- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Mis queridos hijos:
Que Dios sea siempre adorado y reconocida Su Insondable Presencia.
Queridos hijos, ante el Santísimo Sacramento, en el Monte Tabor, su Madre Celeste los llama a ingresar en el preámbulo de la próxima Semana Santa, en la que Mi Hijo se entregará por ustedes para que se rediman y tengan vida en abundancia.
Queridos hijos, antes de que Jesús ingrese triunfante en Jerusalén; ustedes, Sus apóstoles de los últimos tiempos, entreguen su oferta al Creador, ya que Su Iglesia Celestial estará abierta y las ofrendas de sus corazones podrán ser depositadas a los Pies del Señor.
Les hablo de una sincera oferta porque, en esta próxima Semana Santa, las almas deberán hacer su ofrecimiento a fin de aliviar el sufrimiento del mundo, a fin de erradicar la indiferencia ante tantas situaciones inesperadas que vive la humanidad.
Queridos hijos, como su Madre Celeste, los acompañaré en esta senda de comenzar a aceptar el camino crístico de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Desde el principio de la manifestación de la vida, hijos Míos, en el Pensamiento más puro y profundo de Dios, cuando Él gestaba el Proyecto de esta humanidad, allí estaba contemplada la existencia de los pueblos originarios. Pueblos así llamados no solo porque dieron origen a las civilizaciones de este mundo, sino porque desde el Origen de la vida fueron pensados por Dios para mantener la unión entre el Cielo y la Tierra, la unión entre todos los Reinos de la Naturaleza, la unión entre la superficie del planeta y los mundos sutiles.
Los pueblos originarios son aquellos, hijos amados, pensados por Dios para ser los Porteros de los mundos sublimes, de las realidades superiores, en donde lo sagrado habita, en donde los seres son invitados a retornar a su Origen en las Fuentes Celestiales.
Es de esa forma que, desde el inicio de la humanidad y hasta los días actuales, la Jerarquía Divina impulsa a los pueblos originarios para que reencuentren su pureza y retornen al Propósito que Dios manifestó para sus vidas en el principio.
Al crear este planeta y cada ser de esta Tierra, portador de una partícula de la esencia divina, su Padre Celestial creó no solo a los Reinos, a los elementos y al hombre, fruto del barro consagrado por Su Divino Soplo. Dios también creó realidades sutiles, invisibles a los ojos humanos que no buscan con sinceridad lo sagrado en sus vidas.
Estos mundos sutiles mantienen el Propósito Divino dentro del planeta. En ellos se vive en comunión con todos los tipos de vida. En ellos, las dimensiones se unen y no hay peligro, porque los que ingresan allí viven puros de corazón y de espíritu y solo aspiran a cumplir la Voluntad y el Propósito Divino.
Los que ingresan en esos mundos sutiles, hijos Míos, ya fueron despojados de sus voluntades personales y de su condición humana de impurezas y de degeneración. De esta forma, sus corazones encuentran el camino para expresar la pureza y la unidad con lo Divino.
Esos mundos sutiles son resguardados por la naturaleza, por su fortaleza, belleza y armonía. Y, en lo invisible de los lagos, de los mares, de los desiertos y montañas se ocultan no solo para sustentar al planeta, sino para que, a través de la grandeza de la expresión de la naturaleza, los que allí lleguen puedan sentir que allí habita algo más; que un sagrado misterio allí se oculta, es como si el Cielo estuviera más próximo de los hombres, y Dios pudiera expresarse.
A lo largo de los tiempos y de la historia de la humanidad, muchos fueron los pueblos que pudieron ingresar, con todo lo que son, en estos mundos sutiles porque, mientras la humanidad en otras partes de la Tierra perdía su propósito, estos pueblos lo encontraban y profundizaban en él, no solo a través de la ciencia y de la sabiduría, sino sobre todo, a través del amor a lo sagrado, a lo divino y al respeto por la vida y por la naturaleza.
