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Hijo:
Cuando necesites retornar al principio del Todo, a tu origen, contempla en la noche el cielo estrellado y pregúntale: ¿Padre, de dónde soy? Así, estarás abriendo tu corazón para despertar al conocimiento de tu existencia.
Ábrete sin miedos, para que algún día sepas de dónde vienes y para qué estás aquí, en este planeta; porque debes reconocer que la verdadera vida no es material, sino inmaterial.
Pero si preguntas de dónde es tu origen interior, debes saber, hijo Mío, que saber eso te compromete a ser responsable y maduro por tu evolución y despertar.
Por eso, te invito a que te arriesgues a saber quién eres en verdad y a que permitas que tu alma sea liberada de la prisión material, que no le permite ser lo que ha venido a ser aquí, en la Tierra.
No hablo de buscar realizaciones, sino de saber para crecer y servir mejor al Plan de Dios; porque el Padre Celestial necesita que Sus hijos estén despiertos y abandonen la ilusión y los placeres de la vida material.
Así, sabiendo quién eres y colocándote a servir, no le temerás a la muerte porque sabrás que el espíritu no muere, sino que se reintegra a la dinámica vida universal.
Sé paciente, pero también sé humilde. Persevera todos los días en la ardiente aspiración de que tu consciencia se eleve para que se expanda, solo con el fin de que seas más consciente, responsable y entregado a la Vida Mayor.
Tienes Mi apoyo y bendición para comenzar ese sagrado camino hacia el retorno a la Existencia Mayor.
¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Yo soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, reflejo los principios de la Creación Universal a todo el planeta.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, traigo a la humanidad los Atributos de Dios.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, espejo al mundo la cura y la regeneración.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, sostengo el equilibrio universal del planeta.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, establezco la belleza de la paz.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, permito que Mis hijos retornen a su origen interior.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, enciendo Mis Espejos del cosmos y así, libero al planeta de la constante opresión.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, gesto espiritualmente la reconstrucción moral e interna de la humanidad.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, purifico y curo a las almas sufridas.
Soy la Señora de los Lagos, porque llevo a Mis hijos hacia la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que abre los espacios de la consciencia para que en ella descienda la Ciencia Divina.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que en este tiempo indica a todos Sus hijos el sendero de retorno al Corazón de Dios.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que guía y conduce a los corazones orantes hacia el encuentro definitivo con su origen interior.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que muestra en este tiempo las señales del Retorno de Cristo a todos los servidores del Redentor
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que intercede entre la Tierra y el Cielo, por las causas y las situaciones imposibles.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que trae a todos, el bendito afluente de la Gracia Celestial para que sean lavados de sus faltas y renazcan como instrumentos redimidos, colocados en oferta a los Pies del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Desde el principio de la manifestación de la vida, hijos Míos, en el Pensamiento más puro y profundo de Dios, cuando Él gestaba el Proyecto de esta humanidad, allí estaba contemplada la existencia de los pueblos originarios. Pueblos así llamados no solo porque dieron origen a las civilizaciones de este mundo, sino porque desde el Origen de la vida fueron pensados por Dios para mantener la unión entre el Cielo y la Tierra, la unión entre todos los Reinos de la Naturaleza, la unión entre la superficie del planeta y los mundos sutiles.
Los pueblos originarios son aquellos, hijos amados, pensados por Dios para ser los Porteros de los mundos sublimes, de las realidades superiores, en donde lo sagrado habita, en donde los seres son invitados a retornar a su Origen en las Fuentes Celestiales.
Es de esa forma que, desde el inicio de la humanidad y hasta los días actuales, la Jerarquía Divina impulsa a los pueblos originarios para que reencuentren su pureza y retornen al Propósito que Dios manifestó para sus vidas en el principio.
Al crear este planeta y cada ser de esta Tierra, portador de una partícula de la esencia divina, su Padre Celestial creó no solo a los Reinos, a los elementos y al hombre, fruto del barro consagrado por Su Divino Soplo. Dios también creó realidades sutiles, invisibles a los ojos humanos que no buscan con sinceridad lo sagrado en sus vidas.
Estos mundos sutiles mantienen el Propósito Divino dentro del planeta. En ellos se vive en comunión con todos los tipos de vida. En ellos, las dimensiones se unen y no hay peligro, porque los que ingresan allí viven puros de corazón y de espíritu y solo aspiran a cumplir la Voluntad y el Propósito Divino.
Los que ingresan en esos mundos sutiles, hijos Míos, ya fueron despojados de sus voluntades personales y de su condición humana de impurezas y de degeneración. De esta forma, sus corazones encuentran el camino para expresar la pureza y la unidad con lo Divino.
Esos mundos sutiles son resguardados por la naturaleza, por su fortaleza, belleza y armonía. Y, en lo invisible de los lagos, de los mares, de los desiertos y montañas se ocultan no solo para sustentar al planeta, sino para que, a través de la grandeza de la expresión de la naturaleza, los que allí lleguen puedan sentir que allí habita algo más; que un sagrado misterio allí se oculta, es como si el Cielo estuviera más próximo de los hombres, y Dios pudiera expresarse.
A lo largo de los tiempos y de la historia de la humanidad, muchos fueron los pueblos que pudieron ingresar, con todo lo que son, en estos mundos sutiles porque, mientras la humanidad en otras partes de la Tierra perdía su propósito, estos pueblos lo encontraban y profundizaban en él, no solo a través de la ciencia y de la sabiduría, sino sobre todo, a través del amor a lo sagrado, a lo divino y al respeto por la vida y por la naturaleza.
Estas fueron las llaves que hicieron que dichos pueblos vivieran la ciencia de la Transfiguración. Y tal como Mi Hijo les reveló una vez, un día, en el Monte Tabor, también ellos pudieron reconocer su verdadera faz, iluminar sus células y átomos, y hacer que no solo el corazón y la consciencia vibrarán en otro nivel más elevado, sino también su parte más material; esa que hoy parece tan densa, y que en tiempos remotos se elevó y se transfiguró.
A través de la simplicidad del corazón, los pueblos originarios descubrieron que la misma esencia solar que contemplaban y adoraban en el cielo infinito, habitaba en su interior. Y, de esa forma, vivieron una unión profunda con Dios, así como pudieron comprenderlo.
Al iluminar sus células y átomos, y al dejarse permear por la luz de sus almas, estos pueblos alcanzaron la misma vibración de los mundos sutiles y así pudieron no solo verlos, sino ingresar y participar de ellos, como representantes de la humanidad. Así se tornaron Guardianes y Porteros de esas dimensiones sutiles que hasta hoy se ocultan en el planeta.
Algunos de estos pueblos dejaron en la superficie rastros de su historia y de su vida y entonces desaparecieron. Pero otros, hijos Míos, jamás fueron conocidos por la humanidad.
