos y pulirlos, ¿ustedes se irán? Él tiene algo especial para cada uno, créanlo; porque Él espera poder revelárselo a cada ser, en el día y en la hora indicada.
Mientras tanto, Yo los invito a renovarse en la escuela de la oración.
¿Cómo se sostendrán si no oran?
¿Cómo podrán discernir si no oran?
¿Cómo podrán tener Luz en sus caminos si no oran?
La oscuridad abraza a muchas almas en estos tiempos y ustedes lo saben.
Permitan que su propia purificación sea liberada y trascendida para siempre; porque Dios no los quiere ver en el sufrimiento ni en las penas, sino en la alegría y en la certeza de poder vivirlo cada día, en comunión perpetua con Su Sublime y Eterno Corazón.
Pero las pruebas de la vida están para ser vividas y experimentadas. Si Yo les prometiera una vida de rosas, no sería honesta con ustedes, hijos Míos.
Si Mi Hijo bebió del Cáliz sin merecerlo, ¿ustedes se han preguntado internamente si serían capaces de beber del Cáliz el ofrecimiento de Dios?
Oh, Señor Mío, Tu Altar está servido. ¿Cuántos cálices están llenos para ser ofrecidos y bebidos por las almas?
¿Quién comprenderá, más allá de sí mismo, la razón de ese compromiso y el motivo de que Dios le ofrezca Su misterio para poder ser revelado?
Oro por los que no están comprendiendo este momento, porque lo sé.
¿Ustedes alguna vez se preguntaron qué fue lo que Yo sentí al ver a Mi Hijo siendo entregado, flagelado, crucificado y muerto en la Cruz por algo que nunca hizo?
¿Qué hay más allá de la comprensión humana?
¿Qué hay más allá del saber o del conocimiento mismo?
Se llama amor, hijos; amor a lo desconocido, amor a la voluntad inmaterial que rige sus vidas y la vida de sus hermanos, desde el surgimiento de sus esencias en los estanques de Dios y desde la gestación en los vientres de sus madres.
Por eso, una madre sabe lo que es tener un hijo, y ¿un hijo sabe lo que es tener una madre?
¿Cuántas madres sufren la decepción de sus más queridos hijos y lloran, así como Yo lloro junto con ellas, para que Mis lágrimas sean el río de Gracia que consuela a las madres que aman y protegen el camino de sus hijos?
Yo estoy aquí para proteger la Obra de Dios, de la que ustedes forman parte.
Mi Hijo espera que hayan podido aprender en este día y crecer interiormente. Eso es lo que Mi Hijo espera hace mucho tiempo, porque si en todo esto y en este momento no hubiera amor, Yo no estaría aquí, porque Dios es Amor, pero también es Justicia.
Él nunca permitirá que pierdan Su camino, y aunque lo pierdan, Él los rescatará porque es la promesa que les ha hecho Mi Hijo a los pies de Su Trono, de Su humilde casa de amor y de servicio en esta Creación.
Quiero que esa Luz, que una vez se encendió en sus corazones hace muchos años por esta Obra, hoy pueda volver a encenderse en confianza y en fe; porque si Yo estoy aquí no es solo porque los amo, sino también porque los acompaño y los apoyo.
Y hoy, les prometo, Mis amados, que su confianza herida está siendo reparada por la Gracia que Dios Me ha enviado a entregarles, en comunión espiritual con Mi Hijo y en eterno sacramento.
Dios sabe que la imperfección humana es muy grande; pero, más allá de esto, quien obedece al Señor se libera de sí mismo para siempre. Porque allí está su escuela, todos los días entregar su propia voluntad para que la Voluntad de Dios reine en ustedes, en cada momento.
Hoy, vengo a entregarles a los corazones ofendidos las rosas que hay en el Reino de los Cielos y que son profundamente espirituales e invisibles; para que una flor de Mi jardín celestial, nutrido por las almas buenas y orantes, se coloque sobre sus corazones y, así, reciban el perfume de la Madre de Dios, el perfume de Su Gracia y de Su Paz.
Argentina, a través de ustedes, deberá afirmarse en el trabajo con los Centros de Amor. Ustedes ya saben cómo hacerlo y cómo representar a la Jerarquía en este planeta herido, ultrajado y violado.
Y así, en unión con los Centros de Amor, podrán conocer los tesoros de la Jerarquía, sobre todo los tesoros que están ocultos y por revelarse en sus corazones. Crucen la puerta que hoy les ofrezco hacia el renacimiento interior, la reconciliación y la unión interna con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Mi Hijo Me ha pedido ungirlos a cada uno con un beso en su frente. Reciban así este gesto de Amor de la Madre Celestial, de la Virgencita de Luján, para que las estrellas y los soles que viven en ustedes se enciendan y se afirmen en el Propósito de Dios.