Estas fueron las llaves que hicieron que dichos pueblos vivieran la ciencia de la Transfiguración. Y tal como Mi Hijo les reveló una vez, un día, en el Monte Tabor, también ellos pudieron reconocer su verdadera faz, iluminar sus células y átomos, y hacer que no solo el corazón y la consciencia vibrarán en otro nivel más elevado, sino también su parte más material; esa que hoy parece tan densa, y que en tiempos remotos se elevó y se transfiguró.
A través de la simplicidad del corazón, los pueblos originarios descubrieron que la misma esencia solar que contemplaban y adoraban en el cielo infinito, habitaba en su interior. Y, de esa forma, vivieron una unión profunda con Dios, así como pudieron comprenderlo.
Al iluminar sus células y átomos, y al dejarse permear por la luz de sus almas, estos pueblos alcanzaron la misma vibración de los mundos sutiles y así pudieron no solo verlos, sino ingresar y participar de ellos, como representantes de la humanidad. Así se tornaron Guardianes y Porteros de esas dimensiones sutiles que hasta hoy se ocultan en el planeta.
Algunos de estos pueblos dejaron en la superficie rastros de su historia y de su vida y entonces desaparecieron. Pero otros, hijos Míos, jamás fueron conocidos por la humanidad.
Hoy su Madre Divina llega a este lugar, sagrado para el Cielo y para la Tierra, a revelarles una historia y, más que esto, para impulsar a sus almas a la búsqueda de la pureza y de lo sagrado.
Llegó el tiempo de develar los misterios ocultos en la historia de la humanidad, no solo para abandonar la ignorancia, sino sobre todo, hijos Míos, para abrazar la pureza y para que en el tiempo que llegará, cuando la Tierra sea elevada en su vibración y conducida a un nuevo tiempo, a una nueva realidad, sus corazones y sus espíritus estén prontos no solo para ver, sino para participar de esa vida sublime.
Busquen la pureza de sus corazones, busquen la unión con la vida y con la naturaleza. Y así, como hoy les revelo muchos misterios, otras verdades también les serán reveladas en sus corazones.
Yo los bendigo y les agradezco por llegar hasta aquí y por abrirse de corazón a las revelaciones que Dios les trae en este tiempo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Del Libro Espiritual de los Secretos de Dios - Parte I
Y fue en aquel tiempo, en el que su Maestro y Señor, después de haber caminado junto con los doce, llamó a tres de Sus apóstoles para que subieran al monte Tabor y bajo una coyuntura divina, solar y cósmica, conocieran la verdadera Faz del Hijo de Dios.
Hoy, Yo les cuento que no solo los tres apóstoles conocieron quién era Yo en verdad, sino que también muchas consciencias más participaron de ese acontecimiento en el que, a través de un cruce y de una unión perfecta entre el Cielo y la Tierra, un gran portal se abrió y así llegaron Moisés y Elías, que en sus aspectos transfigurados se mostraron para los tres apóstoles.
En ese momento, una forma de alquimia espiritual y una fusión de Leyes inmateriales se establecieron para sostener esa importante manifestación lumínica del verdadero aspecto del Hijo de Dios.
Fue en lo alto del monte Tabor y, por única vez, que los Míos vieron a su Señor en el aspecto glorificado y cósmico, aspecto que su Señor concibió antes de encarnar en este mundo como el Mesías.
En ese acontecimiento, todos los átomos y células de su Maestro resplandecieron y, a través de Su Cuerpo etéreo, Él mostró su aspecto transfigurado en forma de visión para los apóstoles y para todos los que estaban allí presentes.
Por un momento, el Universo espiritual concedió la revelación de ese secreto que hasta ese momento nadie conocía, porque la finalidad de esa revelación era que los más cercanos al Redentor fueran fortalecidos para que, cuando las pruebas más complejas llegaran a la vida de cada uno así como llegarán a cada uno de ustedes, aprendieran a profundizar en el amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Estaba esperando que ustedes, compañeros, llegaran hasta esta región de Argentina para que, en estos días, al igual que en el monte Tabor conozcan Mi verdadera Faz, Mi Consciencia Cósmica y Solar.
Ahora llegó el tiempo en el que una minoría, en representación de la de la humanidad, reciba esta revelación, la que intentaré mostrarles en estos días. Esto preparará al planeta para cuando ingrese en su etapa final y tenga que, sí o sí, vivir su definición.