Hoy su Madre Divina llega a este lugar, sagrado para el Cielo y para la Tierra, a revelarles una historia y, más que esto, para impulsar a sus almas a la búsqueda de la pureza y de lo sagrado.
Llegó el tiempo de develar los misterios ocultos en la historia de la humanidad, no solo para abandonar la ignorancia, sino sobre todo, hijos Míos, para abrazar la pureza y para que en el tiempo que llegará, cuando la Tierra sea elevada en su vibración y conducida a un nuevo tiempo, a una nueva realidad, sus corazones y sus espíritus estén prontos no solo para ver, sino para participar de esa vida sublime.
Busquen la pureza de sus corazones, busquen la unión con la vida y con la naturaleza. Y así, como hoy les revelo muchos misterios, otras verdades también les serán reveladas en sus corazones.
Yo los bendigo y les agradezco por llegar hasta aquí y por abrirse de corazón a las revelaciones que Dios les trae en este tiempo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Era una vez, en el tiempo eterno, un Propósito infinito y amoroso del Único, en el que quería reflejar Su experiencia a través de una Creación formada y constituida por muchos tipos de vida.
Así, se crearon primero los Universos, sus galaxias, soles y estrellas; luego se crearon las nebulosas y, dentro de ellas, ya habitaban las dimensiones y los planos de consciencia.
Más tarde, cuando esa primera Creación había madurado, vibratoria y espiritualmente, el Padre con todo Su Amor, fijó Su mirada en un punto del Universo, en donde un planeta, el que más había brillado, generó una condición espiritual mayor que era capaz de albergar y de recibir un Proyecto.
Para eso el Padre pidió que ese tesoro del Universo, que se estaba expresando espontáneamente, recibiera uno de los elementos y fluidos más especiales de la Creación: el elemento agua, para que lo que sucedería después, tuviera el apoyo necesario para poder desenvolverse y evolucionar.
Ese elemento traería para la consciencia humana, que fue el último proyecto realizado, la capacidad interior y también material de recordar su origen no solo desde el vientre materno, sino también su origen superior.
El elemento agua es la base fundamental para el equilibrio emocional y sentimental del ser humano. Por eso, en la creación del planeta Tierra, el Padre le quiso conceder a Sus hijos la mayor cantidad de océanos y de mares para que no sintieran la desconexión espiritual del vientre materno.
Es así, que el Proyecto humano fue acompañado desde el principio, y ha sido el Proyecto genético más privilegiado porque el propio Proyecto, para poder ser corregido y redimido, recibió la encarnación del Hijo de Dios para que la raza humana encontrara un camino directo por donde poder retornar a su verdadera esencia.
Fue así que otros seres humanos se ofrecieron para que el Proyecto pudiera perdurar y alcanzar el mayor grado de perfección, lo que fue posible por todo lo que enseñó Cristo, que fue el camino del Amor y del Perdón.
Por eso todos los seres humanos bajo cualquier condición tienen la posibilidad, dentro de todo el Universo, de vivir y de experimentar el Amor de una forma directa y sin grandes esfuerzos; un Amor que proviene del espíritu, un Amor que trasciende los errores y que pacifica, que amplía la consciencia y que abre los sentidos internos para poder vivir conscientemente el Plan y la Voluntad de Dios.
Este pequeño planeta azul, dentro de la Creación, es la escuela predilecta en donde otras consciencias universales pueden aprender sobre cómo el Amor verdadero por el Creador, por el Padre Supremo, puede mover los acontecimientos y puede conceder milagros de vida y de redención.
La llave está en vivirlo y en confiar en el poder del Amor Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi Llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Así como acogí en Mi Corazón a cada apóstol y discípulo de Mi Hijo, a cada nueva alma que despertaba a la Alianza Eterna entre Dios y los hombres; así, hijos, los invito a recibir a los que despiertan en estos tiempos.
Mi Corazón de Madre y Protectora, no solo del mensaje y de la misión de Mi Hijo, sino también de todos aquellos que lo escuchaban y que, a través de él despertaron, viene a acoger, en estos tiempos, a todos los corazones que se rinden ante Dios.
Independientemente de su pasado en este mundo y más allá de él, Mi Corazón contempla su verdad, la esencia que son, parte del Dios Vivo, y el Origen al que deberán retornar.
En este tiempo, en el que las almas no encontrarán sentido ni aliento en las cosas del mundo, los invito a contemplar cada corazón como Yo contemplaba a los que despertaban a través de la Presencia viva de Cristo en la Tierra.
Todos, paganos y santos de espíritu, devotos y mundanos, fueron tocados y lavados por el Amor de Dios, a través de Cristo, para retornar a Su Corazón. El tiempo pasó, hijos Míos, y muchas de esas almas, que sellaron un compromiso con Cristo, se perdieron. Pero llegó el tiempo de que retornen a Su Corazón, llegó el tiempo de que tomen con sus manos la antorcha que ilumina al mundo y que anuncia el retorno del Redentor a la Tierra.
Por eso, al recibir a las almas que llegan y que, poco a poco, despiertan, no miren su pasado y sus pecados, sino sean ustedes mismos los ejemplos de amor que ellas necesitarán para consolidar su despertar y soportar la transformación de sus vidas.
Es tiempo de acoger y de unir lo que está separado. Es tiempo de que las células de Dios retornen a Su Corazón. Y esto se dará, hijos Míos, no solo en ustedes, sino en todas las almas que partieron de las Fuentes Divinas con la misión de renovar y recrear la Creación de Dios Altísimo.
Abracen, con amor, la parte que les cabe y aprendan a acoger al prójimo con el corazón. Esto también los hará crecer y los aproximará más a Dios, como debe ser.
Juntos retornarán al Origen de la vida.
Yo los bendigo y les agradezco por imitar Mi ejemplo de Madre y Guardiana de las almas.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando el Creador envió a Sus hijos a la Tierra, con los velos en sus ojos para que no recordaran su origen, creó también los Centros de Amor y de Luz, los que en su momento despertarían en auxilio de la humanidad para hacerla recordar y retornar al Corazón del Padre.
Los Centros de Amor revelan los misterios de Dios y de Su Amor por los hombres, revelan la predilección del Padre por Sus hijos de la Tierra, a pesar de la inmensidad de la Creación.
Los Centros de Amor revelan que el Creador no solo colocó lo mejor del Sí oculto en los corazones de los hombres, sino también, hijos, en lo profundo y en lo oculto de la consciencia planetaria. Así como el Creador entregó una parte de Su Esencia para animar a la consciencia humana, también depositó, a lo largo de todo el planeta, una parte de lo más sagrado que existe en Su Creación, en este y en otros Universos. Estos son los Centros de Amor.