Quiero agradecerle a cada hijo Mío de la Red-Luz por hoy estar aquí y haber traspasado el umbral de las incomprensiones o de los desentendimientos. Porque el amor, que vive y habita en cada ser, los ha traído hasta aquí, hasta este presente, para que el dolor sea liberado, para que la fe sea fortalecida, para que la paz los colme y los abrace en este día y así, esto pueda ser irradiado al mundo, que tanto lo necesita en esta hora crucial y difícil.
Recuerden que en el Cielo siempre estamos para todos, para todos; que las puertas de Mi Corazón siempre se abrirán para que ustedes encuentren un refugio seguro en este tiempo.
El trabajo del Coro-Luz en Argentina deberá ampliarse. El Cono Sur precisa hacer brillar los dones de Dios a través de las voces que los ofrecen para alabarlo y reconocerlo como el único Dios del universo y de la vida, y para que, sobre todo, las puertas de los Cielos estén abiertas sobre la Argentina, y este país, esta nación y en especial su pueblo sean parte de la última barca de salvación de Cristo, Nuestro Señor.
Porque lo verán bajar de la montaña, así como Él muchas veces lo hizo.
Porque lo verán predicar, curar y sanar de una forma sorprendente, así como Él muchas veces lo hizo.
Porque podrán sentir, en Su Retorno, Su Mano bendecidora, Su cercanía y Su abrazo, como muchas veces lo hizo con los olvidados, con los descartados, con los ofendidos, con los heridos, con todos los que fueron despreciados.
El toque de Su Amor humilde, en Su Retorno, todo lo transformará; así como el Manto que las santas mujeres tocaban para poder curarse, así como las lágrimas que se derramaban sobre Sus Pies para poder lavarlos y bendecirlos con el amor de los confirmados.
Hoy, quiero que se reconsagren en sus votos como Hijos de María, pero con una convicción interior de esforzarse todos los días para cumplir los votos que ustedes mismos le profesaron a Cristo.
Esto permitirá que, a través de ustedes, la luz y la expresión de la tarea de Argentina se cumpla, porque está todo dado para que eso suceda. Por eso, Yo estoy aquí, para acompañarlos y para impulsarlos una vez más.
Mi Hijo necesita que su servicio en Argentina haga brillar el sol de esta nación, porque para Él, Nuestro Señor, es urgente.
Antes de despedirme y de agradecerles, deseo que se acerquen aquí las pequeñas Marías para que sean bendecidas por Mí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a bendecir a estas pequeñas almas, a través de la unción, para que sean consagradas como Hijas de María.
Vamos a hacer una oración por esta alma.
Oración: “Ave María” (dos veces).
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que el perfume de Mi Amor pueda ser sentido en este momento, para que las almas se reenciendan en el Amor y la Gracia del Padre, que son inconmensurables, infinitos e inextinguibles.
Así como hoy consagro a estas pequeñas almas, bautizándolas con la Luz espiritual de Mi Hijo, así los vuelvo a consagrar y a bautizar a ustedes con la Luz espiritual que Jesús trajo en Su Resurrección a Su Madre y a Sus apóstoles.
Que las estrellas de Mi Corona protejan y guíen a la Argentina.
Les agradezco por este encuentro de paz, de amor y de reconciliación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Como su Madre que los ama y los ampara, Soy Quien los guía hasta Jesús para que, en Jesús que es Amor, Verdad y Sabiduría, ustedes vivan en este tiempo la transformación para que la humanidad en toda su condición sea transformada.
Por eso, estoy aquí como la Madre de los apóstoles de Mi Hijo para que se animen a cruzar la senda de la purificación interior, así como su Divina Madre, San José y el pequeño Niño lo vivieron, a fin de que los valores de la vida espiritual estuvieran presentes en la humanidad.
Sin purificación el alma no se libera, recuerden que la purificación no es dolor, sino liberación. La purificación no es un castigo ni una pena, es una Ley que los ayuda en el desprendimiento de la vida superficial e insensible.
Queridos hijos, el planeta atraviesa este momento culminante, previo al Retorno de Cristo. Por eso, estoy aquí como Madre Intercesora para que Mis hijos entiendan que se debe abrir la puerta definitiva de la redención.
En este día y en este mes de agosto, la Sagrada Jerarquía medita y reflexiona sobre sus próximos pasos para poder ayudar a la humanidad; pero para que esto sea una realidad es necesario de servidores confirmados capaces de asumir por sí mismos el Propósito que está diseñado por el propio Dios desde el principio.
Recuerden el lápiz en la Mano de Dios, que sus almas permitan que Dios continúe escribiendo.
Yo estoy aquí como siempre, Soy su Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de los que dicen sí
Palabras de la Virgen María durante la consagración de Hijas de María:
Hoy, Mis Palabras se dirigen a lo que verdaderamente son y por qué han venido a la Tierra a servir a Dios.