Por eso, esa revelación de Mi Faz, aún más profunda y desconocida hasta por la propia Iglesia, saldrá de los Sagrarios, para que en lo alto de la montaña la humanidad vuelva a ver al Hijo de Dios transfigurado.
Como a Mis apóstoles, Yo les contaré de qué se trata y así tomarán consciencia de dónde vengo y hacia dónde fui después de Mi ascensión. Porque durante el día están los cielos, pero en la noche, sobre ustedes tienen a todo el Universo, a muchas constelaciones, nebulosas y galaxias, más allá de su realidad, a las cuales Yo gobierno y dirijo.
Este es el tiempo de conocer en profundidad al Hijo de Dios en Su aspecto Solar y Cósmico, por eso la próxima Maratón de la Divina Misericordia será el preámbulo para ese ciclo de revelaciones.
¡Les agradezco, desde ahora, por sostener ese ciclo!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Primer Mensaje
El Sagrado Jardinero del Espacio hoy viene mostrando Su Faz de Transfiguración para anunciarle al mundo el tiempo de los grandes cambios.
Esa hora se está aproximando, ese momento se está acercando. Por eso, hoy vengo a la Tierra a través del portal del gran Sol que rige a este Universo Local y a este sistema de vida.
Vengo a traerles a ustedes las Leyes de la Transfiguración, aquellas Leyes que fueron aplicadas durante la Transfiguración del Divino Hijo en el Monte Tabor.
Ustedes necesitarán de esos principios para poder vivir los cambios y todo lo que anunciará el nuevo tiempo.
Como están en un momento de transición, esos principios vienen en su auxilio, porque ellos harán de sus consciencias seres en un mayor contacto con la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Esto es parte de una intervención divina, de una posibilidad y de una oportunidad que trae el caudal de Mi Misericordia para las almas de este mundo.
Y aunque todo se esté precipitando en todos los espacios de la Tierra, aún deben confiar en Mí, porque Yo les daré el sostén que necesitan para poder atravesar estos tiempos de tribulación y de grandes definiciones.
Yo les traigo la oportunidad de elevar la consciencia y, en esa elevación, alcanzar el propósito que cada uno vino a cumplir en esta humanidad y dentro de este planeta.
Se está aproximando el tiempo de anunciar Mi verdadera Faz, aquella Faz que una vez Yo le mostré a algunos de Mis Apóstoles y que, en verdad, hasta los días de hoy solo es un misterio. Pero la puerta a la gran revelación se está abriendo de a poco. El tiempo está forjando ese momento y también la necesidad planetaria.
El despertar de las consciencias será imprescindible, a través de ese impulso que Yo mismo daré desde el Universo hacia la Tierra.
La transfiguración de sus consciencias les permitirá simplificar sus vidas, ordenar sus movimientos y estar en sintonía con lo Alto, que es lo más importante para estos tiempos.
Tal vez sentirán lo que hoy les hablo como algo abstracto, pero será algo próximo para sus vidas y consciencias; porque, al estar más próximo de la humanidad, las almas podrán captar Mis impulsos y manifestarlos en la Tierra por medio de vivencias de amor y de servicio.
El cambio de la consciencia no será una fórmula ni una práctica; él se dará a través de los grados de amor y de la constancia en la vivencia de los mismos.
Así, Yo podré reflejar sobre la superficie de la Tierra a los Nuevos Cristos, aquellos que deberán gobernar junto Conmigo con amor y con humildad, con base en la simplicidad de la vida.
Muchos, de a poco, se están aproximando hacia ese camino, pero aún serán necesarios más esfuerzos para poder equilibrar los desajustes de la humanidad y del planeta, de todo lo violento que ejecuta el ser humano de estos tiempos y de todas las transgresiones que se llevan adelante, día tras día, a la vida y a los Reinos de la Naturaleza.
El despertar de esos Cristos del nuevo tiempo comenzará dentro de ustedes por medio de la intervención de la Ley de la Transfiguración y de todos sus principios, los que intentarán transformar la consciencia humana llevándola hacia un estado de una nueva consciencia que comenzará con la vivencia del mensaje de la Jerarquía y de todos sus atributos.