Así como miran hacia el cielo y solo ven las estrellas, a pesar de la infinita vida que las habita; en la Tierra, hijos, sus ojos muchas veces no pueden percibir los misterios que se ocultan, la vida que se oferta, la Gracia que se desenvuelve y se renueva, de tiempo en tiempo. Sin embargo, llegó el momento de conocerla, llegó el momento de experimentar esa vida superior más que de saber sobre su existencia. Llegó la hora de vivir los Centros de Amor, así como llegó la hora de experimentar lo que verdaderamente son como hijos de Dios.
El Tiempo de su Padre, de Su realidad superior, ya se aproxima a la Tierra, y para ese momento deben estar preparados. Dejen que las revelaciones se manifiesten y que puedan ir más allá de los acontecimientos planetarios.
Por mucho tiempo vine a su encuentro para revelarles profecías que hablaban de la realidad del planeta y del futuro de las naciones no solo para que ustedes, hijos Míos, despertaran a lo que estaría por venir a la humanidad, sino también para que sus consciencias pudieran creer en Mí y así pudieran, al menos, preguntarse sobre la realidad celestial de la que Yo provengo y sobre tantos otros misterios que, como ese, se ocultan a los hombres.
En este ciclo, vengo a revelarles algo más profundo, más espiritual y desconocido, y así como las profecías que les entregué en otros tiempos, esto que hoy les revelo también se manifestará.
Abran sus corazones, hijos Míos, para percibir la realidad de los Centros Sagrados, de los Centros de Amor. Abran sus corazones a una verdad que no fue develada por los hombres.
Abran sus corazones para saber quiénes son. Dejen que se rasguen los velos. Dejen que las Manos de Dios abran sus ojos y su consciencia porque ya no es tiempo de estar en la ignorancia, pero sí es tiempo de ser fortalecidos por la verdad, porque ella no solo los tornará dignos y nobles, sino que será su único sustento en las pruebas que vendrán.
En Mis Centros Marianos descubran los Centros de Amor. Perciban la realidad que habita más allá de las iglesias erguidas por los hombres. Descubran la Iglesia Celestial de Dios en la Tierra. Perciban las Fuentes de Su Creación manifestándose entre los hombres. Perciban al Dios vivo y silencioso en todo lo que fue creado por Él.
Yo los bendigo y los conduzco a esta realidad celestial porque ha llegado el tiempo de encontrarla.
Yo los amo y los guardo en Mi Corazón.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Tómense de Mis manos, hijos Míos, y déjense conducir por Mi Inmaculado Corazón al Origen de la vida, al Recinto de protección y de paz donde reposaban sus esencias antes de la manifestación del Pensamiento Divino en sus vidas.
Tómense de Mis manos y vengan Conmigo a la Fuente Original de la Vida, en donde habita el Amor más profundo de su Padre Creador, en donde la unidad es una realidad viva porque nada está separado de Dios.
A pesar de que recorrieron un camino de evolución y de que muchas veces se sienten separados de Dios, hoy vengo a mostrarles, hijos Míos, este Espacio Original en un tiempo en donde no existe pasado ni futuro, sino solo el presente eterno en el Corazón de su Padre Creador.
Allí la unidad se mantiene y las esencias permanecen resguardadas con sus principios originales.
Lagos de Luz, Fuentes de Paz son sus verdaderas moradas. No hay formas, solo colores, sonidos y vibraciones. La unidad se manifiesta a través de las melodías que, a pesar de que las esencias resuenan en una nota propia, forman una única música que es el canto de Dios, el canto de la manifestación de la vida.
Dejen que sus oídos escuchen y que sus almas recuerden este Espacio de protección en el Vientre de la Creación. Allí, hijos Míos, en donde la Energía Femenina los resguarda, en donde la verdad de lo que son los torna puros; no hay nada corrupto, no hay manchas, no hay dolor, solo paz y unidad con el Creador.
Dejen que sus corazones vivan la experiencia de estar allí Conmigo, porque una parte de sus consciencias nunca salió de la Fuente de Dios.
Este espacio que hoy le muestro al corazón es la conexión con lo Divino, con esta parte de sus consciencias que habita allí y que siempre les permitirá retornar a Dios y no perder la unidad con el Padre. Es el imán que los atrae hacia el Origen, la pureza que los hace retornar a la verdad de su existencia.
Hoy, hijos Míos, reciban la Gracia de estar en Dios, de estar en Paz, de estar en Mi Inmaculado Corazón, y Yo, estando en ustedes, les demuestro la unidad con la Vida.
Que la melodía celestial resuene en sus corazones y reencienda la esperanza de retornar a la Fuente, reencienda el ímpetu de ser puros y de dejarse purificar y renovar para que un día reencuentren la verdad sobre sí mismos. Verdad que es anterior a toda la existencia, anterior a los planetas y a los soles, anterior a la vida material, tanto en el Cielo como en la Tierra; verdad que habita en la unidad con la Consciencia Divina.
Mi Gracia hoy los toca, su Origen Divino los bendice, y así los curo y los amo, renovando sus compromisos con Dios para que, después de saber que hay un Origen que los aguarda, puedan dar a conocer esta realidad superior al mundo.
Yo los amo, hijos Míos, y por eso estoy aquí.
Yo los abrazo y los tengo a todos en Mi Inmaculado Corazón.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Dios Padre establece Sus Geometrías Sagradas a través de las peregrinaciones por las diferentes naciones y culturas del mundo.
En esa diversidad humana, el Padre intenta, por medio de Sus Sagradas Geometrías, que Sus Hijos de la Tierra retornen a la esencia de lo que eran en el principio, antes de cometer errores.
Es así que los Mensajeros Divinos van diseñando, en los planos internos, los principios de esas Geometrías y así, importantes matrices espirituales se establecen por medio del verbo, de la instrucción, de los Sacramentos, de la Misericordia y de la Gracia.
Las Sagradas Geometrías de Dios intentan que, en este tiempo, las almas recuerden sus orígenes para que en ese Origen puedan recuperar lo que perdieron de espiritual y de divino en estos tiempos, en los que la modernidad y las influencias desvían a los corazones del camino de la realización de su misión.
Por eso, los Sagrados Corazones, mientras peregrinan por el mundo, llevan a las almas hacia el camino del despertar para que el espíritu de cada ser pueda reconocer, en su interior, el Amor de Dios y unirse al Padre Eterno.
Allí, en esa unión, en esa alianza divina, el alma toma contacto con las Sagradas Geometrías que son, en esencia, las Virtudes de Dios y Su Propósito Mayor para la humanidad.
Por esa razón, cuando se cumple una peregrinación como fue ésta que acaba de concluir en Europa, la Jerarquía Divina consigue terminar de establecer, en los planos internos, esas Sagradas Geometrías, las que traen consigo impulsos de renovación para las naciones, de despertar hacia una vida de servicio desinteresado y, principalmente, esas Sagradas Geometrías establecen la paz entre los pueblos por mayores períodos de tiempo.
En ese sentido, las Sagradas Geometrías siempre se manifiestan desde el comienzo hasta la finalización de una peregrinación y ellas pueden seguir trabajando por más tiempo, aunque la peregrinación haya terminado.