En ese espacio puro e inmaculado, que habita en sus esencias, es en donde Mi Hijo y Nuestro Padre Dios colocan Sus designios, impulsos que se manifiestan como pequeñas semillas que, a través de sus esfuerzos, entregas y disposición, pueden germinar hasta que algún día se conviertan en algo muy importante para Dios; en eso tan importante que Él tanto busca en cada una de las almas, que los Hijos de Dios, Sus Criaturas, sean Sus instrumentos en la Tierra, vacíos, despojados e incondicionales. Algo que sé plenamente que al ser humano le cuesta, pero con la fuerza de la fe, hijos, todo es posible.
Recuerden lo que dijo Mi Hijo en el Evangelio: “Si tu fe fuera tan grande y fuerte, podrías decirle a la montaña que se mueva de lugar y ella se moverá”. Esto es parte de la realidad de la Ley y de la experiencia de la Ley de la vida.
Por eso, hoy las consagro, aunque ya son Mis hijas, Mis hijas llamadas a ser espejos en la Tierra que reflejen Mi Maternidad y Amor para con las almas y los Reinos de la Naturaleza.
Reciban Mi bendición espiritual como comienzo de una nueva etapa, como la apertura de una nueva senda que, a través de su convicción y fe, descubrirán por ustedes mismas; porque es importante saber y recordar que Dios tiene un destino para cada ser, con la valentía para vivir lo desconocido y el coraje para enfrentar estos tiempos y desafíos.
La Mano de Dios guía a quien la busca. Su Mano Sagrada posa sobre las cabezas de quienes aceptan Su bendición. Él no está lejos de nada, Él está en todo, está en su mundo interior.
La llave maestra es la humildad, que nunca les permitirá que estén lejos de Dios y de Su Amor. Por eso, las almas se pierden en sus propias convicciones, en sus propias ambiciones, porque el poder que no es de Dios ciega a las almas hasta que se pierden.
Yo vengo así y en este día, a través de ustedes, a reconstruir la fe y la convicción que muchas almas sintieron al ser llamadas al camino de la Obra de la Jerarquía.
Nada nos pertenece, estamos aquí de pasaje. Solo debemos servir y orar, y el Padre que está en los Cielos hará el resto sin que a veces lo perciban, porque Su Amor es inconmensurable, Su Sabiduría es infinita y Su Poder es regido por la pobreza, el despojamiento y el vacío.
He aquí el Dios de la Vida que hace nuevas todas las cosas a través de Su Hijo, Nuestro Señor Jesús.
Quien confía su vida a Dios no debería temer perderla, porque no hay nada que perder en este mundo. Él habita en todas las formas. Él se hace presente en todas las geometrías. Su Presencia solemne está en el silencio, pero no en un silencio personal, sino en un silencio despojado, capaz de darse a sí mismo incansablemente, como el Padre Celestial lo hizo desde el principio de la Creación. Él solo quiere que lo vivan, que lo sientan y que lo reconozcan en ustedes mismos; así como Jesús, Mi Hijo, quiere ser reconocido en ustedes a través de la Eucaristía.
Que este comienzo, este nuevo comienzo haga crecer a los servidores no solo de espíritu, sino también en donación, en incansable ofrecimiento para que el mal que es muy grande en este mundo sea extirpado.
Reciban Mi Luz y Amor Maternal a través de esta bendición y consagración, en nombre de la humanidad, como Hijas de María.
Guarden Mis Palabras en el corazón, porque es allí en donde todo siempre se comprenderá, así como siempre lo hizo su Madre, que guardó las Palabras de Dios y Sus misterios en el Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración interna de Padre Pío
para cada momento de tomar una decisión
Amado Señor,
que mi mirada, mis oídos y mi alma
estén atentos a las señales que Tú me envías,
porque sabiendo cuán imperfecto
y pequeño soy ante Ti,
sé que, si Te imploro de corazón y de espíritu,
Tu Amor Inagotable me guiará.
Hazme, Señor, en este mundo,
un espejo fiel de Tu Presencia;
destierra de mi ser toda arrogancia, soberbia y orgullo;
convierte mi corazón según Tu Voluntad.
Que mi alma pueda ser
como un cántaro de agua fresca,
entre Tus Santas Manos,
para que Tú, Señor, derrames mi espíritu y mi ser
en donde Tú más lo necesites
y a fin de que, en perpetua donación y servicio,
yo pueda cumplir en cada paso Tu Obra de Amor.
Te pido, Señor,
que al igual que Tu Hijo con los santos apóstoles,
laves mi cabeza y la purifiques
de todo pensamiento contrario a Ti.
Te pido, Señor,
que laves mis manos, me liberes de todo el pasado
y especialmente me despojes del mal uso
del poder y de toda autoridad.