El portal hacia esa oportunidad se está abriendo para todos, pero alguien lo deberá cruzar. O al menos algunos deberán cruzarlo.
Cuando ese momento se acerque será un momento definitivo, no solo para esas consciencias que darán ese paso por muchos más, sino también para el planeta que estará en el mayor auge de su definición y de su transición.
En verdad, no importa quien de ese paso, sino que el paso sea dado por todos, así como una vez Yo lo di por cada uno de ustedes.
Deben tener presente que este es el momento tan esperado por todos los seres internos; el momento de poder, en verdad, hacer lo que vinieron a hacer y lo que vinieron a cumplir, más allá de las circunstancias y de las pruebas, de los enfrentamientos o de los desafíos.
El Señor del Universo viene con Su Ley de Transfiguración para poder cambiarlo todo y para que, definitivamente, se cumpla el Plan, al menos en algunos seres.
Por eso, el Universo se conjuga para un gran movimiento y se une para una gran tarea, para llevar adelante una misión en el planeta y en la humanidad, que irá más allá de cualquier situación humana o de cualquier acontecimiento.
Ese acontecimiento no será anunciado, solo sucederá y muchos podrán beneficiarse de él, porque será un auxilio que vendrá de lo Divino y de la Fuente para poder reforzar los compromisos de los apóstoles de Cristo y de los últimos apóstoles de los últimos días.
Hoy el Jardinero del Espacio Universal vuelve a regar con Su Agua de Vida al Árbol Sagrado, para que sus raíces se adentren aún más en la tierra y su copa de luz se fortalezca con los frutos del conocimiento y de la Instrucción.
Porque, una vez más, el Árbol Sagrado dará sus frutos para que todos se puedan servir de él y se alimenten, espiritualmente, de sus impulsos y de sus dádivas.
Aquellos que comieron del Árbol y de sus frutos y no lo supieron aprovechar tendrán pena en sus corazones por no haber sido humildes, por no haberse humillado, por no haber reconocido su ignorancia y no haber pedido ayuda, de verdad.
Pero los que quedaron atrás Yo los encaminaré, así como encamino a las ovejas que no están prontas para dar los pasos que Yo exijo en este tiempo.
Porque todo tiene un sentido, más allá de lo material y de lo espiritual. Todo es parte de un Propósito y de un plan de manifestación para esta humanidad.
Que este Rayo de Transfiguración los impulse al cambio en lo cotidiano para que el espíritu de cada uno de ustedes pueda adentrarse en sus consciencias y lleve adelante su tarea y su misión para estos tiempos, dejando atrás la inestabilidad y la desarmonía, viviendo el eterno presente y la misión operativa junto a la Jerarquía de la Luz.
Así, los portales del Universo se mantendrán abiertos y, a pesar de los embates, la ayuda universal no faltará. Porque todo lo que sucede tiene un sentido, forma parte de una escuela y de un aprendizaje; eso hace despertar a los Nuevos Cristos al camino del amor y del servicio, a la experiencia incondicional por los demás.
Que esta Maratón represente esa oportunidad de transfigurar sus consciencias y sus vidas y de hacerlo de verdad, comprometiéndose en cada momento de oración y de ofrenda que le harán al Universo; sabiendo que todo esto también repercutirá en el Brasil que tanto lo necesita para los próximos meses.
Y todo ese momento de oración hará detener acontecimientos innecesarios y pruebas difíciles para este querido pueblo que está vivo en el centro de Mi Corazón.
Agradeceré, desde ahora, la oferta de cada brasilero y también de cada orante de la Tierra; porque esto no solo se circunscribe a un país o a un pueblo.
Cada situación que se vive en cada lugar de la Tierra es parte de toda la humanidad, porque la humanidad es una sola, es una misma familia que se ha enfermando y se ha alejado de Dios por diferentes razones, y hacia todo eso, y hacia todas las consciencias, deberá llegar el Rayo de la Transfiguración y de la Cura, tan prometedor para estos tiempos críticos.
Celebren Conmigo esta Maratón, en alegría y en júbilo.