Es así que un misterio se proyecta sobre la consciencia de las naciones y ese misterio se devela cuando las consciencias se adhieren al Propósito Divino, muchas veces sin comprenderlo ni conocerlo.
Pero todo propósito está basado en el amor y es ese amor el que se aproxima a las almas sufridas para que lo experimenten en la alegría de reencontrar a Dios y de poder vivir el perdón y la Misericordia.
Por eso, en cada peregrinación, nuevas Geometrías Sagradas son entregadas por los Mensajeros Divinos para que sean sembradas en la consciencia de las naciones y, en consecuencia, en la humanidad.
Todo este movimiento espiritual y divino desactiva los puntos de conflicto mundial como las bases ocultas de la explotación, de la corrupción y de la trata de personas. Así también los Reinos de la Naturaleza se ven beneficiados por las Sagradas Geometrías de Dios.
Así el planeta, como una consciencia que vive y siente, vuelve a respirar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A los soldados de la oración: la Red-Luz Planetaria - Parte II
Que hoy, llevando sobre su pecho la estrella de la paz, se confirme su existencia y así se revele el misterio de su origen.
Descubriendo el sentido oculto y la razón de su venida a la Tierra, que sus corazones se pacifiquen en Cristo para que en ustedes se cumpla el Divino Propósito.
Hijos, ahora que llevan sobre su pecho el símbolo sagrado del Corazón del Redentor, que sus brazos se mantengan abiertos para recibir y acoger cualquier necesidad y que, en esa apertura incondicional y con esa respuesta inmediata, ustedes puedan reconocer la acción de la Divina Providencia.
Este es el tiempo en que la nueva Red-Luz, con todo el conocimiento recibido, abrirá las puertas de su mundo interior para acoger la grave situación planetaria y la vivirá como parte de sí para poder aliviarla, así como la Jerarquía, de tiempo en tiempo, alivia al planeta.
Ser parte de la nueva Red-Luz no significa ser impulsado por emociones ni por metas propias. Es decir "sí" a la Jerarquía bajo cualquier circunstancia o situación para poder ir más allá de las apariencias, para poder penetrar con la consciencia el sentido del Propósito.
Por esa razón, hijos Míos, llevar en su pecho el símbolo de su redención es abrir las puertas del corazón para aprender a acoger la Divina Gracia y vivir en la Misericordia de Dios, a pesar de la situación precaria de la humanidad.
Un misionero Red-Luz tiene claro y presente en su consciencia que no será su persona humana la que actuará o servirá, sino que ella dará espacio para que el alma, y lo que está más allá de ella y proviene de Dios, sea la que conduzca el propósito personal de cada ser.
Llevar estampado sobre el pecho el símbolo de la nueva Red-Luz es enviar un mensaje al Universo de una verdadera y profunda adhesión al Plan; es comprender, aceptar y acoger las necesidades del Propósito, y es esforzarse sinceramente para que esas necesidades se cumplan. Porque un misionero de la Red-Luz ya es consciente de que cada pedido de la Divinidad no se remite a una situación o a una persona; él sabe que cada pedido deberá realizarse y cumplirse para que acontecimientos próximos que podrían suceder no afecten a la humanidad ni a los Reinos de la Naturaleza.
El misionero Red-Luz reconoce ahora la importancia primordial de permanecer en sintonía con la Jerarquía para que su camino, su vida y su consciencia sean conducidos y protegidos por un sendero seguro.
Quien lleve estampado el sagrado símbolo de la Confraternidad sabrá que estará formando parte de una Hermandad infinita, de una Misión amplia y que cumplirá, como deber, la parte que le corresponde con alegría y con la certeza de que, más allá de todo, se cumplirá el Plan de Amor en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que haya paz en sus corazones, hijos Míos, amor y misericordia, hoy y siempre.
Con las bendiciones de su Madre Celestial, adéntrense en el nuevo ciclo, en el principio de un nuevo tiempo, en que la Tierra comienza a salir de la ilusión en la cual vivía y, poco a poco, reconoce la Verdad de Dios que se revela.
Ahora que ya están en el camino del aprendizaje del amor, podrán unirlo al camino del despertar de la consciencia a la vida superior y, de esa forma, hijos Míos, unir su mente y su corazón al Propósito Divino para que puedan recordar lo que vinieron a hacer a este mundo, cuál es su origen, cuál es el propósito de la vida y hacia dónde deben caminar para evolucionar como hijos de Dios.
Con sus corazones plenos en el amor y con sus consciencias permeadas por la Verdad Divina es que podrán cruzar este ciclo que se inicia. Llegó el tiempo de la madurez espiritual, hijos Míos, de tomar consciencia del momento que viven y de ya no estar buscando satisfacciones ni el cumplimiento de sus propias necesidades, sino de estar buscando el eterno servicio, de estar buscando la forma correcta de servir a Dios y de ser parte de Su Plan, dondequiera que estén.
Si sus corazones están unidos al Mío, Yo los ampararé día y noche dentro de Mi Consciencia Divina y aunque vivan pruebas fuertes todas ellas serán superadas con el espíritu de amor y de gratitud que, estando en Mí, ustedes siempre podrán vivir.
En este primer momento, dejen que se termine de purificar, de transformar y de definir aquello que vive dentro de ustedes y que aún está viviendo su purificación. Ríndanse de una vez a la Voluntad Divina, porque Dios los necesita preparados para auxiliar a este planeta.
A través de sus oraciones y de la madurez espiritual de sus consciencias, ustedes podrán auxiliar a los que están perdidos y que no consiguen comprender ni aceptar lo que viven en este mundo, porque están apegados y afirmados en el viejo hombre y en la vieja vida, cuyas bases desaparecerán porque algo nuevo vendrá en su lugar.
El Espíritu de Dios vendrá para inspirar a los corazones y a las consciencias de los hombres a la vivencia de un nuevo patrón de conducta y de vida; él les enseñará a todos, desde el corazón, cómo vivir la transición de los tiempos y adentrarse en el verdadero arquetipo de la consciencia humana, aquello que Dios pensó para los seres desde el principio, pero que, sin embargo, pocos fueron los que supieron vivirlo.
Para recibir y vivir las inspiraciones del Espíritu de Dios, ustedes deberán estar dispuestos, de corazón y en consciencia, a abrazar la Voluntad Divina y no la propia. Que la base de sus vidas sea la necesidad de expresar una nueva vida, y no de alimentar los viejos principios y tendencias humanas.
Coloquen en la consciencia el propósito evolutivo para que todo lo que busquen, aspiren o ansíen esté orientado hacia la vida espiritual y hacia la manifestación del Plan de Dios, y no hacia las necesidades humanas.