Te pido, Señor,
que laves mis pies del polvo del pasado,
de los traumas adquiridos, de todo sufrimiento o marca
que yo haya provocado en algún corazón.
Te pido que me purifiques,
así como Tu Amado Hijo
fue purificado en el Templo.
Hazme libre de mí mismo
para que, con otra consciencia
y bajo una segura condición,
yo pueda decidir conforme a Tu Voluntad
y a Tu Santa Aspiración.
Por último, Señor,
vacíame, humíllame, hazme nada
para que Tú, Padre Amado, lo seas todo,
porque al fin de esta peregrinación en la Tierra,
se cumplirá Tu sabia y amorosa decisión.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María Rosa de la Paz
Mis más preciados hijos:
Finalmente, después de varios ciclos, los Sagrados y Benditos Corazones tocan con Sus Pies a toda Norteamérica para purificarla y para bendecirla a través del Amor y de la Gracia de Dios.
Hoy, su Madre Celeste se reaproxima al alma de los Estados Unidos y a su ángel guardián para que las almas preciosas, que aquí viven, sean protegidas y encuentren algún día el camino del Propósito Espiritual; así como el Propósito de esta nación necesita ser recuperado para que la existencia de este país esté guiada y conducida conforme el Padre lo estableció en el principio, mucho antes de que Norteamérica fuera una realidad.
Con Nuestros Ojos y Nuestra amorosa mirada colocada sobre la deuda espiritual que esta nación adquirió en los últimos tiempos, Nosotros, como Sagrados Corazones, estaremos orando para que la Justicia dé paso a la obra de la Misericordia y del Amor de Dios, no solo para toda esta nación, sino también para cada una de las almas que aquí se encuentra.
Queridos hijos, los Pies peregrinos y humildes de la Señora de los Estados Unidos también llegan a Norteamérica por las almas inocentes de los no nacidos, y también por las almas de los prisioneros y de los que, hasta los días de hoy, viven la pena de muerte, que deberá ser abolida urgentemente.
Necesito que, en esta nueva Peregrinación por la Paz, los corazones de todas partes del mundo se unan a la Madre Celeste y, a través de las oraciones, Me acompañen; porque, en este periodo que Me fue concedido a través de esta peregrinación, Yo podré intervenir en muchos asuntos urgentes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de los Estados Unidos
Queridos hijos:
Que la vida consagrada represente, para todos los que siguen este camino, el lucero que ilumina la noche de la faz de la Tierra.
Que la vida consagrada sea el puente que une a las almas con Dios, a través de la vivencia de los Sacramentos.
Que en la vida consagrada se refleje el Rostro Vivo de Cristo para que, los que más necesitan de amor y de paz, lo puedan reencontrar a través de esa vida consagrada.
Recordemos que la vida consagrada, a pesar de atravesar también su momento de purificación, es parte del Cuerpo Místico de Cristo y que, siendo parte de Mi Hijo, la vida consagrada tiene la dicha de recibir una Gracia Extraordinaria de Dios.
Que toda la vida consagrada continúe caminando, a través de la fe, en la ardiente búsqueda de servir al Señor y de poder estar cerca de Su Divina Consciencia.
Que la vida consagrada se pueda fortalecer y afirmar en este planeta, para que la existencia de los Nuevos Cristos pronto sea una realidad.
Oro, día y noche, por toda la vida consagrada, para que sea un instrumento de paz y de caridad en el mundo que llegue a los que más sufren y padecen la ausencia de paz y de amor.
Que, a través de la vida consagrada, Mi Hijo pueda preparar Su Retorno a la humanidad, porque la vida consagrada será el espacio en donde Cristo afirmará Su próxima Obra de la redención del mundo.
A todos los que aspiran a la vida consagrada, que aspiren a vivirla, porque es en lo más profundo del ser en donde Cristo tiene que gobernar y obrar por el mundo entero.
La vida consagrada es la llama que nunca podrá apagarse en toda la superficie de la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de la vida consagrada
Queridos hijos:
Hoy, como Madre de la purificación, sostengo con Mis Manos la bandera de la nación de Francia, para que su consciencia espiritual se purifique a través de la Luz de Mi Corazón, para que su alma se purifique a través del Amor de Mi Corazón, para que su pueblo se reconcilie a través de la Paz de Mi Corazón.
Hoy, Mis hijos, contemplo una Francia irreconocible en su aspecto espiritual, no solo por su sociedad, sino también por su religión que manchó el alma de muchas consciencias a través de sus actos. Por eso, hijos, como Señora de La Salette, lloro ante todo lo que vive este amado país Mío.
Vengo para que sepan que Francia siempre fue la cuna de importantes santos e iluminados por el Espíritu Santo. Francia siempre fue escogida por Mí para llevar el mensaje de paz y de penitencia.
En Lourdes, vine a llamar a las almas al arrepentimiento para evitar que la sangrienta colonización francesa sucediera, pero Mi llamado no fue aceptado.