Que los rostros de los que viven sobre este Santuario Interior sean de alegría y no de tristeza, porque quien acepta la convocatoria será ayudado y se transformará.
Abracen, entonces, Mi gran llamado y la ayuda del Universo, la que vendrá a la Tierra y estará a su alcance.
Yo les ofrezco Mi Experiencia como una muestra de que es posible vivir la Transfiguración, y de que esa Transfiguración comienza en lo pequeño y también en lo invisible; desde allí se construye el verdadero templo interior que es ofrecido a Dios como un acto de gran entrega.
Les deseo una bellísima Maratón y una alegre jornada, porque los apóstoles, incansablemente, deberán anunciar el triunfo de Cristo en cada corazón humano.
Desde el gran Sol que rige a esta Vía Láctea, en unión al centro del Universo y a la gran Estrella de la Hermandad que gobierna a todos los mundos, y en unión al Universo Espiritual, Mental y Material, en donde se encuentra Dios y es invencible, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En los Misterios Luminosos las almas encuentran la fuerza interior que necesitan para aprender a superar este tiempo dentro de sí mismas.
Pero, ¿qué significa para ti el Bautismo de Jesús en el río Jordán?, ¿y el primer milagro concedido en las bodas de Caná?
¿Qué significa para ti la predicación de la Buena Nueva a través del anuncio del Evangelio?, ¿y la Transfiguración luminosa de Jesús en el monte Tabor?
¿Qué significa para ti la Última Cena de Jesús con Sus apóstoles?
En todos los hechos no solo vemos la Luz de Cristo actuando, obrando y transformando todas las cosas, sino que también vemos la Luz de Dios manifestándose a través de Su amado Hijo.
Los Misterios Luminosos son la revelación de la Fuente Divina por intermedio de la vida pública de Cristo. En estos hechos vemos actuar el Divino Conocimiento a través de la Palabra Sagrada, es decir, del Verbo.
El Verbo le vuelve a demostrar al hombre terrestre que es el principio, porque en el principio fue el Verbo y del Verbo surgió la vida.
Por medio de los Misterios Luminosos encontraremos la Luz del conocimiento que nos llevará a tornar sagrado todo nuestro ser y toda nuestra existencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, los llevo Conmigo hasta el Monte Tabor para que recordemos, en este día, la sublime Transfiguración de Jesús, una revelación divina y al mismo tiempo cósmica,que el Sagrado Hijo le trajo a los apóstoles.
La Transfiguración de Jesús fue el símbolo perfecto y cósmico de que, viviendo los cambios de la consciencia, es posible alcanzar altísimos estados de iluminación.
Jesús, por medio de la Transfiguración de Su Divina Persona, no solo mostró la realidad espiritual que los seres humanos de esta superficie guardan, sino también Él dio continuidad a la anterior iluminación del Maestro Siddharta.
Es así que Siddharta, en tiempos pasados, por medio de Su iluminación le demostró al mundo el primer paso para trascender el sufrimiento. Jesús, el Cristo, por medio de la Transfiguración, le trajo al mundo el conocimiento divino de que es posible trascender el estado del sufrimiento y alcanzar la elevación sublime de la consciencia a través de la perfecta comunión e integración con la Fuente Divina.
En el Monte Tabor, Mi amado Hijo reveló el conocimiento de las Leyes inmateriales que vibran y actúan en este Universo Material.
Fue así que Jesús les enseñó a Sus apóstoles sobre la verdadera consciencia espiritual que adquirimos en el momento de nuestra concepción en los sagrados Estanques de la Fuente, y cómo desde allí comienzan a cultivarse en nuestra esencia los primeros pasos de las experiencias de amor y de redención que este Universo Material nos ofrece.
Pero Jesús, en el Monte Tabor, también enseñó cómo situarse por encima de todo sufrimiento o experiencia, colocando la consciencia en un estado objetivo y la mirada constante en el Divino Propósito.
Por medio de la Transfiguración de Jesús, Mi Hijo le aportó a la raza humana la posibilidad de caminar por encima del sufrimiento sin ingresar dentro de él, a través de la consciencia del amor que abre la puerta para la cura de las consciencias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más