Es tiempo de elevar sus consciencias a lo que es real y verdadero para comenzar a atraer el Reino de Dios hacia este mundo y que, al mismo tiempo en que el planeta se purifica y vive su prueba final, los corazones de los que son conscientes y consecuentes estén siempre dirigidos hacia Dios, para atraer al mundo las nuevas leyes y la nueva vida.
Sustentando en oración y en paz a este planeta, ustedes darán el permiso, ante el Universo y ante Dios, para que el sufrimiento de los hombres no sea mayor que su posibilidad de soportarlo, para que las consciencias puedan vivir un aprendizaje de amor y para que los que despertarán tarde reciban una oportunidad de vivir la Misericordia.
La base de todo, hijos, se encuentra en la oración, pero ahora su oración debe partir del corazón hacia la consciencia y tornarse vida.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La cura espiritual e interior será el medio por el cual la humanidad se redimirá.
Pero, para poder encontrar la cura deberán existir verdadero arrepentimiento y pureza de intención; de lo contrario, la cura no conseguirá aproximarse a la consciencia que aún no se redimió.
Una verdadera convivencia con las Leyes y con los Reinos, en todas sus expresiones, concede la llegada de esa cura espiritual tan esperada; cura que colmará al espíritu y a cada rincón del ser para que la consciencia, libre de las opresiones, pueda dar los pasos hacia el Señor.
Este es el tiempo de regresar al origen y a la esencia que nos creó, para que el sentido de lo sagrado y de la reverencia sean los que eleven a la consciencia, a fin de que alcance la trascendencia interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mantén firme tu fe para que ella te eleve hacia lo Alto; así estarás unido de corazón y de alma al Reino de Dios.
Mantén firme tu fe, porque nada ni nadie te podrá hacer fracasar. Todas las vivencias de las experiencias son pasajeras y nada es para siempre.
Mantén firme tu fe para seguir aprendiendo sobre el amor y para que, en confianza, construyas en ti el camino de retorno a tu verdadero origen.
Mantén firme tu fe para que la luz de la fe te acompañe y guíe tus pasos en dirección al Divino Propósito.
Hijo, que tu fe no desaparezca, sigue alimentándola con el fuego de la oración. Así todo se seguirá purificando y será trascendido para que, algún día, alcances la unidad infinita con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Mantén firme tu fe para que aprendas que todo pasará, pero el espíritu permanecerá encendido en el gozo de vivir a Dios.
Tu fe firme te salvará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre del Nuevo Ser, del Nuevo Hombre que, gestado en el Vientre de la Sierva de Dios, así como lo fue Su Hijo Primogénito, expresa la perfección y la semejanza con el Padre.
Vengo, hijos Míos, a colocar cada una de sus esencias en Mi Corazón y en Mi Vientre espiritual y divino, para que puedan renacer y que de su victoriosa redención pueda surgir el Nuevo Ser, la Nueva vida sobre la Tierra.
Fruto de la redención y de la rehabilitación de los seres, fruto de la reconciliación entre los hombres y Dios, fruto del despertar de los corazones para que recuerden su Origen y su propósito: esa es la Nueva Vida sobre la Tierra, esa es la Vida que por Voluntad y designio divino vengo a establecer a través de ustedes.
Uniendo Mi Amor al amor de sus corazones, vengo a destituir el poder de la ilusión, de la indiferencia, de la voluntad humana y de la maldad que permea a los corazones de los hombres. Y, dejándolos libres de todo mal y limpios de toda mancha, vengo para entregarles la Gracia de ser dignos hijos de Dios, dignos representantes de Su Padre Creador en la Tierra.
Vengo a despertar embajadores de la paz y del bien, precursores de un Nuevo Tiempo en el que la dualidad será vencida por el poder del Amor y de la Unidad, que llegarán a la Tierra a través de las oraciones sinceras de los hijos de Dios.
Vengo a desmitificar los misterios celestiales para que la ilusión deje de ser la verdad en sus vidas y que, despiertos al verdadero sentido de la existencia humana, ustedes puedan conocer los misterios divinos, la vida universal y las dimensiones celestiales que siempre estuvieron ocultas delante de sus corazones y que ahora deben expresarse.
Oren, hijos Míos, por una América redimida, para que sus naciones coloquen sus rostros en el suelo y, en humildad, clamen por paz y por perdón.
Oren para que el planeta despierte a la unidad entre los seres y para que el amor sea una necesidad en el interior de cada corazón; una necesidad que los lleve a vencer la arrogancia, el orgullo y las vanidades que hasta hoy los condujeron a la perdición y al engaño.
Oren por América y también por el planeta. Oren para que hasta el final todas las naciones tengan una oportunidad de conocer la paz y la Verdad y que, sabiendo la Verdad, puedan escoger entre el viejo y el Nuevo Hombre.
Oren para que se disipe la ignorancia de los corazones de los seres y para que la Verdad les revele que el amor debe prevalecer más allá de todo entendimiento y ciencia humana, más allá de las religiones y de las culturas, más allá de las diferencias y de las fronteras, más allá, incluso, de las dimensiones para que nada más los separe unos de otros y nada los separe de Dios.
Hoy oro con ustedes delante de Dios y le clamo al Padre por una Nueva Vida. Clamo para que el Ser que se gesta en Mi interior nazca en sus esencias y que así, tan misteriosamente como el nacimiento de Mi Hijo Jesús, ustedes puedan expresar la Nueva Vida y el Nuevo Hombre.
Yo los amo, los bendigo y con Mi Corazón pleno de amor les agradezco por hacer realidad Mis palabras y Mis divinas aspiraciones.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Nueva Humanidad
Mientras sus vidas se purifiquen, fortalezcan la fe del corazón; porque la fe los protegerá de todo y podrán mirar hacia el universo para contemplar las estrellas y encontrar su estrella de origen.
Mantengan su fe fortalecida, alimentada por la oración que eleva, redime y purifica; así serán conducidos hacia el Corazón de Dios y hallarán el alivio interior que tanto buscan.
Fortalezcan su fe para que la fe en el mundo perdure y, a pesar de los tiempos críticos, todo lo que es bueno y evolutivo, dentro de los seres, pueda tener el primer lugar en estos tiempos, a fin de disolver las agresiones del mal y sus embates.
Que la fe del corazón los mantenga firmes en el camino, porque lo necesitarán por todo lo que sucederá en poco tiempo.
En el Padre Celestial se encuentra la salida y el camino hacia el reencuentro con Su Divina Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
La Fraternidad de la Luz – Parte II
En el viento de la próxima primavera serán lanzadas las semillas del Cielo que, guardando dentro de sí mismas dones, talentos y gracias, sembrarán la Nueva Tierra.
Esas semillas germinarán y de ellas brotarán los primeros principios que, algún día, las llevarán a aproximarse al Sol para sentir, de él, el Fuego de Amor del Padre Universal.
Llegó el momento, después de la última tempestad, de que se detuviera la lluvia purificadora, la que refrescó y limpió la tierra para que después volviera a salir el gran resplandor del Sol de Dios.