Por medio del Mensaje de La Salette, vine a guiar a Mis hijos hacia el Propósito de Dios, pero no fue suficiente.
Y hoy, vuelvo una vez más a Mi querida Francia para que, como país, sea un pueblo de brazos abiertos y no una sociedad de constantes enfrentamientos.
Por eso, estoy aquí, como la Madre paciente que llora y que clama para que Francia recupere su dignidad espiritual y humana; para que lo que es tan característico de todos los franceses ayude a sanar las heridas del colonialismo, de la esclavitud y de los errores cometidos a través de los tiempos en África y en el mundo.
Francia precisa colocar sus rodillas en el suelo e implorar por Misericordia y Piedad para que alcance la conversión del corazón y de su íntima esencia.
Yo siempre estaré con Mi mirada de Madre sobre este querido pueblo de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Francia
Mis queridos hijos:
Como Madre Naturaleza y Madre de la Vida, hoy desciendo con la Luz de Dios sobre esta sagrada sierra para volver a encontrarme con Mis hijos de esta humanidad.
Vengo en este día a auxiliar y a socorrer a todos los hijos Míos que en este tiempo sufren y padecen sus purificaciones y pruebas, enfrentando de la noche a la mañana situaciones inesperadas que cambian el destino de la vida de muchas personas.
Pero quisiera decirles, Mis hijos, que eso no significa que Dios esté lejos del sufrimiento o de la enfermedad. Él está más cerca de lo que parece y sufre junto con todos los enfermos y necesitados a través de Su Hijo, Jesucristo, que también sufre junto con los Hijos del Padre.
Este es el tiempo de tener que aceptar, pero también es el tiempo de tener que reconocer los aprendizajes de la vida, teniendo presente que cada momento es una sagrada oportunidad de crecimiento interior para todos.
Cada alma, en este ciclo final, vivirá lo que más necesita aprender, a fin de que en cada hijo Mío nazca y emerja el amor crístico, que le permitirá comprender la vida en su esencia profunda.
Como Sagrados Corazones, antes de Nuestro recogimiento, vemos cómo la humanidad no está preparada para el fin del tiempo. Por eso, la Jerarquía Espiritual dedica cada momento y cada encuentro para auxiliar en todas las situaciones posibles.
Que, en este momento tan turbulento y hostil del planeta, ustedes aprendan a perpetuar la luz de la oración y no pierdan la oportunidad de orar, de pedir Mis Gracias y de interceder por todas las causas, por todas las situaciones y por todos sus hermanos; porque en este tiempo solo bastará orar, pero orar de corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de todos los enfermos de cuerpo y de espíritu
Mis queridos hijos:
En la Ley de la Donación de ustedes mismos, encontrarán la fuerza interior para atravesar este momento, aunque les parezca imposible. Porque sin donación de sí mismos, nunca podrán comprender la Voluntad de Dios y todo lo que Él desea para sus vidas.
Hijos Míos, la donación es una llave maestra que les abre la puerta a la piedad y a la humildad.
No hay forma de comprender ni de percibir lo que el Padre Eterno traza con Su Divino Pensamiento, sin antes vivir la Ley de la Donación.
Bajo esa Sagrada Ley, se purificarán. Bajo esa Ley, se trascenderán a ustedes mismos. Bajo esa Ley, aprenderán a ser incondicionales y justos, así como Cristo lo fue hasta el último momento de expirar en la Cruz.
Sin donación, es imposible redimir el mundo y sus pecados.
Cristo llega, a través de Su Palabra, para despertar en ustedes, Mis hijos, el compromiso de abrazar la Ley de la Donación; así como Mi Hijo abrazó la Cruz y la besó.
Este es el momento, es el gran momento, en el que Jesús probará su fidelidad con la Ley de la Donación, imperiosamente necesaria para equilibrar las maldades de la guerra, la impunidad en las naciones, la indiferencia por los que sufren, las ideologías separatistas de estos tiempos. Porque la Ley de la Donación los hará reencontrarse, una y otra vez, con su verdadera esencia; y en esa comunión interna con lo esencial, no se perturbarán ni se amedrentarán. Ya no creerán, por ustedes mismos, que el lugar y el momento que Mi Hijo les confió para que se donaran, ya no tiene sentido.
Lo opuesto a la donación es cerrarse en uno mismo. Lo opuesto a la donación es creer que ya no debo servir más.
Este es el ejercicio del fin de los tiempos: donarse sin nada a cambio, confiando en que todo será contemplado en ustedes, hasta lo más pequeño.
Piensen y mediten en todo lo que les he dicho, porque Mi Hijo espera almas maduras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis hijos:
Ustedes son cristales preciosos que, día a día, están siendo pulidos por las Manos del Redentor.