Así, la tierra fértil de las consciencias fue preparada para recibir los nuevos códigos.
El Hijo de Dios, Jesucristo, anunció el momento de la gran intervención espiritual de los Hermanos de las Estrellas.
Los Jardineros del Espacio se congregaron para que, en el plano del espíritu, las almas recibieran para este nuevo ciclo los impulsos necesarios que los liberarán de la indiferencia y de la mezquindad.
Con el despertar de la consciencia a la vida universal puertas de comunicación internas fueron abiertas, a fin de retirar a la humanidad de la somnolencia espiritual y, así, llevarla a reconocer la Verdad de la cual se había alejado.
Después de tantas crisis el planeta está a punto de dar a luz al Nuevo Hombre, a la consciencia responsable y consecuente con los designios del Universo Espiritual.
Y aunque la Tierra siga siendo purificada y exorcizada de las influencias que la oprimen, los servidores de la luz se preparan, finalmente, para asumir y para llevar adelante lo que desde eras estaba previsto que sucediera.
En este sentido, los primeros destellos de la Fraternidad de la Luz comienzan a aparecer y las apariencias dejan de estar en primer plano para que la hermandad verdadera entre los seres se establezca en las consciencias.
Todo esto llega junto al tiempo de las revelaciones, tiempo en que cada alma, abierta a los impulsos divinos, reconoce su origen, su existencia y, sobre todo, su deber para con la Creación.
La Fraternidad de la Luz se forja con la madurez y la responsabilidad de los consecuentes, así muchos más son llevados a vivir la misma experiencia.
En la Fraternidad de la Luz no existen diferencias, privilegios ni irresponsabilidades para con el desarrollo del Plan en la superficie de la Tierra.
La Fraternidad de la Luz se forma a partir de la integración de las almas con el Propósito Divino y se basa en principios que son reglas que permiten despertar las Virtudes de Dios en los servidores que se congregan, Virtudes que los llevarán a comprender y a concretar, por medio del Plan, la Voluntad Divina.
Los que forman la Fraternidad de la Luz trabajan día y noche para construir en sí mismos ese espíritu de fidelidad y de transparencia con Cristo. Ellos se comprometen a vivir y a representar a la Jerarquía en todos los sentidos. No intentan sacar ventajas en sus tareas ni tampoco en sus trabajos. Comprenden que todo servicio es una forma de alcanzar, aún más, la entrega absoluta por el prójimo y de gestar en sí la esencia de la humildad.
Estar dentro de la Fraternidad de la Luz es aprender a seguir y a acompañar la Ley de la Jerarquía, la que auxilia de inmediato en el despertar de la obediencia que contrarrestará la desobediencia planetaria.
Dentro de la Fraternidad de la Luz existe la igualdad que lleva a la solidaridad, al bien y al respeto mutuo.
Los miembros y los postulantes a la Fraternidad de la Luz aspiran a encarnar, en sí mismos, los principios que les permitirán formar parte del Tercer Orden de la Hermandad.
Así como es en el Universo, la Fraternidad de la Luz vive cada principio como un atributo y una estrella-guía, a fin de que la vida del servidor no sea una ilusión, sino que esté alineada correctamente con el Propósito.
La nueva Red-Luz, postulante a la Fraternidad de la Luz, asume los 33 principios que la llevará, algún día, a estar plenamente en el corazón de la Jerarquía.
Todos los postulantes a la Fraternidad de la Luz asumen:
1. Seguir a un solo Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y erradicar de sus vidas las vertientes “espirituales” que desvían a las almas.
2. Tener como único y verdadero Maestro al Hijo de Dios, Jesucristo.
3. Aspirar ardientemente a estar en comunión interna con las estrellas, a fin de participar con consciencia de la vida universal.
4. No permitirse difamar o destruir, por sí mismos, la Obra de la Jerarquía.
5. Mantener la neutralidad como una meta constante para el fin de los tiempos.
6. Construir el espíritu de la solidaridad y del bien entre los hermanos de camino.
7. Desmitificar cualquier idea de poder, control o comando, sabiendo que todo impulso espiritual solo proviene de Dios.
8. Aceptar con gratitud las correcciones necesarias.
9. Dejar de justificarse para querer escapar de la Verdad.
10. Ser portador de una fidelidad absoluta e irrestricta.
11. Manifestar en la propia vida la igualdad y la transparencia.
12. No temer decir la verdad. Temer ser absorbido por la mentira y no poder salir de ella.
13. Creer en la venida de los Nuevos y últimos Cristos.
14. Confraternizar con la humanidad sin salir de las reglas que protegen la tarea.
15. Ser incansable en la oración, amoroso en el servicio y pacífico ante las dificultades.
16. Disolver de sí mismo cualquier vestigio de crítica y de repudio.
17. Aspirar a conocer, algún día, la estrella de origen.
18. Vivir el presente para no dejarse arrastrar por el pasado y sus decadencias.
19. Sostener, de forma inmutable, la antorcha de Cristo.
20. No vacilar por lo que los demás dirán. Sostener la fe en la Confianza de Dios.
21. Hermanarse con lo Divino. Desvincularse de lo superfluo.
22. Aprender a cortar la cadena del mal.
23. Asumir el compromiso y no desistir por la fuerza de las propias conveniencias.
24. Recordar el vínculo interno con Cristo.
25. Despojarse de los errores creyendo en el poder de las Leyes de la Cura.
26. Ayudar a construir el rescate planetario.
27. No desperdiciar las gracias.
28. No desperdiciar la Instrucción.
29. Ser humilde todo el tiempo. Buscar en sí mismo el espíritu de la resignación.
30. Aprender a no responder para aprender a escuchar.
31. No colocar la responsabilidad en el semejante. Asumir los errores cometidos.
32. Para no ser imprudente no dejarse llevar por la familiaridad.
33. Ser luz en las tinieblas, alivio en el sufrimiento, donación permanente en el servicio.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escucha a tu corazón y encuentra la Verdad. Aspira todo el tiempo a reencenderte a través de ella para que siempre recuerdes lo que eres esencialmente y no lo que te sucede superficialmente en la vida diaria.
Recuerda tu origen y tu filiación con lo Alto, y sostente a través de ese recuerdo inquebrantable que te ayudará a seguir despertando la confianza en Dios y en Su divina Misericordia.
Así, renuévate y no te atormentes por los errores. El Padre Eterno ya conoce la imperfección del Proyecto humano y todas las experiencias de vida que llevaron y que aún llevan a la humanidad por un sendero oscuro.
Emerge de este mundo como una luz interior que ayuda en la sublimación de tu consciencia y a tu alrededor.
Haz uso de la herramienta de la oración para que ella siempre disipe y retire de ti cualquier duda o inquietud y, al fin, sumérgete en el Océano de la Misericordia y permite que, de tiempo en tiempo, todo sea redimido.
Reconócete, de una vez y para siempre, como un digno hijo de Dios, así estarás siendo tocado por la Gracia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A las puertas de un Ciclo de Definición
Hijo Mío:
Eleva tu corazón hacia tu Padre y Creador que desde el Cielo emite Su Silencio al mundo, observando los pasos internos que Sus criaturas se deciden a dar en estos tiempos.
Contempla el Universo infinito de Dios y por un instante deja que tu pensamiento retorne a su Origen, a la Fuente Creadora de donde provienen todas las cosas.
Contempla con tu corazón el Infinito que no solo se hace visible en una noche estrellada, sino también en lo profundo de tu mundo interior, en donde el Cosmos se hace pequeño y la vida se espeja, porque el propio Dios Se espeja dentro de ti.
Deja hoy que tu consciencia dé un paso más en dirección al Infinito, así como en dirección a la verdad que se guarda dentro de tu propio ser.
Este es un ciclo definitivo para la humanidad, así como para toda la vida y ninguna criatura, ni en el Cielo ni en la Tierra, estará libre de su definición espiritual y evolutiva.
Las propias Leyes y corrientes que provienen del Corazón de Dios, antecediendo a Su Justicia, corregirán los caminos e impulsarán a los seres hacia una decisión definitiva, porque ya llegó el momento de que haya una sola barca y que en ella estén todos los autoconvocados.
La definición del espíritu, de la consciencia, del corazón, es espiritual, pero también se manifiesta en la vida física de cada ser, en sus acciones, en sus decisiones, en sus pensamientos.
Cada ser, hijo Mío, se definirá según aquello que construyó en su interior.
Si construiste un camino de esfuerzo y de constante entrega, aunque sea imperfecta, las Leyes y los Rayos que provienen de Dios te auxiliarán a afirmar tus pies y tu corazón en el camino de tu entrega, para no titubear.
Pero si tu corazón sembró incertidumbres y una y otra vez preferiste rendirte a las tentaciones en lugar de vencerlas, entonces, hijo Mío, la Ley y los Rayos de Dios te colocarán definitivamente en el lugar que elegiste estar por tu libre albedrío, expresado en tus acciones, en tu pensamiento y en tu corazón.
Lo más íntimo de tu corazón saldrá a la luz y estarás transparente, no solo delante de Dios, sino también delante de los hombres, porque el ciclo de la definición precede al ciclo de la revelación y después de que las almas se definan todo les será revelado.
Sé que muchos llorarán tarde por su ignorancia y clamarán por Misericordia solo en el Tiempo de la Justicia, porque el orgullo había cegado sus ojos a la Gracia de Dios.
Pero hoy vengo a tu encuentro para enseñarte a elevar tu corazón a lo Alto y a colocar tu consciencia en el Propósito Divino, para que no te asusten ni las definiciones de tus hermanos ni los clamores de los que tarde se arrepentirán.
Mi Corazón no viene al mundo para juzgar a las almas, sino para advertirles, para entregarles todo aquello que ellas necesitan para superar los obstáculos propios de estos tiempos.
Vengo por los autoconvocados y vengo por cada uno de Mis hijos, por todos los que sabrán escucharme.
Mi Voz no se pronuncia para unos pocos.
Mi Voz hace eco en el mundo para todos, porque ella representa la Gracia de Dios que desciende al mundo para todos Sus hijos.
Por eso, hijo Mío, escucha la Voz de tu Madre Celeste en tu corazón y busca a Dios. Elige la definición que coloca tu espíritu en busca de la salvación.
Mira bien en lo profundo de tu interior y sé sincero contigo mismo.
Deja que tu pensamiento y tu corazón alcancen las esferas celestiales y comprendan que un Plan Mayor se diseña a través de tu vida y de la vida en este mundo.
Vence las superficialidades ante las cuales inclinas tu corazón y pídele al Padre, con clamor, la Gracia del despertar definitivo; porque el despertar es gradual y cada paso que da tu corazón revela un nuevo despertar que es necesario, hasta que retornes con todo lo que eres al Corazón de Dios.
No temas estos tiempos, no temas la soledad, no temas por tus compañeros de camino, no temas a la oscuridad del mundo, sino, hijo Mío, sé una luz dentro de esa oscuridad.
Mantén tu corazón en Dios, mantén en ti el amor a Su Propósito y podrás ser, en el futuro, un auxilio para los que hoy ves que se pierden en este mundo.
Son tiempos de definición, son tiempos de entrega y sé que esto ya lo escuchaste en toda tu caminata espiritual; pero ahora, hijo Mío, verás delante de ti el cumplimiento de las Profecías, que no solo hablaban sobre el fin del viejo hombre, sino también y, sobre todo, sobre la revelación de un nuevo hombre, de una nueva vida, de una Nueva Tierra.
Coloca tu corazón en este Propósito, haz de ti una semilla de lo nuevo, un principio de lo nuevo en este ciclo que termina.
Te dejo Mi bendición y Mi paz.
¡Te agradezco, hijo Mío, por escuchar Mi llamado de paz!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
La Revelación de Dios a los hombres
La Revelación de Dios a los hombres, hijos Míos, es eterna y comienza cuando el corazón humano va madurando y despertando, más que a la sabiduría, a la humildad.
La Revelación de Dios a los hombres sucede cuando el corazón es simple y reconoce la propia pequeñez, sin limitar la sabiduría y la existencia divina a su comprensión y a todo lo que ya fue revelado.
La Revelación de Dios a los hombres no se detiene, sino que, desde los Patriarcas hasta los días actuales, se profundiza y culmina solamente en la unidad plena del ser con Dios, en su retorno al origen.
El hombre en sí es la Revelación de Dios.
El verdadero autoconocimiento, que no es una ciencia humana, sino una ciencia espiritual y divina, es el que los conduce a la revelación del propio Dios.
Los seres humanos son, al mismo tiempo, las criaturas más próximas y más distantes de Dios.
La Presencia Divina en su interior y la unidad que guardan como potencial silencioso en su esencia, los hacen próximos a Dios.
Sin embargo, hijos Míos, la ignorancia y la indiferencia alejan a los hombres de sí mismos, de lo que verdaderamente son y, en consecuencia, los alejan de Dios y de la Verdad.
La Revelación de Dios a los hombres sucede con el despertar de la sed por la vida superior, con el descontento del espíritu con todo lo que la vida en la materia le ofrece, con el descontento del espíritu con su propia expresión de vida.
Cuando el espíritu se ve descontento consigo mismo y con el mundo, se mueve dentro de los seres para que ese descontento espiritual impulse a la consciencia a buscar la vida superior, a profundizar el despertar y el autoconocimiento que, en verdad, es el conocimiento de Dios en sí.
La Revelación de Dios a los hombres se profundiza a medida que la consciencia humana evoluciona y aquello que para los Patriarcas era un sentir inexplicable e incomprensible de Dios, solo una experiencia de Dios sin explicaciones, en este tiempo puede tornarse una revelación profunda y científica de la existencia humana y de la existencia de Dios.