Que el mayor brillo que hay dentro de ustedes resplandezca, para que este mundo no pierda la capacidad de amar y de perdonar.
Sus vidas son cristales preciosos en las Manos de Mi Hijo, para que siendo purificados alcancen el propósito interior que Él tiene pensado para cada uno de ustedes.
Un cristal en bruto precisa ser pulido con delicadeza y cuidado. En ese trabajo de la purificación del cristal, las asperezas son retiradas para que la belleza que hay dentro del cristal se exprese.
En ese momento se encuentra cada uno de ustedes. No se resistan y dejen que Mi Hijo haga nuevas todas las cosas, porque Su fiel Propósito es convertir sus vidas según el proyecto que Él pensó una vez para cada uno de ustedes. Confíen y no teman.
Algunas asperezas de la vida son difíciles de arrancar, pero no es imposible; porque el Amor de Mi Hijo llegó al mundo para demostrar a todos que Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
Permitan, Mis hijos, que todo sea removido de su lugar, para que el gran cristal de sus vidas refleje la belleza inconmensurable del Cristo interno, porque este es el tiempo de que los Cristos internos puedan gobernar en este ciclo, a través del Amor.
Que el Amor de Dios repare y cure a las almas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Hoy, te coloco en Mis brazos para que, envuelto en la Sagrada Sábana de Cristo, tu ser se restaure a través de los poderosos Códigos del Redentor.
Deja que tu Amada y Servicial Madre Celeste te envuelva con la Sagrada Sábana de Cristo para que, al igual que Mi Hijo Jesús, cada célula y átomo de tu consciencia sean purificados, transformados y reparados por los preciosos Códigos de la Sangre Divina de Cristo.
Hoy, les traigo a ti y a cada hijo Mío, la Sagrada Sábana del Redentor, para que no solo las almas se curen de todas las agresiones de estos tiempos, sino para que también cada corazón humano crea en el poder espiritual y curador de Mi Hijo Jesús.
Hoy, te envuelvo con la Sagrada Sábana de Cristo, así como tu Humilde y Silenciosa Madre lo hizo con Su Hijo en el Sepulcro.
Quiero que cada parte de tu consciencia crea en el poder de la Resurrección, a fin de que la humanidad se redima.
Hijo, al igual que Jesús, contémplate envuelto en la Sagrada Sábana de Cristo, para que no solo tu ser se sane profundamente, sino para que toda la humanidad se cure, viviendo en sí misma los Códigos de la Sangre de Jesús.
Este es el tiempo de reparar todo el género humano; es la hora de curar, de sanar, para que el Amor de Mi Hijo se haga carne en todos, para que Su Amor Divino triunfe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como una vez les dije, soy la Madre de los Océanos, la Señora de todo el Reino Marino
Cuando destruyen o lastiman este Reino, el manto protector del equilibrio del planeta es rasgado por las propias manos del ser humano.
Por eso, como Madre de los Océanos, los llamo a la concientización; porque con los océanos contaminados no hay regeneración ni purificación de las aguas, con los corales destruidos no hay armonización de la vida marina.
Deben aprender a conocer y a percibir la razón por la que Dios creó primero los océanos y luego creó la vida. Todos los seres vivos que habitan sobre la faz de la Tierra, inclusive el ser humano, provienen de estanques de vida. En esta analogía, hijos Míos, los océanos son, para el planeta, los gobernantes del equilibrio y de la purificación global de la Tierra.
Si se contaminan, si se hacen experiencias químicas y nucleares, si los océanos dejaran de purificar por convertirse en océanos muertos, ¿cómo la humanidad sobreviviría? Nunca podría sobrevivir sin océanos limpios y respetados, desde su biología hasta su aspecto espiritual.
Defiendan a los océanos de ustedes mismos y cuídenlos, para que no sean el gran basurero del mundo. Sean responsables y responsabilicen a los que, absorbidos por la ignorancia, transgreden las leyes de la naturaleza.
Ya no vivan la pesca desmedida. El mar sin peces es un mar propenso a un estado ácido, ya que los peces son los que transmutan la contaminación que genera, día a día, el hombre de superficie.
Oremos por los océanos para que ellos sean protegidos, cuidados y respetados.
¡Ya basta de transgresiones!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo Mío, alma Mía:
Cuando tienes que dar un paso, en el camino de tu purificación, debes saber que estás dando un paso hacia lo desconocido que hay dentro de ti. Pero primero, para poder purificar lo que es desconocido, debes decidirte y esa decisión nace de tu interior.
Debes saber, hijo Mío, que este es el tiempo de que esa esperada purificación suceda. Cristo, siendo el Hijo de Dios, se purificó en el templo para cumplir humildemente la Ley.
Cristo fue tentado durante los 40 días en el desierto, de la misma forma que hoy muchos hijos Míos son tentados, siendo colocados en el permanente desafío de persistir hasta el final.