El Padre Creador es simple y en Su Simplicidad guarda Sus misterios. Pero la mente humana coloca barrera tras barrera para conocer a Dios y pocos son los que profundizan en Su Presencia.
Este, hijos Míos, es el tiempo de la Revelación de Dios a los hombres porque está llegando un nuevo ciclo culminante para la consciencia humana.
Ha llegado el tiempo de renovar la historia.
Ha llegado el tiempo de los nuevos profetas, de los nuevos apóstoles, de la renovación de la santidad y de la fe en el corazón humano.
Porque, así como Dios despertó y levantó a los profetas y pueblos en la pura fe en el pasado para preparar el Nacimiento y la llegada de Su Hijo al mundo, también hoy, hijos Míos, levantará pueblos y naciones, corazones y espíritus para que preparen nuevamente la llegada de Cristo al mundo.
El retorno de su Señor será definitivo y marcará el fin de un tiempo, porque las últimas palabras de las Escrituras se cumplirán y el Evangelio que Él dejó en el mundo se renovará por las nuevas revelaciones que el Hijo del Hombre traerá a la Tierra.
Su Palabra será Vida y le revelará al mundo la verdad superior frente a la cual muchos estuvieron ciegos, a pesar de que ella siempre estuvo aquí.
Antes de la llegada de Cristo, así como en el pasado, la Revelación de Dios comenzará para los profetas del nuevo tiempo y el Evangelio Universal de Cristo se comenzará a escribir con la verdad que ya está emergiendo en el corazón de los hombres.
El Nuevo Testamento se está cumpliendo al mismo tiempo que la Revelación de Dios a los hombres se está profundizando, para que puedan escribir las Nuevas Escrituras, las Leyes que dictarán la nueva vida.
Abran sus corazones a la Revelación de Dios porque todo está siendo dicho para despertar y preparar a los corazones y a los espíritus de los hombres para este nuevo y definitivo ciclo.
Yo los amo y los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desde donde nace el Soplo del Espíritu de Dios, de allí proviene Mi Inmaculado Corazón, de la emanación más pura del Amor del Creador por Sus criaturas; de allí proviene el Vientre Divino de la Creación, que da vida y espíritu a todos los seres, que no solo crea, sino que ampara y acompaña todo lo que fue creado.
Un puente hacia el Corazón de Dios, hijos Míos, así es como Mi Inmaculado Corazón se expresa y se manifiesta en sus vidas y en toda la Creación.
Más que la Madre del Hijo del Hombre, Yo Soy la Madre de la Vida, vida que nace y emana del más profundo Amor de Dios, y hacia esta verdadera Vida es que Yo vengo a conducirlos.
Vengo para que coloquen sus ojos en el Cielo, en el íntimo misterio de la Creación; pero también vengo para que coloquen sus ojos en la Tierra, en el íntimo misterio que se guarda en la razón de la creación de este planeta.
Yo vengo para revelarles el Infinito que se muestra a través de los Portales que abro para llegar al mundo, y también vengo para revelarles los misterios que emergen de la Tierra cuando Mis Pies tocan el suelo.
Hijos, esta es una vida de misterios en donde el caos habita junto con el más profundo Amor de Dios y donde el mayor tesoro de la Creación se esconde entre los hombres, como perlas en los pantanos del mundo.
Mi Inmaculado Corazón llega hasta ustedes en este tiempo, no solo para reescribir sus historias y darles una nueva oportunidad de servir a Dios. Mi Corazón también llega para que conozcan su origen, su historia divina y universal, y que, así, reconociendo lo que deben transformar en lo profundo de sus espíritus y al mismo tiempo sabiendo el potencial que tienen para hacerlo, ustedes, hijos amados, sepan escribir la historia de la Redención de este planeta.
Su historia no comienza en este mundo. El Origen de la Creación es más que el barro que surge del hombre. Sus seres provienen de una Esencia Perfecta y de Fuentes inimaginables de eterno Amor y donación, las que crean y recrean los Universos.
Si quieren encontrar la verdad sobre sus espíritus, hijos Míos, hoy Yo les abro las puertas para eso. Solo coloquen sus ojos en el Cielo, pero también sepan contemplar la Tierra. Sepan leer en los símbolos de las estrellas y ver esos símbolos en sus corazones; pero también sepan leer en los símbolos de la Tierra, que se renueva a sí misma a través de la naturaleza, que les demuestra a los seres el camino para recrear esta creación.
Yo soy también la Madre de la naturaleza, la Madre que dona la vida y que entrega la propia vida para la renovación del mundo y de sus criaturas.
Sepan ver en las entrañas de la Tierra la historia de entrega y de amor que este planeta vivió a lo largo de los siglos de su evolución.
Sepan ver como la vida se mueve para que las criaturas crezcan y, a pesar de que a veces la naturaleza parezca demostrar furia, hijos Míos, sepan ver la Gracia de Dios y Su Justicia. La naturaleza no se enfurece, la naturaleza se renueva y les da a los hombres la posibilidad de renovarse.
Sepan ver en los ciclos de la naturaleza cómo este planeta se dona constantemente para que exista vida en su superficie, para que sean posibles la evolución y el amor.
Entren en comunión con la naturaleza, hijos Míos, y podrán conocer los misterios que están escritos en su silencio.
La naturaleza les habla a los hombres a través de su simple existencia y guarda en sí la historia de la evolución de la humanidad, transmutando y transformando aquello que no corresponde al propósito de este mundo, y ofreciéndole a los hombres en su más bella expresión, lo que los mueve a descubrir el amor y la unidad con Dios.
En la naturaleza se guarda la historia de la humanidad desde el principio. Lo más bello y puro que el hombre pudo alcanzar y vivir está guardado en lo profundo de los Cielos, así como en las entrañas de la Tierra.
Estén delante la naturaleza, hijos, así como de las estrellas y sabrán, sin comprender, que esta vida es mucho más amplia que lo que se guarda en los Libros Sagrados.
Y para descubrir la propia historia es necesario mirar al Cielo, así como en lo profundo de la Tierra; es necesario mirar hacia el espíritu y dejarse guiar por el alma, y también conocer lo que se guarda en lo profundo de su condición humana, que no son solo energías capitales e ilusiones.
Este es el tiempo de la Verdad, y la Verdad se expresa en todas las cosas que provienen del Corazón de Dios. Su Consciencia habita en todo, basta con silenciar el corazón y observar, darse una oportunidad de profundizar en la propia evolución y, así, servir a este mundo que duerme en medio del caos, que se pierde en la ilusión.
Hoy, hijos amados, vengo a traerles impulsos que los llevan a profundizar su vida espiritual, al despertar de la verdad en su interior y a su profunda unión con Dios. Bastará con que escuchen Mi Voz y la sigan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más