El tiempo de purificación debe ser vivido en una constante resignación de lo que uno cree de sí mismo y también de lo que uno cree de los demás. Sin una actitud de resignación, ante la desconocida purificación, no habrá humildad suficiente que ayude a aplacar la soberbia o la arrogancia revestidas de nobles personas.
Anímate a vivir este ciclo de la purificación en un constante ejercicio de despojamiento interior, de un desprendimiento de todo aquello que consideres bueno o no bueno. Así, abrirás la puerta correcta para que el Cielo te ayude a atravesar este desierto que, tarde o temprano, tendrá su fin y, después de recorrerlo, encontrarás el oasis predilecto del Corazón del Redentor.
Recuerda que primero debes aceptar el momento, para después atravesarlo.
Sé consecuente con Mis Palabras y todo irá bien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Cree en absoluto en la fuerza y en el poder de la superación que te brinda el Amor de Dios.
Cree que, a pesar de tus más profundas miserias, el Amor de Mi Hijo y Su Misericordia son capaces de colocarte en otra realidad.
Cree que en la superación de ti mismo, aprendes a vivir la redención de todo tu ser y sabes dar los pasos que deben llevarte a cumplir la Voluntad de Dios.
Cree que superándote todos los días, un poco más, disuelves las pesadas cadenas que atan a la humanidad.
Cree que superándote, generarás la condición para que el sufrimiento desaparezca de la faz de la Tierra.
Por eso, cree en absoluto en la fuerza y en el poder de la superación que te brinda el Amor de Dios; porque, de esa forma, estarás recreando a la Creación y las situaciones internas serán otras.
Ten fe y supérate a ti mismo, todos los días. Supera los límites que te imponen los miedos de la consciencia.
Haz nuevas todas las cosas y vive este tiempo de purificación no como un castigo, sino como el gran momento de superarte, para que la humanidad se supere y abandone, de una vez y para siempre, la indiferencia y la frialdad.
Cree en la fuerza de la superación y coloca tu consciencia en otro estado, en lo positivo, en la corriente universal del Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Yo soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, reflejo los principios de la Creación Universal a todo el planeta.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, traigo a la humanidad los Atributos de Dios.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, espejo al mundo la cura y la regeneración.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, sostengo el equilibrio universal del planeta.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, establezco la belleza de la paz.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, permito que Mis hijos retornen a su origen interior.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, enciendo Mis Espejos del cosmos y así, libero al planeta de la constante opresión.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, gesto espiritualmente la reconstrucción moral e interna de la humanidad.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, purifico y curo a las almas sufridas.
Soy la Señora de los Lagos, porque llevo a Mis hijos hacia la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que, en el tiempo del Armagedón, su fortaleza en Cristo sea inquebrantable.
Que nada los perturbe.
Que la sagrada llama de la fe les enseñe a superar cada momento y situación.
Este es el tiempo de la llamada guerra espiritual de todos contra todos, pero a través de la oración se mantendrán libres de ese movimiento mundial que intentará llevar a las almas al camino de la perdición.
Yo, a lo largo de los años, les enseñé cómo ayudar al semejante, no solo por medio del servicio, sino también por medio de la fuerza y del poder de la oración.
Ahora más que nunca, la oración será ese camino que los comunicará con Dios cuando Nuestros Sagrados Corazones se recojan completamente.
Quien ore estará a Mi lado y Yo lo acompañaré en su transición y purificación, porque el triunfo de Mi Corazón también se dará en sus vidas.
No dejen de buscar a Mi Hijo en los Sacramentos como en Su Palabra. Allí estará el sostén para todos ustedes, estará el amparo que necesitarán en los momentos en los que todo se desencadenará.
Queridos hijos, siempre sean agradecidos y aprenderán en esta vida a ser humildes, y la humildad los llevará a la paz.
Persistan y sigan caminando al lado de Mi Hijo, porque Su Divina Luz siempre disolverá toda adversidad, y los corazones confiantes serán curados.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Deja que tus miserias sean transformadas en Misericordia.
Deja que el poder espiritual de la Sangre de Mi Hijo vaya removiendo las impurezas de tu consciencia a fin de que la Luz Divina de Su Sagrado Corazón encuentre espacios profundos para poder ingresar y transformarlos.
Las miserias son residuos acumulados de los pecados, de los errores, de la indiferencia.
Permite que la Gracia redentora del Agua de Cristo te lave y te purifique, porque para que algo nuevo pueda entrar, algo viejo debe salir.
Estás en ese momento, a las puertas de la rendición de tu ser y de tu consciencia.
Deja que el impulso transformador y misericordioso de Mi Hijo redima tu ser y haga de ti un vaso nuevo.
Deja que la infinita Misericordia te consagre definitivamente y te convierta en la aspiración que tiene Dios para tu ser.
Estoy a tu lado para acompañarte. Este es el gran momento para que eso suceda.
Tu fe tiene que ser inquebrantable.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El Castísimo y Venerable San José se prepara, en este mes de julio, para finalizar su tarea con la humanidad, pero Sus enseñanzas y palabras resonarán en aquellos que supieron reconocer, a lo largo de los años, los impulsos que Él dejó para la trascendencia de la humanidad.
Hijos, quisiera anunciarles que el próximo 19 de julio, día de la última aparición de San José, quedará instituida la Fiesta mensual del Corazón de San José, en la que todos los días 19, por los meses que vendrán, San José desde los cielos estará intercediendo por las causas imposibles y por las purificaciones más difíciles del corazón humano.
Esta Fiesta de San José no solo será para recordar Su presencia paternal en la vida de Sus aprendices, sino también será la oportunidad de que los corazones supliquen a San José para que Él les conceda las Gracias necesarias.
Ese día, quien esté ante el Sagrado Relicario de San José tendrá la dicha de ser bendecido por San José y podrá comenzar a encontrar el camino de la humildad.
Esa Fiesta de San José no solo será para honrar el Santo Nombre del intercesor del corazón humano, sino será también un día en el que las almas, que estén orando a San José, podrán renovar sus votos, y la vida misionera, mes a mes, será amparada por la luz del Casto Corazón.
Que la Fiesta mensual de San José sea para recordar el impulso de cada una de Sus palabras e instrucciones.
Todos los días 19, cada alma podrá ofrecerle a San José no solo su corazón imperfecto, sino también podrá encenderle una vela a fin de que la Gracia de la conversión transforme el corazón de los hombres y se conceda la cura a la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijos:
Mientras oran, Yo purifico sus labios de todas las palabras que podrían pronunciar apartados de Dios.
Mientras oran, Yo sublimo su verbo para que alcancen la comprensión del Propósito de Dios y así, lo testimonien al mundo.
Mientras oran, Yo curo sus corazones, aunque sean imperfectos, para que ellos tengan sentimientos cada vez más puros.
Mientras oran, Yo libero sus mentes para que tengan pensamientos de luz, de sabiduría, de hermandad y de fraternidad, para que todo sea constructivo.
Mientras oran, Yo alivio sus almas, para que sus internos sientan la convicción y la razón de estar respondiendo al Llamado de Dios.
Mientras oran, Yo les derramo Mis Gracias, para que ustedes aprendan a enmendar sus posibles errores y para que, en oración perpetua, ustedes se sientan libres de las prisiones de la vida.
Mientras oran, Yo puedo estar más cerca de ustedes y les puedo hacer sentir el Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimosexto poema
Señora de la Adoración,
que podamos ingresar en oración y en consciencia
al Divino Templo del Señor,
para que seamos purificados de todo
y liberados de cualquier opresión en nuestra consciencia.
Señora de la Adoración,
ayúdanos a que nuestros pecados sean disueltos
por el poder de Tu Amor maternal.
Que seamos lavados y purificados en el Templo,
para que nuestra alma renazca
libre de las prisiones de la vida
y entregada en confianza a la Voluntad de Dios.
Señora de la Adoración,
que nuestra purificación nos enseñe
sobre la redención de nuestras formas y modos de vida.
Que en esta oferta de purificación
que vivimos en este tiempo,
alcancemos el primer sendero de la santidad.
Madre y Señora de la Adoración,
ilumina con Tu Gracia nuestros caminos.
Que después de nuestra purificación,
encontremos la Luz del Rostro de Cristo Glorificado.
Que nuestra alma se exalte
al poder sentir y participar de la Comunión Espiritual
y de la consagración que Jesús nos ofrece.
Que, en esta purificación,
veamos el lado bueno de toda esta experiencia
porque, por medio de este aprendizaje,
esperamos poder crecer en Amor y en Verdad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Vengo a pedirles, queridos hijos, que en este momento estén en paz y sigan orando todos los días el Santo Rosario para que finalice la pandemia en el mundo, para que las almas más afectadas por esta situación y las almas que viven en la marginación y en la pobreza reciban la ayuda de la Providencia Divina, como también la salvación necesaria en este tiempo final.
Vengo a pedirles que, ahora más que nunca, no pierdan la fe y que confíen, porque el Todopoderoso y Sus huestes de Luz están interviniendo en esta situación.
Este es el ciclo de la solidaridad y de la fraternidad entre los seres de la humanidad. Es el momento de practicar la igualdad de condiciones y de compartir todo lo que cada uno tiene, sin reservarse nada, porque en el fin de estos tiempos, la solidaridad y la fraternidad entre las almas permitirá que toda la raza humana atraviese la purificación de estos tiempos. De lo contrario, los que se reserven todo para sí, algún día les faltará.
Por eso, Yo los llamo a tener consciencia y amor en todo esto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más